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ACTIVIDAD ECONOMICA PUBLICA

Y ACTIVIDAD ECONOMICA PRIVADA


EN LA CONSTITUCION ESPAÑOLA (*)
POR

ANGEL ROJO
Catedrátito de Derecho mercantil de la Universidad de Salamanca.

SUMARIO: l. EL SISTEMA DE ECONOMÍA DE MERCADo.-1. El relativismo de la op--


ción entre Constitución neutra y Constitnt'ión de sistema económico.-2. El
relativismo de la cláusula del Estado social. El problema de la dependencia de
los recursos económieos.-3. El marco de la economía de mercado. La distin,
ción entre sistema económieo y modelo económico. La inexistencia de un mo-
delo constitucionalizado: Los modelos económicos alternativos. La doctrina
del periodo de transición.-11. EL PRINCIPIO DE INICIATIVA BCONÓMJCA.-1. Del
principio de la subsidiariedad al principio de la coiniciativa. La pretendida
legitimación ca~sal de la iniciativa públit'a: Crítica. El interés genéral como
límite negativo y externo de la actividad económi~-2. El principio de pa·
ridad de trato. Competencia y empresa pública. La paridad de trato como ga·
rantía del sistema de economía de mercado. Empresa pública y objetiva econo·
mici.dad: La legitimidad de las empresas públicas deficitarias.-Ill. EL PBIN·
CIPIO DE LIBERTAD DE EMPBESA.-1. La tutela de la libertad de empresa: El ]í.
mite del contenido esencial. El contenido esencial en la jurisprudencia cona·
titucional.-2. La triple dimensión del contenido esencial de la libertad de em·
presa.-2.1. La libertad de acceso al mercado. La libertad de empresa como
derecho autónomo. La libertad de sector económico. Sector económico y es-
tructura de la empresa.-2.2. La libertad de ejercicio. La libertad de decisión:
Los límites de las exigencias de la economía general y de la planificación. La
libertad de competencia: El problema de la efectiva aplicación de la legisla·
ción sobre prácticas restrictivas de la competencia.-2.3. La libertad de cesa·
ción en el mercado.-3. Los límites absolutos del principio de libertad de em·
presa.-3.1. La re.serva al sector público. Extensión de la reserva. La esencia·

(*) Texto castellano de ]a oonferencia pronunciada el 7 de mayo de 1983 en


la Facultad de Economía y Comercio de la Universidad de Catania.

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lidad del recurso o del servicio.~3.2. La expropiación de empresas.-3.3. La torado español que, en un corto espacio de tiempo, ha creado y
intervención de empresas. El problema de la reserva de la materia en favor destruido opci,mes políticas de muy diverso signo, y que ha
de la ley. La opción entre ley general y ley especial. manifestado una inequívoca voluntad de cambio económico y
social. La aplicación de la Constitución por fnerzas políticas cla-
El estudio del regimen jurídico de la actividad económica ramente diferenciadas acentúa la importancia de los principios
pública y privada en la Constitución española de 1978 presenta económicos constitucionalizados, obligando al intérprete a UJl
dificultades de todo orden: A la necesaria abstracción de los análisis no sólo más urgente, sino también más práctico, concre-
textos constitucionales, se une la deliberada ambigüedad en to e inmediato que el que es característico de los sistemas de
muchas de las cuestiones relacionadas con el sistema económico. evolución lenta.
De otro lado, los pocos años transcurridos desde la entrada en
vigor de la joven Constitución no han permitido aún formar un
"corpus" de doctrina suficientemente sólido y estable; y la ju- 1
risprudencia del Tribunal Constitucional, aunque relativamente
abundante, no se ha proyectado todavía sobre algunos de los l. El problema de los principios de la actividad económica
temas más difíciles y polémicos. ha sido uno de los muchos temas fundamentales que hubieron
Es legítimo suponer que la importancia de la temática enun- de resolver las Cortes Constituyentes. La opción que se presen-
ciada no sea apreciación limitada a las fronteras del Estado. De taba a los redactores del texto constitucional era clara: La dis-
modo muy singular, interesa al jurista, al economista y el polí- tinción entre Constituciones neutras y Constituciones de modelo
tico italianos por distintos motivos. No sólo por la similitud de económico sirvió de base para defender la conveniencia de que
las circunstancias económicas y sociales de los dos países, ni tam- la Constitución española contuviera los principios básicos de la
poco por la comunidad de cultura jurídica. Interesa principal- actividad económica como medio para garantizar la subsistencia
mente por dos órdenes de razones. De un lado, por la influencia del sistema de economía de mercado. Se partió de una idea muy
indudable de la Constitución republicana italiana en el trata- generalizada: La de que, en las Constituciones calificadas de neu'
miento que de los grandes temas económicos ofrece la Constitu- tras, bajo una misma Constitución política pueden albergarse su-
ción. española. El jurista italiano tiene la oportunidad de com- cesivamente distintos sistemas económicos, mientras que, por el
probar cómo, sobre la base de textos jurídicos claramente em- contrario, cuando se constitucionaliza 110 determinado sistema
parentados, se llega necesariamente a soluciones semejantes, y económico las diferencias son de grado, pero no de sistema.
cuál es el alcance de las innovaciones y de las omisiones respecto La idea, evidentemente, se asentaba sobre una simplificación:
del propio régimen constituciqnal. El jurista español, por su par- El silencio de la Constitución acerca del sistema económico no
te, tiene la posibilidad de encontrar en la doctrina "y en la ju- equivale ni a indiferencia ni a neutralidad. A través de la inte-
risprudencia italianas una inestimable ayuda para la interpreta- gración del conjunto de derechos individuales reconocidos por
ción, a la vez que puede aprovecharse de esa experiencia ajena el texto constitucional se puede inducir el sistema económico.
para evitar recorrer etapas inútiles o para abstenerse de penetrar Más que Constituciones neutras y Constituciones beligerantes,
en vías muertas. De otro lado, una segunda razón de interés ra- hay Constituciones que consagran expresa y directamente un sis-
dica en el distinto ritmo de evolución política o, al menos, de tema, y Constituciones en las que el sistema subyace bajo los .prin-
dinamismo político. El electorado italiano se caracteriza por una cipios generales y está implícito en los derechos individnales y
relativa estabilidad. Los partidos crecen y decrecen con lentitud; colectivos. Es paradigmática en este punto la Ley Fundamental
las nuevas fuerzas que irrumpen o se delimitan en el panorama de Bonn: A una primera fase de pretendida neutralidad, ha su-
político se abren camino con grandes dificultades. Las posibili- cedido otra en la que la tutela constitucional de la propiedad
dades combinatorias son conocidas y limitadas. No así el elec- privada, de un lado, y de la "Berufsfreiheit", de otro, conducen
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a considerar como sistema constitucional el de economía social jurídico (art. 1.1.), es decir, no un principio general del derecho
de mercado. -o una fuente incluso jerárquicamente superior-, sino el cri-
Pero, como toda simplificación, tenía la ventaja de la cla- terio axiológico básico con el que debe guardar correspondencia
ridad. Aunque la gran mayoría de las Constituciones de los Es- toda norma jurídica. Si las normas jurídicas son el instrumento
tados de economía de mercado se agrupaban dentro del epígra- técnico mediante el cual se construye un orden determinado, las
fe general de Constituciones neutras -o de sistema subyacen- normas jurídicas que sirven de base o de soporte al orden eco-
te-, en franco contraste con las Constituciones de Estados de nómico y social deben ser expresión del valor "justicia". b) En
economía de dirección central planificada, los constituyentes es- el Preámbulo se proclama igualmente la voluntad nacional de
pañoles consideraron necesario determinar en el propio texto promover el progreso de la economía para asegurar a todos una
constitucional el sisterru, económico y los principios generales digna calidad de vida. La instrumentalidad de la economía que-
de la actividad empresarial. da patente: El progreso no se identifica, pura y simplemente, con
En general, el tema tuvo una importancia superior a la que desarrollo económico. Para que la economía progrese no basta
reflejan las discusiones parlamentarias. Sucedió como con otras con que se desarrolle; ese desarrollo sólo se justifica en función
muchas cuestiones: La búsqueda de una armonía o de un "con- de un fin: La consecución de un mayor bienestar individual y
senso" sobre el que asentar la convivencia política desaconseja- social.
ba polemizar sobre cuestiones especialmente delicadas. Cuando
un problema se elevaba como un muro en el progreso de las Cons- 2. Las "voluntades" que se proclaman en el Preámbulo en-
tituyentes -o, precedentemente, en la redacción del "borrador" cuentran la adecuada concreción en la cláusula del Estado so-
de la Ponencia-, se intentaba eliminar mediante el aumento cwl: España se constituye en un Estado social y democrático de
de la abstracción del artículo correspondiente o mediante la mera Derecho (art. 1.1.). La superación del concepto de Estado de
yuxtaposición de elementos heterogéneos, de modo tal que se Derecho a través de la cláusula del Estado social -que, aunque
posibilitaran distintas interpretaciones a fin de que, en el plano patrimonio del pensamiento constitucional occidental, debe su
formal, existiera una base mínima sobre la que justificar la co- origen al esfuerzo teorético de la doctrina y de la jurispruden-
herencia de los distintos partidos políticos con su respectiva ideo- cia alemanas- manifiesta la "voluntad conformadora" del Estado
logía. De ahí que no se aprecie una especial confrontación en frente a la "natural irracionalidad" de la economía y de la so-
relación con el sistema económico: El recurso a fórmulas abs- ciedad. La "intervención funcional" del Esta,do es la garantía
tractas y la técnica de la yuxtaposición, unidos a elevadas dosis de los "valores supremos" del ordenamiento.
de realismo, permitieron la obtención del necesario "consenso" Naturalmente, esos "valores supremos" no pueden ser alcan-
sobre el tema. zados de un modo absoluto e inmediato. El problema del rela-
Pero la importancia que para todos tenía el tema económico tivisrrw (o de la historicidad) de la realización del Estado social
se trasluce en el breve Preámbulo de la Constitución, en el que tiene especial importancia en relación con el orden económico
se contiene una doble y significativa referencia: a} Se afirma en y social, pues es éste el ámbito natural donde se expresan y ma-
ese Preámbulo que la nación española proclama su voluntad de nifiestan las situaciones de desigualdad y de injusticia más gra-
garantizar la convivencia democrática dentro de la propia Cons- ves y más notorias. No hay, así pues, un orden económico y so-
titución y de las leyes, conforme a un "orden económico y social cial absoluto. Ni siquiera hay un orden económico y social irre-
justo". La expresión sustantiva -"orden económico y social''- versible. La "tesis de la irreversibilidad", según la cual, una vez
es fundamentalmente una expresión genérica para referirse al que ha tenido lugar la configuración legal y reglamentaria del
conjunto de principios en los que se sustenta la convivencia; pero orden económico y social, o de un sector determinado, la cláu-
el adjetivo "justo" debe conectarse con la proclamación consti- sula del Estado social determinaría el carácter irreversible -la
tucional de la justicia como "valor supremo" del ordenamiento irreversibilidad, al menos, en cuanto a su "contenido esencial"-
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de las conqnistas económicas y sociales alcanzadas, no se en- En el Anteproyecto que, como consecuencia de las enmien-
cuentra expresa o implícita en la Constitución española. Ade- das de los diputados, elaboró la misma Ponencia, se modifica el
más, una tesis que fue elaborada por la doctrina constitucional texto anterior, aceptando enmiendas de signo distinto y de con·
europea en momentos de fuerte progreso económico y social traria intención. De un lado, se sustituye la referencia a la li-
choca y contrasta con la realidad de la crisis económica, que fue bertad de iniciativa económica privada por la referencia, más
precisamente el ambiente en el que se redactó y debatió la Cons- concreta, a la libertad de empresa; se especifica que esa libertad
titución. A la voluntad de progreso se contrapone la insuficien- de empresa se desarrolla en el marco de la economía de merca-
,=-i
cia de los medios. La contraposición entre épocas de crecimiento do; y, en fin, se sustituye la referencia a que la le'y regularía el
y progreso y épocas de crisis es uno de los argumentos de mayor ejercicio de esa libertad de acuerdo con los intereses generales
j; evidencia para afirmar el relativismo o la historicidad del Estado por una referencia distinta, según la cual los poderes públicos
social. Los "valores supremos" del ordenamiento jurídico están están obligados a garantizar y proteg.er el ejercicio de la libertad
condicionados, en cuanto a su concreta realización y en cuanto de empresa así como la defensa de la productividad. De otro
~-n
'}) a la intensidad de esa realización, por los medios de que dispone lado, se acepta introducir en el artículo una referencia a la pro-
el Estado. La realización del Estado social está en función de los gramación o planificación económica. El resultado es el texto
recursos económicos ("tesis de la dependencia de los recursos que, como artículo 38, habría de pasar a formar parte de la
económicos"). De ahí la inconstitucionalidad de aquella política Constitución:
que tenga por objeto la supresión o la reducción, por sí misma,
de los logros de contenido económico y social ya reconocidos "Se reconoce la libertad de empresa en el marco de la eco-
por el ordenamiento jurídico, 'y la correlativa constitucionali- nomía de mercado. Los poderes públicos garantizan y protegen
su ejercicio y la defensa de la productividad, de acuerdo con
dad de aquellas supresiones o reducciones que se establezcan las exigencias de la economía general y, en su caso, de la pla·
condicionadas por la limitación de los recursos, previo objetivo nificación".
examen de las prioridades en la cobertura de las necesidades co-
lectivas. Muchas y muy variadas han sido las críticas formuladas a
3. Ese Estado social, como concreta realidad histórica, debe este artículo. A las críticas por la ambigüedad y por la incohe-
realizarse en el marco de la economía de mercado. El artículo rencia, se añaden las críticas por una pretendida contradicción
38 de la Constitución, compuesto por un único párrafo, contie- interna como consecuencia de la transacción política de la que
ne en su primer inciso una declaración fundamental: El reco- es resultado. Evidentemente, algunas de estas opiniones contra-
nocimiento de la libertad de empresa en el mercado. dictorias están condicionadas por concretas ideologías o por de-
La Constitución republicana de 1931 no contenía una de- terminados intereses; pero, con todo, ,el hecho de que el artícu-
claración semejante. Se limitaba a recoger en uno de sus artícu- lo 38 sea el resultado de un compromiso político entre las distin-
los la libertad de profesión y la de industria y comercio (artícu- tas fuerzas políticas presentes en las Cortes Constituyentes obli-
lo 33). La historia de la elaboración del actual artículo 38 co- ga a coincidir en la acusación de ambigüedad y de imprecisión.
noce dos fases distintas: En la primera se sigue el influjo del Probablemente, sin embargo, los textos constitucionales sobre te-
artículo 41 de la vigente Constitución italiana, cuyos párrafos mas económicos presentan más defectos de técnica que oscuri-
primero y tercero se refunden y sintetizan en el Anteproyecto dad de principios. Una redacción distinta y alguna modifica-
originario elaborado por la Ponencia elegida en el seno de la ción de sistemática mejorarían extraordinariamente la inteligen-
Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados. cia de la Constitución sin afectar al contenido. Pero, en todo
caso, y aunque no sin dificultades, es posible ofrecer una inter-
"Se reconoce el derecho a la libre iniciativa económica pri· pretación general en la que se encuadren y armonicen los ele-
vada. La Ley regulará su ejercicio de acuerdo con los intereses
económicos generales" (art. 32.1). mentos combinados por los constituyentes.

