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CUANDO HERMANOS COMPARTEN UNA ESPOSA1

Melvyn C. Goldstein

Ansioso por llegar a casa, Dorje apura a sus yacs a través del paso de
una montaña de 17,000 pies de altura, parando sólo una vez para
descansar. Dentro de unas pocas semanas, él y sus dos hermanos
mayores, Pema y Sonam, conjuntamente, se casarán con una mujer
del poblado vecino, y él tiene que ayudar en los preparativos.

Dorje, Pema y Sonam son tibetanos que viven en Limi, un área de


unas 200 millas cuadradas en la esquina noroeste de Nepal, al otro
lado de la frontera del Tibet. La forma de matrimonio en la cual está
a punto de comprometerse -en la jerga antropológica poliandria
fraternal- es una de las formas de matrimonio más raras aunque no
tan rara en la sociedad tibetana, en donde se ha venido practicando
desde tiempos inmemoriales. Para muchos estratos sociales
tibetanos, tradicionalmente representa la forma ideal de matrimonio y
familia.

La mecánica de la poliandria fraternal es simple. Dos, tres, cuatro o


más hermanos conjuntamente toman una esposa, quien deja su hogar
para ir a vivir con ellos. Tradicional-mente, el matrimonio era
arreglado por los padres, en donde los hijos, especialmente las
mujeres, tienen poco o nada que decir. Esto está cambiando un poco
en tiempos recientes, pero todavía es raro para los hijos el casarse sin
el consentimiento de sus padres. Las ceremonias matrimoniales
varían de acuerdo al ingreso y la región, y puede efectuarse teniendo
a todos los hermanos sentados juntos como novios o sólo al mayor
formalmente realizándola. La edad de los hermanos juega un rol
importante en la determinación de esto: los hermanos muy jóvenes
casi nunca participan en las ceremonias matrimoniales, aunque
típicamente se involucren en el matrimonio cuando lleguen a media
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Título en inglés: “When Brothers Share a Wife” en Natural History, marzo
1987. Traducido por Félix Palacios Ríos.
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adolescencia.

El hermano mayor es normalmente dominante en términos de


autoridad, esto es, en administrar la unidad doméstica, pero todos los
hermanos comparten el trabajo y participan como socios sexuales.
Los varones tibetanos y las mujeres no encuentran el aspecto sexual
de compartir un esposo como algo raro o repulsivo, o escandaloso, y
la norma para la esposa es la de tratar en forma igual a todos los
hermanos.

La descendencia es tratada de forma similar. No hay un intento de


ligar los niños biológicamente a hermanos en particular, y un
hermano no muestra favoritismo hacia su hijo aún si sabe que él es el
padre real porque, por ejemplo, sus otros hermanos estuvieron
ausentes al tiempo que la esposa concibió el hijo. Los hijos, a su vez,
consideran a todos los hermanos como sus padres y los tratan
igualmente, aún si saben quién es su padre real. En algunas regiones
los hijos usan el término de "padre" para el hermano mayor y el de
"hermano del padre" para los otros, mientras que en otras áreas
llaman a todos los hermanos por sólo un término, modificando éste
con el uso de "mayor" o "menor".

A diferencia de nuestra propia sociedad donde la mongamia es la


única forma de matrimonio permitida, la sociedad tibetana permite
una variedad de tipos matrimoniales, incluyendo la monogamia, la
poliandria fraternal, y la poliginia. La poliandria fraternal y la
monogamia son las formas más comunes de matrimonio, mientras
que la poliginia típicamente ocurre en casos en donde la primera
esposa es estéril. La práctica generalizada de la poliandria fraternal,
por lo tanto, no es el resultado de una ley que obligue a los hermanos
a casarse conjuntamente. Hay opciones, y de hecho, el divorcio es,
tradicionalmente, una cuestión relativamente simple en la sociedad
tibetana. Si un hermano en un matrimonio poliándrico se encuentra
insatisfecho y desea separarse, él simplemente abandona la casa
principal y funda su propia unidad doméstica. En tales casos, todos
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los hijos se quedan en la unidad doméstica principal con los
hermanos restantes, aún si el hermano que se retira fuera el
verdadero padre de uno o más de los niños.

