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1 la tradición
r oral

:sta obra con"stiruye "una aPorta·


"~ón orioinal, en el orden teórico,
I la inve-stigación de la historia,
¡¡ profesor Vansina, distinguido
nnólogo belga que profesa actual­
nente en la Universidad norte­
americana de Wlsconsin, aborda el
lema de la importancia de la tradi·
ción oral en el campo de las cier,­
cía, "is\óríc!(s, Su ensayo eS, en
rige:, una malería nueva que nos
introduce en lo que algunos auto­
res llaman la etnohistoria, En este
libro, que pone de relieve la impor·
tancia del estudio de la tradición
oral para la comprensión de la his­
¡oria, no ya de las pueblOS sin es­
crt'lur&, S'IOO· tguaimente de la Antí~
güedad y de la Edad Media, se
'sientan las bases metodológicas
de un recto estudio de la tradición
oral en aquel campo de investiga·
ción,
La lectura de este libro será un
estimulante precioso para los pro­
fesionales Y estudiosos que se
mueven en este ámbito de la cul­
tura,

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:~',;.~~;~{ . Prefacio para la edición española

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'B1BLTG'l~rA

lAfAEl eAR~!A GRA~~D61 Después de la aparición de esta obra, algunos casos de tradi·
,fiSTJTt,¡Tt¡ DE
eiones bien estudiadas y de alto valor histórico han sida objeto de
INVIIlItAClttln Mm,ale..
nuestra atenct·dn. Tales son los relatos épicos serbios y la tradición
coránica hadith. La obra de A. Lord, The Singer of Tales, Nueva
York 1959, constituye una buena introducción al primer caso,
mientras que R. Peres, ed. Nawawi. Quarante l-ladith, Argel 1950.
es un buen ejemplo del segundo.
Desde 1960, además, los articulas que ilustran los caracteres
específicos de las tradiciones orales se han multiplicado, sobre todo
por lo que respecta a Africa y Polmesia. Se han descubierto así al­
gunos nuevos géneros de tradiciones cuyo más original ejemplo
es el de una liturgia enseñada en forma de poesía. el ub\!.'iiru de
Ruanda. A este respecto puede consultarse M. d'Rertefeld y A. Cou­
pez, La royauté sacrée de l'ancien Rwanda, Annales du Musée Royal
de l'Afrique Centrale, Tervuren 1965. Una obra también natable
que demuestra la posibilidad de utilizar las tradiciones conjunta·
mente con otras fuentes no escritas es la de B. Suggs, ¡sland Civi­
lizations of Polynesia, Mentor Books, Nueva York 1962,
La cronología es un punto débil de las tradiciones orales en
gmeral. A menudo para establecerla sólO se dispone de genealo·
gLas, de listas de reyes o de clases de edades. Puede esperarse que
TiMo de 111 obra or!ginp! la datac:íón por bloques de C 14 podrá proporcionar datos que
De la traditlon orale (Esn! de méthodé Nftot!que) confirmen O infirmen los cálculos basados en la tradición. Esto ha
editada por Musoo Royal de I'AfrlQU8 Cantrsle, Tervuten sido realizado con los reinos de la zona ínterlacustre, donde las
© E!.lIwrlal LsCor, SA. Calabm., 23M!39 Bercelone. 15
Depósito leg¡li S, 22,097·66 Prinu'Kl ir¡ Spllin capitaler son conocidas por la tradición y los resultados corroboran
Impreso por Prlnter Barcelona 232 Q2: 15 esta tradición. Puede esperarse a que se utiTicen técnicas de este

f'/I a996t:í

• --- -1 _el ~'l -l "---------¡ ---, ----¡ ----¡ ----¡ - I

tipo en Africa a gran escala. También se intenta fijar con mayor


precisión la duración de una generación en las diferentes sltuacia-.
nes sociales de los pueblas de Africa.
·Par lo que respecta a los casos kuba y ruanda ampliamente
o\;

utilizados en ule volumen, diferentes obras debidas o. A. Kagame,


A. Caupez, Th. Kamanzi y el aulor han aparecido desde 1960 en
': las ediciones de la Académie Royale des Seiences d'Outre-Mer
, en Bruselas y en las del M usé. Royal pour l'Atrique Cenlrale en
Tervuren. .
No exisle ya duda alguna de que las Iradiciones orales se hallan
plenamente reconocidas entre los historiadores y que su más inten­
sa utilización permitirá seguramente detallar y enriquecer conside­ Prólogo
rablemente la materi.a de esta obra,

J. VANSINA
Gooreind, 1966
Verba volant, scripta manent) dice el proverbio. Pero es des~
mentido en el mundo entero por gente cuyo comportamiento e ins­
tituciones demuestran que la palabra no es tan transitoria como
puede Creerse. Basta observar a los que conservan :a tradición oral
cuando recitan solemnemente los textos que fueron confiados a su
memoria. Los auditores siguen inmóviles y serios la exposición del
recitador, No ha)) ninguna duda que para ellos las tradiciones orales
son palabras que hacen revivir el pasado. Estas palabras son vene~
rabies, ya que constiluyen la llave del tesoro de las e:eperiencias de
antepasados que trabajaron, amaron )' sufrieron 'en tiempos pretéri­
tos, No ha)', pues, duda alguna de que, para ellos, las tradiciones
son fuentes para el conocimiento del pasado.
Entre las diferentes fuentes de la historial las tradiciones ocu­
pan un lugar preferenle. Sin embarga, se ha presrado poco inlerés
al análisis de sus características históricas, lo cual es tanto más
asombroso cuanto que 'e trala de fuentes de las que se ha hecho
uso constante, No sólc <;011. estas tradiciones· las fuentes más im­
portantes para el estudio de la historia de los. pueblos sin escritura}
sino que sabemos además que han sido igualmente el origen de
muchas fuentes escritas, especialmente en la Antigüedad y en la
Edad Media.
Este ensayo quiere subsanar esta laguna en el estudio teórico
de las fuentes de la historia y se propone hacerlo estudiando el
"" La ortografía de los nombres propios en lengua vernácula ha sidr; muy valor hístórico de las tradicíones orales. Entendemos por tradi­
simplificada para facilidad del lector no especializado, Así, pues, Jos tonos en ción oral, todos los testimonios orales con.cernientes al pasado que
las lenguas tonales no han sido indicados y Jos sistemas fonológicos han sido
establecidos a dnco vot.ales, Se han ido transmitiendo de boca en boca. Es ciertamente impo­

----_.- ._. --­ " --­

Es imposible dar las gracias nominalmente a todos los que di­


recta o indirectamente me han aconsejado o asistido en la redac·
ción de este tr.abajo. Creo poder decir, pues, en ve.rdad, que es una
abra con múlriples fuentes, una obra colectiva. "

Indice de materias

Prefacio para la edición española 5


Prólogo 7

f
La tradición oral y el método histórico
l. Objeto y división del estudio 13
2. El problema de la tradición oral
en la literatura histórica 14
3. El problema en la literatura etnológica 19

2
la tradición, cadena de testimonios
Introducción 33
1. Definición Y caracteristicas 33
2. El testimonio verbal de la tradición 35
3. El modo de transmisión d~ la tradición oral 44
4. Las alteraciones debidas a la transmisión 52

3
La comprensión del testimonio
1. Caracteres propios del testimonio 63
2. La estructura del testimonio 70
3. El sentido del testimonio 80
4
El testimonio, espejismo de la realidad
1. La significación social del testimonio 94
2. Los valores culturales y el testimonio 11O
3. La personalidad del testigo y el testimonio 121

5
la importancia del testimonio 1
1. El origen del testimonio 123
2. La comparación de testimonios 133 la tradición oral y el método histórico

6 1. Objeto y división del estudio


Sobre el conocimiento histórico
1, Los tipos de tradiciones y sus características Las tradiciones o transmisiones orales son fuentes históricas
históricas 154 cuyo carácter propio está determinado por la forma que revisten;
2. Los prejuicios de la tradición 175 ~,m oraJes o «no escritas» Y tienen la particularidad de que se ci­
3. La aportación de las ciencias auxiliares 1B3 utientan de generación en generación en la memoria de los hom­
bres. Estos rasgos especificos de la tradíción plantean al historiador
un problema. ¿ Llevan consigo que a priori se les niegue todo crédi­
7 to? Si no. ¿se podrá estar seguro de su valor histórico' En el presen­
Conclusión: la interpretación de la historia 195 te estudio intentaremos demostrar precisamente que la tradición
oral, en tanto que tuen te histórica, no está necesariamen te despJ"<r
vista de veracidad, sino que puede. dentro de unos límites, merecer
Anexo cierto créditú. Al mismo tiempo. noS dedicaremos al examen de
En busca de las tradiciones orales cuestiones especiales que la tradición plantea a la critica histórica.
1. El conocimiento del medio 19" En las regiones del mundo habitadas por pueblos que no
2. A la búsqueda de testigos 201 poseen escritura, la tradición oral es la principal fuente histórica
3. La recolección sistemática de fuentes 204 que puede ser utilizada para la reconstrucción del pasado. De igual
• 4. Cómo consignar las tuentes 208 modo! entre los pueblos que conocen la escritura un número de
5. ConcJusíon 212 fuentes históricas, entre las más antiguas, descansan sobre tradi­
ciones orales. Estas dos observaciones hacen resaltar suficiente­
mente la utilidad práctica de un estudio consagrado a los caracteres
Bibliografía 215 propios de la tradición oral y al método que puede contribuir a
Indice de nombres 223 examinar ~u veracidad.
Los re"ultados de nuestra información son expuestos a lo
largo de cinco capítulos. El primero trata de la característica prin­
cipal de la tradición. su transmisión verbal y de la relación exis­
tente de esta manera entre cada testimonio y la tradición misma.
En el capítulo siguiente analizarnos las características. la forma y
t 13

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... -._--~-~" ... --­
-

.,1 sentido del testimonio, lo cual nos debe ayudar a comprenderlo. güedad, trabajan con fuentes mutiladas a las que ¡es titilan las
.8eguidamente se pasa revista a las diversas posibilidades de engaño características que pertenecen a la misma esencia de la tradición
y;enor, que hacen que el testimonio no sea más que un espejismo
<:le .Ia =alidad. El cuarto capítnio está consagrado al estudio del
origen de los testimonios y al establecimiento de su importancia
específica por comparación con otros testimonios. Finalmente, un
capítulo está destinado a la discusión del conocimiento histórico
que podemos saca:r de las tradiciones orales y de sus fuentes auxi­
llares. Cada fuente permite aprehender un reflejo determinado del
"
I
!
oral. En efecto, no son transtnitidas por medio de testimonios
vivos, y el investigador está falto de datos, por no decir que ignora
completamente el modo de transtnisión. Se comprende, pues, que
la mayor parte de autores sostengan que las tradiciones orales no
pueden ser consideradas como auténticas hasta que no sean con­
firmadas y corroboradas por descubrimientos arqueológicos o por
datos' lingüísticos', Sobre esta cuestión G. Dumezil ha actuado
pasado, pero cada fuente conoce igualmente sus limitaciones. Estas dividiendo las clásicas según dos tentiendas. El primer grupo se
consideraciones nos llevan finalmente, en las conclusiones de la basa en la antigüedad de la tradición. Sus representantes opinan
obra, 'a subrayar algunas características esenciales del método his­ que en cada tradición hay un fondo de verdad, pero que muchas
tórico en general. Los problemas prácticos que surgen en la inves­ veces es imposible establecer 10 que en una tradición es autén­
tigación y recol¿cción. de' fuentes han sido agrupados en un anexo tico y lo que no lo es. En cuanto a los autores que participan de la
situado al nnal de la obra. segunda tendencia, insisten especialmente en las 'alteraciones y
Precisemos que este exame.n está basado esencialmente en tra­ falsificaciones que sufren las tradiciones; concediendo, por otra
diciones actuales de pueblos sin escritura, ya que las tnismas han parte, que algunos hechos reales y debidamente establecidos pue­
conse",ado mejor su carácter específico de tradición oral, que las den ser conservados también por la tradición '. Esta actitud no
tradiciones halladas en sociedades que conocen ya la escritura. tiene nada que deba sorprender, pues estos autores no disponían
Entre los pueblos sin escritura, la tradición oral se desarrolla en de ningún dato que les permitiera establecer la autenticidad.
el corazón mismo del medio que la engendra. La tradición no ha Son, sobre todo, E, Bernheim, A, Feder y W. Bauer los que han
sido suplantada y sus principales fuentes no han sido todavía reCD· emprendido el estudio, desde un punto de vista general, de la tra­
gidas por documentos escritos, como sucede en la sociedad en la dición oral como fuente histórica.
que la escritura ha adquirido derecho propio. Además, ésta no E. Bernheím distingue en la tradición oral las siguientes cl.­
ba sido todavía desarraigada de su contexto natural, como sí suce· ses de fuentes: relato, saga, anécdota, proverbio y canto hislórico 4.
ete en las tradiciones que han sido consignadas por escrito. Estas En otro aspecto establece una distinción entre el relato) que es un
consideraciones y las circunstancias nos han conducido a elabo­ testimonio directo y ocular, y las demás fuentes, que son testimo­
rar este estudio partiendo especialmente de las tradiciones de los nios indirectos o referidos. Todas las fuentes indirectas deben ser
kuba, de los rundi y de los ruanda, donde tuvimos ocasión de tratadas como la saga. Sin embargo, el relato histórico es una
efectuar un trabajo directo sobre el terreno, de 1953 a 1956 y excepción, pues conviene tener en cuenta la libertad de inspiracíón
de 1957 a 1960, poética que hay en la elaboración de la matena·. Así, para el méto­
do histórico, el problema de la tradición indirecta se reduce al del
relato referido. Cuanto más libre es la transmisión, las desviacio­
2. El problema de la tradición oral en la literatura histórica nes en la tradición serán más numerosas. Por el contrario, cuanto
mas mecánica sea la transmisión, más auténtica será la tradición 6,
L Pocos historiadores se han ocupado de los problemas que Para establecer si la tradición oral contiene reaimente un fondo
la tradición oral plantea por lo que respecta al método. Algunos de verdad histórica, hará falta remontarse á la forma más antigua·
estudios han sido consagrados sin duda a la autenticidad de ciertas mente atestiguada de la tradición. Se determinará en seguida su
clases de tradiciones, como las leyendas históricas o haglográfi. autenticidad aplicando las reglas ordinarias de la crítica '. Si la
cas '. Pero, en conjunto, la tradición oral no ha sido estudiada tradición evidencia una contradicción interna O choca con hechos
de forma suficiente ni mucho menos. establecidos debidamente por otras fuentes, hará falta, pues, trans­
Los autores que tratan del valor de las tradiciones en la Anti­ cribirla como sí no fuera auténtica s.
14 15
origen persona) y que, más o menos abandonadas a sí mismas, se
'$n-'Otrn :parte, :E..bernheim procede a efectuar "Un examen de han propagado, Es en este grupo donde debemos colocar el rumo:,
'las'lbls1fu:3ciones de la verdad histórica que· pueden producirse', el mito, la saga, la leyenda, la anécdota, el proverbio, la canción
nrncluye<Jue :ciertas 'Partes de J.tna tradición indirecta son suscep' popular. De estas fuentes será r pues, importante establecer si fue­
:fibles rle $ercontroladas por los medios que proporciona la crítica ron compuestas o confeccionadas con objeto propagandístico o con
histórica, Es decir, que si puede ser establecida su autenticidad, fines autobiográficos.
1ieben considerarse dignas de crédito lO, Todas las formas impersonales de la tradición se caracterizan
A la distinción que E, Bembeim establece entre la tradición por una transmisión incontrolada de boca en boca, durante el curso
directa y la indirecta, A, Feder añade otra: la tradición anónima y de la cual la forma del testimonio se pierde y el contenido se hace
aquella de la que se conoce su autor. Los testimonios inditectos variable e indeterminado, Si las transformaciones se produ~.en según
comprenden un grupo de fuentes tales como: el rumor público, -ciertos modelos, debemos atribuirlo a la necesidad de crear un
la anécdota, clproverbio histórico y las palabras (aladas) que .per, »ambiente», a la fantasía e imaginación del narrador, a su deseo de
duran, así como otro grupo de fuentes que se remontan a hechos ofrecer un testimonio más interesante, de satisfacer el deseo de sen~
pertenecientes a un pasado lejano que A, Feder llama entonces sación de sus auditores y de acrecentar el placer que el ,mismo
tradición popular o tradición oral en el sentido estricto de la siente en su relato, Tod0 esto se produce con firmeza, con mucha
palabra,' , resolución, El público resiste además durante el curso del relato,
A este grupo pertenecen los cantos o tradiciones habladas o A fin de cuentas, todo coopera a crear un relato, la atmósfera del
sagas, Si bien la tradición directa puede ser digna de crédito, la cual es la de una buena ocurrencia oportuna.
indirecta debe ser tratada con una gran reserva. En cuanto a la tra~ W. Bauer discute luego los diversos tipos de tradición oraL El
diCión Gral sensu stricto, es siempre anónima. . rumor sólo tiene valor histórico en la medida en que es empleado
Jamás puede conducir con certeza a la verdad, pues nada se con relación a otras fuentes. En cuanto a la saga, la leyenda y la
sabe de los primeros testigos ni de quienes han transmitido el anécdota, conviene examinar su modo de transmisión, Estas no
testimomo. Sin embargo, cuando las tradiciones independientes' pueden contener contradicciones internas ni testimonios que estén
roncuerdan proporcionan una certeza. Para que una tradición oral el: contradicción con hechos dudosamente establecidos. En lo que
sea digna de crédito hace falta que su duncíón sea Iírnítada, que el concierne a las sagas de la Antigüedad dasica, la comparación con
sentido critico tal como se presenta en un momento dado del los datos que surrünistra la arqueología o la lingüística puede ser
\ tiempo donde se sitúa el periodo de la tradición sea suficientemente determinante. La canción histórica surge siempre de la propaganda.
¡ desarrollado y que los medios auxiliares hayan existido de forma Su tradición original está deformada además por el hecho de que se
que hubiere sido posible un examen de personas COn juicio crítico han sacrificado las viejas alusiones O simplemente las no compren­
formado. Es decir, que la tradición no pueda haber sido combatida didas. Los proverbios traducen consideraciones morales )' evocan
por estas personas. Por otra parte, los pueblos sin escritura tienen estados de ánimo del mismo orden. Por el contrario, la información
una memoria sólidamente desarrollada y transmiten SUs tradiciones oral ordinaria debe ser tratada como las fuentes escritas 13.
e~ una forma oral fuertemente encadeñada (o estibada) por fórmu­ La exposición de las tesis de estos tres autores hace inferir que
las u. Finalmente, A. Fedcr hace observar que no es necesario cono~ se refieren especialmente a las tradiciones orale$ europeas y a
cer el origen de una tradición para rechazarla cOmo desprovista de las tradiciones que nos han llegado después de la Antigüedad clásica.
autenticidad, y para apoyar esta regla señala de qué forma. se De hecho, no se basan en las verd3deras fuentes, especialmente de la
introducen insensiblemente las deformaciones en la tradición orall~. tradición oral, como aún se presenta hoy día en las sociedades sin
W, B.uer divide la tradlcíón oral en dos grupos, El primero escrirura. Más arriba se han señala:do los inconvenientes que entra~
comprende las fuentes que se refieren a una persona detenninada ña e; empleo de tradiciones que sólo se hallan en una forma escrita.
y ban sido consignadas para un fin público o privado, tanto s; han En 10 que concierne a las tradiciones existentes todavia en Euro~
sido consel\1adas en su literatura como si han llegado hasta nOso­ pa, conviene hacer observar que se trata de tradiciones que se
tros después de ha ber sufrido deformaciones, Al segundo grupo conservaron en una sociedad que empleaba la escritura para con­
pertenecen las fuentes de las que debemos renunciar a hallar su
11
16
signar todos iDs;;acontecimientos .del ¡pasado cuyo interés sobre­ tualmeote de la historia antigua de los pueblos iletrados es debido
pasaba el de'1Iaj>m:a taIl.écdota. .
a estos historiadores aficionados,
Resulta, :pues, ;que la 'tradición.oral .queda llmitada " los tes·
Sólo hace poco tiempo .que existe un contacto bien establecido
timonios que1Son :moneda comente cen las sociedades im las ·que
entre estos «prácticos» y sus. compañeros profesionales. Este con·
son transmitidos, y cuya tradición opera de generación en .gene·
tacto fue comenzado en 1953. por lo que se reliere a Africa. En
ración, de fonna .desordenada, sin 'aynrla de técnicas· especiales,
este afio se convoCÓ la primera conferencia sobre la historia y la
Adeírrás, persiguen todas un objeto estético-ético o didáctico. Estas
arqueologia africana. que reunió a historiadores profesionales y
son unas particularidades que están lejos de ser comunes a toda aficionados, coleccionistas de tracticiones. Basta contemplar el vo.­
tradición oral. Ya tendremos ocasión de volver a hablar .de ellas, lumen resultante de esta reunión, para darse cuenta de la lmpor·
Las conclusiones que estos .autores se creen fundados a sacar, tancia otorgada por los participantes a las trarliciones orales 1<, La
. al Ígual que las reglas que formulan, no pasan de teDer un valor
posición de los participantes hacia el crédito respecto a las tra,
de carácter general, ya que están basadas en fuentes de calidad
diciones recuerda la de J. D. Eage y R. Oliver al jgual .que la de los
inferior. A lo largo de este trabajo, .sus ideas serán confrontadas
etnohistoriadores americanos. R. A. Hamilton la resume de.la
con las tradicionel1' de unos pueblos sin escritura, en los que la
forma siguiente: -Los trabajos efectuados. hasta hoy han mostrado
tradición oral se presenta bajo un aspecto mejor.
el hecho de que la tradición oral jamás debería ser utilizada sola y
sin soportes. Debe ser puesta en relación con las estructuras politi­
2. - Hace algunos años. sin embargo, que los historiadores pro· cas y sociales de los pueblos que las conservan, comparada con las
fesionales se interesaron más de cerca por la historia oraL Sin , tradiciones de los pueblos vecinos y vmculada a las indicaciones
. eiaborar una tesis sobre el valor de las tradiciones orales o sobre cronológicas de las genealogías y de los ciclos graduados de años,
t el tratamiento que conviene dar a estas fuentes, J. D, Fage y R. Olí· a los contactos documentados por escrito de los pueblos letrados,
, ver, especialmente, las utilizaron. El primero, influido por la mo' a los fenómenos naturales datados, como hambres y eclipses, y con
l' !lema antropología social. subraya las relaciones que existen entre los hallazgos arqueológicos» ". Lo que significa que la tradici6n
; la tradición oral y el medio en el que vive. El valor de una fuente oral puede tener un valor real, pero que este valor real es dudoso
:' DO puede ser apreciado más que si se conocen las funciones que de· mientras no esté sustentado por otras fuentes históricas.
,sempeña actualmente y las distorsiones que pueden resuitar de esta
' situación, El autor piensa, por Otra parte, que estas distorsiones 4. - Hemos visto, pues, que los historiadores profesionales mo·
son a menudo tales! que suprimen el valor a las tradiciones H. dernos, como J. D. Fage y R. Oliver, y los aficionados creen en la
\ R. Oliver advierte que las tradiciones orales son frecuentemente posibilidad de conceder un valor. a las tradiciones orales. Pero'
\ dignas de interés. No están condicionadas por las funciones que
hasta el momento no han hecho ningún esfuerzo para intentar
lejercen actualmente .. hasta el punto de haber perdido todo cante.
aplicar el método histórico a estas fuentes a fin de poder estimar
tnido histórico pero. para poder juzgar su valor históríco, hace ,falta
más racionalmente el carácter propio de estas fuentes y su crédito
. inttmar ponerlas en relación con investigaciones arqueológicas
relativo.
que las pueden corroborar o invalidar 15,

J. - Mucho tiempo antes de estos historiadores profesionales,


3. El problema en la literatura etnológica
¡algunos aficionados vivían entre los pueblos iletrados, y se intere·

f~ muy poco por los aspectos teóricos de la cuestión, recogiendo


Numerosos etnólogos que han inientado investigar el pasado
~plemeDte las tradiciones orales y utilizándolas para rememorar
de pueblos sin escritura, han tropezado con el problema del valor
Id pasado de estos ·pueblos. Se puede decir que los primeros eseri;
histórico que conviene atribuir a la tradición oral. Se explica de
ftos históricos basados en tradiciones orales son en todas partes este modo que numerosos etnólogos hayan concedido cierta aten~
\:onteml'oráneos de la llegada de los primeros exploradores europeos ción a este problema. Sus posiciones pueden resumirse en los
~ estas regiones. Y, poco más o menos, todo 10 que sabemos ac~ seis puntos siguientes:
!
~18 19

.,.
J.l
.~"_. __ .~--". __ .~------~.~-~-,,---_. __ ._.--"-~ _. -_._._._~.---------'
11

I'

L~ Las tradiciones araJes jamás son dignas de fe. 2. Estos autores y otros como E. Sapir, D, Tait l' W, Muehl­
2.' Las tradiciones orales pueden ser dignas de cierto crédito. mann hacen valer la importancia de la rradlcion oral como fuente
3." No se puede determinar la credibilIdad de la tradición oral. histórica y citan ejemplos con los que resaltan que tas tradklOnes
4,' En cada tradición oral hay un fondo de verdad histórica, pueden efectivamente contener datos auténticos. R. B, Dixon y
Sll Todos los factores que influyen el crédito de las tradiciones J. R. Swanton sostienen que no se puede negar la credibilidad de
merecen completa atención, la tradición oral cuando se sitúa en la línea de los datos aCO­
6.' Hace falta determinar la credibilidad de estas fuentes según piados por la arqueología, la lingüística, la antropología física y la
el método histórico. etnología 2.'. R. B. Dixon expresó ulteriormente la advertencia de que
la tradición oral proporciona aún, por así decir, datos correctos
Conviene, por otra parte, prestar atención al modo como son -concernientes al origen de una población 26. A. A. GoldenwcIser, por
tratadas las tradiciones orales en las monografías consagradas a su parte, pretende que, a defecto de otras fuentes, se puede dac
la historia de Jos pueblos sin escritura. crédito a la tractición oraL Sin embargo, sí se demuestra que está
en contradicción con los datos proporcionados por las ciencias
1. A, van Genncp pone en duda la credibílidad de la tradi­ auxilIares, se debe rechazar como falsa 'Z'l. En cuanto a E. Sapir,
ción oral 1S • Hace vaier que la tradición oral, que es libremente está convencido de que la tradición ora! puede ser digna de fe. Sos­
re1atada de generación en g:meracjón, se modifica rápidamente en tiene, no obstante, que debe ser tratada con reserva cuando con­
razón de su mismo modo de transmisión. Señala, igualmente, las cierne a un pasado muy lejano, Prueba por medio de datos
fa!sificacjoncs que puede sufrir una tradición, apoyándose esen, lingüísticos y culturales que ciertas ti-adiciones de los indios pueblo
cialmente en las tradici'ones orales contemporaneas de Europa l1i. son fundadas y aporta muchos ejemplos de los aztecas que hablan
Sin embargo, cita tambjén tradiciones de pueblos sin escrltura, náhuatl, y de los tshinshian, Concluye expresando la opinión de que
E. S, Hartland concede igualmente poco crédito al valor histórico se pueden hallar ring of history en los relatos indíos referentcs a
de las tradiciones. Puestas aparte las indicaciones concernientes las migraciones y desplazamientos de tribu o clan 28. La posi­
a la orientación de las migraciones Jo' a la difusión de las culturas, ción de estos autOres norteamericanos :r el interés que las escue1as
todos los demás datos no presentan ninguna credibilidad :lO, americanas de antropología han prestado siempre, desde Boas, a
R Lowie advierte que la tradición oral no suele tener a priori 1(", historia de ~as culturas, por ellos llamadas algún Hempo des,
ningún valor histórico. El hombre primitivo no tiene el sentido pues «etnohistoria'1, les ha ilevado a inclujr más o menos tácita­
ae la hisTOIi:, ni mucho menos el de la perspectiva histórica 21, mente las tradiciones orales entre las posibks fuentes de la etnO"
En tales condiciones, afirma d antropólogo norteamericano, la historia, M, Herskovits expone que la etnohisloria está basada en
cuestión no consiste en saber si los primitivos conservan el recuer­ cuatro tipos de fuentes: la historia escrita, la arqueología, las tra·
do del hecho que pertenece aj pasado, sino en establecer si los diciones orales y la etnología. Las dos primeras fuentes son «sóli­

acontecimientos del pasado que tienen una significación histórica dasl); es decir, que conducen a certezas. Las dos últimas son «floja~ll

SOn objeto de una tradición. De todas formas un testimonio a todas ~' no pueden condudrnos más que a probabiHdaces 251. l\1ás adelan­

luces justo puede ser tan peligroso corno otro falso "', te. el mismo autor pone en guardü. al etnohistonador contra ]a

R Lowie, en su artículo, ponía punto final a una polémica que tendencia de conceder demasiado valor a tradiciones orales:,w, Uno

desde 1914 a 1915 se estaba desarrollando en el American Anthropo­ de los discípulos de M, Herskovits, C. E. Fuiler, estudió la bistoria

logis! ":/ en ia cual. se mostraba vigorosamente opuesto a un artículo de los gwambe. También, para él, la tradición ora) es una fuente

ae K Dixon y 1. R, .s:wanton:O. en el que estos autores atacaban originar de la historia. Controlada por documentos escritos y com~

fuertemente Jos datos tomados de la tradición oral. En una primera parada con la situadón etnográfica actual, el empleo de las tradi·

respuesta, R. Lowie dio a entender «that 1 cannot attach tv oral ciones orales ha permitido recons.truir una imagen de las mutacio·

traditios an" historical va1ue whatsoever under anv conditions nes }' de la cultura gwambe con muchos. detalles, para un período

whatsoeven)·u. Esta última frase provocó las reaccione~ de R. B. Di­ de tjempo bastante amplio 3l,

,on, J, R, Swanton y A, A, Goldenweiser, M. Herskovits y C. E. FuUer se aproximan fuertemente a la


20 21

-
-~-~-- -------_.~ ~~ --- ­ ...
poSlcIon de E. Sapir. Para ellos la tradIción proporciona ring ot mente a una diosa terrestre y que existía un culto a una divinidad
hisIOrj'. pero debe ser controlada por otras fuentes histórjcas. ctónica, Las tradiciones pueden igualmente proporcionar otro,s da·
Basandose igualmente en datos lingüísticos y culturales, D. raü tos históricos. H.. U, Beier dedujo, por ejemplo, de otros mito'.
demuestra la credibilidad de cÍertaf. tradiciones dagomba y kon~ que antiguamente los yoruba eran rnatrilineales y desconoclar, la
kamba. Constata que es imposible que el historiador pueda tra~ agricultura",
bajar entre los pueblos pnmitivos sin haber hecho antes estudIoS
de lingüística y etnográficos 1:. 5, La mayoría de los etnólogos han prestado atencion a dife­
r,¡..r Muehlmann piensa que las tradiciones orales son fuentes rentes factores que influyen en la credibilidad de la tradición oral,
dignas de fe y que, si hasta el momento han sido poco u.s;adas, se sin pronundarse, no obstante, sobre el valor de la tradición como
debe a un prejukio europeo contra las tradiciones. En Africa occi. fuente de conocimiento del pasado y sin intentar elaborar un estu w

dental, por ejemplo, reproducen acontecimientos históricos que .dio sistem.átjco sobre el carácter propio Qt-, la tradición, La dura­
pueden ser comparados con variantes de los mismos testimonios ción de la tradición, eJ objeto perseguido por los aUlOres de una
que se hallan en las tríbus vecinas. Para la historia de Jas culturas tradición, su mentalidad en relación a los hechos relatados, da
en especial, su estudio se revela instructivo 3:, lugar a testimonios diferentes que conc.i.ernen a un mismo he-::::ho.
Esto es lo que prueba p, Mercier partlendo de varias tradiciones
3. En oposición a las tesis precedentes, lOn grupo de autores, de los yoruba y bariba, a propósito de la historia de un ataque de
entre los que podemos citar a F, Graebner, W, Schmidt y G. van estas tribus contra una ciudad de Nigeria. Honn, ataque que Se
Bulch. sostienen que es imposihle detenninar si una tradición es frustró 38, Concluye el autor que,_ después de cierto lapso de tiem­
o no digna de crédito. Sólo se puede demostrar la credibilidad de po se opera, por el juego de las circunstancias, una selección de las
las tradiciones oraJes si existe una concordancia entre diferentes tradiciones, por Jo que una sola o en casos más favorables dos o
testimonios independientes y si éstas corresponden a hechos del más subsisten, siendo este hecho el que compiica la investigación
pasado que son postulados por Jos informes culturales ". El pa, concerniente a estudiar la forma como se han desarrollado los
dre G. van Bulch advierte que en Afrlca se ha prestado muy poca hechos. De esta manera se explica la gran dificultad que hay para
atención a las tradiciones orales y propone añadir a los medios de emprender eJ estudio de la historia de la mayoría de las regiones
control establecidos por F. Gr.ebner, Jos siguientes criterios: datos de Africa. La insistencia que p, Mercier pone en subrayar el interés
toponimicos y datos genealógicos lS. que presenta el objetO de ia tradición, le acerca a la tesis de otros
\ etnólogos que insisten en la importancia de la función que CUm­
¿ 4, Otros etnólogos estiman que cada tradición comUDlca he­ ple la tradición en la sociedad en la que es transmitida,
chos sucedidos en el pasado. Sin embargo. este núcleo de hechos Desde este punto de vista, conviene mencionar ante todo a la
~sta envuelto por elementos fIcticios. p, R, Mortier afIrma que, escuela fundonalista 3[1. E. E. Evanswpritchard rcswne mtn' bien
si bien la forma de las tradiciones no es digna de crédito, sí lo su posición cuando escribe que el estudio de las tradiciones COmo
es i~almente su contenido. Por forma entiende él los nombres de fuentes de representación colectiva del pasado, que los antropólo,
antepasados, las indicaciones temporales y de lugar, y la manera gos sociales llamaD mitos, depende deJ estudio de Ja cultura de la
como· se desarrolla la acción. En cuanto al contenido, éste corn~ que han partido.ro. Por otra parte, los funcionalistas han renunciado
prende los acontecimientos propiamente dichos, los nombres de a reconstruir la historia de los pueblos primitivos, sobre los que
grupo< que son s;mbolizados por nombres de personas y Ja situa, no hay documentos escritos ni vestigios arqueológíco~ 41. Subrayan
ción genf"raI que ·se describe en el relato 36, con tal fuerza la función ele la tradición oral, que llegan a no
Para H, U. Beier. SOn los elementos concreto;; de cada tradición admitir que pudiese contener datos dignos de fe concernientes al
los que no presentan credibilidad alguna, Pero bs tradíciones son pasado. El contenido de estos datos está enteramente determinado
erencialmen te fuentes para la bistona de las ideas y de la filosofía por el papel que juegan corno elemento en Ja estructura de la
de un pueblo. Así es Como deduce de un mito yoruba respecto a un cultura en su conjlrnto y en el mantenimlento de esta estructura .'.
anteposado, Oduduwa, que el nombre había pertenecido anterior, Esta posición ha sido reciente y claramente expresada por
~2
23

I
L

1

i
f r.

Wilks. Para éL las tradiciones orales jamás tieDen contenido cultura estudiada, con el reglamento de los testlgos, con la actitud
J' h!stórico. Son mitos creados, completamente creados cuando las de ua pueblo respecto de los conceptos del pasado histórico y de!
1 sit:t:.aciones, espf!cialmer..!c políticas, así lo piden. Su función los acontecimiento histórico y con ias eventuales razones de' falsifi·
í ha creado. El estudio de las tradiciones orales depende de la ant ro­ cacIón. La lIngüística, la onomástica y la roponimia pueden rendir
~ pología jurídica, no de la histónca (3, grandes servicjo~ en cuanto se refiere a ia apreciación del valor de
S E. E, Evans-Prltchard se opone a esta tesis. estimando que las una tradición 46.
rradiciones orales pueden ser utilizadas como fuentes. históricas si, J. van Vclsen pretende que la tradición oral se hace más sig­

I
:
al menos una bUeJlB parte, merece algún crédito. La historia tiene
siempre un carácter conjetural y sólo difiere el grado de verosimi.
. litud de la reconstrucclón. No es porque los antropólogos de] S1­
glo XIX no supieron adcptar una actitud crítIca ame' estas recons.
~ truccione.;; por lo que todas las tentativas hechas en eSle sentido
no tien.en v~~or+l. p, C Uoyd piensa Igualmente que todas las tra­
nificativa r: se la considera a la luz de las realidades políticas :­
sociales aCiuales, El sesgo de una tradición es inevicable e inherente
a la situación política y social en la que ella se presenta, El resu~­
-tado d e esto es que no exista una tradición auténtícarnente «vcrdá·
dera». Pero, pese a esto, ciertas tradici~ 'nes pueden ser correctas
globalmente. Estas opiniones son car (¡ooradas por numerosos
diciones contlenen una verdad, El historiador debe conocer, por miembros de la escueia funcionalista 4'1,
una partE' las deformaciones que son probables )', por otra, cuál A. A. Nicholson expresa que el interés de los incas por su pasa­
1 es fa credibilidad de las fuentes, después de haber sido instruido
t por el SOCIÓ!OgO en lo que concierne a las funciones de los mitos ~.
do estaba condicionado sin duda por las ventajas sociales y politi­
cas que dimanaban de la conservación de sus genealogías para lOS
A. W. Southall sostiene que las tradiciones pueden tener un miembros de los clanes reales, que se componran de todos los des~
valor histórico, si hay motivos que las justifiquen. -Las comunida­ cendienres de cada emperador y conservaban ':...n culto ti su memo­
des con un jefe de carácter hereditario tienen generalmente un ria i./!. En este misme espíritu, R. Untan y K. Luomaia de,ian entn
t interés fundado en la tradición de los hechos históricos. La tradí­ ver las razones que pesaban en Polinesia para la conservación dt
f ción oral satisfa "'.c necesidades psicológicas. Se adapta a estas
las tradiciones cuidadosamente memoriadas 49.
I necesidades, acen. uando ciertos detalles de los hechos o absorbí en­
R. Romero Moliner atrae la atención sobre cienos factores d'
. do e."1 el testimonio un juicio de valor sobre el desarrollo de los
la tradición oral que dicminuyen su credibiJídad~ Pretende que 12
acontecimientos. Una serie de acontecimienTos importantes no pe'­
tradición no posee ninguTl valor histórico. porque los autóctonos de
dria ser alterada por la función de la tradición, haSla el punto
Africa no han elaboradú ningún sistema cronológico, porque han
á!; que el testimonio perdiera todo su valo:', Antes de pronunciarse
defoTInado los hechos para presentar el relato de forma agrad;:ble
;obre su credibilidad es indispensable, sir, embargo, comparar las
y porque no hay ninguna relación causal enrre los. hechos, ya que
versiones de todos los grupos implicados en un determinado
se encadenan según una asociación libre y gratuita zr
asunto. Cuando se trata de tribus que no tienen jefe, Southall se

r muestra esceptico en cuanto a sus tradiciones orales, al menos en


6. Otros clnólogos opinan que detenninar la credibilidad de
'lo que respecta a las tribus sometidas a los alur, de las que ha exa~
las tradiciones orales corresponde a lOS historiadores y que debe
minado especialmente sus tradiciones. Observa, a continuación, que
hacerse segUn las reglas del metodo histcrÍCc Los autores de tm
una comparación de ¡radiciones conduce a menudo a la confusión
clásico manual dI;' antropología opinan que, cuande se puede dis­
y a la com:radicción, en parte a causa de una perdida de memoria,
poner de óocument05 históricos auto"izados. hay motivo para tra·
eu parte por motivos de alteraciones y también porque no se con~
tarlos según las reglas que aplica lti. historia, Es 'necesario obrar
sigue componer una imagen coherente de una migración general.
siempre con mucha prudencia al interpretar las i:radiciones orales.
Cuando se emprende la comparación de.grandes desplazamien~
Ar;emás, es posible deducir a menudo ciertos hechos del pasado,
ros de tribus, se tropieza con un crisol de grupos más restringidos
d. situaciones arqueológicas o de un conjunro de elemen¡os reco·
movíéndo5<e en todas direcciones que hacen imposible la presen.
gjdos por la hn ..' Üística, la antropología y la cultura. Se apreciará.
taCión de una imagen clara de una emigración general. La inter­
sin embargo, que S1 bien el problema está claramente formulado,
pretación de las tradiciones exige además familiarizarse con 13
apenas se propone solución para resolverlo.

l'
25

..... -------------~---~._­
7. -"'n la prác¡ica, tanto los etnólogos como los histor:iadores
han empleado en todas partes las tradiciones orales para recons. cada uno. Ambos bandos sintieron ta¡;lto rencor que estalló una gue­
1lU.ir el pasado de las poblaciones que estudian. En la mayoría de rra dvH y la ciudad fue destruida. El autor introduce el relato como
los casos su crítica se limitó a abandonar lo que ñsicarnente pa­ sigue: «Según ellos, el incidente siguiente provocó la guerra» oc, sin
recia imposible, L'1.terpretando el resto con la más grande liber::ad .51, informarse más sobre la veracidad del relato, No se pregtllltó si
No estará de más mostrar los defectos de semejantes manogra­ el tema de la joven cortada en dos no eS mas que un tópico y si el
fi¡¡s recurriendo a un ejemplo típico. relato no ha sufrido una deformación poética en su conjunto. En
Una de las mejores obras dedicadas al pasado de p¡¡eblos sin fin¡ no observó sjquiera que el relato es, en cierto sentido, una
escritura es la de la señora E, Meyerowitz sobre los akan s;:. En un leyenda local alrededor de una piedra y de otras ruinas de la
resumen de la literatura que trata de este tema, Ch. van Fuehrer. antigua ciudad 51,
Haimendorf alaba este trabajo como un ejemplo d. los resultados Cuenta, además, cómo durante una gueri'"a, el jefe de W1 bando
que se pueden obtener estudiando Con cuidado y rica imaginación Hegó a apoderarse de la hoja de una espada de pompa y cómo el
las tradiciones orales ", Se hallan, en efecto, en el estudio de la jefe del otro bando conservó la empuñadura. Los autóctonos decían
señora .Meyerowitz, ciertas innovaciones que en vano he buscado que este acontecinriento sÍtnbolizaba la división del poder. Pero el
en la mayoría de los demás estudios. Facilita infonnes concernien­ autor no ha tenido el cuidado de examinar hasta qué punto el rela­
te, al método de trabajo, la lista de sus fuentes y el nombre del to en conjunto podna ser un clise, pese a la sugestión de los
traductor que ha aportado su colaboración ". En todas partes ha tesugos mismos 58.
interrogado a los jefes y a los consejos tribales, y ha visitado los Además de las tradiciones orales, se hace ig-üalmente mención
lugares santos del país. Debemos precisar que, para esta zona de de la onomastica para ver:ificar el origen de ¡as diferentes tribus.
Ghana se dispone de numerosos datos, por 10 que la investigación
t El resultado es lamentable. E. Meyerowitz pIensa que el nombre
de las fuentes no le ha ocasionado mucha, dificultades. Por otra tribal Guan, tiene relación con un nombre de un lugar riel Sájara,
parte, esta monografía es una de las pocas donde se trata la cues­ 11agua. El plural de l/agua es .Seguantan.. E.stos nombres no son
r tiÓll del carácter específico de las fuentes empleadas ". El autor conocidos pero están deducidos de una forma árabe; Luvata o
f señala que las tradiciones son enseñadas por especialistas en las Lewala, que se halla en las' fuentes escritas!&, Pero no se suministra
1 escuelas y que se imponen sanciones a las personas que no pueden prueba alguna. y menos una evídencia lingüística cualquiera para
! reoroducir exactamente las tradíciones que les han sido confiadas. apoyar la hipótesis así confeccionada,
S~braya, igualmente. el carácter sagrado de ~umerosas tradiciones, Pese a sus defectos, la obra ha sido bien acogida por ciertos
sus falsificaciones, y menciona los casos de pérdida de tradición. etnólogos, porque menciona las fuentes, explica la forma de loca~
\ lndica, finalmente, que las tradiciones no están igualmente bien !izarlas y discute su propio carácter en función de su modo de
f conservadas en todas f'anes y principalmente que las de los peque­ transmisión, Todo esto representa un enorme progreso en relación
i ños Estados sólo han llegado hasta nOSOtros en migajas y en frag~ a las monografías anterjores, donde vanamente se huscaría un ves~
! mentos. tigio de eno. Pero otros etnólogos, entre ellos especialistas de la
Sin embargo, el autor" no ha intentado investigar las causas de misma región en la que E. Meyerowítz trabajó, subrayan 'las mayo­
testa sítuación. Al usar las fuentes no efectúa prácticamente ningu'Oa res de.ficiencias que subsisten en estos t.rabajos, especialmente la
i crítica. He aquí dos ejemplos de esta falta de sentido cntico. Cuenta falta de sentido crít.lco 60.
r la blstoria de la guerra civil qUe destmyó la ciudad de Beeo-Nsoko.
I Esta ciudad se componía de dos partes, una, Beeo, estaba habitada 8, Este resumen del problema tal Corno está formulado en la
I por los paganos y la otra, ~ soko, por los musulmanes. El hijo del
I rey de Nsoko y el del jefe "" Beeo estaban enamorados de la mis.
literatura etnológica, hace resaltar que un número de etnólogos
tienen conciencia de la importancia de las tradiciones orales como
~ ma joven, Un día Se pelearon en el mercado, cerca de una piedra fuente histórica y de la necesidad de apHcarles un método crítico.
! que aún se halla allí. Para terminar, uno y otro se dirigieron a la De las seis posiciones que adoptan, las dos primeras pueden ser,
morada de la joven, a la que cortaron en dos, llevándose una parte sin más, descartadas, ya que los autores del primer grupo sostíe~
nen que las tradiciones orales no son dignas de fe, y los del se­
¡;
27

r----------------~-.
I •
1 I

¡undo demuestran que algunas tienen cierta credibilidad. Está Notas


bien claro que una discusión concerniente a la credibilidad a priori,
que no repose sobre la cíta de ejemplos determinados, nada aporta L Ver H. DELEH.4.Yé, Les légendes hagiographt,ques: F. LANZONI, Ge:nesí e
ala solución del problema. svolgime:nto e tramonto tieIle leggendt hisroriche
La tercera tesis, defendida por F. Graebner, W, Schmidt :' 2. R. BLOCh, en Les an.glrl.es de Rome, p, 125, da de esta actitud la si­
guiente explicacion: «Pero también para el penodo de los mas iejenos oríge­
G, van Bulch, afirma que la credibilidad de la tradición oral no nes, hemos visto que las leyendas. tradicionales no dejan de dar' preCiosos.
puede ser establecida por ella misma. Es recumendo a críterios informes sobre el curso de los acontecimientos, a condición de que s610 sean
recibidos de las ciencias auxiliares, o por una cOD("-Ordancia entre aceptados después de un examen minucioso y de la conftnnación de ciencias
diferentes testimonios independientes, como puede ser establecida. positivas como la arqueología».
3. G. DUME2..1L,. L'hérHage indo-européen ti Rome, pp, 119·]25.
Esta posición les aproxima a la adoptada por los historiadores, 4. E. BERNHEIM, Einle.ilwzg in der Geschichtswissenschafi, 1908, p, 217.

Afirman que los caracteres propios de la tradición comportan que S.¡bid., pp, 494 y 504.

la credibilidad de las tradiciones orales nb pueda ser establecida. 6, Ibid" p. 486,

T,ndremos ocasión de demostrar que no es ésta la conclusiÓn que 7. Esta regla muestra hasta Qué pUntO el autor ha visto la tradición
se deduce de la esencia y de las características de la tradición oraL europea en su forma publicada.
8. E. BERNHEIM. íbid., pp, 382-,384.
La cuarta tesis excluye la hipótesis de una falsificación total 9. Ibid., pp. 494-504, sigue a J, ENGP-, Ueber die Arten der unbewussrett
de la tradición oral. R. Morber y H. D, Meier llegan a sostener que Geschichtsenstehung, Nauen. 1979, y completa este trabajo.
en cada tradición hay siempre un fondo que merece crédito, Pero 10. rbid., p, 503,
no indican ninguna fórmula que permita separar los elementos que 11. A. FfIDER, Lehrbuch der geschichtlichen Merhode, pp. 61-65 Y 199-204. Del
merecen crédito de los que no lo merecen. análisis se deduce que se trata especialmente de la tradición europea.
12. ¡bid" pp. 203 y 104.

En cuanto a la quinta tesis. conviene hacer observar que todos 13, W. BAUER, Einführul'lC h; das Studium der Geschichte, pp. :l36-245.

ru, mantenedores subrayan ciertas particularidades de la tradición 14, J, D. FAGE, The InvestigallO)¡ of Ora: Traduior.·in the Northern Terri­
oral y CIertos de sus géneros, que influyen la credibilidad de la tories 01 the Gold·Coasc. :.~
;'- tradición, De estOS trabajos se deduce que es necesario discutir 15. R, OUVER, The Tradüional Histories 01 Buganda, BunY010 Qnd AnK.ole;
lDEM, A question about rhe Bacwezi: lDEM, Ancient Capiral Sites 01 Anko­
los caracteres propios de la tradiciÓn oral y bosquejar la Jisonom!a le; lue..t. The Royal Tombs ot Bugando.
de los diferentes géneros, Los autores que defienden la sexta teoria J6, R. A. HAMILTOK, Hisrory ana Archaeology ir. Atrica, pp. 15-27 Y 41-70.
formulan el problema de la credibilidad de la tradición oral, pero 17. Ibid., p. 11, citación,
no proponen ninguna soluciÓn, 18. A. VAN GENN'EP. La formatÍon des légendes, p. 165, "ConV1ene, pues,
En las monografías en las que se hace 1150 de las fuentes orales permanecer escépticos en presencia de reconstrucciones de acontecimientos
históricos realizadas COn ayuda de tradiciones.D
'parece, en definitiva, que lo que hace especialmente falta es un 19, lbí¿" pp, 267-294,
estudio teórico del problema. La mayor parte de los autores de 20. E. S. HARTLAND, On [he Evidenti.a1 Value 01 the Historicai Tradtticms
estas monografías apenas hacen crítica de sus fuentes y no tienen 01 rhe Baganda and the Bu.shongo, pp. 428-434 Y 456, nota L
'en cuenta la especificidad de la tradición oral. 21. R. LoWIF., Oral Tradition and Histor}', pp. 165 Y 167.
22. ¡bid.. p. 167.
Los estudios etnográficos e histÓricos que se refieren al tema 23. R. B. DuoN., J. R. SWA~'TON., Primitive Américan Hiscar)', p. 376.
demuestran que es necesano sentar el problema del valor de las 24, R. LowrE, Oral Tradition and HUror)'. Discusslon and Corresvondance,
trndlciones orales como fuentes histÓricas, Desde luego, ponen de página 598,
relieve cuestiones importantes concemíentes al problema, pero 25. R, B. DIXOK y J. R. SWAN10N. O. C., p. 376.
26. R. };I, DIXON, Primitive American History (Discussion and Correspon.
ninguno presentá una problemática general del carácter especifico dance Dr. DrxoN's Reply), p. 599. Se hallará igualmente la respuesta de
de las tradiciones orales como fuentes para el conocimiento del J, R. SWANI0~ (Dr. SWANTOK'S Rep)y), p. 599.
pasado, ni se propone aplicar la crítica histórica a estas fuentes, 27.A. A. GOLDE..l>fWElSER, Heuristi.c Value of Tradilional Reco1ds (Discussion
Son éstos los dos puntos que forman el objeto de esta obra,
and Correspondance), pp. 763-764. Su punto de vista se resume de la siguiente
euyo capítulo siguiente trata del fenómeno de la tradición oral
fonna: IIPOt;lT evldence is poor evidence but it is evidence», p. 764.
propiamente dicho.
28, E. SAFlR, Time Perspeclive in Aboriginal American Cultura: a Study in
Me/hod, pp. 395-397.

2S
29

r--------------.-~- .

dición, po; la razón óe que no son narrados. La tradición oral sólo que lo naITa a una segunda persona, la cual a su vez, jo divui~;;¡
comprende testimonios auric:ulares; es decir ~ testimonios que COJllu~ contándolo a una tercera, etc, De esta forma nace una cadena de
nican un hecho que no ha sido verificado m registrado por el mismo tradición, en la que cada testigt1 ullerinr es un eslabón y cada les~
testígo, pero que lo Da aprendido de oídas '. ti...-nonio un testimonio auricular, Finalmente, el último testigo. cn
Se desprende ;g"aJmeme de esta definición que ios =ores munIca el último testimonio a un escri~1ano, quien 10 cons!g:~a
no pertenecen 2. las tradici?-?es orales, En efecto, aunque est2.S Esta secuencia puede ser representada por el siguiente esquema:
fuentes son orales y tnmsrrutldas de boca en boca. ne conciernen
sin embargo al pasado. Su caracter propIO es dar informaciones Hecho o acontecimiento
de la máb ardiente =malidad, las novedades. Se sabe que los ru­
mores nacen en las situaciones de tensión, de l.."lsegurídad sociat
cUlIDdo los canales m-dinarios de información no funcionan debi­
1
Observador ) prototestímonío o testimonio inicial.
damente o son considerados sospechbsos. Esto prueba que el
rumor es una cnotiC'Íap que no es esparcida más que a cau.c;a de su
actualidad y no un testimonio concerniente al pasado. Es evidente.
1
Cadena de tradición -+ testimonio eslabón o auricular.
lJll embargo, que los rumores pueden ser retenidos en la memoria
de la gente y más tarde, cuando son transmitidos Como testi­
momos del pasado, dar nacimiento a tradiciones orales. Pero esto
1
Ultimo testigo ') último testimonio o testimonio finaL
no impide que, en si mismos. no lo sean.
Exisw..:t, pues. tres tipos de testimomos orales: el testimonio
ocular. la tradición oral y el rumor. 1
Marcador ) anotación más antigua.
Conviene notar que aqtú, es de testimonios de lo que se trata;
es decir, ~ una declaración hecha por una persona respecto a cier­ De la definición propuesta l de la descripción de la secuencia
tos hecho--: o acontecimientos particulares. No se requiere sín de la tradición oral, resulta que hay un carácter que es verdadera­
embargo. que el testimonio tenga conscientemente la inte~ción mente ]?ropio de la tradición oral: su transmisión verbal. La exis·
de comuní:::ar hechos o acontecimientos del pasado en atención a tencia d.e la cual hace que se dcba considerar una tradición como
su importancia histórica. El testimonio no debe tener necesaria­ una sucesión de testimonios históricos siempre verbales:
mente un objeto histórico. Resulta, pues, que todas las tradiciones La relación existente entre un testimonio dado y la cadena
que cornuocan algún hecho que proviene del pasado. constituyen que le precede es una primera cuestión a tratar. Otros dos proble­
fuentes pa....-a la rustor:1a , Como se trata de testimonios narrados, mas deberán ser examinados a contmuación: el modo de trans­
f. pueden se::-vir como fuentes para nuestro conocimiento del pasado.
r Así, por e.l"-'mplo. una fábula esóplca es una fuente de conocimiento
misión y las alteraciones de Jos testimonios debidas a la transmi·
sión verbal.
~ t del pasade.. porque proporcio~a. cierto conocimiento de un aspecto

¡
, determinaóo de la cultura espmtual de un periodo del pasado.