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La interpretación del artículo 38 exige distinguir entre SÍS· cial"-, y, paralelamente, introduciendo, ampliando, reducien-
tema )' modelo. La Constitución española ha constitucionaliza- do o, en su caso, eliminando los correlativos límites, la Cons-
do un sistema, pero no ha constitucionalizado un modelo. El titución ofrece la posibilidad de dar vida a modelos económicos
sistema constitucionalizado es el de economía de mercado del alternativos de muy distinto signo.
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Estado social, es decir, el de economía socinl de mercado, por Ahora bien, el poder político no sólo tiene la facultad de
virtud del cual se reconoce la libertad de empresa -en la triple modificar o transformar el modelo económico; tiene el deber
dimensión básica de libertad de acceso al mercado, libertad de de hacerlo. La cláusula del Estado social introduce como impe·
cjercicio y libertad de cesación-, y, en definitiva, la libertad de rativo la evolución del modelo. No condiciona el sentido ideo-
competencia en el marco de las exigencias específicas del Es- lógico de la transformación, pero sí el sentido axiológico de la
tado social. El sistema de economía de mercado del Estado so- misma. Los redactores de la Constitución han partido de una
cial se opone tanto al sistema colectivizado o de planificación realidad dada, el modelo propio de la economía española en el
central y coactiva o imperativa, en el que las empresas son sim- momento de las Constituyentes, al que han introducido algunos
ples ejecutantes de las decisiones adoptadas por el órgano central correctivos inmediatos de indudable importancia, y sobre él han
planificador, como al sistema del capitalismo clásico, en el que hecho gravitar la cláusula del Estado social, con lo que se in-
la autónoma consecución de los respectivos intereses particulares troduce la dinámica propia de la tensión por la consecución de
se considera la mejor garantía del interés público. La Constitu- )os "valores supremos".
ción no sólo condena el ord,en económico monocéntrico; con- Es precisamente la modificabilidad (o, desde otra perspec-
dena también el orden construido por los propios sujetos eco- tiva, la fungihilidad) del modelo económico la que explica
nómicos. En el primer caso, por contradicción con los postula- la aceptación del sistema por parte de las más significativas fuer-
dos de la economía de mercado; en el segundo, por contradicción zas políticas de la izquierda parlamentaria, las cuales en este
con los principios del Estado social. punto no mostraron reparos al votar la Constitución. No fue
La Constitución prohíbe, así pues, dos sistemas extremos, necesario utilizar el recurso a la doctrina del "estado de nece·
pero deja un amplísimo margen al poder político para configu- sidad", como, por el contrario, hizo cierta izquierda italia-
rar el modelo económico de la nación. A través de la combinación na para justificar la aceptación de la Constitución vigente, ar·
de elementos heterogéneos, procedentes de distintas formas de gumentando que la reconstrucción del país, destruido tras la
concebir la economía de mercado, la Constitución permite la segunda guerra mundial, exigía esa "concesión". A los princi-
elaboración de modelos distintos. Ciertamente, la libertad de pales partidos de izquierda bastó con el recurso a la doctrina del
empresa no puede realizarse en otro marco que no sea la eco· "período de transición": Es suficiente que la Constitución con-
nomía de mercado, esto es, en un marco de competencia econó· tenga los instrumentos para el cambio. Una sociedad basada en
mica entre los sujetos que operan en el lugar de encuentro de la la propiedad colectiva de los medios de producción y en la pla-
oferta y de la demanda. Pero no existe una opción concreta en nificación socialista -se dijo entonces- no se puede realizar de
favor de un determinado modelo económico. Dentro del sistema modo inmediato. En la clánsula del Estado social se contiene un
de economía de mercado, la Constitución ampara la más variada proyecto de transformación de la sociedad. La Constitución es
gama de modelos, teóricos y prácticos, ensayados o no, inspirados la palanca del cambio. La intensidad de ese cambio )' su con-
tanto en los postulados del neocapitalismo contemporáneo como creto ritmo histórico dependerán de quienes ostenten la titnla·
en los del socialismo democrático. Muchas son las combinacio- ridad del poder político. Una vez que se hayan agotado los gra·
nes posibles. La Constitución ofrece al poder político la facul- dos de transformación en el interior del sistema, la reforma cons-
tad de modificar o transformar el modelo económico dentro del titucional posibilita el cambio de sistema, que entonces se pro·
sistema de economía social de mercado, Ampliando o reduciendo ducirá de forma natural y no traumática.
el contenido de los derechos -con el límite del "contenido esen- Entre ambas posiciones políticas -la italiana de la postgue·
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rra y la española de los últimos años- existe una coincidencia miswn Constitucional del Congreso de los Diputados, y fue la
significativa: La renuncia al cambio revolucionario -que ni se voluntad de disipar cualquier duda acerca del alcance de esa
desea ni se considera posible en las sociedades occidentales a expresión ~-cuestión que preocupaba especialmente a las fuer-
partir de determinados niveles de desarrnllo económico y social- zas del centro y de la derecha- la que motivó la sustitución,
obliga a aceptar los respectivos textos constitucionales y, en cou- aun a costa de reducir la extensión del principio que se reco-
secueucia, a aceptar también la transitoria separación entre ideal nocía.
y realidad. La cláusula del Estado social no garantiza que esa Los textos legitimadores de la actividad económica por parte
separación sea decreciente, pero elimina el riesgo de una evolu· de los empresarios privados y de los empresarios públicos con-
ción en abierta contradicción con los "valores supremos'\ templan una importante sustitución de principios que está des-
tinada a incidir decisivamente en el sentido mismo de la liber-
11 tad de empresa: Del principio de la subsidiariedad de la acción
pública, recogido en distintas Leyes Fundamentales del sistema
l. En el marco de la economía social de mercado, la acti- precedente, por la fuerza modélica que en el derecho español
vidad económica puede ser desarrollada tanto por sujetos pri- tuvo la "Carta del Lavoro", se ha pasado al principio de coini-
vados como por sujetos públicos. En la Constitución española se ciativa económica, por cuya virtud la iniciativa pública en la
ha recogido el principio de coiniciativa ,económica. Después de actividad económica ya no necesita justificarse por la ausencia
reconocer la libertad de empresa dentro del título I, dedicado a o por la deficiencia de la iniciativa privada. Ciertamente, en el
los derechos y libertades (art. 38), en el título VII, relativo a régimen anterior el principio de la suhsidiariedad no fue rigu-
Economía y Hacienda, se reconoce la iniciativa pública en la ac- rosamente observado. En materia hotelera (sent. del Tribunal
tividad económica (art. 128.2). Finaliza así la primacía de la Supremo de 30 de mayo de 1962) y en materia de aprovecha-
empresa privada: La empresa pública y la empresa privada se mientos hidroeléctricos (sents. del Tribunal Supremo de 27 de
colocan en plano de igualdad. Y a no existen sectores en los que octubre de 1957 y de 15 de noviembre de 1959) se cuenta con
la suficiente presencia de la actividad privada elimine la posi- algunos ejemplos significativos, Pero, con todo, la sustitución de
bilidad de iniciativa pública. los principios tiene una extraordinaria importancia, que no pue-
La lejanía entre los dos textos constitucionales -artículos de ser desconocida: Aunque en un sector económico determina-
38 y 128.2- es lógica: La iniciativa privada se configura en tér- do sea suficiente la acción económica desarrollada por sujetos
minos de libertad de la persona, como un derecho del ciudadano, privados, es posible crear empresas públicas o ampliar las ya
y de ahí que esté incluida en el título I, mientras que, obviamen- existentes.
te, la iniciativa pública no tiene ese carácter, por lo que, desde La vigencia del principio de coiniciativa económica plantea
un punto de vista sistemático, es correcto que de ella se ocupe un problema fundamental, que todavía no ha sido debatido su-
uno de los artículos que integran el heterogéneo título VII. Tam· ficientemente: El de la necesidad o no necesidad de la legitima-
poco puede extrañar la diferente fórmula utilizada en cada caso: ción causal de la iniciativa pública. Al desaparecer la causa le-
El término "iniciativa pública" es más amplio que la expresión gitimadora de la iniciativa pública específica del sistema de la
"libertad de empresa". El artículo 128.2 permite que la ini- subsidiariedad, se ha producido cierta sensación de vacío, que
ciativa pública en la actividad económica se ejercite directa e se ha pretendido colmar mediante una interpretación de la Cons-
indirectamente por persona jurídico-pública, sin necesidad de titución que, paradójicamente, arroja en la práctica unos resul-
constituir una empresa. Como anteriormente se puso de mani- tados muy similares a los del derogado principio: Mientras que
fiesto, también se refería a la iniciativa económica privada -si- la iniciativa privada no necesita legitimarse en sí misma, por
guiendo el modelo del artículo 41 de la Constitución italiana- ser libre, en principio, la creación y la ampliación de empre·
el texto aprobado por la Ponencia elegida en el seno de la Co- sas, la iniciativa pública -se argumenta- requiere una legi-
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timacwn causal: No la inexistencia o la insuficiencia de la ini- y a la ampliación de empresas es total y absolutamente indepen-
ciativa privada, siuo el interés general. Según esta interpreta- diente de la titularidad de la iniciativa.
ción, la Constitución sólo justifica la creación "ex novo" o la La Administración Pública debe servir con objetividad los
ampliación de empresas públicas cuando así lo reclame el inte· intereses generales (art. 103.2); pero la empresa pública no es
rés general. Este límite inmanente de la iniciativa pública res- Administración en sentido técnico. La empresa pública no tie-
tringe la efectividad del principio, en la medida en que es difí- ne por qué perseguir necesaria y directamente el interés gene-
cil apreciar la existencia de un interés auténticamente "general" ral; puede perseguir un interés particular. Se legitima así la
para la iniciativa pública cuando empresarios privados ofrecen fundación o la ampliación de empresas públicas con la única
una cobertura suficiente de un determinado sector, salvo casos finalidad de la obtención de medios económicos -la "Mittelge-
extremos y excepcionales, corno, por ejemplo, cuando se prevea winnung"- por la concreta Administración Pública titular de
una intensa evolución tecnológica en ese sector que la iniciativa la iniciativa. En este supuesto -que es especialmente importan-
privada no esté en condiciones de afrontar. te en el plano local y provincial- el interés general sólo se per-
Sin embargo, la tesis del interés general como legitimación sigue de modo indirecto o reflejo. La ampliación de los recursos
causal de la iniciativa pública --entre cuyas fuentes inspiradoras propios de la persona jurídico-pública a la que pertenece la em·
figura, sin duda, la de la "¡¡ffentliche Aufgabe" de la empresa presa permite una mejor satisfacción de las exigencias y nece-
pública, elaborada por un importante sector del constitnciona- sidades de esa persona, pero el interés general es externo a la
lismo alemán- opera con una distinción que no está explícita empresa.
ni implícita en la Constitución vigente. No es correcto afirmar
que en la Constitución española la iniciativa privada puede des-
2. La empresa privada y la empresa pública son considera-
arrollarse libremente mientras que no esté en contradicción con
das por la Constitución española en posición jnrídica paritaria
el interés general (limite negativo), en tanto que la iniciativa
y están sometidas a las reglas de competencia propias de la eco-
pública tiene necesariamente que realizar fines de interés gene-
nomía social de mercado. A la empresa pública son de aplica-
ral (limite positivo), porque con esa distinción se establece un
ción las normas de represión de la competencia desleal y sobre
parámetro diferente para medir la iniciativa privada y la ini-
prácticas restrictivas de la competencia.
ciativa pública, sin fundamento constitucional. La subordina-
ción de la riqueza del país, en sus distintas formas y manifesta- Ciertamente, la consideración de la empresa pública comu
ciones, al interés general (art. 128.1) es absolutamente indepen- sujeto activo y pasivo de la competencia desleal trae como con-
diente del carácter público o privado del titular de esa riqueza secuencia que, cualquiera que sea el alcance y la efectividad de
("sea cual fuere su titularidad"). El reconocimiento de la inicia- la normativa, la actuación de la empresa pública en el mercado
tiva pública en la actividad económica se hace de modo incondi- está sometida a los mismos parámetros de conducta que el em-
cionado. No hay una relación teleológica entre empresa pública presario privado, sin que lo que esté prohibido a unos determi-
e interés general. nados profesionales del tráfico se tolere a otros dos en razón sim-
El interés general actúa como límite negativo de la iniciativa plemente del carácter público. La "lealtad" es pauta general a
económica: Esta, sea pública o sea privada, no puede desarro- la que debe acomodar la actividad económica toda clase de
llarse en contradicción con el interés general, tal como aparece empresarios, con independencia de su naturaleza púhlica o pri-
configurado por los "principios rectores de la política social y vada.
económica" propios del Estado social. No podrá desarrollarse, Del mismo modo, la empresa pública es sujeto de la Ley 110/
por ejemplo, con violación del derecho al medio ambiente (ar- 1963, de 20 de julio, sobre Represión de Prácticas Restrictivas
tículo 45), ni atentando a la salud y a los legítimos intereses eco- de la Competencia. La jurisprudencia del Tribunal de Defensa
nómicos de los consumidores (art. 51). El derecho a la creación de la Competencia viene utilizando un concepto de empresa

