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1.

TEORÍA GENERAL DEL PROCESO

CATEGORÍAS DEL DERECHO

DERECHO SUSTANCIAL. Es la categoría del derecho que permite establecer con precisión cuales son
los derechos y obligaciones de los miembros de una comunidad permitiéndoles garantizar el acceso
a los bienes, a la seguridad y a la integridad personal. En otras palabras podríamos decir que el
derecho sustancial es el que crea declara, constituye y establece el derecho

DERECHO OBJETIVO Es el conjunto de ordenamientos imperativos y atributivos, expedidos por el


legislador, que regulan la conducta externa del individuo dentro de la sociedad, de éste con el Estado
y entre las diferentes instituciones que lo componen. Ej. La Constitución Política

Derecho Subjetivo: Es la facultad con que cuentan los sujetos de derecho para exigir una conducta o
un derecho. Se origina en el derecho Objetivo.

DERECHO PROCESAL. Es el conjunto de normas y principios jurídicos que regulan el proceso


jurisdiccional, y la integración y competencia de los órganos del Estado que interviene en el mismo.

SOLUCIÓN DE CONFLICTOS Los litigios que surgen entre los miembros de la sociedad pueden, según
CARNELUTTI, resolverse de varias maneras: a. La Hetero-composición implica la intervención de un
tercero, ajeno a los sujetos entre quienes se suscita el conflicto, función que se atribuye el Estado y
realiza por conducto de la rama judicial, mediante la sentencia, previo el respectivo proceso. b. La
auto-composición es la solución del litigio por los propios sujetos entre quienes surge. En este caso
no hay intervención ajena alguna y la forma usual de lograrlo es mediante la transacción, que las
partes pueden efectuar antes o en el curso del proceso. c. La Conciliación. Es una forma intermedia
o mixta, pues son las partes las que logran el acuerdo que le pone fin al litigio, pero a él llegan merced
la intervención de un funcionario, a quien se le atribuye esa específica función, sea en el curso o antes
del proceso (conciliación).

2. SISTEMAS DE ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA. a. Dispositivo. En este sistema se confiere a las partes


un papel protagónico en el proceso y el juez asume un rol pasivo.

Sus características son:  El juez no puede iniciar el proceso de oficio, debe existir previamente una
demanda de parte;
 Las partes fijan la cuestión litigiosa, es decir, el thema decidendum  No puede tener en cuenta
hechos ni medios de prueba que no han sido aportados por las partes.
 El Juez debe resolver según lo alegado y probado en el proceso.
 El proceso pasa de un estanco a otro por solicitud de las parte.
 Las partes disponen del derecho (desistimiento y transacción)

. 4. MISIÓN DEL JUZGADOR (APLICACIÓN DE LA LEY PROCESAL) Es la operación que realiza el


funcionario judicial a fin de que una disposición o precepto que en abstracto contempla determinada
situación obre en el caso concreto que constituye materia de su pronunciamiento. Derecho
Sustancial Objetivo Público Privado Subjetivo Procesal

.CARACTERÍSTICAS DEL DERECHO PROCESAL 1. Autonomía. El derecho procesal es autónomo, por


cuanto su existencia no depende del derecho sustancial, su autonomía la obtiene de la teoría de la
Acción (todo sujeto de derecho tiene derecho a la acción, es decir, a poner en funcionamiento el
aparato jurisdiccional) 2. Instrumental o de Medio. A través del derecho procesal se hacen efectivos
y transitan los derechos sustanciales. 3. Formal o de Formas. Es derecho procesal tiene reglas y
principios preestablecidos para las partes.

III. PRINCIPIOS Y REGLAS DEL DERECHO PROCESAL. 1. DIFERENCIA ENTRE PRINCIPIOS Y REGLAS
Principio. Son aquellas directrices de carácter absoluto (no admiten contrarios ni excepciones),
permanentes; inmodificables, mientras se tengan como tales; de obligatoria observación y
constituyen el norte del sistema procesal. Ej.: Imparcialidad del Juez a. Principio de Economia
procesal  Concentración  Eventualidad o Preclusión  Celeridad  Saneamiento  Gratuidad de la
Justicia b. Principio de la Impugnación c. Principio de Lealtad y buena fe d. Principio de prevalencia
del derecho sustancial e. Principio de Congruencia f. Principio Bilateralidad de la audiencia g.
Imparcialidad del Juez h. Principio de Cosa juzgada i. Principio de la Independencia Regla Técnica. Son
aquellas técnicas de procedimiento que pueden o no existir en un sistema de derecho, quedando a
criterio del legislador establecerla o eliminarla. Ej.: Los procesos orales o escritos

3. PRINCIPIOS a. DE ECONOMÍA PROCESAL


:  El de Concentración: Consiste en reunir todas las cuestiones debatidas o el mayor número de ellas
para ventilarlas y decidirlas en el mínimo de actuaciones y providencias. Así, se evita que el proceso
se distraiga en cuestiones accesorias que impliquen suspensión de la actuación principal.  El de
Eventualidad: Consiste en que si en determinada etapa o estanco del proceso una parte puede
realizar varios actos, debe llevarlos a cabo de manera simultánea y no sucesiva, esto es, todos en el
mismo lapso y no primero uno y luego otro. Ej.: En relación con una providencia, cuando contra ella
puede interponerse el recurso de reposición y el de apelación simultáneamente, la reposición como
principal y la apelación como subsidiaria. Esto significa que la apelación sólo se concede en el
supuesto de que la reposición no prospere. Lo que la ley prohíbe es que primero se interponga la
reposición, para luego, si es negada, proponer la apelación, pues el término para ésta ya se encuentra
vencido.  El de Celeridad: consiste en que el proceso se concrete a las etapas esenciales y cada una
de ellas limitada al término perentorio fijado por la norma. En observancia de este principio se
descartan los plazos o términos adicionales a una determinada etapa, esto es, los que se surten como
complemento del principal y las prórrogas o ampliaciones. También implica que los actos se surten
en la forma más sencilla posible, para evitar dilaciones innecesarias. En aplicación de este principio,
el Código de Procedimiento Civil establece limitaciones a las prórrogas; otorga al juez la facultad de
señalar ciertos términos, fijando el estrictamente necesario, y consagra medios sencillos para
efectuar la notificación de las providencias.  El de Saneamiento: Consiste en que las actuaciones
afectadas de nulidad sean susceptibles de ser convalidadas por la parte en cuyo favor se establece.
La nulidad es una sanción que la norma prevé para determinadas situaciones o actuaciones
irregulares y cuando con ellas se viola el derecho de defensa de una de las partes. Pero la nulidad no
siempre se impone, pues es viable que la parte afectada como consecuencia de ella la convalide, esto
es, que mediante cierta conducta no se aplique esa sanción y, por ende, la actuación sea válida, que
es lo que se denomina saneamiento. Por ejemplo, si el demandado ha sido indebidamente citado o
emplazado y éste no lo alega en la primera actuación que realice, tal irregularidad queda convalidada.

4. Gratuidad de justicia es un servicio que presta el Estado a la colectividad, a él le corresponde sufragar


todos los gastos que esa función entraña, como proporcionar los locales y elementos necesarios,
atender la remuneración de los funcionarios y empleados, etc. Aunque el principio, en su acepción
más amplia, incluiría las expensas o gastos que implique el proceso, esto entre nosotros no tiene
vigencia, por cuanto recae sobre las partes, sobre todo en aquellas ramas en donde se rige el sistema
dispositivo, como acontece con el civil, concretamente en lo relativo a honorarios de peritos,
secuestros, gastos de diligencias, etc. Tradicionalmente no hay lugar a expensas en el campo penal y
son reducidas en el laboral.

5. b. PRINCIPIO DE LA IMPUGNACIÓN. Es el reconocimiento que hace el derecho a que el juez, como


ser humano, es fiable y por tanto es susceptible de equivocarse algunas veces causado por dolo o
fraude. El error podrá ser a su vez in iudicando o in procedendo. (sustancialmente o en el
procedimiento). La parte afectada podrá recurrir esas decisiones o actuaciones a fin de que se
adecuen a derecho gracias a la institución de los recursos. Nota: Doble instancia. Recoge la idea de
que un proceso judicial debe ser ventilado y resuelto por varios órganos jurisdiccionales. Una
instancia (el aquo) expide la sentencia y otra distinta (el ad quem) la revisa, otorgando mayor garantía
a la administración de justicia. Excepto procesos de única instancia.

c. PRINCIPIO DE LEALTAD Y BUENA FE. Dentro del proceso las partes deben obrar con una conducta
que no conduzca o induzca al error del juez, pretendiendo obtener provecho de ese error. De igual
forma no deben desarrollar actos o maniobras fraudulentas o dilatorias.

d. PRINCIPIO DE PREVALENCIA DEL DERECHO SUSTANCIAL. Los procesos deben procurar y propender
por la satisfacción de los derechos sustanciales que transitan por el derecho procesal. Es decir, debe
primar la sustancia sobre la forma.

e. PRINCIPIO DE CONGRUENCIA. Consiste en la concordancia que debe existir entre la petición


formulada por las partes y la decisión que sobre ella tome el juez. Es decir, el juez está limitado en su
sentencia a las pretensiones y a los hechos. Si el juez viola este principio incurrirá en extra-petita (por
fuera de lo pedido) o en ultra-petita (más allá de lo pedido) Congruencia externa. Que es la
propiamente dicha –se refiere a la concordancia o armonía entre la demanda y la sentencia que se
pronuncia sobre ella. Congruencia interna. Es la que mira a la concordancia entre la parte motiva y la
resolutiva de la sentencia.

f. PRINCIPIO BILATERALIDAD DE LA AUDIENCIA. Consistente en que en todo proceso, las partes en


general y el sujeto pasivo, en particular tienen derecho a saber que existe un proceso en su contra y
la posibilidad de ser oídas.

g. IMPARCIALIDAD DEL JUEZ. El juez debe valorar y comparar los distintos intereses que están en
juego en la actividad administrativa, de modo que la elección constituya el resultado de un armónico
maderamiento de los diversos intereses.

h. PRINCIPIO DE COSA JUZGADA. Este principio consiste en revestir a las sentencias de una calidad
especial, en virtud de la cual no se permite que las partes frente a quienes se profiere puedan volver
a instaurar un segundo proceso con base en las mismos pretensiones y sobre iguales hechos.
Obedece a la necesidad de darles el carácter de definitivo a las sentencias y evitar así que se susciten
por las mismas cuestiones otros procesos. Caso especial son los procesos de jurisdicción voluntaria
(interdictos) en los cuales la sentencia tiene efectos relativos en el tiempo, por cuanto pueden ser
modificadas en el futuro.

i. PRINCIPIO DE LA INDEPENDENCIA DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA. Tiene que ver con que los
jueces deben ejercer su función con autonomía, total independencia y sin presiones de los demás
poderes o de los particulares.
QUÉ ES EL DEBIDO PROCESO?

