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4
Autores
Junta Directiva
Presidente
Andrés Blanco Carrión
Vicepresidente
José López López
Secretario
Eva Mª Otero Rey
Tesorero
Manuel Peñamaría Mallón
Vocal 1
Manuel Saura Pérez
Vocal 2
Manuel Ribera Uribe
Vocal 3
Mª Celia Haya Fernández
Vocal 4
Juan Miguel Lorrio Castro
Vocal 5
Lara San Hipólito Marín
Coordinadores
Eduardo Chimenos Kustner
Manuel Ribera Uribe
José López López
Autores que han colaborado en esta obra
Coordinadores de la obra
Eduardo Chimenos Küstner
Manuel Ribera Uribe
José López López
9
prólogo
Cuando se recibe un encargo de prologar un libro y máxime cuando, el mismo, viene avalado por la petición
de un amigo y que además es el Presidente de una Sociedad de prestigio, piensas en lo que tus palabras
pueden aportar al mismo.
Ante una obra de esta relevancia, tu figura queda empequeñecida al pensar si no sería mejor que contribuyeras
a la misma con tu silencio y con tu mirada contemplativa. Pero también te encuentras concernido con esta
obligación, pues piensas que es necesario plasmar, negro sobre blanco, con la clarividencia necesaria el
alto nivel de lo que, entre manos, tenemos. Y si a ti te han dado esta oportunidad no debes rechazarla. La
pátina del tiempo, que todo lo barre o pone en su sitio, dirán si mis palabras están equivocadas.
No en vano, siempre es necesario, que el estro te ayude a esta tarea pero está medianamente claro que la
tarea, en este caso, tiene doble condición; por un lado se trata de un grupo de amigos, todos ellos de nivel
académico y por otro, el tema y su desarrollo son de una rabiosa actualidad.
Ni qué decir tiene, que el envejecimiento es la base más importante de la sociedad actual, no sólo debida a
su gran prevalencia sino, también, a la patología tan prevalente que estas personas presentan.
Europa camina hacia una sociedad envejecida, lo que hace que este libro pueda ocupar un lugar preeminente
en los anaqueles de cualquier estudioso y de todo práctico de la profesión. Entender el ejercicio clínico
diario sin conocer los aspectos que se presentan en este texto es, indefectiblemente, caminar con una sola
pierna, ver con un solo ojo y tocar el piano con una sola mano. Por supuesto que todo se puede hacer, pero
el lector coincidirá conmigo que, a duras penas, se puede alcanzar la perfección. Por ello mi recomendación
es completar nuestro conocimiento con la lectura de este manual que recoge lo más granado del saber en
este campo.
Desarrollar un proyecto de esta envergadura es apasionante y cuando al mismo se une un conjunto de
temas de tanta importancia tenemos el éxito asegurado. Por ello lo que pueda decir en estas breves líneas
pierde su importancia y mis comentarios se opacan ante la magnitud de la obra.
El libro está dividido en tres partes, la primera dedicada a los aspectos generales del envejecimiento; la
segunda presenta la patología propia del anciano y la tercera estudia la prevención y el tratamiento de esta
patología.
A lo largo de sus páginas se desgranan temas tan importantes como la epidemiología, la biología, la
psicología y la nutrición en la tercera edad. Como hojas caídas del árbol de la ciencia, se desarrolla la
patología con sus enfermedades sistémicas, la farmacoterapia, la prevención, la patología periodontal,
la patología de las mucosas, el dolor, el cáncer y precáncer nos presentan lo más actualizado. Todos los
temas, aderezados con la bibliografía actual, llegan al lector de una manera ubérrima, esplendorosa.
Cada uno de los autores, en los diferentes capítulos, ha puesto en ellos lo mejor de sí mismo, han desbrozado
para nosotros la paja del grano, han hecho que en nuestro íntimo ser reverbere el amor a la tercera edad,
han hecho que taumatúrgicamente crezca el deseo de ayudar a estas personas.
El elenco de profesores que escriben en este libro, todos ellos representantes de las diferentes universidades
de España, aporta una nota de prestigio. La transmisión de este saber, acrisolado con el estudio, hace que
los autores no sean sólo profesores sino maestros. Aquél, es el que conoce y transmite y éste, el que
además ama, el que transmite un proyecto moral. Los maestros reunidos en este texto aman lo que hacen
y para quienes lo hacen. Ese es su pensamiento ético.
Es por ello que me siento muy honrado al haber podido colaborar, con mis pobres palabras, a la presentación
de este volumen y deseo, de todo corazón, que el mismo sirva para acrecentar el saber y que pueda
colaborar a la felicidad de este importante grupo de la sociedad. Cumplir años a nadie le gusta; la alternativa
siempre es peor, por lo que deseo que este ejemplar, que tenemos en las manos, pueda contribuir a alargar
la vida en salud y bienestar. Mi aspiración es que tanta felicidad tengáis al leerlo como la que podáis
transmitir a vuestros pacientes.
2
GERODONTOLOGÍA EN LA ATENCIÓN MODERNA.
EPIDEMIOLOGÍA DEL ENVEJECIMIENTO............................................................................25
2.1. Introducción................................................................................................. 25
2.2. Cambios sociales asociados al envejecimiento de la población.......................... 26
2.3. La salud oral en las personas mayores............................................................ 27
2.4. Consideraciones finales................................................................................. 31
3
CAMBIOS BIOLÓGICOS EN EL ENVEJECIMIENTO................................................. 33
3.1. Características generales del envejecimiento . ................................................. 33
3.2. Envejecimiento de la estructura esquelética de los maxilares.............................. 34
3.3. Envejecimiento de las articulaciones del sistema estomatognático y de los
músculos de la masticación............................................................................ 36
3.4. Envejecimiento de la expresión facial.............................................................. 37
3.5. Envejecimiento de la vascularización e inervación del sistema estomatognático... 38
3.6. Envejecimiento de la mucosa oral y las glándulas salivares................................ 38
3.7. Envejecimiento del tejido dentario.................................................................. 41
4
EL ENVEJECIMIENTO PSICOLÓGICO.
PATOLOGÍA PSIQUIÁTRICA EN LOS ADULTOS MAYORES..................................... 45
4.1. El envejecimiento psicológico......................................................................... 45
4.2. Psiquiatría geriátrica..................................................................................... 48
4.2.1. La demencia o enfermedad de alzheimer ........................................ 48
4.2.2. La depresión mayor....................................................................... 50
5
NUTRICIÓN EN LA TERCERA EDAD..................................................................... 53
5.1. Introducción................................................................................................. 53
5.2. Nutrición y salud.......................................................................................... 53
5.3. Nutrientes potencialmente deficitarios en personas de 70 años o más................. 56
5.4. Nutrientes potencialmente consumidos en exceso por personas de más de 70 años...... 58
5.5. Actividad física............................................................................................. 58
5.6. Sobrepeso y obesidad.................................................................................. 58
5.7. Alcohol........................................................................................................ 59
5.8. Recomendaciones finales............................................................................... 59
13
6
HISTORIA CLÍNICA GENERAL............................................................................. 61
6.1. Historia clínica............................................................................................. 61
6.1.1. Anamnesis ................................................................................... 62
6.2. Exploración física......................................................................................... 64
6.2.1. Determinación de constantes vitales ................................................ 64
6.2.2. Exploración por órganos y aparatos................................................ 65
6.3. Pruebas complementarias.............................................................................. 69
6.3.1. Generales..................................................................................... 69
6.3.2. Específicas en odontología............................................................. 69
6.4. Valoración integral del paciente geriátrico....................................................... 73
6.4.1. Factores biomédicos...................................................................... 74
6.4.2. Capacidad funcional..................................................................... 74
6.4.3. Factor psíquico.............................................................................. 75
6.4.4. Factores sociales........................................................................... 75
7
SALUD Y PATOLOGÍA MÉDICA EN EL PACIENTE MAYOR...................................... 77
7.1. Introducción................................................................................................. 77
7.2. Trastornos de la consciencia y enfermedades neurodegenerativas...................... 77
7.3. Trastornos del movimiento y su influencia en la práctica odontológica................. 79
7.4. La dependencia del alcohol y el tabaco en la persona de edad avanzada.......... 81
7.4.1. El tabaquismo y la tercera edad...................................................... 81
8
ENFERMEDADES SISTÉMICAS EN EL PACIENTE MAYOR........................................ 85
8.1. Características de las enfermedades en el anciano.......................................... 85
8.2. Patología cardiovascular............................................................................... 86
8.2.1. Hipertensión arterial (hta).............................................................. 86
8.2.2. Cardiopatía isquémica................................................................... 86
8.2.3. Insuficiencia cardíaca congestiva.................................................... 87
8.2.4. Cardiopatía valvular...................................................................... 87
8.2.5. Accidente vascular cerebral (avc)................................................... 87
8.2.6. Consideraciones generales para el manejo odontológico................... 87
8.2.7. Consideraciones específicas........................................................... 88
8.2.8. Manifestaciones orales de la patología cardiovascular...................... 88
8.2.9. Manejo de la urgencia................................................................... 89
8.3. Patología respiratoria.................................................................................... 89
8.3.1. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (epoc)............................. 89
8.3.2. Edema agudo de pulmón............................................................... 90
8.3.3. Tuberculosis pulmonar.................................................................... 90
8.4. Patología hematológica................................................................................. 91
8.4.1. Enfermedades proliferativas hematológicas...................................... 92
14
índice
8.4.2. Alteraciones de la hemostasia en los adultos mayores........................ 92
8.4.3. Pacientes con púrpuras angiopáticas, trombocitopénicas y
trombocitopáticas.......................................................................... 92
8.4.4. Pacientes anticoagulados o antiagregados....................................... 93
8.5. Diabetes...................................................................................................... 95
8.5.1. Manifestaciones orales de la dm.................................................... 97
8.6. Patología renal............................................................................................. 98
8.6.1. Insuficiencia renal crónica.............................................................. 98
9
ORIENTACIÓN TERAPÉUTICA GENERAL. FARMACOTERAPIA:
PRINCIPIOS E INTERACCIONES........................................................................ 103
9.1. Introducción............................................................................................... 103
9.2. Cambios sociales en relación al consumo de medicamentos entre las personas
de edad avanzada..................................................................................... 103
9.3. Cambios físicos que alteran el metabolismo de la medicación en el adulto mayor.... 107
9.4. Principios activos de mayor uso en gerodontología y guía de prescripción........ 108
9.4.1. Antibióticos................................................................................. 109
9.4.2. Analgésicos y antiinflamatorios..................................................... 112
9.5. Interacciones farmacológicas....................................................................... 114
9.5.1. Interacciones farmacológicas de los antibióticos.............................. 114
9.5.2. Interacciones farmacológicas de los antiinflamatorios y analgésicos.. 116
10
EL PACIENTE MAYOR CON CÁNCER. BIFOSFONATOS........................................ 119
10.1. Tratamiento del cáncer ............................................................................. 119
10.2. Terapéutica odontológica en el paciente con cáncer..................................... 120
10.2.1. Tratamientos odontológicos previos al tratamiento del cáncer......... 120
10.2.2. Tratamientos odontológicos durante el tratamiento del cáncer......... 121
10.2.3 Tratamientos odontológicos posteriores al tratamiento del cáncer..... 122
10.3. Bifosfonatos: su implicación en patología bucal............................................ 124
10.3.1. Introducción.............................................................................. 124
10.3.2. Efectos adversos de los bifosfonatos............................................ 124
10.3.3. Osteonecrosis de los maxilares (nnm)........................................ 126
10.3.4. Conclusiones............................................................................ 129
11
VALORACIÓN GERODONTOLÓGICA INTEGRAL................................................ 131
11.1. Consideraciones previas . ......................................................................... 131
11.2. Consideraciones éticas del cuidado oral de los adultos mayores.................... 132
11.3. Protocolo de atención al adulto mayor. Planificación integrada...................... 133
11.3.1. Condicionamientos al diagnóstico y tratamiento............................ 133
11.3.2. Fases diagnósticas en gerodontología.......................................... 133
15
12
prevención de la salud bucodental en gerodontología.................... 141
12.1. Higiene oral en el adulto mayor. El paciente dependiente ............................ 141
12.2. Prevención de la caries en función del riesgo en pacientes de edad avanzada .... 142
12.3. Prevención de las enfermedades periodontales............................................. 145
12.4. Odontología comunitaria en gerodontología................................................ 146
13
PATOLOGÍA Y TERAPÉUTICA DENTAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA...... 149
13.1. Introducción ............................................................................................ 149
13.2. Fisiopatología de la caries en el paciente mayor ......................................... 149
13.3. Caries radicular........................................................................................ 150
13.4. Tratamiento restaurador de la lesión de caries en el paciente de edad avanzada.. 153
13.4.1. Restauraciones de amalgama..................................................... 153
13.4.2. Restauraciones de ionómero de vidrio, compómero o resina compuesta.. 153
13.5. Endodoncia en gerodontología.................................................................. 154
13.5.1. Diagnóstico endodóncico en el paciente geriátrico........................ 155
13.5.2. El tratamiento de conductos en el paciente geriátrico..................... 158
13.5.3. El retratamiento endodóncico en el paciente adulto mayor............. 160
14
LA ENFERMEDAD PERIODONTAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA............. 163
14.1. Introducción ............................................................................................ 163
14.2. Edad avanzada y enfermedad periodontal ................................................. 163
14.3. Etiología ................................................................................................ 166
14.4. Diagnóstico.............................................................................................. 169
14.5. Tratamiento.............................................................................................. 170
14.6. Pronóstico................................................................................................ 173
15
EL DOLOR OROFACIAL EN EL PACIENTE GERODONTOLÓGICO........................... 175
15.1. Introducción ............................................................................................ 175
15.2. Teorías del dolor . .................................................................................... 175
15.3. Diferencias entre dolor agudo, persistente y crónico ................................... 176
15.4. Métodos de clasificación del dolor orofacial................................................ 176
15.5. Desórdenes temporomandibulares.............................................................. 177
15.6. Cefaleas.................................................................................................. 179
15.7. Dolor orofacial neuropático....................................................................... 180
15.8. Síndrome de boca ardiente........................................................................ 182
15.8.1. Concepto................................................................................. 182
15.8.2. Prevalencia............................................................................... 182
15.8.3. Manejo clínico.......................................................................... 182
15.8.4. Etiopatogenia........................................................................... 182
15.8.5. Tratamiento............................................................................... 183
15.8.6. Evolución clínica....................................................................... 183
16
índice
16
PATOLOGÍA DE LA MUCOSA ORAL.................................................................. 185
16.1. Introducción ............................................................................................ 185
16.2. Patología oral asociada al uso de prótesis removibles................................... 186
16.2.1. Estomatitis protética................................................................... 186
16.2.2. Candidiasis.............................................................................. 187
16.2.3. Úlceras traumáticas................................................................... 188
16.2.4. Queilitis angular........................................................................ 188
16.2.5. Formaciones exofíticas............................................................... 189
16.3. Lesiones traumáticas.................................................................................. 189
16.3.1. Lesiones traumáticas por agentes mecánicos................................. 189
16.3.2. Lesiones por agentes químicos.................................................... 190
16.3.3. Lesiones por agentes físicos........................................................ 191
16.3.4. Pigmentaciones exógenas........................................................... 191
16.4. Enfermedades propias de la lengua............................................................ 192
16.4.1. Lengua vellosa.......................................................................... 192
16.4.2. Lengua dentada........................................................................ 192
16.4.3. Papilitis foliácea........................................................................ 192
16.4.4. Glositis migratoria benigna (lengua geográfica)............................ 192
16.4.5. Glositis romboidal media........................................................... 192
16.4.6. Lengua fisurada......................................................................... 193
16.4.7. Varices linguales....................................................................... 193
16.5. Patología oral infecciosa........................................................................... 194
16.5.1. Infecciones víricas..................................................................... 194
16.5.2. Infecciones fúngicas................................................................... 195
16.5.3. Infecciones bacterianas.............................................................. 196
16.6. Patología mucocutánea............................................................................. 198
16.6.1. Pénfigo ................................................................................... 198
16.6.2. Pénfigo paraneoplásico.............................................................. 199
16.6.3. Penfigoide cicatricial.................................................................. 199
16.6.4. Eritema multiforme .................................................................... 200
16.6.5. Liquen plano oral ..................................................................... 200
16.6.6. Lupus eritematoso...................................................................... 202
17
SALIVA Y PATOLOGÍA DE LAS GLÁNDULAS SALIVALES. BOCA SECA, XEROSTOMÍA ...205
17.1. Concepto . .............................................................................................. 205
17.2. Etiopatogenia........................................................................................... 205
17.3. Clínica.................................................................................................... 207
17.4. Diagnóstico.............................................................................................. 209
17.5. Tratamiento.............................................................................................. 212
17
18
PRECÁNCER Y CÁNCER ORAL.......................................................................... 217
18.1. Introducción ........................................................................................... 217
18.2. Precáncer oral.......................................................................................... 217
18.2.1. Concepto ................................................................................ 217
18.2.2. Factores exógenos..................................................................... 218
18.2.3. Factores endógenos................................................................... 219
18.2.4. Actualización en el diagnóstico precoz de las lesiones precancerosas.. 221
18.2.5. Evolución y pronóstico............................................................... 222
18.2.6 Tratamiento................................................................................ 222
18.3. Cáncer oral............................................................................................. 223
18.3.1. Concepto ................................................................................ 223
18.3.2. Clínica..................................................................................... 223
18.3.3. Diagnóstico precoz.................................................................... 225
18.3.4. Evolución.................................................................................. 225
18.3.5. Tratamiento............................................................................... 227
18.3.6. Actitud del odontólogo ante la patología tumoral.......................... 228
19
LA CIRUGÍA BUCAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA................................ 231
19.1. Introducción .......................................................................................... 231
19.2. Manejo de las patologías más comunes...................................................... 231
19.2.1. Exodoncia ............................................................................... 231
19.2.2. Retenciones dentarias................................................................ 232
19.2.3. Cirugía preprotésica.................................................................. 232
19.2.4. Cirugía periapical..................................................................... 234
19.2.5. Infecciones............................................................................... 234
19.2.6. Biopsia..................................................................................... 236
19.2.7. Patología quística...................................................................... 236
19.2.8. Patología tumoral...................................................................... 237
19.2.9. Traumatismos............................................................................ 239
19.3. Contraindicaciones de cirugía bucal en el paciente geriátrico........................ 240
20
EL TRATAMIENTO CON IMPLANTES OSEOINTEGRADOS EN GERODONTOLOGÍA.... 243
20.1. Las bases biológicas de la oseointegración.................................................. 243
20.2. Los cambios óseos durante el envejecimiento. la atrofia ósea en el paciente
desdentado............................................................................................... 245
20.3. La implantología oral en las personas de edad avanzada............................. 246
20.4. Los protocolos quirúrgicos.......................................................................... 248
20.4.1. El protocolo quirúrgico para la sobredentadura ........................... 251
20.4.2. El protocolo quirúrgico para la rehabilitación fija.......................... 251
20.5. Conclusiones............................................................................................ 252
18
índice
21
PRINCIPIOS DE LA RESTAURACIÓN CON PRÓTESIS EN LOS ANCIANOS................ 255
21.1. Introducción............................................................................................. 255
21.2. Principios generales.................................................................................. 255
21.3. Tratamiento del desdentado total................................................................ 257
21.3.1. Objetivos ............................................................................... 257
21.3.2. Parámetros biológicos (pb)......................................................... 257
21.3.3. Protocolo de confección de una prótesis completa con cubetas
individuales............................................................................... 258
21.4. Tratamiento del desdentado parcial. Prótesis parcial removible...................... 261
21.4.1. Primera visita............................................................................ 261
21.4.2. Segunda visita.......................................................................... 263
21.4.3. Tercera visita............................................................................. 263
21.4.4. Cuarta visita............................................................................. 263
21.4.5.Quinta visita.............................................................................. 263
21.4.6. Sexta visita .............................................................................. 263
21.5. Tratamiento del desdentado parcial. Prótesis fija.......................................... 264
21.6. Mantenimiento y cuidado de las prótesis removibles..................................... 264
22
REHABILITACIÓN PROTÉSICA SOBRE IMPLANTES EN EL PACIENTE ANCIANO......... 267
22.1. Introducción............................................................................................. 267
22.2. Prótesis fijas............................................................................................. 267
22.2.1. Prótesis unitarias y parciales fijas sobre implantes......................... 267
22.2.2. Arcadas completas fijas.............................................................. 268
22.3. Prótesis removibles.................................................................................... 271
22.3.1. Prótesis removibles implantorretenidas e implantosoportadas.......... 271
22.3.2. Prótesis removibles implantorretenidas y mucosoportadas
(sobredentaduras)..................................................................... 274
22.4. Técnicas clínicas en prótesis sobre implantes en el paciente anciano.............. 275
22.5. Mantenimiento......................................................................................... 276
23
ASISTENCIA ODONTOLÓGICA EN PACIENTES GERIÁTRICOS FUNCIONALMENTE
DEPENDIENTES Y FRÁGILES............................................................................... 279
23.1. Introducción............................................................................................. 279
23.2. Programas de asistencia odontológica para mayores dependientes
institucionalizados.................................................................................... 279
23.3. Programas de asistencia dental domiciliaria................................................ 282
23.4. Cuidados paliativos odontológicos............................................................. 283
19
Capítulo 1
INTRODUCCIÓN A LA GERIATRÍA.
EL NACIMIENTO DE LA GERODONTOLOGÍA
Autores
José María Suárez Quintanilla (1), José Luis Balboa Gómez (2), Laura Mosquera Taboada (3) Paz Otero Casal (3)
(1)
Profesor Titular de Cirugía Bucal – USC
(2)
Profesor Asociado de Cirugía Bucal – USC
(3)
Profesora Tutor Clínico – USC
Correspondencia: José María Suárez Quintanilla, <josemaria.suarez@usc.es>
21
de nuestros pacientes ancianos, no solo disminuirá las prescripciones farmacéuticas, sino que reducirá
la presión asistencial, y al mejorar el rendimiento clínico, se abaratan los costes directos e indirectos,
aumentando paralelamente el grado de satisfacción, al que tienen derecho todos nuestros mayores.
La Gerodontología es una especialidad asistencial que debe atender al anciano tanto en situación de
salud como de enfermedad, por lo tanto debe prestar atención tanto a los aspectos clínicos presentes
en sus enfermedades orales como a la prevención de las mismas. Especialmente útil e importante es el
control de los aspectos sociales que influyen en el deterioro de su salud oral: la disminución de recursos
económicos, la soledad, la dependencia, la limitación de movilidad, etc. y van a influir decisivamente en su
capacidad de acceder a las prestaciones Odontológicas.
La SEGER esta comprometida y unida al desarrollo de la Gerodontología en España. Es una Sociedad
Científica joven, cuyos estatutos fueron aprobados, en una Asamblea extraordinaria celebrada en Madrid
el 29 de Junio de 2002, estableciendo entre sus objetivos, la necesidad de promocionar la salud entre
los adultos mayores que viven independientes en la comunidad y entre los pacientes geriátricos con
necesidades especiales. De igual forma la SEGER ha potenciado el impulso de la actividad investigadora
en el campo de las relaciones entre el envejecimiento, la salud general y la salud oral de la población
gerontológica, con el objetivo de mejorar a corto y medio plazo la salud oral de este colectivo.
El primer Presidente de la Sociedad Española de Gerodontología, ha sido el Profesor Eugenio Velasco
Ortega, profesor Titular de la Universidad de Sevilla, pionero en la implantación de estos estudios en la
Universidad Española, y creador de una Escuela de Gerodontología, que ha permitido desarrollar y expandir
sus contenidos multidisciplinarios. Al profesor Velasco y hasta hoy, le ha sustituido en la Presidencia de la
SEGER, el Profesor Andrés Blanco Carrión, también profesor Titular de Medicina Oral y profesor encargado
de Gerodontología en la Universidad de Santiago de Compostela. El profesor Blanco ha conseguido
modernizar, dinamizar y expandir esta Sociedad Científica, haciendo que muchos jóvenes odontólogos se
comprometieran con esta disciplina, inculcándoles al mismo tiempo, la filosofía de que el tratamiento de las
personas mayores precisa de una clara vocación profesional y un decidido compromiso con la sociedad.
En la actualidad la Junta Directiva de la SEGER esta integrada por Andrés Blanco Carrión como
Presidente, José López López como Vicepresidente, Eva Otero Rey como Secretaria, Manuel Peñamaría
Mallón es el Tesorero y también los vocales: Manuel Saura Pérez, Manuel Ribera Uribe, Mª Celia Haya
Fernández, Juan Miguel Lorrio Castro, y Lara San Hipólito Marín
Los congresos desde el inicial de la Toja del año 2001, no solo han aumentado exponencialmente el
número de asistentes, sino que han multiplicado la participación científica de todas las Unidades Clínicas
y Universitarias en las que se desarrollan proyectos de investigación relacionados con la Gerodontología
(Tabla 1.1).
22
INTRODUCCIÓN A LA GERIATRÍA. EL NACIMIENTO DE LA GERODONTOLOGÍA
1
1.3. LA GERODONTOLOGÍA COMO ESPECIALIDAD DE FUTURO
La Ley 10/86 de marzo respecto a la Odontología y otros profesionales relacionados con la salud buco
dental, es muy taxativa al considerar textualmente que “la titulación, planes de estudio, régimen de formación
y especialización de los Odontólogos se acomodará a los contenidos, niveles y directrices establecidos en
las normas de la Comunidad Económica Europa” circunstancia que desde entonces aún no se ha producido
en nuestro País.
El Artículo 35 de la Directiva Europea establece que, la formación especializada en el ámbito de la
Odontología implicará una enseñanza teórica y práctica en un centro Universitario, en un centro de cuidados,
de enseñanza e investigación o en su caso, en un establecimiento sanitario acreditado a tal fin por las
autoridades y organismos competentes. Existe por tanto ya un marco específico de la Unión Europea que
regula las competencias y los estudios de las Especialidades de la Odontología.
La futura especialidad de la Gerodontología integrada o no con otras ciencias de la Odontología, tiene como
principal objetivo la planificación del tratamiento odontológico del paciente de edad avanzada, desde una
perspectiva integradora, con una secuencia lógica y adecuadamente planificada. Pero también tendrá como
objetivo el dominar las técnicas de educación sanitaria a nivel individual y comunitario y conocer cuales son las
principales necesidades de tratamiento en este grupo de pacientes, que será cada día más numeroso.
Para la creación de una Especialidad de la Odontología será necesario que concurran las siguientes
circunstancias:
a) Que exista un interés social y sanitario en el desarrollo de una específica actividad profesional y
asistencial en el área correspondiente.
23
las técnicas empleadas, desarrollar nuevas habilidades y crear novedosas líneas de investigación, que
redundarán en los pacientes, y en un aumento de la calidad y eficacia de los tratamientos recibidos en el
ámbito de la Gerodontología
● Algunas titulaciones con menor recorrido Académico que nuestra profesión ya han incorporado las
Especialidades en sus disciplinas
● En todos los casos en funcionamiento, el sistema de formación se llevará a cabo mediante el modelo de
residencia clínica – MIR, FIR, BIR, PIR, EIR - en el marco de la sanidad pública y privada de nuestro País.
24
Capítulo 2
El arma mejor adaptada como estrategia para combatir la vejez es el ejercicio de los valores humanos.
Sobre la vejez, Marco Tulio Cicerón (106 a.C.-43 a.C).
2.1. INTRODUCCIÓN
El envejecimiento no es una enfermedad, es una disminución progresiva e inevitable de la capacidad de
adaptación y de la funcionalidad de los órganos de un ser vivo.
Es conocido que la atención odontológica debe ser individualizada, pero en el caso de los mayores con
mayor motivo. La disminución de la capacidad de adaptación y de la funcionalidad es heterogénea según los
sujetos y los órganos, existe una gran variabilidad que aumenta en los segmentos de mayor edad; cuanto
mayor sea la persona más cuidado debe ponerse a la hora de responder a sus demandas asistenciales.
Podemos encontrarnos ante pacientes con una gran autonomía y capacidad de decisión o ante individuos
frágiles, dependientes e incapaces de tomar sus propias decisiones. En cualquier caso, se debe preservar
su dignidad y atenderlos de la manera más eficaz posible, empleando las técnicas más adecuadas.
Por otro lado, es preciso evitar las connotaciones negativas con las que se observa el fenómeno del
envejecimiento poblacional. Si bien es cierto que este envejecimiento existe y es cada vez más significativo
en los países desarrollados, también lo es que se trata de un logro del que debemos sentirnos satisfechos.
España ha pasado de ser uno de los países menos envejecidos a liderar este fenómeno en la actualidad.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) el índice de envejecimiento calculado para el año 2012 es
del 107,79% y se ha duplicado en 25 años, en 1987 era del 51,78%. El índice de envejecimiento relaciona
el número de personas de 65 o más años con el número de menores de 15 años mediante un cociente
multiplicado por cien. De ahora en adelante, utilizaremos el término “mayores” para referirnos a este
segmento de población de 65 y más años.
Se debe evitar la discriminación sanitaria de los mayores, esta discriminación existe y procede tanto
de los profesionales como de las instituciones sanitarias. En numerosas ocasiones, los profesionales se
plantean un aparente problema ético a la hora de administrar determinados tratamientos, porque la relación
coste/beneficio no es adecuada por la esperanza de vida de la persona que los recibe; sobre esta cuestión
se ahondará más adelante. Por otro lado, a las instituciones les cuesta adaptarse a las necesidades de
un segmento poblacional que crece a pasos agigantados, con un ritmo que algunos han catalogado de
revolución.
La esperanza de vida es uno de los parámetros clásicos para medir el estado de salud de una población.
El aumento de la esperanza de vida a partir de los años sesenta del pasado siglo puede atribuirse a
la disminución de la mortalidad por cardiopatía isquémica y por accidentes cerebrovasculares. En la
actualidad, la esperanza de vida al nacer en España es de 81,1 años (la media europea es de 79 años), en
varones es de 77,8 años y en mujeres de 84,3 años.
No es raro que muchas decisiones terapéuticas en gerodontología se tomen teniendo en cuenta la edad;
sin embargo, esta actitud debe considerarse equivocada o cuanto menos discutible. A una persona de 65
años le queda casi un 25% del total de su vida por vivir. Según el INE, la esperanza de vida de un varón
de 65 años en el año 2010 fue de 18,33 años, en el caso de las mujeres de 22,29 años. Se espera que la
persona promedio de 65 años llegue a los 83 años si es un hombre y a los 87 si es una mujer. Además,
cuando se estudia el problema, la edad no es un factor determinante para la eficacia de una intervención
en particular.
25
En estas circunstancias, la edad por sí sola no es motivo para negar determinados tratamientos
odontológicos a los mayores, la edad es sólo un componente más del escenario clínico en que debemos
prestar nuestros servicios profesionales.
Los modelos de relación dentista-paciente han ido evolucionando con los años, la inclusión de las
preferencias del paciente en los árboles de decisiones ha ido imponiendose, pero hay que tener en cuenta
que la clave inicial del proceso es la información ofrecida por el profesional. La información otorgada debe
ser lo más objetiva posible, cuantificando siempre que se pueda los resultados y valorando los riesgos.
Pero tras ello, la mejor opción es consensuar las decisiones terapéuticas con el propio paciente o con
sus familiares, considerando sus opiniones, y asegurar una buena atención clínica basada en los cuatro
principios bioéticos clásicos: beneficencia, no maleficencia, autonomía y justicia.
Por comunidades, las más envejecidas son Galicia y Castilla y León con un 23% de individuos mayores
y las menos envejecidas son Ceuta y Melilla con un 11% y un 10% respectivamente.
La proporción de centenarios es la que más rápido crece entre la población, seguida del grupo de 80 a 90
años. Si tenemos en cuenta las personas con 85 y más años, existen en España más de un millón, lo que
supone un 2% de la población total y un 14% de la población de mayores. Además, existen más de diez
mil personas, en su mayor parte mujeres, con 100 y más años (Tabla 2.1). Esta tendencia se mantendrá
en los próximos años y las estimaciones señalan que el número de centenarios en el 2020 será de 14.103
personas (Tabla 2.2).
26
GERODONTOLOGÍA EN LA ATENCIÓN MODERNA. EPIDEMIOLOGÍA DEL ENVEJECIMIENTO
2
2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020
Total 8.142.542 8.272.220 8.401.739 8.534.275 8.662.120 8.790.190 8.926.863 9.073.271
De 65 a 69 años 2.232.208 2.279.732 2.314.576 2.342.532 2.358.205 2.370.978 2.397.250 2.432.186
De 70 a 74 años 1.773.310 1.814.135 1.882.791 1.963.656 2.037.016 2.091.036 2.137.657 2.172.619
De 75 a 79 años 1.659.167 1.627.735 1.583.769 1.548.594 1.545.397 1.584.886 1.625.096 1.689.732
De 80 a 84 años 1.326.968 1.350.871 1.372.493 1.380.956 1.372.793 1.346.254 1.325.266 1.294.146
De 85 a 89 años 770.038 795.565 820.323 848.534 875.989 901.508 922.129 941.379
De 90 a 94 años 301.414 320.777 339.299 355.127 370.620 385.357 401.265 416.901
De 95 a 99 años 69.781 73.108 77.658 83.562 90.235 97.759 105.051 112.205
De 100 y más años 9.656 10.297 10.830 11.314 11.865 12.412 13.149 14.103
El fenómeno que se ha denominado feminización de la vejez es más obvio conforme aumenta la edad, la brecha
entre mujeres y varones se va ensanchando. Es un hecho global que afecta a los países tanto desarrollados como
en vías de desarrollo y que se relaciona con la mayor esperanza de vida de la mujer. Atendiendo de nuevo a los
datos del Padrón municipal de 2011, se observa como de un porcentaje de mujeres en la población total del 51% se
pasa a un 57% en la población de mayores y si nos ceñimos al segmento ya mencionado de 100 y más años llega
al 79% (Tabla 2.1). La feminización de la vejez ha existido siempre, pero en la actualidad su peso social es mayor
por el envejecimiento de la población. En la actualidad uno de cada diez habitantes en España es una mujer mayor.
El informe del IMSERSO (Instituto de Mayores y Servicios Sociales) del año 2008 aporta numerosos datos
de interés. La forma de vida depende mucho de la edad y del sexo, un aspecto digno de mención es el tipo de
convivencia que mantienen los mayores españoles. En España, el tipo de hogar más frecuente en este grupo
de edad es la pareja sin hijos (40,4%), pero el 19,5% de los mayores viven solos en su hogar. En Europa, el
porcentaje de hogares unipersonales el del 29,7%, solamente Grecia y Portugal están por debajo de estas
cifras, mientras que en Dinamarca llegan al 49,6%. Existen diferencias importantes según el sexo, el 10,8%
de los varones y el 25,8% de las mujeres viven solos. Conforme aumenta la edad, es mayor el porcentaje de
personas que viven solas, tanto entre los varones como entre las mujeres. El 33,6% de las mujeres entre 75 y
84 años viven solas en España. Las causas de esta situación parecen obligadas en la mayoría de los casos,
pero sólo un 7% señala que le gustaría cambiar esta situación, aunque vivir acompañado tiene ventajas para
el envejecimiento. También llaman la atención los datos sobre tipo de convivencia y dependencia, el 22,8% de
los mayores que viven hogares unipersonales necesitan algún tipo de ayuda.
La discapacidad y la enfermedad afectan a las posibilidades de la persona para llevar a cabo tanto las actividades de la
vida diaria (comer, asearse, pasar de la cama a la silla, usar el retrete, etc.) como las instrumentales (preparar la comida,
cuidar de la casa, tomar los fármacos, etc.) y determinan sus necesidades de asistencia. Al envejecer, el porcentaje de
mayores residentes en sus domicilios que necesitan ayuda o que viven en residencias aumenta considerablemente.
27
De 65 a 74 años De 75 y más años
Ambos Varones Mujeres Ambos Varones Mujeres
Muy bueno 7,0 8,9 5,5 5,6 6,5 5,0
Bueno 37,5 45,5 31,3 28,7 35,1 24,2
Regular 39,6 35,2 43,0 43,7 42,0 44,9
Malo 11,6 8,2 14,3 16,6 11,6 20,1
Muy malo 4,3 2,2 5,9 5,4 4,7 5,9
Solamente el 29,5% de las personas de 65 a 74 años y el 19,5% de las de 75 años o más han ido al
dentista en el último año y, en general, las mujeres han ido más que los varones (Tabla 2.4); en la población
general el 38,4% de los sujetos ha ido al dentista en el último. Esta situación contrasta con el hecho de que
más de la mitad de las personas de esos grupos de edad han ido al médico en el último mes.
En la mayoría de los casos, la asistencia recibida fue algún tipo de tratamiento, sobre todo relacionado
con alguna prótesis dental y exodoncias (Tabla 2.5).
Con respecto al estado de salud oral, la ENSE 2006 muestra algunos datos reseñables. Prácticamente
al noventa por ciento de las personas mayores le han extraído dientes; este porcentaje es del 63,7% en la
población general. El porcentaje de mayores con dientes extraídos sin sustituir es similar al de la población
general (48,8%) e incluso menor que en otros grupos de edad (Tabla 2.6).
Los datos sobre cepillado dental son los únicos que constan relativos a la higiene oral. Solamente una de cada
cinco personas mayores se cepilla los dientes con la frecuencia adecuada (tres o más veces al día) y una proporción
similar (sobre todo en el grupo de mayor edad) no se cepilla nunca o lo hace ocasionalmente (Tabla 2.7).
28
GERODONTOLOGÍA EN LA ATENCIÓN MODERNA. EPIDEMIOLOGÍA DEL ENVEJECIMIENTO
2
De 65 a 74 años De 75 y más años
Tiene caries 23,9 13,6
Le han hecho exodoncias 89,8 88,6
Tiene dientes obturados 45,8 25,9
Le sangran las encías 15,3 8,4
Se le mueven los dientes 12,0 12,9
Lleva prótesis 69,9 74,5
Le faltan dientes y no han sido sustituidos 51,2 43,3
Conserva todos sus dientes naturales 3,3 1,7
Entre las personas que se cepillan dos veces al día son más numerosas las que lo hacen por la mañana y
por la noche (18,18% en el grupo de 65 a 74 años y 13,8% en el grupo de 75 o más años) y de las personas
que se cepillan una vez al día también la mayoría lo hacen por la noche (17,24% en el grupo de menor edad
y 18,98% en el grupo de mayor edad). Como puede apreciarse los mayores tienen asimilado el mensaje de
la importancia del cepillado nocturno.
En los últimos años se han llevado a cabo, por iniciativa del Consejo General de Colegios de Dentistas
de España diversos estudios epidemiológicos sobre salud oral: la “Encuesta de Salud Oral en España
2005” (a la que denominaremos ENSOE -encuesta nacional de salud oral en España- 2005) y la “Encuesta
poblacional: la salud bucodental en España 2010” (a la que llamaremos ENSOE 2010). En ellos se basan
los datos que se muestran a continuación.
Los datos sobre frecuencia de cepillado de la ENSOE 2005 informan que el 43,1% de los sujetos de 65 a
74 años se cepilla más de una vez al día (34,5% de los varones y 52,3% de las mujeres), según los autores
el sexo y el nivel socioeconómico son los factores que más influyen sobre el hábito. Como puede observarse,
estas cifras están más de diez puntos por debajo de la frecuencia encontrada en la ENSE 2006 (54,2%).
En la ENSOE 2010 las frecuencias de cepillado en las personas de más de 65 años son las siguientes: el
39% lo hacen con la frecuencia adecuada y el 73% lo hacen más de una vez al día. De nuevo las cifras son
muy dispares con respecto a las encuestas anteriores, aun teniendo en cuenta que en el estudio de 2010 el
porcentaje se determina una vez excluidos los portadores de prótesis.
De cualquier modo estas diferencias no enmascaran los altos índices de caries y periodontales que, como
veremos, se aprecian en este grupo poblacional.
La ENSOE 2010 ofrece otros datos de interés sobre la higiene oral. Los mayores de 65 años usan en el
54% de los casos enjuagues bucales, en el 39% cepillos interdentales y en el 16% seda dental. No existen
datos en otras encuestas que nos permitan establecer comparaciones; sin embargo, como en la frecuencia
de cepillado, los datos no pueden enmascarar la prevalencia de caries y enfermedades periodontales. Los
autores de la encuesta van más allá y alertan sobre el peligro de lo que parece un uso indiscriminado de los
colutorios, sobre todo si se trata de antisépticos.
29
En la ENSOE 2010 también encontramos datos referidos a la preocupación por la salud tanto general
como bucal. El 58% y el 60% de los encuestados refiere preocuparse mucho por su salud general y su salud
bucal respectivamente; además, las mujeres lo hacen en mayor medida que los hombres. Sin embargo, la
encuesta aporta un dato curioso: los sujetos de más de 65 años se preocupan menos por su salud bucal
(53%) que los de menos edad y, además, manifiestan tener menos problemas bucales (65% frente a 40-
47% en los más jóvenes).
Según el estudio realizado por Llodra y Bourgeois en 2009, “Estudio prospectivo Delphi. La salud
bucodental en España 2020. Tendencias y Objetivos de Salud Oral”, promovido también por el Consejo
General de Colegios de Dentistas, los objetivos de salud oral, referidos a la población mayor para la próxima
década en España, son los siguientes:
- Al menos un 42% de los adultos entre 65 y 74 años habrá visitado al dentista en los últimos 12
meses.
- El índice CAOD en el grupo de 65 a 74 años no superará el 13,5.
- La proporción de sujetos de 65 a 74 años con al menos una caries dentinaria sin tratar (prevalencia
de caries activa), no superará 43%.
- Al menos el 30% de los sujetos de 65 a 74 años mantendrá 21 dientes o más en oclusión funcional.
- El porcentaje de desdentados totales en el grupo de 65-74 años no superará el 13%.
- No más del 23% de los sujetos entre 65 y 74 años experimentarán algún problema para comer o
masticar, debido a problemas en boca, dientes o prótesis, en los últimos 12 meses.
Basándonos en la ENSOE 2010, los sujetos de más de 65 años que refieren haber ido al dentista hace
aproximadamente 1 año, hace unos 6 meses o hace menos de 6 meses, suman en total el 65%, más del doble
de frecuentación que en los resultados de la ENSE 2006 expuestos anteriormente. A pesar de esta discrepancia,
los datos recomiendan un esfuerzo por parte de las autoridades y los profesionales en este sentido; como se
verá más adelante, la utilización de los servicios sanitarios es un punto clave en la promoción de la salud.
Para obtener datos de CAOD medio debemos acudir a la ENSOE 2005. El CAOD para el grupo entre
65-74 años es de 16,79, más de tres puntos por encima del objetivo. La prevalencia de caries activa es del
47,2% en el mismo grupo, más de cuatro puntos por encima del objetivo. Pero el verdadero reto está en el
índice de restauración encontrado -un 9,6%- muy bajo con relación al número de caries, teniendo en cuenta
que en la población joven y adulta se sitúa por encima del 50%. Este porcentaje de obturaciones no permite
ser optimista con respecto al objetivo marcado para las caries sin tratar.
Con relación al objetivo número de dientes funcionales, hemos de acudir de nuevo a la ENSOE 2005.
Según sus datos, el 32,4% de los sujetos entre 65 y 74 años tienen 21 o más dientes naturales, aunque la
media en el grupo es 14,18 dientes naturales presentes y el porcentaje de sujetos con pérdida de dientes
grave (más de 15 dientes perdidos) es del 40%; además, se desconoce el estado y la funcionalidad de los
dientes presentes, pero los datos de CAOD inducen a pensar que no lo son. Una observación más, en estas
edades el porcentaje de desdentados es del 16,8%, casi cuatro puntos por encima del objetivo marcado.
De nuevo podemos acudir a la ENSOE 2010 para obtener datos de calidad de vida oral en los mayores.
El 28% de los sujetos con más de 65 años ha tenido dificultad para comer debido a problemas bucales o
dentales, una diferencia de cinco puntos nos separa del objetivo marcado. En la ENSOE 2005, el 34,3% de
los sujetos entre 65 y 74 años ha tenido alguna molestia para comer en último año. En ambos casos, sobre
todo en el segundo, la brecha con respecto al objetivo marcado es amplia.
Anteriormente nos referimos a la paradoja de que los mayores refieren de manera significativa tener
menos problemas orales que los sujetos de menor edad; estos datos contrastan con los mayores índices
de caries, los bajos índices de restauración en los mayores y el alto grado de edentulismo.
Los problemas de salud bucal autopercibidos más frecuentemente entre los mayores, según la ENSOE
2010, son las caries sin empastar (10%), los dientes sensibles (9%), el sangrado de encías (8%), la movilidad
dental (8%) y, más lejos, las dificultades para abrir y cerrar la boca /2%).
Con relación a la caries, los resultados de la ENSOE 2005 señalan que las necesidades de tratamiento
encontradas fueron obturación simple en el 30,7% de los casos, restauraciones complejas en el 21,9%,
tratamientos pulpares en el 5,6% y exodoncias en un alto porcentaje, el 20,6%.
Con relación a las enfermedades periodontales, la exploración del IPC (Índice Periodontal Comunitario)
en la ENSOE 2005 nos aporta los siguientes datos. Solamente el 10,3% de los sujetos del grupo de mayor
edad no presentan ningún problema periodontal, al 51,6% le sangran las encías o tienen cálculo y el 38%
30
GERODONTOLOGÍA EN LA ATENCIÓN MODERNA. EPIDEMIOLOGÍA DEL ENVEJECIMIENTO
2
presentan bolsas periodontales más o menos profundas. De nuevo las cifras están muy alejadas de la salud
periodontal percibida en la encuesta de 2010.
En cuanto a los problemas relacionados con las articulaciones temporomandibulares, los resultados
referidos al grupo de mayor edad de la encuesta de 2005 no aparecen, aunque la reducción de la movilidad
se sitúa en el 1,1% en los adultos jóvenes y el 14,3% perciben algún síntoma relacionado con estas
articulaciones.
En general, los pacientes tienden a percibir menos problemas de salud que los profesionales, pero los
índices autopercibidos de salud oral se correlacionan mejor con los de salud general y muchos tratamientos
indicados según los índices estándar no afectan a la dimensión social y funcional del sujeto.
El carcinoma epidermoide oral se considera, a nivel mundial, el quinto cáncer en frecuencia para el
hombre y el séptimo para la mujer; sin embargo, su prevalencia es variable en las distintas regiones del
mundo: en Estados Unidos, Europa y Australia, la prevalencia es del 2 al 4% de todos los tumores malignos;
mientras que en el sur de Asia, llega hasta el 30%.
En España, representa un porcentaje entre el 3 y el 5% de todos los tumores malignos, pero la tendencia
es al alza. Las cifras son superiores a la media europea, sobre todo en lo referente al cáncer de lengua y
boca, no así en el de orofaringe que es menos relevante en nuestro país. Dentro de España, se observan
diferencias importantes entre provincias con una frecuencia mayor en el Norte que en el Sur. El País Vasco
y Asturias son las comunidades que presentan las cifras más elevadas. En el País Vasco, el cáncer oral
representa una neoplasia frecuente, mostrando una tasa bruta de 13,24 casos por 100.000 habitantes; junto
a la zona de Calvados en Francia, de las tasas más altas de Europa.
Según el estudio de Llodra y Bourgeois (2009), un 33,33% de los expertos encuestados consideran que
será necesario un aumento en los cuidados derivados del cáncer oral en la población de 65 a 74 años. Esta
previsión se basa fundamentalmente en el impacto previsto, para el año 2020, de los factores de riesgo de
cáncer oral en este grupo de población: un aumento del consumo de tabaco (74% de los encuestados), un
mantenimiento de la dosis de alcohol consumida (56,6% de los encuestados) y un empeoramiento en los
hábitos alimentarios saludables (25% de los encuestados).
En la actualidad, es un hecho comprobado que la incidencia de los tumores de la cavidad oral aumenta
con la edad. El 95% de los tumores aparecen en pacientes mayores de 40 años de edad y la media de edad
de presentación es de 60 años. Seguramente, sucede que a mayor edad mayor tiempo de exposición a los
diferentes agentes etiológicos.
Para mejorar la situación respecto al cáncer oral, la detección precoz es el factor fundamental; pero,
desafortunadamente, el diagnóstico de cáncer oral se realiza en estadios avanzados de la enfermedad
(estadios III o IV) y la consecuencia es un pronóstico malo con una morbilidad y una mortalidad altas.
31
Es también un reto no sólo el acceso a los cuidados odontológicos, sino el acceso a unos cuidados de
calidad basados en la evidencia y, en este sentido, es fundamental la función de las universidades y las
sociedades científicas.
A veces, puede parecer que se ha instalado en nuestra sociedad la creencia de que la mala salud oral es
inevitable en los mayores, que el edentulismo es consustancial al envejecimiento, pero no debe ser así. La
salud oral es parte fundamental de la salud general e imprescindible, tanto en la población general como en
los mayores, para tener una buena calidad de vida. Por tanto, cualquier programa dirigido a la esfera oral
debe integrarse en el marco de la promoción de estilos de vida saludables; la promoción de la salud y la
prevención de las enfermedades orales no pueden realizarse al margen de las políticas de salud general.
BIBLIOGRAFÍA
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- Instituto de Mayores y Servicios Sociales, Gobierno de España. Las personas mayores en España. Informe 2008.
Disponible en:
http://www.imsersomayores.csic.es/estadisticas/informemayores/informe2008/index.html [Consulta: 31/01/2012].
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http://www.ine.es/jaxi/menu.do?type=pcaxis&path=%2Ft20%2Fp269%2F2011-2021&file=pcaxis&L=[Consulta:
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http://www.ine.es/jaxi/menu.do?type=pcaxis&file=pcaxis&path=%2Ft20%2Fe245%2Fp04%2F%2Fa2011[Consulta:
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htm [Consulta: 31/01/2012].
32
Capítulo 3
33
Existen numerosas teorías para explicar el envejecimiento, pero hoy en día, las más aceptadas son tres:
La primera teoría es la de los radicales libres (Harman D 1956), que determina que el envejecimiento se
produce como consecuencia del daño acumulado de los radicales libres que se liberan en el intercambio de
los átomos que integran las moléculas que forman las organelas celulares, o dicho de otro modo, los radicales
libres se liberan de los átomos y se unen con los elementos nocivos del cuerpo, cuantos más radicales libres
existan, mayor es esa unión y el daño a la célula; La segunda teoría es la del acortamiento de los telómeros
(Ferbeyre G y cols. 2002). Los telómeros son las partes terminales de los cromosomas, que tienen la función
de mantener su estabilidad. Cuanto más se acortan los telómeros, más inestable es un cromosoma y por
lo tanto más vulnerable a mutación. A medida que envejecemos los telómeros se van acortando y facilitan
que las células aumenten su “resiliencia homeostática”; La tercera teoría mantiene que las células madre
(definidas como aquellas células troncales que se pueden diferenciar en otras para facilitar la renovación de
nuestros tejidos), se van agotando a medida que aumenta la edad, lo que origina una mayor susceptibilidad a
las necesidades de regeneración y a la respuesta al estrés (Ruzankina Y y cols. 2007).
Todas las teorías del envejecimiento mencionadas explicarían uno de los experimentos más importantes que
originaron las líneas de investigación sobre la senectud de las especies. En los años 60 Hayflick cultivó fibroblastos
de diferentes mamíferos, observando que dejaban de dividirse primero aquellas células de las especies menos
longevas, lo que le llevó a concluir que las especies pueden alargar la vida media, pero no pueden sobrepasar la
edad máxima de cada una de ellas porque está determinada genéticamente (Hayflick L 1961, 1968).
34
CAMBIOS BIOLÓGICOS EN EL ENVEJECIMIENTO
disminuyen su actividad, mientras que las células destructoras de hueso (osteoclastos) aumentan su actividad
3
aumentando la superficie de contacto con el hueso y aumentando el metabolismo celular con una mayor
actividad de las organelas celulares. El envejecimiento origina una disminución en el hueso de los elementos
químicos (calcio, fosfato, sodio y magnesio) que forman parte de los cristales del hueso y una disminución de
las fibras colágenas y de las proteínas que forman parte de la matriz orgánica del hueso. Todos estos cambios
originan una estructura ósea más débil y una pérdida generalizada de la masa esquelética.
Sin embargo, en los maxilares, hay que tener en cuenta algunos aspectos del envejecimiento muy particulares.
En primer lugar, la estructura esquelética del maxilar superior es diferente a la del maxilar inferior, y por lo tanto su
envejecimiento presenta algunas características diferentes. El maxilar superior es un hueso neumático, esponjoso
e inmóvil; mientras que el maxilar inferior es un hueso no neumático, compacto y móvil. Estas características son
las responsables de que el maxilar superior envejezca más que el inferior. El maxilar superior es neumático por
que en su interior presenta una cavidad denominada seno maxilar que comunica a los lados con las fosas nasales.
El seno maxilar, a medida que envejecemos, aumentan de tamaño porque la membrana que lo tapiza actúa de
periostio que es empujado hacia la periferia por la presión de la cavidad nasal. Este aumento de la neumatización
del maxilar hace que a medida que pasan los años la cantidad de hueso del maxilar se va haciendo cada vez menor.
Por otro lado el hueso esponjoso envejece más que el hueso compacto ya que aumentan los espacios porosos
entre las trabéculas óseas. Si esto no fuera suficiente, debemos mencionar que el ejercicio físico de los huesos
evita la osteoporosis y, por lo tanto, el hueso maxilar superior es inmóvil, mientras que la mandíbula realiza ejercicio
físico durante toda la vida cuando realizamos las funciones básicas de masticación y fonación. Sin embargo, es
curioso como en la representación pictórica y fotográfica desde Leonardo da Vinci hasta nuestros días de los rostros
envejecidos, siempre aparece una mandíbula atrófica con respecto al resto de la cara. Esto es debido a un proceso
diferente del envejecimiento fisiológico. Como todos sabemos, los dos maxilares presentan una porción alveolar
dónde están alojados los dientes. En los pacientes que pierden los dientes (edentulismo), las apófisis alveolares se
atrofian y originan una pérdida de la dimensión vertical de la cara que es más evidente en el maxilar inferior. Pero la
pérdida de dientes es una condición patológica, por lo que en condiciones de salud, conservando todos sus dientes,
las personas mayores envejecen mucho más en sus maxilares superiores que en su mandíbula. Por eso debemos
corregir el error de todos los libros de texto de anatomía que nos presentan los maxilares envejecidos como edéntulos,
recordando que el edentulismo es una patología que no tiene porque asociarse al envejecimiento.
35
3.3. Envejecimiento de las articulaciones del sistema
estomatognático y de los músculos de la masticación
Los tejidos del cuerpo se dividen en epitelial, conjuntivo, muscular y nervioso. Dentro del tejido conjuntivo
podemos encontrar cuatro tipos: fibroso, óseo, cartílago y sangre. El tejido conjuntivo fibroso se clasifica
en laxo, adiposo, reticular y denso. El cartílago se divide en hialino, fibrocartílago y elástico. Los dos tejidos
que intervienen en las articulaciones son el tejido fibroso denso que constituyen la cápsula articular y los
ligamentos; y el cartílago hialino que tapizan las superficies articulares.
Las articulaciones del cuerpo se dividen en tres tipos: fibrosas, cartilaginosas y sinoviales. En las articulaciones
fibrosas o sinartrosis, las superficies articulares de los huesos que las forman encajan íntimamente entre sí. En las
articulaciones cartilaginosas o anfiartrosis, los huesos se mantienen unidos por cartílago hialino o por fibrocartílago.
Las articulaciones sinoviales o diartrosis son de libre movimiento y están constituidas por una cápsula articular que
es una prolongación en forma de manguito del periostio de cada uno de los huesos, una membrana sinovial que
recubre la superficie interna de la cápsula y que segrega líquido sinovial de lubrificación, el cartílago articular hialino
que recubre las superficies articulares de los huesos, una cavidad articular que permite el libre movimiento de las
estructuras óseas, un menisco o disco articular que consiste en una almohadilla de fibrocartílago que favorece la
adaptación de las superficies articulares, unos ligamentos que refuerzan la cápsula articular y que están formados
por tejido fibroso denso y unas bosas articulares sinoviales que están presentes en algunas articulaciones y que se
encargan de facilitar el movimiento articular.
Las sinartrosis prácticamente no tienen movimiento, las anfiartrosis presentan muy poco movimiento y las
diatrosis son las que tienen mayor libertad de movimiento. Las articulaciones fibrosas o sinartrosis pueden
ser de tres clases: sindesmosis, suturas y gonfosis. En las sindesmosis los huesos están conectados
por bandas fibrosas, en las suturas los huesos se unen entre sí gracias a unas proyecciones dentadas
que los unen íntimamente y la gonfosis es la articulación de los dientes con el hueso de los maxilares.
Las articulaciones cartilaginosas o anfiartrosis se dividen en sincondrosis y sínfisis. En las sincondrosis
las superficies articulares tienen cartílago hialino entre los huesos y en la sínfisis se interpone entre las
superficies óseas una almohadilla de fibrocartílago que conecta los huesos. Las articulaciones sinoviales
se dividen en uniaxiales, biaxiales y multiaxiales según puedan realizar el movimiento sobre uno, dos o
más ejes. Las uniaxiales pueden ser en bisagra o en pivote, las biaxiales pueden ser en silla de montar y
condíleas, las multiaxiales pueden ser esféricas y planas.
En la cabeza nos encontramos tres tipos de articulaciones. Por un lado se establecen las articulaciones de
los huesos de la cabeza entre sí que son suturas (sinartrosis); en segundo lugar, tenemos las articulaciones
de los dientes en las cavidades de las apófisis alveolares de los maxilares, que corresponden al tipo de las
gonfosis (sinartrosis); y en tercer lugar tenemos la articulación entre la mandíbula y el temporal o articulación
temporomandibular que es una condílea (diartrosis).
En el proceso de envejecimiento, las articulaciones sin movimiento (sinartrosis) sufren muy pocos cambios,
por lo que las articulaciones del maxilar superior con los huesos vecinos (suturas con el frontal, el etmoides, el
maxilar superior del lado opuesto, el malar, el unguis, el nasal, el vómer, el cornete inferior y el palatino) y con los
dientes superiores (gonfosis), apenas se modifican con la edad (Figura 3.2). Sin embargo en la mandíbula las
gonfosis con los dientes inferiores no sufren modificaciones con la edad, pero la articulación temporomandibular
presenta cambios estructurales e histológicos muy evidentes que describimos a continuación.
La articulación temporomandibular es una de las articulaciones más complejas del organismo. Es la única
articulación móvil de la cabeza y presenta modificaciones tanto ontogénicas como filogenéticas fruto del
resultado adaptativo del organismo a los movimientos de masticación, deglución y fonación. La articulación
temporomandibular es una diartrosis, con tres superficies articulares, una cápsula, dos cavidades sinoviales,
cinco ligamentos y siete músculos asociados.
La articulación temporomandibular es muy móvil (diartrosis), pero está limitada en sus movimientos por
su unión mediante la sínfisis mandibular con la articulación del lado opuesto, esto hace que a medida que
aumenta la edad, el sistema nervioso al intentar ejecutar los movimientos de una articulación presenta
dificultad de coordinación con la contralateral originándose movimientos de descarga o bruxistas que
aumentan el desgaste dentario. Realizando un simil, es como si la articulación quisiera moverse y no pudiera
por la limitación contralateral y se enfadara originando descargas incontroladas del sistema nervioso. Con el
paso del tiempo, las tres superficies articulares (mandibular, temporal y del disco interarticular), la cápsula
que las rodea y los ligamentos de la articulación, disminuyen su contenido fibroso, tanto de fibras elásticas
como colágenas, lo que ocasiona erosión de las superficies articulares y pérdida de la capacidad elástica
de sus ligamentos. El resultado es doble: por un lado aumenta el dolor a los movimientos por erosión
de las superficies articulares y por otro aumento de los ruidos articulares al disminuir el grosor del disco
intraarticular y desplazarse bruscamente el disco con el cóndilo de la mandíbula.
36
CAMBIOS BIOLÓGICOS EN EL ENVEJECIMIENTO
3
Figura 3.2. Maxilar superior en la norma frontal
del cráneo donde se observan las suturas
con los huesos vecinos y las gonfosis con los
dientes en la apófisis alveolar.
Al proceso de envejecimiento de la articulación debemos añadirle los cambios de las cavidades sinoviales
y de los músculos que realizan los movimientos articulares. La articulación temporomandibular presenta
dos cavidades sinoviales: una entre el disco y la superficie temporal (disco-temporal) y otra entre el disco y
la superficie del cóndilo de la mandíbula (disco-mandibular) (Figura 3.3). Las dos cavidades están tapizadas
por una membrana sinovial que se encarga de producir el líquido sinovial para facilitar el movimiento
articular. A medida que aumenta la edad, el líquido sinovial disminuye dificultando los movimientos del disco
articular sobre las superficies articulares, lo que hace que la cápsula de la articulación tenga que soportar
más tensión y por lo tanto aumente su dolor en los movimientos articulares. A este cambio degenerativo
demos añadir la disminución del número de células musculares y aumento de grasa de los cuatro músculos
principales (masetero, temporal, pterigoideo medial y pterigoideo lateral) y los tres músculos accesorios
(milohioideo, genihioideo y digástrico) que intervienen en los movimientos mandibulares.
37
Figura 3.4. Músculos de la mímica:
1) occipitofrontal
2) orbicular de los párpados
3) superciliar
4) piramidal
5) transverso de la nariz
6) dilatador de la nariz
7) mirtiforme
8) canino
9) buccinador
10) cuadrado de la barba
11) borla del mentón
12) elevador común del ala de la nariz y del labio superior
13) elevador propio del labio superior
14) cigomáticos mayor y menor
15) risorio de Santorini
16) triangular de los labios
17) cutáneo del cuello
18) orbicular de los labios.
Con la edad se produce una disminución del recambio de las células epidérmicas, una atrofia de las capas
de la piel (epidermis, dermis y tejido subcutáneo) y una atrofia de las glándulas cutáneas. Todos estos cambios
originan una rigidez cutánea y una deshidratación que produce un aumento de las arrugas cutáneas. Como los
músculos de la mímica están organizados en grupos según su función, se acentúan las arrugas que separan
esos grupos musculares. De esta forma, se acentúan los surcos nasogenianos y nasolabiales. La laxitud y
deshidratación de los tejidos cutáneos mantienen surcos (arrugas) originados por gestos frecuentes, por ejemplo
es común las arrugas mediales y laterales de la región orbicular (patas de gallo) por el gesto continuado de
adaptación de la órbita para enfocar los objetos con la lente interna del ojo (cristalino).
Por último destacamos la presencia de una formación ovalada de grasa situada por debajo del hueso
malar, a los lados de la mejilla, denominada bola adiposa de Bichat que contribuye a dar soporte a los
tejidos cutáneos y su atrofia representa la última reserva de grasa del organismo y que se puede apreciar
en gente muy envejecida en la que se puede apreciar como el hueso malar aparenta sobresalir por atrofia
de el tejido situado inferiormente (cara chupada).
38
CAMBIOS BIOLÓGICOS EN EL ENVEJECIMIENTO
3
Figura 3.5. Ramas de la arteria maxilar interna
1) alveolar inferior
2) meníngea media
3) auricular profunda
4) timpánica anterior
5) maseterina
6) temporales profundas
7) pterigoideas
8) bucal
9) alveolar posterosuperior
10) infraorbitaria
11) palatina descendente
12) esfenopalatina
abundancia de gránulos de queratohialina; intermedio o espinoso, con células ovales y un poco aplanadas que
en su morfología presentan unas proyecciones externas similares a espinas; y estrato basal con células cúbicas
que se unen a la membrana basal por medio de hemidesmosomas. Topográficamente la mucosa puede ser de
revestimiento, masticatoria y especializada. La mucosa de revestimiento es blanda, flexible, no queratinizada y
es la que constituye el suelo de la boca, cara ventral de la lengua, las mejillas, los labios y el paladar blando. La
mucosa masticatoria es queratinizada y es la que cubre el paladar duro, las crestas alveolares y las encías. La
mucosa especializada es la que recubre el dorso de la lengua.
