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rEVISIÓN

Neuropsicoterapia en la rehabilitación del daño cerebral


Alberto García-Molina, Teresa Roig-Rovira, Antònia Enseñat-Cantallops, Rocío Sánchez-Carrión

Introducción. Las personas que han sufrido lesiones cerebrales pueden experimentar un amplio abanico de alteraciones Instituto Guttmann, Instituto
Universitario de Neurorrehabilitación.
cognitivas, conductuales y emocionales. No obstante, la rehabilitación neuropsicológica acostumbra a centrarse, de ma- Universitat Autònoma de Barcelona.
nera casi exclusiva, en los déficits cognitivos y presta escasa atención a los retos emocionales asociados al impacto psico- Badalona, Barcelona, España.
lógico de la lesión. En esta faceta más personal del daño cerebral es donde la neuropsicoterapia puede ser de gran utili-
Correspondencia:
dad para facilitar el proceso de aceptación y adaptación después de una lesión neurológica. Dr. Alberto García Molina. Instituto
Universitario de Neurorrehabilitación
Desarrollo. En el presente artículo se describen los aspectos teóricos y conceptuales de la psicoterapia orientada a perso- Guttmann-UAB. Camí de Can Ruti,
nas con daño cerebral, implicaciones de los déficits cognitivos en la práctica de la neuropsicoterapia y evidencias sobre su s/n. E-08916 Badalona (Barcelona).
efectividad. Fax:
Conclusiones. En el pasado se consideró que la neuropsicoterapia tenía escasa utilidad en la rehabilitación del daño cere- +34 934 977 707.

bral. Hoy en día, cada vez son más los profesionales que reconocen su importancia en el abordaje del sufrimiento psicoló- E-mail:
gico/emocional asociado al daño cerebral. El objetivo de la rehabilitación neuropsicológica no es únicamente promover agarciam@guttmann.com
la recuperación de las funciones cerebrales alteradas, sino también mejorar la capacidad funcional del individuo, tratar Aceptado tras revisión externa:
con sus experiencias de pérdida y ayudarle a encontrar, de nuevo, sentido a la vida. 24.07.13.

Palabras clave. Conciencia. Daño cerebral. Ictus. Neuropsicoterapia. Trastornos cognitivos. Trastornos emocionales. Cómo citar este artículo:
García-Molina A, Roig-Rovira T,
Enseñat-Cantallops A, Sánchez-
Carrión R. Neuropsicoterapia en
la rehabilitación del daño cerebral.
Rev Neurol 2014; 58: 125-32.
Introducción nitivos, prestando escasa atención a los aspectos
emocionales ligados al proceso de recuperación, © 2014 Revista de Neurología
La persona afectada por una lesión cerebral habi­ cuando estos aspectos son indisociables e imposi­
tualmente ve, en un instante, su vida alterada de bles de considerar de manera aislada en el mundo
forma drástica. Ésta experimenta un amplio abani­ real. Así, probablemente no nos equivocaremos si
co de alteraciones físicas (motoras y sensitivas) y decimos que el tratamiento de los aspectos emocio­
neuropsicológicas (cognitivas, conductuales y emo­ nales ligados al daño cerebral es la cenicienta de la
cionales), y estas últimas son las que acostumbran a rehabilitación neuropsicológica, relegada a un se­
ocasionar las limitaciones más discapacitantes. Los gundo plano en favor de planteamientos rehabilita­
déficits cognitivos pueden llegar a ser muy varia­ dores basados fundamentalmente en aproximacio­
dos: alteraciones en el estado de alerta general, de­ nes cognitivo-céntricas. Sin embargo, pese a este
ficiencias de percepción y memoria, aprendizaje, ve­ claro sesgo, el objetivo de la rehabilitación neuro­
locidad de procesamiento de la información, déficit psicológica no es sólo promover la recuperación
de concentración o problemas de comunicación ver­ de las funciones cognitivas alteradas, sino también
bal. Otros cambios incluyen déficits en la iniciación mejorar la capacidad funcional, tratar con las expe­
y planificación de comportamientos propositivos, riencias de pérdida y ayudar al paciente a restable­
razonamiento, juicio, rigidez, minimización, so­bre­ cer su vida [2]. En esta faceta más personal del daño
generalización y pensamiento concreto. En cuanto cerebral, ligada al impacto psicológico de la lesión,
a la conducta, se observa irritabilidad, agresividad, es donde la neuropsicoterapia, como parte de la
comportamiento pueril, desinhibición, apatía o es­ rehabilitación neuropsicológica, adquiere especial
casa iniciativa. Los cambios emocionales pueden relevancia.
incluir pérdida de autoestima, depresión, ansiedad,
ira, impotencia, resentimiento y desesperación [1].
Si bien el uso de terapias conductuales en pa­ ¿Qué es la neuropsicoterapia?
cientes con daño cerebral es una práctica habitual,
con frecuencia la rehabilitación neuropsicológica se Tras una lesión cerebral, el afectado debe enfren­
centra, de modo casi exclusivo, en los déficits cog­ tarse a la monumental tarea de afrontar un sentido

