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3 días en la isla de Tenerife

Día 1. El Teide, La Orotava e Isla Baja


El Teide y La Orotava
Este recorrido comienza en El Teide, al que se accede por varias carreteras,
tanto por el norte como por el sur de la isla. Puedes recorrer todo el Valle de
Ucanca, una inmensa llanura de lava volcánica, y fotografiarte junto a los Roques
de García con el Teide de fondo. En los Roques hay un mirador con unas vistas
excepcionales de Las Cañadas. Si lo deseas puedes subir hasta la cima tras
solicitar un permiso en las oficinas del Parque Nacional. Un moderno y seguro
teleférico te dejará a unos 200 metros del final, mientras que el resto hay que
hacerlo a pie por unos senderos que conducen hasta el pico. Las vistas a 3.718
metros de altitud son impresionantes.

Del Teide al Norte. Puedes comenzar por La Orotava, pueblo con un bello
conjunto histórico. No te pierdas la visita a la Iglesia de la Concepción, la de San
Agustín, la Casa de los Balcones y el Ayuntamiento. Aquí puedes comprar los
apreciados productos de artesanía típica de la Isla.

Isla Baja
Es la zona más al noroeste de la Isla y en ella encontrarás pueblos con gran
encanto como Los Silos, Garachico o Buenavista del Norte. La carretera que los
recorre te llevará hasta el Parque Rural de Teno, un enclave único que te dejará
maravillado por lo abrupto del paisaje.

Día 2. Santa Cruz, La Laguna, Las Teresitas y bosques de Laurisilva

Santa Cruz y La Laguna


Santa Cruz y La Laguna son dos ciudades que con el tiempo han acabado
uniéndose, aunque siguen siendo muy diferentes. Animada y vanguardista La
Laguna, de porte más señorial y solemne Santa Cruz. En esta última, su Auditorio
o pasear por las calles que rodean a la Iglesia de la Concepción son propuestas
muy aconsejables.
En La Laguna, visitar el conjunto histórico es de obligado cumplimiento, ya que
fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1999. Los edificios más
emblemáticos son la Catedral, la torre de la Iglesia de la Concepción y el Museo
de Historia de Tenerife.

Las Teresitas
Para acceder a esta playa necesitas recorrer unos cinco kilómetros desde el
corazón de Santa Cruz. Nada más llegar te encuentras con el barrio pesquero de
San Andrés, plagado de pequeños restaurantes donde preparan sabrosas recetas
de pescado frito, calamares y otros productos del mar. No esperes locales de
postín ni florituras; lo que prima es la comida fresca y preparada al modo
tradicional. Tampoco has de preocuparte mucho por las apariencias. Los
comensales suelen aprovechar un alto en su día de playa para venir a almorzar
en chanclas y bañador, y luego continúan su periodo de relax bajo el sol.

La arena rubia de Las Teresitas se extiende varios kilómetros a lo largo. Por eso es
estupenda para dar largos paseos por la orilla. Muchos optan por pasarse el día
entero aquí disfrutando de sus aguas tranquilas y plácidas, al arrullo de las
palmeras tropicales cuando son acariciadas por la brisa.

Bosque de Laurisilva
Desde la playa de Las Teresitas es sencillo acceder al Parque Rural de Anaga. Al
ascender por la carretera te deleitas con las vistas sobre el océano. Tu destino es
uno de los bosques de Laurisilva más antiguos del planeta. Un frondoso
laboratorio natural con especies vegetales y animales que no hay en ninguna
otra parte del mundo.

Día 3. Avistamiento de cetáceos, acantilado de Los Gigantes y Masca

Avistamiento de cetáceos
En las cristalinas aguas del sur de Tenerife habitan varias colonias de cetáceos. El
apuntarse a una excursión para avistarlos se ha convertido en una de las
actividades preferidas de los turistas. Es también una de las que más huella les
dejan durante sus vacaciones en la Isla, por la belleza y la paz que les transmiten
estos animales.
Se dejan ver todos los días del año (algo que ocurre en pocos lugares del
mundo), y nadan además muy cerquita de la costa, a unas escasas tres millas.
Para disfrutarlos como debe ser, súbete a alguno de los barcos que zarpan a
diario con ese fin desde Los Cristianos, Puerto Colón o Los Gigantes.

Acantilado de Los Gigantes


Nacen al borde del mar, y su altura da vértigo. Alcanzan hasta 600 metros de
altitud. Éste es uno de los tesoros naturales de Santiago del Teide; el otro es la
Playa de la Arena, de bandera azul, que se abre en su costa. Es una de las más
valoradas de la Isla y su belleza salta a la vista. Ideal para darse un baño con
vistas a la isla de la Gomera.

Masca
Este pequeño caserío al que se accede desde Santiago del Teide —por la
carretera TF- 436—, se esconde en lo alto de un barranco que es punto de
referencia para los amantes del senderismo y la naturaleza. El sendero, que baja
hasta el mar, es de dificultad alta, recomendado solo a expertos senderistas.

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