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Lucas 8:22-25

La fe que conduce del otro lado

La vida cristiana es una vida de fe, comienza con fe y será así


hasta que adentremos en la eternidad.
Pero la fe no es solo para conducirnos a la eternidad, sino que
es también para ayudarnos en el tiempo presente a lidiar con
las más distintas circunstancias que pasamos, especialmente
cuando la vida pasa por tormentas.
La fe es para ser ejercitada, aplicada, y por eso debe ser
alimentada con la palabra de Dios y debe crecer a la medida
que conocemos más a Dios aplicando nuestra fe a las
circunstancias.
Así que No basta con decir yo creo, es necesario que esta fe
sea manifestada diariamente en las más distintas
circunstancias en las cuales Dios nos conduce.
Esta es la situación que encontramos en el texto, los discípulos
que habían sido llamados por Jesús cap. 6:13, ahora estaban
con Él e iban por todos los lados anunciando las buenas nuevas
del reino de Dios, y el texto nos enseña que ellos necesitaban
aplicar la fe a las circunstancias de la vida y crecer en fe.
El episodio que hemos leído sucedió en un día de muchas
actividades en el ministerio de Jesús en Galilea (Mat. 8:5 –
Capernaúm – Luc. 8:26 Gadara), Él había enseñado lo que
llamamos de parábolas del reino.
El mismo relato se encuentra registrado en los evangelios
sinópticos, es decir, Mateo, Marcos.
En Mateo se encuentra en el cap. 8:23-27, en Marcos cap.
4:35-41 y Lucas donde hemos leído.
Fue todo un día dedicado a enseñarles a los discípulos. 8:9
Y ya en una determinada hora del día, cansado de la jornada,
ordena a sus discípulos que entrara en una barca y cruzara al
otro lado del lago. (al final de la tarde)
Y mientras ellos cruzaban, Jesús se acosta en la popa (Mc.
4:38) y duerme, y parece que no pasó mucho tiempo se
levantó una tormenta feroz sobre el lago. Era una tormenta
violenta (lailaps – torbellino, ráfagas de viento) conforme el
relato de los evangelios, que llenaba la barca de agua y había
el riesgo inminente de naufragar.
Y aquellos pescadores experimentados, conocedores de la
región, habían intentado de todo, pero no pudieron nada en
contra a la tormenta, al punto de despertar a Jesús clamando,
“¡Señor, sálvanos, que perecemos!” (Mat 8:25 R60)
El texto nos dice que Jesús se despierta, se levanta y reprende
al viento y as olas diciendo: “«¡Silencio! ¡Cálmense!».” Mc.
4:39 y la tormenta terminó y hubo gran calma.
Y nuestro relato en Lucas termina con una pregunta de Jesús a
sus discípulos “¿Dónde está vuestra fe?”
Y una reacción de asombro y reverencia de los discípulos es
relatada en el texto: ¿Quién es éste, que aun a los vientos y a
las aguas manda, y le obedecen? (Luc. 8:25 LBA)
Como ustedes han visto esta historia está registrada en los tres
evangelios, y debemos entender que es para nuestra
enseñanza que ha sido escrito.
En la jornada de la vida cristiana, a la semejanza de los
discípulos, todos necesitamos crecer en la vida de fe, debemos
crecer en nuestro conocimiento de nuestro Señor Jesús y por
eso Él usa tanto las enseñanzas públicas por medio de los
discursos, pero también, nos conduce por circunstancias donde
nuestro conocimiento de Él será más profundo.
Creo que la pregunta de Jesús a los discípulos es la pregunta
que debemos hacernos día a día en las diferentes
circunstancias de la vida. ¿Dónde está mi fe?

¿Dónde está tu fe cuando llega lo inesperado?


¿Dónde está mi fe cuando tengo conflicto en el hogar?
¿Dónde está mi fe cuando tengo luchas en mi economía?
¿Dónde está mi fe cuando no me va bien la salud?
¿Dónde está mi fe cuando un pierdo un ente querido?
¿Dónde está mi fe cuando tengo que hacer renuncias para
servir al Señor?
Cómo está mi fe para afrontar los días de este nuevo año, que
nosotros no sabemos que es lo que nos espera.
Nosotros no sabemos específicamente que tipo de
circunstancias afrontaremos este nuevo año, pero sabemos
que debemos afrontarlas todas por medio de la fe, pues ellas
nos conducirán a un mayor conocimiento de Cristo.
En el texto que hemos leído hay muchas lecciones para
aprender, pero yo quisiera señalar de manera sencilla 3, donde
vemos como la fe presente tiene que ser aplicada a la vida
diaria.

