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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

LICENCIATURA EN FÍSICA
EPISTEMOLOGÍA DE LA FÍSICA I
LUIS DANIEL SÁNCHEZ FRANCO
20131135089

LA CIENCIA Y LOS PARADIGMAS

Una ciencia madura está regida por un solo paradigma (o matriz disciplinaria). Este
paradigma establece las normas necesarias para legitimar el trabajo dentro de la
ciencia que gobierna ante la quiescencia de sus practicantes. Coordina y dirige la
actividad de “resolver Problemas” que efectúan los científicos normales que trabajan
en su seno.

La característica que distingue a la ciencia de la no ciencia es, según Kuhn, la


existencia de un paradigma capaz de apoyar la tradición que constituye la ciencia
normal. La mecánica newtoniana, la óptica ondulatoria y el electromagnetismo, la
mecánica cuántica y la teoría de la relatividad son muestras típicas de paradigmas,
y se califican como ciencias maduras. Por el contrario, gran parte de la sociología
moderna carece de un constructo de tal fortaleza y contundencia, por lo que algunos
hablan de ciencias blandas y los más críticos descartan su naturaleza científica. En
la práctica lo que resulta difícil es acotar con una definición precisa el concepto de
paradigma. No obstante, aún es posible describir algunos de los componentes
típicos que los constituyen. Entre ellos se encontrarán las leyes explícitamente
establecidas y los supuestos teóricos comparables al núcleo central de un programa
de investigación lakatosiano. Así, por ejemplo, las ecuaciones de Maxwell forman
parte del paradigma que constituye la teoría electromagnética clásica.

Éstos también incluirán las maneras normales de aplicar las leyes fundamentales a
los diversos tipos de situaciones que se presentan en una disciplina determinada.
También tienen que contemplarse en el paradigma los aspectos metodológicos y
las técnicas instrumentales necesarias que permiten conectar tales constructos con
la naturaleza. Del mismo modo, cabría añadir el modo de uso de los procedimientos
encaminados para corregir los datos recopilados con la guía del paradigma. En el
caso del reconocimiento e inventario de suelos, las estructuras de las bases de
datos dictan, por ejemplo, que información es relevante para ser recopilada y de
qué modo debe hacerse.

Otro componente adicional de los paradigmas son algunos principios metafísicos


muy generales, que guían el trabajo de sus seguidores. Por último, también deben
contemplarse algunas prescripciones metodológicas muy generales tales como:
“Hay que intentar seriamente compaginar el paradigma con la naturaleza” o “Se
requieren apreciar los intentos fallidos de compaginar este último con la naturaleza
como problemas serios que requieren inevitablemente ser resueltos a la mayor
brevedad”.
La ciencia normal conlleva intentos detallados de articular un paradigma, con el
propósito de compaginarlo lo mejor posible con las evidencias empíricas. Un
paradigma siempre será lo suficientemente impreciso y abierto como para permitir
que se hagan ese tipo de cosas (recordar la heurística positiva de Lakatos).

Kuhn describe la ciencia normal como una actividad de resolver problemas


gobernada por las reglas de un paradigma. Los problemas serán tanto de naturaleza
teórica como experimental. La ciencia normal debe presuponer que un paradigma
proporciona los medios adecuados para resolver los problemas que se plantean en
su seno. Se considera que un fracaso en la resolución de un problema es un fracaso
del científico, más que una insuficiencia del paradigma. Los problemas que se
resisten a ser solucionados son considerados como anomalías, más que como
falsaciones de un paradigma. Kuhn reconoce que todos los paradigmas contendrán
algunas anomalías, rechazando todas las corrientes del falsacionismo. Un científico
normal no critica el paradigma en el que trabaja. Sólo de esa manera es capaz de
concentrar sus esfuerzos en la detallada articulación de su corpus doctrinal,
efectuando el trabajo necesario para explorar todas sus potencialidades y analizar
la naturaleza con mayor profundidad que en esfuerzos precedentes.