La propia explicación de los tibetanos para optar por la poliandria


fraternal es de corte materialista. Por ejemplo, cuando le pregunté a
Dorje por qué había decidido casarse junto con sus dos hermanos en
lugar de tomar su propia esposa, él pensó por un momento, luego
dijo que prevenía la división de la granja familiar (y sus animales) y
así facilitaba que todos logren un más alto nivel de vida. Y cuando
más tarde pregunté a la novia de Dorje si no era difícil para ella el
tener tres hermanos como esposos, se sonrió y repitió la racionalidad
de evitar la fragmentación de la familia y la tierra, añadiendo que
esperaba estar mejor económicamente, ya que ella tendrá a tres
esposos trabajando para ella y para sus hijos.

Aunque exótico para los occidentales, la poliandria fraternal tibetana


es por lo tanto de muchos modos análoga a la manera cómo
funcionaba la primogenitura en la Inglaterra del siglo diecinueve. La
primogenitura dictaba que el hijo mayor heredaba todos los bienes
familiares, mientras que los hijos menores tenían que dejar el hogar y
buscar su propio empleo- por ejemplo, en la milicia o en el clero. La
primogenitura mantenía intactos los bienes familiares por muchas
generaciones permitiendo sólo un heredero por gene-ración. La
poliandria fraternal también logra esto pero lo hace manteniendo a
todos los hermanos juntos con sólo una esposa, de modo que sólo
hay un conjunto de herederos por generación.

Mientras que los tibetanos piensan que de este modo la poliandria


fraternal reduce el riesgo de la fisión familiar, los matrimonios
monógamos entre hermanos no necesariamente precipitan la división
de los bienes familiares: los hermanos podrían continuar viviendo
juntos, y la tierra familiar podría ser trabajada conjuntamente. Sin
embargo, cuando les pregunté acerca de esto a los tibetanos
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invariablemente respondían que tales familias conjuntas son
inestables porque cada esposa se orienta primero a sus propios hijos
y está interesada en su éxito y bienestar, más que en los hijos de las
otras esposas. Por ejemplo, si la esposa del hermano más joven tiene
tres hijos mientras que la esposa del mayor tiene sólo una hija, la
esposa del hermano menor podría empezar a demandar más recursos
para sus hijos ya que, como varones, ellos representan el futuro de la
familia. Así, los hijos de las diferentes esposas en la misma
generación son conjuntos competitivos de herederos y esto hace a
estas familias inestables. Los tibetanos perciben que el conflicto se
expandirá a partir de las esposas a sus esposos y consideran esto
como la causa más probable de la fisión familiar. Consecuentemente,
casi nunca lo hacen.

Aunque los tibetanos vean como una ventaja a la poliandria fraternal,


no valoran el compartir una esposa como un fin en sí mismo. Al
contrario, reconocen varios de los problemas inherentes en la
práctica. Por ejemplo, como la autoridad consuetudinariamente es
ejercitada por el hermano mayor, los hermanos menores tienen que
subordinarse, con poca esperanza de cambiar su estatus dentro de la
familia. Cuan-do estos hermanos menores son agresivos e
individualistas, ocurren tensiones y dificultades a pesar de configurar
sólo un conjunto de herederos.