1. La fe nos conduce a obedecer las palabras de Jesús - 22


Encontramos en los relatos que es Jesús quien dice a los
discípulos para entrar en la barca y cruzar para el otro lado.
Jesús tenía propósitos soberanos llenos de amor tanto para los
discípulos como para los gentiles que estaban del otro lado del
lago.
Es claro en el texto que Jesús les ordena que entraran en el
barco y que cruzaran hacia el otro lado. Jesús no les consulta
si quieren ir, si les parece bien, si les gusta, o si están dispuesto
a afrontar las posibles condiciones climáticas. Simplemente les
dice pasemos al otro lado.
Y como ellos eran hombres de fe, aunque de poca fe en aquel
momento como dice Mateo 8:26, aprendemos que la fe que
tenían les condujo a obedecer las palabras de Jesús.
Esta obediencia pudo haber sido fortalecida por las palabras de
Jesús en 8:21…
Podemos aplicar a nuestras vidas ya esta primera lección, que
la fe que Dios nos ha dado, aunque en el momento sea poca,
ella debe conducirme a la obediencia.
Una de las evidencias de que hay verdaderamente fe en aquel
que se dice creyente es la obediencia a las palabras de Jesús.
Si yo digo que creo, pero no obedezco debo examinar mi
corazón en cuanto a mi fe pues somos llamados a obedecerle:
“Y en esto sabemos que hemos llegado a conocerle: si
guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo he llegado a
conocerle, y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y
la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en él
verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado. En esto
sabemos que estamos en Él. El que dice que permanece en Él,
debe andar como Él anduvo.” (1Jo 2:3-6 LBA)
Hermanos en este nuevo año, pidámosle al Señor que nos
ayude a ser hijos obedientes a Su palabra.
Señor no sabemos que es lo nos espera, pero ayúdanos a
obedecer a Tu palabra.
La obediencia es el camino para el crecimiento en la fe.

2. La fe nos hace consciente de la presencia de Jesús – 23-


24
Cuando ellos están a una cierta altura del cruce, no sabemos
cuánto habían navegado, pero iban en obediencia, les vino una
tormenta.
La obediencia no nos libra de las luchas, al revés, muchas veces
nos conduce a muchas de ellas.
Mientras iban cruzando son acometidos de esta fuerte
tormenta. No era una llovizna, ni una brisa. Eran ráfagas de
viento que estaba llenando la barca de agua.
Ciertamente ellos como pescadores experimentados habían
intentado todo lo que ellos conocían, pero las cosas no
cambiaron.
Se acordaron de que Jesús estaba en la barca y van hacia a
Jesús para despertarlo.
Hay muchas cosas para aprender aquí.
¿Podemos preguntar porque dormía Jesús? Porque como
hombre estaba cansado de la jornada. Es interesante que este
es el único relato que nos habla de Jesús durmiendo. Qué hora
para dormir… Dios sabe que nos cansamos, por eso nos dice
para descansar. Nuestro descanso es Cristo.
Jesús dormía. ¿Pero no sabía Jesús de la tormenta, ciertamente
sabía y entonces por qué dormía?
Porque aquel que estaba durmiendo en la proa de la barca fue
el mismo que hablo y todo vino a la existencia. Él creó los
océanos, las montañas, este pequeño lago, el viento, los
discípulos, ¿qué era esta tormenta para el creador?
Jesús también dormía tranquilo porque confiaba plenamente
que El Padre cuidaba de Su vida…
Uno de los sermones que oímos el año pasado predicado por el
diacono Omar, aprendimos que David se acostaba y dormía aun
que estaba cercado de enemigos. “En paz me acostaré y así
también dormiré; porque sólo tú, SEÑOR, me haces habitar
seguro.” (Psa 4:8 LBA)
Hermanos cuando nuestra fe nos hace consciente de que Dios
está con nosotros, por más difícil que sean las circunstancias,
encontraremos paz para dormir, para trabajar, paz para servir.
La paz no es ausencia de problemas, sino que la paz es la
certeza de que Dios está con nosotros y que nos guiará en
medio de las circunstancias.
Cuando ellos se despiertan que Jesús estaba allí, van a Jesús y
le claman, Maestro, Maestro, sálvanos que perecemos…
¿Qué es lo que hace Jesús?, se despierta, se levanta y le ordena
al viento y a las olas que se calmasen, que hicieran silencio, y
hubo gran calma.
Otra lección que aprendemos aquí es que cuando estamos
conscientes de la presencia de Jesús, es a Él que vamos clamar.
El himno 482 que cantamos, Que amigo no es Cristo:
¡Oh que Amigo nos es Cristo! El llevó nuestro dolor,
Él nos manda que llevemos toda a Dios en oración.
¿Vive el hombre desprovisto de paz, gozo y santo amor?
Esto es porque no llevamos todo a Dios en oración.

¿Estás débil y cargado de cuidados y temor?


A Jesús refugio eterno dile todo en oración
¿Te desprecian tus amigos? Cuéntaselo en oración;
En sus brazos de amor tierno paz tendrá tu corazón.

Jesucristo es nuestro Amigo: de esto prueba nos mostró,


Pues para llevar consigo al culpable, se humanó.
El castigo de su pueblo en su muerte el sufrió;
Cristo es un Amigo eterno; sólo en Él confío yo.

La fe nos hace consciente de la presencia de Jesús con nosotros


todos los días como nos ha prometido, en las buenas en las
malas. Él mismo ha prometido diciendo: NUNCA TE DEJARÉ NI
TE DESAMPARARÉ (Heb 13:5 LBA)
Que Dios nos haga por la fe consciente de la presencia de Jesús
todos los días de este nuevo año, sea cual sea la circunstancia,
y que sepamos que podemos confiar a Él todas las cosas.
3. La fe nos hace crecer en el conocimiento del Señor - 25
El relato bíblico termina con el asombro y con la admiración de
los discípulos de Jesús. Estaban maravillados con Su poder.
Una sola ordenanza suya fue suficiente para que hubiera
calmaría.
¿Quién, pues, es éste que aun a los vientos y al agua manda y
le obedecen? (Luk 8:25 LBA)
La exclamación de ellos revela que, aunque ellos estaban cerca
de Jesús todavía les faltaba conocimiento y mayor confianza en
Él.
Tenemos que crecer en nuestro conocimiento de nuestro Señor
para que cuando pasemos por circunstancias adversas
podamos conocerlo más aún.
Los tiempos difíciles revelan quien somos y lo que está en
nosotros (4:38). Por eso Dios usa estos tiempos para
mostrarnos nuevas áreas donde debemos aprender a confiar
en Él.
Para que podamos conocerlo más y confiar en Su grandeza
muchas veces tenemos que pasar por circunstancias que
revelan nuestras debilidades.
Después de la intervención de Jesús quedaron admirados…
El asombro y la admiración revelan que en la vida de fe hay
mucho más para conocer de Jesús.
Conocemos poco de Jesús, confiamos poco en Jesús y por eso
Dios nos conduce por circunstancias para que avancemos para
un mayor conocimiento.
El relato seguirá mostrando la grandeza de Jesús, quien
liberará a un gadareno que poseído por un demonio (26…), 43
sana una mujer que tenía una hemorragia hacia 12 años, en el
54 resucita la hija de Jairo oficial de la sinagoga.
Lo que ellos aprendieron tras esta experiencia es que Jesús
tiene poder sobre la naturaleza, sobre los demonios, sobre la
enfermedad, sobre la muerte….
No hay nada que Él no sepa, no hay nada que Él no pueda
hacer.
Por eso debemos llevarle todos nuestros problemas en oración
porque Él es todo poderoso y cumplirá Su voluntad en nuestras
vidas usando toda y cualquier situación para nuestro bien.
Los discípulos estaban aprendiendo que Jesús es aún mucho
más grande, poderoso de lo que habían imaginado.
Me acordé de las palabras de Corrie Ten Boom en su libro el
refugio secreto.  Corrie Ten Boom, una sierva de Dios, nacida
en Holanda, creció en una iglesia reformada, y dio abrigo a
muchos judíos durante la segunda guerra mundial, siendo
llevada más tarde con su familia como prisionera en los campos
de concentración. Fue liberada al final de la guerra y salió y
siguió predicando el evangelio. La gente le decía: "Corrie, mi,
qué gran fe tienes", pero ella respondía con una sonrisa: "No,
que gran Dios que yo tengo ".
Cuando conocemos a Dios en las circunstancias de la vida de
fe, sabemos que nos nuestra fe que es grande sino que es
nuestro Dios quien es Grande.
Que Dios nos haga por la fe crecer en admiración y asombro
de Su poder y gloria. Que los días que están por adelante sean
oportunidades para aplicar nuestra fe a las diversas
circunstancias de la vida, y que veamos cuán grande y cuan
poderoso Él es.

Conclusión:
¿Dónde está vuestra fe?
El apóstol Pablo insta a los creyentes de Colosas a avanzar en
la vida de fe:
“Por tanto, de la manera que recibisteis a Cristo Jesús el Señor,
así andad en Él; firmemente arraigados y edificados en Él y
confirmados en vuestra fe, tal como fuisteis instruidos,
rebosando de gratitud.” (Col 2:6-7 LBA)

Que en este año como iglesia avancemos en la vida de fe,


Siendo obedientes al Señor, a Su palabra en todas las
circunstancias.
Que tengamos conciencia plena de Su presencia constante
entre nosotros.
Que crezcamos en conocimiento, admiración y proclamación de
nuestro grande y glorioso Señor.

El mar de Galilea está ubicado en el norte del valle del Jordán.


Tiene unos 21 km. de largo y unos 12 de ancho. Está
aproximadamente a 220 m. por debajo del nivel del
Mediterráneo. Cuando corrientes heladas vienen del Hermón
(3.000 m. de altura) y encuentro el aire cálido sobre el lago
causan grandes tormentas.

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