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particularmente amplio: El Tribunal ha repudiado el criterio de do interviene en la economía a través de empresas públicas, está
la bilateralidad. No es necesario para que exista empresa una obligado a respetar las mismas reglas de conducta que los sujetos
presencia efectiva o una actuación tanto en el lado de la oferta privados.
como de la demanda. Es suficiente con la mera presencia en el La exigencia de un tratamiento paritario o, al menos, inde-
.,q mercado, sea como oferente, sea como demandante de bienes y pendiente de la titularidad de la empresa obliga a revisar drás-
servicios. Al seguir el criterio de la unilateralidad, se amplía ticamente tanto el sistema de financiación de la empresa públi-
extraordinariamente el ámbito de aplicación de la ley. De otra ca -por ejemplo, estableciendo una tipificación con arreglo a
parte, es igualmente doctrina del Tribunal que la empresa pú· criterios objetivos para las ayudas y las subvenciones- como el
blica, cualquiera que sea su forma o estructura, es sujeto de la régimen de las cargas fiscales y sociales: El privilegio fiscal de
normativa sobre prácticas restrictivas. La realidad demuestra que, la empresa pública debe desaparecer. Paralelamente, habrá que
si bien no son frecuentes prácticas colusorias en las que parti- establecer mecanismos compensatorios en favor de la empresa
cipe una empresa pública o entre empresas públicas, aunque privada cuando, por una u otra razón, se viole o conculque ese
existan casos significativos, el abuso de posición de dominio en principio de paridad. La efectiva aplicación del principio traerá
el mercado por parte de la empresa pública constituye fenómeno consigo una profunda modificación en la dinámica del sector
de reiterado acaecimiento. público, cuyas consecuencias, por el momento, son difíciles de
La aplicación a la empresa pública de las normas generales prever.
sobre competencia desleal o sobre prácticas restrictivas es mani· Las consideraciones anteriores no significan que la empresa
festación de un fenómeno más amplio: El de la posición jurídica pública se encuentre sometida al principio de objetiva economi-
paritaria de la empresa pública y de la empresa privada. Esta cidad. Son perfectamente admisibles en el derecho español em-
igualdad no constituye un criterio político, ni tampoco postula· presas públicas permanentemente deficitarias. Indirectamente, así
do de una ideología determinada" ("Gleichbehandlungsideolo· parece reconocerlo la Constitución al establecer, a cargo de los
gie"). Se trata de un principio iurídico (distinto del genérico poderes públicos, la obligación de defender la .productividad ex-
principio de igualdad de las personas físicas) cuyo fundamento clusivamente en relación con la empresa privada (art. 38). La
•e encuentra en la Constitución, la cual en ninguno de sus pre· empresa pública no productiva y, a la postre, no rentable, no
ceptos legitima una diversidad de tratamiento. La "par condi- sólo constituye un fenómeno muy extendido, sino, además, una
tio" entre ambas clases de empresarios, como principio implícito realidad que, de momento, no podría ser eliminada a corto o a
en el texto constitucional, es garantía para el mantenimiento del medio plazo sin elevadísimos costes de todo orden que el Estado
sistema de economía de mercado: El deterioro y la final destruc· probablemente no podría soportar. Una cosa es que como crite·
ción del sistema de economía social de mercado se puede con· rio de política económica se defienda la objetiva economicidad
seguir fácilmente mediante el trato desigual. En un período más de la empresa pública -criterio sobre cuya oportunidad no co-
o menos largo de tiempo, la empresa privada, sometida a un es- rresponde aquí pronunciamiento alguno- y otra muy distinta
tatuto general, no podría soportar la competencia de la empresa que la economicidad sea principio jurídico general, sancionado
pública, sometida a un estatuto excepcional y privilegiado, de constitucionalmente, de necesaria observancia cuando la inicia-
derecho o de hecho. Analizado el fenómeno con perspectiva tem- tiva pública revista la forma de "empresa". Cualquier solución
poral, la presencia de la empresa pública en un sector determi· contraria peca de apriorismo o de conceptualismo. Salvo que
nado sería el paso previo para la "publificación" del sector. una ley ordinaria e•tablezca, a cargo de una empresa pública o
-2 La tutela de la libertad de empresa, una vez derogado el prin· de una determinada categoría de empresas públicas, la actuación
cipio de la subsidiariedad, ya no tiene lugar mediante la limita· conforme al principio de economicidad --como sucede, por ejem-
ción de las posibilidades de iniciativa pública, sino mediante la plo, en relación con las entidades oficiales de crédito-, el prin·
limitación del modo de ejercicio de la empresa. El E,tado, cuan· cipio no vincula.
322 323
.\CTIVIDAD ECOKÓMICA PÚBLICA Y PRIVADA EN LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA
ÁNGEL ROJO

