Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
PORQUE LA PALABRA DE LA CRUZ ES LOCURA A LOS QUE SE PIERDEN; PERO A LOS QUE SE
SALVAN, ESTO ES, A NOSOTROS, ES PODER DE DIOS.
1 CORINTIOS 1:18
INTRODUCCION: Siendo que el evangelismo personal es un ministerio de todos los cristianos, los
mismos no lo hacen por una serie de obstáculos. La apatía, frialdad espiritual, falta de
preparación, etc, son algunos de los argumentos por los cuales esta labor se deja en mano de
unos cuantos.
II. TEMORES Y PREJUICIOS: ¿Qué voy a decir y si me rechazan, que dirá mi familia, mis
vecinos, etc? Evangelizar debe ser una tarea que produzca gozo y no miedo. Sin
embargo, muchos de los que han evangelizado o se inician en la tarea piensan que
compartir su fe es algo penoso. Pero evangelizar no es fácil. Tocar la puerta de un
extraño con la duda de quien sea la persona que responda, como será y que dirá. Por
el contrario, se obtiene mucha satisfacción cuando hay fruto en donde nosotros
tuvimos parte activa, en donde fuimos instrumentos en las manos del Señor para
alcanzar una oveja perdida (Sal. 126:5.6). Todo cristiano debe aprender a vencer los
temores, de lo contrario, jamás podremos experimentar el gozo como producto de
haber testificado. A usted puede afectarle el temor al fracaso, a no saber que decir o
responder a las objeciones, de no ser digno de compartir este gran mensaje, etc. El
temor se enfrenta con la fe y el amor a Dios. Dios nos ha dotado de poder para vencer
todos nuestros temores. El apóstol Pablo escribió: No nos ha dado Dios espíritu de
cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Ti. 1:7). El amor del Señor
ejerce un efecto maravilloso sobre nuestros temores. En el amor no hay temor, sino
que el perfecto amor echa fuera el temor (1 JN. 4:18). Nunca olvida que si rechazan el
mensaje que lleva no lo rechazan a usted, es nuestro mensaje y no nuestra persona lo
que les ofende (Lc. 23:31). Recuerde que jamás podremos ayudar a otra persona a
menos que estemos convencidos que nosotros conocemos y presentamos a medico
de los médicos y que nosotros no somos los pacientes agónicos.
III. FALTA DE PREPARACION: