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Unidad de Trabajo 2

Parte 4

Epidemiología Y Parasitología
Módulo: Asistencia sanitaria de urgencia a bordo
(3NPT)
EPIDEMIOLOGÍA:

Una epidemia es una enfermedad que se propaga durante un cierto periodo de tiempo en una
zona geográfica determinada y que afecta simultáneamente a muchas personas. Se trata de una
noción utilizada por la salud comunitaria para hacer referencia al hecho de que la enfermedad
llega a una cantidad de gente superior a la esperada.

Esto implica la existencia de niveles de incidencia que son considerados normales para una
enfermedad. Un cierto número de afectados, por lo tanto, es esperado por los especialistas para
un momento dado. Cuando el número de enfermos supera esa media, se habla de epidemia (hay
una mayor cantidad de casos en comparación a los casos previstos).

La disciplina científica que se encarga del análisis de las epidemias se conoce como
epidemiología.
INFECCIÓN:
El término infección expresa la invasión y multiplicación de un agente infeccioso en un huésped
humano o animal.
Una enfermedad infecciosa es el conjunto de manifestaciones clínicas producidas por una
infección. Una enfermedad transmisible es cualquier enfermedad causada por un agente
infeccioso o sus productos tóxicos, que se produce por el paso de este agente o productos desde
el huésped infectado o un reservorio inanimado al huésped susceptible.

En general, los términos de 'enfermedad infecciosa' y 'enfermedad transmisible' se usan


indistintamente; en el primero se hace énfasis en la enfermedad y en el segundo en la
transmisión.
CADENA EPIDEMIOLOGICA:

Es el conjunto de factores que determina la transmisión de una enfermedad infecciosa:

FACTORES:
1 .agente causal
2. reservorio de la infección fuente de infección
3. fuente de infección
4.mecanismo de transmisión
5. puerta de entrada
6.población susceptible.
A. AGENTE CAUSAL
Es el primer eslabón de la cadena epidemiológica. Puede ser un virus, una bacteria, un hongo,
etc. Es el organismo que produce la infección.

B. RESERVORIO
Es el medio, vivo o no, que permite que el microorganismo persista y se multiplique.
Puede ser un ser vivo (animal o humano) o no (suelo, agua ...). En muchas ocasiones los reser-
vorios son animales, produciéndose lo que llamamos zoonosis, al pasar la infección al ser
humano.
Cuando el agente pasa desde el reservorio al hombre directamente, el reservorio actúa como
fuente de infección.

C FUENTE DE INFECCIÓN

Es el lugar, ser vivo o no, desde donde el agente infeccioso pasa directamente al sujeto suscepti
ble. Frecuentemente coincide con el reservorio, pero no siempre.

Cuando el reservorio y1o la fuente es un ser humano, éste puede ser enfermo o portador:
Enfermo: transmite la enfermedad mientras la padece.
Portador: sujeto que no padece signos ni síntomas de infección pero elimina microorganismos.
Se distinguen los siguientes:

Portadores incubacionarios o precoces: elimina microorganismos antes de que aparezca la


enfermedad que está incubando.

Portador sano: Personas colonizadas pero no infectadas (por falta de susceptibilidad).

Portador pasivo (contado): persona que ha estado en relación con un caso de enfermedad
transmisible o con portadores.

Portadores convalecientes: por un corto período de tiempo tras la enfermedad.


D. MECANISMO DE TRANSMISIÓN

Conjunto de medios y sistemas que facilitan el contacto del agente infeccioso con el sujeto
receptor. La transmisión puede ser directa o indirecta.
DIRECTA: Paso de un agente biológico desde la fuente de infección al sano susceptible por una
relación inmediata. Ocurre en un espacio de tiempo breve, en el que el microrganismo no puede
reproducirse o sufrir variaciones:

Mordedura de animal infectado

Contacto físico:

* vía sexual
* contacto de mucosas
* transmisión a través de la mano contaminada con excreciones, secreciones, tierra, etc.
* vía transplacentaria
* transmisión intraparto.

Transmisión aérea: microorganismos que tienen salida por el aparato respiratorio y contami
nan el aire.
INDIRECTA: Existe separación en tiempo y distancia, entre fuente y sujeto susceptible, habien
do medios animados o no entre ellos. Se necesita cierta capacidad de supervivencia y repro
ducción del agente biológico desde la fuente hasta el sujeto.

Objetos inanimados (fómites): contaminados generalmente por secreciones o excreciones de la


fuente.