El envejecimiento de la mucosa oral viene determinado por el envejecimiento de sus células, las alteraciones
de las conexiones entre ellas, la unión de las células con la membrana basal, la alteración de las estructuras del
tejido conjuntivo subyacente y la hidratación salival. El envejecimiento de las células origina una disminución de
la renovación celular desde la capa basal a la capa córnea, un aumento de la rigidez de la membrana celular,
una disminución de las principales organelas energéticas de las células (mitocondrias), una irregularidad
estructural de la membrana nuclear y una alteración en la disposición de la cromatina con un acortamiento
progresivo en los telómeros. Las conexiones intercelulares y de las células con la membrana basal se hacen
más rigidas a medida que aumenta la edad, así, los complejos de unión (desmosomas y hemidesmosomas)
son menos eficaces para mantener la unión celular. Por otro lado el tejido conjuntivo subyacente disminuye la
cantidad de fibras elásticas y colágenas con una disminución de los fibroblastos y células de defensa, lo que
hace que el soporte epitelial se encuentre más dificultado. Todos estos procesos se ven favorecidos por una
disminución del flujo salival que debe mantener hidratada la mucosa.
Las glándulas salivales vierten su contenido (saliva) en el interior de la cavidad bucal. Por el tipo de
secreción que producen se dividen en glándulas serosas, mucosas y mixtas. Por su tamaño, las agrupamos
en glándulas unicelulares o menores y glándula pluricelulares o mayores. Las glándulas unicelulares se
disponen inmersas en toda la mucosa que recubre a la boca. Por su situación, podemos distinguir glándulas
labiales, bucales, palatinas y linguales, drenando todas ellas por pequeños conductos independientes, que
atraviesan la mucosa tanto del vestíbulo como de la cavidad bucal. Las glándulas mayores se forman por la
39
reunión de varios racimos glandulares que confluyen en un conducto excretor común, responsable de llevar
la saliva al interior de la cavidad bucal. La situación morfológica de estos racimos glandulares ya no está
en su totalidad en el interior de la boca, como ocurría con las glándulas unicelulares. En la mayor parte de
los casos, como estudiaremos, se disponen en zonas próximas pero ajenas a la boca. Diferenciamos tres
pares de grandes glándulas salivares mayores: sublingual, submaxilar y parótida.
Las glándulas mayores están formadas por una estructura histológica básica denominada ácino glandular.
Los ácinos glandulares pueden ser mucosos y seromucosos (Figura 3.7). Las células mucosas están
constituidas por un núcleo basal aplanado y vesículas secretoras que vierten su contenido rico en agua,
glucoproteínas, sialomucinas y sulfomucinas, en una zona celular denominada zónula oclusiva. Las células
seromucosas son ricas en aguas, sales minerales, alfa-amilasa, lipasa y peroxidasa y presentan un núcleo
esférico y gránulos secretorios que se eliminan por las microvellosidades apicales de la célula. Sobre
la estructura externa del ácino se sitúan células mioepiteliales que se encargan de contraer el conjunto
celular para facilitar la expulsión del contenido glandular. Los ácinos están conectados por los conductos
intercalados que se unen para formar los conductos intralobulares dónde se reabsorbe sodio y se incorpora
inmunoglobulinas, lisozima, calicreína y potasio. Los conductos intralobulares se unen para formar los
conductos interlobulares de la glándula.
No podemos confundir la disminución de la secreción glandular por patologías sistémicas o tratamientos
crónicos, con el envejecimiento fisiológico de las glándulas salivares. Con la edad las glándulas salivales
se hacen menos efectivas por dos mecanismos diferentes, uno químico y otro muscular. El mecanismo
químico se produce por una disminución de agua, sales minerales, alfa-amilasa, lipasa, peroxidasa,
inmunoglobulinas y lisozima. El mecanismo muscular se produce por una disminución de la contracción de
los mioepiteliocitos encargados de exprimir el contenido glandular para enviarlo al interior de la cavidad oral.
En la mucosa masticatoria debemos comentar la estructura especial de la encía (Figura 3.8). La encía está
formada por dos zonas diferentes que son la encía libre y la adherida o insertada. La encía libre es la que
está situada hacia la corona de los dientes por encima del hueso alveolar y presenta dos zonas; una es la
encía vestibular y palatina o lingual que está formada por crestas papilares queratinizadas que se adaptan a
la morfología dentaria; y otra es la encía interdental o col, formada por mucosa no queratinizada. El epitelio
de la encía libre que une la mucosa con el diente se denomina epitelio de unión y está situado en el fondo
de saco gingivodentario. La encía insertada se extiende desde la encía libre hasta la línea mucogingival. Sin
embargo no podemos confundir encía con periodonto, ya que el periodonto es el complejo que incluye la
encía libre, insertada, la línea mucogingival, la mucosa oral, el hueso alveolar, cemento dentario y ligamento
periodontal, pero desde el vértice de la encía hasta donde termina el ápice dentario.
La encía presenta una renovación celular muy alta, por lo que sufre pocos cambios en el envejecimiento,
de todas formas, clínicamente se observan cambios debidos a la atrofia de la apófisis alveolar de los
maxilares que originan retracción gingival y debilitamiento del soporte de la tabla alveolar de los maxilares.
La mucosa del dorso de la lengua presenta unas estructuras epiteliales especializadas denominadas
papilas linguales (Figura 3.9). Topográficamente las papilas del vértice de la lengua presentan receptores del
sabor dulce, las de los bordes laterales del tercio anterior tienen receptores del sabor salado, los receptores
del sabor ácido están situados en las papilas de los bordes laterales de los dos tercios posteriores de la
lengua y el sabor amargo es recibido por los receptores del centro del tercio posterior y paladar blando. No
debemos confundir papila gustativa con botón o receptor gustativo. Los botones gustativos son receptores
situados en el epitelio de las papilas gustativas. Las papilas gustativas pueden ser de cuatro tipos: filiformes
(extensiones queratinizadas de células epiteliales de la superficie), fungiformes (tienen forma de seta y
40
CAMBIOS BIOLÓGICOS EN EL ENVEJECIMIENTO
41
El envejecimiento del esmalte dentario origina cambio de su coloración, volviéndose cada vez más
marrón o amarillento al permitir la transparencia de la dentina subyacente. El esmalte con los años se hace
menos permeable aumentando el volumen de los cristales y disminuyendo el espacio interprismático, lo
que dificulta la hidratación. En la capa más superficial del esmalte se acumulan progresivamente iones
que originan un aumento de fluorapatita que aumenta la resistencia al ataque ácido. El esmalte disminuye
su espesor llegando en muchas ocasiones a exponer el tejido dentinario subyacente.
La dentina (Figura 3.10) está compuesta por un 70% de cristales inorgánicos de hidroxiapatita, un 20%
de fibras orgánicas de colágeno con pequeñas cantidades de otras proteínas y un 10% de agua. La dentina
está formada por túbulos que han sido depositados incrementalmente por unas células odontoblásticas
situadas en el límite dentino-pulpar. Desde la capa de odontoblastos hacia el esmalte nos encontramos la
predentina, la dentina intertubular, dentina peritubular, dentina interglobular y dentina del manto. Desde el
punto de vista funcional podemos dividir la dentina en tres tipos: primaria, secundaria y terciaria. La dentina
primaria es la que se forma inicialmente hasta que los dientes entran en función de oclusión, la dentina
secundaria es la que se forma a partir de que el diente realiza la actividad oclusal y la terciaria o reparativa
es la que se forma para reparar algún defecto o trauma dentinario.
Los principales cambios de la dentina asociados a la edad son el aumento de la dentina secundaria
y de la dentina esclerótica y un aumento de tractos desvitalizados, es decir, túbulos sin prolongaciones
odontoblásticas.
La pulpa dentaria es el tejido conectivo blando localizado en la porción central de cada diente. Está
constituída por una zona central y otra periférica. La zona central de la pulpa está compuesta de grandes
arterias, venas y troncos nerviosos rodeados por fibroblastos y fibras colágenas incluídas en una matriz
intercelular. La zona periférica está compuesta por una zona odontogénica donde se encuentran los
odontoblastos, una zona libre de células denominada zona de Weil o capa basal de Weil, y una zona rica en
células donde se encuentra un plexo nervioso denominado de Raschkow.
42
CAMBIOS BIOLÓGICOS EN EL ENVEJECIMIENTO
Con la edad la pulpa sufre cambios en sus dimensiones, estructura y función. El volumen de la pulpa
3
disminuye por la formación de tejido calcificado sobre las paredes de la dentina y en el interior de la cavidad
pulpar. Se produce una disminución de la densidad de las células pulpares, un aumento del componente
fibroso y una disminución de la vascularización e inervación pulpar.
Estos cambios de la pulpa originan una reducción de la capacidad de defensa, de la actividad inmunitaria
y de la respuesta defensiva a diferentes estímulos.
El cemento que cubre las raíces dentarias está constituido en dos tipos: el cemento intermedio y el cemento
celular-acelular. El cemento intermedio está compuesto fundamentalmente por la proteína enamelina y por
colágeno. El cemento celular-acelular debe su nombre a que se forma de manera incremental, formándose
progresivamente una capa celular y otra acelular. Las células del cemento o cementoblastos se diferencian
a partir de los fibroblastos del ligamento periodontal. El ligamento periodontal es un tejido conectivo fibroso
compuesto por células (fibroblastos, osteoblastos, cementoblastos, macrófagos y osteoclastos) y sustancia
intercelular (formada por fibras colágenas y sustancia fundamental con proteínas y polisacáridos).
Los cambios más importantes del cemento con el envejecimiento son el aumento de grosor de la capa
cementaria del diente, que preferentemente se produce en la zona apical, interdentaria y furcal.
BIBLIOGRAFÍA
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metabolism and longevity. Ann Med 2007;39:335-45.
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- Sohal RS, Weindruch R. Oxidative stress, caloric restriction, and aging. Science. 1996; 273:39-63.
43
Capítulo 4
EL ENVEJECIMIENTO PSICOLÓGICO.
PATOLOGÍA PSIQUIÁTRICA EN LOS ADULTOS MAYORES
Autores
Antonio Villasana Cunchillos (1), Eugenio Velasco Ortega (2), Ramón Medel Soteras (3), Juan José Segura Egea (4)
(1)
Catedrático de Psicopatología. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad del País Vasco. Director del Instituto
Vasco de Psiquiatría Legal y Forense. Bilbao.
(2)
Profesor Titular de Odontología Integrada de Adultos y Gerodontología. Facultad de Odontología. Universidad de Sevilla.
(3)
Profesor Asociado de Odontología Integrada de Adultos y Gerodontología. Facultad de Odontología. Universidad de Sevilla.
(4)
Catedrático de Patología y Terapéutica Dental. Facultad de Odontología. Universidad de Sevilla.
Correspondencia: Eugenio Velasco, <evelasco@us.es>
Al igual que otros órganos el desarrollo del cerebro se estimula mediante un ambiente físico favorable,
de este modo por medio del aprendizaje social y cultural se mejora su función. Como consecuencia, los
45
cambios en la función cerebral que aparecen en la senectud no son únicamente resultado de cambios
regresivos, sino también del descenso de las diversas actividades que conforman la vida diaria activa.
Aunque el envejecimiento posee características universales que culminan con la muerte, sin embargo
las diferencias individuales son muy importantes y configuran al envejecimiento psicológico como un
fenómeno individual, ya que la gente no experimenta el mismo deterioro a la misma edad. La psicología
de las personas de edad avanzada configura un complejo caleidoscopio donde las experiencias vividas
(ej. profesión, relaciones afectivas, vida social) a lo largo de su existencia inciden en la senectud. En este
sentido, personas mayores pueden experimentar en la vejez la culminación de su proceso mental creativo
y otras pueden señalar el crepúsculo por un deterioro mental importante. En este sentido, el envejecimiento
psicológico supone una adaptación constante en las esferas intelectual, afectiva y social.
La vejez es el periodo de la vida donde con más frecuencia se presentan crisis importantes como
resultado de las pérdidas de los seres queridos. Las pérdidas del cónyuge o pareja, familiares, amigos y
compañeros tienen un efecto acumulativo que incrementa su impacto emocional negativo, dependiendo de
la preparación del individuo para enfrentarse a esta dura realidad.
Otra fuente importante de conflictos psicológicos en el anciano lo constituye la jubilación. En la actualidad,
nos encontramos con la paradoja de que la esperanza de vida ha aumentado, y sin embargo, la edad de
jubilación se ha anticipado por cuestiones socio-laborales. La jubilación arroja en los ancianos, una cantidad
de tiempo libre, que muchas veces les sobra. No solamente produce un vacio de tiempo sino una pérdida de
prestigio, relaciones sociales y de expectativas de futuro. Es en el momento de la vida en que se reflexiona
y se realiza un balance existencial. Se modifica en suma la interacción entre el anciano y su propio papel en
la sociedad. Puede haber una pérdida de autoestima personal, predominando el desarraigo y el abandono.
La soledad se acentúa en estos momentos, con la pérdida del cónyuge, amigos o incluso sus propios hijos.
Si unimos a este estado la pérdida de la salud por enfermedades crónicas invalidantes, se comprende que
los ancianos puedan refugiarse, psicológicamente, en su pasado.
No obstante, la vejez puede ser una época feliz de la vida. Depende del propio proyecto elaborado y
desarrollado con anterioridad, que puede culminar durante los últimos años de la vida. El envejecimiento
como la jubilación puede ser programado. La clave radica en mantener una actividad diaria con la familia,
los amigos y las relaciones sociales (Figura 4.2).
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EL ENVEJECIMIENTO PSICOLÓGICO. PATOLOGÍA PSIQUIÁTRICA EN LOS ADULTOS MAYORES
cuando se realiza enseñanza de higiene oral o cuidados prostodóncicos, debe huirse de explicaciones
4
complejas y teóricas por parte del odontólogo o el personal dental. Se recomienda las sesiones de forma
práctica y se favorece que los pacientes ancianos la realicen, ellos mismos, en el consultorio dental.
No hay que olvidar que la motivación disminuye con la edad, y si presionamos demasiado a nuestros
pacientes geriátricos con instrucciones de salud oral pueden cansarse y abandonar el plan de tratamiento.
Por ello las medidas preventivas deben presentarse en periodos cortos de tiempo, y en casos de deterioro
intelectual mayor, en presencia del familiar o persona que está a su cuidado.
La capacidad perceptiva se deteriora, así mismo, con el envejecimiento, debido solo en parte a la
decreciente función de los órganos de los sentidos, y se manifiesta sobre todo para interpretar o asimilar
estímulos complejos. Una buena comunicación con el paciente anciano es esencial para el éxito del
tratamiento odontológico. Algunos pacientes presentan desconfianza y retraimiento en la consulta dental
ante las explicaciones del odontólogo, y ello puede ser debido a una menor audición o visión. Esta pérdida
en la capacidad de diferenciar las distintas percepciones aísla psicológicamente al anciano. A veces los
ruidos e interferencias pueden alterar la comunicación entre el odontólogo y el paciente geriátrico (ej. aire
acondicionado, hilo musical, etc. ). Para prevenir esta situación, el odontólogo debe dirigir, mientras habla,
su mirada al paciente y hacerlo de forma pausada.
Con la senilidad se experimentan cambios en el lenguaje que se vuelve más lento y pobre con menor
agilidad para establecer conceptos abstractos. Cuando el deterioro senil es grave, puede resultar difícil
mantener una conversación que no sea elemental. El lenguaje puede ser monótono y aburrido. Este hecho
es de suma importancia cuando realizamos una historia dental (Figura 4.3).
El equipo de atención odontológica debe valorar este desafío y aceptar el reto de minimizar los efectos
negativos de la vejez y magnificar los aspectos positivos que ofrece el tiempo libre después de la jubilación.
Es necesario ilusionar al anciano, haciéndolo también responsable de su salud oral.
Mientras valoramos los antecedentes médicos, odontológicos y terapéuticos del anciano, es recomendable
revisar cada uno de ellos, y si es posible, contrastar toda la información obtenida con la remitida por su médico
de cabecera o su especialista correspondiente. En la consulta debe crearse un clima de comunicación
sincera, nuestros gestos y expresiones deben potenciar su actividad diaria. Debemos lograr de identificar
sus necesidades de salud oral con las que el odontólogo valora objetivamente, haciéndole participe de
los objetivos para mantener un grado de salud bucal aceptable e impedir en lo posible, el aumento de su
incapacidad oral.
47
Esta conducta patológica reflejo de problemas psíquicos menores, puede hacerse ostensible en el gabinete
dental, manifestándose en la actividad motora del paciente, su forma de hablar, sus movimientos expresivos
y su lenguaje. El odontólogo debe percatarse de la presencia de euforia, tristeza, confusión, ansiedad, etc.
Estos cambios notorios en la conducta o la personalidad pueden también ser síntomas precoces de una
enfermedad orgánica sistémica o cerebral y deben ser valorados por el médico del paciente o el especialista
en geriatría o psiquiatría.
Generalmente pretendemos que el anciano asuma los cambios psicológicos que la senectud provoca,
adaptándose al nuevo papel que el envejecimiento mental trae consigo. Sin embargo, en ciertas situaciones,
cada vez más frecuentes, los trastornos psiquiátricos desestabilizan la psicología de los pacientes de edad
avanzada. El conocimiento de los procesos normales y patológicos que afectan al envejecimiento mental
son imprescindibles para proporcionar una adecuada asistencia odontológica durante la vejez.
4.2. PSIQUIATRÍA GERIÁTRICA
Los trastornos mentales más frecuentes en el anciano son la demencia y la depresión. El odontólogo
familiarizado con la atención dental geriátrica debe conocer el diagnóstico preciso de estas afecciones y su
valoración pronóstica y terapéutica.
48
EL ENVEJECIMIENTO PSICOLÓGICO. PATOLOGÍA PSIQUIÁTRICA EN LOS ADULTOS MAYORES
Finalmente, los dentistas deben comprender que el tratamiento de los pacientes con EA provoca estrés
entre los cuidadores. Hay que comprender que el tratamiento odontológico no es frecuentemente valorado
como una prioridad de los cuidadores que tienen muchas necesidades que satisfacer en estos pacientes
y además la enseñanza de higiene oral en casa puede causar resistencia incluso violenta por el paciente.
La realización de un correcto tratamiento odontológico del paciente con enfermedad de Alzheimer
necesita la interconsulta con el médico del paciente y la implicación del dentista, el paciente, el cuidador y
los familiares. La información vital por parte del médico especialista debe comprender el estado y avance
de la enfermedad, la capacidad cognitiva del paciente para aceptar el tratamiento dental, el pronóstico
de la enfermedad, el régimen farmacológico y la identificación de otros problemas médicos añadidos (ej.
valvulopatía) que pueden influir en el tratamiento. Si el médico considera que el paciente es incapaz de
decidir legalmente (consentimiento) sobre el tratamiento, el cuidador o la persona legalmente responsable
del paciente (ej. cónyuge, hijos, asistente social) debe ser consultada para la autorización del mismo.
Una planificación de tratamiento posible debe ser realizado individualmente para cada paciente. La
planificación debe comprender las necesidades del paciente (ej. dar mayor importancia a extraer un diente
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sin posibilidad de conservación que lesiona la mucosa oral que reparar una caries recurrente incipiente
próxima a una corona) de acuerdo a los deseos expresados por el paciente y a los deseos razonados
del cuidador. Sin embargo, lo esencial viene determinado por el estado físico y mental del paciente y el
predecible beneficio del tratamiento en términos de calidad de vida.
Los pacientes con EA pueden llegar a ser frustantes e irritables (gestos amenazadores, gritos, agitación)
cuando se enfrentan a ambientes no familiares y preguntas, informaciones e instrucciones que no comprenden.
Sin embargo, con un apropiado acercamiento psicológico por parte del dentista y su equipo se puede
proporcionar el tratamiento odontológico cotidiano con alguna pequeña modificación. Se debe ser capaz de
captar la atención del paciente, minimizando los ruidos de la consulta (ej. aire acondicionado, ventiladores,
aspiración, teléfono y televisión) y el nivel de actividad, estando alerta sobre las necesidades del paciente,
comunicando aceptación y tranquilidad y proporcionando una sensación de seguridad en el ambiente.
La rehabilitación de la función oral se realiza mejor conforme más precoz es el estadío de la EA porque
la capacidad del paciente para cooperar durante el tratamiento disminuye con el deterioro progresivo de la
función cognitiva. Las citas deben ser cortas (no más de 45 minutos) por la mañana que es mejor en estos
sujetos. Previamente al tratamiento el cuidador debe ayudar al paciente a vaciar su vejiga.
Durante la fase temprana de la enfermedad, todos los tratamientos restauradores dentales pueden ser
realizados con una mínima modificación de la técnica, sin embargo como la enfermedad progresa este enfoque
terapéutico puede cambiar. La educación del cuidador del paciente sobre las técnicas para prevenir las
enfermedades dentales es de la mayor importancia. Estos profesionales deben recibir instrucciones verbales y
por escrito sobre un correcto cepillado dental y uso de la seda dental así como recomendaciones precisas para
la aplicación de gluconato de clorhexidina en los dientes del paciente mediante un cepillo, una esponja o un
espray. Los productos de saliva artificial deben ser prescritos para estos pacientes cuando tengan síntomas de
xerostomía. El examen oral, la tartrectomía y la aplicación de fluoruros con una concentración al menos de 1%
deben ser realizados de forma periódica cada 3 meses. Los defectos en la dentición natural o las prótesis deben
ser revisadas y en casos necesarios tratadas, durante las visitas periódicas.
En los estadíos medios de la EA, cuando el paciente está relativamente sano desde un punto de vista
físico, pero presenta alguna pérdida cognitiva la estrategia terapéutica consiste en eliminar cualquier fuente
potencial de dolor o infección, raspado y alisado radicular y control de la caries dental. Durante este estadío
de la enfermedad, la percepción y localización del dolor dental puede estar distorsionada. El mantenimiento
de las prótesis antiguas con rebasado y reparación es preferible a la elaboración de unas nuevas por la
dificultad de estos pacientes en adaptarse a una nueva situación prostodóncica.
En los estadíos tardíos de la enfermedad es paciente es incapaz de comunicar el estrés que sufre cuando
padece un nuevo episodio de odontalgia y no es capaz de colaborar durante las diversas fases del tratamiento
odontológico. Algunas indicaciones de la presencia de dolor dental pueden ser sospechadas porque el
cuidador refiere recientes cambios conductuales como un incremento en la agitación, el paciente se frota
constantemente la cara y la boca, hace muecas faciales o están en guardia cuando se manipula la cavidad
oral con un cepillo dental, o con alimentos duros o fríos o por vocalizaciones como protestas, quejidos o
gritos. El diagnóstico y el tratamiento de estas situaciones agudas es mejor cuando se realiza una sedación
intravenosa con un anestesista entrenado o con anestesia general en un quirófano de un centro hospitalario.
50
EL ENVEJECIMIENTO PSICOLÓGICO. PATOLOGÍA PSIQUIÁTRICA EN LOS ADULTOS MAYORES
con una preocupación sobre las faltas del pasado y pensamientos de suicidio son también frecuentes. Además
4
del cambio de humor y/o anhedonia, el paciente o un miembro de su familia nota alteraciones en el apetito que
provoca una disminución del peso o ganancia de mas del 5 %, insomnio caracterizado por despertar temprano,
una incapacidad para sentarse (agitación), habla y movimientos del cuerpo lentos (inhibición), cansancio extremo
y una capacidad deteriorada para pensar, concentrarse o tomar decisiones. Este grupo de síntomas es doloroso
para el sujeto e interfiere con el funcionamiento social, académico y laboral.
En los pacientes mayores es más probable que tengan quejas somáticas (dolencias del cuerpo y dolores),
perturbaciones del sueño y el apetito, disfunción cognitiva y aislamiento social. El comienzo del trastorno es
variable, con síntomas que se desarrollan durante días a semanas. Los episodios no tratados típicamente
duran seis meses o más. Eventualmente, sobre el 70 % de los pacientes tienen una remisión completa de
síntomas y el episodio llegan a un final. El restante 30% de los pacientes, sin embargo, tiene persistencia
de síntomas residuales o deterioro en el funcionamiento o ambos. El riesgo de recurrencias del trastorno
depresivo mayor para los sujetos con o sin síntomas residuales es del 50% tras un episodio, 70% después
del segundo episodio y el 90 % después de un tercero. Los factores de riesgo para episodios recurrentes
comprenden un comienzo inicial de depresión después de los 60 años de edad y larga duración de los
episodios individuales. La DP es el trastorno emocional mas frecuente en los pacientes mayores de 65
años. En estos sujetos se asocia con un más alto riesgo de suicidio que en ningún otro grupo de edad.
El tratamiento actual de la depresión mayor usualmente incluye el uso de medicaciones antidepresivas potentes
para el manejo del episodio agudo tanto como la prevención a largo plazo. Todos los antidepresivos son igualmente
efectivos, por lo que algunos médicos escogen una medicación basada en las quejas primarias de los pacientes
y en el perfil de efectos secundarios de la medicación. Si el paciente está cansado se puede prescribir una
medicación que le active, o si el paciente está ansioso se puede elegir un fármaco sedativo. Las medicaciones con
excesiva actividad anticolinérgica están a menudo contraindicadas en los pacientes mayores. Las medicaciones
antidepresivas son efectivas aproximadamente en el 75% de los casos y usualmente entre 2 y 4 semanas.
Las medicaciones utilizadas para tratar la depresión pueden en ocasiones causar efectos adversos en
el área orofacial. La mayoría de los antidepresivos provocan xerostomía, disgeusia (alteración del gusto),
estomatitis, glositis, y ocasionalmente sialorrea. Algunos fármacos han sido identificados como causantes
de sialoadenitis, gingivitis, edema y alteraciones en el color de la lengua.
Los pacientes geriátricos que sufren depresión presentan un mayor riesgo de periodontitis. Se ha sugerido
que el abandono de la higiene oral, los cambios en la dieta, el consumo excesivo de tabaco y una respuesta
inmune alterada pueden facilitar la colonización por bacterias periodontopatógenas que provoquen la
destrucción de la inserción periodontal (Figura 4.5). Los pacientes mayores con DM presentan un alto riesgo
de desarrollar extensas caries radiculares por el desinterés en realizar la higiene oral, la ingesta frecuente de
alimentos ricos en azúcar por el sentido del gusto alterado y el descenso en el flujo salival total y parotídeo.
La magnitud de este descenso en el flujo salival en algunas personas está directamente relacionada con la
severidad de la depresión. Los antidepresivos magnifican el problema de la xerostomía porque bloquean a
través de la acción anticolinérgica, la estimulación parasimpática de las glándulas salivales.
Figura 4.5. Enfermedad periodontal muy avanzada en paciente geropsiquiátrico con depresión.
Las personas mayores con una historia prolongada de episodios depresivos son frecuentemente
edéntulos parciales y a veces edéntulos totales en uno o ambos maxilares. La falta de interés o motivación
51
provocan un mantenimiento muy pobre de las prótesis dentales que origina la reabsorción severa de los
rebordes alveolares y la existencia de lesiones hiperplásicas.
El dolor facial crónico, la sensación de ardor en la mucosa oral (sobre todo en la lengua) o algunos trastornos
témporomandibulares representan frecuentes somatizaciones que expresan estos pacientes al dentista. El
dolor puede originarse del estrés que induce una alteración del eje hipotalámico-hipofisiario-adrenal, que
constituye un mecanismo implicado en la depresión y en los trastornos de la articulación témporomandibular.
Algunos pacientes mayores depresivos pueden no cooperar o mostrarse irritables durante el tratamiento
dental y presentar demasiadas molestias que no se corresponden con los hallazgos clínicos objetivos. Antes
de comenzar con el tratamiento dental, es necesario consultar al psiquiatra del paciente. En este sentido, debe
solicitarse información sobre el estado psiquiátrico del paciente, así como de tratamiento actual con psicofármacos.
Además, desde un punto de vista médicolegal, el dentista debe solicitar del psiquiatra una opinión sobre la
capacidad del paciente para dar el consentimiento informado y seguir el plan de tratamiento (ej. realización de
procedimientos de higiene oral), ya que las personas con depresión pueden no estar capacitadas legalmente
para autorizar su tratamiento dental por dificultades en la memoria, concentración o toma de decisiones.
La necesidad de una educación en salud oral de este grupo de pacientes (y sus familiares) es enorme.
Deben recibir instrucciones para un apropiado método de cepillado y uso del hilo dental para una máxima
remoción de la placa dental. La saliva artificial o productos similares deben aconsejarse en todos los pacientes
con xerostomía. Su utilización parece a la mayoría de los pacientes más confortable y relativamente más
asequible con las técnicas de limpieza de la higiene oral.
El tratamiento dental debe incluir los cuidados periodontales (tartrectomía y raspado/alisado radicular), y un
control de las caries y restauraciones dentales. La anestesia dental profunda es obligatoria para una adecuada
ejecución de estos procedimientos en pacientes depresivos y a menudo personas ansiosas. Sin embargo,
deben tenerse ciertas precauciones cuando se administre un anestésico oral conteniendo vasoconstrictores
adrenérgicos a los pacientes que reciben antidepresivos tricíclicos. Las interacciones adversas puede resultar
en un dramático incremento de la presión sistólica de la sangre y arritmia cardíaca. Otras interacciones
adversas de los antidepresivos y las medicaciones usadas por el dentista pueden también producir reacciones
patológicas significativas. Los hipnóticos-sedativos, los barbitúricos, y los narcóticos pueden tener sus efectos
depresores potenciados por los antidepresivos, y pueden causar depresión respiratoria severa.
Los pacientes geriátricos con DM deben realizar visitas de seguimiento cada tres meses con un examen
clínico, profilaxis oral y aplicación de un gel con alta concentración de flúor (al menos de 10,000 ppm). La
corrección de los defectos en la dentición natural mediante restauraciones prostodóncicas se debe realizar
durante estas visitas de revisión. Una mejora en la autoestima de estos pacientes es frecuente con el
tratamiento dental y contribuye a ayudar en su atención psicoterapéutica.
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-Stuart-Hamilton I. The psychology of ageing: an introduction. Filadelfia: Jessica Kinsley Publ. 2006.
52
Capítulo 5
5.1. INTRODUCCIÓN
España está sufriendo un rápido envejecimiento demográfico. En los albores del siglo XX, la esperanza de
vida no llegaba a los 35 años, mientras muchos países europeos superaban ya los 50 años; un siglo después,
con más de 80 años, se sitúa entre las más altas del mundo. El cambio de la pirámide poblacional entraña
consecuencias en todos los ámbitos sociales. El cambio demográfico en España ha facilitado una mayor
inversión social y familiar en los hijos, lo que ha conllevado un aumento notable del capital humano y social.
Ello ha hecho más productiva la economía y ha abierto una nueva y abundante cantera de mano de obra, la
femenina, ahora menos obligada a las tareas reproductivas. En todo caso, el envejecimiento demográfico
ha constituido el principal estímulo para la investigación médica y farmacológica contemporáneas; basta
con observar la lista de galardonados con el premio Nobel de medicina en los dos últimos decenios para
constatar que son las enfermedades degenerativas de los sistemas circulatorio y nervioso las que ocupan
la punta de lanza de nuestro progreso sanitario.
Sin embargo, lo que se ha alargado no ha sido la vejez, sino la juventud. Quienes nacieron en España a
principios del siglo XX empezaron a trabajar a una edad promedio de 13 años y se convirtieron en adultos
muy pronto, y en viejos también. Hoy en España se considera joven a una persona de 40 años. Ello guarda
una relación directa con el apoyo y los recursos que los mayores transfieren a los más jóvenes, y con el
simple hecho de que permanezcan vivos muchos más años. En un país con un estado del bienestar poco
desarrollado y muy apoyado en la ayuda familiar, la proporción creciente de personas en edad madura o en
su primera vejez ha sido de gran ayuda para el resto de edades. Son esas generaciones las que contribuyen
a la sociedad mediante el cuidado de los nietos (ante la falta de ayudas públicas para la conciliación laboral y
familiar, servicios de cuidados o guarderías) y de los mayores. Ha aparecido, por tanto, un nuevo actor social
con un peso demográfico creciente que ha abierto nuevas posibilidades de relaciones y estrategias familiares.
Aunque sea obvio, alcanzar la edad oficial de jubilación no implica una mortalidad próxima. La realidad es que
la esperanza de vida media en España en una persona de 65 años es de 20 años para la mujer y de 15 para
el hombre. Un aspecto muy relacionado con la nutrición es el nivel cultural y educativo de nuestros ancianos:
un 20% de los mayores de 65 años son analfabetos funcionales y menos del 5% tienen un título de bachiller o
estudios superiores. Han vivido la guerra civil y han crecido en una época en la que no existía escolarización
obligatoria, lo que los sitúa en una posición mucho más pobre que las generaciones siguientes y ello supone una
limitación adicional para el tema de la nutrición. También hay que tener en cuenta que el 19% de los mayores
de 60 años viven solos y el 22% de los que superan los 80 años, cifras que van en aumento. La proporción de
personas mayores que viven en residencias no alcanza el 3% de los mayores de 65 años, mientras la media
en la Unión Europea es del 5%. Por otra parte, en este colectivo la salud es su principal preocupación. Ello
se justifica por el hecho de que el 25% de los mayores de 65 años presentan algún grado de discapacidad
física y entre un 10-12% algún grado de discapacidad psíquica. Menos del 2% de este colectivo conserva su
dentición íntegra. El número de fármacos consumidos por anciano sano y día oscila entre 1,5 y 2,5 en el medio
comunitario y entre 3 y 5 en el residencial. Todo lo anterior supone una buena base para entender el interés que
están despertando estos temas y debe tenerse en cuenta a la hora de buscar soluciones, bien sea vía educación
sanitaria, bien mediante programas de intervención. Con estas premisas, hay que constatar que la nutrición
supone una de las prioridades de la Unión Europea en el campo de la investigación biomédica. El envejecimiento
constituye otra de tales prioridades, particularmente cuando se presentan de forma conjunta.
53
digestivas (sobre todo de las funciones motora y secretora), las pérdidas en los órganos de los sentidos, la pérdida
de líquido intra y extracelular, la ausencia progresiva de la sensación de sed y la pérdida de masa muscular. Los
cambios patológicos y los derivados de hábitos de vida inadecuados incluyen: pérdidas dentarias, mutilaciones
quirúrgicas del tubo digestivo, alteraciones cognitivas, consumo excesivo de fármacos, hábitos tóxicos (tabaco y
alcohol, sobre todo). Algunas situaciones clínicas especialmente críticas son las que acompañan a enfermedades
agudas intercurrentes, ingresos hospitalarios, situaciones de pre y postoperatorio, tumores malignos y demencias
avanzadas, entre otras. Todos los factores mencionados conllevan un riesgo de desnutrición en el anciano, que
pueden estar agravados por las limitaciones culturales y educativas ya mencionadas, así como por el hecho de vivir
en soledad y sin apoyos externos. Otros factores agravantes son los condicionantes económicos (a veces pobreza
extrema), la falta de estímulos que a menudo sufren los ancianos, así como la discriminación en función de la edad
que suele sufrir este grupo poblacional.
Diferentes estudios realizados en España, en muestras no homogéneas de pacientes mayores, han
mostrado resultados dispares en cuanto al estado nutricional, en base a criterios antropométricos y
bioquímicos. Dichos resultados ofrecen valores que varían entre el 5 y el 30% de los pacientes, siendo el
doble a partir de los 80 años. Para algunos estudios, estarían en riesgo de malnutrición alrededor del 50%
de los pacientes. Es bastante general la deficiencia de aporte vitamínico y a partir de los 80 años disminuye
de forma importante la ingesta calórica. Entre los ancianos institucionalizados, los que peor situación
manifiestan se encuentran aquellos que presentan un deterioro cognitivo, dificultad para la deambulación y
los que necesitan ayuda para comer.
En este ámbito, es frecuente utilizar de forma indiferente los términos alimentación y nutrición, como
si se tratara de sinónimos. Sin embargo, es conveniente diferenciarlos. Así, la alimentación comprende
un conjunto de actos voluntarios y conscientes que van dirigidos a la elección, preparación e ingestión de
los alimentos. Estos fenómenos están muy relacionados con el medio sociocultural y económico (medio
ambiente) y determinan, al menos en gran parte, los hábitos dietéticos y estilos de vida. Por otra parte,
la nutrición hace referencia a los nutrientes que componen los alimentos y comprende un conjunto de
fenómenos involuntarios que suceden tras la ingesta de los alimentos, es decir, la digestión, la absorción o
paso a la sangre desde el tubo digestivo de sus componentes o nutrientes, y su asimilación en las células
del organismo. La nutrición es principalmente el aprovechamiento de los nutrientes. Es en este sentido en
el que debemos enfocar el presente capítulo, habida cuenta de que, si bien los pacientes ancianos suelen
alimentarse con regularidad, en muchas ocasiones no lo hacen de forma adecuada.
Existen seis clases de nutrientes que el cuerpo necesita: carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas,
minerales y agua. Es importante consumir diariamente sus seis nutrientes para construir y mantener una
función corporal saludable. Una salud pobre puede ser causada por un desbalance de nutrientes ya sea
por exceso o deficiencia. Además la mayoría de los nutrientes están involucrados en la señalización de
células (como parte de bloques constituyentes, de hormonas o de la cascada de señalización hormonal),
de modo que la deficiencia o el exceso de varios nutrientes afectan indirectamente la función hormonal.
Los nutrientes regulan en gran parte la expresión de genes y las hormonas representan un nexo entre la
nutrición y dicha expresión génica. La fuerza y naturaleza de este nexo se investigan continuamente, pero
las observaciones más recientes han demostrado el rol crucial de la nutrición en la actividad y función
hormonal y por lo tanto en la salud.
Está muy extendida la expresión de que una persona es lo que come. Existen múltiples enfermedades
relacionadas o provocadas por una deficiente nutrición, ya sea en cantidad, por exceso o defecto, o por
mala calidad. Una mala nutrición también provoca daños en los tejidos orales, debido a que en el momento
en que el cuerpo deja de recibir los nutrientes necesarios para la renovación de los tejidos, su boca se
vuelve más susceptible a las infecciones. El exceso de carbohidratos, almidones y azúcares acidifican la
placa que se adhiere al esmalte, propiciando su destrucción y favoreciendo la patología periodontal. La
pérdida de los dientes, por unos u otros motivos, dificulta una nutrición adecuada.
La ciencia de la nutrición examina la relación entre dieta y salud. Se encarga del estudio y mantenimiento del
equilibrio homeostático del organismo a nivel molecular y macrosistémico, garantizando que todos los eventos
fisiológicos se efectúen de manera correcta, logrando una salud adecuada y previniendo enfermedades. Los
procesos macrosistémicos están relacionados con la absorción, digestión, metabolismo y eliminación. Los
procesos moleculares o microsistémicos están relacionados con el equilibrio de elementos como enzimas,
vitaminas, minerales, aminoácidos, glucosa, transportadores químicos, mediadores bioquímicos, hormonas, etc.
Muchas enfermedades comunes y sus síntomas frecuentemente pueden ser prevenidos o aliviados con una
buena nutrición; por esto, la ciencia de la nutrición intenta entender cómo y cuáles son los aspectos dietéticos
específicos que influyen en la salud. El objetivo de la ciencia de la nutrición es explicar la respuesta metabólica
y fisiológica del cuerpo ante la dieta. Con los avances en biología molecular, bioquímica y genética, la ciencia de
la nutrición está profundizando en el estudio del metabolismo, investigando la relación entre la dieta y la salud
desde el punto de vista de los procesos bioquímicos.
54
NUTRICIÓN EN LA TERCERA EDAD
El cuerpo humano está constituido por compuestos químicos tales como agua, aminoácidos (proteínas),
5
ácidos grasos (lípidos), ácidos nucleicos (ADN/ARN) y carbohidratos (por ejemplo azúcares y fibra). Para
lograr y mantener una nutrición adecuada es necesario cubrir:
1. La correcta hidratación basada en el consumo de bebidas, en especial el agua.
2. Los requerimientos de energía mediante la metabolización de nutrientes como los carbohidratos,
proteínas y grasas. Estos requerimientos energéticos están relacionados con el gasto metabólico
basal, el gasto por la actividad física y el gasto inducido por la dieta.
3. Las necesidades de micronutrientes no energéticos como las vitaminas y minerales.
4. La ingesta suficiente de fibra dietética.
Los objetivos dietéticos se representan mediante diferentes recursos gráficos, como las pirámides de
los alimentos. La pirámide alimentaria es un triángulo donde se ve cómo alimentarse desde lo más
recomendable para la salud hasta lo menos nutritivo. Es un recurso didáctico que se propone como guía
dietética para la población o un sector de la población (niños, jóvenes, adultos, ancianos, etc.). Como
tal guía que es, se basa en recomendaciones relativas al tipo de alimentos y la frecuencia con que se
deben consumir con objetivo de mantener la salud. La pirámide alimentaria fue creada por el Departamento
de Agricultura de los Estados Unidos en 1992. Desde entonces se han ido realizando actualizaciones y
se han planteando múltiples y diversas modificaciones y adaptaciones a las circunstancias peculiares y
características de cada país. Así, en España se han propuesto diversos modelos de pirámide alimentaria,
según el modelo tradicional, que también se han actualizado. La pirámide está dividida en dos grandes zonas:
la próxima al vértice, que recoge los alimentos de consumo ocasional, y la próxima a la base, que contiene
los alimentos de consumo diario o semanal. Finalmente, la pirámide alimentaria se ha adaptado incluso
para algunos tipos de dietas: la pirámide de la dieta mediterránea o la pirámide de la dieta vegetariana, así
como pirámides específicas en función de la actividad física o de la edad (Figura 5.1).
Además de la pirámide alimentaria, también se han propuesto otros recursos gráficos para la educación
nutricional de la población, como la rueda alimentaria. Es un recurso empleado por instituciones y
organismos, mediante el cual se propone a la población una alimentación segura y equilibrada; se basa
en clasificar los alimentos en varios grupos de características nutricionales similares. Una limitación de las
ruedas alimentarias iniciales es que todos los sectores (grupos de alimentos) tenían el mismo tamaño. Por
ello, en el siglo XXI se han propuesto modificaciones de tales recursos gráficos reflejando la importancia
de cada grupo por el tamaño de cada sector. Además, se ha reducido el número de grupos de alimentos
de 7 a 6: se han agrupado la carne, el pescado y los huevos con las legumbres y frutos secos. Asimismo
se ha incluido el agua para señalar la importancia de una adecuada hidratación. Se considera que la dieta
55
es equilibrada cuando la alimentación incluye alimentos de todos los grupos de la rueda, en la proporción
adecuada a las necesidades de cada persona (Figura 5.2).
Balance Energético. Se entiende por balance energético la relación entre el consumo de energía y el gasto
energético. Cuando ingerimos algún alimento estamos obteniendo energía. Cuando gastamos la misma cantidad
de energía que consumimos en el día, estamos hablando de un balance positivo. Si, por el contrario, gastamos
más energía de la que consumimos, nos referimos a un balance negativo. Existen ciertas situaciones donde es
necesario tener un balance positivo: por ejemplo en el embarazo, lactancia, infancia, adolescencia o cuando por
algún padecimiento, enfermedad o lesión se ha producido una pérdida importante de peso. En cambio, debe
procurarse un balance negativo cuando el aumento de peso puede llegar a niveles no saludables.
Algunas personas mayores que residen en zonas rurales se enfrentan con barreras que pueden impedir
la atención de salud óptima. Diversos factores ambientales, sociales y físicos pueden someter a los adultos
mayores del ámbito rural a un riesgo nutricional. La imposibilidad de viajar largas distancias les dificulta la
obtención de bienes y servicios de y también contribuye a su aislamiento social. Así, estas personas podrían
beneficiarse enormemente de las medidas preventivas para garantizarles unas condiciones adecuadas de
salud. Muchas de las enfermedades comunes al envejecimiento, incluyendo obesidad, diabetes, cáncer y
enfermedades del corazón, están influenciadas por la dieta. No obstante, la evaluación de la alimentación
en el tratamiento clínico de los adultos mayores no es una práctica de rutina. Ante su vulnerabilidad al riesgo
nutricional, es esencial recurrir a estrategias eficaces basadas en pruebas de detección, que contribuyan a
combatir enfermedades crónicas relacionadas con la edad y a mejorar la calidad de vida asociada con riesgo
nutricional. El valor clínico proporciona un entorno ideal para el estudio de la dieta de los adultos mayores.
56
NUTRICIÓN EN LA TERCERA EDAD
5
puede impedir el consumo de productos lácteos en los adultos mayores es el alto índice de intolerancia a
la lactosa. En respuesta, los supermercados ofrecen actualmente una variedad de productos lácteos con
poca o ninguna lactosa. También se comercializan productos enzimáticos que se pueden tomar para digerir
alimentos con lactosa, o bien añadirlos a los mismos, antes de consumirlos (suplementos de lactasa).
Cabe señalar que aunque la prevalencia de intolerancia a la lactosa aumenta con la edad, los síntomas
de intolerancia tienden a decrecer con la edad, lo que sugiere que, conforme se envejece, existe una
mayor flexibilidad en la elección de alimentos lácteos ricos en calcio. Dada la importancia de conjugar los
requerimientos de calcio con la necesidad continuada de restringir las grasas saturadas de la dieta, los
productos semidescremados y descremados, así como las formas con poca lactosa y sin lactosa, están
representados en el gráfico. Otras buenas fuentes de calcio dietético están disponibles en forma de bebidas
enriquecidas, como zumo de naranja y leche de soja.
Vitamina D. Los adultos mayores tienen mayor riesgo de no cubrir sus requerimientos de vitamina D.
Actualmente se estima que menos del 2% de las personas mayores de 70 años obtienen las cantidades
necesarias de vitamina D a partir de los alimentos. La capacidad de la piel para sintetizar la vitamina
D disminuye con la edad. La limitada exposición al sol debido a la latitud o a la preocupación por
padecer cáncer de piel puede reducir la síntesis endógena de vitamina D. Además, con el aumento
de las tasas de sobrepeso y obesidad en la población de mayor edad, existe una preocupación por la
insuficiencia de vitamina D, debida a su acumulación en compartimentos de grasa corporal donde su
posterior biodisponibilidad se ve comprometida. Hasta hace poco, la leche era la única fuente alimentaria
de vitamina D en los Estados Unidos. Sin embargo, la ingesta de leche ha disminuido mucho. Por esta
razón, la legislación reguladora de la vitamina D se ha modificado, aprobándose la adición de vitamina D
a zumos y bebidas enriquecidas con calcio, así como alimentos con suplementos nutritivos y una amplia
gama de productos lácteos.
Vitaminas E y K y potasio. Las frutas y las verduras son ricas en nutrientes. Dependiendo de cada
alimento, pueden ser buenas fuentes de potasio, vitaminas E y K. La ingesta abundante de frutas y
vegetales con sus correspondientes nutrientes se han asociado con un número de resultados positivos
de salud, incluyendo la salud ósea, presión arterial, síndrome metabólico, accidente vascular cerebral
y enfermedad cardiovascular. En la pirámide original adaptada para adultos mayores, los iconos de los
alimentos enfatizan con colores intensos hortalizas y frutas, ya que (en su mayor parte) cada ración es
más rica en nutrientes. También se hace hincapié en la amplia gama de formas de envasado de alimentos
disponibles. Las bolsas de hortalizas y verduras congeladas son particularmente buenas opciones para las
personas mayores. Permiten un fácil reparto de porciones individuales o dobles, minimizando situaciones
a veces dificultosas para los ancianos, como eliminar residuos, reducir la necesidad de frecuentes viajes
al mercado y ofrecer variedad durante los meses de invierno. Aceites vegetales como los de soja y colza
constituyen una fuente importante de vitaminas E y K. Los iconos situados en el segmento de grasas y
aceites de la pirámide destacan los aceites vegetales en estado líquido, que son ricos en vitaminas E y
K y contienen pocos ácidos grasos saturados y trans (figura 5.1).Fibra. Los alimentos ricos en fibra son
de origen vegetal, bajos en energía y ricos en vitaminas, minerales y fitoquímicos. Los requerimientos de
fibra incluyen fibra dietética y funcional, que actúan de forma conjunta y se expresan como fibra total. La
fibra dietética se define como ‘’carbohidratos no digeribles y lignina, que son intrínsecos de las plantas y
se mantienen intactos’’ y fibra funcional como ‘’carbohidratos aislados, no digeribles, que han demostrado
tener efectos fisiológicos beneficiosos en los seres humanos’’. La fibra dietética actúa como laxante en
los adultos mayores. La ingesta habitual de fibra dietética en hombres de más de 70 años es sólo del
50% de la recomendada; para las mujeres de más de 70 años es del 67%. La pirámide adaptada para
adultos mayores recomienda alcanzar la ingesta de fibra dietética eligiendo granos integrales, frutas y
hortalizas enteras, así como legumbres. No se recomiendan rutinariamente suplementos de fibra. Una
ingesta excesiva de fibra dietética puede reducir la absorción mineral intestinal de calcio, hierro, zinc,
cobre y magnesio. En algunos ancianos, masticar y tragar alimentos fibrosos puede ser difícil, debido a la
mala dentadura, lo cual puede impedir que hagan la mejor selección de alimentos y en su lugar recurran
a alimentos blandos muy procesados y bajos en fibra. Para facilitar que los adultos mayores aumenten la
ingesta de hortalizas y de frutas, la pirámide adaptada para adultos mayores incluye alimentos cocinados
y enlatados, así como alimentos frescos (figura 1).
Suplementos a la dieta (bandera). A pesar de los consejos dietéticos, algunos adultos mayores no
consumen cantidades adecuadas de alimentos ricos en calcio y vitamina D para satisfacer sus necesidades
de nutrientes. Debido a un aumento de la prevalencia de gastritis atrófica en edades avanzadas, se pueden
producir limitaciones en la biodisponibilidad de vitamina B12. Se estima que la gastritis atrófica afecta a un
30% de la población de más de 60 años en U.S.A. En estos individuos, no se libera vitamina B12 ligada a
proteínas, por lo cual no se puede unir al factor intrínseco para permitir la absorción. La gastritis atrófica
también puede favorecer la colonización bacteriana del tracto gastrointestinal superior, que compromete
aún más la situación al consumirse las pequeñas cantidades de vitamina B12 disponibles. La bandera
57
en la parte superior de la pirámide adaptada para los adultos mayores indica que puede ser necesario un
suplemento de calcio y vitamina D o vitamina B12 o alimentos enriquecidos con estos nutrientes (figura 1).
58
5
NUTRICIÓN EN LA TERCERA EDAD
actividad física, las necesidades energéticas declinan y la ingesta requerida de alimentos es menor, pero
este descenso no debería ser a expensas de alimentos ricos en nutrientes. Tanto la pérdida como la ganancia
de peso en los ancianos son situaciones difíciles. La pérdida de peso involuntaria en un adulto mayor está
asociada con problemas de inmunidad, perdiéndose masa muscular y aumentando los déficits cognitivos.
Las causas de la pérdida de peso en un adulto mayor son complejas y multidimensionales e incluyen
factores tales como las alteraciones dentarias, trastornos del gusto y de la olfación, polifarmacoterapia,
enfermedades crónicas, trastornos digestivos y primeras etapas de deterioro cognitivo. Se ha estimado
que la ingesta calórica disminuye 800 y 1200 kcal/d para mujeres y hombres, respectivamente, entre las
edades de 20 a 80 años. La prevalencia de la obesidad ha crecido en todo el mundo y afecta la morbilidad y
mortalidad en las décadas posteriores de la vida. Uno de los cambios fisiológicos que ocurren con el tiempo
es la pérdida de la masa magra y aumento de la masa grasa. Este cambio de composición del cuerpo es
particularmente difícil para las personas que tienen mayores índices de masa corporal, debido al mayor
riesgo de diabetes, enfermedades cardíacas, hipertensión arterial, artritis y otras discapacidades. Desde
los años 60 el porcentaje de la población adulta clasificada como obesa ha aumentado de 13,3 a 33,1%, en
los Estados Unidos de Norteamérica.
5.7. ALCOHOL
Un tercio de la población de edad avanzada estadounidense declara ser consumidora habitual de alcohol.
En personas mayores, el consumo moderado de alcohol se ha asociado con un menor riesgo de enfermedad
coronaria y con una distribución en forma de U en relación con accidente vascular cerebral, densidad
mineral ósea y fractura de cadera. Para complicar aún más la imagen, el consumo de alcohol en adultos
mayores, especialmente cuanto más avanzada es su edad, es motivo de preocupación con respecto a
enfermedades físicas o emocionales (como la depresión), interacciones medicamentosas, limitaciones de
la función física (como movilidad y autocuidado) y conducir después de beber. Entre los adultos mayores de
60 años, beber más de 7 dosis por semana se ha asociado con discapacidad en actividades instrumentales
de la vida diaria, mientras que beber más de 14 dosis por semana se ha asociado con discapacidad en
actividades avanzadas de la vida diaria. Identificar de forma precisa los trastornos debidos al consumo de
alcohol en personas mayores es difícil. En caso de que un adulto mayor consuma bebidas alcohólicas de
forma regular, se recomienda que dicho consumo sea moderado (≤ 1 dosis por día para las mujeres y ≤ 2
dosis por día para los hombres). Esta información debe hacerse extensiva a todos los profesionales de la
salud, para tenerla en cuenta si se producen cambios en la medicación.
59
BIBLIOGRAFÍA
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60
Capítulo 6
Figura 6.1. Mediante la realización de una correcta anamnesis y exploración, se debería llegar a una hipótesis
diagnóstica, que debe ser confirmada mediante la realización de unas pruebas complementarias.
61
Figura 6.2. Representación esquemática de las claves para la realización de una historia clínica completa y adecuada,
valorando el motivo de consulta, pero realizando también anamnesis sistemática por aparatos.
6.1.1. Anamnesis
La anamnesis es un acto clínico basado en el interrogatorio del paciente para registrar cronológicamente
el desarrollo de su enfermedad, desde la aparición de los primeros síntomas. En el paciente geriátrico
podemos encontrarnos con una serie de limitaciones que pueden dificultar la realización de la historia
clínica (Calenti M. 2011). Algunas de estas limitaciones son:
-Dificultades en la comunicación: Normalmente se deben a déficit o deterioros cognitivos. Los primeros
minutos de la entrevista deben dejarse para que el paciente exprese sus molestias y conocer el motivo
de consulta. Se debe utilizar un lenguaje sencillo y esforzarse en interpretar el lenguaje del enfermo. En
ocasiones será necesario preguntar al cuidador o acompañante.
-Pobre descripción de los síntomas: Debemos ayudar al paciente a expresar sus síntomas, utilizando
un lenguaje sencillo. Preguntar una cosa cada vez, e ir de lo general a lo específico. La entrevista tiene que
ser dirigida y conviene no dejar al paciente hablar libremente ya que a veces aportan poca información útil
para el diagnóstico.
-Varios motivos de consulta: Tenemos que escuchar todos los síntomas, mantener una actitud imparcial
y no influir sobre el enfermo. Una vez que se han establecido las diferentes patologías, es necesario
establecer un orden de prioridades y realizar la planificación del tratamiento.
62
6
HISTORIA CLÍNICA GENERAL
identificar el motivo real de consulta. Para su ejecución interrogaremos al paciente sobre los aparatos que
con más frecuencia están afectados en el paciente geriátrico (San Román Bachillera y cols. 1999).
General: Anorexia, astenia, situación anímica y pérdida de familiares reciente. Órganos de los sentidos:
Visión, audición en todos sus aspectos.
Cardiovascular: Disnea, disnea súbita, síncopes, mareos, parestesias o frialdad de extremidad, edemas,
dolor u opresión precordial, palpitaciones.
Gastrointestinal: Disfagia, atragantamientos (importante por la frecuencia y complicaciones), dolor
epigástrico, pirosis, regurgitación, ritmo deposicional, color y consistencia de las heces.
Genitourinario: Incontinencia, frecuencia miccional, polaquiuria, disuria, dificultad para la micción,
hematuria. En la mujer nodulaciones mamarias, prolapsos, exudados vaginales.
Músculoesquelético: Debilidad proximal, mialgias, rigidez matinal, fracturas recientes, caídas, dolores
articulares, alteraciones de la marcha, dolores dorsales.
Neurológico: Pérdida de conciencia, mareos, confusión, rigidez, temblor, alteraciones de la memoria y
función cognitiva, déficit motor reciente.
Mental: Orientación temporal, memoria,
Endocrinológico: Sed, diuresis, palpitaciones, frío, cambios de peso.
Los grupos farmacológicos que con mayor frecuencia están implicados en esta problemática por su mayor
consumo y potencial yatrógeno (Arriola y cols 2009) son:
Diuréticos: Deshidratación, incontinencia, hipopotasemia, hiponatremia, hiperglucemia, hiperuricemia,
hipotensión.
Antihipertensivos: Hipotensión ortostática, síncopes, depresión, insuficiencia cardiaca.
Digitálicos: Alteraciones gastrointestinales, arritmias, síndrome confusional. Antidepresivos: Efectos
anticolinérgicos, confusión, insuficiencia cardiaca. Neurolépticos y sedantes: Depresión respiratoria,
caídas, hipotensión, síndromes disquinéticos, delirium, inmovilidad.
63
6.1.1.3. Antecedentes personales
En general, estos pacientes han tenido numerosas enfermedades, algunas de ellas poco frecuentes en la
actualidad. También los antecedentes e intervenciones quirúrgicas y tratamientos condicionan secuelas que van
a influir en la sintomatología presente y en la modificación de los resultados de las pruebas complementarias.
Los antecedentes familiares en estos pacientes van a tener menos importancia ya que la influencia sobre
determinadas patologías se habrá presentado previamente. No obstante se hará hincapié en determinados
aspectos como endocrinopatías, antecedentes de demencia, enfermedades cardiovasculares, etc.
64
6.2.2. Exploración por órganos y aparatos
6
HISTORIA CLÍNICA GENERAL
-Cabeza (Figura 6.5): A la hora de realizar una exploración de la cabeza, es importante seguir una
sistemática para no olvidar ninguna de las estructuras que se deben evaluar:
-Ojos: Son frecuentes las pérdidas sensoriales. El paciente geriátrico puede tener déficits visuales. Esto
es importante ya que podría modificar nuestro plan de tratamiento rehabilitador.
-Oídos: Los problemas auditivos pueden ser totales o parciales. Pueden influir en la comunicación con
el paciente, por lo tanto debemos saber si el paciente nos oye poco o nada. Muchos pacientes geriátricos
son portadores de dispositivos de mejora de la audición (Figura 6.6), que hoy en día pueden pasar
desapercibidos. Los audífonos que se usaban antiguamente, podían acoplarse con algunos aparatos de
uso odontológico, emitiendo un sonido agudo, desagradable.
Es de vital importancia que en estos pacientes hablemos sin la mascarilla para facilitar la lectura de
labios, o que modulemos nuestra voz para adaptarla a las necesidades del individuo. También podemos
65
mejorar nuestra comunicación con estos pacientes por escrito, mediante la ayuda de gráficos. En cualquier
caso, la presencia de algún familiar acompañante suele ser de gran ayuda.
-Boca (Figura 6.7): Para la realización de la exploración extraoral, se deben evaluar:
Labios: Se debe comprobar la consistencia, la coloración y los bordes. Así mismo debemos
comprobar la presencia de queilitis comisurales uni o bilaterales y estudiar su posible etiología.
Dimensión vertical: La dimensión vertical se define como la longitud vertical de la cara, cuando los
dientes se encuentran en oclusión. Esta longitud puede verse disminuida debido al desgaste dentario o al
edentulismo. Como consecuencia, los surcos nasogenianos se aprecian con más claridad, la mandíbula
avanza, y las comisuras labiales se invierten; esto es lo que se conoce como facies del edéntulo.
-Articulación Temporomandibular (ATM): En la exploración de la ATM se debe tener en cuenta las
alteraciones musculares y articulares, la presencia de chasquidos y ruidos articulares, la limitación
de apertura, y las desviaciones en los movimientos mandibulares (Figura 6.8 y 6.9).
-Exploración muscular
-Cuello: En la exploración del cuello se deben valorar la existencia de adenopatías, tumefacciones en
glándulas salivales y tiroides.
-Adenopatías (Figura 6.10 y 6.11): Se tendrá en cuenta la presencia de adenopatías, y si éstas se
encuentran adheridas a planos profundos o son rodaderas.
-Glándulas Salivales (Figura 6.12 y 6.13)
-Tiroides: Se debe evaluar la presencia de nódulos a nivel del cuello, y realizar un diagnóstico
diferencial con patología inflamatoria, infecciosa y tumoral. Cuando existan tumoraciones de origen
no identificado, debe realizarse una analítica sanguínea y solicitar un perfil tiroideo. También
prestaremos atención a los latidos y soplos carotídeos, la ingurgitación yugular, o la rigidez cervical.
-Tórax: Comprenderá la auscultación cardíaca y pulmonar, identificación de deformidades, y exploración
de las mamas.
-Abdomen: Se realizará la correspondiente inspección, palpación y auscultación.
La realización de un tacto rectal debe formar parte de la exploración del paciente geriátrico, dada la
gran prevalencia de patología en esta zona topográfica.
-Extremidades: Valorar la vascularización, musculatura, edemas, pulsos periféricos, limitación funcional.
-Neurológico: Se explorarán los pares craneales, y se analizarán posibles problemas de la marcha,
poniendo especial atención al equilibrio, habilidad para caminar en línea recta, necesidad de ayuda para
cambiar de posición (Figura 6.14).
-Piel: Se debe explorar la hidratación, la presencia de lesiones melánicas, y vasculares así como cualquier
otra alteración de la misma.
-Valoración nutrición e hidratación: Los trastornos relacionados con la nutrición son tan importantes
como los relacionados por la falta de ingesta de agua. La importancia de la deshidratación radica en sus
graves consecuencias sobre la salud.
Figura 6.7. Evaluación de la dimensión vertical, labios, presencia de asimetrías, y aspecto de la piel.
66
HISTORIA CLÍNICA GENERAL
6
Figura 6.8. Palpación bimanual en boca abierta y cerrada para exploración de l la articulación temporomandibular (a, b).
Comprobación del end- feel duro y blando (c). Valoración de la apertura bucal mediante un calibre (d).
Figura 6.9. Palpación bimanual de los músculos maseteros (a) y temporales (b).
67
Figura 6.11. Palpación bimanual de las cadenas ganglionares submandibulares. Es conveniente
girar levemente la cabeza del paciente para que los ganglios se aprecien mejor (a). Exploración de las cadenas
ganglionares cervicales anteriores y posteriores, y de los ganglios supraclaviculares (b).
Figura 6.12. Diagnóstico diferencial entre hipertrofia maseterina y parotidomegalia. Se le colocan las manos a ambos
de la cara, con el paciente relajado (a), y se le pide al paciente que muerda (b) Si las 2 manos se separan, será una
hipertrofia maseterina, y si no, se tratará de una parotidomegalia. Así mismo, para comprobar implicación parotídea
conviene comprobar si el lóbulo de la oreja se encuentra elevado.
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HISTORIA CLÍNICA GENERAL
6
Figura 6.13. La palpación de las glándulas salivales debe ser mixta, intra (a) y extraoral (b).
Figura 6.14. Evaluación de la marcha, y del equilibrio (a) Valoración de la necesidad de colaboración
para los cambios posturales (b).