I 2. El testimonio verbal de la tradición

,-"''"=",,;= La verbalidad es una cualidad que el testimonio resultante de


la tradición oral comparte con Jos testimonios oculares y con los
La rel.".dón entre el hecho observado o el acontecimiento y el rumores. El carácter especial que el testimonio reviste por el hecho
último tes:::imomo o la anotación de la tradición oral puede ser de su verbalidad no es, pues, propiamente hablando, especifico de
presentada como sigue. El. hecho observado es comunicad" por el la u .:..tJ.iC1ÓlL Pero, ya que según nuestro conocimiento jamás se ha
observador en un teshmonlO, que Se puede llamar prototestirnonio subrayado este aspecto particular, propio del testimonio oral.
O testimonJo iniciaL Este testimonio es entendido por una persona,
hemos querido hacerlo aquí nosotros, en una primera sección.
34
3S
Las otras tratan de un problema panicular de la tradici6n reneia, sino que frecuentemente no consta tampoco de la totalidad
fa r:eLación que existe entre un testimonio y los testimonios de las tradiciones que componen la referencia. En efecto, el testigo
que forman la tradición. Una última sección trata puede dejar de relatar ciertos puntos, que no figurarán en el testi­
las variantes del testimonio verbal y de su texto. Esta cuestión monio a pesar de que fip;urasen en la o en las tradiciones de las que
expone para todos los testimonios verbales, pero presenta un se sacó. El testimonio puede, en efecto, omitir datos siguiendo un
o panicular en el caso de las tradiciones orales. Por esta error o una mentira, porque quiera defender sus intereses o porque
el problema es tratado en último lugar. se vea inconscientemente influido 'POr diferentes factores de su
;. medio social. Veremos, además, que la forma de testimoniar tiene
una influencia real sobre el propio testimonio. De hecho, el testi­
testimonio verbal monio es la tradición interpretada por la personalidad del testigo
y condicionado 'flor ,eIla
Un testimonio verbal es el conjunto de declaraciones hechas También a causa de la influencia de la personalidad del testigo
un Illismo testigo concernientes a una misma serie de acante­ sobre el testimonio, se ba postulado que la referencia puede como
iunientos, en la medida que tengan una misma referencia Un tes. prender una o varías tradiciones. Idealmente se podría concebir
, persona o un grupo de personas que dan cuenta de una que un testimonio no derivase más que de una sola tradición, de
determinada. Una referencia es aqueIlo de lo que se da la cual daría cuenta el testigo. Realmente, esto no suc~de siempre
en el caso de un testimonio ocular, es la observací6n; en así. Un testigo puede haber oído una sola tradición y narrarla. Pero
de un rumor, la noticia oída; y en el caso de la tradici6n puede también, durante su vida, baber oido varias tradiciones y
otro testiInoruo oído que trate de una serie de acontecimientos haberlas mezclado en su mente, de forma que después no ofrezca
La referencia puede componerse de una tradí ción o de más que un solo testimonio a propósito de todas ellas. No hay en·
tradiciones, ya que el mismo testigo puede dar ra2.Ón en un tonces medio de descubrir en un testimonio 10 que se refiere a una
testimonio de varias tradiciones a la vez. o a otra de las dos tradiciones, que son la base de sus declaracio­
El testimonio verbal es, pues, típicamente, un testimonio indi~ nes. Lo ha mezclado todo. No se puede hablar de varios testimonios,
Lv cual viene a decir que el papel del testigo que lo transmite lodo está reunido en una sola declaración.
, muy importante. Determina desde luego un testimonio verbal Por otra parte oonvíene tratar como varios testimonios las
respecte, al testigo, y en el caso de un testimonio tradicional, no res­ declaraciones de diferentes testigos respecto a una misma refe­
la referencia. Debemos subrayar en primer término que rencia, de una o de vanas tradiciones que éstos narran. No se pue­
'testiI::lonio es la suma de las declaraciones del testigo. Com. den considerar todas estas declaraciones como una sola tradición,
"':lues, no solamente la referenda, o las tradiciones narradas, porque cada testigo, muy a menudo, ha añadido de lo suyo. Uno
tan::bién todas las añadiduras personaJes del testigo, Desde el acentuará el punto de la 'tradición que haya entendido, otro acen·
de vista formal pueden distinguirse dos tipos de tradiciones: tuará otro. Este lo habrá comprendido de una forma, aquél de
son cuajadas en su forma, aprendidas de memoria y trans~ otra. Sólo en el caso de fuentes cuajadas darán testimonios idén·
tal cual son, y las que son libres. que no se aprenden ticos.
mem:?mia y que cada cual transmite a su manera, Un ejemplo de Lo que acabamos de exponer muestra claramente cómo el tes­
=íado es el poema; un ejemplo de texto libre, el relato. Las tigo condiciona sv testimonio. Pero, sin embargo, la referencia, ia
Mlllihr~s: de un poema penenecen a la tradición, mientras que en tradición condiciona igualmente en cierta medida al testimonio.
óel relato son un añadido del narrador. Sólo el «cañamazo.
reJa",o pertenece a la tradición. Pero el testimonio del relato
tanto las palabras del testigo como el testimonio del 2. - La tradición y el testimonio

El testimonio está verdaderamente condicionado por el testigo. De la definición que hemos dado del testimonio dimana que
sólc comprende las añadiduras del testigo respecto a la refe. todas las declaraciones de un testigo concernientes a una misma

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de acontecimientos constituyen un solo testimonio, pero-s610 presencia de tutsi y hutu, dos castas diferentes, en el mismo país.
tanto se refieran todas ellas a una misma referencia. En efecto, Según la primera, un antepasado kanyarwanda tuvo varios hijos,
una persona A narra una comunicación que detenta de una pero entre los cuales Gatutsi y Gahutu, que fueron los padres de los
B, puede repetirla muchas veces, y todo lo que A dirá en dife. tutsi y de los hutu. Según la otra tradlcióL, el 'primer tuts!, Kigwa,
ocasiones no formará más que un solo testimonio, porque cayó del cielo sobre la tierra que estaba habitada sólo por los hutu,
vez A atestigua lo que ha oído de B. Siendo siempre A la mis­ Muchos informadores conocen ambas tradiciones, pero no las rela·
PTsona su influencia sobre su comunicación es en cada repe. cionan entre sí. Eligen una u otra y declaran que una es verdadera
del mismo origen. La comunicación reanuda cada vez la
< y la otra falsa, o viceversa', He aquí, pues, el mismo testigo que
tradición oída de B. La tradición que constituye la base del trata los mismos acontecimientos, pero que no mezcla sus tra­
:testimonio sigue siendo la misma y ,el testigo es también el mismo, diciones.
pues, bien claro, que se trata del mismo testimonio. El Incluso en el caso en que la segunda referencia de un testigo
le tiempo que interviene entre las diferentes declaraciones es el primero adicionado de nuevas tradiciones, es aconsejable tra·
testigo no entra en juego. En 1954 y en 1957, un tal Gakaanyiisb.a tar las declaraciones de este testigo como dos testimonios, ba­
veces un relato que trataba de los mismos acontecimien. sándose en la diferencia de la referencia, puesto que es impor­
de la hístoria de Ruanda, fu>. este intervalo no había enrique­ tante para el historiador saber lo más precisamente posible cuáles
sus propios conocimientos. Los dos relatos no constituyen. son, e:<actamente, las tradiciones sobre las que se basa el testí·
más que un solo testimonio, a pesar que entre ellos hablan momo. La última razón a posrular en la definición del testimonio
~urrido tres años. es, no solamente una identidad del testigo, sino también 1.'1a iden­
Pero si la referencia cambia de una declaración del testigo a tidad de la referencia,
no se trata ya del mismo testimonio pese al hecho de que slem.
trata del mismo testigo. En efecto, en una primera serie de
,ciones el testigo da cuenta de tradiciones A, B Y C, que ha 3. - Las variantes del testimonio y su texto
aquel momento. En una segunda serie da cuenta de tra.
~<licione, A, B, e, D-N, No da cuenta de las mismas cosas y el testi­ Cuando un testigo cuenta por segunda vez un relato ya conta­
no puede ser el mismo, En la práctica este caso es bien do anterionnente, siempre habremos de preguntarnos si no habrá
,< claro. De esta forma, Anaclet Mikwepy, un bushoong, me dio, en aprendido nuevas tradiciones en este intervalo. En efecto, es pre·
primera declaración, una lista de reyes que comprendia sólo ciso saber determinar si los dos relatos no son más que variantes
nombres. Después enumeró más, Habla enriquecido sus cono­ del mismo testimonio o si son dos testimonios diferentes. Esto
entos con su tío Bope Louis. Su segunda declaración reposa­ puede probarse de una forma directa. El informador admite o
en parte, sobre tradiciones distintas a las de la primera. Se niega haber incorporado nueVi'S tradiciones en el relato, Pero, a
pretender que en este caso se trala también de una mis· menudo, tenemos que proceder de una forma indirecta para sao
tradición, En efecto, en una primera serie de declaraciones, berlo. Pueden compararse las dos declaraciones del autor. A veces,
ejemplo, el testigo utiliza las tradiciones A+B. Después, apren. la amplitud oe las variantes conduce a demostrar que se trata de
una tradición C y hace declaraciones posteriores, Estas yacen dos testimonios diferentes, El caso de Anaclet Mikwepy es un
las tradiciones (A+B)+C, que comprenden siempre la mis­ ejemplo de ello, A mencdo, sin embargo, las variantes son mi!1imas,
referencia de sus primeras declaraciones. Y se podría pretender se limitan a algunos detalles en un relato libre o a algunas pala·
considerando la segunda referencia, la primera forma taro­ bras en un relato cuajado, Un tipo de variante que se produce con
parte de él, por lo que el todo sólo forma un mismo testi­ cierta frecuencia en una fuente libre es que la segunda versión
.. 0. Pero este caso no es el único que se puede presentar. Dos está simplemente abreviada en relación a la primera, El informa­
;- tradiciones concernientes a una misma serie de acontecimientos dor sabe que ya ha contado su testimonio y lo abrevia, En este
¡pueden ser perfectamente contradictorias, y el testigo puede cono­ caso se está prácticamente seguro de que la segunda declaración del
a las dos, Existen dos tradiciones en Ruanda que explican la testigo Se basa en el mismo suceso que la primera y que nos

1 39

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ante dos variantes de un mismo testimonio. Pero en seotan también otros casos. El testimonio puede ser aportado po"
casos cuyas variantes son mínimas, no es fácil determinar si una colectividad, dimanar de una confrontación o constituir una
trata de un solo testimonio o de dos testimonios distintos. La respuesta a una cuestión. En todas estas hipótesis, el testimonio
cunda. versión puede reparar omisiones de la primera y ser más es comunicado por diferentes personas. Las diversas form.as de
IOmpleta. o estar deformada en relación a la primera, sin que por rendir un testimonio son importantes, ya que todas ellas implican
hayan efectuado añadiduras a la misma. Pero puede estar ciertos sesgos sistemáticos que existen en la relación del testi­
completada o alterada por el conocimiento de otra tradi­ monio con la o las tradiciones de las curues deriva.
cada caso, el investigador deberá juzgar por sí mismo,
lliiándose por lo que sabe de la personalidad del testigo. a) El testimonio colectivo.
De lo que precede, se deüucirá que el texto de un testimonio es
adición de todas las declaraCÍones de un testigo referidas a un Es el aportado en nombre de un grupo bien determinado de
smo suceso. De esta forma, el texto de Gakaanyiisha comprende personas, por un indivíduo que designan y al que eventualmente
~eramente su primer relato y a continuación el segundo relato corrigen y completan. Así, el rey de los kuba declara en el relato
íbrev:iado. Nunca se intentará reconstruir un texto que dice ser de su testimonio: Ir Y vosotros que estáis sentados en tierra, si
pues ya hemos dicho que el testimonio comprende no acusáis que: son mentiras lo que cuenta:l; no son palabras exactas
las tradiciones que forman su base, sino también las las que han referido; de esta forma, él habla mucho; no hay inter­
palabras del testigo. Y en el caso de tradiciones libres, dicci6n, ráscate la espalda con la uña (para interrumpir de esta
palabras cambiarán de variante en variante. Incluso en el manera y mejorar)>> '.
de tradiciones cuajadas, nunca es aconsejable intentá.7." re~ El kuum o relmi6n secreta que existe entre los kuba para
;onstruir un «original». En todos los casos r las variantes son pre­ rendir un testimonio colectivo, sirve para designar un individuo
llosas; permiten formarse una idea de la seguridad del testigo en que lo relate y para repetir el testimonio. aunque la decisi6n de
declaraciones. de su actitud psicológica ante el testimonio, y cada uno es obtenida antes de proceder a un recitado público. Sin
veces de sus mentiras o de sus errores. embargo, el testimonio colectivo no es propio de los kuba, como
. la práctica. sin embargo, creemos que un texto debe ser lo demuestran los ejemplos citados por E. Meyerowjtz '.
~bhcado de forma diferente, si se trata de una tradición libre o La colectividad del testimonio le da su carácter propio. Todos
ouajada. En el caso de un texto cuajado, se puede dar una versión los que están presentes deben estar de acuerdo en todos los hechos
notar en qué varían las otras con respecto a ésta. En el caso de señalados y nada que no haya sido ,<cardado por unanimidad
te"to libre no se podrá siempre, por razones prácticas, publicar puede ser señalado. Desde este momento, el testimonio tiene el
las variaotes. Hará falta publicar una versión del relato y carácter de una declaraci6n oficial y al mismo tiempo de una de­
las otras variantes en. ¡lOtas. bien sea indicando sus diver~ claración mínimum, pues puede darse el caso de que los miembros
_ con respecto a la estructura formal de la primera. bien sea del grupo sepan más de lo que eUos cuentan. En el ejemplo bus­
ptándolas verbatirn si sus palabras pueden entrañar más de una hoang que ha sido citado, se dice a propósito de los yunques:
internretadón 3.
«Estamos de acuerdo, estamos de acuerdo con Maneu maShyaang,
toda esta muchedumbre ha llegado con el hombre del clan ma·
toan. '. easi todos los que estaban presentes sabían bastante más
?.' - La forma de atestiguar sobre el hecho, pero ninguno hizo la más ligera interrupción. ya que
para dar detalles más amplios no había unanimidad. He aquí para
testimonio puede ser rendido por uno solo o por vanos lo que sirven las características del testimonio colectivo entre los
Si procede de uo solo testigo, comprenderá oormalmente kuba. Parece que la unanimidad de los votantes debe ser requerida
radición conocida por él, con sus adiciones persunales y también en otros sitios.
tventualmente con sus omisiones debidas a un error o mentira, El testimonio colectivo remonta, pues, a una sola tradición,
imputable a su propia personalidad o a sus intereses. Pero se pre. que es conservada por todo un grupo de personas y cuya repro­

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ducción está sometida a control público. De .ello resulta que el tes­ El testimonio comporta naturalmente, no sólo la respuesta, sino
timonio sígue fielmente a la tradición. pero representa una versión también la pregunta. Se pueden distinguir dos tipos de preguntas,
mínima de ella. El testimonio colectivo es siempre un testimonio las directas y las indirectas. Una cuestión directa es una forma de
. mínimo. provocación del testimonio sin que la -respuesta tenga posibilidad
alguna de ser influida por la pregunta. La que se presenta con
b) Confrontación de testigos. más frecuencia es la siguiente: «Explicanos lo que sepas del pasa­
do de tu clan, de tu tribu, etc.», o más simplemente todavía: «¿Qué
El testimonio rendido como resultado de una confrontación de puedes contar concerniente al pasado?. Es evidente que las cues­
dos o más personas, por una de ellas, debe ser atribuido a todas tiones indirectas tienen tan poca influencia sobre la respuesta, que
las personas que han participado en la confrontación, si n.o se deben considerarse como un testimonio cuyo origen sólo debe ser
Dega a determinar qué parte de él corresponde a cada persona. Al referido al narrador. El interrogador se contenta COn dar la oca­
efectuarse una confrontación pueden producirse las siguientes si­ sión de rendir testimonio.
tuaciones: las dos partes dejan sus testimonios anteriores tal como No sucede lo mismo cuando se hace una pregunta directa. Si
estaban y una parte toma entera o parciaimente el de la otra; se pide a un leuba: «¿Quién reinó antes de Mboong Aleeng?», y él
. las dos partes se ponen tle acuerdo, hasta tal punto que nace un responde: .Shyaam», es bien claro que la respuesta no está influida
nuevo testimonio que se sitúa a medio camino de las declaracio­ por la pregunta, Pero si la pregunta se formula de la siguiente foro
nes anteriores. He aquí el ejemplo de una confrontación entre los ma: «¿Shyaam reinÓ antes de Mboong Aleeng?" entonces la res­
kuba, del que ha nacido un testimonio que es W1 término medio. puesta es sugerida por la pregunta. En evidente que en todos los
El jefe de Bokila había declarado que los bokila, en el momento casos en los que se puede responder con un sí o un no, tanto
de su llegada al país eran los primeros habitantes. Durante una el interrogador como el interrogado están en el origen del testi­
confrontación con otro grupo que pretendía igualmente ser el monio. Si la pregunta proporciona elementos que son aprovecha­
autóctono de la región, se oyó una declaración según la cual dos en la respuesta, el testimonio puede atribuirse a ambas partes.
el otro jefe había ocupado primeramente la región. pero que antes Semejantes comunicaciones no toman más que en parte su fuente
de su llegada los bokila habían creado en este lugar un depósito de de la cadena de tradición del interrogado. Por lo demás, consti·
marfiL En cierto sentido, habían sido, pues, efectivamente, los pri­ tuyen simplemente proyecciones de los conocimientos del interro­
meros ocupantes del país. . gado, y por esto deben ser devueltas a las cadenas de transmisión
Es evidente que una tradición resultante de una confrontación, de donde proceden estos conocimientos. En tales circWlstancias es
debe ser atribuida a las cadenas de transmisión de las personas que generalmente imposible establecer qué parte debe ser imputada
han influido en ella. Si una parte ha tomado alguna cosa de la a la influencia y cuál remonta a la tradición que conoce el inte­
otra, esta parte de su testimonio remonta de hecho a la cadena de rrogado. Por todo ello semejanteS comunicaciones están general­
transmisión de la otra parte. Si existe un término medio, son en­ mente desprovistas de credibilidad.
tonces las dos cadenas de transmisión las que se sitúan en el origen
de la comunic2.ción. A menudo. en casos parecidos, es muy difícil
determinar qué hechos derivan de una u otra de las cadenas a que 5, - Conclusión
deben ser imputados. Sólo las comparaciones con otros testimonios,
que se originan en una de las' cadenas y no en la otra, permiten En el testimonio verbal, la relación entre el testigo y su testi­
establecerlo. monio es muy íntima. De esta forma, el testimonio es definido en
primer lugar por el testigo. La relación entre el testimonio Y la
el Interrogación de los testigos. tradición precedente, la referencia, es igualmente esencial. Sin ella
no habria tradición oral. En fin, la existencia de variantes de un
Una declaración efectuada en respuesta a varias cuestiones$ testimonio está ligada a la verbalidad del mismo. , ero en el caso
debe ser atribuida a dos testigos: el interrogador y el interrogado. de una tradición oral, se presenta el problema particular de saber

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variantes lo son de un solo testimonio, o sí son, en el fondo, Las lecciones, que tendrán aproximadamente un mes de duración,
testlllloruos , porque derivan de referencias distintas, serán seguidas de quince días de vacaciones. A continuación, se
.ción de un testimonio COn la tradición está igualmente abrirá el siguiente perlado. Si los alumnos no hacen serios pro­
por la forma de testimoniar. gresos, el bardo detiene sus enseñanzas y cierra la escuela. Se dan
dos lecciones durante el día; una por la mañana y otra por la tarde.
Lo que caracteriza a estas escuelas en Polinesia, es que la eDse~
,. ·EI modo de transmisión de la tradición oral ñama y todo lo tratado -incluso los vestidos de los escolares- está
consagrado por la instrucción dispensada y desde entonces son
La transmisión de las tradiciones orales puede operarse según tabú
bien determinadas, y también con arreglo á una libertad com. f l0.

En el ejemplo citado la enseñanza es dada por un especialista.


dejándola totalmente al azar. Cuando los modos y las técní. Si ésta es la regla para las escuelas de este género, sucede también
transmisión existen, tienen por objeto Conservar el testi~ que unos especialistas están encargados de la conservación de las
tan fielmente como sea posible y transmitirlo de generación tradiciones; no tienen la dirección de una escuela pero son emplea·
,. generación. Esto puede estar asegurado por la formación de dos a modo de biblioteca viviente. En este caso, los especialistas
. sonas a las que les son confiadas las tradiciones, o también por no transmiten sus conocimientos más que a lOS que les sucederán
;pjprril"io de un control de cada restitución de 1a tradición. En en sus cargos. Esta institución está de tal fonna generalizada,
situación, W'la buena transmisión será favorecida cuando que los autores de Notes and Queríes pueden escribir que entre
tradiciones no pertenezcan al dominio púbJico¡ pero cons~ los pueblos que poseen una organización central se halla a menudo
conocimientos esotéricos de grupos determinados. El em. un funcionario encargado de recitar la historia en ocasión de ma~
de medios nlnemotécn1cos puede contribuir igualmente a ase~ nifestaciones públicas 11.
una fiel reproducción de las tradiciones. A este respecto declara D. Westermann que en las cortes de la
mayoría de los soberanos de Africa se hallan estos funcionarios 1:.i.
Basta citar aquí dos ejemplos de una especialización refinada y ex­
tremadamente adelantada en el dominio de la historia. En Ruanda,
los genealogistas, los memorialistas, los rapsodas y los ab;;r"
Entre gran número de pueblos sin escritura, e igualmente eran Jos responsab1es de la buena conservación de ciertas c1ases de
los aztecas que conocían ya la escritura, se bailan escuelas tradiciones. Los genealogistas, abacurabwenge. debjan retener la
está organizada una ensefianza sistemática de las tradicio-. lista de 10s reyes y de las reinas madres; los memorialistas, abatee­
isicas. He aquí algunos ejemplos típicos:' en Africa, las kerezi, los acontecimientos más importantes de los diferentes
de Bono·Mansu y Ruanda '; en Polinesia. las de Hawai, reinados; los rapsodas, abasizi, 10s panegiricos de los reyes, y los
las islas Marquesas y las de Nueva Zelanda '; en Améri. abiiru, los secretos de la dinastía 13. La eSDecialización estaba tan
de los reinos incas y aztecas ", Conviene señalar, sin embargo, desarrollada que un testigo pudo declara; al abate Kagame, que
estos ejemplos conciernen a Est"dos bien organizados. Pare­ fue quien le interrogó, que no era culpa suya si no sabía lo que le
la institución dc cierta organización escolar no puede desa~ pedía, ya que él no era responsaDle de la conservación de aquellas
s~más que en semejantes circunstancias. Como ejemplo del tradiciones; otros funcionarios eran los encargados de ellas, en
rnelonamiento de estas escuelas puede citarse el de las islas Mar~ tanto que é1 tenía otras tradIciones a su cargo. que eran más im~
. Cuando un padre desea dotar a sus hijos de una educación portantes ". En los Estados de Alean, E. Meyerowitz menciona los
construirá a este fin un edificio y alquilará los servicios de siguientes especialistas: los trobadores, los maestros de ceremonia.
que se convertirá en educador. Una treintena de personas, los tambores reales, los tocadores de trompa de la corte, el por·
y mujeres de 20 a 40 años, aprovecharán entonces esta tavoz real, los sacerdotes guardianes de la tumba, el portador de
para seguir las lecciones. Todos irán a vivir a la nueva casa, silla, las mujeres portadoras de las almas de las reinas madres
alumnos serán tabú durante todo el período de enseñanza. difuntas, el maestro de ceremonias de los dioses del Estado, los

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~s de la corte y el gobernador de la capital. Todas estas los privilegiOS otorgados a las personas o grupos que deben rete­
~ debían retener ciertas partes de la historia del Estado y ner ciertas tradiciones. Están exentos de prestaciones personales
¡ml"'íc:arlas a los que les sucedian en sus funciones u. y el relato de cortos poemas dinásticos es recompensado con pe­
queños regalos 15.


3. - Las tradiciones esotéricas
tradición oral puede estar provista de ciertas sanciones
que, estando encargados de conocerla, cometen faltas al Las tradiciones tanto pueden ser conocimientos esotéricos
o de una recompensa para los que logran reproducirla como pueden ser conocidas y narradas en todos los estratos de la
¡;;ablemente. Este hábito de aplicar sanciones y de otorgar re­ -población. En el primer casa sólo son transmitidas por medio de
lpensas está ligado especialmente a la intervención de los espe­ personas que están adheridas a una determinada institución o per­
Es un poderoso medio de COntrol para asegurar una co­ tenecen a un cierto grupo. Ninguna otra persona puede transmi­
reproducción qe los testimonios. tirlas aunque conozca bien la tradición.
bushoong s610 conocen formas mitigadas de sanciones. En Los cántos neyeem ingesh de los bushoong son enseñado. por
ningún rey puede subir al trono si no es capaz de dar duran. uoa especialista, la shoong, a las mujeres del rey. Estos cantos se
de su coronación una descripción general de la hist"" díviden en dos clases, los ncyeem ibushepy, que pueden ser eSCU'
notable femenina, la mbaan, no puede ser.nombrada chados por los extraños, y los neyeem ingesh, que jamás pueden
consígue recitar los nombres' de todas sus predecesoras en la ser ejecutados en público y que sólo las mujeres del rey pueden
Parece que en la práctica. sin embargo, no se ha presen­ conocer. Ninguno de estos cantos, sea de la clase que fuere,
ningún caso de aplicación de está fórmula. No ha producido puede ser recitado ni interpretado por extranjeros. Entre los kuba
resultados. El actual suceSOr al trono se pone a estudiar las la tradición de la tribu es también secreta y no puede ser cono­
ficiones para estar dispuesto a la sucesión. cida por los que son extraños al consejo que la transmite. Toda
Polinesia, las sanciones rituales más comunes son aplicadas tradición esotérica es necesariamente conservada y transmitida
denotan un conocimiento insuficientemente literaJ de las a través de instituciones. Puede, pues. decirse que toda la historia
liciunes. Como se ha dicho antas, en las islas Marquesas, todo clásica O familiar es una tradición esotérica que, aunque puede ser
tenga algún título que esté vinculado a la instrucción es conocida por extrailos. no puede en ningún caso ser transmitida por
por lo que no es sorprendente que una falta en el recitado ellos. Es evidente que las tradiciones que son enseñadas en las
tradición sea asimilada a una ruptura del rito y sancionada escuelas, revisten un carácter esotérico, ya que no pueden ser
dioses. enseñadas más que en las escuelas. Además, estas tradiciones sólo
Nueva Zelanda, una sola falta en el recitado es suficiente son, a menudo, accesibles a ciertas clases sociales., especialmente
nrrastrar a la nluerte inmediata al maestro que haya sido el a la nobleza y a los sacerdotes. La única excepción que conocemos
!{). En Hawai se hallan tambjén sanciones semejantes 11, está constituida por las escuelas de los aztecas "'.
partes y especialmente en Atrica, los textos que hacen . De hecho, pues, las tradiciones esotéricas son propiedad de
a la veneración de los antepasados deben ser bien Cono­ ciertos grupos. La propiedad del estilo oral hablado está bien ates·
que los relata no quiere exponerse a la cólera de los' tiguada en la literatura etnográfica ". Hay un caso en el que los
i:Hi.'wdos heridos 18. relatos históricos son simplemente llamados propiedad, pero en
~entido del ridículo juega también un cierto papel. Si al­ el que no existe ninguna sanción contra su recitación por los fJO
¡w conoce las tradiciones de su grupo, es a menudo :notivo de propietarios. Se trata de las poblaciones de Luapula. Los no propie­
parte de los ntiembros de su tribu. Esto es lo ~"e sucede tarios se abstienen de contar la tradición por míedo a «deteriorarlaJl
1"> kuba, cuando alguno no conoce la divisa de su clan. para el propietario y también porque esto sería una transgresión
Ruanda, las familias de los rapsodas son un ejemplo de a la etiqueta "'. Esto es igualmente válido para los ku bao

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En Ruanda, la propiedad de las tradiciones se toma más en
,

!
nes no debe 'extrañarnos que J. Rowe haya pensado que todas
A. Kagame señala que, por decisión de la corte real, tal O las tradiciones anotadas remontaban a las tradiciones oficiales de
es declarado estrictamente hereditario de una u otra Ja capital. Nosotros nos ínclinamos a pensar que todas las tradi­
, y da lugar a nombr¡¡.r un miembro de esta familia para ciones estaban destinadas a presentar el Imperio inca desde los
aspectos que demostraban ser más útiles al mantenimiento del
",citarlo "'. régimen estatal existente!llS.
;Bntre Jos trobriands del Pacifico, se podía comprar una tradi·
Tanto es así, que el jefe de Omarakana daba alimento Y El examen de la enseñanza que sobre las tradiciones orales era
a los descendientes de un tal Tomakan, en pago dada, el control ejercido y la elÓstencia de tradiciones escotéricas,
derecho de poseer la danta, el canto yel comentario apropiado". ha hecho resaltar que las tradiciones eran a menudo transmitidas
El reíno ínca ofrece un ejemplo de los diferentes modos de de generación en generación según un método bien determínado y
smisión de las tradiciones. Habían cuatro tipos de historia. que en numerosas sociedades sin escritura, se estaba atento a la
historia íntegra y secreta enseñada en las escuelas por especia­ buena conservación y exacta reproducción de las tradiciones. A tal
llamados amauta, que eran albergados Y alimentados por fin, se habia recurrido a medios mnemotécnicos.
del Estado y estaban exentos de impuestos. Siendo esotéri­
estos conocimientos, las escuelas sólo eran accesibles a la
Una historia vulgarizada, puesta a punto en los poemas, era 4. - Los medios mnemotécnicos
bvocada públicamente. Pero los datos históricos eran impuestos
A la muerte de cada inca, un consejo de altos fun­ Con el fin de retener bien Jas tradiciones, se usan a menudo
de Estado y de amauta se reunía, fijaba la historie oficial ciertos objetos materiales que pasan de generación en generación.
. país y escogía los temas qUé podían ser vulgarizados. Los quí­ Ciertos recuerdos que facilitan la memoria de una tradición están
'»umayoc conservaban todas las tradiciones que estaban en rela­ adheridos a ellos. También a veces se emp;ea un tipo de tradición
las estadísticas, así como los datos cronológicos, que for­ que permanece fácilmente grabado en la memoria, para que tenga
. parte de ellas. ¿Era su conocimiento esotérico? No está conexión con otra tradición que se olvida con más facilidad. Todos
[:expresamente mencionado, pero es probable. Estos especialistas, estos medios son mnemotécnICOS. Notemos, sin embargo, a pro·
recibían realmente una educación separada. En cada pósito de Jos objetos materjales, que pueden ser por sí mismos una
cuyo fundador era un rey, la genealogía de éste así fuente histórica. Ni que decir' tíene que lo que ínforma su apari~
principales hechos de su reinado eran objeto de una ción, independientemente del conocimiento de la astucia mnemo­
ttradicíón. Se sellala también que ciertos cantos históricos sólo técnica que representan, no forma parte de las tradiciones orales.
ian ser ejecutados en presencia del soberano, lo cual significa Unos medios lnnemotécnícos que' usan de rtos objetos, son
podían ser oídos por los extrallos. En el reino toda historia por ejemplo; el empleo del quipu. de bastones grabados, de obje­
fuertemente censurada. Si un inca habia llevado una vida índig­ tos transmitidos por tradición y otros pertenecientes: al paisaje.
en el momento de su muerte se decidia que sólo \su nombre Unicamente en el Perú se hace uso del quipu, que consiste en
conservado en la tradición, sin mencionar otros datos ca'n­ una serie de cuerdecillas atadas unas a otras, d'. diferentes colores
y longitudes y que se atan al sombrero a modo ue liceo. Los colores,
~cemientes a su reinado.
Así, pues, entre los incas, el Estado ejercía un control total al igual que los nudos y la longitud tienen un significado mnemo·
las tradiciones. Ciertos episodios eran difundidos en tre el técnico. El procedimiento fue empleado en el Imperio inca para
con fines propagandísticos; otros, sobre los cuales se guar­ COnservar las tradiciones orales y más especialmente las que se
, eran conservados, mientras que otros más eran eH· referían a las estadísticas, entre las cuales debemos contar los
'minados de la tradición como precedentes nocivos. Quienes debían datos cronológicos, Parece que era de la misma forrna como se
~'conocer ciertas tradiciones estaban minudosamen te detLrminadOs transmitían los datos aritméticos si creemos el testimonio de]
.. los especialistas eran invitados a desempeñar convenientemente padre Moma, Este se asombraba vivamente de que estas cuerde­
funciones mediante previlegios y sanciones. En estas condicio~ cillas anudadas pudieran dar informes de tantas cosas coDcernien­

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.al "asado; permitían determinar la duración del remado de En Buganda, en la luna nueva. una ceremonia conducía a la
_"rey, .decir si había sido bueno o malo, valeroso o cobarde; en corte a los guardianes de las urnas que contenían los cordones
~sumen, se podía leer en los quipu todo lo que ordínariamente se umbilicales de todos los reyes, hermanos de reyes y reinas madres
en ·los libros. Añade que un religioso de su misma orden que habían vívído en el país. Al pasar por delante del soberano
hecho ensayos con un viejo indio, ensayos que fueron con~ reinante, cada portador decía el nombre del propietario de la
~uyentes: el hombre comprendía su quipu como si estuviera leyen­ urna que transportaba. De esta forma se recordaban todos los
un libro ". nombres de la genealogia real ".
Después de la conversión de la población por los misÍoneros es­ El paisaje, con sus particularidades, sea o no formado por el
se daba frecuentemente el caso de que los penitentes leian hombre, puede obrar de medio mnemotécnico. Da nacimiento a
pecados de un quipu que se habían confeccionado expresamente las famosas sagas locales. l. Cunnison señala que entre las pobla·
este fin "'. ~ ciones de Luapu1a¡ numerOsas tradiciones sólo son contadas cuan­
Los meas llegaron todavía más lejos. Emplearon también ma· do se pasa junto a los lugares que son señalados en los relatos".
iconográfico para conservar sus tradiciones. A este respecto Entre ellos, se haila una buena parte de la historia local en los
debe convenir que la misma imagen proporcionaba el conoci· ruegos dedicados a los espíritus de ciertos lugares ". L. Frobenius
lo de los hechos, aunque puede considerarse que esta técníca observa que en el Sudán occidental, el emplazamiento de las tum­
lertenece de hecho a la escritura. De la misma forma, las maravi· bas reales es bien conocido y que estos lugares pueden ser consi­
placas de bronce de Benin no servían solamente para real· derados corno recuer(.¡os históricas grabados en el paisaje, a causa
prestigio del soberano, sino también como medios mnemo­ de sagas locales que están a él vinculadas ".
,técnicos. Se apiJaban en una sala especial y se consultaban cuando En otras partes de Africa. los guardianes de tumbas reales
necesario ". El mismo papel habían desempeñado por otra parte conocen la historia de los reyes que allí están enterrados o al
Dahomey ias pinturas que decoraban el palacio real "'. menos sus nombres. Esto sucede así en toda la región ínterlacus­
Un medio mnemotécnico muy corriente en Polinesia es el tre y también entre los kuba, lozi, nyakyusa, >:hosa y probable'
de un bastón en que se han practicado incisiones a las mente entre muchos otros pueblos <IlI,
se asocia un significado 3). Es un medio que emplean genera}· .n otras partes es posible que no haya guardianes nombródos.
jos kuba, pero únicamente para conservar el recuerdo d(; perú I,as tumbas de los antepasados, jefes fundadores de poblados,
bperaciones financieras. de clanes o linajes. etc., son siempre bien conocidas por ¡as gen·
Los objetos transmitidos de mano en mano son a menudo tam~ tes. De hecho, se puede prácticamente decir que en todas partes
medios mnemotécnicos. En el Imperio de Bono-Mansu, un donde se rinda culto a los antep~sados, el emplazamiento de sus
:¡¡utaero de kuduo era depositado, a la muerte de cada sobera­ tumbas es conocido y algunos recuerdos históricos están vinoula·
en un templo especial. Cada año se depositaba una pepita de oro dos a ellas.
el puchero del soberano reinante, por lo que a su muerte se Entre los medios mnemotécnicos que no hacen uso de oh '!etos
determinar con precisión cuántos años había reinado ;U. Una materiales. deben ser señalados los canto, y los ritmos de t: ··,bor.
símilaT se halla en Ruanda. donde los abíiru recibían cada En todas las tradiciones cantadas se halla un soporte mnerClotéc·
en ocasión de la fiesta de la siega, un objeto para conservar 3:. nico en la melodía o el ritmo del canto u. En todas partes de Alrica
's objetos aislados tienen a menudo su propia historia. Los se encuentran los ritmos de tambor como medios mnemotécni·
cuentan a propósito de los cuchillos mboombCUlm que po­ coso Las palabras y las frases pueden ser transpuestas en señales de
todavía hoy, que son copia de las espada, empleadas antigua. tambor, en las lenguas en las que la altura del tono juega un papel
por' los blancos ": fonológíco. Es más fácil retener estos ritmos que dan la melodía
En Ashanti, el guardián de estancia del jefe debe conocer la tonal que las propias frases. En Alrica occidental, la historia de
~hlstoria de la .sede,; es decir, del pasado del reino". Cuandu habían la casa real de los Dagomba, al igual que la de los Estados de Akan,
¡,acontecimientos importantes se fabricaban en los Estados de Akan, se conserva parcialmente con señales de tambor '52, En las otras
;,objetos~recuerdo, y los guardianes debían conocer su historía ss, partes de Africa son especialmente los nombres elogiosos y las

51
los que son conservados por medio del tambor teléfono <l, Otros piensan que las tradiciones no tienen valor más que
ligmnos, finalmente, que la forma Dlisma de UD testimonio puede cuando se refieren a períodos no muy alejados en el tiempo, Para
empleada como medio mnemotécnico", ellos la pérdida de memoria está en función directa a la duración
de la tradición"', Estos razonamientos son inexactos, Hasta hoy nO
existe ninguna prueba de que bayan diferencias innatas entre las
facultades cerebrales de las diversas razas humanas, Por otra parte
es de pública notoriedad que la memoria humana es capaz de rete·
Resulta de lo dicho anteriormente, que todas las tradiciones ner una enorme cantidad de cosas, pero que la atención concedida
no son transmitidas de la misma forma, Ciertas institucío. a los datos que se deben memorizar es UD factor decisivo en este
de la cultura tíenen por objeto regular el modo de transmisión ~ominio. El entrenamiento sufrido constituye igualmente un factor
ciertas tradiciones, de forma que se conserve lo más fielmente de memorización, Resulta que la pérdida de memoria se halla en
el testimonio del observador, El historiador puede enton. relación directa a la forma de transmisión, al grado de control
valorar qué garantías ofrece el modo de transmisión de una ejercido en el momento de la reproducción de un testimonio y a la
detenninada, para transferir en excelentes condiciones frecuencía de reproducción. Estos tres factores entrañan una va~
prototestimonio que se halla en su fundamento, El estudio de luación de la atención prestada a la memorización y del aprendi·
alteraciones de pro1.otestimonio debidas a la misma transmí.. zaje sufrido a este efecto, La duración de la tradición en sí misma
es el objeto del apartado siguiente, no tiene más que una importancia secundaria *.

a) El modo de transmisión,
Las alteraciones debidas a la transmisión
Las tradiciones que son transmitidas utilizando medíos mnemo­
Desde el testimonio inielal hasta la tradición final, el cante. técnicos serán menos susceptibles de ser alteradas por las pérdidas
de una tradición puede ser alterado por los diversos testigos de memoria que las otras, El mismo hecho es válido para las tradi·
de la cadena, Cada testigo puede aportar alteraciones ciones cuajadas enseñadas en las escuelas por especialistas, Si ade­
clases, pero sólo las omisiones debidas a pérdidas de más de los factores precedentes, la tradición es objeto de un dere·
y las adiciones explicativas tienen una relación directa cho de propiedad o unos privilegios substanciales le son asociados,
la transmisión de la tradición, Los otros cambios aportados la pérdida de memoria puede a veces ser eliminada totalmente,
los testigos auriculares son de una naturaleza más general y En Hawai se observó un himno de 618 versos, que era idéntico a
tienen una relación muy particular con la transmisión. Más UDa versión recogida en la vecina isla de Oaku <1, En Ruanda se
trataremos también de esto.g,. hallan variantes en lcs poemas dinásticos, pero son «moralmente
insignificantes para el conjunto)) 00, En ambos casos se trata de
textos aprendidos de memoria y enseñados por especialistas. Pero
La pérdida de memoria en el prímer casO una grave sanción religiosa está asociada a una
reproducción fallida de los textos, mientras que en el segundo la
La pérdida de mernona puede manifestarse en los sucesivos sanción es prácticamente ausente aunque teóricamente previst::,
de una cadena por omisiones, confusiones e indirecta~ De ahí la diferencia entre los dos casas, El hecho de la pérdida de
por adiciones explicativas. Como puede manifestarse en memoria en Ruanda es sensible, en Hawai tOdavía lo es más, Hace
~laui('.r tradición oral. es necesario buscar el gradO de deforma. falta notar además que los textos aprendidos de memoria no están
qú" una tradición dada puede haber sufrido por pé"didas necesariamente menos sujetos a la pérdida de memoria que los
memoria. textos libres. Existen numerosas variantes en las divisas de los cIa·
Muchos autores piensan que los pueblos que no conocen la nes kuba, que son sin embargo textos cuajados, Pero no se apren·
disponen de una excepcional memoria 46. den de forma sistemática, siendo éste el elemento esencial de

53
una buena transmisión. Por otra parte se pueden citar los rela­ tamente pueden ongInarse cataclismos naturales. Las tradiciones
~os históricos de Ruanda que están muy poco afectados por las del ubwiiru en Ruanda son un código que regula los poderes del
pérdidas de memoria, aunque se trate de relatos libres. Pero aquí, soberano, que guía sus acciones y que justifica su gobierno por
.,n .el caso de ciertas personas, existía una enseñanza sistemática. medio de un derecho divino heredado del pasado. Estas tradiciones
y se comprueba justamente que son estas personas las que han son esenciales para la monarquía de Ruanda porque su transmi~
transmitido la tradición sin deformaciones notables, mientras que sión está minuciosamente regulada. Por el contrario, la historia
los «aficionados. la transmiten con pérdidas de memoria a menu. de una familia de agricultores de Ruanda o de pescadores de Poli·
do substanciales. nesia será transmitida por azar y el olvido la borrará rápidamente
de la memoria de los hombres, Estas consideraciones nos haceú
b) El control de la reprot:hu:ción. comprobar que los testimonios más accesibles al error consciente,
porque se combinan con los intereses sociales más poderosos, son
Los testímonios controlados están menos eJtpuestos a la pérdi. los que están menos sujetos a la pérdida de memoria. Los testi·
da de memoria que los otros, puesto que el control tiene justa­ monios menos influidos por los intereses sociales son los que
mente por objeto reparar las omisiones y enderezar las confusio­ se olvidan con más facilidad.
nes que el testigo puede tener por olvido, El ejemplo clásico de
tradiciones controladas son las colectivas. Son transmitidas en e) La frecuencia de reproducción.
el interior de un grupo y ninguna persona del mismo puede recio
tarlas sin que los demás elementos del grupo estén presentes para La frecuencia de reproducción es un elemento que proporcio­
ratificar el valor del testimonio concerrúente a la tradición por un na indicaciones sobre el grado de pérdida de memoria, ya que una
acuerdo unánime. Las tradiciones conservadas por ios consejos de frecuencia baja favorece a la misma. Para muchas tradiciones la fre­
los jefes kuba son un ejemplo de las mencionadas. En estos casos cuencia es definida por la costumbre. Entre los bushoong, la tra­
la tradición se transmite progresivamente de generación en ge. dición tribal no es relatada más que en la coronación de cada
neración y no bruscamente. como sucede a menudo cuando es nuevo rey, Las canciones dinásticas, ncye:em engesh, son cantadas
transmitida individualmente. Nuevos miembros son aceptados en una vez cada mes en la luna nueva. Los precedentes jurídicos sólo
el grupo y aprenden las tradiciones; los miembros más viejos son citados en los casos especiales en los que tienen una aplica­
mueren¡ pero como no lo hacen todos slmultáneamente ni los nue~ ción. Las divisas de los clanes son rédtadas a la muerte de uno
vos entran tampoco todos símultáneamente, existe una gran con~ de los miembros del grupo de parentesco o como alabanza para
tinuidad en la transmisión de la tradición. aclamar a los bailarines estrellas. Finalmente, las canciones ncok
Los testirnoníos que no son transmitidos en el seno de una no están sometidas a una frecuencia constante, su recitado depende
institución pueden igualmente ser controlados. Un ejemplo uni. de la moda del momento. En Burundi, todas las tradiciones son
versal es el caso de los precedentes judiciales, que son invocados relatadas a intervalos irregulares, mientras que en Ruanda por
cada ve:;: que una situación lo rec1arn;:L Estos precedentes son ejemplo, son recitadas normalmente en las fiestas de la corte o
controlados por la parte contraria a la que los ha invocado. Y un entre los grandes jefes, o también en el caso del bv..'iiru cuando se
preceden re inexacto es inmediatamente discutido. A continuación., tenía necesidad de resolver una cuestión practica; el bwiiru tenía,
sanciones de todo género son a veces Una forma de control muy pues, el valor de precedente. Algunas veces la frecuencia es muy
eficaz. El citado caso dc Hawaí lo demuestra. Puede decirse com!' baja, ciertas tradiciones mandas no son relatadas más que una vez
regla general que, cuanto más ligada está una tradición a un inte. cada siete años 51,
rés y cuanto más público es este interés y funcionalmente impor­ Por otra parte una frecuencia elevada no excluye completamente
tante. el control de su recitación será más minucioso y la tradición la pérdida de memoria. La alta frecuencia en la transmisión de
estará preservada a lo sumo de pérdidas de memoria. Las tradi. testimonios no controlados y transmitidos sin cuidados especiales
ciones religiosas en Polinesia son muy importantes para la socie­ puede conducir a una alteración más rápida de la tradición que
dad. Sostienen la creación del mundo. De no conocerlas correc­ una baja frecuencia. En efecto, cada vez que se relata una tradí·

54 55
'es un testimonio que puede introducir nuevas variantes en la Cuando se trata de acontecimientos incomprensibles, el narrador
,tradición. La frecuencia soja no permite, pues, apreciar fabrica casi invariablemente una explicación del fenómeno que
encía deformativa de la pérdida de memoria. Es en unión ajusta en el mismo cuerpo de la tradición, Un ejemplo kuba, es
el modo de transmisión y los controles sobre ia transmisión una canción que trata de una guerra acontecida en el siglo XVI
podemos formarnos una idea al respecto, entre ellos y los «blancos» portugueses. La tradición actual cuenta
que los combatientes no disponían de armas, pero se arro,iaban
Cómo valorar los efectos de la pérdida de memoria arena o agua, segtln ias diferentes versiones. Pero la tradición
actual descansa enteramente sobre una canción en la que se des­
La valoración de los efectos de la pérdida de memoria es fácil cribe el efecto de la batalla por medio de un onomatopéyico pu, pu,
se poseen varios testimo~ios respecto a una misma tradí~ pu. De esta onomatopeya, los kuba actuales han deducido que
Basta entonces observar la amplitud de las variantes regis· sólo el agua l' la arena arrojada al aire hace este ruido, Pero es
para tener una idea exacta. Esto se aplica especialmente a probable que la onomatopeya designe en realidad el ruido del
cuajados en lo~ que ia comparación se hará palabra por impacto que hacen las balas al chocar contra el suelo, Los obser·
mientras que en los libres se hará comparando el bos· vadores tradujeron el efecto de este impacto por pu, pu, pu, y sus,
los diferentes testimonios, La técnica de comparación descendientes habrán olvidado completamente su significado.
______ orales permite alcanzar una precisión más grande que Las adiciones de este género son a menudo fáciles de descubrir:
Comparación de textos cuajados ", Tienden siempre a dar una explicación etiológica de los fenómenos
'Cuando no se poseen más que uno o dos testimonios de una descritos y constituyen una interpretación de la misma tradición,
es posible hacer un test sobre la calidad de la Distinguiendo cuidadosamente en cada caso entre la tradición y
del tlltimo testigo, Nos esforzamos entonces para la interpretación que se da, se logra localizar la mayoría de estas
a intervalos más o'menos largos, diferentes declaraciones adiciones, El único caso en el que será difícil darse cuenta de los
aquél. Las variantes de su testimonio darán una indicación efectos de la incomprensión de la tradición, es en el de las pala­
la calidad de su memorización, Fuera de este test nos debe­ bras arcaicas no explicadas. En este caso sucede que los testigos
contentar con hacer una valoración de los efectos de la que se transmiten la paiabra incomprendida llegan a intercambiar
de memoria, apreciación que se basará en las particulari­ de testimonio en testimonio ciertos sonidos. Y es posible que
de la transmisión. después de cierto número de testimonios auriculares, la palabra
incomprendida se halle ya desfigurada, No obstante, si podemos
basarnos sobre la transmisión de nombres propios como los nom­
bres de tribus que constituyen un caso análogo, la deformación
fonética será bastante rara. También existe el caso en el que las
Sucede a menudo que ias tradiciones llegan a ser incomprensi­ partes incomprendidas de un relato restan en la tradición sin
los mismos testigos que las relatan, bien sea porque el ninguna adición explicativa_ Sólo se practica esto cuando el in­
se ha vuelto arcaico, como sucede a menudo en el caso teres de Jos que oyen al narrador pennanece vivo por estas partes
tradiciones cuajadas, bien sea porque los hechos de los del relato, a causa de su carácter curioso, Así los kuba hablan
habla hacen alusión a costumbres que se han perdido, con­ todavía de blancos que llevaban vestidos de hierro blando (catas
iose por éste en extrañas para los testigos. En los ncyeem de malla), Estas cotas de malla portuguesas fueron abandonadas
kuba, muchas palabras se han hecho incomprensibles, en el siglo XVI. Pero la tradición habla todavía de ellas porque es
se pide su explicación ia gente se contenta con respon­ un detalle curioso que hiere la imaginación de la gente,
trata del lambíl, la antigua lengua bushoong, Nosotros
sabemos lo que esto significa», Pero en otros casos. forjarán
lJícaciones para contestar a las preguntas de sus auditores.
formación de etimologías populares es uno de estos casos,

57
NoI:at;
Ciertas .alteraciones del prototestimonio se producen durante
transmisió,! y son debidas especialmente a la tradición misma. 1. W. BAtJml, o. c., p. 244, Y E. BaurnEIM, o. C., 1" 494. hacen la mi.sm.s>. dis­
rivan todas del olvitio; bien de la pérdida de memoria, bien del tinción, Los términos qUe adoptan son ios siguientes: testimomo directo por
testimonio ocular y comunicación indirecta por comunicación referida. E. BERN­
de circunstancias explicativas de una tradición. Pero los HBlM coloca el testimonio directamente oral al lado de la tradición oral, ba­
de estas alteraciones pueden ser apreciados de forma muy sándose en la forma en la que es comunk.ado. En razón de su carácter propio
y a menudo también medidos. En el caso de la pérdida y especifico hay, sin embargo, motivo para colocarlos separadamente.
¡de memoria se comparan los testimonios recogidos de Una misma 2. Cfr, pp, 135-137, en las que se aprecian otros dos ejemplos de tradiciones
:!radición. En el caso de una adición se llega a distinguir la tra­ contradlctorias:" conocidas por los mismos testi¡OS,
3. Para la estructur~ formal del testimonio, Cfr. Cap. 3, apartado 2,
de la significación que le es atribuida y que puede ser una 4. J. JAroBS-J. VANSINA, Nshoortg atoot, Hez koningsepos der Bll5hong. p. 7.
¡adición etiológica. Igualmente, pp. 5-7: -Nosotros hemos ido a mostrar a los detentores de su
este capítulo hemos subrayado el carácter propio de la trabajo a tomar la. palabra del soberano. Y ! vosotros I notables I si tenéis
tradición oral. Corno cadena de testimonios verbales, ocupa un alguna cosa que decir, hablad en 'Seguida., dice el rey. Finalmente pide: «¿El
clan de mi madre no es de este -modo?» «Las palabras son así. son 8sh, excla·
bien partícular entre las fuentes históricas. El testimonio ma la respuesta. El rey sigue: «Y vosotros, venid, pasad entQnces. Confirmad
indirecto como todos los documentos históricos que no son mis decires~. Los dignatarios mbeem '!! mbyeeng se levantan y declaran que
arqueológicas, lo que quiere decir que el testigo condicio­ había dicho la verdad.
muy fuertemente su testimonio. La verbalidad del testimonio, 5. E. MJ!m¡¡¡oWITL, o. c" p. lIS.

6, J, IACOBS-J. VANSrNA, o. C., p, 15.

la tradición comparte COn el rumor y el testimonio ocular, 7. A, KAG.U<E. La Poésie dynaslique QU Ruando, pp. 22-24; E. MID.'EROWITL,
sobre el que se basa a menudo la tradición escrita, tiene como C. C., p, 20.
msecuencia que la definición de una tradición comprenderá g, H. LAVACHERY. Vie des Potynésie'ltS, p. 37; R, Lown;:, Social Organi$ation,
das las declaraciones del testigo concernientes a un mismo de­ p. 197;· K. LuoM.ALA,. PoLynesian Lirerature, pp. 772·789; E. BESl. The Moan, pági­
¡terminante. que en este caso está compuesto de tradiciones. El nas 57..84; E. S. C. HANU\', Marquesan Legends, p. 20.
9. G, C. VAILllNT, The Altees of Mexíca, p, 117; J. SOUSTFlLE,. UJ vie quori­
[~rácter peculiar de la trad~ción ora] es su transmisión particular. dienne des Alteques a la veille de la conqw!re Espagl1ole, p, 101; H. B, NI­
modos de transmisión son díversos, pero pueden garantizar CBOLSON, Q. C., p, 609; L. BAtmTN, La. formatio'tt de l'élile et I'enseignem,eni de:
transmisión que no altere mucho el prototestimonio. Y si éste l'histoire dans l'empire Inca, p, 109; J. RoWE,. Inca. culture lJ.t the Time of Sr:1(..~
aiterado por el olvido, es relativamente fácil localizar el efecto nish Conquest, pp. 201-202.
este olvido en el último testimonio. 10. E. S. C. HANDY. o. c., p. 2!l.
11. Notes al1d Oueries on Anthropolog)', p, 204. Un buen ejemplo es la
Lo que permanece de la tradición oral es el último testim@nio. presencia de un funcmnario, el bab(l elegun, en el pueblo de K.etu (Yoruba),
que es parecido en todos los testimonios auriculares, tiene, que está encargado de conocer de memoria la historia, La función es here­
nbargo, un valor especial para el historiador. Es un tes ti· ditaria en. la familia. de los Oyede y el conocimiento se transmite de padres
provocado que el bistoriador puede observar y del que a hijos. Las tradiciones son ~tadas en el momento de la instalación de
cada nuevo soberano, En esta ocasión, el baba etegurt recibe una reCOlnpensa
deducir la mayor parte de las características de los testi~ si la recita SIn hacer ninguna falta, Si no lo logra es castigado por fuerzas
precedentes. Por esto los capítulos siguientes están dedica- sobrenaturales. Cfr. S. {j, BlODA.K'li, The WelIs of West African His1ory, p. 19.
al estudio del testimonio. La observación histórica a través 12.D, WESTERMANN, Geschichte AfriJuls, p. 406. Igualmente :pp, 15 y 16.
13, A, O'ARIANOFF, HislOire des Ragesera, souverains du Gisaka, pp. 14 y 15;
la tradición oral se hace por medio del testimonio. y para 10­ A. KA.GAME, La notion de génération, pp. 944.
esta observación, hace falta saber ante todo lo que es un 14. A. KAG.u.ffi. La. poisie dyhaslíque au Ruanda, p. 39. nota 35.
101lio y comprenderlo. A esta cuestión se consagra el próximo 15. E, MEYEFDWITZ, o, c., pp. 19 Y 20,
16. E. BP.ST. o. c., pp. 13 Y 65.
17. R. Low!s, o. C., p. 2!l2.
lB. D. WESTERMANN, o. C., p. 1; L. FROBENlUS. Kulturgescnichte Afrikas,
pp. 343 Y344, Este- último hace valer la importancia de las listas;de antepasados
pero no menciona las sanciones a que están vinculadas.
19. Ae KAGAME, o. C., pp. 22 Y 24.

59
:lO. G. C. VAIT..L.\.'IT, o. e., p. 117; J. SoU5Tl!tJ¿, o. e., p. 199. 48. Unas tradiciones valederas pueden a veces remontar muy lejos en el
21. R. LoWIE, Primitive Society, pp. 224.232; lDEM, Social Organization, ;;pasado. F, Bo..\s, The Folklore of tht. Eskirno, p. 512, cita el caso de jos
, 131,134. esquimales de Groenlandia que se refieren a las guerras que hicieron contn
l. ClJ'NNISON, History on lhe LUJlpula., p. S. los normandos (B79-14SO) y Jos de! Baffin meridional que recuerdan todavía
23. A• .KAi:.\ME, a. e., pp. 12 y 23. la visita de Frobisher (1576-1578). E. M:e:YEROW1T2., o. c., pp. 29-32, demuestra que
24. B. J.lAt.INowSKI, ArgontlUts ot lh'e Western Pacífic, pp. lB5, 186 Y 29l. en el estado de Takyiman cjertas tradiciones remontan a 1295. En el caso de
25. Cfr~ L, BA'U'DIN, O. C., pp. 107-114; J. R.owE. o, C., pp. 201 y 202; lDB.M~ absalu­ pueblos de Amca del Sur, M. Wn.8ON, The early Hisrory of the Tra:nskei ami
in the Andean Are.a., p, 272; H. B. NICHOLSON, o. C,} p. 609. Ciskei., pp. 173-178, demuestra igualmente que las tradiclones de estos pueblos
La civilisatiort de l'Empire Inca, p. 133. El autor dedica penniten remontar el curso de la hjstoria hasta aproximadamente el año 1300.
a esta cuestión. pp. U8-137. Ver también L, BAUDIN, Der socia1istis­ . Finalrnenre, nOSotros mismos heIflOS podido probar que los kuba de Kasai
der ¡"ka. pp. 48-50. la bibliografía y pp. 1~107 de la misma o-bra. se refieren a las cotas de malla portuguesas que se usaban en la costa congo­
27. L. BAt;'DIN, O. C., p. 49.
leña antes de 1515.
lB. E, EuSOFON, The Scuipture of Afrika¡ p. 129.
49. R. Lown:.. Social Organiultion, p. 202.

