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Junto al Caporal y a la negra Maria Rosa, los negritos llegaron a Huancavelica en busca

del niño Dulce Nombre de Jesús y Fajardito, pero ¿sabe de dónde nace la tradición?,
aqui les contamos.

El artista e historiador Manuel Breña, manifestó que esta es una fiesta que data de la
época de la colonia y que nace con una leyenda que narra así:

Cuentan que un día vieron que un Hermoso Niño se había escapado del templo de Santo
Domingo y estaba jugando en las afueras de Huancavelica, luego nadie lo volvió a ver
hasta que ese niño apareció en una de las haciendas costeras de la región Ica.

Impresionados con su belleza, el caporal, un hombre blanco de barba rubia, ojos azules
y prominente nariz, ordenó a sus esclavos bailar en honor de aquel hermoso niño que
llegó a sus tierras, a la fiesta se unió la negra Maria Rosa, quien salió de su cocina con
cucharón en mano para bailar al niño.

Días después, el niño se volvió a perder, por lo que los negros preocupados lo buscaron
y preguntando a todos los arrieros que veían llegaron hasta la hermosa Villa Rica de
Oropesa.

Los negritos compartían su fruta fresca y cañas con los “serranitos”, así llegaron al
hermoso templo de Santo Domingo de Huancavelica donde encontraron al “Niño Dulce
Nombre de Jesús”, a quien desde ese día también llamaron popularmente “El Niño
Perdido”.

Junto a él, los mayordomos de la fiesta, sacan en andas al “Niño Fajardito”, quien en la
actualidad es el que sale de casa en casa comprometiendo a la gente para participar en la
fiesta.

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LEYENDA DEL NIÑO DULCE NOMBRE DE JESÚS


Cuenta la historia que ya hace muchos años en una de
las haciendas de Chincha había un español (Caporal) que, con su látigo, hacia trabajar
a unos esclavos negros quienes eran en si los hijos del español con su concubina la
negra María Rosa (Marica). Un día se apareció por la hacienda un hermoso niño (Niño
Dulce Nombre de Jesús) que los deslumbró y todos los negros empezaron a quererlo,
pero este niño se fue de la hacienda con rumbo a Huancavelica, al ver esto el Caporal
ordenó que los negros mas fuertes y robustos siguieran al niño. El mismo Caporal
acompañado de su concubina y los negros escogidos emprenden el viaje llevando
consigo los productos de su diario hacer (uvas, vino) pasando en el camino miles de
peripecias, así como algunas enfermedades y la muerte de algunos de ellos; después
de mucho recorrer llegan a Huancavelica en donde encuentran al Niño en el Templo
de Santo Domingo en compañía de sabios y doctores y le ofrecen su mejores galas y
bailes, para que al cabo de unos días el Niño es llevado por sus padres a su hogar y

los negros lloran su partida y se despiden de


Huancavelica.

LA FIESTA DE “LOS NEGRITOS DE HUANCAVELICA”


Esta fiesta costumbrista tiene como día central el segundo o tercer domingo del mes
de Enero de cada año. La fiesta se compone de 02 responsables de organizarla, el
Mayordomo y el Autor, los mismos que toman el cargo casi al finalizar la fiesta del año
anterior. El mayordomo se encarga de la parte religiosa de la fiesta (novenas, Trono,
Misa de Día, misa de despacho, ropa y atuendos del niño patrón) y el Autor se
encarga de la parte festiva, vale decir de organizar la cuadrilla de los negritos y de la
ropa y atuendos del niño Fajardito; la cuadrilla de los negritos se compone de
aproximadamente de 40 bailarines quienes bajo la convocatoria del autor realizan un
primer ensayo el día miércoles antes de la fiesta bajo la conducción de los Caporalitos
Mayor y Menor a la cual asiste el Mayordomo. El día viernes es la “llegada” que simula
la travesía de los negritos hacia Huancavelica a través de los caminos polvorientos,
cerros con nieve eterna y lagunas de agua helada, trayendo uvas y vino para invitar a
los “SERANOS”, con el saco volteado, una sombrero paja tejida (macora). Esa misma
noche se realiza el ensayo general y a las 12 de la media noche se realiza la
juramentación de los bailarines y se amanecen bailando y a las 5 de la mañana salen
para dar inicio al gran “ALBAZO”; en la tarde los negros van a recoger la ropa y demás
atuendos del niño Fajardito, lo mismo hace el mayordo