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de pérdida/duelo único: el menoscabo de su identi­ Conciencia, aceptación y realismo


dad. Tal situación implica tratar de alinear su au­
toimagen con una nueva realidad determinada por El encontrar de nuevo sentido a la vida se logra, se­
los déficits cognitivos, conductuales y emocionales gún Klonoff, a través de una mejora en la concien­
ligados al daño cerebral [3]. Este proceso de duelo cia, la aceptación y el realismo [10,11]. Esta autora
se caracterizaría por la búsqueda de la recupera­ considera que el primer paso para ayudar a la per­
ción, la fluctuación entre la euforia y la desespe­ sona en su proceso de recuperación es la mejora
ración y una exacerbación de los sentimientos de del nivel de conciencia de los déficits que presenta.
rabia [4]. Con todo, el principal aspecto diferencial Con frecuencia, tras una lesión cerebral, en espe­
respecto a otros procesos similares (por ejemplo, la cial en fases agudas y subagudas, los pacientes no
muerte de un ser querido) es la incertidumbre so­ perciben adecuadamente cuáles son sus capacida­
bre el futuro. Prigatano considera que el conflicto y des funcionales reales [12,13]. Puesto que el cere­
el dolor están presentes antes y después del daño bro está lesionado, y es la herramienta que exami­
cerebral. No obstante, tras el daño cerebral, la per­ na/valora el estado del organismo, cuando éste
sona dispone de menos recursos cognitivos y emo­ evalúa la información disponible lo hace de manera
cionales para afrontarlos de manera apropiada. errónea y concluye que no hay problema alguno.
Para este autor, uno de los propósitos de la rehabili­ No hay que confundir la alteración de la conciencia
tación neuropsicológica es ayudar a las personas a de déficit con la negación psicológica; en esta últi­
entender esta realidad [5]. Butler sugiere un parale­ ma, la persona sabe cuál es su situación, sin embar­
lismo entre el característico proceso de duelo liga­ go no la admite.
do al daño cerebral y las etapas de duelo, por las Acostumbramos a vincular una mayor concien­
que transitan los pacientes con enfermedades ter­ cia de déficit con mayores índices de depresión. Si
minales, propuestas por Kübler-Ross [6,7]. Según esta bien este binomio suele ser cierto, en algunos casos
autora, las personas afectadas por una enfermedad la depresión no surge por una mayor conciencia de
incurable atraviesan cinco fases desde el momento déficit per se, sino como respuesta a la dificultad
en el que reciben el diagnóstico de la misma: nega­ reiterada para hacer frente a las demandas del en­
ción, ira, negociación, depresión y aceptación. torno. Según Ben-Yishay, el desafío en toda inter­
La neuropsicoterapia, entendida como la aplica­ vención dirigida a mejorar la conciencia de déficit es
ción de la psicoterapia en personas con daño cere­ lograr ‘que el paciente sea consciente de sus proble­
bral, tiene como objetivo reducir el sufrimiento psi­ mas, sin ser abrumado por este conocimiento’ [14].
cológico/emocional, promover una actitud activa El segundo aspecto que se debe abordar para al­
de compromiso con la vida tal y como es tras la le­ canzar un sentido de propósito en la vida es la
sión y restablecer un sentido de propósito o signifi­ aceptación; entendida como la búsqueda personal
cado a la vida [3,8]. Kinney señala que la neuropsi­ de sentido y significado al estado posterior a la le­
coterapia debe promover la construcción de un lo- sión. En este contexto, aceptación no quiere decir
cus interno de control y la redefinición del yo, in­ encontrarse cómodo con la lesión y aprender a vi­
corporando el conocimiento y aceptación de las li­ vir con ello sin más. El proceso de aceptación im­
mitaciones asociadas al daño cerebral [9]. Werenike plica aprender a percibir el daño cerebral como
(comunicación personal, citada por Prigatano [5]) parte de ello, y no como un todo [15]. Sin negar el
compara la neuropsicoterapia con el proceso de ilu­ dolor y sufrimiento que pueden causar las pérdi­
minar progresivamente una habitación oscura llena das asociadas a una condición neurológica, el prin­
de trampas para osos; situación en la que, pese a cipal desafío es aceptar que la lesión es una parte
que la luz inunda la estancia, y nos permite ver las de la vida, pero no toda la vida [3]. Klonoff señala
trampas, éstas continúan existiendo. La neuropsi­ que, frente a esta situación, las personas pueden
coterapia posibilita ver las trampas de osos presen­ mostrar diferentes respuestas, algunas de las cua­
tes en la vida y permite al individuo valorar si desea les son de carácter claramente desadaptativo. Cier­
o no pisar una de esas trampas. Con toda probabili­ tas personas tienden a no revelar información so­
dad, la parte más poderosa de esta analogía es el bre su lesión y reaccionan de manera negativa con
proceso de iluminación progresiva. La persona es aquellos que les animan a hablar abiertamente de
ayudada a ver la situación de modo gradual. Si nos su situación. Otras parecen comprender su situa­
precipitamos en los tiempos e iluminamos la habi­ ción, si bien minimizan la importancia de sus pro­
tación demasiado rápido, ésta va a tener dificultades blemas.
para comprender su realidad tras la lesión (proble­ Para Klonoff, la capacidad de aceptación está re­
mas para adaptarse a una luz excesivamente intensa). lacionada con la tolerancia premórbida a la imper­

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Neuropsicoterapia en la rehabilitación del daño cerebral

fección [16]. Aquellas personas que nunca han de­ mo (self psychology), psicoterapia existencial o tera­
sarrollado estructuras internas de regulación de la pia cognitivo-conductual (TCC)– como profesio­
autoestima son aquellas que presentan una mayor nales tenemos que adaptar la neuropsicoterapia a
predisposición a presentar lo que Kurt Goldstein las necesidades, circunstancias y capacidades del
denomina ‘reacciones catastróficas’ [17]. Tales reac­ paciente. Ésta no puede, ni debe, aplicarse del mis­
ciones serían consecuencia de la impotencia expe­ mo modo a todos los pacientes; no hay un patrón
rimentada por la persona al ver que tras la lesión no de tratamiento estándar para aquellas personas que
pueden desarrollar una actividad que antes desem­ han sufrido un TCE, un ictus u otras patologías
peñaban sin dificultad. Klonoff y Lage consideran neurológicas. Las personas con daño cerebral pue­
que el daño cerebral constituye un modo de agre­ den presentar características clínicas y diagnósticos
sión a la integridad del individuo, que genera en neurológicos similares, pero sus experiencias, per­
éste una intensa sensación de vulnerabilidad e im­ sonalidades premórbidas o circunstancias persona­
potencia. La mejora de la conciencia, y una mayor les actuales son heterogéneas y conforman una cons­
capacidad de aceptación, han de permitir a la per­ telación de variables compleja y única. Cada pa­
sona comenzar a perseguir metas alcanzables y res­ ciente es diferente, no existen dos personas iguales.
taurar un sentido de productividad y significado en Resulta fundamental tener presente que debemos
su vida, aunque sea en una dirección muy diferente ofrecer respuestas de acuerdo a so­luciones indivi­
a la anterior a la lesión. duales y específicas para cada caso concreto.
Prigatano plantea que los síntomas que observa­
Relación terapéutica. mos tras una lesión cerebral pueden reflejar no sólo
Lesión cerebral, persona e individualidad un proceso cerebral disruptivo, sino también los es­
fuerzos adaptativos del individuo para afrontar las
La neuropsicoterapia no tiene nada de mágico. Es consecuencias de la lesión [5,21]. Para este autor, el
un proceso relacional donde tanto el profesional comportamiento observado en el paciente tras la
como el paciente participan de manera activa; el lesión es el resultado de:
profesional no hace terapia al paciente, sino que la – El tipo, gravedad, forma de aparición, localiza­
terapia surge de la interacción entre ambos [18]. ción y extensión de la patología cerebral.
Block y West destacan la estrecha relación existente – La naturaleza de la discapacidad.
entre una buena relación terapéutica y la eficacia de – El significado otorgado a la discapacidad por el
la terapia en personas que han sufrido un trauma­ sujeto en función de sus experiencias y valores
tismo craneoencefálico (TCE) [19]. Al igual que en premórbidos.
la psicoterapia convencional, el terapeuta debe ser – El medio en el que el comportamiento se mani­
competente, estar disponible, mostrar sentido co­ fiesta y es observado.
mún, empatía y optimismo. Además, la psicotera­
pia con personas con daño cerebral requiere que el Tal combinación de variables podría explicar el
terapeuta actúe como agente para la generalización contraste de respuestas observadas en personas con
y adopte una actitud directiva [10]. lesiones similares; si bien presentan lesiones pare­
Por otra parte, es preciso que el terapeuta esté cidas, reaccionan de modo diferente. Cuando el ce­
familiarizado con los problemas y necesidades de rebro está lesionado, las personas tienden a hacer
las personas con daño cerebral. Con el fin de po­ frente a las demandas del entorno en función de los
der intervenir adecuadamente, es esencial que éste modelos cognitivos y emocionales previos al daño
comprenda la naturaleza y gravedad del daño ce­ cerebral. De esta manera, la persona con daño ce­
rebral orgánico, el significado que el afectado da a rebral percibe e interpreta todo aquello que sucede
su experiencia y su identidad después de la lesión, a su alrededor y toma como referencia sus esque­
así como las con­secuencias psicosociales de estos mas mentales premórbidos. Sin embargo, los pro­
cambios para él [20]. En ese sentido, conocer las fesionales olvidamos reiteradamente el papel que
actitudes premórbidas del afectado hacia las per­ desempeñan las experiencias personales del indivi­
sonas con daño cerebral (como individuos dignos duo en la expresión de sus síntomas. Por ello, re­
de lástima o miembros improductivos de la socie­ cordemos que en nuestra actividad cotidiana no
dad, por ejemplo) puede proporcionar informa­ tratamos con patologías o enfermedades, sino con
ción adicional sobre cómo se ve actualmente a sí personas. Personas únicas, con vivencias, emocio­
mismo [6]. nes, expectativas y temores que influyen en cómo
Con independencia del marco conceptual utili­ cada una de ellas afronta los cambios derivados del
zado –terapia psicodinámica, psicología del sí mis­ daño cerebral.

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Adaptación de la psicoterapia una relación terapéutica. Entre aquellos que no ex­


para personas con déficits cognitivos perimentan tales reacciones, la principal razón adu­
cida es el conocimiento y comprensión de la com­
Muchos profesionales consideran que la presencia plejidad inherente al daño cerebral (componentes
de déficits cognitivos impide la utilización de la psi­ biológicos y psicológicos).
coterapia en personas con daño cerebral [6,9]. La Coetzer [26] propone reconceptualizar la aplica­
práctica clínica nos demuestra que los déficits cog­ ción de la neuropsicoterapia a personas con déficits
nitivos no constituyen barreras infranqueables que cognitivos y utiliza para ello tres tipos de adapta­
imposibilitan la psicoterapia, sino que actúan como ciones: logísticas, compensatorias y técnicas. Este
agentes mediadores que condicionan la metodolo­ autor entiende por adaptaciones logísticas todos
gía de trabajo empleada por el profesional. aquellos cambios que atañen a la duración y perio­
Tras una lesión cerebral, mantener la atención y dicidad de las sesiones, espacios físicos donde se
concentración puede no ser tarea fácil; este hecho desarrolla la intervención u otros aspectos formales
puede interferir en la dinámica de las sesiones. Los susceptibles de cambio. Las adaptaciones compen­
déficits de memoria dificultan el recuerdo de los te­ satorias hacen referencia al uso de mecanismos al­
mas tratados en las sesiones, así como la adquisi­ ternativos, o habilidades preservadas, para atenuar
ción de nuevos aprendizajes. Las alteraciones en el los déficits derivados de los problemas cognitivos
lenguaje pueden afectar de manera significativa a la que la persona puede presentar. Por ejemplo, en
capacidad del paciente para expresarse o asimilar aquellos casos con problemas de memoria, se pue­
los contenidos de las sesiones. Asimismo, el tera­ de iniciar la sesión resumiendo el contenido de la
peuta puede tener dificultades para valorar si las anterior o proporcionar material por escrito. Bajo el
pausas y silencios del paciente tienen su origen en epígrafe ‘adaptaciones técnicas’, Coetzer recoge pro­
una dificultad lingüística o bien emocional. En puestas dirigidas a fortalecer la relación terapéutica
cuanto a las funciones ejecutivas, su alteración pue­ y la adhesión al tratamiento en aquellas personas
de interferir en la dinámica de las sesiones, y en la con problemas para comprometerse, pobre autocon­
adhesión terapéutica, de múltiples maneras: difi­ ciencia o apatía.
cultades para generalizar aprendizajes y pensar de Por último, un par de puntualizaciones finales.
modo creativo; problemas para regular y gestionar Pese a la adecuación de la psicoterapia a las carac­
la propia conducta (por ejemplo, impulsividad, des­ terísticas propias del daño cerebral, la existencia de
inhibición, agresividad); o bien limitaciones en la factores externos no controlables puede influir ne­
capacidad para discriminar los estados emociona­ gativamente en el ajuste personal y por extensión
les propios y ajenos. en el tratamiento (por ejemplo, una enfermedad o
Los déficits descritos en el párrafo anterior ha­ discapacidad grave, problemas económicos o la pér­
cen necesario que el profesional modifique su ma­ dida del puesto de trabajo). Por otro lado, la neu­
nera de interactuar con personas que presentan dé­ ropsicoterapia no es un tratamiento de elección en
ficits cognitivos [22-25]; así, reducir la velocidad del aquellas personas con daño cerebral que presentan
discurso, comunicarse de manera clara, concisa y importantes problemas de orientación, cuadros con­
directa, plasmar en un soporte físico las ideas más fusionales o graves alteraciones conductuales. En
relevantes tratadas en la sesión o utilizar ayudas no tales casos, la persona carece de los prerrequisitos
verbales que apoyen su discurso son algunas de las mínimos necesarios para poder participar activa­
adaptaciones que pueden introducirse. Del mismo mente de la terapia.
modo, resulta primordial verificar que la informa­
ción transmitida en las sesiones ha sido procesada
por el paciente. ¿Hay evidencias sobre la
Judd y Wilson publican en el año 2005 un exce­ efectividad de la neuropsicoterapia?
lente estudio sobre la naturaleza de los obstáculos
encontrados por los psicoterapeutas que trabajan En un entorno clínico fundamentado en la medici­
con personas con daño cerebral [18]. Los datos re­ na basada en la evidencia, la neuropsicoterapia ha
cogidos por estos autores indican que los déficits de de demostrar su eficacia, del mismo modo que otras
memoria son el principal desafío para la formación técnicas empleadas en rehabilitación neuropsicoló­
de una relación terapéutica adecuada. Por otra par­ gica [27,28].
te, una amplia mayoría de los encuestados refiere En 1984, Prigatano et al llevan a cabo uno de los
haber experimentado reacciones emocionales ne­ primeros estudios empíricos controlados para estu­
gativas hacia los pacientes o los retos de establecer diar la efectividad de la neuropsicoterapia en el daño

