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Contexto

Hacia 1945 y con la llegada del Ejército Rojo a Berlín, la Segunda Guerra Mundial comenzaba
a decidirse a favor de los aliados. La conferencia de Yalta con la participación de los llamados
“tres grandes”, es el punto de inflexión de la organización de un nuevo mundo de posguerra y
para muchos el comienzo de la Guerra Fría. Debe tenerse en cuenta que una alianza entre la
URSS y Estados Unidos, es decir la alianza del comunismo y el capitalismo, pareciera leerse
como una contradicción inmanente, sin embargo la necesidad de desarticular al enemigo
común, convirtió a ambos bloques en ganadores de una guerra contra el Eje Berlín – Roma –
Tokio.

Desde 1945 hasta 1990 Estados Unidos y la URSS se enfrentaron permanentemente en una
carrera armamentística y de sofisticación, sin llegar a enfrentarse entre sí en el campo de
batalla1 (BÉJAR, 2014). Así mismo no se debe entender este periodo como un periodo
homogéneo, más bien al contrario, cargado de matices2 (Hobsbawn, 1994), donde el miedo
constante al enfrentamiento nuclear entre dos superpotencias, generaba en las sociedades del
mundo una paranoia colectiva permanente, situación de la cual sacaban provecho ambos
bloques. El enemigo es el otro, el enemigo está entre nosotros y no hay que dejarse coaptar por
él. En 1949, y ante el inmanente expansionismo del comunismo soviético y de la mano de
Estados Unidos, queda conformada la Organización del tratado del Atlántico Norte (OTAN),
cuyo objetivo era la defensa mutua por parte del llamado bloque occidental ante un potencial
ataque a cualquiera de sus países miembros. También conocida como el tratado de
Washington, la OTAN garantizaría la protección conjunta de los países que la componen, en
caso de que alguno de sus miembros se viese afectado por una amenaza externa, sobre todo de
tipo militar. Por su parte, el bloque oriental de la mano de la URSS se confraterniza en el
llamado pacto de Varsovia firmado en Polonia en 1955, como equivalente del Tratado de
Washington para la órbita de los países socialistas. Tanto la OTAN como el Pacto de Varsovia
tuvieron un objetivo tácito: evitar el enfrentamiento directo de las superpotencias. En el
imaginario colectivo del período que va desde 1945 a 1990, se hallaba muy presente la idea de

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Béjar 2014
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Hobsbawn 1994
un holocausto nuclear, en varias ocasiones esta temática se vio reflejada en expresiones
artísticas como en el cine, pinturas y música.

En materia económica ambas potencias salieron fortalecidas luego de la segunda guerra


mundial. La URSS cierra el llamado telón de acero, y se carga en sus espaldas a sus países
satélites, haciéndose cargo de la ayuda económica necesaria para sostener el comunismo en
Europa del este. Mientras tanto Estados Unidos lanza un programa de recuperación europea,
conocido como Plan Marshall, con un triple objetivo: Fagocitar las democracias europeas;
impedir el estancamiento económico de Europa occidental, lo cual hubiese provocado
consecuencias negativas para la economía norteamericana y principalmente evitar el avance
del comunismo3.

Al margen de la paranoia, las probabilidades de un enfrentamiento directo entre las dos


superpotencias eran mínimas. Sin embargo el punto más álgido de la reyerta sin duda se
alcanza con la llamada “Crisis de los Misiles” en 1962. Luego del triunfo de la Revolución en
Cuba, asentada en el patio trasero de Estados Unidos, Fidel Castro logra el apoyo de la URSS.
En octubre de 1962, aviones espías U2 norteamericanos detectaron la construcción de rampas
para misiles y la presencia de tropas soviéticas4. El presidente John F. Kennedy activa la
denominada “cuarentena defensiva”, desplegando un bloqueo a la isla, enviando unidades
navales y aviones de combate. Si las tropas de la URSS se atrevían a tomar alguna iniciativa
militar para evitar el bloqueo, la guerra era inminente. No obstante, la diplomacia jugó un
papel preponderante, las negociaciones entre Kruschev (principal dirigente de la URSS) y
Kennedy fueron decisivas. Estados Unidos se comprometió a no invadir la isla y a retirar los
misiles Júpiter que tenía desplegados en Turquía. Asi mismo la URSS de la mano de Kruschev
se comprometía a retirar los misiles de Cuba.

Luego de este periodo, es aceptado el término distención para denominar a una etapa donde
Washington y Moscú se muestran dispuestos a colaborar en cuestiones de defensa y seguridad
internacional5.

3
Béjar
4
http://www.historiasiglo20.org/GLOS/cuba1962.htm
5
Béjar
Sin embargo la política de Washington de ayudar a combatir al avance comunista en países
como Corea o Indochina es una constante, la negativa de Kennedy de enviar tropas para ayudar
a Vietnam del Sur (capitalista), no fue vista con buenos ojos en el corazón de los republicanos.
En noviembre de 1963, el presidente de los Estados Unidos, fue asesinado en Texas; su
predecesor Johnson y luego de un ataque a bombarderos norteamericano en el sudeste asiático y
sin declaración formal de guerra6, autoriza el envío de tropas a Vietnam. Si bien la guerra civil
data de mediados de los años 50´, la intervención estadounidense es efectiva a partir de 1964.
Sin desconocer la supremacía militar de la Washington, la propuesta de guerrilla en la selva de
parte de los vietnamitas no los dejaba en una situación tan favorable.

La guerra gozó de una muy mala prensa, la crueldad de los recursos utilizados por Estados
Unidos, manifestaciones constantes de sus ciudadanos etc., le obligaron a retirar las tropas en el
año 1973 luego de una compleja fase de negociaciones. La dinámica de la guerra fría no se va a
detener hasta finales de la década de los años 80´sin embargo excede el periodo que abarca el
siguiente trabajo. La influencia de Estados Unidos y la URSS es preponderante en el desarrollo
político y económico de las distintas esferas del planeta.

Latinoamérica y la Guerra Fría

La intervención de Estados Unidos en Guatemala sin duda responde a una lógica inherente al
devenir histórico del mundo de posguerra. El macartismo se externaliza. Jacobo Arbenz toma el
poder en 1951 y supo que el cambio que pretendía no sería nada fácil, y no se equivocó. Tres
años después tuvo que presentar su renuncia indeclinable.

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Béjar pag 228

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