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‘oy resulta un lugar comin se- falar que los eensisiemas. de México esidn fuertemente de- jorados. Lo que hace algunos afios se limitata a ta mera discusién académica © a la de algunos grupos de agricultores aectados, hoy €s del dominio piilic. Losagudos problemas de la ciudad de México han contribuido a una toma de ‘conciencia entre amplios sectores de la ‘poblacién y estén obligando ala sociedad yal Esiadoa entrentar un debate pablico importante. Sin embargo, en este proceso de andiisis y discusicn sobre el que hacer ‘con fa ciudad, esté quedando de lado una problemética no menos importante, ta destruccidn de los ecosistemas naturales y por lo tanto el deterioro de las Areas rurale. La coniaminacién atmosférica, las Brandes urbes, ia generacion de dasura, la escasex de'éreas verdes y de agua, esié captando el interés de millones de mesicanos, pero la deforestacién, la erosiGn, la contaminacién de los suelos, os y lagos, la extincion de especies, 1a sobreexploiaciOn de algunos recursos el desperdicio de otras, entre decenat de problemas ambientales, no reciben Ia misma atencién, Quizs por falta de in- formaci6n, quiz por ver desde lejos es- tos problemas. * Profesora del Depantamento de Biologia Facultad de Ciencias, UNAM Es necesario detener las tendencias actuales de destruccién del medio Deterioro ambiental en México JULIA CARABIAS L.” CHENCIAS © nwvht defurige © 1958 B En la ciudad de México, centraliza- dora de las actividades de ¢ifusién, cul- turales, académicas, etc., no se sienten tanto los problemas del campo como los de la propia ciudad, Es necesario adeta tase y evitar gue la toma de conciencia sobre el deterioro ambiental ocurra solo ‘cuando estos fenémenos afecten direc- tamente a 10s ciudadanos, quizés mani- featdndose como escasez de alimento, de agua o de materias primas. El origen de ta alteraci6n det am- biente no es de épocas recientes. Sinem- bargo, ha sido en las timas décadas que las alieraciones y transformaciones am- bienteles se han convertido en verdade- ras destrusciones, las cuales en muchos 80s son irreversibes. El desarrollo cientitico y técnica ha permitido un mayor control de la natu: raleza y una cisminucién en la mortali- ad é ta poblacin. El control de tas enfermedades humanas y de los cultivos, Jos métodos modernos de extracciGa de recursos de manera mas répida, el in- ‘cremento en la disponibilidad del agua {gracias @ nuevas formas de capiacion de 1a misma, ta ereacién de centros urba- ‘nos, el desarrollo industrial, entre oiros, han permitido ta explosién demogréfica al tiempo que ban abierto nuevas formas ‘de desarrolio, México opt6 a partir de tos aios cua renta, por un proceso de modemizacién basado en el desarrollo de la industria, El sector sgropecuario quee6 rezagado y se incluy6 deniro de este nuevo proyecto cen la medida que fue capaz de proporcio- nar materias primas,alimento y mano de ‘obra baratos. La poblacion urbana erecio en ta década de los cuarents en un 24% y en Jos afos cincuenta en un 59%. Mientras tanto, la expansion demografica rural re- gistrd un decremento de 15.9% y 16.1% respectivamente. Esto provoc6 que para fines de los cincuenta la poblacién ur bana y rural se emparejaran (17.706 y 17.217 millones de personas respectiva- mente) cuando en los afios treinta esta proporcisn era de 33.5% y 66.5%. Durante este proceso de desarrollo se ha tenido una concepcién equivo- ‘cada sobre los recursos naturales renova- bes, Se entendi6 la renovabilidad como sindnimo de inagotable y no se tom6 en ‘cuenta que para que ello ocurriera, lasle- yesde la naturalezadeben respeiarscy no Someterse a {os ritmos depredadores de este