Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Se han definido los lugares de trabajo más vulnerables como los servicios
sanitarios, el personal docente, empleadas de servicio doméstico, trabajadores
solitarios o a turnos, tareas de atención al público en bancos y comercios. Se ha
señalado que alrededor de mil personas mueren cada año en los entornos
laborales por estas circunstancias.
Violencia I
Se caracteriza porque quienes llevan a cabo las acciones violentas no tienen ninguna
relación con la víctima: No existe trato comercial o de usuario entre el agresor y la
víctima (la circunstancia habitual es el robo). La violencia tipo I es la derivada de
atracos que ocurren en establecimientos comerciales, bancos, joyerías, personas que
trabajan con intercambio de dinero como taxistas o dependientes.
Violencia II
Violencia III
Hay algún tipo de implicación laboral con el afectado como compañero de trabajo, o
que ya no lo es (antiguo compañero o superiores), de relación personal como cónyuge
o excónyuge, pariente, amigo, etc., o con el lugar donde se realiza la acción violenta
porque se tiene rencor u odio hacia ese lugar al que se le da un valor simbólico.
También podemos distinguir entre violencia interna (la que se produce dentro de la
propia empresa, entre cargos directivos, supervisores, trabajadores) y externa (la
que puede darse entre trabajadores y terceros, o entre el personal y los clientes,
pacientes, estudiantes, proveedores y el público en general)
Es decir, que se podría analizar la violencia en el trabajo según:
Las empresas suelen estar ubicadas en zonas deprimidas, zonas con alto índice de
criminalidad, con economías inestables, con valoración cultural del individualismo,
de la violencia instrumental y de modelos de conducta agresiva (quien no exige
agresivamente no es atendido adecuadamente).
La violencia suele ser más frecuente en las empresas en las que impera una
organización muy rígida (burocratizada o autoritaria) o muy flexible (inestable,
precaria, impredecible), una organización carente de políticas y normativas
coherentes, con circuitos y canales de comunicación inoperantes o deficitarios, con
contenidos informativos insuficientes, ambiguos, tardíos y con un estilo de mando
Aunque entre los posibles agresores pueden estar los usuarios, los clientes, los
proveedores, los pacientes o familiares, etc., o algún miembro de la empresa, es
conveniente tener en consideración que el perfil del agresor con frecuencia está
relacionado con la delincuencia, con el abuso de sustancias psicotrópicas
(alcoholismo o drogodependencias), con la enfermedad mental o con un historial de
actitudes agresivas u hostiles.
¿Es el “empleado disgustado”, el” típico hombre” que ejerce la violencia en el lugar
de trabajo? Las novedades sobre incidentes de violencia en el trabajo acentúan
estas actitudes del individuo: enfurecido, apenado, irritado o frustrado por una razón
o por otra, personal o laboral, o por influencia del alcohol o drogas.
Sin embargo, esta percepción puede ser reproducida en los medios de
comunicación, un acercamiento mucho más prometedor a la violencia de lugar de
trabajo puede ser encontrado en un análisis “interactivo” tanto de factores de riesgo
individuales como de sociales.
La violencia en el trabajo se da habitualmente por una combinación de causas, que
incluyen el comportamiento individual, así como el ambiente de trabajo, las
condiciones laborales, la forma en que interactúan los compañeros de trabajo, la
forma en la que los clientes interactúan con los empleados, y la relación entre los
directivos y el resto de los empleados.
Violencia psicológica
En los últimos años, se han conocido nuevos antecedentes que demuestran las
consecuencias y daños resultantes de la violencia no física, que suele denominarse
"violencia psicológica". En ésta quedan comprendidos los siguientes
comportamientos:
- crear dificultades cotidianas a toda persona que pueda desempeñar mejor las
funciones profesionales del "amedrentador";
- mortificar a otros miembros del personal con críticas negativas incesantes o privar
de responsabilidades a los trabajadores que muestren grandes competencias o
aptitudes profesionales.