Suelo: especialmente importante para los gérmenes que resisten largo tiempo en él. Agua: al
beberla o utilizarla para riego.
Alimentos contaminados: en los que las bacterias se mantienen pudiendo también multiplicarse.
Vectores: son seres vivos como mosquitos, pulgas, etc.
E. PUERTA DE ENTRADA

Es por donde el microorganismo penetra en el huésped o sujeto susceptible. Puede ser:

• La piel, a través de heridas, picaduras...


• Las mucosas, por lesiones en éstas.
• La vía digestiva, epitelio digestivo.
• La vía respiratoria, epitelio respiratorio.

F. POBLACIÓN SUSCEPTIBLE

La susceptibilidad es lo opuesto a la resistencia o inmunidad. Podemos definir al sujeto


susceptible o huésped susceptible como el candidato a enfermar en el que finaliza la cadena
epidemiológica. Depende de la edad, el sexo, la raza, la exposición ambiental y la existencia
previa de inmunidad, ya sea por contactos anteriores o por vacunación.

Cuanto mayor sea el número de sujetos inmunes en una población, menor será la susceptibilidad
de ésta a la enfermedad y más difícil su propagación. De ahí la importancia de una correcta vacu
nación de la población.
PARASITOLOGÍA
Las enfermedades tropicales son especificas de determinadas áreas ya que sólo pueden transmi-
tirse en determinados ecosistemas.

El riesgo de contraer una enfermedad infecciosa en un viaje depende de la sensibilidad específica


del viajero, las medidas preventivas que se han adoptado antes del viaje (vacunas), las medidas
higiénico-sanitarias durante el mismo (protección frente a los mosquitos), la duración de la
estancia en los puertos, etc.

En América del Norte, Europa y Australia la incidencia de enfermedades transmisibles es baja.


Destaca la enfermedad de Lyme, transmitida por garrapatas y que es endémica en ciertos
parques de Estados Unidos. Existen focos de Jeptospirosis en aguas dulces en Hawai, encefalitis
por garrapatas en determinadas zonas boscosas de Europa Central y del Este, e importantes
brotes de difteria en el Este de Europa. Se ha incrementado la incidencia de algunas enfer-
medades transmitidas por alimentos como la salmonelosis, la hepatitis A y la brucelosis.

África Subsahariana, Centroamérica y Sudamérica Tropical, Sudeste Asiático y Asia Central con
forman la zona intertropical. Es el área con más riesgos sanitarios. El paludismo es la enfermedad
más significativa en todo el trópico. La tripanosomiasis africana o enfermedad del sueño se da
en focos rurales bien delimitados de África, y la enfermedad de Chagas en América Latina. El
riesgo estriba en pernoctar en cabañas de barro y adobe donde habita el mosquito que la
vehiculiza.
En esta área existen diversas enfermedades víricas transmitidas por insectos. El dengue se
encuentra en zonas rurales y urbanas del Sudeste Asiático, Pacifico y Latinoamérica.
Periódicamente, entre la población no vacunada, se producen brotes de fiebre amarilla en la
zona tropical de África y Sudamérica.

Las infecciones intestinales que se contraen por alimentos o por agua suponen uno de los mayo
res riesgos para los viajeros. Son las enfermedades diarreicas bacilares, víricas y parasitarias,
como la amebiasis. El cólera sufre brotes intermitentes en numerosos países de estas áreas
geográficas.

- La poliomielitis es endémica en gran parte de los países del África Subsahariana


y Subcontinente indio.
- La esquistosomiasis se encuentra en toda África, en algunos países de América y es
endémica en el sur de Filipinas. La exposición se produce al bañarse en aguas dulces.
- Rabia: Los países con mayor incidencia de rabia se encuentran en el Subcontinente Indio,
Sudeste Asiático, México, Ecuador y Perú.

-La hepatitis B tiene una amplia difusión en toda la zona intertropical.


África del Norte y Austral, Sudamérica Templada, Oriente Medio y Asia del Noroeste se
consideran un grupo de países de riesgo intermedio.

Pueden encontrarse paludismo, dengue, hepatitis A, enfermedad de Chagas y esquistosomiasis


en todos los países de riesgo intermedio
PALUDISMO:
El nombre de Paludismo viene de la palabra latina “palus”, «pantano», el término Malaria que
también se utiliza para describir esta enfermedad viene del italiano medieval , “mala aria”, «mal
aire».
Es una enfermedad tropical grave y muy frecuente, sobre todo en África. Es una enfermedad infec-
ciosa que habitualmente se contrae por la picadura de mosquitos del género Anopheles. Al estar
infectados los mosquitos, cuando pican al individuo, le inoculan un parásito llamado Plasmodíum,
que es el responsable de la enfermedad.