De tal modo que el debido proceso, es una garantía constitucional, de cuyo cumplimiento depende mucho
la convivencia pacífica y la seguridad jurídica del país, pues garantiza una correcta administración de justicia,
además de una real vigencia y respeto de los derechos humanos; y es el mecanismo de aplicación de los
principios y garantías del derecho constitucional, penal y procesal.

Por esta razón el debido proceso, ha sido equiparado a la calidad de derecho humano, y como tal supone
una limitación frente al imperium del Estado, pues con el fin de administrar una justicia justa, esto es “Con
la voluntad perpetúa y constante de dar a cada cual lo suyo”; aún cuando recalco una vez más que hoy lo
que se busca es conservar y recuperar la paz social y garantizar la ética laica y social, dentro del Socialismo
del Siglo XXI.

OBJETO DEL DEBIDO PROCESO

Permite un real ejercicio del derecho a la defensa, de la presunción de inocencia, de la igualdad de todos los
ciudadanos ante la ley; de tal manera que constituye el eje fundamental del acceso a la administración de
justicia.

MISIÓN DEL FISCAL EN EL NUEVO ORDENAMIENTO JURÍDICO DEL PAÍS

Hay que plantearse la interrogante de qué es el Principio de Oportunidad, que es uno de los parámetros que
debe observar la Fiscalía General del Estado al ejercer la acción penal pública; al respecto debo señalar lo
siguiente:

a) Como es de conocimiento general el Art. 195 de la Constitución de la República dispone en su parte


pertinente “La Fiscalía dirigirá de oficio o a petición de parte, la investigación preprocesal y procesal
penal; durante el proceso ejercerá la acción pública con sujeción a los principios de oportunidad y mínima
intervención penal…”.

El Art. 5.4 del Código de Procedimiento Penal reformado, en su parte pertinente señala “Mínima
intervención.- En la investigación penal, el Estado se sujetará al principio de mínima intervención…”

b) El principio de oportunidad, se refiere a que únicamente la Fiscalía debe dar tramitación a los delitos de
acción penal que causan alarma pública, y el de mínima intervención penal en el sentido de que
solamente debe utilizarse el derecho penal como la última ratio, dentro de un Estado constitucional de
derechos y justicia como lo es el Ecuador;

c) De lo que se colige que el Estado ecuatoriano debe restringir al máximo la intervención de la ley penal,
reservándose la investigación en esta materia solo a los casos más importantes, esto es aquellos que
afecten los bienes jurídicos más preciados, pues de lo contrario hay que recurrir al derecho civil o al
derecho administrativo.

Este principio tiene su fundamento en el principio de lesividad, el cual impide castigar una acción
humana si no perjudica los derechos individuales y sociales de un tercero, la moral o el orden público; y
de proporcionalidad que limita la especie y medida de la pena a aplicar a cada caso en concreto, para
que se observe el principio de proporcionalidad a la gravedad del delito.
También se complementa con el principio de subsidiariedad, pues el Estado debe agotar todos los
medios menos lesivos del derecho, antes de acudir al derecho penal, de manera tal que éste debe
constituir un arma subsidiaria; y de fragmentación del derecho penal, esto es que el derecho penal se
debe limitar a sancionar sólo aquellas modalidades más peligrosas para proteger los bienes jurídicos.

EL DERECHO A LA DOBLE INSTANCIA

Otra de las interrogantes que se planteó en la charla antes mencionada, es el derecho a la doble instancia
que no es una cuestión independiente del derecho del procesado al recurso, sino que es el vehículo para
garantizarla, de modo que el derecho procesal debe estimular un proceso que permita la obtención de una
decisión definitiva, firme que en caso de ser condenatoria debe ser el producto final de la integración de las
otras dos instancias.

La doble instancia es invocada para la obtención de una mayor garantía del derecho del condenado a la
reprobación de la sentencia.

No olvidemos que el núcleo del derecho del recurso de revisión, es la idea del error judicial; sobre este tema
estoy preparando un trabajo que será publicado en los próximos meses, pues considero que el orden jurídico
debe tender lo más posible a erradicar la arbitrariedad y permitir una amplia defensa al condenado, esto a
través no sólo del recurso de casación penal, sino también a través del recurso de revisión.

LA ULTRACTIVIDAD, LA RETROACTIVIDAD Y LA RETROVERSIÓN

Otro de los puntos que se trató en la charla mencionada y que fue objeto de un debate académico, por
cuanto hay resoluciones de la Corte Nacional, de las Salas de lo Penal no muy claras al respecto, debido a las
reformas de marzo de 2009 al Código Penal y de Procedimiento Penal; y de las reformas a las reformas antes
mencionadas del mes de marzo de 2010, lo cual ha traído como consecuencia inseguridad jurídica en materia
penal en el país, por lo que es menester aclarar los siguientes aspectos:

a) Respecto a la ultractividad, hay que señalar, que las leyes posteriores por regla general prevalecen sobre
las anteriores, empero ultractivamente se admite que respecto a términos que hayan empezado a correr,
actuaciones y diligencias iniciadas, se regirán por la ley vigente al tiempo de su iniciación; de tal modo
que la ley que ha perdido vigencia puede aplicarse por el principio de favorabilidad, siempre que
estuviere vigente para el momento de la realización del hecho de externización de la conducta
reprochable socialmente;

b) ¿Cuándo se aplica la Ultractividad?, se aplica en los siguientes casos:

1. En los criminis ex novo o creación de nuevos tipos penales, aplicándose la irretroactividad de la ley; y,

2. Sancionar un delito con otras penas.

c) ¿Qué es la Retroactividad y Retroversión?. Se aclaró que la retroactividad, esto es la voluntad no tiene


poder alguno sobre el pasado, pero dice la doctrina con alguna razón sobre este tema, que “Ni aquí la
más poderosa de las voluntades puede hacer que lo que ocurrió no haya ocurrido”.

Añade “Ahora bien en el campo del derecho, un efecto jurídico que ha entrado en acción es siempre un
acontecimiento…”

Está fuera del poder legislador conseguir con su mandato que efectos jurídicos ya producidos no se hayan
producido y que hechos jurídicos ya producidos no se hayan producido, y que hechos jurídicos a los
cuales el derecho anterior atribuía ciertas consecuencias no les hayan determinado”.
Hay autores que dicen que de este modo, mediante las leyes retroactivas, el derecho ejercería en su
campo particular una verdadera acción aristotélica, de ahí la regla de que la ley no debe estatuir más que
para el futuro.

Otros autores dicen que “Ni siquiera la omnipotencia divina misma puede hacer que el factum pase a ser
infectum, ya que ni Dios mismo puede contradecirse o volver hacia atrás el tiempo”; de tal modo que
así, el derecho no puede obrar sobre el pasado, menos lo podría todavía sobre el futuro.

Hay que aclarar que la retroactividad activa sobre la causa generadora de un derecho; mientras que la
retrospectividad actúa sobre las convenciones que no se hayan producido aplicables al campo civil, sin
desconocer los derechos adquiridos.

d) Sobre la abolitio criminis, se manifestó en dicha charla, que esto sucede si se le quita el carácter de delito
a un hecho, o sea se elimina el texto legal la conducta como punible; especialmente en relación a las
reformas del mes de marzo de 2009, que eliminó como delitos de acción pública, el hurto, la estafa, etc.,
en determinadas circunstancias.

La doctrina se pregunta ¿Por qué cuando una ley posterior quita a un hecho el carácter de delito que una
ley anterior le reconocía, quien ha cometido el hecho en el tiempo de la ley anterior no puede ser
castigado, y si lo fue debe cesar el castigo?

e) Sobre la irretroactividad de la ley sustantiva, en la charla mencionada se manifestó, que la ley penal
sustantiva es irretroactiva en principio; o sea tiene vigencia desde su formulación hasta su derogatoria,
pero no obstante por vía de excepción se aplica irretroactivamente, en los casos en que la nueva ley es
favorable a los intereses concretos del procesado involucrado en el proceso judicial; de tal modo que si
la nueva ley incrimina un hecho que antes no era delito, se aplica el principio general de la
irretroactividad de la ley;

f) Sobre la irretroactividad de la pena, se manifestó, que si la nueva ley impone una sanción para un hecho
que ha sido delito, se aplica la ultractividad, pero si la ley nueva impone una sanción menor para un
hecho que tanto en la ley antigua como en la nueva es delito, se aplica la nueva.