Ahora bien, la cobertura de las pérdidas de la empresa pú- tegoría de empresas, y la creación de un Ministerio de las Parti-
cipaciones Estatales, del que pasasen a depender el Instituto Na-
blica, en los sucesivos ejercicios, por parte de la Administración,
con cargo al Presupuesto, debe realizarse con estricta observan- cional de Industria, el Instituto Nacional de Hidrocarburos y las
participaciones actualmente administradas por la Dirección Ge-
cia del principio de paridad de trato, antes referido. De lo con-
neral del Patrimonio del Estado -medidas reclamadas desde ha-
'"\t. trario, la permanente refinanciación de la empresa pública con
ce tiempo por las más variadas voces-, ayudarían a racionalizar
cargo a fondos públicos situaría a esta categoría en posición de
,, privilegio frente a la empresa privada. En los sistemas de econo-
la acción del Estado sentando las bases para la efectiva aplica-
~-....,:- ·- ción del referido principio.
mía social de mercado se está extendiendo la evidencia de que
algunas crisis de empresas ,privadas son el resultado no sólo de
-~~
la competencia de la empresa pública, sino de su mera presen- 111
cia en un sector determinado: La empresa pública no sólo sustrae l. La determinación del alcance y del significado del prin-
una porción de mercado a la empresa privada, sino que, al no
cipio de libertad de empresa no sólo debe realizarse atendiendo
tener comprometida su existencia por los resultados de cada ejer- al texto constitucional que recoge este principio, el artículo 38,
cicio, puede acumular pérdidas, que se cubren con cargo al Pre- sino también al contexto sistemático: La inserción del citado ar-
mpuesto del Estado o endeudarse o atender a reivindicaciones tículo en la sección 2." del capítulo 2.' del título l. El análisis
salariales de modo y en cuantía no posibles para la empresa pri- conjunto de texto y contexto lleva a la conclusión de que la tu-
vada. Mientras que, en principio -y exclusivamente en el plano tela del principio de libertad de empresa se instrumenta a través
de los hechos-, la economicidad es una exigencia para la exis-
de una triple técnica:
tencia y para la subsistencia de la empresa privada, la empresa
púhlica no está condicionada por los resultados económicos. De l. La técnica de la vinculación de los poderes públicos.-
ahí que la recapitalización o, más genéricamente, la refinancia- El derecho de libre empresa debe ser respetado por todos los po-
ción de la empresa pública deba efectuarse atendiendo a la rea- deres públicos (art. 53.1, primer inciso).
lidad del sector en que opera, sin lesionar los legitimos intereses 2. La técnica del límite del "contenido esenciaf'.-El ejer·
y los derechos de los titulares de empresas privadas y sin que la cicio del derecho de libertad de empresa sólo puede ser limitado
eventual ayuda financiera compensatoria al empresario no pú- por medio de ley, la cual, en todo caso, debe respetar el "conte-
blico comprometa el "poder de mando" y, en definitiva, la titu- nido esencial" de ese derecho (art. 53.1, segundo inciso).
láridad. 3. La técnica tk! recurso de inconstitucionalidad.-Cuál-
Por esta via, y en atención al coste global, directo e indirecto, quier violación legal del derecho de libertad de empresa puede
de la cobertura de las pérdidas de las empresas púhlicas no pro- ser combatida mediante el recurso de inconstitucionalidad ante
ductivas, la economicidad terminará por imponerse comQ exi· el Tribunal Constitucional (art. 53.1, segundo inciso "in fine" y
gencia real,, no como principio jurídico, de la actuación de la art. 161). Pero ni este derecho constituye un "derecho funda-
empresa pública, la cual está condenada a ser económicamente mental" (en sentido estricto) ni la libertad de empresa una "li-
rentable, quedando atribuidas a la iniciativa pública en forma bertad púhlica" y, en consecuencia, no cabe que cualquier ciu-
diversa del ejercicio de la empresa aquellas actividades econó- dano recabe la correspondiente tutela ante los Tribunales ordi-
micas que no sean objetivamente rentables. La autolimitación de narios por un procedimiento preferente y sumario ni que inter-
la capacidad de refinanciación de la empresa pública por parte ponga recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional (artícu-
del Estado es consecuencia o efecto del principio de paridad. lo 53.2, "a contrario sensu").
En este mismo sentido, la aprobación por ley de un "Esta- De esta triple técnica de protección, la que, sin dnda, pre·
tuto de la Empresa Pública", en el que se fijen los criterios de senta mayor interés, a los efectos aquí perseguidos, es el límite
actuación así como las posibles estructuras jurídicas de esta ca- del "contenido esencial:'.