Además pueden aparecer tensiones y conflictos en familias


poliándricas por el favoritismo sexual. La novia normal-mente
duerme con el hermano mayor, y los dos tienen la responsabilidad de
que los otros varones tengan la oportunidad de acceso sexual. Como
la economía de subsistencia tibetana requiere que los varones viajen
mucho, la ausencia temporal de uno o más hermanos facilita este
acceso, pero también hay otras prácticas de rotación. La idea cultural
sin lugar a dudas prescribe que la esposa muestre un igual afecto y
sexualidad a cada uno de los hermanos (y viceversa), pero ocurren
desviaciones de este ideal, especialmente cuando hay una diferencia
considerable en la edad entre los socios del matrimonio.
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La familia de Dorje representa exacta-mente esta situación potencial.
El tiene quince años de edad y sus dos hermanos mayores tienen
veintidós y veinticinco años. La novia tiene veintitrés, ocho años más
que Dorje. Algunas veces una novia así considera a su esposo más
joven como inmaduro y adolescente y no lo trata con idéntico afecto;
alternativamente, ella podría encontrar en su juventud una atracción
y podría brindarle una especial atención. Aparte de estas
consideraciones, cuando un varón joven como Dorje crece, podría
considerar a su esposa como un "vejestorio" y preferir la compañía
de una mujer de su propia edad o más joven. Consecuentemente,
aunque varones y mujeres no encuentran como repulsiva la idea de
compartir una novia, los gustos y antipatías individuales pueden
causar discordia familiar.

Generalmente se han ofrecido dos razones para explicar la


perpetuación de la poliandria fraternal en el Tibet: 1) los tibetanos
practican el infanticidio femenino y por lo tanto tienen que casarse
poliándricamente, debido a una carestía de mujeres; 2) que el Tibet,
al estar ubicado en altitudes extremadamente altas, es tan estéril y
desértico que los tibetanos se morirían de hambre si no dependieran
de este mecanismo. Un jesuita que vivió en el Tibet durante el siglo
dieciocho articuló este segundo punto de vista: "Una razón para esta
odiosísima costumbre es la esterilidad del suelo, y la pequeña
cantidad de tierra que puede ser cultivada, debido a la ausencia de
agua. Los cultivos puede alcanzar si todos los hermanos viven
juntos, pero si forman familias separadas se reducirían a la
mendicidad".

Sin embargo, ambas explicaciones están equivocadas. No sólo nunca


existió el infanticidio femenino institucionalizado en el Tibet, sino que
la sociedad tibetana otorga a las mujeres derechos considerables,
incluyendo el poder heredar los bienes familiares en ausencia de
hermanos varones. En tales casos, la mujer toma un novio que viene
a vivir con la familia de ella y adopta el nombre familiar y la identidad
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de ella. Además, no hay una evidencia demo-gráfica acerca de la
escasez de mujeres. En Limi, por ejemplo, había en 1974 sesenta
mujeres y cincuenta y tres varones en la categoría de edad de 15 a 35
años, y muchas mujeres adultas estaban solteras.

La segunda razón también es incorrecta. El clima en el Tibet es


extremadamente duro, y los factores ecológicos, en efecto, juegan un
rol importante en la perpetuación de la poliandria, pero la poliandria
no es un medio de prevenir la hambruna. Es una característica, no de
los segmentos más pobres de la población, sino más bien de las
familias terratenientes.

En la sociedad antigua, los pobres sin tierra realistamente no podían


aspirar a una prosperidad, pero no temían a la hambruna. Había una
persistente escasez de mano de obra por todo el Tibet, y las familias
muy pobres, con poca o ninguna tierra y unos cuantos animales
podían subsistir a través del trabajo agrícola, las artesanías como la
carpintería, o trabajando como sirvientes. Aunque el ingreso familiar
por persona podía incrementarse en algo si los hermanos se casaban
poliándricamente y juntaban sus salarios, en ausencia de tierras
heredables, la ventaja de la poliandria fraternal no era suficiente para
prevenirlos de establecer sus propias unidades domésticas. Un
hermano menor enérgico y trabajador podía mantenerse bien o
inclusive mejor sólo, ya que podía controlar completamente su
ingreso y no lo tenía que compartir con sus hermanos.
Consecuentemente, aunque había y todavía hay poliandria entre los
pobres, es mucho menos frecuente y más dispuesto a resultar en
divorcios y en fisión familiar.

