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El corazón es una estructura muscular que actúa como bomba, manteniendo la sangre en constante
movimiento entre los tejidos y los pulmones, es capaz de bombear unos 5 litros de sangre por minuto en
reposo.
Para llevar a cabo esta función el corazón consta de cuatro cavidades: dos aurículas y dos ventrículos, el
lado derecho del corazón recibe la sangre del cuerpo y la envía a los pulmones, allí ocurre un intercambio
gaseoso en el que la hemoglobina libera el dióxido de carbono proveniente de los tejidos y se carga con
oxigeno proveniente del aire que respiramos, la sangre oxigenada pasa de los pulmones al lado izquierdo
del corazón desde donde se bombea al resto del cuerpo.
Un sistema de válvulas ubicadas en el interior del corazón y las venas garantiza que la sangre fluya
siempre en una sola dirección, esto se ve favorecido además por un gradiente de presión entre las
arterias y las venas, las arterias tienen una pared más gruesa y allí la sangre se encuentra a mayor presión,
mientras que en las venas las paredes son más delgadas y flexibles por lo que manejan menores niveles
de presión.
La sangre oxigenada llega a los tejidos por las arterias, a su vez la sangre poco oxigenada regresa al
corazón a través de las venas. En la medida que las arterias se van distribuyendo por el organismo se
dividen en ramas cada vez más delgadas hasta llegar a vasos microscópicos llamados capilares, estos
vasos son muy delgados con el fin de permitir el paso de nutrientes y oxígeno a los tejidos, estos capilares
arteriales se continúan con los capilares venosos ó vénulas que tienen como función recoger desechos y
dióxido de carbono, las vénulas se van agrupando en su recorrido al corazón dando origen a las venas.
El aparato circulatorio distribuye el flujo sanguíneo a dos importantes estructuras, como lo son el hígado y
los riñones. El primero cumple una importante función de filtro de la sangre proveniente del aparato
digestivo de la que obtiene nutrientes, químicos e incluso microorganismos, estos son procesados
pasando nuevamente a la circulación o eliminándose por la bilis. Los riñones también cumplen una
función de filtro al retirar los desechos de la sangre para eliminarlos por la orina, otra importante función
de estos órganos es regular los niveles de agua en el organismo y mantener la presión arterial.
De toda esta labor se encarga la sangre, que está circulando constantemente. Además, el aparato
circulatorio tiene otras destacadas funciones:
El sistema cardiovascular
El sistema cardiovascular está constituido por órganos tubulares: el corazón y los vasos sanguíneos
(arterias, capilares y venas), estos últimos son de variada constitución histológica y de diferentes calibres
y funciones. El sistema cardiovascular es el encargado de distribuir la sangre en todo el organismo. De ella
y a través del líquido tisular que se forma en los capilares es que las células obtienen los nutrientes, el
oxígeno y otras sustancias necesarias para el metabolismo celular.
En su trayectoria, la sangre recoge a su vez los productos de desecho del metabolismo y estos son
eliminados por los órganos de excreción. Por tanto podemos decir que la principal función del sistema
cardiovascular estriba en mantener la cantidad y calidad del líquido tisular.
El Corazón
El corazón funciona como una bomba que hace mover la sangre por todo nuestro cuerpo.
Es un órgano hueco y musculoso del tamaño de un puño. Encerrado en la cavidad torácica, en el centro
del pecho, entre los pulmones, sobre el diafragma, dando nombre a la "entrada" del estómago o cardias.
Histológicamente en el corazón se distinguen tres capas de diferentes tejidos que, del interior al exterior
se denominan endocardio, miocardio y pericardio.
El endocardio: está formado por un tejido epitelial de revestimiento que se continúa con el endotelio del
interior de los vasos sanguíneos.
El miocardio: es la capa más voluminosa, estando constituido por tejido muscular de un tipo especial
llamado tejido muscular cardíaco.