29. P. VERGER. The Bas-reliefs in the Royal Palaces 01 Abomey, Ver tamo SO. A. KAG.ure, La paésie dynastique au: Ruanda, p. 27.

M. Hm:t.SKOITS, Dahome.q. pp, 330 Y 33l, sobre el valor mnemotécnico de los 51. G. Dmrmu'.eN. Mylne et orgl11titation sociale au: So«dan Fran(!Q.is.
fijados sobre las sombrillas de la nobleza. páginas 39 y 40.
30. H. LAVACHl!RY, o. e., p. 37. 52. Cfr. Capítulo 5. articulo 2.
31. E. M1riERow=. a. e.. pp. 29.32.

31, A. KAGA.ME. 0, c., p. 38, nora 35.

33. Se halla una fotografía de semejantes espadas en E. TORDAY, Les


p. 192, lig. 276 e,
B. ATTAFUA, Tradiliorw.l Hisrory, pp. lB-20.
35. Ibid., pp. 18-20.
36. J. GoRJu, Entre le VteIoria, l' Albert e1 i'Edouara, p. 112.
37. I. CUNNJSON, o. C., pp, 35-38,
38. ¡bid.. p. 10.
39. L FROBENIUS, O. C., p, 334,
4O.Cfr. J. GoRro, o. e.. pp. 83/ 87 y 107.109; R. O!.rvER, Ancient Capital
01 Ankole; IDEM, The Royal Tomes of Buganda: M. WILSON, Communal
ot the Nyakyusa, pp. 42 y 70-85: lDEM., The early Bistory of the
and Ciskei, p. 175; A. E, Ja:SJ!1\, Die staatliche Orgamsation und die
Ueberlieferungen der Barorse am Oberen Zambezi, p. 94, nota 3.
41. De esta forma los poetas diná.... ticos de Ruanda aprenman primero
melodía y a continuación, cuando ya la COnocían bien, sólo las palabras
que querían retener. Uno de ellos, decía explícitamente que la
servía de medio mnemotécnico,
42. O. WESTERMANK, O. c., p. 16; E. M.E'YERowm, o. C., p. 19.
43. Entre los mongo del Congo, por ejemplo. Cfr, A, DE ROf', De Ge.sproken
st van de. Nkundo, pp, 178 Y 179.
SrAPPERs, Taonp ar alle1isme als mnemotechnisch middel in spreek­
señala unos casos de }OS luba-kasai. Sostiene igualmente que unas
poéticas üenton una virtud mnemotécnica.
4S.Cfr, Capítulo 4.
46, A. FEOBR, o. c" p. 2m; D. WES'T'ERM.ANN, o. c., pp. 16 Y 17ú J. GoRro, o. C.,
_3, Los dos últimos autores dan ejemplos de memorización en gran escala,
ibortando, por ejemplo, varios Centenares de nombres,
Para N. J. VAl< WARMELo, Groupil'l.g and Ethnic History, p. 44, trescientos
son el limite de eredíbilidad de una tradición, R. LowIE, O. C., p. 163, j'
HAR11.AND, o. c., p, 434, sitúan este limite en doscientos años. A, FEDER,
62 Y 63, quería hacer una clasificación de las tradiciones según Su pro.
ba<¡ándos~ en el mismo razonamiento.
3
La comprensi6n del testimonio

Comprender un testimonio es el primer objeto del historiador


que quiere comprender, el pasado del que da cuenta. Ante todo,
hace falta que reconozca los caracteres históricos propios que dan
l

una fisonomía particular al testimonio que estudia. A continuación


~~
examinará cuidadosamente la estructura. pues ella puede aclarar
ciertos aspectos de! testimonio, su razón de ser¡ su sentido o su
modo de transmisión. Finalmente, el historiador deberá esforzarse
en llegar a entender de la forma más completa posible el sentido
del testimonio. de forma que su interpretación esclarezca a lo
sumo lo que éste quíere decir. Los caracteres históricos propios,
la estructura y el sentido del testimonio son las tres cuestiones
tratadas en este capítulo.

1. Caracteres propios del testimonio

Se pueden distinguir diferentes géneros de tradición oral y


por lo tanto de testimonios verbales. Cada uno posee rasgos espe­
cíficos que le confieren un valor histórico particular, porque influye
en el testimonio. Estos rasgos Son el carácter voluntario o invo­
luntario del testimonio, la significación que le está asociada, su
forma y el género literario al que pertenece, su modo de transmi~
si6n y la manera como 'el testimonio ha sido depositado. Pasando
revista a cada uno de estos rasgos podemos establecer criterios de
división que permitan clasificar los testimonios en algunas cate­
garfas. Será, pues, posible posteriormente establecer una tipolo­

63

t J .___
-----------------------------------
históricamente admisible de tradiciones orales, tipología que
elaborada al tratar del conocimiento histÓrico que pueden 2. - El significado
anortar los testimonios orales.
En la sociedad en cuyo interior es transmitida, se aplica UD
significado especial a cada tradición. Algunas de ellas son impues­
Los testimonios voluntarios e involuntarios tas y ratificadas por las autoridades. Los hechos que son comuni·
cados en estos aconteéimientos, son aceptados como verdad ofi­
La distinción más importante que puede establecerse entre cial concerniente al pasado, con exclusión de todas las demás. Estas
tradiciones orales, es la de testimonios establecidos con tema son tradiciones oficiales. Un ejemplo de este género de tradición
bistórico voluntario o involuntario o sin él'. Un testimonio tiene es el código dinástico ul>wiiru de Ruanda. Estas tradiciones tienen
¡iempre un objetivo, de otra forma jamás habría sido aportado. hasta tal grado un carácter oficial, que el abate Kagame que las
no es necesariamente histórico, Cuando en un canto bushoong, anotó, tuvo que ser admitido como guardián de la tradición por el
trata de un acontecimiento que señaló el reinado del rey rey de Ruanda antes de poder escribirlas. Además. los guardianes
aNne, se hace alusión de paso a unas perlas, lo cierto es que de la tradición exigieron que no fueran publicadas, principalmente
quiso comunicar que en el siglo XVIII se habían hallado ya en la lengua de Ruanoa, pues estas tradiciones eran secretas y te­
en el país. Lo importante es que el hecho ha sido COmu. mian que' los lectores las transmitieran sin la garantía de un sello
aunque el testigo no fuera consciente. Se trata, pues, de oficial. Temían también perder los importantes previlegios que
testimonio involuntario. iban unidos a sus funciones una vez estas tradiciones fueran de
No existen testimonios que tengan un objetivo puramente his. dominio público. El carácter oficial del u/Jwiiru viene confirmado
Se habría realizado un testimonio con tema puramente también por el hecho de que el rey no es el señor de la tradición, no
liistórico, si el propóSito del testigo fuera exclusivamente comu. puede hacerla recitar cuando quiere ni a quien quiera. Sólo los
¡¡¡car hechos pertenecientes al pasado para enriquecer nuestro guardianes. los más altos funcionarios del Ruanda antiguo, lo deci­
tonocimiento del mismo. Pero esto es lo que en vano se buscaría den en consejo '.
. cualquier cultura sin escritura. De hecho, pues, los testimonios Las tradiciones privadas son las transmitidas por personas o
tema histórico tienen además otra in teneJón. Se pueden elasi. por grupos, pero que no tienen una ratificación oficial. En la his·
según que su objetivo prinCipal sea o no histórico. En el pri­ toria de Burundi. por ejemplo, no hay tradiciones "oficiales. Se cuen·
caso, los hechos comunicados habrán sufrido pocas deforma­ ta la historia por medio de proverbios, canciones "Y especialmente
bajo la influencia del tema accesorio. Pero la deformación relatos, que para los rundi no son distintos de los -relatos o fábulas
~eneralmente más fuerte si el tema accesorio es puramente sin sujeto histórico. La ausencia de un dogmatismo oficial pertni­
ico. He aquí ejemplos de una y otra hipótesis. Cuando te que cada testigo se exprese de forma personal: los charladores
jefe da la lista de sus antepasados para demostrar que él es el harán obras de arte, los retraidos expresarán los relatos de forma
en aquel momento, se ve claramente que el objetivo histórico lacónica. telegráfica. Conviene no comprender las nociones de Ira­
subordinado al político. 'Cuando el mismo hombre, al menos .diciones oficiales y privadas en un sentido absoluto, pero hace falta
los kuba, comunica una lista de lugares en los que sus par~ interpretarlas en un relato de acuerdo con la grandeza política y
hicíeron alto antaño en el curso de migraciones, con la social que contienen.
~tención accesoria de ganar prestigio por sus conocimientos en el Asi, la historia clásica es un testimonio privadO cuando los
de sus auditores, el objetivo principal es eminentemente infonnes que encierra tienen relación con el pasado de la tribu
'. Se trata de relatar hechos del pasado para ganar con­ a la que pertenece el clan, En efecto, estos informes no son im­
ªeración, pero este objetivo concomitante no tiene apenas intluen­ puestos como verdad oficial a todos los miembros de la tribu, sino
los hechos históricos así narrados. Pero, desde que se solamente a los miembros del clan. Sin embargo. para los aconte­
un objetivo histórico. el testimonio es voluntario. Y por el cimientos que se refieren al pasado del clan. esta historia es una
de ser voluntario está influido por el testigo. fuente oficial.
Ni que decir tiene que la historia oficial está más sujeta a

65
iOformaciones que la historia privada, ya que ésta tiene pocos viduo en la genealogía, Por otra parte esto Uene una lmportancia
Il!ereses públicos que defender, por no decir ninguno. Por el con· religíosa, ya que el mana, la fuerza vital sagrada de cada persona,
la influencia personal del testigo sobre el testimonio parece es determinada también por 'el lugar que ésta ocupa en la genea·
Ilás ;acentuada en los testÍmonios privados. logia. Cuanto más alejado se esté del antepasado de la tribu, más
, Para caracterizar las tradiciones, no basta solamente caiificar mana se posee', Es evidente -este ejemplo lo prueba- que no
significado como oficial o privado, sino que es indispensable es fácil establecer una división absoluta de las tradiciones según
¡veriguar la actitud que los guardianes adoptan acerca de ella. sus funciones, En cada caso habrá ocasión de investigar qué fun·
, un factor psicológico que no puede ser retenido corno un ciones han servido para Ulla tradición determínada '.
de división porque no permite establecer unas series neta·
demarcadas. Es por otra parte evidente que esta actitud
en el contenido de la, tradiciones. Las tradicÍDne< que 3. - La estructura y el género literario
por ser secretas serán transmitidas más fielmente que otras,
aunque comunican hechos del pasado, lo hacen corno distrae· Es evidente que la estructura formal que reviste un testimonio
mas bien que como documentos históricos (. le confiere un carácter propio. En este dominio debemos ante todo
Al significado que le es atribuido a Ulla fuente pertenece igual· establecer la distinción entre tradiciones cuajadas y tradiciones
el papel que desempeña en la sociedad, su función. Cad~ libres. Después se podrá Situar más Jejas la distinción formal.
ndición sirve un interés y es portadora de ciertas estructul'as Una clasificación del contenido de la tradición sobre una base ver·
en el conjunto de la cultura. Estas partes forman la daderamente formal es en teoría igualmente posible. Pero, a nues·
didáctica y de asueto de la sociedad. La función de la tra· tro juicio, jamás ha sido utilizada tal cual. Mas este criterio inter·
depende en primer lugar de la significación que se le asigo viene en el establecimiento de géneros literarios,
lo muestra el ejemplo siguiente, Entre los bushoong Clasificaciones de las tradiciones en géneros literarios fueron
cantos mágicos tienen por objeto reforzar la fuerza vital propuestas por E. Bernheim, A, Feder y W, Bauer', En una clasi·
soberano, Su objeto no es histórico, sino religioso. Su función ficación de este género se tiene en cuenta la forma y la estructura
política, en ratón del significado que se le asigna, Cuando se les interna, las particularidades del estilo y el contenido del test;·
en el espíritu del pueblo, lo que no puede subsistir más monio '. E-n tales condiciones el empleo del género literario como
la estructura política. criterio de división es a menudo delicado, Pero es útil por su
En numerosos casos, la ftmción de un testimonio ejerce IDw importancia en la interpretación de los testimonios, Sin embargo
sobre su contenido. De esta fonna, numerosos mitos tie* es imposible una clasificación universal y absoluta de géneros lite­
usivamente por objeto dar una interpretación de la exis~ rarios, Cuando abandona el marco de una cultura, el mismo texto
del mundo y de la sociedad, y su función es la de dar validez puede tornar el cariz de género literario diferente. Un ejemplo lo
ciertas estructuras políticas existentes. Si un cambio sobreviene demuestra. La fábula moralizadora de De la Fontaine, La cigarra y
la estructura politica, es probable que el mito sea adaptado a la la hormiga, fue transformada por los indios shuswap en U), relato
así modificada. Los mitos que en numerosas partes etiológico que explica por qué la cigarra salta y come hierba te, El
Atrica interpretan la llegada de la administración europea, son sentido dado al contenido ha cambiado al pasar de cultura en
prueba elocuente de eUo '. , cultura. La forma puede cambiar igualmente. Una tradición se pre·
Numerosas tradiciones sirven no úrucamente a una. sino a senta en un lugar en forma de relato y en otro de poema o can·
estructuras parciales de la sociedad. Así, las genealogías ción, Sin embargo, en el interior de cada cultura puede elaborarse
lolinésicas son importantes para las estructuras económicas, socia­ una división, basada en los géneros literarios, de Jas tradiciones
, politicas y religiosas. Los derechos pertenecientes a bienes orales de esta cultura y clasificarlos en consecuencia 1l.
las noticias sociales y el estatuto de personas en sus rela­
interindividuales, la sucesjón política con las funciones
!ereditarias, han sido reguladas según el lugar que ocupa el indio

67
"IIlodo de transmisión de ciertos testimonios que están unidos a ciertas personaJidades,
mientras que, por otra parte, la crítica de información puede a
AquÍ Ja dístínción fundamental es la que opone las tradicio­ menudo ser aplicada a testimonios anónimos; por ejemplo, porque
que son transmitidas libremente de generación en generación el medio en el que han nacido e.conocido,
tradiciones que son transmitidas según ciertas normas y con Otro criterio propuesto por A. Feder es la duración de la
. de ciertas técnicas. Se podrán así distinguir las tradiciones tradíción lO, Distíngue tradiciones de larga y de corta duración. No
ransmitidas con medíos mnemotécnicos 4) ~in ellos, con enseñan- obstante, este criterio es inutilizable porque no permite establecer
sin ella, cOn conlrol O sin él, y las que son conservadas por series netamente delimitadas, No se aprecia por qué, por ejemplo,
grupos o pertenecen al patrimonio común. los proverbios son considerados tradiciones de corta duración
_y los cantos históricos tradiciones de larga duración. Además, esta
división implica que la duración de la tradición esté en relación
La forma de atestiguar directa con su credíbílidad, la cual no depende de los hechos. Sobre
este punto no hay ninguna duda de que el modo de transmisión
La forma de. tes1inioniar influye el contenido del testimo­
desempeña un papel más importante que la duración,
Si el testigo es un individuo, el testimonio reflejará la tra·

tal como él la interpreta. Si el testigo es un grupo y el testi·

es colectivo, aquél proporcionará una versión miníma del


7. - Conclusión
testimonio pero autentificada por todo el grupo; una versión, pues,

. es la prueba de que un control ha sido ejercido sobre la tradi·


Los diferentes caracteres propios de los testimonios orales han
Si el testimonio es el resultado de una confrontación o de un
sido descritos en este apartado, y hemos propuesto diferentes cri~
'ogatorio, habrán diferentes fuentes que se deberán distinguir
terios de división que permitirán elaborar wteriormente una tipo·
de esta influencia de la forma de atestiguar sobre la
logía de los testimonios de un valor real para el historiador. Puesto
exis tente entre el testimonio resultante y la tradición rela·
que estos caracteres propios son los que tienen efectos sobre el
se pueden distinguir útilmente Jos testimonios individuales
mismo testimonio, al que moldean de una u otra' [nrma, deforman
los colectivos, de confrontación o de interrogatorio. y a veces 10 construyen de la nada, éstos son los Unicos caracteres
que tienen un significado para quien estudia el valor de un tes·
timonio.
criterios de división En el curso del examen hecho en este apartado hemos
reunido aquí una serie de temas. sobre los que trataremos en otra
W. Bauer y A. Feder proponen otros criterios de divisíón dife·
parte. Se ha hablado ya de las alteraciones, se hablará en los si·
que subrayan las características del testimonio. W. Bauer
guientes apartados de la estructura y del sentido del testimonio
listingue la tradición consignada por escrito y la que sólo se pre­
y en el capítulo siguiente de su objeto, su función y su signi­
oralmente 12. Esto nos parece accesorio, ya que un testimonio
ficado.
anotado por escrito es el resultado de una tradición oral,
La razón de ello es que. la crítica histórica exige del historia­
amente igual que el testimonio oral no consignado por escrito.
dor que aprecie cuál ha sido la parte de cada una de estas carac­
los criterios de división de A. Feder es lo anónimo del
terísticas en la formación del testimonio que analiza, El estudio
~imonio lB. La intención de este autor es distinguir los testi~
de los efectos de estos caracteres sobre el testimonio constituye
sobre una base de crítica de la información, una gran parte del programa del historiador. Pasar revista a los
En una primera hipótesis, esta crítica sólo se podría ejercer caracteres propios del testimonio ha sirlo sobre todo pasar revista
la consecuencia de que 10s testimonios fueran desprovistos de a los problemas que van a planteársele.
En la práctica se trata de un criterio que no puede ser
¡npleado, puesto que entonces no se puede examinar la autoridad
69
La estructura del testimonio del mundo estarlan siempre sometidos a particularidades forma­
les. Su tesis, que se basa especialmerite en textos bíblicos, no es
La redacci6n de un testimonio está siempre sometida a <re­ convincente. La única diferencia que ha sido corrientemente obser~
de composición que limitan la expresi6n del contenido que vada entre la literatura oral y la escrita, es el empleo de repeti·
transmitir el testigo. Es, pues, importante conocer estas ciones. que es más frecuente en la oral 15. Pero no existe ninguna
_ para comprender el testimonio. La estructura de un texto forma especial propia de la literatura oral.
mprende su estructura formal y su estructura interna, que son Los textos formales existen en las literaturas orales, pero están
en las dos primeras secciones de este apartado. Por medio todavía poco estudiados. Las reglas poéticas derlvan de las ca·
.análisis de estas estructuras llegaremos a indicar en una ter­ racterísticas lingüísticas de las propias lenguas. De esta .forma
sección lo que podemos aprender sobre el testimonio mismo. los tonos de las silabas son utilizados como elementos formales
-en los proverbios de los luba-kasai ". La cantidad traducida en
mores puede ser igualmente una base para las reglas poéticas de
la literatura oral, tal como lo es de forma análoga pero diferente
para las de las literaturas romanche y francesa. Un género poético
La forma de un texto corresponde a un criterio lingüístico y no de Ruanda lo util\,za al igual que un género rundi, y el mismo pro­
lllmuio. ElJ o se reconoCe por las re¡¡u1aridades lingüísticas, es cedimiento desempeña un papel en la poesía de los nkundo, de
fonológicas o sintácticas que son superpuestas a la gramáti­ los luba y probablemente de los bushoong 1'.
ordinaria. El lingüista distin¡¡u1rá, pues, textos formales y textos
formales. En los primeros, una serie de reglas lingüísticas gra­ b) La forma de la tradición.
sobre la gramática ordinaria, en los segundos sólo intervienen
reglas de la gramática corriente. De esta forma, en el primer La distinción formal que tiene particular relación con la tra­
el texto deberá someterse a leyes de cantidad o de mores', a dici6n es ia que existe entre la fuente cuajada, aprendida de me­
de rimas, a leyes tonológicas, morfológicas, sintácticas, etc., moria, en la que la forma del testimonio participa de la tradi­
posible clasificar los diversos testimonios según su sujeción ción, y la fuente libre, donde sólo el contenido del testimonio
u otra ley. En el campo más particular de la tradición oral pertenece a la tradicíón. Se espera de las tradiciones cuajadas, que
vemos conducidos por razones extralingüísticas a agrupar los todos los testimonios que se refieren a la misma tradición pre·
formales en dos grupos: los factores de todo tipo que senten una misma e idéntica expresión en un mismo contexto.
la construcción del tes timop.io y los factores sintácticos Cada vez que la canción rundi Remeera ryaa N ini, intaaho yabaami
regulan la transmisión del mismo. Nosotros denominamos a (Remeera de Nini, lugar de entrada de los reyes) es cantada, se
<grupos: la forma del testimonio y la forma de la tradición. espera hallar las mismas palabras y en el mismo orden< Sin em­
bargo, de hecho sucede que las tradiciones que el testigo decíara
que son corrientes en forma cuajada. presentan desviaciones, pues­
La forma del testimonie< to que son consignados diferentes testimonios. Pero la tendencia
a la fijeza y la intención de dar una forma sólida es predominante.
P. Joussc sostuvo antiguamente en una obra rimbombante que La distinción hecha aquÍ es verdaderamente formal, pero no
literatura oral estaba sometida enteramente a leyes formales, se aplica realmente al testimonio. Podernos imaginarnos un testi­
sintácticas, que permitían diferenciarla claramente momo que no esté sujeto a ninguna regla formal, pero que sea
literatura escrita. Cualquier texto oral o cualquier cultura transmitido de forma cuajada. Son bien conocidos los casos de
este género. Las poesías dinásticas de Ruanda y las oraciones
de muchas culturas son un ejemplo de ello. La distinción sólo se
aplica al nivel de la reproducción de testimonios, por consiguiente
'Ténnino derivado de la versificación latina, que indica la longitud mrnj·
versificación para las vocales. (N. del E.) de la tradición, y a este nivel es formal. En efecto, el testigo está

71
obligado en el caso de testimonios cuajados a recuperar punto por impakanizi, ibyanzu e ikobyo, y la perorac!ón, umusaayuuko~ que
punto la forma lingüística total del testimonio precedente, mientras contiene la oracion tradicional del poeta al soberano. Como géne~
que el testimonio libre no la recupera. ro literario, el poema dinástico se distingue además por un estilo
Debemos subrayar aquí que todos los testimonios formales pa· especial, que comprende figuras simbólicas, palabras arcaicas, pa­
recen ser al mismo tiempo testimonios cuajados, pero que estos labras forjadas únicamente para este género y expresiones «suplen­
testimonios comprenden igualmente textos no formales como lo l. tes» sin ningún significado lS.
demuestran los ejemplos dados. Por esto forjamos los términos:
fIlto formal opuesto a texto no formal y texto libre opuesto a tex·
i Pero, y esto es lo mas notable, los textos libres no formales
tienen siempre una estructura interna. Exponernos todo esto con
jj) cuajado, para distinguir los criterios formales de los de la la ayuda de un relato de Burundi.
'.1' ndición. La elección de estos términos no es muy feliz, pues los
.. tatos cuajados lo son igualmente según un caracter formal. Se
'. lJabrían podido aplicar los términos _poesía y prosa' en lugar de La historia de Mitimigamba 19.

'texto formal y no formal, pero en el lenguaje corriente poesía es UJla


palabra que indica mas a menudo una cualidad de estilo que no al L La historia de Mitimigamba: ellos parten entonces; toman
una sujeción a reglas formales, y para evitar los malentendidos provisiones diciendo: ((Vamos 2 hacer la guerra a Rugan­
estos términos han sido dejados de lado. guza para que sea yo el rey. En cuanto a Rugan¡ruza. 10
matamos», Toman las provisiones, se van.

1- La estructura interna 2. Cuando Mitimigamba llega al camino, el rey con el que


marcha, siente hambre y dice, «Mitimigamba», - Mitimí·
La mayor parte, por no decir todos los textos orales, están gamba responde: «Calmaos, rey de Burundi, yo lo sé •.
sometidos a reglas que determinan su disposición interna. Su con· "Ya que lo habéis sabido -le dice-o ¿Qué digo? - «De·
{­ tenido no se presenta revuelta y confusamente, sino que es expues· cís -responde-, que depositemos las provisiones cerca
.•llo siguiendo ciertas reglas que permiten clasificar de nuevo la del matorral, que comáis y que luego continuemos para
titeratura oral según tengan una u otra estructura interna. ir a hacer la guerra a Ruganguza.:h Esto es. Las deja en~
Estas estructuras internas se aplican corrientemente a los tex~ ton ces, Come.
tos cuajados, tanto si son fonuales corno si no lo son. Un ejemplo
de composición literaria de textos cuajados es suministrado por los 3. Dícese que debe volver a cargar. Dice; «Mitimigamba».
¡bisigo, poemas dinásticos de Ruanda. Esta poesía se distingue «Tranquilizaos, yo lo amigo mío.»-«Ya que lo sabéis,
por su estilo de otros dos grandes géneros ruandeses: la poesía ¿qué es lo que digo?}> ,(Decís -responde- que me
pastoral y la poesía guerrera; tiene por objeto glorificar a los vuelva a poner las provisiones sobre la cabeza y que
:-l'r.eyes evocando sus hechos importantes. El género puede. sin em­ partamos.»
bargo, skbdlvidirse en tres subgéneros según la estructura interna
de los mismos. Los impakanizi comprenden estrofas separad;" por 4. Llegan un rq)cO más lejos y vuelven a empezar. Dice: «¿Mi­
un estribillo. Cada estrofa exalta el reinado de un soberano, desde timigarnca?» - Mitimigamba le responde: «Tranquili~
el primero de la dinastía hasta el rey para quien la poesía fue zaos, amigo mio, yo lo sé#. - «Puesto que lo sabéis,
compuesta. El ¡oyanzu está construido de la misma forma, pero ¿qué digo?» - Responde: «Decís que nos quitemos estc::s
trata solamente de los acontecimientos de los reinados de algunos hermosos vestidos que llevamos y luego que vayamos a
",beranos, y el ikooyo, que no está formado por estrofas, canta sólo hacerle la corte a este rey}), Llegan allí. ~~V,amos
la alabanza del rey al que le es ofrecido. Además, todos estos poe· a hacer la corte a este rey, pongámonos comO los que
mas están div;didos en tres partes bien caracterizadas: la intro­ hacen la corte.)} Obedecen, Se quitan los vestldos, Se
ducción, interura; el cuerpo del relato, que toma los nombres de ponen otros vestidos de servidor.

12 73

I
b) 5. Llegan junIo al rey y le hacen la corte. Dicen: ,Preservad· Un episodio es una ~ecuencia de la acción que puede ser consi~
nos. defendednos>.- .Muy bien -dice él-o que cada derada como una unidad funcional del relato "'. Cada episodio pro·
I uno pida su trabajo.» Uno dice: It Hacedme ordeñador». porciona un desarrollo de la trama. Si se compara el relato con u.r¡
Otro dice: «Hacedme vuestro scrvidof:O.- Uno va entre juego de ajedrez, la trama es la serie de veces jugadas y cáda
los servidores: es Mitirnigamba; el rey va entre los orde­ episodio es una ju¡!ada. En este ejemplo los episodios están nume·
j
, ñadores. radas. Son éstos:

6. Durante la noche han contado los dias que han pasado de 1. Un candidato a rey y su adivino parten para matar al rey
,, camino, Llega entonces y clice; «Pues bien, ya que estáis Ruganguza.
despierto. yo soy servidor. sé lo que sucede junto al rey. 2. Mitimigamba muestra sus poderes adivinando los pensamien­
Vos sois ordeñador, vamos a enviar un mensaje», Bus~ tos de su compañero.
can entonces a quien enviar para advertir al ejército que 3. Repetición del motivo 2.
se ha quedado atrás. Se conciertan así mientras los demás 4. Repetición del motivo 3.
duermen, S. Se hac;en servidores.
6. Traman la perdición de Ruganguza.
7. El rey. este rey al que se hace la guerra, duerme. A. e, se 7. Ruganguza tiene sospechas, que son confirmadas de una for­
despierta diciendo: <¿Qué es lo que retumba?, "'. El rey" ma velada pero que no comprende.
le responde; .Bm. oh rey de Burundi. es la lluvia. Re· 8. Mitimigamba corta leña sagrada. Comete un sacrilegio. Repe­
tumba Muguruka de Luhunda %.!, que muge cuando se le tición del motivo 6.
quiere arrojar una lanza y que hecha gritos cuando se 9. Repetición del motivo 7.
le quiere lanzar una piedra. Hay ocho gallinas -guardadas 10. El candidato a rey mala a Ruganguza.
para ocho muchachas. Cuando llueva, la lluvia destruirá
las vacas inyaambo 1l. No se las ordeñará más». - «¿Es Motivo significa slmplemente. el contenido estilizado de un
verdad?, pregunta. - • SÍ>, responde el otro. Deja el episodio. Es una noción que señala lo que el episodio significa fun·
asunto. amanece, se va, cionalmente, mientras que el episodio subraya el lugar de un moti­
vo en una serie y la estructura del todo.
8, Les dicen: «Id a buscar leña que encenderéis cuando va~ La trama es el desarrollo ordenado del relato. En nuestro
váis a dormir•. Se lo dice al ser,cidor. Va a buscarla al ejemplo es:
bosque. Ve allí a Muguruka. Muguruka de Muhunde.
Parte la leña. Cuando la trae, crepita. a) Exordio: 1. Presentación de la situación.
2, 4. Presen.tación de los medios para solucionarla.
9. «Hmll --despierta- 24. No se enciende esta leña. este b) Acción: 5. Contrata de los servidores.
fuego que crepita de esta forma.). El otro responde. 6, 7. Peligro para Ruganguza, sospecha y advertencia no
",Encendámosla, encendámosla». El primero dice: «No comprendida.
se enciende». 8, 9. Repetición de 7, 8.
e) Conclusión; 10. Muerte de Ruganguza.
e) 10: El eJercllo está entonces atrás. Después de una corta de·
mora. el ejército del que se había dicho que destruirla Para analizar este relato hemos tenido que utilizar las siguien­
las vacas. que no serian ya ordeñadas. llega. Entra en teS nociones: episodio, trama, motivo. marco y tema, Estas nocio­
su habitación~. ((Os hemos cogidoll, dicen. Entra en la nes, que pueden aplicarse a cualquier texto oral. permiten hallar su
habitación y le degilella. Entonces el rey que partió con estructura interna,
Mitimigamba es entronizado. Ruganguza muere. Con la ayuda de los elementos funcionales del relato. es pos;·

74 75
ble expresar gráficamente la estructura intérna del texto. A este Gráfjcoi Estructura del relate «La historia de Mltimigambail)
efecto se clasificará la serie de episodios siguiendo un eje, tal
como el narrador los ha cODtado (trama) y siguiendo según el
grado de tensión de cada episodio. La cualidad estética principal
de todo relato es su poder de apasionar a los auditores y mante­
Tensión
/'0,
nerlos sin aliento hasta el desenlace. La constnlccjón del relato \ !
será, pues, centrada en el objetivo que se quiere alcanzar, Según
esto, este poder de cautivar al auditor puede ser mesurado para
~-\I
cada .episodio, Depende, principalmente, de las previsiones que el

~'\
auditor puede hacer en cuanto a la continuación del relato. Al final
del relato existe una situación dada que puede evolucionar hacia
cierto número de situaciones nuevas. En el episodio siguiente ¡/
e!,narrador ha etectua'do una elección entre las situaciones posibles
.----/¡ I
y sitúa al auditor de nuevo ante otra serIe de posibilidades, Es fácil I,
comprender que el episodIO que tiene la posibilidad de cautivar
menos es el que no abre más que una sola posibilidad, puesto que el Trama
auditor le adivina y sabe de antemano cómo se desarroHará la
- Cada punto designa un episodIO
acción. Lo improvisto y la tensión faltan totalmente, Después de La linea vertical designa una de las grande~ divisiones de la trama.
este caso r el episodio que tendrá la tensión mas baja es aquel que - Las llaves des'lgnan las repeticiones.
deja la puerta abierta a un gran nUmero, a un número infinito de
posibilidades, El auditor no puede prever nada, siente curiosidad
por conocer 10 que sigue./ pero lo espera pasivamente. A medida
que el número de posibilidades disminuve entre el infinito y Con ayuda de estos gráficos será posible clasificar los textos
dos, la tensión aumenta, Cuando no quedan ya más que dos posÍbi· en grupos de diferentes estructuras. El gráfico expuesto muestra
¡¡cades el auditor las prevé y está ansioso por saber cuál de las que el relato está bien estructurado, La tensÍón aumenta y man­
dus, se realizará, o bien sólo prevé una de eUas, que parece no cua. tIene su climax justamente hasta antes de su desarrollo: ademas,
drar con el relato y se pregunta qué otra puede existir. Todas las la utilización de repeticiones en los episodios es un signo de refina·
demás posibilidades están encubiertas, pero el auditor sabe que miento estético, En otros relatos menos estéticos el climax estará
las hay. Este es especialmente el caso de los relatos en los que un ausente o despíazado hacia adelante y habrán menos"artificios para
héroe, supuesto invulnerable, se halla en una situación desespera­ realzar la tensión. En otros habrán más artificios, etc. Una clasifica­
da: el auditor sabe que es invulnerable y que la situación es deses­ ción de este tipo será de gran utilidad en el análisis de los textos
perada, pero no ve ninguna salida a la situación planteada y atiende libres.
con ímpaciencía el des~rrollo de la misma. De este razonamiento Aparte de los elementos funcionales del texto existen otros que
se deriva que la tensión es mesurable en teoría, pero qUé' en la el historiador debe tener en cuenta igualmente. Estos son el mar­
practica debemos contentarnos con apreciarla, para evitar largos co y el tema del relato, El marco comprende los límites temporales
cálctllos de probabilidades, En el caso del ejemplo planteado el y espaciales en los que se desarrolla el relal0 y los nombres de los
gráfico se presenta de! modo siguiente: personajes que parücipan en éL En et mencionado relato los nom·
bres son: el Burundi viejo, el candidato rey, Mitirnigamba y el
rey Rug~nguza, El tema es el ti:ulo o sujeto general del relato Se
trata aquí del asesinato de un rey y se podria titular «El país con­
quistado por la astucia». El tema debe ser distinguido de la trama,
En ciertos casos el mismo tema puede cubrir dos tramas total o