Una razón alternativa que explique la persistencia de la poliandria


fraternal es que reduce el crecimiento poblacional (y por lo tanto
reduce la presión sobre los recursos) relegando a algunas mujeres a
ser solteronas de por vida. Los matrimonios poliándricos fraternales
en Limi (en 1974) promediaron el 2.35 varones por mujer, y, no
debería sorprender, el 31 por ciento de las mujeres de edad fértil (de
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veinte a cuarenta) estaban solteras. Estas solteronas o continuaban
viviendo en sus hogares, o fundaban sus propias unidades domésticas
o trabajaban como sirvientas para otras familias. También podían
convertirse en monjas budistas. Ser soltero no es sinónimo de
exclusión de la capacidad reproductiva. Se toleraban relaciones
discretas extramaritales, y en efecto, la mitad de las mujeres adultas
no casadas en Limi tenían uno o más hijos. Ellas criaban a estos
niños como madres solteras, eran asalariadas o tejían telas y mantas
para su venta. Sin embargo como grupo, las mujeres no casadas
tenían mucho menos hijos que las mujeres casadas, promediando
sólo 0.7 hijos por mujer, comparadas a los 3.3 de las mujeres
casadas, sean poliándricas, monogámicas o poliginias. Mientras que
la poliandria ayuda a regular la población, esta función de la
poliandria no se percibe concientemente por los tibetanos y no es la
razón que usan consistentemente.

Si ni la escasez de mujeres ni el temor a la hambruna perpetúan la


poliandria fraternal, ¿que motiva a los hermanos, particularmente a
los menores, a optar por este sistema de matrimonio? Desde la
perspectiva del hermano menor en una familia terrateniente, el mayor
incentivo es el lograr o mantener una buena vida. Con la poliandria,
él puede esperar un nivel de vida más seguro y más alto, con acceso
no sólo a la tierra y ganado de su familia sino también a heredar una
colección de vestidos, joyas, alfombras, sillas de montar y caballos.
Además, él experimentará menos presión en el trabajo y una mucha
mayor seguridad, ya que toda la responsabilidad no recae en un
"padre". Para los hermanos tibetanos, la cuestión es si vale la pena
cambiar una mayor libertad personal inherente a la monogamia por
una seguridad económica real o potencial, afluencia y prestigio social
asociado a la vida en una familia poliándrica más grande y rica en
mano de obra.

Un hermano que piense en separarse de su matrimonio poliándrico y


en tomar su propia esposa se enfrentará a varias desventajas. Aunque
en la mayoría de las regiones tibetanas teóricamente todos los
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hermanos tienen derechos sobre los bienes familiares, en realidad los
tibetanos rechazan la idea de dividir sus tierras en pequeños
fragmentos. Generalmente, un hermano menor que insista en dejar la
familia sólo recibirá un pequeño lote de tierra, si es que lo recibe.
Debido a su poder y riqueza, generalmente el resto de la familia
puede impedir cualquier intento del hermano menor de incrementar
su acción en la tierra por medio del litigio. Además, un hermano
menor ni siquiera, tal vez, consiga una casa y no puede esperar
recibir mucho más allá del mínimo en términos de bienes muebles,
como mesas y sillas, ollas y utensilios. Así, un hermano que esté
pensando en irse por sí debe planificar cómo lograr una seguridad
económica y una buena vida, no a través de la herencia sino a través
de su propio trabajo personal.