Existen más de 150 especies de Plasmodium que infectan diferentes vertebrados,


pero solamente cuatro (P. falciparum, P. vivax, P. ovale y P. malariae) infectan al hombre. Las dos
especies más comunes son P. falciparum y P. vivax.

Los seres humanos son el único reservorio importante del paludismo humano, salvo
en lo relativo a P. malariae, que es común en las personas, los simios africanos y
quizá algunos monos de América del Sur.

Hay cuatro variedades de parásito:


El más grave de todos ellos es el Plasmodíum falcíparum, responsable del denominado paludismo
maligno, paludismo cerebral o neuropaludismo.
El paludismo (malaria) es por mucho la enfermedad parásita tropical más importante
en el mundo y la enfermedad contagiosa que más muertes causa a excepción
de la tuberculosis
El paludismo se transmite por la picadura de un mosquito hembra infectante del género
Anopheles. El lapso entre la picadura del mosquito infectante y la aparición de síntomas
clínicos varía. Cuando la infección se debe a una transfusión de sangre, los periodos
de incubación dependen del número de parásitos inoculados y suelen ser breves,
pero pueden llegar hasta dos meses. Las características de transmisión y enfermedad
por paludismo son muy variables entre regiones e incluso en un mismo país.
El paludismo es el resultado de las variaciones entre los parásitos del paludismo y los
mosquitos vectores, las condiciones ecológicas que afectan la transmisión de la
enfermedad y los factores socioeconómicos como la pobreza y el acceso a servicios
eficaces de atención de salud y prevención.
En lugares donde hay desintegración de servicios de salud, conflictos armados y
movimientos masivos de refugiados, se empeora la situación de la enfermedad.
La inyección o transfusión de sangre infectada y el empleo de agujas y jeringas
contaminadas
(por ej., en los usuarios de drogas inyectables) también pueden transmitir el
paludismo. La transmisión por transfusión puede producirse mientras circulen formas
asexuales en la sangre (en el caso de P. malariae, hasta 40 años o más).
Rara vez hay transmisión congénita; sin embargo, las embarazadas son más vulnerables
que otras personas al paludismo por P. falciparum y quizá por otros plasmodios.
En las zonas de transmisión intensa, P. falciparum puede infectar la placenta y ocasionar
bajo peso al nacer, así como anemia en la mujer gestante, a veces grave. En las
zonas de baja transmisión, las embarazadas se enfrentan con un alto riesgo de
paludismo grave, aborto espontáneo o parto prematuro.
Los pacientes no tratados o insuficientemente tratados pueden ser fuente de infección
para los mosquitos durante varios años en el caso de paludismo por P. malariae,
hasta cinco años en el caso de P. vivax y por lo regular no más de un año en el caso de
P. falciparum; el mosquito se mantiene infectante durante toda su vida.
MOSQUITO DEL GÉNERO ANOPHELES
En 2010, el paludismo causó cerca de 655 000 muertes, sobre todo en niños africanos.
El paludismo es prevenible y curable.
Gracias al aumento de las medidas de prevención y control la carga de la enfermedad se
está reduciendo notablemente en muchos lugares.
En países que tienen altas tasas de paludismo, la enfermedad puede llegar a reducir el
producto interno bruto hasta en un 1,3%.
Los viajeros no inmunes procedentes de zonas sin paludismo que contraen la infección
son muy vulnerables a la enfermedad.

Según el Informe mundial sobre el paludismo 2011, en 2010 hubo 216 millones de casos
y se produjeron unas 655 000 defunciones, lo que representa una disminución del 25%
en el mundo entero desde 2000, y un 33% en la Región de África de la OMS. La mayoría
de los fallecimientos fueron de niños que vivían en África, donde cada minuto muere un
niño de paludismo, y la enfermedad es responsable de un 22% de las muertes infantiles
RECOMENDACIONES PARA EVITAR LA PICADURA DEL MOSQUITO:

A. EN EL INDIVIDUO

Hay que evitar salir entre el anochecer y .el amanecer, que es cuando el mosquito normalmente
pica.