mo con la ropa del Niño Patrón para


arreglar los tronos de ambos. Al día siguiente (Domingo) es el día principal en la que
salen en procesión el niño Patrón y Fajardito con los negritos bailando delante de las
andas y al finalizar la misma se realiza la adoración de los niños por parte de los
negritos en la que bailan sin descansar unas 4 horas aproximadamente, luego de ello
son invitados por el mayordomo al gran “BANQUETE” teminado esto se dirigen a
“PALACIO” (lugar donde el autor atiende a los negritos) y aquí el autor ofrece otro
banquete a los familiares de los negritos. EL Día Lunes (UMACCAMPI) es el día
dedicado al niño fajardito y de los negros, también se realiza otra procesión, esta ves
de recorrido mas corto que el día anterior, terminada la procesión se r

epite la adoración y se designan a los


nuevos mayordomos y autores, el día martes es el “DESPACHO” en la cual los
negritos ya no encuentran al niño Dios y se van llorando de Huancavelica prometiendo
regresar al año proximo.
La fiesta del Niño perdido y los negritos de Huancavelica

Recordando los años de mi niñez, en tierra huancavelicana, perduran aún en mi memoria


festividades similares a las que hay en nuestra tierra ayacuchana, como son la semana santa sus
tradicionales corridas de toros, y como en los días de navidad y comienzos del año nuevo los
danzas de la bajada de reyes así como de los danzaq (danzantes de tijeras), pero uno en particular
es la que más recuerdo por sus danzas coloridas: La festividad del Niño "Dulce nombre de Jesús"
(Niño Perdido), que se venera en el templo de santo domingo de Huancavelica.

Cuenta la tradición que una vez desprendiendose de los brazos de la virgen


santísima se habia escapado de la iglesia de Santo domingo, el niño Dios y se encamino hacia las
afueras de la ciudad y se detuvo en una hacienda donde el patron hacia trabajar a los esclavos,
venidos de la costa por la vía de castrovirreyna. Al darse cuenta del estraordinario
deslumbramiento del niñito, el capataz blandio su latigo o tronador y ordeno a que bailaran en su
homenaje. Desde entonces, conoce la feligresía, con el denominado del Niño Perdido. El festejo,
que es una mezcla de religiosidad y tradición popular a la que también se la denomina la Negrería,
se inicia cada 14 de enero y dura cinco días, por cierto la afluencia de visitantes crece para
participar en la festividad, donde además se organizan diversas ferias.

En la ciudad de Huancavelica se vienen celebrando desde el pasado viernes 14 de enero, la fiesta


del Niño Perdido. Esta festividad simboliza la presencia de los negros esclavos de haciendas
costeñas de Ica, quienes llegaban a Huancavelica para rendir homenaje al niño Jesús.

Las actividades por este tradicional festejo, que se celebra en todo el departamento, empiezan a
fines de diciembre. La comunidad de Chaccllatacana –ubicada a 30 minutos de la capital de la
región, y a 700 metros de la mina Santa Bárbara– es la anfitriona de la primera fiesta que se
celebró entre el 30 de diciembre y 2 de enero. Ese día, miles de devotos hicieron un peregrinaje
en honor a los niños Callaocarpino y Jacobo Illaness. Durante el recorrido Los Negritos danzaron
acompañando a la procesión. La fiesta continuó con una corrida de toros, shows artísticos y un
gran cortamonte. Los Negritos se despidieron gritando huatancama (el otro año regreso).
Luego vino la Fiesta de los Reyes, o Bajada de Reyes, que se celebró en diversas localidades de
Huancavelica, pero es entre el 14 al 18 de enero en que se realiza la fiesta principal y donde los
protagonistas son Los Negritos.
Esta fiesta se escenifica, como mencionamos, en la ciudad de Huancavelica, y en ella participan
bailarines, músicos, pobladores y visitantes, quienes danzan y cantan en agradecimiento por el
hallazgo de la bendita imagen del niño Jesús.