De tal manera que la ley vigente cuando se cometió el delito lo sancionaba severamente, y luego vino
una ley intermedia benigna, al momento de darse la sentencia aparece una ley que agrava la situación
del procesado, aquí debe aplicarse la intermedia, así lo haya derogado la última aplicación ultractiva.

g) Sobre la retroactividad a favor del reo, el Art. 76 numeral 3 de la Constitución de la República consagra
el fenómeno de la retroactividad de la ley favorable, esto es tanto en el derecho sustantivo como en el
procedimental, al señalar “Nadie podrá ser juzgado ni sancionado por un acto u omisión que, al momento
de cometerse, no esté tipificado en la ley como infracción penal, administrativa o de otra naturaleza, ni
se le aplicará una sanción no prevista por la Constitución o la ley. Solo se podrá juzgar a una persona ante
un juez o autoridad competente y con observancia del trámite propio de cada procedimiento”; lo que
guarda relación con el Art. 2 tanto del Código Penal como de Procedimiento Penal;

La doctrina se pregunta ¿Cuál sería el médico que continuará propiciando medicina después de advertir
que el enfermo no tiene necesidad de ella?; así igual el legislador se da cuenta de qué aquello que le
parecía un mal no es ya socialmente o por lo menos es un mal menor de lo que se creía, pero también
aquí aparece la interrogante ¿Por qué ante todo la ley ha de aplicarse si disminuye y no también si
aumenta la pena?.

Otra interrogante es ¿O el descubrimiento de que para curar una cierta enfermedad hace falta un
remedio más enérgico que el que antes se adoptaba, perjudica en vez de favorecer al enfermo?
También se dice que la pena es siempre un remedio para curar un mal; mientras el juicio al igual que la
pena es un medio de sanción del delito; más aún hay que tener en cuenta en relación a la pena lo que
señalan los Arts. 201 y 202 de la Constitución de la República, que en resumen manifiestan “El sistema
de rehabilitación social tendrá como finalidad la rehabilitación integral de las personas sentenciadas
penalmente para reinsertarlas en la sociedad, así como la protección de las personas privadas de la
libertad y las garantías de sus derechos”; y esto especialmente al principio de proporcionalidad al
momento de que el juez o el tribunal de garantías penales fije la pena al acusado culpable;

h) Sobre el principio dispositivo y la prueba del juez de oficio, señalado en el Art. 130 numeral 10 del Código
Orgánico de la Función Judicial; además del principio iura novit curia, señalado en el Art. 426 inciso
segundo de la Constitución de la República; 140 del Código Orgánico de la Función Judicial y Art. 4
numeral 13 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, se hizo un análisis
detallado al respecto, recalcando el Art. 5. 2del Código de Procedimiento Penal reformado, que dispone
en la parte pertinente “El juez resolverá con base en los argumentos de elementos de convicción
aportados. El juez carecerá de iniciativa procesal (las negrillas son mías)”; pero obviamente puede
disponer pruebas de oficio para establecer la verdad real del proceso y conseguir una justicia justa y
honesta; de tal modo que el juez por excepción suple lo no invocado o mal invocado por las partes, pero
sin cambiar las pretensiones.

Hay que aclarar que el juez constitucional, en virtud del principio iura novit curia, dicho juez puede
sustentar su fallo en las relaciones no esgrimidas o fundamentadas por las partes, pues así lo señala
expresamente las normas constitucionales legales mencionadas anteriormente.

i) Sobre la duda, se manifestó que el Art. 4 del Código Penal, trata de la interpretación restrictiva de la ley y
esto favorece al acusado, pues dicha interpretación es consecuencia de la situación jurídica de inocencia
en que se encuentra el acusado dentro del proceso.

Recordemos que el in dubio pro reo es un complemento de la presunción de inocencia, por lo que se
constituye como garantía judicial o derecho fundamental de los procesados, con el cual pueden liberarse
de probar su inocencia o lo que es lo mismo probar en contario de la presunción de culpabilidad que
conlleva a la resolución de acusación que lo residenció en juico penal emitido por la Fiscalía como ente
investigador.

El Art. 4 del Código Penal señala “Prohíbese en materia penal la interpretación extensiva. El juez debe
atenerse, estrictamente a la letra de la ley. En los casos de duda se la interpretará en el sentido más
favorable al reo”, lo cual guarda relación con el Art. 76 numeral 5 de la Constitución que dispone “En
caso de conflicto entre dos leyes de la misma materia que contemplen sanciones diferentes para un
mismo hecho, se aplicará la menos rigurosa, aún cuando su promulgación sea posterior a la infracción.
En caso de duda sobre una norma que contenga sanciones, se la aplicará en el sentido más favorable a
la persona infractora”.

El Art. 304-A del Código de Procedimiento Penal, dispone en su parte pertinente que se deberá confirmar
la inocencia del procesado “…si no se hubiera comprobado la existencia del delito o la responsabilidad
del procesado, o cuando existiere duda sobre tales hechos”.

Recordemos que la duda es estar entre la verdad y la mentira, en materia penal entre si es o no
responsable, entre si el hecho aconteció realmente o fue un solo espejismo, es decir que las pruebas no
alcanzan para llegar a la certeza absoluta y objetiva, entonces hay que darle aplicación al principio del in
dubio pro reo, o lo que es lo mismo resolver el estado de duda o dubitación a favor del reo.

Para que opere el in dubio pro reo se hace indispensable un estudio completo de todo el acervo
probatorio, después del cual si no se cumple con verdad la responsabilidad del procesado, es decir no se
concluye más allá de toda duda la responsabilidad, debe aplicarse el in dubio pro reo; y, absolver, o mejor
dicho confirmar el estado de inocencia del procesado.

Se dice que el principio del in dubio pro reo, no es aplicable cuando el tenor literal no deja dudas acerca
del claro sentido de la ley.

j) También se recordó en dicha charla que la jurisdicción es una figura jurídica de suprema significación
dentro de la vida del Estado, y se ha llegado a afirmar que la vida social sin justicia es inexistente, pues
uno de sus valores permanentes e insoslayables es la justicia y su aplicación; mientras que la
competencia, es una de las figuras fundamentales del derecho procesal, y tiene íntima relación con la
figura jurídica de la jurisdicción.

La competencia implica jurisdicción pero limitada y distribuida; debiendo señalar que estos temas se
encuentran actualmente regulados en el Código Orgánico de la Función Judicial en los Arts. 150 al 165,
de tal modo que existen reformas al Código de Procedimiento Civil codificado en esta materia.

También se manifestó que las diferencias entre jurisdicción y competencia; es que la jurisdicción es la
potestad de administrar justicia, lo cual diferencia un juez de quien no lo es, mientras que la
competencia, es la facultad de conocer de un determinado asunto con preferencia de otro juez. Es decir
lo que diferencia a un juez de cualquier otro en cuanto a la posibilidad de conocer un asunto legal.

Sobre estos temas, los trato con detalle en el trabajo sobre los PRINCIPIOS RECTORES EN LA
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA SEGÚN EL CÓDIGO ORGÁNICO DE LA FUNCIÓN JUDICIAL; especialmente
al comentar el artículo 7 del Código de dicha materia.

CONCLUSIONES

En la sesión de trabajo con los jueces, y tribunales de garantías penales de Pichincha, así como con los
funcionarios que laboran en dichas dependencias, llegamos a las siguientes conclusiones, luego de un
interesante trabajo de actualización de conocimiento y compartir los mismos:

1. El debido proceso constituye el eje fundamental del derecho procesal y es una garantía constitucional,
que se robustece con la presencia de este principio;

2. Los principios del derecho penal y del derecho procesal penal guardan estricta relación con el espíritu
doctrinario del debido proceso, lo que permite que la tramitación judicial en materia penal se haya
humanizado;

3. Las garantías judiciales que se encuentran contempladas en instrumentos internacionales en materia de


derechos humanos, contienen expresamente reglas del debido proceso; y

4. La falta de aplicación de las reglas del debido proceso o su desconocimiento deben ser sancionadas, pues
sólo de esta manera se puede garantizar una correcta administración de justicia, o sea que la
administración de justicia debe ser el referente de una correcta aplicación de las reglas del debido
proceso; y,

5. Respecto a la independencia judicial y la paz social, se hizo hincapié, que el tratadista Carlos Parodi Remón
señala “La independencia judicial no depende exclusivamente de las causas que históricamente han sido
consideradas como tales (…) Depende del mismo juez (…) El fin último del proceso no es el
reconocimiento de los derechos sustanciales, sino la restauración o mantenimiento de la paz social, a
través de aquel reconocimiento (…) es decisivo el acercamiento del juez al usuario de la justicia. La
separación entre uno y otro es negativa para el logro de los fines del proceso y fatal para el mundo del
futuro”.
Por último se recordó la frase de Eduardo Couture que dice “De todas las cosas que existen en la vida, la
única insustituible es la justicia; pues los pueblos pueden vivir sin salud, sin riqueza, sin belleza, vivirán mal,
pero vivirán; pero sin justicia no pueden vivir”; más aún como dice Martín Lutero “La paz no se ha hecho
para lograr la justicia. La justicia se ha hecho para lograr la paz”; de tal modo que el proceso de cambio que
vive el país, depende fundamentalmente de la actuación de los operadores de justicia y muy en especial de
los jueces y tribunales de garantías penales del país, para que se haga realidad una justicia sin discriminación,
efectiva, eficiente, participativa, transparente y garante de los derechos; pues esta es una demanda popular,
por lo que es necesario un cambio radical en la justicia ecuatoriana, conforme señala la primera parte del
Considerando del Código Orgánico de la Función Judicial, ya que esto es lo que motivó a que el pueblo
ecuatoriano apruebe una nueva Constitución mediante referéndum que se realizó el 28 de septiembre de
2008, y que finalmente se publicó en el Registro Oficial No. 449 de 20 de octubre de 2008.