Llevar ropa ligera pero de manga larga y pantalones largos en las salidas nocturnas, evitando los
colores oscuros porque éstos atraen a los mosquitos.
Evitar el uso de colonias y otros productos perfumados porque también los atraen.
Aplicar repelentes sobre toda la superficie de la piel expuesta, eligiendo uno que contenga N,N
dietil-m-toluamida o dimetil ftalato, y renovar la aplicación cada 3-4 horas.

B. EN LOS ALOJAMIENTOS

Hospedarse en edificios que tengan un buen mantenimiento y saneamiento, a poder ser aquellos
que están en la zona más desarrollada de la ciudad.
Las puertas y ventanas, así como los ojos de buey, deben disponer de telas metálicas que impi
dan la entrada de mosquitos. Si esto no es posible, permanecerán cerradas toda la noche.
Si las condiciones del lugar permiten la entrada de mosquitos, colocar una mosquitera sobre la
litera, con los bordes remetidos bajo el colchón y asegurándose de que está íntegra y de que no
hay mosquitos en el interior. Se puede aumentar la protección impregnando la mosquitera las
puertas y las ventanas con permetrina o delta-metrina.

Utilizar sprays antimosquito, insecticidas de conexión a la red con tabletas impregnadas con
piretroides, o quemar tiras impregnadas con piretroides por la noche en los dormitorios. No son
de utilidad ni los repelentes eléctricos zumbadores, ni la ingesta de comprimidos de vitamina Bl
C. EN El BARCO
Se debe tener en cuenta que en un barco fondeado se pueden encontrar mosquitos, incluso a
una distancia de 2-3 Km. de la costa.
Los mosquitos son especialmente atraídos por desperdicios y pequeños charcos en la cubierta.
Por este motivo, la cubierta y los corredores deben mantenerse limpios y secos.
No tener recipientes o huecos donde el agua pueda quedar remansada. Debe tenerse especial
cuidado con los botes salvavidas y mantenerlos secos.
Las bolsas y cubos de basura deberán sellarse correctamente.
La cocina estará bien ventilada, pero se cubrirán las puertas y ventanas con redes antimosquito.
Si a pesar de todas las medidas los mosquitos penetran en los camarotes, se utilizará un spray
insecticida. Se debe rociar especialmente debajo de sillas y mesas y en los rincones oscuros.
Después de usar el insecticida, se debe esperar un rato antes de entrar en el camarote.
La luz a bordo debe ser tenue.
Dormir en cubierta, excepto si es bajo una red antimosquito; está totalmente desaconsejado.
QUIMIOPROFILAXIS:

Es la administración de fármacos para evitar la aparición del paludismo. Deben ser prescritos por
personal especializado, quien advertirá de los efectos secundarios y contraindicaciones.
Además, establecerá qué viajeros son susceptibles de hacer la quimioprofilaxis y quiénes no. Es
muy importante seguir estrictamente las recomendaciones recibidas.

Ningún tratamiento profiláctico es completamente eficaz, pero en caso de contraerse la enferme


dad, suele ser menos grave. Habitualmente, se inicia una semana antes de emprender el viaje, se
continúa durante el mismo y se finaliza cuatro semanas después de abandonar la zona palúdica.
Es imprescindible no suspender la quimioprofilaxis al salir de la zona palúdica.

SÍNTOMAS:
El cuadro clínico del paludismo es muy variable y simula el de otras muchas enfermedades. La
fiebre es muy frecuente, pero puede faltar en algunos casos cuando el número de parásitos en el
cuerpo es bajo. Al principio la fiebre suele ser persistente e ir acompañada de intensos
escalofríos.
En la mayoría de los casos, el enfermo presenta fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y
malestar general. En algunas ocasiones puede confundirse con una gripe. Pueden presentarse
también vómitos, diarrea, dolor abdominal, obnubilación e incluso pérdida de conocimiento. A
menos que se diagnostique y trate a tiempo, la enfermedad progresa con rapidez, pudiendo
llegar a ocasionar la muerte.
Es muy importante que ante cualquier proceso febril que aparezca durante la estancia en la zona
palúdica o incluso meses después de haberla abandonado no se descarte un paludismo. Para
conseguir un diagnóstico y tratamiento precoz ante la aparición de fiebre en una zona palúdica,
se debe consultar con el centro radio-médico; y si la fiebre aparece después del viaje, se debe
consultar con el médico y advertirle del antecedente del viaje por zonas palúdicas.