Protagonistas
Los danzantes animan la procesión de las imágenes del Niño Perdido y de la Virgen María que
recorren las principales calles de Huancavelica, seguidos de miles de fieles. Alegres e impetuosos,
los danzantes bailan al ritmo de las bulliciosas orquestas.
Encabezando el grupo va un capataz que porta una máscara de color blanco y un látigo en la
mano. Los demás llevan máscaras de color negro. En el último día de la celebración, Los Negritos
se despiden llorando de la imagen del Niño Perdido que es guardada en el interior de la iglesia de
Santo Domingo. Ellos tocan una y otra vez la puerta, esperando que sean abiertas, pero como no
ocurre, comprenden que tendrán que esperar hasta el siguiente año. Resignados, pero contentos,
se retiran danzando.

Los danzantes estan conformados por 20 a 24 participantes más o menos, con mascaras de color
negro, empezando por por el “Caporal” o “Huaqra Senqa” (nariz larga) representado al capataz
blanco, que látigo o tronador en mano, viene abriendo campo y obligando a bailar a los danzantes
para el Niño Perdido.
Este clan, el día central o de la Procesión del Niño Perdido, rinden en cada esquina que descansa
el anda, hermosos salmos o discursos, escritos por poetas huancavelicanos, tradicionistas
huancavelicanos; concluida la procesión los negros bailan el atipanacuy que se reproduce en
movimientos con el taco, esta baile dura varias horas, luego del cual salen danzando por calles y
plazas; para el último día entre llantos y ataques de “María Rosa” realizan la despedida; con caña
al hombro y tonada especial interpretada por los músicos; se irán bailando por las calles de
Huancavelica.

Sus orígenes
La tradición cuenta que el Niño Perdido era Patrón del valle de Ica y que, por un descuido de sus
devotos, se perdió. No se sabe cómo el travieso niño apareció en la ciudad de Huancavelica. El
pueblo, gracias a unos viajeros, se enteró del lugar donde se encontraba y salió decidido a
rescatarlo.
Esta historia es representada por los danzantes. En la fiesta, Los Negritos
simulan llegar desde la costa en busca del Niño Perdido, montando burros y caballos, con
productos de la región como aguardiente, vino, mango, sandía, uvas y otros.

Con la comparsa llegan personajes como el “Marica” o “María Rosa” y el “Waqra Senqa” o
“Abrecampo” con su látigo “tronador”, quien abre el paso de la “negrería”, que llega encabezada
por el “Embajador o Branquito”, quien lee en cada esquina la proclama de los “Reyes Magos”.
En la tarde del día siguiente salen disfrazados con monillo de seda, sombrero de paja, pantalón
blanco, una campanilla y pañuelo en la mano. Durante la procesión, estos negros acompañan con
cirios y se cubren la espalda con mantas bordadas. Ellos van cantando alegremente en honor del
Niño Perdido.

Fuente, diario El Peruano, 12-ene-2011. y Turismohuancavelica.com

El viernes 22 de agosto, Día Mundial del Folklore, en un ambiente abierto, el Ministerio de


Cultura hizo entrega de las Resoluciones Ministeriales a los gestores de las Declaratorias
como Patrimonio Cultural de cuatro manifestaciones del folklore huancavelicano: El
carnaval de Chocorvos, los Pituteros, El auto sacramental de La adoración del Niño Occe
del 6 de enero y la Fiesta del Niño Dulce Nombre de Jesús y la danza de Los Negritos de
Huancavelica fueron recientemente consagrados como Patrimonio Cultural de la Nación.

El Ministerio de Cultura hizo entrega el 22 de agosto, Día Mundial del Folklore, de las
resoluciones ministeriales respectivas a los gestores que declararon Patrimonio Cultural a
esas manifestaciones del folklore huancavelicano, en presencia de los cultores de cada
manifestación.

La gestión para la declaración patrimonial de la Festividad del Niño Dulce Nombre de


Jesús y la danza de Los Negritos de Huancavelica, contó con la participación de tres
instituciones a través de los expedientes presentados por la Asociación de Negritos y la
Dirección Desconcentrada de Cultura de Huancavelica, José Luís Requena Egas,
asesorado por la antropóloga Gledy Mendoza Canales, investigadora de la Escuela
Nacional Superior José María Arguedas (diciembre 2013) y la Asociación Hatun
Huancavelica (marzo 2014).