desarrollo. Sin embargo, la destrucci6n de los re- cursos naturales por un uso equivorado Foto: Alberto Guat ‘no es inherente al deserrolio, ni al con- trol de la naturaleza por parte de las $0- ciedades. Lo que ha ocurrido, sobre todo en paises del tercer mundo que han sido Jos abastecedores de materias primas de los paises industrializados, es que la ex- traceién de recursos naturales se ha he- cho bajo la légica de In acumulacién y reproduccién de cepital y no ha servido pparalla satstacciGn de les necesidadesna- cionales y del bienestar social. Los actua~ les ritmos de extraccicn reflejan el ot jetivo de jograr Ia maxima ganancia en ‘€1 menor tiempo posible y subestiman la ‘erosion que sus tecnotogias producen en la base material det propio desarrollo y ‘en la destrueci6n del patrimonio natural. Los efectos de esta destruccién se manifiestan en la pérdida de éreas fo- restales, en Ia alteracion de os ciclos hidro}6gicos, on la pérdida de suelo, en la contaminacién de suelo, agua y aimésfera, en la pérdida de ecosistemas, en la disminucién de las poblaciones de animales y de plantas ¢ inclusive en la ex- tincidn de éstos. EL IMPACTO DE LA AGRICULTURA, LAGANADERIA YLAEXPLOTACION FORESTAL SOBRE LA NATURALEZA Las actividades agropecuatias y foresta- les se realizan sobre los ecosistemas na- turales, pero la forma de apropiacién de stos varia segin la actividad. En el caso de la agricultura se sustituye, general- mente por completo, la vegetacién ori- ginal. Al utilizar el suelo y agua de los ‘evosistemas, las especies vegetales y ani- males son eliminadas, lo que modifica las, relaciones ecol6gicas criginales. Esto da como resultado un ecosistema artificial, que se vuelve dependiente del manejo del hombre para su mantenimiento. Al ser alterados los ciclos de agua y de nutrientes y al sobrevenir ta ruptura de las cadenas troficas se requiere de factores externos para lograr un cierto equilibrio artificial, Los aportes de Ia revolucidn verde de los afios sesenta fueron precisamente en ‘este renglon. ‘ratando de optimizar 1a produccién, se introdujo un paquete tec- Naranjo 14 CIENCIAS © revtade difakin © 1981 Narnjo nol6sico que permitid, en su momento, clevar los rendimientos, Pera subsanar la ruptura de 1s ciclos de nutrientes se introcucen fertilizantes ‘quimicos. Asimismo, a fin & tar ladispor pO el riego. ¥ para controlar los desequili- brios causados por ta ruptura de las ca~ ddenas tréficas, se aplicaron insecticidas y herbicidas. Estos acaben con los insectos y plantas que, antc la nueva estructura {cl ecosistemya artificial encuentran con- diciones favorables para su proliferacién compitiendo con los cultives. Este paquete tecnoi6gico promovido 4 partir de a revolucidn verde, conilleva la sicmbra de monocultivos que permi- ten la homogenizaci6n de su manejo cilitando la introduecién de maquinaria, tanto en la preparaciGn de ia tierra (arat «con tractores), el exidado del eultivo (as- persar con avionetas), como para la cose- «ha (con segadoras por ejempto). La mecanizacion ¢ incerporaci6a de insumos permitié 1a elevacién de tos fendimientos inicialmente, sin embargo, al poco tiempo se observaron efectos contraproducentes, Esta tecnologia, desarrollada en pafses industrializados con caracteristi- as ecotégicas, econmicas y culturales diferentes a las de México, no se adeaiia alas condiciones de nuestro pais. Se ne- cesita aplicar en tierras planas, con dispo- nibilidad de agua, ciclos climétioos cons- tantesy predeciblesy sobre todo, con ca- pital siciente para las obras de tiego, la ‘maquinaria y para los insumos (Toledo et al, 1985). Por estas caracteristicas, en México tales métodos solo pueden operar en ‘reas restringidas como