Todos los buques que viajan por zonas en las que el paludismo es endémico, están obligados a
llevar en el botiquín reglamentario medicamentos antipalúdicos (cajón 8) y kits diagnósticos de
paludismo, con el objetivo de establecer diagnóstico y tratamiento precoces, siguiendo siempre
las instrucciones dictadas por el médico en la consulta radio-médica
VACUNAS:

Actualmente la única vacuna obligatoria para viajes internacionales es la de la fiebre amarilla.


Países de África y Sudamérica exigen un certificado internacional de vacunación contra esa
enfermedad.

La protección de la salud mediante vacunas va mucho más allá de un mero requerimiento


formal, ya que suponen una medida preventiva eficaz frente a determinadas enfermedades.
Las vacunas a recomendar dependen de las características del viajero, del viaje y del tiempo
disponible hasta el inicio del mismo, aunque lo ideal sería disponer de por lo menos un mes para
conseguir una inmunización aceptable.
La vacunación del viajero incluye vacunas generales, recomendadas con independencia del
viaje, y vacunas indicadas según las características del viaje. En el siguiente cuadro quedan
expuestas las vacunas de interés:
PRINCIPALES VACUNAS DE INTERÉS

Vacunas generales del adulto Tétanos-difteria Gripe Neumocócica


Sarampión-rubéola-parotiditis

Vacunas de amplio uso en los viajes Hepatitis A Hepatitis B Fiebre tifoidea


Poliomielitis Fiebre amarilla

Vacunas de uso restringido Meningitis A+C Rabia


Encefalitis japonesa Encefalitis centroeuropea Peste
BCG (Tuberculosis)
TIFUS:
Definición:
También se le llama fiebre tifoidea o tifus abdominal.
El término tifus procedente del latín “tifos” que literalmente significa estupor, es decir,
disminución de las funciones mentales y físicas de una persona y de su respuesta a los
estímulos.

Descripción:
Enfermedad infecciosa aguda, epidémica, de origen bacteriano trasmitida en general
por bebidas o alimentos contaminados (agua, leche, verduras, marisco, etc.), heces u
orina, que origina síndrome febril, dolor de cabeza y molestias o dolor abdominal. El
trastorno suele remitir al cabo de dos o cuatro semanas después del inicio de los
síntomas; sin embargo puede causar complicaciones graves, como la perforación
intestinal o hemorragias internas que se suelen prevenir con la instauración del
tratamiento antibiótico adecuado en las fases iniciales.

Según el tipo de tifus, éste se define también como la denominación genética de un


grupo de enfermedades infecciosas causadas por diversos microorganismos llamados
rickettsias (parásitos de las células). Algunas de la variantes del tifus según esto son: el
tifus endémico, el tifus epidémico y el tifus de los matorrales, entre otros. Los agentes
causantes en estos casos penetran a través de la picadura de: garrapatas, pulgas, piojos
del cuerpo y otros.
BACTERIA DEL GÉNERO RICKETTIA
CICLO DEL TIFUS
En 1928, el científico Charles Kurland recibió el premio Nóbel tras descubrir que los
piojos transmitían la bacteria prowazekii a los seres humanos. Este científico junto a sus
compañeros de la Universidad de Uppsala, en Suecia, han dado otro paso crucial
secuenciando todo el genoma de dicha bacteria.

El descubridor de la vacuna contra el tifus es Wright, quien la descubrió en Gran Bretaña


en 1898.

Causas y factores de riesgo de la enfermedad

La fuente de infección es el agua de consumo, líquidos y alimentos contaminados al


llegar secreciones de persones infectadas, en general materia fecal, orina o vómitos de
las personas enfermas o de portadores sanos.

La vía de contagio es fecal-oral, como puede ser la ingestión de moluscos contaminados


procedentes de grandes puertos. Las moscas también transportan bacterias en las patas
desde materia fecal desde una persona infectada hasta los alimentos. Hay otros casos
que el contagio se produce por contacto directo.

Las bacterias provocan una leve inflamación, y más tarde atraviesan la mucosa intestinal
y una vez situadas se reproducen en el tejido linfático de la pared intestinal. Tras unos
días, comienza a propagarse por los vasos linfáticos hasta llegar a los ganglios linfáticos
cercanos; también pasan a la sangre, donde son absorbidas por los monocitos (células
defensivas de la sangre). De esta manera se introducen en diversos órganos o tejidos.
Síntomas:

Las manifestaciones características se deben a la inflamación y a la necrosis o muerte


celular que provoca la presencia de las bacterias en los tejidos infectados, y también al
efecto nocivo que presenta la endotoxina que elaboran estas bacterias y que secretan en
el entorno cuando se destruyen.

Estas manifestaciones duran una o dos semanas.

Se presenta a finales de verano y en otoño. Cursa inicialmente con malestar, cefalea,


escalofríos y fiebre. En la segunda semana, la fiebre se hace alta y continúa, aumenta el
tamaño del brazo; el paciente esta soñoliento, presenta unas manchas rojizas en el tórax
y abdomen (roséola), y se pueden encontrar trastornos pulmonares y digestivos. En la
tercera semana, empieza la mejoría, pero pueden surgir dos complicaciones
fundamentales: hemorragias digestivas y perforación intestinal, que a veces llevan a un
estado de `shock'. En la cuarta semana remite la enfermedad, las bacterias permanecen
localizadas en la vesícula biliar o en la mucosa intestinal, y se continúan eliminando con
la materia fecal.

El periodo de contagio de la fiebre tifoidea se inicia al cabo de unos días de haberse


contagiado y se mantiene durante unas semanas.
La enfermedad genera una respuesta inmunitaria que protege el organismo durante
algunos meses o años, pero no definitivamente, por lo que se puede padecer la
enfermedad más de una vez, pero a partir de la segunda infección ya no es tan grave.

El periodo de incubación suele oscilar entre los ocho y los veinte días, aunque puede
llegar a alargarse hasta los dos meses.

El periodo de estado, posterior a episodios de diarrea, se inicia con tos y leves


hemorragias nasales. Al cabo de los primeros días de haberse iniciado este periodo nos
encontramos con síndrome febril, síntomas neurológicos y digestivos.

El síndrome febril suele evolucionar con hipertermia moderada o elevada, sudación


intensa, sensación de postración y malestar general.

El síntoma neurológico más frecuente es el dolor de cabeza, pero también se presenta


una cierta obnubilación mental pudiendo llegar a delirios.
Los síntomas digestivos son la distensión abdominal y el estreñimiento, o incluso
diarreas.

Otros signos característicos del trastorno son: aumento del tamaño del hígado y de la
melsa; lengua saburral, es decir, blanquinosa y seca en la superficie; aparición de una
erupción cutánea consistente, en general, en unas manchas rosadas de unos milímetros
de diámetro, que se localizan en el abdomen y a veces se extienden hasta el tórax, que
desaparecen a los pocos días.

Pero a parte de estos síntomas se pueden producir otras complicaciones. La más


frecuente es la enterorragia o pérdida masiva de sangre procedente de los intestinos con
la materia fecal, que se produce en un 10% a 15 % de los casos. Otra complicación es la
perforación de la pared intestinal.

A causa de estos síntomas, el enfermo de tifus debe estar ingresado hasta la


desaparición de estos. Se debe controlar al paciente para evitar un ataque cardio-
circulatorio, con gran pérdida de sangre, que podría provocar la muerte.

Otras complicaciones graves son: deshidratación; alteraciones neurológicas como son la


cefalea, el delirio y el estupor, y procesos infecciosos localizados en diversos órganos y
tejidos, debidos a el establecimiento y la reproducción de la Salmonella typhi, como la
colectitas o inflamación del tejido cartilaginoso; periostitis o inflamación de la vaina del
tejido conjuntivo que cubre el exterior de los huesos, y meningitis o inflamación de las
cubiertas que envuelven el sistema nervioso central.
Prevención:

La profilaxis individual se realiza mediante vacunación.

Para prevenir el contagio, primeramente, se debe aislar a los enfermos en habitaciones


individuales; por otra parte se debe realizar un control bacteriológico del agua de
consumo; si la persona viaja a una zona endémica (zona tropical: México, Egipto,
India…) ha de bullir el agua o, si no, echarle pastillas de cloro, también se recomienda
abstenerse del consumo de verdura y fruta sin pelar.

Con tal de prevenir la transmisión se debe diagnosticar y tratar a los portadores sanos;
hace falta investigar y analizar la materia fecal.

Es conveniente disminuir las reservas de los agentes trasmisores: pulgas, piojos, etc.,
así como roedores (ratas, ratones…). Esto se consigue mediante la fumigación con
insecticidas eficaces.
Diagnóstico:

La diagnosis se puede establecer a partir de la sintomatología y por los antecedentes de


exposición al contagio. La confirmación diagnóstica se suele obtener con un análisis, un
cultivo de sangre (hemocultivo), un cultivo de heces y orina (coprocultivo), y por
reacciones sexológicas.