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Neuropsicoterapia en la rehabilitación del daño cerebral

cerebral [29]. Los participantes fueron distribuidos examinan el impacto de un programa de TCC diri­
en dos grupos: uno que recibió un programa de re­ gido a instruir a personas con TCE en el uso de es­
habilitación neuroconductual –que incluía psicote­ trategias de afrontamiento y ajuste emocional. Ante
rapia–, mientras que el otro no recibió tratamiento la dificultad de hallar sujetos para constituir un gru­
alguno. Las personas que participaron en el progra­ po control, los autores plantean el estudio como un
ma de rehabilitación neuroconductual mostraron ensayo cruzado en el que no existe un grupo control
mejores resultados en la exploración neuropsicoló­ como tal y los propios participantes son su grupo
gica tras el tratamiento y una mayor reducción del control. Tras la intervención, la mayoría de los par­
estrés emocional que el grupo control. Diez años ticipantes refirieron tener una mejor comprensión
después, estos mismos autores emprenden un estu­ de sus problemas emocionales y una mayor capaci­
dio de características similares, en el que obtienen dad para manejarlos [39]. La revisión llevada a cabo
unos resultados parecidos [30]. En 2005, Tiersky et por Fann et al indica que técnicas psicoterapéuticas
al valoran la efectividad de un programa de rehabi­ como la TCC o las terapias basadas en mindfulness
litación neuropsicológica (consistente en una com­ parecen ser eficaces en el tratamiento de la depre­
binación de psicoterapia y tratamiento cognitivo) sión tras TCE. No obstante, estos autores son cau­
en personas con TCE leve o moderado. Para ello, tos en sus conclusiones dado el reducido número de
distribuyen a 20 pacientes en dos grupos: un grupo artículos que hallaron en la bibliografía. Por otra
experimental (que recibió el programa de rehabili­ parte, en muchos de ellos, el tratamiento de la de­
tación) y un grupo control (formado por personas presión no constituía el único o el principal objetivo
en lista de espera para recibir tratamiento). En del estudio [40].
comparación con el grupo control, el grupo experi­ Lincoln et al han realizado dos interesantes estu­
mental mostró, tres meses después del tratamiento, dios en los que valoran la efectividad de la TCC en
una mejora emocional, acompañada de una dismi­ el tratamiento de la depresión tras un ictus. En el
nución de la ansiedad y la depresión [31]. La princi­ primero de ellos, observaron mejoras en 10 de los
pal crítica a los tres estudios descritos es que, en 19 pacientes incluidos; así concluyen que la TCC
todos ellos, la neuropsicoterapia constituye parte puede ser una herramienta válida para reducir los
de un programa de rehabilitación neuropsicológica síntomas ligados a la depresión tras un ictus [41].
y no es posible estimar su efectividad de manera Estimulados por estos prometedores resultados,
aislada. La aplicación aislada de neuropsicoterapia Lincoln et al plantearon un segundo estudio más
ha sido descrita por varios autores en estudios de ambicioso. En éste, participaron 123 pacientes, dis­
caso único [32-36]. tribuidos en tres condiciones experimentales: gru­
Bedard et al emplean un programa de reducción po sin intervención (n = 41), grupo al que se aseso­
del estrés basado en mindfulness para mejorar la ca­ ra y se informa sobre el ictus (n = 43) y grupo que
lidad de vida en 10 personas con TCE leve o mode­ recibe TCC (n = 39). En esta ocasión, los resultados
rado. El objetivo de estos autores es cambiar el no muestran diferencias significativas entre los di­
modo de pensar de los afectados respecto a la disca­ ferentes grupos. A la luz de estos resultados, Lin­
pacidad y la vida tras la lesión con el fin de lograr coln et al concluyen que la TCC no es efectiva en el
alcanzar un sentido de aceptación. Tras la interven­ tratamiento de la depresión tras un ictus [42]. Los
ción, se objetivan diferencias significativas en varias metaanálisis publicados en los años 2004 y 2008 por
medidas de calidad de vida entre el grupo con trata­ Hackett et al arrojan resultados similares [43,44].
miento y el grupo control [37]. Bryant et al realizan En línea con estos autores, Stalder-Luthy et al con­
un ensayo aleatorio controlado para valorar la utili­ sideran que no hay evidencia suficiente para reco­
dad de la TCC en la prevención del estrés postrau­ mendar la psicoterapia como tratamiento de elec­
mático en personas con un TCE leve. La mitad de ción para la depresión secundaria a una lesión cere­
pacientes recibieron un programa de TCC en las bral [45]. Thomas et al se pronuncian en la misma
dos semanas posteriores a la lesión; el resto, un pro­ dirección tras analizar las evidencias sobre la efica­
grama de asesoramiento de apoyo dentro del mis­ cia de diferentes intervenciones psicológicas en per­
mo período temporal. Seis meses después del trata­ sonas con esclerosis múltiple [46]. Asimismo, expo­
miento, las personas que recibieron TCC mostraron nen que la mayor parte de los datos que analizan
menos síntomas de estrés postraumático; única­ provienen de estudios de caso único y los ensayos
mente el 17% de estas personas fueron diagnostica­ aleatorios controlados son escasos.
das de trastorno por estrés postraumático, porcen­ La escasa evidencia publicada sobre la eficacia
taje sensiblemente inferior al detectado en el grupo de la neuropsicoterapia no debe interpretarse como
control (17% frente a 58%) [38]. Anson y Ponsford una prueba de su ineficacia. La falta de resultados