El trabajo solitario
En todo el mundo se observa un aumento del número de personas que trabajan por
sí solos, fenómeno originado por la creciente automatización de los procesos de
trabajo, la subcontratación de tareas, el teletrabajo, el trabajo en redes y las nuevas
formas de empleo independiente. El trabajo individual no es necesariamente más
peligroso que otras formas de empleo, pero en efecto pone a los trabajadores en
situaciones de vulnerabilidad particular. Así ocurre, por ejemplo, con:
La violencia hacia las mujeres, tanto en el ámbito laboral como fuera de éste tiene
rasgos comunes, en tanto, en forma permanente, dañan al ser humano en su
totalidad, afectando su personalidad. La protección de estos daños esconsiderada
un derecho humano, dado las violaciones históricas constatadas. Subyace la
consideración de las mujeres como un grupo minoritario, cuando son
aproximadamente la mitad de la humanidad.
"Si hay una llamada que no tiene un contenido que afecte la dignidad de la persona,
como un contenido sexual, por ejemplo, en esos casos se puede considerar con que
hay una hostilidad, pero no una de carácter sexual", resalta.
“El acoso era psicológico. En las reuniones de equipo se dedicaba a hablar casi
exclusivamente de lo mal que supuestamente yo hacía todo. Una vez me pidió que
armara una lista de los estudiantes que se habían inscripto en un curso a distancia.
Se lo entregué y enloqueció. ¿Cómo no lo había hecho alfabéticamente?, dijo,
furiosa. Nunca me había pedido eso. Otra vez, me pidió que hiciera unas gacetillas
sobre unos programas de estudio, pero sin darme ninguna información. Y a la
gacetilla la tenía que enviar por mail al día siguiente. Fue un calvario encontrar
datos y descifrar en qué consistían esos programas. Encima, yo llegaba tarde a las
reuniones de equipo no por impuntual, sino porque ella cambiaba los horarios y no
me avisaba. Entonces dedicaba veinte minutos a despotricar sobre mi falta de
consideración hacia los demás”.
La persecución no tenía tregua y Silvia se sentía cada vez peor. “Empecé a tener
miedo, cada vez más. Se estableció una relación de sometimiento tremenda. No
podía dormir a la noche pensando en lo que me esperaba al día siguiente. Pero no
podía dejar el trabajo, tenía que comer”.
Su jefa había contratado a dos personas que ante estas situaciones humillantes
miraban para otro lado. Parecía que el único tema era el mal desempeño de Silvia.
Sin embargo, en el mismo departamento, otros la defendían y llegaron a enfrentar a
esta jefa: “¿Qué te pasa con Silvia?”, la encararon un día. “Lo que más me
sorprendió fue entender que mis compañeros estaban convencidos de que ella era
así conmigo porque, según decían, en realidad, ‘me tenía ganas’. Esto me
avergüenza, pero es posible que haya sido cierto. Ella empezó a tratarme mal
cuando yo empecé a relacionarme con otras mujeres del trabajo. Quizá le di una
pista falsa, no sé, no lo tengo claro”.
Poner un límite
El contrato de Silvia vencía en diciembre. Veinte días antes, en una reunión de
equipo, delante de todos, su jefa le anunció: “Vos, Silvia, olvidate de la carga horaria
que tenés ahora. Y te aviso: voy a reducirte el sueldo.” Los compañeros se miraron
desconcertados. La única damnificada era ella. Silvia entonces sintió que había
llegado el momento de poner un límite. Y lo hizo. Habló. Dijo que había sido
despreciada desde un principio y que no sabía el motivo. Pero no recibió
explicaciones, sino un silencio que creyó -equivocadamente- implicaba el
reconocimiento de lo que venía pasando. A lo mejor, era una señal de
arrepentimiento... Se equivocó. En la última reunión del año, su jefa le avisó que ése
era su último día de trabajo. “No te necesito más, me dijo delante de todos. Fue
humillante”.