ORÍGENES
La Festividad Niño Dulce Nombre de Jesús, se extiende por cinco días, siendo el segundo
domingo de enero el día central, en que se presentan dos andas, la del Niño Dulce nombre
de Jesús y la del Niño Fajardito, réplica del Niño Mayor, acompañado de San José y la
Virgen María.
¿De dónde negritos en Huancavelica? Unos cuentan que el Niño Jesús bajó de los brazos
de la Virgen del Rosario del templo Santo Domingo de esta localidad, y llegó hasta Chonta,
y luego a una hacienda de Chincha, donde laboraba un grupo de esclavos africanos
vigilados por un cruel caporal; ellos quedaron prendados del Niño y lo siguieron hasta su
regreso a Huancavelica. Desde entonces, los negritos visitan Huancavelica cada año a
adorar al Niño, motivando la celebración de la fiesta.
Su llegada carga de emoción a la ciudad, la cuadrilla hace su entrada desde la carretera
que comunica con la costa, en una gran caravana de jinetes, encabezada por el Caporal
WaqraSenqa (naríz de cuerno) y su mujer y madre de los negritos, la exhuberante María
Rosa o “La Marica”.

Todos temblando de frío e invitando cachina y uvas a las “seranitas y seranitos”. La


caravana avanza realzada por la banda y el caporal lee un bando en las esquinas,
anunciando el desarrollo de la fiesta a nombre de los mayordomos, con alusiones jocosas.

ESTUDIOS
La alegría, colorido y gracia de la danza, va hinchando de emoción a la población de
Huancavelica, en especial a los niños y jóvenes, que buscan tener la oportunidad de ser
parte de la cuadrilla; asimismo, esta fiesta revive la memoria de la historia de este pueblo
en tiempos de la colonia y en especial de la producción del mercurio, que dio fama mundial
a Huancavelica y la presencia de la población negra en la minería y la ciudad como
capataces y artesanos, entregando significado a la ruta que relaciona al pueblo
huancavelicano con la costa y el mundo.
ESTUDIOS Y ARTÍCULOS
◘ La festividad y la danza de los Negritos, han motivado estudios que enriquecerán las
publicaciones realizadas por nuestro insigne folklorista Sergio Quijada Jara y la del
conjunto de monografías y artículos compiladas por José Requena Egas.
Antonio Muñoz Monge
Redacción

Fiesta del Niño Dulce Nombre de Jesús o Niño


Perdido en Huancavelica
La fiesta del Niño Dulce Nombre de Jesús, también conocido como Niño Perdido, es una
festividad que se lleva a cabo en algunos departamentos peruanos, aunque celebrado de
diferente manera, como en el caso de Huancavelica donde la figura de los danzaste
conocidos como “Negritos”, es verdaderamente resaltante. La celebración en homenaje a
este Santo Niño es importante y se lleva a cabo en los días de la segunda semana de
Enero, aunque la fecha es movible.
Existen diferentes historias acerca del origen de este culto en la región de Huancavelica,
sin embargo ambas presentan características similares, ya que en estas se habla de un
niño (en algunos casos se dice que es una imagen, en otras que un niño travieso) que era
patrón del Valle de Ica y que un día se pierde y nadie sabe a dónde va a parar. La primera
leyenda, acerca de la imagen del niño, dice que en la época existieron rumores de que
este llegaba a Huancavelica, más que nunca se le encontró y que en su homenaje los
danzantes llamados “Negritos” representan la llegada de los esclavos costeños a
Huancavelica en busca de su “Niño perdido”. La otra historia dice que los pobladores de
Huancavelica vieron llegar al niño hasta sus terrenos y que armaron un grupo de rescate
para ir a su encuentro. Ambas leyendas presentan el final común un culto en donde las
danzas en homenaje al pequeño niño se encuentran presentes y donde Los Negritos son
un elemento verdaderamente infaltables.
Los Negritos, ya antes mencionados, son unos danzantes que presentan coloridos trajes y
que llevan además máscaras. Estos aparecen cabalgando bravos corceles, entre caballos
y burros y simulan ser aquellos hombres que años atrás llegaron a tierras huancavelicanas
en busca de sus preciados niños. A estos es común vérselos cargaos de diferentes
productos, entre los que se encuentran tales como aguardiente, vinos, y diferentes frutas
como son mangos y uvas.
Acerca de los danzantes y las máscaras que portan (junto con los personajes que
representan) es destacable en esta celebración, mencionar que se trata de al menos 24
bailarines en escena y que esta se ve marcada por la presencia del Caporal quien es
reconocido por presentar una máscara con una nariz prominente y que representa al
capataz blanco. Este es el encargado de obligar, mediante su látigo, a que todos participen
de la danza.
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Los Mejores To
Quejas del alma por la ingratitud y olvido al forjador de nuestra