69
obtener una mayor cantidad de información diagnóstica respecto a traumatismos, presencia de restos
radiculares y lesiones de los maxilares. Las radiografías extraorales más utilizadas son las ortopantomografías
(Figura 6.19), aunque también pueden ser de utilidad las radiografías pósteroanteriores de cráneo, la lateral
de cráneo, la radiografía de Waters para evaluar los senos maxilares, nasales y paranasales y algunas
proyecciones que nos permitirán evaluar radiológicamente la ATM.
- Intraorales: Pueden ser:
- Periapicales y Aletas de mordida: Las radiografías de aleta de mordida eran poco utilizadas en
pacientes geriátricos ya que la mayoría de ellos solían ser desdentados parciales o totales. Hoy en
día, existe una mayor concienciación sobre la necesidad de una correcta higiene bucal, y nuestros
pacientes ancianos suelen llegar a esta etapa de la vida con mayor número de dientes que años
atrás. Por otra parte, las radiografías periapicales aportan información precisa sobre estructuras
dentarias, problemas periodontales y lesiones de los maxilares.
- Sialografía: Consiste en el estudio radiológico de los conductos salivales mediante la inyección
retrógrada de un contraste, para una mejor visualización de la anatomía intraglandular, y el estudio
de posibles anomalías anatómicas, estenosis ó presencia de cálculos.
Figura 6.15. Sistemática de sangre: Bioquímica y Ionograma. Valores de referencia en adulto y posibles alteraciones
más significativas en el paciente geriátrico.
Figura 6.17. Pruebas para evaluar la función pulmonar, y consideraciones sobre el Mantoux.
70
HISTORIA CLÍNICA GENERAL
6
Figura 6.18. Pruebas para evaluar la función cardíaca, función digestiva y función renal más utilizadas en geriatría.
Figura 6.19. Radiografía panorámica de una mujer de 75 años para control de cirugía de implantes de 2 meses.
6.3.2.1.4. Resonancia
Técnica de diagnóstico por imagen que nos permite estudiar los tejidos blandos como las glándulas o la
patología de la ATM.
71
Figura 6.20. Planificación previa a la colocación de implantes (a, b) del mismo caso que la ortopantomografía de la
figura 19, realizada mediante un CBCT (Kodak 9500), y procesada mediante un programa específico al efecto,
CS3D Imaging, Kodak Rochester, NY. EEUU.
6.3.2.2. Microbiología
6.3.2.2.1. Cultivo:
(Figura 6.21): Prueba diagnóstica barata, incruenta, no invasiva y de simple realización para determinar
la etiología de una infección, generalmente bacteriana o fúngica. Permite la realización de un antibiograma
para determinar el antibiótico ó antifúngico más eficaz ante una infección determinada.
72
6
HISTORIA CLÍNICA GENERAL
73
Durante este proceso, se registran los recursos y posibilidades de la persona, se valora la necesidad de
servicios y finalmente, se elabora un plan de cuidados progresivos, continuados y coordinados dirigido a
satisfacer las necesidades del paciente y sus cuidadores.
74
6.4.3. Factor psíquico
HISTORIA CLÍNICA GENERAL
6
Abarca la función intelectual, la afectiva y la perceptiva.
75
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- Villanueva V. Evaluación del Paciente Anciano. Revista de Posgrado de la Cátedra VI Medicina - Facultad de Medicina
- UNNE - Octubre/ 2000.
76
Capítulo 7
7.1. INTRODUCCIÓN
España será uno de los países más viejos del mundo. Pasaremos de 6.500.000 personas mayores
de 65 años en el 2001 a 9 millones en el 2025, que representarán entre el 20 y el 25 % de la población.
De éstas, aproximadamente 3,5 millones de personas tendrán algún problema físico que requiera la
atención de otra persona para desarrollar las actividades de la vida diaria. Y a este grupo hay que añadir
otro medio millón y medio con discapacidad física temporal o permanente. Es decir, que en el 2025 una
cuarta parte de la población española tendrá más de 65 años y de ellos serán dependientes entre 3,5 y
5 millones.
77
El Alzheimer es la principal causa de demencia en los países desarrollados. La población está sufriendo
un incremento en su envejecimiento, y cada vez más personas llegan hasta los 80 y 90 años. La enfermedad
de Alzheimer es cada vez más frecuente entre la población mayor de 60 a 90 años, pero también existen
muchos casos de personas enfermas cuya edad es inferior a este intervalo.
Los datos son cada vez más alarmantes. Aproximadamente se ha diagnosticado la enfermedad a
unas 500.000 personas en España, aunque se habla de un total de 800.000 enfermos entre diagnosticados
o no. Además, se estima que en el año 2025 habrá en España 1.200.000 enfermos de Alzheimer.
Esta brutal enfermedad afecta, directa o indirectamente, a más de dos millones de personas en España;
con un elevado coste sanitario, social y familiar. Si consideramos los aproximadamente 500.000 enfermos
diagnosticados y un coste paciente/año de 19.000 euros (3.200.000 de pesetas), estaríamos hablando
de más de 9.000 millones de euros (1,5 billones de pesetas) anuales. Los cuidados que necesita un
enfermo de Alzheimer son una de las grandes fuentes de gasto de la enfermedad. Se estima que un
paciente con Alzheimer severo requiere una media de 79 horas de cuidados semanales, los cuales son
aportados frecuentemente por un familiar. Otros factores de gran impacto económico en esta demencia son
la necesidad de institucionalización y la gravedad de la enfermedad. Como factores de menor importancia
a nivel exclusivamente económico, encontraríamos los derivados de las exploraciones médicas, el material
sanitario y los tratamientos farmacológicos.
En cuanto a las alternativas terapéuticas actuales para lucha contra el Alzheimer, cabe mencionar que no
tienen un mecanismo que ataque a la etiología de la enfermedad; pero, en muchos casos, sí se dispone de
alternativas que estimulan la función cognitiva. Así, hay juegos que estimulan dicha función, juegos que se
tienen que ver acompañados del apoyo de la familia y el tratamiento sintomático de los trastornos psíquicos
y conductuales asociados.
Sin embargo, hay que aclarar que los tratamientos farmacológicos no producen mejoras de las funciones
cognitivas, sólo enlentecen la progresión de la enfermedad. Es decir, no erradican la enfermedad, no tienen
un impacto sobre la supervivencia, aunque sí mejoran la calidad de vida de los pacientes y, por tanto,
también la de sus cuidadores.
Otro apunte más en lo que se refiere a los tratamientos. Se estima que de los 800.000 pacientes de
Alzheimer,en todos los niveles de la enfermedad, diagnosticados o no, sólo reciben tratamiento indicado
para su enfermedad algo más del 4 por ciento, esto es, 32.000 pacientes. El resto, de los diagnosticados,
reciben tratamientos exclusivamente sintomáticos, como antipsicóticos.
En la actualidad, el diagnóstico precoz y la implantación de tratamientos para retrasar la evolución
supondría un ahorro económico de unos 601 millones de euros (100.000 millones de pesetas) anuales.
La ciencia continúa sin poder desvelar el misterio de la enfermedad cerebral degenerativa y, en muchos
casos, se ha hallado alguna relación con traumatismos craneales.
El vínculo entre la lesión en la cabeza y el riesgo de la enfermedad de Alzheimer (EA) es indicado por los
datos del estudio MIRAGE (Multi-Institucional de Investigación en Epidemiología Genética de Alzheimer). Los
pacientes con EA tuvieron casi diez veces más probabilidades de tener un historial de lesiones en la cabeza
con pérdida de la conciencia. El estudio sugiere que la “lesión en la cabeza con pérdida del conocimiento y, en
menor medida, un traumatismo craneal sin pérdida de conciencia, aumentó el riesgo de Alzheimer.”
La investigación conducida por el Dr. Douglas H. Smith de la Universidad de Pennsylvania apoya
anteriores vínculos epidemiológicos entre un solo episodio de un trauma cerebral y el desarrollo de la EA en
el futuro. En estudios con animales, los científicos indujeron una lesión cerebral, sin impacto directo, similar
a lo que los humanos experimentan a menudo en accidentes automovilísticos. El análisis de las células
cerebrales dañadas reveló beta amiloide y la acumulación de tau extensa, así como la formación de placa,
todos los hallazgos típicos de la enfermedad de Alzheimer. Estos cambios fueron evidentes tan pronto como
3 a 10 días después de la lesión.
A medida que aumenta la población adulta, un mayor número de pacientes con estos diagnósticos
requieren de atención dental. Los odontólogos tienen que ser conscientes de los problemas especiales
asociados con el tratamiento de este tipo de paciente neurocognitivamente afectado.
Cuando un paciente con demencia acude al odontólogo, éste debe afrontar el dilema de elaborar un plan
de tratamiento para un individuo que, probablemente, no podrá apreciar los beneficios reales del mismo.
Gordon planteó en forma de cuestionario los dilemas a los que debe hacer frente el odontólogo frente a un
paciente de este tipo:
¿Cómo puede determinar un odontólogo si una determinada patología oral requiere ser intervenida
en un paciente con demencia que es incapaz de describir sus propios síntomas?
78
SALUD Y PATOLOGÍA MÉDICA EN EL PACIENTE MAYOR
7
¿Cuándo puede un clínico saber si la nocicepción de un paciente psicológicamente discapacitado ha
disminuido hasta el punto de que la percepción dolorosa no es percibida o no es capaz de describirla.
¿Qué porcentaje de patologías orales, aparentemente asintomáticas, puede predecirse que se
convertirán en sintomáticas en ausencia de tratamiento en este tipo de pacientes?.
Existen otra serie de cambios que aparecen en este tipo de pacientes y que el profesional debe valorar
antes de decidir si interviene y cómo lo hace:
- Disminución progresiva de la capacidad para llevar a cabo la propia higiene oral.
- Disminución progresiva de la capacidad de tolerar intervenciones odontológicas.
- Progresivo deterioro de la capacidad de entender y, concomitantemente, incapacidad para dar un
consentimiento informado del tratamiento. Hay que prever los efectos colaterales de la medicación
usada para tratar los síntomas de la EA: alucinaciones, agitación, miedos, movimientos tónico-
clónicos, desconfianza, cambios en el ritmo circadiano, actitudes violentas, etc.
Lo que ya se sabe es que, si el paciente es incapaz de llevar a cabo o recibir un apropiada higiene oral,
aumentará el riesgo de que aparezcan caries rampantes y enfermedad periodontal severa, que implicarán
un aumento de la incomodidad y el dolor en el paciente. El paciente con demencia puede manifestar estos
síntomas en forma de: aumento de la agitación, dificultad en dormir, quejidos o gritos, rechazo de las
comidas que antes eran favoritas, o de aquellas comidas más duras o más calientes, rechazo en cooperar,
e incluso conductas agresivas hacia sus cuidadores.
Los objetivos del equipo de salud dental serían: a) prevenir la aparición de patología oral posterior, b)
restaurar y mantener la salud oral y c) convertir el cuidado dental en un hábito normal de la vida del
paciente, de manera que el/ella no se sintiera confuso con una introducción demasiado tardía del mismo.
Después de realizar un plan de tratamiento individualizado, el odontólogo debería llevar a cabo una
profunda evaluación del paciente con EA. Se debería tener en cuenta:
- El nivel de incapacidad cognitiva. Sería necesario contactar con el equipo médico que lleva al
paciente habitualmente.
- La capacidad del paciente para llevar a cabo las Actividades de la Vida Diaria (AVD): alimentarse
por sí mismo y llevar a cabo su propia higiene oral.
- Su nivel de actividad social, por si fuera necesario controlarlo física o químicamente (por ejemplo,
el paciente violento o agitado) cuando requiriera algún tipo de tratamiento odontológico.
- El estado de salud oral: número de dientes, pares en oclusión, cantidad de placa dental, posibilidad
de realizar radiografías periapicales, estado de los dientes remanentes en cuanto a caries, desgaste
y enfermedad periodontal y qué nivel de tratamiento restaurador puede administrársele.
79
acción multidisciplinaria. El tratamiento médico se basa en reemplazar la presencia de Dopamina. Para
ello se administra levodopa con un inhibidor de la decarboxilasa periférica (carbidopa o Benserazida), con
lo que se reduce la dosis necesaria de levodopa en 10 veces, y también se reducen los efectos adversos
periféricos (nausea). Se absorbe por mecanismo activo en intestino y tiene un tiempo de vida media
de 2 horas. El 80% de los pacientes mejoran la rigidez y la hipocinesia. En un 20% se restauran las
funciones casi a la normalidad, pero con el paso del tiempo, sobreviene más pérdida de neuronas de la
sustancia negra, y la efectividad del tratamiento disminuye. Los efectos adversos agudos más frecuentes
son: náuseas y/o anorexia que se pueden tratar con Domperidona, es agonista D2 periférico que no penetra
al SNC. Puede haber hipotensión por efecto periférico de la dopamina y arritmias por efecto ß-adrenérgico,
o efectos psicológicos tipo esquizofrénico con delirios, alucinaciones, confusión, desorientación, insomnio
y pesadillas. Las complicaciones crónicas son: discinesias a los 2 años del tratamiento que revierten al
disminuir la dosis pero a coste de aumentar la rigidez, fluctuaciones on (está bien) – off (hipocinesia y
rigidez) que se deben a las fluctuaciones de la carbidopa de levodopa porque las neuronas pierden la
capacidad de almacenar suficiente dopamina para mantener la liberación cuando la carbidopa de levodopa
baja. Esto se puede evitar con inhibidores de la COMT (Tolcapona) que mantienen los niveles de levodopa
más constantes.
Los problemas odontológicos asociados a la enfermedad de Parkinson incluyen, aunque no se limitan,
a los relacionados con una disminución de la higiene oral; también se asocia dificultad en la retención
y el control de las prótesis removibles, xerostomia, a menudo asociada al tratamiento farmacológico , y,
consecuentemente, caries radiculares, caries recurrentes y trastornos masticatorios. El papel del cuidador
es vital en este tipo de paciente; su implicación es vital para programar un tipo u otro de tratamiento, ya sea
preventivo y/o restaurador. El tratamiento odontológico del paciente con Parkinson también es complejo.
Por un lado, la presencia de temblor dificulta la precisión del tratamiento; por otro, la disminución de los
mecanismos de comunicación, provocan una falta de feed-back entre el profesional y el paciente. Aquí el
cuidador y el interlocutor vuelven a ser esenciales. Los tratamientos deben contar la máxima complicidad
posible por parte del paciente. A menor capacidad comunicativa, menos arriesgado deberá ser el plan de
tratamiento.
En resumen. Los pacientes con enfermedades psiquiátricas crónicas y con enfermedades
neurodegenerativas se podrían dividir, desde un punto de vista odontológico, en dos grandes grupos:
Pacientes tipo A: por ejemplo aquellos que han sufrido un accidente vascular cerebral, una anorexia
nerviosa, los autistas, los esquizofréncios, los depresivos, en definitiva, todos aquellos donde el paso
tiempo no constituye un problema ya que su enfermedad no suele progresar negativamente, al menos a
medio plazo. El tratamiento odontológico no suele requerir de decisiones inmediatas.
Pacientes tipo B: por ejemplo pacientes afectos de demencia, enfermedad de Parkinson, en definitiva,
pacientes en los que se va a producir un deterioro a medida que pase el tiempo. La actuación odontológica
debe primar:
- Mantener y preservar los dientes estratégicos.
- Eliminar cualquier diente con un pronóstico incierto.
- Si es necesario, poner inmediatamente coronas en aquellos dientes que lo necesiten. No esperar
más de lo imprescindible.
En este tipo de pacientes el paso del tiempo es vital.
Prácticamente cualquier individuo puede ser portador de una prótesis completa superior. En cambio, el
panorama cambia radicalmente cuando se refiere a una prótesis completa inferior. Es necesario conservar
al máximo los dientes mandibulares, especialmente en los pacientes con enfermedades psiquiátricas y
neurodegenerativas. El concepto de diente estratégico surge a raíz de muchos de los problemas presentes
en este tipo de pacientes. Un diente estratégico suele ser funcional por sí mismo, pero puede dar también
soporte a otros dientes. Si se pierde, el plan de tratamiento cambia de forma radical. A menudo permite
mantener una correcta proporción entre pares de dientes en oclusión. Otras veces, por ejemplo, de poder
ser pilar de una prótesis fija, si se pierde puede ser necesario pasar a una prótesis parcial removible o, peor
aún, convertir un parcial removible dentosoportado en uno con uno o dos extremos libres.
80
SALUD Y PATOLOGÍA MÉDICA EN EL PACIENTE MAYOR
7
7.4. LA DEPENDENCIA DEL ALCOHOL Y EL TABACO EN LA PERSONA DE EDAD
AVANZADA
Gran parte de la cobertura en relación con las adicciones tiende a centrarse en las personas más
jóvenes. Como el consumo de drogas y las borracheras llenan los titulares, es fácil olvidar que todos somos
vulnerables a la adicción, sea cual fuere su condición social, género o edad.
Los ancianos reciben tal vez la menor cobertura de cualquier grupo social en Gran Bretaña, sin embargo,
son tan susceptibles a los problemas de la adicción como cualquier otra persona.
En marcado contraste con los miembros más jóvenes de la sociedad, las personas mayores tienen
menos probabilidades de convertirse en adictos a sustancias ilegales. Las personas mayores tienen menos
probabilidades de entrar en contacto con los distribuidores y los grupos sociales asociados con las drogas.
Ellos también tienden a tener fuertes reservas acerca de la experimentación con sustancias ilegales. Por
lo tanto, las adicciones entre las personas mayores tienden a ser reservados a las sustancias legales y
comportamientos.
La adicción al alcohol es común entre los ancianos. En Gran Bretaña, el alcohol está disponible
gratuitamente, relativamente baratos, y su presencia en el hogar se considera en general aceptable. No
está claro qué proporción de las personas mayores tienen un problema de dependencia de alcohol, pero la
cifra podría ser tan alto como 17 por ciento entre los hombres, y el siete por ciento entre las mujeres. Una de
las razones es difícil de detectar el alcoholismo en los ancianos es que las personas mayores tienden a no
admitir este tipo de problemas tan fácilmente como los más jóvenes. Esta es una consideración importante,
ya que el alcoholismo en la edad adulta es mucho más peligroso que cuando somos jóvenes. Órganos
como el hígado son menos capaces de lidiar con grandes cantidades de alcohol en la vejez. Y los que llevan
su alcoholismo en la tercera edad son propensos a sufrir de una serie de enfermedades relacionadas. Entre
los alcohólicos de larga duración, es probable que su alcoholismo sea mortal.
Las personas mayores también son susceptibles a la adicción a las drogas de prescripción. Los
analgésicos y sedantes, a menudo prescritos por un médico para tratar un problema, puede ser muy
adictivo, y convertirse en un problema por derecho propio. Una vez más, en la vejez, nuestros cuerpos son
menos capaces de lidiar con grandes dosis de analgésicos y otros medicamentos. Las adicciones a estos
medicamentos pueden conducir a insuficiencia renal, trastornos cardiovasculares, y una serie de otros
problemas potencialmente fatales. Una vez más, puede ser difícil de detectar estas adicciones entre los
ancianos, como las personas mayores suelen tener un mayor grado de culpabilidad que sus contrapartes
más jóvenes.
81
Considere lo que usted puede hacer para revitalizar la vida de sus parientes mayores, y recuerda que
ninguno de nosotros se está volviendo más joven. Tenga en cuenta cómo le gustaría ser tratado un día,
cuando se vuelva viejo.
Tabla 7.2. Factores relacionados con la enfermedad mental que pueden alterar la rutina en la higiene oral.
82
SALUD Y PATOLOGÍA MÉDICA EN EL PACIENTE MAYOR
7
Demencias Reversibles Demencias Irreversibles
Drogas, alcoholismo crónico Enfermedad de Alzheimer: 50-60% de
todas las demencias
Emocional, por ejemplo por depresión Demencia multi-infartos
Metabólica, por ejemplo anemia perniciosa Enfermedad de los cuerpos de Lewi
Endocrina: hipotiroidismo, hipertiroidismo, Demencia pugilística
hipopituitarismo
Nutricional: deficiencia en ácido fólico, tiamina Enfermedad de Creutzfeldt-Jackob
(variante humana)
Tumores cerebrales Enfermedad de Pick
Infecciones: TBC, sífilis, VIH Enfermedad de Parkinson
Arteriosclerosis cerebral Enfermedad Huntington
Tumor cerebral
Tabla 7.4. Criterios diagnósticos de la Demencia tipo Alzheimer según el DSM-IV. (4th ed., pp 142-143)
washington DC: American Psychiatric Association, 19944.
83
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84
Capítulo 8
Inmovilidad Immobility
Inestabilidad y caídas Instabillity
Incontinencia urinaria y fecal Incontinence
Demencia y síndrome confusional agudo Intellectual impairment
Infecciones Infection
Desnutrición Inanition
Alteraciones de la vista y oído Impairment of vision and hearing
Estreñimiento, impactación fecal Irritable colon
Depresión/insomnio Isolation
Yatrogenia Iatrogenesis
Inmunodeficiencias Inmune defficiency
Impotencia o alteraciones sexuales Impotence
85
El envejecimiento, además de una mayor vulnerabilidad, también condiciona una evolución diferente
y prolongada de las enfermedades. Por otro lado, el deterioro funcional físico y mental que conlleva la
enfermedad en el anciano, está influenciado por el entorno ambiental y asistencial.
No existen enfermedades propias de la vejez, sino enfermedades en la vejez. Entre las más prevalentes
en los ancianos se encuentran: artropatía, cardiopatía isquémica, enfermedad cerebrovascular, insuficiencia
cardíaca, bronconeumonía, diabetes, cáncer, deterioro cognitivo, infecciones y fractura de cadera.
En cuanto a las causas de muertes referidas a la población española (2009), la principal causa entre los
mayores está relacionada con enfermedades del aparato circulatorio: provocó 109.027 fallecimientos. El
cáncer es la segunda causa de muerte (77.788 fallecidos). En tercer lugar, a distancia, se encuentran las
muertes por enfermedades respiratorias. Destaca el aumento de mortalidad por enfermedades mentales y
nerviosas (demencias, Alzheimer) en los últimos lustros.
En la mayoría de los casos la etiología es desconocida (hipertensión esencial), mientras que en un bajo
porcentaje será consecuencia de problemas renales o endocrinos (hipertensión secundaria). Inicialmente
puede ser asintomática, por lo que muchos pacientes no están diagnosticados. Constituye el principal factor
de riesgo aislado de las enfermedades cardiovasculares, y en menor medida de la insuficiencia renal.
86
8.2.3. Insuficiencia cardíaca congestiva
ENFERMEDADES SISTÉMICAS EN EL PACIENTE MAYOR
8
Es una afección potencialmente mortal en la que el corazón no puede bombear suficiente sangre al resto
del cuerpo, siendo incapaz de proporcionar el oxígeno y los nutrientes que el organismo requiere. Constituye
la principal causa de hospitalización en la población mayor de 65 años, y es una causa importante de
incapacidad crónica y de muerte.
Suele ser una afección crónica, aunque algunas veces se puede desarrollar súbitamente. La situación de
urgencia vital que se puede presentar en el gabinete dental, es el edema agudo de pulmón, que se verá en
el apartado de Patología Respiratoria.
87
suelen ser suficientes para controlarla, pero los pacientes deben permanecer sentados hasta
conseguir la perfusión cerebral adecuada.
- Es frecuente que estos pacientes estén en tratamiento con anticoagulantes o antiagregantes
plaquetarios. Los protocolos recomendados se discuten en el apartado Pacientes con alteraciones
de la coagulación de este mismo capítulo.
- También hay que tener en consideración las interacciones farmacológicas:
-Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), disminuyen la acción de los diuréticos, β-bloqueantes,
vasodilatores directos, antagonistas del calcio, IECAs. Se recomienda la terapia a corto plazo, o el
empleo de otros analgésicos.
- Salicilatos (AAS), pueden desplazar a los antagonistas del calcio del sitio de acción, reduciendo el
efecto de los mismos.
Los corticoides deben emplearse con precaución porque aumentan la presión arterial.
88
8.2.9. Manejo de la urgencia
ENFERMEDADES SISTÉMICAS EN EL PACIENTE MAYOR
8
En todas las situaciones de urgencia, en las que sospechemos de crisis hipertensiva, IAM, angina de
pecho o AVC, la pauta a seguir sería la siguiente:
1. Interrumpir el tratamiento odontológico.
2. Posición: el paciente consciente debe colocarse cómodo, generalmente incorporado o semi-
incorporado. El paciente inconsciente en posición lateral de seguridad; puede ser necesario
modificarla si hay un aumento elevado de la tensión arterial, colocando al paciente en posición
supina con los pies, la cabeza y el tórax algo elevados, manteniendo permeable la vía aérea.
3. Monitorizar los signos vitales: frecuencia y ritmo cardíaco, tensión arterial y frecuencia respiratoria
cada cinco minutos.
4. Solicitar ayuda médica:
a. Crisis hipertensiva severa
b. Angina de pecho que no responde/IAM
c. Accidente vascular cerebral
5. Intentar tranquilizar al paciente.
6. Tratar los signos y síntomas: oxígeno
a. crisis hipertensiva: captopril 25-50 mg v.o./sublingual, nifedipino 10 mg v.o./sublingual o
furosemida 40 mg v.o.
b. cardiopatía isquémica: nitroglicerina sublingual 0,4-0,8 mg cada 5-10 min.
c. accidente vascular cerebral: perfusión i.v. con dextrosa al 5% o solución salina fisiológica.
7. Soporte vital básico en caso de necesidad.
8. Tratamiento definitivo tras la estabilización del paciente y su traslado al hospital.
89
Las sesiones de tratamiento y las esperas deben ser cortas. Colocaremos al paciente en posición vertical,
evitando el dique de goma y otros elementos que dificulten la función respiratoria. En ocasiones será
recomendable la administración de oxígeno a bajo flujo. Debemos evitar los depresores del SNC, por lo que
no se recomienda la sedación con óxido nitroso, aunque sí es aceptable el diazepam a dosis bajas. También
hay que considerar la suplementación de corticoides ante procedimientos estresantes.
90
ENFERMEDADES SISTÉMICAS EN EL PACIENTE MAYOR
8
ulceradas con necrosis central, en la base de la lengua, paladar y con menor frecuencia en labios y mucosas
yugales. Estas úlceras tienen límites irregulares, un fondo excavado con exudado fibrinoso y granulaciones
de Trelat en la superficie.
91
No existe una guía de práctica para el manejo de las anemias en el anciano, el tratamiento siempre estará
dirigido sobre la causa subyacente. Desde nuestra perspectiva odontoestomatológica hay valorar siempre
el estado de salud general y el grado de enfermedad que presenta el adulto mayor para realización de
cualquier procedimiento odontológico. La mayoría de las veces la anemia suele ser un síntoma acompañante
de una enfermedad sistémica. Hasta que no se controle adecuadamente su cuadro anémico, no se debería
realizar procedimientos odontológicos invasivos, sería muy deseable una interconsulta previa con Internista
o Hematólogo de referencia. En los casos graves donde exista una anemia severa refractaria a tratamiento,
que curse con aplasia e incompetencia para la eritropoyesis, nos limitaremos exclusivamente al tratamiento
urgente que lo justifique, provocando el menor trauma operatorio posible.
92
ENFERMEDADES SISTÉMICAS EN EL PACIENTE MAYOR
de causa central a nivel de la médula ósea (por agentes tóxicos, infecciones, neoplasias, aplasias, etc.)
8
o periférica por alteración de las plaqueta circulantes, donde existe acortamiento de la vida media (por
consumo exagerado o por trastornos inmunitarios como la púrpura trombocitopénica idiopática o enfermedad
de Werlhof y algunas colagenosis). El último grupo de púrpuras lo constituye las trombocitopáticas donde
se observa un trastorno de la función plaquetaria, bien por origen congénito (síndrome de Glanzmann,
síndrome de Bernard-Soulier) o adquirido (hepatopatías, por medicamentos como ácido acetilsalicílico,
uremia, anemia perniciosa, transfusiones).
Existe un grupo de enfermedades congénitas con deficiencias en los factores encargados de la
coagulación sanguínea, la hemofilia A donde se afecta el factor VIII, la hemofilia B (déficit de factor IX) y la
enfermedad de von Willebrand que constituye la coagulopatía congénita más frecuente, con una anomalía
en el factor que denomina a esta enfermedad.
En las enfermedades plaquetarias los fenómenos hemorrágicos suelen ser precoces (primeros minutos)
y su localización más frecuente es la piel y las mucosas: púrpuras, equimosis, epistaxis, hematuria y
gingivorragias. En las coagulopatías por déficit de factores, la hemorragia puede tardar horas o incluso
días en aparecer. Suele afectar a articulaciones, músculos, órganos internos, y son de una mayor cuantía
dependiendo del porcentaje del factor deficitario. Será imprescindible una valoración previa por el Servicio
de Hematología y muchas veces la reposición de los factores deficitarios, previos a cualquier procedimiento
quirúrgico.
93
Alteraciones en los vasos: Vasculopatías Alteraciones en la plaquetas
Congénitas Adquiridas Trombopenias Trombopatías
• S Marfan • E Shönlein Henoch • Fallo medular primario • S Bernard-Soulier
• S Ehlers Danlos • Microangiopatía trombótica • Infiltración secundaria: • S Glanzmann
leucemias, metástasis,
• E Fabry • Escorbútica • Asociadas a enf. uremia,
linfomas, etc
hepatopatías, lupus,
• Osteogénesis Imperfecta • Medicamentosa: Penicilina,
• Destrucción No Inmune: mieloproliferativas, etc,
salicilatos, quinina, tetraciclinas,
• E.Rendu-Osler Hiperesplenismo, prótesis
fenacetina, Atropina, etc. • Medicamentos:
(Telangiectasia hemorrágica valvulares, CID, etc.
AAS, Indometacina,
hereditaria) • Púrpura senil
• Destrucción Inmune: fenilbutazona, anestésicos,
• Pseudoxantoma elástico • Púrpura caquéctica PTI, Postransfusional, etc.
• Hemangioma Cavernoso • Por corticoides leucemia linfática crónica,
Colagenosis, Infecciones.
• Amiloidosis
• Hereditarias: S Wiskott-
Aldrich, S Chediak-Higashi
Aunque no exista un criterio unánime, la mayor parte de los estudios recientes coinciden en el bajo riesgo
de aparición de un sangrado incontrolable cuando no se interrumpe la TAO y de suspenderla, no sería
justificable la posibilidad de un tromboembolismo. Por todo ello, para los pacientes que requieran una cirugía
oral limitada (exodoncias de hasta 3 piezas) con un INR<4 y sin otros factores de riesgo, lo aconsejable
será no modificar el tratamiento ACO; extremando siempre las medidas de hemostasia local y los cuidados
postquirúrgicos. El sangrado post-extracción puede controlarse mediante el uso de medidas locales que
comentaremos en el próximo apartado. En los pacientes antiagregados salvo especiales indicaciones,
tampoco estaría justificada la interrupción del antiagregante al haberse registrado en algunos trabajos, un
aumento de recidivas isquémicas en pacientes que se le había retirado el antiagregante. Recientemente se
han comercializado en España una nueva generación de medicamentos ACO con una acción más selectiva
y una respuesta sobre la coagulación más consistente y predecible, evitando así el monitoreo periódico que
requieren los enfermos.
Para el diagnóstico de los trastornos de la coagulación es fundamental la realización de una anamnesis
dirigida hacia episodios personales o familiares de sangrado tras intervenciones, que pueden resultarnos de
gran ayuda para un primer enfoque diagnóstico. En la actualidad se dispone una completa batería analítica
y pruebas complementarias como se indica en la Tabla 8.4.
94
ENFERMEDADES SISTÉMICAS EN EL PACIENTE MAYOR
8
Terapia sustitutiva con Heparina ce Bajo Peso Molecular (HBPM)
-2 Días antes intervención Suspender TAO y Comenzar con HBPM a dosis terapéutica
-1 Día antes intervención HBPM a dosis terapéutica
0 Día intervención HBPM a dosis terapéutica. Reiniciar TAO a la misma dosis indicada antes del procedimiento.
+1 Día tras intervención
er
HBPM + TAO
+2º Día tras intervención HBPM + TAO
+3º Día tras intervención HBPM + TAO
+4º Día tras intervención Suspender HPBM y continuar con la dosis TAO. Hacer control entre el 4º y 7º día.
Tabla 8.4. Terapia sustitutiva con Heparina de Bajo Peso Molecular (HBPM) para pacientes anticoagulados orales
(ACO) y precisen suspender el tratamiento.
8.5. DIABETES
La diabetes mellitus (DM)constituye una de las nuevas epidemias del siglo XXI. El Estudio di@bet.es
(2011) demuestra que el 13,8% de los españoles mayores de 18 años tiene diabetes tipo 2, lo que equivale a
más de 5,3 millones de personas. De ellos, casi 3 millones ya estaban diagnosticados pero 2,3 millones,
el 43% del total, desconocían que padecían la enfermedad. Estas cifras aumentan cuando nos referimos
a las personas mayores. Entre los 61 y los 75 años el 29,8% de las mujeres y el 42,4% de los varones
95
presentan diabetes tipo 2, porcentajes que ascienden al 41,3% de las mujeres y el 37,4% de los varones
de más de 75 años. Este estudio también ha arrojado otros datos preocupantes: el 12,6% de la población,
más de 4,8 millones de personas, tienen intolerancia a la glucosa o glucosa basal alterada, situaciones que
se consideran prediabéticas, mientras que cerca de 11 millones de españoles son obesos, lo que equivale
al 28,2% de la población. Es bien sabido que existe una estrecha relación entre obesidad y diabetes tipo 2.
La DM es la 6ª causa de muerte en los pacientes mayores. 2/3 de las personas diabéticas fallecen por
enfermedades cardiovasculares, teniendo un riego 3 veces mayor que el de la población general. También
hay una mayor incidencia de deterioro cognitivo y depresión.
La gran mayoría de los ancianos padecen una DM tipo 2 (DM2/DMNID). Los mecanismos implicados en
su patogenia son varios y probablemente distintos en ancianos obesos y no obesos, siendo más frecuente
en estos últimos una resistencia a la acción de la insulina. La predisposición genética juega un papel muy
importante. En muy raras ocasiones, los pacientes mayores pueden presentar una DM tipo 1 (DM1/DMID),
caracterizada por un déficit de insulina debido a una destrucción autoinmune de las células beta. En
algunos casos la diabetes puede ser secundaria a enfermedades asociadas o fármacos.
En los pacientes mayores con DM2 no suele darse la clínica típica de polidipsia, polifagia y poliuria. Así
puede manifestar síntomas inespecíficos como sequedad de ojos, xerostomía, cansancio, incontinencia
o confusión. Con frecuencia su inicio es insidioso y no se diagnostica en un número importante de
individuos, hasta un control analítico o durante un ingreso hospitalario por cualquier motivo o incluso por
una complicación grave asociada a la hiperglucemia. (Tabla 8.5)
- Asintomático
- Síntoma inespecíficos: astenia, pérdida de peso, cambios de humor
- Sintomático:
• Síntomas osmóticos: sed, poliuria, nicturia, insomnio, caídas, debilidad, incontinencia
• Infecciones recurrentes
• Cambios cognitivos y deterioro, depresión
• Alteraciones visuales: visión pobre, pérdida de movilidad, caídas, empeoramiento de la
habilidad para conducir
• Síndromes dolorosos: neuropatía, vasculopatía, artritis
- Descompensación metabólica: coma hiperosmolar, cetoacidosis metabólica
- Enfermedades acompañantes y complicaciones comúnmente de origen vascular
• Angina. IAM
• AIT, ictus
• Claudicación, enfermedad vascular periférica, gangrena
El coma hiperosmolar es una complicación aguda grave y característica de los ancianos. Obedece a una severa
deshidratación por la pérdida urinaria de agua y glucosa en respuesta a la hiperglucemia, en ancianos con alteración
en sus mecanismos de sentir sed o que no tiene fácil acceso al agua. La infección aguda, principalmente una
neumonía, es el factor precipitante más frecuente. Por otra parte, la cetoacidosis diabética es una descompensación
metabólica aguda y grave, frecuente en diabéticos jóvenes Tipo I, menos común en el anciano diabético.
La hipoglucemia es otra complicación aguda que puede darse en los pacientes mayores como consecuencia
del tratamiento con antidiabéticos orales o con insulina. Cursa inicialmente con mareo, sudoración, piel fría
y temblor, siendo importante su reconocimiento y tratamiento precoz con un alimento o bebida azucarada.
Si se mantiene se llega a la pérdida de la conciencia y puede tener consecuencias graves o mortales.
Las complicaciones a largo plazo se relacionan con el tiempo de evolución de la enfermedad y el grado
de control de la misma, siendo la hierglucemia crónica el principal factor responsable.
96
ENFERMEDADES SISTÉMICAS EN EL PACIENTE MAYOR
97
Aunque la adrenalina tiene un efecto antagonista de la insulina, no está contraindica la utilización de
anestésicos locales con vasoconstrictores, siendo más importante el lograr un control adecuado del dolor y
evitar así la liberación de catecolaminas endógenas.
Es importante tratar la enfermedad periodontal y eliminar cualquier foco de infección, ya que como hemos
citado anteriormente, ayudará al paciente al control adecuado de su glucemia. Los antibióticos se utilizarán
para el control de la infección, siendo preferible los betalactámicos. En caso de nefropatía diabética se
evitarán fármacos nefrotóxicos (estreptomicina, gentamicina, etc.). Para el control del dolor se evitará la
aspirina, ya que los salicilatos aumentan la secreción y sensibilidad a la insulina.
98
ENFERMEDADES SISTÉMICAS EN EL PACIENTE MAYOR
99
a) Hemodiálisis
El filtrado de la sangre se realiza en una maquina (dializador), que posee una membrana semipermeable
que permite el paso del exceso de fluidos y productos de desecho. En general se efectúan tres sesiones de
diálisis por semana (días alternos), cuya duración se ajusta para lograr una reducción mínima del 65% de la
urea durante el tratamiento. La mayoría de las sesiones duran 3-4 horas. Para ello, al paciente se le provee
de manera artificial un acceso permanente al torrente circulatorio, bien mediante un catéter o bien creando
una fístula arteriovenosa quirúrgicamente.
b) Diálisis peritoneal
Consiste en la introducción de una solución glucosada hipertónica, de concentración variable en la cavidad
peritoneal con un catéter flexible colocado en la pared abdominal. El objeto es utilizar el peritoneo como
membrana, los desechos de la sangre se eliminan por ósmosis. Se realiza 4 ó 5 veces al día o mientras
duerme si se realiza de forma automatizada.
En la actualidad el trasplante ofrece una buena calidad de vida y mejora la supervivencia en aquellos
pacientes con fallo renal irreversible, y donde la diálisis ya no es efectiva. Las tasas de supervivencia
alcanzan el un 90% cuando el donante es consanguíneo. Al cabo de 5 años existe una expectativa de vida
de aproximadamente un 60-70% de los pacientes trasplantados. Estos pacientes previo a la realización del
trasplante y de por vida son sometidos a una terapia inmunosupresora para prevenir el riesgo de rechazo.
Se basa en un tratamiento combinado con corticoesteroides, inhibidores de la calcineurina (ciclosporina,
tacrolimus) e inhibidores de la proliferación de los linfocitos (azatioprina, micofenolato mofetil).
Consideraciones en el tratamiento dental
Los pacientes con IRC requieren unas consideraciones específicas previas al tratamiento odontológico,
especialmente en relación con el excesivo sangrado, el riesgo de infección y la prescripción de medicamentos.
Es muy importante conocer los diferentes estados de la enfermedad renal y el tratamiento específico que
recibe el paciente, para adoptar las consideraciones adecuadas previo a realizar algún procedimiento
odontológico. Por esto, es fundamental la consulta con el nefrólogo que nos informará sobre estos aspectos
y sobre cuál es el mejor momento para realizar nuestro tratamiento y las posibles complicaciones que
puedan surgir, así como las modificaciones que pueda necesitar su medicación habitual. En todos los
pacientes con IRC se deben tener en cuenta las siguientes consideraciones:
A. Riesgo de sangrado: Debido al elevado riesgo de hemorragia por alteraciones hematológicas, previo
a cualquier tratamiento invasivo se pedirá un hemograma completo y pruebas de coagulación.
B. Prevención de infecciones: Es fundamental la eliminación de cualquier infección en la cavidad oral
de forma precoz y considerar el uso de profilaxis antibiótica cuando se prevea sangrado y/o riesgo de
septicemia. Las pautas recomendadas son las mismas que para la endocarditis bacteriana.
C. Se debe monitorizar la tensión arterial antes y durante el tratamiento y administrar sedación para
reducir la ansiedad.
D. Manejo farmacológico del paciente con IRC: El fallo renal hace que el metabolismo y la eliminación
de ciertos fármacos se vean alterados, lo que hace necesario el ajuste de la dosis o del intervalo de
frecuencia de las tomas. Además, se debe evitar la prescripción de fármacos nefrotóxicos que pueden
agravar o iniciar el cuadro. De los fármacos más empleados:
- Antibióticos: Las penicilinas, clindamicina y cefalosporinas pueden ser usadas a dosis habituales y
son los antibióticos de preferencia, aunque se debe alargar el intervalo entre dosis. Se debe evitar
la prescripción de antibióticos aminoglucósidos y tetraciclinas, dada su nefrotoxicidad.
- Analgésicos/Antiinflamatorios: El paracetamol es el analgésico no-narcótico de elección para
usos episódicos; la aspirina posee efecto antiagregante, por lo que debe evitarse su uso en el
paciente urémico, y con los antiinflamatorios no-esteroides (indometacina, ibuprofeno, naproxeno
y diclofenaco sódico) debe reducirse la dosis e incluso descartar su prescripción en fases más
avanzadas de la IR, ya que inhiben las prostaglandinas generando un efecto hipertensor. Los
analgésicos narcóticos (codeína, morfina, fentanilo), al ser metabolizados por el hígado no suelen
requerir ajuste de dosis.
- Anestésicos locales: Es necesario reducir la dosis entre el 25-50%, en pacientes con IRC,
- Benzodiacepinas: Se pueden prescribir sin ajuste de dosis.
E. En el paciente con diálisis peritoneal se podrá realizar el tratamiento dental cuando su estado de
salud general lo permita, teniendo en cuenta las medidas específicas comentadas anteriormente.
100
ENFERMEDADES SISTÉMICAS EN EL PACIENTE MAYOR
F. Sin embargo, en los pacientes que reciben hemodiálisis, además hay que tener en cuenta que
8
aumenta considerablemente el riesgo de hemorragia. Los pacientes reciben una terapia anticoagulante,
generalmente con heparina para facilitar el paso de la sangre por el dializador, asegurando la permeabilidad
del acceso. Se aconseja realizar los tratamientos dentales en los días de no-diálisis para asegurar que no
hay heparina circulante, ya que su vida media es de unas cuatro horas. Aun así, antes de realizar procesos
invasivos es importante solicitar un hemograma completo, pruebas de coagulación, y disponer de medidas
hemostáticas locales. En aquellos tratamientos invasivos se aconseja realizar previamente una profilaxis
antibiótica. Debido a que los pacientes bajo diálisis son expuestos a un gran número de transfusiones e
intercambios sanguíneos, existe un mayor riesgo a contraer infecciones como hepatitis B y C, tuberculosis
y VIH. Deberán monitorizarse periódicamente y tomar precauciones para evitar nuestro contagio o la
contaminación cruzada en la consulta dental. En cuanto a la prescripción de fármacos puede ser necesario
pautar una dosis suplementaria después de la diálisis.
G. En un paciente trasplantado se podrá realizar el tratamiento odontológico siempre y cuando el
trasplante haya sido admitido por el paciente y su estado general se encuentre bien. En los seis primeros
meses se aconseja no realizar ningún tratamiento dental. La consideración más importante es eliminar
los focos infecciosos activos, así como disminuir la posibilidad de infección después del trasplante. Los
dientes con pronóstico incierto se deben extraer. Todos los pacientes trasplantados requieren de una terapia
inmunosupresora de por vida. En aquellos en que el paciente presenta signos de infección, es importante
eliminar estos focos de infección, y realizar previamente una profilaxis antibiótica. Siempre se debe realizar
un hemograma completo, pruebas de coagulación y monitorizar el estado de presión sanguínea. Ante
tratamientos invasivos o que puedan generar estrés será necesario suplementar previo a la intervención la
dosis de esteroides para evitar una posible crisis adrenal.
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101
Capítulo 9
9.1. INTRODUCCIÓN
El envejecimiento es un proceso complejo, en el que tiene lugar una serie de cambios fisiológicos y un
aumento en la incidencia de patologías sistémicas. La prescripción correcta de fármacos en el anciano es
compleja, no sólo depende del conocimiento de las alteraciones farmacocinéticas y farmacodinámicas que
ocurren con la edad o de una correcta selección del fármaco. Los aspectos no farmacológicos derivados
de la forma de prescribir, de cómo adaptarla al tipo de paciente, de la capacidad de priorizar los fármacos
en determinadas situaciones de pluripatología y de la capacidad para tomar decisiones terapéuticas
proporcionadas marcan la diferencia entre la simple tranquilidad de elegir un fármaco de uso recomendado
en el anciano y una farmacoterapia geriátrica segura y efectiva.
103
Recetas activos Recetas pensionista Total recetas
AÑO 2000 183 millones (30,70%) 414 millones (69,30%) 597 millones
AÑO 2001 188 millones (30,36%) 433 millones (69,64%) 621 millones
AÑO 2002 199,56 millones (30,48%) 454,94 millones (69,52%) 654,50 millones
AÑO 2003 213,36 millones (30,58%) 484,27 millones (69,42%) 697,63 millones
AÑO 2004 216,43 millones (30,00%) 504,92 millones (70,00%) 721,35 millones
AÑO 2005 229,30 millones (29,99%) 535,34 millones (70,01%) 764,64 millones
AÑO 2006 239,00 millones (30,15%) 553,62 millones (69,85%) 792,62 millones
AÑO 2007 253,31 millones (30,04%) 590,06 millones (69,96%) 843,37 millones
AÑO 2008 262,07 millones (29,44%) 627,97 millones (70,56%) 890,04 millones
AÑO 2009 275,89 millones (29,54%) 658,11 millones (70,46%) 934,00 millones
AÑO 2010 276,53 millones (28,87%) 681,16 millones (71,13%) 957,69 millones
Las Encuestas Nacionales de Salud de España (ENSE) revelan un mayor consumo de fármacos en las
personas de edad avanzada así como un incremento progresivo en el consumo de medicamentos por
esta población. Según la ENSE de 2001 el 85% de las personas mayores de 75 años había consumido
medicamentos en las últimas dos semanas y este porcentaje aumentaba al 94% en la ENSE de 2006. Estas
encuestas también muestran un mayor consumo de fármacos en las mujeres mayores frente a los hombres
de la misma edad (Tabla 9.2).
Los trabajos que evalúan los efectos del excesivo consumo de fármacos muestran la misma
conclusión, el número total de fármacos que ingiere una persona es el principal factor asociado a la
aparición de efectos adversos. Los pacientes ancianos consumen más fármacos que los jóvenes, lo
que se ha relacionado con la mayor prevalencia de patologías crónicas y con la mayor frecuentación
de los servicios sanitarios. Por ello en estos pacientes es fundamental determinar la incidencia del mal
uso de los fármacos y de las repercusiones que este uso tiene en cuanto a morbilidad y mortalidad.
Los tres aspectos fundamentales que deben tenerse en cuenta para valorar la adecuada prescripción
de medicamentos en personas mayores son: la utilidad terapéutica del fármaco, si está indicado para
las patologías del paciente y si es adecuado el consumo de ese fármaco en las condiciones físicas y
mentales que tiene el paciente.
104
ORIENTACIÓN TERAPÉUTICA GENERAL. FARMACOTERAPIA: PRINCIPIOS E INTERACCIONES
9
Fuente: Encuesta Nacional de Salud de España. Ministerio de Sanidad , Servicios Sociales e Igualdad.
Tabla 9.2. Consumo de medicamentos en las últimas dos semanas. Distribución porcentual según grupos de edad y sexo.
Los fármacos de baja utilidad terapéutica (UTB), también denominados fármacos de valor intrínseco
dudoso o inaceptable, se subdividen en 2 grupos: UTB1 que incluye principios activos cuya eficacia no ha
sido demostrada de forma convincente en ensayos clínicos controlados y UTB2 que agrupan especialidades
farmacéuticas que debido a su composición presentan una relación riesgo/beneficio claramente desfavorable.
La prescripción de fármacos de baja utilidad terapéutica es frecuente en personas de edad avanzada y
entre los más empleados se encuentran los vasodilatadores periféricos.
Los medicamentos son diseñados con el propósito de aliviar, prevenir o curar determinadas patologías o
síntomas, si no existe esta condición no estaría justificado su uso. Pero esto que puede parecer imposible en
ocasiones no es infrecuente. Existen diversos motivos por los que un paciente recibe un medicamento no indicado:
- Utilización de un fármaco para una indicación que no posee.
- Mantenimiento del medicamento una vez finalizado el tiempo estimado para un tratamiento correcto.
- Utilización de un fármaco como placebo.
- Efecto cascada. En la cascada terapéutica, un fármaco produce un efecto secundario que es
tratado con otro fármaco.
El excesivo uso de medicación inapropiada en los ancianos ha sido tratado en diversos estudios siendo los
principales fármacos implicados los psicotropos (neurolépticos, antidepresivos e hipnóticos), seguidos de los
analgésicos y la digoxina. Un fármaco inadecuado es aquel que es potencialmente lesivo, pudiendo además
evitarse su uso al existir otra alternativa menos perjudicial e igual de efectiva. Puede ser inadecuado por la edad,
al aumentar su toxicidad en edades extremas de la vida, o puede serlo por las patologías de base del paciente.
Un elevado porcentaje de personas de edad avanzada toma algún fármaco no indicado, no recomendado
o de baja utilidad terapéutica, estando este consumo asociado con más frecuencia a aquellos que más
patologías tienen y a los que proceden de residencias de ancianos. La mayoría de instrumentos para una
revisión estructurada de la medicación respecto a su prescripción potencialmente apropiada o inapropiada
105
han sido desarrollados para pacientes de edad avanzada. Entre estos instrumentos destacan los criterios de
Beers y los criterios STOPP (Screening Tool of Older Person´s potentially inappropiate Prescriptions). Ambos
analizan la utilización potencialmente inadecuada de medicamentos en personas de 65 y más años. Se trata
de medicamentos que deberían ser evitados en este colectivo, a nivel general o en patologías concretas,
al ser ineficaces, o tener riesgos innecesarios con alternativas más seguras. Estos listados son elaborados
por grupos de expertos, a partir de la evidencia y su experiencia, haciendo una serie de recomendaciones
sobre medicamentos o grupos de medicamentos a evitar siempre o delante de determinados procesos en
personas de 65 y más años. Los criterios de Beers están mucho más difundidos sobre todo en los Estados
Unidos de América, aunque estudios preliminares y recientes realizados en Europa, demuestran que los
criterios STOPP son más adecuados que los criterios de Beers tanto por lo que respecta a la detección de
medicamentos potencialmente inadecuados, como a la detección de acontecimientos adversos secundarios
a dicha utilización inadecuada. Además, un estudio reciente ha demostrado que los medicamentos listados
en los criterios STOPP se asocian de forma significativa con acontecimientos adversos a medicamentos
evitables que causan o contribuyen a una hospitalización urgente en personas de edad avanzada.
La prescripción adecuada en personas mayores debe tener en cuenta la esperanza de vida del
paciente, reevaluando o evitando terapias preventivas en pacientes con pronóstico de corta supervivencia
y promoviendo fármacos con relación beneficio/riesgo favorable. Y también debe evitar que en estos
pacientes de edad avanzada no se utilicen por razones no justificadas fármacos que sí serían clínicamente
beneficiosos.
Además de la polimedicación, y en ocasiones vinculada a ella, otro de los problemas relacionados con la
terapia farmacológica que se produce con más frecuencia en la población anciana es el incumplimiento o
falta de adherencia terapéutica.
El cumplimiento farmacológico es un proceso complejo que está influido por factores relacionados con
el paciente, con el profesional, con el sistema sanitario, con la enfermedad y con los propios fármacos. El
paciente toma decisiones sobre su medicación considerando factores personales relativos a sus creencias
sobre la salud, sobre la percepción de la causa de su enfermedad o la manera que cree que debe hacerle
frente. La adherencia terapéutica disminuye de forma significativa a medida que aumenta el número
de fármacos que debe tomar el paciente de forma prolongada, así como con el envejecimiento y con la
disminución de la capacidad funcional.
En las personas mayores el incumplimiento terapéutico se ha relacionado con el aumento de médicos
prescriptores, la polimedicación, la complejidad de la pauta posológica, la depresión y el deterioro cognitivo
y funcional. Entre las razones más frecuentes de falta de adherencia al tratamiento alegadas por los
ancianos están el olvido, los efectos adversos, apreciar la falta de necesidad del tratamiento, no disponer
de medicamentos, falta de información acerca de la administración correcta, porque perciben que toman
demasiados medicamentos, los creen inefectivos o por dificultad para tragar los comprimidos.
Entre un tercio y la mitad de los ancianos tratados no realizan de una forma correcta la prescripción y
un porcentaje más elevado toman dosis menores de las prescritas por su médico. La falta de adherencia a
tratamientos crónicos en las personas mayores condiciona un número importante de ingresos hospitalarios
e incrementa el coste sanitario. El incumplimiento terapéutico hace que el médico, que en muchas ocasiones
ignora este hecho, no pueda valorar con claridad la utilidad del tratamiento y piense que el diagnóstico y/o
tratamiento no sean correctos. Esta circunstancia puede condicionar que se someta al paciente a pruebas
complementarias innecesarias, a dosis más altas de las habituales o a tratamientos más agresivos, lo que
produce un incremento en los riesgos para el paciente.
Conocidas la frecuencia y repercusiones del incumplimento terapéutico es fundamental aplicar
periódicamente métodos de detección, para descubrir errores en la prescripción y reforzar actitudes
correctas que mejoren la adherencia. Los métodos para medir el cumplimiento terapéutico se clasifican en:
- Métodos directos: se basan en la determinación del fármaco, de sus metabolitos o de sustancias
trazadoras en algún fluido biológico fundamentalmente sangre u orina.
- Métodos indirectos: se dividen en métodos objetivos (recuento de comprimidos, monitores
electrónicos acoplados al envase, asistencia a las citas de control programadas, valoración de la
eficacia terapéutica alcanzada y de los efectos adversos de la medicación) y métodos subjetivos (el
juicio del médico o los cuestinarios sobre el cumplimiento como el de Morisky-Green).
Las intervenciones para mejorar la adherencia terapéutica están dirigidas a realizar una prescripción razonada
(diagnóstico preciso, información al paciente de la necesidad de tratamiento farmacológico, seleccionar el fármaco
más adecuado para el paciente, información de la importancia de seguir la pauta posológica, de los objetivos a
alcanzar y de los posibles efectos adversos), minimizar el número de fármacos prescritos y simplificar las pautas
posológicas, mejorar la información en las consultas, realizar tarjetas calendario o bandejas compartimentales para
106
ORIENTACIÓN TERAPÉUTICA GENERAL. FARMACOTERAPIA: PRINCIPIOS E INTERACCIONES
el manejo de la medicación, mejorar la interacción entre el cuidador y el paciente e intervenir sobre las barreras
9
que dificultan el cumplimiento (falta de destreza, problemas visuales, deterioro cognitivo, dificultad para tragar, etc.).
Estas intervenciones necesitan de recordatorios y seguimiento para mantener la efectividad, ya que los beneficios
de éstas sobre el cuidador y el paciente anciano disminuyen con el tiempo.
Es fundamental que los distintos profesionales sanitarios que participan en la asistencia del paciente
anciano dispongan de una información relativa al historial farmacoterapéutico del paciente completa que
facilite una correcta indicación de los nuevos tratamientos y evite posibles duplicidades así como aquellos
efectos secundarios e interacciones que se puedan producir por desconocimiento del tratamiento integro que
está tomando un paciente. Para ello debe conocerse tanto la medicación prescrita como la automedicación.
Aunque la Encuesta Nacional de Salud de España de 2006 revela que la automedicación es un problema
más frecuente en los adultos jóvenes que en los adultos de edad avanzada. Según esta encuesta la
automedicación se produce en el 8% de las personas entre 65 y 74 años y en el 7% de las personas de 75
o más años. Mientras que en las personas de 25 a 34 años la automedicación es del 20%.
El Sistema Nacional de Salud, consciente de la importancia de favorecer el uso racional del medicamento,
está promoviendo el desarrollo de programas de mejora de la atención farmacéutica a pacientes crónicos y
polimedicados, que en su mayoría son personas de edad avanzada. Estos programas pretenden potenciar
la calidad de la prescripción utilizando los medicamentos de una forma racional, favoreciendo la eficiencia,
que se puede traducir en más beneficios en términos de salud, mejorando la calidad de vida de los pacientes
y el control de las enfermedades crónicas, disminuyendo las complicaciones de muchas patologías, los
ingresos hospitalarios y en consonancia tener un efecto potencial en la reducción de la mortalidad. Las
acciones específicas que abordan estos programas son:
- Control y seguimiento de tratamientos y de pautas posológicas.
- Ayuda al cumplimiento mediante apoyo presencial.
- Control de la eficacia y eficiencia de los tratamientos.
- Detección de los efectos adversos y de errores de medicación.
- Educación sanitaria a los pacientes.
- Evitar acumulación de medicamentos sin usar.
107
lidocaína o propanolol. La excreción renal de los medicamentos se ve afectada porque la función renal se
reduce hasta en un 50%, la masa y el flujo renal disminuyen, por lo que la concentración plasmática de
algunos fármacos es más elevada de lo esperado.
La descripción de los cambios fisiológicos que se producen en el adulto mayor que pueden alterar la
respuesta de los fármacos como consecuencia de las modificaciones farmacocinéticas se presentan en la
Tabla 9.3.
Fuente: Tratamiento farmacológico en el paciente geriátrico. Boletín Farmacoterapéutico Valenciano 2000; 1: 25-8.
Tabla 9.3. Modificaciones farmacocinéticas en el adulto mayor.
108
ORIENTACIÓN TERAPÉUTICA GENERAL. FARMACOTERAPIA: PRINCIPIOS E INTERACCIONES
9.4.1. Antibiótico
9
La mayor parte de las infecciones de la cavidad oral son odontógenas y primarias, siendo las más
frecuentes la caries dental, la gingivitis y la periodontitis. Los microorganismos involucrados en cada proceso
varían, pero predominan las bacterias anaerobias y anaerobias facultativas de los géneros: Porphyromonas,
Prevotella, Fusobacterium, Bacteroides, Streptococcus, Actinomyces, Actinobacillus, Lactobacillus,
Peptostreptococcus y Capnocytophaga. El manejo terapéutico de estas infecciones comprenderá el
tratamiento odontológico, antimicrobiano, quirúrgico o combinado.
Para seleccionar el antibiótico idóneo, el clínico debe tener en cuenta dos factores: el paciente y el
microorganismo causal conocido o probable. Los factores relacionados con el paciente, que deben
considerarse son los antecedentes de alergia, la función renal y hepática, la susceptibilidad a las
infecciones (estado de inmunodepresión), la capacidad de tolerar la medicación por vía oral, la gravedad de
la enfermedad, la edad o la toma de otros medicamentos. El microorganismo conocido o sospechoso y la
sensibilidad antibacteriana ayudan, junto a los factores citados son anterioridad, a elegir uno o más fármacos,
si bien la decisión final depende de las propiedades microbiológicas, farmacológicas y toxicológicas.
El uso de antibióticos en odontología se caracteriza por una serie de particularidades; la prescripción de
antibióticos es empírica, ya que no se suelen hacer cultivos de exudado, y por tanto suelen ser antibacterianos
de amplio espectro, se utiliza normalmente un número muy limitado de medicamentos, a veces tan sólo dos
o tres. A su vez, la prescripción se caracteriza por períodos cortos de tiempo, por lo general no más de 7-10
días y casi siempre asociada con la prescripción de antiinflamatorios no esteroideos (AINES).
Los antibacterianos sólo deben prescribirse para tratar infecciones bacterianas orales cuando exista
una indicación clara, estas son, la pulpitis supurativa aguda, el absceso periapical o periodontal agudo, la
celulitis, la fístula oroantral (y la sinusitis aguda), la pericoronaritis grave, la osteítis localizada, la gingivitis
necrosante aguda y las formas destructivas de la enfermedad periodontal crónica. Los antibacterianos
están indicados cuando se retrasa el tratamiento y en pacientes inmunodeprimidos o con diabetes. Otras
infecciones como la sialoadenitis bacteriana, la osteomielitis y la angina de Ludwing requieren antibióticos
y tratamiento hospitalario. Tras la cirugía dental, los antibacterianos pueden ayudar para prevenir la
propagación de la infección local o sistémica.
El antibiótico ideal debe reunir las siguientes características:
- Debe ser activo frente a las bacterias odontopatógenas potencialmente responsables especialmente
anaerobias, incluso las productoras de betalactamasas.
- Ser mejor bactericida que bacteriostático (para asegurar la erradicación bacteriana).
- Tener un perfil farmacocinético favorable.
- Que alcance una concentración elevada de fármaco activo en tejidos.
- Ser bien tolerado.
- Fácil y cómodo de administrar, por vía oral.
- En menor número de dosis (que evite los abandonos de tratamiento).
- Con pocos efectos adversos.
Los antibióticos más comúnmente empleados en odontología, son los siguientes, y se recogen en la Tabla 9.4;
109
PRINCIPIO VIA DE ADMINISTRACIÓN POSOLOGÍA EFECTOS ADVERSOS
ACTIVO
Fuente: Rodríguez-Alonso E, Rodríguez-Monje MT. Tratamiento antibiótico de la infección odontogénica. Inf Ter Sist Nac Salud 2009; 33: 67-79.
Tabla 9.4. Antibióticos utilizados habitualmente en odontología.
9.4.1.1. Penicilinas
La penicilina, ampicilina y amoxicilina son fármacos bactericidas útiles tanto para el tratamiento de la fase
aguda de la infección odontogénica como para la prevención de sus complicaciones. Debido a su buena
actividad frente a patógenos aerobios facultativos y anaerobios se consideran uno de los antibióticos de
elección en el tratamiento de las infecciones mixtas de la cavidad bucal. Sin embargo, cada vez son más
numerosas las bacterias productoras de betalactamasas, enzimas capaces de hidrolizar las penicilinas
y de ocasionar fracaso terapéutico. La asociación de una penicilina con un inhibidor de betalactamasas
como amoxicilina/ácido clavulánico ha pasado a ser el tratamiento de elección en un gran número de
estos procesos. La dosis habitual para el tratamiento de las infecciones orales de la amoxicilina es de 750
a 1000mg cada 8 horas y de la amoxicilina/ácido clavulánico de 500 a 875 mg/125 mg cada 8 horas. Una
pauta reciente que facilita la adherencia al tratamiento es administrar 2 g de amoxicilina y 125 mg de ácido
clavulánico cada 12 horas.
9.4.1.2. Lincosamidas
La clindamicina continúa siendo el tratamiento de elección en pacientes alérgicos a betalactámicos en
la mayoría de las infecciones odontogénicas. Presenta una buena actividad frente a bacterias anaerobias,
aunque cada vez es más frecuente la aparición de cepas resistentes. Más de un 25% de los estreptococos
del grupo viridans presenta resistencia de alto nivel, no superable con altas dosis de dicho antibiótico.
Tampoco es activa frente a algunos bacilos Gramnegativos como A. actinomycetemcomitans, Eikenella
corrodens y Capnocytophaga spp. La dosis de administración por vía oral habitual de la clindamicina es de
300 mg cada 8 horas.