Al terminar su relato, Silvia hace un gesto con la mano y recuerda: “Un día, bastante
después, me reencontré con mi ex jefa en un cruce de pasillo. ¿Sabés qué me dijo?
‘¡Que bien te fue haciéndote la débil!’. No le respondí. Por suerte, para mí, ella es
historia pasada”.
Insultos y empujones
Llorar de impotencia
1. Clara recuerda que trataba de olvidarse mientras veía pasar las horas, los
platos, los clientes. Pero un domingo sintió que no soportaba más. “Pasaba
un compañero con una bandeja con cuchillos y se me cruzó una idea loca.
Dije: agarro uno y se lo clavo. Lo mato”.
Radiografía
¿Cómo encuadrar el acoso laboral cuando, como en Argentina, no hay una ley
que lo tipifique? “El acoso se puede describir como la creación de condiciones de
trabajo que hacen sentir al empleado disminuido, desvalorizado, avasallado en
sus derechos”, dice Alejandro Ferrari, abogado laboralista. “Aun sin ley que
encuadre estos casos, hay un aspecto que lo define: el acoso se basa en una
relación de poder, si no hay jerarquía, no hay acoso. El acosado está, de algún
modo, subordinado al acosador y siente la presión de la jerarquía. Lo cierto es
que las denuncias por acoso laboral son difíciles de probar. Muchas veces no
son cuestiones objetivas, sino sensaciones. Por eso los compañeros son
importantes ya que pueden defender al acusado, aunque también pueden
sumarse al acoso”.
“Un ingeniero me pidió que me acostara con él y yo lo rechace, puse la queja ante el
jefe de él y éste me propuso lo mismo.”
Son muchos los derechos que se violan en las maquilas, las mujeres que son la
gran mayoría sufren de violencia de todo tipo. Cualquier acercamiento, mirada,
broma, actitud o insinuación de tipo sexual, que una persona recibe de otra sin
desearlo o en contra de su voluntad, está siendo objeto de Acoso sexual.
Muchas mujeres no denuncian debido a que desconocen que existe una ley que las
protege o por el miedo a perder el trabajo. Ninguna persona sea nuestro jefe,
maestro, compañero de estudios o de trabajo tiene derecho a hacernos aquello que
nos hace sentir mal y no queremos.
La Ley de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres prevé penas de uno a tres
años de prisión. La ley exige la terminación inmediata de un trabajador que participe
en acoso sexual.
Conclusiones generales
Ya sabemos que la violencia es un fenómeno social muy peligroso, saber que
decenas de personas mueren a causa de tiros y golpes, es saber que debemos
cuidarnos. Hay que tener muy en cuenta que debemos tratar de reducir la violencia.
El primer paso es saber cómo controlarnos, saber manejar nuestros impulsos
negativos que tanto daño nos hacen. Así nuestra sociedad irá en un incremento de
paz y no habrá tantos tiros y muertes inocentes.
Debido a los afectos desbastadores que generan lo interno de las familias, pone en
peligro la estructura o la forma de la misma, es decir según la formación que se le
dé al individuo, así mismo actúa dentro de la sociedad que lo rodea. Nos afecta a
todos los miembros de una familia.
La auténtica educación tiene como fin el desarrollo integral de la persona; por eso
debe proporcionar, además de conocimientos, valores, creencias y actitudes frente
a distintas situaciones.
La comunicación es prevención porque nos posibilita encontrar un espacio, ser
protagonistas, el aprender a respetar al otro; posibilita la capacidad de aceptar el
error como incentivo para la búsqueda de otras alternativas válidas y ayuda a
superar las dificultades que se presenten.
Recomendaciones
El aislamiento social, los cambios paulatinos en el lugar de trabajo, los ataques a la
vida privada e, incluso, las amenazas verbales son algunas de las conductas típicas
del mobbing o acoso psicológico laboral, una situación cada vez más común en las
organizaciones actuales.