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ÁNGEL ROJO ACTIVIDAD ECONÓMICA PÚBLICA Y PR.IV_ADA EN LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA

El artículo 53.1 de la Constitución española tiene un claro Para todo aquel que conozca la jurisprudencia del "Bundes-
modelo: El artículo 19.2 del Grundgesetz alemán, a cuyo tenor verfassungsgericht" y la rica literatura constitucional alemana no
"en ningún caso un derecho fundamental podrá ser afectado en pasará desapercibido el eclecticismo del Tribunal Constitucional
su contenido esencial". Los padres de la Ley Fundamental par· español. En la primera definición ofrecida, a través de una do-
tieron del presupuesto de que todo derecho fundamental ("Grund- ble formulación, el Tribunal recurre a las llamadas teorías ab-
recht") tiene un núcleo fijo e indestructible ("hartes Kern"), solutas: Cuando la limitación introducida por ley se traduce en
al que denominaron "contenido esencial" ("Wesensgehalt"), pre- la invisibilidad material del derecho o en la irrecognoscibilidad
supuesto que igualmente fue asumido por los constituyentes es- en relación con la peculiaridad que le es propia ("kiirperpliche
pañoles. La prohibición contenida en el artículo 19.2 y en el ar- Unversehrtheit"), se entiende producida la violación de la
tículo 53.1 de los citados textos constitucionales ("Antastungs- prohibición constitucional. En la segunda definición se recu·
verbot"), dirigida al legislador, tiene una doble finalidad: De rre a determinadas teorías relativas --probablemente a la de
un lado, las leyes en las que se regule, total o parcialmente, el E. STEIN-. La posibilidad o imposibilidad de satisfacción de
ejercicio de los derechos y libertades fundamentales no deben aquellos intereses que la Constitución protege en ese concreto
traspasar la frontera del "contenido esencial"; pero, de otro derecho es la piedra de toque para determinar la constituciona-
lado, tampoco pueden facultar a los órganos del Estado, ejecu- lidad o inconstitucionalidad de la regulación legal. Es evidente,
tivos o judiciales, para establecer o admitir limitaciones que en consecuencia, que el Tribunal Constitucional, a la hora de
afecten a ese concreto límite, aunque sea con carácter coyuntu- ofrecer criterios, ha querido mantenerse en formulaciones gené-
ral o transitorio. ricas, escasamente comprometedoras.
Sin embargo, ni la Ley Fundamental ni la Constitución es-
pañola establecen criterios para determinar qué parte o porción
2. En realidad, la delimitación del "contenido esencial" del
de una libertad o de un derecho es "contenido esencial" y qué
principio de libertad de empresa exige descomponer esa liber-
parte es "contenido accidental". Esta tarea de delimitación de
tad en tres dimensiones básicas o aspectos principales, comple-
contenidos es extraordinariamente delicada. A la indetermina-
mentarios entre sí: La libertad de acceso al mercado, la libertad
ción del límite constitucional, se une la dificultad derivada de la
de ejercicio de la empresa y la libertad de cesación en ese ejer-
diversidad del "contenido esencial" de cada derecho o de cada
libertad. La determinación del "contenido esencial" de un con- cicio.
l. Libertad de acceso al mercado.-La libertad de em-
creto derecho o de una concreta libertad tiene que realizarse es-
pecíficamente. presa tiene como presupuesto el reconocimiento de otros dere-
El Tribunal Constitucional español no ha tardado en ofrecer chos. Unos se encuentran expresamente reconocidos por la Cons-
un criterio para la interpretación de la cláusula del "contenido titución, como el derecho de propiedad (art. 33.1) o el derecho
esencial", mediante el muy discutible recurso a la técnica de la de elegir libremente una profesión !art. 35.1). Otros están im-
acumulación de definiciones. La sentencia de 8 de abril de 1981 plícitos en los textos constitucionales y aparecen recogidos en
acumula, en efecto, dos definiciones distintas: leyes ordinarias, como, por ejemplo, la libertad contractual (ar-
tículo 1.255 del Cód. civ.), qne está en relación instrumental con
"Entendemos por contenido esencial -señala en uno de sus
los dos anteriores. Al mismo tiempo, la libertad de empresa trae
considerandos--- aquella parte del contenido de un derecho sin
el cual pierde su peculiaridad o, dicho de otro modo, lo que como consecuencia el reconocimiento del derecho a la ganancia
hace que sea recognoscihle como derecho correspondiente a un (y la legitimidad del lucro) que, a su vez, se conecta con el de-
determinado tipo. Es también aquella parte de contenido que recho de propiedad.
es ineludiblemente necesaria para que el derecho permita a su En todo caso, la libertad de empresa es un derecho autó,wmo
titular la satisfacción de aquellos intereses para cuya constitu-
ción el derecho se otorga". o primario, y no secundario o derivado, en cnanto que su "con-

327
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ÁNGEL ROJO ACTIVIDAD ECONÓMICA PÚBLICA Y PRIVADA EN LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA

tenido esencial" no coincide con el de los derechos de los que es enseñanza; art. 27.6), el texto constitucional precisa que una
derivación ni se rednce a la suma de otras libertades. determinada libertad es común a individuos y a colectividades;
No es manifestación del derecho de propiedad, pues se pue- pero esta misma conclusión se deduce necesariamente, en el
de ser empresario sin ser propietario de la empresa o, mejor, de tema que nos ocupa, del reconocimiento del derecho de asocia-
los cambiantes y heterogéneos elementos que de ella forman par· ción (art. 22.1). El derecho de libertad de empresa puede ejer-
te. Los empresarios no propietarios utilizan riqueza ajena, aun- citarse tanto por el individuo aisladamente como a través de la
s1' que asumen riesgo propio. La tutela de la libertad de empresa es asociación con otros individuos, sin que la estructura y la fun-
independiente de la tutela de la propiedad. El "contenido esen· ción de esa libertad se modifiquen y, consiguientemente, sin que
cial" de la libertad de empresa es el mismo para los empresarios sea distinto el grado de tutela o la intensidad de la protección
propietarios y para los empresarios no propietarios, sin perjui- del derecho.
cio de que los primeros gocen, además, de la tutela específica del Desde un prisma lógico, la primera faceta de la libertad de
"contenido esencial" del derecho de propiedad. empresa es la libertad de acceso al mercado de bienes y de servi-
No es manifestación tampoco del derecho de libertad de pro- cios. la libertad de "emprender" actividades económicas lícitas.
fesión. Con buen criterio, la Constitución española distingue la Co1~0 sucesora de la histórica libertad de industria y comercio, la
libertad de profesión ("derecho a la libre elección de profesión libertad de empresa no se reduce a libertad de ejercicio. No sólo
u oficio", art. 35.1) y la libertad de empresa lart. 38). Entre am- existe una tutela constitucional del ejercicio de la empresa; la
bas libertades existe una íntima relación en la medida en que Constitución protege igualmente la creación de empresas. Cier·
ser empresario constituye evidentemente una profesión. Se ex- tamente, las personas físicas y jurídicas pueden adquirir la con-
plica así que en aquellas Constituciones en las que falta un re· dición de empresario sin necesidad de crear "ex novo" esos pe~
conocimiento expreso de la libertad de empresa, doctrina y ju- culiares conjuntos unitarios que se denominan empresas: Es su·
risprudencia la entiendan implícita en el derecho a escoger y ticiente con adquirir un título que legitime el poder sobre la em-
ejercer libremente la propia profesión en relación con el de- presa, aunque sea temporal y modalmente limitado. La Cons-
recho de propiedad. Pero esta combinación de derechos reduce titución ampara todas las formas de adquirir la condición de
la libertad de empresa a un derecho secundario o derivado, sin empresario, sea mediante la conjunción de los factores necesa-
"contenido esencial'" autónomo, a la vez que oscurece la solu- rios para la actividad, sea mediante cualquier otro instrumento.
c:ón de problemas fundamentales lv. gr.: el de los límites de la La libertad de acceso al mercado significa libertad de sector
cogestión). En realidad, entre el derecho de libertad de profe- económico. Por medio de ley es posible reservar al sector públi-
sión y el derecho de libertad de empresa no hay una relación co recursos o servicios esenciales (aort. 128.2), de modo tal que
de género a especie. Hay una coincidencia de contenidos, pero el ámbito reservado coincida con el de un sector concreto y de-
esa coincidencia es parcial, y no absoluta, por cuanto qne la li- terminado. Pero, salvo supuestos de reserva, la libertad de em·
bertad de empresa es algo más que una de las concretas mani- presa significa que cualquier persona puede crear empresas en
festaciones de una genérica libertad de profesión. cualquier sector económico. De ahí la urgente necesidad de re-
La libertad de empresa no es sólo un derecho del individuo, visar la dispersa legislación administrativa en materia de "auto·
como lo es el derecho a la libre elección de la profesión u ofi- rizaciones" para la libre instalación, ampliación y traslado de
cio, sino un derecho tanto de las personas físicas como de las empresas de todas clases, limitando la exigencia de autorización
personas jurídicas, dentro de las particularidades propias de estas administrativa previa a aquellas empresas cuya actividad, por
últimas. Esta doble realidad, individual y colectiva, de la liber- sus propias características o por las condiciones en que se de-
tad de empresa no es una excepción en relación con el conjunto sarrolla, pueda lesionar derechos cuya tutela tienen encomen-
de los derechos y de las libertades, aunque no aparece expresa dada los poderes públicos (así, art. 43.2) o, en general, esté en
en el artículo 38. En otras materias (por ejemplo, en materia de contraste con los principios rectores de la política social y eco-