9.4.1.3. Nitroimidazoles
El metronidazol presenta una excelente actividad frente a bacilos Gramnegativos anaerobios y
espiroquetas, pero con escasa o nula actividad frente a cocos anaerobios y bacterias aerobias y facultativas
de la cavidad bucal. Debe administrarse en combinación con otros antibióticos (penicilinas o macrólidos) en
110
ORIENTACIÓN TERAPÉUTICA GENERAL. FARMACOTERAPIA: PRINCIPIOS E INTERACCIONES
aquellas infecciones mixtas de la cavidad bucal en las que puedan estar implicados estreptococos orales
9
aerobios o facultativos. Es el fármaco de elección para tratar la gingivitis necrosante aguda. La dosis de
administración por vía oral es de 250-500 mg cada 8 horas.
9.4.1.4. Cefalosporinas
Las cefalosporinas se clasifican en generaciones, atendiendo a su espectro antibacteriano, y sin guardar
relación temporal con su síntesis. En líneas generales, a medida que avanzamos en generaciones, mejora
la actividad frente a gérmenes Gramnegativos, pero empeora frente a Grampositivos. Ofrecen mínimas
ventajas sobre las penicilinas en las infecciones dentales. La cefuroxima axetilo se administra en dosis de
250-500 mg cada 12 h por vía oral.
9.4.1.5. Macrólidos
Los macrólidos son antibióticos bacteriostáticos con un espectro de actividad que abarca bacterias
Grampositivas, algunos Gramnegativos, bacterias de crecimiento intracelular y diversos anaerobios, entre
los que se encontrarían los géneros Porphyromonas y Prevotella. Bacteroides spp y Fusobacterium spp
suelen ser resistentes a estos antibióticos. Al igual que ha ocurrido con otras especies de estreptococos (S.
pneumoniae, S. pyogenes), la prevalencia de resistencia a estreptococos orales se ha visto incrementada
de forma importante, con tasas que en muchas zonas de nuestro país se sitúan por encima del 50%. Dentro
de los representantes de la familia, la claritromicina es la que presenta una mayor actividad in vitro frente a
anaerobios Grampositivos se emplea en dosis de 250-500 mg cada 12 horas por vía oral y la azitromicina
frente a los anaerobios Gramnegativos, se administra 500 mg al día durante tres días por vía oral.
9.4.1.6. Quinolona
El ciprofloxacino está indicado principalmente en las osteomielitis por bacterias Gramnegativas. La dosis
más habitual es de 500 mg cada 12 horas.
9.4.1.7. Tetraciclinas
Son antibióticos que se han utilizado clásicamente en el tratamiento de la infección odontogénica, pero
que en la actualidad presentan una actividad limitada como consecuencia del aumento en los niveles de
resistencia, sobre todo en países como España con un elevado consumo de antimicrobianos. La doxiciclina
se administra en dosis de 100 mg cada 12 horas por vía oral tras una dosis inicial de 200 mg.
En conclusión, la amoxicilina/ácido clavulánico, el metronidazol y la clindamicina presentan actividad frente
a la mayoría de los microorganismos responsables de las infecciones odontogénicas. Otras alternativas
como claritromicina y azitromicina completan el arsenal terapéutico.
La guía terapéutica antimicrobiana Sanford, ante una infección odontogénica de la cavidad oral, recomienda
como tratamiento de elección clindamicina (300-450mg vía oral cada 6h o 600mg intravenoso cada 6-8h) y
como tratamiento alternativo amoxicilina-ácido clavulánico (875/125mg o 500/125mg o 2000/125mg vía oral
cada 8-12h) o cefotetan 2g IV cada 12h.
Se deben de tener una serie de precauciones en el empleo de antibióticos en pacientes mayores con;
Insuficiencia renal
Muchos antibióticos son activamente eliminados por los riñones. La presencia de insuficiencia renal
requiere una reducción de la dosis del fármaco a fin de evitar las concentraciones plasmáticas elevadas
que podría llevar a la toxicidad. El ajuste de la dosis se puede realizar mediante la reducción de la cantidad
administrada en cada dosis, o bien aumentando el intervalo entre dosis (sin modificar la cantidad de droga).
La Tabla 9.5 muestra algunos de los antibióticos más utilizados en la práctica odontológica, con los ajustes
de la dosis requerida de acuerdo con el grado de insuficiencia renal (evaluada en función del aclaramiento
de creatinina, CLCR).
Insuficiencia hepática
Algunos antibióticos se metabolizan en el hígado, seguido de la eliminación en la bilis. En pacientes con
insuficiencia hepática, el uso de antibióticos debe ser restringido a fin de evitar la toxicidad secundaria a la
111
sobredosis. Eritromicina, clindamicina, metronidazol y medicamentos anti-tuberculosis son los antibióticos que
requieren ajustes de dosis cuando se administran a pacientes con insuficiencia hepática. Independientemente
de las consideraciones anteriores, algunos antibióticos son potencialmente hepatotóxicos. Como resultado de
ello, y siempre que sea posible, deben evitarse en pacientes con algún trastorno hepático activo. En concreto,
las tetraciclinas y medicamentos contra la tuberculosis deben ser evitados.
Fuente: Poveda-Roda R, Bagán JV, Sanchis-Bielsa JM, Carbonell-Pastor E. Antibiotic use in dental practice. A review. Med Oral Patol Oral
Cir Bucal 2007;12:E186-92.
Tabla 9.5. Antibióticos de uso frecuente en odontología, con los ajustes de dosis.
112
B. Tramadol
ORIENTACIÓN TERAPÉUTICA GENERAL. FARMACOTERAPIA: PRINCIPIOS E INTERACCIONES
9
Es un analgésico de acción central indicado para dolores agudos o crónicos a dosis de 50-100 mg cada
6-8 horas. Hay que ajustarlo en caso de que coexista insuficiencia hepática y renal. Los efectos adversos
incluyen estreñimiento, hipotensión, dependencia por uso crónico, retención de orina, prurito y depresión
respiratoria.
113
9.4.2.4. Antiinflamatorios esteroideos o corticoides
Son un amplio grupo de fármacos empleados en odontología como inmunosupresores (vía oral y tópica) y como
antiinflamatorios (vía oral y parenteral). Son los antiinflamatorios más eficaces y se suelen emplear por vía intravenosa
en pacientes hospitalizados tras intervenciones quirúrgicas de la cavidad oral o en infecciones odontogénicas graves.
Por vía oral se inicia con dosis de 12-80 mg/día por la mañana, para ir ajustando la dosis según la evolución del paciente,
y se retira previa disminución paulatina de la dosis diaria. Por vía intravenosa se suelen utilizar 40 mg cada 8 horas.
Los efectos adversos de los corticoides son úlcera gástrica, fracturas patológicas por osteoporosis,
supresión adrenal, glaucoma, cataratas, aumento de riesgo de infecciones. En la Tabla 9.7 se recogen los
corticoides de uso común en odontología.
La norma básica en el anciano es prescribir el menor número de fármacos posible y a dosis terapéuticas adecuadas,
controlando frecuentemente el seguimiento, evitando las repeticiones sin control y valorando muy estrictamente la
posibilidad de aparición de efectos indeseables o secundarios y las interacciones entre fármacos de uso común.
Fuente: Poveda R Empleo de antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios en Odontología. En: Medicina Bucal. Bagán JV, editores.
Valencia: Medicina Oral; 2008.p. 413-22.
Tabla 9.7. Corticoides utilizados en odontología.
114
ORIENTACIÓN TERAPÉUTICA GENERAL. FARMACOTERAPIA: PRINCIPIOS E INTERACCIONES
En conclusión, los antibióticos que se prescriben en odontología y que presentan mayor riesgo de
9
interacciones farmacológicas graves son eritromicina, claritromicina, ciprofloxacino y metronidazol. Esto se
produce, porque estos antimicrobianos (además del fluconazol, ketoconazol e itraconazol) son inhibidores de
diversos isoenzimas del citocromo P450 (CYP3A4, CYP1A2, CYP2C9). En consecuencia, existe un mayor
potencial de riesgo de interacciones con medicamentos sustratos de estas isoenzimas (antihistamínicos,
hipolipemiantes, calcio antagonistas, inmunosupresores...) como recoge la Tabla 9.8. La interacción más
interesante desde el punto de vista de la odontología clínica es la del metronidazol con la warfarina lo que
aumenta significativamente los niveles en sangre y la vida media de estos anticoagulantes y por lo tanto,
pueden dar lugar a una mayor tendencia a la hemorragia. Es aconsejable que antes de prescribir metronidazol
o fluconazol a pacientes sometidos a largo plazo de tratamiento con warfarina y fenitoína consultar con el
especialista. También el metronidazol puede interactuar con el alcohol y con el litio. La interacción de la
eritromicina, claritromicina y azitromicina con digoxina puede producir toxicidad por digitálicos.
Fuente: Gómez-Moreno G, Guardia J, Cutando A, Calvo-Guirado JL. Pharmacological interactions of anti-microbial agents in odontology.
Med Oral Patol Oral Cir Bucal. 2009 Mar 1;14 (3):E123-8.
Tabla 9.8. Interacciones farmacológicas de antimicrobianos con otros fármacos que se metabolizan por enzimas
dependientes del citocromo P450.
115
Las tetraciclinas y las quinolonas, pueden forman quelatos con cationes bivalentes y trivalentes de la
dieta, antiácidos y vitaminas. Estos quelatos son insolubles, por lo que, el antibiótico o el catión no tiene
actividad. Por lo tanto, los cationes bivalentes como el calcio, magnesio, bismuto, hierro, zinc y aluminio
pueden modificar la absorción de las moléculas de tetraciclina. El ciprofloxacino también forma quelatos con
cationes trivalentes como el hierro y el zinc.
116
ORIENTACIÓN TERAPÉUTICA GENERAL. FARMACOTERAPIA: PRINCIPIOS E INTERACCIONES
Clínicamente, la interacción entre los antidiabéticos orales y los AINES no tiene mucha relevancia. Sin
9
embargo, hay casos aislados de hipoglucemia en los pacientes que toman fenclofenaco con clorpropamida
y metformina, glibenclamida con diflunisal, y el ibuprofeno con sulfonilurea.
La importancia de prevenir la aparición de estas interacciones farmacológicas se debe a que estos son
medicamentos prescritos a diario en odontología para el tratamiento del dolor moderado y la inflamación
en la cavidad oral.
En conclusión, la complejidad de las interacciones farmacológicas en las personas mayores relacionadas
con la comorbilidad, la polifarmacia y los cambios en la farmacocinética y farmacodinamia por la edad
justifican el viejo y conocido aforismo “empezar despacio y continuar despacio”.
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117
Capítulo 10
Inmediatas Tardías
Reversibles Irreversibles Reversibles Irreversibles
Eritema Xerostomía (irreversible si la Caries por irradiación
dosis supera los 60 Gy)
Mucositis Necrosis severas Osteorradionecrosis
Disgeusia Necrosis pulpar y dolor
(parcialmente reversible)
Glosodinia Trismus
(parcialmente reversible)
Infecciones secundarias
Depilación
Disfagia y alteraciones en la nutrición
Dientes hipersensibles
119
Precoces Inmediatas Tardías
Diarreas Mucositis Alopecia
Náuseas Mielosupresión Inmunosupresión
Vómitos Neutropenia Nefrotoxicidad
Malestar Plaquetopenia Neurotoxicidad
Adinamia Anemia Miocardiopatías
Artralgias Infecciones por Herpes o Candidas Toxicidad local
Excitación Hemorragias
Exantemas Xerostomía
120
EL PACIENTE MAYOR CON CÁNCER. BIFOSFONATOS
al paciente en la necesidad de mantener una higiene bucal escrupulosa, enseñándole técnicas de higiene
10
oral apropiadas, estableceremos un programa de fluoraciones y si el paciente va a recibir radioterapia
en el área cérvico facial podremos prescribir pilocarpina para estimular la producción de saliva (en casos
seleccionados) y confeccionaremos prótesis de protección para las estructuras sensibles que estén en los
campos de irradiación.
En el caso, cada vez más frecuente, que estén siguiendo un tratamiento ortodóncico, ya sean adultos o niños,
debemos proceder a retirar los braquets y bandas y la aparatología removible que puedan estar usando.
Escalas generales
Escala Grado 0 Grado 1 Grado 2 Grado 3 Grado 4
FHCRC No mucositis Mucositis leve Mucositis Mucositis severa Mucositis que amenaza
physician’s rating moderada la vida, mortal
scale*
No estomatitis Eritema ± ligero Eritema y Eritema y ulceación
Lindquist/Hickey
ardor ulceración o placas o placas blancas;
blancas; dolor oral, dolor oral, incapaz
pero puede comer de comer.
OMS** Norrmalidad Eritema Eritema. Úlceras Úlceras Úlceras muy
generalizado. poco extensas. extensas. Encías extensas. Encías
Mucosa Se mantiene la edemematosas. sangrantes.
enrojecida. No deglución de Saliva espesa. Infecciones.
dolor. Voz normal sólidos. Dolor Se mantiene la No hay saliva.
ligero capacidad de Imposibilidad de
deglutir líquidos. deglutir. Soporte
Dolor. Dificultad enteral o parenteral.
para hablar Dolor muy extenso
* FHCRC, Fred Hutchinson Cancer Research Center
** OMS. Organización Mundial de la Salud
Tabla 10.3. Escalas generales de valoración de la mucositis. Tomado de López-Castaño F et al. 2009.
121
10.2.3. Tratamientos odontológicos posteriores al tratamiento del cáncer
Los pacientes irradiados son los que más atención van a requerir una vez finalizado su tratamiento,
puesto que como efecto secundario va a quedar una xerostomía que llevará asociada la aparición de caries
rampantes de muy difícil control.
Deberemos tratar estas caries como si fueran una enfermedad infecciosa común, así procederemos
a eliminar los reservorios de Streptococcus mutans. Removeremos los tejidos careados y colocaremos
obturaciones provisionales con ionómeros de vidrio reforzados. Prescribiremos la utilización de colutorios
de clorhexidina al 0.12% dos veces al día durante 2 semanas, para posteriormente usarlos dos días a
la semana. Aplicaremos barnices de flúor y aconsejaremos el uso habitual de pastas dentífricas de alto
contenido en flúor. Si es posible el paciente efectuará aplicaciones de geles de flúor en cubeta en su
domicilio una vez al mes. En estos pacientes sólo debemos plantear la colocación de coronas en los dientes
remanentes en el caso de que hayan conseguido estar libres de caries durante un mínimo de 6 meses.
Si es preciso efectuar alguna exodoncia, habrá que hacerla antes de que hayan transcurrido dos meses
del final del tratamiento radioterápico, porque se supone que el hueso irradiado aún es capaz de sanar y si
ello no es factible, habrá que esperar a que haya transcurrido al menos un año (dos para muchos autores) de
la finalización del tratamiento. Debemos tener presente, sin embargo, que el riesgo de osteoradionecrosis
no desaparece totalmente nunca.
En cuanto a los tratamientos odontológicos en los pacientes que no hayan recibido radioterapia en el área
cérvico facial, deberemos tener en cuenta las limitaciones de carácter médico asociadas a su enfermedad
de base, entre ellas, en ocasiones, el trismus asociado a ciertos tratamientos quimioterápicos.
Otro aspecto diferente pero cada vez de mayor importancia, debido a la mejora de la supervivencia y de la
calidad de vida, es la rehabilitación protética de los pacientes con resecciones en el área cérvico-facial. En
ellos deberemos recurrir a diversas técnicas en connivencia con los cirujanos maxilofaciales, radioterapeutas
y oncólogos, entre las que ha representado una inmejorable ayuda los avances en implantología (Figura
10.1).
Figura 10.1. Paciente con resección mandibular rehabilitado mediante prótesis implantosoportada.
Incluso nos encontramos con pacientes a los que podemos proponer tratamientos diferentes en función
ya no solo del momento en el que se encuentre su enfermedad oncológica, sino frente a diferentes tumores,
tratados de diferente manera y que requerirán diferentes opciones terapéuticas (Figura 10.2 y 10.3)
122
EL PACIENTE MAYOR CON CÁNCER. BIFOSFONATOS
10
123
10.3.BIFOSFONATOS: SU IMPLICACIÓN EN PATOLOGÍA BUCAL
10.3.1. Introducción
Los bifosfonatos (BFF) son fármacos análogos de los pirofosfatos endógenos, se fijan al hueso e inhiben
la acción de los osteoclastos. Reducen por tanto el recambio óseo y disminuyen el remodelado en las zonas
en las que hay una reabsorción excesiva. La estructura química de los BFF constituye dos grupos fosfatos
unidos a un átomo de carbono que le confiere estabilidad y le hace resistente a la hidrólisis. Tienen afinidad
por el calcio, lo que facilita su unión a la hidroxiapatita. Su mecanismo de acción consiste en la inhibición de
la reabsorción ósea disminuyendo la acción de los osteoclastos, promoviendo su apoptosis y evitando su
formación a partir de precursores hematopoyéticos. Hay una estimulación del factor inhibitorio osteoclástico
y además se cree que poseen una acción sobre los osteoblastos, disminuyendo su apoptosis y estimulando
la secreción de inhibidores del reclutamiento de osteoclastos, pero aun no esta totalmente demostrado.
Son fármacos de elección para el tratamiento de aquellas enfermedades que cursan con reabsorciones
óseas o con lesiones osteolíticas. Actualmente, se usan los BFF orales para el tratamiento de pacientes
con osteoporosis o enfermedad de Paget, los BFF endovenosos son eficaces en el tratamiento de procesos
óseos asociados a neoplasias, como hipercalcemia maligna, las metástasis óseas del cáncer de mama y
próstata o mieloma múltiple, entre otros.
Se dividen en dos grupos, los no nitrogenados o de 1ª generación (Etidronato y Clodronato) y los
nitrogenados o de 2ª generación (Alendronato, Ibandronato, Risendronato, Pamidronato y Zoledronato o
ácido Zoledrónico). Los que contienen una molécula de nitrógeno en su estructura poseen una actividad
mucho más potente, se acumulan en la matriz ósea y en los osteoclastos en concentraciones máximas
durante las primeras 24-48 horas, permaneciendo en los huesos mucho más tiempo. (Tabla 10.4).
124
Fármaco Potencia relativa Nombre Comercial Osteoporosis Enfermedad Hipercalcemia Acontecimientos
de Paget adversos
®
Iv: endovenosa. (a) La presentación aprobada no está comercializada en España. (b,c) Hay dos especialidades de ibandronato, una comercializada para la osteoporosis (Bonviva ) y la otra para la
® ®
prevención de acontecimientos óseos y la hipercalcemia (Bondronat ). (d) Presentación de zoledrónico 5 mg i.v. (Aclasta ) sólo comercializada para la enfermedad de Paget. (+) No comercializado
en España.
Tabla 10.4. Tipos de bifosfonatos y sus indicaciones.
125
10 EL PACIENTE MAYOR CON CÁNCER. BIFOSFONATOS
10.3.3. Osteonecrosis de los maxilares (NNM)
La osteonecrosis de los maxilares debida al tratamiento con bifosfonatos (BFF) fue descrita por primera
vez en 2003, en una serie de 36 pacientes oncológicos o con trastornos metabólicos tratados por vía
endovenosa. Los pacientes eran tratados con pamidronato y zoledronato. Desde entonces, se han descrito
en la literatura mas de 800 casos debido a bifosfonatos administrados por vía endovenosa o vía oral. La
incidencia de esta patología es muy variable dependiendo de la bibliografía consultada pero todos los autores
coinciden en el hecho que la incidencia es más alta en el caso de pacientes tratados con BFF endovenosos
(entre 0.8% y 12%) y mucho más baja en los pacientes que toman BFF orales, aproximadamente un 0.7
por 100.000 personas al año.
En 2007, la Asociación Americana de Cirujanos Orales y Maxilofaciales (AAOMS), describió la
osteonecrosis inducida por bifosfonatos como la presencia de exposición ósea en los maxilares durante
más de ocho semanas en pacientes que hayan sido tratados con BF y no hayan recibido radioterapia.
Ese mismo año, en España, un panel de expertos en diferentes espacialidades (Oncología, Hematología,
Urología, Estomatología/Odontología y Cirugía Maxilofacial) añadieron a la definición de la AAOMS otros
criterios diagnósticos, por lo que definimos la osteonecrosis de los maxilares como la presencia de lesiones
mandibulares o maxilares ulceradas con el fondo o base de hueso necrótico que tiende a la no curación
o progresión. Puede aparecer de forma espontánea, tras traumatismo intraoral agudo o crónico y lo que
es más frecuente secundario a una cirugía o intervención oral (en especial extracciones dentales). Hay
ausencia de cicatrización durante un periodo de al menos seis semanas.
Existen dos teorías que explican la aparición de esta ONM. 1: La primera esta relacionada con la acción
de los BFF sobre el “turnover” del tejido óseo y la otra por el propio poder antiangiogénico del fármaco. Los
osteocitos tienen una vida media de 150 días, los osteoclastos pasado este periodo reabsorben la matriz
mineral del hueso y segregan proteínas morfogenéticas y factores de crecimiento para inducir las células
madre a diferenciarse en osteoblastos y formar nuevo hueso. Los BPP inhiben la función osteoclástica,
por lo que los osteocitos que mueren no son reemplazados y la función capilar del hueso no se mantiene.
2: La segunda teoría se basa basa en la capacidad del fármaco en la inhibición de la angiogénesis. Esta
capacidad de los BFF y la acción sobre el recambio del tejido óseo podría dar lugar a la osteonecrosis
avascular. Los BFF provocan una disminución del factor de crecimiento de endotelios, posiblemente eso
explique la mayor frecuencia de compromiso de la mandíbula (63-80%), un hueso de menor irrigación en
relación al maxilar superior (14-38%).
La mayoría de publicaciones afirman que los únicos huesos afectados son los maxilares y en una
incidencia mayor en la mandíbula, la vascularización terminal de la mandíbula podría ser la causa, por otro
lado los maxilares están expuestos al medio externo a través del espacio periodontal y tienen un recambio
óseo mucho más elevado que el resto del esqueleto, en especial en la cresta alveolar. Si a estos factores
les añadimos la alta frecuencia de infecciones óseas de etiología dentaria, tratamientos odontológicos y la
fina mucosa que recubre el hueso maxilar, explicarían por qué esta condición osteonecrótica se manifiesta
especialmente en esta zona del organismo.
En numerosas ocasiones para que se produzca la osteonecrosis de los maxilares debe existir un
factor desencadenante. En este sentido, la mayoría de autores coinciden en señalar los procedimientos
quirúrgicos bucales menores (exodoncias, tratamientos periodontales, cirugías dentoalveolares y
colocación de implantes) como principal desencadénate. Parece establecido que los pacientes tratados
con bifosfonatos endovenosos que deben someterse a una cirugía dentoalveolar poseen un riesgo
de osteonecrosis siete veces superior a pacientes no sometidos a cirugías similares. Aun así, de un
25% a un 40% de todos los casos de osteonecrosis de los maxilares aparentemente ocurren de forma
espontánea. Además de estos factores, existen otros factores de riesgo que debemos mencionar (Tabla
10.5). Según la AAOMS (20) hay que considerar los siguientes: 1) Relacionados con la medicación: la
potencia de los bifosfonatos, la duración del tratamiento y la asociación con corticoides. 2) Factores
locales: los procedimientos quirúrgicos bucales menores ya mencionados anteriormente), anatomía
local (torus mandibulares y palatinos) y enfermedades concomitantes como enfermedad periodontal.
3) Factores demográficos y sistémicos: la edad avanzada tiene más riesgo y además parece que el
tabaquismo también aumente el riesgo. 4) Factores genéticos.
126
EL PACIENTE MAYOR CON CÁNCER. BIFOSFONATOS
10
Quimioterapia Sexo femenino. Estrógenos
Cáncer Tabaco
Inmunoterapia Variaciones de la presión atmosférica
Alteraciones en la coagulación Reacciones de hipersensibilidad
Infecciones Hipertensión arterial
Depranocitosis Artritis
Lupus eritematoso sistémico Abuso de alcohol
Hemodiálisis Malnutrición
Hipotiroidismo Edad avanzada
Enfermedades de depósito Inactividad crónica
Corticoterapia Dolor neurológico
Discrasias hemáticas Hiperlipemia y embolia grasa
Enfermedades vasculares Pobre higiene oral y factores de riesgo dentales:
Enfermedad de Gaucher patología periapical, enfermedad periodontal,
abscesos dentales, procedimientos quirúrgicos
SIDA que afecten al hueso, trauma de prótesis dentales
Osteoporosis desajustadas, exóstosis traumatizantes
Tabla 10.5. Factores relacionados en al menos una ocasión, sin que se haya diferenciado claramente a los pacientes
tratados con BFF tanto para las neoplasias como para la osteoporosis.
127
Estadio Clasificación de Ruggiero Estadio Clasificación de Bagán et al.
Exposición ósea asintomática, Exposición ósea con hueso necrótico o una
1 sin signos clínicos de 1 úlcera pequeña de la mucosa oral sin exposición
inflamación o infección. del hueso necrótico. Asintomático.
2 Exposición ósea con infección, 2a Exposición ósea con hueso necrótico o una
dolor, signos de eritema e pequeña fístula oral sin exposición de hueso,
inflamación de la mucosa, con o pero sintomática.
sin supuración. Hay dolor e infección de los tejidos blandos/
hueso.
Se controla con tratamientos conservadores y no
progresa.
3 Existe exposición ósea, dolor, 2b Exposición ósea con hueso necrótico o una
inflamación e infección. fístula pequeña sin exposición de hueso, pero
Es frecuente que exista una sintomática.
fístula cutánea o fractura Dolor e infección de tejidos blandos/hueso.
patológica. No se controla con tratamientos conservadores y
progresa.
3 Exposición ósea. Hueso necrótico, dolor,
infección y algún signo como fractura patológica,
fístula extraoral u osteolisis que se extiende al
borde inferior.
Tabla 10.6. Clasificación clínica, según Ruggiero SL (2006) y Bagán y cols., (2009).
El tratamiento de la ONM va encaminado a eliminar el dolor, controlar la infección de los tejidos duros
y blandos y minimizar la progresión de la necrosis ósea. Debido a la cicatrización tardía en pacientes con
ONM, los actos quirúrgicos no son recomendados. Se debe hacer un desbridamiento mínimo de la lesión
para eliminar los bordes óseos agudos. Además el uso de dispositivos removibles para proteger la lesión de
futuros traumas también está recomendado. En todos los casos, deben hacerse enjuagues con digluconato
de clorhexidina al 0,12 %. La antibioticoterapia ha tenido resultados ambiguos para el tratamiento de
esta patología, ya que la ONM es una necrosis avascular aséptica. Se ha sugerido que la combinación de
amoxicilina y metronidazol puede se beneficiosa de cara a prevenir la aparición de edema en los tejidos
blandos y el subsiguiente dolor así como la prevención del desarrollo de zonas de osteomielitis. Según
algunos autores el oxígeno hiperbárico puede ser un método complementario del tratamiento, aunque no
se ha demostrado una eficacia uniforme a la hora de limitar el progreso de la enfermedad.
128
EL PACIENTE MAYOR CON CÁNCER. BIFOSFONATOS
Todos los autores coinciden en la necesidad de informar a este grupo de pacientes, específicamente
10
del posible riesgo de osteonecrosis cuando vayan a ser tratados con implantes dentales. En referencia a
este tema, en el año 2007, la Asociación Americana de Cirujanos Orales y Maxilofaciales, establecieron un
protocolo para los pacientes tratados con bifosfonatos (Tabla 10.7).
En el 2007, Marx y col. (43) proponen un examen de laboratorio para predecir el riesgo de ONM en
pacientes que reciben bisfosfonatos por vía oral, la Prueba del Telopéptido C-terminal (CTX) en sangre.
1) <100 pg/ml Alto riesgo; 2) 100–150 pg/ml Moderado riesgo; 3) > 150 pg/ml Bajo riesgo. No obstante
estudios posteriores ponen en duda los resultados obtenidos por este autor
10.3.4. Conclusiones
Cada vez son más los pacientes mayores que toman bifosfonatos, en ocasiones cabe la duda de cuestionarse
qué efecto beneficioso tienen si lo comparamos con las conductas higiénico-dietéticas que podemos prescribir
a los pacientes (dieta, ejercicio, prevención de las caídas, etc.), en lo referente a la prevención y tratamiento
de la osteoporosis, ya que estos pacientes son susceptibles de presentar osteonecrosis de los maxilares en
caso de someterse a procedimientos odontológicos invasivos como es la colocación de implantes dentales. Se
deberá realizar una adecuada planificación antes de comenzar el tratamiento con bifosfonatos, anticiparse a
los problemas odontológicos que podría tener el paciente a corto y medio plazo. Deben efectuarse revisiones
clínicas y radiológicas periódicas, realizar la odontología conservadora necesaria y mantener una higiene
129
adecuada. En caso que el paciente ya este tomando el fármaco todos los autores coinciden en la necesidad
de informar a este grupo de pacientes del posible riesgo de osteonecrosis cuando vayan a ser tratados con
implantes dentales. Este riesgo es muy significativo cuando son administrados vía endovenosa, por lo que la
colocación de implantes está contraindicado. En la terapéutica por vía oral existe cierta controversia, ya que
algunos autores afirman que estos fármacos no suponen un impacto negativo en el éxito de la cirugía, incluida
la de los implantes, otros aconsejan la suspensión del fármaco en caso de tomar bifosfonatos desde hace más
de 3 años, o menos de 3 años con algún riesgo añadido, como la toma de corticoides.
Hasta el momento no se tiene establecido un tratamiento efectivo para la osteonecrosis por lo que
odontólogos, cirujanos bucales o maxilofaciales deben prestar especial atención en la prevención de esta
complicación cuando el paciente esta tomando, o va a tomar bifosfonatos.
Se necesitan más estudios clínicos para poder discernir la evidencia científica de esta complicación y
poder establecer un protocolo definitivo de prevención y tratamiento.
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130
Capítulo 11
131
• Necesidad de fomentar la capacitación sobre salud oral dirigida hacia el geronte.
• Necesidad de mayor precisión diagnóstica.
• Necesidad de utilizar mejor los recursos.
• Falta de programas de ayuda económica para incluir los servicios de prevención y restauración de
la salud bucodental en el geronte.
• Barreras: para obtener un mejor resultado, se hace indispensable la eliminación de barreras.
Disminución de institucionalización y hospitalización.
• La farmacoterapia racional en la vejez y las manifestaciones bucales de los tratamientos
farmacológicos en el anciano (boca seca, caries, inflamación gingival, reacciones liquenoides,
infecciones por hongos,…). Es importante tener en cuenta la comunión entre la salud general,
estados psico-socio-sanitarios, la medicación y la problemática de salud oral.
Así los datos a recoger en la Valoración Gerodontológica Integral son: a) Datos biomédicos y orales,
diagnósticos actuales y pasados, b) Datos farmacológicos, datos nutricionales, c) Datos psicológicos,
cognitivos y emocionales, d) Datos funcionales, básicos e instrumentales y, e) Datos sociales, capacidad
social, sistemas de apoyo.
Establecemos basándonos en lo anterior, 5 PUNTOS DE VALORACION DENTAL DEL ADULTO MAYOR
(O.S.C.A.R.)
• O = ORAL: Dientes, Restauraciones; Prótesis, Periodonto, Pulpa, Mucosa, Oclusión, Saliva.
• S = SISTÉMICO: Cambios normativos con la edad, Médicos, Farmacología, Comunicación
Interdisciplinar.
• C = CAPACIDADES: Funcional, Cuidado de si mismo, Personas que cuidan del enfermo, Higiene
de la boca, transporte al consultorio, movilidad.
• A = AUTONOMÍA: Capacidad tomar decisiones o dependencia de otras personas.
• R = REALIDAD: Establecimiento de jerarquías en la salud de la boca, limitaciones económicas,
esperanza de vida. Contingencias probables.
132
VALORACIÓN GERODONTOLÓGICA INTEGRAL
11
competencia técnica y aceptación de la autonomía del enfermo y el dentista espera respeto a su
autoridad y posibilidad real de cumplir con sus obligaciones profesionales –“privilegio terapéutico”-).
• Problemas crecientes de costes. Se busca un equilibrio razonable entre tratamiento y coste en los
programas de atención dental que se llevan a cabo en Atención Primaria.
Los cuatro grandes principios de la bioética son:
• No maleficiencia (no perjudicar al enfermo, actuar lo mejor que podamos, no “parchear” y quitárnoslo
de en medio, decir siempre la verdad, …)
• Procurar el máximo beneficio : no siempre está claro siempre cuál es el máximo beneficio. Eficiencia
normal. Diferir si fuera necesario. Recibir siempre la información verdadera.
• Autonomía: libertad del paciente para tomar las decisiones que afectan a su propio cuerpo, a veces,
limitadas por las decisiones de la familia y la influencia del dentista. Aclarar quién debe tomar
las decisiones. Derecho al consentimiento informado con información suficiente, comprensión
adecuada y libertad sin que exista persuasión, manipulación o coacción y capacidad para decidir
ya que a veces hay confusión entre capacidad legal y capacidad para tomar ciertas decisiones.
• Justicia: recursos, beneficios y costes. No debemos condicionar el tratamiento a la edad.
133
En la secuencia diagnóstica en el adulto mayor consideramos cuatro fases: 1) Definir los factores
etiológicos (definir y localizar los problemas, considerarlos, comprobarlos y confrontarlos. Valorar al
paciente de modo integral sin olvidar patologías y farmacia), 2) Valorar y escoger el plan de tratamiento
(examinar las alternativas integradas de tratamiento, fijar los objetivos a alcanzar, considerar los efectos no
deseables e implementar las medidas al respecto), 3) Implementar secuencialmente el tratamiento (efectuar
los tratamientos urgentes especialmente si existe dolor e infección, efectuar los tratamientos interceptivos
al problema y proveer los tratamientos preventivos, anticipación a posibles problemas y contingencias del
futuro. Debe ser consensuado con paciente, familia y cuidadores en lo posible) y, 4) Proponer plan de
mantenimiento y revisiones periódicas (para el hogar y para la consulta y valorar la colaboración de familia
y cuidadores en relación con la autonomía del paciente).
Así proponemos la siguiente secuencia:
11.3.2.1. Definir los factores etiológicos: Valorar al paciente de modo integral sin olvidar patologías
y farmacia.
Historia Clínica: Hay numerosos modelos para realizar una historia clínica en el adulto mayor. En la
bibliografía ofrecemos un ejemplo. Deben recogerse otros datos de su situación mental y de sus actividades
e incluso de su estado nutricional, que recogemos en modos resumidos en Anexos.
Las particularidades en la forma de presentación de la enfermedad, hacen que a la hora de proceder a la
confección de la historia clínica y a la realización de la exploración física, debamos tener una actitud basada
en la minuciosidad y la paciencia, así como un alto índice de sospecha de las patologías más comunes y un
conocimiento exhaustivo de las modificaciones de los signos y síntomas en estos pacientes. La exploración
física tiene más importancia que en el adulto ya que con ella podremos minimizar las deficiencias producidas
en la historia clínica. Hay que constatar además que esta práctica va a ser más dificultosa que en el adulto
ya que con frecuencia nos faltará la colaboración del paciente
La Historia debe ser entendida como integral-multidimensional e interdisciplinaria y ser:
1.-Clínica.
Antecedentes personales
Anamnesis: Oral (dentadura), úlceras cutáneas, estreñimiento de más de 3 días, caídas (frecuencia, tipo,
secuelas), insomnio, síndrome prostático, polifarmacia.
Exploración física: aspecto general (higiene, conducta, aspecto, hidratación, nutrición), cabeza
(movimientos oculares, faciales, lesiones, adenopatías, vena yugular), tórax (cifosis, escoliosis, auscultación
cardiopulmonar), abdomen (masas, hepatomegalia, tacto rectal), extremidades (pulsos, edemas, úlceras,
fuerza, capacidad articular,...)
Resumen de nuevos diagnósticos: anotar clasificación ASA
Abordaje del tema “decisiones extraordinarias” Consultas/Prolongación de vida
2.- Funcional: escala de actividades de la vida diaria: Katz, Lawton y Brody.
3.- Mental: Examen cognoscitivo, o Test de Pfeiffer, o Test de Yesavage.
4.- Social: Test de valoración social.
5.- De necesidades de cuidados: Enfermería, cuidadores (familiares, profesionales).
6.- Plan de tratamiento + plan de cuidados + plan de intervención.
Al realizar la historia una de las grandes dificultades puede ser las producidas por la pérdida de la
capacidad de audición, así recomendamos estos consejos:
• Vocalizar correctamente.
• Hablarles de frente, mirándoles a la cara.
• Mirar a los ojos.
• Comprobar la comprensión del lenguaje.
• No exigir en demasía al anciano con sordera.
• No invadir su espacio al hablar.
134
VALORACIÓN GERODONTOLÓGICA INTEGRAL
• Hablar con la lentitud necesaria para que puedan seguir lo que queremos decir.
11
• No moverse alrededor del anciano.
• Usar frases cortas y claras. No gritar.
• Utilizar símbolos para facilitar la comunicación.
• La disminución del ruido de fondo facilita mucho la comprensión del lenguaje.
• El tacto facilita la comunicación no verbal.
• El aislamiento/desconfianza contribuye a problemas psicosociales (depresión, ansiedad,
sentimientos de inadecuación, irritabilidad) con disminución de la capacidad funcional.
• Dar tiempo adecuado para comprender instrucciones
Exploración física:
En este apartado queremos recalcar el tipo de adulto mayor que podemos encontrarnos:
-Sano: no presenta trastorno funcional, mental o social
-Enfermo: padece alguna enfermedad pero no cumple criterios de paciente de alto riesgo (AAR)
-Alto Riesgo (AAR) (“Anciano frágil”). Definiendo como alto riesgo los pacientes con los siguientes criterios:
• Alta hospitalaria reciente
• Enfermedad incapacitante
• Deterioro mental
• Mayor de 80 años
• Institucionalizado
• Reclusión en domicilio
• Vivir solo
• Ser viudo
• Cambio de domicilio reciente
135
Pruebas complementarias:
Son válidas todas las pruebas que emplearíamos en un adulto, pero adaptadas a las limitaciones del
adulto mayor. Por ejemplo sabemos que el dolor crónico aumenta en unas 3 veces desde la edad de 18 años
hasta los 80 años. Puede existir una reducción en la percepción del dolor y en su expresión (modificada por
la memoria, las expectativas y las emociones). Hay que saber valorar el dolor facial extraoral.
Al interpretar determinadas pruebas funcionales y resultados analíticos de laboratorio, hay que tener
presente que aunque en general los limites de normalidad de los resultados no son muy diferentes que
en los adultos, puede haber modificaciones como resultado del propio envejecimiento o incluso como
consecuencia de la alteración de dichos resultados por la acción de los numerosos fármacos que estos
pacientes toman.
Los factores que condicionan la respuesta de fármacos en personas mayores:
a) Extrínsecos
-Prescripción: automedicación, comprensión de la prescripción, origen médico.
-Cumplimiento: 25-50% incumplimiento.
b) Intrínsecos
-Farmacocinéticos
• Absorción: Se reduce la tasa de absorción como resultado de la disminución de la superficie
de mucosa, del flujo sanguíneo gastrointestinal, de la motilidad gástrica y del vaciado gástrico.
• Distribución: En envejecimiento la masa corporal magra y el agua corporal total disminuyen,
el tejido graso aumenta en proporción a la masa corporal total, y la concentración de proteínas
séricas (albúminas) disminuye. Estos cambios afectan a la distribución de fármacos lipófilos
(los liposolubles como anestésicos, barbitúricos y benzodiacepinas pueden almacenarse
en tejido adiposo, prolongándose sus efectos), hidrófilos (los fármacos hidrosolubles como
antibióticos, pueden producir concentraciones superiores y dar lugar a reacciones adversas)
y van muy ligados a las proteínas (la menor producción de proteínas plasmáticas séricas
aumenta el riesgo a reacción farmacológica adversa por la presencia de más fármaco
metabólicamente activo aumentando la actividad y toxicidad)
• Transporte
• Biotransformación: muchos fármacos son inactivados en el hígado, mediante un proceso
enzimático (transformación metabólica), antes de la excreción renal del producto metabólico.
La tasa de metabolismo y transformación del fármaco está determinada por la función
hepática y el flujo sanguíneo. Estos dos factores disminuyen con el envejecimiento. La
disminución de la masa hepática y del número de hepatocitos funcionantes junto con el
menor flujo sanguíneo hepático pueden resultar en una notoria disminución de la capacidad
de metabolizar fármacos y en un aumento de la probabilidad de toxicidad farmacológica.
• Eliminación: el efecto neto de estos cambios es un aclaramiento menos eficaz de fármacos,
aumentando así la semivida de los fármacos que sufren eliminación renal, como la digoxina,
aminoglucósidos, penicilinas y clorhidrato de procainamida.
-Farmacodinámicos
• Modificaciones en número y sensibilidad de receptores
• Modificaciones de los mecanismos homeostáticos (barorreceptores, quimioreceptores,
sistema inmunológico, termorregualción)
136
VALORACIÓN GERODONTOLÓGICA INTEGRAL
BIBLIOGRAFÍA
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- Sociedad Española de Epidemiología y Salud Pública Oral. Gerodontología: Estado Actual y Perspectivas de Futuro.
Colección Odontología. Promolibro. Valencia. 1997.
137
Actividades INDEPENDIENTE DEPENDIENTE
Bañarse (esponja, Necesita ayuda para lavarse una Necesita ayuda para lavarse más de
ducha o bañera) sola parte (espalda, extremidad una parte del cuerpo; necesita ayuda
incapacitada) o se baña sin ayuda. para salir o entrar en la bañera o no se
lava sólo.
Vestirse Coge la ropa de armarios y cajones, No se viste sólo o permanece vestido
se pone la ropa, se pone adornos y parcialmente.
abrigos; utiliza cremalleras; se excluye
atarse los zapatos.
Usar retrete Accede, entra y sale de él; se arregla Usa orinal o cuña, o precisa ayuda para
la ropa, se limpia los órganos excretores acceder y utilizar el retrete.
(puede utilizar por si mismo un orinal
o cuña, sólo durante la noche y puede
utilizar o no soportes mecánicos).
Movilidad Entra y sale de la cama Precisa ayuda para utilizar la cama
independientemente, y se sienta y se y/o la silla; no realiza uno o más
levanta de la silla (puede usar o no desplazamientos.
soportes mecánicos).
Continencia Control completo de micción y Incontinencia urinaria o fecal, parcial
defecación. o total; control total o parcial mediante
enemas, sondas, o el uso reglado de
orinales y/o cuñas.
Alimentación Lleva la comida del plato o su Precisa ayuda para el acto de
equivalente a la boca (se excluye alimentarse; no come en absoluto o
de la evaluación cortar la carne y la nutrición parenteral.
preparación de la comida, como untar
mantequilla en el pan).
Índice A: Independiente en alimentación, continencia, movilidad, uso de retrete, vestido, baño.
B: Independiente en todas menos en todas menos en una de estas funciones.
C: Independiente en todas menos en el baño y otra función adicional.
D: Independiente en todo menos en baño y otra función adicional.
E: Independiente en todo menos en baño, vestido, uso de retrete y otra función adicional.
F: Independiente en todo menos en baño, vestido, uso retrete, movilidad y otra
función adicional.
G: Dependiente en todas las funciones.
Otros Dependiente en al menos 2 funciones, pero no clasificable como C, D, E ó F.
138
VALORACIÓN GERODONTOLÓGICA INTEGRAL
11
Capacidad de usar el teléfono
1. Utiliza el teléfono a iniciativa propia, busca y marca los números, etc. 1
A 2. Marca unos cuantos números bien conocidos. 1
3. Contesta el teléfono pero no marca. 1
4. No usa el teléfono en absoluto. 0
Ir de compras
1. Realiza todas las compras necesarias con independencia. 1
B 2. Compra con independencia pequeñas cosas. 0
3. Necesita compañía para realizar cualquier compra. 0
4. Completamente incapaz de ir de compras. 0
Preparación de la comida
1. Planea, prepara, y sirve las comidas adecuadas con independencia. 1
C 2. Prepara las comidas adecuadas si se le dan los ingredientes. 0
3. Calienta, sirve y prepara las comidas, o prepara comidas pero n mantiene una dieta adecuada. 0
4. Necesita que se le prepare y sirva la comida. 0
Cuidar la casa
1. Cuida la casa sola/o o con ayuda ocasional (por ej. Trabajos duros, ayudas domésticas). 1
D
2. Realiza tares domésticas ligeras como fregar los platos o hacer las camas. 1
3. Realiza tareas domésticas ligeras, pero no puede mantener un nivel de limpieza aceptable. 1
4. Necesita ayuda con todas las tareas de la casa. 0
5. No participa en ninguna tarea doméstica. 0
Lavado de ropa
1. Realiza completamente el lavado de ropa personal. 1
E
2. Lava ropas pequeñas, aclara medias, etc. 1
3. Necesita que otro se ocupe de todo el lavado. 0
Medio de transporte
1. Viaja con independencia en transportes públicos o conduce su propio coche. 1
2. Capaz de organizar su transporte utilizando taxis, pero no usa otros transportes públicos. 1
F
3. Viaja en transporte público si le acompaña otra persona. 1
4. Solo viaja en taxi o automóvil con ayuda de otros. 0
5. No viaja en absoluto. 0
Responsabilidad sobre la medicación
1. Es responsable en el uso de la medicación en las dosis correctas y a las horas indicadas. 1
G
2. Toma responsablemente la medicación si se le prepara con anticipación en dosis separadas. 0
3. No es capaz de responsabilizarse de su propia medicación. 0
Capacidad de utilizar el dinero
1. Maneja los asuntos financieros con independencia (presupuesta, rellena cheque, paga recibos y 1
facturas, va al banco), recoge y conoce sus ingresos.
H 2. Maneja los gastos cotidianos, pero necesita ayuda para ir al banco, grandes gastos, etc. 1
3. Incapaz de manejar dinero. 0
139
Respuesta correcta Puntos
Orientación -Dígame el día… fecha… mes… estación… año… 5
-Dígame el hospital… planta… ciudad… provincia… nación… 5
Fijación -Repita estas tres palabras: peseta-caballo-manzana 3
(Repetirlas hasta que las aprenda)
Concentración y -Si tiene 30 Euros y me va dando de 3 en 3, ¿cúantos le van 5
cálculo quedando?
-Repita 5-9-2 (hasta que los aprenda). Ahora hacia atrás. 3
Memoria -¿Recuerda las tres palabras que le he dicho antes? 3
-Mostrar un bolígrafo: “¿qué es esto?”. Repetirlo con un reloj. 2
-Repita esta frase: “En un trigal había cinco perros”. “¿Una 1
manzana y una pera son frutas, ¿verdad?”.
-¿Qué son el rojo y el verde?. 1
Cuestión SI NO
1 ¿Está satisfecho/a con su vida? 0 1
2 ¿Ha renunciado a muchas actividades? 1 0
3 ¿Siente que su vida está vacia? 1 0
4 ¿Se encuentra a menudo aburrido/a? 1 0
5 ¿Tiene a menudo buen ánimo? 0 1
6 ¿Teme que algo malo le pase? 1 0
7 ¿Se siente feliz muchas veces? 1 0
8 ¿Se siente a menudo abandonado? 1 0
9 ¿Prefiere quedarse en casa a salir? 1 0
10 ¿Cree tener más problemas de memoria que la mayoría de la gente? 1 0
11 ¿Piensa que es maravilloso vivir? 0 1
12 ¿Le cuesta iniciar nuevos proyectos? 1 0
13 ¿Se siente lleno de energía? 0 1
14 ¿Siente que su situación es desesperada? 1 0
15 ¿Cre que mucha gente está mejor que uste? 1 0
Puntuación total
Interpretación: Normal: 0-5; Depresión leve: 6-9; Depresión establecida: Igual o mayor de 10
Tabla 11.4. Escala de YESAVAGE (Versión reducida).
140
Capítulo 12
141
12.2. PREVENCIÓN DE LA CARIES EN FUNCIÓN DEL RIESGO EN PACIENTES
DE EDAD AVANZADA (Tablas 12.1-12.6)
Es un hecho constatado en los distintos estudios epidemiológicos sobre salud bucodental de colectivos
de personas mayores realizados en los últimos años, que cada vez se mantienen más dientes naturales en
boca, si comparamos con estudios realizados con anterioridad. Todo ello es consecuencia de las mejoras en
las últimas décadas en materia de educación sanitaria, prevención y cuidados dentales, o sea de una mayor
concienciación tanto de los pacientes como de los profesionales por mantener, mediante los tratamientos
oportunos, el mayor tiempo posible los dientes naturales y consecuentemente, su función.
La media de dientes presentes en boca difiere entre los distintos trabajos revisados y como norma
general, se detecta que en personas dependientes, la media es inferior que en personas adultas. Sin
entrar en demasiados detalles podemos decir que como media, entre aquellas personas consideradas
como dentados, la mitad tienen entre 1 y 9 dientes y la otra mitad está por encima de 10 dientes de media.
Hay que considerar también que entre las necesidades de tratamiento de éstos dientes presentes en boca,
destaca principalmente la necesidad de higiene y la presencia de lesiones de caries sin tratar.
En cuanto a caries se refiere, hay que considerar que con el paso de los años es más frecuente la aparición
de lesiones de caries cervicales y radiculares, por exposición al medio oral de la estructura de la raíz que antes
estaba recubierta por la encía, ya sea por recesión natural del ligamento de inserción o bien por enfermedad
periodontal y sus tratamientos. Además debemos de considerar que la aparición de caries radiculares que
requieran tratamiento operatorio, muchas veces se puede ver dificultada para su correcto tratamiento ya sea por
su localización, por el aislamiento correcto o por las limitaciones de apertura bucal, cansancio y colaboración que
pueda prestar el propio paciente. Por todo ello, el mejor tratamiento que podemos realizar en estos pacientes,
es prevenir que aparezcan este tipo de lesiones. Las caries coronales son menos frecuentes ya que el esmalte
ha sufrido un proceso de endurecimiento con el paso de los años, que hace que a pesar de su mayor rigidez, su
translucidez y su menor elasticidad y espesor, lo haga altamente resistente a la disolución ácida.
Tanto la prevención primaria de la aparición de nuevas lesiones de caries, como la detención del
progreso de lesiones incipientes, son un reto importante para garantizar el mantenimiento de la dentición
natural, incluso en pacientes ancianos. Por ello, nuestro esfuerzo debe de centrarse en esta prevención
y en el establecimiento de unos protocolos en función del riesgo percibido en cada paciente ya que los
condicionantes varían mucho en función de varios factores de riesgo que posteriormente detallaremos.
Es de vital importancia ,pues, introducir medidas preventivas, pero el problema principal radica en la
posibilidad que tienen los pacientes para cumplir estas normas ya que vamos a encontrar cada vez más
trastornos de la motilidad así como trastornos psíquicos que condicionaran el cumplimiento de cualquier
protocolo por parte del propio paciente, teniendo que recurrir a una postura más activa tanto por parte del
odontólogo como del personal auxiliar al que como decíamos antes, hay que educar adecuadamente para
supervisar el cumplimiento de los protocolos.
Las medidas que se pueden tomar en el paciente mayor, radican al igual que en adultos jóvenes, en las
técnicas de higiene, control de la dieta, aplicación de fluoruros y agentes antibacterianos que afectan a la
composición de la placa.
En cuanto a la higiene oral, sabemos que la correcta remoción de placa es un importante punto de
partida tanto para la prevención tanto de la caries como de la enfermedad periodontal. La correcta higiene
se ve dificultada por la limitación de movilidad (artrosis, artritis, accidentes vasculares, etc.). Además, la
presencia de prótesis fijas o removibles, ampliación de los espacios interdentales y/o bolsas periodontales,
son factores añadidos que dificultan seriamente la correcta higiene, así como la correcta aplicación de
medidas higiénicas auxiliares. Por tanto debemos de considerar que estos pacientes, por mucho que se
esfuercen, no van a tener una correcta remoción mecánica de placa bacteriana. En caso de personas
dependientes, la correcta formación del personal auxiliar en las distintas técnicas de remoción de placa,
será de gran importancia para su cuidado.
El control de la dieta es también un factor a tener en cuenta ya que debemos de considerar que por su
propia constitución, la estructura expuesta de la raíz (ya sea cemento o bien dentina) es más sensible a la
agresión ácida que el propio esmalte y ciertos alimentos que no se consideran como “cariogénicos” en el
caso del esmalte, por su pH, sí que resultan agresivos para la superficie radicular, con un pH crítico mayor
que el del esmalte. Por supuesto, deberemos centrar nuestros esfuerzos en reducir la ingesta de azucares
refinados entre comidas y de bebidas carbonatadas con azúcares (considerando además la elevada acidez
de este tipo de bebidas), galletas o bizcochos, etc. Una recomendación que también podemos hacer para
reducir la posibilidad de daño, es enjuagarse siempre la boca con agua después de tomar cualquier comida
o alguna de estas bebidas. Una advertencia importante para aquellos pacientes que sufran algún proceso
142
PREVENCIÓN DE LA SALUD BUCODENTAL EN GERODONTOLOGÍA
de tipo endocrino-metabólico es que consultemos con su médico cualquier modificación dietética para
12
no crear ningún tipo de descompensación que pueda agravar su patología de fondo (especialmente en
pacientes diabéticos).
Mención especial merecen las aplicaciones de fluoruros y clorhexidina ya que es donde realmente
podemos actuar con cierta garantía.
La importancia del flúor en la prevención de lesiones de raíz se hizo patente en un estudio que se limitaba
a comparar la incidencia de caries radiculares entre dos poblaciones, una con agua fluorada y otra sin
fluorización. Asimismo, también se ha podido comprobar desde hace años el efecto de las aplicaciones
de fluoruros para detener la evolución de lesiones incipientes de caries, transformándolas de activas a
inactivas con la aplicación de solución de fluoruro sódico al 2%. Con posterioridad se han venido realizando
numerosos estudios clínicos sobre la eficacia de la aplicación tópica de fluoruros y todos coinciden en
su beneficio que se ve incrementado en aquellos pacientes con xerostomía, en los cuales se mantienen
mayores picos de concentración de fluoruros en boca después de la aplicación de barnices que en aquellos
pacientes que conservan aun secreción de saliva.
Para poder incluir a un paciente en un protocolo de prevención, se deberá identificar previamente cual es el riesgo
que tiene de desarrollar caries en general y caries radicular en particular y para ello nos podemos basar en criterios
eminentemente clínicos y objetivos para poderlos aplicar de forma fácil en nuestras clínicas, con independencia
de que tengamos a nuestro alcance varias técnicas que nos ofrece la industria para medir el pH, los niveles de
bacterias, etc. Para ello, tenemos los criterios desarrollados por Jones, que nos clasifica a los pacientes en tres
tipos diferentes: aquellos de bajo riesgo, los de riesgo moderado y los de alto riesgo, como se describen en las
tablas I, II y III. Así pues, en función del riesgo de cada paciente se encuadrará en un protocolo de tratamiento, en
este caso considerado como tratamiento preventivo, médico y no operatorio. Este tipo de tratamiento tiene como
finalidad tanto el prevenir la aparición de lesiones nuevas como el detener la evolución de las lesiones incipientes,
haciendo que pasen de ser activas a inactivas. También debemos de considerar que no todas las lesiones de caries
radicular son susceptibles de tratar desde el punto de vista médico-preventivo y dependiendo del tipo de lesión (con
independencia del riesgo apercibido en el paciente), son o no susceptibles de tratamiento médico o quirúrgico.
El tratamiento estrictamente médico, a parte de prevenir la aparición de nuevas lesiones, tiene como
objetivo el inactivar aquellas lesiones incipientes mediante técnicas no operatorias, basándose en el uso
de flúor a altas concentraciones. Hay estudios que demuestran la mayor concentración de flúor en la zona
periférica de aquellos tejidos que están sufriendo una lesión de caries, especialmente alrededor de las
lesiones incipientes. Esta mayor concentración de fluoruros en las zonas con actividad desmineralizadora
es, en realidad, la que se transforma a posteriori en inductora de la inactivación del proceso destructivo de la
caries. Desde el punto de vista de nuestra experiencia clínica, hemos podido comprobar como en aquellos
casos que siguen estrictamente los protocolos establecidos de revisiones, instrucciones de higiene oral y
aplicaciones profesionales de flúor, se detienen las lesiones y la aparición de lesiones nuevas se reduce
drásticamente y aunque no se pueden generalizar estos resultados, si que abren una puerta para el desarrollo
de investigaciones futuras en este campo como lo vienen realizando otros autores en sus ensayos clínicos.
Los protocolos de intervención, se plantearán en función del riesgo apercibido en el paciente y del criterio
del profesional. A título orientativo y basándonos en la experiencia clínica así como en protocolos descritos
en la bibliografía revisada, proponemos los protocolos descritos en las tablas IV, V y VI. Hay que considerar
que lo más importante de todos estos protocolos es concienciar al paciente de su importancia y debemos
hacerle entender que con estas pautas estamos cuidando de su salud para que no aparezca la enfermedad y
si a pesar de ello esta lo hace, siempre será con menor virulencia y la podremos detectar muy precozmente,
lo cual da más garantía a los posibles tratamientos. Estamos hablando de actuaciones cortas, y con bajo
coste comparadas con otros tratamientos dentales más complejos.
Cuando detectemos que en un periodo de un año, un paciente habiendo cumplido todas nuestras pautas
de protocolo sigue sin tener lesiones nuevas, lo bajaremos al nivel inferior de riesgo (p.e.: del alto riesgo
pasaría a protocolo de moderado y este al de bajo riesgo).
La aplicación de fluoruros, se hará de forma lo más ajustada posible a las instrucciones del fabricante,
prestando especial atención a que la superficie del diente esté seca a la hora de aplicarlo y que no coma
nada en la hora siguiente a la aplicación. Es muy importante que durante la aplicación penetre parte del flúor
en los espacios interproximales ya que en estos es más difícil la higiene para el paciente y son reservorio
demostrado de muchas bacterias, que por supuesto conviene erradicar.
Cuando estemos ante pacientes asistidos que no puedan desplazarse hasta la clínica con la frecuencia del
protocolo o existan muchas dificultades de colaboración, se intentará confeccionar una cubetas individuales
y se le podrá aplicar geles de flúor y de alta concentración de clorhexidina a domicilio por el cuidador o bien
por los familiares, según la frecuencia que se estime oportuna en función del riesgo.
143
En aquellos pacientes portadores de prótesis removibles, aconsejamos que mientras se le está realizando
la revisión de boca, se limpie en la clínica la prótesis en un baño de ultrasonidos con ácido o descalcificante
(para quitarles el sarro depositado), se enjuaguen después bien con agua y previo secado, se le aplique
una capa de barniz de clorhexidina al 1% sobre la superficie interna de la prótesis con la indicación que en
24 horas no se proceda a su limpieza. Con ello conseguiremos que durante ese tiempo, al irse diluyendo
la capa de barniz de clorhexidina en boca, se obtendrán unos elevados niveles del antiséptico con la
correspondiente depleción de colonias de bacterias e incluso de algunas levaduras, creándose así un
ambiente menos hostil durante un tiempo que favorecerá el efecto del flúor que hemos aplicado sobre las
superficies dentales tratadas.
-Presencia de tres o más lesiones nuevas de caries radicular en los últimos tres años.
-Presencia de tratamientos dentales anteriores.
-Recesión gingival importante.
-Personas incapacitadas (dependientes) ya sea por deterioro psíquico o físico.
-Higiene dental deficiente.
-Presencia de síndrome de boca seca.
144
PREVENCIÓN DE LA SALUD BUCODENTAL EN GERODONTOLOGÍA
12
-Frecuencia de visitas: 4 meses (3 veces al año)
-Higiene dental según necesidades: raspado y alisado radicular, detartraje y/o
profilaxis con cepillo o copa de goma con pasta abrasiva.
-Instrucciones de higiene oral –remotivación-.
-APLICACIÓN DE BARNIZ O GEL DE FLÚOR DE ALTA CONCENTRACIÓN.
-Recomendar uso de colutorio fluorado de uso diario (Fluoruro sódico 0,05%)
-En caso de ser portador de Prótesis Parcial Removible: higiene y desinfección de la
prótesis (ver instrucciones en texto).
145
las personas mayores válidas, aunque podemos encontrar pequeñas diferencias entre distintos estudios
realizados en diferentes países europeos.
Mención aparte merece la gingivitis, que es una patología más prevalente a pesar de las limitaciones a que
pueda estar sometida la propia reacción inflamatoria, como hemos visto antes. Aquí también apreciamos
como los sectores más desfavorecidos que son los ancianos asistidos en residencias, pueden llegar a tener
en casi el cien por cien de los dentados signos clínicos de gingivitis. Es evidente que la causa general de
estas alteraciones es la presencia de placa bacteriana, agravada en algunos casos con la presencia de
sarro (código 2 del índice CPI).
En los estudios realizados a nivel nacional, tanto de población anciana en general como de población
institucionalizada, concluyen que los códigos 2 y 3 del índice CPI, son los más frecuentes y sin embargo,
el sangrado (código 1 del índice CPI) puede no darse en muchas de estas situaciones por lo expuesto con
anterioridad. La presencia de placa bacteriana es muy frecuente, pero donde más abunda es en aquellas
personas institucionalizadas.
Está claro que los factores de riesgo de sufrir enfermedad periodontal entre esta población mayor se ven
agravados, desde socioeconómicos (alimentación, acceso a servicios sanitarios, bajas pensiones, etc.),
pasando por la presencia de hábitos nocivos (como puede ser el tabaquismo o el alcohol) y acabando por
múltiples problemas médicos de entre los que cabría destacar la depresión y los trastornos cognitivos que
conducen a una dejadez en el auto cuidado. Luego, cualquier medida destinada al control de esta placa
bacteriana o a la reducción del potencial patógeno de las bacterias que la componen, nos traerá beneficios
no solo en la prevención de la gingivitis sino también de la enfermedad periodontal y de su evolución. Tienen
especial importancia en el colectivo de pacientes asistidos estas medidas ya que hay publicados varios
estudios que hacen referencia a los beneficios de la higiene oral y la disminución de casos de neumonías
por aspiración en mayores debilitados, así como otras infecciones del tracto respiratorio que influyen en su
calidad de vida.
Desde el punto de vista de la prevención de la enfermedad periodontal, podemos decir que, aunque
estemos en edades tardías, continúan siendo válidos los postulados que conocemos de control de placa
bacteriana, al fin y al cabo responsable directa de la enfermedad; no obstante debemos de considerar que
estamos ante pacientes muchas veces dependientes y que no pueden valerse por sí mismos y en estos
casos hay que tomar parte activa en el control de dicha placa. Tal y como planteábamos en la prevención
de la caries, en la enfermedad periodontal, después de un buen tratamiento, hay que mantener unas pautas
de higiene para garantizar el éxito y si el paciente no es capaz de proceder a una correcta remoción de
placa, se tendrá que educar al personal auxiliar a realizarlo según las necesidades de cada paciente,
ajustando los tipos de cepillos necesarios así como las medidas higiénicas. Se recomienda revisiones entre
3 y 6 meses, en función del grado de deterioro y la patología que tenga el paciente. En estas revisiones se
procederá a realizarle una higiene oral por la higienista, reforzar las instrucciones de higiene y proceder a la
aplicación de antisépticos (barnices de clorhexidina si puede ser al 1% para crear depleciones temporales
de bacterias) y fluoruros, teniendo en cuenta principalmente los niveles de secreción salivar (si hay o
no síndrome de boca seca) y la presencia de enfermedades sistémicas tales como leucemias crónicas,
presencia de osteoporosis con tratamiento de bifosfonatos o alguna forma de diabetes. En resumen
diremos que la terapia de mantenimiento periodontal en aquellos pacientes ancianos, y especialmente en
los dependientes, estará muy condicionada por la patología médica que pueda existir de fondo y por su
capacidad de colaboración. Cualquier diente considerado como fuera de control, con foco de infección que
no remite a nuestros tratamientos, deberá de plantearse su exodoncia.
146
PREVENCIÓN DE LA SALUD BUCODENTAL EN GERODONTOLOGÍA
12
convicciones habían sido, en cierto modo, alimentadas con la existencia de cierta financiación pública del
sistema sanitario que apoyó, con acciones de reembolso parcial, el tratamiento con prótesis total removible
realizada en dentistas privados, durante las décadas de los años 60 y 70, como complemento al único
tratamiento dental que contemplaba la seguridad social de la época: la exodoncia. En las conclusiones del
estudio se resaltaba:
La salud oral de los adultos mayores españoles es muy deficiente.
• Tanto el número medio de dientes como su estado, demostraban que el tratamiento más frecuente
en estas personas seguía siendo la extracción dental.
• La salud periodontal era similar a la hallada en otros estudios españoles, con una alta prevalencia
de dientes con cálculo y sangrado y bolsas moderadas. La pérdida de inserción era también
moderada.
• En general, las personas institucionalizadas presentaban más patología y peor estado de salud
oral.
• Era necesario aumentar la política de promoción de la salud para que, en pocos años, hubiera un
cambio de la misma en las nuevas cohortes de adultos mayores.
En lo que respecta a los datos epidemiológicos sobre el estado de salud oral disponemos, además, de
una serie de estudios que nos ha proporcionado el Consejo General de Odontólogos y Estomatólogos de
España, que ha auspiciado y en algunos casos financiado las encuestas que se realizaron en trabajos
de campo desarrollados durante los años 1993, 2000, 2005 y 2010. La última entrega de esta serie de
estudios, presentada recientemente, nos aporta una información de valor ya que “…desde el estudio de
1993, los criterios de diseño y tamaño muestral y la preparación de los exploradores son totalmente idénticos
facilitando la comparación de los hallazgos obtenidos”. A lo largo de estos estudios se ha valorado la salud
oral de la cohorte de 65 a 74 años, observándose que el índice CAOD ha evolucionado desde el 21,16 de
1993, al 18,10 de 2000, el 16,79 de 2005 y el 14,66 de la última encuesta, que corresponde al trabajo de
campo desarrollado en 2010. Esta tendencia favorable en la evolución descendente del índice de caries,
también se ha visto corroborada por la evolución positiva observada respecto al índice de restauración
(porcentaje de caries que se han obturado respecto al CAOD total), que ha variado desde el 3,3% de
1993 al 12,3% actual. No cabe duda de que la evolución de la demografía profesional odontológica y la
mejora de las condiciones de vida de este colectivo de población, en los últimos años, han tenido una parte
importante de responsabilidad en esta tendencia. En contraposición a lo observado respecto a la caries, la
evolución entre 1993 y 2010 de los índices de valoración de las enfermedades periodontales, en la cohorte
de 65-74, muestra una clara tendencia a la estabilización, repitiéndose los resultados que nos indican altas
necesidades en la mejora de la higiene oral de estos pacientes y tratamientos de baja complejidad, como
detartraje y raspado y alisado radicular; en contraposición, la presencia de bolsas profundas (código 4 del
índice CPI) solo se da en un 10,4% de los pacientes. En lo que respecta a las necesidades de prótesis la
encuesta de 2010 muestra una tendencia a la estabilización respecto a los datos de 2005.
La mayoría de las encuestas epidemiológicas y los datos disponibles a través de ellas, se centran en el
colectivo de adultos mayores de 65 a 74 años. Cuando decimos que más del 16% de la población española
tiene 65 o más años caemos en el error de hacer extensibles a todas estas cohortes los resultados obtenidos
respecto al estado de salud oral y las necesidades de tratamiento, que en las encuestas sólo se refieren a
los 65-74 años. Actualmente tenemos 3,8 millones de personas mayores de 75 años, lo que representa un
8,31% de la población española, y la información de que disponemos sobre ellas es muy limitada. No es
difícil suponer que las condiciones de salud y el grado de dependencia de estas personas puede resultar
bien diferente del colectivo de 65-74 años. Será necesario tener en cuenta este grupo de población en
sucesivas encuestas epidemiológicas, porque el creciente aumento en la esperanza de vida va a aumentar
considerablemente los pacientes de estas cohortes que van a demandar una adecuada calidad de vida oral.
Frente a esta situación ¿qué programas o actuaciones se están llevando a cabo? Si revisamos el catálogo
de prestaciones vigente podemos concluir que la atención en salud bucodental que reconoce la atención
primaria de nuestro servicio de salud a los adultos mayores se reduce a: 1) Información, educación para la
salud y, en su caso, adiestramiento en materia de higiene y salud bucodental. 2) Tratamiento de procesos
agudos odontológicos. Por tanto, en la actualidad, los adultos mayores no representan un grupo prioritario
con programas específicos recomendados desde el Ministerio de Sanidad. Tampoco existen acciones
definidas y financiadas para la atención universal específica de este colectivo en los distintos servicios de
salud de las comunidades autónomas. Sólo encontramos actuaciones concretas dirigidas a colectivos poco
numerosos, algunas dirigidas a la subvención parcial o total de prótesis completas, como la experiencia
iniciada por el ayuntamiento de Madrid, que ha tenido un seguimiento irregular. La iniciativa del Consejo
General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos de España de conseguir una financiación parcial de
147
las prótesis completas, en la que se implicaran tanto el Ministerio de Sanidad como los profesionales, no
llegó a formalizarse. Otras corporaciones municipales, asociaciones sin ánimo de lucro y organizaciones no
gubernamentales llevan a cabo acciones y programas específicos, de gran variabilidad en sus prestaciones
y siempre sobre colectivos reducidos. También los mayores de 65 años se convierten en beneficiarios
de otros programas no dirigidos específicamente al grupo etario, sino dirigidos a los colectivos de bajos
recursos económicos, entre los que abundan las personas de edad avanzada.
La perspectiva de futuro respecto a la atención bucodental de las personas mayores no debería
fundamentarse solo en la financiación de tratamientos ya que no hay una evidencia clara entre el gasto en
servicios de salud oral y los resultados en términos de salud oral. El aumento de la esperanza de vida y
la disponibilidad de recursos económicos de estas personas, en el marco de unos servicios odontológicos
de financiación privada, puede abocar en la realización indiscriminada de tratamientos de alta complejidad
(implantes, ...), sin evaluar el impacto que las condiciones de salud del paciente y sus determinantes
respecto a su estilo de vida pueden tener en su calidad de vida oral. Si bien no se dispone de financiación
pública si, al menos, la administración y las sociedades científicas correspondientes deberían elaborar
protocolos y recomendaciones sobre la importancia de la promoción de la salud oral y sus importantes
relaciones con la salud general de los adultos mayores.
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148
Capítulo 13
13.1. INTRODUCCIÓN
Las funciones en las que intervienen los dientes naturales son de importancia transcendental para que
cualquier persona, incluidos los mayores, tenga una calidad de vida aceptable. La masticación y deglución
de los alimentos requiere la correcta articulación entre los dientes antagonistas. En la fonación, los dientes
son imprescindibles para la articulación de los diferentes sonidos. Por otra parte, las dimensiones de la cara, en
especial la dimensión vertical de su tercio inferior, y, por consiguiente, la estética facial de la persona, dependen
en gran medida de los dientes. Si éstos faltan, los labios y las mejillas se hunden apareciendo surcos en las
comisuras labiales a la vez que se acentúan los surcos nasogenianos, la cara se muestra más fláccida por la
pérdida de tono de los músculos maseteros y el mentón se hace más prominente, apareciendo, en definitiva, los
rasgos y la facies típicos del envejecimiento. Por último, la preservación de la continuidad de las arcadas, y de la
totalidad de la dentición, evita las descompensaciones masticatorias que se observan con frecuencia en adultos
mayores desdentados. La operatoria dental y la terapéutica endodóncica contribuyen así a mantener no sólo la
salud bucodental, sino también la calidad de vida del paciente de edad avanzada.
149
c) Desmineralización progresiva del esmalte por la acción de los ácidos, primero subsuperficialmente (mancha
blanca), luego avanzando en profundidad hasta producir la pérdida de sustancia y la cavitación. En el paciente
adulto mayor es frecuente encontrar lesiones de caries detenida (mancha marrón) en las superficies proximales
de dientes que han perdido sus piezas dentarias adyacentes. Estas lesiones se han remineralizado al quedar más
expuestas al medio oral y a la autoclisis fisiológica, incorporando sustancias cromógenas provenientes de la dieta.
d) Invasión bacteriana masiva, afectación dentinaria y destrucción de la estructura dental. Como
consecuencia de la continua y fisiológica dentinogénesis secundaria, y de la dentinogénesis terciaria
en respuesta a los factores agresivos que han afectado al diente a lo largo de toda la vida, (atrición,
abrasión, cargas oclusales…), la dentina del diente envejecido tiene un mayor espesor que la del diente
joven. Además, la dentina ha ido sufriendo un proceso de esclerosis por hipercalcificación de los túbulos
dentinarios en respuesta a los estímulos agresivos. El resultado es una dentina de mayor grosor, menor
permeabilidad y mayor resistencia al ataque ácido que la hacen menos susceptible a la caries, con el
consecuente enlentecimiento del avance de la lesión cariosa.
e) Afectación de la pulpa dental y respuesta inflamatoria (pulpitis), que desencadenará la necrosis
pulpar y la afectación de los tejidos periapicales (periodontitis apical). La respuesta defensiva pulpar del
diente envejecido en una persona sana no está disminuida. Por el contrario, la reducción de la permeabilidad
dentinaria dificulta y retrasa la invasión pulpar por las toxinas y antígenos bacterianos. En pacientes
mayores con patología sistémica (diabetes, enfermedad coronaria, síndrome metabólico), la eliminación y
el tratamiento de las lesiones cariosas y la eliminación de focos periapicales inflamatorios crónicos, pueden
mejorar el control de la patología sistémica.
Los estudios epidemiológicos analizan la incidencia y prevalencia de caries radicular utilizando tres
indicadores: el porcentaje de personas afectadas por caries radicular, el número de caries radiculares por
persona y el índice de caries radicular de Katz (ICR). Este último índice, desarrollado por Katz en 1984,
puede calcularse tomando como unidad de análisis el diente o la superficie. El ICR se obtiene dividiendo
el número de dientes con exposición radicular (ICRd) o de superficies radiculares expuestas (ICRs) que
presenten lesiones cariosas o restauraciones, entre el número total de dientes o de superficies radiculares
expuestas. Puede calcularse para un paciente o para una población. La prevalencia de caries radicular
aumenta con la edad, especialmente a partir de los 40 años, con un máximo a los 60 años. Más del 40%
150
PATOLOGÍA Y TERAPÉUTICA DENTAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA
de los mayores de 65 años institucionalizados dentados tienen al menos 1 caries radicular. La tasa de
13
incidencia media anual en mayores de 65 años es de 1 nueva caries radicular por cada 100 superficies
radiculares expuestas, equivalente a la tasa de incidencia de caries coronal en niños.
Por lo que a la etiología de la caries radicular se refiere, está provocada por las mismas bacterias que
producen la caries de esmalte. Numerosos estudios demuestran una asociación significativa entre cultivos
de saliva positivos para Streptococcus mutans y Lactobocillus acidophilus y la prevalencia de caries
radicular. Estas dos bacterias intervienen de forma esencial en el inicio de la lesión de caries, mientras que
el Actinomyces viscosus y el Actinomyces naeslundii intervendrían en el desarrollo posterior de la lesión.
Los factores de riesgo de caries radicular podemos clasificarlos en orales y extraorales. Entre los factores orales
se incluyen el recuento elevado en saliva de unidades formadoras de colonias de S. mutans y L. acidophillus
(CFU > 100.000 / ml de saliva), mala higiene oral confirmada por índices de placa y/o cálculo elevados, flujo
salival disminuido (provoca disminución de la autoclisis e hipogeusia), disminución de la capacidad tampón de
la saliva, presencia de bolsas periodontales, pérdida de soporte periodontal, recesión gingival, alta prevalencia
o incidencia de caries coronales o radiculares, restauradas o no, presencia de ocho o más dientes ausentes,
ser portador de prótesis parcial removible o prótesis fija (favorecen el acúmulo de biofilm) y la presencia de
lesiones cervicales por abfracción. Entre los factores de riesgo extraorales se incluyen la edad avanzada, la
ingesta alta de hidratos de carbono, el bajo nivel sociocultural, la disfunción cognitiva, el uso infrecuente de los
servicios dentales, toma de fármacos que disminuyen el flujo salival (psicofármacos), la exposición limitada al
agua fluorada, la baja ingesta de productos lácteos, la debilidad física y el hábito tabáquico. La combinación
de tres ó más lesiones de caries radicular nuevas en los últimos 3 años, higiene oral deficiente, alto número de
caries coronales e incapacidad física o psíquica y boca seca indica un alto riesgo de caries radicular..
Teniendo en cuenta que los signos clínicos más importantes para el diagnóstico de la caries radicular
son el color y la dureza de la superficie radicular expuesta, su diagnóstico se basa en la inspección visual
y la exploración táctil con sonda de punta roma. La radiografía de aleta de mordida pondrá de manifiesto
aquellas lesiones situadas en las superficies proximales de la raíz. Desde el punto de vista clínico, se
consideran dos tipos de lesiones: cavitadas y no cavitadas.
La lesión no cavitada es un área blanca u oscura (marrón, negro) de bordes irregulares, en la superficie de la raíz
expuesta, en el límite amelo-cementario o en los límites de una restauración. Las lesiones que son de color blanco-
amarillento o marrón claro y de consistencia blanda o correosa son lesiones activas. Suelen estar cubiertas de
placa y materia alba (Figura 13.2). Un explorador afilado penetra en ellas con presión leve a moderada, presentando
resistencia al extraerlo. Puede haber un solo foco inicial que se extiende radialmente en torno a la raíz, o varios
focos que tienden a confluir. Son frecuentes las lesiones anchas pero superficiales que progresan lentamente en
profundidad. Por el contrario, las lesiones de color marrón oscuro o negro y de tacto duro, se consideran caries
radiculares inactivas o detenidas. Si estas últimas son de larga evolución, aparecen brillantes y lisas.
Las lesiones cavitadas suelen tener márgenes anfractuosos, afilados e irregulares. Las lesiones de
bordes afilados y color marrón claro son las más agresivas y de rápida evolución (caries cavitadas activas),
mientras que las de bordes suaves y color marrón oscuro o negras son de evolución lenta (inactivas)
(Figura 13.3), y no progresarán si el paciente mantiene buenos hábitos de higiene oral. La identificación
151
del grado de actividad de la lesión de caries radicular es de gran interés para establecer las estrategias
preventivas y terapéuticas. Aunque se ha intentado determinar el grado de actividad de caries por medio
de la radiovisiografía, la penetración de colorantes y o utilizando métodos enzimáticos, no se han obtenido
resultados concluyentes, por lo que el diagnóstico clínico visual y táctil continúa siendo el más fiable.
La prevención de la caries radicular debe llevarse a cabo interviniendo sobre sus tres factores
etiopatogénicos fundamentales: a) Controlar el biofilm oral por métodos mecánicos y/o químicos, b) disminuir
la ingesta de hidratos de carbono fermentables, y c) aumentar la resistencia de los dientes a la caries. Por lo
que al control mecánico de la placa bacteriana se refiere, cualquier técnica de cepillado puede ser eficaz
si se realiza convenientemente. Los portadores de prótesis deberán realizar una limpieza minuciosa de las
mismas y, en especial, de los ganchos y retenedores que pueden acumular placa junto a raíces expuestas.
En el paciente anciano el control químico de la placa juega un papel muy importante. De entre todos los
productos antisépticos de aplicación oral existentes en el mercado, la clorhexidina ha demostrado tener la
mayor eficacia. Es efectiva frente a un amplio espectro de microorganismos, incluyendo al Streptococcus
mutans y al Lactobacillus acidophillus. Se comporta como bacteriostática o bactericida en función de su
concentración. En pacientes ancianos sometidos a tratamiento con gel de clorhexidina al 1% aplicado en
cubetas, una aplicación diaria durante 5 minutos durante 1 semana, se observa una marcada reducción
del número de CFU de S. mutans y L. acidophillus, manteniéndose los valores bajos durante 3 semanas
más. Se han obtenido también muy buenos resultados con aplicaciones de barnices de clorhexidina al 1%
siguiendo una pauta de 2 pincelaciones de las superficies radiculares cada 7 días, y una pincelación cada
3 meses como mantenimiento.
El control de la dieta en personas ancianas ayuda también a prevenir la caries radicular. Las personas
mayores, especialmente los portadores de prótesis parciales y los pacientes con xerostomía, incrementan
de forma considerable el consumo de alimentos dulces y de edulcorantes artificiales. Aunque la relación
entre el consumo de azúcares refinados y la incidencia de caries radicular no es tan evidente como en el caso
de la caries coronal, hay que tener en cuenta que algunos edulcorantes como el xylitol y el sorbitol, pueden
reducir el pH por debajo de 6,5, suficiente para la desmineralización del cemento y la dentina radicular. Así
mismo, el aporte de hidratos de carbono a las bacterias del biofilm depositado sobre la superficie radicular,
puede venir mas que de los azucares de la dieta, de alimentos “salados” que también aportan hidratos de
carbono, por ejemplo las patatas fritas, y que pueden producir caídas del pH hasta 6,1.
Una tercera estrategia preventiva para la caries radicular consiste en aumentar la resistencia de la
raíz dentaria frente a la caries. En este sentido, el uso de fluoruros tópicos previene la aparición de caries
radicular y retarda su avance. Reduce la desmineralización en las superficies de las lesiones incipientes de
caries radicular durante el ataque ácido, a la vez que aumenta su remineralización. La combinación de flúor
tópico con clorhexidina es aún más efectiva. La pauta preventiva dependerá del riesgo de caries radicular
de cada paciente. En pacientes de bajo riesgo, el uso diario de dentífricos fluorados y una aplicación de
gel en cubeta por el profesional cada 6 meses puede ser suficiente. Por el contrario, en pacientes de riesgo
elevado debe, además, utilizarse diariamente un colutorio con flúor, realizarse una autoaplicación de gel en
cubeta semanal, y la aplicación de gel profesional debe hacerse cada 3 meses. El flúor fosfato acidulado
(APF), el fluoruro sódico (NaF), el fluoruro estañoso y el fluoruro de titanio han demostrado su eficacia.
152
PATOLOGÍA Y TERAPÉUTICA DENTAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA
El laser de argón combinado con APF da muy buen resultado, pues forma sobre la superficie radicular
13
una capa altamente resistente a la agresión ácida. Las lesiones incipientes de caries radicular pueden
inactivarse y detener su progresión mediante la aplicación diaria de geles de NaF a 5.000 ppm por el propio
paciente, al acostarse, reforzada por una aplicación profesional de gel de NaF a 12.000 ppm cada 4 meses.
De esta manera, las lesiones no llegan a precisar técnicas operatorias. En un año, lesiones activas se
transforman en inactivas y detienen su avance.
153
resultados clínicos, minimizando el efecto de la contracción de polimerización y el riesgo de microfiltración
marginal. Sus buenos valores de resistencia a la tracción permiten utilizarlos incluso en caries radiculares.
La preparación cavitaria para composites es similar a la descrita para ionómeros, limitándose a la eliminación
de los tejidos cariados, si bien en este caso si debe biselarse el esmalte del borde cavo-superficial para
mejorar la retención y el resultado estético. Si se obtura con resina compuesta una cavidad de caries
radicular, debe utilizarse un composite del grupo de los microfinos heterogéneos, altamente pulible. Si
la cavidad es muy grande, se puede usar un composite de carga media (menor del 60% del volumen) y
ultrafino (partículas de relleno < 3 µm).
154
PATOLOGÍA Y TERAPÉUTICA DENTAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA
13
Figura 13.5. Radiografía periapical en la que se aprecia la calcificación de la cámara pulpar y los conductos en el
segundo molar inferior.
155
Figura 13.6. Estudio sobre el dolor sentido por los pacientes durante los tratamientos operatorios. El grupo de edad mayor de 65 años
es el que mostraba menores niveles de dolor (Segura-Egea y cols. Arch Odontoestomatol 1998; 14:290-298).
Por el contrario, el dolor periodontal, aunque también es un dolor somático profundo, es de tipo no visceral,
originándose en fibras nerviosas presentes en el hueso alveolar que está sufriendo el proceso inflamatorio
consecutivo a la necrosis pulpar. Al igual que el dolor musculoesquelético, el dolor periodontal tiene una
relación proporcional con la actividad biodinámica del momento y es un dolor no referido, bien localizado,
con un umbral de estimulación bajo, y sin manifestaciones vegetativas. En el paciente adulto mayor, con
una dentición expuesta durante años a la atrición, la abfracción, la abrasión (Figura 13.7), el bruxismo y la
enfermedad periodontal, es muy frecuente que aparezca hipersensibilidad dentinaria, presentándose con
frecuencia como un dolor pulpo-dentinario de difícil localización que incluso puede referirse a los dientes del
maxilar superior cuando la causa reside en el inferior y viceversa. Por ello, en el paciente geriátrico, antes de
considerar el origen pulpo-periapical de un cuadro de dolor dentario debe descartarse primero la existencia
de hipersensibilidad dentinaria. No obstante, en ocasiones será la propia hipersensibilidad dentinaria la
que obligue a plantear un tratamiento endodóncico al fracasar las demás opciones terapéuticas aplicadas.
El estado pulpar debe valorarse lenta y cuidadosamente en los pacientes geriátricos, utilizando diferentes
estímulos. Dada la disminución de la inervación pulpar con la edad, el mayor espesor de dentina y el mayor
contenido pulpar en sustancia amorfa y colágena, la respuesta pulpar a los estímulos utilizados en estas
pruebas puede estar disminuida y, en ocasiones, el mismo diente que no responde ante un estímulo eléctrico
si responde ante el estímulo térmico. Incluso pueden producirse falsas respuestas negativas (ausencia de
respuesta con pulpa vital) a la prueba de la cavidad.
Figura 13.7. Lesiones destructivas por abrasión por cepillado y abfracción en un paciente de edad avanzada.
156
PATOLOGÍA Y TERAPÉUTICA DENTAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA
13
La valoración de las pruebas periapicales en el adulto mayor es en todo similar a la que se realiza en pacientes de
otras edades. El dolor al percutir el diente o al palpar el proceso alveolar a nivel de la región periapical indica la presencia
de un proceso inflamatorio activo. Dado que en el anciano es frecuente que los procesos inflamatorios periapicales
se presenten con dolor vago y poco localizado, la detenida valoración de las pruebas periapicales es esencial para
confirmar el diente causante de la sintomatología. La movilidad dentaria debe valorarse con precaución en los pacientes
adultos mayores pues, como se analizará mas adelante, la incidencia de enfermedad periodontal es muy elevada entre
la población geriátrica y la pérdida de fijación y la movilidad dentaria también se correlacionan con la edad.
La elevada incidencia en pacientes ancianos de patologías que pueden provocar sintomatología
compatible con problemas de origen endodóncico, exige una minuciosa exploración pulpar y periapical para
realizar un buen diagnóstico diferencial. Entre las entidades nosológicas que pueden remedar un cuadro
endodóncico están las cefaleas, la disfunción de la articulación témporomandibular, la artritis, la artrosis, las
neuritis y las neuralgias, todas ellas con mayor prevalencia en el anciano. Es bien conocida la asociación de
la enfermedad periodontal al envejecimiento, por lo que en el paciente geriátrico se habrá de tener siempre
en cuenta el posible origen periodontal de un cuadro clínico aparentemente endodóncico. Este cuadro es
especialmente frecuente en los molares de pacientes adultos mayores con enfermedad periodontal, y está
producido por el paso de bacterias desde la bolsa periodontal hasta la pulpa a través de conductos laterales
accesorios, presentes no sólo a nivel del tercio apical de la raíz sino también en la furcación.
El diagnóstico radiológico, especialmente la radiografía periapical, es una herramienta complementaria esencial
en endodoncia y son varias las consideraciones que a este respecto deben hacerse para el paciente geriátrico.
Las dificultades motoras que a menudo tienen estos pacientes, junto con la frecuente presencia de
procesos alveolares muy reabsorbidos como consecuencia de pérdidas dentarias anteriores, pueden
complicar la adecuada colocación de la placa radiográfica. Por ello, debe tenerse especial cuidado con la
técnica radiográfica, utilizando sujeciones para las placas cuando sea preciso. Los crecimientos óseos (tori)
también son más frecuentes en los ancianos y pueden dificultar la toma de radiografías.
Si antes de cualquier tratamiento endodóncico debe tomarse una radiografía periapical previa a la apertura cameral,
ello es especialmente importante en los ancianos. La radiografía previa permitirá valorar la forma y localización de los
espacios pulpares, sobre todo de la cámara pulpar, pudiéndose detectar con frecuencia la presencia de pulpolitos.
En el anciano la visualización de los conductos radiculares y de la cámara pulpar suele ser complicada, ya que
tienden a ser menores y a desaparecer radiológicamente, sin embargo, aunque no se visualicen, se ha demostrado
que siempre existen restos de tejido pulpar. Por otra parte, cuando hay espacios edéntulos proximales al diente
sospechoso, lo que es muy frecuente en el paciente adulto mayor, siempre debe hacerse una radiografía diagnóstica
previa para descartar la presencia de restos radiculares que pudieran ser los causantes del cuadro de dolor dentario.
La valoración de la radiografía periapical de un paciente adulto mayor debe realizarse teniendo en cuenta que, en
estos pacientes, son frecuentes las enfermedades de los huesos maxilar y mandibular de origen no endodóncico,
tales como como cementomas múltiples, hiperparatiroidismo, enfermedad de Paget, carcinoma metastásico y
mieloma múltiple, entre otras, todas ellas capaces de producir lesiones periapicales graves en dientes vitales.
La anatomía radiológica apical y periapical tiende a ser, en cierto modo, distinta en los ancianos debido a la
continua formación de cemento a lo largo de la vida, proceso que tiene lugar como mecanismo compensador
del desgaste incisal y oclusal (Figura 13.8). La elevada frecuencia de reabsorciones radiculares en los
pacientes adultos mayores puede complicar también la conductometría.
157
13.5.2. El tratamiento de conductos en el paciente geriátrico
Tras la anamnesis y la exploración se emitirá el diagnóstico definitivo del estado pulpo-periapical del
diente, determinándose si es necesario o no el tratamiento de conductos y si, caso de ser preciso dicho
tratamiento, el estado periodontal y las posibilidades de restauración aconsejan llevarlo a cabo. Sin
embargo, en ocasiones, aún en dientes con buena salud periodontal y con posibilidades de restauración, la
ausencia de valor estratégico dentro del plan terapéutico integral previsto para el paciente puede aconsejar
no llevar adelante el tratamiento, decisión que también puede tomarse ante factores adicionales tales como
la presencia de enfermedades crónicas sistémicas graves o la imposibilidad de una apertura bucal suficiente
para la manipulación intraoral que exige la terapia de conductos. Si bien es cierto que la esperanza de vida
del paciente adulto mayor es sin duda menor que la del paciente más joven, esto no puede concretarse en
una disminución en la exigencia de la técnica endodóncica aplicada bajo el pretexto de que el tratamiento
no ha de durar más que el paciente, sino que, por el contrario, el paciente adulto mayor tiene derecho a la
misma asistencia sanitaria bucodental que reciben los demás pacientes.
Una vez se ha decidido realizar el tratamiento endodóncico, dado que los procedimientos suelen ser
técnicamente más complejos en el paciente mayor (restauraciones previas, caries extensas, afectación
periodontal, disminución del tamaño pulpar, conductos estrechos,...), se dará una cita suficientemente
larga que permita realizar el tratamiento sin prisas. Algunos autores aconsejan realizar los tratamientos
endodóncicos de pacientes adultos mayores en una sola sesión, especialmente si el paciente depende de
otros para el transporte o requiere asistencia para llegar a la consulta o para sentarse en el sillón.
El aislamiento absoluto puede ser más difícil debido a caries subgingivales o restauraciones defectuosas, sin
embargo, siempre que sea posible debe utilizarse dique de goma para disminuir la contaminación salival de la pulpa,
evitar el contacto de las soluciones irrigadoras con los tejidos orales y reducir el riesgo de aspiración de instrumentos.
No obstante, la alta incidencia de xerostomía entre los pacientes adultos mayores, especialmente en las mujeres, es un
factor favorable a la hora del tratamiento endodóncico pues reduce las posibilidades de contaminación. Como siempre,
el aislamiento absoluto se instaurará tras la apertura de la cámara pulpar y la consecución de un buen acceso.
Por lo que respecta a la apertura cameral, la principal particularidad con la que hay que contar en el diente del
adulto mayor es la reducción de las dimensiones de la cámara pulpar por la aposición de dentina a lo largo de la
vida, lo que dificulta la consecución de un buen acceso. La atenta valoración de la radiografía previa nos permitirá
apreciar el tamaño de la cámara pulpar. En los incisivos el mayor acúmulo de dentina secundaria y terciaria se
produce en la pared incisal de la cámara, obligando a profundizar en dirección a cervical en el momento de la
apertura cameral. En los incisivos inferiores y en los premolares de algunos pacientes mayores se llega producir
una metamorfosis cálcica completa, quedando prácticamente obliterada toda la cavidad pulpar y buena parte
del conducto radicular, con la consiguiente dificultad para la apertura de cámara. En algunos casos, es el propio
dentista quien labra un neo-conducto, con enorme riesgo de perforación (Figura 13.9).
Figura 13.9. Peligro de perforación al tratar de localizar los conductos en dientes muy calcificados.
En los molares es muy frecuente encontrar cámaras pulpares que han quedado reducidas a un pequeño
disco por la acumulación de dentina a nivel de su techo y, fundamentalmente, de su suelo (Figura 13.5). En
estos casos hay que tener especial cuidado al realizar la apertura de cámara pues es fácil atravesar con la fresa
inadvertidamente la cámara aplanada y provocar una perforación en la furca. La determinación cuidadosa de
la distancia ocluso-cameral en la radiografía previa, superponiendo la fresa que se usará en la apertura para
tener una buena referencia de dicha distancia, evitará accidentes. Aunque el aspecto radiográfico indique lo
158
PATOLOGÍA Y TERAPÉUTICA DENTAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA
13
contrario, nunca llega a producirse la fusión entre el suelo y el techo cameral. La detección visual de la coloración
marrón oscuro brillante (dentina esclerótica opalescente) del suelo cameral puede ayudar a evitar perforaciones
(Figura 13.10). En los casos en que la cámara pulpar ha quedado reducida a la mínima expresión, una vez se
haya perforado el techo cameral es muy útil y seguro utilizar fresas con punta inactiva, que permitan eliminar
ampliamente la dentina de las paredes camerales sin el peligro de perforar la furcación.
Las alteraciones de la posición dentaria, especialmente las mesio-versiones de molares, tan frecuentes en
los pacientes adultos mayores con edentulismo parcial, pueden contribuir a que se produzcan accidentes en el
momento de la apertura de cámara. Un caso relativamente frecuente es la perforación a nivel cérvico-coronal
cuando se intentan localizar los orificios de entrada de los conductos mesiales de un molar inferior en una dirección
equivocada, generalemente por no haber valorado su mesioversión en una radiografía preoperatoria (Figura 13.11).
La localización de los orificios de entrada de los conductos puede presentar una elevada dificultad en
algunos pacientes ancianos, especialmente en los conductos vestibulares de los molares superiores, en los
mesiales de los molares inferiores y en el segundo conducto de los incisivos inferiores. De hecho una de las
causas principales de fracaso endodóncico en los ancianos es la no detección de conductos radiculares. Si
tras un periodo de tiempo razonable no se han localizado, es conveniente terminar en ese punto y dar una
nueva cita al paciente o remitirlo al endodoncista.
Figura 13.11. Perforación durante la apertura y localización de conductos en un molar inferior en mesioversión.
159
La realización de la apertura cameral con fresas de punta inactiva no altera la morfología del suelo
cameral y disminuye el riesgo de perforación, suele facilitar la localización de los conductos, al igual que
la utilización de magnificación con microscopio u otros dispositivos visuales. La aplicación de soluciones
irrigadoras con quelantes del calcio, como el EDTA, es muy aconsejable tanto para localizar los conductos
como para ensancharlos más fácilmente. Con esta misma finalidad pueden utilizarse limas moldeadoras de
los orificios de entrada de los conductos accionadas con contraángulos reductores, como las presentadas
por algunos sistemas de limas en rotación horaria continua.
La determinación de la longitud de trabajo suele presentar mayor dificultad en el diente viejo como
consecuencia, por una parte, de la disminución del calibre de los conductos y, por otra, de la mayor
variabilidad en la localización de la constricción apical. La continua aposición de cemento a lo largo de la
vida provoca con cierta frecuencia que el ápice se localice lateralmente, hecho con el que hay que contar
al valorar la radiografía de conductometría. Por la misma razón, el límite cemento-dentinario o constricción
apical, zona en la que debe fijarse la longitud de trabajo y obturación, puede localizarse en los dientes de
adultos mayores hasta 3 mm antes del ápice radiográfico. Por ello, algunos autores consideran que en
dientes de adultos mayores la preparación puede realizarse hasta 3 mm del ápice radiográfico, más aun
cuando la permeabilidad dentinaria está disminuida por la aposición de dentina peritubular y las bacterias
no penetran tan fácilmente en el interior de los túbulos. Pensamos que este razonamiento puede ser
aplicado en casos de biopulpectomías mientras que en las necropulpectomías la longitud de trabajo debe
aproximarse a 1 - 0’5 mm del ápice radiográfico.
Actualmente los localizadores electrónicos del ápice representan una ayuda inestimable en el tratamiento
endodóncico de pacientes adultos mayores. La valoración combinada de la radiografía de conductometría
junto con la lectura del localizador, permite determinar con gran seguridad la longitud de trabajo en dientes
con conductos muy calcificados, en los que tan sólo pueden introducirse limas del número 8 o 10 cuyo
extremo es difícilmente identificable en la radiografía. En caso de discrepancia entre la conductometría
radiográfica y la electrónica, dado que la información aportada por la radiografía es bidimensional,
prevalecerá la lectura del localizador electrónico.
La técnica para la preparación biomecánica de los conductos en los pacientes ancianos es similar
a la utilizada en los demás pacientes, con la particularidad de que requerirá más tiempo y esfuerzo. Las
técnicas corono-apicales (crown-down) con instrumental mecánico-rotatorio e irrigación con soluciones de
hipoclorito sódico al 5,25% combinada con EDTA al 17% son las más indicadas. La utilización de glicerina
como lubrificante también puede facilitar la instrumentación. El ensanchamiento inicial de la porción más
coronal del conducto facilitará la penetración de la aguja y, por consiguiente, una mejor irrigación.
En los conductos estrechos muy dentinificados, tan frecuentes en los pacientes mayores, debe limarse
siempre en sentido anti-curvatura para evitar perforaciones y falsas vías. Deberá tenerse especial cuidado
cuando se utilice EDTA y limas rígidas, debiéndose en estos casos precurvar las limas.
La obturación de los conductos en el paciente anciano no plantea problemas especiales. Como
en los demás pacientes, el material de obturación ideal es la gutapercha junto con un cemento sellador
endodóncico de resina. Pueden utilizarse tanto la técnica de condensación lateral en frío como la técnica
termoplástica con onda continua de calor. La fuerza de condensación debe ser bien controlada para evitar
fracturas radiculares, para ello es conveniente utilizar bien espaciadores digitales, bien espaciadores
digitopalmares de pequeño calibre (A25 y A30). Debe tenerse muy en cuenta que, dado el módulo elástico
de la gutapercha, más que condensar con gran presión poco tiempo lo que importa es mantener una
presión suficiente durante 20 segundos, con lo que se consigue una mayor deformación de la gutapercha y
un mejor espaciado, facilitando la introducción de una nueva punta de gutapercha.
160
PATOLOGÍA Y TERAPÉUTICA DENTAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA
13
Cuando ha fracasado un tratamiento endodóncico sólo existen tres alternativas: el retratamiento conservador,
la cirugía apical y la exodoncia. Descartada la exodoncia, en el paciente adulto mayor el retratamiento
conservador ofrece algunas ventajas claras sobre la cirugía apical. En primer lugar, en un gran número de
casos es muy sencillo de realizar, especialmente en aquellos dientes en los que el tratamiento de conductos
ha fracaso por deterioro del material utilizado para el sellado de los conductos. En estos casos al reabrir el
diente a menudo se nota el reblandecimiento del material, no siendo más difícil retirarlo que eliminar tejido
pulpar necrótico. En segundo lugar, y al menos teóricamente, el retratamiento conservador debe ser más
eficaz que el quirúrgico si lo que se quiere conseguir es una buena limpieza y nuevo sellado del sistema de
conductos, algo que pocas veces puede lograrse con la retroobturación tras la apicectomía. En tercer lugar,
en el caso concreto del paciente adulto mayor la cirugía apical presenta más contraindicaciones y plantea
mayores problemas clínicos, especialmente en el acceso quirúrgico a las regiones apicales de los molares.
Por el contrario, la reapertura del diente a tratar no suele plantear dificultades especiales.
La técnica para el retratamiento conservador en el paciente anciano no difiere en nada de la utilizada en
los demás pacientes. La utilización de disolventes para gutapercha como el cloroformo o el xilol facilitará
enormemente la retirada de la misma del interior de los conductos. Como en cualquier paciente, deberá
tenerse especial cuidado de no realizar empuje apical sobre los instrumentos manuales o mecánico-
rotatorios que se introduzcan en los conductos para retirar el material de relleno. De lo contario podría
extruirse parte del material a la región periapical.
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161
Capítulo 14
14.1. INTRODUCCIÓN
Aunque hablamos genéricamente de enfermedad periodontal, en realidad este término engloba una serie de
patologías caracterizadas por afectar a los tejidos y estructuras de inserción periodontal. Son un conjunto de
cuadros clínicos de origen infeccioso que afectan a las estructuras que constituyen el aparato de inserción del
diente y se pueden clasificar en dos grandes grupos: gingivitis y periodontitis. Se denomina gingivitis al proceso
inflamatorio que afecta a la encía, en la que no existe migración apical del epitelio de inserción, ni destrucción del
tejido óseo de soporte del diente. Por el contrario, las periodontitis se caracterizan porque el proceso inflamatorio
se extiende a los tejidos de soporte del diente, produciéndose una migración apical de la inserción epitelial y
una destrucción progresiva del ligamento periodontal y del hueso alveolar. Las enfermedades periodontales son
enfermedades muy frecuentes en nuestra sociedad, hasta el punto de que podemos considerar que todos los
individuos adultos, en algún momento, desarrollan gingivitis o periodontitis en formas leves.
La incidencia de enfermedad periodontal es mayor en los individuos ancianos y se ha sugerido que puede
existir una relación entre estas enfermedades y la edad de los pacientes. Sin embargo, en contra de lo que
se pensaba anteriormente, la gingivitis no siempre progresa hacia periodontitis con el paso del tiempo y
el aumento de la edad del paciente. Otro dato importante que se debe tener en cuenta es que, aunque es
cierto que el deterioro del tejido de soporte es un hallazgo común en los pacientes adultos, las formas más
graves de periodontitis no son muy frecuentes.
Cuando se han estudiado los grupos de población más susceptibles a la enfermedad periodontal,
aunque no hay resultados definitivos, se cree que el envejecimiento por sí mismo no incrementa el riesgo
de enfermedad periodontal. Sin embargo, un hallazgo común en el paciente de edad avanzada es una
deficiente higiene bucal y este hecho sí que se ha relacionado directamente con la aparición, desarrollo y
pronóstico de la periodontitis. El especialista debe tener en cuenta que los pacientes que tienen mayores
dificultades para realizar la higiene bucal tienen mayor riesgo de periodontitis y deben requerir una serie de
medidas adicionales de control y prevención de la misma.
En los últimos años se ha observado un descenso en la población edéntula, como resultado de las medidas
preventivas aplicadas, así como de los avances en el tratamiento de las enfermedades bucales (como la
caries o la enfermedad periodontal). También se ha observado un aumento en las tasas de supervivencia de
los individuos y, con ello, un progresivo envejecimiento de la población. Estos hechos, unidos a los cambios
que se producen durante el proceso de envejecimiento, así como la mayor prevalencia de patologías
sistémicas (en algún caso, como la diabetes, relacionadas con la propia enfermedad periodontal), o los
tratamientos que se siguen por estas patologías, hacen que podamos observar una mayor incidencia de
patologías bucales en el paciente anciano.
Es cierto que existen ciertos cambios a nivel orgánico relacionados con la edad, pero que no se
corresponden con los fenómenos del envejecimiento propiamente dicho. Además, como hemos comentado,
los resultados de los distintos estudios no coinciden, debido a las diferentes metodologías empleadas
o a la variabilidad en los dientes estudiados. La mayoría de los autores señalan el hallazgo de menor
queratinización gingival y cambios en la encía marginal con ensanchamiento del ligamento periodontal y
movilidad dentaria. Un dato llamativo, es que se observa una mayor frecuencia de recesión gingival aunque
suele haber mayor anchura de encía adherida.
163
la incidencia y prevalencia de muchas patologías. Además, en los últimos tiempos se ha observado un
aumento de población adulta que conserva sus dientes, por lo que ya no podemos equiparar los términos
anciano y edéntulo. Este hecho, en parte es debido a unos mejores cuidados dentales por parte del individuo,
cuidados que además se establecen desde etapas más tempranas como resultado de las campañas y
medidas preventivas aplicadas, pero también han contribuido los avances en el manejo terapéutico de las
enfermedades bucales por parte de los profesionales (Figura 14.1).
Por tanto, como los cuidados bucales de la población son mejores, al aumentar la esperanza de vida y
disminuir la prevalencia de población edéntula, es más frecuente que nos encontremos grupos de ancianos con
una mayor incidencia de patologías relacionadas con los dientes y sus tejidos de soporte, en concreto caries
y enfermedad periodontal. A esto hay que sumar el hecho de que hay cambios que se producen dentro del
proceso de envejecimiento, como la pérdida de ciertas habilidades o capacidades o la mayor prevalencia de
patologías sistémicas con una relación probada con la patología periodontal, como es el caso de la diabetes.
Figura 14.1. Las enfermedades periodontales constituyen una patología frecuente en el paciente de edad avanzada.
164
LA ENFERMEDAD PERIODONTAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA
14
Cada vez son más los estudios que establecen una importante relación entre la enfermedad periodontal
y la salud general de los pacientes. Este hecho es especialmente relevante en los pacientes ancianos,
pues se han estudiado los diversos factores de riesgo para algunas enfermedades como el cáncer, las
enfermedades cardiovasculares, la diabetes o la osteoporosis y la forma en que estos cuadros influyen en
otras patologías (Figura 14.3).
En los diferentes estudios epidemiológicos sobre la enfermedad periodontal en el anciano, se han aplicado
criterios muy diferentes a la hora de estudiar los grupos muestrales y pueden presentar deficiencias en el
método empleado para analizar los resultados. Los ancianos son un grupo de población muy heterogéneo
y según las características individuales, pueden surgir grandes diferencias, como es el hecho de que
existen algunos grupos que viven integrados en la comunidad y otros residentes en instituciones o centros
especiales. Los factores ambientales son diferentes, pero en muchas ocasiones también lo es el estado
general del individuo (generalmente más comprometido en los institucionalizados).
Cuando se quiere valorar el estado de salud periodontal, se suelen emplear métodos clínicos,
considerando síntomas y signos, así como los cambios que se producen en los tejidos de soporte estudiados
radiográficamente. La mayoría de las veces se valora la enfermedad en función de parámetros como el nivel
clínico de inserción y la pérdida de hueso alveolar, que son indicadores con ciertas limitaciones, pues los
índices que reflejan las tasas de incidencia y prevalencia variarán según el número de dientes por paciente
que se incluyan en el estudio y las superficies de cada diente monitorizadas. Además, hay que considerar
las limitaciones propias de la toma de registros, realizada habitualmente mediante el sondaje manual. Para
intentar unificar estos criterios de estudio, se ha sugerido realizar estudios sobre la boca completa y medir
el nivel de inserción en varias localizaciones de cada diente presente en boca.
A pesar de todas esas limitaciones, los estudios epidemiológicos, han aportado nuevos datos acerca
de la incidencia, prevalencia, historia natural y factores de riesgo para la enfermedad periodontal. En la
mayoría de los estudios realizados en grupos de población de edad avanzada, se llega a una serie de datos
coincidentes:
- La mayor parte de los sujetos de edad avanzada tienen valores leves y moderados de pérdida de
inserción. Muy pocos individuos tienen pérdidas graves y además este tipo de pérdidas avanzadas
afectan a muy pocas localizaciones. Viene a ser un 20% el grupo de ancianos con algún grado de
pérdida de inserción grave, aumentando esta tasa en pacientes de mayor edad y cuando además
se asocia una discapacidad o imposibilidad de tener un adecuado cuidado bucal.
- Datos parecidos se encuentran cuando se analiza la prevalencia de pérdida de hueso alveolar de
soporte. Sólo un pequeño número de pacientes tienen valores con gran pérdida.
- Si se comparan con otros grupos de población, en los pacientes ancianos se ven casos de
enfermedad periodontal más grave, pero si se estudia la progresión de la enfermedad en relación
al tiempo se observa una menor velocidad de progresión.
La prevalencia global de la enfermedad periodontal a nivel mundial se estima en un 10-15% para las formas
graves de la enfermedad y puede llegar a ser del 90% para algunas formas leves, incluyendo la gingivitis.
165
En relación con la edad, la mayoría de la población joven tiene problemas periodontales leves, mientras
que en los adultos, son las formas moderadas las que afectan a una gran proporción de individuos y formas
clínicas con destrucción periodontal avanzada solamente se presentan en el 5-20% de la población.
Aunque es cierto que la enfermedad periodontal es más frecuente en los grupos de población a medida
que avanza la edad, no parece existir una relación clara entre edad y susceptibilidad de la enfermedad
periodontal. La mayoría de los estudios señalan que la presencia de enfermedad periodontal, en personas
mayores que tienen buena salud general no es una consecuencia natural de la propia edad. Incluso las
necesidades de tratamiento, serán las mismas que las de otros grupos de edad con la misma situación
periodontal. Lo que parece evidente es que existe una mayor pérdida de dientes y del nivel de inserción,
que corresponderá a una acumulación progresiva de pérdida de inserción a lo largo de los años.
Estudios sobre enfermedad periodontal en los Estados Unidos revelan que el 50% de la población adulta
sufre gingivitis, cerca del 30% padece periodontitis moderada, el 5% periodontitis avanzada y un 0.5%
periodontitis agresiva. Sin embargo, en otros estudios de otros países señalan que solamente el 6% de
la población se considera periodontalmente sana, el 38,4% tiene bolsas moderadas (4-5mm) y el 11,7%
presenta bolsas periodontales profundas (mayores de 6 mm).
En España, hay que decir que en el grupo de población con edades entre los 65 y 74 años no se había
estudiado la patología periodontal hasta el año 1993. En los datos recogidos en la encuesta de Salud Oral
realizada en 2005 a nivel nacional, se establece una prevalencia de enfermedad periodontal del 89,7%. Si
se tienen en cuenta los registros atendiendo al código IPC (Índice Periodontal Comunitario), se observa
presencia de cálculo sin bolsa periodontal en 38.5% de los pacientes, bolsas periodontales poco profundas
en el 27.2% y bolsas profundas en el 10.8% de los pacientes. Además, se observa pérdida de inserción (en
relación al límite amelo-cementario) en el 28.6% de los pacientes (Figura 14.3).
Un dato que se debe destacar es que al estudiar los dientes presentes, claramente en el grupo de pacientes
ancianos es en el que más dientes faltan. En general, de media los pacientes presentan 14.1 dientes (sobre 28
posibles), aunque no todos sanos y en un 40% existe pérdida dentaria severa, siendo el 16.8% desdentados totales.
Comparando los distintos grupos de población, una tendencia que se observa con la edad es el aumento de
la prevalencia de formas leves y moderadas de enfermedad, mientras que disminuye la de las formas graves.
Además, cuando se estudian datos del nivel socioeconómico, el tipo geográfico o el país de nacimiento no
se ha encontrado relación con la prevalencia de procesos periodontales o con la gravedad de la pérdida de
inserción. Sin embargo, al estudiar el número de sextantes afectados, hecho que sirve para medir la extensión
de la enfermedad, en los pacientes adultos es raro encontrar un sextante sin patología y, además, en estos
pacientes se observa una mayor afectación promedio de sextantes en los varones con respecto a las mujeres
y una relación clara con el nivel social, existiendo mayor número de sextantes afectados en niveles sociales
bajos. El dato de que las mujeres presenten menor frecuencia de enfermedad periodontal y por tanto que sus
necesidades de tratamiento sean menores, también se ha observado en diversos estudios en otros países,
aunque este hecho se asocia a que, en general, tienen mejores cuidados bucales a nivel individual y acuden con
mayor frecuencia y en etapas más tempranas a los servicios sanitarios en general y odontológicos en particular.
Es importante estudiar y analizar la evolución que han experimentado los datos entre los diferentes
registros realizados en 1993, 2000 y 2005. Mientras que en los grupos de individuos jóvenes, la prevalencia
de enfermedad periodontal disminuyó en ese intervalo de tiempo, como lo demuestra el hecho del aumento
del porcentaje de individuos sanos, en el grupo de edad entre 65 y 74 años, la prevalencia de bolsas fue
similar en los datos registrados en 1993 y 2000. Sin embargo, es cierto que se observó una disminución en
la prevalencia de bolsas registradas en este grupo de población cuyos valores pasaron del 35.3% al 27.2%
entre los valores registrados en los años 2000 y 2005.
Otro hecho que llama la atención es que cuando se analizan las necesidades de tratamiento de este grupo
de población, estas no han disminuido notablemente en lo que se refiere a necesidades de tratamiento
profesional, a pesar de los avances en las políticas de prevención y tratamiento y las mejoras en el nivel de
vida de los ancianos españoles.
14.3. ETIOLOGÍA
Hoy se habla de la enfermedad periodontal como un proceso de etiología multifactorial. Sabemos que la
presencia de bacterias patógenas en el biofilm dental es un hecho necesario pero no suficiente para desarrollar
y perpetuar la enfermedad periodontal, siendo esta una enfermedad infecciosa que se desarrolla en un huésped
susceptible, por lo que los factores del huésped como son la herencia o las enfermedades sistémicas e incluso
ciertos factores ambientales, jugarán un importante papel en la aparición y desarrollo de la enfermedad.
166
LA ENFERMEDAD PERIODONTAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA
Se han tratado de definir los grupos de riesgo o grupos donde es más fácil que aparezcan y se desarrollen
las enfermedades periodontales y se han descrito una serie de factores de riesgo que actuarían en este
sentido. Algunos se definen como propios del individuo y otros son factores externos o ambientales que
pueden actuar a nivel local o sistémico. Se han realizado estudios analizando la edad, el sexo, la raza, el
índice de masa corporal, hábitos como el consumo de tabaco, la dieta, enfermedades sistémicas como
la diabetes, o las enfermedades cardiovasculares. También se han analizado otros aspectos como el
nivel socioeconómico y, por supuesto, factores de tipo familiar y genético. En algunos casos no se puede
establecer una relación clara con la patología porque hay que tener en cuenta otras circunstancias.
Se ha analizado la edad como factor de riesgo pero parece asociada fundamentalmente al factor tiempo,
en cuanto a la mayor posibilidad de actuación de otros factores. Para la mayoría de los autores actúa como
factor acumulativo, pero, en sí mismo, no se considera factor de riesgo. Es decir, el paciente de edad
avanzada, no es más susceptible de padecer enfermedad periodontal
Hay estudios que han descrito cambios en la microbiología del biofilm, relacionados con la edad, aunque esto
puede ser debido a la presencia de otros procesos patológicos que afectan a la región bucal o incluso otras
patologías de otras localizaciones. Ello puede ser también la consecuencia del empleo de medidas para tratar
esas otras patologías, como puede ser el empleo de antibióticos de amplio espectro. Igualmente, se ha atribuido
167
el cambio de microflora de los pacientes ancianos a la hiposialia, hecho observado en estos pacientes con mucha
frecuencia y relacionado no sólo con la hipofunción glandular salival propia de los ancianos, sino también con
el empleo de fármacos con claros efectos xerostomizantes. No obstante, no está clara esta relación con la flora
periodontal en concreto. Es muy difícil establecer estas asociaciones, pues hay que tener en cuenta que en estos
pacientes ancianos se producen grandes cambios tanto a nivel fisiológico como de comportamientos y hábitos
dietéticos. Por otra parte, hay que añadir el hecho de la pérdida de las capacidades y habilidades en cuanto a sus
cuidados bucales, cambios que no siempre tendrán que ver directamente con la edad.
En general, los estudios muestran que cuando se estudian individuos con un buen estado de salud gingival,
el biofilm dental no varía, independientemente de los grupos de edad estudiados. Sin embargo, en pacientes
periodontales, puede modificarse con la edad el papel que este juega en el desarrollo de la enfermedad. Así
Aggregatibacter actinomycetemcomitans, que es un patógeno claramente asociado a la enfermedad periodontal
destructiva en pacientes jóvenes, disminuye su prevalencia en las localizaciones enfermas a medida que
aumenta la edad del paciente, aunque hay estudios donde se señala que esta bacteria se puede aislar en casos
de periodontitis refractaria en pacientes mayores.
Porphyromonas gingivalis adquiere gran importancia a medida que avanza la edad, pues al ser un germen
anaerobio estricto, tiene mejores condiciones cuando las bolsas periodontales son más profundas, hecho
que se observa con mayor frecuencia en las peridontitis de personas mayores. Asimismo existen otros
microorganismos que pueden actuar como oportunistas y que requieren permanecer mucho tiempo en
zonas subgingivales para producir alteraciones.
También han sido aludidas en múltiples ocasiones las alteraciones de los mecanismos de defensa
relacionados con la edad adulta como coadyuvantes en la génesis de estos procesos. Se han analizado
alteraciones a nivel celular en las células relacionadas con los mecanismos de defensa y se han visto
alteraciones en la diferenciación y proliferación de osteoblastos y osteoclastos, alteraciones en las respuestas
celulares específicas del periodonto y alteraciones relacionadas con posibles patologías endocrinas.
El tabaco hoy se considera un importante factor de riesgo tanto para la enfermedad periodontal como
para evaluar la respuesta al tratamiento de la misma. El riesgo de padecer enfermedad periodontal grave,
puede llegar a ser 2,5 a 7 veces mayor en los fumadores. Es cierto que la prevalencia de fumadores en los
ancianos es menor que en otros grupos de edad, pero en los pacientes ancianos se observan los efectos
acumulativos del tabaco que se producen a lo largo del tiempo.
Cuando se ha estudiado la relación con el sexo, se ha visto que las mujeres tienen una menor prevalencia
de enfermedad periodontal pero ello tiene que ver más con los hábitos y costumbres de ese grupo de
población. Las mujeres, en general, suelen tener mejor higiene oral y se preocupan más por los problemas
de salud en particular. Ello les lleva a consultar más precozmente ante los posibles problemas y además se
ha visto que tienen menos necesidad de tratamientos periodontales.
Otros factores, como alteraciones debidas a osteoporosis en la mujer postmenopáusica también se han
valorado, aunque su relación con la mayor frecuencia de pérdidas dentarias no está clara. En este sentido,
al estudiar el grupo de pacientes que recibían terapia hormonal sustitutiva, estas conservaban mayor
número de dientes que el grupo que no la recibía.
El estrés también se sabe que influye de forma negativa en la enfermedad periodontal y es cierto que
se detecta una disminución de las capacidades y habilidades para adaptarse a las situaciones de estrés
en este grupo de población. En la mayoría de los estudios sobre este tema se observa en los pacientes
ancianos una mayor frecuencia de cuadros depresivos.
Una serie interesante de factores que se deben valorar en estos pacientes son aquellos relacionados con
las diferentes patologías sistémicas. Algunas veces, como en el caso de la diabetes, la propia enfermedad
se relaciona con la aparición de alteraciones periodontales, en otros casos, es la medicación utilizada para
tratar estos problemas la que como efecto secundario produce esas alteraciones. Otras veces es el mal
estado general del paciente el que puede facilitar la aparición o desarrollo de alteraciones periodontales
ante la imposibilidad de realizar un buen control de la higiene oral.
Es cierto que muchos estudios en pacientes ancianos se realizan en poblaciones con otros problemas
añadidos, estando estos amparados dentro de los denominados pacientes con necesidades especiales, es
decir que tienen discapacidad física, deterioro cognitivo o psicológico o dificultades de acceso a los programas
de salud. De hecho, los resultados encontrados varían y serán peores tanto en lo relativo a prevalencia de
enfermedad periodontal como a la de caries, en los pacientes institucionalizados o con algún tipo de limitación
o minusvalía. Al estudiar la relación con el nivel socioeconómico, es más importante el hecho de estar bien
atendidos o el poder acceder a los servicios de salud, que evidentemente en muchas comunidades es más difícil
de asumir para los individuos con peor nivel social. Algo parecido pasa al estudiar el nivel de educación, porque
se observa que los individuos con mejores niveles de educación tienen mayores necesidades de tratamiento,
168
LA ENFERMEDAD PERIODONTAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA
hecho que podría valorarse como negativo, pero en realidad es que esto sucede porque al dedicar mayor
14
atención al cuidado dental, conservan mayor número de dientes y durante más tiempo.
Otros factores que se deberán tener en cuenta son aquellos llamados intraorales que agravan la
enfermedad por interferir en el control de la placa bacteriana. Ya hemos comentado que estos pacientes
tienen mayor frecuencia de ausencias dentarias, por lo que no son raras las malposiciones de dientes
remanentes, apiñamientos o problemas oclusales de los mismos. También por la mayor presencia de
recesiones gingivales existe una mayor superficie dentaria expuesta a la placa bacteriana y que crea
mayores dificultades para realizar las técnicas de higiene oral. Otro factor que influye en estos pacientes es
la frecuente presencia de rehabilitaciones protésicas para reemplazar las ausencias dentarias.
14.4. DIAGNÓSTICO
A la hora de realizar el diagnóstico de los problemas periodontales es fundamental considerar las
manifestaciones clínicas. Hay que valorar los datos recogidos en la historia clínica así como los hallazgos
de la exploración clínica y radiológica. Además se pueden realizar pruebas de detección de patógenos
periodontales, test genéticos o estudios que valoran la respuesta del huésped.
En todos los pacientes, es importante realizar una correcta y completa historia clínica, porque aparte de servir
para realizar el diagnóstico correcto, nos ayudará a establecer el plan de tratamiento. Mediante una cuidadosa
y rigurosa anamnesis, se registrarán datos de la historia médica general, patologías previas, medicación actual,
hábitos y nos centraremos en los datos más directamente relacionados con la boca y el periodonto como su
historia previa odontológica o las técnicas de higiene oral. Se deberá tener en cuenta el motivo por el que
acude el paciente a la consulta, porque en muchos casos, nos dará información sobre la patología periodontal.
En este sentido, existen claras diferencias entre los distintos grupos de edad, pues en el paciente anciano el
principal motivo de consulta lo constituyen el dolor o las molestias funcionales bucales, mientras que en otros
grupos juegan un importante papel las motivaciones estéticas o sociales. Lo más frecuente es que los pacientes
consulten por dolor, movilidad dentaria, dificultades a la masticación, sangrado espontáneo o al cepillado y son
menos frecuentes las consultas por recesión gingival, separación de los dientes, halitosis o sensibilidad.
También se observa en los pacientes ancianos que, a pesar de la gran frecuencia de dientes con exposición
radicular por la recesión gingival, no refieren con la frecuencia esperada, síntomas de hipersensibilidad
dentinaria, posiblemente debido a los cambios que ocurren con la edad a nivel pulpar (Figura 14.5).
Durante la exploración, se evaluará el aspecto de los tejidos bucales y se registrarán parámetros que
específicamente aportan datos sobre la afectación periodontal, como son los que miden la inflamación de los tejidos
blandos (color y aspecto de la encía, sangrado o supuración gingival, presencia de placa bacteriana, etc.) o la
pérdida de soporte dentario (bolsas periodontales, recesiones gingivales, nivel de inserción, movilidad dentaria, etc.).
Por tanto, para efectuar un correcto diagnóstico periodontal necesitaremos obtener una serie de medidas
mediante el sondaje periodontal. La sonda nos permite obtener información sobre los tejidos periodontales
como la situación del margen gingival o la profundidad de bolsa, así como valorar si existe sangrado o
supuración. Además, la exploración se completara con los datos de los tejidos de soporte óseos y morfología
dentaria mediante el estudio radiológico (Figura 14.6).
Figura 14.5. Con frecuencia en los pacientes de edad avanzada se observan recesiones gingivales que no siempre se
acompañan de hipersensibilidad dentinaria.
169
Figura 14.6. El diagnóstico mediante la exploración mediante el sondaje periodontal es fundamental para valorar la
pérdida de inserción en las enfermedades periodontales.
Ya se ha comentado anteriormente que los avances tecnológicos han permitido desarrollar métodos de
diagnóstico clínico más fiables y reproducibles como las sondas computarizadas o sistemas de diagnóstico
complementarios más complejos como son los estudios sobre susceptibilidad genética, estudios microbiológicos,
bioquímicos o inmunológicos. En cuanto a estos sistemas de diagnóstico más sofisticados, en estos pacientes no
son muy útiles y resultan costosos, porque la mayoría de los casos son periodontitis reconocidas como crónicas,
cuyo comportamiento es previsible y predecible, por lo que su utilización se debe reducir a casos muy concretos.
En el caso de los pacientes ancianos, el diagnóstico se realizará fundamentalmente atendiendo a los criterios
clínicos, aunque se deberán tener en cuenta una serie de condicionantes como la capacidad de los pacientes de
comunicar sus síntomas y la distinta forma de respuesta de los tejidos gingivales a la inflamación. La movilidad dentaria
puede ser un hallazgo que puede indicar únicamente la adaptación del periodonto ensanchado a la función oclusal.
14.5. TRATAMIENTO
Cuando se plantea el tratamiento periodontal en el anciano, se debe tener en cuenta que por el aumento
en la esperanza y calidad de vida, el número de pacientes mayores crece, así como la supervivencia de sus
dientes en la boca a lo largo del tiempo, por lo que la demanda de tratamiento periodontal en el anciano será
cada vez mayor en los próximos años.
Por otra parte, hay que tener en cuenta el hecho de que hay pacientes tratados con éxito de su enfermedad
periodontal y que se mantienen de forma satisfactoria durante años. Es cierto que en estos pacientes las
necesidades de tratamiento de mantenimiento son mayores, porque se conoce que tienen cierta susceptibilidad
y a veces se requiere adaptar el plan de tratamiento y atender a las necesidades de salud sistémica.
Aunque los datos epidemiológicos revelan que la prevalencia y la gravedad de la enfermedad periodontal, aumentan
con la edad, ya hemos comentado que parece que este dato se interpreta como un efecto acumulativo debido a la falta de
atención periodontal adecuada. Sin embargo, datos de estudios longitudinales, muestran un aumento en la destrucción
de soporte del hueso periodontal en personas mayores de 70 años, en comparación con los grupos de edad más joven.
Esto sugiere que los factores sistémicos y los problemas de salud general de las personas pueden influir en la
aparición y progresión de la enfermedad
Al considerar los objetivos del tratamiento periodontal en los ancianos se deberán tener en cuenta las expectativas
de los pacientes, que en muchos casos pueden no coincidir con los del profesional. El paciente a menudo considera
el confort y el mantenimiento de la función de masticación y una estética aceptable como los más importantes,
mientras que el profesional en general buscará la salud entendiéndola como ausencia de sangrado y de bolsas
profundas al sondaje. Además, a la hora de organizar las consultas, se deberán adaptar a las necesidades y
limitaciones de estos pacientes, pues en muchos casos existen impedimentos médicos, físicos o sociales.