76 71

~~~------------------------_.-"---­ .. -----,
'pa1fcialmente díferentes; de esta forma, una serie de relatos de
Btf:;O.lD.di da vueltas alrededor del tema: «La llegada de los reyes
a 2)unmdi ll , pero, pese a ser el rema común, existen tres tipos prin~
cíp>ales de tramas completamente diferentes,
!
f
funcionales de un texto libre, sobre todo de elementos del marco, es
bastante fácil. Pero los elementos de! marco son por otra parte
los de mayor interes histórico, porque conceden una identidad a ios
acontecimientos, locaiizándolos :r atribuyéndolos a ciertos perSC'Dé.­
jes históricos,
Es, pues, sobre estos puntos justamente que los testigos pue­
3. --- Lo que la estructura reveJa del testimonio den tener ventaja en mentir, pues éstos son los detalles que sirven
a 'os objetivos históricos y ias funciones sociológicas de una tra~
El análisis de la estructura formal e interna de los testimonios dición, Si un texto libre prueba, por ejemplo, los derechos legales
es de gran utilidad para el historiador. Alumbra el problema de la de un título, es suficiente c.ambiar el nombre de la familia d·:>.}
tr1fD.smisión, da directivas para la comparación de los testimo­ . héroe del relatQ, para que s;ea otra familia la que se apoye en ej
nios, permite descubrir las fuentes de error y de engaño y alumbra texto para reivindicar el título, y' esto se hace con comocüdad por~
la ¡interpretación que se debe dar al testimonio. que el testigo no debe cambiar nlllguno de los elemento; funcio­
En lo conce~iente a la transmisión de la tradición y a la nales del relato. Se comprueba en la práctica, por la comparacIón
co1llprension de los testimonios es evidente que la distinción entre de testimonios, que el caso se produce a menudo, a veces por error
fuentes cuajadas y fuentes libres es capital. Como las palabras y a veces por engaño deliberado, Luego, la estructura formar del
mj!)mas de las fuentes cuajadas pertenecen a la tradición, será po­ testimonio y su estructura interna nos informa sobre el cuidado
sible reconstruir por comparación un arquetipo del prototesti­ que el autor ha puesto en la estética. Si nos hallarnos ante una
mo nio . Será igualmente posible establecer un arquetipo del proto­ forma estética perfecta, podClnos suponer que el testimonio ori­
tet,timonio en el caso de fuentes libres, ya que la estructura de las ginal ha sido embeBecido por la tradición o que el testimonio
mj~mas pertenece también a la tradición. Comparando los episo­ original no corresponde a los hechos sucedidos. Hay error O
dio!., la trama, el terna y el marco de las fuentes, se puede recons­ mentira por parte de los testigos, que han querido rendir un testi·
tnilr un modelo que refleje la estructura de la fuente de la que se monio más vivo o más interesante 'ZI. El grado de perfección estruc­
ha;J derivado todos Jos testimonios comparados. En este momento tural de una fuente informa sobre las posibilidades de alteración
e01iViene establecer la distinción entre elementos funcionales de por motivos estéticos.
la fuente y elementos accesorios. Estos ultimos comprenden el Por ultimo, la estructura del testimonio es de gran utilidad en
terna y el marco, y son más variables que los primeros puesto que el momento de la interpretación del sentido del rnis~o, ya que esta
se pueden alterar en el curso de la transmisión sin alterar la estruc­ estructura proporciona reglas para la redacción del testimonio.
tuf:::i de la fuente. Sin embargo, no es tan fácil cambiar los episodios Es especialmente importante a este respecto la estructura formal
o In trama de un texto de forma accidental sin que el mismo se del testimonio, El contenido de un poema, por ejemplo. puede estar
ha;<a incomprensible, mientras que el hecho de cambiar los detalles, muy influido por la forma del mismo. La situación de las pa­
especialmente del marco, no entraña prácticamente ninguna incom& labras puede ser dictada por las exigencias de la forma, Las particu·
prt!nsíón posterior del texto. En cuanto a la forma dei testimonio, laridades gramaticales y síntácticas, como son la presencia y el
pur:.:de ser muy preciosa en 12 reconstrucción de arquetipos, En empleo de licencias poéticas, de repeticiones, de construcciones
efeCto, si las leyes formales de diferentes testimonios comparados sintácticas anórnalas y de palabras ~dnuti1es» que no tienen senti­
no se aplican a una parte de uno de ellos, no se puede estar seguro do por ellas mismas, pero que sirven para completar el texto y
de que esta parte ha sldo alterada y se puede reconstruir un estado responder a las exigencias de forma, son consecuencia de esta
anferior del testimonio basándose en las leyes formales que se influencia. La estructura interna puede igualmente influir en el
del~n respetar,
sentido, ya que la materia es dispuesta según sus leyes, Y de esta
Entre las diversas fuen tes de errar y de engaño que se pueden forma las repeticiones, las exageraciones conscientes, anticipa:<io·
de~cubrlr con la ayuda de la estructura del testimonio sólo mencio­
naremos dos. Acabamo;; de ver que la falsificación de elementos no
I nes cronológicas, etc., son, a menudo, el resultado de reglas lm­
puestas, ~"·-li
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l - Conclusión riador debe indicar siempre en qué estudios lingüísticos se ha ha
sado cuando interpreta sus documentos.
Cada testimonio posee una estructura. Puede poseer una es­
El segundo problema que exponemos es el de saber deteJIni·
tructura puramente formal O DO, puede ser cuajada o líbre y está
nar el significado exacto de las palabras empleadas en el testimo­
,Iwnetido a una estructura interna que regula la disposición de la
nio. Lo cual no es nunca fácil en las culturas extranjeras. La signi­
materia del testimonio. La estructura del testimonio debe ser
ficación de una palabra no puede ser bien comprendida si no se
"'1 ISP"diada por el historiador para que le permita hallar ciertos
tiene en cuenta la situación total en la que ha sido empleada "'.
7Idatas concernientes a su testimonio, porque le permite recons­
Las palabras que traducen un valor cultural¡ «palabras clave» de
truir también üiferentes arquetipos según las diversas estructUj ;.iS,
una cultura, no llegan a ser comprendidas si no es por un rccon0~
porque muestra díferentes posibles fuentes de error y 'de engaño
cimiento profundo de la civilización a que pertenecen. Resultan
por parte del testigo, y finalmente, porque es importante en la
~intraduciblcs sin largas descripciones explicativas. La palabra tabu
mterpretación del testimonio. Pl:3de decirse,. de hecho, que es
pohnésica o la palabra rolem india. son dos ejemplos de ello. Ambas
iniprudente inter:pretar un testimonio cuya estructura no es cono­
han sido incorporadas a ¡as lenguas europeas por falta de equiva­
cida. Por todo ello, este apartado ha precedido al de la interpre­
lentes. Otro ejemplo es la palabra ,fuerza. en lengua de los luba­
tación del sent>do del testimonio, que es el objeto de todo estudio
katanga, alrededor de la cual un autor ha edificado todo un sistema
de un documento oral.
filosófico bantú ". Entre las palabras clave deben ser colocados
los términos técnicos complicados, especialmente los que se refie­
ren a la estructura social, política o religiosa de los pueblos que
3. El sentido del testimonio los emplean. Los ruandeses hablan mucho de ubuhake, un como
contrato de clientela. Para otorgar el significado exacto a este con­
Una de las tareas esenciales del historiador es investigar el
cepto se está obligado a describir toda la estructura política del
¡entido exacto de un testimonio. Para lograrlo, no sólo debe hallar
país. Los luba-kasai se refieren a menudo a la palabra bu/o ji, "la
d sentido literal del texto, sino examinar también si este sentido
hechiceria»; una descripción exacta y completa de la noción que
corresponde a la in,tención del testigo. Se conoce el sentido literal
esta palabra representa ha ocupado una obra entera 30.
~,. de un testimonio por el examen de la lengua en que ha sido redac­ Es posible que ciertas palabras de un testimonio sean a:reai,
iado. El sentido deseado se deduce del examen de su género !ite­ cas, provenientes de una lengua extranjera o secreta y que no las
rario, que comprende su estructura y su estilo. En lo que concier~ comprenda ni el testigo mismo, Esto se presenta mas a menudo
ne a. éste, se prestará una ate.nción particular a los gtros simbólicos en los textos cuajados que en los libres. Entre los kuba las divi­
y a los lugares comunes. sas poseen siempre muchos ténninos de este genero, de los que la
gente dice simplemente que son palabras lambil. El lamlJiI sería
una lengua arcaica y secreta. Una investigación más profunda de­
1.- El sentido literal del testimonio mostró que el /amoi/ se componía de palabras cuyo significado
semántico habia sido alterado, de palabras tomadas de lenguas ex.
Cuando se estudian los testimonios redactados en lenguas de
tranjeras, de palabras arcaicas, de circunlocudones y de una serie
pUeblos sin escritura sucede a menudo que no existen descrip­
de palabras de las que no se sabe deterrninar ni el origen ni el
ciones de estas lenguas, o que ]as obras existentes en este aspecto
significado. Los mismos géneros de alteraciones se hallan en las
no son dignas de confianza. La tarea del investigador será enton~
lenguas secretas de Ruanda y especialmente en la de los abiiru,
ces comenzar con el estudio de la estructura de la lengua antes de
que son los guardianes de las tradiciones esotéricas del país 3\
recoger los testimonios. Lo cual quiere decir que el historiador
Hallar el sentido de muchas palabras de este tipo es frecuente­
debe tener una formación Iíngüistica bastante profunda o no puede
mente imposible y entonces el testimonio permanece medio incom~
. trabajar más que entre los pueblos cuya lengua haya sido ya
prendido. Además de las regiones de Kuba y Ruanda, J. A. Barnes
~tudiada por un lingüista competente. De todos modos el histo·
da testimonio de que estas dificultades se hallan entre los ngoni de

11 51

..
1
"",amen J]O se hubiera hecho hubiese sido imposible separar los para expresar por medio de circunlocuciones un pensamiento que
frShOosh de los mikwoon y de los ncyeem. Adoptando otra clasífí­ no se puede traducir directameote. Pero, fuera de los casos de
l.caciÓn el carácter propio de este género se hubiera perdido como simbolismo que todos los participantes de la cultura pueden com·
I pletamente y no se habría podido tener en cuenta para apreclar prender, existen una serie de artificios, las alusiones poéticas, que
influencia posible del género sobre la formulación del testimonio. permanecen incomprensibles para los que no conocen una parte o
la totalidad de los hechos que cuenta el testimonio.
El simholismo y las alusiones poéticas. Las hemos llamado alusiones poéticas porque es en los llama·
dos géneros poéticos en los que se presentan más a menudo.
En /as culturas iletradas una de las figuras de estilo más apre· En )os poemas dinásticos de Ruanda es corriente notar que los
ciadas es la expresión simbólica ". En la poesía dinástica de Ruanda nombres de reyes no son mencionados! pero que se cita en su
existen tres tipos de figuras. simbólicas. En un primer tipo de figura lugar el nombre de su capital. Los acontecimientos históricos no
se menciona un sinónimo· de la palabra que traduce directamen~ soo expuestos pero se cita el lugar donde se desarrollaron, etc.
concepto a expresar. Así, uno de los nombres de reyes de Bu­ Así se hablará de Kiganda para hacer alusión al lugar donde el
significa «hacer pasar un no,,; el poeta, por consiguiente. rey Ndahiro de Ruanda fue muerto. La frase «Las vacas pagadas
¡hablará del • remero•. Un segundo tipo de figura consiste en el en dote en Gisanze multiplicaron vuestros hogares. significa que
t empleo de palabras homófonas. Se cita una cualidad de una pala· la reina madre N)'iramavugo ¡¡ tuvo muchos hijos; nació en Gi­
homófona para traducir el concepto de otra palabra 'homófo­ sauze, lugar donde se pagó la dote a sus parientes, y la oote en
Un título real de Burundi es homófono con la palabra de Ruanda comprende el ganado. «Soberano de Ruganda'» se refiere
¡·Ruaoda que significa «león,; para el poeta, por lo tanto, el rey al rey Ruganzu n que inauguró esta capital. Todos estos eJemplos
~de Buruodi será «el cazador de cebras •. El auditor traducirá: están sacados del mismo poema 39, Muestran bjen que no hay medio
<_cazador de cebras. = .león. = homófona del título real burundi. de comprender el sentido del poema si no se conocen a fondo los
~Una tercera figura consiste en el empleo metonímico, El nombre acontecimientos a los que hace referencia. Los casos de Ruanda
7 Burundi parece homófono pero no lo es con la palabra que signi. no son, por otra parte, una excepción, En casi todas las culturas
fica pequeña tibia. Por esto el poeta indicará al país como «el país se podrían dtar ejemplos análogos. Se desprende del empleo de alu­
de las piernasb 3'1, siones poéticas que para comprenderlas hace falta disponer <le
Está claro que las figuras simbólicas son incomprensibles para tradiciones históricas paralelas al poema, que son un comentano
el auditor extranjero sin Un comentarío explicativo. porque derivan explicativo. La interpretación de un poema se efectúa, pues, con
frecuentemente de una asociación libre. Entre los busho~ng se la ayuda de otra tradición distinta a la que transmite el poema,
halla a veces «precipicio» COn significado de «rey), La explicación pero paralela a la misma. Esta tradición paralela no tendrá ni
«precipicio» es el ant6nimo de «colina» y que el principal las mismas características ni el mismo valor histórico que la tradi·
real es ((dios de las colinas». Es evidente que un auditor ción que explica y el historiador deberá separar ambas tradicio­
!extranjero no sabría hallar el vínculo entre las dos palabras sin nes. ExIste así un poema rundi que dice: «Eso SI: desmoronó en
, le fuera explicado. Nk.oondo», y existen difefentes explicaciones de este prpverbio.
El simbolismo existe en todas las culturas, Entre los luba­ Todas están de acuerdo en decir que Nkoondo fue un campo de
d el nombre .:nkole» aparece generalmente al final de las ge~ batalla y que el proverbio se aplica al que perdió la batalla.· Pero
nealogias. P. Denolf vio en él un nombre propio, pero R. van Cae· unos piensan que se trata de un combate entre el regente del país,
ha probado que este nombre, cuya significación literal es Ndivyaariyc, y unos sublevados partidarios de Twaarereye; otros
poderoso por esencia», es un titulo honorífico que se atribuye estiman que se trata de una guerra entre el rey Mweezi y Ndivyaa­
los tres patriarcas más ancianos y está insertado simbólicamente riye, y otros piensan que se trata aun de otra batalla. El proverbio,
todas las genealogías 3Il. Ocultar su pensamiento es propio "de en sí mismo, es probablemente una fuente no alterada, pero su
culturas y para muchas otras es un artificio de estilo muy explicación parece haber sido transmitida de forma poco cuidada
~preciado. El simbolismo, en el fondo, no es más que una técnica y haber sido alterada muy a menudo.

85
Los ejemplos citados muestran 'muy bien que la tarea de inter­ Debe notarse que la semejanza entre a y e llega hasta la iden·
de un documento histórico puede complicarse mucho tidad de expresión en la afirmación «sí tú ves un negro es un
presencia de figuras simbólicas y de alusiones poéticas. En forastero». Para el mstoriador es necesario hallar estos clisés. en
primer caso un buen conocedor de la cultura podrá explicar primer lugar porque evita el interpretarlos literalmente, pero tam­
:ilgadamente el sentido de la figura pero en el segundo no es tan bién para hallar los ideales culturales de cierta época, Los bena
pues hace falta que una tradición paralela la explique, Y cuan· ntumba comprenden protlablemente personas negras junto a otras
tradición falte o no sea digna de crédito, el texto perma· pálidas y el texto no permite postular las diferencias raclales entre
los otros lulua y los bena ntumba, Pero los textos permiten aseverar
inexplicado,
que la tez pálida era un ideal de belleza lulua desde el siglo XIX;
Los lugares comunes. es decir, antes de la llegada de· los europeos,

Se hallan lugares comunes en la mayona de las tradiciones, 2) Los wandersagen o clisés comple¡os. Ciertos jugares co­
presentan en dos formas, el lugar común propiamente dicho y munes no consisten solamente en algunas palabras O en una idea,
t"wandersage», o sea el clisé complejo. sino que constituyen el motivo de un episodio o. relato com­
pleto. Se hallan frecuentemente en las tradiciones orales europeas
El verdadero lugar común, Los lugares comunes .propia· y en ciertas fuentes escritas y se les ha dado el nombre de wa"·
dichos' aparecen en los textos que· traducen ideales cultu· áersage", Se hallan también frecuentemen:e entre los 'puebles
aceptados por todos los mantenedores de la cultura, Las iletrados, En Africa, por ejemplo. se encuentra el motivo de la
concepciones entrañan semejanzas y muy a menudo estas «torre de Babel> en vastas regiones. Otro motivo se halla entre los
,mejanzas se transforman en identidades de expresión. Ejemplos luba-kasai, los kuba, los yaka de Kwango, los pueblos de Luapula y
de ellos se hallan en las divisas kasala de diferentes linajes otros probablemente: es el relato del jefe que invita a su enemigo
Muchos lulua estiman que un color pálido de la piel es un a sentarse sobre una estera bajo la cual ha sido cavada una fosa;
. Veamos las semejanzas siguientes en las divisas citadas: el enemigo no se da cuenta de nada. se sienta, cae en la fO$.a y es
asesinado. Esta trampa entraña generalmente una guerra o una
migración,
a) .Bena ntuinba, los escogidos,

No tienen briznas de hierba en el cuerpo


El clisé complejo es el resultado de una difusión de relatos,
Son todos pálidos
di: l1siones que no son detenidas. por las barreras lingüísticas y
No hay ni uno que sea negro; si ves a un negro
qu se pueden propagar l:}.aSfa muy lejos 4.3. Pero ¿tienen todavia
Es un forastero de visita,»
en: unces un significado histórico? La mayor parte de los autores
piensan que sÍ.
b) «Hen::posos
Para J, p, Grazzolara los clisés complejos se refieren a aconte·
cimientos dilere .tes, pero psicológicamente emparentados. De esta
Pálidco

forma la separa. :ón de las tribu~ lwoo será indicada por medio de
Negros

Con dedos gruesos y largos


un relato que cuenta una disputa debida a una lanza perdida, La
Para comer nueces de palmera.»
lanza es la enseña de los patriarcas Iwoo ". P. Mortier distingue
el contenido y la forma del clisé complejo y reconoce que sólo el
«Ciyago de Lita Ngoyi
contenido tiene una significación histórica. Ur: pasaje que cuenta
Que da luz a niños pálidos,
cómo se rompió un puente de lianas cuando pasó por él una tribu)
No negros
y que sólo por este hecho dicha tribu se escindió en dos distintas,
Si ves un negro
contiene para el autor mencionado un solo hecho histórico: la uni·
Es un forastero que viene a guardar al niño.
da.:l primordial de dos tribus hoy distintas; el resto del relato
Quien ]0 envió era Kabongo.l> ~
no es más que «la forma del clisé. ", Por otra parte CUnn1son piensa

1!1
los clisés son contados en lnapula para justificar cambios de 3, - Conclusión
,ladad de bíenes riúces o haciendas y para dar una razón plau.
ae la ·marcha de la región de origen. Todo esto son declara. El conocimiento del sentido literal y del sentido del texto de
s etiológícas que no tienen fundamento histórico ". un testimonio permite comprender el significado exacto del mismo"
1>.r__ ce que estos clisé!¡ complejos no sean más que procedí. Pero es itnposible efectuar esta crítica de interpretación sin poseer
puramente literarios pan explicar un hecho histórico co­ un conocimiento profundo de la lengua en la que la fuente está
para colorear el relato o para dar rozón de un aconteci. redactada, porque el seI1tido literal del texto pennanece entonces
!miento desagradable del pasado, sin ofender los valores e ideares incomprensible, El sentido del texto no podrá ser comprendido sin
~turales del momento. Ettema del río o del mar que se atraviesa un conocimiento profundo de la cultura en cuyo seno se ha pro­
'separando las agua', que se halla en la Biblia, aparece en numero­ ducido el testitnonio, El conocimiento de la lengua y de la cultura
regiones de Africa ". Parece que este tema sólo quiere explicar del pueblo estudiado son, pues, necesidades absolutas para el
forma en que los grandes grupos de personas han logrado atra. historiador, el cual deberá entender de lingüística y de antropo­
los ríos itnportantes. El tema, conocido en toda la región logía cultural, o deberá contentarse con trabajar únicamente en
iCUstre, del joven prfncipe que debe huir de su país y refu. regiones exploradas ya por antropólogos y lingüistas.
en casa de su tia paterna de donde vuelve a salir con la En este capítulo han sido reunidas todas las cuestiones que
de los años para reconquistar su país, no parece ser más deben ser examinadas para poder lleé'ar a una buena comprensión
una forma velada de contar cómo una nueva dinastía con. del testimonio, El capítulo siguiente estará dedicado a la defor­
quistó el país ". Es posible decir que hay un núcleo histórico en los mación de los accntccimientos del pasado por su presentación en
wandersagen, pero es posible también que no lo haya. La inven. el testimonio, al análisis de los factores que son responsables de
, ción de explicaciones para las situaciones o acontecimientos conw esta defonnación y a la manera como el historiador puede volver
t' temporáneos que resultan de una situación histórica no tienen a trazar la influencJa de estos factores o juzgar la defonnacÍón pro·
fmanífiestamente ninguna raÍZ histórica. De esta forma el tema de bable de la realidad d~l testimonio,
viña de Noé es utilizado por los kuba para explicar por qué los
negros están en desventaja respecto a los blancos y por qué los kuba
matrilineales.
Notas
Cuando nos hallamos delante de un clisé complejo que explica
un hecho, éste no debe nunca ser rechazado a priori, pero, por 1. Ver, respecto de la distinción entre testwonio voluntario e invoJun­
otra parte, tampoco es digno de fe por el mero hecho de estar tario, M. BLOCH, Apologie pOur l'histoire ou .le merier r"hi.storie.n, capíru­
,explicado por medio de un clisé. El histortador deberá estudiar lo n. a y b.
~bien el caso particular de cada wandersagr y sopesar las probabi. 2. En este caso, no hay entre Jos bushoong 'intención reivindicativa puesto
que los lugares cuestionados están muy alejados de sus residencias actuales.
f,lid.des que existan para aceptar o rechazar talo cual "firmación. 3. A. KAGAME, Le oode ésotérique de la dynastie du Ruarula.
»Como estos clisés comunes se hallan muy frecuentem~nte en las 4, las tradiciones esotéricas de las escuelas sacerdotales de Nueva Zelanda
f·fuentes históricas, especialmente en las tradiciones libres, el inves­ proporcionan un buen ejemplo de tradiciones sacras. cada falta cometida por
~. tigador de tradiciones orales deberá ser consciente, de ~;u existencia el sacerdote en el relato de textos rituales entraña la m\Jerte del culpable.
intentar rememorar clisés análogos. Esto no es siempre fácil, No se puede ejercer ninguna critica sobre el contenido de tajes tradiciones.
Cfr. E, BliST, O. C., pp. 65·73.
sólo se han publicado pocos datos a este respecto, especial­ 5. As! sucede, por ejemplo, entre los lugbara. Cfr. J. MIDDl.EI'ON, Sorne
de Africa. Socia! Aspects of Lugbara Myths, pp. 193-199,
6. R. LINl'ON, The Tree of Culture. p, 187.
7. Las deformaciones del testimonio qUi:': resultan de la influencia de sus
objetivos y especialmente de las funciones que la n-ddidón cumple, son dis­
cutidos c.on detalle en el slyuiente capítulo,
8. E, BERNHElM, C., pp. 257-259; A. Fe:'DF.R, o. C., pp. 62 Y 63; W. BAUER, 0, C.,
página 161.

99

.~-_._--'---------------------------
9.La posibilidad de una división en géneros, Jiteraríos en la que .sólo se los enamo:rados se hacen la corte recitando versos aparentemente iDocentes
_dría en cuenta la- forma y DO el contenido es tratada por A. DE ROP, De pero que contienen declaraciones de amor. LEAcH concluye diciendo: ",:reop]e
'tSProun woordkunst van de Nkundo, pp. 8·14. Semejante empresa choca who use lenguage in this way berome highly adept at understanding symbolic
00ll dificultades casi insuperables, y DE RoP incluye todavía la estructura
statements:lo.
1 la forma del texto, Todo esto muestra la complejidad de estas
37. A, KAGAME, La poésie dynastique au Ruando., pp, 14-19.
en géneros literarios. 38. P. DENOI...f, Aatr dén ro.nd der Dibese, pp. 399-425; y R. VAN CAHNExiHEM,
10. A VAN GENNEP, La form.tltion des légendes, p. 74, Over he! Godsbegrip del" Baluba van Kasat, pp. 29 Y 30.
11. M, HERSKOVIl'S, Man Gnd his Works, pp. 414-418, Una explicación más 39. A. KAGAME, 0, e.. pp. 63 y 64 Y notas personales.
de la estructura y del género literario será efectuada en los aparta­
siguientes de este capítulo.
12. W, BAU"..R, o. e., p, 161.
13. A. reDJaP., O,. e., p. 62.
14. A. FlIDER, o. C., pp, 62 y 63.

15, P. JOUSSE, Le Style oral rythmil¡ue el mnémotechnique ehez les verbo­

, 40. P. DENOLF, 0, C., ,pp. 568·570. La cita proviene de la página 569,


41. E. BERNHe.rM, o. C., pp. 356-358; A, FEOER. o. C., p. 64; W. BAUER., O. C.,
páginas 240 y 241; H. DaEHAY"¿, O. C., J'YP. 30.41; y F. UNZOi'ol!, o, C' I PP, 74-85.
. 42. p, DENOLF, Q. C., p. 29; L CUNN1SON, o. C., p, 19.. Y M. Pl...ANCQU~T, Les
Ja.ga et les Bayaka du.· Kwango, p, 88,
43. Las difusiones de motIvos rolklóricos han sido estudiadas al cabo de
y la exphcaci6tl de A, DE ROP en De gesproke,n woordku1'tSt van de un siglo por folkJoristas, Existe un índice general de estos temas que es me­
Wkundo, pp. 15 Y 16, jorado y completado constantemente. Se pueden hallar temas de cuentos,
[ 16. L. STAPPERS, Toonparaltelisme .a.ls mnemotechnisch middel in spreek· como el de la Cenicienta, que tienen una difusión mundiaL
hvoorden, pp. 99 Y 100. 44. J. p, C3.AZ'.ZOLARA, The L'woo, p. 10.
17. Cfr. A, COUPEZ~TH. KA.MANZl, Rythmes quarttÍlafils en poésie rwanda; 45. R, MORTI1');R, o. C., parte 1I, pp. 129, 132 y 133.

COUPEZ, Rythme quantitatif dans les berceuses rundi; p, E. BOELAERT, Premié­ 46,1, CUNNISON, o. c., pp, 1I·14.

recherches sur la strucru.re de crnq poésies Lonkundo,' pp. 384 Y 365; Y 47. H. BAUMANN, Schopfung una Urzeit des Menschen im Myth:.ts der
ST.\,PpeRS. Eersfe geluiden uir de Luba poezie, pp. 97-110. Es evidente que para Afrikanisehen VOlker, pp, 260 Y sigs. menciona los larusus. masal, nyoro, yao,
oong existen reglas, pero la naturaleza exacta de las mismas no ha ngoni. ila. Iuyi, marnbunda, subiya. umbundu, kimbundu, zulues, Tonga, xhosa,
todavía ser determinada, hotentotes, sotho, haussa, lerri~kerri, mossi, ashantí, mende, kpelle y los
18. A, KAGAME, La poesie dYrlastique au Ruanda, pp. 13 Y 14. cabíles. A ellos debemos añadir Jos kuoa y los yans. Cfr. R, De. BBAUCORPS,
19. El título per1enece al relato, pero éste no es siempre el caso. Les Bayansi du bas K wiút, p. 15.
20. Se trata de Ruganguza, 48. Este tema existe entre los ganda, nyoro, ruanda y rundt El burundi
21. Es ei rey anónimo que qUlere matar a Ruganguza. da un ejemplo chocarl.te de la forma en que un testimonio exístente puede
21. En eSte lugar se halla un bosque sagrado, Todo el pasaje es una ser aplicado a una nueva situación, Hacia 1900, un pretendjente, Kilíma, puso
La lluvia sitmifica el ejército que Uega_ Hacer llover es un pri· en duda et trono de! rey Mw€ezl de BurundL KHima era un extranjero y no
real y significa el cambio de dinastía. tenía ninguna wnexión genealógica en el país. Hiz.o uso de clisés y pretendia
23. Las vacas irlyatlmbo Son aquí símbolo del poder real.
ser hijo de una de las reinas de Ntare, el padre de Mweezi. y que su madre
24, Ruganguza se despierta
habia sjdo obligada a esconderle en su país natal para escapar de sus eüe w

25. Es el candidato rey que penetra en la cámara de Ruganguza, migos que le querían matar. Esta versión fue creída por una parte de la
26. Cada relato puede ser analizado estructuralmente. i..a torma de pro­ poblacjón del país, y legitimó la rebelión de Kilima para las gentes que le acepo
y la teoría de esta estructura del relato esLán bien explicados en taron. Si KiIima hubiese ganado la partida ~os historiadores futuros habrían
Morpholog'Y {lf {he Folktale., que lo aplica a los cuentos populares hallado el clisé en su hisloría, pero habrían podido, p:.': comparación con los
motivos de otros paises interlacustres, deCludr que Kihma fue el fundador
27. Ver a este respecto el t'iemplo rúndj del capitulo 4, apartado L de una nueva dinastía.
2!t B. MALrNowsKI, Tite priAJlem 01 Meaning ln primitive La/"lguages.
29. P. TEMPELS, Bantoe filosofie.

3D. R, VAN CAENEGHEM, Hekserii bij de Baluba van Kasa'i,

31. Comunicación persona: de M. A, CoUPEZ.


32. J. A. BARNES, Hisrory in a Changing Society, p, 2.

33, P. C. LLoYll, o. e" p. 21.

M. G. VAN BULCK, De ¡nvloed van de We.szusche kultuur op de. gesproken


rmsl bij de Bllkongo, p. 293,

3~. A, DE Rop, O. c., pp. 12 y 13.

36. E, R" WCH (Aesthet!(~f, p. 29), piensa que los pueblos primitivos apren·
a pensar en un estilo poético y que cultivan la aptitud de hacer decla·
de doble sentido y de comprenderlas. En muchas regiones asiáticas
4
El testimonio, espejismo de la realidad

El testimonio sólo es un espejismo de la rcalidad de la que


da cuenta, En la tradición ora~ el primer testigo deforma la
realidad voluntaria o involuntariamente, ya que no recibe más que
una parte de ella y atribuye un significado a lo que aprecia. Su
testimonio lleva la huella de su personalidad, va coloreado por
sus intereses y está encuadrado por referencia de valores cultura~
les. Los testigos de la cadena, hasta el último de ellos, alteran y
deforman el primer testimonio bajo la influencia de los mismos
factores: sus intereses y los de la sociedad, los valores culturales
y su propia personalidad,
Es evidente que uno de los cometidos del historiador es in·
tentar comprender cómo los testímonios han sido afectados por
los factOres: sociedad, cultura e indiddualidad, Intentará recono·
cer en el testimonio 10 que se refiere; la realidad observada, pero
Dotará también con interés cuáles son las desviaciones posibles.
con referencia a la realidad y por qué razones se han efectuado,
ya que estos mecanismos de deformasión pueden hacernos apren­
der mucho sobre la sociedad y la cultura actual del pueblo que la
practica y, en ciertas circunstancias, sobre un estado de sociedad
y cultura perteneciente al pasado, Así, los poemas panegíricos
reales fueron compuestos entre los kuba a partir del reinado de
Míshe mi Shyaang y en Ruganda a partir de Ruganzll NdoorL Estos
poemas aspiran a exaltar las figuras de estos reyes y reforman los
acontecimientos del pasado en el sentido de que exageran las proe~
zas de los reyes y silencian sus faltas. Pero su sola aparición durante
los reinados de estos soberanos permite ya afirmar que la ideología

93
realeza posela en aquel momento un carácter· de exaltación No se puede insistir lo suficiente sobre el hecho de que, en
no tenia. Este ejemplo muestra que es importante sub­ .última instancia, ninguna tradición existe como tal más. que por·
el historiador no es un.detective que busca la verdad y -:que sirve los intereses de la sociedad en la que se conserva, ya sea
nentira, sino .alguien que intenta simj!llemente aclarar a qué directa o indirectamente a través de los intereses de un testigo.

se refieren diferentes elementos de un mismo testimonio, Su significado en relación con la sociedad es lo que llamamos

deformaciones se refieren tam bién a las situaciones y acon~ función. Una genealogia real, por ejemplo, significa que cierta fa­

lnientos del pasado. milia puede tener determinado estatuto, que ejerce ciertas prerr<r

Sumínjstrar una prueba absoluta de defonnaciones es general­ gatívas y que está sujeta a ciertos deberes con relación a la socie~

Lte imposible; sólo se pueden hallar presunciones, es decir, pro-. dad. Significa que cierta estructura social. la realeza, está asegurada
o menos acusadas de deformación. Y para valorar por un mecanismo hereditario que permite a la sociedad mantener~
conviene siempre averiguar qué fuentes de se. Su función es, pues, dar una regla de sucesión y un soporte a
pueden existir para cada testimonio. Creemos que la instituci6n de la realeza. Digamos aún. de forma general, qtÍe
a tres grandes categorlas. Las deformaciones por. todas las funciones de una sociedad pueden resumirse en dos prin­
que derivan en último lugar de la éstructura de la socie· cipales: la adaptación de esta sociedad a su medio ambiente y el
las que se producen bajo la influencia de valores culturales, mantenimiento de la estructura social a tl'llvés del tiempo l.
,refieren a la cultura y a la estructura de la sociedad, y En cuanto al testigo que relata una tradición, posee determi·
. . las debidas a la psicología personal del testigo. Estos nados objetivos. Para él, .el significado más restringido de la tra­
tfactores de deformación se analizan en tres apartados. dición es servir algo i,m.portante. Especialmente si es el conserVa~
dor de una tradición muy importante para la sociedad, tendrá lID

objetivo y un interés personal en su conservación. Los ahíir" de

significación sooia! del testimonio Ruanda están encargados de conservar las tradiciones oficiales

dinásticas del país; su interés personal en la conservación de las

testímonio y cada tradiclón tienen un objeto y cumplen mismas estriba en que su estatuto de abiiru les da gran prestigio,

función; tal es la causa de Su existencia. En e-fecto, sí no tuvie~ unos poderes políticos y unos privilegios absolutamente excepcio·
. objeto y no cumpliesen función alguna, no tendrían nales. Todas estas ventajas están vinculadas a su cargo y gozan de

quieo los rinda y no los rendirla. Tanto el objeto como ellas unicamente porque conocen las tradiciones.

del testimonio derivan generalmente de los intereses Los objetos y las funciones de una. tradición influyen sobre la

que quiere agradar. ganar ¡jinero,"adquirir prestigio, misma. El testigo puede alterar el contenido de un testimonio para

Pero estos intereses están casi enteramente condíciona~ que corresponda mejor a su objeto, y la sociedad puede insensi~
_ se podría llamar intereses de la sociedad, de la que blemente forzar una ÍT"dición en un sentido dado para que de esta

.miembro. Si quiere. por ejemplo, adquirir prestigio, lo quiere forma cumpla mejor la función asigu.da. Por todo eUo una discu·

la noción de prestigio existe en esta sociedad y se puede sión de los objetivos y de las funciones de las tradiciones es esencial

medlo de ciertos actos. Analizando cualquier interés para darse cuenta de lo que son realmente. Señalemos, además, que

podemos darnos cuenta de que está siempre condiciona­ una alteración debida al objetivo perseguido por el testigo, es gene·

sociedad, Además, ciertas tradiciones pueden servir mejor ralmente consciente; en cambio, una alteración debida a la acción
de la sociedad que otras. Una tradición de una rebe­ de una función no es generalmente consciente. El objetivo persegui­
importante para toda la comunidad que la posee, ya que do arrastra al testigo a la mentira; la función) al error.
a sus ojos que ya no dependen de una comunidad a la
tributo en un pasado lejano. El que conserva una tra·
En relación a la tradición oral se pueden distinguir tres tipos
de testigos; los testigos originales, los auriculares de la cadena y

\
este tipo. lo hace a menudo por orden de la comunidad. los últimos. La acción da los objetivos y de las funciones se ejer·

parte de testimonios coJectivos son testimonios oficiales cerá sobre todos sus testimonios, pero no exactamente de la mis~

intereses primordiales de la sociedad, ma forma. Se ejerce normalmente sobre los testimonios de la cade­

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Se trata, pues, de una tradición que es Wll! institución en una Los testimonios que tienenl'TÍncipalmente un objetivo histórico
iedad dada.:En el caso de un primero o de un último testimonio, no .son fácilmente falsiJicados ..El.objetivo accesorio que a menudo
proceso aporta .algo a la sociedad, introduce un elemento nuevo; es sólo el aumento de prestigio del que lo relata, unobjetívo estéti­
el primer caso el inicio de una nueva tradición, en el segundo co o didáctico no tiende generaimente a la deformaciÓn voluntaria
anotación por escrito. Por este motivo analizaremos primero la de datos históricos del relato. Sucede frecuentemente que una par­
de los objetos y de las funciones sobre el testimonio de ca­ te de un testimonio es utilizada para probar la credibilidad del
después el printer testimonio y, finalmente, el testimonio testigo, para que la ilación del testimonio sea aceptada sir discu­
sión. En la primera parte del relato el objetivo principal es histó­
Notemos todavía que es muy dificil probar, es decir, mostrar,
rico, el objetivo accesorio no lo es; sin embargo, es posible que en
existe una gran probabilidad de deformación de un testimonio
la segunda parte del testimonio el objetivo principal no sea históri­
acción de los objetos y las funciones; sin embargo, se puede
CO, pero el accesorio lo llegue a ser. Un ejemplo típico de eUo es
ostrar en ciertos casos.
la lista de los nombres de lugares del período migratorio de los
Teniendo en cuenta las observaciones precedentes, este aparta­
kuba. Esta lista precede habitualmente al relato de la historia
será dividido de la siguiente forma: trataremos en primer lugar tribal y debe convencer al auditor de la excelencia, precisión y cre­
testimonios de la cadena y los examinaremos, primero por sus dibilidad de los informadores, pero en la continuación, el objeto
~tivos y segundo por sus funciones; a continuación ~taremos
principal del relato de la historia tribal puede llegar a ser político.
. posible acción y qué pruebas o qué indicios se puecien notar Se espera que la credibilidad de la historia tribal no será puesta
esta acción; después, el mismo examen será hecho para los en duda, pues de antemano se ha demostrado ya la credibilidad del
totestimoruos y para los testimonios finales. testigo sobre otra fuente. Es patente que la lista de nombres de
lugares no es propicia para ser falsiJicada, ya que su exactitud es
una garantía para el objetivo accesorio que se quiere probar; lo
testimonios de la cadena es igualmente que se pueden temer falsificaciones del relato de la
historia tribal que sigue.
El ob ¡elivo. Acordándonos de una útil distinción, podemos Las fuentes cuyo objetivo no es fundamentaimente histórico
las fuentes en testimonios sin objeto histórico, testimo­ son fácilmente falsi.ficadas. Tienden, en efecto. a alcanzar un obje­
un objeto fundamentalmente histórico y testimonios con tivo determinado aportando informaciones históricas como pruebas
principalmente no histórico. Las deformaciones even­ jurídIcas de precedentes. Es absolutamente indispensable darse
testimonio dependen, en efecto, muy notablemente del cuenta de cuál era el objetivo perseguido por la tradición para poder
más o menos histórico que los testigos den a su testimonio. jU1.gar qué falsificación particular había podido sufrir. Cuando los
Los testimonios sin objeto histórico tienen más valor, ya que habitantes de Mboong Bushepy, un pueblo "uba, cuentan que la
teS(¡go no tiene razón alguna para mentir. Todas las fórmula'i;. mina de hierro de la fuente Nshaanc era de su propiedad y que el
son ejemplos de estas tradiciones. Un proverbio, una. recaudador de tributos sobre el mineral de hierro pasaba regular­
de rito, no están destinados a dar informes históricos y mente entre ellos y no por los pueblos vecinos, intentan solamente
ninguna razón para alterar voluntariamente los informes hacer valer un derecho sobre la mina de hierro con la ayuda de un
;05 que contienen; lo mismo sucede con toda poesía no his­
precedente histórico. La gente de la ciudad vecina que reclama
De la misma forma los relatos pueden estar desprovistos también la propiedad de la mina de hierro cuestionada puede
Jlente de objetivos históricos. Los personajes entraban y intentar igualmente abastecerse de precedentes históricos; por
las habitaciones de sus casas con ayud,q de escaleras y ejemplo, contar que el recaudador de impuestos sólo pasaba entre
por los techos. como se aprecia en difer,'ntes relatos de ellos, o también. que los antiguos lugares donde estaban situados
_s' pueblo, En la actualidad esto ya no se hace por razones sus pueblos se hallaban cerca de la mencionada fuente, mientras
'lPO"ltridad y los relatos se remontan, pues, a una época en la que los de Mboong Bushepy se hallaban en otra parte, etc. En este
caS(iS no tenían puertas ni ventanas~. caso, la falsificación posible recae, por ejemplo, en la existencia de

97
icaudador, pero los lugares por donde iba o la localización pueden reunir muchos elementos que tienden a mostrar que .tal o
~ Ap !ll'tntiguos pueblos cuyos nombres, divisas, etc., son citados
cual falsificación ha sucedido por tal o .cual motivo, pero el caso
para .apoyar la tradición, son generalmente correctos. del que es un ejemplo el relato de Macoonco que acabamos de
inuchos casos paralelos, especialmente entre las tradiciones citar. es raro. Casi siempre se puede suponer una influencia que
politico, juridico y económicó. es dificil de probar. Un relato tendrá, por ejemplo, una bella forma
embargo, todas las fuentes tienen un objetivo y si éste es estética y se podrá suponer que ha sido embellecido, pero no se
no histórico, influye sobre el testimonio. Así en un podrá demostrar.
de carácter puramente estético, el desenlace de la historia Por el contrarío, es a veces posible demostrar que han habido
ser alterado para que sea más satisfactoria. En un relato muy pocas probabilidades de que una tradición dada haya sido falsi·
cuenta que Macoonco, un sublevado contra el rey Gisaabo, ftc.ada. Tal será el caso cuando la tradición relata elementos que
prendido por los europeos y estaba encerrado en la son contrarios al objetivo perseguido. Así el relato bushoong sobre
Usumbura. Un día vio descender dos enviados del rey una batalla que perdieron y en la que fue muerto su rey, o aquel
lnontaña y persuadido de que estaban encargados de pedir su que relata la muerte de un rey, Mbooljg aLeeng. muerto ·en una
se suicidó. Pero los enviados, por 10 contrario. iban a
alemanes la salvación de Macoonco. La realidad es como
r
emboscada enemiga por una flecha envenenada, no son probable·
mente falsificados. Forman parte de la tradición tribal, pero sólo
diferente. Macooncohabía cometido una acción que es son transmitidos en secretO precisamente porque su carácter par­
como suicida, e.t ataque con una lanza contra .un ofi· l

ticular es opuesto al objetivo· perseguido, que es la exaltación del


en una tentativa de fuga. Parece que ningún enviado de prestigio nacionaL Otra tradición kuba cuenta que la madre del rey
estuvo mezclado en la cuestión. Sólo sucede que uno Shyaam fue una esclava lo que. siendo los kuba matrilineales,
que cuentan la rustori. debió hallar esta nueva fórmula que rompe la continuidad dinástica. Sin embargo, es pOSible demostrar
conclusión más satisfactoria al relato. que los relatos de este género no chocan excesivarnente con los
es posible dar una lista de todos los objetivos que pueden objetivos perseguidos. La batalla perdida era un castigo sobrena·
~seguidos por un testigo. Los más frecuentes son los juridi· tural, la muerte del rey Mboong aLeeng cuadra bien CQn el relato
iConómicos, políticos, didácticos y estéticos; pero existe una de su vida, como la ascendencia del rey Shyaam cuadra bien con
d de posibilidades de objetivos a alcanzar. Para poder darse el de la suya. Mboong aLeeng es el prototipo de guerrero, Shyaam
del objetivo perseguido, hay que conocer, y bien, la cultura lo es de maga. Mas esto na impide que los hechos en sí mismos
el testigo forma parte, hace falta saber cuáles son los no se correspondan con lOS intereses defendidos por las tradj~
existentes y cuáles los objetivos perseguidos por la mayor ciones. Existen numerosos casos análogos. En Ruanda, por ejem­
los miembros de la sociedad. Esto puede entonces .yudar plo, se recuerda la pérdida del tambor dinástico, principio de la
eSligador a hallar el objetivo exacto perseguido por el testi· unidad del país, y la muerte de varios reyes. En Burundi se admite
:menudo es igualmente posible deducir el objetivo buscado que una batalla fue perdida y un rey muerto, etc. De esta forma,
mismo de tradiCIón. Las listas de nombres de lugares hechos contados no conducen diametralmente a oponerse a los
ser un medio de reivindicación de tierras. Las listas de objet.ivos perseguidos por los relatos, pero siempre impresiona e!
tienen siempre connotaciones sociales o políticas. El carácter particular de, 1'il presentación de estos hechos que son
intenta obtener un cargo político, ser el sucesor de una here~ comentados con cierto embarazo. Las tradiciones de este género
valer privilegios, etc. Los relatos históricos defienden se suponen dignas de fe y afortunadamente parece que se hallan
te intereses de grupos, los didácticos quieren enseñar en un gran número de sociedades.
stéticos proporcionar placer, etc. Conociendo la sociedad y
el tipo de tradición es relativamente fácil., en la mayotia b) Significación. Todas las tradiciones· pueden ser 'divididas
conocer el objetivo del testimonio. en oficiales y privadas. Esta división corresponde ba;tante bien
vez conocido se debe investigar todavfa la inJll.1encia a la que podríamos hacer entre tradiciones en las que las funciones
haber tenido sobre el propio testimonio. A veces se sociales son primordiales y aquellas en las que las funciones no

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accesorias. Esto es lo que justifica la utilización de privadas han sido influldas por tradiciones oficiales y por las fun­
en un análisis de la influencia de las funciones so­ ciones que estas últimas cumplen. Este es el caso cWllIdo existía
de las tradiciones orales. Las tradiciones oficiales cierto peligro en afirmar hechos contrarios a los propuestos por
hechos de un interés público, que están baJo control las tradiciones oficiales. En los Estados Akan por ejemplo, está
social o polltica a causa de este mismo caracter. expUcitamente prohibido transmitir las tradiciones que contradicen
que los datos que no concuerdan con la la historia oficial '. El miedo es an elemento que se debe tener
de la institución que transmite la tradición, son ami­ en cuenta cuando se estudian las tradiciones privadas y también
o falsificados. Entre los bUshoong, la tradición oficial man­ cuando se estudian las oficiales.
que la dinastia actual es la primera del país, cuando es prác­ Un últlmo punto digno de ser subrayado en conexión con el
cierto que esto no es verdad. En los Estados Akan la valor de las tradiciones oficiales v privadas, es que las primeras
oficial era que la dinastía real era autóctona, aunque los son generalmente transmitidas con mucho cuidado, precisamente
del clan real sabían que eran inmigrantes '. Los ejemplos a causa de su ímportancia funcional, mientras que las segundas
género de falsificación son mucho más numerosos. Las son muy a menudo transmitidas por azar, sin ningún control y
privadas no aspiran a deformar los hechos del pasado, abiertas a la fantasía individual. Una de las consecuencias de estos
que su función es secundaria y defienden solamente los hechos es que la tradición oficial remonta a menudo mucho más
particulares. Lo que la fuente privada cuenta al respecto lejos en el tiempo que, la tradición privada. Una tradición oficial
ICOntecimientos que se refieren a otros grupos sociales distintos pierde valor histórico en relación a una tradición privada porque es
que la transmite es accesorio desde su punto de vista, no tiene oficial, pero gana valor porque es menos transmitida. De esta
IriJicación social y es, pues, digno de fe. Los miembros del clan forma el código ubwiiru de RUlUIda, que es la tradición dinástica,
Kweemy dicen que son descendientes de una dignataria comprende una serie d, funciones vitales para el Estado y está pro­
Durante el relato se certifica que los jefes bieeng habían bablemente falsificado de cabo. rabo. Pero, por otra parte, es la
dinastía real que fue eliminada por la actual dinas­ tradición mejor conservada del país. Es enseñada por los especia­
ibushoong. No hay duda de que esta versión de los hechos listas, conocida de memoria, su recitado controlado, etc. Es la
ie ser preferida a la versión oficial bushoong, puesto que la ver­ fuente ruandes. que se remonta probablemente más lejos en el
este relato no puede haber influido sobre el testimonio, tiempo. JW1f.O a esta los recuerdos de] nieto de un guerrero
que a priori se podría postular una falsificación del tes­ concernientes a la batalla en la que su abuelo tomó parte están
oficial, una de cuyas funciones es el sos¡enimiento de la realmente menos falsificados, pero son parciales, muy fuertemen­
y de la ae' ual dinastía. te coloreados por la fantasía del abuelo, del padre o del mismo
se pueden desacreditar, sin embargo, todas las fuente, ofi­ testigo. y s610 constituyen una fuente de interés secundario para
sólo por el hed,o de que lo sean. Por ejemplo, en Uganda, los
la historia general de Ruanda, mientras que el u/;¡wiiru es de un
ocupan una posición de preferencia en el Estado actual. Sin
interés mucho mayor, ya que se conecta con las estructuras cen­
no han falsificado sus tradiciones para explicar la situa­ trales del país, reflejadas por las mismas falsificaciones que con·
actual o para servir los intereses políticos actuales 4. También
tiene. Debemos, pues, darnos cuenta de que una fuente oficial, por el
se podría responder que las funciones de las tradiciones que
hecho de es!', e más falsificada, no es menos importante que una
al Estado de Buganda en el interior del Uganda actual,
fuente privado. Los dos géneros de fuentes tienen cada uno un valor
más que al sostenimiento del orden antiguo en este
propio para el historiador.
que están en otra esfera sociológica que los mitos pollti­
Las funciones de una tradición pueden ser muy diversas y una
';modernos que se aplican al moderno Estado de Uganda. Est0
tradición puede a veces cumplir funcíones diferentes. Por ello no
~rdad en parte, pero nos damos cuerna de que estas tradício­
es fácil valorar cuál puede haber sido la influencia de las funcio·
¡actualmente, son también función de mitos políticos modernos
J, nes sobre el contenido de la tradición. De este modo, es caracte­
no obstante todo ello, nada ha sido cambiado en su conteni­
rístico de los relatos históricos de los ngoni de Niasal.ndia que
puede demostrar de forma análoga que ciertas tradidones
subrayen las caracteristicas propias de esta tribu en relación con
,"~ 101

J
nocidas por una tradición independiente pero paralela a la p~
los pueblos vecinos, entre los que los ngoni viven en diás' Y que ésta posee una individualidad y un valor propio que no es e:
llIIA serie de relatos refieren las antiguas cosrumbres de la tradición .a que se refiere. Conocer el objeto y la función '"
e :insisten .sobre la originalidad de estas cosrumbres, que no un primer testimonio es, pues, generaimente imposible. Pero '"
:ninguno de los pueblos de su '11irededor. Algunos de los sabe a priori que en lo concerniente a la relación que existe =
110 son exactos, pero continúan circulando porque CUIn· el testim0nio y la observación o invención en que se basa, el ob.i!­
_ bien la función que se espera de este tipo de relato: la defensa tivo buscado por el primer testigo será más importante que '"
'prestigio nacional, Pero junto 'a ésta, cada uno de ellos cumple
función especifica, pueden ser relatos etiológicos que explí·
función de su testimonio. En efecto, este testimonio puede
revestido ulteriormente de una función social y lo es, puesto <!""
=
, una costumbre y subrayan su importancia. Los relatos pueden da nacimiento a una tradición, pero puede muy bien haber s:i;:l:
"oficiales, privados, etc. 'rendido en si mismo sin ninguna .influencia de la función <!""
ejemplo muestra claramente que las funciones de una reviste después. Si un primer testigo anuncia la muerte de 1::
son a veces difíciles de hallar. Sólo se pueden descubrir jefe, anuncia una nueva pero .no quiere hacer historia. Su obje:::.:
de un analisis antropológico de la sociedad en la que se es informar y lo hace en la mayoría de los casos porque o"""",
!"'!llran y por esta razón el historiador de~e ser antropólogo una dignidad social que le designa para esta función. La funciG::
o trabajar sólo en regiones en las, que este estudio estTUe inmediata de su testimonio eS simplemente poner en luego ~
baya sido ya realizado po, un antropólogo. El descubrimiento instituciones que deben gobernar la jefatura durante el interrep.:
funciones especificas de una tradición es ayudada a menudo y conducir a la designación de un nuevo jefe, Después, cuando =
estudio de las diferentes versiones que circulen de esta tra· muerte entre a formar parte de una tradi~i6nl en una genealop
Sucede frecuentemente que cada versión pertenece a un gro' por ejemplo, la función de esta genealogía será mucho más com,,:,­
determinado y que las diferencias entre versiones reflejan ja y muy diferente de la primera función, harto simple. En on-..,;
~iciones de grupos. El caso más común es el de genealogías muchos casos ver.emos que un primer testimonlo no da nacimier:=
varios grupos sociales actuales. En Africa, sucede a a una tradición, porque no tiene una función social bien estab::::"
que cada grupo particular pretende descender del primo· cida. Cuando un informador cuenta la vida de su padre, lo k-=
de una serie de hennanos, mientras que los otros grupos porque esta vida tiene un interés para él l' para su familia. p=
de los hecrnanos pequeños, lo cual implica una superkr su hijo o su nieto no transmitirán este testimonio porque el c.~
ya veces política sobre los demás grupos. Creemos que funto·no pertenece ya, a su grupo social y no tiene ninguna impa:-.
bien lo que representa la función de la tradición. Racia­ tancia para .los grupos sociales más estables y más duraderos CJl.'e
las relacion"s entre grupos, subraya su individualidad en el suyo. Esto sucede, evídentemente, en la suposición de que el é­
a otros grupos y expresa las anheladas relaciones de po­ funto haya sido un lugarefio ordinario, peN si ocupaba un car¡¡:'
reales o imaginarias, existentes entre ellos. Esta compara~ importante en la sociedad, el testimonio de su hijo podría Q.¡¡:
versiones de tradiciones es, por otra parte, una técnica nacimiento a una tradición puesto que habría un grupo social pa..-.:.
. permitir a la antropología analizar a veces de forma el que el difunto era importante.
:completa la estructura de la sociedad, cosa que na podría hacer Sólo conocemos algunos casos en los que se transmitan los
informes concernientes al primer informador, a su objetivo -:
respecto a la funciÓn de su testimonio. De esta forma, los hat'­
tantes de las islas Trobriand conocen una . canción en la que k
exaltan las gestas heroicas de un tal Tomakan. Una tradición e,p~.
cativa acompaña la canción e informa que es él mismo quie.::
mayor parte de los casos, las circunstancias que han redactó la canción. No es, pues, imp~obable que haya exagerad::
al primer testimonio no son muy conocidas. Si las considerablemente los acontecimientos relatados, pues su obje¡:
fonciones, por otra parte, no se pueden deducir alltomática~ era evidentemente adquirir prestigio. Después de su muerte e.:
tradición misma, es evidente que sólo pueden ser ca­
10::
fue tranSmitido porque se le concedía un valor estético, por inventada es una plegaria a la fuerza del veneno ·para que haga
_, Irte, Y un -valor de prestigio para el grupo que detentaba los justicia. El texto corresponde a la funéión que cumple, pero la
~-exclusivos sobre esta canción, por otra '. En ciertos casos función está rellenada por una descripción verídica de los senti·
j>oemas dinásticos de Ruanda, la traclición expliéativa propor· mientos de ins que atestigua.. El testimonio no es falsificado ma..,
>S precisos sobre la circunstancia que ba ocasionado la que en los otros géneros. Las listas reales kuba no son falsificadas
de un poema. Uno de estos poemas fue redactado por por el primer testigo, que es·e1 encargado, a la muerte de un rey.
hijo de un poeta famos Q, en ocasión de un bomiciclio de añadir su nombre a ·la lista. Pero debemos guardamos de
por un miembro de su familia. El homicida fue a escon· concluír que el testimonio no ba sido falsificado por el testigo,
a casa de Bigeyo, un amigo de la familia, pero Bigeyo intrigó sólo porque el género del te;o¡to no se preste a ello. D. Westerml!Illl .
. corte para clifamar a la familia de Ngogane, y finalmente libró cita casos en los que las listas de reyes fueron falsificadas por los
inomicida a Ja familia de su víctima. Ngogane compuso entonces ·observadores.. Los nombres de los jefes que bablan sido una ver·
.poema declicado al rey en el que señalaba la hipocresJa de Bi· 'güenza para la jefatura no eran incorporados a las listas a su
y aconsejaba al rey que se guardase de tal duplicidad. El muerte. Se consideraban sus reinados como nulos lO. En Ruanda,
,. ~ del poeta es evídente, quiere refutar los ataques hechos a en ·el reino de Rwaaka, Karemera 1 no ha sido jamás incluido en
I familia '. En el caso de otras fuentes, sabemos que han sido la lista oficial de reyes, porque abclicó en favor de su hermano
ícar."da. por el rey para conmemorar una victoria '. Este último después de un largo reinado. Sucede entonces que en la teoria
se acerca a la función real de todos los poemas dinásticos, oficial se considera que no reinó, sino que simplemente ejerció una
es la conservación y exaltación de la ideología real. regencia.
Es a veces posible sacar conclusiones concernientes al obje­ Pero, en la mayoría de los casos, los datos clisponlbles no pero
y a la función del primer testimonio, por el análisis literario miten conocer el objetivo del testigo ni La función que un testí·
fragmento o por el examen del tipo al que pertenece la monio cumplió cuando fue creado. Se supone solamente que esta
mclición. Está bien claro que las-alabanzas clirigidas al rey kuba función fue menor, pero que el objetivo pudo ser bastante más
canciones hyceem ingesh no deben ser acepladas literal· importante. En la ausencia de datos no se podrá, sin embargo,
El género es panegírico y el mismo razonamiento se aplica poner en duda la veracidad de un testimonio puesto que faltará
.los poemas dinásticos o guerreros de Ruanda. Un ,jemplo con· todo indicio concreto pan¡ justificar una desconfianza. Y descon·
nos ha permitido apreciar la libertad que puede presentar fiar de toda tradición a priori porque haya podido .ser ~terada por
poema en relación con la realidad. Un joven rundi de unos quince el objeto del primer testigo, conduce a la hipercrítica.
nos relató un día sus arnazina., poema que había compuesto Los kuba temían la enviclia de sus superiores, 'que podrían
su propia gloria. Había incluído en él una serie de enemigos estar ofuscados si uno de los inferiores mostraba -que conocía al·
había matado con la lanza o can el arco. Preguntado, admitió guna cosa por 'eUos desconocida. Esta sociedad apreciaba mucho
buen grado que no habia muerto a nadie, que el género de' los la noción de prestigio y ésta es una nociÓn comente para las falo
,¡¡mazina exigia que uno alabe sus proezas y que éstas no tienen sificaciones. Un te-,tigo no contará lo que sabe por temor a dañar
5rnnortancia si las jactancias son enteramente ficticias. Este género! el prestigio de sus superiores, pero por otra -parte cuenta a veces
puede llevar al historiador a concebir dudas fundadas res· más de lo que sabe para aumentar su propio prestigio. De esta
a las afirmaciones del testimonio. En otros casos es el forma, uno de los testigos bushoong babia siempre rehusado ates·
género el que prueba que nO han habido falsificaciones. La tiguar hasta el día en que supo que otro especlalista de traclicio­
:lfÍrrnul. mágica empleada por los kuba en el momento de la nes .había contado todo lo que conocía; a conhnuacióll, él fue a
del oráculo del veneno, describe los efectos de este pedir que se anotaran igualmente Las tradiciones que detentaba,
~.ráClll0. El o los que lo han redactado, si se trata de un texto lenta· para defender su prestigio de conocedor de las mismas.
cristalizado, han consignado sus sentimientos hacia la pero
acusada de brujeria. Aquí no ha habido falsificación, desde
y la función de la fórmula en el momento en que ha sido

105
último testimonio
maestros de escuela y debían saberlo, pues, mejor que ellos, que
últim<> testimonio es auricular al igual que todos los de eran iletrados 11. Pero má.s frecuentemente sucede que un testigo
; por esto, lo que ha sido expuesto para ellos es válido toma la opinión de su adversario en el momento de una confron­
para el último, Existe, sin embargo, una diferencia impor­ tación, porque éste goza de un estatuto superior al suyo y porque
entre .ambos casos, En efecto, este testimonio resulta de quiere salvar el prestigj.o de un superior.
nueva situación en la sociedad: aquella en la que alguien quiso Otras razones pueden afectar también el contenido de un tes­
por escrito algo que no lo habia sido nunca. El último testi­ timonio. Los ejemplos dados proceden de la sociedad kuba y pueden
lo cuenta por diferentes razones; una de ellas es que alguien aplicarse prácticamente también todos a Ruanda y Burundi. La
pedido que lo c.uente para consignarlo por escrito. De esta razón es que las tres sociedades tienen una estructura jerárquica
este testimonio adqulere una cualidad especial. El testigo en~la que el prestigio del estatuto es dominante, Es, pues, real­
tener en cuenta las reacciones posíbles de sus compatriotas mente cierto que en las sociedades de otros tipos, las deforma~
a juzgar su comportamiento y. comq se encuentra en una ciones del testimonio se producirán por otros motivos que los
bastante nueva, no está seguro de lo qtte debe hacer. aquí mencionados. Cada cultura tendrá los suyos.
otra parte, debe tener iguaimente en cuenta las posibles reae­
del que anota la tradición. Este puede segulr con precisión b) El testigo y el inquiridor.. El comportamiento del testigo
cuenta cuáles son los motivos que pueden conducir al testigo está determinado en parte por la idea que se hace de la personali­
war su testimonio, porque él pé.rticipa también en la sítua~ dad del inquiridor. ¿ Hace tiempo que está en la r.egión:? ¿Goza de
Las deformaciones se producirán, pues, bajo la influencia la confianza generai o es temido? ¿Cuál es su estatuto en la socie~
compatriotas de! testigo y del mismo investigador. dad? ¿Qué objetivo le supone el testigo? ¿Qué puede ganar éste
declarando su testimonio? El inquiridor debe saber todo esto, si
El testigo y sus compatriotllS. A menudo sucede que el quiere conocer las razones que podrían impulsar al testigo a falsi·
intenta sustraerse al testimonio por temor a reacciones ficar su testimonio. Es, pues, necesario que sepa de antemano lo
rabIes por parte de sus superiores. Al comienzo de las in· que se piensa de él en el medio al que pertenece el testigo. Los
;stigaciones llevadas a cabo entre los kuba, no se sabía hasta qué kuba, por ejemplo, conocen cuatro categonas de europeos: los
el rey daba permiso para anotar las tradiciones y las gen­ agentes del Estado, los misioneros, los camerciantes y el personal
callaban por el temor de posibles sanciones. Pero, después de ferrocarriles. Los agentes del Estado manejan el poder y son
tes timoniado el mismo rey, las gentes cooperaron mucho siempre peligrosos, se supone de ellos que intentarán conocer to­
aunqI<e siempre han habido temas, como por ejemplo Jos das las tradiciones de' tipo político. Por ello cada grupo político
reales, que son tabúes, y que sólo son contados en se esforzar~ en presentarlas de forma que los agentes del gobierno
apartados o en plena noche, lejos de todo curioso. saquen la conclusión de que el grupo es importante y posee el máxi·
Cuando un testigo habla para un público y más todavía cuan­ mo de derecho$ Los misioneros quieren convertir a la gente e intro­
se trata de un testimonio colectivo. aquél eludirá ciertos temas ducir costumbres cristianas en el país. También ellos tienen interés
':0 meúdonará más que los que pueden comportar la adhesión
por las tradiciones. Pero no deben conocer las tradiciones que sellan
todos los participant.es. contrarias a sus enseñanzas porque las criticarían, lo qUI; di;S­
Sucede en el curso de confrontaciones que uno de los testigos prestiguiaria a los narradores, y las combatirían, lo cual dañaría a
ldona su primera posición para tomar la de su adversario, toda la comunidad. De los comerciantes piensan que se ocupan
está convencido de que éste conoce mejor la tradición que éL casi exclusivamente de su c;omercio, por 10 que no esperan que
creen, generalmente, que son originarios de un lugar, sientan interés por las tradiciones. El personal del ferrocarril no
Lubangu, que no existe. Esta creencia fue implant-ada por~ se ocupa prácticamente de la población local y no recogerá las
viejos. que conoelan las tradiciones reales, aceptaron a tradiciones. Por otra parte, si los comerciantes y los funcionarios
respecto el testímonio de maestros de escuela forasteros. Eran de ferrocarril buscan tradiciones, la población estará preocupa·
da y alerta. No se conocen los motivos que conducen a ~stas

107
personas a interesarse en cuestiones que no tienen nada de común ello muchas cosas a su testimonio. Esperan merecer una gran
intereses profesionales. El inquiridor forola una clase recompensa más tarde. Por todo eUo debe adoptarse la regla de
su comportamiento no permite clasificarlo en las pagar el mismo salario en todos los casos, lo cual destruye el motivo
existentes. Pero pasa cierto tiempo antes de que se de una falsificación de este género. Por otra parte el testigo intenta
que recoge tradiciones únicamente porque le interesa el a menudo ganarse la amistad del ínquiridor si éste pertenece a una
del país. En Ruanda y en Burundi las clasificaciones son clase privilegiada y espera ser ayudado por él en caso de necesidad.
igeramente diferentes. Sin embargo, también aquí es difícil ad· Esta ayuda puede ser de todas clases: económica, en dinero o
nitir que el inquiridor recoge tradiciones únicamente para docu· especies, judicial o incluso política. Tal actitud conduce a menudo
hentarse sobre la historia del país. El Ruanda se cree que el objeto a una falsificación del testimonio. De esta forma, cierto Shaan
recoger tradiciones es político, que éstas son empleadas como aShaan redactó en 1907 una lista de reyes kuba que comprendía
políticos modernos y que de una forma o de otra el inquiri· Ihás de cien nombres, únicamente para ganarse el apoyo del europeo
realzar su propio estatuto por medio de los conoci· que le preguntaba.
adquiridos. En Burundi se evita contar las tradiciones
recientes y que tienen todavia cierto interés para la política
del país. En cuanto a las tradiciones antiguas, no se podría 4. - Conclusión
una razón bien definida para demostrar el interés del inqui·
y pasaba generalmente por un amable original inofensivo. Una de las mayores fuentes de error y de mentira es la influen·
pueden intervenir también otras clasificaciones; así, en otras cia que los objetlvos de los testigos y las funciones de sus testi·
de Africa, se cree que ciertos europeos son nocivos porque monios ejercen sobre el contenido del mismo. En último análisis,
comedores de almas o porque son brujos. Este es el temor estos objetivos y funciones son establecidos por la estructura de
dicta todas las actitudes hacia ellos. la sociedad estudiada; sus deformaciones pueden ser analizadas
Cuando el inquiridor entra en contacto con sus informadores por el historiador. Se ejercen tanto en la cadena de la tradición,
situación se desarrolla como sigue: el testigo intenta conocer donde están más directamente condicionadas por la sociedad, como
motivos exactos del inquiridor, evalúa en seguida cuál será el entre los primeros y últimos testimonios, donde motivos más par..
,eneficio que podrá sacar de su testimonio, cuáles los inconvenien· ticulares pueden influir al testimonio. Los motivos que ocasionan
pregunt¡¡ sí deberá deformar su testimonio y si es así, cómo estas deformaciones pueden ser múltiples y los casos que han
hacerlo. El inquiridor ensaya en este intervalo de adivinar sido citados sólo tienen un valor de ejemplo. En cada caso con.
del testigo. Y es en esta atmósfera que se rinde el tes ti· creta un análisis completo de la sociedad y de la cultura en la
Es importante que el inquiridor pertnanezca impasible que ha nacido la tradición, se ha desarrollado y ha sido consignada,
empujar al testigo a defonIlar su testimonio. En efecto, debe ser efectuado. El historiador llegará de este modo a cercio­
mm>.<::tra contento o descontento, el testigo cambiará COn pron~ rarSe CCn gran exactitud de una deformación del testimonio. En
testimonio en dirección a lo que crea que agrada al in w
otros casos habrán indicios que le permitirán dudar de la exacti·
oro Este observará cuidadosamente al testigo y eventual· tud de ciertas afirmaciones, Fero eUo le lleva a no hallar indicios
a las personas que le circundan para asir todo indicio que concretos. Y en este caso debe aplicar una regla de métodos vale·
que está dispuesto a deformar el testimonio y por qué. dera para todas las fuentes de la historia. En ausencia de indicios
de todo ello que los testimonios semejantes son oídos de falsificación debe admitir la veracidad del contenido de la
:neralrnente en un eLma de tensión. Pero, si el inquiridor es fuente. El historiador sólo se acercará a la realidad del pasado
en la región y tiene contacto repetidas Veces con el testi· que no podrá nunca alcanzar en su plenitud, y sólo puede hacerlo
esta tensión disminuye y puede incluso llegar a vece..;: a des­ basándose en datos, puesto que, en ausencia de índices de falsifi·
completamente. cación, no puede postularlos a priori so pena de falsear su estudio.
La mayor parte de los testigos intentan obtener por medio de
testimonio un beneficio económico y a menudo añaden para

109
Los valores culturales y el testimonio son los valores cuestionados. 10 cual no es siempre así con los ob~
.ietivos perseguidos y cumplidos por la tradIción.. .
Los valores culturales de una sociedad son los conceptos o los La acción de los valores culturales se manifiesra en todos los
mtimientos aceptados por la mayoría de sus miembros como pos· testimonios, pero no exactamente de la misma form,a, En efecto,
ílados que no deben ser dudados. Estos son los <prejuicios» de la el primer testimonio no habrá sufrido todavía fuertemente la
ix:iedad. Estos valores culturales deterruman .el sentido de la vida hueHa de la adaptación' del testimonio a los conceptos históricos y
, miembros de la sociedad: ideales a alcanzar, importancia no estará todavía idealizado, o lo estará muy poco, pues el iapso de
de las cosas en relación a sus objetivos, etc. Son raramente tiempo transcurrido después del acontecimiento es generalmente
nmulados de forma explícita y generalmente inconscientes para bastante corto y bace falta riempo para que estos factores puedan
f mayoría de los miembros de la tultura. Pero re¡¡:ulan su como producir sus efectos. Por otra parte, éste es el tes[imonio que elige
ortamíento en altísimo grado. Estos valores tienen evidentemente los acontecimientos y les otorga un significado. Por el contrario. los
!la relación muy estrecha con los objetos perseguidos por cada testimonios de la cadena hasta el último están cada vez más colo~
!dividuo. Cumplen igualmente las may'0res funciones en la socie· reados por la acci.án de los valores culturales, bajo sus dos foro
M puesto que aseguran· en últímo lugar su mantenimiento y su mas de acción, la adaptación a los conceptos y la idealizaci6n. Por
imcionamiento . todo ello a continuación trataremos. primero de los valores cul tu·
testigos están impregnados de estos valores culturales rales y del primer testigo, despué~ de los conceptos culturales
su más tierna infancia, y estos valores tienen cierta infiuen~ relativos a la historia y finalmente de la idealización del testimonio.
sobre las tradiciones que conocen. Son adaptados más o menos
a los valores culturales del momento, Las defor·
que provocan pueden ser establecidas bajo tres rúbricas J. - Los valores culturales y el primer testigo
Ante todo hay los valores culturales que determman
histórico que estará de acuerdo con los mismos acon~ Un observador no describe jamás los acontecirníentos obser­
Luego, ciertos conceptos de base relacionados con la vados tal como han sucedido realmente. Para poderlos describir
mfiuyen las tradiciones que deben conformarse con los pos. debe darles un significado. Además. nadie describe todo lo que
culturales que se refieren a la historia. Finalmente, los observa. Entre los acontecimientos se hace una elección y sólo los
cult",raJes determinan los ideales a alcanzar y como el que son juzgados interesantes o importantes son relatados. La im~
ruarman de las tradiciones en casi todas las sociedades es el la,,­ portancia dada a un acoll1.ecimiento deriva desde luego, en parte,
temporis aclí y el magíster remm, se espera de él que saque de la personalidad del testigo, pero en un grado mucho mayor de
~cciones de la experiencia del pasado y lo idealii::e según las normas la opinión general en vigor en la sociedad de la que el testigo
. por los valores culturales. forma parte. La sociedad otorga un significado a los aconteci~
vinculas entre los valores culturales y los objetos y fun· mientas. En efecto, un testimonio es siempre una comunicación
de las tradiciones son tan estrechos que podríar.· haber sido y no se comunica más que lo que se juzga interesante para los
amt-í'rs en un solo apartado, pero existe una diferencia auditores. Se sab~e 10 que interesa a los auditores porque Se cono..
en la deformación de las tradiciones que conduce al his· cen sus centros de intcrét:, que en definitiva son los rnismps que
a tratarlos separadamente. La acción de los valores cultu~ los de la sociedad. Las co~:as consideradas importantes son deter­
subyace en aquella más visible de los objetivos e incluso de minadas por el espíritu del tiempo y por los valores culturales de
funciones de la tradición. Esta acción es siempre inconsciente la sociedad.
se ejerce sobre detalles o pasajes del testimonio, sino que lo Un primer testigo está, pues, influido por los valores culturales
enteramente. No se hablará aqui dé mentira o de error¡ sino y por valores que pueden ser distintos en cada caso; en su testi­
se describirá un sesgo, una tendencia. Por tal razón la búsque· monio relata hechos, pero 30s colorea dándoles un sipnificado. Y es
de las deformaciones producidas por los Va~,)reS culturales se estudiando lo que constituye e1 hecho de su comunicación y el
siempre por análisis interno del :estimonio. Esta indica cuáles significado, como puede apreciarse la jnf]uenCÍa de estos valores

111
~turales. De esta forma muchos testimonios bushoong mencionan
!re el rey Kot aNce hizo colocar a los miembros del clan real bajo
rf intentar hallar la importancia real de los acontecimientos del
pasado. Los ejemplos citados han tratado de la aportación de nove·
igiIancia en la capital. pero ninguno de ellos subraya que esta de· dades a la cultura, novedades de las que la gente no supo
fue prueba de una gran clarividencia politica. Después de juzgar el valor en e: momento de los acontecimientos. En muchos
rey, en efecto, los sucesores al trono fueron controlados estre­ otros casos, las del,JrIIIaciones de este género son mucho menos
hamente por·el rey y sus consejeros, y toda tentativa de secesión pronunciadas, porque se tratará precisamente de acontecimien+
alzamiento se hizo imposible. El estado de las tradiciones tos que se desarrollan en el mismo medio de los observadores
que los contemporáneos de este acontecimiento no pre· todos los elementos del cual les son familiares. En este caso la
los efectos politicos de esta medida. La tradición fue sim· imagen general del desarrollo histórico no está tan deformada. De­
lemente conservada para dar una explicación al hecho de que bemos, finalmente, responder a la objeción de que el historiador
. los miemhros del clan real residiesen en un barría determí· no hace más que reunir fragmentos del pasado. los que le son
de la capital. Habría sido muy posible que el mencionado accesibles por sus documentos, y que su reconstrucción siempre
oontecimíento no hubiera sido conservado en una tradición, espe­ será fragmentaria.
íalmente en el caso en que después los miembros del clan real
hubieran dispersado de nueva a través del país.
Hechos importantísimos no fuerOll conservados en la tradición 2. - Los conceptos histórÍCo·culturales
los contemporáneos no vieron su importancia. Los kuba
'ecuerdan quién fue el primer europeo que visitó el pals, pero no Algunos conceptos culturales comentes influyen la trarución y
segundo; pues bien, aquél na era más que U¡;l comerciante de la deforman porque imponen cierta actitud por parte de los miem­
mientras que éste iha a tomar posesión del país para un: bros de la cultura hacia el pasado histórlco. Todo dato histÓrico
depende entonces de esta actítud, Los conceptos que tiñen más
independiente. R. Lowie advierte que los indios assiniboine
han conservado tradiciones respecto a la introducción del caba· las tradiciones, son los que tratan de la noción particular que los
en la llanura que habitan. Este acontecimiento fue vital para mantenedores de la cultura se han hecho de la historia. Estos con·

II
ya que después cambiaron sus formas de vida. Entre los ceptos pueden se¡- agrupados en tres tipos: los concernientes a la
ices horadadas, existe una tradición sobre la introducción del medida del tiempo, los que se refieren a la noción de verdad his­
~baIJo, pero no muestra cuál fue la capital importancia de este tórica y, finalmente, Jos que tratan de la naturaleza del desarrollo
acomecimiento ". Realmente sus observadores no podían saber por histórico,
adelantado que este nuevo cuadrópedo cambiana el curso de sus
. Es muy posible imaginarse el caso de una tercera tribu india a) La medida del tiempo .
la que no fuera recordada la introducción del caballo, pero,
decena de generaciones después, se hubiera buscado un «ori· ~ Los pueblos sin escritura no conocen la división del tiempo
este animal convertido en algo tan importante, y se hubiera basada en conceptos de flsica matemática ". El tiempo está dividi·
ÍlcIuido la llegada del caballo a la del fuego o del hierro, todo cll0 do entre ellos según normas ecológicas o estructurales. El tiempo
Iroporcionado por un demiurgo celeste. t ecológico está dividido según los fenómenos naturales que se
aquí plantearse la cuestión' de si es todavía posible des· f manjfiestan en ciertos momentos y regulan lá actividad humana;
r
historia de hJS pueblos sin escritura con cierta vcrosímí­ esta forma de tiempo es cíclica y sólo raramente excede la duración
ya que muchos acontecimientos no han sido conservados en de una estación o un año H, De esta forma los kongo dividen el
tradición, a otros se le, ha atribuído un significado disminuido áño en estaciones. Existen dos estaciones principales: la de las
valor y a otros menos importantes se les ha dado un significado r lluvias y la seca. Cada una de éstas se subdivide en relaciÓn a la
cantidad de lluvia que cae en la estación de las lluvias y en rel2­
parece exagerado. Se puede responder a estas objeciones que
lID testimonio, deben intentar separarse los hechos relatados del
l
í ción a la temperatura en la estación seca. Los nombres de las
que se da a los mismos. La tarea del historiador es subdivisiones derivan; de la lluvia misma, de la aDoración de cier­

113

1
plantas, del comportamiento de ciertos animales, etc. La diví­
del dia se efectúa según la posición del sol. el canto del gallo
trabajos que se realizan en una hora determinada, Así se
del .primer canto del gallo>, de «el sol está inclinado" de
<extractores del vino de palma que descienden de los árboles"
<el tiempo en el que se habla», etc. Existen algunos ténninos
I
,,¡
alur 1"1', existen dos períodos separados uno de otro por el pa.S:o

del Nilo. cuando la migración de este pueblo. La época pre-Nilo

está sometida a un tiempo mítico y la pos~Nilo a un tiempo estruc­


tural. En estos dos ejemplos el tiempo mítico precede al histórico,
10 cual no sucede así ní entre los lugbara 18 ni entre los habitantes

de las Trobríand, donde las dos épocas subsisten colateralmente.

specificos para indicar ei día, la noche, la mañana y la tarde. La Los cómputos ecológicos, estructurales o por épocas, son siste­

ana consta de cuatrO días, que tienen su origen en el nombre mas diferentes de medir el tiempo que pueden coexistir y de hecho

las localidades donde había n,ercado aquel dia. El mes es lunar coexisten normalmente en un mismo pueblo. Sólo el primero de

e subdIvide en cinco partes según las fases de la luna. No existe .estos sistemas tiene una base física, los otros dos están entera­

hterrelación entre la semana y el"'mes, y el mes y las estaciones n. mente condicionados por la estructura de la sociedad y los Nalores

dIvisjón etiológica del tiempo es tipica para la mayor parte culturales y es particularmente claro para el sistema de la división

los pueblos de Africa central y las técnicas utilizadas así como del tiempo en épocas. Estas representan siempre fases que los man­

ausencia de coordinación entre los diversos sistemas parciales tenedores de la cultura ven en el desarrollo de la misma: el caos,

cómputo de tiempo lo son también para casi todos los demás la organización de la sociedad, el establecimiento de la sociedad.

de la tierra. Es, evidente que estas concepciones deforman las tradiciones, AHí

'Para calcular el pasado más alejado de un año e una estación .donde un período mítico se halla opuesto ~ un periodo histórico, la

un calendario estructural. Un elemento recurrente de la duración del primero está reducida a un mOmento y toda crono­

social sirve de punto de referencia en el tiempo. De logía se hace imposible. De e~ta forma Jos acontecimientos de la

las costumbres de datar los acontecimientos en relación a Jos época mítica kuba: su estancia en el océano, sus guerras en Kwango

de reinado, a una periodicidad de mercados, a una clase de contra los peom y los 1mbangala, están situadas una al lado de

a la duración de la existencia del establecimiento de un otra¡ y la tradición no otorga una sucesiÓn a estos acontecimientos.

en un lugar determinado, etc. Todo el pasado puede ser El tiempo estructural deforma igualmente muy a menudo la ero·

iinalmente concebido estructuralmente 16. El tiempo es dividido nología. Cuando está basado en una genealogía etiológica, que

rmtonces siguiendo las escisiones de la humanidad en grupos sooia­ comprende el nacimiento de la humanidad y su división en grupos

. o políticos después del primer hombre; resulta de eno que el sociales existentes, la duración del tiempo no sólo se reduce a me~

apo es medido por y en relación a las conexiones estructurales dida que se remOnta más lejos de la actualidad en relación al tíem­

:tistentes actualmente entre diversos grupos, Estas conexiones po transcurrido sino que se encuentran también superposiciones,

iOn expresadas por una genealogía que sirve por sí misma como Los antepasados que no han originado una esCÍslón de grupbS son

de tiempo. Toda med¡da del tiempo depende, pues, de un omitidos, puesto que no tienen ninguna importancia para expllcar

de sociedad actual, y el pasado sólo es el refiejo de las las conexiones actuales entre los diferentes grupos, y aunque este

políticas y sociales actuales. Pero sucede fn..cuente.­ fenómeno se produzca e::;pecmlrnente para los antepasados más ale~

que el calendario estructuraJ no remol'lÍa muy lejos en el jados de una genealogía, se puede hallar en cualquier otro lugar.

. . La cronología de los acontecimientos históricos alejados Se puede, además, afinnar en general que el tiempo estructural

entonces indicada por una suputación de tiempo en épocas his· divide el tiempo en unidades que no son de una duración constante,

y el calendario estructural no se aplica más que a la última La duración de ur: reinado o de una generación en las genealogías

Así, para los kuba, el pasado se compone de tres periodos: son ejemplos sorprendentes de este hecho. Una de las dificultades

de origen, otrO de migraciones y un tercero, estético, durante mayores en el estudio de las sociedades sin historia es l,a ausen­

no se han producido cambios fundamentales. El primer cia de una división de tiempo ecológico para largos períodos. Re­

no conoce divisiones de tiempo, en el segundo jps listas sulta, como dice D. V, estermann en un tratado sobre el valor his­

nombres de lugares de migración sirven de división del tiempo, tórico de las tradiciones africanas, que hay muchas malas atribu­

t¡empo del tercero sigue un calendario estructural. Entre los ciones, mucho desorden·y confusión J1I.

115

j
t
La lWcWn de verdad histórica.
f es evitar cambiar alguna cosa en las tradiciones transmitidas por
los axttepasados. Pero si algunos cambios son introducidos incons­
La noción de verdad histórica no es idéntica en todas las cultu­ cientemente en la tradición, se convierten en «verdades. en una o
humanas. Esta noción una influencia sobre la tradición. dos generaciones. Notemos, sin embargo, que en general este con~
debe ser .verdadera,· y todo lo que no lo es debe ser des­ cepto de verdad histórica tiende .más a evitar deformaciones en la
de los testimonios auriculares. El control social o individual tradición que a afiadir otras nuevas, lo que parece, pues, influir
tradición se hace. pues, segUn este criterio. Para Jos kuba, bastante poco el contenido del testimonio.
'verdad histórica es la que la mayoría acepta como creíble. En
islas Trobriand el argumento decisivo para establecer la «ver· el La evolución histórica.
de una tradición es que los antepasados hayan certificado
cierta. Este acontecimiento no excluye que hayan habido Para cada cultura la evolución histórica tiene un significado
!ontecimiento$ «verdaderos» que hayan sido juzgado!' imposibles; distinto y debe seguir ciertas reglas. Entre las culturas de las que
. acontecimientos surgen los mitos. La posibilidad o ¡mpo­ tenemos datos, no hay ninguna que establezca relaciones de causa·
de un acontecimiento ejerce cuando menos cierta influen~ lídad entre acontecimientos históricos y no existe tampoco la idea
sobre la credibilidad que se les concederá en este sentido, de de «progresol), Para los kuba cada objeto, cada instituCÍón, cada
que para creer los acontecimientos imposibles, los trobrian­ costumbre actualmente existente, ha sido t(inventada» en un cierto
quieren ver sus huellas en el paisaje, En este caso los testi­ momento y ha permanecido estable desde el instanre de su inven­
de los antepasados no son suficientes lO. Para el Congo. la ción hasta nuestros días. Existe, pues, un vínculo causal directo
~eraaaJ) es la que los antepasados han transmitido corno verídica; entre cada hecho actual y un hecho del pasado, pero este vínculo
testimonio se corresponde con el que le precede en la cadena, causal no es considerado una evolución. Debemos añadir a esto
verdadero 21, Los rundi tienen el mismo concepto de la verdad que se admite que todas las instítuciones de base de la cultura
crstórica. Cuando un hecho es una verdad histórica, no intentan remontan a un periodo mítico y han sido creadas por el demiurgo
si fue o no posible y si pasó realmente en la forma como lo Woot en su forma actual. Los trobriandeses ignoran también el
la tradición. Un análisis del testimonio no tiene sentido a concepto de evolución ". Para los lugbara el período mítico era un
manera de ver, Sucede que comunican ciertas tradiciones con caos, se hallan en él muchas cosas que exísten todavia dia
brizna de ironía; se dan cuenta de que se uata de cosas curiosas, pero al revés, El periodo histórico comienza con una de
ibles hoy día; pero se dicen a sí mismos que antes quizá héroes culturales que ordenaron todo 10 que existe y añadieron in­
posibles. y su ironía se a lo insólito del relato. Ello, venciones 20. En BurundL 1a historia eS cíclica, Existen tos ciclos
embargo, no es una señal de escepticismo. Esta ironía semeja de nombres de reyes, y de rey en rey la historia perdura y reco w
de] occidental de 1960 que contempla grabados de moda del mienza. Después de un Mwaambursa viene un Ntare, después un
de sus abuelos. Todas las actitudes que acabamos de ver Mweezi y finalmente un Mutaaga que precede a un nuevo Mwaam­
a la «verdad histórica» están estrechamente emparenta~ butsa. Cada uno de estos reyes posee un carácter ideal y cada cuatro
pero como el problema no ha sido estudiado seriamente en generaciones vuelven a aparecer estos tipo~ ideales. Ntare es el
- sociedades iletradas, no es posible saber todavía si bs simi­ fundador conquistador, Mweezi el soberano que tuvo que mante­
de concepto son accidentales o se hallan regularmente en nerSe en medio de los rebeldes pero que se hace muy viejo, Mu­
partes como sospechamos nosotros, taaga el noble rey desgraciado y Mwaambutsa el que prepara el
actitud con respecto a la verdad entraña que el testigo camino a un nuevo Ntare. La fuerza de esta idea del retorno cíclico
depositar diferentes testimonios contradictorios qu~ sean de la historia es tan grande que han habido insurrecciones para
«verdaderos» 2:2, Por eHo nO tiene ningún sentido para un entronizar a un nuevo Ntare. porque el reinado del Mwaambutsa
comparar diferentes tradiciones para intentar hallar la verw había durado ya bastante. Ec '.' eterno retorno de la historia impli­
histórica, y consecuencia de tal actitud es que no se ejerL:a ca una idea de predestinací6u, una fatalidad, En un relato rundi,
sentido critico con las tradiciones 2':1. Lo único que se intenta se pide a una madre cuyo hijo había, en un juego, provocado 1"

117

" la muerte de su padre el rey: «¿Qué hacíais cuando se desvía, más desfavorable. Pero como la historia posee un valor
[lujeron es<tas cosas?» Ella dice: e:Ocurrieron cuando reñía al ejemplar en muchas sociedades, las tradiciones son deformadas para
debían ocurrir igualmente!;, y este texto no es un. pasaje que se conviertan en reflejos de tipos ideales. En las '[[adiciones
En muchos relatos los adivinos predicen el porvenir y cuafadas, la idealización hallada era la corriente en e1 momento
puede impedir que éste se realice. Una última característica de la redacción del texto; por el contra,c:o, las tradiciones libres
historia de los rundi, es que es estática; consiste en una reflejan sobre todo los ideales de la épO,:3 actuaL De generación
de cuadros de hechos diversos no conectados. No hay evolu­ en generación, la deformación del testimonio hacia las nueV<l$
las causas v los efectos no son subrayados. Durante el reína w
idealizaciones se hace inconscientemente. Por otra parte, los canl­
Mweezi IÍ hubo una serie de sublevaciones de diferentes bios de los conceptos de tipos ideales; se hacen lenta e incon$.~
de la familia de los abataTe; se relata cada una de las cientemente, Pero la deformación que hace una nueva tradición
levaciones, pero no se subrayan las evidentes reconciliaciones conforme a un tipo es muy rápida. ASÍ, cincuenta años después de
hubieron. su muerte, el rey kuba Mbop alvlabíinc maMbul se convirtió en el
, creencia de que el mundo fue creado desde un princípio tipo de tirano que mataba y torturabE- por puro sadismo r «Pero
existe en la actualidad está bien atestiguada en la litera~ Dios, finalmente, 10 ha muerto" decía un bushoong que hablaba de
creación Se hizo en un tiempo sagrado que se sitúa inde~ él y quería sacar una lección moral de la historia. Cuando de hecho
,mente del tiempo profano, al lado del mismo. Se accede fue U:10 de los reyes que gozó de un reinado más largo,
la e1ecución de ciertos ntos 2f, Esta idealización es muy clara, por ejemplo, en el relato kubrt
t, por ejemplo, los habitantes de Tikopia ejecutan el .traba­ que describe cómo una mujer robó un cUa un yunque y al mismo
tos djoses»~ el ceremonial consiste especialmente en ejecutar tiempo la realeza de su hermano. El jefe bieeng que ]0 cuenta
aClividades cotidianas, que se convierten en sagradas por dice: «Vosotros, hombres, no olvidéis la mallcia, la importancia
porque se desarrollan en tiempo sagrado y adquieren así un de 10 que se ha contado. Esto aconteCÍó en la casa de Kotokol0,
creador 2', Este es el único punto respecto a la concepción hermana de Samba Ngolo" ", y más adelante dice, ,da mujer que'
evolución histórica que se halla en las fuentes publicadas. Los mató a sus hijos" (es decir, a su clan), Ella es el prototipo de:
cita~os anteriormente, ~' especialmente el ejemplo modi, mujer mala que favorece a su maridQ en detrimento de su herrna~
que habrían investigaciones fructíferas a efectuar en no, cuando en esta sociedad matrílineal debía favorecer a ésl.c.
campo. Pero tales casos son suficientes para negar a la Con­ Las deformaciones por idealización son frecuentes y a vece::;
el concepto particular que cada cultura se forma muy pronunciadas. ASÍ, entre los kuba, el re:v Shyaam es el proto­
evoJuclón histórica tiene una enOrme influencia sobre las tipo de mago y Mboong aLeeng de guerrero. Cada vez que un acon­
que, a medida que transcurre su existencia, se adaptan tecimiento del pasado debe ser atribuido a un rey, hay una tendenci<:l
,a los conceptos en vigor. La deformación que de ello resulta a atribuirlo a Shyaam si es un acontecimiento de carácter mágico
todas las tradiciones de una cultura y les da un prejui­ y a Mboong aLeeng si se trata de una campaña militar. Lo mismo
tsístemático que se halla en todas partes. Feliun nte para el sucede en Burundi. Cada conlluista es atribuida a un Ntare y casi
~ 'iadar, un estu~io atento de las fuentes permite hallarlo bas4 cada revuelta a un Mweezi, etc.
frecuentemente. Los juicios de valor influyen la tradición de otra forma, Entre
los kuba, en Ruanda y en Burundi se mantiene que la única histo4
ria posible es la de la dinastía, porque la realeza es la expresión
idealización del testimonio del pais y el pasado real es el de toda la nación ", De ello se deriva
que las historias de clanes o de linajes sólo conservan general­
sociedad posee sus modelos ideales para cada tip<' de mente en sus tradiciones los episodios en los que uno u otro rey
y de estatuto' y en cada sociedad se emiten juicios de valor ha desempeñado un papel, en compañía de un antepasado del
el comportamien lo de las personas. Cuanto más se acerca grupo, y toda perspectiva histórica está evjdenternente defonnada
la norma ideal, el juicio es más favorable; cuanto más se por este juicio de vaJor concerniente al estatuto real.

!!9
historiador debe siempre tener en cuenta la posibilidad de bIes puesto que esta fuente de espejismo es la que disocia más el
iones por idealización. Si un testimonio corresponde de· testimonio de la realidad.
bien a un tipo ideal, debe ya despertar sospechas. Este
tan frecuente que la mejor forma de estudiar los tipos idea~
'nartiendo de las tradiciones históricas. Por ello nosotros ana­ 3. la personalidad del testigo y el testimonio
tipos ideales de Rwmda basándonos principalmente en
históricos de este país. Hasta aquí hemos tratado de deformaciones producidas en los
una parte, las tradiciones están muy defonnadas por testimonios por causas sociales. Estas se aplican a todos los testi­
~zación y esto puede reconocerse, existen, por otra, medios monios de la misma naturaleza¡ especialmente de la misma cadena,
FOnoeer que ciertas partes de un testimonio o ciertos tes ti· de una forma más o meno;:; igual. Aquí presentamos un fa~tor de
enteros no han sido afectados en absoluto por la tendencia deformación que se aplica de forma diferente a cada testimonio
Cuando los elementos que no corresponden al de la cadena, o a cada ·testimonio presentado por un autor dife­
en vigor persisten en una tradición a pesar de todo Son
j
rente. Este factor no es tan importante como los precedentes y
almente dignos de fe. De este modo, cuando entre los kuba sus efectos son generalmente más limitados, pero su detección es
son atribuidas al rey Shyaam en lugar de a Mboong a veces más difícil. Depende de la influencia de la personalidad de
y entre los burundi las victorias a Mweezi en lugar de a cada testigo.
pueden aceptar los hechos como tales. El investigador El primer testigo recoge las fuentes y les da un significado
finalmente cuáles son los juicios de valor corriente res~ que depende, no sólo de Jos valores culturales, sino también de su
mismas tradiciones, Si son muy apreciadas, esto expli. propia personalidad. El hecho es evidente y lo que hemos dicho so­
su transmisión, pero es tambíén un signo de que bre las posibilidades de apreciar los efectos de los valores cu!tura~
con los ideales culturales y por esto probablemente les se aplica aquí igualmente. Se puede señalar, sin embargo. que
Si son sagradas o están envueltas en pres­ es más raro poseer informes sobre el carácter y la personalidad de
si. se trata de textos religiosos cuajados o de un testigo fallecido, que sobre los objetos que perseguía o las cir·
contenido habrá sido mucho menos alterado, etc. La ac~ cunstancias que han acompañado la redacción del testímonio, En
testigo y de sus auditores con respecto al testimonio es un la práctica no conocemos ningún caso en el que se haya producido
nada despreciable que puede ayudar mucho al recolector este hecho.
el ",ajor histórico del testimonio. En la mayoría de las tradiciones se insiste en la recitación de
lo que se ha entendido. Si las fuentes son cuajadas. la personalidad
del testigo no puede influirlas. Si las fuentes SOn controladas
hay también muy pocas probabilidades de que aquel factor pueda
deformarlas, De hecho, entre los testimonios auriculares sólo Jos
culturales matizan los testimonios de tres mane~ recuerd,is personales, los relatos estéticos y ciertos relatos djdácti­
tincipalrnente. Hacen que el primer testigo efectúe Una e}ec~ cos se prestan a deformaciones de este género. A. van Gennep ha
~e los acontedmicntos que observa y les asigne una signifi- demostrado claramente cómo se producen estas deformaciones. La
Mediante conceptos cuHurales, relacionados sobre todo con transmisión de la fuentt es libre. Sólo la transmiten las personas
"'1 tiempo y con la naturaleza de la evoluci6n histórica, interesadas. Estos tipos de fuentes tienden generalmente a enseñar I

:) cronología y su perspectiva histórka. Finalmente, distraer o instruir al pueblo que las escucha, de manera que quie­
el testimonio lo transforman en ejemplo. Todos estos nes se interesan por la tradición se distinguen por su inteJígencia
Fion Í!lconscientes. El historiador sabe apreciar, sin em. o por sus dotes artísticas. Estas personas poseen una fuerte perso­
su~ efectos por medio del análisis de las tradiciones mismas. nalidad. Además. el interés de los auditores depende fuertemente
10 concerniente a la elección de los aeon tecimien tos. De~ del estilo del narrador y del giro propio que sabe dar a su fuente.
,fectuar este análisis con la mayor habilidad y atención posi­ En estas condiciones, las deforrnacíones de la tradición son ine·

121

vitables. Cada eslabón de la cadena de tradiciones crea nuevas va.


~tiantes y nuevos cambios se producen por consiguiente en cada que se observan notando la actitud del tes tigo hacia la tradición que
~narración del relato. Bn semejantes circunstancias no es raro com­ conoce, En tm primer cr.SO, e] testigo no otorga ninguna importanda
~probar que el testimonio original desaparece completame.nte lI(J,
a las tradiciones que conoce. Especialmente en el Conge! es c{)·
Otro género de deformaciones debidas a la personalidad del rriente apreciar que el mantenedor de la tradición está fuertemente
testigo es el siguiente. Las tradiciones se convierten Et menudo en influido por la civilización europea y tiene vergüenza de re­
para los testigos que las cuentan porque com­ latar las tradiciones gue conoce porque le parecen infantiles. Esto
elementos arcaicos. La cultura cambia y el conocimiento sucede también entre la mayoría de desarrajgados que viven fuera
ciertas situaciones culturales antiguas. necesarias para la com­ de su medio. Si el inquiridor les pide su testimonio, el informador
prensión del testimonio se pierden al desaparecer estas situaciones. intenta deshacerse )0 más rápidamente posible de la presIadón;
.Si los elementos arcalcos de este género se conservan en textos omite detalles que juzga «infantiles» y resume todo ]0 que puede.
fijos, raramente son eliminados o alterados; son s610 susceptibles La actitud contrarla existe igualmente. El testigo puede estar
de deformaciones fonéticas cuando las palabras no se comprenden, fuerte.mente interesado por las tradiciones de su pueblo. Reúne
pero muy raramente se falsea totalmente el testimonio para darle por su propia iniciativa diferentes tradiciones, las mezcla y saca
un nuevo sentido. Por el contrario, las tradiciones libres están fuer~ una vizión personal del pasado de su pueblO. Su testimonio está
telnente sujetas a deformaciones si contienen elementos arcaicos. entonces completamente influido por esta visi6n. Además, como
menudo, éstos son eliminados de la tradición. Los kuba han úlvi. el testigo no 'hace distinciones entre sus propias fuentes, que pue­
, dado completamente de esta fonna. que veneraban a dos espíritus den ser muy diversas y numerosas, hace falta a menudo considerar
superiores. Mboom y Ngaan, y no fue posible hallar rastro alguno su testimonio, no como un reflejo de la tradídón, sino como una
de la existencia de este culto, más que en las genealogías de la obra histórica que oml'te sus fuentes. Cierto número de estos t.es­
creación en las que Sus nombres se conservaban en los nombres de tigos, por otra parte, pone el resultado de sus encuestas por escrito.
animales que se consideraba habían sido creados. La deforma~ Sucede en seguida que el testigo tiene como aprensión de testj·
cíón puede ser muy marcada si uno de los testigos es particular­ moniar. Siente cierto malestar cuando relata sus tradiciones de­
mente inteligente. Intenta entonces traducir los elementos incom­ lante de un desconocido, un extranjero, y resume su exposidón,
prendidos en nuevos elementos comprensibles, invenrando una omite ciertas partes de la misma o mezcla diferentes episodios,
tradición explicatíva paralela a la primera. El elemento arcaico todo ello de forma inconsciente.
es conservado, pero se debe desconfiar de la tradición explicativa Aquí, al igual que en los demás casos, la deformación produ,
que, la crítica de información lo muestra, es completamente inven­ cicla por ia personaUdad del testigo, SÓJO se realiza regularmente
tada, Es típico de ello el ejemplo ya citado de los biancos y los en los relatos libres. Si se hace sentir la aprensión en la narración
negros ::n, en el que el arcaísmo es conservado pero se explica como de relatos cuajados, la deformación se notará solamente por me·
f

ell"umor de la arena o el agua. Los elementos arcaicos e incom­ dio de pausas más frecuentes, de repeticiones o por ausencia de
prensibles serán siempre conservados en la tradición si tienen un la cohesión que posee la narración.
atractivo maravilloso, De esta farnla los kuba hablan tod~tvía del En el caso de] ú!timo testigo, es bastante fácil de evaluar su
portugués que nevaba los vestidos de hierro flexible (es deci7", cota credibilidad, haciéndole hacer varias comunicaciones y comparén·
malla), que solamente- estuvieron en uso durante la primera dolas entre sí. Las variantes indican no sólo el grado de duda 3cen:a
, del ,iglo XV! y después de esta época el detalle ha sido con· de su testimonio, sino que también esclarecen a veces la influen~
¡:'Servado en las tradiciones a causa de Su curiosidad, que atraía a eia de la propia personalidad del testigo sobre su fuenL
testigos. '
El testigo no esta interesado por las tradiciones que conoce.
deformación inconsciente debicla a la personalidad del último
Conclusión
sigue las características ya mencionadas. A esto se añaden

¡algunos efectos provenientes específicamente de la aculturación, Este capitulo ha demostrado que el testimonio es siempre un
espejismo. La influencia del significado. social del testimonio se

1Z3
en diferentes partes de la tradición, Para alcanzar unos obje­ Notas
determinados, el testigo puede falsear conscientemente uno u
punto de la tradición, Las funciones que ejercen la tradición L Los conceptOS de sodedad y de función desarrollados aqui, derivan
principalmente de A. R. R..wcr.IFf"l:l-BROWN., A Natural Sciencf. of Societ)'.
influirán igualmente en pu.ntos determinados, De esta forma, 2,M. HasKowrrs, Man and hu Works, p. 419; W. MUEJ-fLMANN, o. e_,
llega a conocer o a hallar indicios concretos de la existen· '1', 206-207, cita también otros casos. .
de objetos y de funciones definidas, es posible hallar también 3. E. MEYEROW1TZ.. o. e., p. 21-22.
del testimonIO que pueden haber sido deformadas, al 4. R. OUVER, The Traditwr'.aí Histories 01 Buganda, Bunyoro and An­
que el sentido en el que esta deformación se ha podido ejercer. kole, p, IIJ·m,
5. E. MEYEROWITZ. c. O., p. 21·22, y p. &4, nota 2: p. 106, nota 3 y p. 109,
efectos de los valores culturales se hallan en todo el testi# 6. J. A. BARNES, Hístor)' in a C.;,(lnging So..::iety, p. 6-9.
v no solamente en partes aisladas. Ciertas deformaciones
~suitañtes de la elección arbitraria de acontecimientos no pueden
,~ 7. B. Mi\LTNOWSJO, Argonaur.'i 01 the Western PtJcific.., p. 291 298. La can·
ción era una propiedad negociable,
w

estimadas, Otras pueden serlo por medio de un eStudio de los S. A KAGAME, La poésie dynastique all Ruanda, p. 158·159.
9, fbid" p, 157 y p, 22-24.
textos_ Se pueden deducir los conceptos culturales en vigor 10. D. WFSI'ERMANN, o. e., p. 17.

idealización que se ha podicl.o ejercer en el testimonio. Estos lLP. DE~OIF, o. c., 1, p. 27 Y ss.

culturales pueoen ser también deducidos, en lo que con­ 12. R. LowIE, Oral tradiüon and ilistory, p. 164-165_
al periodo actual, de otros textos no históricos, 13. R" ROME.RO MOLlNER, La hlsrona. en la.$ culturas n.egro~l1fri.canas, p. 44-47,

Las deformaciones debidas a la personalidad de los testigos, lo subraya.


14. Cfr, M. P. NrusoN, Primitive Htmereckoning, p, 1·3036, da eJemplos
. pueden ejercerse sobre todo el testimonio o sólo sobre ciertas de tiempo ecológico entre numerosos pueblos. Respecto al mismo concepto
se hallan por ]a comparación de las versiones del último se consultara E, E. EVANS-PRITCHARD, The Nuer, p. 96-104; p, BOHANNAK, Con­
o por la comparación de diferentes testimonios descendien­ cepts 01 Time among the Ti11 oi !Vigería, p. 251·254; 1. CUNNlSOt(, o. C., p. 29-31;
de un mismo prototestimonio, ya que este fenómeno está J, MIDDlETO~, Sorne Social Aspecls of Lugbara Myth, p. 194. Entre los lugba.
ra los hechos que no se repiten periódicamente no son reportados sobre
a la persona del testigo. La observación directa del último ninguna escala de tiempo.
permite también elaborar índices a este respecto. 15. J, DAEL.E.MAN, Da.g~en jaarverdeling bij de Bakongc; L. DENlS, La suppu­
d testimonio no es jamás una descripción de la realidad tation du temps et te calendrier che:;: les Bakongo.
sesgo, debemos intentar haHar siempre muchas fuentes de men­ 16. Cfr. M. P. NtLLSO~, o. C., p. 324-326, para 10 que conc;.:;rne u la semana
de mercado; E. E. EVANS-PRtTCHARD. o. e.. p. 104·108; P. BOBANNA};, O. C.,
o de error; debemos, no obstante, recelar de un hípercriticisrno p. 254-261; L CUNNJSON, o. c.¡ p. 31-35.
tendería a prioJ i a rechazar todos los testimonios, Este híper­ 17.A. W. SOUiHAlL, Alur Tradition and iís Hisror{cal Signif.ance, p. 148.
:::ismo podría muy bíen ser aplicado a otro documento indi­ Ht J. MUmLETON, o. c.¡ p, 194; B. Mi\LINOWSKl, O. c., p. 300-301.
las fuentes escritas, por ejemplo, Se funda en el postulado 19, D. WESTERMANK, o. c"' p. 17.
base, según el cual hay medio de hallar la <verdad, histórica 20. B. MAUNOWSK¡, o. C., p. 299<;03.
21. G. VAN BULCK, De invloed der WeS.·,:rsche kultuur op de gesproken.
la secuencia exacta de los acontecimientos del pasado; esto es woordkunsl der Ba.kongo, p. 29.

ácticamente imposible, sólo podemos acercamos a esta verdad. 22 Ctr" p, 116.

error que se debe evitar es buscar las deformaciones del testi· 23. El siguiente proverbio kuba demuestra la exis.tencia de un sentido
con un espíritu policial. Tóda deformación es en SI misma crítico: «Después de que las gentes que Si; habian imaginad<.-' algo hicleran pu­
blica su exageración, 51\ descendencia [es decir los testigos auriculares si­
j

fuente, bien para la historia. bien para la cultura contempo­ guientes] han exageraoo todavía más el relato». Este proverbio se apHea
y como t;¡ 1 debe ser tratada, especialmente a los rumores sensacionales.
-as el estudio sobre las rí':l~ciones del testimonio con las 24. B. MALINOWSKI, o. e., p. 13I.
~alidades que se considera debe representar. el próximo capítulo 25.J. M1DDLETúN, o. c., p. 191"195.
26. M. Et.lADE, Da.s Heilige und dc.s Profane, p. 4ü-67.
~tará dedicado al estudio de la importancia que puede tener un
27. R. FJUH, The Work 01 rhe Goás in TikolJtG..
~timomo para establecer un hecho histórico y de su valor relativo 28. J. VANSINA, De Handelmgen der voorouders, p. 282w2S3.
relación al hecho que se considera que representa.
29. Cfr. 1. CUNNISON, o. e" p. 5. Este autor señala que entre los pueblos
Este es el objeto de toda crítíca histórica,
de Luapula la historia oficial es jf1.:ualr.-:ente la hiStoria dmasnca. El mismo
¡
125
1

~,~-
es valedero para Jos kuha o en Ruanda. En las jefaturas kuba. por
parte, la historia oficial de cada jefatura es la del clan dirigente, al igual
la del país es la de la runastía real
30. A. VAN GENNEP, LA formation des legendes, p. 267~27L
31. Cfr., p. 57.

5
L;·, importancia del testimonio

El valor de un testimonio f'\ siempre relativo. Se establece


en relación a un acontecimiento o a una serie de acontc.cumentos
históricos. En relación a un acontecimiento su valor puede ser
muy débil. pero en relací6n a otro, bastante grande-. Un falseamiento
por ejemplo, no tiene valor con relación al hecho falseado, pero
es de gran importancia para quien estudia los falseamientos como
manifestacionés culturales de una época del pasado.
Para establecer la importancia de un testimonío se debe acla~
rar el vínculo que une el primer testimonio de una tradición con' el
hecho relatado por el testimonio. En el caso de un falseamiento,
el testímonio que falsifica habrá inventado un hecho y este hecho
no se halla realmente en el origen del testimonio. Pero la falsif"ca­
dón en sí misma que tiene su origen en el testimonio es tamb,6n
un hecho que tiene un vínculo con éste. Una investigación de la
información en que se basa el testimonio es, pues. la primera opera­
ción que debe hacerse con vistas a establecer su valor.
Seguidamente, puede ser vaktrada la ímportancia del testimo­
nio, comparándola con todos los testimonios que relatan el. laísmo
hecho . .La técnica comparativa eS la que permite al historiador
estimar globalmente el valor relatho de los testimonios. Por ello el
primer apar!:ado de este capítulo versará sobre el origen del testi­
monio y el segundo sobre su comparadón,

127

! - - - - - - - - _..- _ ..

origen< del testimonio canciones es buena, puesto que provenía de las esposas de las per·
sonas implicadas en el testimonio. Es posible también sacar conclu w

El crédito que se puede conceder a un testimonio depende no siones parecidas en io concerniente a otras tradiciones de la misma
del grado de deformación que ha sufrido en el curso de la o de otras culturas,
. '1, ni de las alteraciones del primer testimonio. que son La mayor parte de los hechos que son transmitidos en las trCt~
a la elección hecha por el primer testigo entre los aconte~ didones, sucedieron en publíco y concernian a un gran número o
o a la significación que les ha dado, sino también de las a la totalidad de los contemporáneos del primer testigo< Este es el
Sibilidades de información del primer testigo< .Está bien claro caso de Jos relatos de migraciones, de muerte de soberanos, de
ha ob~ervado jamás el acontcdmiento que relata, guerra, de la introducción de novedades que fueron integradas
no puede tener vaJor en relación a los supuestos completamente a la cultura y de otros acontecimientos análogos,
.. que expone. . que son conocidos por torios los miembros de la sociedad. Las trae
se puede buscar el origen de un testimonio, no sólo por diciones que relatan tales acontecimientos se basan en buenas infor·
del primer testigo, sino también por medio de todos los maciones si son transmitidos por grupos que están implicados en
;timonios de una cadena de tradiciones. En efecto, se considera ellos, Sil como· suce:de muy frecuentemente. el nombre del obser·
uno de estos testimonios rinde cuenta de un precedente y vador no es conocido, pero se puede demostrar que la tradición
falta asegurarse, en la medida de lo posible, si es realmente pertenece a un grupo que estuvo mezclado en los acontecimientos,
o bien si ha sido inventado completamente. Ello es por lo que se habrá demostrado que su información era buena. Y si una tra,
sideraremos este caso, después de haber consagrado una pnme­ dición es transmitida en el interior de uno de estos grupos, es
al primer testimonio, prácticamente seguro que el observador pertenece también a este
grupo<
Es posible, en cíertos casos precisos, indicar con ayuda de la
testimonio evidencia interna de la misma fuente, que la tradición no puede
haber reposado en una observación. Muchos mitos originales están
Es posible deducH el valor de la información del primer testi. en este caso. Entre los kuba, por ejemplo, se cuentan las disputas
de las circunstancias de la creación de su testimon}o. Se puede entre los dioses creadores Mboom y Ngaan, Pero, corno uno se
~mastrar en muchos casos que la observación podía conocer los integró en el cielo después de esta disputa y el otro se refugió en
tontecimientos que relata, porque estaba en contacTo estrecho con el agua, nadíe asistió al hecho y el relato no puede reposar sobre
. personas que estuvÍeron implicadas en los mismos. De esta una obsen1aci6n. La creación del primer hombre es un caso análogo.
cierto Mweemv Bulaam compuso una canción en ocasión MbcrMaloom. un modesto bushoong, respondió una vez, cuando
muerte de uno de los hijos del rey kuba Bbob aMabiinc ma­ le pídieron que contara la creación de'¡ demiurgo Woot: «Woot
v se la ofreció a guisa' de conso'Jación. La información del fue el primer hombre, No habían tesngos en el momento de su
concerniente a la muerte del hijo del reyes exacta. No t:tuede creación y éj no lo ha contado, ¿ cómo podríamos contarlo naso·
testimonio ocular, pero redactó su testimonio según la re. tras 7»
de testimonios oculares. ~
Sjn embargo, no se puede concluir tan r;"1pidamente a la impoM
el caso citado, las cir.:unstancÍ8s de la creación del test). sibilidad de la observación, Un ejemplo de ello es la tradición
fueron conservadas merced a U); segundo testimonio expli. bushoong respecto a la ext.erminación de nueve espíritus nadona·
Este caso es, sin embargo, raro, Generalmente, las drcuns. les kub. por el rey Mbo Pelyecng aNce< Se podría decir que los
que acompañaron las redacciones del testimonio sólo se espíritus no exist.en y que, por consiguiente, no se puede observar
indirectamente, Entre los bushoong las canciones panegírí~ su exterminaCÍón. Esto es inexacto. Los espíritus pueden ser y
de Jos reyes son compuestas por sus propias esposas, Jespués fueron probablemente en este caso exterminados por una acción
su muerte, Se puede creer que en el pasado fue también así y ritual, y ésta es la acción que fue observada. Debemos distinguir
por analogía que la información en que se basan estas cuidadosamente entre la observación y el signiñcadu que el primer

129

le concede, como ha' sido e:tpuesto precedentemente. El de ínformación bien establecidas. Sucede casi siempre en un mo­
citado lo demuestra tanto como el ejemplo siguiente. Se cuenta mento de crisis de la sociedad. Y son sobre todo las crisis de
cieno soberauo kuba murió· de remordimiento poro después la sodedad las transmitidas como acontecimientos históricos a la
entronización, porque había hecho asesinar a todos los hiíos de posteridad. A esto debemos añadir la técn:ca tradicio~a1 de cier­
materno. No se debe considerar aqui el lazo causal, el re­ tos paises como Ruand. o Burundi, de descorazonar al enemigo
como UIÍ hecho, sino sólo los acontecimientos de y entusiasmar a los fieles con el invento y la difusión de bulos
"muerte prematura del rey y los asesinatos. En todos los casos creados especialmente para este. fin. Se de,ducirá de esto que el
debe hacer distincjón entre los dos planos: los acontedmientos bulo puede ser, y probableme~te es, la base de gran número de
~smitídos y el significado o relación que el observado: les atri~ tradidones, cuya inforI7l2clÓn, inútil es decirlo. no tiene, pues,
establece entre ellos. Este significado es un acontecimiento ningun valor por lo que se refiere a los acontecimientos relatados,
iStonco, pero en un sentido difererite. Atestigua la forma en que La tradición sólo significa entonces para el historiador, que el bulo
primer testigo y quizá sus contemporáneos ,han interpr~tado la había originado y que era una reacción de los contemporáncos
acontecirnjentos y han reaccionado ante ellos. hacia los acontecimientos.
Podemos preguntarnos de cuántas fonnas puede originarse
tradicíón, Parece que sólo hay tres. O fue inventada completa­
por el prime.- testigo, o remonta a una obscrvación directa 2. Los testigos auriculares
éste o remon'..a) no a una ohtervación sino a un rumor. «notJcia»
el primer testigo ha entendido y tran~formado en testim.onio. Pars poder ap"eciar el valor de los testimonios ue:: los testigos
caso rund~ ilustra perfectamente este proceso. Una tradición de la cadena, se debe estar seguro de que éstos pueden habe,r teni·
Burundi orif:ntal cuenta que un tal Kilima, lival del ~y Mwce· do ocaSIón de comprender el testimonio del eslabón precedente
n, fue muerto por éste J' su cabeza expuesta en el kraal real. que pretenden rep!'"otlucir. Generalmente, es imposible conocer no·
bien, no hubo nada de eso. Mweezi murió en 1908 y Kilima min,,~mente qué testigos están inc1uidos en esta cadena, ni cuántos
de éL El examen de la tradición pennite ya comprobar escalones cuenta la tradición. Esto puede suceder, sin embargo,
existía lejos de los lugares donde se decía que los acontecünÍcn­ en los casos en quc la tradición es propiedad de familia y se trans­
se habían desarrollado, y que un estudio de la cortísima cadena mite según una genealogía conodda, como OCUITe con los poetas
debla ligarla a los hechos no pennítJa hllllarle un origen fuera dinasticos de Ruanda. En este caso se conocen los nombres de los
distrito en donde era contada. En estas condiciones es casi eslabones) se sabe cÓlno se han sucedido y que estaban en la rela­
que el relato reposa sobre un rumor. En un momento de ter· ción de hijos a padre y que los hijos habían tenid·'] realmente
Mweez.i se habría sobrepuesto a KíUma, anunciándose la ocasión de aprender la tra'iición.
de éste. El primer testigo oiría este falso rumor que esta· En los otros casos se e;;.ludiará el medio en el que la tradiciérn
ya qUlzás adornado con los románticos detalles del ¡'elato actual ha sido transmitida. Cuando la transmisión :,e efectúe en las insti­
lo habria incorporado a su conocimiento, o fue él mismo quien tuciones sociales encargadas de este oficio, sólo hay un poco de
la información que poseía por el falso rumor. Este origen duda posible. Los miembros de esta institución se conocen y los
una tradidón puede ser sospechado en muchos casos, en los más jóvenes tienen ocasión de aprender la tradicIón de los mayores.
se hallan indicios que prueban que la tradición remonta a Pero eo-(o s610 vale para las tradiciones que tratan del grupo, pueí'lo,
personales, fuentes privadas transmitidas po..- azar en llnaje o cantón) del que la institución que transmite forma parte.
familia o en una vecindad dada. Si la región donde se halla Lo que la tradición contará, por ejemplo, sobre otras tribus, sólo
relafo no es la misma donde se considera que se desarrollaron proviene generalmente de lo qu~ han oído decir y podría descansar
.acc:"itecimientos, es bastante probable que la información sobre sobre una mala información. Es típic9 por otra parte de estos
se basa, p.r:ovenga de un falso rumor o de una «nolida sen­ pueblos su escritura que estos gr1'pos sólo cuenten su propia
¡¡ClOnal».' No debemos olvidar que los fa1sos rumores nacen auto­ historia y se nieguen a relatar las tr adiciones de los grupos veci­
iáticamente en los momentos de tensión y en ausencia de fuentes nos, especialmente si los conocen; al menos si no eXlste ninguna

131

~--
entre la tradición forastera y su propio pasado. Esto es peso de cada tradición co. \ relación a los acontecimientos que debe
en los casos en que una tradición está protegida por un relatar.
de propiedad. Un ejemplo nos lo proporciona un consejo
ngongo de Matumba, de los kuba. Un orador fue reprendido
sus auditores porque contaba tradiciones que no pertenecían 2. La comparación de testimonios
grupo, sino que formaban parte de la tradición ugeende. Tuvo
interrumpir su relato y hablar solamente de asuntos ngongo. El objeto de la comparacJOn de los testimonios es intentar
se demostró que los datos ugeende que había suministr;;' do comprender mejor sus relaciones con los acontecimientos cuyas
exactos, pero los miembros del consejo habían juzgado que trazas han conservado. Es por ello que sólo se comparan los tes~
incorrecto relatar tradiciones provenientes de grupos foras~ .timonios que se refieren a los rasgos de uno o W1a misma serie de
acontecimientos.
lo concerniente a tradiciones que no están vinculadas a Esta comparación establecerá la autenticidad de los testimo·
;tituciones, debemos distinguir entre las que son conocidas por nios. Si el texto de diferentes documentos tiene un punto de seme­
y' las que no son un bien común. En el primer caso se janza, y esta semejanza es explicable por el préstamo de uno a
examinar todo el medio en el que son corrientes. Las can­ otro o por la derivación de las dos fuentes de una tercera más
neo k de los bushoong no están vinculadas a una institución, antigua que les es común, los testimonios son independientes. Suce·
se transmiten libremente 'en la capital en ocasión de danzas de lo mismo si un análisis de las cadenas de la tradición prueba
Se deduce del carácter mismo de esta~ candones que éstas han sido comunes en un momento del pasado.
se translniten a causa de su valor estético. Del cO!1tenido del Se puede reconstruir con ayuda de todos los Iestimonios inde·
resulta que fueron redactadas por miembros de la corte pendientes el texto Gue ha podido ser su fuente común su arque­
Estos vivían en la capital; existe, pues, una continuidad entre tipo. El análisis de las variantes del arquetipo permi~ _ apreciar
en el que las tradiciones nacieron y aquel en el que hoy mejor la calidad de la transmisión y el género de distorsiones que
transmitidas: de ello se puede concluir que la cadena de' ha podido sufrir.
no ha sido interrumpida. Las tradiciones que no están Si los testimonios son independientes, la comparación permi·
pCUJaaas a instituciones y que no son corrientes constituyen, gene· tirá alcanzar un grado de certitud elevado en cuanto a la valoración
, nte, recuerdos personales. En este caso es absolutamente neceo de la realidad de los hechos por las fuentes. Pueden concordar,
hallar Jos eslabones de la tradición y asegurarse de que cada estar en oposición sobre los diferentes hechos o ser complemen­
podía conocer bien la persona citada como eslabón prece­ tarios.
Como estas tradiciones son a menudo muy breves, se pueden La autenticidad de las fuentes puede establecerse por compa­
en numerosas ocasiones. ración textual o por comparación circunstancial. Las dos técnicas
deben ser utilizarlas a la vez, aunque cada una de ellas por sepa­
rado puede demostrar un lazo de unión o no. Pero el conjunto de
los indicios que pueden suministrar, constituye un haz de proba­
bilidad más convincente que los suministrados por una sola de las
cuidadosamente los indicios disponibles, el his· dos técnicas.
llega en numerosos casos a reconocer la calidad de la Los resultados de la comparación nos pp.rmi ¡en conocer final­
del primer testigo y la continuidad o discontinuidad ment.e el valor relativo de las fuentes y llegar a deducir un máximo
cadena transmisora. de datos históricos. Por esto, este artículo trata sucesivamente de
Cuando un testimonio ha sido comprendido, se han examinado la e );:;-.~ :-::'aci~J: textual, de la comparación circunstancial y final­
"r.c;h1es distorsiones y asegu;"ado del valor de su información, mente del resultado de la comparación.
proceder a la última etapa del método crítico; la compa.
de los testimonios, que permitirá calcular todavía mejor el

133
,1

entre la tradidón forastera y su propio pasado. Esto es peso de cada tradición oo. \ relación a los acontecimientos que debe
en los casOs en que una tradkión está protegida por un relatar,
de propiedad. Un ejemplo nos lo proporciona un consejo

ngongo de Marumba, de los kuba. Un orador fue reprendido

sus auditores porque contaba tradiciones que no pertenecíali


2. La comparación de testimonios
grupo. sino que formaban parte de la tradición ugeende. Tuvo
interI1h'Upir su relato Ji hablar solamente de asuntos ngongo. El objeto de la comparación de los testimonios es intentar
se demostró que los datos ugeende que había suministre do comprender mejor sus relaciones con los acontecimientos cuyas
exa~tos. pero los miembros del consejo habían juzgado que trazas han conservado. Es por ello que sólo Se comparan los tes­
incorrectO relatar tradiciones provenientes de grupos foras~ .timonios que se refieren a los rasgos de uno o una misma serie de
acontecimientos.
lo concerniente a tradiciones que no están vinculadas a Esta comparación establecerá la autenticidad de los testimo­
llitudones, debemos d·istinguir entre las que son conocidas por nios. Si el texto de diferentes documentos tiene un punto de seme­
y. las que no son un bien común, En el primer caso se janza, y esta semejanza es explicable por el préstamo de uno a
examinar todo el medio en el que son corrientes. Las can~ otro o por la derivación de las dos fuentes de una tercera más
ncok de los bushoong no están vinculadas a una ius ti tución, antigua que les es común, los testimonios son independientes. Suce~
se transmiten libremente en la capital en ocasión de danzas de )0 mismo si un análisis tie las cadenas de la tradición p¡'u"ba
Se deduce del carácter mislno de esta~ canciones que éstas han sido comunes en un momento del pasado.

transmiten a Causa de su valor estético. Del contenido del


Se puede reconstruir con ayuda de todos los testimonios. índe·
resulta que fueron redactadas por miembros de la corte pendientes el texto qUe ha podido ser Su fuente común su arque­
vivían en la capital; existe, pues, una continuidad entre tipo. El análisis de las variantes del arquetipo permi, apreciar
en el que las tradicíones nacieron y aquel en el que hoy mejor la calidad de la transmisión y el género de distorsiones que
transmitidas; de ello se puede concluir que la cadena de' ha podido sufrir.

no ha sido interrumpida. Las tradiciones que no están


Si los testimonios son independientes, la comparadón permi­
aculadas a instüucIones y que no son corrientes constituyen, gen(.."­ tirá alcanzar un grado de certitud elevado en cuanto a la valoración

recuerdos personales, En este caso es absolutamente nece- de la realidad de los hechos por las fuentes. Pueden concordar.

hallar los eslabones de la tradición y asegurarse de que cada estar en oposición sobre los diferentes hechos o ser complemen­

podía COnocer bien la persona citada como eslabón precew tarios.


Como estas tradIciones son a menudo muy breves, se pueden La autenticidad de las fuentes puede establecerse por compa·
en numerosas ocasiones. ración textual o por comparación circunstancial. Las dos técnicas
deben ser utilizadas a la vez, aunque cada una de ellas por sepa­
rado puede demostrar un lazo de unión o nO. Pero el con,iunto de
los indicios que pueden suministrar, constituye un haz de proba­
bilidad más convincente que los suminist.rados por una sola de las
Examinando cuidadosamente los indicios disponibles, el his­ dos técnicas.
llega en numerosos casos a reconocer la caHdad de la Los resultados de la comparación nos permi len conocer final­
ormación del primer testigo y la continuidad o discontinuidad mente el valor relativo de 1as fuentes y l1egar a deducir un máximo
-a cadena transmisora. de ;lat.os históricos. Por esto, est.e artículo trata sucesivamente de
Cuando un testimonio ha sido comprendido, se han exam:nado la C:J;';-,~ ·::::'aci'ST: textual, de 1a comparación circunstancial y final~
distorsiones y asegt!r"ado del valor de su información, mcn1e del resultado de la comparación.

proceder a la última etapa del método crítico: la compa­

de los testimonios, que permitirá calcular todavía mejor el

133
l; - La comparación textual a) Makum aLabaam amíin mel aNdoong.
b) Makum aLabaam amm;n mel aNdoong.
al El texto cuajado. e) Makum aLabM.m amiin mel aN doong. Mbul aNdoong yashyM.m
bwiiky,
La comparación textual de testimonios se efectuará de dife· d) Makum aLabaam amiln mel aNdoong. ¡bul yashYM.m bwiiky.
rente fOIllla si se trata de textos cuajados o de testimonios libres, el Makum aLabaam amiin mel aNdoong. lbu! inYM.mk imitet1.
:, En el caso de un testimonio cuajado, las palabras forman también
parte de la tradición, se puede comparar palabra por palabra, y La divisa de la lluvia es·'
se sigue las mismas reglas establecidas para la comparación de
textos eseri tos, Una semeJanza puede ser juzgada accidental o no, f) Yooncdy inyaacdy mateem ikaangl byeenc yaan a dik maan.
según el grado de correspondencia hallado. Estas corresponden' Makum aLabaam amiin mel aNdoong. Kweemy acik mimbyeem
cias pueden afectar al texto entero y entonces deqemos habérnos· bwil abwi1.
las con una dependencia entera de los dos textos o solamente puede
ejercerse sobre partes de texto. En este último caso deberemos La divisa de los bíeeng es:
habérnoslas con interpolaciones; tanto puede ser qtiC uno de los
textos las haya tomado del otro, como ·arnbos de uno tercero. g) Yoonedy anaacdy matee m ikllO.ngl bakidy adik di maan ...
No bast<;l.rá con establecer un parentesco entre los textos de Nshan¡.wook ntyeem, mwaady aNdoong¡ ilooncJl yaady Pwa~
esta forma, será necesario aún intentar saber cuál de los dos aloom,.
deriva del otro o demostrar que ambos derivan de un antecedente
común. Los casos posibles se pueden representar por medío de De A a F todos los testimonios tienen en común: Makum.
los siguientes esquemas, aLabaam amiin mel aNdoong - «Makum de Laabam nombres de
Ndoong>.
al A el A y B son manifiestamente dependientes por completo y visto
, A X
C-F deseie.nden de un mIsmo antepasado.
I '\ / e y E tienen una estructura común: la primera parte se co­
B B
rresponde con A y B; la segunda difiere pero en la misma existen
b) X d) Y X z igualmente semejanzas, e y D tienen: buI... yashyaam bwiik)';
D y E: ¡bul.. en común. Es probable que e y D tengan un ante·
/'" n ¡/~I pasado común que esté menos alejado que el que es común de A y B
A A B <
(y en·realidad también de A y F), Y que E haya sufrido una inter·
Los dos pnmeros son casos de dependencia total. A y B' son los polación de una fuente desconocida. Esta interpolación compren~
testirrlOnios comparados. En el primer caso, B deriva de A; en el dería toda 1a segunda parte de la divisa. Peoro E ha rnterpolado
segundo derivan los dos de una fuent!;' común X. Los dos casos en torno a D y ha provocado 1a introducción de ibul en lugar de
siguientes son de interpolación. B ha sido interpolada por una con~ Mbul aNdoong. A-E, F Y G suministran por su comparación bellos
< tinuación de A (e), o A y B han continuado parcialmente una ejemplos de interpoiaci6n: F interpola al misTIJO tiempo a A-E y G.
fuente X diferente de las otras fuentes Y y Z. Comparando F y G se sabe que G se acerca mas al original que F.
Algunos ejemplos de las dificultades que aqui se pueden hallar Y que G, antepasado directo de G', ·es la fuente de F, antepasado
los damos a continuación. de F'. Pues Yooncdy es el antepasado de los bieeng como lo con~
firman las genealogías. Una curiosidad es sin embargo que F:
Diferentes secciones de! clan ndoong de los kuba tienen las YooncdY ... óyeenc yaaft adik di maan-«Yooncdy, su litera está
divisas siguientes' más alta que la tierra», está más cerca del antepasado de G, que G':
Yooncdy ... bakidy adik di maan - ({ Yooncdy. sus amigos están

t:l4 135
:altos que la tierra•. En efecto, la divisa entera <le los bieeng Stemma codicum de diferentes dlvi S8$ kuba
las ínsign.ias de los grandes jefes de Yooncdy; Ja estera
la litera que es una soja. G ha corrompido a G'. X (Kweemy) Z (Beeng) y
(Ndoong)
COSa en COJ'llitn que tienen todas estas divisas es el I I I

ndoong, nombre de un clan y de pueblos fundados por este

F'~
_., .--- G, Ndoong indica el pueblo y en A-E el clan. F, que deriva
roblablemente de un antepasado por completo, tiene la divisa \"'"
\
\
---k
• d
él incluso como aparece en A·E. Un reelente antepasado de F
titubeado sobre el nombre del pueblo ndoong en G y le habrá
Isoc#tdo la divisa del clan ndoong, lo cual no es raro. A menudo /
entre los kuba, que el clan que da nombre a un pueblo, le
su divisa. También sucede, frecuentemente, que
se menciona un pueblo en una divisa, se añade la divisa
~rt¡"ular del pueblo. Se podría, pues, postular que F' habría
algo como· el actual G hasta Ndoong, y después la divisa. A B e D E
consiguiente sería: lúhamwook l1tyeem, rnwaad)' aNdoong,
aLabaam amiín mel aNdoong, iloone)' yaadjl Pwaaloom,
la tradición entre F' v G habría perdido las partes Las cifras representan:
it;'rmedias. ~ 1 Una rama conserva Makum aLabeam amUn mel aNdoong. la otra añade algo.
2. Una rama añade: Mbuí aNdoong yashyaam bw¡iki. la ova Ibul. ¡nyo8mk
Una última curiosidad que debemos notar, es que al final de F,
:my.", es en parte la djvisa de] clan kweerny y por epnsiguíente lmitetL
3. Un antepasado de O recupera Ibul del antepasado de E.
¡nterpolación. F se compone de tres partes: 1.1., inte.rpolación 4, Una rama conserva byeency yaen &dik di maan, la otra toma badlky adik
(/; 2.', interpolación del antepasado de A-E, )' 3', interpo. di mBan.
de la divisa del clan kwecrny. Las relaciones entre los con~ 5. Un antepasado de F recupera la divisa de Ndoong.
6. Un antepasado de F recupera la di\lisa de Kweemy.
son: 1.0, divisa bjeeng; 2...., divisa de un clan que posee
pueblo famoso entre los bieeng y que está representado, l'
dIvisa de un clan que es originario de los bieeng. Toda la divi~
F está atribuida a la lluvia. a causa del 3.1' que significa {~el ga­
(homónimo del nombre del clan kweemy) .10 extiende todo tradición. De esta forma una divisa kuba se halla entre los luluar no
lrededor de la oscuridad" (de las nubes de lluvia). El análisis de F entre los bushoong, pero sí entre los luba-kasai. El sentido de la
que esta divisa nació más que probablemente entre los misma es: «No se quema su casa, pero quema ]a de los demás)!..
Entre los kuba la divisa se aplica al rey, entre los lulua al nombre
puede intentar reconstruir gráficamente un stemma. ca­ Losho aNtande '. La versión kuba derlva de la versión lulua, que
es¡ en efecto, etio1ógíca, Explica el nombre, mientras que la versión
J~l ejemplo muestra que muy a menudo el stemma codicum bushoong no tiene un objeto preciso y 5610 es utilizada proverbial­
más complicado aquí que en las fuentes' escritas, aunque en este mente para designar el poder reaL,
haya sido simpli5cado. Muestra también que hay medio de re. Aunque en nuestros ejemplos ha sido posible demostrar cuál
rUlr diferentes arquetipos que deben colocarse en diferentes había sido la relación de dependencia entre los diferentes testigos,
del pasado. El stemma da profundidad a la tradición. no sucede siempre de la misma forma. Por ejemplo, un proverbio
los casos citados a continuación, las relaciones de a.ltenti­ rundi se presenta bajo dos formas:
han podjdo ser rememoradas. A veces hará falta gran inge.
para tener éxito y Se deberá tener en cuenta el género de la
137

---~
-----------~.
.Viva Ntare y Ruhinda,
«. Viva Ntare y Ruhagalt

comparación de las variantes no indica cuál es la versión


Sólo por medio de un examen conciso de otras fuentes,
los nombres de Ruhinda y 'Ruhaga, se puede suponer que
es Gira Nlare naRuhinda.
!Trama

comparación textual de fuentes libres es más complicada que


'lrtos cuajados, ya que en ellos las palabras no forman parte
I1, :+
!tradición, De todas formas puedl'D compararse los elemen,tos I ...
!íertenecen a la tradición:' la trama, el tema, los episodios y
:lo

puede ser idéntica. parcialmente idéntica o diferente. 1;2

lidéntica o parcialmente idéntica el tema también lo es. Si es


mte el tema puede ser idéntico o no. Si la trama es idéntica
~jsodios pueden serlo también, pero pueden ser también par,
diferentes, En este caso el marco puede ser idéntico, y
o totalmente diferente, Cuando la trama es totalmente dife,
r
ciertos episodios o una parte del marco pueden, sin embar­
idénticos. Todos estos casos son representados en el cuadro
Nos hemos vÍsto obligados a inventar un nombre técnÍ­
I
Leyenda: + Idéntico, ± en parte diferente. - diferente, 1>2 la primera trama
cada caso, que es un adjetivo del nombre. «textos)}. comprende la segunda peto la rebasa.
comparación de textos Ubres permite sacar ciertas conclu~
respecto al parentesco posible de ros testimonios. Estas
se basan en la Posibilidad de hallar trazos comunes
los diferentes testimonios auténticos.
pendientes. Casi todos los acontecimientos se han desarrollado
textos idénticos están casi necesariamente emparentados.
exactoamente en el mismo marco, 'con los mismos personajes,
en ellos muchas conCOrdancias por efecto del azar, No Los textos divergentes pueden estar emparentados o ser inde.
imaginarnos que dos testimonios relaten el mismo acon~ pendientes. Los acontecimientos parcialmente diferentes se desa.
de la misma forma, salvo si los acontecimientos obser­ rrollan en un marco parcial o totalmente diferente. Cuantas rnás
son de corta duración y aun así es dudoso. Pues este caso divergencias se hallan entre las tradiciones, más probabilidades
casi nunca en los textos libres. hay de que sean independientes. Pero la experiencia prueba Con
y la experiencia diaria nos enseñan que cada casos concretos que Jos textos divergentes son generalmente inde~
su forma de Ver y de relatar los bechos y que pendientes,
!:oncordancía casi perfecta sólo puede ser debida a un préstamo, Los textos híbridos revelan· testimonios híbridos. Una parte de
textos paralelos están probablemente emparentados por los testimonios auriculares de los que se han originado es común v
razones, Sería un azar que los hechos se hubieran otra es diferente, Si A Y B son híbridos, significa que tienen uñ
bullado de la l1lÍsma forma en dos marcos distintos, antepasado común X, pero al mismo tiempo antepasados dife.
textos varios no ofrecen muchas posibilidades de ser inde. rentes Z e y, E! caso se puede comparar a una interpolación.

139
Es imposible en el marco de esta obra dar ejemplos circunstan­
Y, /x, ~z
ciados de cada uno de los casos posibles. Nos limitaremos, pues, a
'A/ ~B~ dar un esquema (págs. 142-143) que muestre las relaciones existen­
tes entre diferentes fuentes bushoong, que no son totalmente inde w

Los testimonios fusionado$ ~on un caso extremo de los textos pendientes. Ejemplos de casos más detallados serán posteriormente
idos. Uno de los testimonios desdende del mismo antepasado
publicados.
el otro, pero éste desciende además de otros antepasados extra~

,
Los testimonios bushoong, que fueron anotados en la capital,
al primero. se refieren en su mayor parte a tres grandes cadenas de tradiciones:
la del clan real, la de una rama de este clan, de la que los miem­
y~ A~x'" B bros están excluidos de la sucesión a la realeza y finalmente, la
que se conserva en el interior de un consejo tribal, el ishyaaml,
Las tres cadenas han estado siempre. sin embargo, tan estrechamen­
Los lextos semejantes son siempre independientes pero ha ;:
te en contacto, que se las podría considerar como una sola. Las
una difusión del tema y quizá de todo o una parte del 1­ consecuencias de esta situación son, por una parte que nume­
'~
de un texto a otro. rosos testimonios aparentemente privados se relacionan qe hecho
Los textos anómalos son también independientes pero en ellos con las tradiciones oficiales y, por otra, que fue suministrada la
difusión está limitada a episodios O 'a elementos del marco, prueba de que todas las personas que viven en un mismo lugar o
o.eralmente los wandcrsagen pertenecen a este tipo. todos los testimonios cu)'as cadenas pueden ser conducidas a un
textos toraster{Js, finalmente, son completamente indepen­ mismo lugar, han tenjdo relaciones entre sí. Esto no es solamente
propio de los kuba. Rowe advierte que todas las tradiciones incas
resumido de la siguiente forma: que poseernos, se relacionan con la corte de Cuzco y son interde­
pendientes~. Esto no debe asombrarnos puesto que es conoddo
CUADRO 11 que las tradiciones de la Literatura oral no histórica se distribuyen
fácilmente y su difusión, a veces, puede ser seguida a través de
Gr~do de independencia de diferentes testimonios libres continentes enteros 3. El caso de los wandersagen es un ejemplo
asombroso de ello.
En el caso de fuentes libres dependientes) es todavía más di~
sin modificacjón idénticos fíeil seguir el camino de la dependencia que en el de fuentes cuaja­
Textos emj)arentados
con modificación
¡
----
paralelos
varios
divergentes
das. Generalmente, el análisis textual no Jo permitirá o dará sola­
mente indicaciones poco seguras, mientras que la prueba c'!rcuns~
tancial permitirá más a lnenudo sacar conclusiones en esta materia.

2. - La comparación circunstancial
híbridos
Texto.!'i parcialmente emparentados La comparación de las circunstancias en las que los testimo­
.. _-_.
fusionados
nios han sido redactados o transmitidos, permiten hallar a menu­
do conexiones que conducen al historiador a postular una depen­
{ semejantes dencia entre ellos, Para demostrar este hecho podemos basarnos
con difusión anórnaJos en indicios que tengan relación con los testigos, con los medios de
__contaminadOs transmisión O con el tipo de testimonio.
Textos no emparentados
sin difusIón forasteros

141

...L

llestimonios bushoo"g en relación! con la cadena de transmisión real


ESQUEMA I

Reyes prebdentes Consejo Shoong {e~


1
I I~-
Mbop Mabiinc maMbul
l..------t-----¡. ' (5)
x (41 x (4)
Wolff 13 Miko
I

Mbop
f------..-4-----l1 x (5) _Mbop Albert
MíkQ
. I
Kot aPe
t
r i i

Shaam leShaam Mbop MabÜnc maMbek


i 't
Torday Kot Mabiinc ¡ maKyeen ~1
~I---- i . ,

BS 5 Ming aMbeengl loseph 'l BS 19


(6) . • •