Principio de Tutela Judicial Efectiva

Autor: Abg. José Sebastián Cornejo Aguiar.

Es necesario, partir entendiendo que toda persona tiene derecho, al acceso gratuito a la justicia y a la tutela
efectiva, imparcial y expedita de sus derechos e intereses, con sujeción a los principios de inmediación,
celeridad y que en ningún caso quedará en indefensión.

Entendiéndose, que el incumplimiento de las resoluciones judiciales, será sancionado por la ley[1].

Implicaciones legales de la Tutela Efectiva

Y que para Pico I Junay [2],el mismo que argumenta que el derecho a la tutela judicial efectiva, hace
referencia a un contenido complejo que incluye aspectos tales como el derecho al acceso a los tribunales, el
derecho a obtener una sentencia fundada y en si el derecho a la efectividad de las resoluciones judiciales,
que comprenden sin duda la facultad de poder reclamar a los órganos judiciales la apertura de un proceso,
para obtener una resolución motivada y argumentada sobre una petición amparada por la ley.

Que si bien es cierto, esta ley no constituye más que una norma jurídica dictada por el legislador, el mismo
que como menciona el jurista panameño Cesar Quintero, en su libro Derecho Constitucional, la ley no es
más que una norma dictada por una autoridad pública que a todos ordena, prohíbe o permite concepto muy
similar al que nosotros tenemos en nuestro Código Civil, en el artículo primero, que menciona a la ley como
aquella declaración de la voluntad soberana que manifestada en la forma prescrita por la Constitución
manda, prohíbe o permite.[3]

Definición muy clara que sin duda hace alusión a la Constitución, como base primordial del ordenamiento
jurídico existente en el Ecuador.
Objeto de la Tutela Judicial Efectiva

Esto debido, a que la tutela Judicial efectiva, va dirigida hacia todas las personas como la facultad de acudir
a los órganos jurisdiccionales, para que a través de los debidos cauces procesales y con unas garantías
mínimas, obtengan una decisión fundada en derecho, sobre las pretensiones propuestas, que si bien se
mencionan unas están destinadas a la concepción de un derecho generado por parte del estado, al mismo
como generador jurídico, político, que engloba implicaciones de ser soberano y coercitivo, ya están formadas
por un conjunto de instituciones involuntarias, que tiene el poder de regular la vida nacional en un territorio
determinado.

Implicando sin lugar a dudas la responsabilidad de los defectos y anormalidades en las prestaciones que se
le exige al derecho a la tutela judicial efectiva, el mismo que no solo consiste en reclamar unas garantías
mínimas de eficacia que abundan a dicho acceso y como se ha mencionado anteriormente la Constitución
es la encargada de brindar, a más del acceso a la jurisdicción consistente en la potestad conferida por parte
del estado para administrar justicia, la misma que sin lugar a dudas ordena la imparcialidad del juez y la
celeridad procesal, proscribe la indefensión y ordena el cumplimiento de los fallos judiciales, requisitos sin
los cuales no habría la deseada efectividad en la administración de justicia.

Con lo antes mencionado quería desembocar a la conceptualización que se realiza en el Código Orgánico de
la Función Judicial, la misma que expresa textualmente lo siguiente:

“La Función Judicial, por intermedio de las juezas y jueces, tiene el deber fundamental de garantizar
la tutela judicial efectiva de los derechos declarados en la Constitución y en los instrumentos
internacionales de derechos humanos o establecidos en las leyes, cuando sean reclamados por sus
titulares o quienes invoquen esa calidad, cualquiera sea la materia, el derecho o la garantía exigida.

Deberán resolver siempre las pretensiones y excepciones que hayan deducido los litigantes sobre la
única base de la Constitución, los instrumentos internacionales de derechos humanos, los
instrumentos internacionales ratificados por el Estado, la ley, y los méritos del proceso.

La desestimación por vicios de forma únicamente podrá producirse cuando los mismos hayan
ocasionado nulidad insanable o provocando indefensión en el proceso”.[4]

Es decir sin lugar a dudas la tutela judicial efectiva, surge de la vulneración de un derecho, he allí la necesidad
de que se dé la composición de una Litis, que no es más que una contradicción entre las partes consistente
en diferentes posturas y argumentos, que a su criterio son válidos, es por ello la necesidad de la existencia
de un Juez que tenga un conocimiento cabal de la realidad del asunto con respecto a lo tipificado en el
ordenamiento jurídico de la Constitución, Tratados Internacionales de Derechos Humanos, Instrumentos
Internacionales ratificados por el Estado y demás leyes que le van a servir el momento de escuchar a las
partes, tanto en sus afirmaciones como negaciones y en la presentación de un sin número de elementos
probatorios.

Es sin duda que la tutela judicial efectiva, se clarifica como aquella que impone el cumplimiento ineludible
de los fallos judiciales, que no en todas las ocasiones son acertados, debido a que el termino justicia es muy
difícil de definirlo por un sin número de posturas existentes en las que se la menciona como repartir de
manera ecuánime a todos, concepto que sin duda engloba sinónimos tales como la equidad y la igualdad.

Para otros consiste la justicia, en dar a cada uno lo que le corresponde, frase un tanto trillada y más no
acertada, ya que si ejemplificamos no vamos a saber qué es lo que realmente le corresponde a cada uno
siendo así esta frase un tanto incongruente que a su vez puede llegar a caer en lo injusto.

Sin lugar a dudas es importante acotar a lo mencionado, que al darse la existencia de un principio que
reconozca un derecho fundamental de la persona e intente conseguir lo justo, no lo debe hacer en nombre
de la ley, sino en nombre del mismo hombre, que puede tener virtudes como defectos que le permitan
actuar de una manera independiente con desinterés y tomar a lo justo, como una visión de lo bueno y a lo
injusto, como un uso fraudulento del derecho.

En consecuencia regresando a lo que respecta la tutela judicial efectiva, es el “Estado el responsable en los
casos de error judicial, detención arbitraria, retardo injustificado o inadecuada administración de justicia,
violación del derecho a la tutela judicial efectiva, y por las violaciones de los principios y reglas del debido
proceso.”[5]

Al hablar de ello me refiero a los posibles errores que surgen de este principio y que como lo menciona la
Constitución, es el Estado el responsable por detención arbitraria, error judicial, retardo injustificado o
inadecuada administración de justicia, violación del derecho a la tutela judicial efectiva, y por las violaciones
de los principios y reglas del debido proceso.[6]

Que si nos fijamos es casi textual a lo que se nos menciona anteriormente en el art 15 del Código Orgánico
de la Función Judicial, que habla del principio de responsabilidad.

Ejemplo:

En el preciso caso de la tutela judicial efectiva y el debido proceso, si a una de las partes se le obstó el derecho
de defensa, lo cual condujo a una sentencia adversa, no podría bastar la sola sanción de nulidad por violación
al debido proceso y la expedición de una posterior sentencia correctiva, pues la indefensión también significa
que se ha denegado justicia oportuna a la parte afectada y que no existió efectividad, lo cual acarrea la
determinación de responsabilidad y una posible indemnización.

Ahora bien la tutela judicial efectiva, también impone la necesidad de que las sentencias y actos decisorios,
sean debidamente motivados en derecho y que resuelvan en su totalidad los asuntos sometidos al
conocimiento del juez, a fin de evitar que las reclamaciones queden sin decisión sobre lo principal, por el
reiterado pronunciamiento de la falta de competencia de las juezas y jueces que previnieron el
conocimiento, en la situación permitida por la ley, las juezas y jueces los mismos que están obligados a dictar
fallo sin que les sea permitido excusarse o inhibirse por no corresponderles, salvo las causas específicas de
inhibición establecidas.

TÍTULO VIII
DE LA FUNCIÓN JUDICIAL

Capítulo 1
De los principios generales

Art. 191.- El ejercicio de la potestad judicial corresponderá a los órganos de la Función Judicial. Se establecerá
la unidad jurisdiccional.

De acuerdo con la ley habrá jueces de paz, encargados de resolver en equidad conflictos individuales,
comunitarios o vecinales.

Se reconocerán el arbitraje, la mediación y otros procedimientos alternativos para la resolución de


conflictos, con sujeción a la ley.

Las autoridades de los pueblos indígenas ejercerán funciones de justicia, aplicando normas y procedimientos
propios para la solución de conflictos internos de conformidad con sus costumbres o derecho
consuetudinario, siempre que no sean contrarios a la Constitución y las leyes. La ley hará compatibles
aquellas funciones con las del sistema judicial nacional.

Art. 192.- El sistema procesal será un medio para la realización de la justicia. Hará efectivas las garantías del
debido proceso y velará por el cumplimiento de los principios de inmediación, celeridad y eficiencia en la
administración de justicia. No se sacrificará la justicia por la sola omisión de formalidades.

Art. 193.- Las leyes procesales procurarán la simplificación, uniformidad, eficacia y agilidad de los trámites.
El retardo en la administración de justicia, imputable al juez o magistrado, será sancionado por la ley.