Así pues, en la mayoría de los casos, el objetivo de la terapia periodontal, será controlar la enfermedad periodontal,
atendiendo a las necesidades funcionales y estéticas, independientemente de la edad. Esto debe integrarse en
un objetivo mucho más amplio, que incluirá la atención de su salud general, conseguir la máxima satisfacción del
paciente, valorar la susceptibilidad y el riesgo individual, controlar los principales factores de riesgo y planificar el
futuro de forma que se incluya la realización de tratamientos preventivos para evitar problemas futuros de salud.
Es importante incluir un plan de necesidades de tratamiento periodontal que considere el pronóstico general para
la dentición, valorando los dientes individualmente y sus posibilidades restauradoras. En este sentido, hay que
170
LA ENFERMEDAD PERIODONTAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA
14
recordar que, especialmente en este grupo de pacientes, el tratamiento de mantenimiento es esencial y el objetivo
último, es que el paciente pueda realizar adecuadamente el auto-control de placa bacteriana. Esto no siempre es
posible, debido a las condiciones individuales del paciente y hay que destacar que esto no tiene que ver directamente
con la edad, sino que en los adultos mayores es más común encontrar comprometidas las condiciones generales,
disminuidas las capacidades y habilidades por déficit de movilidad o un estado mental alterado.
No debemos olvidar que por las frecuentes patologías que sufren, estos pacientes pueden tener alteraciones
debidas a los efectos secundarios orales de los medicamentos que se toman y que pueden afectar negativamente
en la capacidad de mantener un correcto nivel de auto-control de la placa bacteriana. Por lo tanto, en muchos
pacientes adultos mayores la salud periodontal completa puede no ser posible y, el objetivo del tratamiento
deberá ser mantener la función y comodidad de la dentición controlando la progresión de la enfermedad.
Un hecho que se deberá valorar especialmente es que la enfermedad periodontal puede afectar
negativamente a la salud general del paciente, por lo que el enfoque del tratamiento, independiente de
la edad, es responsabilidad del profesional que deberá evaluar estos factores y tomar las decisiones
apropiadas de tratamiento. Un principio general que debe considerarse es que el tratamiento siempre debe
ser beneficioso y que se deben minimizar el daño o los perjuicios causados al paciente.
Después de la evaluación correcta, se puede enfocar el tratamiento desde distintos puntos de vista
que pueden variar desde intentar buscar la eliminación de todos los signos de la enfermedad, hasta el
tratamiento selectivo de los dientes con mayor riesgo de desarrollar una pérdida de inserción avanzada.
Sin embargo, independientemente de esto, se debe intentar reducir al mínimo la carga bacteriana mediante
el desbridamiento y la profilaxis mecánica y motivar al paciente de forma cuidadosa para conseguir una
mejora de la higiene oral. En la mayoría de los pacientes, la primera opción terapéutica será el tratamiento
no quirúrgico realizando profilaxis y raspado y alisado radicular de las bolsas periodontales. Después
de cada fase de tratamiento, se realizará una re-evaluación donde se determinarán las necesidades
posteriores o incluso se replanteará el plan de tratamiento inicial. Generalmente se toman como criterio
para realizar tratamientos adicionales quirúrgicos la presencia tras la fase de tratamiento básico de bolsas
periodontales iguales o mayores a 6 mm y el sangrado al sondaje. En estos pacientes, hay que valorar
este enfoque sobre la base de que existe un bajo riesgo de progresión de la enfermedad por lo que estos
criterios predictores en los pacientes de edad avanzada se consideran menos sensibles para valorar la
futura pérdida de inserción. Todo ello hace que, en general, se aconsejen realizar tratamientos menos
agresivos y prestar mayor atención a los tratamientos de mantenimiento. (Figura 13.7)
Uno de los puntos de controversia es saber cuándo considerar finalizada la fase de tratamiento activo en
estos pacientes y si el objetivo es el mantenimiento de los dientes en un estado funcional aceptable durante
toda la vida, hay que considerar los datos de esperanza de vida del paciente y planificar nuestro tratamiento
teniendo en cuenta esas estimaciones para la toma de decisiones.
171
Estudios recientes señalan que en los últimos años se ha asistido a un incremento en la esperanza de vida,
sobre todo en los países llamados desarrollados, aunque varía según la zona estudiada. En algunos países, la
esperanza media de vida, por ejemplo, de los pacientes de 65 años de edad, viene a ser de unos 20 años, por
lo que se debe considerar que a los 85 años el paciente debe mantener sus dientes y tener salud periodontal.
Como en todos los casos de periodontitis, el cumplimiento por parte del paciente del adecuado control
de placa va a influir en la toma de decisiones. Si este cumplimiento es inadecuado, se deberán identificar y
corregir los factores que influyen. Hay que señalar que en estos pacientes se debe valorar mejorar el control
de placa supragingival, cuando existen dificultades para el auto-control mecánico, mediante sistemas de
control químico, mediante el uso de colutorios, geles o pastas dentífricas. Además puede ser útil el empleo
de los cepillos eléctricos en los casos en que la destreza manual resulte deficiente.
Otra cuestión es determinar qué cantidad de soporte periodontal es necesario para poder mantener una boca
con una función aceptable y adecuada. Los estudios longitudinales en pacientes con destrucción periodontal
avanzada sugieren que el mantenimiento de la función de un diente requiere que al menos un tercio de la
longitud de la raíz esté incluida en tejido óseo. Sin embargo, es importante valorar que la estabilidad varía según
el tipo de diente (si es un incisivo o un molar) y los contactos oclusales del resto de los dientes. Según esto, si
se considera que la cantidad de soporte remanente periodontal es insuficiente para garantizar a largo plazo el
mantenimiento de la función de un diente o de la dentición como un todo y además persisten los signos clínicos
de enfermedad después del tratamiento básico, se deberá plantear el tratamiento quirúrgico adicional.
La determinación de las necesidades de tratamiento en la población adulta varían según los criterios
utilizados. Para algunos autores, si se analizan como criterios para la terapia activa, los datos de sangrado
al sondaje y persistencia de bolsas iguales o mayores de 6 mm, casi el 74% de los pacientes necesitarían
tratamiento quirúrgico, pero únicamente en pocas localizaciones. Si a esto se añade el criterio de que al
menos un tercio del soporte óseo debe permanecer, las necesidades de tratamiento disminuyen.
El principal objetivo de la terapia periodontal quirúrgica es contribuir a la conservación del periodonto a
largo plazo y permitir y facilitar la eliminación y control de la placa bacteriana. Un objetivo adicional puede ser
la regeneración del soporte periodontal. La edad no es una contraindicación para la realización de cirugía
periodontal y la cicatrización que se obtiene tras la cirugía no es diferente en ancianos en comparación con
los individuos más jóvenes. Incluso en algunos estudios se señala que la encía del paciente adulto tiene una
mejor capacidad de cicatrización por tener disminuidos los mecanismos defensivos.
El factor decisivo para el éxito de la terapia quirúrgica es la calidad de control de la placa del paciente post-
operatorio y la facilidad para seguir con los cuidados de atención profesional. Los pacientes que tienen dificultad
para mantener una higiene oral adecuada se beneficiarán menos de la cirugía periodontal y por ello se mantendrán
con tratamientos no quirúrgicos mediante rigurosos controles e instrumentación radicular profesional. En este
sentido, los tratamientos quirúrgicos que buscan eliminar bolsa periodontal y remodelar el tejido óseo, dan lugar a
una mayor exposición radicular con lo que aumenta la cantidad de diente expuesto a los microorganismos, dificulta
el control de placa bacteriana y se aumenta el riesgo de caries radicular, hechos estos que hacen cuestionar los
beneficios terapéuticos de los procedimientos de eliminación quirúrgica de las bolsas, por lo que se debe elegir
una técnica de colgajo que preserve los tejidos periodontales, con el fin de minimizar la cantidad de raíz expuesta.
Al realizar el tratamiento se debe prestar una atención especial a los pacientes adultos que tienen las superficies
radiculares expuestas. La instrumentación de esas superficies debe ser muy cuidadosa, limitándose a la eliminación
de cálculo preservando la superficie dentaria y además del control de placa profesional se realizarán medidas de
prevención de caries radiculares, tales como aplicación de flúor y proporcionar consejos dietéticos.
Una de las indicaciones quirúrgicas periodontales frecuentes en estos pacientes la constituyen las
llamadas cirugías preprotésicas entre las que se incluyen las intervenciones de alargamiento coronario con
el objetivo de ganar corona clínica en un diente que se va a utilizar para la rehabilitación protésica. En estos
casos hay que tener en cuenta que el pronóstico del diente puede empeorar si debemos eliminar parte del
tejido óseo de soporte que ya se encuentra disminuido por la patología periodontal.
Las indicaciones de cirugía mucogingival en estos pacientes se encuentran muy limitadas, pues aunque
hemos dicho que suelen tener una gran prevalencia de recesiones gingivales, el margen gingival permanece
horizontal por la pérdida de la papila y siguiendo al patrón de pérdida ósea. En general, no son recesiones
favorables a la recuperación gingival y el cubrimiento radicular. En algún caso puede ser útil la realización
de frenectomías, conjuntamente o no con técnicas para ganar grosor de encía insertada. Otras técnicas que
se emplean cada vez menos dada la posibilidad actual de realizar tratamientos implantológicos son las de
vestibuloplastia para aumentar la profundidad del vestíbulo y lograr un mejor apoyo de las prótesis.
Una de las fases más importantes del tratamiento es la conocida como terapia de soporte o mantenimiento
periodontal. Su objetivo se puede resumir en evitar la progresión y la recurrencia de la enfermedad periodontal en los
pacientes tratados, reducir la incidencia de pérdida de dientes y prevenir y diagnosticar otras enfermedades que pueden
172
LA ENFERMEDAD PERIODONTAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA
14
afectar a la cavidad bucal. Los resultados de los estudios a largo plazo han demostrado que, independientemente de
la edad, los pacientes están expuestos a los riesgos de progresión y recurrencia de la enfermedad periodontal. Esto
en el paciente adulto mayor es especialmente importante porque tiene mayores dificultades en general para realizar
los cuidados por sí mismo y concomitantemente tiene también más complicado el poder acceder a los servicios de
los profesionales de la salud. Es decir, estos pacientes presentan una mayor susceptibilidad ante la enfermedad
periodontal, no por la edad, sino por todos los condicionantes que les rodean como hemos visto anteriormente.
No obstante, valorando el riesgo de progresión de la pérdida de inserción, sabemos que en estos
pacientes es menor. Es preciso prestar una atención especial al mantenimiento de los pacientes con mayor
susceptibilidad para la enfermedad periodontal, como son los pacientes que han sido tratados con éxito y
se han mantenido hasta la edad avanzada. Debemos suponer que estos pacientes tendrán un mayor riesgo
de recurrencia de la enfermedad y precisarán una mayor vigilancia.
En pacientes con dificultad para cumplir con el tratamiento o que precisan algún tipo de ayuda se deberá hablar
con los cuidadores y valorar tratamientos de ayuda que complementen los tratamientos periodontales, además de
disminuir los intervalos de visita del mantenimiento, que se adaptarán e individualizarán en cada caso. En estas
visitas, además de valorar la situación periodontal, se realizará la profilaxis profesional y se tratarán las zonas de
recidiva de enfermedad o las zonas con bolsas residuales o sangrado. Con el fin de retrasar la recolonización de las
zonas tratadas se puede valorar la utilización de colutorios o geles tópicos de Clorhexidina durante un mes después
del tratamiento de mantenimiento.
14.6. PRONÓSTICO
El pronóstico es una predicción del probable curso de una enfermedad y de la posibilidad de recuperación.
Deberá incluir valorar la historia natural de la enfermedad sin tratamiento, así como el anticipar la respuesta
al mismo. Esto nos debe servir para completar el diagnóstico y realizar un plan de tratamiento individualizado.
Aunque el pronóstico periodontal va a depender de muchos factores, entre ellos la capacidad de realizar el
tratamiento por parte del profesional, fundamentalmente se valoran otros factores, algunos de carácter general
como la edad del paciente, su estado general y la capacidad de cumplir con el tratamiento y con el propio control de
placa bacteriana. Además, se consideran factores como la predisposición genética o el estrés y el hábito tabáquico.
En el pronóstico individual de cada diente se valorará su estado, el grado de afectación periodontal y el soporte
remanente pero también si tiene otras patologías y la función que tiene que desempeñar en el conjunto de la boca.
Es muy importante valorar la progresión de la enfermedad en el tiempo y la cantidad de soporte que se
mantiene y en este sentido podemos decir que el pronóstico periodontal en el caso de los pacientes de edad
avanzada es mejor que en los individuos jóvenes, porque podemos suponer que el avance de la enfermedad
será más lento (en caso de avance rápido, se hubiera perdido el diente). Debemos también tener en cuenta
que, en general, el pronóstico va a depender del que tengan individualmente los dientes pero esto no siempre
es así y podemos valorar un diente aisladamente como con buen pronóstico, pero luego resultar que no es útil
en el planteamiento de la rehabilitación global. Por ello debemos valorar la boca en conjunto y ofrecer un plan de
tratamiento global que permita la estabilidad funcional y la comodidad en el tiempo.
Un hecho importante, independientemente de la edad, es que el paciente debe poder mantener unos óptimos
niveles de higiene oral de forma individual o ayudado por los profesionales. Es decir, debemos valorar el
pronóstico con la óptica de que el paciente pueda realizar correctamente el mantenimiento a lo largo del tiempo.
Pero además sabemos que la encía de los pacientes mayores puede tener niveles de salud aun con cierta
presencia de placa, posiblemente debido a una menor susceptibilidad a los microorganismos (Figura 14.8).
Figura 14.8. En el tratamiento periodontal una fase fundamental del tratamiento es el mantenimiento.
173
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174
Capítulo 15
15.1. INTRODUCCIÓN
El dolor es uno de los síntomas más comunes que manifiestan los pacientes gerontológicos que son
atendidos en la consulta dental, luego es necesario un correcto enfoque diagnóstico y tratamiento. No
obstante, el manejo del dolor parte de algunos profesionales de la salud, puede llegar a ser imperfecto
quizás debido al déficit de conocimiento de la biología y fisiología del dolor.
El manejo correcto del dolor es esencial no solamente como alivio de un síntoma primario, sino también
para evitar las consecuencias que acarrean la cronificación del mismo, que se manifiesta por aumento del
estrés, síntomas autónomos y alteraciones del sistema nervioso central y periférico.
En la segunda mitad del siglo XX se ha producido un importante cambio demográfico, consistente en
el incremento de la población mayor de 65 años. Según fuentes de predicción del Instituto Nacional de
Estadística, en España, de casi 7 millones de ancianos en el año 2002, pasaremos a unos 8 millones en
el año 2020, produciéndose un mayor aumento en el grupo de mujeres y en el de mayores de 75 años. Se
estima que en el año 2025 el 27% de la población europea tendrá 60 años o más.
No hay duda, sobre la importancia de una precisa evaluación del dolor en las personas mayores, pero
ésta es altamente compleja. Los parámetros a evaluar son muy similares a los de las personas jóvenes,
pero es frecuente que los mayores presenten problemas que dificultan el proceso de evaluación, tales como
deterioro cognitivo, déficit sensorial o alteraciones del estado de ánimo, los cuales pueden entorpecer el
proceso de recogida de datos.
Nuestra meta será la obtención de un certero diagnóstico de la patología dolorosa obtenida mediante la
aplicación de unos criterios clínicos que nos conduzcan hacia una apropiada clasificación del dolor orofacial
que minimicen en lo posible la gran cantidad de términos en uso y su aplicación permita la realización de
estudios investigación epidemiológicos, clínicos y de tratamiento que puedan ser comparados.
Definición: El dolor es “una experiencia sensorial y emocional no placentera, la cual se encuentra
asociada a un daño real, potencial o descrita en términos de hacer daño”. Esta definición es realizada por la
Asociación Internacional del Estudio del Dolor, cuyas siglas en inglés son IASP. Aunque también se podría
describir como una experiencia multidimensional y multifactorial acompañada de una sensación afectiva
(emocional), de motivación y de dimensiones cognitivas.
Una de las principales barreras para el manejo eficiente de este síndrome es considerar al dolor como un
proceso normal del envejecimiento. Esta idea ha generado conductas que niegan la administración de analgesia,
favoreciendo que la actividad física del paciente disminuya y condicionando la presencia de diversas morbilidades
o agravando las ya existentes. Otra barrera para la selección y administración de la terapia antiálgica, son las
dificultades que presentan la evaluación del dolor en el paciente geriátrico con alteraciones cognitivas u otras
limitantes para comunicarse, lo que promueve que sean Infra-diagnosticados y tratados.
175
Más recientemente la evidencia demuestra que hay un gran número de interacciones existentes entre
entradas de señales nociceptivas y no-nociceptivas al Sistema Nervioso Central. Esta teoría se basa en
la potencial inhibición de la transmisión nociceptiva por impulsos aferentes mecano-sensitivos de bajo
umbral. Todo esto se relaciona con el efecto que se produce del alivio del dolor. El tallo cerebral también
puede ser provocado por el control descendente del cerebro de centros ubicados en lo más alto del sistema
nervioso central y que participan en el estrés, la emoción y la distracción de la conciencia dolorosa. Es lo
que se podría denominar “Teoría del control de la Puerta”.
176
EL DOLOR OROFACIAL EN EL PACIENTE GERODONTOLÓGICO
15
2. El dolor mucogingival, la patología de la lengua, la patología glandular suele ser otra fuente
de dolor orofacial bien localizado o generalizado, su correcto diagnóstico y abordaje terapéutico se
aborda en otros capítulos.
En este capítulo nos centraremos en las alteraciones por desordenes cráneo-mandibulares, alteraciones
en las estructuras nerviosas periféricas y a la estomatodinia.
177
se ha demostrado la relación entre la hipercontracción de la musculatura cervical y la musculatura
masticatoria. Otros estudios presentan cambios en la matriz colágena de la glicoproteínas como causa
de la presentación de osteoartritis/osteoartrosis. El cambio en la presión interarticular puede estar
presente en el síndrome de menisco estático. Factores hormonales en relación con los estrógenos
y la progesterona, juegan un papel en la mayor presentación de presión articular, fricción isquemia y
sinovitis inflamatoria crónica más en mujeres que en varones. Las últimas aportaciones en el campo
de la etiología están en relación con los factores genéticos, en especial con la catecol-o metiltransferasa
(COMT), con el polimorfismo, sensibilidad dolorosa y mayor riesgo relativo de padecer DCM.
4) Factores Psicológicos. Esta demostrada la relación entre la ansiedad que se presenta en los
DCM con respecto al grupo control, luego el dolor orofacial puede ser una somatización del distress
emocional, cuya consecuencia es una hiperexitabilidad de músculos de cabeza y cuello. A su vez las
alteraciones en la depresión se suelen encontrar en personas de edad avanzada con limitaciones de
la función masticatorias por patologías intrartriculares en especial la osteoatrosis.
En resumen, el abordaje a las amplias causas biomédicas asociadas a alteraciones del modelo
biopsicosocial de estos pacientes, son fundamentales para el abordaje terapéuticos de dichos procesos.
Manifestaciones Clínicas: El signo más prevalente es el dolor en sus diferentes categorías agudo o
crónico, localizado o referido, de moderada intensidad que afecta a músculos y/o a las articulaciones
temporomandibulares TMD. Otros signos son los sonidos articulares (chasquidos o crepitaciones) que
pueden asociarse a restricciones y/o desviaciones en los movimientos mandibulares de la apertura y
cierre bucal o en las trayectorias bordeantes de la mandíbula como son la protrusión y lateralidades. Los
chasquidos se observan en los desplazamientos de los meniscos y son los causantes de las deflexiones
en los movimientos de apertura/cierre de la mandíbula, así como la causa directa de la aparición de los
bloqueos durante la apertura).
La clasificación diagnóstica más utilizada son los RDCTMD versión 1ª como ya expusimos anteriormente.
Los subtipos se clasifican a su vez en:
a) Musculares (sin limitación de apertura, con limitación de apertura). Para definir este grupo se
toma en consideración la aparición de más de tres puntos dolorosos a la palpación calibrada en
varios músculos (temporal, masetero, digástrico, tendón del temporal y pterigoideo lateral externo).
Además medimos y, la distancia interincisal a nivel de incisivos más la suma de la sobre mordida que
presente cada paciente debe ser superior a 40 mm.
b) Discopatías: En ellas se tiene en cuenta la aparición de chasquidos en los movimientos apertura/
cierre y lateralidades de cada articulación junto a la medición en apertura interincisal sumada el
entrecruzamiento y la distancia entre las líneas medias a nivel de Incisivos 11/21- 31/41 para el
movimiento lateral de cada articulación. Con estos parámetros obtenemos tres subgrupos clínicos.
El primero es desplazamiento de disco con reducción y se caracteriza por presentar chasquido en
algún movimiento pero no limitación, el segundo es el desplazamiento de disco con limitación de la
apertura ≤ 35 mm y/o lateralidad ≤ 7 mm. Por último, el tercer grupo es el desplazamiento de disco
con reducción sin limitación de apertura. La diferencia es que las cifras en los movimientos en ambos
casos son superiores 35 y 7 mm respectivamente.
c) Artralgias, Osteoartritis y Osteoartrosis. Las artralgias se caracterizan por la aparición de dolor a la
palpación en el área lateral externa, posterior o ambas de las ATM en ausencia de crepitus o signos
radiológicos de artrosis. La Osteoartritis es la suma de los signos del grupo anterior junto a sonidos
crepitantes o signos radiológicos. Por último, la Osteoartrosis es la presencia de sonidos crepitantes
o signos radiológicos de artrosis sin dolor.
Esta clasificación diagnóstica, permite diagnósticos múltiples aunque excluyen a los otros grupos,
pudiéndose presentar como muscular, discopático o artropático puro, o bien como muscular y discopático,
muscular y artropático, discopático y artropático, o muscular-discopático y artropático.
El segundo eje de los RDCTMD es el grado de dolor crónico que presentan estos pacientes, donde
confluyen un parámetro como es la intensidad del dolor, obtenida mediante escalas visuales analógicas
de dolor psicosocial, con el grado de limitación o disconfort que provoca dicho dolor. También tiene un
componente psicológico centrándonos en el grado de depresión o síntomas físicos obtenidos mediante
cuestionarios calibrados. Junto a la universalidad del dolor en su expresión y manifestación, aparecen
diversas maneras de interpretarse desde su aspecto social o cultural tal como se pone de manifiesto en
el estudio de Blanco.
Los TTM se consideran las condiciones más comunes de dolor orofacial de origen no dental, pero es
frecuente la presencia simultánea de otros síntomas, como el dolor de oídos, las cefaleas en especial el
178
EL DOLOR OROFACIAL EN EL PACIENTE GERODONTOLÓGICO
15
subtipo tensional o la cefalea crónica diaria que muestran la presencia de síntomas de ATM; las neuralgias
también precisan un diagnóstico diferencial complejo, y hace de la evaluación de la prevalencia de los TTM
una tema complejo por lo que es necesario un correcto diagnóstico diferencial de estos cuadros.
La actualización de la CDITTM ha sido propuesta por diferentes autores en una segunda versión
2.0, donde desaparece la palabra investigación quedando con criterios diagnósticos en pacientes con
trastornos temporomandibulares (CDTTM). En esta actualización, se revisaron los subgrupos musculares y
discopáticos del eje clínico, reduciéndose algunos de estos subgrupos.
El tratamiento a su vez será multidisciplinario englobando desde el abordaje cognitivo, fisioterapia,
ortosisoclusales, tratamiento restaurador, farmacológico, etc. A veces, este tratamiento es difícil por la
integración de los diferentes componentes que lo integran y también limitado por el grado de deterioro
cognitivo del pacientes anciano.
15.6. CEFALEAS
Al igual que los TTM, las cefaleas son un desorden del sistema trigeminal que muestran una amplia
etiología multifactorial, cuyos signos y síntomas clínicos a veces son similares a los DCM, e incluso refieren
un amplio solapamiento en los síntomas, con la consecuencia en una mayor dificultad para el proceso de
diagnóstico y de tratamiento.
Prevalencia: Se estima que las cefaleas muestran una amplia prevalencia, autores como Ciancaglini
manifiestan la aparición de cefaleas en 21,2% en una población del norte de Italia, Agerber encuentra
entre un 12 a 23% en Suecia: mientras que autores como Kryst y Scherl determinan un 13,8% en población
norteamericana.
La cefaleas, al igual que los TTM son más prevalentes en las mujeres que en los hombres 1.7:1, siendo
muy común en la población anciana (alrededor del 10% de la mujeres y del 5% de hombres sufre signos
y síntomas). La incidencia de lacefalea primariadisminuyecon la edad avanzada, mientras aumentan las
cefaleas secundarias.
Clasificación Diagnóstica:
a) Cefaleas primarias entre las que se encuentran la Migraña con y si aura que se suele describir como un
dolor unilateral pulsátil de intensidad modera a intensa que suele durar entre 4 y 24 horas se acompaña de
síntomas vegetativos como nauseas y/o vómitos, fotofobia o fonofobia y se acentúa con la intensidad física.
Cuando es la migraña con aura esta acontece como un pródromo entre 10 a 60 minutos previos al cuadro
sintomático, por una reducción del flujo sanguíneo regional.
Fisiopatología: Existen una clara asociación familiar y un inicio temprano de las cefaleas lo cual sugiere
un componente genético. El modelo de Moskowitz indica que la activación trigeminal resultante de la
liberación de neuropéptidos produce una inflamación neurógena, incrementado la permeabilidad vascular y
la dilatación de los vasos sanguíneos.
Las características clínicas de la migraña también pueden cambiar con la edad, por ejemplo, los síntomas
vegetativos (vómitos, etc.) son menos importantes y menos intensos con el paso de la edad. Por el contrario,
el dolor migrañoso se localiza predominantemente en el cuello. La Migraña con aura, también se experimenta
con más frecuencia de manera aislada, sin dolor de cabeza. Otros mecanismos patogénicos son la
serotonina, el péptido relacionado con el gen de la calcitonina, el oxido nitroso, dopamina, norepinefrina,
glutamato etc..., sustancias toda ellas imbricadas en la alodinia y la hiperalgesia que se manifiesta en la
hipersensibilización del SNC.
b) Cefalea Tensional (CT) que suelen subdividirse en función de su frecuencia. Se presenta como un
cuadro doloroso inespecífico no pulsátil de moderada intensidad en forma opresivo, a veces bilateral,
afectando a zona parietal y cuello.
Epidemiología: Es el cuadro más común de cefaleas. La prevalencia es muy alta (86% en mujeres y 63%
en varones de todas las cefaleas). Autores como Fernández de la Peña, encuentran una clara asociación
entre la CT y otros cuadros dolorosos músculos esqueléticos como el dolor de cuello y de espalda. Su
prevalencia en un año fue de 19,5% para el dolor de cuello y el 19,9% para el dolor de espalda baja.
Ambos fueron mayores entre las mujeres (26,4%) que entre los hombres (12,3%). Existe una mayor tasa de
aparición en sujetos de 31 a 50 en comparación con los de 16 a 30. La aparición de estos cuadros dolorosos
de cuello y espalda, tienen un mayor riesgo de aparición en personas con baja estimación de calidad de
salud, depresivas, asociada con cefaleas musculares, osteoporosis o dolor lumbar.
179
Fisiopatología: Durante muchos años la CT se asoció a un a hipercontracción de los músculos de la
cabeza en respuesta a reacciones emocionales, o bien como consecuencia de la respuesta al dolor mismo,
al estrés, ansiedad o depresión. Aunque las últimas teorías abogan por el papel jugado por el óxido nitroso
en la hipersensibilización central.
Es un cuadro que se asociada con frecuencia a la patología dolorosa por desórdenes craneomandiublares
por lo que el enfoque de tratamiento suele ser my similar.
c) Cefaleas autonómicas trigeminales, entre las que se incluyen la Cefaleas en Racimo, la Cefalea
Hemicraneal Paroxística y la Cefalea Neurálgica de corta duración con componente de inyección conjuntival.
La cefalea en racimos se presenta clínicamente como dolor episódico brusco en la región orbital,
supraorbital y/o temporal, durante el sueño acompañada de síntomas autonómicos como la rinorrea y el
lagrimeo del ojo. Algunos autores como Benoliel concluyen que la presentación de este dolor es muy similar
al dolor de las pulpitis dentales, lo cual requiere un correcto diagnóstico diferencial entre ambas entidades.
La prevalencia de este cuadro es del 0,30% variando la incidencia entre hombre y mujeres con mayor
ratio M:H (3,5:1) con un rango de edad entre 10 y 69 años, con dos picos de frecuencia uno a los 20 años
y el segundo sobre los 50 aproximadamente.
El tratamiento suele ser abortivo mediante oxígeno a concentración 7-10 L por minuto durante 15 min,
encontrando una mejor respuesta en pacientes jóvenes que en mayores. Otra opción es Sumatriptan
intranasal en el cluster agudo no tanto en crónicos. Como tratamiento profiláctico, los corticoides han
demostrado su eficacia, aunque con grandes efectos secundarios. Por último en pacientes refractarios
al tratamiento farmacológico se puede plantear la opción quirúrgica sobre ganglios periféricos o la
descompresión vascular sobre el núcleo mesencefálico.
d) Cefaleas Secundarias: Las podemos encontrar con frecuencia en el paciente anciano y suelen ir
asociadas a las lesiones invasivas intracraneales ocupantes de espacio, los problemas oftalmológicos y
enfermedades auto inmunes como la arteritis de células gigantes, etc.
Los pacientes ancianos son especialmente propensos a tener una serie de enfermedades crónicas de
tipo sistémico lo que le obligan a la ingesta diversos medicamentos diarios, pudiendo ser las cefaleas a
menudo causadas por la medicación o por la retirada de esta.
Como resultado de tal multimorbilidad, la homeostasis se altera en estos pacientes, lo que conlleva
la existencia de varias condiciones que pueden acarrear cefaleas secundarias. Entre estos cuadros
encontramos (síndrome de apnea del sueño, cefalea tras diálisis, dolor de cabeza atribuida a la hipertensión
arterial o hipotiroidismo, etc.).
180
EL DOLOR OROFACIAL EN EL PACIENTE GERODONTOLÓGICO
181
suele acompañar a las infecciones por virus del herpes zoster que acompaña a la parálisis unilateral del
facial, mostrando vesículas en el CAE. Cuando esto acontece se denomina Síndrome de Ramsay-Hunt.
d) Dolor orofacial asociado al virus del Herpes Zoster: La variante aguda surge por una reactivación
del virus de la varicela años después de una primo infección herpética sobre todo en pacientes
inmunodeprimidos, con cáncer o personas mayores. El dolor es definido como constante,
lacerante, con quemazón, puñaladas, disparos, hormigueo. Su frecuencia aumenta con la edad.
Aproximadamente de los herpes zoster que aparecen el 50% se dan en persona mayores de 80
años, de los cuales el 1% puede llegar a presentar este cuadro. El tratamiento son antivirales
(aciclovir, famciclovir) a dosis elevadas, junto a antipiréticos, anti convulsionantes y opioides.
La segunda entidad es la Neuralgia Trigeminal post-herpética que suele acompañar al 5- 10 % de los
pacientes tras 1 a 6 meses de la infección por virus del herpes zoster. La clínica es clara. Los pacientes
reportan dolor en zona oftálmica o trigeminal con las mismas características que la anterior aunque es más
significativo la complicación por quemazón. El virus provoca un daño en los axones de fibras mielinizadas
dichas terminaciones nerviosas. El tratamiento es el mismo que en el herpes.
15.8.2. Prevalencia
Esta enfermedad tiene una prevalencia elevada, que varía según los estudios del 0.7% al 15%. A pesar de
su alta prevalencia, el manejo del SBA sigue planteando serias dificultades entre los profesionales de la salud.
15.8.4. Etiopatogenia
Los mecanismos etiopatogénicos del SBA siguen siendo desconocidos. Aunque parece muy evidente que
esta enfermedad está estrechamente relacionada con alteraciones psicológicas, no se ha podido demostrar
científicamente. Las últimas investigaciones intentan relacionarlo con alteraciones neurológicas. Se piensa
que, en su etiopatogenia, intervienen alteraciones en el sistema nervioso periférico, especialmente de la
rama somatosensorial del trigémino, al descubrirse, en algunos estudios, alteraciones en el reflejo pupilar.
182
EL DOLOR OROFACIAL EN EL PACIENTE GERODONTOLÓGICO
15
Las lesiones del nervio cuerda del tímpano determinan la pérdida de su función inhibitoria y conllevan una
intensificación de las sensaciones captadas por el nervio trigémino, así como la percepción de sensaciones
“fantasma”.
Se sabe que existen relaciones anatómicas entre las estructuras responsables de la percepción del
gusto, de la sensación de sequedad y del dolor oral. La sensación gustativa es captada por las papilas
fungiformes, que se encuentran en los 2/3 anteriores de la lengua. Cada papila fungiforme contiene por
término medio 6 receptores gustativos y cada receptor está rodeado por un conjunto de terminaciones
sensitivas responsables de la percepción del dolor. Los pacientes con mayor número de papilas fungiformes
son más susceptibles a padecer dolor oral.
A pesar de las múltiples teorías, la etiopatogenia de esta enfermedad no está del todo aclarada y esto
dificulta el avance en la investigación de un tratamiento que resulte totalmente efectivo.
15.8.5. Tratamiento
El manejo de los pacientes con SBA debe basarse en 2 aspectos. Por una parte, se deben tratar los
síntomas, y por otra parte se debe hacer psicoterapia. No siempre es necesario remitir al paciente a un
psicólogo o a un psiquiatra. Muchas veces puede ser el dentista, el médico de familia o el dermatólogo el
que realice una psicoterapia sencilla en su consulta, escuchando al paciente, demostrándole afectividad y
explicándole que, aunque el tratamiento sea difícil, conocemos perfectamente la enfermedad.
Según nuestra experiencia, si conseguimos trasmitir al paciente confianza y tranquilidad, los resultados
terapéuticos serán mucho más satisfactorios, sobre todo si son pacientes emocionalmente estables.
Algunas personas mayores son portadoras de prótesis removibles en mal estado y poco higiénicas,
que determinan la aparición de candidiasis subplaca o úlceras traumáticas. En estos casos, los síntomas
mejoran al retirarlas, o al ajustarlas y pulirlas. También es frecuente encontrar, en la exploración oral,
dientes con grandes destrucciones coronarias, reconstrucciones rotas y enfermedad periodontal avanzada.
Toda esta patología debe ser tratada, ya que actúan como factores irritantes crónicos. En otras ocasiones
se aprecian lesiones en la mucosa yugal, debido al hábito de mordisqueo de dicha mucosa, y lesiones
eritematosas en la punta de la lengua, asociadas al hábito de empuje lingual. Se debe informar al paciente
sobre la necesidad de corregir dichos hábitos y, en estos casos, puede ser útil la realización de una férula
de resina blanda para proteger la lengua del roce con la arcada dentaria inferior.
Algunos autores tratan estos síntomas con capsaicina, otros con ácido alfa-lipoico sólo o asociado a
gabapentina, con antidepresivos o con benzodiacepinas, como el clonazepam.
En nuestro reciente estudio, publicado en el 2011, en el que se trata a pacientes de SBA con comprimidos
de 0.5mg de clonacepam disueltos en la boca, se ha demostrado mejoría significativa en un buen número
de pacientes. El paciente debía chupar un comprimido, 3 o 4 veces al día, hasta obtener una mejoría
significativa de los síntomas, o hasta 10 días después de la desaparición del ardor. Al mes de iniciar este
tratamiento, el 70% de los pacientes presentaron una mejoría de más del 50% de la sintomatología. Sin
embargo, el porcentaje de pacientes que se curaron por completo fue muy inferior: 15%.
En nuestra opinión, deben llevarse a cabo nuevas investigaciones para esclarecer por completo la etiopatogenia
del SBA. Sólo de esta forma se podrá investigar la existencia de nuevos y más efectivos tratamientos.
183
En el tipo III, que representa de un 2 a un 3% de los casos, se intercalan periodos de molestias, con
otros de bienestar. El ardor se presenta al contactar con una sustancia irritativa, o tras una posible alergia
de contacto. También se ha descrito que los síntomas aparezcan únicamente en situaciones de grave
desequilibrio emocional.
En un estudio publicado en el 2006, Sardella y cols., describen que, como consecuencia de los diferentes
tratamientos realizados, el 49% de los pacientes no notaron ningún tipo de cambio en los síntomas orales,
el 28.3% refirieron cierta mejoría, el 18.9% refirieron empeoramiento de sus molestias y, en sólo el 3.7% de
los pacientes, los síntomas desaparecieron espontáneamente, sin hacer ningún tratamiento.
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184
Capítulo 16
16.1. INTRODUCCIÓN
Los cambios demográficos están provocando un marcado envejecimiento de la población. Esto ha
originado un interés creciente por la salud de las personas mayores y concretamente de la salud oral.
Además de caries dental y enfermedad periodontal, la patología de la mucosa oral es otro problema
significativo de este grupo de población, y se considera un importante parámetro para medir la salud oral
de los adultos mayores.
El envejecimiento va a provocar sobre la mucosa una serie de cambios macroscópicos y microscópicos
(Tabla 16.1) que la van a hacer más susceptible a padecer enfermedades y trastornos patológicos, de
hecho, la patología de la mucosa oral es mucho más prevalente entre las personas de edad avanzada que
en el resto de la población.
Pero estos cambios por sí solos no son suficientes para justificar este aumento de prevalencia de
patología. Sí lo son todas las circunstancias que rodean a los adultos mayores. En diferentes estudios
clínicos en población sana y no consumidora de fármacos, no se han encontrado cambios patológicos en
la mucosa oral en relación a la edad.
Esta mayor prevalencia de patología oral está relacionada y condicionada por diversos aspectos que
cuando aparecen la aumentan, como son, unos de tipo general (enfermedades sistémicas, consumo
de fármacos, malnutrición, nivel socio-económico-cultural bajo, pacientes institucionalizados, no acudir
periódicamente a revisiones odontológicas, hábito tabáquico) y otros de tipo local (edentulismo, xerostomía,
portador de prótesis removible).
El porcentaje de frecuencia de lesiones de la mucosa oral entre los individuos de edad avanzada varía
entre un 10 y un 85%. Estas diferencias son porque los grupos de estudio no son homogéneos, corresponden
a diferentes lugares de estudio y no existe entre ellos una uniformidad metodológica. Probablemente las
cifras más reales se sitúen entre un 40 y 60%. Se ha comprobado también un incremento de la prevalencia
a medida que aumenta la edad (mayores de 80 años). No hay diferencias significativas entre sexos.
Sí existe coincidencia en cuáles son las patologías más frecuentes: lesiones relacionadas con el uso
de prótesis removibles, lesiones traumáticas, enfermedades propias de la lengua, patología infecciosa y
enfermedades mucocutáneas. Mención aparte son el precáncer y cáncer oral que se analizarán en otro
capítulo.
185
16.2. PATOLOGÍA ORAL ASOCIADA AL USO DE PRÓTESIS REMOVIBLES
El uso de prótesis removibles entre los adultos mayores es una situación frecuente. La rehabilitación
parcial o total del edentulismo con prótesis removibles reproduce en mayor o menor medida la capacidad
funcional y estética perdida. Por otro lado, son responsables de una patología asociada inherente a su uso.
De hecho, corresponde a la patología más frecuente de la mucosa oral de los adultos mayores, siendo entre
el 30 y el 60% de todas las posibles lesiones.
La inmensa mayoría de los usuarios de prótesis tienen alguna lesión a lo largo de su historia protética.
Los factores que influyen en su aparición son: edad avanzada, sexo femenino, status socio-cultural bajo,
diabetes, tabaquismo, xerostomía, poca higiene, tamaño y extensión de la prótesis, dormir con la prótesis y
ser portadores de prótesis antigua (más de 5 años).
Las alteraciones relacionadas con el uso de prótesis removibles son: estomatitis protética, candidiasis,
úlceras traumáticas, queilitis angular y formaciones exofíticas.
La forma de presentación es una zona eritematosa debajo de una prótesis que se extiende total o
parcialmente por la zona de soporte. Se divide en tres tipos (clasificación de Newton): tipo 1, inflamación
simple localizada de forma eritematosa puntiforme; tipo 2, eritema difuso que afecta normalmente a toda o
parte de la mucosa cubierta por la prótesis; y tipo 3, lesión eritematosa con formaciones exofíticas de tipo
granular o hiperplasia papilar inflamatoria (Figura 16.2).
Figura 16.2. Estomatitis protética tipo III de Newton o hiperplasia papilar inflamatoria.
186
16
PATOLOGÍA DE LA MUCOSA ORAL
Consiste en una lesión asintomática o con ligeras molestias con sensación de ardor o con disgeusia,
por lo que no suele ser motivo de consulta y se diagnostica durante una exploración de rutina o por otro
tratamiento estomatológico. El diagnóstico es clínico y la relación con la prótesis mucosoportada.
El tratamiento consiste en eliminar en lo posible el traumatismo protético. Para ello puede ser suficiente
que el paciente descanse del uso de la prótesis (de 6 a 8 horas diarias o dormir sin ella). Es necesaria una
higiene adecuada de la prótesis, fundamentalmente mecánica, mediante el cepillado. En general y sobre
todo a las personas mayores con dificultad para asir instrumentos se les recomienda un cepillo de uñas. Lo
harán después de cada comida y cada vez que se la retiren. Se puede completar con una limpieza química,
sumergiéndola en un recipiente con agua, a la que se añaden medios antisépticos (unas gotas de lejía,
jabón, clorhexidina o similar o productos comerciales con esta indicación). La prótesis de resina, siempre
que se retire de la boca, debe estar en un medio líquido para evitar el deterioro del material. Las prótesis
antiguas o mal ajustadas se rebasarán adecuadamente y si es necesario se realizará una nueva.
Las lesiones eritematosas en el paladar por prótesis son siempre estomatitis protéticas. Las reacciones alérgicas
a los diferentes materiales que contienen las prótesis son muy inusuales o excepcionales y sólo se acepta esta
etiología cuando se pueda demostrar positividad mediante pruebas alérgicas específicas ante dichos componentes.
16.2.2. Candidiasis
La candidiasis es una complicación clínica que aparece en el 50% de los pacientes con una estomatitis
protética. Se trata de una candidiasis eritematosa crónica del paladar y puede aparecer secundariamente
en cualquier de las tres formas de Newton. El micro traumatismo continuo que favorece la penetración del
hongo en el epitelio y el desarrollo de un medio ácido necesario para el crecimiento y multiplicación fúngico,
son las causas principales para la aparición de esta infección añadida (Tabla 16.2 y 16.3).
Presenta el mismo aspecto clínico y asintomático de la palatitis eritematosa. Para su diagnóstico es
necesaria la confirmación microbiológica a través de un frotis o cultivo del paladar afecto. Sólo en este caso
se tratará de una candidiasis, sino será únicamente una estomatitis protética.
En el tratamiento, es de obligación la eliminación del traumatismo protético. Con esto suele ser suficiente
para que desaparezca la candidiasis. Es recomendable el incremento en la ingesta de agua, utilizar
soluciones que mantengan un pH básico (bicarbonato) y se puede administrar un antifúngico tópico como
es nistatina en suspensión acuosa o en crema que se podrá colocar sobre la placa palatina.
187
16.2.3. Úlceras traumáticas
Son pérdidas de tejido provocadas por prótesis removibles, normalmente aletas sobreextendias que
lesionan la mucosa oral. Se caracterizan por ser agudas, dolorosas o muy dolorosas desde el inicio y
con una clara relación causa-efecto (Figura 16.3). Es la relación con la prótesis la que define la lesión. Se
actuará sobre la prótesis recortando y puliendo el área de presión que está provocando el traumatismo. Se
confirmará su desaparición a los 15 días y no es necesario actuar sobre la úlcera.
188
16.2.5. Formaciones exofíticas
16
PATOLOGÍA DE LA MUCOSA ORAL
Las prótesis removibles de forman traumática provocan el crecimiento patológico de tres lesiones
diferentes:
A.- Hiperplasia papilar inflamatoria o tipo 3 de Newton. Formaciones granulomatosas provocadas
por la placa palatina de una prótesis superior mucosoportada. Asintomática puede asociarse a
candidiasis.
B.- Hiperplasia fibrosa o fibroma reactivo. Formación exofítica benigna, de aspecto polipoide, más
firme que el tejido sano que la rodea, más pálido y no sangrante. Consiste en una proliferación
fibrosa del tejido conectivo rodeada por un epitelio de características normales. Además de eliminar
el factor responsable (aleta de una prótesis removible) hay que realizar la exéresis de la lesión
C.- Épulis fisurado. Formación exofítica localizada en la mucosa alveolar que consiste en el
crecimiento de dos mamelones en “V” que abrazan la aleta de una prótesis removible (Figura 16.5).
189
Figura 16.6. Úlcera traumática por borde cortante lingual de diente 47.
Figura 16.7. Quemadura química por contacto directo Figura 16.8. Sobrecrecimiento gingival por ciclosporina A
con salicilato. La mancha blanca necrótica se deprende en un paciente con un trasplante renal.
fácilmente al raspado.
D.- Estomatitis alérgica. Pueden ser estomatitis medicamentosas como el eritema multiforme, proceso
de inmunidad humoral inmediata (antes de pasar 24h del contacto con el alérgeno) con depósito local de
inmunocomplejos. Las lesiones orales múltiples tienen simultáneamente diferente aspecto de evolución:
190
16
PATOLOGÍA DE LA MUCOSA ORAL
eritema, edema, ampolla, ulceración, y en el labio se cubre de costra. De corta evolución, no más de 2
semanas, muy dolorosas con gran incapacidad funcional (Figura 16.9). Diagnóstico clínico, antecedente del
fármaco responsable. Se trata de forma paliativa con soluciones anestésicas-antisépticas o con corticoides
tópicos o sistémicos. En otras ocasiones son estomatitis alérgicas de contacto ante diversos productos
cosméticos, dentífricos o de uso odontológico o lesiones liquenoides.
E.- Osteonecrosis de los maxilares. Consiste en áreas de hueso expuesto con más de 8 semanas de
exposición, con antecedentes de ingerir bifosfonatos y no habiendo recibido radioterapia. En el capítulo 10 hemos
dedicado un amplio apartado a este tema. Únicamente recordar que puede producirse por el uso de bifosfonatos
intravenosos u orales. Los primeros se utilizan en casos de cáncer para evitar y tratar metástasis óseas. Los
orales se utilizan como tratamiento de osteoporosis con riesgo de fracturas óseas, entre otras indicaciones.
191
16.4. ENFERMEDADES PROPIAS DE LA LENGUA
La lengua de las personas de edad avanzada con el envejecimiento presenta signos de atrofia,
caracterizada fundamentalmente por una pérdida progresiva de papilas filiformes. No son infrecuentes las
enfermedades propias de la lengua.
192
16.4.5. Glositis romboidal media
PATOLOGÍA DE LA MUCOSA ORAL
16
También denominada glositis losángica media. Consiste en una formación eritematosa de aspecto
romboidal, por delante de la V lingual, normalmente en la línea media y de forma plana o mamelonada
(Figura 16.13). Si se encuentra en un lado de la lengua se denomina lateral o paramedial. Se considera
una lesión oral asociada comúnmente a candidiasis y puede formar parte de un cuadro de imagen en
calcado o en espejo con candidiasis eritematosa crónica del paladar. De origen desconocido, se relaciona
con alteraciones anatómicas, infecciones crónicas, sobre todo candidiásicas, tabaco, traumatismos o
prótesis. Asintomática, no necesita tratamiento salvo cuando se asocia a candidiasis que administraremos
antifúngicos tópicos.
Figura 16.12. Glositis migratoria benigna o Figura 16.13. Glositis romboidal media.
lengua geográfica.
193
16.5. PATOLOGÍA ORAL INFECCIOSA
16.5.1. Infecciones víricas
A.-Herpes recidivante extraoral. Se produce por una reactivación endógena de VHS y afecta a adultos
entre un 20- 40% población general. Actúan como factores desencadenantes: Luz solar, fiebre, traumas
locales, menstruación, estrés, alteraciones gastrointestinales.
Clínica: Generalmente se inicia con: quemazón, picazón, y escozor y a las 6-24 horas aparece una
erupción de flicténulas agrupadas en ramillete (Figura 16.15) lo que al romperse da origen a la aparición de
una úlcera en mucosa labial y una costra en piel. Este proceso tiene una duración de 8 a10 días.
B.-Herpes recidivante intraoral. Lesiones en mucosa masticatoria o de recubrimiento (Figura 16.16)
Figura 16.15. Herpes recidivante labial. En la figura de la derecha se observan las flicténulas en ramillete.
Clínicamente se inicia con una sensación malestar y sensación escozor, dolor urente, con mucosa
eritematosa y la aparición de las vesículas en forma de ramillete que al romperse deja una úlceras irregulares
con bordes circinados, en sacabocados o mellados.
C.-Herpes varicela-zóster. Herpes Zóster: enfermedad metamérica, que aparece en forma de erupción
vesiculosa de piel y mucosas unilateral, y es contagiosa (Figura 16.17).
Factores desencadenantes: Frío, estrés, infecciones agudas o crónicas, extracciones, pulpitis,
inmunodeficiencias, tratamientos, radioterapia, etc.
Figura 16.17. Herpes zoster cutáneo y de mucosa oral que afecta a la segunda rama del trigémino o maxilar.
194
16
PATOLOGÍA DE LA MUCOSA ORAL
Clínica: Simulación de un cuadro gripal. Erupción vesicular ulcerativa mucocutánea unilateral: Aparición
brusca de placas eritematosas à flicténulas en ramillete à vesículas à úlceras irregulares. Localmente:
Hiperestesia, hipoestesia y anestesia. Lesiones unilaterales, según rama afectada.
Complicaciones: a. Síndrome de Ramsay-Hunt: parálisis facial, sordera y afectación pabellón de la oreja
y b. Neuralgia post-herpética.
Diagnóstico: Clínico; cultivo viral y aislamiento: tomas en fases iniciales; citología exfoliativa: frotis de
Tzanck; histopatología; determinación anticuerpos monoclonales; antigenos víricos: inmunofluorescencia,
inmunoperoxidasa y otras técnicas: microscopía electrónica: presencia de partículas víricas; PCR:
secuencias de ADN vírico e hibridación in situ.
Tratamiento: Herpes simple recidivante. Adultos: Aciclovir 500-1000 mg/dia mientras tenga lesiones (100-
200 mgrs / 5 horas). Crema de aciclovir al 5%, 5 veces al día mientras tenga lesiones, procurando hacerlo
al inicio de las mismas. Fórmula magistral: Clorhexidina 0,12% + Lidocaína al 2%
Lesiones orales por virus varicela-zóster. Aciclovir 800 mg / 5 veces al día 7 días; Idoxuridina tópica al
40%; Arabinósido de adenina; Famciclovir 500 mgrs / 3 veces al día / 7 días v.o; Valaciclovir 1gr/3 veces /
día/ 7 diás v.o; y Fórmula magistral: Clorhexidina 0,12% +Lidocaina al 2%
195
Figura 16.18. Candidiasis pseudomembranosa. Figura 16.19. Candidiasis eritematosa crónica de la
lengua en un paciente con boca seca y EPOC.
Figura 16.20. Candidiasis eritematosa aguda o lengua dolorosa antibiótica, ya que se relaciona, como el paciente de la
foto, con la ingesta de antibióticos; más concretamente amoxicilina con ácido clavulánico.
Figura 16.21. Candidiasis hiperplásica crónica. A la derecha aspecto histopatológico de la lesión tras biopsia, donde se
observa la penetración intraepitelial de Candida albicans.
196
16
PATOLOGÍA DE LA MUCOSA ORAL
C.- Gingivitis ulceronecrotizante aguda: G.U.N.A. De etiología multifactorial: 1.-Bacterias (Flora fusoespirilar,
Prevotella intermedia), 2.-Factores Locales predisponentes: Gingivitis, bolsas periodontales, erupción de cordales,
traumatismos locales, falta de higiene, tabaco y placa bacteriana. 3.-Factores Generales: deficiencias nutricionales,
hipovitaminosis B y C, diabetes, discrasias sanguíneas, colitis ulcerosa, alcoholismo, stress físico y psíquico.
Clínica: Presencia de úlceras en sacabocados, halitosis, gingivorragia y dolor. Úlceras de menor a mayor agresividad
que se cubren de pseudomembranas fibrinosas de tejido necrótico. Adenopatías regionales (Figura 16.23).
La evolución de la GUNA, sea cual sea su localización y no tratada, es hacia una destrucción de los
tejidos blandos y duros. Puede presentarse en algún momento de su evolución como una enfermedad
periodontal muy agresiva. Su tratamiento en fases iniciales es de buen pronóstico.
Tratamiento: Tartrectomía y raspado. Buena higiene oral. No tratamiento sintomático. Colutorios: H2O2,
clorhexidina. Antibióticos (amoxicilina + ácido clavulánico), desbridamiento quirúrgico y vigilancia de factores
predisponentes.
D.-Tuberculosis oral. Provocada por el Mycobacterium tuberculosis o Bacilo de Koch (A AR) cuyo
reservorio es bovino y humano. La vía de contagio pulmonar (Rx tórax y Mantoux). Las vías de contagio
son la linfática y la hematógena.
Las localizaciones más frecuentes son: lengua (punta y borde), encía, paladar, labio y mucosa yugal.
Generalmente, las úlceras orales tuberculosas son secundarias a una infección pulmonar, por sobreinfección
de lesiones preexistentes. La úlcera es irregular, dolorosa, redonda-ovalada y de fondo sucio, con la
presencia, en su superficie, de unos gránulos amarillos (Signo de Trêlat). Pueden verse afectados los
huesos maxilares y la parótida, formándose tejido de granulación y secuestro óseo.
La adenopatía aparece en el cuello como una tumefacción indolora. Posteriormente origina un absceso
que se fistuliza y da lugar a una escrófula, que deja una cicatriz (Figura 16.24).
Diagnóstico: Por la Clínica, Hallazgo del bacilo y la reacción de Mantoux: (+++), Examen directo: Ziehl–
Neelsen, Histopatología (Infiltrado granulomatoso. Y folículo de Köster). 1.-Cultivo de las micobacterias:
Cultivos. Tardan 2-6 semanas 2.-Identificación de especie (mediante técnicas génicas resultado en 2-4 h).
Tratamiento: 2 meses: Isoniacida 300 mg/ día, Etambutol 15 mg/kg peso, Rifampicina 600 mg / día y
Pirazinamida. 4 meses: Isoniacida, Rifampicina, Rifampicina (600 mg/d), Isoniazida (300 mg/d), Pirazinamida
(1200 mg/d), Etambutol (1200 mg/d) y Estreptomicina (1000 mg/d).
197
16.6. PATOLOGÍA MUCOCUTÁNEA
16.6.1. Pénfigo
Enfermedad mucocutánea crónica, autoinmune, que cursa con ampollas intraepiteliales por acantolisis.
Muy agresiva.
La primera manifestación en boca suele aparecer en el 60% de los casos. Incidencia: 0,5 - 3,2
casos/100.000 hab./año, mas frecuente en raza judía en la 5ª-6ª década de la vida y no tiene predilección
por el sexo.
Clínica: Las lesiones orales aparecen en cualquier Localización: Zonas de roce, Trauma masticatorio. En
la encía se puede manifestar como gingivitis descamativa, cuya superficie epitelial se desprende como hojas
de alcachofa. Se pueden afectar otras mucosas: conjuntiva, nasal, laríngea, vaginal y glande. Se forman
ampollas múltiples, mal definidas, con fondo rojo (color carne fresca), muy dolorosas, poco sangrante e
irregulares, siendo positivo el Signo de Nikolsky (Figura 16.25).
198
PATOLOGÍA DE LA MUCOSA ORAL
16
Figura 16.26. Lesión cutánea e imagen histopatológica de biopsia oral del paciente con pénfigo vulgar de la imagen 16.25.
199
16.6.4. Eritema multiforme
También llamado eritema polimorfo, eritema exudativo multiforme. Enfermedad inflamatoria aguda con
lesiones vesiculoampollosas en piel y mucosas y etiología desconocida.
Clasificación: Formas menores: crónico y recurrente y formas mayores: necrólisis epidérmica tóxica o
síndrome de Lyell y síndrome de Stevens-Johnson.
Epidemiología: No es muy frecuente, aparece en la 2ª y 3ª década, con preferencia por el sexo masculino
y con carácter estacional: otoño y primavera.
Factores predisponentes: Infecciones por virus: VHS, adenovirus, micoplasma, VEB, influenza; ingesta
de fármacos: penicilinas, salicilatos, barbitúricos, anovulatorios, etretinato, sales de oro, sulfonamidas,
mercuriales, fenitoína, clorpropamida, antimaláricos, piroxicam, metotrexato, codeína, etc.; acción de
la radioterapia, vacuna de la hepatitis, alcoholismo, sarcoidosis y enfermedad de Crohn. Neoplasias:
leucemias, linfomas, tumores malignos. Ciclo menstrual.
Lesiones orales: Máculas hiperémicas. Pápulas-erosiones-úlceras recubiertas de seudomembrana,
vesículo-ampollas. Síntomas: dolor intenso, malestar general, sialorrea, fonación y apertura dificultada.
Localización: labios, lengua, paladar, mucosa yugal, encías y en bermellón: úlceras (Figura 16.9)
Lesiones cutáneas: Lesiones en escarapela o en diana típicas. Pápula rojoviolácea, edematosa,
redondeada y circunscrita. Centro se aplana à cianótico. Lesiones en diana atípicas y lesiones redondas,
edematosas y palpables con bordes poco definidos.
Formas mayores: Síndrome de Stevens-Johnson: manifestaciones viscerales, lesiones orales más severas,
ampollas en los labios, manifestaciones oculares à ceguera. Puede ocurrir: bronquitis, bronconeumonía,
hematuria y hasta necrosis tubular aguda. Necrólisis epidérmica tóxica: Exantema cutáneo + ampollas: gran
quemado. Mucosas: oral, ocular, genital. Órganos internos: pulmón, hígado y riñones y bronconeumonía,
hepatitis, glomerulonefritis.
Diagnóstico: Buena historia clínica, exploración correcta y anatomía patológica. Anatomía patológica:
Necrosis de queratinocitos, alteración vacuolar de la capa basal, transmigración de leucocitos, focos amplios
de ulceración, infiltrado inflamatorio mixto en submucosa y congestión vascular. Inmunofluorescencia
directa: depósitos de factor C3 en pared vascular.
Evolución y pronóstico: Formas menores: curación sin tratamiento y formas mayores: grandes secuelas
y fallecimiento.
Tratamiento: Identificación del factor causante y su eliminación. Formas menores: tratamiento sintomático,
soluciones anestésicas y dieta blanda, y nutrición parenteral en casos graves. Forma leve o moderada:
corticoides sistémicos y aciclovir o famciclovir.
200
PATOLOGÍA DE LA MUCOSA ORAL
2.-Sistémicos: acetónido triamcinolona comprimidos (Kenacort®): 8 mg/8 horas o prednisona 40-70 mg/día.
16
Se deben asociar antifúngicos por posible sobreinfección candidiásica. C.-Intralesionales. Acetónido de
triamcinolona: 8 mg intralesionales/ semana durante cuatro semanas.
Figura 16.28. Liquen plano reticular localizado en mucosas yugales de forma bilateral.
Figura 16.29. Liquen atrófico gingival con signos y síntomas de gingivitis descamativa crónica.
201
16.6.6. Lupus eritematoso
Enfermedad más representativa de las autoinmunitarias. Inflamación del tejido conectivo. Es un desorden
del tejido conectivo, de curso crónico a brotes, producido por alteración de la homeostasis del sistema
inmunológico, donde están implicadas alteraciones de la respuesta humoral (formación de autoanticuerpos
e inmunocomplejos) y de la respuesta celular (actividad celular citolítica).
Manifestaciones cutáneas. Lesiones discoides: eritema, hiperqueratosis y atrofia. Eritema “en vespertilio”
o alas de mariposa.
Manifestaciones mucosa oral. 1.-LESIÓN DISCOIDE TÍPICA Lesión en sol radiante: área central, zona
de estrías radiantes blancas, telangiectasias periféricas. Carácter dinámico. Localización: mucosa yugal
(1/3 posterior), encías y lengua (Figura 16.31). 2.-LESIÓN DISCOIDE ATÍPICA: Estrías blanquecinas.
Localización: mucosa yugal, encía y lengua. 3.-LESIÓN NO DISCOIDE: Lesiones hiperémicas o purpúricas,
úlcera superficial dolorosa de base sucia y amarillenta rodeada de un halo rojizo. Localización: mucosa
yugal, encía y paladar. 4.- LESIONES LABIALES: Lesiones discoides típicas, lesiones discoides atípicas, 2
Características: Signo de invasión cutánea y engrosamiento asimétrico.
Diagnóstico: Clínico (criterios ARA) e histopatológico (edema de corion, infiltrado en focos profundos,
Infiltrado perivascular, depósitos yuxtaepiteliales P.A.S. +, degeneración hidrópica basal e hiperqueratosis
ortoqueratósica. Inmunofluorescencia: Banda lúpica subepitelial Ig G, C3 ó C4: 75-100% y perivascular.
Tratamiento: Evitar factores desencadenantes. Tratamiento local: corticoides tópicos y corticoides
intralesionales.
Terapéutica local: con corticoides tópicos (acetónido de fluocinolona 0,3%, inyecciones intralesionales 3-5
mg triamcinolona/semana (1-10 sesiones).
Terapéutica sistémica: Antipalúdicos de síntesis (Dicloroquina 250 mg/8-12 horas, esteroides (prednisona
50-120 mg/día) e inmunosupresores: (ciclofosfamida, azatioprina) + esteroides.
Tener en cuenta: Período de reposo, medidas adecuadas: endocarditis bacteriana, hemorragia y
shock.
202
PATOLOGÍA DE LA MUCOSA ORAL
16
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203
Capítulo 17
17.1. CONCEPTO
La saliva es el aqua vita de la cavidad oral; juega un papel importante en la defensa y mantenimiento
de los tejidos orales. Entre sus funciones nos encontramos que facilita la formación del bolo alimenticio,
la deglución, la fonación; además, previene el daño de los tejidos blandos y duros en la cavidad oral
por medios mecánicos, químicos o biológicos. La saliva contiene una variedad de electrolitos, péptidos,
glicoproteínas, enzimas, inmunoglobulina A, que facilitan sus distintas funciones (Tabla 17.1).
Se habla de hiposecreción salival (denominada también sialopenia o hiposialia) cuando la saliva secretada
no alcanza los 500 centímetros cúbico por día o cuando la tasa del flujo salival desciende por debajo de 0,1
– 0,2 ml/min en saliva no estimulada y por debajo de 0,5 - 0,7 ml/min para saliva estimulada. Por xerostomía
entendemos la sensación subjetiva de sequedad oral. Es por lo tanto un síntoma que puede cursar o no con
hiposecreción salival o sialopenia. La xerostomía puede deberse a diversas causas. Es generalmente una
manifestación clínica de la disfunción de las glándulas salivales y por sí misma no constituye una entidad
nosológica diferenciada. La prevalencia de xerostomía se sitúa en un 20% en mayores de 60 años y
aumenta en pacientes medicados según el número de fármacos tomados de forma crónica hasta 25-40%.
17.2. ETIOPATOGENIA
Las noxas que pueden modificar la tasa de secreción van a actuar, bien sobre las vías de control o bien sobre la
propia glándula. Si la hiposecreción es total hablamos de asialia o aptialismo y si es parcial se denomina hiposialia
o sialopenia. La asialia sólo se da en ausencia congénita o en atrofia total de todas las glándulas (Tabla 17.2).