(l.( ! Pierrot
Mbop Mabiinc maMbek Consejo -Shoong
actual (ES 461
ES lO ! \! ES 31 ES 32 BS 59 ES 12",
BS 6 Verleysen Van Deuren (BS 2) ES 7 SS 1 I BS '
(2)
!
Mbop aMaciingy (l)
\'-/ 11 • 4,
SS 16/ 'ES ÍS JIlS 34 SS 44 /
BS 110 KwaaKoong BL
I SS 4
BS 24
I
SS 27 Ming aShaang Víctor Kwet Albert] BS 35 BS 2!l ES 14 ES 15 ES 48 ES 3.1
ES 21 BS 26
1 -1.
'----1..._--1..._ _- ' -_ _--1.. I ! I

Leyenda: nombre y cifras: fuentes (4) abuelos de SS 1


conexión entre fuentes {5] reinas
- _ . - - _ . cadena. de descendencia (6) tradiciones del clan Kweemy
(1) miembro del clan real
(2) fuente ngyeen (no bushoong) Nota: Seis fuentes anotades en la capital no pudieron ser enlazadas dlrec~
(3) es fl única. tuente extrafía a la capital tamente a otras. Estan probablemente emparentadas.
testigo. cho más profundas que en la otra hipótesis. El jefe de Tak)iman,
un estado de la Unión ashant;, declarÓ en un primer testimonio que
Diferentes testimonios pueden ser comunicados por el mismo el clan del jefe era autóctono en el estado. Más tarde rindió otro
y ellos están ciertamente emparentados. Debemos cuidado-­ testimonio. del que se deriva que el clan había inmigrado al país,
e distinguir este becho del de variantes de un solo y mismo La primera declaración iba destinada a todos los que DO eran miem~
~onio depositado por un mismo testigo. En efecto, las varian­ bros del clan, la segunda sólo a los miembros del mismo '. Queda
, un mismo testimonio provienen únicamente de la persona~ bien claro que las circunstancias indican que el segundo testimo­
último testigo de una cadena en )a que se basa cada cornu. nio no es más que una falsificación del primero. En t.odos los casos
El testigo vacila, olvida, embellece t resume, etc.• y no es análogos será de la misma forma.
hallar, comparando el texto, cuál ha sido el testimonio Se puede llegar a demostrar que la cadena de transmisión de
traduce en sus diferentes comunicaciones. En el dos testímonios remonta a un mismo testigo en un cierto mo­
contrario, el testigo Se basa la primera vez en una cadena, de mento del pasado. Esto sucede a menudo cuando la tradición está
:a,nsrnísión que él relata, La segunda vez se refiere 3. otra cadena en posesión de una familia o de un linaje bien determinado, Se
e transmisión, o a la primera con un~ segunda adicionada. Este podrá, entonces, en numerosos casos, reconstruir los arquetipos
:nómeno se produce muy a menudo cuando el testigo cuenta algo y atribuirlos a uno de los antepasados, testigo común de un grupo
. se refiere a hechos de los que existen diferentes tradiciones de testimonios actuales. Este es evidentem,ente el caso de nume­
Según su óptica pe.rsonal, elige una u otra de las tra. rosos testimonios concernientes a poemas dinásticos de Ruanda.
que conoce, De esta forma, el hermano del jefe de En análogas circunstancias, se demuestra, no sólo el emparenta~
un pueblo cwa situado entre los kuba, declaró en primer lugar miento de las fuentes, sino también su dependencia exacta en
los cwa eran los autóctonos, Cuando el jefe del pueblo fue relaci6n a un antepasado común, Este análisis se hará paralela·
,formado. manifestó su descontento. La tradición oñeial busboong mente al de los textos y ambos deberán desembocar independien·
que los cwa fueron «aportados> del oeste por los kuba temente en las mismas conclusiones.
fueron siempre sus subordinados. El jefe del pueblo, te­
disgustos Con las autoridades bushoong, envió a su her. b) El medio de transmisión.
que hiciese una nueva declaración que estuviese en Concor~
con la tradición bushoong. lo cual sucedió así. Es bien Se ha dicho ya que la difusión de textos orales es muy frecuen·
pues, que la segunda declaración constituye un testimonio te y puede llegar muy lejos. Esto es lo que explica, para los textos
Uferente, aunque fuera presentado por el mismo testigo. De todas libres especialmente, por que existen tantas formas diferentes de
subrayarse la conexión entre ambos testimonios, cone­ influencias. La frecuencia de esta difusión es tal que es posible
resultante de'la identidad en el jefe del narrador. El caso de sospechar aparentemente 10'3 testimonios de los que se puede pro­
segundo testimonio más inclusivo que el primero se presenta bar la proveniencia de un mismo medio. Inversamente, se puede
~astante a menudo. El testigo ha adquirido conocimientos nuevos
profundizar en el análisis textual, demostrando circunstancial­
el lapso que separa los dos testimonios, Así un informador bus~
mente que dos testimonios no han sido transmitidos en el mismo
sólo citó tres nombres de reyes para el período 1885.1954,
medio y que no ha existido ningún contacto entre los testigos de
enumeró muchos más. Ht\bía enriquecido sus conoci~
las dos cadenas de transmisión. Para lograr esto hace falta probar
a su tío. De este hecho se deduce que el segundo
la ausencia de contactos económicos, sodaies, políticos y religio­
testimonio reposaba, en parte, sobre tradiciones nuevas. Está claro,
sos. Las pruebas son extremadamente difíciles de conseguir, Es
.demás, que el segundo es parcialmente dependiente del primero,
raro que no haya habido ningún comercio o trueque entre 105 dos
e : a ser más exacto. medios, ni matrírnonios en las fronteras de los grupos, si éstos son
Sucede igualmente que las tradiciones con tradictorias son vecinos, Relaciones religiosas existen más a menudo de lo que se
smitidas no accidentalmente por un mismo testigo, sino por cree generalmente. Se efectúan por la difusión de ritos. mitos,
misma cadena y que las relaciones entre ellas son, pues, muo por el proselitismo o por las peregrinaciones. En la práctica, el

145
medio para suministrar un argumento válido que subraye de origen forastero. Pero ningún miembro del linaje real que fuera
ausencia de contacto entre los medíos cuestionados, es demos­ del grupo esotérico 'podía divulgar este secreto so pena de muerte,
tienen elementos comunes en su literatura oral. Este y la segunda versión había sido inventada sólo para salvar el
.'argumento será tanto más 6tH cuando se sabe justamente que la secreto de la primera 5, Cuando se comparan dos tradiciones eso­
oral es la que se propaga más fácilmente por difusión téricas de dos ,grupos diferentes se podrá estar absolutamente se­
tradiciones históricas forman parte de la literatura oral. guro de la independencia de la una en relación a la otra, pero en
argumento que se puede emplear al tratar de esta conexión, los otros casos sólo se podrá concluir que. o la versión exotéric.a es
con mucha circunspección, es el de la existencia de barreras auténtica y ha influido a la versión esotérica, o que la versión
difusión, De esta forma los habitantes de la isla de Pascua exotérica sólo es una falsificación de la otra. El género de los testi·
aislados de los demás polinesios y algunos grupos de esqui. monios permite a veces dar índices de parentesco. Así, si una divisa
del norte de Groenlandía están, igualmente aislados, bushoong se halla entre los lulua, hay muchas probabilidades de
Si el análisis de los textos no permite descubrir elementos co­ que ambas estén emparentadas, aunque no estén compuestas 'por
munes en las tradiciones se puede estar seguro de su independen· las mismas palabras, puesto que están redactadas en lenguas ex~
cia y la prueba circunstancial sólo víene a apoyar la obtenir;ia por tranjeras. Pero se puede saber por experiencia que las divisas, en
textos. Pero el argumento circunstancial es mucho más ú ti! en los general, son fácilmente interpoladas y casi tan fácilmente recogi·
casos en los que el análisis textual muestra relaciones entre dos das, Pues nada, aunque se trate de una similitud de divisas, hará
tradiciones, sin llegar a determinar claramente su independencia, suponer un emparentamiento entre las fuentes. El género de los
al menos parcialmente, o su dependencia. En este caso, es útíl testimonios permite bastante a menudo hacerse una idea de cómo
. reunir toda evidencia posible tendente a demostrar, o que las cade­ una difusión, una traslación parcial o una dependencia ha podido
nas de tradidón se remontan a un mismo medio y las fuentes son, establecerse de un testimonio al otro. En el ejemplo de divisas
pues, probablemente dependientes, o que no se remontan a un bushoong citado cuando la discusión de la comparación textual de
mismo medio, que ha podido existir una difusión de un medio a fuentes cuajadas, se ha podido ver que una traslación habia sido
otro, pero que habrá habido poca probabilidad de que una tradiciÓn :i efectuada partiendo del nombre Ndoong, clan, al nombre Ndoong,
haya sido transplantada directamente a otro medio. Los indicios pueblo, y hemos dicho que esto no estaha claro, Se halla algo
para esta última investigación son mucho más fáciles de conseguir. análogo en Ruanda donde en los relatos históricos es frecuente
constatar que un nombre personal sea seguidt~ de su divisa gue~
c) El tipo de los testimonios. rreja. Las mismas divisas guerreras pueden aparecer en los relatos
completamente independientes, con un único punto común: que
Del tipo de los testimonios es, a veces, posible deducir los índi­ dos de los personajes que aparecen lleven el mismo nombre o
ces que permiten establecer su independencia :r.elativa. De esta que un mismo personaje aparezca en los dos relatos.
forma las traruclOnes esotéricas que no pueden ser contadas a La autenticidad de una fuente con relación a otra. puede tam~
:1)S no iniciados en el grupo, no podrán influir los testimonios bién ser establecida notando su o sus funciones. Entre los pueblos
t sotéricos, pero pueden ser influidas por ellos. Si existe, pues, luapula existen dos tipos de historia que a menudo se parecen: la
una relación de parentesco cntre las dos tradidones, la auténtica historia universal, que es aplicable a toda la sociedad y construida
es la esotérica, DC'bemos, sin embargo. prever aq11Í el ya mencio­ a partir de los grupos sociales, y las historias de clanes o linaj~s.
nado caso en el (¡ue ·los miembros del grupo esutérico hubieran Si se comprueba un parecido entre una historia de linaje y un pa­
construido una versión falsificada de su tradición para transmi­ saje de la historia universal, se puede estar seguro de que la tr;¡·
tirla fuera de la asociación, Este es el caso citado de Takyiman, y dición auténtica es la del linaje f>. La función etiológica de la divisa
parece que es también el de cíertas tradiciones de ubwiiru de Ruan­ Losho laNtonda lulua prueba su autenticidad en relación a la divi·
da. Otro caso típico es el de la dinastía reinante en Ashanti. La ver­ sa bushoong correspondiente que no tiene una función tan natu­
sión oficial rnantenía que esta dinastía era autóctona y había apan.'­ r!?l con la sociedad.
cido en una cueva, mientras que la versión esotérica decía que era Notemos finalmente el caso en el que la totalidad o una gran

146 147
de las tradiciones orales de un pueblo son las que demues· reconstrucción de un testimonio semejante. Entre ellos y un testi~

I
la autenticidad de una de las dos fuentes opuestas. Este es monja semejante hay la misma diferencia que existe entre un hecho
del proverbio rundi: Gira Ntare naRuhinda. y Gira Ntare dado y una hipótesis. Pero esta hipótesis, fundada en una lógica
l"Ruhaga. En diferentes relatos de la llegada del primer rey a Bu· que debe ser'ímplacab)e, puede acercarnos mucho al desconocido
se halla ora Ruhaga ora Ruhinda como protagonista. Y esta hecho dado. Se la puede, pues, utilizar, no sólo como presentación
la única diferencia que existe entre ambos relatos. Pero en los resumida y sintética de las diferentes tradiciones emparentadas,
relatos, excluyendo un episodio más tardío, de la historia sino también como base de comparación de todos estos testimo­
. un Ntare tiene siempre como oponente un Ruhaga. Algunas nios. Construir el arquetipo con los testimonios significa volver
confunden también entre Ruhaga y Ruhínda. Pero rela· a comparar las variantes de estoS testimonios e intentar compren~
extranjeros, manda y ha, permiten establecer casi con certitud der cómo y en qué orden se produjeron. Comparar el arquetipo
es Ruhaga el héroe de estos últimos relatos. Se puede con· con los testimonios es mostrar cuáles han podido ser y cuáles han
que Ruhinda fue el héroe del primero. En efecto, ¿cómq puede probablemente sido ras deformaciones de la tradición en un lapso
la confusión tanto en el relato como en el proverbio? El pro­ de tjempo a veces conocido y a menudo desconocido. Esta compa·
en cjerto momento del pasado sólo se aplicaba a uno ración permitirá también completar los datos que se poseían res­
jos dos reyes y se referia a un<; sítuación determinada: aquella pecto a la calidad de la transmisión de la tradición y lo~ que se
la que cada uno de los reyes. de los paises vecinos buscaba habían recogido referentes a las deformaciones posibles de la
'Conquistar el pais del otro y que se debía elegir entre la sumisión tradición misma. De hecho, la comparación de testimonios resulta
o a otro. Realmente la traducción ii! Viva Ntare y Ruhínda o de un control general de las operaciones criticas hasta aquí efec­
~Ruhaga» y la siguiente, «El país no da la bienvenida a dos reyes», tuadas y las completa.
~sostienen esta jnterpretación. Pues los relatos nos enseñan que Hasta ahora hemos tácitamente aceptado que la comparación
situacion se presenta dos veces en la historia de Burundi. Qué efectuada entre fuentes orales se limitaba a las tradiciones del
natural que las personas que vivian la segunda shuación J)e mismo tipo y del mismo género literario y que un parentesco dj~
¡.:acordaran de la primera, precisamente a causa del proverbio, y la recto era, pues, posible. Pero las .comparaciones pueden hacerse
:.retocaran para que sirviera a la situación, contemporánea. En este también entre fuentes de tipo y géneros diferentes, en los cuales
caso, la versión auténtica comporta Ruhinda. ya que se ha probado las únicas posibilidades de parentesco son la difusión y la creación
que la segunda si tuac.ión tenia como héroe a Ruhaga, La confusión de dos tradiciones por un mismo observador o un mlsmo testi­
ulterior en los relatos y en los proverbios se explica simplemente go de una cadena. Es decir, que las posibilidades de parentesco son
,~: por [a similitud de las situaciones, debida a la mala transmisión muy numerosas. Si las comparaciones se extienden entre fuentes
de los 'Telatos y por la creación espontánea del proverbio compor­ orales y otras fuentes de la historia, aumentan las probabilidades
tando el nombre de Ruhaga junto al que designa a Ruhinda. Este de una independencia total de las fuentes. Y por este hecho, el
ejemplo, minuciosamente detallado adrede, muestra que diferen~ valor de la comparación aumenta igualmente.
tes indicios combinados simultáneamente pueden demostrar la El objeto final de toda comparación es comprobar, bien una
autenticidad de un testimonio con relación a otro. concordancia entre los acontecimientos relatados por las fuentes
independientes, bien una discordancia entre estas mismas fuen­
tes. En el caso de una concordancja entre documentos indenen­
3. - Los resultados de la comparación. dientes. las probabilidades de que el acontecimiento relatado haya
realmente sucedido aumentan enormemente y se convierten casi en
La comparación es de una verdadera utilidad y nos ayuda mu­ certeza, especialmente si las fuentes son del tipo más diferente
cho a conocer los documentos históricos y lo que representan. En posible. En caso de discordancia, el examen critico de cada fuente,
primer lugar, permite redactar los arquetipos que representan un es decir, la revisión de todo su examen crítico, permitirá descu·
estado anterior de la tradición, que no son desde luego los testi· brir mejor Jos sesgos que en cada una de eI1as han ocasio­
auriculares de uno de los testigos de la cadena, sino la nado las distorsiones de Jos hechos. No desembocaran necesaria-

149

l..

ni muy a menudo en establecer que una es más «verdadera» 4, Conclusión


otra, Por ejemplo. las discordancias de hechos en las genealo­
muestran. generalmente. que las 'dos están torcidas favorab¡e­ Con este capítulo hemos llegado al final de la descripción de!
para el grupo que las transmite·'!. Pero cuando las fuentes método histórico, tal como se puede aplícar a las fuentes orales.
radas pertenecen a géneros diferentes de tradición oral o <e Después de tratar del sentido y de las deformaciones del testimo­
una tradicíón a otra fuente histórica, sucede frecuente­ nio individual en los dos capítulos precedentes. éste se ha centrado
que el análisis histórico permitirá elegir una de las dos ver. en torno a1 análisis del peso que un testimonio puede tener en
presentadas, corno la que se acerca más a la verdad. La otra relación al acontecimiento que describe. Comprende el análisis de
pues. falsificada o deformada y se deberá tener en cuenta la información de base y el de la técnica de comparación de los
hecho y explicar el porqué de la deformación. El >ercer resul. testimonios, que permite controlar y completar los datos obtenidos
de una comparación puede ser que los datos de las fuentes anteriormente. Cuando es posible una comparación, ésta es el
completen a menudo y permitan tener de esta forma una idea • medio que ayuda a comprobar con las mayores probabilidades,
no sólo de los acontecimientos. sino también de su pers­ cómo la tradición refleja los acontecimientos que transmite, Este
histórica. Caso que con frecuencia ocurre cuando se coro­ tema es una sorprendente ilustración del axio!ua' según el cual en
escritos d~J siglo XIX coil tradiciones orales. Las fuentes historia no se alcanzan más que probabilidades. pero jamás certitud.
son hechas por extranjeros que aun siendo perfectamente El capítulo siguiente está consagrado al problema más general
tcnscientes de la importancia histórica de su 11egada, no Se dan del conocimiento histórico y de las características de este tipo de
te cuenta de la incldencia y pro10ngaciones de este aconte­ conocimiento, de sus limítaciones y de sus posibilidades. Las ca­
Prnient(). Las tradiciones reflejan el punto de vista autóctono y des~ racterísticas de los diferentes tipos de tradiciones orales serán ex­
bien lo que sigl1ífica para la sociedad la intrusión de extran­ puestas, seguidas de los caracteres propios de toda tradición ora1
pero no se dan cuenta, a menudo, de 10s cambios que la nega~ y finalmente. de los medios de compensación que el historiador
de lo~ europeos han entrañado para ellos. La comparación de las posee para paliar las limitaciones de 10s conocimientos adquiridos
fuentes permite entonces completar lr~ imagen y llegar a una únicamente por las tradJcíones orales.
mits global de Jos acontecimientos. D.:: esta forma una misión
exp1ica que se hahía produddo una disputa entre un
kuba. y su~hijo que era protestante. Poco después, una revolu~
estalló y la mlsión fue quemada. La tradición precisa que este Notas
quería desposeer al rey con ayuda de los misionert)s. Como la
1 d,~ sucesión era matrilineal,. no podía de ninguna manera L P. DENJJL2, o. C., p. 415.
~uceder a su padre. S~s pretensio~es no sólo eran rebeldes sino 2. J. ROWE, Aboltae Chmnology in [he Andean Area, p. 272.
si~ifican una profunda alteraclón de las costumbres de 1a Su~ 3. M. HERSKOVITS, Mart and his Works, pp. 414-426: F. Bo",s en todas las
¿n~ Los misioneros parece que no .sabían que el Estado era obras citadas en la bibliografía.
4. E. MEYEROWltt, o. C., pp. 21 Y 22.

húatrilir::eal y sostuvieron al candidato porque era protestante. El 5, E. MEYEROV.'lTZ, o c.. pp. 21 Y 22.

¡resultado fue, finalmente, que el rey hizo destruir 1a misión y así 6.1. CUNNISOX, o. e,. pp. 1~10.
kornenz~) una revolución general de jos kuba contra el Estado 7. J. VAl{ VaSEN, Notes on the History ot !he Lakeside Tonga, p. 107;
1. CUNN1SON, 0, e" pp. 21 Y 22.
~ndeper, diente. Las fuentes se complementan muy bien para pero
Cr)mprender el acontecimiento. Cada fuente, tomada por se­
sólo permite tener un conocimiento parcíal de uno u otro
La elección que hace cada ,historiador cntre los aconte­
;cunien:'<"Js, puede ser corregida de esta fOTIlla por la comparación,
. la única técnica que puede conducir a ello.

1 .~

6
Sobre el conocimiento histórico

El conocimiento del pasado·al cual el. hombre puede llegar está


limitado a lo que las fuentes le transmiten. El historiador es como
un observador .que sólo conoce el paisaje de una región a través
de las fotografías. Ve todo lo que puede ser descubierto en la foto­
grafla pero no sabe nada de lo que pasa fuera del campo cubierto
por la foto. Puede inferir desde luego de la fotografía que proba:
blemente tal o cual detalle que se baIla en el borde de la imagen
se prolonga fuera del campo de visión, pero no sabe nada cierto.
Así, si la fotografía contiene la única chimenea de fábrica de la
región, el observador será inducido a error. Creerá que la carac·
terlstka principal del país es su industrialización, siendo todo lo
contrario. El historiador se halla exactamente en la misma posi·
dón con respecto al pasado. Sólo ve ciertos aspectos del mismo,
a veces extrapola, pero jamás puede llegar a conocer lo que sus
documentos no han conservado.
Además sus documentos, especialmente si son indirectos como
es la tradiciÓn oral, son sesgados. cada foto del pasado ha sido
hecha con un aparato especializado, provisto de lentes propias.
en Ullas condiciones dadas. Cada tipo de fuente. no solamente posee
sus limitaciones propias, sino que está caracterizada también por
una forma de ver las cosas, un sesgo particular. La existencia de
este sesgo significa, por otra parte, que cada tipo de fuente posee
una utilidad propia para el conocimiento del pasado, de la misma
forma que un aparato de fotografiar será adecuado para unas cir·
cunstancias y no para otras. Las genealogías serán útiles para esta­
blecer una cronología, las leyendas etiológicas podrán servir para

153
historia de la difusión y de la invención cultura!, la arqueología l. - La tipología
rmitirá conocer la vida diaria a través de los útiles más humil­
etc. Los criterios de clasificación posibles han sido ya tratados
Un estudio de las limitaciones, de los sesgos y de la utiliza­ anteriormente l. Los que se utilizarán para elaborar esta tipología
particular de cada fuente, de las caractenstícas, en suma, de serán: el objeto, la significación, la forma y la manera de transo
una, podrá efectuarse a diferentes niveles: a! nivel de la misión de los testimonios. L;¡ actítud psicológica hacia una tradición
individual, al de los tipos de fuentes y a! de la tradición y su carácter literario no permiten erigir clasificaciones absolutas.
que es aquí nuestro propósito generaL Por lo que se refiere a Pero estos dos factores son importantes para el establecímiento
fuente individual, una aplicación inteligente del método rustó­ de una tipología, porque son trazos propios de un género histórico:
permitirá descubrír sus caracteristicas. Trataremos aqtú en por ello no han sido sistemáticamente descartados en la elabora­
Pn primer apartado, de una tipología de las fuentes y de las carac· ciÓn de la tipología. La utilización de estoS criterios está justificada
terísticos de cada tipo. Un segundo apartado será consagrado a las por el hecho de que su aplicación a las tradiciones permite atraer
caracteristicas de la tradición oral en generaL El tercero tratará la atención sobre algunos factores que son de una importancia
las ciencias auxiliares que pueden ayudar al historiador a sobre· primordial para la valoración de sus características propias. No
las limitaciones de las tradiciones oraJes. Estas ciencias auxí~ obstante, cada criterio aplicado separadamente no permite reco~
poseen igualmente sus sesgos y sus limitaciones, pero' son nacer las características propias de un típo particular. Sólo tenien­
diferentes de los de la tradición. Por comparación de fuen· do en cuenta todos los criterios, comprendidos los que no se pres~
diferentes se llegará a sobrepasar ciertos sesgos y se obten· tan a una clasificación absoluta, es posible crear tipos generales.
una visión más completa del pasado. Volviend'o a la imagen de Se pueden repartir las tradlciones orales en cinco categoríí':!s
fotograñas, la comparación de fuentes orales con fuentes no que pueden ser divididas a su vez en subcategorfas Y en tipos. La
k' _es es como W1a yuxtaposición o superposición de fotografías que tipología que resulta de ello se presenta según se indica en el
élX'rmite ver una parte mayor del paisaje y verlo mejor. cuadro nI.
Cada una de estas categorías es tratada en las secciones si­
guientes. Cada sección comprende 'un boceto de los últimos que
pertenecen a la categoría y una explicación de su valor histórico
los tipos de tradiciones y sus características históricas
relativo.
Una tipología de las tradicíones orales todavía no ha sido esta­
blecída, y los datos que podrían ayudar a establecerla no son fre­ 2. Las fórmu;as
.cuentes. ¿ Es, pues, necesario señalar que el proyecto de típolo¡!ia
aquí es propuesto no podrá de ninguna forma ser definitivo? Son las expresiones estereotipadas que se emplean en ciertas
consta, sin embargo. que es necesario realizar uno que dé una circunstancias. La expresión forrna parte de una acción y la sig­
!~escripci6n de los diferentes tipos, a fin de sub"'yar la existencia nificación reside tanto en su redacción como en el uso que se hace
,de géneros netamente caracterizado~ con un valor histórico pro­ de ella en ciertas circunstancias apropiadas. Así, la respuesta a una
pio, géneros que tiener cada uno sus propias limitaciones, sus fórmula mágica que se pronuncia para alejar la lluvia, tendrá
propios sesgos y su propia utilidad para conocer el pasado. Descrí· tanta más importancia cuanto mas correctamente ha sido fonnu­
tipos de fuentes orales, es también la .única forma de des­ lada, de modo que se cumpla el resultado esperado y deseado. Esto
globalmente la tradición ora! en tanto que fuente histórica. explica que la transmisión de fórmulas se realice con mucha pre­
Las diferentes secciones de este apartado consagrado a la ex­ cisión. Encierran a menudo elementos arcaicos, que no son ulm­
._ Íción de la tipología y a la discusión de las categorías de las prendidos por los testigos, pero que son, sin embargo, retenidos,
!fuentes son: las fórmulas, la poesía, las ¡¡stas, los relatos y los precisamente a causa de este carácter particular de la fórmula. Se
comprende, pues, que una ~producción inexacta sea castigada con

.t55
espiritual e ideológica del pasado. Pero es generalmente imposible
CUADRO 111 situar su contenido en una época bien determinada del pasado.
Si contienen datos históricos, de cualquier naturaleza que sean, roe­
npologla de las tradiciones orales recen gran crédito por haber sido transmitidos inconscientemente.
a) Los títulos.
A B e
Categof'Ú¡ Subcategoria Tipos
Los títulos son fórmulas que designan el estatuto de una per­
T~tulo5 sona. Hay muchas probabilidades de que no contengan más que
Dh'Ísas raramente algún elemento de valor ·histórico. Entre lqs yoruba,
l. Fónnulas
Didácticas sqlo se halla Un caso de ello: el titulo Maye balogun recuerda que
Religiosas cierto Maye desempeñó el papel de jefe en una de las guerras oca·
sionadas por el pueblo de Ibadan. Balogun signllica jefe de ejército '.
Oficial Histórica Un titulo conserva, como otros muchos nombres, el recuerdo
Panegírica de un hecho del.pasado. Esta fuente sólo puede ser utilizada como
n. Poesla
Privada Religiosa auxiliar, puesto que otros datos concernientes al hecho referi.do
Individual deben ser proporcionados por comentarios explicativos. El título
sólo es una ocasión que permite la conservación de estos datos.
Nombres de lugares
Ill. Listas b) Las divisas.
Nombres de personas

Históricos Universales Las divisas proporcionan la identidad de un grupo de pobla·


Locales ción determinado, que puede tratarse de una familia, un clan, una
Fa.miUares región o un país. A menudo se hallan en ellas elementos panegíri·
IV. Relatos coso A veces proporcionan datos concernientes al pasado del grupo.
Didácticos Mitos etjológicos
Estéücos Esotéricos Entre los kuba, una de las divisas del clan Ndoong: Ndoong aBieeng,
Personales Recuerdo$: personales Ndoong originario de los bieeng, se refiere a su pasado. Las divisas
son recitadas a menudo en muchas circunstancias que destacan las
Jurídicos Precedentes características del, grupo.
V. Comentarios Auxiliares Explicativos El valor que se puede conceder a los elementos históricos con·
Esporádicos Nota ocasional l tenidos en estas divisas, depende en primer lugar de la buena con­
servación de las fuentes. Pese al hecho de estar redactadas de
forma cuajada, de toda:, maneras son transmitidas, a menudo, sin
escolaridad y su contenido puede variar mucho. Una alta freo
anciones, cuando no alcance el objeto para el que ha sido pro· cuencia de reproducción no es garantía de la invariabilidad del
lUDciada. contenido. El ejemplo citado de las diferentes divisas comparadas,
valor de estas fuentes e's elevado porque, redactadas en una al hablar de la comparación textual de testimonios, lo prueba. Ade·
cuajada, son fuentes privadas que pese a todo son trans­ más, las divisas exigen frecuentemente ser acompañadas de comen­
cuidadosamente. Su función ejerce poca influencia sobre el tarios explicativos para poder ser comprendidas. Estas fuentes se
Se pueden considerar como fuentes de archívos puesto que refieren generalmente a la historia familiar, del clan, de la región
persiguen un objetivo histórico y no son más que un útil en la
ladón en la que son utilizadas. o del país al que califican.
Como fuentes se adaptan, sobre todo, al estudio de la cultura
157
Las fórmulas didácticas. en una fuente narrativa es donde se hallará generalmente una ex·
plicación más detallada.
En esta rúbrica deben colocarse los 'proyerbios, las adivinan·
las palabras ajadas y los epigramas. Se considera que son el
de la sabiduría de los ancianos. Contrariamente a las fórmu· 3. - La poesía
contenido posee un significado por sí mismo y llega a com·
datos históricos. «Medita la muerte de Gaha y mejora tu Entendemos por poesía toda expresión en forma fija, en la que
dicen los yoruba, y para ellos esta fórmula tiene un significada el contenido y la forma poseen un valor estético para la cultura
a saber, que la injusticia es castigada. El sentido de ·Ia en cuyo seno es transmitida. Como las fórmulas. estas fuentes son¡
se esclarece cuando se sabe que Gaha, min,stro de Oyun, pues, redactadas en forma fija, pero la significación que se les aso­
vivo por la población del pueblo que había cruel· cia difiere completamente de la que es atribuida a las fórmulas.
administrado durante muchos años·. éuando son empleadas COIDO instrumentos en el curso de una
Las fórmulas didácticas sólo dan, como los títulos, un núcleo acción, la poesía, por su forma y por su contenido, debe responder
hechos que debe ser completado por comentarios explicativos. a una preocupación estética. A causa de este valor estético es
son las azadas que .woot ha forjado?, piden los bushoong. objeto de una tradición. A menudo los encargados de conser­
respuesta es: «Los pies de los hombres». La adivínanza Testa varla y transmitirla. son especialistas. Su expresión está sometida
~omprensible si no se sabe el mito según el cual Woot forjó los a leyes fijas y convencionales, no su significado, que varia según se
hombres, Ciertos proverbios son buenas fuentes para trate de poesía oficiala privada. En el primer caso, es propagan·
del derecho', pero la mayoria se contentan con dar dística o despierta sentimientos que a los ojos de la comunidad
morales que están en uso en la sociedad. Son útiles, pues! vale la pena evocar o meditar. La poesía privada, por el contrario,
hallar estas normas. Pero en la mayor parte de los casos no es exclusivamente una expresión de sentímientos personales. Estas
medio de determinar la época en que nacieron los proverbios, dos subcategorías tienen, sin embargo, en común el hecho de que
se podrán, pues, atribuir a un período definido del pasado. las fuentes poéticas, más que ninguna otra, obran sobre el senti·
miento de los auditores y que en esta operación la expresión formal
Las fórmulas religiosas. desempeña un papel tan grande como el contenido. Esta impar·
tancia de la estructura formal hace que los poemas estén a menudo
Se trata de fórmulas utilizadas en rituales de carácter religio­ rellenos de palabras superfluas, de locuciones simbólicas y de luga·
mágico. A los ojos de la población, el hecho de no pronunciar· res comunes,
en sU literatura expone a menudo a sanc~ones sobrenaturales Al estimar el valor de estas fuentes, se debe tener en cuenta
castigan, no sólo al narrador¡ sino también a todas las perso~ que su función psicológica y su carácter estético deforman los
que están implicadas en una actividad religiosa. Por ello los hechos ·comunicados. Además, los datos históricos transmitidos son
de estas fórmulas se aprenden con particular cuidado y son generalmente muy vagos y"no pueden a veces ser atribuidos a una
lc1adas corrientemente por especialistas: sacerdotes, zaho~ época histórica bien definida. Pero las fuentes poéticas son especial·
hechiceros o brujos. Un substituto particular de la fórmula mente indicadas para el estudio de la actitud psicológica que cier·
es el jura.mento judicia.l, que es utilizado a modo de tas personas adoptaron en el pasado hacía ciertos acontecim>entos.
Esto es verdad especialmente en lo referente a la poesía privada. La
fórmulas contienen siempre datos para la historia de las poesía oficial traduce más bien la actitud y el comportamiento que
y además, a menudo, otros datos religiosos 5, La trans­ la sociedad desea imponer a sus miembros.
particularmente cuidada a causa del carácter religioso de
lo que le añade todavia mayor crédito. El juramento
guarda, entre ciertos pueblos, el recuerdo de un aconteci­
importante del pasado '. El juramento s610 hace alusión y
159
Las fórmulas didiícticas, en una fuente narrativa es donde se hallará generalmente una ex·
plicación más detallada,
En, esta rúbrica deben colocarse los pro:verbios, las adivinan·
las palabras aladas y los epigramas, Se considera que son el
de la sabjduria de los ancianos. Contrariamente a las fórmu· 3.- La poesía
contenido posee un significado por sí mismo y llega a como
datos históricos.•Meditá la muerte de Gaha y mejora tu Entendemos por poesía toda expresión en forma fija, en la que
dicen los yoruba, y para ellos esta fónnula tiene un significado el contenido y la forma poseen un valor estético para la cultura
a saber, que la injusticia es castigada. El sentido de la en cuyo seno es transmitida. Como las fórmulas, estas fuentes son,
se esclarece cuando se sabe que Gaha, ministro de Oyun, pues, redactadas en forma fija, pero la significación que se les aso­
quemado vivo por la población del pueblo que había cruel· cia difiere completamente de la que es atribuida a las fórmulas.
administrado durante muchos años-4, éuando son empleadas como instrumentos en el curso de una
Las fórmulas didáctjcas sólo dan, como los títulos, un núcleo acción, la poesía, por su forma y por su contenido, debe responder
hechos que debe ser completado por comentarios explicativos, a una preocupación estética, A causa de este valor estético es
son las azadas que Woot ha forjado?, piden los bushoong, objeto de una tradición. A menudo los encargados de conser·
respuesta es: «Los pies de los hombres" La adivinanza resta varla y transmitirla son especialistas, Su expresión está some.tida
comprensible si no se sabe el mito según el cual Woot forjó los a leyes fijas y convencionales, no su significado, que varia según se
hombres, Ciertos proverbios son buenas fuentes para trate de poesía oficial o privada, En el primer caso, es propagan·
del derecho', pero la mayoría se contentan con dar distica o despierta sentimientos que a los ojos de la comunidad
morales que están en uso en la sociedad. Son útiles, pues, vale la pena evocar o meditar. La poesía privada, por el contrario,
hallar estas normas. Pero en la mayor parte de los casos no es exclusivamente una expresión de sentimientos personales. Estas
medio de determinar la época en que nacieron los proverbios. dos subeategorias tienen, sin embargo, en común el hecho de que
se podrán, pues, atribuir a un período definido del pasado. las fuentes poéticas, más que ninguna otra, obran sobre el senti·
miento de los auditores y que en esta operación la ex.presión formal
Las fórmulas religiosas. desempeña un papel tan grande como el conteoido, Esta impar·
tancia de la estructura formal hace que los poemas estén a menudo
Se trata de fórmulas utilizadas en rituales de carácter religio­ rellenos de palabras superfluas, de locuciones simbólicas Y de luga·
mágico, A los ojos de la población, el hecho de no pronunciar' res comunes.
. en su literatura expone a menudo a sanciones sobrenaturales Al estimar el valor de estas fuentes, se debe tener en cuenta
castigan, no sólo al narrador, sino también a todas las perso­ que su función psicológica y su carácter estético deforman los
que están implicadas en una actividad religiosa. Por ello los bechos 'comunicados, Además, los datos históricos transmitidos son
de estas fórmulas se aprenden con particular cuidado y son generalmente muy vagos y 'no pueden a veces ser atribuidos a una
iadas corrientemente por especialistas: sacerdotes! zaho~ época histórica bien definida. Pero las fuentes poéticas son especial·
hechiceros o brujos, Un substituto particular de la fórmula mente indicadas para el estudio de la actitud psicológica que cier·
es el juramenro judicial, que es utilizado a modo de tas personas adoptaron en el pasado hacia ciertos acontecimientos.
Esto es verdad especialmente en )0 referente a la poesía privada. La
fórmulas contienen siempre datos para la historia de las poesía oficial traduce más bien la actitud y el comportamiento que
y además, a menudo, otros datos religiosos ll'. La trans­ la sociedad desea imponer a sus miembros.
particularmente cuidada a causa del carácter religioso de
lo que le añade todavía mayor crédito, El juramento
guarda, entre ciertos pueblos, el recuerdo de un acontecí·
importante del pasado', El juramento sólo hace alusión y
159
~

- ~ ~

- .. .. .. ..
Antílope bongo, nacido un domingo (clia de sol) 13,
De quien nadie conoce el origen
Rey del bosque oscuro,
14

El leopardo delante su puerta,


Duo. yaw, Rey de mil Bono \5, Nkwanta he.ne 1&,
(Desde la más lejana antigüedad)
Gran señor desde e! fondo de los tiempos
Planta dalu de numerosos retet'íos,
Kwao Gyamerashu 1"1,

El género está gobernado por la necesidad de utílizar una serie


de lugares comunes y es una fuente para el estudjo de 'los ideales
en vigor de la cultura contemporánea a la redacción del poema,
Además, estas fuentes no contienen más que pocos datos precisos
y proceden generalmente por alusiones, mjentras 'que Jos datos
históricos son contenidos en un comentario explicativo que acom­
paña a las fuentes. Si se quieren utilizar esto~ panegíricos para
saber algo acerca de la hist.oria de la institución a que pertenece la
persona loada, es a menudo muy dificil valorar h.'lsta dónde una
aserción es un clisé o corresponde a una realidad concreta, El pa­
negirico siguiente del rey 7.uJU eh.ka es un ejemplo de ello. Se
sabe por el contenido de esta canción. que corresponde a una
realidad, pero que está al mismo tiempo compuesta exclusivamente
de Jugares comune"~.
¡Tú has destruido, destruido los pueblos!
¿Dónde irás tú en guerra ahora?
¡Hei! ¿Dónde irás tu en guerra ahora?
Tú has conquistado reinos.
¿D6nde irás tú en guerra ahora?
¡Tú has .destruido, destruido pueblosl
¿Dónde irás tú en guerra ahora?
Hura, hura, hura u.

Cuando se quiera evaluar el valor de estas fuentes, se recor~


dará igualment~ que la forma de estos poemas influye mucho el
contenjdo, no 5610 a causa de reglas puramente formales o de la
necesidad de utiHzar Jos lugares comunes, sino, a menudo, también
a causa de la obligación de emplear un vocabulario especial y de
traducir ciertas ideas y no otras,

el Lo. poesía religiosa..


Este tipo engloba las plegarias. redactarlas en una forma este~
reotipada, los himnos o los textos dogmáticos. Lo que caracteriz.a

161
es la precisión con la que se vela a su correcta tradición 4. - Las listas
karácter e$Otéríco. Es también una literatura próducida por
de especialistas, lo.• ministros de la religión. A menudo Contienen una enumeración de lugares o de personas. Aunque
exég~s concerníente a los textos de este género, forma su enunciado está establecido, frecuentemente la sucesión de los
de una tradición, como la que se halla por ejemplo en nombres no es inmutable. Semejantes listas se conservan general­
Zelanda ", mente por especialistas en el seno de una institución y son recitadas
todas las fuentes religiosas, este género es transmitido en ocasión de ciertas reuniones públicas, como por ejemplo la
Ldosamente y confiado a una clase de especialistas. Habi­ muerte o el coronamiento de un jefe. Son generalmente fuentes
Íl¡ente la tradición está, pues, poco deformada. Estas fuentes oficiales que tienen un objetivo histórico, pero la historia, a me­
indicacióne$ sobre la .vida religiosa y sobre las concepciones nudo, es utilizada para apoyar derechos económicos, sociales o po­
en el pasado. Pero su valor propio es que los himnos liticos. En numerosas culturas estas fuentes son objeto de venera­
y las plegarias traducen de la mejor forma los sentimien, ción. En ciertas sociedades, por ejemplo. entre las poblaciones de
_ i autores hacia el mundo sobrenaturaL A veces, pueden Luapula, los nombres de personas son transmitidos de generación
il!uitlmente fuentes para el conocimiento de acontecimientos del en generación y cuando una persona hereda un nombre hereda
que no, j;ion de carácter religioso. Así, las plegarias para los también todos los derechos y obligaciones de la persona que lo
locales son, entre los pueblos de Luapula. la fuente más llevaba anteriormente lO. Toda la historia está tan petrificada aire,
para el conocimiento de la historia local 20. dedor de estos nombres que se acredita la idea de que las relacio­
nes de alian:r.a y de enemistad que existen hoy entre quienes los
nevan son las mismas que existían anteriormente entre los prime.
ros que los llevaron.
a los tipos precedentes. esta poesia sólo tiene La credibilidad de estas fuentes no puede ser valorada a priori.
privado. Está compuesta para dar libre curso a los sentí. Su transmisión, generalmente, es cuidadosa, pero debemos tener en
de su autor. La tradición de estos testimonios, expuestos cuenta que son fuentes oficiales. A menudo tienen por objeto la
etormaciones de todo género segUn el gusto estético del momen­ defensa de intereses económicos, políticos o sociales. Por ello las
ooera a menudo con mucha irregularidad, hstas, especialmente las de personas. son fácllmente falsificadas.
- género expresa como ninglin otro la actitud del individuo Las lístas son habitualmente las únicas fuentes que permiten la re·
la vida. Es, pues, una fuente para la historia de los senti­ dacción de una cronología. Si después del estudio de la fuente vemos
y de las ideas. Pero la poesía individual está a menudo que se le puede otorgar crédito. se convierte entonces en algo
al gusto del dla y deberá desconftarse de las deforma­ inestimable desde este punto de vista.
. Cuando no es arreglada, ilustra los ideales culturales y los
de! autor, como lo hace esta queja funeraria de una a) Los nombres de lugares.
siou" por su esposo caído en el campo de batalla'
Las listas de nombres de lugares se dividen en dos grupos: las
Más valeroso que el más valeroso, que dan nombres de un periodo de migración y noticias de luga­
tú has buscado la glOria en la puerta de la muerte"
res que los testigos sólo conocen en parte y las que conciernen a lu­
¿No te has acordado

de 1..1' unica que llora en casa?


gares que estos últimos aún conocen. En el primer grupo, donde a
¿No te has acordado de mí?
veces se pierden nombres, el testimonio tiene esencial y principal­
Más valeroso que el más \'aleroso.
mente un objetivo histórico. En el segundo, los lugares geográficos
has buscado la gloria antes que el amor.
recuerdan los nombres que contribuyen a conservar y la historia
Querido, lloro perú no Soy cobarde

Mí corazón te llora,
no es más que una preocupación accesoria. Su princípal ob,jeto
Mi corazón llora, cuando yo pienso en ti 21,
será de ordinario el mantenimiento y la defensa de los derechos
sobre la tierra.

163
Jista& que comunican nombres de lugares actualmente des­ plen están sometidas a numerosos cambios y a frecuentes superpo­
no son generalmente defurmadas voluntariamente. Pero siciones. Por otra parte estas fuentes se prestan a explicaciones míti­
eJl ellas se omiten nombres o se invierte su orden de cas sobre el origen del mundo, las relaciones entre los esp1ritus
Cwmdo se trata de nombres de lugares conocidos por del mundo sobrenatural Y el origen de los diferentes grupos socia­
~tígOS, el .conocimiento de su situación geográfica es un medio les. Un ejemplo conocido de ello es la organización genealógica
ímot.écnico para la retención correcta de los nombres y para del panteón griego. Las genealogías son siempre, por la fuerza de
de sucesión. Estas fuentes son frecuentemente deformadas los hechos, fuentes oficiales. Se transmiten cuidadosamente cuando
defender derechos a bienes raíces o haciendas. Los nombres tienen una importancia social o política. Aparte de su interés para
ugares, por otra parte, son las fuentes principales para el estu· el establecimiento de una cronología se pueden utilizar para seguir
migraciones Y a veces de situaciones demográficas del pa.ado. la_evolución política y social del pais y, en el caso de genealogías
míticas, para la historia religiosa e ideológica. Por otra parte, las
genealogías son a menudo las únicas fuentes que se poseen para el
estudio de la evolución demográfica.
EstaS listaS se presentan en dos formas: como 'enumeraciones
genealogjas. Sin embargo, no forman en conjunto más
solo tipo de tradición, pues las enumeraciones pueden ser 5. - Los Telatos.
como genealogias reducidas a su más simple expre·
El objetD de semejantes fuentes jamás es esencialmente híg· Son todos los testimonios redactados en forma libre; es decir,
L.a historia sólo es citada para apoyar ciertos derechos. Su en prosa. Por lo demás, los tipos son muy divergentes. Su única
tructura social ejerce una fuerte presión sobre este tipo de característica comun es la forma narrativa, que entraña cierta
Esto es lo que, entre otras cosas, resulta del hecho de que ordenación d~l tema y una estructura interna particular. La diver­
las genealogías remontan a menudo a un mismo nUmero de gencia entre los tipos explica por qué se han postulado cuatro sub­
rteraciones. Un ejemplo típico lo hallamos entre las poblaciones categorías: relatos históricos, didácticos, estéticos y personales.
'Luapula, donde todas las genealogías sólo alcanzan hasta cuatro Todos ellos tienen en común un objetivo histórico que está subor­
• generaciones, siendo muchas de ellas truncadas de forma dinado a otro. El principal es instruir. edificar, alegar o defender
alcancen hasta siete generaciones. Por el contrario, la derechos.
beaiogía real es conservada fielmente y alcanza hasta nueve La credibilidad de los relatos es generalmente menos elevada
fleraciones %l, Este estado de cosas se explica por una razón de que la de las demás fuentes) a causa de su objeto histórico. Pero,
social. Entre los bushoong, la situación es todavía mucho en contradicción con las fórmulas, la poesía, las listas y los comen·
dara. Aparte de la genealogía de los jefes y especialmente la tarios, son las únicas fuentes que dan una descripción abundan te
no se halla ninguna que alcance hasta seis generaciones; en de una s erie de acontecirnlentos. Son las únicas que proporcionan
la genealogía real tiene una profundidad ole más de quínce una perspectiva histórica. El valor de los diferentes tipos es muy
~ ..raciones. Las clases ordinarias no tienen ningún interés en re~ desigual puesto que son muy diferentes entre sí. Los relatos his·
SUS genealogías más allá de cuatro o cinco generaciones. El tóricos son utilizados especialmente para el conocimiento de la
hecho es válido para Burundi, donde las genealogías que historia militar, pol1tica, social. y de las instítuciones y del derecho.
más de tres generaciones son s610 las del rey y las de Los relatos didácticos son fuentes para el conocimiento de los
dignatarios religiosos. En Ruanda, el fenómeno existe. pero valores culturales de un pueblo y los relatos estéticos sólo tienen
,menos perceptible porque muchas familias tutsi están vincula· valor, generalmente, para el estudio de la historia psicológica,
a la geneaJo¡tia real y cuéntan hasta allí sus antepasadoc. mientras que Jos .recuerdos personales son fuentes para estudiar
Las genealogías son fuentes que se defonnan muy fácilmente todas las formas de la historia.
forman la trama ideológica que sostiene y explica todas las
laclones sociales y políticas. A causa de las funciones que cum­
165
• I

sales. Estos relatos son ordinariamente historias de familia, de


Los relatos históricos universales. clan o de pueblo.
Como fuentes, estos relatos son a veces engañosos porque los
Todos los relatos históricos son fuentes oficiales cargadas de datos que suministran son tan locales y limitados que no se Jes
intención histórica. Producidos por especialistas en ocasiones llega a enlazar con una historia general. Por otra parte, son gene­
son transmitidos en el interior de UD ·grupo social deter
w
ralmente más precisos y más coherentes que los datos suminis­
Se pueden distinguir los siguientes tipos: relatos univer­ trados por la historia universal. Es, pues, recomendable tratar los
locales Y familiares. relatos generales y los particulares en conjunto, a fin de hacer
historia tribal pertenece a los relatos históricos universales. resaltar claramente el vínculo que los une.
cíertas poblaciones como los kuba, estos lestimonios son
~ginales, mientras que en otros grupos no lo son, ya que la histo­ c) Los relatos históricos familiare.,.
universal se compone de episodios de difer~tes historias loca­
y dispuestos en un conjunto más o menos coherente 811, En esta Tratan del pasado de grupos de descendencia. Substituyen en
también sucede a menudo que la historia universal de numerosas sociedades, que no tienen poder político central, a la
se confunde con la de la familia dirigente. Diferentes historia universal. Muy a menudo estos relatos famBiares no son
sostienen que una historia universal s6lo se halla en las más que excrecencias de genealogías. Explican por qué dos ramas
hmcturas centralizadas; es decir, en los Estados. Las tribus. cuya de la familia se han separado o no vlven juntas. En este caso, com w

política reposa exclusivamente sobre vinculos de des~ prenden numerosos clisés 7>, Allí donde existen Estados organizados,
~dencia, no la conocieron 2$, Un ejemplo de semejantes fuentes la tradición familiar no desaparece por lo mismo. Puede transfor­
halla en la historia de casi todos los pueblos sin escritura 2!l. marse en historia universal, bien porque es 18 historia de la
Estas fuentes son siempre oficiales. Están sujetas a numerosas dinastía, bien porque la universal está compuesta de historias
para defender o mantener los intereses públicos. familiares. Pero, fuera de las tradiciones dinásticas, la historia de
una visión general del pasado de Ja población estudiada la mayor parte de las grandes familias, las que ejercen un cargo en la
¡bosquejan los grandes rasgos de su historia. En ausencia de histo­ sociedad, continúa siendo conocida. Se debe observar que frecuen­
Í'i.\l nnlvp.rsal es difícil situar los relatos locales en un cuadro temente tíen~ una orientación fija: justificar el privilegio famíliar
más general. A veces estas fuentes sólo son compilaciones y vincularse de una forma u otra con la dinastía reinante. Un tipo
f,lPT'ltPOS; secundarias y no se les puede conceder una gran credibí~ de tradición kuba esparcida dice así: -Nuestro antepasado había
otros casos sólo son relatos de grupos dominantes en la muerto a un animaJ y lo llevó al rey. Este se lo agradeció y dijo·
oblaciól1. La historia de Burundi es la de su dinastía y el mismo, °
"Gracias, tú. te harás jefe serás investido de un cargo político en
valedero para Ruanda, las tribus kuba, Jos pueblos tu pueblo"". En Ruanda se explica que los abaskyete tienen una im·
de Ja Unión Ashanti y otros numerosos Estados_ En portancia especial porque su antepasado Buskyet.e salvó a una
no se podrán aceptar los datos que contienen para toda reina madre de la muerte. En ambos países ex.isten numerosos
'Población, sino que deberá comparárseles con las versiones pro­ casos de este género. Las historias familiares comprenden igual­
por las fuentes locales. mente a menudo tradiciones de migradones que parten de otros
pueblos o de otros Jugares generalmente próximos.
Los relatos históricos locales. La utilidad de estas fuentes, cuando difieren de la historia uni­
versal o local, es esencialmente explicar y comentar las genealo­
Estos difieren de los precedentes, no s610 porque cuentan el gías. Estas están sujetas evidentemente a las mismas observacíoncs
de pequeñas unidades locales del Estado, sino también por· que aquéllas pero, además, deberemos desconflar especíalmente de
tipo de historia no se remonta por lo general lejos en lo los clisés. Su utilidad verdaderamente propia reside, a menudo,
y porque los testimonios son transmitidos con menos rigor. bien en la comprobación que permite de las fuentes oficiales, tra­
debe a que no hay verdaderos especialistas y que la reJación diciones universales o locales, O en la de la historia de las migra­
está s:ometida al mismo control severo que las fuentes uníver­
167
1,

eompararu:!lo y adicionando la historia familiar de todas el El relato etiológico.


del Clan kuba, fue posible trazar un cuadro mejor
de las poblaciones. L~ mismo podría hacerse parcial­ Estos ,elatos tienden a dar una interpretación del origen de
Ruanda -y en Burnndi. El resultado seria de nuevo, un todos los elementos y situaciones ,eferentes a la cultura y a la
muy preci;;o de las tradiciones universales. Utilizadas de naturaleza, sin hacer mención de los factores religiosos. Este tipo
forma, las historias familiares tienen gran valor. Este, sin se presta a una subdivisión en diferentes subtipos: la saga local,
puede verse disminuido por el hecho de que, a menudo, los relatos concernientes a los fenómenos de la naturaleza, las eti­
,trá'diciones de familias poco importantes no tienen más que mologías populares y los relatos concernientes a manifestaciones
alcance a causa de una mala transmisión, confundiéndose culturales.
los recuerdos personales. El conocimiento de la saga local está bien establecido gracias
al folklqre europeo 31, Suministra una interpretación de una particu­
laridad del paisaje. Se halla un ejemplo de ella en la explicación
kuba dada a un hundimiento circular de terreno en la llanura deno­
Los relatos didácticos son testímonios cuyo objeto es instruir; minada 1yoal, cuyo motivo fue que al térm:inD de un conflicto res­
explicar el mundo, la cultura y la sociedad. Cuando esta pecto a la realeza, se' danzó con tal exuberancia que el suelo cedió.
ilicación es dada con referencia a un origen religioso, se tiene Aún en nuestros días se designa el lugar donde fueron colocados
del mito. Si la explicación no tiene nada que ver con io los tambores.
, nos hallamos ante un relato etiológico. Al contrario de las sagas locales, los relatos Hue conciernen
Los mitos comprenden los dogmas de las religiones primitivas. a fenómenos naturales no son considerados como pertenecientes a
carácter partí cular explica el extremo cuidado que se tiene la historia. Tal es el relato del perro que había hallado el sol. Fu­
transmisión- A menudo son reproducidos en el transcurso de rioso porque se había descubierto su escondrijo dijo: «Todos los
que evoca y reproduce el propio mito ". Casi siempre, que· buscaron no me hallaron. Solamente tú me has hallado_ Por
bonsiclera que los mitos no se desarrollan en el pasado, sino en ello, en adelante, serás un ladrón', Numerosas fábulas esópicas
sagrado que se sitúa más allá o al margen del tiempo pertenecen también a este subtipo.
Este género ha sido objeto de numerosos estudios muy Las etimologias populares son también conocidas en el folklo­
". A. Feder, por su parte, lo coloca entre los relatos etio­ re europeo. Un ejemplo kuba se reliere al nombre del pueblo Bulek.
y lo sitúa junto a las 'sagas heroicas o leyendas hagiográfi· Cierto soberano había reprimido una revuelta en el puebla que
Esta afirmación es inexacta, no s610 porque los mitos tienen llamó bulek: «el hecho de superar»; según el dicho: el soberano
~ignificado didáctico o ejemplar, sino porque, contrariamente a ha superado a todos los pueblos. '
relatos etiológicos, a la saga heroica y a la leyenda hagiográfica, Los relatos que se refieren a manifcstacíones culturales expo­
:Carácter propio es fusionar e interpretar las relaciones entre la nen el origen de instituciones, costumbres, etc. Muchas genealogías
turaleza y la sobrenaturaleza y determinar, además, el conjunto tetela designan a Oluba y Okuba como hermanos de los antepasa­
vida religiosa fuera del orden moral. dos de los diferentes grupos tetela, Los luba y los kuba constitui­
Por su carácter religioso, los mitos son transmitidos cuidado­ rían su posteridad, lo que explica por qué son los vecinos de los
Son fuentes de muy alta calidad para el conocimiento de tetela ",
de las religiones y más especialmente para la historia del Nos servimos también de interpretaciones etiológicas en los
_ comprenden casi nunca elementos históricos de fe, salvo relatos que pertenecen a diversos tipos de fuentes, pero especial­
brmaciones esporádicas que se refieren a situaciones arcaicas. mente en los relatos estéticos.
presenta así. los datos son generalmente muy buenos. Pero H, Baumann nota justamente que éstas son las fuentes más
los mitos son construidos en gran parte para dar explicado- aptas para darnos datos exactos que serán útiles para la historia
la atención deberá ser fijada especialmente en la cultural ss. Contienen, en efecto, a menudo recuerdos de situaciones
presencia de arcaísmos, que ya no existen hoy día. Cuando se estudia la historia de ¡as

'69
COSIDOlógicas de un pueblo, no podemos abstenernos de los la historia de la psicología de un pueblo: Lo cual no sucede
etiológicos. La mayoria de ellos no son, desgraciadamente. --frecuentemente. Casi siempre no son más que la expresión de las
de fe. porque están totalmente transformados con objeto de i .aspiraciones y del estilo de vida de las poblaciones actuales.
o 'de edificar. Los elementos a los que hace alusión E. Bau­
son en estas condiciones, generalmente, detalles' del relato, g) Los recuerdos personales.
po tienen importancia para las conclusiones que el autor
sacar. Son fuentes en las que la transmisión opera libremente y que
se perpetúan en el recuerdo del testigo. En razón de su modo de
relato estético. transmisión, no remontan generalmente más que algunos eslabo­
nes, que deben ser hallados todos para poder juzgar el valor de la
relato estético forma una s~bcategoría y no sólo un tipo de información de la fuente. Esta transmisión se efectúa en familia
porque su carácter artístico es tal que le distingue de las o en el mterior de una vecindad. El objeto del reJato, general­
categorías de relatos de una forma muy neta. mente es acrecentar directa o indirectamente el- prestigio del na­
Estas fuentes aspiran a complacer a los auditores. Todo está rrador.
rdinado a este fin. El elemento histórico se reduce a menudo Los datos que suministran estas fuentes son muchas veces
Lelón de fondo sobre el que se desarrolla el relato, cuyos datos de una precisión asombrosa, al menos cuando su información es
rueden en ningún caso entorpecer su curso. De esta forma los buena y diversa. Se utilizan estas tradiciones para el estudio de
que tienen defectos o son vagos, son objeto de añadidos una época no muy lejana del pasado y para todos los tipos de in­
retoques. Podemos imaginarnos las causas y los motivos. Se vestigaciones históricas. Como su falsificación es rara, se les puede
personajes y se introducen otros nuevos. No existe conceder una credibilidad grande. Ofrecerá su mayor interés para
por situar a personas anónimas pero se idealizan las el conocimiento de las situaciones económicas, demográficas y so­
ras conocidas. En caso .de necesidad no se titubea en fusionar ciales del pasado; menos interés tienen para el estudio de las
(ias tradiciones o en escindir una sola en diversos fragmentos. condiciones políticas o institucionales, a no ser que el informador
breve que ésta sea, por exageraciones o tensiones que se le esté bien calificado en estas materias.
, domina a la realidad. Estas características del relato
han sido ampliamente descritas y tratadas por diferentes
~~1Il()res :l4. La mayor parte de estos relatos son objeto de una trans­ 6. - Los comentarios
sión lihre. Este tipo de relato puede comprender tres subtipos:
eropeya, la leyenda y el cuento fabuloso, según acentúen más Las fuentes de esta categoría tienen dos características co­
[ll'cialm ente el elemento dramático, el elemento edificante o el munes: presentarse en forma de breves informaciones y ser fuen­
i\C meniO fantástico respectivamente. Si se debe renunciar a clasi­ tes, bien accesorias a otras, bien estrechamente ligadas a una situa­
fic';¡rlos en tipos, es porque la línea de demarcación entre los difc· ción dada fuera de la cual no son transmitidas. Pueden tener un
rt'1l1CS subtipos, a menudo es vaga. valor muy grande si remontan a una información segura, puesto
Los relatos estéticos son transmitidos frecuente y libremente ~ que en la mayoria de los casos ninguna influencia las altera y
e:-:lnil sujeloS a numerosas transformaciones debido a su objetivo son tan breves que su transmisión no exige muchos cuidados.
que es fascinar. Las deformaciones pueden ser debidas también a Nunca tienen un carácter histórico principal, sino que sus objetivos
lIsas didácticas o morales. Se racionaliza, se idealiza y se sien\e son jurídicos o didácticos.
necesidad de satisfacer el gusto de los auditores por un clima\.. Las distinciones entre los géneros son, sin embargo, netas y
'1 sensación o un bello desenvolvimiento del relato. Todos lo~ siguen las circunstancias en las que se utilizan, los precedentes
que tratan de este tipo de fuentes subrayan la falta de jurídicos en el tribunal, los comentarios explicativos cuando se
[lanza que se les puede otorgar 35. Pero si la transmisión ha sido trata de una fuente y las notas ocasionales en cualquier otra cir­
slIlicientemente bien efectuada, estos relatos pueden ser fuentes cunstancia.

--
170 171

..
Col::O:o fuente de la historia estas microtradiciones son ínestima­ ras generaciones. Un falso comentario ha sido creado. Su informa·
en todos los campos, como demuestra la discusión de los .tipos. ción es nula. El comentario da explicaciones diversas, dilucida el
sentido de un arcaísmo, subraya la significación rustórica de nomo
bres de lugares o de personas, explica las alusiones poéticas o los
El precedente jurídico.
dobles sentidos. Es decir, que parte siempre de una o de varias
Son tradiciones que suministran directlvas para la solución de palabras del otro testimonio. Se debe considerar que cada comen·
jurídicos. Un precedente crea el derecho. Ese tipo tario que se vincula a una palabra o a un grupo de palabras de un
carácter jurldico puede ser comparado con otras fuentes de testimonio sobre el que se inserta, es una fuente distinta. Estas
~tlr~hivos escritos. Casi nunca hay técnica formal de transmisión. tradiciones son, pues, muy breves, precisas y no falsificadas y
no es menos' ,precisa por ello, porque las partes interesadas r-aramente deformadas, a no ser que sean completamente inven­
.Ia solución del problema ejercen una vigilancia de la transml· tadas.
Este tipo de (uentes comprende no sólo decisiones referentes La utiJidad de estos comentarios es enorme. Sin ellos no se
a cuestiones julÍ~icas del pasado, sino que puede también englobar comprendería prácticamente ninguna fuente cuajada ni ninguna
cuestiones forenses, cuestiones relativas a las instituciones, etc. poesía. La mayorla de los que utilizan fuentes orales no se dan
En.tanto que fuentes jurídicas, los precedentes están sometidos cuenta de que éstas son tradiciones distintas de sus tradiciones
a un severo examen por parte de los jueces Y de los interesados. madres y esto es un gran peligro como muestra el siguiente ejem­
Su transmisión es, pues) fIeL En tanto que fuentes de archivo. se plo. Hemos dicho que un proverbio, que es una fuente cuajada por
les puede conceder la más alta confianza. Pero no dan perspec· excelencia, es prácticamente siempre digno de fe. Los rundí citan
tiva históríca ni esbozan una evolución del pasado. Por otra parte, a menudo uno que dice: «Eso crujió en Nkoondo». Como es bas~
. no se pueden atribuir a una época determinada del pasado, del rante oscuro, está acompañado de un comentario explicativo. Díce­
que surgen todos como fórmulas didácticas sin edad. Pueden, sin se que se aplíca a la batalla que el regente Ndivyaariye libró con·
embargo, ser utilízadas con gran éxito en el estudio del derecho tra el rebelde Twaarererye. Este sufrió una derrota en Nkoondo.
Se siente la tentación de incluir todo esto en la historia. Pero si
y de las instituciones. se investíga un poco más a fondo se verá que el comentario del
El comentario explicativo. proverbio no es fijo. Otros dirán: fue el rey Mweezi qUlen se batió
bl con Ndivyaariye. Y aún otros: «No, con Macoonco», etc. La diver~
El comentario explicativo se recita en ocasión de la comuni~ sidad de comentarios explicativos muestra que no han sido trans­
cación de otra fuerite de la historia, que él comenta. Su transmisión mitidos regularmente y que han sido inventados nuevos comenta~
pues, está ligada a la de otra fuente, pero sólo parcialmente, En rios. El único punto sobre el que todos están de acuerdo es que
efectO, está destinado a esclarecer las partes incomprensibles de Nkoondo fue un campo de batalla. Se debe se:- prudente y reco·
otro testimonio, Cuando el auctitor no corrlprende estas partes nocer un comentario explicativo cada vez que existe, so pena de
puede pedir la explicación Y el comentario se transmjte, o DO pe­ cometer grandes errores de valoraci6n en la interpretación de las
dirla, en cuyo caso es posible que el narrador no la dé, provocandO fuentes., En cuanto a los propios comentarios., son dignos de fe
así la pérdida del comentario. Así, pues, el comentario explicativo cuando son origma~es, pero su originalidad sólo se puede compro­
nace siempre entre uno o varios testigos de la cadena que transmi­ bar comparando ¡as diversas variantes que de ellos circulan. Pero
te la otra tradición. Pero bastante a menudo se crea un falso testi· aquí debemos referimos a la posición de principio: sin indicio
monio explicativo para después. Supongamos que un poema o un concreto, no se puede rechazar la evidencia aportada por una
proverbio haya perdido en vanOS años su comentario explicativo fuente,
porque nadie lo haya pedido. En un momento dado Uf, auditor
pregunta algo. El lCstigo no sabe responder, ya que él mismo no
sabe lo que cuenta. Si es inteligente intenta suponer hipotética·
a
mente una explicación, que pasará como buena y única las futu·
173
172
Las notas ocasionales. para mostrar las variaciones posibles dentro de un solo tipo habría
exigido Ja redacción de un libro entero, Nuestro objeto sólo ha
A veces, paseando, unO se pregunta cuál es el origen de algo sido proponer una tipología, .atraer la atenCIón sobre la diversidad
ve, o cómo talo cual cosa está organizada como lo está. Hace­ de tipos existentes y demostrar que cada fuente tiene su valor
la pregunta y regularmente se nos responde: -No lo sabe· propio y proporciona ciertos datos y no otros. Cada tipo de fuente
. Pero, de vez en cuando, se da una respuesta breve, en estBo posee también sus sesgos y sus Jimitacíones. Pero la gran variedad
que relata una tradicíón. Un ejemplo kuba: _El maíz de fuentes que existe permitirá superar estas irregularidades par­
~ llevado por Shyaam., un ejemplo rundi: «El clan real es umu· ticulares, comparando los datos provenientes de diferentes tipos
anza, umuhiíza» los ilustran. Estas notas son transmitidas nlani­ de fuentes. Ya sólo nos queda decir que todas las tradiciones oraJes
hame.ntc al azar de las preguntas. Su contenido-no tiene ninguna ,están sometidas a algunas limitaciones más generales y a algunos
para las gentes, sólo dar una información didáctica sesgos más profundos cuyos efectos intentaremos mostrar en el
y poco importante. Su objeto es principalmente histórico siguiente apartado. Es necesario profundizar la naturaleza y exten,
carácter didáctico parece muy a menudo se~undarlo, De hecho, sión de estos efectos para darse cuenta de las particularidades del
fuente prácticamente inalterada, resultante de una obser· conocimiento histórico que pueden adquirirse mediante las tradi,
hecha al azar y transmitida por azar también, lo que eAIJ>H,d dones orales.
qué hay pocas de este género. La mayor parte han pereCido
tiempo después, pareciendose en esto a JOS recuerdos per-
2, Los prejuicios de la tradición
Estas fuentes tie.nen gran interés para el historiador. Se po­
comparar su valor y sus características a Jos de datos arqueo­ Toda tradición oral está más O menos estrechamente víncula
. Pueden ser de cualquier naturaleza y, prácticamente, no
w

da a una sociedad y a una cultura, de la que es producto, Toda


alterados. Y pueden ser importantes, Los dos ejemplQs que tradjción, pues, está influida por esta cultura y esta sociedad,
de ser citados arrojan luz sobre fases importantes de la que condiciona su propia existencia. Generalmente no vemos hasta
kuba y la de Burundi. La introducción del maíz, una plan­ dónde llega esta dependencia de la tradición respecto de la cultura
alimentación de base, es un acontecimiento importantísimo, en cuyo seno vive, Es por ello que esbozaremos aquí una compa­
se puede relacionar con un crecimiento de la población del que ración entre las fuentes orales de Ruanda y de Burundi, antes de
habla en otras fuentes. El conocimiento del clan real de Burun· ,, pasar a tratar de forma más general de Jos sesgos de la tradición,
vincularse a otros clanes, especialmente del sur del para mostrar que su presencia depende de la existencia de ciertas
del que sabemós por otras fuentes que es originaría la instituciones de )a sociedad misma.
En ambos casos las informaciones son interesantes. En el
la nota ocasional aporta algo a la explicación de otro
~omeno histórico ya conocido, en el segundo lo verifica.
1. -los tipos de trad¡cjones y la estructura poUtica:
el interés más grande de estas fuentes corresponde a la el ejemplo de Ruanda y de 6urundi
cultural. Es ahí donde se Hallan la' mayoría de huellas
Ja difusión de objetos, de ideas y también de instituciQnes. Los tipos de tradiciones existentes en los dos países ci tados
son mostrados en el cuadro IV.
Lo primero que sorprende al observador es que todas las fuen­
tes que existen en Burundi se hallan también en Ruanda, donde
además existen muchos más tipos. Es muy fácil demostrar que la
Esta descripción de diferentes tipos de tradiciones orales no existencia de todos estos tipos suplementarios deriva de la exis­
más que un boceto y como tal debe ser aceptada. Un trabajo tencia de instituciones políticas propias de Ruanda y no de Bu.
detallado, comprendiendo un número de ejemplos suficientes rundi, La estructura política de este últímo país no favorece la his­

175