Lo que distingue a la ciencia normal madura, de la actividad relativamente


desorganizada de la pre-ciencia inmadura, consiste en la falta de desacuerdo de
una comunidad en los aspectos más fundamentales de la disciplina que les
congrega. En consecuencia, de acuerdo a la perspectiva de Kuhn, la pre-ciencia se
caracteriza por el total desacuerdo y el constante debate de los aspectos esenciales
que conciernen a su objeto de estudio, de manera que es imposible abordar el
trabajo detallado y minucioso con la anuencia de la mayor parte de su colectivo. Por
tanto, puede darse el caso de que en una presciencia existan casi tantas teorías
como investigadores implicados, por lo que cada uno de los teóricos se ven
obligados, tanto a iniciar de nuevo a construir un corpus doctrinal, como a justificar
su propio enfoque. Se trata de un rasgo característico de la ecología, por ejemplo.
Por su parte la edafología no anda lejos, si bien podría tratarse de una crisis, por
cuanto en décadas anteriores tales discrepancias eran prácticamente inexistentes
o afectaban a segmentos reducidos de su colectivo.

En la medida en que Kuhn reconoce el papel desempeñado por un paradigma como


guía de la investigación y la interpretación de los fenómenos observables, da cabida,
entre otros aspectos a que se considere que los datos empíricos sean dependientes
de la teoría o paradigma que les dio cabida. Kuhn insiste en que en un paradigma
hay más de lo que se puede exponer explícitamente en forma de reglas y directrices
explícitas. Invoca el análisis efectuado por Wittgenstein de la noción de «juego» con
vistas a ilustrar su punto de vista. Wittgenstein mantenía que no es posible detallar
las condiciones necesarias y suficientes para que una actividad sea considerada
como un juego o no. Cuando se intenta, se encuentra invariablemente una actividad
que la definición incluye pero que no se desearía considerar como tal, o una
actividad que la definición excluye pero que se desearía considerar como juego.
Kuhn afirma que existe la misma situación con relación a los paradigmas. Si se trata
de dar una descripción explícita y precisa de algún paradigma en la historia de la
ciencia, o en la ciencia actual, siempre nos topamos con que algún trabajo efectuado
dentro de este va en contra de su propia esencia.

A pesar de lo dicho, Kuhn insiste en que esta situación no hace insostenible el


concepto de paradigma, del mismo modo que la apreciación (o mejor dicho dilema)
de juego formulada por Wittgenstein no excluye el uso legítimo de tal concepto.
Aunque no exista una descripción explícita y completa, los científicos traban
conocimiento con un paradigma a través de su formación científica y las relaciones
con sus colegas. Un aspirante a científico se pone al corriente de los métodos, las
técnicas y las normas del paradigma resolviendo problemas normales, efectuando
experimentos normales y, finalmente, haciendo alguna investigación bajo la
supervisión de alguien que ya es un experto en el mismo. No será capaz de hacer
una relación explícita de los métodos y las técnicas que ha aprendido, del mismo
modo que un carpintero no es capaz de describir plenamente lo que hay detrás de
sus técnicas. Por tanto, una gran parte del conocimiento del científico normal será
tácito.

Así pues, debido al modo en que es adiestrado, o necesita serlo, si ha de trabajar


de manera eficaz, un científico típico será inconsciente de la naturaleza precisa del
paradigma en el que trabaja e incapaz de articularla. Sin embargo, de tal hecho no
se desprende que un investigador no atesore la potencialidad de articular las
presuposiciones implícitas en su paradigma, si surge la necesidad. Esta última
aparecerá cuando su paradigma se vea amenazado por otro rival. En tales
circunstancias se verá obligado a intentar detallar las leyes generales, los principios
metodológicos, metafísicos, etc., que previamente desconocía a la hora de hacer
su trabajo normal, con vistas a defender a su paradigma de las amenazadoras
alternativas que se presentan ante su futuro.

Por hoy ya me he extendido demasiado, en post sucesivos iremos desgranando las


implicaciones de la obra de Kuhn; es decir tanto sus puntos fuertes, como las
debilidades que le achacan sus contrincantes.

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