Los factores que alteran por defecto el flujo salival pueden actuar a distintos niveles:
A. Ausencia o disminución de los estímulos periféricos.
B. Alteraciones del sistema nervioso central.
C. Desórdenes de la inervación glandular.
D. Trastorno en la producción salival.
1) Por insuficiente material de producción de saliva. El metabolismo de las glándulas salivales
depende del metabolismo general. Si un paciente presenta estado de deshidratación la
producción de saliva se verá afectada.
205
2) Por destrucción del parénquima salival. Las dos situaciones clínicas más representativas
son el síndrome de Sjögren y la atrofia postradioterapia (Tabla 17.2).
-Síndrome de Sjögren: Enfermedad autoinmune que afecta a las glándulas salivales
definida por queratoconjuntivitis seca y xerostomía con o sin enfermedad reumática.
Se denomina síndrome de Sjögren primario cuando existe afectación de las glándulas
salivales y lagrimales en ausencia de otra enfermedad reumatológica y síndrome de
Sjögren secundario cuando existe asociada otra enfermedad autoinmune que suele ser
habitualmente artritis o poliartritis reumatoidea.
-Atrofia postradioterapia: Las radiaciones ionizantes a nivel de las glándulas salivales
producen una disminución del flujo salival en relación con la dosis administrada. El inicio
de la sintomatología aparece con una dosis de 15-20 gray. Cuando se superan los 60 gray
el parénquima salival es destruido y se puede considerar que la lesión es irreversible.
E. Restricciones en el transporte (estenosis en los conductos excretores, etc.).
F. Situaciones a cuerpo extraño.
Se engloban pacientes generalmente de edad que son portadores de prótesis dentales y manifiestan una
conducta de deglución constante que se traduce en una sensación de sequedad (xerostomía).
1. Enfermedades sistémicas
Síndrome de Sjögren, Amiloidosis, Sarcoidosis
Enfermedad injerto contra huésped
Hepatitis C
Cirrosis biliar
Fibrosis quística
Diabetes mellitus
Alteraciones psicológicas
Infección por VIH
Agenesia glandular
Iatrogénica
2. Medicamentos
Antidepresivos tricíclicos, Antiespasmódicos, Neurolépticos
Inhibidores de la MAO, Agentes antiparkinsonianos, Litio
Agonistas adrenérgicos centrales, Diuréticos, Descongestionantes nasales
Antihistamínicos, Broncodilatadores
3. Radiación en cabeza y cuello
4. Quimioterapia
5. Cirugía de glándula salival
5. Hábitos
Alcoholismo
Hábito tabáquico
206
SALIVA Y PATOLOGÍA DE LAS GLÁNDULAS SALIVALES. BOCA SECA, XEROSTOMÍA
17
17.3. CLÍNICA
Entre las manifestaciones clínicas nos podemos encontrar (Tabla 17.3):
A. Manifestaciones orales de carácter funcional.
Las principales molestias que refiere el paciente en relación a este síntoma están centradas
en las alteraciones funcionales debido a la dificultad para masticar, hablar o deglutir junto con
alteraciones del gusto.
1. SÍNTOMAS BUCALES
A. Síntomas principales
-Boca seca (Xerostomía)
-Dificultad para tragar (Disfagia)
-Dificultad para hablar (Disfonía)
-Dificultad en comer alimentos secos
-Dificultad en usar prótesis dentales
-Necesidad de tomar agua con frecuencia durante las comidas
-Necesidad frecuente de mantener la boca húmeda
-Levantarse de la cama para beber
B. Otros
-Sensación de ardor en la lengua
-Disgeusia
-Caries atípicas, erosiones dentales
-Problemas Periodontales, halitosis
-Fisuras, ulceraciones, queilitis angular
-Tumefacción de las glándulas salivales
2. SÍNTOMAS EXTRAORALES
-Ojos: Visión borrosa, sensación cuerpo extraño, prurito, sensación arenilla,
necesidad de utilizar lagrimas artificiales.
-Genital: Sequedad, prurito, ardor, vaginitis recurrente
-Piel: Descamación, fisuración
-ORL: Sequedad nasal
207
Figura 17.1. Estado dental en un paciente con hipofunción glandular severa.
b) Enfermedades periodontales
La sequedad bucal favorece el acúmulo de placa bacteriana. El mecanismo de limpieza se deteriora,
aumentando la frecuencia y gravedad de las enfermedades propias de los tejidos periodontales.
c) Problemas protésicos
Si la disminución del flujo salival es considerable, se producen cambios en la mucosa
oral e inestabilidad de las prótesis dentales removibles, creando problemas de adaptación y
aumentando las lesiones por roce o fricción.
d) Problemas mucosos
La xerostomía condiciona situaciones de atrofia, fisuración y ulceración de los tejidos
blandos. La mucosa aparece seca, eritematosa, sensible y dolorosa y en muchas ocasiones
existe una sensación urente o de quemazón principalmente en la lengua. Los labios suelen
estar involucrados, presentando aspecto de sequedad, descamación y fisuras.
e) Predisposición a infecciones
La sequedad oral condiciona una disminución de los factores de defensa bucal, existiendo una
tendencia a desarrollar infecciones orales, principalmente por colonización de Candida albicans
(Tabla 17.3) (Figura 17.2).
f) Halitosis
Un déficit en la producción de saliva ocasiona halitosis por estancamiento de los alimentos
o bien por la acción de los propios fármacos con acción xerostomizante.
g) Muchas veces la xerostomía se acompaña de síntomas extraorales, como la xeroftalmía, siendo
ésta una de las manifestaciones más patentes del Síndrome de Sjögren, además de sequedad en
otras mucosas como en fosas nasales, garganta, genitales, faringe y aparato respiratorio. También
suele coexistir sequedad de piel.
208
SALIVA Y PATOLOGÍA DE LAS GLÁNDULAS SALIVALES. BOCA SECA, XEROSTOMÍA
17
17.4. DIAGNÓSTICO
La xerostomía es un síntoma y gran diversidad de métodos se han desarrollado para objetivarlo.
A Historia clínica
La valoración de la historia clínica de forma exhaustiva nos permite identificar los posibles factores
implicados. Es importante detallar en orden cronológico la información sobre el inicio y la evolución de
la sintomatología. En la inspección podemos observar signos indirectos en el dorso de la lengua, como
lobulaciones, fisuraciones y atrofia de las papilas filiformes. La mucosa oral adquiere un aspecto seco,
atrófico y eritematoso. Los labios y comisuras presentan sequedad y descamación. Los dientes pueden
presentar caries múltiples y también se pueden apreciar signos inflamatorios en la encía.
La severidad de la xerostomía se puede cuantificar mediante un test multi-respuesta (The Xerostomia
Inventory o XI). Este cuestionario es una herramienta válida para cuantificar la severidad de la sequedad
bucal en los diversos estudios clínicos y epidemiológicos. Consta de 11 preguntas (Tabla 17.4) a las
que el paciente responde “nunca”, “casi nunca”, “en alguna ocasión”, “relativamente frecuente” o “muy
frecuentemente”. Se trata de una recopilación de los síntomas clínicos más relacionados con la xerostomía.
Cada respuesta tiene una puntuación, y al final del test se suma la puntuación de cada ítem. La puntuación
final puede variar entre 11 y 55 puntos.
B. Sialometría
Podremos realizar cualquiera de los procedimientos existentes: drenaje, succión, algodón, test del terrón
de azúcar y test de saliva global (TSG). Este último consiste en calcular la cantidad de saliva producida a
través de la impregnación de una tira de papel milimetrada. Se debe realizar también un test de estimulación
de las glándulas que se puede llevar a cabo mediante estimulantes químicos gustativos (ácido cítrico) o
mecánicos (masticación de parafina) (Figura 17.3).
Tabla 17.4. Test de severidad para xerostomía (Xerostomia Inventory, TI) (Thomson y cols., 1999)
referido en las últimas 4 semanas.
209
Figura 17.3. Realización del Test Schirmer oral y ocular.
C. Analítica
En caso de sospechar que la sequedad oral forma parte de un proceso inmunológico se deben buscar
parámetros de laboratorio como factor reumatoide, anticuerpos antinucleares, velocidad de sedimentación
globular (VSG), etc. (Tabla 17.5).
I. Síntomas oculares: respuesta positiva al menos a una de las tres preguntas seleccionadas:
1. ¿Ha tenido a diario, durante más de tres meses, sensación de ojos secos?
2. ¿ Sensación de arenilla o picor?
3. ¿Utiliza lagrimas artificiales?
II. Síntomas orales: respuesta positiva al menos a una de las tres preguntas seleccionadas:
1. ¿Ha tenido a diario, durante más de tres meses, sensación de boca seca?
2. ¿Ha tenido de adulto, de forma repetida o persistentemente, hinchazón en el área de las
glándulas salivales?
3. ¿Bebe líquidos frecuentemente para ayudar a tragar comida seca?.
III. Signos oculares: Evidencia objetiva de afectación ocular definida como un resultado positivo en al
menos uno de los siguientes tests:
Test de Schirmer positivo
Prueba de Rosa Bengala positiva
IV. Histopatología: Biopsia de glándula salival menor la presencia de un foco o más en 4 mm2 de tejido
glandular salival.
V. Afectación de glándula salival: Evidencia objetiva de afectación de glándula salival definida por un
resultado positivo en al menos uno de los siguientes tres tests diagnósticos:
1. Escintigrafía salival.
2. Sialografía parotídea.
3. Flujo de saliva mixta no estimulada menor o igual 1’5 ml en 15 min
VI. Autoanticuerpos: presencia en el suero de al menos uno de los siguientes autoanticuerpos:
Anticuerpos anti- Ro/SSA ,Anticuerpos anti- La/SSB
Anticuerpos antinucleares
Factor reumatoide
Criterios de exclusión
Llinfoma preexistente, síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), sarcoidosis, enfermedad
de injerto contra huésped, sialoadenosis, uso de medicamentos antidepresivos, antihipertensivos,
neurolépticos o parasimpaticolíticos
210
D. Sialoquímica
SALIVA Y PATOLOGÍA DE LAS GLÁNDULAS SALIVALES. BOCA SECA, XEROSTOMÍA
17
Un signo indirecto no patognomónico de la sequedad bucal es el descenso del pH oral. Se ha demostrado
que existen cambios en pacientes diabéticos que incluyen un aumento de amilasa y disminución de
sodio. También se producen alteraciones en la composición de la saliva en pacientes con fibrosis quística,
sialoadenitis y síndrome de Sjögren.
E. Técnicas de imagen
En la sialografía de un paciente con síndrome de Sjögren (SS) podremos observar imágenes altamente
significativas (sialectasias, imágenes abigarradas y lentitud en la eliminación del contraste) aunque en
ningún caso específicas. Este procedimiento actualmente está cuestionado para los pacientes que
presentan síndrome de Sjögren.
Estudios salivales isotópicos: Es posible identificar la disfunción glandular midiendo el grado de captación
y el tiempo de eliminación del tecnecio.
En la ecografía, la disminución de la ecogenicidad de la glándula parótida puede ser un procedimiento útil
y no invasivo para el estudio de posibles casos de Síndrome de Sjögren (Tabla 17.6). La tomografía axial
computarizada es otro método con el cual se han ampliado las posibilidades diagnósticas. La resonancia
magnética también se ha utilizado en pacientes con síndrome de Sjögren en un intento de identificar signos
característicos (Figura 17.4).
211
F. Biopsia de glándulas salivales
La biopsia de glándula salival es el Gold Standard de diagnóstico de la xerostomía en SS. Se debe
realizar el estudio histopatológico de las glándulas salivales en caso de sospecha de un síndrome de
Sjögren. El cuadro histológico característico consiste en un infiltrado inflamatorio intersticial focal de
linfocitos, células plasmáticas e histiocitos, acompañado de atrofia acinar (Tabla 6). En caso de que se
sospeche un síndrome de Sjögren es conveniente realizar los tests lagrimales (Schirmer, Rosa de Bengala,
etc.) y pruebas serológicas (Figura 17.5a y b).
Figura 17.5. Biopsia de glándulas salivales menores. a) Incisión en la cara interna del labio inferior biopsia de
glándulas salivares menores. b) Se deben tomar al menos 4 o 5 glándulas salivales menores.
17.5. TRATAMIENTO
En la actualidad no existe un protocolo único consensuado para el tratamiento de la sequedad oral,
aunque el objetivo principal es la mejora de la calidad de vida de los pacientes. Es importante determinar si
estamos frente a un caso de patología reversible o irreversible. Es decir, hay que saber si la alteración que
se produce sobre las vías del reflejo salival es funcional, como en el caso de los fármacos xerostomizantes
o, por el contrario, hay destrucción parenquimatosa glandular irreversible como ocurre en pacientes con
Síndrome de Sjögren o en pacientes irradiados en cabeza y cuello. .Así sabremos si se puede corregir el
factor alterado y si queda parénquima glandular residual que pueda ser estimulado.
Por ello, nos planteamos los siguientes objetivos.
-Manejo del paciente con xerostomía de origen farmacológico
-Pautas de tratamiento en pacientes con xerostomía de origen inmunológico
-Recomendaciones en pacientes oncológicos e irradiados con xerostomía
A. Medidas generales
Los medicamentos son actualmente uno de los mayores responsables de la disminución de flujo de
saliva, por ello el control de la ingesta de fármacos xerogénicos debería ser abordado.
212
C. Hidratación oral
SALIVA Y PATOLOGÍA DE LAS GLÁNDULAS SALIVALES. BOCA SECA, XEROSTOMÍA
17
Se deben realizar recomendaciones específicas respecto a la hidratación local en forma de ingesta
abundante de agua y líquidos.
D. Estimulantes Salivales
La opción de utilizar los estímulos masticatorios mediante chicles con edulcorantes no cariogénicos ayuda a
mejorar la sintomatología. También podemos utilizar estímulos gustativos, como el ácido cítrico que es un potente
estimulador de la secreción salival. Las bebidas ácidas y la ingesta de limonadas ayudan a aumentar el flujo salival.
Entre los agentes farmacológicos destacamos: betanecol, carbacol, neostigmina y distigmina. Estos
fármacos son eficaces en aquellos pacientes que todavía tienen parénquima salival funcionante, sin
embargo son escasos los ensayos clínicos con estos fármacos.
La pilocarpina es un parasimpaticomimético que funciona como agonista muscarínico y tiene acción sobre el
músculo liso de los tejidos exocrinos. Estimula la secreción de las glándulas exocrinas. Sus efectos secundarios
son sudoración profusa, nauseas, vómitos, aumento de la frecuencia urinaria, bradicardia, taquicardia, bloqueo
auriculoventricular y otras arritmias, hipertensión, vasodilatación. Por ello debe utilizarse con precaución en los
pacientes con antecedentes de asma, hipotensos, vagotónicos, con bradicardia, epilépticos, parkinsonianos, con
infarto de miocardio reciente, con enfermedad biliar y con ulcus gastroduodenal o hepatopatía. Está contraindicada
en los casos de asma bronquial no controlada, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, hipertiroidismo y en
determinadas enfermedades oculares. No está indicada durante el embarazo y la lactancia. La pilocarpina ha
demostrado tener una gran eficacia clínica a dosis de 15 mg/día, el efecto de la pilocarpina comienza a los 15-30
minutos de su administración, persistiendo durante unas tres horas.
Otro fármaco importante que se está introduciendo para los pacientes con síndrome de Sjögren es la cevimilina
(evoxacâ), agonista colinérgico que actúa sobre los receptores muscarínicos principalmente, incrementando la
secreción exocrina de las glándulas. Está contraindicado en pacientes con asma, glaucoma o alergia al fármaco.
Entre los efectos secundarios descritos nos encontramos sudoración excesiva, náuseas, diarrea, poliuria. El
efecto aparece a la hora y media a dos horas de su ingesta. La cevimilina tiene mayor especificidad para el
receptor M3 que la pilocarpina, también este tiene una vida media más larga en sangre que la pilocarpina
(3,7horas vs 1 hora). La dosis es 30mg 3 veces al día durante 6 a 12 semanas.
La amifostina es un fármaco útil en pacientes sometidos a radioterapia, es un tiofosfato orgánico que
actúa como citoprotector selectivo. Se ha demostrado que el mecanismo de protección selectiva de la
amifostina está en relación con la captación rápida y preferente por parte de los tejidos normales con
una captación lenta de los tejidos tumorales, mejorando el índice clínico terapéutico de la radioterapia. La
amifostina se ha asociado a tratamientos con quimioterapia en diferentes localizaciones tumorales, donde
se ha constatado una reducción de la toxicidad neurológica, renal, otológica y hematológica quimioinducida.
En los tratamientos con irradiación ha mostrado sobre todo beneficios en pacientes afectos de cáncer de
cabeza y cuello. Se ha descrito la protección de la toxicidad tardía a nivel de las glándulas salivales y se
ha referido una menor gravedad de mucositis durante la irradiación. Su eficacia constatada en diferentes
estudios ha llevado a la American Society of Clinical Oncology a recomendar la utilización de amifostina
como radioprotector en la radioterapia del cáncer de cabeza y cuello para prevenir la xerostomía
E. Sustitutos salivales
Se utilizan cuando hay una pérdida del parénquima glandular salival importante. También están indicados
como coadyuvantes a los estimulantes. Se dispone de una gran variedad de preparados que se pueden
dividir en varias categorías según su principal componente: Soluciones que contienen glucoproteínas,
carboximetilcelulosa o enzimas. A lo largo de los años se han intentado utilizar diferentes salivas artificiales
también formadas por un conjunto complejo de sustancias que contienen mucina procedente de la mucosa
gástrica del cerdo o bien carboximetilcelulosa en concentraciones similares a las de la mucina en la saliva
normal. También contienen iones de calcio, fosfato y flúor para promover la remineralización dentaria. La
saliva artificial con mucina se considera más efectiva que la que contiene carboximetilcelulosa; sin embargo,
esta última suele ser la más utilizada, debido a que el tiempo de retención en la boca es mayor.
Los tratamientos tópicos tienen pocos efectos adversos y mejoran la calidad de vida de los
pacientes con xerostomía; además mantienen la salud oral. Los sustitutos de la saliva pueden proporcionar
en la mucosa oral una capa de retención de humedad y pueden ser administrados mediante líquidos, spray,
pastillas o geles. Las composiciones suelen ser variable algunos contienen aceite de oliva, betaína, flúor y
xilitol por lo que no irritan las mucosas ni producen descamación.
213
Otros incorporan aloe vera, que además de mejorar la irritación y la inflamación y regenerador del epitelio;
ácido málico, que estimula la secreción salival; lleva también incorporado fluoruro sódico y xilitol.
El aporte de flúor refuerza el esmalte y proporciona una eficaz prevención de la caries dental, función
potenciada por el xilitol. También se añade triclosán reduce la formación de placa dental de forma prolongada,
reduciendo la inflamación de los tejidos gingivales, y previniendo la aparición de gingivitis y sangrado gingival.
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215
Capítulo 18
18.1. INTRODUCCIÓN
El cáncer de cabeza y cuello representa el 5% de todas las neoplasias del organismo y el 2% de ellas se localizan
en la cavidad oral. La mortalidad global de esta entidad a los 5 años es del 50%; de ahí la importancia del diagnóstico
precoz. Éste es importante ante las lesiones o alteraciones potencialmente malignas, para evitar su evolución a
cáncer, o en el caso de que evolucionen, para poder controlarlas en fases incipientes. Los profesionales de la
salud oral somos responsables del diagnóstico de estas lesiones y por ello debemos prestar una especial atención
a su análisis. Para ello es fundamental el conocimiento de todas aquellas lesiones que evolutivamente pueden ser
el primer signo de degeneración maligna. Pocas lesiones aparecen de forma inicial como malignas. Previamente
suelen producirse una serie de cambios histopatológicos que se traducen en cambios morfológicos evaluables. A
pesar de ello, la mayoría de tumores de la cavidad oral que llegan a los centros de referencia para ser tratados, son
diagnosticados de un estadio II, comportando un peor pronóstico. El diagnóstico de lesiones inferiores a 2 cm de
diámetro suele facilitar el tratamiento quirúrgico y mejorar su pronóstico, limitando la extensión del proceso tanto a
nivel regional como sistémico (con la salvedad de lesiones retrocomisurales o de suelo de boca).
217
Existen factores exógenos que pueden estimular la transformación displásica del epitelio bucal, así
como una serie de factores endógenos, como son las lesiones y las condiciones precancerosas, que
comentaremos brevemente a continuación.
18.2.2.2. Alcohol
No se le atribuye un factor etiológico específico, pero sí coadyuvante, por el estímulo irritativo que supone
a nivel de la mucosa oral. Su efecto es sobre todo a nivel molecular, provocando la estimulación de síntesis
proteica. Parece ser que la graduación alcohólica es un factor directamente proporcional y éste es el motivo
por el que no se aconseja la utilización de colutorios orales con contenido alcohólico.
218
18.2.2.6. Virus
18
PRECÁNCER Y CÁNCER ORAL
Cada vez es más frecuente encontrar cánceres en la cavidad oral, sobre todo a nivel amigdalino y en
pacientes de edades más tempranas (˂40 años), que no han fumado y no han bebido alcohol nunca o de
forma habitual en los últimos años, previos al diagnóstico. En estos casos se busca un factor desencadenante
del proceso neoplásico y es común el hallazgo de elementos virales en las lesiones y tejidos circundantes.
En concreto, el virus del papiloma humano (VPH) tipos 16 y 18, que aunque de afectación típicamente
genital, han generado una nueva vinculación a esta entidad que nos atañe. Hay trabajos que asocian las
prácticas sexuales de riesgo (promiscuidad, sexo oral, anal, etc.) con el creciente número de lesiones en
pacientes, que en principio no son de riesgo desde el punto de vista tradicional.
Tabla 18.2. Lesiones precancerosas, estados precancerosos y alteraciones que se potencialmente malignas
según la OMS y Warnakurasuriya y col (2007).
219
Figura 18.2. Queilitis actínica. Figura 18.3. Úlcera traumática. Figura 18.4. Leucoplasia reborde maxilar
inferior.
No todas las lesiones descritas anteriormente tienen el mismo potencial de malignización. Así, las
lesiones eritroplásicas son las que presentan mayor grado, seguidas de las leucoplasias no homogéneas
y la forma verrugosa proliferativa. La localización a nivel de suelo de boca, zona retrocomisural y bordes
latero-posteriores de la lengua, son los territorios con mayor susceptibilidad. Por otro lado la duración de los
procesos y la coexistencia de factores irritativos, exógenos, que no han cesado, son también aspectos que
deben valorarse en la posible progresión a la malignidad de las lesiones descritas.
220
18.2.4. Actualización en el diagnóstico precoz de las lesiones precancerosas
18
PRECÁNCER Y CÁNCER ORAL
El diagnóstico de certeza de cualquier lesión sospechosa en la cavidad oral debe realizarse mediante la
práctica de una biopsia, en la que se extirpa toda la lesión (excisional) o un fragmento representativo de la
misma (incisional). Con el estudio histopatológico de la muestra obtendremos la información necesaria, tanto
para el diagnóstico como, dependiendo del grado de displasia, para valorar su capacidad de degeneración
maligna. Dicho esto, debemos comentar que en la actualidad tenemos a nuestro alcance una serie de
técnicas que permiten optimizar el diagnóstico y en algunos casos, en poblaciones altamente susceptibles
y muy numerosas, pueden usarse como técnicas de cribaje.
221
18.2.5. Evolución y pronóstico
En estudios prospectivos, realizados en diferentes países, con muestras que oscilan entre 700 y 1500 pacientes,
con biopsias de lesiones orales de las llamadas potencialmente malignas, se evidenciaron tasas de degeneración
maligna entre el 1,3% y 2,4%, en seguimientos de al menos 10 años. La degeneración se asociaba al grado de
displasia observada en la biopsia inicial. Otro factor clave en la progresión a la malignidad es el factor tabaco; así,
su progresión es 10 veces superior en los pacientes que continúan con el hábito. Algunas lesiones displásicas
pueden disminuir o incluso desaparecer con la misma incidencia con la que puedan malignizar; sin embargo, la
desaparición de la lesión no indica la resolución de la displasia, por lo que el seguimiento clínico está indicado en
todos los casos. Existe poca evidencia que indique qué lesiones pueden degenerar y qué lesiones no. Por esta
razón existen multitud de propuestas para orientar el manejo de las lesiones precancerosas. En la Tabla 18.3 se
propone una escala secuencial de diagnóstico y conducta a seguir.
18.2.6. Tratamiento
La conducta correcta es el seguimiento de las lesiones, previo a la realización de biopsia. Por supuesto hay que
indicar al paciente que debe realizar un cese absoluto y total de sus hábitos tóxicos, especialmente el tabaco. El
tratamiento quirúrgico es el indicado: proporciona una muestra completa que se puede estudiar para diagnosticar
el grado de displasia y descartar la presencia de un carcinoma incipiente. No obstante, hay lesiones que por su
extensión (por ejemplo, las que afectan el suelo de la boca) pueden requerir cirugías más agresivas (en ocasiones
obliga a la realización de injertos), lo que hace complejo su manejo. No debe olvidarse que estamos hablando de
lesiones benignas. La efectividad de otros tratamientos no ha sido establecida. La crioterapia no estaría indicada,
porque permite una rápida cicatrización de la zona tratada, pero en la zona submucosa podrían continuar los
fenómenos displásicos. También se ha utilizado la vaporización con láser CO2, pero no permite, al igual que la
crioterapia, el control histopatológico de la zona tratada. También se han utilizado los retinoides tópicos o sistémicos,
siendo estos últimos algo efectivos, pero sus efectos secundarios los hacen poco recomendables. El tratamiento
intralesional con agentes quimioterápicos, como la bleomicina, se ha utilizado de forma experimental. En un futuro
próximo podremos ver, quizás, la necesidad de inmunización para el VPH.
222
18
PRECÁNCER Y CÁNCER ORAL
En resumen, la observación clínica, preferiblemente con registros fotográficos, y la biopsia inmediata en lesiones
sospechosas parece lo más adecuado. Si las lesiones no son extensas deberá proponerse la realización de una
biopsia excisional. Si las lesiones son muy amplias, estará justificado recurrir a métodos complementarios de
diagnóstico (colorantes vitales, métodos basados en la fluorescencia, citología, etc.) con el fin de determinar la
zona más propicia para realizar la biopsia inicial y, si la evolución lo sugiere, las sucesivas.
En un futuro próximo los análisis de ploidía parecen ser un factor de predicción más fiable, ya que también
identifican el grado de displasia. Consisten en la tinción con un marcador que se fija en los núcleos y permite
medir el ADN de cada célula.
18.3.2. Clínica
El tipo histológico más frecuente es el derivado del epitelio de recubrimiento, el carcinoma escamoso,
que supone el 95% de los casos diagnosticados de cáncer oral; el 5% restante se resume en la Tabla
18.4. El carcinoma escamoso intraoral suele presentarse como una lesión ulcerovegetante infiltrativa de
bordes indurados y sobreelevados, superficie rugosa, poco dolorosa en relación al tamaño observado y con
tendencia al sangrado espontáneo o al mínimo roce (Figura 18.6). En su presentación labial, suele tener
un aspecto costroso y sobreelevado, asentada habitualmente sobre un labio de aspecto queratósico y con
tendencia al sangrado cuando se retira la costra (Figura 18.7 y 18.8).
Tabla 18.4. Clasificación de los tumores malignos de tejidos blandos en la cavidad oral.
223
Figura 18.6. Carcinoma escamoso de encía sinfisaria Figura 18.7. Carcinoma de escamoso de labio inferior
y suelo de boca anterior. Estadio avanzado (IV) por
afectación ósea mandibular Oral
Figura 18.8. Estadio inicial (I) de tercio posterior borde derecho lingual.
En estadios iniciales, el carcinoma escamoso intraoral suele ser asintomático, lo que dificulta su diagnóstico
precoz, más aún cuando se localiza en sectores posteriores de la cavidad oral u orofaringe (paladar blando,
pilar amigdalino, tercio posterior lingual, etc.). En estadios avanzados, puede aparecer sintomatología,
generalmente dolor, acompañado de otros síntomas o signos, dependiendo de su localización. Así, pueden
aparecer: disfagia, disfonía, trismos, dolores irradiados, disestesias, anestesias o parestesias y movilidad de
piezas dentarias (Figura 18.9). En estos estadios avanzados, es habitual encontrar adenopatías cervicales
metastásicas, debido a la diseminación del carcinoma escamoso por la vía linfática.
224
18.3.3. Diagnóstico precoz
18
PRECÁNCER Y CÁNCER ORAL
Como norma general y obligada, ante cualquier lesión de tipo ulceroso, vegetante sin causa aparente,
después de haber suprimido aquellas causas que pudieran haberlas producido (prótesis mal ajustadas,
dientes con fracturas o aristas cortantes, etc.) y con una duración superior a los 15 días, debe realizarse
una biopsia y en caso de que el profesional no se vea capacitado para tal actuación, derivarlo al centro de
referencia correspondiente.
El diagnóstico de sospecha se realiza por medio de una historia clínica detallada y una exploración física
exhaustiva de la cavidad oral y el cuello. La confirmación se realizará con la toma de una muestra (incisional
o excisional), que se fijará con formol al 10% para permitir su correcto procesado. La punción aspiración
con aguja fina (PAAF) puede utilizarse ante lesiones de consistencia semisólida (tumores de glándulas
salivales) y para descartar metástasis ganglionares.
Una vez confirmado el diagnóstico de carcinoma, debe realizarse un estudio de extensión que permitirá
la toma de una decisión terapéutica por parte de los profesionales médicos implicados en el tratamiento
de esta patología (Comité Oncológico). El estudio de extensión local y regional consiste en la realización
de las siguientes pruebas diagnósticas: Ortopantomografía, Tomografía Computarizada (TC) o Resonancia
Magnética Nuclear (RMN) de la región cervicofacial.
Cuando se trata de estadios avanzados, el estudio de extensión debe ampliarse al resto del organismo,
requiriendo otras pruebas complementarias como pueden ser: TC toracoabdominal, gammagrafía ósea,
panendoscopia, o Tomografía por Emisión de Positrones (PET). En los últimos tiempos, el PET ha conseguido
evitar la realización de otras pruebas de extensión, como la gammagrafía ósea y la TC toracoabdominal,
agilizando de esta manera el estudio de extensión a distancia de la enfermedad.
Una vez realizado el diagnóstico de la lesión tumoral y estudiada la extensión local, regional y a distancia,
se procederá a su estadiaje, mediante la clasificación TNM del AJC (American Joint Commitee) y la UICC
(Unión Internacional Contra el Cáncer) (Tabla 18.5).
18.3.4. Evolución
El carcinoma invade el tejido adyacente por extensión, pudiendo afectar estructuras musculares,
vasculares, nerviosas u óseas. El hueso forma una barrera, pero puede ser destruido, en un inicio por
erosión superficial, hasta invadir las cavidades medulares. La infiltración perineural y la invasión vascular son
menos frecuentes, pero en caso de producirse empeoran el pronóstico. Los carcinomas con diseminación
perineural son más difíciles de extirpar y suelen tener una alta tasa de recidiva. La diseminación de las
metástasis es principalmente por vía linfática hasta los ganglios cervicales, y su afectación depende de
las zonas de drenaje del tumor dependiendo de su topografía. Los ganglios submandibulares y yugulo-
digástricos son los que se afectan con mayor frecuencia. La diseminación linfática del carcinoma escamoso
presenta un patrón secuencial, afectándose el primer ganglio de drenaje de la cadena linfática cervical
(ganglio centinela) y a partir de éste se extienden por el resto de ganglios del cuello. Gracias a ello,
en estadios iniciales de la enfermedad, se puede realizar la búsqueda quirúrgica del ganglio centinela,
pudiéndose evitar la realización de la linfadenectomía quirúrgica de todos los ganglios del cuello, en el caso
de que el centinela estuviera libre de enfermedad.
225
T. Tumor primario
-Tx. No es posible establecer la existencia de un tumor primario
-T0. Sin evidencia de tumor primario
-Tis Carcinoma in situ
-T1. Tumor de hasta 2 cm en su diámetro mayor
-T2. Tumor de entre 2 y 4 cm en su diámetro mayor
-T3. Tumor mayor de 4 cm en su diámetro mayor
-T4. Tumor que invade estructuras adyacentes
N. Ganglios linfáticos regionales
-Nx. No es posible establecer la existencia de ganglios linfáticos afectados
-N0. Sin metástasis linfáticas regionales
-N1. Metástasis en un único ganglio ipsilateral de ≤3 cm en su diámetro mayor
-N2.
• N2a. Metástasis en un único ganglio ipsilateral de 3-6cm en su diámetro mayor
• N2b. Metástasis en múltiples ganglios ipsilaterales, ≤6cm en su diámetro mayor
• N2c. Metástasis ganglionares bilaterales o contralaterales ≤6cm en su diámetro mayor
-N3. Metástasis ganglionares >6cm en su diámetro mayor
M. Metástasis a distancia
-Mx. No es posible establecer metástasis a distancia
-M0. Sin metástasis a distancia
-M1. Metástasis a distancia
Tabla 18.5. Clasificación TNM (AJC, UICC) y estadio de los tumores malignos.
La afectación ganglionar del carcinoma escamoso en estadios avanzados puede llegar a extenderse
fuera de los ganglios linfáticos, atravesando su cápsula linfática, y alcanzando tejidos del cuello. En estos
casos, la escisión es difícil y las posibilidades de supervivencia disminuyen. Esta afectación extracapsular
se evidencia clínicamente por la fijación del ganglio, aumento importante del tamaño ganglionar,
desestructuración anatómico-radiológica del ganglio y afectación de los tejidos cervicales adyacentes al
ganglio. La diseminación por vía sanguínea es una característica infrecuente de los estadios tardíos de la
enfermedad y habitualmente ocurre tras varios episodios de tratamiento.
226
18.3.5. Tratamiento
18
PRECÁNCER Y CÁNCER ORAL
Debe ser multidisciplinar, deben participar múltiples especialistas (oncólogos médicos, cirujanos orales
y maxilofaciales, radioterapeutas, quimioterapeutas, odontólogos, nutricionistas y psicólogos) (Tabla 18.6).
Efectos de la radioterapia en la región orofacial.
Durante el tratamiento
Xerostomía aguda y grave
Mucositis
Infecciones: Fúngicas, Bacterianas y Víricas
Eritema o quemadura en piel
Después del tratamiento
Xerostomía
Atrofia cutaneomucosa
Riesgo de osteorradionecrosis
Trismus
Afectación de los órganos de los sentidos
Riesgo de aparición de neoplasias radioinducidas
227
Figura 18.11 (a, b y c). Secuencia de tratamiento quirúrgico de carcinoma escamoso avanzado de borde derecho de
lengua. A) Lesión inicial. B) reconstrucción del defecto lingual mediante un colgajo microquirúrgico fasciocutáneo de
radial. C) Postoperatorio tardío en el que se aprecia la metaplasia del colgajo de reconstrucción.
En la actualidad existen otras líneas de investigación en el tratamiento del cáncer en general y en el oral
en particular que conviene tener presente. Su importancia radica en que los tratamientos serán mucho
menos agresivos e irán dirigidos a las células tumorales específicamente, individualizándose en cada
paciente (Tabla 18-7).
228
18
PRECÁNCER Y CÁNCER ORAL
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229
Capítulo 19
19.1. INTRODUCCIÓN
El manejo quirúrgico del paciente mayor requiere algo más que el conocimiento de las técnicas quirúrgicas.
La presencia de patologías, el empleo de medicamentos y el conocimiento de la psicología y variación en
los procesos fisiológicos deben ser conocidos y estudiadas por el odontólogo.
19.2.1. Exodoncia
Debido a la presencia de caries o enfermedad periodontal es necesario con relativa frecuencia realizar
extracciones dentarias en el paciente geriátrico (Figuras 19.1 y 19.2). En algunas ocasiones estas
extracciones no se podrán llevar a cabo mediante una técnica simple mediante fórceps o elevadores. Las
causas más comunes para la indicación de una extracción quirúrgica son:
231
Figura 19.1. Incisivos inferiores con enfermedad Figura 19.2. Misma paciente de la figura 1, una vez
periodontal en una paciente invidente de 91 años, que realizada la extracción y suturados los alveolos con
van a ser extraídos. material no reabsorbible.
1. Destrucción coronaria.
2. Restos radiculares subgingivales.
3. Dientes endodonciados.
4. Dientes anquilosados.
5. Raíces finas y largas o con hipercementosis.
6. Zonas de esclerosis ósea.
Las complicaciones más frecuentes son el desgarro de los tejidos blandos debido al diseño inadecuado
del colgajo, a una mala utilización de los separadores o a la utilización de fuerza excesiva. Son frecuentes
también las quemaduras en la comisura labial debido a la pieza de mano. A nivel del tejido óseo es
frecuente la fractura de la cortical vestibular o de la tuberosidad, debido a una mala técnica o a la
realización de maniobras intempestivas. El daño a los dientes adyacentes se debe a menudo a la falta de
atención del odontólogo, que realiza la luxación de los dientes vecinos que muchas veces no tienen un
adecuado soporte periodontal. Otra complicación menos frecuente es la fractura mandibular en pacientes
con atrofias severas en los que se aplican fuerzas excesivas en los movimientos de luxación.
Durante el periodo postoperatorio puede aparecer dolor, inflamación, sangrado o infección. No se ha
demostrado una mayor frecuencia de aparición de alveolitis en el paciente geriátrico.
19.2.3.Cirugía preprotésica
En este apartado se engloban todos los procedimientos quirúrgicos que se realizan con la finalidad de
favorecer que el paciente pueda llevar una prótesis. Hoy en día, estos procedimientos se realizan con
232
LA CIRUGÍA BUCAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA
19
menor frecuencia debido al éxito de los implantes dentales. Sin embargo, los pacientes mayores prefieren
en ocasiones rehabilitarse con prótesis convencionales debido, sobre todo, a factores económicos y de
rechazo a tratamientos quirúrgicos más complejos.
La alveoloplastia puede realizarse mediante presión bidigital una vez realizada la extracción dental.
Cuando existan exóstosis óseas, irregularidades o eminencias muy marcadas será necesario realizar una
regularización del reborde alveolar mediante pinza gubia o pieza de mano, eliminando la menor cantidad
posible dirigiéndola fundamentalmente a las puntos más agudos vestibulares y crestales.
La exéresis de toros mandibulares o palatinos se realiza en aquellos pacientes en los que los mismos
impiden o dificultan el diseño del conector de la prótesis removible. El torus palatino presenta un mayor grado
de dificultad quirúrgica debido al acceso más complicado, a la cercanía con las fosas nasales así como un
mayor sangrado del hueso esponjoso y al exceso de tejido blando a la hora de suturar (Figura 19.3).
La extirpación de los épulis fisurados debe realizarse para eliminar las molestias durante la
masticación y el dolor que originan al paciente, además de favorecer la estabilidad de la prótesis (Figura
19.4). La eliminación del tejido blando conlleva muchas veces un aumento de la profundidad de vestíbulo o
vestíbuloplastia. Ambas técnicas pueden realizarse solas o combinadas y mediante la utilización de bisturí
frío, eléctrico o láser de CO2. Los dos últimos supuestos son de especial interés en los pacientes con
alteraciones en la coagulación (Figuras 19.5 y 19.6).
Figura 19.3. Torus palatino Figura 19.4. Épulis fisuratum producido por una prótesis
completa confeccionada hace 12 años y que nunca
había sido rebasada.
Figura 19.5. Vestibuloplastia combinada con láser CO2 Figura 19.6. Aspecto clínico a las tres semanas.
en la que se observa ausencia de sangrado.
233
19.2.4. Cirugía periapical
Cuando la patología periapical no responde al tratamiento endodóntico convencional es necesario recurrir
a los tratamientos de cirugía periapical para eliminar todo el tejido infectado de la zona del periápice, sellar a
retro los conductos y favorecer la reparación de los tejidos. Con la incorporación del microscopio a la cirugía
periapical junto con la utilización de ultrasonidos en la preparación de las cavidades “a retro” hace que el
pronóstico de estos dientes sea mucho más favorable.
Las indicaciones principales de esta técnica en el paciente geriátrico son comunes a las del paciente adulto:
a) Fracaso del tratamiento de conductos (evolución desfavorable después del retratamiento de
conductos, ápices radiculares muy curvos, reabsorciones internas o externas y fracturas del tercio
apical)
b) Imposibilidad de realizar endodoncia convencional (portadores de prótesis fija, restauraciones
con pernos o conductos calcificados).
c) Complicaciones durante el tratamiento de conductos (limas fracturadas, perforaciones
radiculares, imposibilidad de sellado apical).
d) Exéresis de quistes o tumores en relación con las raíces dentarias.
Como contraindicaciones destacan los procesos infecciosos en fase aguda, las lesiones de origen
periodontal y las fracturas verticales de la raíz.
19.2.5. Infecciones
Las infecciones más frecuentes son de origen odontogénico. El 5% de ellas están ocasionadas
exclusivamente por bacterias aerobias, el 35% por bacterias anaerobias y el 60% restante, por una
combinación de ambas. Por tanto, en un 95% de los casos la terapéutica farmacológica debe cubrir
gérmenes anaerobios.
La primera respuesta del organismo a la invasión bacteriana es la celulitis. Se produce edema, hipertermia
e hiperemia a nivel local. Es de consistencia blanda durante las primeras 24 horas y cuando permanece
en el tiempo va tomando una consistencia más firme; es lo que se conoce como flemón leñoso. Por lo
general, se acompaña de dolor y puede aparecer lo que se denomina “signo del dedo”. No hay colección
de material purulento por lo que no hay fluctuación de los tejidos. Cuando los gérmenes causantes de la
celulitis son productores de gas se puede producir crepitación durante la palpación. El tratamiento será
farmacológico junto con el tratamiento odontológico del diente o dientes causantes.
En el absceso existe una acumulación de pus en una zona concreta, la infección está mejor delimitada,
hay eritema e hipertermia y fluctuación del tejido durante la palpación. En esta fase está indicado realizar
un drenaje quirúrgico mediante incisión, desbridamiento y lavado mecánico (Figuras 19.7 a 19.10). Al
descomprimir los tejidos se mejora la vascularización, se retiran restos necróticos y se oxigena el tejido
en el que se desarrolla la infección que como se ha mencionado va a ser producida fundamentalmente por
gérmenes anaerobios.
Cuando el proceso infeccioso de origen odontogénico evoluciona y llega a tejidos más profundos,
comienza su expansión en todas direcciones perforando las corticales más cercanas o de menor resistencia,
alcanzando los espacios aponeuróticos. Así pues, la infección localizada inicialmente en un diente se puede
difundir a distancia en función de dichos espacios aponeuróticos (Tabla 19.1).
En el paciente geriátrico es de vital importancia determinar la gravedad de la infección. La rapidez en
la evolución del proceso infeccioso, la invasión de espacios faciales, la aparición de fiebre y el deterioro
del estado general así como la alteración de signos vitales (taquicardia, taquipnea) son factores a tener en
cuenta en la valoración de tratamiento ambulatorio o en la derivación del paciente a un centro hospitalario.
234
LA CIRUGÍA BUCAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA
19
Espacio anatómico Dientes implicados Espacios vecinos
Bucal Premolares y molares superiores Infraorbitario
Premolares inferiores Infratemporal
Pterigomandibular
Infraorbitario Dientes anterosuperiores Bucal
Submandibular Molares inferiores Sublingual
Submental
Faríngeo lateral
Submentoniano Dientes anteroinferiores Submandibular
Sublingual Premolares y molares inferiores Submandibular
Faríngeo lateral
Submentoniano
Pterigomandibular Cordal inferior Faríngeo lateral
Submandibular
Temporal profundo
Maseterino Cordal inferior Pterigomandibular
Temporal profundo Molares superiores Pterigomandibular
Molares inferiores Bucal
Faríngeo lateral Molares superiores Submandibular
Molares inferiores Sublingual
Ptreigomandibular
Retrofaríngeo
Retrofaríngeo Molares superiores Faríngeo lateral
Molares inferiores Prevertebral
Mediastino
Figura 19.7. Paciente mujer de 79 años que presenta Figura 19.8. Exploración intraoral de la paciente
celulitis en la zona canina; acude a la consulta por anterior, que muestra un absceso en la zona apical
dolor e inflamación de la zona. del 24, pilar de prótesis fija.
235
Figura 19.9. Incisión intraoral para drenaje de la Figura 19.10. Desbridamiento para eliminar restos
colección purulenta. de tejido necrótico y oxigenar los tejidos.
19.2.6. Biopsia
La biopsia es la toma de un fragmento de tejido vivo con fines diagnósticos. Es un instrumento muy
valioso para realizar el diagnóstico de las lesiones de la cavidad bucal. Permite identificar si la lesión es
benigna o maligna, determinar su comportamiento clínico y establecer un tratamiento.
Cualquier lesión de la cavidad bucal debe ser biopsiada si una vez eliminados todos los estímulos
irritativos que la hayan podido ocasionar, no desaparece en un periodo de quince días.
En función del procedimiento de obtención de la biopsia, existen dos tipos: incisional y escisional.
La biopsia incisional realiza una remoción parcial de la lesión, siendo su objetivo realizar un diagnóstico
y determinar después el tipo de tratamiento. En líneas generales se puede decir que este tipo de biopsia
está indicada en lesiones amplias, de apariencia maligna o en zonas de difícil acceso.
La biopsia escisional implica la remoción total de la lesión. Su objetivo es realizar un diagnóstico y al
mismo tiempo el tratamiento de la misma. Estaría indicada en lesiones de apariencia benigna, de tamaño
pequeño y en lesiones pigmentadas o vasculares pequeñas.
236
19
LA CIRUGÍA BUCAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA
Los quistes son entidades benignas aunque pueden presentar diferentes conductas clínicas en relación
con su origen y su ritmo de crecimiento. El tratamiento más común es la enucleación con o sin curetaje. La
marsupialización es un tratamiento poco utilizado en la actualidad y se reserva para aquellos casos en los
que la lesión tiene una gran extensión y al enuclearla se pone en peligro la integridad del hueso afectado.
El quiste radicular y el quiste residual son los tipos más comunes que se van a diagnosticar en el
paciente geriátrico. El crecimiento de estos quistes es lento pero pueden llegar a tener grandes dimensiones
y expandir o perforar las corticales óseas. Suelen permanecer asintomáticos y se diagnostican de manera
casual en una exploración radiográfica de rutina o por infección de su contenido. Radiográficamente, se
presentan como lesiones radiotransparentes, redondeadas, en relación con el periápice y en continuidad
con el ligamento periodontal del diente causante, que está necrótico. En el caso de los quistes residuales,
aparecen en el espacio edéntulo del diente que lo ocasionó (Figura 19.11). La etiología de estos últimos es
la ausencia de legrado correcto después de la extracción dentaria.
También se pueden diagnosticar quistes dentígeros o foliculares asociados a la corona de un diente
o molar que está retenido. Son también quistes de crecimiento lento, siendo su ubicación más frecuente
el tercer molar inferior y el canino superior, por lo que su diagnóstico muchas veces se asocia en estos
pacientes con el fenómeno de desinclusión producido por una prótesis removible.
Desde un punto de vista de abordaje de los tumores de partes blandas, se puede distinguir entre los
tumores sólidos como son los fibromas, papilomas, etc. y contraponerlos a las tumoraciones sólidas
subcutáneas como los lipomas, adenomas, tumores mixtos, etc. En el primer grupo, la propia localización
del tumor marca la zona en la que ha de hacerse la escisión. En el segundo grupo la enucleación habrá que
237
hacerla junto con la cápsula de tejido conjuntivo realizando disección roma, separándolo de la mucosa que
lo cubre. La anestesia local se realizará preferentemente con técnicas regionales o tronculares para evitar
la deformación de los tejidos. En cuanto al trazado de la incisión se debe tener en cuenta que la extirpación
del tumor es sinónimo de pérdida de sustancia, por lo que para poder suturar cuando el tumor tenía un
determinado tamaño, será necesario desplazar los tejidos adyacentes.
Los papilomas o fibroepiteliomas son pediculados, de superficie segmentada y aspecto de coliflor. A
veces pueden ser de forma redondeada, lisa y aplanada cuando se encuentran en el paladar bajo la presión
de una prótesis completa. Se cuestiona si los papilomas son verdaderas neoplasias o si son disembrioplasias
consecuencia de una irritación crónica. En ocasiones se asocia la presencia del virus del papiloma humano.
Estos papilomas originados por estados crónicos de inflamación pueden degenerar en sentido maligno, por
lo que siempre se recomienda su extirpación. Si se trata de un papiloma verrucoso se debe dejar una zona
de seguridad cuando se realice la escisión sobre todo si asienta en una zona de leucoplasia.
Los fibromas son tumores benignos, duros, que pueden aparecer en cualquier zona de la cavidad bucal
y pueden ser pediculados o tener una amplia base. Su localización más frecuente es la mucosa yugal y
la lengua. Pueden originarse por mordeduras o fenómenos de succión en relación con un diente ausente,
recibiendo el nombre de diapneusia. Para su extirpación se procederá a seccionar el pedículo con una hoja
de bisturí o tijeras, despegando los bordes de la herida y suturando con puntos sueltos.
Los lipomas son tumores originados en el tejido graso y son más frecuentes a nivel de la mucosa yugal.
Son de consistencia blanda, redondeada y de color amarillento. La mucosa que los recubre es normal
y permite su deslizamiento sobre el tumor. En el diagnóstico clínico es interesante recordar que si se
aplica cloruro de etilo sobre el mismo sufrirá una disminución transitoria de tamaño. Para su extirpación se
procede a incidir con cuidado la mucosa que lo recubre y se realiza una disección roma del mismo.
Los tumores óseos sólidos se extirpan por enucleación conservando la continuidad del hueso. Si el tumor
tiene un gran tamaño habrá que realizar una resección más amplia utilizando injertos óseos y/o placas de
osteosíntesis para compensar la pérdida de sustancia.
Los osteomas son tumores benignos que presentan un crecimiento muy lento. Cuando están está
circunscritos a la capa cortical de hueso reciben el nombre de exóstosis. Cuando la tumoración procede
del hueso maxilar o palatino y se halla situada simétricamente a lo largo de la sutura mediana del paladar
recibe el nombre de torus o toro palatino. Los tori o toros mandibulares aparecen de manera bilateral
en la cara lingual mandibular de la zona premolar. Estas exostosis pueden ser bilobuladas y de distintos
tamaños. El tratamiento de estas exóstosis puede ser necesario por motivos protésicos, como ya se
comentó anteriormente. Su exéresis se realiza mediante incisión mucoperióstica y resección y posterior
regularización de hueso mediante escoplo y fresa.
Cuando se trata de osteomas intraóseos la extirpación es más complicada puesto que existe el riesgo
de lesión de estructuras nerviosas o dientes vecinos. Su crecimiento es extraordinariamente lento por lo
que será necesario estudiar si estaría indicada su extracción en pacientes de edad avanzada, en el sentido
de que el crecimiento del osteoma llegue a producir fracturas patológicas mandibulares. Si se opta por su
extirpación habrá que realizar resección subperióstica para evitar las recidivas. El endosteoma del seno
maxilar puede en su crecimiento llegar a perder relación con la zona ósea que lo originó, visualizándose
como una masa redondeada dentro del seno maxilar originando una sinusitis crónica. Plantearía problemas
de diagnóstico diferencial con la enfermedad de Paget y el osteosarcoma.
El fibroma osificante se localiza casi siempre a nivel mandibular. Se trata en un primer momento de un
tumor fibromatoso radiotransparente en el cual aparecen formaciones osteoides. Se va produciendo un
depósito de sales de calcio produciéndose la osificación completa del tumor que se vuelve radiocondensante.
A partir de ese momento, el crecimiento del mismo se hace por aposición pudiendo llegar a producir
deformaciones a nivel facial.
En cuanto a los tumores odontogénicos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en el año 2005
una nueva clasificación (Tabla 19.4). Es amplia pero no hay tumores que sean específicos o patognomónicos
del paciente geriátrico. La novedad más destacable en esta clasificación es la inclusión del queratoquiste
odontogénico dentro de la patología tumoral con el nombre de tumor odontogénico queratoquístico.
238
LA CIRUGÍA BUCAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA
19
Tumores odontogénicos benignos Tumores odontogénicos malignos
Derivados del epitelio odontogénico con estroma maduro Carcinomas odontogénicos
fibroso sin ectomesénquima odontogénico • Ameloblastoma metastásico
• Ameloblastoma sólido / multiquístico • Carcinoma ameloblástico, tipo primario
• Ameloblastoma extraóseo / periférico • Carcinoma ameloblástico intraóseo, tipo
• Ameloblastoma desmoplásico secundario
• Ameloblastoma uniquístico • Carcinoma intraóseo periférico, tipo
• Tumor odontogénico de células escamosas secundario
• Tumor odontogénico epitelial calcificante • Carcinoma de células escamosas
primario intraóseo, tipo sólido
• Tumor odontogénico adenomatoide
• Carcinoma de células escamosas
• Tumor odontogénico queratoquístico
primario intraóseo derivado de tumor
Derivados del epitelio odontogénico con ectomesénquima odontogénico queratoquístico
odontogénico con o sin formación de tejido duro • Carcinoma de células escamosas
• Fibroma ameloblástico primario intraóseo derivado de quistes
odontogénicos
• Fibrodentinoma ameloblástico
• Carcinoma odontogénico de células claras
• Odontoma
• Carcinoma odontogénico de células
• Odontoma complejo
fantasma
• Odontoma compuesto
• Odontoameloblastoma
• Tumor adenomatoide quístico calcificante odontogénico
• Tumor dentinogénico de células fantasma
Otros tumores
• Tumor melanótico neuroectodérmico de la infancia
19.2.9. Traumatismos
Debido a la pérdida de reflejos, el paciente mayor sufre con frecuencia caídas que afectan a los tejidos
blandos y duros de la cavidad bucal. La mayoría de las veces, estos accidentes ocurren en su propio hogar.
En ocasiones esas caídas conllevan grandes fracturas faciales de tipo Lefort o fracturas mandibulares que
requerirán tratamiento hospitalario. Lo más común es que acuda el paciente a la consulta por alteraciones
en los tejidos blandos de tipo contusión con fractura de algún diente de la zona implicada (figuras 19.12
y 19.13 ). No son frecuentes las avulsiones en el paciente de más de 65 años de edad. El tratamiento irá
encaminado a la limpieza, desinfección y sutura de los tejidos blandos, tratamiento conservador siempre que
se pueda o exodoncia de los dientes implicados. Será necesario realizar un estudio radiográfico completo
para descartar fracturas dentoalveolares o condilares.
239
Figura 19.12. Traumatismo labial en paciente mujer Figura 19.13. Fractura dentaria asociada al
de 70 años que perdió el conocimiento y cayó al suelo traumatismo labial de la paciente anterior.
después de realizarse una analítica sanguínea.
240
LA CIRUGÍA BUCAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA
19
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241
Capítulo 20
243
Figura 20.1. Corte histológico del contacto hueso implante en tejido óseo animal.
244
EL TRATAMIENTO CON IMPLANTES OSEOINTEGRADOS EN GERODONTOLOGÍA
20
20.2. LOS CAMBIOS ÓSEOS DURANTE EL ENVEJECIMIENTO. LA ATROFIA
ÓSEA EN EL PACIENTE DESDENTADO
Los cambios que se presentan con el envejecimiento en el hueso alveolar son muy parecidos a los que
se manifiestan en el sistema óseo, demostrando un cambio atrófico generalizado que se acompaña por una
progresiva pérdida de tejido óseo. La cortical ósea se adelgaza e incrementa su porosidad del 4 al 10%
entre los 40 y 80 años de edad. La pérdida de hueso por década es aproximadamente de un 3%, pero se
incrementa hasta un 9% en las mujeres postmenopáusicas. El hueso trabecular a menudo presenta un mayor
déficit que el cortical con la edad. Los cambios celulares óseos indican un importante grado de atrofia.
Sin embargo, existe un hecho que diferencia el tejido óseo alveolar del resto del sistema óseo del
organismo y que es la existencia de los dientes. Cuando un diente se pierde, el hueso alveolar que lo
sostiene desaparece básicamente por reabsorción, siguiendo el patrón general de que el hueso no funcional
se elimina. La velocidad a la que se pierde este hueso depende de varios factores. Si existen más dientes
en la arcada, la pérdida ósea es menor, sin embargo, cuando la extracción ha sido más traumática, se ha
complicado con alveolitis o existía afectación periodontal, la reabsorción ósea es mayor.
La pérdida parcial o total de los dientes provoca la aparición en los huesos maxilares de un reborde
alveolar, que en el maxilar superior puede ser tan pronunciado que el suelo del seno maxilar se sitúe
inmediatamente en contacto con la mucosa oral, a través de una fina capa de tejido óseo. En la mandíbula,
por sus características anatomofuncionales, el proceso alveolar puede desaparecer completamente en los
ancianos edéntulos, siendo ello de gran importancia clínica en la rehabilitación prostodóncica del paciente
anciano.
En los pacientes mayores con un largo periodo de edentulismo parcial o total, tiene lugar una atrofia
avanzada de los maxilares con una gran discrepancia de las arcadas dentales (Figura 20.2). La atrofia
de las crestas alveolares en el maxilar superior desdentado ha complicado, clásicamente, la retención
y estabilidad de las prótesis completas removibles convencionales entre los pacientes mayores. En este
sentido, la inserción de implantes oseointegrados y la posterior rehabilitación puede ser un método eficaz.
Ahora bien, la rehabilitación oral con implantes en el maxilar superior resulta más difícil y complicado que en
la mandíbula. La atrofia ósea y la calidad más esponjosa del maxilar superior puede limitar la colocación y el
mantenimiento de los implantes oseointegrados. Las características anatómicas del maxilar superior (ej. seno
maxilar) pueden impedir o dificultar el procedimiento quirúrgico de la inserción implantológica. Además, la
disposición de los rebordes alveolares residuales pueden obligar a la inserción de los implantes con una inclinación
labial o vestibular, en forma de abanico con claras limitaciones prostodóncicas. En los casos de atrofia avanzada
del maxilar superior es aconsejable el aumento del volumen óseo para permitir la inserción de implantes con mayor
longitud y diámetro en una posición más favorable lo que mejoraría los resultados a largo plazo.
Después de un largo periodo de edentulismo, frecuentemente, la atrofia mandibular es importante.
Sin embargo, la altura de hueso disponible no indica per se una calidad buena de hueso, ni la resorción
del reborde alveolar indica necesariamente la existencia de osteoporosis. En muchos casos, solamente
245
se podrán insertan implantes en el sector anterior interforaminal lo que puede condicionar el tipo de
rehabilitación prostodóncica posterior.
Es recomendable la valoración radiográfica, mediante una ortopantomografía (ampliación aproximada
del 25%) (Figura 20.2) que demuestra la existencia de los agujeros mentonianos y el conducto del nervio
dentario inferior en la mandíbula y la existencia de los senos maxilares en el maxilar superior. Sin embargo,
en los casos de atrofia mandibular severa, debe recomendarse el estudio con una tomografía computarizada,
especialmente de haz cónico, que ofrece una evaluación sistematizada de todas las estructuras de los
maxilares con imágenes tridimensionales reales (Figura 20.3).
246
EL TRATAMIENTO CON IMPLANTES OSEOINTEGRADOS EN GERODONTOLOGÍA
las tasas de éxito de los implantes a largo plazo pueden ser menores. En primer lugar, porque la inserción de
20
los implantes se realiza en un huésped con una respuesta tisular modificada por su enfermedad general y en
segundo lugar porque, debido a que la relación entre el estado sistémico del paciente y el mantenimiento de los
implantes es dinámica, es imposible conocer o prever la evolución de la enfermedad del paciente y todas las
complicaciones futuras que pueden aparecer y que puedan afectar a la oseointegración.
En este sentido, el tratamiento con implantes oseointegrados constituye una terapéutica con unas
expectativas en el paciente a largo plazo, que no acaba en la inserción de los implantes y su posterior
rehabilitación prostodóncica en unos meses. Los resultados clínicos deben ser mantenidos en el tiempo
y evaluados periódicamente, por lo que las relaciones entre la oseointegración y el estado sistémico del
paciente son permanentes y pueden modificarse con la evolución de la enfermedad sistémica.
Los trastornos cardiovasculares constituyen las condiciones sistémicas más frecuentes en los pacientes mayores. Es
lógico pensar, que muchos pacientes que acuden a la consulta dental para un tratamiento con implantes oseointegrados
presenten algún tipo de patología vascular (ej. hipertensión arterial, antecedentes de ictus); cardiaca (ej. insuficiencia,
coronariopatía). En estos casos, es necesario extremar las precauciones como la utilización de antibióticos en pacientes
con valvulopatías, suprimir o modificar el régimen de antiagregantes (ej. aspirina) o anticoagulantes (ej. dicumarol) según
el protocolo indicado por su especialista en cardiología, medicina interna o hematología.
Sin embargo, los estudios sugieren que las enfermedades cardiovasculares no constituyen un factor de
riesgo para la oseointegración en los adultos mayores y que el tratamiento con implantes puede ser exitoso en
este grupo de pacientes. Un reciente estudio valora los resultados del tratamiento con implantes en pacientes
coreanos mayores de 70 años, donde el 82,8% presentaban enfermedades sistémicas, especialmente
hipertensión arterial. El éxito del tratamiento después de un periodo medio de 32,7 meses fue del 95,8%, lo que
confirma que las enfermedades vasculares controladas no afectan a la tasa de éxito de los implantes.
La diabetes mellitus es una enfermedad muy prevalente entre la población geriátrica que puede interferir
la cicatrización y afectar la oseointegración de los implantes dentales. Existe una amplia evidencia que
identifica a la diabetes mellitus como factor de riesgo en el tratamiento con implantes dentales, especialmente
los cuadros clínicos no controlados Los fracasos están asociados significativamente a la duración de la
diabetes y a una menor longitud de los implantes. Aunque, una historia diabética más prolongada puede
ser postulada como un incremento de la enfermedad microvascular que contribuya al fracaso implantario.
La diabetes puede afectar negativamente a la estabilidad mecánica de los implantes, independientemente,
de la terapia insulínica. El hueso neoformado alrededor de los implantes dentales insertados en sujetos
diabéticos mal controlados se presenta como un tejido óseo inmaduro y con menor organización que en los
sujetos controlados, por lo que se produce una peor cicatrización ósea y un menor contacto hueso implante.
Se aconseja realizar el tratamiento implantológico sólo en los pacientes mayores adecuadamente
controlados, con una buena higiene oral, sin hábitos tabáquicos, ni presencia de periodontitis, con unos
controles de glucemia estables y llevando a cabo medidas preventivas frente a los procesos infecciosos.
247
Los implantes oseointegrados pueden ser utilizados como procedimiento para la rehabilitación oral en
pacientes geriátricos intervenidos de cáncer oral que han sufrido una cirugía radical sin posibilidad de un
tratamiento prostodóncico convencional. Un estudio alemán realizado en pacientes intervenidos de cáncer
oral de mandíbula y suelo de boca que fueron tratados con implantes oseointegrados para su rehabilitación
oral demuestra que a los 37 meses el 91% de los implantes permanecían oseointegrados; a los 7 años el
éxito acumulativo en el grupo irradiado fue del 75%, mientras que en el grupo no irradiado a los 10 años fue
del 86%. Estos resultados indican que el tratamiento con implantes es una alternativa importante entre estos
pacientes, aunque la radioterapia afecta intensamente los mecanismos biológicos de la oseointegración e
incrementa la frecuencia de fracasos implantarios.