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ÁNGEL ROJO ACTIV1DAD ECONÓMICA PÚBLICA Y PRIVADA EN LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA

nómica del Estado, y, en todo caso, eliminando por completo los varse sectores a ''modelos" empresariales. Por razones objetivas,
elementos de discrecionalidad en el otorgamiento de la autori- y con carácter general, los poderes públicos pueden establecer
zación. La ley no ,puede atribuir a los poderes públicos potes- condiciones técnicas (así, capital mínimo) para el acceso al mer-
tades administrativas discrecionales en orden al acceso al mer- cado, o incluso imponer la adopción de formas jurídicas deter-
cado. minadas, pero el acceso al mercado tiene que realizarse en tér-
-\1
El Real Decreto 2.135/1980, de 26 de septiembre, sobre li- minos de igualdad y de correlativa independencia de la articu-
beración industrial, representa una concreta adaptación de la lación, en el seno de la empresa, del capital y del trabajo. Si la
normativa a los principios constitncionales, pero ni la liberali- ley reserva a formas jurídicas concretas un determinado sector
zación constitucional exigida agota su ámbito en el industrial, ni económico -por ejemplo, la banca o el seguro- en esas formas
la efectuada en dicho ámbito por el referido Real Decreto re- jurídicas deben tener cabida los distintos "modelos" de empresa
sulta suficiente. que la Constitución reconoce (arts. 38 y 129.2).
La libertad de sector económico debe ponerse en relación 2. La libertad de "ejercicio".~La libertad de ejercicio
con la estructnra o "constitución" de la empresa ("Unternehmens- significa libertad de decisión y libertad de competencia.
verfassnng"). Como principio general, cnalquier empresa, cual- La libertad de decisión ("Entscheidungsfreiheit") permite al
quiera que sea su "constitución", puede operar en cualquier sec· empresario establecer sus propios fines u objetivos económicos
tor económico no reservado por ley al sector público. La Cons- y, en función de ellos, organizar la empresa y orientar su ac-
titución no prima a determinadas estructuras en detrimento de tividad.
otras: Los poderes públicos están obligados a promover efi- Dos límites externos establece el artículo 38 a esta libertad
cazmente las diversas formas de participación en la empresa -y, de ejercicio: El primero y más importante, aunque no necesa-
entr.e ellas, la participación en la gestión-, a fomentar, me· riamente el más intenso, es el relativo a las "exigencias de la
diante una legislación adecuada, las sociedades cooperativas, y economía general". El segundo, el de la eventual planificación.
a establecer los medios que faciliten el acceso de los trabajadores En los años transcurridos desde la entrada en vigor de la Cons-
a la propiedad de los medios de ,producción (art. 129.2). Pero titución, se ha atendido casi de modo exclusivo a este último,
ni las empresas cogestionadas ni las cooperativas y formas auto· sin reparar en la importancia del primero.
gestionarias que, al amparo del mandato constitucional, pudie- El libre ejercicio de la empresa nace indirecta .pero esencial-
ran crearse tienen reconocido privilegio de acceso a sector eco- mente limitado por las exigencias de la economía general y sólo
nómico. La "heterogestión" (o gestión exclusiva del capital), la directa aunque accidentalmente limitado por la planificación.
"cogestión" o la "autogestión" de la empresa -para utilizar una Mientras que la planificación constituye un límite posible, cuya
equívoca terminología muy extendida- no es criterio objetivo introducción compete al Gobierno (art. 131), las exigencias de
en que fundamentar un eventual privilegio de acceso a un sec· la economía general son limitaciones fijas y permanentes, aun·
tor determinado. Las empresas cuya gestión se encuentre atri- que de contenido cambiante. Ahora bien, el que la libertad
bnida exclusivamente al capital están, por cuanto atañe al prin- de empresa se ejercite "de acuerdo con las exigencias de
cipio de libertad ahora considerado, en idénticas condiciones que la economía general" no significa que la iniciativa económica
las empresas cogestionadas o autogestionadas. La única reserva privada sólo sea legítima en cuanto (social o) económicamente
que la Constitución reconoce es la reserva al sector público (ar- útil. Suscitar una cuestión de legitimación causal - o teoleoló-
tículo 128.2). La promoción de empresas cogestionadas y el fo. gica- o recurrir a la equívoca fórmula de la "función social"
mento de la creación de cooperativas y entidades autogestionadas de esa actividad carece de sentido en el derecho constitucional
puede facilitar el acceso al mercado y, en este último caso, la español. La legitimidad de la iniciativa económica privada es in-
permanencia en él de determinados "modelos" de empresa, pero dependiente de la "utilidad" que reporte a la colectividad. No
ello no comporta que, directa o indirectamente, puedan reser- es que el ejercicio de la empresa tenga que realizarse en todo

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ACTIVIDAD ECONÓMICA PÚBLICA Y PRIVADA EN LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA
ÁNGEL ROJO

caso de acuerdo con las exigencias de la economía general. Con recta o indirectamente al "contenido esencial" de la libertad de
esa exigencia de acuerdo o correspondencia, el artículo 38 no empresa, entendido como el grado mínimo, cuantitativo y cua-
introduce un límite interno, sino externo, es decir, una cláusula litativo, de la libertad o autonomía de decisión, cuestión mixta
de limitación de la acción de los poderes públicos: La garantía y de hecho y de derecho que queda sometida a la apreciación del
la tutela del ejercicio de la empresa están en función de esas exi- Tribunal Constitucional.
-\J,
gencias. Esta cláusula sólo legitima a los poderes públicos para La libertad de ,ejercicio de la empresa significa también li-
introducir aquellas limitaciones que tengan un carácter objetivo, bertad de competencia. Y a antes se ha hecho referencia a la im-
sin necesidad de articularlas en el marco de una planificación portancia de la libertad de competencia en el sistema de econo-
general y sin necesidad de acudir al instrumento técnico de la mía social de mercado. Ciertamente, en el sistema de la Cons-
ley. En las exigencias de la economía general encuentra funda- titución, tutelar y asegurar la libertad de competencia es fun-
mento la acción de los poderes públicos en relación con los pre- ción irrenunciable de los poderes públicos. De ahí que la Ley
cios -fijación de precios- o con la producción -fijación de 110/1963, de 20 de julio, sobre Prácticas Restrictivas de la
" stock" ·
s , etc.-, por citar a1gunos de 1os ·eJemp
. 1os mas
.. .
s1gn1- Competencia haya vísto aumentado su valor como elemento con-
ficativos. figurador del sistema tras la entrada en vigor de la Constitu-
El libre ejercicio de la empresa tiene qne realizarse también, ción de 1978. Hasta el momento, esta ley no ha podido liberarse
en su caso, de acuerdo con las exigencias de la planificación. El de un vicio de origen: El de ser, en buena medida, una imposi-
Gobierno tiene libertad para tomar la decisión de planificar o ción extranjera. En el artículo 2." del Convenio suscrito el 26
dejar de hacerlo. La planificación no es una obligación impuesta de septiembre de 1953 con el Gobierno de los Estados Unidos
a los poderes públicos. El artículo 131 señala que el Estado, de Norteamérica, el Gobierno español de entonces se obligaba a
mediante ley, puede planificar la actividad económica general, "desalentar" las prácticas y arreglos comerciales que tuvieran
determina los criterios para la elaboración gubernamental de carácter de monopolio o cártel y de los que pudiera resultar
los proyectos y precisa los fines de la planificación. Ningún pre- una restricción de la producción o un aumento de los precios.
cepto, sin embargo, determina el grado máximo de admisible li- En realidad, el Gobierno español no se dio mucha prisa en es·
mitación de la libertad de empresa mediante la planificación. timular el desaliento, y sólo tras la firma del Tratado de Roma
Pero la laguna es más aparente que real: Evidentemente, en el se decidió .plenamente a preparar una legislación antitru.,t. A
sistema constitucional español no tiene cabida una planificación la obligación asumida en el Convenio de 1953 se unió, enton-
total e imperativa por su radical contrariedad al sistema de eco- ces, la oportunidad de una operación de "maquillaje", destinada
nomía social de mercado en cualquiera de sus manifestaciones, a una alineación formal con la Europa comunitaria.
mientras que, de otro lado, es indudable la constitucionalidad de En el momento en que aún no existía en España libre compe-
la planificación meramente indicativa. Pero estas dos hipótesis tencia, y cuando era preferible un marco normativo que im-
es poco .probable que vayan a darse en la realidad. No hay mo- pulsara y coordinara la concentración económica, la Ley de Prác-
delos puros. Probablemente las futuras leyes de planificación ticas Restrictivas de la Competencia constituyó una medida pre-
combinen elementos imperativos y elementos indicativos. Y es visora y, a la postre, acertada, como habría de demostrar el rá-
precisamente en estos supuestos mixtos donde el intérprete pue- pido desarrollo económico de los años sesenta. Sin embargo, con
de vacilar. Cuando la planificación es parcial y simultáneamente la perspectiva que da el paso del tiempo, se puede afirmar que
imperativa e indicativa o, lo que es lo mismo, cuando sólo es la Ley de 20 de julio de 1963 no ha sido una ley plenamente
vinculante en determinados aspectos, el criterio fundamental para asumida por la colectividad. Porque, por esas paradojas que, a
determinar, caso por caso, la constitucionalidad o inconstitucio- veces, se producen en la aplicación de las leyes, sucede que, en
nalidad de una determinada ley de planificación es el de si la los casos en que efectivamente era más necesaria su aplicación,
limitación o conjunto de limitaciones establecidas afectan di- ésta no se produjo. Cualquier observador imparcial deberá coin-
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ÁNGEL ROJO ACTIVIDAD ECONÓMICA PÚBLICA Y PRIVADA EN LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA

cidir en que las prácticas colusorias y los abusos de posición de cia de vaciar el patrimonio objeto de liquidación al aumentar
dominio en el mercado de los que llegó a tener noticia y tomar injustificadamente las deudas de la masa- encuentren funda-
conocimiento el Tribunal de Defensa de la Competencia sólo mento de ninguna clase.
representan una mínima proporción de los que la realidad co- Pero existe también ese derecho en caso de que el empresa·
noce. Además, a medida que en España se han hecho sentir los rio cuente con medios suficientes para esa continuación. El de-
" efectos de la crisis económica derivada de la elevación del precio recho al trabajo de las personas vinculadas al empresario por
de las materias energéticas, han ido creciendo las dudas acerca relación laboral no puede impedir la cesación: Dará lugar, efec-
de la conveniencia de la ley. En lugar de encaminar la solución tivamente, a una indemnización mayor que la procedente en los
por la vía de las prácticas exceptuables, se optó sencillamente casos en los que la extinción de la relación obedezca a causas
por la inaplicación. En la realidad española, pocas son, en efec- objetivas de orden tecnológico o de orden económico. Pero el
to, las autorizaciones de prácticas exceptuables. La política de re· empresario que libremente ha ingresado en el mercado, debe
conversión industrial obligará, sin embargo, a r,ecorrer la vía tener garantizada la libertad para salir de él, aunque esa salida
del artículo 5. º, a la vez que hará más flexibles y más técnicos tenga lógicamente unos costes económicos superiores a los del
los criterios del Tribunal en relación con los acuerdos y deci- ingreso en razón de las relaciones jurídicas a cuya extinción es
siones que tengan por objeto la adecuación de la oferta a la de- preciso proceder. Ello obliga a una modificación de la legisla-
manda o en supuestos de exceso de capacidad productiva (ar- ción en materia de extinción de la relación laboral, en la que,
tículo 5.°-2, letra b). En todo caso, la Ley sobre Represión de junto con la represión de los supuestos de fraude en la cesación,
las Prácticas Restrictivas de la Competencia, con simples refor- se introduzca una armónica regulación de los derechos en con-
mas de orden técnico -como la relativa al régimen de sancio- flicto.
nes-, está llamada a desempeñar un papel fundamental en la
tutela efectiva de la libertad de ejercicio de la empresa y del 3. Cada una de las manifestacines del principio de liber-
sistema de economía de mercado. tad de empresa está sujeto a concretos límites, expresos o implí-
3. Libertad de oosación en el mercndo.-EI empresario, citos en la Constitución. Algunos han sido mencionados. Pero el
en fin, tiene derecho a cesar en la actividad empresarial y a per- conjunto de derechos en que se descompone la libertad de em-
der, en consecuencia, la condición de tal. Libertad de empresa no presa tiene, en el texto de la propia Constitución, tres límites ab-
es sólo libertad para crear o .para adquirir empresas, ni libertad solutos que, de mayor o menor intensidad, son la reserva al sector
para ejercer la específica actividad; es también libertad para público, la expropiación y la intervención.
modificar la empresa, ampliando o reduciendo la actividad, y l. La reserva al sector público.-Esta posibilidad se en·
libertad para finalizar ese ejercicio. cuentra reconocida en el artículo 128.2, cuya redacción acusa la
Este derecho existe, por supuesto, en los casos de insuficien- influencia del artículo 43 de la Constitución italiana: Después
cia patrimonial. El empresario puede instar su propia quiebra de reconocer la iniciativa pública en la actividad económica, la
y renunciar, en el seno del procedimiento concursa], a nn posible Constitución permite que mediante ley se reserven al sector pú-
convenio de continuación. Ninguna autoridad judicial o admi- blico recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de
nistrativa puede imponer la continuación de la empresa, salvo monopolio.
en los supuestos legalmente previstos y con las oportunas com- Dos problemas fundamentales suscita la lectura del texto:
pensaciones. De ahí que la existencia de una liquidación con- El primero es el relativo a la extensión de la reserva. En la
cursa! obligue a la autoridad laboral a declarar procedente la Constitución española no coexisten dos sistemas económicos, pa-
resolución de los contratos con los trabajadores, sin que el re- ralelos y antagónicos, sino nn único sistema -el de economía
traso de esa declaración o las declaraciones contrarias -hipóte· social de mercado- que, sin embargo, admite la excepción de
sis que, en la actualidad, a veces se producen, con la consecuen- la reserva al sector .público. La Constitución impide la extensión

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ÁNGEL ROJO ACTIVIDAD ECONÓMICA PÚBLICA Y PRIVADA EN LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA

a la totalidad de los recursos o serv1c10s, o incluso a la mayoría. tosa la reconversión, u obligue simplemente a una adaptación a
La relación entre regla --competencia- y excepción -reser- otros sectores económicos, nuevos o no para la empresa.
va- opera en términos cuantitativos: La reserva al sector públi- El segundo de los problemas básicos de la reserva al sector
co no puede extenderse a la mayor parte de los recursos o de los público es el relativo a la esencialidad, es decir, determinar cuán-
servicios, sino sólo a aquellos que merezcan el calificativo de do un recurso o un servicio merece la calificación de esencial.
esenciales. Habrá, pues, que realizar un permanente análisis va- Con frecuencia se defienden o se insinúan criterios favorables a
lorativo de la extensión de la reserva, a fin de impedir que ésta una interpretación restrictiva de la esencialidad. No deja de ser
desborde los límites propios de la excepcionalidad. La reserva significativo que los defensores de esta interpretación son quie-
es "reserva" en sentido literal (o literario): Un conjunto de islas nes más amplían el ámbito del "contenido esencial" de la liber-
en el mar de la coiniciativa. tad de empresa. En realidad, sin embargo, la esencialidad está
Esta conclusión es importante en un Estado como el español, en función de las distintas políticas económicas y sociales que
en el que el sector ,público tiene un considerable volumen como pueden desarrollarse legítimamente al amparo de la cláusula
consecuencia de la particular evolución de la acción del Estado del Estado social. Sólo son esenciales los recursos o servicios
sobre la economía. indispensables al sector público para el cumplimiento de las exi-
La ley de reserva no es necesariamente una ley de naciona- gencias del Estado social; pero, lógicamente, la esencialidad po-
lización, ni obliga a la Administración Pública a la expropiación drá variar en razón del ritmo o de la intensidad con que sea po-
forzosa de las empresas privadas operantes en el sector. Estas sible la satisfacción de tales exigencias. Esta consideración in-
empresas quedan, por virtud de la ley, sometidas a la obliga- troduce una perspectiva dinámi.ca o una visión contingente de la
ción de cesar en la actividad relacionada con los recursos o los esencialidad, de modo tal que la reserva estará sometida a un
servicios esenciales objeto de la reserva; pero la introducción de control permanente en cuanto a su legitimidad. Recursos o ser-
,esa reserva no es causa de extinción de la empresa: Nada impide vicios esenciales en un determinado momento histórico pueden
al empresario seguir operando en los demás sectores libres o in- dejar de serlo en un momento sucesivo, y viceversa. Es inexacto
gresar en ellos. Aunque la Constitución guarda silencio sobre el afirmar que cualquier apreciación que realice el Parlamento so-
particular -silencio que ha permitido la elaboración de alguna bre la esencialidad de un recurso o de un servicio para la eco-
tesis negativa-, es evidente que la ley de reserva d~be conte- nomía nacional constituye un juicio de valoración política que
ner los criterios para la indemnización de los daños y perjuicios el Tribunal Constitucional no puede revisar. El Tribunal pue-
ocasionados a las empresas por la introducción de la reserva. La de, en supuestos de uso abusivo o arbitrario, rechazar el juicio
clásica distinción entre el daño emergente y el lucro cesante de esencialidad que los órganos políticos hagan de un recurso
tiene en este tema especial virtualidad: Como ningún empresario o de un servicio. El control constitucional de la esencialidad no
tiene reconocida la garantía de que el sector en el que opera no sólo es posible sino que, además, debe ser ,permanente. A las
vaya a ser objeto de reserva, no procede reconocer indemniza- distintas opciones políticas corresponde determinar los princi-
ción por el lucro cesante. Sólo pueden ser objeto de reparación pios de actuación. La esencialídad variará según el modo ope-
los daños efectivamente causados, que deberán calcularse aten- rativo para la consecución de los fines específicos del Estado
diendo al giro y tráfico efectivo y real de la empresa, la cual, por social. Pero toda política debe respetar, necesariamente, las exi-
virtud de la reserva, está obligada al inmediato abandono del gencias del sistema constitucionalizado, y puede y debe ser va-
sector, daños que, lógicamente, serán más o menos amplios según lorada por el Tribunal constitucional. En todo caso, es lícita
que dicho abandono constriña a cesar en la actividad empresa- tanto la reserva principal, como la reserva compl,ementaria e ins-
rial, con cierre de fábricas, factorías, almacenes o negocios y trumental de la anterior. Al lado de la esencialidad autó,wma
despidos de trabajadores, por ser imposible o excesivamente cos- existe la esencialidad per relationem, y es precisamente en este