costumbres. Homenaje póstumo a don Isidoro Miranda Neyra,

promotor, conservador y difusor del folklor huancavelicano……

ANTECEDES MAGICOS

Cuenta la historia que en una lejana hacienda de Chincha, un

gamonal del lugar perdió a su menor hijo en circunstancias muy

raras. Dicho patrón querÃa mucho a su hijo, además era el


único y él se sentÃa muy viejo. Ante tal circunstancia el

patrón ordenó a su antiguo caporal que organizara a sus

esclavos negros e inmediatamente se pongan a buscar al niño.

Con esa severa orden salen de Chincha el caporal y la cuadrilla

de negros esclavos.

HabÃan caminado varios dÃas y no hallaban noticias del niño.

Caminaban y caminaban alejándose de las tierras ubérrimas y

calurosas de Chincha. Se ataviaron con frutas, vino y aguardiente

para proseguir con la búsqueda.

Después de varios dÃas de caminata en burros, mulas y

caballos distinguen en las alturas de un cerro distante, cerca de

una apacheta a un niño que les levantaba la mano;

sorprendidos ante tal presencia, el caporal y su comitiva de

negros apresuraron el paso para dar alcance al niño. Llegaron

al lugar y el niño habÃa desaparecido. Siguieron su camino

hasta los nevados de Portachuelo y Chonta y en la distancia

vuelven a distinguir al niño que juguetonamente les levantaba el

brazo. En ese un momento quisieron regresar los comisionados

negros pues el frÃo era penetrante, ante esta pretendida acción

el caporal ordenó seguir con la marcha pues el patrón en

Chincha los azotarÃa hasta matarlos. Temerosos continuaron el


camino para dar alcance al niño. Pasaron la cordillera y

llegando a la cumbre atisban nuevamente al niño en la planicie

de Lachocc. Sorprendidos apresuraron el paso para dar alcance

al niño, pero lo pobres negros temblaban de frÃo y traÃan el mal

de la costa. La terciana. Y no dieron con el niño.

Estaba lejos de sus cálidas tierras y ya no podÃan regresar pues

el mal de la terciana los agobiaba y buscaban un lugar donde

descansar. Buscaban un poblado donde pernoctar y alimentarse.

El mal que llevaban consigo era cada vez más notorio.

Ya en el camino para llegar a Huancavelica unas mujeres

lugareñas prestaron sus monillos, a los desfallecientes negros,

para que de alguna manera se abriguen.

Llegado a la ciudad acamparon en la puerta de la iglesia de

Santo Domingo y como eran muy apegados a los mandamientos

de la religión pidieron al cura de la parroquia que los bendiga y

les permita escuchar misa, al ingresar miraron atónitos un altar

de la iglesia y en una urna se encontraba el niño que tanto los

habÃa llamado.

Confundidos y emocionados se arrodillaron y a la vez entonaron

sus canticos y loas propias de los negros del Õfrica, luego al


son de la percusión de instrumentos negroides empezaron

adorar al “Niño Perdido― con danzas variadas y rÃtmicas.

DE LA LEYENDA A LA TRADICIÓN COSTUMBISTA

Fue a principios del siglo XIX que esta leyenda religiosa toma

forma evangélica o catequista y se instaura la celebración del

“Niño Perdido” más conocido como “Dulce Nombre

de Jesús, entre el 14 y 18 de enero de cada año.

Autor: Es la persona encargada durante el año de organizar el

baile de los negritos

Mayordomo: Es el responsable de todo el aspecto religioso para

el “Niño Perdido―.