Art. 194.- La sustanciación de los procesos, que incluye la presentación y contradicción de las pruebas, se
llevará a cabo mediante el sistema oral, de acuerdo con los principios: dispositivo, de concentración e
inmediación.

Art. 195.- Salvo los casos expresamente señalados por la ley, los juicios serán públicos, pero los tribunales
podrán deliberar reservadamente. No se admitirá la transmisión de las diligencias judiciales por los medios
de comunicación, ni su grabación por personas ajenas a las partes y a sus defensores.

Art. 196.- Los actos administrativos generados por cualquier autoridad de las otras funciones e instituciones
del Estado, podrán ser impugnados ante los correspondientes órganos de la Función Judicial, en la forma
que determina la ley.

Art. 197.- La Corte Suprema de Justicia en pleno, expedirá la norma dirimente que tendrá carácter
obligatorio, mientras la ley no determine lo contrario, en caso de fallos contradictorios sobre un mismo
punto de derecho, dictados por las Salas de Casación, los Tribunales Distritales o las Cortes Superiores.
Capítulo 2
De la organización y funcionamiento

Art. 198.- Serán órganos de la Función Judicial:

1. La Corte Suprema de Justicia.

2. Las cortes, tribunales y juzgados que establezcan la Constitución y la ley.

3. El Consejo Nacional de la Judicatura.

La ley determinará su estructura, jurisdicción y competencia.

Art. 199.- Los órganos de la Función Judicial serán independientes en el ejercicio de sus deberes y
atribuciones. Ninguna función del Estado podrá interferir en los asuntos propios de aquellos.

Los magistrados y jueces serán independientes en el ejercicio de su potestad jurisdiccional aun frente a los
demás órganos de la Función Judicial; solo estarán sometidos a la Constitución y a la ley.

Art. 200.- La Corte Suprema de Justicia tendrá jurisdicción en todo el territorio nacional y su sede en Quito.
Actuará como corte de casación, a través de salas especializadas, y ejercerá, además, todas las atribuciones
que le señalen la Constitución y las leyes.

Art. 201.- Para ser magistrado de la Corte Suprema de Justicia, se requerirá:

1. Ser ecuatoriano por nacimiento.

2. Hallarse en goce de los derechos políticos.

3. Ser mayor de cuarenta y cinco años.

4. Tener título de doctor en jurisprudencia, derecho o ciencias jurídicas.

5. Haber ejercido con probidad notoria la profesión de abogado, la judicatura o la docencia universitaria en
ciencias jurídicas, por un lapso mínimo de quince años.

6. Los demás requisitos de idoneidad que fije la ley.

Art. 202.- Los magistrados de la Corte Suprema de Justicia no estarán sujetos a período fijo en relación con
la duración de sus cargos. Cesarán en sus funciones por las causales determinadas en la Constitución y la ley.

Producida una vacante, el pleno de la Corte Suprema de Justicia designará al nuevo magistrado, con el voto
favorable de las dos terceras partes de sus integrantes, observando los criterios de profesionalidad y de
carrera judicial, de conformidad con la ley.

En la designación se escogerá, alternadamente, a profesionales que hayan ejercido la judicatura, la docencia


universitaria o permanecido en el libre ejercicio profesional, en este orden.

Art. 203.- El Presidente de la Corte Suprema de Justicia informará anualmente por escrito al Congreso
Nacional sobre sus labores y programas.

Art. 204.- Se reconoce y se garantiza la carrera judicial, cuyas regulaciones determinará la ley.
Con excepción de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, los magistrados, jueces, funcionarios y
empleados de la Función Judicial, serán nombrados previo concurso de merecimientos y oposición, según
corresponda, de acuerdo con lo establecido en la ley.

Art. 205.- Se prohibe a los magistrados y jueces ejercer la abogacía o desempeñar otro cargo público o
privado, con excepción de la docencia universitaria. No podrán ejercer funciones en los partidos políticos, ni
intervenir en contiendas electorales.

Capítulo 3
Del Consejo Nacional de la Judicatura

Art. 206.- El Consejo Nacional de la Judicatura será el órgano de gobierno, administrativo y disciplinario de
la Función Judicial. La ley determinará su integración, la forma de designación de sus miembros, su estructura
y funciones.

El manejo administrativo, económico y financiero de la Función Judicial, se hará en forma desconcentrada.

Art. 207.- En los casos penales, laborales, de alimentos y de menores, la administración de justicia será
gratuita.

En las demás causas, el Consejo Nacional de la Judicatura fijará el monto de las tasas por servicios judiciales.
Estos fondos constituirán ingresos propios de la Función Judicial. Su recaudación y administración se hará en
forma descentralizada.

La persona que litigue temerariamente pagará a quien haya ganado el juicio las tasas que éste haya
satisfecho, sin que en este caso se admita exención alguna.

Capítulo 4
Del régimen penitenciario.

Art. 208.- El sistema penal y el internamiento tendrán como finalidad la educación del sentenciado y su
capacitación para el trabajo, a fin de obtener su rehabilitación que le permita una adecuada reincorporación
social.

Los centros de detención contarán con los recursos materiales y las instalaciones adecuadas para atender la
salud física y psíquica de los internos. Estarán administrados por instituciones estatales o privadas sin fines
de lucro, supervigiladas por el Estado.

Los procesados o indiciados en juicio penal que se hallen privados de su libertad, permanecerán en centros
de detención provisional.

Únicamente las personas declaradas culpables y sancionadas con penas de privación de la libertad, mediante
sentencia condenatoria ejecutoriada, permanecerán internas en los centros de rehabilitación social.

Ninguna persona condenada por delitos comunes cumplirá la pena fuera de los centros de rehabilitación
social del Estado.

Justicia Indígena

“La justicia es el vínculo de las sociedades humanas;


las leyes emanadas de la justicia son el alma del pueblo”

Juan Luis Vives.

Autor: Dr. Augusto Durán Ponce.

I. CULTURA INDÍGENA.

Lo “indígena” se aplica a lo relacionado a una población originaria del territorio que habita; a los nativos
americanos o amerindios; a los grupos humanos que preservan sus culturas tradicionales, resistiendo
heroicamente a una opresión brutal, cruel e inhumana.

Los indígenas, orgullosos de sus raíces milenarias y formados en el alfabeto de la rebeldía, nacieron para
conquistar la Justicia, derechos y libertades, luchando cada instante porque saben que no pueden dejar de
ser libres.

La conquista española no pudo quebrar el espíritu indómito de los indígenas y a los treinta años de la
conquista española se produjo en República Dominicana la primera de una serie de rebeliones indígenas
contra los opresores, que se vieron obligados a suscribir el primer tratado de paz en tierras americanas.

Salvador Camacho cuenta que bajo el imperio español “todo está grabado: el capital y la renta, la industria
y el suelo, la vida y la muerte, el pan y el hambre, la alegría y el duelo”.

Características

Las características más relevantes de lo indígena son: tradiciones organizativas conforme a pautas culturales,
religiosas, económicas, raciales anteriores al surgimiento del Estado actual; idioma propio; costumbres
ancestrales; cosmovisión especial; resistencia a la expansión mundial de la civilización occidental, a la
discriminación y racismo; caudaloso y rico potencial cultural; conocimientos tradicionales; uso racional de
los ecosistemas; y, profundo conocimiento del entorno natural, que les permite cumplir una misión clave
en el manejo de los recursos naturales.

Se estima que existen trescientos setenta millones de indígenas distribuidos en setenta países, ocupando el
veinte por ciento del territorio del mundo.

II. JUSTICIA INDIGENA

La Justicia Indígena surge como un mecanismo para afianzar y garantizar los valores y principios de los
aborígenes; velar por el cumplimiento de los deberes y derechos de los nativos; y, mantener el respeto y la
armonía entre los seres humanos.
Fundamentos. La Justicia Indígena tiene los siguientes fundamentos: a) La Constitución vigente. En el
CAPÍTULO Cuarto del TITULO IV trata de la “PARTICIPACIÓN Y ORGANIZACIÓN DEL PODER” y en la Sección
Segunda dice “Justicia Indígena”.

El artículo 171 de la Constitución es del tenor siguiente: “Las autoridades de las comunidades, pueblos y
nacionalidades indígenas ejercerán funciones jurisdiccionales, con base en sus tradiciones ancestrales y su
derecho propio, dentro de su ámbito territorial, con garantías de participación y decisión de las mujeres. Las
autoridades aplicarán normas y procedimientos propios para la solución de sus conflictos internos, y que no
sean contrarios a la Constitución y a los derechos humanos reconocidos en instrumentos internacionales.

El Estado garantizará que las decisiones de la jurisdicción indígena sean respetadas por las instituciones y
autoridades públicas. Dichas decisiones estarán sujetas al control de constitucionalidad. La ley establecerá
los mecanismos de coordinación y cooperación entre la jurisdicción indígena y la jurisdicción ordinaria”.

Control de constitucionalidad.

El Derecho es un sistema de normas para regular la vida humana; es la fuerza ordenada; y, la expresión de
un valor jurídico.

Una norma es válida si es creada en la forma dispuesta también por una norma, por lo que la una es el
fundamento de validez de la otra. De aquí surge la norma “superior” y otra “inferior”, subordinada a la
primera, dando lugar a un orden jurídico.

El orden jurídico tiene una estructura jerárquica con normas distribuidas en estratos superpuestos. Este
orden jurídico tiene unidad en cuanto la creación y validez de una norma está determinada por otra norma,
creada y determinada por otra norma jurídica.

La validez del orden jurídico depende de la norma fundamental, la Constitución, norma de grado superior
del orden jurídico nacional, que tiene como función definir los órganos que deben crear las normas generales
y fijar el procedimiento para dicha creación.

