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VIOLENCIA

ANTES
Favorecer una convivencia escolar democrática, participativa y justa, donde todos se sientan involucrados en la comunidad
educativa.
Se sugiere repensar la vida institucional y los vínculos que allí se dan. Crear en la escuela un clima de valores que permita
comprender el verdadero crecimiento se da en el intercambio con los otros.
Crear espacios para que los alumnos construyan identificaciones que no generen manifestaciones de maltrato hacia sus
compañeros.
Brindar condiciones para que los alumnos puedan allí sentirse valorados por las personas adultas y sus compañeros.
Crear espacios para participación de acuerdos escolares de convivencia ya que asegurara el conocimiento y aplicación de
las normas de convivencia y los derechos y obligaciones que tiene cada actor de la vida institucional.
Debemos generar instrumentos para la resolución pacífica de los conflictos y ser conscientes de que las respuestas a los
conflictos también se construyen de manera colectiva.
Interpretar y analizar los hechos de violencia desde una perspectiva ética, entendiendo que toda violencia en la escuela,
ejercida por cualquiera de sus actores es un hecho de injusticia.
Generar discursos y prácticas que posibiliten a los alumnos tomar una posición de rechazo a las acciones violentas y una de
empatía y solidaridad respecto a quien sufre una agresión.
Construir vínculos con las familias, hacerlos partícipe en esto, por eso la guía sostiene que se debe diseñar un compromiso
con las familias: propiciar un encuentro entre las familias para que puedan manifestar lo que esperan que ocurra y
expliquen lo que van a hacer en función de la posible solución del conflicto, para así poder llegar a un acuerdo. Luego se
debe registrar por escrito todo lo acordado en la reunión con los familiares.
Un punto fundamental es trabajar la AUTOESTIMA, muchas veces las personas agresivas parecen muy amenazadoras, pero
en realidad significa que tienen muy poca autoestima, carecen de confianza en sí mismos y buscan poder y control. Por lo
cual se debe trabajar en la REVALORIZACIÓN PROPIA, lo que implica desarrollar y fortalecer la capacidad para afrontar las
dificultades comprometiéndose en la reflexión, la decisión y la acción como actos consientes e intencionales.

Ayudar a la formación de los estudiantes para que puedan ir progresivamente haciéndose cargo de sus obligaciones.
Construir capacidades de comunicación:
La comunicación es un tema prioritario en la construcción de la convivencia, en la adquisición de habilidades para la
resolución de conflictos, en el desarrollo personal y el respeto por uno mismo y por los demás.
Es importante no ver al otro como un enemigo o adversario, sino como alguien que tiene una opinión diferente. Y en estos
casos el dialogo es el primer paso. En la dinámica del grupo son necesarios los ejercicios que promuevan la apertura de
canales de comunicación.
Respetarse, valorarse y quererse a uno mismo: si uno se desprecia no podrá comunicarse bien con los demás, se replegará,
se acobardará.

Se debe aprender a escuchar:


Mirar a la otra persona cuando estamos hablando, prestar atención, a lo que está diciendo, escuchar sin interrumpir, tratar
de entender el punto de vista de la otra persona.

Tratar de ponerse en el lugar del otro:


Se debe desarrollar y fortalecer la capacidad para sentir y expresar preocupación y consideración por los otros.
Si no se tiene en cuenta al otro es difícil establecer una comunicación. En el ida y vuelta de la relación, cada uno tiene su
espacio, su tiempo para expresarse y posee el derecho a ser escuchado y tenido en cuenta. Se debe saber que desde el
dogmatismo (solo yo tengo la verdad, los equivocados son los otros) la comunicación se hace difícil.
Expresar los sentimientos:
Expresar y controlar los sentimientos es uno de los aspectos más difíciles con relación a situaciones de violencia.
Muchos conflictos no pueden resolverse simplemente por la incapacidad de expresar abiertamente los sentimientos.
Cuando dos compañeros se han peleado, y a pesar de haber llegado a un acuerdo no pudieron expresar su bronca, su
impotencia, estos sentimientos quedan guardados en forma latente, para volver a surgir ante el mínimo desacuerdo.
La dificultad es que no siempre se sabe expresar lo que se siente, porque no hemos sido educados para eso, el aula debe
ser un excelente espacio para intentarlo.
Cuando uno puede expresar lo que se siente, además de comunicárselo al otro, lo está clarificando para uno mismo.