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ÁNGEL ROJO
ACTIVIDAD ECO~ÓMICA PÚBLICA Y PRIVADA EN LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA

segundo ámbito donde en el futuro se plantearán los problemas


interpretativos más delicados. vención por medio de decreto-iley. Aunque el decreto-ley es una
2. La expropiación de empresas.-La Constitución per- figura extraña en muchos ordenamientos jurídicos, es forma de
mite la privación de bienes y derechos por causa justificada de legislar expresamente reconocida en el derecho constitucional
utilidad pública o de interés social, mediante la correspondiente español "en caso de extraordinaria y urgente necesidad". Desde
indemnización, y de conformidad con lo di~puesto por las leyes la entrada en vigor de la Constitución, el recurso al decreto-ley
(art. 33.3), y entre los bienes expropiables puede figurar lógi- ha sido frecuente (22 en 1979, 16 en 1980, 19 en 1981, 25 en
mente una empresa o una pluralidad de empresas. En el catá- 1982), frecuencia que no siempre se explica por las exigencias
logo de derechos e intereses legítimos dignos de tutela está no de adaptación del derecho al nuevo régimen constitucional.
sólo la propiedad -pues el empresario puede ser persona dis- En realidad, la tesis negativa se fundamenta en la interpre-
tinta del propietario-, sino la relación jurídica del empresario tación literal del artículo 86: El decreto-ley no puede afectar,
titular de la empresa con el propietario de la misma (art. l.º de entre otras materias, a los derechos, deberes y libertades de los
la Ley de 16 de diciembre de 1954). La fijación del justiprecio ciudadanos, contenidos en el título I de la Constitución. La tesis
deberá efectuarse considerando a la empresa como una unidad positivas utilizan como principal argumento que esa remisión
económica (art. 27-2 de la Ley de 16 de diciembre de 1954). En del artículo 86.1 a los derechos, deberes y libertades del título I
la futura reforma de la legislación vigente deberán afrontarse tiene que entenderse limitada a la sección l.• del capítulo 2.° de
los muchos problemas de orden práctico, y no sólo el relativo dicho título, cuyo epígrafe es "derechos fundamentales y liber·
al justiprecio, que la expropiación de empresas plantea. De otra tades públicas" (arts. 15 a 29), derechos y libertades cuya regu-
parte, el Tribunal Constitucional deberá pronunciarse acerca de lación debe realizarse por medio de ley orgánica (art. 81).
la constitucionalidad del Real Decreto-Ley 2/1983, de 23 de fe. Aunque el Tribunal Constitucional deberá pronunciarse ex-
brero (que fue convalidado por el Pleno del Congreso de los presamente sobre esta cuestión, al fallar sobre la constituciona-
Diputados el día 2 de marzo siguiente, acordando su tramita· lidad o inconstitucionalidad del citado Real DecretoaLey 2/83,
ción como proyecto de ley por el procedimiento de urgencia), de 23 de febrero, las sentencias dictadas hasta el momento pa-
circunstancia que .p,ermitirá contar con una hase firme para el recen anunciar una línea interpretativa: De un lado, en la
futuro. sentencia de 4 de febrero de 1983 afirma el Tribunal que la
3. La intervención de empresas.-La Constitución prevé necesidad justificadora de los decretos-leyes no se puede en-
expresamente la intervención pública de empresas ,privadas. Me- tender como una necesidad absoluta que suponga un peligro
diante ley se puede acordar la intervención de empresas cuando grave para el sistema constitucional o para el orden públi-
así lo exija el interés general (art. 128.2). Esta posibilidad no co, sino que hay que entenderla como necesidad relativa res-
es nueva en el derecho español: Además del precedente de pecto de situaciones concretas de los objetivos gubernamentales
la Constitución republicana, pueden señalarse las leyes de 1 de que, por razones difíciles de prever, requieren una acción nor-
septiembre y de 24 de noviembre de 1939, a cuyo tenor, durante mativa inmediata en un plazo más breve que ,el requerido por la
el período de intervención, la empresa pasaba a ser administrada vía normal o por el procedimiento de urgencia ;para la tramita-
por un "Consejo de Incautación", cuya composición se encon- ción ordinaria de las leyes. De otro, la sentencia de 4 de mayo
traba legalmente establecida. de 1982, ha señalado que la expresión utilizada por el artícu-
Muy delicados son los problemas de interpretación que plan- lo 86 debe interpretarse en el sentido de que tales materias en
tea el vigente artículo 128.2. Así, en primer lugar, el de la re,- ningún caso pueden ser objeto de regulación por medio de de-
se.rva de la materia en favor de la 1ey. Ciertamente, no parece creto-ley, con lo que el Tribunal parece admitir la constitucio-
que deba excluirse la regulación por medio de decreto-legisla- nalidad de los decretos-leyes "no reguladores".
tivo (art. 82), pero existen fundadas dudas acerca de la ínter· En segundo lugar, se suscita la duda entre ley general o ley
especial. Frente al sistema constitucional alemán en el que, cuan-
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ACTI\'IDAD ECO:-;-ÓMICA PlJBLICA Y PRIVADA E:\" LA CO:\"STITUCIÓN ESPAÑOLA
ÁNGEL ROJO

do un derecho fundamental puede ser limitado por medio de prefieren evitar el riesgo de esta tarea. Aquellos que participan
ley, ésta necesariamente debe tener carácter general y no estar en el esfuerzo son conscientes de las dificultades y también de
limitada al caso particular, la Constitución española no contie- la insatisfacción ante el resultado. Pero, probablemente, como
ne precisión al respecto. Una primera lectura del artículo 128.2 alguien ha dicho, más importante que las soluciones son las du,
inclina en favor de la tesis de la ley especial, pero esta ínter· das sobre las que se construyen y las nuevas dudas que generan.
pretación ha sido combatida defendiendo la procedencia de uua
ley general en la que se fijen las condiciones y requisitos de toda
intervención. No parece, sin embargo, que la pretendida incons-
titucionalidad de la ley especial de intervención tenga funda·
mento suficiente en el derecho español. El plural que utiliza el
artículo 128.2 ("intervención de empresas") no es significativo.
Los dos principales argumentos utilizados por los defensores de
la tesis de la ley general tampoco son irrebatibles: La convenien-
cia de la ley general para asegurar un tratamiento igualitario en
los distintos supuestos de intervención, evitando la diversidad de
módulos operativos, no significa que el instrumento de la ley
especial implique necesariamente violación del valor supremo
de la igualdad. El riesgo no debe confundirse con la necesidad.
De otro lado, la dificultad de la aplicación urgente de la me-
dida de intervención en casos de necesidad se puede obviar si se
llegase a admitir la constitucionalidad del decreto-ley.
Pero es que, además, la lectura del artículo 128.2 de la Cons-
titución ofrece un argumento en favor de la tesis de la ley es·
pecial: La referencia a la ley, como medio técnico para efectuar
la intervención, es común tanto a la reserva al sector público
de recursos y servicios esenciales como a la propia intervención
de empresas. Si la reserva se realiza mediante ley especial, aten·
diendo caso por caso a la esenciabilidad de los recursos o de los
servicios, la intervención, lógicamente, también tendrá que rea·
!izarse a través de una ley específica para una empresa o para
varias empresas, agrupadas o no.
En todo caso, está fuera de duda la compatibilidad de la in-
tervención y de la expropiación de empresas: La intervención
puede constituir medio instrumental para la gestión provisional
de la empresa durante la tramitación del expediente expropia·
torio.
Adentrarse en los textos constitucionales, ofrecer posibles in-
terpretaciones, intentar la construcción de un sistema coherente
de principios es tarea comprometida que exige el esfuerzo de
especialistas de heterogénea procedencia. Muchos son los que
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