Tratamiento:

El tratamiento general se realiza en una unidad hospitalaria para prevenir el contagio de


otras personas y para prevenir o tratar complicaciones eventuales. Suele durar entre tres
y cuatro semanas.

Pero podemos distinguir otros dos tipos de tratamiento:

· El tratamiento de fondo consiste en la administración de diversos tipos de antibióticos


(cloramfenicol, trimetoprimo y sulfametoxazol, y ampicilina o derivados) durante unas
dos o cuatro semanas.

· El tratamiento sintomático consiste en reposo, dieta toba e ingestión de líquidos


abundantes, y eventualmente en la administración de antipiréticos y antiinflamatorios, o,
cuando las circunstancias lo requieran, trasfusiones de sangre, plasma o líquidos por vía
intravenosa.
Actualmente se dispone de diversos vaccíneos antitíficos, elaborados con bacterias
muertas, de aplicación parenteral y oral. Los vaccíneos parenterales pueden originar
reacciones adversas a veces importantes, y sólo son eficaces durante unos dos años, y
aproximadamente en un 30% de los casos.

El tratamiento de la bacteria Rickettsia presenta dos vías de acción:

quimioterapia específica (antibióticos): cloranfenicol y tetraciclinas

Tratamiento de sostén: controla y disminuye la sintomatología a través de cambios de


posición frecuente para evitar la presión sobre los huesos y evitar neumonías, higiene
bucal para evitar infecciones y tratamiento de la hipotensión.
Variedades de tifus:

Debemos saber que existen distintos tipos de tifus, por lo que no en todos los signos son
los mismos, y también depende de la persona que lo presenta, así tenemos que:

· El tifus endémico, también llamado mortal o benigno, que a su vez, según dónde se
haya hallado recibe denominaciones como las siguientes: tifus de Moscú, tifus de las
pulgas o tifus de las ratas. Es transmitido por la picadura de la pulga, tiene un periodo de
incubación de entre 8 y 16 días. El enfermo presenta fiebre entre 38.8 y 40º C, pudiendo
llegar a los 40.1 ó 40.5º C; calofríos; temblores; dolor de cabeza (cefalea) en la frente;
náuseas; vómitos; debilidad.

· El tifus epidémico, también llamado clásico, europeo, exantemático, histórico,


petequial, y con un derivado llamado el tifus de los pollos. Es transmitido por la picadura
del piojo del cuerpo, es el más grave. Tiene un periodo de incubación de 7 días. El
paciente presenta cefalea, escalofríos, fiebre, malestar general y erupciones. En su
evolución aparecen: estupor, coma, taquicardia e hipotensión.
FIEBRE AMARILLA:
La Fiebre Amarilla es una infección transmitida por mosquitos caracterizada por falla
hepática, renal, miocárdica y hemorragias generalizadas con una alta tasa de letalidad.
Es producida por el virus de la Fiebre Amarilla, perteneciente a la familia Flaviviridae.
También se la denominó en epocas pasadas como peste americana

En un principio se creyó que la fiebre amarilla era una enfermedad exclusiva del género
humano, pero los estudios posteriores demostraron que afecta también a monos
y otros animales.
Según las investigaciones es probable que los monos infectados en África y América
tropical son la fuente principal de infección y que los mosquitos transmiten esa infección
al hombre.
Este tipo de enfermedad, que Sólo aparece de forma esporádica en el hombre, se
conoce como fiebre amarilla de la selva. Si la persona infectada se desplaza a una zona
poblada, puede ser picado por especies semidomésticas de mosquitos, como el Aedes
Aegypti, que vive cerca de poblaciones humanas. Éstos se alimentan de la sangre
humana y son los agentes transmisores principales en las epidemias de fiebre amarilla
urbana.
Transmisión:
La infección es mantenida por transmisión en un ciclo selvático entre primates cuyo
vector es un mosquito del género Haemagogus en América del Sur y Aedes africanus en
Africa. En esta etapa el hombre es ocasionalmente infectado en viajes a la selva. En el
ciclo urbano de transmisión, el virus es transmitido desde un humano infectado a un
susceptible a través de la picadura del mosquito hembra Aedes aegypti, la cual se
alimenta durante el día y se encuentra preferentemente en zonas urbanas.
Mosquito Aedes Aegypti :
Ciclo vital del mosquito Aedes Aegypti :
ZONAS DE DESARROLLO DE LA FIEBRE AMARILLA:
:
Síntomas:

El periodo de incubación de la fiebre amarilla es de aproximadamente seis días. En los


casos graves el inicio es súbito, con síntomas típicos como cefalea, dolor de espalda y
fiebre.
La primera fase se caracteriza por náuseas, vómitos y la presencia de albúmina en la
orina. Después de la fiebre inicial, la temperatura se normaliza, pero entre el cuarto y
quinto día vuelve a subir. Esta segunda fase está marcada por la ictericia, hemorragias
en las membranas mucosas, vómitos de sangre (el vómito negro característico de la
fiebre amarilla) y degeneración grasa del hígado, riñones y corazón.
La destrucción de las células hepáticas produce acumulación de pigmentos biliares en la
piel, lo que da nombre a la enfermedad.
La muerte suele ocurrir entre el cuarto y octavo día desde el inicio. En los casos de
recuperación espontánea, la convalecencia es corta, aunque la ictericia puede persistir
durante algún tiempo. La enfermedad nunca es recidiva, ya que el primer episodio deja
inmunidad permanente.
Prevención:

No existe tratamiento conocido para la fiebre amarilla. En 1939, el médico surafricano


Max Theiler desarrolló una vacuna que confiere inmunidad ante la enfermedad. En la
actualidad, sigue siendo necesaria la vacunación para todas las personas que viajan a
zonas endémicas en esta enfermedad y otras partes del mundo
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CÓLERA:

Es una enfermedad infecciosa grave endémica en la India y en ciertos países tropicales,


aunque pueden aparecer brotes en países de clima templado. Los síntomas del cólera
son la diarrea y la pérdida de líquidos y sales minerales en las heces. En los casos
graves hay una diarrea muy importante, con heces características en "agua de arroz",
vómitos, sed intensa, calambres musculares, y en ocasiones, fallo circulatorio. En estos
casos el paciente puede fallecer a las pocas horas del comienzo de los síntomas. Dejada
a su evolución natural, la mortalidad es superior al 50%, pero no llega al 1% con el
tratamiento adecuado.

El organismo responsable de la enfermedad es el Vibrio cholerae, una bacteria


descubierta en 1883 por el médico y bacteriólogo alemán Robert Koch, y cuyo genoma
fue descifrado en agosto del año 2000. La única forma de contagio es a través del agua
y los alimentos contaminados por heces (en las que se encuentra la bacteria) de
enfermos de cólera. Por tanto, las medidas de control sanitario son las únicas eficaces
en la prevención de la enfermedad. Durante el siglo XIX las epidemias de cólera se
diseminaron por Europa y Estados Unidos, hasta que mejoraron los sistemas de
distribución de agua potable y alcantarillado.
En muchos países asiáticos, el control del cólera sigue siendo un importante problema
sanitario. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que el 78% de la población
de los países en vías de desarrollo carece de agua con suficientes garantías de
potabilidad, y el 85% no dispone de un sistema de tratamiento de aguas residuales. Las
epidemias más recientes tuvieron lugar en Calcuta (India) en 1953; en Vietnam del sur
entre 1964 y 1967; entre los refugiados de Bangladesh que emigraron a India en la
guerra civil de 1971; en Perú en 1991; y en Suráfrica en 2000. Según datos de la OMS
del año 1999, 8.400 personas murieron a causa de la enfermedad, cuya mayor
incidencia se registró en América Latina, Asia y África.

El tratamiento consiste en la reposición oral o intravenosa de líquidos y sales minerales


(rehidratación). Hay preparados para diluir con la composición adecuada de sodio,
potasio, cloro, bicarbonato y glucosa, disponibles en muchos lugares del mundo gracias
a la campaña de difusión realizada por la OMS. Casi todos los pacientes se recuperan
entre los tres y los seis días. Las tetraciclinas, la ampicilina, el cloranfenicol, el
trimetoprim-sulfametoxazol, y otros antibióticos acortan la duración de la enfermedad.
Hay una vacuna de bacterias muertas que confiere una resistencia a la infección de tres
a seis meses de duración.

Algunos estudios experimentales han demostrado que la bacteria del cólera produce una
toxina que estimula la secreción de líquido por el intestino delgado. Esta toxina es la
causa de la gran pérdida de líquidos que se produce en el cólera. La búsqueda de una
vacuna más eficaz sigue dos líneas de investigación diferentes: utilizar una toxina
inactivada, o utilizar una vacuna de bacterias vivas atenuadas incapaces de producir la
toxina.

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