~~~ .. -,---. --~~-"~-,,


toda. Burundi estaba gobernado por una familia real. los abú·
.CUADRO IV
gam.va, de la que el rey era el primero. La estructura politica era
muy tluida. Cada umuganwa poseía tierras en las que ejercia todos
"TIpos <le tradiciones exl"'_. en lIunmdi Y en Ruarida los poderes. Intentaba combatir a los abaganwa vecinos para en­
grandecer su territorio y todos los abaganwa se agruparon en dos
RUANDA o tres bloques, con lo que el poder quedó equilibrado. A la muerte
BURUJ-.'D! de uno de estos jefes, sus hijos no le sucedían necesariamente en
NOUlbre I Clase el gobierno de la provincia. ventilándose la sucesión entre los par~
Nombre Tipo Tipo vernáculo tidos de Jos jefes existentes. Además, cada jefe nombraba a sus
vernáculo subjefes, y a su muerte, el sucesor los destituía a todos, nombrando
umugani A a los que éJ quería. Notemos aún que los límites de estas provincias
+
relato no histórico
variaban sin cesar. Con ello se obtiene la imagen de una estructura
politica cambiante y fluida. Nada favoreda, pues. la aparidóJ? de
\
relato histórico +
tradiciones orales. No había provincias fijas, por consiguiente po­
• ! relato etiológico
recuerdos personales
+
+ \ Ama~uru cos sucesos para una historia Jocal; fuera de la del rey no había
1gitee:kerezo! A grandes familias, por consiguiente poca o ninguna historia de farnl*
I comentarios explicativoS + ,
• + lia; y finalmente, no había organización central alguna donde se
• \ notas ocasioru>!es pudieran hallar historiadores oficiales como los abiiru. En verdad.
testimonio ocular +
• Burundi era más bien antihist6rico. Los abiiru, si hubieran exis·
+ 1umugani tído, habrían sostenido el poder real, Cosa que ninguno de los
Umugani \ Proverbio 1 imbyin o abaganwa deseó. El rey era primus inter pares y no único. Todos,
Vruririmbo Canción popular + al contrarío, tenían interés en olvidar la historia; tanto el jefe que
" ___;"....&>,, ........hlf'.d indirimbo
Í11iUlnga se hallaba en provincias, ("omo el subjefe dimitido, como el rey
igisigo que se apoyaba una vez en una facción y otra vez en otra. lIn viejo
I B jefe me decía que nadie en la corte se interesaba por la historia.
al'lU1ZÍffiI
- (2)
-(2)
!poesta gueITe.l.<I. 1 icyiVf.Lgo
Ipoesía pastoral ¡ amazinaa \
I t,

La situación política explica este hecho. La únlca tradición ora]


que se halla es puramente popular: relatos tomados como tales.
dinastico ~~wiiTU
y·in.
19trage
\
..•
/!

+
canciones y proverbios. Por otra parte, no existían especialistas
en tradiciones. Los guardianes de las tumbas d,e la dinastia o los
igiteekerezo ~ de] tambor nacional no eran más expertos en tradíciones que sus
compatriotas.
, ubucut'atJ~ e En Ruanda la situación era completamente diferente. El rey era
Genealogía real ¡ wenge maestro de todos. Gobernaba por mediación de grandes familias
tutsi a las que daba feudos semihereditarios, cuyas fronteras eran
aproximadamente lijadas. El Gobierno se efectuaba por una adml­
leyenda; A, textos libres; B. textoS cuajados; C, listas, nistración directa, por la existencia de una organización militar y
+. idéntico; -, no existe.
El relato loca! comprende también los relatos de instltudones
por los contratos de vasallaje ubuhake que gravaban sobre el ga·
especificas, como las de los ejércitos que A. Kagame clasiftca nado. El esquema siguiente explica cómo esta organización está
separadamente. íA. Kaga.me, La notion de géneration. pp, S&-40}. acompañada de tradiciones orales diversificadas, El poder real
2, Una poesía penegíríC& pmaZ'lna existe en Burundi, pero no con­ está exaltado y justificado jurídicamente por el ubwiiru, el ubucu­
tiene prácticamente nunca elementos históricOS. rabwenge y los íbisigo.
El ubwiiru es el código religioso y jurídico de la realeza, la

177

176
I
i
healogia dinástica funda la legitimidad del soberano actual y su
estigio como descendiente de una larga línea, los ibisígo son recer diferencias en el interior de Jos géneros populares. Estas Son
negíricos, poemas de propaganda para ensalzar la realeza. Los .culturales y consecuencia de diferencias en la literatura oral en
firiimbo ina,anga y icyiívugo se refieren al ejército, los amazinll. general. Estas diferencias culturales Se manifiestan igualmente
también se refieren al ejército, Jos relatos familiares a las en las tradiciones no populares. Así, las ruVÍsas tamborileadas por
familias, los relatos locales a las unidades administrativas los reyes, no existen más que en las regiones donde el lenguaje
instituciones como los ejércitos. El pueblo cultiva los mis. tamborileado está en uso, y no en otras partes.
( ::teros que en Burundi: los relatos, canciones populares y Sin embargo, se debe observar que las diferencias culturales
entre tradiciones frecuentemente sólo afectan a su forma específica
El caso de los relatos es bastante complicado. Existen los íC;' y a su modo de transmisión y no a las características de los pnr
erezo populares que son conservados a causa de su carácter pios tipos. Una divisa tamborileada, una divisa cantada o una divisa
erelatos estéticos por toda la población. Otros están menos espar· hablada, siguen todas las caracterlsticas de este tipo. Un relato
y dimanan de la corte, especialmente de los abacurabwenge estético pigmeo diferirá quiZás estructuralmente de un relato rundi,
fuera de las genealogías, debían conocer tambilm todos los
históricos. Otros aún, provienen probablemente de los abí;­ apero
las ambos
gen tes. conservan Su calidad de textos destinados a fascinar
mismos. Los señores deseaban entender estos relatos dinásticos
. incitaba a los clientes que buscaban sus favores a querer ESQUEMA 11
lnrp.nd~rlos también. Si se prosigue esta encuesta a nivel de los
por ejemplo canciones, se manifiesta la misma situa­ Tradiciones orales y estructuras políticas
está vinculado a los grupos sociales que tienen una sigo
política O bien a ciertos géneros populares, que son los BlJRlJNDJ
se hallan en Burundi. El esquemaII muestra gráficamente
que acabamos de exponer. , I FAMILIA REAL]
Las Limitaciones de la tradición oral
.,
Molivos reales y relaros etiológicos
Al aclarar el porqué de esta diferencia de tipos entre Ruanda
Burundi, hem0, comprobado que se explicaba totalmente por la
ferencia de las instituciones políticas, Si la comparación hubiera
hecha entre los dos Estado.s y el Estado kuba, se habría visto i
la !\layaría de las diferencias eran debidas también a las es· Administración flUida
"lIraS políticas. Sin embargo, en este caso no se advertiría que
diferencias de tipo son el .resultado de diferencias culturales
contadas dentro de la estructura política y que se manifiestan
el nivel de lo que podemos llamar tradiciones populares.
Una comparación con los grupos pigmeos habría demostrado
r PUEBLO I
Relatos históricos
mismo hecho. Entre ellos -'no existen tradiciones oficiales, al Relatos etiOlógicos
. . al que no existen instituciones políticas reales, Las únicas tra­ Recuerdos personales
~diciones haBadas son las populares 3(;, 10 cual prueba una vez más Comentanos explicativos
¡'la importancía de las estructuras políticas para la existencia de Notas ocasionales
r estintonios oculares
!tradiciones especializadas. Aquí, además, la comparación haría apa­ Proverbios
Canciones populares
17l!

179
Se deriva de ello que son las estructuras políticas y accesoria­
RUANDA mente las sociales, las portadoras de las tradiciones orales no popu­
lares, Estas tradiciones, 'pues¡ tienen todas funciones políticas o
I REY 1 sociales y sufren los sesgos correspondientes a sus funciones. Pero
hay más todavÍa. En la ausencia de instituciones no hay tradicio·
nes. Cada cultura ha escogido la historia que corresponde a su
estructura y los conocimientos históricos que se pueden adquirir
por el estudio de estas tradiciones se inscriben en un marco res­
ubwiiru\ \ tringido, aquel que la sociedad se ba dado. Esto quiere decir que
ubuJrabWenge + Coment4 rWS son limitaciones de la tradición. Sólo las tradiciones populares esca­
-parán a este marco. Pero suministran desgraciadamente datos di~
Luga\eS real<'>\ Relatos etiológicOs saciados que, a menudo, no permiten remontar muy lejos, La imica
excepción se compone de canciones y de proverbios. Y aun los
Administración fija Ejército Contratos feudales comentari&s explicativos de éstos son con frecuencia muy mal trans~
I I ! mitidos.
Historia. regional lcyivugo
I,
I' De esta situación resuita que es sobre todo la historia de los
I
\I \ amatina y'inktL Estados organizados la que puede ser seguida por la tradición,
Es típico que D, Westermann haya escogido como subtítulo de su
i ' I libro Geschichte Afrikas Staatenbildungen "üdlich del Sahara., Para
I GRANDES FAMILIAS I las regiones en las que no habían Estados, sólo ha hallado datos
más o menos precisos de migraciones, Generalizando, se llegan a
distinguir diferentes clases de tradición histórica global suminis­
Historia familiar trada por la tradición oraL Se puede bablar de historia de Estado,
Canciones nobles , de historia de sociedades segmentarlas, de historia de pueblos y de
historia de microsociedades, según los diferentes tipos de sociedad,
I PUEBLO I e indicar sus principales características.
La historia de los Estados alcanzará una profundidad bastante
grande, será bien transmitida y bastante variada. Las federaciones
de Estados, los Estados no enteramente centralizados, los micrcr
Relatos etiológicos estados yuxtapuestos, suministrarán más fuentes diferentes que los
Recuerdos personales Estados unitarios. Se tendrán, pues, más opoJ.:tunidades para com·
Comentarios explica.tivos parar las tradiciones diferentes en estos Estados y se podrá llegar
Wotas oCilsiona.les asf a conocer mejor los acontecimientos del pasado que en los
Testimonios oCfllares
Proverbios Estados fuertemente centralizados.
Cañciones populares La historia de las sociedades segmentarias será menos profun~
Retatos pOpulares da, menos bien transmitida y se basará casi exclusivamente en las
genealogías y en las tradiciones familiares. Fuera de estos tipos
de fuentes se bailarán también algunas listas de migraciones y de
Leyenda.
REY: Clases políticas.
AdmInistración fija: Estructuras políticas.
mitos, Pero aquí será ya muy difícil reconstruir la historia del
grupo porque las fuentes son tan estereotipadas que corren el ries~ \

UBWilRU: tipo de tradición. go de perder todo significado.


Lineas de estructuras. La historia de las ciudades tendrá la particularidad de estar \
_ _ _ : Vínculos entre tipos de tradición.
181
189

._,__. _ . __ , _ _ ,_, ' __ 0 < _


Iompetencia con los documentos escritos. En todas las ciudades
, .0 es conocida la escritura menos en las ciudades de Yoruba
organizados en Estados Podía ser hallada y que, entonces, la pers.
Aunque la escritura sea conocida, se hallarán, sin embar· pectiva histórica corría el riesgo de ser muy deformada, puesto
.ado de las crónicas escritas, tradiciones orales en forma de que la bistoria de los Estados desaparecidos se desvanece con ellos
maravillosos, de gencalogías y de tradiciones de familias, y no deja ningún rastro 11'1, Debe reconocerse que esta objeción no
lo muestra el caso de las ciudades del Atrica del Este como está desproVista de fundamento. Esperamos haber demostrado en
Lamu y Kilwa. este apartado que tradiciones orales existen en todas partes y
historia de microsociedades, de sociedades cuyo grupo más que, por otro lado, existen otras ciases de tradiciones orales que las
. sobrepasa la familia extensa, o una colección de fami· de Estado. Las de las sociedades segmentarías especialmente, que
lextensas (muchedumbre) es prácticamente inexistente. Las tra· están muy extendidas en el mundo. Sólo la experiencia puede pro­
muy mal transmitidas, muy poco profundas y siem· bar .hasta qué punto el argumento del profesor Fage es válido.
Suponemos que un estudio bistórico en profundidad de las socie.
podría alargar la lista de las clases de historia que hemos dades sin Estado POdria revelar mucho más de su rustoria de lo
incluir el tipo de historia de las sociedades en grupos que generalmente se cree. No ha sido intentada todavia la expe.
riencia.
una historia de ciudades de una historia de
grandes que la ciudad, etc. De hecho, cada tipo
~ocledad posee sus propias características que se reflejan en su
3. La aportación de las ciencias auxiliares
ejemplos que hemos dado están simplemente destinados
~úablecer la siguiepte afirmación: La tradición oral está condi·
Fuera de la tradición oral, otras ciencias pueden también sumj.

por la sociedad en la que prospera. Toda tradición oral nis!rar fuentes para el conocimiento de la historia. Su número es

pues, lógicamente limitada por las fronteras de la estructura teóricamente indefinido. Cualquier ciencia tiene un aspecto histé.

sociedad en la que existe. Está limitada geográficamente por i rico. De esta forma, la etimología puede ser útil para la historia
de Ruande probando Con la ayuda de la fauna húmica, que una
fronteras de esta sociedad y está limitada en profundidad
la profundidad estructural de la sociedad. Así, pues, la tradi· f región de este país desde hace diez siglos al menos, había sido
nos da siempre un conjunto de conocimientos históricos ' una sabana y que en lo pasado había sido propicia para la cria
y limitado. Esto es válido también para muchas fuentes de ganado, lo que confirmaban en este caso los datos suministrados
y las fuentes orales y las escritas se parecen mucho a por las tradiciones orales. La astronomía es una ciencia auxiliar
respecto. El factor dirigente y Itmitativo más importante en cada ve¡, más utilizada para establecer la cronología. Si la tradi.
ción refiere que un eclipse Se produjo bajo uno u otro jefe y se
casos es la estructura política.
'podemos preguntamos si el hjstoriador posee un medio para conoce el número de generaciones transcurridas después de esta
fecha, puede hallarse la fecha exacta del eclipse.

Entre todas las ciencias, sin embargo¡ hay especialmente cua~

~epasar los límites de la tradición. Creernos .que sí. Puede utili·


ttradiciones de otras sodedades, si se refieren a la primera y si
Fsan sobre una buena informaciÓn. Puede referirse a escritos. tro que pueden ser útiles al historiador de pueblos sin escritura.

llICipalmente a los de otras sociedades, o puede completar sus Estas son: la arqueología, el método histórico-cultural, la lingüísti­

ca y la antropología física.
~cimientos históricos con los resultados de toda una serit·. de
auxiliares que, pese a sus limitaciones propias, ampliarán Especificamos en las diferentes secciones de este apartado,

de posibilidades. cuáJes pueden ser las aportaciones de estas eua tro ciencias a los

de pasar a la descripción de las diferentes ciem.. :as conocimientos históricos. Estas son, junto con la tradición oral,

y de su aportación al conocimiento histórico, debemos las ciencias en que se basa la etnorustoria, tal como lo aprecian

los miembros de la escuela americana 38


pre~tar atención a una consecuencia de la limitación na tu­
la tradición oral. Hemos dicho que sólo la historia de pueblos

183

J
ción habria podído hacer estas deducciones a la vista de las ruinas,
creando la tradición del potente reino a partir de dichas ruinas.
arqueología Esto no es muy probable, pero es cuando menos posible.
Lá arqueplogía puede esclarecer ciertos hechos del pasado y Muchas veces sólo es por probabilidades que se llega a excluir
particulannente las mígraciones Y la cultura material. Sin la hipótesis de una influencia del propio lugar sobre la tradición.
en numerosos casos no es posible establecer un vinculo Un buen ejemplo de tal probabilidad, dirigida es cierto, proviene
descubrimientos arqueológiCos Y los datos obtenidos por de Nkole. Las tradíciones pretendían que un determinado lugar,
tradición oral. No existe tradición sobre ninguno de los des· manifiestamente ocupado por un.a población anterior, había servido
únientoS de la Edad de la Piedra. Para los periodos más tardíos . de residencia a dos reyes diferentes que no se sucedían de cerca
puede establecer una conexión eatre las tradiciones Y ciertos en la genealogia dinástica. Las excavaciones han demostrado que
de significación arqueológica. En Ruanda, los labradores bajó el primer lugar habla un segundo, desconocido de Jos habi·
a veces en el suelo objetoS cuya forma dífiere de la de tantes de la región, mucho mas pequeño que el primero. La tradi·
días. Se atribuyen a una población desaparecida; los reno ción tenía, 'pues, razón, al pretender que el lugar había sido ocu·
Un examen más profundo de la tradición concerniente a los pado dos veces y muy verosímilmente también la tenía cuando le
ha puesto al descubierto que al menos en la opinión. de dío el nombre de los reyes que alli habían vivido", Este ejemplo
estos objetOS de hierro no pertenecen a la cultura renge:Jl¡. es útil para mostrar al mismo tiempo cuáles pueden ser las rela­
bien claro que los habitantes han referido los descubrimien· ciones entre la arqueología y la tradíción. Esta indíca lugares que
arqueológiCOS a otros habitantes, de los que la tradición afirma el arqueólogo puede excavar. Y su trabajo lleva al descubrimiento
poseían la tierra antes de los primeros ocupantes. Una prueba de grándes cementerios a lo largo del río Kisale en Katanga, perte­
ello es que, en ciertas regiones de Burundi. adyacentes a Ruanda, necientes a una cultura que conocía el hierro y el cobre. La exten­
hallan objetoS de las mismas culturas prehistóricas que en estas sión de los cementerios indica una concentraCÍón de población tal
. :5 se atribuyen a los abahoondongo y no a los abarenge, que no podemos engañarnos mucho al decir que debía ser centro
se debe, simplemente, a que allí la tradición se refiere a los importante de un Estado organizado. Según esto, las tradiciones
orales de las ramas luba, especialmente de Kataoga, pretenden que
Y noque
Loondongo raro a los renge· tradiciones deban su origen a vestigios
algunas sus imperios y reinos descienden todos de un prototipo que estaba
queológicos que han permanecido visibles; son entonces inter· situado en la región del lago Kísale. Hay aquí, pues, una impre·
por medio de una leyenda local etiológica, pero, general. sionante concordancia entre todos los datos disponibles.
no se puede conceder el menor crédito a estas le):endas. La arqueología puede proporcionar elementos que permitan
dificultad que se encuentra en el empleo de los datos identificar culturas protohistóricas con poblaciones de las que las
~queoIÓgicos, estriba en identificar unas culturas protohistóricÍl.s tradíciones han guardado el recuerdo. Por otra parte puede procu·
rar datos útiles sobre las migraciones y el comercio en los tiempos
:on unas poblaciones cuyos nombres están conservados en las tra·
~iciones. La identificación es muy dificil y raramente desemboca en protohistóricos, datos que pueden desprende"e de.la difusión de
la verosúnil. Así, se hallan en toda la región d~ los lagos de Amca ciertas técnicas. La cerámica es especialmente interesante desde
este punto de vista. También hay datos que pueden concordarse con
'central tradiciones que se refieren a los «bachwezi" que hace baso
. tiempO fundaron un imperio desaparecido. Se hallan en c los que provienen de la tradíción, La arqueología proporcion.a fuen·
,Uganda todavía vestigios de grandes diques y canales, todos prá ­ tes históricas directas, pero muy a menudo es incapaz de situarlas
¡ricamente de forma circular, que la población atribuye a los bacb· en un contexto histórico. Proporciona datos datables y datos que
importancia de estos vestigios permite deducir que estoS
remontan mucho mas lejos en el pasado que los de cualquier otra
!irabajos sólo pudieron ser ejecutadoS por un gran número de
ciencia humana. Todas estas cualidades hacen de ella la ciencia
Iobreros , probablemente esclavoS, lo cual supone la existencia de uni
auxiliar más necesaria y útil para el historiador de las tradiciones
organizado. Como la tradición subraya que los bachweZ orales.
! fundadores de un Estado, hay ya alguna razón para atrio
~buirles estos grandes trabajos", Pero subsiste una duda. La pobla·
185

,
J".
Si, en una reglOn dada, haIlamos que una forma A del ele­
El método hlstórico-cultural rmento estudiado está extendida por todas partes o en una gran
''Parte del área estudiada y que el centro está ocupado por el el&
Este roéto(;{) etnológjco intenta establecer parentescos de cultu­

y hallar el desarrollo de la evolución de cada cultura compa­


~ento R, A es más antiguo que B. En efecto, no puede haber
los rasgos culturales comunes a ambos grupos. Presenta
[habido difusión directa de un lugar con forma A a otro, sin .pasar
analogía con la arqueología porque se funda igualmente, en
por R. Por el contrario, si el lugar que actualmente es B fue A antes
sobre la difusión. Las grandes diferencias entre estas cien­
de la difusión se explica fácilmente. B es, pues, una innovación
en que el método hlstórico-cultural no se limita al
en relación a A. Una buena exposición de este método es la de
de la· difusión de ~os objetos. sino que incluye Y com­
Kroeber, donde muestra cómo pudo rememorar la evolúción
todos los rasgos culturales de una sociedad, los espirituales los ritos religiosos en Calífornia, siguiendo la extensión geográfi­
y que los datos de este método no son materiales como de los diferentes ritos existentes. Así llega a postular para cada
arqueología: son testimonios materiales o inmateriales una serie de estratos culturales, de estadios culturales suce­
pueden contener datos sobre un estado de cosas anterior. Los
que explican la dispersión actual de los diferentes cu,ltos ".
de la arqueología son por el contrario directoS.
t.ercer método ha sido utilízado especialmente por la escuela
El métOdO histórico-cultural parte de la comprobación de que
de Viena oH, La única diferencia con el segundo
rasgos culturales sólo pueden ser engendradoS por dos causas:
que en éste los estratos culturales son establecidos a nivel mUD»
evolución independiente o una doble invención, Y un origen
dia!' Así la cultura de los pigmeos de Africa y de los negritos de
bien una descendencia de una cultura común! bien
un Malasia, conservan los rasgos del estrato cultural más antiguo exis»
'.'?i:t~staroo de una de las dos culturas a otra o de las dos a una
en el mundo. F. Graebner y W. Schmidt. que elaboraron este
utilizaron dos tipos de criterios. El criterio cuantitativo,
ra por difusión. El rasgo cultural es la unidad de comparación.

" considera como la molécula de la cultura, la más pequeñísima


_ que anota el numero de rasgos culturales comunes a dos
¡culturas; si este número es elevado, la probabilidad de difusión
:'!srcela de una cosa o de una institución, de cultura ancestral común lo es igualmente. El criterio cualita­
Este método puede Y ha sido aplicado en treS formas. Pode-
estudiar la difusión de un solo elemento a través del mundo, trata, no del número de rasgos comune:, sino de la com­
>jj,demo intentar estudiar la difusión de un gran número de el.,. tplejídad interna de los rasgos O de los haces de rasgos. Si se halla
Sen una área geográñca continua Y bien delimitada o se del ajedrez en diferentes culturas, será altamente proba­
estudiar la dispersi6n de un gran número de elementos por que este juego no haya sido inventado das veces, sino difundido
~anes mucho más vastas, por un continente o por todo el mundo.
<
una cultura a otra. En efecto, este conjunto de rasgos es úm
Un ejemplo del primer método es el estudio de la dISpersión
tComplejo que no se puede imaginar que se hubiera realizado dos
,ilófono en Africa y, más especialmente, del nombre aplicado
en la historia de los inventos humanos, Notemos todavía
este instrumento. La comparación de xilófonos javaneses y afri­
por la cuenta de rasgos utilizados en el momento del empleo
mos prueba que están emparentados y que probablemente
son criterio cuantitativo, los rasgos unidos entre sí por una rela­
\!'ip.lnarios de Indonesia. El instrumento es, en efecto, muy
com· de causa a efecto no tienen el mismo valor numérico que los
para haber sido inventado separadamente dos veces, Segui­
[trasgos totalmente independientes. Si en dos culturas se hallan
~mente, su dispersión por Alrica y el estudio de sus nombres,
dos ragos: «tocado complicado - protegenuca», éste tendrá me
valor que si se halla por ejemplo «deformación de los cuernos
w

que se difundió a partir de varios centros situadoS a lo

de las costas, especialmente de la costa este. El estudio de


ganado - protegenuca», porque en el primer caso el «prategenu~
nombres muestra que la difusión fue rápida Y que los portugue­
se explica por la necesidad de no desarreglar el complicado
fueron los responsables de la introducción de este instrumento,
btocado. Un último punto de interés es que existieran rasgos cultura­
excepción de un rincón, en Africa, la región de MaUndi 4'
que por retraso (survival, culture-lag) hubieran sobrevivido a la
El segundo método aplica el muy conocido principio de la edad
de una cultura y fueran incorporados a las siguientes.
área (age-area), empleado también en dialectología
la presencia de cuchillos arrojadizos entre los kuba, de los que

lB1
recta con 10 que sabemos sobre los mecanismos de aceptaci6n y
ha olvidado completamente el significado, es un caso de survival. integración de elementos extranjeros en una sociedad y una
gos de este género serán mucho más interesantes que otros cultura.
cálculo de estrato.s. 7.· La complicación del pasado cultural no permite recons·
Los métodos utilizados por la etnología histórica han sido a truir los estratos con un mínimo de probabilidades. Durante tres
,nudo criticados por los mantenedores de las demás tendencias siglos, la cultura kuba 'ha sufrido el influjo de pequeños grupos,
,e la antropología cultural, Estas criticas pueden ser resumidas portadores qu:izá de vastos conjuntos de rasgos culturales, que son
completadas como sigue: paulatinamente integrados en el conjunto de la cultura kuba actuaL
1.' No se sabe bien lo que vale como rasgo culturaL Parece Añadamos a esto la posibilidad de que la cultura kuba haya podido
ue ningún rasgo es indivisible. Así, una mesa puede ser descom~ desarrollarse por invención en un recinto cerrado, Esto supone
esta en sus elementos, el pie de la mesa comprende varios, de un gran número de estratos. Este ejemplo demuestra el carácter
.s que la juntura del pie comprende algunos más como la espiga. hlp6tetico de la mayor parte de reconstrucciones históricas de este
espiga parece indivisible pero está elaborada de determinada género. Un cálculo de probabilidades rápido permite comprobar
adera, colocada de determinada forma y con tieterminada cola, . que en las mejores condiciones las probabilidades de exactitud
tera. y el caso aquí elegido es aún un rasgo materáaL En el de una hipótesis de este género restan extremadamente bajas.
so de rasgos inmateriBles I se puede considerar un mismo rasgo
Lo que precede viene a demostrar que los diferentes métodos
7!des.de diferentes ángulos. De hecho, parece que en las prácticas se
histórico<ulturales no están perfectamente determinados y que,
Jutilizan siempre complejos de rasgos Y q_ue se escogen de forma
además, siempre serán de una aplicación muy difícil. Es de temer,
'~~bastante arbitraria. también, que estos métodos no llegen más que con intermitencia
~'ii 2.° Ninguna cultura es lo suficiente conocida para poder re­ a resultados satisfactorios, con lo que las probabilidades de la
. ,,~¡dactar la. lista de lodos sus rasgos culturales. Cada cultura coro­ hipótesis propuesta serian más grandes que las de cualquier otra.
\,Iprende como mínimo 5000 Y probablemente muchos más. Las A nuestro entender sólo en raros casos de difusión de un elemento
'.~comparaciones han sido hechas sobre una elección al azar de ele­ a través de una zona dada y en casos limitados de difusión de com­
\",;mentos dIversos. plejos culturales en una área dada, puede este método darnos datos
;. 3."' Frecuentemente se ha trabajado con complejos de rasgos M
históricos que superen el estadio de la especulación. Precisamente
";j'muy grandes. que no son enteramente comparables. A.sí, el matriar porque el método histórico-culturaL como es práctico es también
.'[1 cado no es un hecho que se presente en diferentes culturas de for­ especulativo, nos hemos extendido a su respecto. Demasiado a
:~ma idéntica. De hecho, esta institución varía en todas las culturas menudo presenta como datos históricos lo que es sólo fantasía