La osteoporosis ha sido mencionada como un posible factor de riesgo para el éxito de la oseointegración por lo
que puede comprometer la integración estable de los implantes dentales. Como la prevalencia de la osteoporosis
se incrementa con la edad es relevante el posible papel de la misma en los fracasos implantarios. De hecho,
los grupos de pacientes tratados con implantes suelen incluir mujeres postmenopáusicas que padecen o han
desarrollado osteoporosis. Aunque la osteoporosis provoca un descenso de la masa ósea corporal, sin embargo no
contraindica el uso de los implantes, ya que no existe una correlación directa entre la densidad ósea a nivel maxilar
o mandibular y el resto del esqueleto, probablemente debido al efecto beneficioso de la masticación.
Muchos adultos mayores son fumadores. El consumo de tabaco constituye un factor de riesgo importante
en la implantología oral. Se ha descrito un mayor porcentaje de fracasos entre pacientes fumadores, así
como un mayor nivel de pérdida de hueso marginal y de periimplantitis. El hábito tabáquico está considerado
como un importante factor de riesgo para la oseointegración y representa una contraindicación relativa
para la colocación de implantes. Se ha demostrado que el consumo de tabaco disminuye la supervivencia
implantaria y aumenta la pérdida de hueso marginal alrededor de los implantes, así como aumenta la
posibilidad de aparición de patologías de la mucosa periimplantaria como la mucositis y la periimplantitis.
El tabaco también interfiere en los resultados de las técnicas quirúrgicas complejas, provocando un mayor
número de complicaciones, y una menor regeneración ósea de las áreas injertadas. De hecho la incidencia
de complicaciones en pacientes fumadores cuando se realiza una cirugía de elevación sinusal puede
ascender a valores de incluso del 50%, comprendiendo desde la aparición de complicaciones menores
(como la aparición de hematomas e inflamación) hasta complicaciones mayores como la exposición o
movilidad del injerto. Algunos autores indican que el consumo diario superior a 10 cigarrillos debe ser
considerado como una contraindicación relativa para la realización de este tipo de intervenciones.
El principal efecto adverso del tabaco se debe a la disminución de la circulación periférica y al compromiso
de la función de los leucocitos polimorfonucleares y los macrófagos, que afecta de forma más notoria en el
hueso del maxilar superior. Este efecto va más allá del periodo de cicatrización inicial y también ocasiona
pérdidas óseas en los años siguientes a su inserción.
Los efectos del tabaco dependen del consumo por parte del paciente, es decir, los fumadores habituales
sufren una mayor reabsorción ósea crestal que los fumadores ocasionales, pero ambos grupos sufren una
reabsorción significativamente mayor que los pacientes no fumadores. No obstante se debe considerar este
hábito pernicioso como un factor de riesgo que, aunque no suponga una contraindicación absoluta, afecta
a los resultados del tratamiento con implantes dentales en los adultos mayores.
Además, el tabaco está relacionado directamente con los antecedentes periodontales que pueden
también, condicionar la tasa de éxito del tratamiento con implantes. Sus efectos se dejan ver sobre todo
a largo plazo provocando mayor pérdida de implantes, de hueso y mayor incidencia de periimplantitis. La
presencia de bacterias periodontopatógenas puede provocar contaminaciones de los materiales de injertos
dando lugar a una menor integración del material y a una mayor pérdida ósea.
248
EL TRATAMIENTO CON IMPLANTES OSEOINTEGRADOS EN GERODONTOLOGÍA
Figura 20.5. Aspecto clínico de paciente edéntulo Figura 20.6. Aspecto clínico de fresado del hueso
total mandibular en cirugía de implantes para una alveolar.
sobredentadura
Figura 20.7. Aspecto clínico de la inserción de Figura 20.8. Aspecto clínico de los implantes
implantes insertados para la sobredentadura.
Figura 20.9. Aspectos clínico de la sutura de Figura 20.10. Aspecto clínico de paciente de edad
implantes no sumergidos para su carga precoz con avanzada con 4 miniimplantes para carga inmediata con
sobredentadura mandibular sobredentadura mandibular. Se observa en el extremo
superior de los implantes, los retenedores esféricos
249
Inmediatamente, después de la sutura, sobre la zona intervenida se aplica clorhexidina en forma de gel.
Se recomienda seguir con la antibioterapia con durante 1 semana, y enjuagues de clorhexidina durante 1
mes. En casos de inflamación o dolor suele ser suficiente con el ibuprofeno. Tras la fase quirúrgica, durante
dos o tres semanas, debe tenerse mucho cuidado con la utilización de la prótesis dental, especialmente
entre los adultos mayores edéntulos totales. Posteriormente, se debe realizar la adaptación necesaria de
la prótesis para evitar traumatismos sobre los implantes o tejidos vecinos.
El protocolo clásico de Branemark, preconizaba la inserción de implantes de titanio mediante un
protocolo quirúrgico en 2 fases o cirugías, como algunos de los requisitos imprescindibles para conseguir
la oseointegración y la posterior rehabilitación prostodóncica del paciente. Los implantes eran insertados
de forma sumergida, una vez colocados sus tornillos de cierre, se suturaba cubriendo la parte superior con
la mucosa. A los 3-6 meses, se realizaba una segunda cirugía, se exponía la parte superior protésica del
implante y se colocaba un tornillo de cicatrización para la adaptación de los tejidos blandos periimplantarios
(técnica sumergida).
Sin embargo, la escuela suiza introdujo el protocolo quirúrgico de inserción de los implantes en
una fase o técnica no sumergida que ha demostrado poseer una alta tasa de éxito, similar a la técnica
sumergida. Básicamente, esta técnica no necesita una segunda cirugía porque desde la inserción
del implante, su extremo superior queda expuesto en el medio oral mediante el tornillo de cierre o de
cicatrización y proporciona una buena respuesta tisular ósea y de los tejidos blandos periimplantarios
(Figura 20.8-20.9).
La experiencia demuestra que no existen diferencias entre ambas técnicas en 1 o 2 cirugías con los
diferentes sistemas de implantes, con unos resultados clínicos, funcionales y estéticos muy aceptables.
Tanto la técnica sumergida como no sumergida han demostrado ser una buena opción terapéutica para la
rehabilitación del paciente con edentulismo parcial o total.
Aunque la mayoría de los implantes pueden ser insertados en una o dos fases quirúrgicas, sin embargo,
los diseños de los mismos han sido modificados según su indicación más precisa. En este sentido, los
implantes con hexágono externo y por lo tanto, conexión externa están más indicados para la inserción en
dos fases o etapas quirúrgicas. El otro gran grupo de implantes con conexión interna para el sellado epitelial
están más indicados para su inserción en una sola fase quirúrgica.
El maxilar superior edéntulo sufre un proceso de reabsorción, sobre todo, en el sector posterior. Es
frecuente que el seno maxilar obligue a la inserción de los implantes en el sector anterior, salvo que se
recurra a la técnica de elevación del seno maxilar. En el maxilar atrófico con crestas óseas estrechas o
hueso poco compacto se puede utilizar una técnica poco traumática de ensanchamiento progresivo o
expansión crestal, mediante la introducción de varios osteotomos de diámetro creciente, configurando un
lecho óseo para la inserción del implante. En los casos de que exista un compromiso en anchura o altura
del hueso alveolar elegido para el lecho implantario, la inserción del implante es más complicada y su
éxito posterior más incierto. Los injertos autólogos han sido también muy utilizados, especialmente en la
mandíbula, para obtener mayores volúmenes óseos sobre todo en sentido vertical y configurar un mejor
pronóstico para los implantes.
En los casos necesarios se puede realizar también técnicas de regeneración ósea guiada en los adultos
mayores y utilización de biomateriales. Las técnicas de regeneración tisular con utilización de una membrana
y biomaterial de relleno pueden obtener una mejor cicatrización ósea y reducir la pérdida ósea crestal en el
tratamiento con implantes dentales. De hecho, esta técnica de regeneración ósea puede ser recomendada,
sobre todo, cuando se han producido dehiscencias o pérdida de alguna pared ósea durante la extracción
que pudiera comprometer la inserción del implante inmediato, así como cuando se utiliza en zonas con
presencia de infección o lesiones periapicales quísticas o después de la utilización de osteotomos con
fracturas de la pared vestibular.
Estas técnicas de aumento del volumen óseo para la inserción de implantes requieren, frecuentemente,
la utilización de materiales de injertos como pueden ser el propio hueso del paciente o substitutos óseos.
Entre los sustitutos óseos o biomateriales se encuentran los de origen animal (ej. hueso bovino o porcino
mineralizado) o sintéticos (ej. hidroxiapatita, betafosfato tricálcico). A diferencias del hueso autólogo
que posee propiedades osteogénicas (ej. células), osteoinductoras (ej. proteínas morfogenéticas) y
osteoconductoras (soporte físico), los biomateriales presentan propiedades osteoconductoras que permite
por sus características biológicas y fisicoquímicas mantener bien el espacio rellenado habiendo sido
utilizado con éxito en implantología oral.
Los implantes dentales pueden fracasar por diversos motivos. Los fracasos precoces puede ser originados
por factores relacionados con el procedimiento quirúrgico implantológico (ej. sobrecalentamiento del lecho
implantario, falta de estabilidad primaria) que impiden una adecuada unión entre la superficie del implante
250
EL TRATAMIENTO CON IMPLANTES OSEOINTEGRADOS EN GERODONTOLOGÍA
20
y el hueso). Los fracasos tardíos están más relacionados con la restauración prostodóncica (ej. excesiva
carga funcional y/o un incorrecto diseño) y la perdida de soporte periimplantario (ej. periimplantitis).
Desde un punto de vista quirúrgico, el tratamiento con implantes en el adulto de edad avanzada está
relacionado directamente con el diagnóstico individual del paciente y con el grado de edentulismo que
presenta. Si el paciente presenta una pérdida dental parcial, las indicaciones serán implantes unitarios para
coronas o varios implantes para la rehabilitación con puentes fijos. Sin embargo, si el paciente mayor es
edéntulo total, el reto implantológico es más complejo, existiendo dos posibles alternativas rehabilitadoras
sobre implantes, la sobredentadura y la rehabilitación fija.
251
Figura 20.11. Aspecto clínico de una férula quirúrgica Figura 20.12. Aspecto clínico de la cirugía guiada sin
para cirugía guiada de tratamiento implantológico con colgajo para la inserción de implantes con posterior
rehabilitación fija mandibular. rehabilitación fija.
En los casos de una rehabilitación fija del maxilar o la mandíbula, es necesario realizar una correcta
elección del número de implantes y de su distribución en la arcada edéntula (Figura 20.12). La distribución
de los implantes para es muy importante para conseguir una buena distribución de las fuerzas oclusales
tanto en el sector posterior como en sector anterior. En general, se recomienda un número de 8-12 implantes
teniendo en cuenta las características histológicas y anatómicas de los maxilares edéntulos, especialmente
en el maxilar superior.
La longitud de los implantes puede constituir un factor importante en el éxito del tratamiento ya que
se ha demostrado una relación directa entre una mayor longitud y unas mejores expectativas de éxito a
largo plazo en los pacientes edéntulos completos. Sin embargo, se han realizado estudios de la inserción
de implantes cortos en casos de reabsorción severa mandibular que ofrecen la ventaja de una técnica
quirúrgica relativamente sencilla y una escasa morbilidad. No obstante, la inserción de implantes cortos
en casos de reabsorción mandibular extrema ofrece la desventaja fundamental de que se compromete
negativamente la ratio entre la longitud del implante y la distancia al plano oclusal provocando una
biomecánica desfavorable.
El diámetro de los implantes constituye otro factor importante en el tratamiento implantológico porque un
mayor diámetro puede incrementar la superficie de contacto entre el hueso y el implante. Es decir, que para
la misma longitud los implantes con un diámetro más ancho presentan una mayor área de contacto óseo
que los implantes de diámetro reducido.
20.5. CONCLUSIONES
La implantología oral ha revolucionado la práctica odontológica entre los adultos mayores edéntulos. El
conocimiento de los mecanismos de la oseointegración, la utilización de nuevos materiales implantológicos
y el desarrollo de protocolos quirúrgicos estrictos han mejorado notablemente las expectativas exitosas de
la rehabilitación con implantes de los pacientes mayores.
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253
Capítulo 21
21.1. INTRODUCCIÓN
En el escenario demográfico y económico mundial que se prevé para los próximos años, con un progresivo
envejecimiento de la población y una limitación del crecimiento económico, es comprensible que el mantenimiento
y cuidado de la dentición sana entre la población anciana, concretado en la persistencia de más de 20 dientes
a partir de los 80 años, sea un objetivo a conseguir. La reposición de los dientes perdidos mediante prótesis
convencionales, de coste más reducido, se augura como una de las posibles soluciones para la pérdida de piezas
dentales, a falta de una decidida apuesta por las políticas preventivas sociales o individuales.
Según la encuesta de salud oral de 2005, en el grupo de pacientes comprendidos entre los 65 y 74
años, entre el 49-64% de la población es portadora de algún tipo de prótesis. Entre el 6- 14% de esta
población lleva prótesis fija. La prevalencia de prótesis completa en este grupo de población oscila entre
el 17-24% (arcada inferior). Cerca del 16% de este grupo es portador de prótesis completa superior e
inferior. En cuanto a las necesidades de prótesis, en el grupo de 65-74 años, el 24% requiere algún tipo de
prótesis superior y el 29% requiere algún tipo de prótesis inferior. En este grupo las mayores necesidades
de prótesis detectadas son las multiunitarias (desde el17 al 20%, dependiendo de la arcada). Tan sólo el 5%
de este grupo requiere de tratamiento de prótesis completa.
Por tanto hay una realidad que no siempre se corresponde con la percepción de la profesión sobre el tipo
de prótesis que llevan los ancianos y con el tipo de prótesis que necesitan. En el futuro se incrementarán las
restauraciones sobre implantes pero en la actualidad los datos estadísticos ponen de relieve la trascendencia
de la prótesis convencional en los mayores de 65 años.
No hemos de olvidar que la población anciana tiene en general un limitado acceso a la asistencia dental.
La pensión de jubilación media en un anciano de 75 años, en Noviembre del 2011, ascendía a 852,23 €. En
un campo con costes humanos y materiales considerables como es el de la prótesis dental, este aspecto
económico es un hándicap en la toma de decisiones restauradoras para el dentista y para el paciente.
Los dos primeros pasos serán objeto de descripción más adelante pero en su desarrollo hay que tener
en cuenta aspectos inherentes al anciano como son:
a) La existencia de patologías médicas asociadas que comportan limitaciones en la técnica como las
enfermedades neurodegenerativas con deterioro cognitivo que, además, requieren de un consenso
previo con familiares y cuidadores.
b) La presencia de hábitos anómalos que hayan ido relacionados con el apretamiento y desgaste de
la dentadura previa o de los dientes remanentes.
c) Las posibilidades de mantenimiento, manipulación y cuidado posterior de la dentición natural y de las prótesis.
d) Las consecuencias de los fármacos sobre la elaboración y el mantenimiento de las prótesis como
es el caso de pacientes con discinesias, tics, xerostomía.
e) La predictibilidad a medio-largo plazo de los dientes remanentes y las consecuencias tanto
económicas como técnicas que tendrá la pérdida de los mismos
a. Concepto de dientes estratégicos o dientes capitales para el mantenimiento y sostén de una
prótesis en boca (sería el caso de los caninos).
b. Diseños que prevean el que la pérdida dental y la compostura correspondiente sobre la prótesis
impliquen los mínimos cambios biomecánicos, funcionales y económicos.
256
PRINCIPIOS DE LA RESTAURACIÓN CON PRÓTESIS EN LOS ANCIANOS
21
Sobre el tercer punto es necesario que el profesional tenga en cuenta que el paciente anciano tiene
disminuido su pool de respuesta ante nuevas situaciones. Este aspecto obliga a plantearse seriamente,
en base a los datos recogidos en el análisis y el diagnóstico, a la personalidad del paciente y a las
expectativas del mismo y de sus familiares, la decisión de tratar o no y la de decidir un plan de tratamiento
posibilista.
En esta situación, en la que el paciente tiene disminuida su capacidad de adaptación, la posibilidad de
colaboración, añadido o no a aspectos clínicos desfavorables: xerostomía, falta de soporte, etc, disponemos
de técnicas “paliativas”:
1. Rebasado y remodelado de la prótesis: lo utilizaremos cuando alguno de los parámetros biológicos
empleados en la elaboración de la prótesis está alterado o precisa ser modificado.
2. Duplicado: lo utilizaremos cuando los parámetros biológicos son correctos y pretendemos modificar
el aspecto o subsanar el deterioro del material de la prótesis
En cualquier caso, en esta situación se presenta la disyuntiva entre corregir o no algunos de los parámetros
biológicos más comúnmente alterados y cuya variación puede generar más problemas de adaptación,
como por ejemplo el plano oclusal y la dimensión vertical de reposo.
El cuarto paso nos obliga a considerar la situación económica y social. Si la implicación económica
en pacientes ancianos nos lleva a ser cuidadosos en la asunción de planes de tratamiento, máxime
si la capacidad de adaptación y las condiciones físicas no son favorables, también es cierto que
es esa misma capacidad de adaptación la que puede hacer que el anciano con pocos recursos sea
capaz de llevar una prótesis convencional removible con éxito allá donde no habría llevado otro
tipo de rehabilitación protésica. La situación social, el soporte familiar, la existencia de limitaciones
físicas y la presencia o no de cuidadores son aspectos que condicionan el diseño en las prótesis
esqueléticas removibles utilizando diseños adecuados con ejes de inserción simples y retenedores
accesibles.
21.3.1. Objetivos
1.- Recuperar la función masticatoria y fonética, y equilibrar el compromiso estético y psicológico.
2.- Recuperar los parámetros biológicos alterados mediante unas bases protésicas adaptadas a los
maxilares desdentados que lleven unos dientes artificiales que permitan buenos contactos oclusales
y “disimulen” la minusvalía estética.
257
21.3.3.Protocolo de confección de una Prótesis completa con cubetas individuales
21.3.3.1. Impresiones preliminares. Predeterminación de los PB que sitúan los dientes en el espacio
(Figura 21.1)
A. Impresiones preliminares
Las impresiones deberán reproducir, casi a la perfección, la mucosa de soporte y los tejidos blandos
periféricos. En la arcada inferior deben reproducirse los dos trígonos retromolares, la zona de inserción
del músculo geniogloso, la zona de los músculos milohioideos, todo el fondo vestíbulo y la cresta alveolar
residual. En la arcada superior las zonas a reproducir son las dos tuberosidades retromolares, la zona
posterior palatina donde termina el paladar blando y empieza el paladar duro, todo el fondo de vestíbulo, la
cresta alveolar residual y el paladar duro.
Figura 21.1. Cubetas individuales para registro de los parámetros biológicos en una prótesis completa mucosoportada.
258
PRINCIPIOS DE LA RESTAURACIÓN CON PRÓTESIS EN LOS ANCIANOS
C. Predeterminación del soporte labial (espacio neutro protésico en el sector anterior - e.n.p.) y de
la línea incisal
La misma mordida de silicona puede usarse en este fase para predeterminar el soporte labial según la
estética extraoral del tercio facial inferior. Añadiendo o eliminando silicona se puede llegar a definir con
mucha precisión la posición labial superior e inferior de un paciente desdentado total.
Con el soporte labial definido se pueden visualizar la Línea Incisal (L.I.), en relación al labio superior en
reposo, y los corredores laterales o pasillos de Tomes (en relación al movimiento de sonrisa).
259
C. Confección de las cubetas individuales (base y rodete)
Con resina acrílica, auto o fotopolimerizable, rellenamos el espacio libre entre el modelo superior y la
mitad inferior de la mordida de silicona. Solo es necesaria una fina capa de separador de acrílico para que
la resina no se adhiera al yeso. La resina debe cubrir todo el diseño marcado en el modelo, y el rodete debe
llegar a contactar con el P.O. de referencia de la silicona, en sentido vertical, y simulando el soporte labial
que ofrecía la mordida clínicamente, en sentido horizontal.
Con la resina endurecida debemos desbastar los excesos obteniendo una base que adapte a la perfección
al modelo de escayola y un rodete superior que sea la copia del soporte labial que la silicona ofrecía
clínicamente y, a su vez, tenga un P.O. que coincida con la L.I. en el sector anterior y con el nivel medio
de ambos trígonos en el sector posterior. También con resina se confecciona la base y el rodete inferior,
adaptándola al modelo de yeso y al rodete superior. A su vez, esta cubeta se debe desbastar para conseguir
una base adaptada a la perfección a ambos trígonos, a los fondos de saco vestibular y lingual y a la cresta
alveolar remanente. El rodete de oclusión inferior será la copia del superior en sentido vertical y horizontal.
21.3.3.3. Prueba clínica de las cubetas individuales. Determinación definitiva de los parámetros
biológicos
Durante la segunda sesión clínica deben determinarse, de forma precisa, todos los parámetros biológicos
necesarios para que el técnico de laboratorio pueda procesar la prótesis completa mucosoportada con
seguridad. Estos datos clínicos son los 24 parámetros biológicos. Todos ellos pueden determinarse con la
ayuda de la cubetas individuales.
A. Prueba clínica de las cubetas individuales
Técnicamente, el procedimiento debería seguir la siguiente secuencia, recordando que las cubetas deben
simular al máximo las prótesis definitivas:
1. Determinación de la D.V.O. según: la relación de la D.V.R. con la deglución, el equilibrio de los tercios
faciales y la estética facial y la articulación de los fonemas labio-labiales (D.V.R.) y dento-dentales (D.V.O.)
2. Ambas cubetas deben poseer unas bases que se adapten a la mucosa de soporte. Estas bases
no deben provocar dolor y su adaptación a las crestas alveolares debe llegar a ser perfecta después
de las modificaciones pertinentes en sus extremos.
3. Lo siguiente será conseguir que los rodetes, en su zona anterior, den un buen soporte labial
(E.N.P.) según la estética extraoral.
4. Con un soporte labial correcto puede localizarse la L.I. superior, teniendo en cuenta la relación
que debe tener con el labio superior en reposo (1-3 mm por debajo) o con el labio inferior en sonrisa.
5. El P.O. es el parámetro biológico siguiente a definir y debe ser paralelo al plano de Camper y a la
línea bibupilar.
6. El rodete superior e inferior en sus sectores posteriores debe situarse en sentido vestíbulo-lingual
en equilibrio con la funcionalidad de la lengua y de las mejillas (E.N.P. en el sector posterior). Para
ello se modificará la pared lingual del rodete inferior hasta que la funcionalidad lingual no se vea
entorpecida. El diseño de la cara vestibular del rodete superior, en las zonas posteriores, provocará
la aparición de unos corredores laterales o pasillos de Tomes estéticos y funcionales.
7. En el rodete superior deberá dibujarse la altura del incisivo central superior (labio superior en sonrisa) y
la anchura de todo el grupo anterior (anchura de las alas de la nariz y relación con los caninos superiores).
C. Impresiones definitivas
El material de primera elección será la pasta zinquenólica. Durante la impresión se recomienda que el
paciente esté en R.C. y ejerza una fuerza oclusal uniforme.
260
PRINCIPIOS DE LA RESTAURACIÓN CON PRÓTESIS EN LOS ANCIANOS
261
debe haber realizado los tratamientos conservadores o quirúrgicos precisos, así como los tratamientos de
prótesis fija necesarios. Por último, la historia clínica se completará con la obtención de modelos de estudio
mediante impresiones con hidrocoloides irreversibles y el registro de relaciones intermaxilares. Para ello,
cuando hay estabilidad oclusal o arcadas dentosoportadas como las clases III y IV de Kennedy, se toma
una cera en máxima intercuspidación y cuando no la hay o en las clases I, II y V de Kennedy lo que se toma
es un registro intermaxilar de silicona que permita la fabricación previa de un rodete de resina sobre el cual
registrar también las relaciones intermaxilares con cera. De esta manera podremos obtener, mediante el
uso del arco facial, el montaje del caso en articulador semiajustable.
Es importante desde la primera cita definir con el paciente o con su cuidador dos aspectos básicos:
- La necesidad de higiene y mantenimiento de prótesis y dientes remanentes
- Las ventajas e inconvenientes de la prótesis parcial removible contrastándolas con las expectativas
de pacientes y cuidadores
Con toda esta información, en el laboratorio, procedemos al vaciado, zocalado y montaje en articulador
de los modelos. Posteriormente efectuamos el análisis y diseño de los elementos de la prótesis mediante
el uso del paralelizador (Figura 21.2).
El diseño es una pieza clave del proceso de elaboración. Forma parte de las competencias y obligaciones
del dentista y tiene en cuenta variables que tan solo él conoce y cuya valoración no puede delegar en el
técnico de laboratorio. Es especialmente notorio a la hora de diseñar:
1. La frecuente afectación periodontal del anciano que requiere modificaciones en los planos guías que pueden
ser muchos y largos en el caso de prótesis dentosoportadas o pocos y cortos en dentomucosoportadas.
2. La necesidad de definir ejes de inserción que permitan al anciano la fácil remoción e inserción de
la prótesis en boca.
3. La importancia de tener en cuenta que la pérdida de posibles dientes, especialmente dientes
pilares, no suponga una alteración biomecánica importante en el diseño, un sobrecosto excesivo o
una reparación que se dilate en el tiempo.
4. El que los elementos como conectores mayores o menores, retenedores indirectos… sean de
diseño simple, permitan la higiene y respeten al máximo la salud periodontal facilitando la autoclisis.
Del proceso de diseño debemos obtener por fin unos modelos de estudio sobre los cuales está el esquema
de la prótesis dibujado y una hoja con las modificaciones a realizar en boca. Además, en estos modelos,
deben marcarse los puntos que servirán, utilizando las técnicas de tripodización, para posicionar el modelo
en la misma situación espacial cada vez que trabajemos con él.
262
21.4.2. Segunda Visita
PRINCIPIOS DE LA RESTAURACIÓN CON PRÓTESIS EN LOS ANCIANOS
21
En ella procedemos a efectuar las modificaciones dentales que resultan del proceso de análisis y diseño.
Se tallan planos guías y apoyos y tomamos las impresiones definitivas con hidrocoloides irreversibles,
cuando la prótesis es dentosoportada, y con pasta zinquenólica para registrar los tejidos mucosos, cuando
la prótesis es mucodentosoportada. En estos casos utilizamos el rodete de resina, previamente elaborado,
como cubeta para las zonas mucosas y también como soporte de las ceras de mordida para la relación
intermaxilar. Este rodete ha sido funcionalizado con godiva verde de baja fusión para delimitar en sus
extremos las zonas móviles de frenillos y las zonas de inserción. Posteriormente raptamos con una cubeta
individual el rodete, lo cual nos permite que el modelo vaciado relacione en una misma impresión los
tejidos blandos, que hemos tomado con el rodete y la zinquenólica bajo una técnica funcional de presión
selectiva,con los dientes registrados mediante alginato (Figura 21.3).
Es este modelo definitivo, vaciado y tripodizado, el que enviamos al laboratorio montado en el articulador
mediante la técnica de modelo partido y utilizando las ceras de relación intermaxilar que hemos tomado
en máxima intercuspidación o en céntrica, en función de que exista o no relaciones oclusales estables.
Obviamente adjuntamos la hoja de prescripción de prótesis con las indicaciones técnicas y tipo de materiales.
263
En la elaboración de las prótesis removibles se utilizan resinas termopolimerizables, aleaciones
básicamente de cromocobalto pese a la incorporación del titanio y dientes acrílicos. Existen también
materiales polímeros flexibles Valplast®, Flexite®, Partial Flex®, que aportan nuevas perspectivas a la
construcción de las bases protésicas.
264
PRINCIPIOS DE LA RESTAURACIÓN CON PRÓTESIS EN LOS ANCIANOS
pasta dental fluorada, deberían usar mouse dental que contenga CPP-ACP (Fosfato de calcio fosfopéptido
21
amorfo), Recaldent® (MI Paste, GC) dos veces al día, aumentando así la remineralización de las superficies
dentales, ya que hay mayor proporción de iones fosfato y calcio en la superficie del esmalte aunque no debe
usarse en alérgicos a la proteína de la leche.
Los dientes pilares necesitan de una mayor atención; es por este motivo que a los portadores de prótesis
removibles parciales los tendremos que citar para revisiones frecuentes, cada 4 a 6 meses, para así poder
ofrecerles cuidados preventivos. En las visitas de mantenimiento se deberá aplicar barniz de clorhexidina-
timol (Cervitec®) en los dientes pilares o bien combinación de barniz de flúor (Fluor-Protector®) y clorhexidina-
timol ya que ambos métodos han demostrado reducir el riesgo de caries de raíz.
La prótesis removible se deberá enjuagar después de cada comida, y al menos dos veces al día se
llevará a cabo una limpieza más profunda de la prótesis con un cepillo de prótesis o un cepillo de uñas
y jabón de manos (el paciente debe retirarse la prótesis de la boca para limpiarla). Si el paciente padece
alguna discapacidad la higiene de la prótesis la llevará a cabo el cuidador y también se puede usar un baño
ultrasónico. Se recomienda que el paciente llene la pica de agua para limpiar la prótesis ya que si la prótesis
se resbala de las manos evitará su fractura (Figura 21.4).
La prótesis se puede sumergir en un vaso con unas gotas de hipoclorito de sodio durante 20 minutos si
son de acrílico; en caso que la prótesis sea de metal no se deberán exceder los 10 minutos ya que se podría
corroer. También se pueden usar pastillas efervescentes para limpiar la prótesis pero no se excederán los
20 minutos. Éstas no se pueden usar si el paciente lleva un rebase blando.
Por las noches las prótesis se deben retirar de la boca y depositarlas en un recipiente.
Figura 21.4. Prótesis parcial removible de un paciente geriátrico discapacitado residente en una residencia de
ancianos. Los cuidadores no sabían que llevaba una prótesis.
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266
Capítulo 22
22.1. INTRODUCCIÓN
El aumento en la esperanza y la calidad de vida en edades avanzadas hace que nuestra actividad
terapéutica en pacientes mayores sea cada vez más parecida a la de pacientes de edades más tempranas.
Ahora bien, cuando el deterioro neuromuscular causado por el envejecimiento fisiológico se suma al
deterioro causado por múltiples patologías existentes en estos pacientes, nos enfrentamos a pacientes
frágiles que han visto su capacidad de adaptación disminuida.
Frecuentemente los pacientes mayores son edéntulos parciales o totales desde hace años, y los niveles
de reabsorción ósea son importantes, de manera que la instauración de prótesis removibles y completas,
además de suponer un reto para su confección supone también una dificultad importante para la adaptación
del paciente, y es aquí donde los implantes se pueden presentar como una herramienta útil tanto para
soportar y retener prótesis fijas como para retener prótesis removibles mucosoportadas.
Dicho tratamiento puede ser poco accesible para una parte de ellos debido a factores económicos ya que
los pacientes ancianos son un sector social con recursos económicos frecuentemente limitados, pero algunas
veces se pueden encontrar alternativas terapéuticas con implantes no demasiado elevadas económicamente.
También es conocido que el nivel de estudios y el nivel de ingresos son factores relacionados directamente
con el estado protésico en pacientes mayores, ya que determinan actitudes sobre el cuidado y la salud oral,
y también determinan el tipo de relaciones sociales en su entorno. De esta forma se evidencia la desigualdad
en el estado protésico dependiendo de la capacidad de financiación del tratamiento por parte del paciente.
Afortunadamente en la segunda mitad del siglo XX se produjo a nivel mundial un importante aumento del
nivel socioeconómico, educativo y de cuidados orales, de manera que cada vez más pacientes mayores se
encuentran en condiciones de afrontar éstos tratamientos. Además, con dicho aumento, también ha mejorado
la situación oral de los ancianos, ha aumentado el número de desdentados parciales y ha disminuido el número
de desdentados totales, de manera que la capacidad funcional de los pacientes mayores es mejor y a los
profesionales odontológicos nos obliga a un cambio en la actitud terapéutica.
267
Un factor más importante en la satisfacción subjetiva de los pacientes mayores es la estética. Aquellos
pacientes que aun conservando 20 o más dientes bien distribuidos carezcan de algún diente en el sector anterior
generalmente tendrán una percepción peor de su estatus oral y mayor de su necesidad de tratamiento.
De esta manera, nuestra actuación terapéutica con implantes en pacientes ancianos será importante
sobretodo en la restauración de sectores parciales con el ánimo de conseguir un mínimo de 20 dientes
funcionales y también de la restauración de dientes unitarios y sectores parciales en el frente estético (Figura
22.1), y hay que tener en cuenta que la satisfacción del paciente con el tratamiento depende en gran medida
de sus expectativas, de manera que se debe ser especialmente cuidadoso con el pronóstico explicado al
paciente tras el diagnóstico en la fase de planificación, para evitar falsas expectativas. Especialmente en
la restauración de sectores parciales vale la pena mencionar los criterios de preservación de las distancias
mínimas entre dientes e implantes e inter-implantes, así como el no realizar pónticos de más de una
unidad ya que en numerosas ocasiones observaremos dificultades espaciales por disponibilidad ósea y
migraciones de dientes contiguos y antagonistas.
Figura 22.1. Implante unitario colocado en un paciente de 74 años de edad con más de 20 pares oclusales por
requerimiento estético.
268
REHABILITACIÓN PROTÉSICA SOBRE IMPLANTES EN EL PACIENTE ANCIANO
22
Figura 22.2. A) Paciente de 75 años edéntulo total en la arcada superior y rehabilitado con 8 implantes. B). Imagen intraoral
de los 8 implantes superiores. C) Imagen intraoral de la restauración metal-cerámica sobre los 8 implantes superiores.
Figura 22.3 A) Colocación de 6 implantes inferiores para la rehabilitación de una arcada inferior en un paciente de 79
años de edad. B) Implantes colocados en boca tras el período de osteointegración. C) Impresión definitiva para una
restauración fija metal-cerámica. D) Imagen intraoral de la restauración definitiva. E) Obsérvese la falta de soporte del
labio inferior en el paciente edéntulo inferior. F) Imagen del soporte labial inferior con la restauración definitiva.
Figura 22.4. Paciente de 72 años de edad con atrofia maxilar importante. Implantes superiores en disposición de “all on
four” para una rehabilitación fija superior.
269
Figura 22.5. A) Paciente de 67 años de edad con atrofia mandibular importante y rehabilitación mediante 4 implantes
en disposición de “all on four”. B y C) Restauración fija metal-resina inferior de 36 a 46 sobre “all on four”.
Dada la dificultad de dichas técnicas resultan de utilidad los sistemas de apoyo informático tanto en la fase
diagnóstica como en la fase quirúrgica (sistemas de cirugía guiada que permiten la planificación del paciente
de manera virtual mediante la obtención de un TC con férulas radiológicas y su posterior procesado como
férulas quirúrgicas) y que además minimizan el traumatismo de estos tratamientos en pacientes de edad
avanzada. Así mismo la fase prostodóncica puede ser planificada y fabricada con la asistencia informática
mediante los sistemas de CAD-CAM. Actualmente, se puede escanear el modelo trabajo y el encerado de
dientes que conformaría la prótesis ideal del paciente y en la fase de diseño CAD (computer aided design)
modelar de manera virtual las estructuras que conformarán la prótesis. La ventaja del sistema es que se
puede realizar un estudio protésico virtual donde se adviertan las posibles complicaciones que conlleve
la prótesis y tomar decisiones de manera virtual antes de la fabricación de la misma. De igual manera se
realiza un análisis de cada material que conforme la prótesis (en función de sus espesores) para saber si
con las dimensiones previstas las estructuras serán suficientemente resistentes (Figura 22.6a-e y Tabla
22.1) mediante un test de elementos finitos, determinando así las formas y volúmenes seguros antes de la
fabricación. Una vez solventados los posibles conflictos se transmiten los datos a un centro de fresado que
fabricará la estructura protésica en la fase CAM (computer aided manufacturing) ofreciendo una precisión
en los ajustes superior a los sistemas convencionales. Dicha tecnología resulta especialmente útil en los
casos de pacientes ancianos con grandes atrofias donde se han aplicado técnicas quirúrgicas complejas ya
que son frecuentes los disparalelismos importantes y se puede conseguir una mayor pasividad.
Figura 22 .6. A) Estudio protésico virtual. Vista del volumen que ocupará la estructura metálica que soportará una
arcada metal-cerómero sobre 6 implantes en un paciente de 70 años de edad. B) Estudio protésico virtual. Vista de
la sección de uno de los dientes de la misma estructura para analizar los espesores de material. C) Estudio protésico
virtual. Vista de las emergencias rectilíneas de atornillado de la prótesis que entran en conflicto con los bordes incisales
de los dientes anteriores. D) Estudio protésico virtual. Vista de las emergencias anguladas de atornillado de la prótesis
que solventan el conflicto con los dientes anteriores. E) Prótesis finalizada y colocada en la boca del paciente.
270
REHABILITACIÓN PROTÉSICA SOBRE IMPLANTES EN EL PACIENTE ANCIANO
22
DISTANCIAS MEDIAS
A vestíbulo: 1,7mm
A encía en póntico: 0,5mm
A encía entre piezas: 2,0mm
A borde incisal (sector anterior): 1,7mm
A oclusión (molares): 1,9mm
En cuanto a los materiales utilizados en la restauración prostodóncica de arcadas completas fijas sobre
implantes, se dispone de varias alternativas, siendo las más conocidas las estructuras de metal-cerámica y las
de metal-resina. Las arcadas fijas confeccionadas en metal-cerámica pueden ofrecer mejores prestaciones
estéticas, sin embargo tienen una limitación importante en volumen. En aquellos pacientes que se haya sufrido
un importante proceso de reabsorción, además de la falta de dientes existe también una importante carencia
de tejidos duros y blandos, de manera que a la hora de restaurar esa carencia, podremos conseguir mejores
resultados con las arcadas de metal-resina, ya que permiten un diseño con mayor volumen de material. En
este sentido las características de los dientes antagonistas es fundamental. Cuando la arcada antagonista
sean dientes naturales, habitualmente las estructuras de metal-cerámica se comportan bien, mientras que
con una estructura de metal-resina es frecuente la desinserción de algún diente del acrílico y en ocasiones
de algún fragmento de resina. En cambio, cuando el antagonista es otra arcada de resina, se comportan
mejor las arcadas metal-resina, ya que las de metal-cerámica someten a un desgaste acelerado a la resina
antagonista. El problema surge cuando en la arcada antagonista existe una prótesis fija metal-cerámica sobre
dientes o sobre implantes, ya que la confección de otra arcada metal-cerámica va a conformar una oclusión
extremadamente rígida y con riesgo de fracturas. Por ello en los últimos años han cobrado vital importancia
los materiales cerómeros o compómeros, que tienen unas propiedades estéticas similares a las cerámicas y
una dureza inferior, con lo que es un material de elección para muchos profesionales cuando deben restaurar
ambas arcadas o cuando tienen una arcada antagonista de cerámica.
271
Figura 22.7. A) Paciente mayor rehabilitado con 8 implantes con un disparalelismo importante. B) Confección de una
mesoestructura (o estructura primaria) atornillada y supraestructura (o estructura secundaria) mediante microfresado.
Figura 22.8. A) Confección de una mesoestructua atornillada en un paciente mayor por presentar distribución
asimétrica de los 6 implantes superiores y necesidad soporte de tejidos blandos. B) Supraestructura galvanoformada
incluida en el interior de la prótesis (prueba de dientes). C) Falta de soporte labial por atrofia maxilar considerable. D)
Rehabilitación removible implantorretenida e implantosoportada con volumen suficiente para el soporte labial.
272
REHABILITACIÓN PROTÉSICA SOBRE IMPLANTES EN EL PACIENTE ANCIANO
22
Figura 22.9. Barra primaria microfresada sobre 4 implantes superiores que aloja 3 ataches tipo Locator® y estructura
secundaria microfresada que aloja los 3 retenedores de cada atache.
Figura 22.10. A, B, C) Confección de prótesis removible superior implantorretenida con 6 ataches tipo Locator®
atornillados directamente a los implantes y poco soporte mucoso con finalidades higiénicas.
273
22.3.2. Prótesis removibles implantorretenidas y mucosoportadas (Sobredentaduras)
Las sobredentaduras sobre implantes representan una solución excelente cuando se planifica o se
dispone de un menor número de implantes o cuando la atrofia de tejidos duros y blandos perdidos en
pacientes ancianos obliga a una restauración de volumen importante, ya que generalmente son de resina
en su totalidad aunque en ocasiones dispongan de mallas o refuerzos metálicos en su interior. Además
supone un tratamiento de menor coste económico y por tanto más accesible para pacientes ancianos,
siendo el tratamiento de primera elección para pacientes edéntulos con problemas de retención de su
prótesis convencional. El hecho de retirar la prótesis facilita enormemente la higiene y mantenimiento de
los implantes, que en ocasiones es difícil cuando el paciente presenta problemas de dependencia o de
movilidad. Normalmente se utilizan sistemas de anclaje en que se fija la parte macho directamente a los
implantes y la parte hembra se encuentra incluida en el interior de la prótesis, como son las barras, bolas,
rótulas, muñones, pins, Locators®, imanes, etc.
Para poder evaluar las diferencias entre un método de retención y otro es importante conocer el
funcionamiento de cada uno de los ataches y su comportamiento en función del número de implantes sobre
los que se construya la prótesis. Para la confección de sobredentaduras superiores es recomendable la
colocación de 4 implantes (Figuras 22.11a-c) debido a la mayor incidencia de fracasos en el maxilar y a
la distribución de las fuerzas oclusales, aunque a largo plazo, las confeccionadas con 2 implantes no han
mostrado diferencias en cuanto a la duración y satisfacción del paciente. En la mandíbula el tratamiento
con una sobredentadura sobre 2 implantes es el más extendido y estudiado por la inestabilidad de las
prótesis completas inferiores de los pacientes ancianos, y cuando se ferulizan con una barra (Figuras
22.12a-c) es el que menores complicaciones ha demostrado. De hecho, cuando una barra cilíndrica u
oval feruliza 2 implantes, forma un eje sobre el cual los retenedores pueden rotar, movimiento favorable
cuando hablamos de una prótesis mucosoportada ya que presuntamente se producirá una reabsorción de
los sectores posteriores con el paso del tiempo. Este movimiento queda anulado cuando se colocan más
implantes y la barra se compone de más sectores, ya que se elimina el movimiento de rotación y la prótesis
se empieza a comportar como si fuese fija, transmitiendo mayor carga a los implantes y sufriendo mayor
pérdida de hueso. Por ese motivo se comportan mejor las sobredentaduras inferiores sobre 2 implantes
que sobre 4. De igual manera, los anclajes con anatomía esférica (de bolas y rótulas) cuando soportan una
prótesis sobre dos implantes permiten un movimiento de rotación, y cuando se tienen más implantes sufren
las mismas consecuencias.
Figura 22.11. A) Colocación de 4 implantes superiores para la confección de una sobredentadura con ataches de tipo
Locator®. B) Imagen intraoral de los 4 implantes colocados. C) Imagen intraoral de la colocación de las hembras del
atache (técnica de ferulización con resina directa en boca).
Figura 22 .12. A) Paciente de 78 años de edad edéntulo inferior rehabilitado con 2 implantes inferiores ferulizados con
una barra cilíndrica. B) Sobredentadura inferior con dos ataches o caballitos de fijación a la barra. C) Imagen intraoral
de la sobredentadura inferior en oclusión con una prótesis parcial de resina superior que cubre toda la arcada superior
excepto el diente 17.
274
REHABILITACIÓN PROTÉSICA SOBRE IMPLANTES EN EL PACIENTE ANCIANO
22
Comparativamente todos los sistemas ofrecen una serie de ventajas e inconvenientes, y las complicaciones
y actuaciones para su mantenimiento son comparables. Como se ha citado, las barras son el método de
elección sobre 2 implantes en sobredentaduras mandibulares, pero gran parte de los pacientes rehabilitados
con barras sufren hipertofia de la mucosa que aumenta la profundidad de sondaje periimplantaria y dificulta
mucho la higiene (Figura 22.13a-c), cuando los ataches que funcionan individualmente (bolas, rótulas,
Locators®, pins, imanes, etc) son más accesibles a la higiene y para pacientes ancianos que en ocasiones
tienen limitada movilidad es una gran ventaja. Los ataches de bola ofrecen una buena retención y disponemos
de bolas rígidas y resilentes, pero normalmente necesitan una altura protésica considerable y comúnmente
requieren mayor cantidad de recambios y reparaciones. Por otro lado, los anclajes Locator® nos ofrecen una
retención regulable (con 4 tipos de dureza de las hembras) con la menor altura protésica (2 mm de ganancia
respecto a los anclajes de bola), son resilentes y permiten un margen de 8º de movimiento de la prótesis en
cualquier dirección. Además, cuando existen implantes divergentes pueden llegar a compensar hasta 40º
de discrepancia entre 2 implantes.
Figura 22.13. A) Barra superior ferulizando 4 implantes superiores con hipertrofia de la mucosa e inflamación
periimplantaria en una paciente anciana que ha sufrido hemimaxilectomía derecha. B) Obsérvese la mejora de la
mucosa al cambiar el método de retención por anclajes individualizados y mejorar sus posibilidades higiénicas. C)
Rehabilitación superior mediante sobredentadura que cubre el defecto.
275
Figura 22.14. A) Colocación de pilares de lectura sobre los implantes de una paciente mayor edéntula total para la
rehabilitación removible inferior. Véase la ranura de posicionamiento de los pilares de lectura. B) Toma de impresión de
alginato. C) Tras la prueba de rodetes y de dientes, se rebasa la plancha base con los dientes con silicona fluida para
registrar con mayor precisión la ranura de posicionamiento. D) Test de verificación. Ferulización en boca con Pattern
Resin® de los pilares de impresión para verificar la posición relativa de los implantes entre sí. E) Test de verificación
fuera de boca. No es necesario su arrastre con silicona. F) Fabricación de la estructura primaria fresada que alojará 3
anclajes. G) Colocación de la prótesis removible sobre la estructura primaria.
22.5. MANTENIMIENTO
Los resultados de una prótesis sobre implantes muestra resultados favorables en pacientes ancianos
independientes, pero no olvidemos que muchos pacientes ancianos son dependientes y no siempre pueden
responsabilizarse de los cuidados diarios que requiere éste tipo de prótesis. De hecho la dependencia de
terceros es causa de problemas higiénicos, inflamatorios, masticatorios y adaptativos. Estos pacientes
dependientes presentan mayor dificultad de cepillado de las estructuras que soportan los implantes y mayor
inflamación de los tejidos periimplantarios, y los que además presentan discinesias, mayor incidencia
de mordeduras en lengua, labios y mejillas. Debemos asegurarnos que el paciente va a ser capaz de
higienizar correctamente las estructuras de la prótesis que le coloquemos y en caso de ser necesario
instruir correctamente a sus cuidadores y familiares en las tareas de higiene oral diarias. La confección de
prótesis accesorias como los faldones o mascarillas gingivales de resina puede ser útil para instalar prótesis
fijas con amplios espacios higiénicos para los pacientes con estas dificultades (Figura 22.15a-b).
276
REHABILITACIÓN PROTÉSICA SOBRE IMPLANTES EN EL PACIENTE ANCIANO
De cualquier manera, estas condiciones se evalúan durante la planificación del tratamiento, y ante las
22
dudas sobre las capacidades del paciente para el mantenimiento de una prótesis sobre implantes debemos
formularnos las siguientes preguntas:
¿Va a contribuir el tratamiento a mejorar su calidad de vida?
¿Podemos considerar el tratamiento con implantes el más apropiado para el caso?
¿Se va a integrar el tratamiento en su rutina de cuidados orales?
¿Va a ser capaz el paciente de cooperar en la fase quirúrgica, prostodóncica y de mantenimiento?
¿Va a ser accesible para el paciente acudir a las visitas de mantenimiento y va a ser fácil su acceso
a profesionales dentales en caso de urgencia?
Si no se dan estos condicionantes, no se va a poder mantener la higiene oral en los niveles que los
pacientes mayores requieren, por lo tanto los implantes y las prótesis que porten se encontrarán en situación
de riesgo. En estos casos tendrán mejor pronóstico las prótesis removibles siempre que el paciente o el
personal responsable de sus cuidados se capaciten para su higiene.
Figura 22.15. A) Prótesis fija con amplio espacio para la higiene con cepillos interproximales. B): Colocación de
mascarilla gingival que ofrece estética, sellado y soporte al labio inferior.
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278
Capítulo 23
23.1. INTRODUCCIÓN
La atención odontológica a las personas mayores no difiere, en multitud de ocasiones, de los tratamientos
clásicamente aplicados a la población adulta en general. Sin embargo, en otras muchas situaciones, y con el
paso del tiempo cada vez más, nos encontramos con situaciones que implican consideraciones y actuaciones
diferentes para lograr los mismos resultados. Esto ocurre casi siempre con el paciente dental ”funcionalmente
dependiente y frágil”. Se considera un sujeto “dependiente” cuando necesitan de la ayuda de otros para realizar
ciertas actividades relacionadas tanto con el cuidado personal (comer, vestirse, bañarse, etc.) como con el
mantenimiento del entorno (cocinar, limpiar la casa, comprar, etc.) y un sujeto “frágil” a aquel sujeto mayor con
un riesgo elevado de perder su independencia. La mayor prevalencia de enfermedades crónicas, así como
el deterioro físico y psíquico que acompaña en algunas ocasiones al proceso de envejecimiento, constituyen
los dos factores fundamentales que explican la aparición de problemas de dependencia entre la población
anciana. Según las diferentes encuestas de salud realizadas en España y los estudios sobre dependencia,
alrededor del 17% de los mayores de 65 años en España tienen problemas de falta de autonomía para realizar
tareas de cuidado personal o instrumentales. Desde un punto de vista asistencial, podemos considerar el
paciente frágil o dependiente a aquel con dificultad para acceder a los cuidados odontológicos en general, por
su situación de institucionalización, por impedimentos físicos/patológicos o por la falta de ayuda y colaboración
de familiares o cuidadores en general. En todos estos casos, sea cual sea el origen de la dependencia o
“fragilidad”, la atención odontológica será diferente al resto de la población adulta.
Para tratar de identificar qué colectivos serían los más necesitados a la hora de prestar asistencia odontológica
especializada, debemos tener en cuenta los modelos de atención a las personas en estado de dependencia
en España. El 85% de la población dependiente sigue viviendo en la comunidad, y de ellos el 65% recibe
únicamente ayuda informal, es decir, por parte de los familiares básicamente, y el 19% reciben ayuda a domicilio
pública o privada. El resto de población dependiente, un 15%, reciben toda la ayuda en las residencias donde
están viviendo. Por tanto, el éxito en la atención odontológica a los mayores dependientes debe pasar, sin
más remedio, por conseguir colaboración y comprensión principalmente de los familiares y también de los
profesionales que aportan la ayuda a domicilio o cuidadores de centros geriátricos.
En este capítulo, trataremos de mostrar los diferentes programas de atención odontológica orientados a
este grupo de población dependiente, tanto en centros geriátricos, domicilios o Unidades de Larga Estancia,
donde se aplicarán básicamente cuidados paliativos.
279
Un fenómeno que se ha presentado paralelo al envejecimiento de la población es la disminución del
edentulismo, y el aumento del número de dientes conservados por persona, lo cual aumenta la necesidad
de asistencia odontológica. Sin embargo muchos de los adultos mayores institucionalizados no están en
condiciones de recibir tratamientos odontológicos, o no tienen acceso a los mismos por diferentes causas;
por tanto, la prevención desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de una adecuada salud
buco-dental en esta población.
Los adultos mayores y particularmente el segmento más envejecido de éstos (80 y más años de edad),
presentan mayor riesgo de desarrollar enfermedades y dependencia debido a deterioro físico y cognitivo.
Se ha demostrado que las personas que habitan en instituciones geriátricas y particularmente aquellas
con deterioro cognitivo presentan una peor salud bucal, reflejada en mayor cantidad de úlceras linguales,
hiperplasias, estomatitis sub-prótesis, xerostomía, así como peor higiene buco-dental y estado periodontal
y mayor prevalencia de caries activa, tanto coronal como radicular. Con el avance del deterioro físico y/o
mental, el estado de la salud buco-dental se hace cada vez más dependiente de la asistencia prestada por
cuidadores. Sin embargo se ha reportado ampliamente que el cuidado bucal es comúnmente desatendido
en las instituciones geriátricas, por causas atribuidas a los propios residentes: resistencia a recibir
asistencia para el cuidado bucal, priorización de otras necesidades debido a limitaciones económicas; a los
cuidadores: falta de tiempo, de conocimiento y/o desagrado para ejecutar esta labor, mal entendimiento o
falta de apreciación sobre la relación de la salud buco-dental con la salud general, el bienestar y la calidad
de vida; a las instituciones geriátricas: no priorizan los servicios odontológicos, deficiente soporte a los
cuidadores para realizar esta labor, carencia de protocolos o guías sobre cuidados de la salud bucal; y a las
instituciones reguladoras: falta de legislación y/o control sobre los cuidados de salud bucal proveídos por
las instituciones geriátricas, falta de control sobre las instituciones que forman el recurso humano, para que
incluyan en sus curricula la formación en el cuidado de la salud buco-dental.
De tal forma que los programas y actividades de salud bucal desarrolladas en las instituciones geriátricas
se encuentran influenciados por la visión que de ésta tengan tanto la administración (directores, jefes
de personal) como el personal de cuidadores (médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería) y por la
preparación y disposición que tengan los cuidadores para ejecutar esta labor.
Regularmente, las instituciones geriátricas realizan una valoración de la salud del residente a su
ingreso a la institución. Sin embargo, por lo general la salud bucal no es tenida en cuenta en esta
valoración. Con el fin de facilitar esta tarea, deberían incluirse en la valoración inicial del residente,
cuatro preguntas que darán una idea aproximada sobre la necesidad o no de una remisión inmediata
a la consulta odontológica:
1. ¿Piensa que necesita algún tipo de tratamiento odontológico?
2. ¿Tiene algún problema cuando come?
3. ¿Tiene algún sitio doloroso en su boca?
4. ¿Cuánto hace que le hicieron su dentadura actual, o cuánto hace que no va al odontólogo?
Una respuesta positiva a cualquiera de las tres primeras preguntas o de dos o más años a la cuarta,
será suficiente indicación, para remitir al residente a odontología. Además, esta valoración inicial informará
sobre el estado de la salud bucal del residente y permitirá a la institución establecer un régimen de higiene
bucal, que de acuerdo con el estado funcional y la capacidad de cooperación del residente, deberá buscar
mantener la salud y función de la boca durante el mayor tiempo posible.
280
ASISTENCIA ODONTOLÓGICA EN PACIENTES GERIÁTRICOS FUNCIONALMENTE DEPENDIENTES Y FRÁGILES
281
3. Tener en cuenta las zonas de mayor acumulo de placa: la zona lingual de incisivos inferiores y
vestibular de molares superiores.
4. Limpiar siempre la lengua y el paladar: la lengua debe ser siempre limpiada con suavidad, para
esto puede emplearse un cepillo de cerdas suaves, un limpiador de lengua o gasas humedecidas
en caso de pacientes encamados no cooperadores. En estos últimos, también es importante limpiar
con una gasa el paladar, particularmente cuando usan dentaduras postizas.
5. Emplear ayudas mecánicas y químicas. En los residentes dependientes y encamados que no están
en condiciones de cooperar con la higiene buco-dental, el empleo de ayudas como aparatos porta-
hilo dental, cepillos interdentales, cepillos eléctricos, limpiadores de lengua, etc, facilita y mejora la
eficiencia de la higiene. Así mismo, el control químico de la placa dento-bacteriana resulta una ayuda
indispensable en este tipo de residentes. Para esto pueden emplearse una vez al día, barnices con
flúor y clorhexidina aplicada en forma de barniz, enjuague, gel, o spray.
El manejo de la salud bucal de personas con demencia y no cooperadoras, al igual que conseguir mejoras
significativas en la higiene bucal de residentes dentados, siguen siendo aspectos a resolver en las instituciones
geriátricas. Es necesario realizar trabajos sobre el abordaje interdisciplinario y las estrategias para el manejo
de la salud buco-dental de los residentes dementes y/o no cooperadores. Algunos expertos sugieren que las
estrategias de manejo comportamental, el control químico de la placa dento-bacteriana, los productos fluorados
y los cepillos eléctricos, son medidas a emplear es estos casos. Sin embargo no existen claras evidencias
científicas que determinen el método ideal de control de la salud oral en este grupo de población.
Así mismo, los estudios muestran que conseguir mejoras en la higiene dental con la magnitud necesaria
para reducir la incidencia de caries, resulta más difícil que conseguir mejoras en la higiene protésica.
La educación a los cuidadores es solo una parte de la solución a este complejo problema, que requiere
un abordaje interdisciplinario y que debe focalizar la atención de la profesión odontológica en el futuro
inmediato. Las barreras psicológicas de cuidadores y personas mayores, para el abordaje de la cavidad
bucal, una discusión ética sobre la autonomía del mayor, la legislación sobre cuidado integral de la salud en
las instituciones geriátricas, el trabajo con los dueños de estas instituciones y todo su personal, son algunos
de los problemas que requieren investigación.
282
ASISTENCIA ODONTOLÓGICA EN PACIENTES GERIÁTRICOS FUNCIONALMENTE DEPENDIENTES Y FRÁGILES
pueden realizar únicamente limpiezas dentales, hasta los más complejos, con los que se pueden llevar a
23
cabo casi todas las intervenciones odontológicas que se realicen en un gabinete dental habitual, incluso
sin corriente eléctrica.Dependiendo del tipo de visita, se utilizarán un tipo u otro de material. Las visitas
más frecuentes suelen ser revisiones sistemáticas a los domicilios, aportando normas de higiene oral
directamente al usuario o al cuidador, y centrando la intervención en medidas preventiva eficaces según el
grado de discapacidad del usuario.
El personal que participa en el programa son normalmente dentistas, higienistas dentales y/o auxiliares
de ayuda a domicilio o auxiliares de clínicas formados expresamente en mantenimiento de la higiene oral.
En el caso de centros geriátricos u hospitales, la colaboración del personal sanitario es imprescindible para
la buena coordinación y consecución del tratamiento dental.Todos estos programas llevan asociado un plan
de formación para los cuidadores en temas de salud e higiene bucodental.
Son varios los inconvenientes que presentan estos programas. El principal problema es el coste que supone el
desplazamiento de uno o varios profesionales al domicilio del usuario, siempre que no estén contratados entre el
personal cuidador del centro geriátrico. Las dificultades en las labores de coordinación para gestionar las visitas,
el riesgo de accidentes en localizaciones no habilitadas para actos sanitarios, los problemas ergonómicos del
profesional para atender a un paciente sentado u acostado y el alto coste en términos de tiempo que supone este
tipo de asistencia, son otras de las muchas barreras existentes en la asistencia dental domiciliaria. Sin embargo,
existen situaciones extremas en las que con toda probabilidad el desplazamiento de una persona mayor a un
centro sanitario desde su domicilio, superará los costes de atención sanitaria.
Finalmente, es importante incentivar al profesional de la Odontología para que participe en este tipo de
programas. Deben contar con una serie de habilidades como facilidad de comunicación, seguridad en si mismo,
destreza manual, capacidad de planificación, improvisación, capacidad de trabajo en grupo junto con la familia,
personal médico u otros cuidadores, y por último un mínimo de formación en el campo de la Gerodontología,
conociendo las peculiaridades del pacientes geriátrico y con conocimientos suficientes en emergencias médicas.
283
La sequedad bucal, junto con el dolor dental, es quizás el principal problema en estos pacientes. Se
estima que más del 60% de los pacientes con aporte de oxígeno, respiración oral, aspiración frecuente
de vías aéreas, polimedicados, intubados y con restricciones de comida y bebida por vía oral, presentan
sequedad de la mucosa oral. Es importante valorar la medicación del paciente y sus efectos sobre la
secreción de saliva, así como recomendar su retirada o sustitución siempre que sea posible. En estos
casos, cada 2-3 horas hay que facilitarles el enjuague o humedecer la boca del paciente con una gasa
con agua con o sin limón, manzanilla o suero salino. Chupar pequeños cubitos de hielo puede aliviar
tanto la sequedad de mucosas como el dolor por estomatitis. También es importante mantener una buena
hidratación sistémica del paciente, siempre que su patología lo permita. Las diferentes líneas de productos
existentes en el mercado para la xerostomía pueden ser útiles en estos casos, siempre que los cuidadores
las apliquen adecuadamente (por ejemplo, impregnando una gasa con el líquido o gel seleccionado y
pasándolas por toda la mucosa oral y lengua). No está recomendado el uso de la vaselina ni de colutorios
con alcohol por secar e irritar más aun la mucosa y porque en el caso de la vaselina evita el “lavado” de
patógenos que realiza la propia saliva.
También es relativamente frecuente la aparición de úlceras orales o mucositis tras quimioterapia. Si son
traumáticas el tratamiento pasa por retirar el elemento que la provoca (prótesis, borde cortante, sondas,
etc). Si las úlceras son a causa de la patología propia del paciente por el tratamiento farmacológico, se
recomienda el uso de anestésicos locales en crema o enjuagues antes de cada comida. El uso de gel de
ácido hialurónico o de preparados de corticoides locales puede ser también beneficioso. El tratamiento
y prevención de la mucositis se realizará en función de la gravedad del proceso. El uso de enjuagues
de clorhexidina, agua bicarbonatada o agua oxigenada para eliminar detritus a nivel oral, son medidas
paliativas recomendadas para la prevención de las mucositis. Los casos de sobreinfección por cándida o
herpes, deberán ser tratados con antifúngicos y antivirales tópicos y/o sistémicos.
La higiene oral debe realizarse al menos una o dos veces al día. Una buena higiene bucodental puede
disminuir la aparición de neumonías por aspiración y de infecciones respiratorias en pacientes con ventilación
asistida. Si el paciente está inconsciente, para la higiene oral de debe colocar al paciente en decúbito lateral
o con la cabeza girada a un lado. Si el paciente está consciente pero necesita ayuda, lo colocaremos en
la cama sentado o semiincorporado (posición de Fowler) y si no puede incorporarse, lo colocaremos en
decúbito lateral a un lado de la cama. Si el paciente está intubado hay que asegurar bien el tubo antes de
comenzar las maniobras de limpieza bucodental.
Para la higiene oral se puede utilizar un cepillo de dientes normal. Si no es posible, se puede usar un cepillo
eléctrico, un cepillo infantil de cabezal más pequeño y cerdas blandas, un aplicador, depresor o pinzas largas con
una torunda de gasa en el extremo o, en caso extremo, el dedo enguantado envuelto en una gasa. La limpieza
debe incluir todos las partes de la boca: dientes, paladar, lengua, mejillas y fondos de vestíbulo. Los dientes se
cepillan de gingival a incisal y las superficies mucosas de atrás hacia delante. No conviene posicionar el cepillo
o utensilio que usemos en zonas posteriores de la boca para evitar estimular el vómito.
La higiene oral debe acompañarse de aspiración de líquidos si el paciente tiene dificultades para tragar
(disfagia) o existe riesgo de aspiración. Si el paciente está inconsciente o el riesgo de aspiración es alto
debe evitarse el cepillado con pasta y realizar la higiene oral con una gasa empapada en colutorio o gel
antiséptico (por ejemplo, clorhexidina al 0,12%) sin alcohol y bien escurrida.
Si el paciente tiene dientes, valorar la aplicación de barnices de flúor y/o de clorhexidina. Es importante
mantener los labios y comisuras secos y humidificados con cremas hidratantes. En el caso de portadores
de prótesis, hay que retirar las prótesis diariamente, lavarlas con agua y jabón después de cada comida y
sumergirlas en una solución 1:6 con hipoclorito sódico durante 30 minutos una vez a la semana. Cuando no
esté en la boca, la prótesis debe almacenarse en un lugar seco.
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