Juan Manuel Charry considera que “control constitucional es el conjunto de me can ismos destinados a
mantener el funcionamiento del Estado dentro de los lineamientos señalados por la voluntad del
constituyente, y para impedir que ese poder exorbitante sea colocado al servicio de intereses diferentes a
los de la comunidad”.
El control constitucional se fundamenta en la supremacía constitucional y en su fuerza normativa,
como pilares jurídicos del Estado. Este control busca que los principios de supremacía constitucional y su
fuerza normativa se cumplan fielmente. Por lo tanto, el control constitucional es el mecanismos mediante el
cual se verifica si las leyes se hallan en armonía con la Constitución, para lograr que la jerarquía asegure el
cumplimiento de las normas constitucionales, garantizando y afirmando el principio de supremacía
constitucional, a fin de que el orden jurídico tenga certeza y coherencia.

Garantía a la dignidad del ser humano

El artículo 84 de la invocada Constitución preceptúa lo siguiente: “La Asamblea Nacional y todo órgano con
potestad normativa tendrá la obligación de adecuar, formal y materialmente, las leyes y las demás normas
jurídicas a los derechos previstos en la Constitución y los tratados internacionales, y los que sean necesarios
para garantizar la dignidad del ser humanos o de las comunidades, pueblos y nacionalidades. En ningún caso,
la reforma de la Constitución, las leyes, otras normas jurídicas ni los actos del poder público atentarán contra
los derechos que reconoce la Constitución”.

Para garantizar la dignidad del ser humano, pueblos y nacionalidades es necesario adecuar las leyes y normas
jurídicas a los derechos consagrados en la Constitución.

Uno de esos derechos – según lo preceptuado en el artículo 171 de la Constitución vigente – es que las
“autoridades de las comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas ejercerán funciones jurisdiccionales,
con base en sus tradiciones ancestrales y su Derecho propio.

Respeto a las resoluciones de la Justicia Indígena

El artículo 76, numeral 7, letra i) de la referida Constitución consagra lo siguiente: “Nadie podrá ser juzgado
más de una vez por la misma causa y materia. Los casos resueltos por la justicia indígena deberán ser
considerados para este efecto”. Este artículo consagra el principio “non bis in ídem”, señalando que las
resoluciones de la justicia indígena causan ejecutoria y son de última y definitiva instancia.

a) Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas. El 13 de Septiembre de 2007, la Asamblea General de


las Naciones Unidas aprobó, con ciento cuarenta y tres votos a favor, cuatro en contra y once abstenciones,
la “Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas”.

Australia, Canadá, Estados Unidos de Norte América y Nueva Zelanda votaron en contra.

Esta declaración consagra el reconocimiento de “las leyes, tradiciones, costumbres y sistemas de tenencia
de la tierra de los pueblos indígenas “; “el derecho a determinar las estructuras y a elegir la composición de
sus instituciones de conformidad con sus propios procedimientos”; el “derecho a promover, desarrollar y
mantener sus estructuras institucionales y sus propias costumbres, espiritualidad, tradiciones,
procedimientos y prácticas y, cuando existan, costumbres o sistemas jurídicos, de conformidad con las
normas internacionales de derechos humanos” .

b) Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo – OIT -, que contiene las normas sobre
administración de Justicia Indígena.

c) Valores, principios, costumbres, usos y tradiciones indígenas; y

d) Instrumentos Internacionales sobre Justicia Indígena.

III. UNIDAD JURISDICCIONAL.

La Unidad Jurisdiccional es un principio en virtud del cual soló los órganos jurisdiccionales y tribunales
conocerán y resolverán, en un proceso y en el campo determinado en la Constitución, lo que es Derecho en
caso concreto y en forma irrevocable.

La jurisdicción es única y la ejercen los juzgados y tribunales previstos en la ley.

En consecuencia la unidad jurisdiccional no admite jurisdicciones especiales y significa que todos los juzgados
y tribunales integran la Junción Judicial y tienen la titularidad exclusiva de la potestad jurisdiccional.

El artículo 168, numeral 3 de la Constitución vigente establece que “En virtud de la unidad jurisdiccional,
ninguna autoridad de las demás funciones del Estado podrá desempeñar funciones de administración de
justicia ordinaria, sin perjuicio de las potestades jurisdiccionales reconocidas por las Constitución”.

Requisitos

La unidad jurisdiccional se sustenta en los siguientes requisitos: a) existencia de una sola Función Judicial
que corresponda al Estado; b) las personas y el derecho material son los juzgados y tribunales de la Función
Judicial; c) quienes ejercen la potestad jurisdiccional tienen un mismo status; d) no puede atribuirse la
potestad jurisdiccional a ningún órgano que no integre la Función Judicial, para respetar la garantía
constitucional del debido proceso contemplado en el artículo 76 de la Constitución vigente.

IV. ¿QUÉ ES LA JUSTICIA INDÍGENA?


La Justicia Indígena es un sistema de elementos, disposiciones, órganos jurisdiccionales y procedimientos de
los pueblos indígenas para acceder a la jurisdicción del Estado en materia de justicia, teniendo como base
los usos, costumbres y tradiciones de su comunidad; y, restablecer el orden y la paz social.

Los elementos, normas y procedimientos están relacionados con la vigencia y aplicación de normas de origen
consuetudinario, en orden a mantener la armonía y paz social.

La autoridad indígena es responsable de cumplir y hacer cumplir las normas, valores y principios de la
comunidad.

No hay que olvidar que son principios de las comunidades indígenas: “ama killa, ama llula y ama shua”.

V. ELEMENTOS DE APLICACIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA INDÍGENA.

Son los principios y valores; normas; mecanismos y procedimientos según la cosmovisión indígena; y, las
autoridades.

VI. PROCEDIMIENTO O ETEPAS. La administración de justicia indígena se realiza mediante las siguientes
etapas:

1. Willachina o aviso o demanda, para llevar a conocimiento de la autoridad el hecho producido y los
posibles responsables.

2. Tapuykuna o investigación, que se cumple en varias diligencias, como inspección ocular; testimonios;
versiones y documentos.

3. Chimbapurana, es la confrontación entre acusado y acusador, que comienza con la instalación de la


asamblea e información de los hechos, aclaración entre las partes y presentación de todas las pruebas.

4. Killpichirina o sanción, adoptada por la asamblea.

5. Pakachina o ejecución de la sanción de ser el caso, ya que puede decidirse el perdón.

Don Miguel de Unamuno, en la página 1 de su obra “Viva de Don Quijote y Sancho”, dice: “La última y
definitiva justicia es el perdón”.
6. Tantanakushpa cushirina, es el gozo por la solución del conflicto y la etapa de la amistad, perdón y
prerrogativas.

Características. La Justicia Indígena es: pública; sus autoridades son personas de la comunidad, pueblo o
nacionalidad que no perciben remuneración alguna; celeridad en el procedimiento; la asamblea decide el
conflicto; es gratuita, directa, cultural, y eficiente; la sanción es de carácter público, curativo y orientada a
reincorporar a la comunidad a las personas; las normas comunitarias se basan en las costumbres y usos de
cada comunidad; las autoridades indígenas tienen competencia en todas las materias; aplica principios
propios y se fundamenta en el respeto a la palabra, la vida, la armonía, el bien común, orden, perdón, respeto
a los mayores y tolerancia.

Jurisdicción y competencia. La jurisdicción es especial y la competencia es de carácter colectivo, material y


territorial.

VII. CONCLUSIONES.

1. Los indígenas administran justicia en sus comunidades, pueblos y nacionalidades desde siempre, lo que
presupone la existencia del Derecho Indígena, que se imparte en varios establecimientos de educación
superior.

2. Como el Derecho es un producto cultural, el artículo 171 de la Constitución vigente dispone que” Las
autoridades de la comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas ejercerán funciones jurisdiccionales, con
base en sus tradiciones ancestrales y su derecho propio, dentro de su ámbito territorial, con garantía de
participación y decisión de las mujeres”.

Es importante resaltar la frase “dentro de su ámbito territorial” ya que delimita el espacio en el cual las
autoridades de las comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas ejercen funciones jurisdiccionales.

3. Se debe respetar, preservar, recuperar, promover y difundir los conocimientos ancestrales indígenas y su
derecho propio.

4. La humanidad debe reconocer el valor de la defensa indígena de sus cultura, territorio, ecosistema,
biodiversidad alimentaria y medicinal.

5. La Justicia Indígena es un derecho consagrado en la Constitución vigente; una realidad indiscutible y hecho
que vive.

6. La Justicia Indígena se inspira en sus principios, cultura tradiciones y realidades.

7. La Justicia Indígena no busca llenar las cárceles con seres humanos, porque su finalidad es reinsertar a las
personas en la comunidad.

8. La Justicia Indígena combate la corrupción y, como es participativa y comunitaria, no permite la


impunidad.
9. La Asamblea Nacional, en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 171 de la Constitución actual, debe
expedir la ley correspondiente estableciendo los mecanismos de coordinación y cooperación entre la
jurisdicción indígena y la jurisdicción ordinaria.

10. La referida ley garantizara el respeto a las decisiones de la jurisdicción indígena, con base en sus
tradiciones ancestrales y su propio derecho.

Procedimiento Directo en el Proceso Penal

lunes 19 de enero del 2015 | 15:14

Última actualización: viernes 30 de enero del 2015 | 15:33

Procedimiento Directo en el Proceso Penal

Autor: Dr. Jorge M. Blum Carcelén, Msc.