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concluyentes podría explicarse, en parte, por limi­ duos, que los déficits cognitivos asociados son si­
taciones metodológicas. La neuropsicoterapia se milares y que las alteraciones funcionales derivadas
caracteriza por una alta individualización [28]: no son equiparables, obviando que estas últimas va­
existen intervenciones estándar, sino tratamientos rían en función de variables como la percepción
personalizados ante las necesidades, circunstancias personal de lo que supone tener un daño cerebral,
y capacidades del paciente. Esta particularidad difi­ las reacciones emocionales respecto al presente y
culta el estudio de la neuropsicoterapia con la me­ futuro, así como la personalidad y funcionamiento
todología científica empleada por la medicina basa­ premórbido.
da en la evidencia [47]. La medicina basada en la Hoy día, nadie cuestiona que es imprescindible
evidencia fundamenta sus conclusiones en los re­ comprender la naturaleza de los déficits cognitivos
sultados derivados de la aplicación de una metodo­ asociados al daño cerebral para poder intervenir de
logía científica cuantitativa; cómo vive cada perso­ manera apropiada; lo mismo debería suceder cuan­
na el daño cerebral y sus consecuencias es una ex­ do se plantea la necesidad de abordar los aspectos
periencia subjetiva, única e irrepetible, que difícil­ emocionales vinculados al mismo. El objetivo de la
mente puede cuantificarse. rehabilitación neuropsicológica no es tan sólo pro­
mover la recuperación de las funciones cerebrales
alteradas, sino mejorar la capacidad funcional del
Conclusiones individuo, tratar con sus experiencias de pérdida y
ayudarle a encontrar, de nuevo, sentido a la vida.
En este artículo se ha pretendido describir de ma­ A pesar de todos los conocimientos médicos,
nera sucinta los principios básicos de la neuropsi­ tecnológicos y terapéuticos disponibles, a pesar de
coterapia, cuya presencia en los programas de reha­ todas las contribuciones de los miembros de la fa­
bilitación neuropsicológica es, por norma general, milia y a pesar de la motivación y el esfuerzo del
escasa. Es sorprendente cómo este elemento funda­ paciente, rara vez es posible restablecer la misma
mental de la neurorrehabilitación en daño cerebral persona que existía antes del daño cerebral. No obs­
ha sido sistemáticamente ignorado por un amplio tante, si bien la persona no se recupera por comple­
sector de profesionales; en algunos casos por des­ to, muestra mejoras y puede alcanzar cotas notables
conocimiento, en otros por falta de interés. de recuperación. De tal forma, la rehabilitación
A mediados del siglo xx, Goldstein expuso que neuropsicológica ha de facilitar y maximizar el pro­
el objetivo central de los profesionales que trabajan ceso de recuperación, tanto en el aspecto cognitivo
con personas con daño cerebral es ayudarles a acep­ como en el conductal y emocional. No tratar al pa­
tar sus limitaciones y acompañarles en el difícil ciente como un todo es ejercer una práctica clínica
proceso de recuperación [48]. Esta visión personal ineficaz.
de la rehabilitación constituye el fundamento de lo
que en la actualidad conocemos como rehabilitación
neuropsicológica holística. Referentes como Ben- Bibliografía
Yishay, Prigatano o Wilson, entre otros, creen que 1. Ben-Yishay Y, Diller L. Handbook of holistic neuropsychological
la rehabilitación neuropsicológica no debe limitarse rehabilitation. Outpatient rehabilitation of traumatic brain
injury. New York: Oxford University Press; 2011.
únicamente a una intervención focalizada en los 2. Prigatano GP. Neuropsychological rehabilitation and psycho­-
déficits cognitivos [49]. Estos autores consideran dynamic psychotherapy. In Morgan JE, ed. Textbook of clinical
neuropsychology. New York: Taylor & Francis; 2008. p. 985-95.
aberrante separar las consecuencias cognitivas de 3. Aniskiewicz AS. Psychotherapy for neuropsychological
las emocionales, conductuales o sociales, enten­ challenges. Lanham: Jason Aronson; 2007.
diendo que todas y cada una de ellas deben ser ob­ 4. Smith LM, Godfrey HPD. Family support programs
and rehabilitation. New York: Plenum Press; 1995.
jeto de tratamiento. Sin embargo, un numeroso 5. Prigatano GP. Principles of neuropsychological rehabilitation.
grupo de profesionales se han centrado en el abor­ New York: Oxford University Press; 1999.
daje de los déficits cognitivos y han olvidado con 6. Butler RW, Satz P. Individual psychotherapy with head-injured
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frecuencia otros aspectos ligados al daño cerebral. Pract 1988; 19: 536-41.
Probablemente, este hecho responda a que se sien­ 7. Kübler-Ross E. Sobre la muerte y los moribundos. Barcelona:
ten más cómodos interviniendo sobre los déficits Grijalbo; 1989.
8. Tyerman A, King NS. Interventions for psychological
cognitivos que, por ejemplo, tratando el impacto problems after brain injury. In Goldstein LH, McNeil JE, eds.
psicológico que produce el daño cerebral en la per­ Clinical neuropsychology: a practical guide to assessment
sona afectada. Estas aproximaciones cognitivo-cén­ and management for clinicians. Chichester: John Wiley; 2004.
p. 385-404.
tricas parten del precepto que la neurofisiología de 9. Kinney A. Cognitive therapy and brain-injury: theoretical
las lesiones cerebrales es comparable entre indivi­ and clinical issues. J Contemp Psychother 2001; 31: 89-102.