LLEGADA DE FIESTA

Concentración de los autores, familiares, amigos y pueblo en

general en la estación del ferrocarril de Huancavelica, para la

recepción de la Banda de música para deleitar con lo mejor de

su repertorio para el público concurrente.

Recorrido por las principales calles de la ciudad hacia el lugar

denominado Pucachaca (barrio de Yananaco) al encuentro de los

“negritos “ que previamente se han concentrando y acicalado


con sus respectivos disfraces. Lo caracterÃstico son sus macoras

de paja a la usanza costeña.Unos a pie y otros a caballo.

LOS PROTAGONISTAS

En esta tradición participan bailarines, músicos, habitantes de

Huancavelica y visitantes que danzan y cantan en agradecimiento

del hallazgo de la bendita imagen del hijo de Dios.

1.- Caporal, branco, abre campo o huacrasenja (nariz

exageradamente pronunciada) cuya caracterÃstica es la

máscara de un hombre blanco con nariz en forma de salchicha y

ojos verdes. Macora, monillo especial, pantalón blanco y botas

de cuero hasta la rodilla. Siempre en la mano con un tronador o

azote trenzado con cuero

Es el responsable de guiar, mantener la disciplina de los negritos

y guardar el orden público mientras actúan los negritos.

El dÃa de la llegada lee en los lugares establecidos el bando

oficial o manifiesto, cuyo contenido es sarcástico y pÃcaro, en

muchos casos crÃtico con las autoridades, mayordomos y

autores, como: “De allá traemos el vino que es zumo de la

uva y aquà tomaremos el vino, zumo de la coronta(chicha).


Como portavoces de sus patrones (El autor y mayordomo), a

quienes los motejan previamente de apodos, “invitando a

todos los aficionados al vicio, chupacañas, traga en embaldes, a

beber y comer a pierna suelta” “ucucha (raton) al palo,

aderezado con grasa de llama, jugos especiales preparados con

aguas negras y lodo de pantano” y “en el banquete

degustar el rico tallarÃn de cuicas (lombrices) y chirrirrincas

(moscardón)

“Visitaremos e invitaremos a las autoridades para que

engorden más en nuestro banquete y baile con Mariarosa―.

Refiriéndose a las autoridades licenciosas.

2.-“Mariarosa― o Marica, coqueta y atrevida,

supuestamente la que cuida de los negritos, es un personaje

jocoso que danza con el hijo cargada en la espalda, en una mano

la canasta para recoger los regalos o hurtos que hace en su

recorrido por la ciudad y un cucharon o huisla, cargada de barro

para hacer comer a los distraÃdos.

En la llegada este personaje llega montada en una caballo,

siempre con el hijo en la espalda y en una mano lleva una


canasta y una gallina, mientras la otra guÃa las riendas de la

acémila.

Negra siquisapa, es decir abultados glúteos con trapos y

vestimenta imitando a la usanza colonial, además lleva un gran

pañuelo que le sirve de reboso, una macora y máscara negra

con gruesos labios, exageradamente pintados de rojo chillón

para besar a los hombres traidores y borrachos;

consecuentemente para ser celados por sus parejas.

3.- Los negritos grupo de 24 o más integrantes, con máscaras

negras de cuero. Los que representan al negro mayor llevan

barbas cocidas con crin de caballo haciendo diminutas motas;

sombrero de paja al estilo huancavelicano, adornado con cintas y

plumas multicolores. Las cintas se deslizan hasta la espalda y las

plumas son una especie de penacho en la parte frontal del

sombrero.

Visten monillos de un solo color por dÃa de fiesta. Pantalón

blanco, campanilla y pañuelo en las manos. El negro mayor

lleva además un chicote o látigo trenzado y pequeño.

LLEGADA
Los danzantes representan a los esclavos chinchanos. Han

llegado a la ciudad a caballo y a pie. Delante de ellos va un

capataz que, con látigo en mano, Acompañado de la negra

“MarÃa Rosa―

En la llegada los burros cargan costales con botellas de vino y

carne ahumada, asà como cestas con frutas para invitar a todos

los curiosos que acompañan o esperan en la puerta de sus

casas.