.~ a
4.~ Jamás se ha dedicado ningún exaruen estadistico la for~
en las que es practicada. de la imaginación .
'~ma de calcular el número de rasgoS, ni ha sido inventado ningún 3. - Lingüística
, ~ método estadístico para calcular el valor de rasgos de valores dis­
;¡~intos: survivals, rasgoS que presentan una organización cualit.· La lingüística histórica se esfuerza en establecer un vinculo
,2 tiva, rasgos unid,lS funcionalmente, rasgos independientes, No ha genético entre las lenguas y el grupo lingüístico. Sin embargo, si
,¡ "do tampOco elaborada ninguna unidad de medida. ·bien no basta una alinidad de lenguas para infedr una afinidad de
i<~ 5.'0\1 En numerosOS casos no se tiene lo suficiente en cuenta la poblaciones, sucede que, en ciertos casos, se puede deducir un
:¡ltposibilidad de invenciÓn independiente. parentesco étnico de la relación genética de varias lenguas entre sí.
,~ 6.' Ha sido probado que el principio «edad y área, no es De esta forma, la lingüística histórica suministra especialmente da­
~,iempre válido. En efecto, este principio supone que una difusión tos concernientes a la historia de las migraciones; se obtienen así
cultural se desarrolla siempre en círculos concéntricos. El elemplo resultados muy precisos. Del estudio que ha consagrado J" Green­
de la dialectología prueba que no es necesariamente así. Además, berg a la clasificación de las lenguas africanas, aparece que el
el principio supone que la celeridad de difusión de los elementoS banru está emparentado con lenguas sudanesas y singularmente
"es la misma en todas direcciones, Y esto está en contradicción di·
!Sg
,t 188
J;;~
una de las ramas del grupo Benue-Crl:>S "_ Se deduce que
nació en la región del río Cross, de donde una buena Hay casos en los que se puede demostrar la existencia de una
las poblaciones actuales son originarias. A partir de la repartí: ",ncia genética cuando, por ejemplo, dos poblaciones que viven
n geográfica del grupo, se puede establecer, además, que mismo biotopo presentan diferencias psíquicas muy' apre.
l'<:Jables. Este caso se halla entre los kuba, donde se ha podido
igración de los bantúes fue relativamente rápida.
ramas de la lingüística como la geografía dialectal, lctemostrar que los bushoong y los cwa son dos grupos genéticos
lidiferentes, En el plano de la historia puede dedudrse que los cwa
lOmástica y la toponimia, pueden suministrar también datos
,turaleza histórica. En el momento actual, no podríamos fundar.
~onstituyeron, incluso en el pasado, un grupo de pobladones
sobre semejantes datos porque el estudio lingüístico de la
" de las lenguas de las poblaciones sin escritura no está aún .
Suficiente avanzado. A menudo se hallan en -diferentes obras etimo.
muy supernciales. Además, no es superfluo subrayar 5. ­ Conclusión
conocimiento descriptivo profundo de las lenguas de las que
las palabras que son objeto de comparación, es indispen. El conocimiento rustórico que pueden aportarnos las tradí.
si se quiere emprender un trabajo serio de comparación. ~ciones orales es en primer lugar diferente según el tipo de tradición.
La glotocronología es una técnica de naturaleza lingüística. resumen de la tipología y un bosquejo de las particularidades
se esfuerza en determinar datos absolutos sobre los que se cada tipo hace aparecer que éstos son muy diversos, que tienen
las diferencias que se manifiestan entre distintas lenguas histórico dado que comporta limitaciones específicas, pero
un solo y único grupo lingÜístico~. Entonces nos damos cuen~' una particular utilidad para el conocimiento de ciertas
de que el vocabulario de base de una lengua que se estableció y lcategorías de hechos del pasado. Luego ha sido demostrado que la
~~~~rompuso de fonna empírica, s610 evoluciona muy paulatinamente. está limitada y padece sesgos, debido principalmente a
puede determinar estadísticamente qué tanto por ciento de mfluencia de los Sistemas políticos que condicionan la existen­
vocabulario es reemplazado por nuevas palabras en un periodo cia de muchas tradiciones y accesoriamente por factores cultura~
determinado. Una comparación entre el vocabulario de diferentes les, Estas limitaciones de los conocimientos que podemos obtener
podría entonces indicar en qué momento se opero la partir de las tradiciones orales, SOn reales y el historiador debe
Precisemos, sin embargo, que esta técnica no está todavía eotarlas. Pero puede intentar paliarlas utilizando datos propor.
preparada, ni es aceptada· por todos los especia· por otras fuentes de la historia, Como los documentos es.
. tos, arqueológicos, culturales. lingüísticos o físicos. Cada una
Cuando se sabe que el mongo y el ruanda existen como
independientes desde hace treinta y dos siglos, podemos estas ciencias sólo suministra en sí una serie de datos limitados,

'.. I
una idea de lo que esta técnica podria ofrecer 47. cuya comparación permite ampliar considerablemente el Caro.
po de los hechos del pasado que pOdemos llegar a conocer. Ni
utilizando todas las técnicas llegaremos jamás a extender nuestros
COnocimientos históricos a todos los hechos del pasado. Jamás
alcanzaremos más que una pequeña parte, especialmente la que
- La antropolog.a hSlca ha sido conservada por los diferentes documentos históricos exis.
t~reas
Una de las
' . determinar cuáles son las . tentes. Esta comprobación no debe ser jamás una raZón para aban.
i",;tdiferencias y afimdades genétl~as qu~pu embargo sucede que la,a la perfección.
de esta c,enc.a es eden hallarse entre las di· idonar el estudio de la historia so pretexto de que no puede llegar
ferentes poblacion~s de la tlerr~, su1r:nediO ejer~e una influencia

'. adaptaciódn delb"a~un~r;:a~~~o~e las diferencias raciales, que. es

tan gran e so re a . . d b er atribuidas umca.

difícil determinar las dIferenCias que e e~~dOS son tan genera-

mente a factores genéticos o bien ~ue os r~s h'


l - d ..

les que no presentan ningún interes para e lstona or .

190
191
..22. r. CUNNlSON, PerpetkiJJ. Kinship: .a. Political lnstitution of the: L~LQ.pula
People. pp. 28-49; lDeM, History on: the LuapLila, p, 78. Para los nombres de
peI"SQl.l.a, pp. 35-38. Para los nombres de lugares. p, 42. El autor expresa el
parecer de Que el nombre es el héroe Y el conservador de la historia. Esto vale
1. Cfr. capitulo In, apaxt. L ta.mbjén, aunque en una menor medida, para los kuba, O. S. BIOBAKU, M:yths
';¡ 2. J. VANSINA, La valeur hiStori.que des trcuWions orales, p. and Oral Historyz p. 14, menciona los nombres de Jugares como siendo _re·
)~,:; tipologia ligeramente diferente. ·Esta es una mejora de aquélla. tentive of History> entre los Luoa.
'!~ 3. Q. BIOSAiCU, The Wells ot African Histo'f'Y, p, 19. 23, l. CUNNlSON, History and Gel1ealogieS in a Conquesl Slate, p. 29~ Y las
:.',:;:'
',:::t S.4. Cfr. O. BIOIW(U, o. C., p. 19.
W. BAlJER, Q. c., p, 243, donde cita los proverbios del derecho
obras citadas en la bibliografía de p, }3QHNNAN, M. FORTES Y E. E.. EVAN5­
"$tian . L DE SOUSaERGHE, L'étude du droit coutumier indig~ne. Mélnodes el
PRIl'CHARD. The NUeT, pp. 192H248.
o 24.1. CUNNlSON, o, e,; ID6.M, History on (he Luapula, pp. 1-10 Y 4142
t'" oDstades. piensa que los bantúes no poseen proverbios juridicos. Tal na es el

. ',% parecer de G. HU1.S'tAEitl. Proverbes mongo, PI', 7 Y 11S en la palabra -derecho_ ~

15. M, FORrES, The Dynamics of Clanship among the Teltensi, pp. 11 Y 1.2, y
"";,Y 15S--759 en la palabra «juicio., al igual que en otros numerosos
lugares.'
W. SoUT".u.c, o. e.• pp. 138-149.
26.Cfr, un ejemplo en J, VAN SI N.A-, De handeJingen de:r voorouders, que es
~Puesto que a menudo eS difícil establecer si un proverbio])Osee
sólo un
~fW"ácter moral o traduce un conceptO Jurídico preciso, el R..
P. HULSTAE:'R.t un relato universal de la tnbu bieeng.
"-;a~ece tener razón. Un proverbio como <tLa planta ~fBoerhavia difusa" no 27.Cfr, J. MI~¡ D. TAn, Tribes withouf Rulers y J, CRAZZOURA, The
"~.¡:&abfa andar, un jirón de tela la ha extendido» sipiftca exclusivamente que Lwoo. La primera obra describe diferentes tipos de sociedades sin estruc­
:"'.k~ la responsabilidad jurídica ·incumbe a quien manda, lneluso si no ha orde- tura estática y la segunda da una multitud de ejemplos lwoo de historias
~ nado que se cometa la infrácción. Se trata de un proverbio jurídico y no de un
familíares que contienen clisés, Prácticamente en cada obra de antropoJogía
!~ precepto moral bastante vago y generaL Cfr. G, HUUTAERT, o. c., p. 414, n.o 1588,
histórica será posible hallar ejemplos de tradiciones familiares.
28, Se hallan ejemplOS típicos en Australia. Para los murnghin se con­
~, 6. Un ejemplo es la fórmula mágica que los mbuun utilizan
para con­
sultará. R. M. BERNOT, Kunapipi. y W. L. WAR.NER, A Black Cwützauan; para los
: ,Hurar la Uuvia: «Yo te conjuro; va al Kwilu de Pomba de Zombo, que recoge
arunta, B, SPENCER, F, J, OIUBN, The Arunta. primera parte, pp. 67-390.
.:',16 numerosOS afluentes, Ngul de Kaam. Los mbuun de Mbanza Wemba han
29, Cfr. S, MALUWWSKY, Myths in Primitive Psicholog:y; H. SAUMANN,
_:!" ecbado a los hombres de Samba (literalmente: la choza de las insignias jefa­
Sch6pf1.mg und Urzeit der Afrikanischen Volker; M. ELIAre, Das HeiHge und
:~ les de Samba). Llevan sus pequefiOS rodetes en la cabeza. Las montañas y8Ce1'l das Profane, pp. 4().46. y la bibliografía, p. J42.
., Ii sus pies». Los nombres datan del perfodo migratorio de los mbuum y des­
puéS una distensión con los samba ha sido conservada en esta fórmula, lO.A. FJIDER, o. C., p. 64.
: Cfr. J. M. DEC.ICER, Les dans Ambuun (Bambunda) d'apres leur Wtéralure 31. E, BERNHEIM, o. c., p. 3S5~ A, fEna, 0, c., p. 62, Esta última restringe
el relato etiológico a las sagas locales..
Así21.el juramento real de los Ashaoti que recuerda ia derTOta Y la
oraJe,7, p. 32. P. SIANlSLAS, Kleine nota over de Ankutsh,,¡ pp. 124-130.
muerte de Oseí Tutu. fundador de la unión AshantL Cfr, E. MeYUROWI1Z, a. c, ' 33, H. BAUMANK, SchOpfung und lrzeir des Menschen 1m M)'thus .der Afri­
p. 34, Y M. MA.NOUKlA1\, The Akan and GaHAdMlgme speaking Peoples of the kamsches V01ker, pp_ 334-384, Y Ethnologische Feldforschung und kulturhisto­
rische Ethno/.ogie, p. 162.
(raId Coas!, p, 41. 34, F, l..AN:ZONI, Genezi e svolgimento tramonto delle leggende sloriche;
8. L La forma.tion de ['élite el l'eMseignement de t'hístoire dDro
BAVDIN,
A. VAN GENNEP, La formation des legendes; H. :t>El.EHAYE, Les /égendes hagio­
Les clans Ambuun (Bambunda) d'aprts leu littéra~
/'emplre r
9. J. des
M, Incas, p. 11I.
DE DECKF.R., graphiques, especialmente Las, pp, 1-6i', S4 y 85; E, BERNJiEIM, ó ~.¡ pp, 494-502.
Este último se basa en ], ENGEL, Ueber die Arren der unbewussten Geschichr­
Jure orale, p. JOS. senstehung• •Nauen, 1879. Nosotros no hemos podido consultar esta obra.
¿ 10. W. BAUEa, o. c.. pp. 242 y 243.
A. F'F.tHIR, 0, c.¡ pp, 1m y 204, sigue fielmente a E, BERNHElM, W. BAUER, o. c.,
'_. 1i. Corno el 11cyeem ingesh bushoong,
pp.13i' y 238, presta una atención más especial alla.z.o anecdótJco de los relatos.
~ 12. Cfr. E, Me'f'EROWlTZ, o, C., p. 120.
Estos autores nombran al relato estético saga o leyenda y nO consiguen mano
13. Los reyes son hijos del sol. tener una distincíón neta .t rigurosa entre lo etiológico y 10 estético,
14. Los jefes guardan su origen secreto. 35.F. UNZONJ, o. c., pp. 34-36, ilustra esto citando biografías de Pilatos
15. El más antiguo de los reinos veeino!:o. y de Behsario. Ver también H. DEtElHAYI! O. c., pp, 84 Y SS, Y E. BEl(.NHEIM, O. <5"
16. Jefe de Nkwanta¡ un Estado de Akan. El canto es compuesto en su
pp. 494-502, A. FEOl!!<, o. C., pp. 203 Y204 y W. BAllE!!, o. C., pp. 237 y 23l1.
honor.
17, Una persona que ha asesinado a Su suegro O a su suegra. Es posible 36. e, M. TURNBUU., Legends 01 the BaMbuti.
el nombre haga alusión a un casamiento del fundador de la dinastía 37. J. D. FACE, The InvestiJ¡ation of Oral Tradirwn in the Northern Terri·
una hija o la madre del jefe de los Brosa que fue vencido por él. tories of the Gold CoaS!.
38. M. HERSKOVITS, Anthropology and Alrica.
18. E. VON Sv.oow, Dtchtungen der Naturv01ke r , p. 172.
39,J, HIERNAUX, Note SUr une ancienne population du. Ruanda-Urundi'
19. E. BF.sT, o. c., pp. 57-84.
Le Renge, pp, 351·360,
20, L CuNNJSON, o, c., p, 10.

)',,~ 2!. E, vaN s,;row, o. C., p. 110.


193
192

~,t-
,
,_..Ji
... 1
/,~
.'} 40. s, COlE, The Prehistory of F..ast Africa, pp. 280-284. lám.
::~i~ NANSKY, comunicación multicopiada: Muse:um Archaelogic4.l Projut, Bw~
.~I! Angola: 1 junio ~ 1 julio 1959,
,,} 41. M. PoslllANSKY, Progress and Prospect in Ristorical Al'c haeology
.,'i Uganda. pp. 32·36.
/[ 42. J. NlCOUS, Origine el valeur du vocabuulire désignant les x-ylOp~
-~;:;: atricains.
~ 43. A. KROEiliJ:ll, Anthropology, pp, 564-568,
',:,f,., 44. F. GR..A.EBNER, Melhode der Ethnologie; W. $cHMIDT. Handbuch
?~_ thode del' ku1turhistorischen Ethnologie; G. VAN BUJ...CK. Beitrae
zur Methtx1i.k.
:;.:. Volkerkunde.

:Cf~ 45. J. GREENDBRG, Eíude sur la cÚlSslfication des langues


7
:Y~ ginas 88-106.

_~ 46. M. SWADESH, Diffusional Cumulation and Archaid Residue as Historica1


"-~;il.j Expll.mation, pp. l~¿l; IDE:M, Lexico Statistic Dating 01 Prehistoric Ethnic Con-.
Conclusión: La Interpretación de la historia
> ;':j. tacts, pp. 452-463; IDEM, Towards greater AccuracY in Lexicostati.Hic Dallng,

. '~: páginas l21~137.


> 47. A. CoUPEZ, Application de Ja lexiccrsratístique au Mon.go el au Ruan4.a
~ págInas 85-87. '
~ 48 Cfr W. e BoYD, The Contributw1tS 01 Genetics in Artthropology
..1 :;¡,pp, 48S.SOC; M. BATES, lluman Ecology, pp. 700-7I3; W. BOYD (p, 506) se ba~ En los capítulos precedentes hemos intentado demostrar que
: en un análisis de grupos sanguineos para establecer la existencía de seis la tradición oral es una fuente de la historia que puede propor­
raus tuera de Europa y dos para Europa. cionarnos conocimientos válidos sobre el pasado, a condición de
•~ 49.1. HIERNAUX, Eral de nurritíoJ1 des Kuba (Kasai), pp, 719-727. ser utilizada con toda la circunspección que pide la aplicación del
método histórico para cualquier fuente. Esto significa que un estu­
dio de las tradiciones orales de una cultura sólo se podrá hacer
si se adquiere un conocimiento profundo de la cultura y de la len­
gua. Este hecho es tácitamente reconoddo por todos los historia w

dores que trabajan sobre fuentes escritas, pero frecuentemente


ignorado por los que se dedican a la investigación del pasado de
un pueblo que no ha conoddo la escritura,
En estas notas finales subrayamos algúnas observaciones que
se refieren a la interpretación de los datos. En efecto. muy a me­
nudo el profano se hace una idea completamente falsa del poder
del historiador y del valor absoluto de las reconstrucciones históri­
¡
cas que puede presentar, Se complace en pensar que las fuentes
", f
escritas! por ejemplo, conducen al descubrimiento de COsas más o
::" menos posibles, mientras que las fuentes orales sólo pueden apre­
hender cosas más o menos posibles, pero jamás ciertas. Olvidan
, que toda síntesis histórica comporta una interpretación de los
datos y se funda de hecho sobre posibilidades.
] Nos ,excusamos por anticipado ante los historiadores que le­
~ yeren estas reflexiones, que les serán familiares. Tienden a refutar
,~ un prejuicio, una actitud común a todas las objeciones que se han
<
~ hecho a la tradición oral como fuente de la historia.
;~ Es fácil comprender que la historia es siempre una interpreta·
'};

195

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'eL Un ejemplo lo demuestra mejor que 'un razonamiento verdad no sólo por lo que respecto a la interpretación de los
'lo. Si una fuente ruanda nos dice _que tal rey ha vencí :umentos. sino también para todas las fases del método lústórico
. país> ¿qué significa? Puede significar que una razzia de especialmente para las principales. ¿Una afirmación es un error,
,,ndo efectuada sobre un territorio extranjero con gran ____., mentira o es «veridica.? Existe cierto número de probabilida­
:.',c:#> el jefe o rey de este pais extranjero ha sido cogido O muertO~ para cada una de ¡as tres hipótesis. El historiador escogerá la
probable. Se efectúa una comparación: existen semejanzas
.. ..,,") territorio teórica:r:oente _anexionado a Ruanda pero que .
/linistración local ha seguido igual; O también que el jefe ~- dos textos. El historiador juzgará si estas semejanzas deben
,:, ha permanecido en su sitio pero ha reconocido la soberanía ríbuidas más a un origen común que a una formulación inde­
>c"';ey de Ruanda. Pue.de, finalmente, significar que el rey de Ruan­ -pendiente. Aqui también opera valorando las probabilidades y calcu­
. ,,~~jIa ocupado el palo, lo ha incorporado a sus Estados, y ha reem· lándolas. La ciencia histórica es lUla ciencia de probabilidades 1,
'~¡¡ado la alta o baje administración. Todo eUo puede deducirse por
es. otra parte, la única. Un gran número de ciencias se sirven
. '¡quella frase, Y dejamos aUn de lado la cuestión anexa de saber corrientemente del concepto suerte y probabilidad,
":Aldas estas medidas han sido transitorias o definiiivas. Exponer De lo expuesto resulta que no existe «verdad histórica abso-­
;,$estió:o de este modo creemos q~e nO es hacer bizantinismo. y que nadie se puede apoyar en lo pasado para sostener una
.,.<aso concreto de Ruanda nos lo muestra. Un rey, Ndabarasa, «ley inmutable de la rustoria». La verdad, quedará siempre fuera
." .''ció a un país limítrofe de Ruanda, Gisaka. Lo que hizo, en reali­ de nuestro alcance y sólo nos podremos acercar a ella. Podernos
;/3'l fue efectuar numerosas razzias en el país, destinadas no aftnar nuestras interpretaciones, acumular probabilidades que sean
. : "i]mente a coger ganado, sino a dismjnuir el poder militar del casi una certeza. pero no alcanzaremos aún la «verdad». No pode­
"fmgo y a desorganizar su administración. El rey tuvo éxito, Su mos llegar jamás a comprenderla del todo, no comprendernos ni lo
",:Jieto, Mutara Rwogera, «vencióD igualmente al país. Logró matar que nos sucede personalmente. No podemos llegar a comprender
,,~ar a los diferentes jefes que allí residían y aniquiló la auto­ lo pasado porque está fuera de nosotros, es otra cosa. Se ha podido
. ~¡úa externa de este Estado. Pero fue su sucesor, Rwabugiri, decir que la descripCión de la rustori. es posible porque esta cien·
<~ln fundó capitales del tipo administrativo corriente en Ruanda cia trata del hombre como nO$otros y que una ciencia de las abe~
!II11 oró personal mandés en la alta administración. En 1901 el jas es impensable porque no podemos imaginarnos en una situación
,,:.:t..de Rwabugírí tuvo que hacer frente a una revolución y no fue de abejas. Esto es ciertO. Pero lo es igualmente que no podemos
la el final de la misma, en 1903, cuando fueron destituidos los comprender lo pasado porque los hombres que en él vivían eran
"~ y subjeh:s autóctonos y la anexión administrativa total se . otros y pese a todos nuestros esfuerzos no podemos penetrar com~
pletamente en la mentalidad óe otro. No podremos jamás compren~
.lplió.
_Todo bistoriador que trate con fuentes debe interpretarlas. No der sus móviles y, por consiguiente, no los podremos juzgar jamás.
, :1 conocimiento histórico ílimítado, no podría haberlo, y en la Lo que el rustoriador puede hacer es aproximarse al limite de
- _~ pia de los casos hay más de una interpretación posible. Final­ la verdad histórica. Lo hace utilizando técnicas de probabilidad,
,~"te, pues, el histonador añade algo suyo a estas fuentes, su interpretando, evaluando e intentando volver a crear en él las
,jo particular, que es una cualidad más propia del arte que de condiciones que existían en ciertos momentos del pasado. Y el
',':iencia. Todo lo que .el conocimiento histórico pide en este historiador de las tradiciones orales se halla exactamente al mismo
,.¡ho es que el historiador dé a conocer sus fuentes, de forma nivel que los historiadores de las demás fuentes, de la historia.
. uus lectores puedan darse cuenta de la elección que hace y de Desde luego, obtendrá probabilidades menos elevadas que las que
:kterpretaClón que da a los textos. pueden alcanzarse en otras materias, pero todo ello no impide
-~'4Pero interpretar es escoger entre posibles hipótesis. El buen que lo que hace sea igualmente válido y sea historia.
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:ri~iador escoge la que es más verosímil. En la práctlca s610


>,;pie ser verosímil. puesto que lo pasado se ha cumplido defmiti­ Nota.
";-.~Jente y no hay otros medios de observar los acontecimientos que
>uucedido. La historia sólo es un cálculo de probabilidades. Esto 1. Cfr. M. BUX;H, Apolagie pour l'histoire au le métier d'histarien. pp. 60-65.
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;10, Si una fuente manda nos dice _que tal rey ha vencicki. oumentos, sino también para todas las fases del método histórico
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especialmente para las principales. ¿Una afinnación es un error,
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mentira o es «verídica.? Existe cierto nUmero de probabilida­
>iJ¡, el jefe o rey de este país extranjero ha sido cogido O muertO'
para cada una de las tres hipótesis. El historiador escogerá la
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, " ha permanecido en su sitio pero ha reconocido la soberania ser atribuidas más a un origen común que a una formulación ¡nde­
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'¡quella frase. Y dejamos aún de lado la cuestión anexa de saber rientemente del concepto suerte y probabilidad.
',,¡¡;las estas medidas han sido transitorias o definitivas. Exponer De lo eXpuesto resulta que no existe «verdad histórica abso·
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,):aso concreto de Ruanda nos lo muestra~ Un rey. Ndabarasa• inmutable de la historia-. La verdad quedará siempre fuera
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::i/~I. fue efectuar numerosas razzias en el país, destinadas no afinar nuestras interpretaciones, acumular probabilidades que sean
':"~{~mente a coger ganado, sino a disminuir el poder militar del casí una certeza, pero no alcanzaremos aun la «verdad!>. No pode~
. :,migo y a desorganizar su administración, El rey tuvo éxito, Su mos llegar jamás a comprenderla del todo, no comprendemos ni lo
-;Jieto, Mutara Rwogera, «venció. igualmente al pais. Logró matar que nos sucede personalmente. No podemos llegar a comprender
;liliar a los diferentes jefes que allí residían y aniquiló la auto­ lo pasado porque está Cuera de nosotros, es otra cosa. Se ha podido
',~ externa de este Estado. Pero fue su sucesor, Rwabugiri, decir que la descripción de la historia es posible porque esta cien­
"in lundó capitales del tipo administrativo corriente en Ruanda cia trata del hombre como no~otros y que una ciencia de las abe­
pnbró personal roandés en la alta administración. En 1901 el . jas es Impensable porque no podemos imaginarnos en una situación
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la el fmal de la misma, en 1903, cuando fueron destituidos los comprender lo pasado porque los hombres que en él vivían eran
~ y subjefes autóctonos y la anexión administrativa total se : otros y pese a todos nuestros esfuerzos no podemos penetrar comw
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pletamente en la mentalidad de otro, No podremos jamás compren­
Todo historiador que trate con fuentes debe interpretarlas. No der sus móviles y, por consiguiente. no los podremos juzgar jamás,
:iconocimiento histórico ilimitado, no podría haberlo, y en la Lo que el historiador puede hacer es aproximarse al límite de
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,::~,':)te, pues, el histonador añade algo suyo a estas fuentes, su interpretando, evaluando e intentando volver a crear en él las
lío particular, que es una cualidad más propia del arte que de condiciones que existían en ciertos momentos del pasado, Y el
",ciencia. Todo lo que ,el conocimiento histórico pide en este historiador de las tradiciones orales se halla exactamente al mismo
,l!Üo es que el historiador dé a conocer sus fuentes. de forma nivel que los historiadores de las demás fuentes de la historia.
'~'!SUs lectores puedan darse cuenta de la elección que hace y de Desde luego, obtendrá probabilidades menos elevadas que las que
. ;~terpretaci6n que da a los textos . pueden alcanzarse en otras materias, pero todo eUo no impide
. '~Pe.ro interpretar es escoger entre posibles hipótesis. El buen que lo que hace sea igualmente válido y sea historia,
':'.FG~riador escoge la que es más verosímiL En la práctica sólo
. '','.ilde ser verosímil, puesto que lo pasado se ha cumplido definid· Notu
:_te y no hay otros medios de observar los acontecimientos que
'~l!llcedido, La historia sólo es un cálculo de probabilidades. Esto L Cfr. M. BLOCH, ApoloSie pour l'hisroire ou te mitier d'historien. pp. 60-65.

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Anexo

En busca de las tradiciones orales

Este anexo está consagrado a Jos problemas prácticos que se


plantean a quien se dedica a la investigación de tradiciones oraJes.
En este aspecto seria ilusorio pretender definir reglas bien estable.
cidas que conduzcan infaliblemente al descubrímiento de las fuen­
tes que buscamos. No se paede, en semejante materia, más que
destacar algunas reglas prácticas de métodos esenciales que deben
ser observadas para conducir a un trabajo válido. Estas reglas
derivan de la necesidad del método histórico, Una tradición cuyas
':­
inforrpaciones útiles no han sido reunidas en su totalidad o cuyos
,
~';.
testimonios no han sido anotados sistemáticamente tiene poca uti~
'} lidad para la historia, puesto qu e fal'~n los medios para estimar
su valor. Antes nos contentábamos frecuentemente con recoger
fuentes al azar, anotarlas sumariamente, arrancándolas de su medio,
que es el único que las hace inteligibles.
Para recoger datos válidos será necesario conocer el medio en
el que se desarrollan las tradiciones, investigar .y elegir sus testi­
monios, recoger las fuentes de tonna sistemática, consignar las
fuentes por escrito de forma precisa y anotar todas las indicacio­
nes complementarias que pueden aclararlas. Estos puntos formarán
las secciones de este anexo, que concluirá con algunas observacio­
nes sobre la presentación de los datos en una publicación.

1. El conocimiento del medio


Cada tradición nace y se perpetúa en el seno de una cultura.
Cada cultura modela sus tradiciones. La tradición forma parte de

199

--'"- -~.~.
I

1.1.
',;' cultura y es amputada si se la arranca de su medía. Para

uder una tradición hará falta, pues, conocer la cultura

~fectuar el estudio de la historia real es, pues, indispensable visi­

"1"=
~, stiene.

y desde luego Jos datos serán redactados en la misma

cada una de estas tumbas e interrogar a fondo a sus guardia­


En los Estados Akan, numerosas tradiciones son conservadas
sacerdotes que residen en lugares sagrados, piesie, generalmen­
fl
~. esta cultura y se deberá conocer esta lengua para coger su
_.
< . o. Está prácticamente excluido recoger tradiciones en otra

·Y'a distinta a la que fueron transmitidas. Esto es ya evidente en

en la proximidad de ríos y afluentes '. Es naturaliDente necesario


"ocer estos lugares y comprender a los sacerdotes.
Hay, sin embargo, obstáculos que el investigador no superará
:·lll caso de tradiciones cuajadas, pero más todavía para los textos
'fácilmente. Uno de ellos reside en que los testimouios no están
·:~"res. Si el testigo debe hacerlas en una segunda lengua, no llega
vinculados a géneros literarios determinados. Pueden presentarse
.~ilmente a presentarlas de forma fácil. Además, choca Con di­
en todas las formas posibles, Así. los cantos ncok de los kuba son
'.'<1IcuI.. tades de traducción, porque los conceptos que quiere expresar
generalmente ejecutados mientras las personas enmascaradas para
.,,, existen en la cultura de la segunda lengua o porque no llega a
danza se visten. En los Estados Akan, el juramento de Estado
¡li!1xpresar los matices de su habla materna en una lengua extranjera.
acontecimientos históricos '. Entre los oriori de la isla de
"l'aduce negligente e imperfectamente. El investigador
deberá i Chatam, las canciones de cuna tienen UD significado histórico '. El
':~nocer bien la lengua o fiarse de un aSistente que la conozca perfec­
'mismo hecho es válido para los burundi '. M. Herskovits vio en
¡·lunente. Pero debe consignar la tradición en el lenguaje original.
Paramarimbo una pantomima con UD contenido histórico, ejecu,
;~ esta exigencia presupone que se haya hecho un estudio lingüístico tada por negros que vivían en la región, etc. '. Los ejemplos son
<lIe la lengua antes de recoger las tradiciones. abundantes. No se puede saber por adelantado en qué forma se
j Si se conoce la lengua pero se ignoran los otros aspectos de oculta un testimonio, La única manera de descubrir su traza es
.;1 cultura, la tradición será aÚD incomprensible. La presente obra establecerse entre el grupo estudiado y seguir durante un largo
:)ende¡ precisamente. a mostrar la influencia de la cultura y de la periodo su vida cotidiana.
'~dedad sobre todos los aspectos de la tradición. Hará falta, pues,
:""e el estudio histórico esté precedido de un análisis serio de las
;CÍ!tructuras de la sociedad y de los principales elementos de la
,-:}¡lrura. El historiador no puede prescindir del antropólogo cultu· 2. A la húsqueda de testigos
•• >1. Sin estos estudios no podría comprender cómo y por qué las No todo el mundo es capaz de rendir testimonio de ciertos

-~-adíciones existen, no se podría alcanzar su contenido. hechos pertenecientes al pasado, Debe ser alguien cuyo estatuto

Una vez esté familiarizado con la lengua y la cultura en gene­ le permita tener conocimiento de los hechos investigados. Con

la primera tarea propia del investigador será observar los tipos razón los bushoong Meen: < Escucha las palabras del herrero, no

.~~ tradiciones que existen anaHzando las características de cada escuches las del que manipula el fuelle».

!~1O de ellos. Cuál es su objeto, su función, su significado psicológi· Se pueden presentar dos casos al investigador: la tradición es
~~) su fonna" su género lherario y su transmisión. Cuando haya conocida por los especialistas o se transmite de fonna no especia.
:'!/unido todos estos datos sabrá dónde se pueden hallar. No pasará lizada. En el primer caso sólo se buscarán los especialistas de la
,)Jotras fases de su trabajo hasta haber .acumulado una documen­ tradición. En efecto, Jos extraños sólo conocen las tradiciones de
¿jlición profunda a este respecto. ¿ Cómo podrá recoger fuentes de forma fragmentaria y de oídas, mientras que los especialistas las
~ forma sistemática, si no conoce por adelantado el fenómeno, aprenden de una forma sistemática. Hay muchos ejemplos de seme­
~.-~presencia de tradiciones en la sociedad que investiga, la presencia jantes tradiciones. Citemos las tradiciones tribales kUba, el código
'7' tal O cual tipo de tradiciones? Los ejemplos siguientes aclaran dinástico ubwiíru y los poemas dinásticos de Ruanda, etc. De hecho
:.! evidencia de estas reglas. estas tradiciones especializadas son mucho más frecuentes de lo que
'J! Entre los lozi el emplazamiento de las tumbas reales es ~on()o se cree y cuando se conoce su transmisión y su ligazón a un grupo
'iifido. Son guardadas por los descendientes del difunto que con· social, es fácil hallar las informaciones calificadas. En general, se
':itrvan
!f
el recuerdo de los principales hechos de su vida l. Para puede decir, igualmente, que la mayoría de las tradiciones son
,"~,

,:~;":

~'~JJ
'20t
"
-,
:cf'
fropiedad de grupos Y se refieren al pasado de estos grupos.
esenciales de las regiones en las que se desarrollan los aconteci­
""1¡ebeinquiridor quiere conocer el pasado de grupo social :sólo

UD
dirigirse a los miembros que forman parte de él. Esto entraña

mientos relatados y deforman fácilmente todos los nombres pro­


pios. A veces reinterpretan sus fuentes en términos de su propia
p embarrgo, un inconveniente. Esta forma de proceder sólo permí:l
cultura o de su propio grupo.
-~í'i)e. consignar tradiciones oficiales. No es fácil saber con anticipa_' Un tercer grupo de malos testimonios, y son los peores, está
~ ión dónde se pueden recoger las tradiciones privadas y los recuer_ compuesto por los que han sacado sus conocimientos de nume·
~"':' os personales. Sólo se puede contar con la colaboración de los rosas fuentes diferentes, con la intención de conocer la historia
é~.~ti.Ir opios habitantes que pueden conducir a su descubrimiento. Un de su sociedad, Las transforman en una versión personal en la que
:~étodo de revisión para juzgar la calidad de las informaciones, habrán obliterado las contradicciones de sus fuentes y añadido sus
]ttilizado entre los kuba, consiste en hacer una encuesta sobre la propias· interpretaciones. Su testimonio no posee ningún valor
"",reputación y la credibilidad de las personas que depositan los porque es secundario y es preciso examinar de nuevo todas las
'stimoniOS privados.
tradiciones originales para poderlo juzgar.
~~~" Si las tradiciones son transmitidas al azar y no existen especia­
Pero ¿cuál será entonces «el buen testigo.? El buen testigo será
;~taS en la materia, el problema de la investigación se hace has­
el que vivirá. su vida acostumbrada, que da las tradiciones sin
~nte más difíciL Se deberá estudiar desde luego en estos casos muchas dudas, que comprende el contenido pero que no es muy
' :'j:'ilSi ciertos modos de transmisión no son, pese a todo, mas usuales brillante, pues si no se podrá creer que las deforma, que es
-'~ue otras y si no existen semiespecialistas. Los padres, por ejem~ de edad media y posee en consecuencia una experiencia personal de
'~; lo, ¿no transroite:=t ,sus conocimientos ~s fáciI:s a sus hijos que su cultura. En resumen, el buen testigo es el hombre ordmario
:< otros?, ¿las tradICIOnes no son transmlt1das mas frecuentemente cuyo estatuto le permite conocer las tradiciones.
j;~n una vecindad o pueblo que en el exterior?; en una sociedad Para descubrir buenos testigos no se pueden establecer nor­
, }fle castas ¿no se transmitirán más fácilmente entre los servidores de mas precisas, pues serian superficiales, Edad y sexo, por ejemplo,
ti\n solo señor? Siguiendo cuándo, por que y cómo se relata y se no son importantes para la elección de un buen testigo. Así, los
. ~prende la tradición, se pueden bailar las vías de la semiespeciali­ kuba piensan que las mujeres no pueden conocer gran cosa de
'.-:~ción, Sucede en Ruanda, por ejemplo, que se aprenden los rela­ su tradición a causa de su sexo que las excluye más o menos de los
':ws dinásticos ~para atraerse la benevolencia del señor y de esta asuntos públicos. Se engañan. Las mujeres más viejas de una sec~
~orma la transmisión se hace especialmente entre las capas medias ción de un clan son, a menudo, las que mejor conocen la historia.
-Pe la población, que están en contacto con la aristocracia, sin serlo. Un caso vivido acaeció en el clan Loody del pueblo «Le pelit
'los seÍlores amag escuchar las tradiciones, pero jamás las aprenden. Loody». El jefe del pueblo y del clan conocía mucho menos la tra­
~~ En los casos en los que no existen especialistas hará falta dición que su hermana. pero habría sido deshonroso para él que
:~scoger bien los testigos. Una cosa que se debe evitar es tomar una mujer al hablar hiciera aparecer su ignorancia y resolvió la
'~~stimonio.s secundarios. Los niños de las escuelas no son general­
~ente buenos testigos, porque lo que conocen lo han aprendido de
dificultad haciendo que él y su herrnana estuviesen siempre pre­
sentes; la hermana hablaba so pretexto de que el relato de las ii
;~rsonas que viven todavía, Es a éstas a las que ttay que abordar, tradiciones fatigaba mucho al jefe del clan.
'~~esto que son ellas las que permitirán remontar un eslabón en la Los buenos: testigos de una sociedad no ]0 son necesariamen te
-:~;tadena de la tradición.

_"~.' Otra categoría de malos informadores son los que salen de su

de otra; por esto no podemos dar un retrato tipo del testigo que
se debe abordar. Mucho depende, en efecto, del comportamiento
f

J~edio habituaL Muy a menudo no conocen bien su cultura de ori­


que la sociedad espere de algunos de sus miembros en relación a
'~n y, lo que es más frecuente, han adquirido una mentalidad ex­
otros. Este comportamiento influye la actitud del testigo hacia
?~njera que deformará profundamente su testimonio. Esta clase de su testimonio más de lo que podría parecer a primera vista. Los i
}~forrnadores comprende también los que transmiten tradiclOnes pequeños tutsi '0 los hutu 7 que transmiten los relatos dinásticos 1
,,~ grupos extranjeros o de tradiciones provenientes de regiones son considerados serios; se atíenen al relato que han oído y como
\,~ejadas. A menudo no conocen los elementos topográficos más máximo tratan de seguir más que su original, el estilo de corte. Por

la
J_­
203
10 contrario, los twa son considerados como bufones y se espera de la cultura sobre la que trabaja, puesto que generalmente intenta
de ellos que hagan reír. Por ello no se privan de defonnar, alargar reconstruir todo el pasado. Hay muchos imperativos que justifi.
y añadir cosas al relato, y de intercalar alusiones y observaciones can la regla enunciada según la cual debe recoger todos los testi.
picantes y presentarlas con una mímica particular. Está claro que monios. Si son testimonios que derivan de una misma tradición
en Ruanda los twa serán malos informadores. Pero los cwa kuba, se deberán juntar, puesto que será necesario conocer todas las
que son pigmeos como aquéllos, no lo serán necesariamente. variantes existentes de la tradición para poder calcular con las ma.
Las tradiciones orales deben ser provocadas. Se buscan testí- ." yores posibilidades cuál es el contenido de la tradición y cuál su
gas; es decir, hombres vivos, que puedan desear colaborar con el importancia. Es preciso, pues, poner en contacto a todos los testigos
investigador o, al contrario, entorpecede y poner obstáculos muy que conocen la tradición estudiada o, más exactamente, a todos
, grandes delan te de él. Es, pu~s, absolutamente necesario que el los testigos que conocen variantes diferentes de la misma tradición.
,< investigador logre ganar la confianza de la población donde trabaje Si se trata de tradiciones diferentes el historiador tendrá interés
;~ y haga aparecer sus objetivos bastante claros para que no le supon· en recoger el mayor número posible puesto que se aclararán mutua­
'~' gan otros. Y esto puede exigir tiempo. A veces, es necesario atrave~ men te y permiten llegar a una más precisa reconstrucción del pa.
~: Si' e lID largo periodo en el curso del cual no se hará ningún progre· sado. Cuantas más probabilidades haya de ser completo, tanto ntás
! St-. porque no hay todavía cónfianza. Entre los bushoong de la if nos acercamos a la mayor verosimHitud en la reconstrucción del
',capital fue imposible recoger algo durante muchos mese<, porque las . pasado.

,~gentes no sabían lo que el extranjero quería n! cuáles serían


Está claro que esta exigencia es, a veces, difícil de cumplir,
>qas reacciones de sus superiores y de sus iguales sí proporcionaban especialmente cuando las tradIciones son conoddas por un gran
'.: t:adiciones. Sólo cuando el propio rey hubo rendido testimonio se número de personas. Tal es el caso cuando la tradición es trans­
: e~tableció el contacto y siguieron otros testimonios. Pero jamas mitida sin el empleo de técnicas especiales de transmísión, pero
:~ till bushoong se presentó por si mismo; hu biera sido un compor­ también en el caso de fuentes especializadas que' son transmitidas
'tamiento incompatible con su dignidad. Uno de sus proverbios lo por un número elevado de especialistas. Se puede calcular que los
~i1ustra: .Pida a los que lo conocen; os lo contarán después>. Al poetas especializados que transmiten la poesía dinástica en Ruanda
'~principio de la encuesta adoptaron una actitud absolutamente son unos ciento, Todos ellos en conjunto pueden producir unos
: pasiva y después colaboraron, pero sólo indicando al investigador 900 testimonios, mientras que realmente sólo existen unas 180 tra.
'la persona a 'quien debía dirigirse, diciones. Por ténnino medio tocan a cuatro o cinco versiones por
En Burundi y en Ruanda los problemas fueron diferentes. Allí poema, lo que significa que se debe trabajar de cuatro a cinco veces
l se podía obtener la colaboración de ciertas personas pero no de más que tradiciones hay para recoger. Evidentemente, si sólo se
; otras. Y hemo~ conocido casos en los que las tradiciones no han recolectase una versión por tradición se trabajaría menos, pero la
~; Dodido ser anotadas porque el testigo se mostró hostil al inqui· precisión de los datos finales seria también menor,
'" r¡dor y nada se pudo hacer para disuadirle de esta actitud, Burundi nos muestra un caso de fuentes no especializadas. Se
~. Estos ejemplos muestran cuál es la importancia del factor puede estimar el número total de testigos posibles en cerca de 8700
:~ hnmano en las investigaciones de este género. La colaboración para una cuarentena de relatos históricos. Cada tradición, pues.
'/ espontánea de una población permite 'obtener las investigaciones supondría la recolección de unos 217 testimonios. Inútil es decir
'.1 en poco tiempo, mientras que la hostilidad puede retrasarlas inde· que el esfuerzo realizado para recoger todos los testimonios supe.
:',\finidamente
. e incluso hacerlas fracasar. . ra en mucho a los resultados que se podrían esperar, Además, será
"-;,

j}. I prácticamente imposible adquirir la certeza de que todos los tes ti·

!nonios posibles han sido recogidos. Lo contrario Ocurre en el caso

La recolección sistemática de fuentes


citado de Ruanda, donde se llega a fijar el número con certeza,

puesto que son muchos los especialistas pero no ilimitados.

'. El inquiridor debe dedicarse a hallar todos los testimonios


Es evidente que en el primer caso citado, el de Ruanda, habrá

·i'-concernientes a los hechos que estudia; es decir, a todo el pasado


.medio de recoger todos los testimonios y deberá hacers', Donde
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lhaya verdaderos
!_ esP""ialista~ se les podrá buscar, Se podrá excluir
los que sePm: cosas de una especialid,ad todavia viva para no
tiguas comarcas depenctientes ctirectamente del rey y situadas alre­
dedor de las tumbas reales, Finalmente se completará la lista to­
í~mezclarla, Segmdamente se podrá diVldll' a los especIalistas en mando lugares situados a distancias regulares, pues uno de los
':~ grupos de personas que conservan la tradición de un mismo ante­ factores que provocan la fonnación de variantes es la dispersión
lapasado o de 'una misma cadena de tradición, Asi se obtiene una geográfica, Cuanto más se aleje una tradición de su centro de
,:¡iIclasificación de los testimonios antes de consignarlos y se puede origen más variantes presentará. Este criterio se adaptará al tipo
Atrabajar de forma sistemática, Inútil es repetir que para hallar de habitat de la población que puede ser en pueblos o disperso,
'~todos estos especialistas se debe conocer bien el modo de trang.. En el caso de pueblos esta norma será bastante fácil de establecer;
;Imisión de las fuentes y contar con la colaboración de la poblacíón, en el caso de una población dispersa deberán tomarse disposicio~
.:;iEsto ha sido ya suficientemente subrayado, nes especiales a este respecto. Otro factor que se tendrá también
; Cuando no existen especialistas se puede proceder de mucha~ en cuenta para el establecimiento del marco es la existencia de
~"formas, La única de ellas que jamás podrá ser utilizada es junte" barreras geográficas o sociales que impiden O molestan la difusión
~'\Sun número de testimonios arbitrariamente determinado, y contar de las tradiciones.
.'~con un número mayor de testimonios concordantes; dicho de otra Una vez establecido el marco se estuctiarán a fondo los lugares
~ brma, establecer un marco al azar, En efecto, el valor de todos los escogidos y se intentará hallar todos los testimonios posibles, Esto
::,testimonios no es igual y un marco al azar está fundado sobre el es importante, pues frecuentemente sucede que dos tradiciones con­
jpostulado de que los datos a estudiar son todos de! mismo valor, tradictorias se sitúan en una región frontera y en esta región se
'~·Dlez variantes de una tradición pueden estar más alejadas de su escogerán entonces variantes de las dos tradiciones que no estén
"'~prototestimonjo que una undécima que ha sido mejor preservada. en contradicción formaL Esto, finalmente, puede conducir a la
De hecho se utilizará con preferencia una de las siguientes readaptación de toda una serie de tradiciones en un miSIno lugar
,Ítécn;cas: si se balla delante de una pequeña región en la que un para acordar unas a otras.
,número muy grande de testigos conocen las tradiciones, se pueden Si el marco ha sido bien establecido y durante la ejecuciÓn de
:,': reunir los testimonios hasta el mOmento en que no se hallen ya más la investigación no se ha hallado ningún indicio que permita dudar
,,Jvariantes, y que se adquiera la convicción de que su existencia es de Su calidad se puede estar seguro de que los lugares elegidos per­
"muy improbable, Se supone, pues, que se poseen todas las variantes, mitirán escoger, si no todas las variantes, al menos las principales.
y ésta es exactamente la regla que exige en realidad que se reúnan y se tiene la ventaja de baber trabajado de forma sistemática y
) todos los testimonios, Mejor dicho, no todos los testimonios, sino de poder calcular en cada momento si conviene completar el marco
todas las varian tes, ' para obtener más probabilidad de descubrir variantes o si conviene
tSi, por otra parte, nos hallamos ante un número muy grande reducir el marco, bien porque ya no se hallan nuevas variantes, bien
", de testigos desparramados por una región extensa se deberá elegir por contingencias prácticas.
¿ entre dos soluciones. La. primera consiste en el establecimiento de Otro método es el siguiente. Si la región es extensa, el númew
~: un marco dirigido. Este método es rediticio espeCialmente en los ro de informadores muy grande y también el de tradiciones. antes
"lasos en los que la proporción entre el número de tradiciones de comenzar la anotación de los testimonios se procederá a
;;y el de testigos es muy débil, como sucede en Burundi. Se debe, una encuesta preliminar destinada a reunir elementos que per~
~entonces, confeccionar una lista de lugares en los que se hará mitan establecer un marco razonable. Ruanda es un caso de esta
~~una detenlda encuesta y la elecciÓn de estos lugares debe ser índole, Un número que podría ser de 400 relatos históricos es co,
~,:dictada por la consideración que nos aconseja recoger todas las nocido por unos 10000 testimonios, siendo el término medio para
",variantes o al menos el mayor número posible, Desde luego la lista cada relato histórico de unos veinte. Pero entre ellos existen tra­
~comprenderá todos los lugares en los que se han desarrollado acon­ diciones muy populares de las que se podrían reunir algunos cen­
~Jtecimientos históricos. Los testigos son. generalmente, mejores que tenares o quí.zá millares de testimonios y otras que son raras, bien
,~'$en otras partes, Seguidamente se anOtan los lugares donde pueden porque están confinadas a una región, o a un grupo de familias, En
t~encontrarse los semiespecialistas. En Burundi, éstos serán las an­ semejante caso Se comienza por buscar sistemáticamente en toda
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;) zona. a estudiar cuáles son los testimonios posibles. Se toma Su testigo estuviese completamente tranquilo y que .no intentara en
.1'jdentidad. algunas notas sobre su estatuto Y los titulas o reSÚJ:Oe> forma alguna deformar su testimonio para agradar al inquiridor
~ esquemáticos de sus testimonios. El análisis de los resultados a fin de conseguir de éste alguna ventaja personal.
~ esta encuesta preliminar pernrite reconocer, por una parte, dónde Con objeto de asegurar la tranquilidad del testigo nos esforza­
~eden ser recogidos los.testimonios raros y;por otra, cuáles s~n los remos en conocerle por adelantado O bien en haber creado en él,
':iestimonios que conocen más tradiciones que son, relativamente, por mediación de otras personas, un clima que permita suponer
¡'Jos más especializados. Si exiSte una correlación entre esta semi­ que no tendrá miedo ni demasiada confianza. Esto es fácil de alcan­
.),pecializaciÓn y un factor social, se puede hallar igualmente. zar. Más delicado es a veces determinar el lugar de notación del
:~ Al final del análisis se redacta un índice de especialización rela­ testimonio o las circunstancias precisas de esta not:lción. Y ello
'~va, un marco de testigos que se puede justificar, bien porque estén es importante. Pues el lugar, la forma de notar la' presencia o la
~1tspecializados bien porque conozcan las tradiciones escasas. Ade~ ausencia de otras personas, etc., influyen al testigo más de lo
'¡bás se tendrán en cuenta los factores ya citados al hablar de la que a veces se cree. Así, los jefes de tribu kuba y una parte de
¡»nstrucción del otro marco modelo propuesto, ya sean los lugares sus consejos fueron abordados en la capital donde estaban de visita
~:lJistóricos, la dispersión geográfica de las variantes o la existencia para asistir a un gran consejo nacionaL Cada grupo tribal fue inte­
:~e barreras en la difusión.
rrogado separadamente y atestiguó de buen grado. Pero pronto se
~ De hecho, con esta técnica se construye un marco que permite
vio que ciertas tradicione-s no podían ser contadas en la capital.
'~JcaDZar un grado de probabilidad mucho más elevado que por
ya fuere porque ciertas personas que según la costumbre debían
':Ánedio de la técnica precedente, que consiste en recolectar final
w

estar presentes en la recitación no lo estaban, ya fuere, y esto es


.\\non!e todas las variantes. El defecto del segundo es que es mu­ más extraño, porque no podían contar en una tierra extranjera
),:,ho más costosO y largo de aplicar. La encuesta preliminar en Ruan­ tradiciones que entrañaban conflicto con las que tenía el consejo
'10. duró cerca de dos años y no se obtuvieron más de 70 % de los tribal de la tierra donde se hallaban. Esta última razón disimulaba
,')estigOs probables, ­ mal una determinada prudencia polítíca y cierto temor. Aunque el
En cada caso concreto se deberá establecer un umbral de testimonio hubiera sido registrado allí. habría sido falsi!1cado.
'rentabilidad y definir o valorar el grado de precisión que se quiere Se deberán, pues, tener en cuenta estas circunstancias, entre
'~btener según la situación de las tradiciones a investigar. el tiem
w
las que figuran evidentemente en primer lugar las costumbres que
;po disponible y los medios financieros. Cada caso pide una solución regulan la recitación de testímonios. Un testimonio colectivo, por
,original y una adaptación particular de las técnicas de determina· ejemplo, no puede ser rendido si no están presentes todos los
.~i6n del marco. Y al principio de la encuesta no se debe temer miembros de la tribu. Así, cuando se pidió a un rey kuba que con·
.;.perder un tiempo incluso bastante grande, para mirar cómo se re­ tara la historia de su pueblo, se contentó con dar respuestas eva·
;írolectará. Esta regla, por otra parte. es válida para toda l. ¡nves­ sivas. Más tarde reunió un día a su consejo en su palacio y dio
'('.Iigación histórica: es el objeto del estudio el que debe determinar una conferencia pública que fue grabada en magnetófono y que
era la reproducción de la tradici6n nacional que recitó en uno
~,,\~ f orma.
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de los ritos de la coronación. Más tarde, había de manifestar su
.~ descontento porque la cinta magnetofónica se habia oído en luga­
¡ti Cómo conSignar las fuentes res donde. personas que no eran miembros del consejo podlan
"'~ft escucharla.
j Se ha prestado ya atención al hecho de que cuando un inquirí­ Otro hábito kuba es el kuum, deliberación preliminar durante
:~:J:nor se haHa delante de un testigo se crea una nueva situación social el Curso de la cual los miembros del consejo designan un «locutor>
.,f¡¡ que de eUo resuita una tensión que podria tener inoportunos y repiten la tradición que quieren presentar.
';~~resultados sobre el propio testimonio 8. Ello quiere decir qu<..: tene~ Entre los akan, desde luego, se debe sacrificar a los antepasados
:-:<~fmos que prestar gran atención a las circunstancias que van a con~ antes de recitar ciertas tradiciones. Así el inquiridor debe prOveer~
,~,iw.trir en la consignación de una tradición. Lo ideal seria que el se de un cordero o de un tonel de ron a tal efecto'. Entre los
,~

209

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~ durante la grabación, Pero la grabación no sólo tiene cualidades, Si


:':Wshoong los secretos de iniciación sólo pueden ser contados si
/,:?revia:mente .se.da vino de palIna de su propio país ,a los inicia· se trata de un texto cuajado o que comprende comentarios expli.
'tílores; la obligación posee así un carácter religioso. Entre los mis· cativos har:á falta de todas formas anotarlo por escrito después con
'"{mos, el muyum) guardián de los fetiches nacionales, no puede mos~ los comentarios cuestionados. Ademas, también ocurre que ciertos
"Jiiírarlos ni contar su historia sin ciertas precauciones. Desde luego, testigos son muy viejos para ser claramente audibles en la cinta.
;¡iIebe obtener el asentimiento de un antepasado del rey que es el y finalmente, descifrar una cinta exige cinco veces más tiempo
~~í:ritu asodado a estos fetiches. Seguidamente la recitación se que anotar10 todo por escrito. La conclusión parece ser que es
"llará en un lugar aislado, en plena noche y en presencia de las preferible grabar todos los textos cuajados, cuyas palabras forman
";reliquias. Estos ejemplos muestran que las cuestiones religiosas parte de la tradición, aunque haya que anotarlos una segunda vez
:lItervienen también a menudo en la recitación de un testimoruo. por eS,erito, lo cual, por otra parte, permitirá valorar el grado eJe
·,)i'.l inquiridor tendrá cuidado de someterse a estas exigencias que, seguridad del informador, En lo que concierne a las fuentes libres,
:.fpor otra parte, serán para él una garantia de buena recitación no hay ventaja en grabar una serie de variantes y anotar las demás por
escrito, Las variantes grabadas permitirán hacerse una idea de la
'deformada.
No debe solamente asegurarse oe que el testigo se halla en con~ fisonomía real del testimonio tal como es hablado y por otra parte,
;diciones de testimoniar normalmente, sino que también hay que como el texto es libre, las palabras no forman parte de la tradición
Jalejarle de toda tentación de traicionar su testimonio para ganar­ y no deben necesariamente ser retenidas en un redactado exacto.
j,e. íos favores del inquíridor, Existen muchas recetas que permiten Un último consejo en esta materia es volver a ponerse en contacto
"obtener buen resultado a este respecto y cada uno hallaxá las suyas, con los testigos más importantes después de un cierto periodo y
,¡Hay una regla, sin embargo, que es general. El testigo no tiene que volver a consignar sus tradiciones para valorar la seguridad de su
_ver sí el testimonio interesa o no al investigador. Si lo nota, defor
w
memoria. Para una revisión de este género una segunda grabación
:¡':IDará el testimonio, No debe, pues, darse una recompensa muy no parece necesaria.
'.'¡grande ni a los buenos ni a los malos testigos, Se calculará el im· Pero no es suficiente consignar e-i. testimonio; también es ne~
"porte de la recompensa según las horas de trabajo efectuadas o cesario anotar todas las indicaciones de las que el historiador
~según cualquiera otra base objetiva o de costumbre, pero nunca tendrá necesidad más tarde, sobre todo los comentarios explicati­
~sobre la calidad del trabajo proporcionado, Además, se intentará vos. Se ha dicho que el inquiridor debia evitar hacer preguntas,
:',fer simpátIco al testigo, pero impasible, para que no pueda adivi
w
y que si lo hacía las respuestas debían ser cansí deradas como nue­
,nar los sentimientos reales del investigador durante la notación de vos testimonios. Nada mas cierto, pero por otra parte no se podrá
""su testimonio. En Ruanda y en Burundi donde grabamos testimo­ evitar hacer preguntas en muchos casos concretos. Hará falta, pues,
'", nios en cinta magnetofÓnica, hicimos como si no comprendi ése· evitar a todo precio las «preguntas dirigidas .. para no hacer más
'¡¡¡OS nada de la lengua, El clérigo que nos acompañaba explicó al que preguntas vagas y generales que permitirán al testigo arrancar
, informador lo que debía hacer y que lo podía contar como quisiera. en sus explicaciones.
:1:
enía la impresión de que lo que decía carecía de. importancia, l'
Seguidamente, y esto deberá hacerse con cuestionario, será
puesto que el investigador no lo comprendía, y no deformó espe~ necesario anotar todas las indicaciones secundarias concernientes
~.;dalmente la tradición. Notemos aún que en el caso de tradiciones
,',,:.cuajad as , la actitud del inquiridor es menos importante. El texto
,-jpennanece invariable. Pero la actitud desempeñará de nuevo gran
I
al testímonio. Esta documentación auxiliar dará indicaciones sobre
el nombre, la genealogía, la posición social. la habili dad del testigo,
indicación del lugar y fecha de la grabación o de la anotación del
testimonio, del modo de transmisión del mismo, dándose para
"~papel cuando se anoten los comentarios explicativos.
;-:~; ¿Cómo consignar una tradición? Se puede grabar en cinta o cada eslabón en la medida de 10 posible las mismas indicaciones que
~'~*_anotarla por escrito. La grabación goza de gran ventaja ~ causa para el último testimonio. Serán igualmente suministrados datos
,~de las razones siguientes; da los términos exactos del testimonio, respecto de la forma de relatar el testimonio, de la frecuencia de
':! permite al testigo hablar a su ritmo y a su velocidad natural, sin recítación, del grado de especialización. de las verificaciones efec­
,';interrupciones y no permite que el interrogador haga preguntas tuadas en el momento del relato, de los medios mnemotécnicos
;¡¡ 211
~~ 21ú

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lizados durante el aprendizaje, de la función específica y del ob·


, particular de la tradición. Finalmente, .se tomarán algunas cir una obra admisible. Una edición de textos comprenderá los
BS respecto al carácter psicológico del testigo si es necesario y textos originales con indicación de sus variantes. Por lo que se
importe de la recompe""" que ha recibido. Estas nOtas permi· refiere a los textos cuajados se pueden seguir las reglas establecidas
in juzgar .los beneñcíos que el testigo ha podido obtener de su para la publicación de textos de fuentes escritas. En lo que con­
limonio. Un cuestionario de este tipo será establecido en tun­ cierne a los textos libres, la anotación de variantes planteará pro­
, de la cultura donde se trabaja y del tipo de tradición recogida. blemas técnicos. Se deberán dar estas varían tes por medio de sím.
I principales cualidades serán que sea completo y adaptado al bolos gráficos o siglas que permitan expresar todas las variantes
,de tradición estudiada. posibles en relación al tema, trama o cuadro de los textos. En todo
caso se deberá añadir un comentario prelimínar a los textos y un
stemma. podícum que dé cuenta de todos los emparentamientos.
Conclusión En lo referente a las obras de síntesis, el autor pennitirá a
sus lectores seguir paso a paso la progresión de su pensamiento.

Puede ser breve. Las diferentes fases de una investigación en Pondrá a su disposición todas las indicaciones útiles concernientes

üciones 'orales son las siguientes. a las fuentes. Cada vez que una elección deba ser hecha entre

En primer ténnino el estudio de la lengua y de la cultura del versiones contradictorias o el autor haga una interpretación muy

blo cuyo pasado se quiere hallar. Seguidamente. el estudio precisa de fuentes importantes, advertirá al lector y le someterá

~ral del fenómeno de la tradición en su medio. sus datos. Pues la regla de oro de toda publicación científica es que

lJespués se efectuarán algunos sondeos para hallar los dife­ el lector debe tener la posibUidad de revisar al autor.

leS tipos de tradición, sus características y especialmente sus


jos de transmisión, Se estará entonces en condiciones de traz.ar
~laD de trabajo metódico. Se recogerán sistemáticamente todas
mentes o se dispondrá un marco que proporcionará una linea Notu
nvestigaciones a seguir" Si la encuesta piloto ha sido efectuada
LA. E. JENSEN, a. C., p, 94, nOla 3.
;surad.amente, el investigador perderá tanto tiempo en corregir 2. E, MEYERowrrz, o. e., p. 34.
!hacer su marco como negligente ha sido en su encuesta pre· 3. E. MEvBROWITz, O. C" p. 34.
inar. En lo que concierne a la anotaci6n de los testimonios, 4. K. LUOMALA, o. C" p. 77 b. Encierran el elogio de los hechos ji gestas
necesario hacerla en el medio más favorable posible para una heroicas de los antepasados del recién nacido. El objeto es aprender a ser
digno de ellos.
na anotaci6n, anotar el texto en la propia lengua de transmisión
5. Los cantos de cuna nmdí pueden contener alusiones a los padres y
la Íorma más precisa posible, tanto sí se anota por escrito abuelos del recién nacido. Constituyen, pues, una fuente para la historia
ID si se graba, y recoger, en fin, toda la documentación auxiliar famíliar.
jes esencial para aplicar el método histórico al testimonio reco­ 6. M, HmsKoV1TS, Man and his Works, p. 431.
h'Surge de este resumen que una investigación de tradiciones 7. La pobJad6n ruandesa esta dividida en tres castas: tutsi, hutu y twa.
g, Cfr, Capitulo 4, artículo 3,
ts es generalmente un trabajo de larga duración y que a veces 9. E. MEY::t!:Rowrrz, o, e., p, 65.
Ita fastidioso. Pero el resultado será una contribución real a
rtros conocnnientos históricos y sólo sujetándose a este esfuer· f
iUede obtenerse.
Concluyamos este anexo con ciertos consejos prácticos para la
ocación. El nivel de las publicaciones actuales de texto. de
iicione.s orales o de obras de síntesis basadas en tradiciones
es no es, generalmente, de un nivel científico serio. Es suficiente,
unbargo, con observar ciertas reglas elementales para produ­

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