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Como se enseña a ser niña: El sexismo en la escuela by

Montserrat Moreno. Editorial Icaria ocho de marzo (Barcelona)

2000

Nuestra fantasía transforma la realidad y la reconstruye dentro de cada uno dándole una

forma particular que se parece más a quien la imagina que a la realidad exterior. Para

cada uno solo es posible lo que puede imaginar, solo es real lo que piensa que existe y

solo es cierto aquello en lo que cree. (Pág. 7) Realidad individual que es producto del Commented [C1]: Intro para tema: Aprendizaje e
internalización de los roles de género.
desarrollo per ser del sujeto y todos los factores contribuyentes al mismo. “Somos

quienes somos producto de qué nos enseñaron que somos, así mismo sobre qué es el

otro”.

Nuestra forma de pensar está fuertemente condicionada por la sociedad a la que

pertenecemos, su cultura e historia.

Nosotros no organizamos el mundo de manera original con nuestro pensamiento, sino

que nos limitamos casi siempre a aprender la forma como lo han organizaron quienes

nos precedieron. (Pág. 8)

Una madre, al enseñar a hablar a su hija, además de enseñarle a comunicarse, le está

enseñando también un sistema para interpretar el mundo.

La escuela tiene marcada una doble función: la formación intelectual y la formación

social de los individuos. (Pág. 10)

La formación intelectual, científica y social, la escuela transmite los sistemas de

pensamiento y las actitudes sexistas, aquellas que marginan a la mujer y la llevan a que

sea considerada como un elemento social de segunda categoría. (Pág. 11)


Antes se pensaba que el ser humano estaba preformado y por lo tanto predestinado; esto

surgió cuando en 1672 se descubrió la existencia de los espermatozoides y científicos se

adhirieron a la teoría del “homúnculo” preformado, que defendía la idea de que, dentro

de cada espermatozoide humano, había una diminuta persona perfectamente terminada

que no tenía más que crecer para convertirse en un niño. (Pág. 12) Teoría que luego fue

descalificada.

Algo importante es que lo que caracteriza el pensamiento científico es su mutabilidad,

dígase, la capacidad que tiene de estar en continuo cambio, en continua búsqueda de

nuevas formas de interpretar los hechos, de cambiar la idea que se tiene de la “realidad”.

Sin embargo, el error es consustancial a toda construcción intelectual. (Pág. 14)

La ciencia, junto con la ideología, determinan la forma y el color del cristal con que

cada época histórica contempla el universo que le rodea. (Pág. 15) Y esto explica la

base firme en la cual están cimentadas los conceptos que forman a la sociedad, dentro

de los que se encuentran que es ser mujer y que es ser hombre, yendo desde el ser niña o

niño.

La discriminación de la mujer, las características negativas que se le han querido

atribuir, se han apoyado frecuentemente en concepciones científicas, fuertemente

influidas por prejuicios ideológicos de los que no está exenta la ciencia actual.

Recordar que la ciencia se equivoca, enuncia verdades provisionales que se rectifican

con el paso del tiempo. (Pág. 15)

Todo pretendido fundamento científico en nombre del cual se discrimine a la mujer

debe ser enérgicamente rechazado y criticado por la escuela para que esta no se

convierta en cómplice de la manipulación ideológica de la ciencia y para que se rompa,

así, la cadena de transmisión del androcentrismo. (Pág. 15) Commented [C2]: To add a: Recomendaciones o
Conclusiones
En el mundo existe lo que se conoce como “parcialidad androcéntrica”, pues mientras

que a lo largo de la historia cambian las ideologías, las filosofías, religiones, sistemas

políticos y económicos, las castas o capas en que se jerarquiza la sociedad, la relación

social hombre-mujer permanece invariable, como si los cromosomas determinaran el

lugar que cada individuo debe ocupar en una sociedad. (Pág. 16)

El androcentrismo consiste en considerar al ser humano de sexo masculino como el

centro del universo, como la medida de todas las cosas, como el único observador

valido de cuanto sucede en nuestro mundo, como el único capaz de dictar leyes, de

imponer la justicia, de gobernar el mundo. Visión que no solo es sostenida por hombres,

sino que lo es por personas de ambos sexos. (Pág. 16)

Cuando el androcentrismo coexiste con el pensamiento científico, se denomina entonces

como etnocentrismo. (Pág. 18)

Marcel Proust decía que el verdadero descubrimiento no consiste en buscar nuevos

paisajes sino en poseer nuevos ojos.

Todo cuanto nosotros hacemos, como nos comportamos, la forma de pensar, hablar,

sentir, fantasear y hasta soñar, está influido por la imagen que tenemos de nosotros

mismos. Sin embargo, esta imagen no se fabrica de la nada, sino que la construimos a

partir de los modelos que nos ofrece la sociedad y es la sociedad y no la biología o los

genes quien determina como debemos ser y comportarnos, cuáles son nuestras

posibilidades y nuestros límites. De ahí la necesidad de la educación. (Pág. 20)

Cada sociedad elige un conjunto de formas de actuar, constituyéndolas como su

modelo, las cuales se van conformando y transmitiendo a lo largo de su historia

quedando rígidamente establecidas como normas o pautas de conducta, tomando en


cuenta que estas a su vez están diferenciadas entre la que corresponden al sexo

masculino y las que corresponden al femenino. (Pág. 20)

Los modelos de conducta son las pautas que guían el comportamiento de los individuos,

sus actitudes, y su manera de juzgar los hechos y sucesos que les rodean. (Pág., 22)

Las actitudes y los rasgos temperamentales aparecen en edades muy tempranas y solo

aumentan con la edad, si el medio les alienta y favorece, de no ser así, son reprimidos

por el individuo (Pág. 24)

Las formas de comportamiento son el reflejo de la ideología que la domina, no son

inherentes al ser humano, y por tanto, son modificables. (Pág. 26)

El lenguaje forma parte importante del desarrollo de todo ser humano. Mediante este

adoptamos ideas y expresamos las mismas de un modo que no necesariamente ha de ser

igual entre las personas, pues al final cada quien tuvo un desarrollo diferente.

La balanza de la equidad lingüística se desequilibra, en el momento en que, por razones

de economía, se utiliza una formula común para referirse a individuos de ambos sexos.

(Pág. 30) Aquí surge una confusión en las niñas pues se les dice que para referirse a

niños y niñas se dirá niños, sin embargo, hay contextos donde al decir niños solo se

hace referencia los varones; resulta confuso si se ve con otros ojos.

Los modelos lingüísticos son genéricamente ambiguos para la mujer y claros y tajantes

para el varón.

La niña aprende su identidad sexo lingüística y sin embargo debe de renunciar a esta

inmediatamente. Se aprenden luego unas normas de orden en el uso del lenguaje que

expresan la jerarquía, la importancia y la deferencia que concedemos a las personas con

o de quien hablamos. (Pág. 31)


Pero no solo el lenguaje oral reflejará la discriminación sexista en la escuela. La letra

impresa, a la que tanta importancia se le concede desde los primeros cursos en que se

aprende a leer, se encargara de reforzar visualmente el modelo lingüístico

androcéntrico. Donde letras e imágenes representan roles según la sociedad adjudicado

a cada sexo. Por ejemplo libros de textos que tienen: “Mi madre hace la comida”,

(Dibujo de señora preparando hacendosamente la comida). “El oso lee y la osa lima”.

(Dibujo idealizado de los mencionados plantígrados leyendo él el periódico y minando

ella sus extremidades delanteras). (Pág. 32)

Diferentes estudios realizados en psicología infantil, muestran como al iniciarse en el

aprendizaje de la lectura, las niñas pequeñas y también los niños, interpretan el

significado de las palabras escritas a partir del dibujo que suele acompañarles en los

libros de lectura cambiando y deformando la interpretación del texto para adecuarlo a la

imagen que lo ilustra. (Pág. 33)

En las edades tempranas, la interpretación del dibujo prevalece sobre la lectura de la

palabra escrita ya que esta ofrece todavía considerables dificultades a los jóvenes

lectores (Pág. 34) Commented [P3]: La enseñanza cono vía de introducción


sobre los roles de género (Relación entre imagen y
escritura)
Los libros de lenguaje no solo enseñan a leer ni es el dominio del idioma lo único que

cultivan, sino todo un código de símbolos sociales que comportan una ideología sexista.

Niños y niñas tienden de manera irresistible a seguir los modelos propuestos,

principalmente cuando se les ofrecen como indiscutibles y tan evidentes que no

necesitan ni siquiera ser formulados. (Pág. 35)

El lenguaje y la forma como se enseña no son, pues, imparciales, sino que están teñidos

de ideología androcéntrica y contribuyen activamente a la formación de las pautas

inconscientes de conducta en las niñas y los niños, pautas que van a seguir actuando a lo
largo de toda la vida, y se nos van a aparecer como inmodificables, gracias,

precisamente, a su precocidad de adquisición. (Pág. 35)

Los modelos lingüísticos son genéricamente ambiguos para la mujer y claros y tajantes

para el varón. (Pág. 35) Commented [P4]: Cruda y molesta realidad.

Otro dato importante es como la historia es contada. Recordar que todo dependerá de

quien la narra, esto influirá totalmente en como la historia sea contada y a su vez la

interpretación que se haga de la misma. No son los documentos históricos lo que

determina el enfoque historiógrafo sino la mentalidad de quien los interpreta. La

narración histórica no es imparcial. (Pág. 40)

La historiografía elitista por ejemplo, es sexista, no solo porque ignora la existencia de

la mujer sino porque está construida con una óptica androcéntrica y narrada dejando

traslucir esta misma ideología, sus valores supremos y su interpretación parcial y

tendenciosa, su exaltación de la fuerza, el poder y la agresividad. (Pág. 41)

La historia que se enseña en aulas de primaria y secundaria es androcéntrica, una

historia sin mujeres, o en su defecto con mínimas apariciones de estas.

En la narrativa surge un defecto lingüística al cual Álvaro García Meseguer denomino

como “salto semántico”, el cual consiste en iniciar un discurso referido a personas

utilizando un termino de género gramatical masculino, en sentido amplio, abarcando a

mujeres y varones y, más adelante, en el mismo contexto, utilizar expresiones que

ponen en evidencia que el autor se refería exclusivamente a los varones. Defecto

lingüístico que según el mismo García Meseguer “constituye uno de los mecanismos

más sutiles de discriminación sexual, al reforzar en nuestro subconsciente la injusta y

tradicional identificación entre los conceptos varón y persona”. Los libros de historia

son especialistas en saltos semánticos, dominándolos a la perfección. (Pág. 44)


Otro contexto donde la mujer es minimizada, olvidada o despreciada es el de las

ciencias. Hoy día ya se han ido puesto al descubierto mujeres científicas con sus

aportes, antes bajo el nombre de un hombre. Sin embargo, todavía es un proceso que

lleva tiempo, y que en lugares aun se perpetua la creencia de que las mujeres no tienen

la capacidad intelectual para sobresalir en las ciencias experimentales y las matemáticas.

El rendimiento intelectual que se espera de las chicas ha sido desde tiempos remotos

inferior al que se espera de los chicos (esto influenciado por los roles sociales pre-

establecidos). (Pág. 49)

Curiosamente, a pesar de la tinta y el presupuesto gastado en investigaciones donde se

“pone en evidencia” la capacidad inferior de las mujeres en las ciencias y las

matemáticas, no hay ningún trabajo que reúna las condiciones de rigurosidad científica

necesarias para aportar conclusiones suficientemente fiables que permitan dar por

zanjada esta cuestión.

Existen reglas que constituyen una red de decálogos que cumplen la importante misión

de guiar inconscientemente nuestras acciones, indicándonos como debemos actuar

prácticamente en cada ocasión y de permitirnos interpretar las acciones de los demás. Su

utilidad es, pues, indiscutible y representa un papel fundamental en lo que llamamos

“socialización”. Esta red de decálogos supone bastantes limitaciones y no pocos

inconvenientes; siendo más importantes los que se derivan de de su carácter de

inconscientes haciéndolos difícilmente analizables por nuestra razón y perpetua formas

de conducta no deseadas por nosotros y muchas veces en franca contradicción con

nuestras ideas conscientes. Estas normas de conductas se adquieren por vías

subliminares y en etapas de nuestra infancia en la que no hemos desarrollado aun

ningún mecanismo de crítica y análisis que permita ponerlas en entredicho. Y es que

una vez instaladas, se hace difícil su modificación, pues precisamente se ignora de su


existencia y hemos olvidado por completo la forma en la cual la adquirimos. (Pág. 57-

58)

La escuela como institución normativa, contribuye de manera significativa a la

sistematización de pautas de organización de la conducta y de las actividades, de forma

prácticamente permanente, tanto positiva como negativamente. (Pág. 58) Commented [A5]: Aprendizaje y afianzamiento de los
roles (La escuela como ente fundamental)

“Jugamos los juegos de la vida, obedeciendo a libros de reglas escritos con tinta

invisible o con un código secreto”. Arthur Koestler

“La igualdad no surge por integración de las características de ambos géneros, sino por

la negación de uno de ellos”. (Marina Subirats) No hay coeducación sino más bien una

asimilación de la niña hacia lo preestablecido, lo considerado modélico, dígase los

masculino. Y no es porque no existen o se desconozcan formas de comportamiento

típicas del género femenino, sino porque están consideradas como inferiores,

devaluadas y por tanto, se trata de corregir y borrar su expresión. (Pág. 58)

Cualquier intento de cambio corre el peligro de ser interpretado como una permutación

o como una reducción de los papeles, es decir, de invertir simplemente las etiquetas de

un sexo al otro, o bien desechar uno de los modelos y aplicar el otro a todos los

individuos por un igual, eliminando de este modo una gran parte de la riqueza y

variedad de formas de conducta de que dispone el ser humano. (Pág. 60)

“Educar es trabajar para el futuro y esto no se puede hacer sin renunciar a algunos

aspectos del pasado”. (Pág. 64) Commented [A6]: Recomendaciones

No intervenir equivale a apoyar al modelo existente. (Pág. 65) Si solo existe un modelo,

solo tenemos dos posibilidades, aceptarlo o rechazarlo.


La escuela puede contribuir a esta labor analizando conjuntamente con alumnas y

alumnos los papeles que la sociedad atribuye a cada sexo (estudiando los modelos que

presenta la televisión, los “comic”, realizando encuestas, etc.) y ayudándoles a que

descubran lo que de bueno y malo tiene cada uno, pero, sobre todo, la limitación que

supone para cada persona el tener que someterse a los estereotipos que la sociedad,

gratuitamente, marca a su género. (Pag.66)

A medida que aumente el abanico posible de conductas se enriquecerá la personalidad

de cada uno con nuevas aportaciones y aprenderán con ello que hay muchas maneras de

ser mujer como hay muchas maneras de ser hombre. (Pág. 66) Commented [A7]: Recomendaciones

Si la escuela continua usando libros sexistas, difícilmente podrá erradicar el sexismo de

las escuelas. (Pág. 66)

Conviene potenciar la elaboración de libros no androcéntricos. De la misma manera que

no se concede permiso para publicar libros de texto con faltas ortográficas, ni que

sustente ideas anticonstitucionales o constituya una ofensa para grupos o personas, no se

deben tolerar textos que menosprecien implícita o explícitamente a la mujer, ni libros de

historia que la ignoren. (Pág. 68) Commented [A8]: Recomendaciones

Los libros de texto son el reflejo de una escuela pensada exclusivamente para niños a la

que poco a poco se han ido incorporando las niñas sin que sufriera modificación. (Pág.

68)

Coeducar no es yuxtaponer en una misma clase a individuos de ambos sexos, ni

tampoco es unificar, eliminando las diferencias mediante la presentación de un modelo

único. No es uniformizar las mentes de niñas y niños sino que, por el contrario, es

enseñar a respetar lo diferente y a disfrutar de la riqueza que ofrece la variedad. (Pág.

68-69) Commented [A9]: Recomendaciones


Desde la escuela no se puede cambiar la sociedad, pero si se pueden sembrar

alternativas, dibujar nuevos posibles, enseñar a abrir caminos y mostrar que los seres

humanos podemos elegir. (Pág. 71)

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