ALBA Y VISPERA

Desde la madrugada los vecinos despiertan con la detonación

de cohetes y camaretazos que en la actualidad se prolonga hasta

las diez u once de la mañana. Bailan en la plazuela de Santo

Domingo todos los visitantes, familiares y los infaltables

personajes de la cuadrilla de negritos (bailan con máscaras y

sacos de vestir volteados).

En horas de la tarde, salen los negritos a visitar a los

colaboradores con un atuendo de lujo o especial. Õgiles y

alegres, los negritos bailan a los compases únicos y originales

de una banda de músicos.


En la vÃspera, en horas de la noche se revientan castillos y

castillones, bombas japonesas, cohetes de luces y todo es

algarabÃa.

DIA CENTRAL

Según el folklorista Sergio Quijada Jara, en su obra

“Estampas Huancavelicanas― dice :, Después de una

gran misa solemne, sale la procesión de la Iglesia Santo

Domingo en el siguiente orden: primero el “Niño

Perdido”, luego su hermanito “Ami Corazón” (le

llaman asà porque la Virgen del Rosario le tiene entre sus brazos

al lado del corazón), y por último sale su hermanito menor

llamado Fajardito en compañÃa de su madre MarÃa Belén y

San José. La procesión de las tres andas recorre las

principales calles. Los negros acompañan sin sombrero,(ahora

los cuelgan hacia atrás) con cirios en la mano, con casacas

bordadas con hilos de oro y plata y que llaman “cotón―,

van cantando y recitando loas en honor al niño.

Antes de introducir las respectivas andas a la iglesia, los negros

realizan la competencia o contrapunto ,bailando con el taco por


más de dos horas continuas. Luego se dirigen al gran banque

que ofrece el mayordomo.

Despedida: “El autor― es encargado de despachar a los

negritos, dándoles una lliclla(simulando que se van ataviados

con productos de la región a su tierra chinchana) y una caña al

hombro.

Una puerta cerrada: El último dÃa de la fiesta, en la despedida,

los negritos lloran al ver cerrada la puerta de la iglesia de Santo

Domingo tocan una y otra vez la puerta, pues quieren ver una vez

más las imágenes homenajeadas que ya descansan en el

templo, pero nada. Nadie les abre. Resignados de su suerte se

retiran. Luego de tanta pena se dirigen bailando una melodÃa

especial a la pampa de los baños de San Cristóbal o en veces

al cerro de Santa Inés Pata donde bailan al compas de la

banda, que ejecuta el tono de “ataque final― de una dura

batalla. Luego, se quitan los disfraces y se retiran bailando.

Huatancama. Hasta el próximo año.

PARTICULARIDADES

*Lenguaje muy particular deformado o motejado del habla

hispana, con la idea de recordar al negro africano


Son congonea= disfrutar y bailar con mujeres

Cuirao= Mucho cuidado

Narama= nada mas

Branco= blanco

Son catriga = cuidado con el castigo, etc.

Cada coreografÃa tiene su propia música, cuya originalidad se

pierde en el tiempo y es único en su género, pues habÃa un

tono adecuado para cada momento de la fiesta:

– Entrada

– Alba

– ZapatÃn o tacón de palo siendo este el más alegre y rÃtmico

– Despedida: muy original y nostálgica

– DÃa

– Procesión

– Se baila la marinera serrana, la qachua a parte de las danzas

mencionadas.
Con tristeza y con mucha pena vemos los huancavelicanos de

ayer como se viene tergiversando y adulterando esta maravillosa

tradición netamente huancavelicana.

Nuestra queja es contra las autoridades competentes de la

cultura y tradición que no han hecho nada por conservar su

verdadera esencia musical y coreográfica. Y se debe declara

patrimonio huancavelicano. En la actualidad cada quien es una

autoridad porque no existe un patrón, guÃa y partitura que

oriente. Con el correr de los años sufre fuertes variaciones

Este modesto trabajo, con mucho aprecio para mi sobrino Miguel

Morales Yábar, autor 2012 de los Negritos de la festividad del

Niño Perdido en la ciudad de Huancayo.

de HUANCAVELICA, el sábado, 21 de enero de 2012 a la(s)

17:35 ·

LOS NEGRITOS DEL NIÑO PERDIDO DE HUANCAVELICA

(Recopilador Orlando Contreras Osorio).

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