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Neuropsychotherapy in brain injury rehabilitation

Introduction. Persons who have suffered brain damage can experience a wide range of cognitive, behavioural and
emotional disorders. However, neuropsychological rehabilitation usually focuses, almost exclusively, on the cognitive
deficits and pays very little attention to the emotional challenges associated with the psychological impact of the lesion. It

www.neurologia.com  Rev Neurol 2014; 58 (3): 125-132 131


A. García-Molina, et al

is in this more personal side of brain damage where neuropsychotherapy can be of great aid to facilitate the process of
acceptance and adaptation following a neurological lesion.
Development. In this article, we describe the theoretical and conceptual aspects of psychotherapy oriented towards
persons with brain damage, the implications of cognitive deficits in the practice of neuropsychotherapy and the evidence
regarding its effectiveness.
Conclusions. In the past, neuropsychotherapy was considered to be of little use in the rehabilitation of brain damage.
Today, however, a growing number of professionals are acknowledging its importance in the management of the
psychological/emotional suffering associated with brain damage. The aim of neuropsychological rehabilitation is not just
to promote the recovery of the altered brain functions, but also to improve the individual’s functional capacity, deal with
his or her experiences of loss and help him or her to again find a meaning to life.
Key words. Awareness. Brain injury. Cognitive disorders. Emotional disturbances. Neuropsychotherapy. Stroke.

132 www.neurologia.com  Rev Neurol 2014; 58 (3): 125-132

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