Luego, en la búsqueda de procedimientos nuevos para la solución de conflictos, en el sistema penal, se


crearon como salidas alternativas, “la suspensión condicional del procedimiento”, actualmente eliminado
por el Código Orgánico Integral Penal; y, el último llamado “procedimiento abreviado”, que tenían exigencias
distintas en el derogado procedimiento penal, ya que actualmente se puede aplicar a un mayor número de
delitos; lográndose obtener con el abreviado, en los primeros meses de su aplicación, un mayor número de
sentencias, pero que tampoco en la práctica alcanzaron a bajar los índices estadísticos de causas represadas
y no resueltas, con lo que el país seguía manteniendo el hacinamiento carcelario de presos sin sentencia,
encontrándonos estadísticamente muy por debajo de la media

Latinoamericana.

Estas primeras herramientas facilitaban la respuesta de calidad, mediante un procedimiento oral, rápido y
eficaz, otorgando al conflicto penal una solución distinta a la tradicional, en delitos de baja penalidad que se
resolvían generalmente en las primeras audiencias, ante los jueces de garantías penales; y, los segundos son
métodos de simplificación procesal, cuyo objetivo fundamental es sentenciar los casos no graves, mediante
un procedimiento ágil y económico, para ahorrar recursos humanos y materiales al sistema penal, brindando
una respuesta oportuna a la víctima.

Señala la doctrina, que la parte sustantiva y adjetiva penal, deben estar caracterizadas por la presencia de
una gama de principios y derechos fundamentales, limitadores del poder punitivo del Estado, debiendo
actuar y concentrar todos sus recursos, materiales como humanos, en los casos de ataques violentos a los
bienes jurídicos más importantes como la vida, la integridad personal, la libertad sexual, entre otros; sin
desmerecer los de menor cuantía o de poca relevancia social, aunque sostenemos, que el robo a celulares
en forma individual, no representaba mayor impacto social, pero sumados todos los robos a celulares, si
causan alarma social.

Nuevos Procedimientos Especiales en el COIP

En el Código Orgánico Integral Penal se han incorporado nuevos “procedimientos especiales”, en función de
la gravedad de los bienes jurídicos lesionados penalmente y se han creado juicios “directos” y “expeditos”,
con la finalidad de lograr procesos penales eficientes; por ello entendemos, que la creación tiene como
objetivo la pronta respuesta de la justicia, para brindar seguridad ciudadana y propiciar la tutela de la
víctima, ya que la prolongación de los tiempos en los procesos, siempre generó preocupación social y sobre
todo impunidad e indefensión.

Con la expedición del Código Orgánico Integral Penal, COIP, se reconocen tres tipos de procedimientos, para
la tramitación del proceso penal, como lo señalan los artículos 580, 634 y 647, que son el “ordinario”, “los
procedimientos especiales”; y, el “procedimiento para el ejercicio privado de la acción penal”.

El procedimiento ordinario, para las causas de acción pública que se inician mediante formulación de cargos,
que permite tramitar el proceso en forma secuencial, mediante tres etapas, iniciando con la instrucción
fiscal; luego la evaluación y preparatoria de juicio; y concluye, con la etapa de juicio.

Entre los procedimientos especiales, tenemos el “abreviado” para delitos sancionados hasta con diez años
de pena privativa de la libertad, la que no podrá exceder de la acordada entre el procesado y el fiscal,
pudiendo presentarse desde la audiencia de formulación de cargos hasta la audiencia de evaluación y
preparatoria de juicio; el “directo”, para delitos sancionados hasta con cinco años e iniciados mediante
audiencia de flagrancia; el “expedito” para las contravenciones penales y expedito para contravenciones de
tránsito.

El último de los procedimientos, es para tramitar las causas que se originan mediante el ejercicio “privado”
de la acción penal, que requiere del impulso del ofendido mediante querella y tiene su trámite específico,
con la citación al querellado, contestación, audiencia de conciliación y sentencia; a diferencia de los delitos
de ejercicio público de la acción que lo impulsa la Fiscalía y se tramita mediante etapas o en una sola
audiencia, dependiendo del tipo de procedimiento que debe seguir la causa.

Sustanciación del Procedimiento Directo.


El artículo 640 del COIP., señala ocho reglas que deben seguirse en la sustanciación del “Procedimiento
Directo”, que analizaremos:

Este procedimiento, es nuevo es nuestra estructura procesal penal y concentra todas las etapas en una sola
audiencia y procede para los delitos calificados como flagrantes, pero sancionados con pena máxima
privativa de libertad de hasta 5 años; cuya definición de flagrancia, está descrita en el artículo 527 del COIP,
indicando: “que se encuentra en situación de flagrancia, la persona que comete el delito en presencia de
una o más personas o cuando se la descubre inmediatamente después de su supuesta comisión, siempre
que exista una persecución ininterrumpida desde el momento de la supuesta comisión hasta la aprehensión,
asimismo cuando se encuentre con armas, instrumentos, el producto del ilícito, huellas o documentos
relativos a la infracción recién cometida. No se podrá alegar persecución ininterrumpida si han transcurrido
más de veinticuatro horas entre la comisión de la infracción y la aprehensión”.

También el Procedimiento Directo aplica a los delitos contra la propiedad, cuyo monto no exceda de 30
salarios básicos unificados del trabajador en general, calificados como flagrantes; pero quedan excluidos de
este procedimiento las infracciones contra la eficiente administración pública o que afecten a los intereses
del Estado, delitos contra la inviolabilidad de la vida, integridad y libertad personal con resultado muerte,
delitos contra la integridad sexual y reproductiva y delitos de violencia contra la mujer o miembros del núcleo
familiar. El juez de garantías penales, perteneciente a la unidad de flagrancia, es el competente para
sustanciar y resolver el procedimiento directo, con lo que queda superado cualquier discrepancia jurídica
respecto a la competencia, ya que para conocer, tramitar y sentenciar mediante procedimiento directo el
competente es el juez de garantías penales y no el tribunal de garantías penales, ya que el juzgador
unipersonal es el único que lo conocerá y dispondrá que el procedimiento a seguirse sea el directo, como lo
expresa el artículo 529 COIP cuando dice: “En los casos de infracción flagrante, dentro de las veinticuatro
horas desde que tuvo lugar la aprehensión, se realizará la correspondiente audiencia oral ante la o el
juzgador, en la que se calificará la legalidad de la aprehensión. La o el fiscal, de considerarlo necesario,
formulará cargos y de ser pertinente solicitará las medidas cautelares y de protección que el caso amerite y
se determinará el proceso correspondiente”; luego de que haya calificado la flagrancia; para lo cual, el juez
o jueza, en el plazo de 10 días (contados desde la audiencia de flagrancia), convocará para la realización de
la audiencia de juicio directo, en la cual dictará sentencia.

Desarrollo Procesal del Procedimiento Directo

Con lo anterior, notamos, que es el juez de garantías penales, quien debe señalar en la primera audiencia de
flagrancia, el camino procesal, que corresponde al trámite de procedimiento directo; debiendo el juez, como
segunda exigencia, señalar dentro de los 10 días, la fecha para la realización de la audiencia final de juicio
directo, precisamente porque lo que se busca es celeridad, para ello, le facilitará a la defensa del procesado
el acceso al expediente físico o de modo informático, para que tenga el tiempo suficiente para preparar la
defensa. Los sujetos procesales, mientras discurre el plazo para la audiencia de juicio mediante el
procedimiento directo, hasta tres días antes de dicha audiencia, realizarán, por escrito, el anuncio de
pruebas; pero de considerarlo necesario, en forma motivada de oficio o a petición de parte, el juzgador,
puede suspender el curso de la audiencia, por una sola vez, indicando el día y hora para su continuación, la
que no podrá exceder de 15 días de la fecha de su inicio.

Del articulado antes indicado, resaltamos la frase: “suspender el curso de la audiencia”; para preguntarnos:
¿El juez, debe instalar la audiencia de juicio directo y en el transcurso de ella suspenderla?, o ¿El Juez la
puede suspender antes de iniciada la audiencia de juicio?; la respuesta a lo anterior, a nuestro criterio lo
sintetizamos, en que debe ser una potestad del juzgador, de no iniciar la audiencia declarándola fallida, por
ejemplo: por no estar convocado el procesado, la víctima o testigos; o suspenderla luego de su inicio, de
oficio o a petición de parte, por ejemplo, por la no presencia de uno de los testigos importantes para el
desarrollo de dicho acto procesal, cuya responsabilidad de su asistencia será de los sujetos procesales; todo
ello, con la finalidad de precautelar el desarrollo del debido proceso; aunque el artículo 613 del COIP, señala
que en el caso de “audiencia de juicio fallida” por causas imputables a los jueces o fiscales se comunicará el
hecho al Consejo de la Judicatura para las sanciones del caso, pero si se trata de otros servidores públicos,
se pondrá en conocimiento de las autoridades respectivas para las sanciones administrativas.

En el caso de no asistir el procesado a la audiencia, el juez, puede disponer su detención, con el único fin de
que comparezca exclusivamente a ella. Con esta disposición procesal, debemos entender que el procesado
no se encuentra bajo la modalidad de “prisión preventiva”, sino que en la calificación de flagrancia, se le ha
impuesto una medida cautelar alternativa, distinta a la prisión, para que pudiera darse el caso, de que el
procesado no se presente el día y hora de la audiencia; ya que de estar bajo prisión, los custodios del sitio
carcelario donde se encuentre, deberán llevarlo obligatoriamente al sitio de la audiencia, esto es a la sala de
audiencias, donde estará el juez de flagrancia competente.