La solución obvia para los hermanos menores -crear nuevas tierras a


partir de tierras vírgenes- generalmente no es una opción posible. La
mayoría de las poblaciones tibetanas viven a grandes altitudes (por
encima de los 12,000 pies), donde la tierra arable es extremadamente
escasa. Por ejemplo, en el poblado de Dorje, la agricultura fluctúa
sólo desde cerca de los 12,900 pies, el punto más bajo en el área
hasta los 13,300 pies. Por encima de esta altitud, las heladas
tempranas y la nieve destruyen los productos primarios de consumo
como las habas. Más aún, debido a la baja precipitación causada por
la sombra pluvial del Himalaya, muchas áreas en el Tibet y en el
Nepal septentrional que tienen la altitud apropiada para la agricultura
no tienen fuentes confiables para la irrigación. Al final, aunque hay
abundancia de tierra eriaza en tales áreas, la mayoría o es demasiada
alta o demasiada árida.

Aún cuando existan tierras no usadas, capaces de ser cultivadas, el


preparar la tierra y el construir las terrazas necesarias para la
irrigación constituye una tarea inmensa. Cada lote tiene que ser
completamente excavado hasta una profundidad de dos a dos y
medio pies (60 a 75 cm. aprox.) de modo que las grandes piedras y
rocas puedan ser removidas. En el mejor de los casos, un hombre,
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después de separarse de sus hermanos, en los primeros años podrá,
ser capaz de limpiar unos cuantos espacios para cultivo, pero no
podrá, de este modo, esperar adquirir cantidades importantes de
tierra arable.

Además, debido a lo limitado de la tierra agrícola, la economía de


subsistencia tibetana característicamente incluye un fuerte énfasis en
la ganadería. Los agricultores tibetanos regularmente mantienen
ganado, yacs, cabras y ovinos, pastándolos en las zonas demasiados
altas para la agricultura. Estos rebaños producen lana, leche, quesos,
mantequilla, carne y pieles. Sin embargo, para obtener estos recursos
los pastores deben acompañar a sus animales diariamente. Cuando se
instala por primera vez una unidad doméstica monógama, un
hermano menor como Dorje encontraría difícil dedicarse a la
actividad agrícola y al manejo de los animales.

En la sociedad tibetana tradicional, había todavía un factor más


crítico que operaba para perpetuar la poliandria fraternal -una forma
de servicio hereditario un tanto similar a los siervos en Europa. Los
campesinos estaban ligados a los grandes latifundios de propiedad de
los aristócratas, monasterios y el gobierno de Lhasa. Aunque estaban
permitidos de usar algo de las tierras agrícolas para producir su
propia subsistencia también estaban obligados a pagar impuestos en
especie y en corvée (trabajo no remunerado) a sus señores. El corvée
era una imposición agobiante, ya que la unidad doméstica campesina
estaba, en muchos casos, obligada a proporcionar a su señor con un
trabajador diariamente durante la mayor parte del año y aún más en
ocasiones específicas tales como la cosecha. Esta fuerza de trabajo
obligada, junto con la ausencia de tierras nuevas y la presión
ecológica para alcanzar tanto la agricultura como la ganadería,
convirtió a las familias poliándricas en especialmente beneficiosas. La
familia poliándrica permitía una división interna del trabajo adulto,
maximizando la ventaja económica. Por ejemplo, mientras que la
esposa trabajaba en las tierras familiares, un hermano podía
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desempeñar el corvée para el señor, el otro podía atender a los
animales y un tercero podía dedicarse al negocio.

Aunque los científicos sociales con frecuencia descartan las


explicaciones de los otros pueblos del por qué hacen cosas de cierta
manera, en el caso de la poliandria fraternal tibetana, tales
explicaciones están muy cerca de la verdad. Sin embargo, la
costumbre es muy sensitiva a los cambios en el contexto político y
económico, y, sin sorpresas, esta declinando en la mayoría de las
áreas tibetanas. Convertido en poco importante por la eliminación de
la economía tradicional basada en la servidumbre, el matrimonio
poliándrico fraternal es desacreditado por los líderes no tibetanos
dominantes de la India, China y Nepal. Las nuevas oportunidades
para la movilidad económica y social en estos países, tales como la
actividad del turismo y el empleo gubernamental, también están
erosionando la racionalidad de la poliandria, de modo que puede
desaparecer dentro de la próxima generación.

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