El rol del docente puede favorecer o inhibir situaciones de violencia

Abuso de poder: Cuando se abusa del poco o mucho poder que se posee frente a los alumnos se ésta en realidad, avalando
la tendencia de los chicos de abusar de quienes son más pequeños, más débiles o más indefensos. Una actitud arbitraria de
los docentes frente a situaciones de injusticia o iniquidad genera y legitima la violencia

Pérdida de Control: Existen casos de docentes en donde son incapaces de controlarse frente a situaciones que lo
desbordan, lo que genera violencia permanente más atrevidos, pierden el control gritando, humillando públicamente a
algún alumno que haya transgredido las normas, descargándose en una situación de absoluta desigualdad, porque además,
está prohibido contestar.

La discriminación: La falta de empatía con algunos alumnos o el exceso de simpatía hacia otros divide al grupo entre los que
caen bien y los que no. El profesor, aun reconociendo sensaciones contradictorias, tendrá que tomar conciencia de sus
propias actitudes de discriminación e intolerancia, otra de las formas que toma la violencia sobre las personas.

La mentira: Docentes que mienten, que faltan a l verdad y engañan a sus alumnos acreditan la mentira como una forma
valida de relación, como una posibilidad no sancionable de abusar del otro. Porque quien miente al otro cree dominarlo y la
dominación es otra de las forma de violencia.

La indiferencia: Uno de los mecanismo de defensa de los docentes frente a la violencia es la indiferencia, “no escuchar”,
“no estoy a cargo del recreo”, “decile a tu maestra”, los profesores elijen no darse cuenta. De este modo se transfiere el
modelo hacia los alumnos “No te metas”, “No tomes partido”, no sea cosa que quedes involucrado.

Muchas veces la violencia es ejercida porque los alumnos no lograron lidiar con la presión que conllevan, porque no
pudieron superar un fracaso o alguna situación negativa que se les presentó, por eso la escuela puede la bese para la
prevención de la violencia en jóvenes y adolescentes, y es a través del concepto de RESILIENCIA.

RESILIENCIA:
 Capacidad de afrontar y superar los problemas y adversidades de la vida y construir sobre ellos.
 Capacidad de forjar un comportamiento positivo pese a las circunstancias difíciles.
-Los docentes deben utilizar el lenguaje de resiliencia, refiriéndose a la capacidad de superar adversidades, comentando
historias personales de gente que ha sido capaz de superar circunstancias adveras, etc.
-Proponer respuestas que promuevan la resiliencia ante situaciones de adversidad.
Diseñar intervenciones, tales como programas o actividades, donde la promoción de la resiliencia sea el eje central.

Las claves del trabajo por la no violencia es trabajar para que lo real pueda simbolizarse, es decir, para que los actos no
sean necesarios porque la escuela, el aula con su docente y alumnos, ofrecen y legitiman espacios para poder hablar sobre
lo que pasa, lo que se siente, lo que se teme. Por lo que este aspecto sugiere trabajar los siguientes ejes:

- Si alguien mayor quiere pelear es importante no aceptar el desafío


- Se debe tomar conciencia de no exponerse innecesariamente a situaciones de peligros yendo a lugares donde se
sabe que puede haber riegos
- Ofrecer alternativas de acción si una situación de esta índole llegara a pasar en la calle. Por ejemplo entrar a un
negocio y llamar a un familiar o dar aviso a un policía.
- Que hacer frente al abuso de un adulto sobre un niño
- Difundir estos aspectos en otros círculos: contarles a los amigos lo aprendido, realizar talleres con los padre, etc.

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