Debemos tener presente, que el procedimiento directo, obliga a que todo el proceso penal queda reducido
y se pasa de la audiencia de calificación de flagrancia, a la audiencia de juicio directo, donde se deben
presentar las pruebas de cargo y de descargo, para justificar la materialidad de la infracción y la
responsabilidad del procesado; y la sentencia será dictada en forma oral en la misma audiencia de juicio, ya
sea de condena o ratificatoria de inocencia, pudiendo ser apelada ante la Corte Provincial.

El desarrollo de la audiencia es oral, pública y contradictoria, seguirá los mismos lineamientos que señala el
COIP para las audiencias que contempla el procedimiento ordinario a partir del artículo 563 del COIP, la que
estará bajo la dirección del juzgador, cumpliéndose los principios de inmediación y contradicción para la
presentación de la prueba, cuyas partes de la audiencia deberán ser las mismas para la audiencia de juicio
en el procedimiento ordinario, esto es, la inicia el juez de garantías penales, cuando haya constatado la
presencia del fiscal, el procesado con su defensa técnica, sea ésta particular o a través de un defensor
público, la de los testigos que deben estar ubicados en otro sitio para que conozcan el desarrollo de la
audiencia y de la víctima o acusador particular en el caso de que hubiere.

Declarado instalado el acto de la audiencia de juicio directo, se dará inicio a la presentación del caso, llamado
“teoría del caso” o “alegado de apertura”, en el siguiente orden: Fiscal, luego la víctima o el acusador
particular si lo hubiere, quien podrá intervenir a través de un procurador judicial y en el caso de personas
jurídicas de derecho público o privado podrá comparecer el representante legal o su procurador judicial,
pero en caso de no acudir a la audiencia, se entenderá abandonada; y, por último el procesado, quien
expresará su teoría desde su punto de vista.

Luego se pasará a la presentación y contradicción de las pruebas, pero sólo se practicará la prueba anunciada
al juez de garantías penales que haya sido pedida, por escrito, hasta tres días antes de la audiencia de
juzgamiento, las que se receptarán en el mismo orden, primero los testigos de la Fiscalía, quienes serán
preguntados por el Fiscal y repreguntados por los demás sujetos procesales; posteriormente, los testigos de
la víctima o acusación particular y por último los testigos de la defensa, también preguntados por éste y
luego contra-examinados por los demás sujetos procesales. Respecto a la prueba no solicitada
oportunamente, a petición de las partes, el juez podrá ordenar la recepción de dichas pruebas, siempre que
justifique no conocer de su existencia hasta ese momento y que la prueba sea relevante para el proceso. El
COIP no señala el momento en que se debe justificar que no conocía la existencia de la prueba, pero
sostenemos, que debe hacerlo en el desarrollo de la audiencia, donde las partes podrán ejercer la
contradicción e inmediación, aunque podría alegarse que se viola la igualdad de armas, pero precisamente
el desconocimiento de su existencia no le permitió anunciarla, con lo que quedaría salvado el inconveniente.

Precluido la fase de la presentación de la prueba, entre las que se incluye la exhibición de documentos,
objetos u otros medios que se incorporan previa acreditación de quien lo presenta; se inician los alegatos,
en el mismo orden, primero el fiscal, luego la víctima y concluye la defensa del procesado; hay derecho a
réplica pero siempre concluirá la defensa; y estando presente el procesado, se le concederá el derecho de
última palabra.

Luego de concluidos los debates, el juez suspende el desarrollo de la audiencia, dispone que los asistentes
desalojen la sala y la reinstalará para anunciar la sentencia, cuya decisión judicial deberá ser motivada sobre
la existencia de la infracción y la responsabilidad penal del procesado, debiendo individualizar la pena, en el
caso de que fuere sentencia condenatoria, cuantificando los daños y perjuicios que incluirá la reparación
integral a la víctima; o si fuere del caso, al no haberse probado la infracción o no se probare la
responsabilidad del procesado reconocerá el principio de inocencia del procesado, disponiendo su inmediata
libertad en el evento de que estuviere con prisión preventiva o la suspensión de todas las medidas dictadas
en su contra.

Con la finalidad de unificar la aplicación del “Procedimiento Directo”, entre los administradores de justicia,
el Pleno del Consejo de la Judicatura, mediante Resolución No.- 146-2014 del 15 de agosto de 2014, expidió
el “Instructivo de manejo de audiencias del procedimiento directo previsto en el Código Orgánico Integral
Penal”, indicando que además de las reglas establecidas en el COIP, que hemos citado, para la realización de
este tipo de audiencias, el juez de garantías penales que conduzca la audiencia deberá calificar la flagrancia,
de conformidad con lo previsto en el artículo 529 del COIP.

Luego deberá verificar que el delito que se imputa es de los previstos en el numeral 2 del artículo 640 de la
norma antes señalada, que se refieren a delitos calificados como flagrantes con pena máxima privativa de
libertad de hasta cinco años y los delitos contra la propiedad, cuyo monto no exceda de treinta salarios
básicos unificados del trabajador en general, también calificados como flagrantes; disponiendo que el fiscal
motive su acusación y de considerarlo pertinente, solicite las medidas cautelares y de protección prevista en
el artículo 522 del COIP, como la prohibición de ausentarse del país; obligación de presentarse
periódicamente ante el juzgador que conoce el proceso o ante la autoridad o institución que designe; el
arresto domiciliario; la aplicación del dispositivo de vigilancia electrónica, la detención y la sexta, la prisión
preventiva; una o varias de ellas para cumplir con las finalidades previstas en el artículo 519 del COIP.

El juzgador debe señalar día y hora para realizar la audiencia de juicio directo, dentro del plazo máximo de
10 días, a partir de la fecha de notificación a las partes procesales, debiendo ceñirse a las siguientes normas:
Será competente para sustanciar la audiencia el mismo juez de garantías penales que conoció la causa en la
audiencia de flagrancia. En caso de ausencia del juzgador, será reemplazado conforme la normativa
respectiva, que es otra resolución del Consejo de la Judicatura respecto al desenvolvimiento de las unidades
de flagrancia. Respecto a la prueba, sólo se practicará la prueba anunciada al juez de garantías penales que
haya sido pedida por escrito hasta tres días antes de la audiencia de juzgamiento; y, serán aplicables, en lo
que sea pertinente, las reglas previstas para la audiencia de juicio, incluidas las del artículo 609 y siguientes
del COIP, que se refieren a que el juicio es la etapa principal del proceso, se sustanciará sobre la base de la
acusación fiscal.

El artículo 610 del COIP, señala los principios que se deben aplicar en el juicio, esto es los relativos al principio
de oralidad, publicidad, inmediación y contradicción en la actuación probatoria; mientras que en el
desarrollo del juicio se observarán los principios de continuidad del juzgamiento, concentración de los actos
del juicio, identidad física del juzgador y la presencia obligatoria de la persona procesada y la de su defensor
público o privado, con las salvedades del juzgamiento en ausencia previstas en el segundo inciso del artículo
233 de la Constitución de la República, respecto a los delitos de peculado, cohecho, concusión y
enriquecimiento ilícito.

Respecto de la sentencia, el instructivo señala, que es el juez de garantías penales, quien obligatoriamente
deberá dictarla al finalizar la audiencia de juzgamiento, de conformidad con lo previsto en el numeral 8 del
artículo 640 del COIP, en el que se señala que podrá ser de condena o ratificatoria de inocencia y podrá ser
apelada ante la Corte Provincial.

Es oportuno recordarles, que cuando se implementó el plazo de 30 días para la instrucción en caso de delitos
flagrantes y de 90 días para aquellos procesos que se iniciaron mediante audiencia de formulación de cargos,
la mayoría del gremio de los abogados reclamaron, porque consideraban escaso el tiempo para preparar la
defensa, lo cual hoy en día, luego de pocos años, ya no es una limitante para la defensa, sino que se reconoce
la celeridad del sistema; lo mismo ocurre en la práctica con la aplicación del procedimiento directo, cuando
apenas se tiene diez días para acudir a la audiencia de juicio directo, tiempo que lo considero apropiado,
porque todos los partícipes del evento delictivo, sea la víctima como el procesado y los testigos, están prestos
a colaborar con la administración de justicia, porque saben que con la realización de la audiencia ya van a
conocer el pronunciamiento del juzgador, que emitirá en forma oral el final de la misma, con lo que concluye
el conflicto penal.

Conclusión
A 5 meses de la vigencia del COIP, consideramos, que el “Procedimiento Directo”, es el que más se ha
utilizado en la tramitación de los procesos penales y tiene su razón de ser, en la aplicación del principio de
celeridad y bajo ningún concepto afecta el derecho a la defensa, ni al debido proceso, obteniéndose en el
menor tiempo posible la sentencia que corresponda, desapareciendo aquel pasado de lentitud de la
administración de justicia, donde las partes por la demora hasta abandonaban la persecución de las causas
penales, quedando el delito en la impunidad.

La puesta en marcha de este procedimiento especial, junto con la oralidad de las audiencias, sin lugar a
dudas, ha contribuido a descongestionar la carga procesal que mantenían los juzgados de garantías penales;
ya que en poco tiempo, según los datos estadísticos proporcionados por el Consejo de la Judicatura, en las
provincias de Guayas y Pichincha se han resuelto 1.000 causas mediante el “procedimiento directo”, de los
cuales el 75% concluyó con sentencia de culpabilidad y el 25% reconoció el principio de inocencia, por lo que
consideramos un acierto del COIP y de la administración de justicia la implementación del procedimiento
directo.

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