las del noroest. Sin embargo, esto ha tenido sus costos importantes. Ea esias tirras el agua se obtiene del subsue'o, sobre-explotando les mantos fredticos. Los -agricultores jtalistas que pueden mantener este tipo de agriculture, estén acaparando el agoa en detrimento de cientos de ‘comunidades campesinas. Algunos ejemplos dramaticos de esta situaci6n se estén viviendo en la comarca lagunera. Se estima que se extraen para ‘uso agrfeola, industrial y doméstico cerca {de 296 millones de meiros cabicos anua- les de agua, siendo la recarga de sélo el 18% de lo extrafdo. El abalimiento de cerca de 1.7 metros por afio ha provo- ceado a movilizacion de aguas fosiles con altos contenides de arsénico. Esta agua, ‘que beben 400 mil campesinos, esté afec- tando su salud. Se estima que el 56% de los habitantes padece de envenena- ‘miento erénicode arsénicoy hay una alta incidencia de cincer epidérmico y pro- ‘Diemas circulatorios que conllevan pri- mero la amputaciGn de miembros ¥ pos- teriormente a la muerte, Se calcala que ‘lpromedio de edad ha disminuféo entre 10y 20 afios (La Jornada, 23 de febrero de 1986). Desde have varios aos prevatece esta situaci6n y s6lo hasta ahora, cuando las ‘organizaciones campesinas han logrado denunciar a nivel nacional el problema, el ‘gobierno ha tomado cartas en el asunto y se tienen plancadas distintas acciones ara atenderlo. Si bien este es un ejemplo extremo de {0 que puede ocurrir con el abatimiento de Jos ‘mantos fredticos, a otro nivel y son consccuencias no tan drésticas, std sucediendo to mismo en muchas partes de la Republica, Los principios que vinieron a modi- ficar la revolucién verde no eran nove- dad. Lo nuevo fue la tecnologia. Las cul- turas indigenas y campesinas agriculto- ‘as conocfan desde tiempos inmemoria- leslos efectos dela alteracién de los eco- sistemas naturales por la introduccién de Ja agricultura, Estas practicas todavia so- breviven entre centenares de campesi- os. Lejos de profundizar esas alteracio- nes, las tecnologfas tradicionales resuel- ‘ven el problema acercdndose més y res- petando Jas leyes de la naturaleza. Para reincorporar los nutrientes al suelo se ‘deja descansar {a tera. Asi al cubrise il terreno con vegetacién esponténea se ‘vuelvena incrementar los niveles de ma- teria orgénica y tras la descompesicién de ésta, se reincorporan los nutrienies at suclo. Para evitar la proliferaci6n de pla- ‘gas no siembran monocultivos que las es- timulan, sino que intercalan varias espe- cies permitiendoel desarrollo de cadenas tréicas mas complejas, io que difculia ‘que alguna especie predomine sobre las ‘demés y se convierta en plaga. Es tradi- ional el cutivo de mate, frijoly calabaza. “También es comin el control del agua ‘por la via de canales risticos de riego; el control de la erasién por medio del te- rraceo 0 la construcciGn de tordas con troncos y lado; la siembra de rboles o cactdceas que retienen svelo y permiten mayor Bitracién del agua; dejar rboles ‘en pie que permiten la regeneracin ce Ja vegetacién de manera més répida una ‘vez que se abandonan los terrenos, etc. ‘Grandes exasione foresaes en el sueste del paishan sido converda en potreros para producise de ‘gmadovacuan, eujes beveicios pertnecen sla unos cvantoe CIENCIAS © seis de difusiée © 1985 15 a Foto: Thomas Nebbia vex que sc abandonan los terrenos, etc. Asimismo, se tiene un conocimiento de las especies que pueden ser tiles y [por 10 tanto no se destruyen, sino por el contrario, se protegen y se estimule su crecimiento. Todos estos elementos, que han sido ampliamente ilustrados en los recientes estudios einobiol6gicos, mues- tran que Is comunidades campesinas con tradicin y arraigo asus tierras, apli- can (0 al menos tratan de hacerlo) tec- nologias més acordes con las condiciones naturales, Desaforiunadamente, esias tecnolo- gias estén siendo desplazadas de una Manera vertiginosa por el paquete he- redado de la revoluciéa verde y equi- vocadamente adoptado ¢ instrumentado por las agencias estatales que tienen que ver con la produccién. Et BANRURAL ‘Banco Rural) y la SARH (Secretarfa de Agricultura y Recursos Hidraslicos) no s6lo han’ fomentado la iacorporacién de ferilizantes, herbicidas, insecticidas, se- millas mejoradas y en otras épocas in- cluso de tractores, sino que han llegado a condicionar la asesorfa técnica, los recur- sosde inversiGn y loscréditos pare la pro- ducci6n, a la aplicacién de estos paquetes tecnolégicos. Ante la presinecondmica, {os productores han tenido que sucum- biranteestas tecnologias, supuestamente ‘modernas, sustituyéndo con ellas sus pro- pias tradiciones, Los resultados no han sido del todo halagadores. Za un primer momento cl fertilizante eleva la produccién, pero realmente lo que hace es encubrir el de- terioro, ya que prolonga el tiempo de uso de una parcela, Mantiene artificial- mente la producciona nveles aceptables desde el Pusito de vista econdmico. Sin ‘embargo, tarde o temprano, segin las ca- acteristicas del lugar, as parcelas tienen que ser abandonadas con la diferencia ‘que cuando esto ocurre el gradode dete- rioro ¢s mucho mayor, dficultando la re~ ‘cuperacién de los terrenos. El reestable- ‘cimiento de la vegetacin natural ensue- los muy deteriorados y agotados de nu- trientes resulta mucho mds dificil y lento, ‘dando lugar a un proceso de erosién que puede llegar a ser irreversibie. Esto obliga a abrir nuevas tierras fo- restales para los cultivos. El proceso se repiteyy a diferencia de lo que permitian las tecaologias tradicionales, es decir vol- ver en algunos afios a las parceles en des- ccanso (el tiempo depende de los ecosis- temas de que se trate), ahora muchas de €stas quedan erosionadas y se pierden para la produczi6n, La cuantificacién de tas areas ero- sionavas en el pafs varia mucho depen- diendode los estudios. Se reporta que en- te el 60 80% esté afectadd, de los cua- les alrededor de un 30% se trata de una cerosiGn muy severa. Las areas més erosionacas son t2s de ‘mayores pendientes y aridas o sabhime- das, en donde la limitante de agua noper- mite la presencia de una cubierta vegetal durante todo el afio. EstasituaciOn es diferente enel tr6pico hhiimedo. Una vez que se abanconan las pparcelas agricolas por la pérdida de ferti- lidad, el suelo se cabre inmediatamente con especies herbéceas, muchas de 1as cuales Son gramfneas, por lo que s¢ uti- ‘izan estos tertenos como potreros para la ganaderia extensiva. En las tltimas décadas, el trépico hhimedo ha visto perder sus exuberantes selvas dando paso a ineficientes potreros. La rigueza natural y diversidad que se encierra en una hectérea de selva tropical himeda, que llega a sobrepasar las 250 especies de plantas y otro tamto de animales, se ve sustituféa por una cabeza de ganado, que generalmente va a parar a los rastros de la ciudad de México y a Jas latas de leche deshicratada Nestlé. EL 90% de tas selvas se ha perdido. ‘Veracruz, Campeche, Chiapas, ‘Tabasco se convietten répidameate en un enorme potrero. El problema de la ganaderfa en otras regiones es diferente. En el norte del pais, donde esta concentrada la mayor “entidad de ganado vacuno, la ganacerfa seestablece en los ecosistemas naturales, particularmente enmatorrales. La super- ficie que una vaca requiere pare alimen- tarse en estas condiciones puede llegar a ser de 20a 40 hectéreas. Esto, daco las ‘caracterfsticas de la legisiacion que esta- blece como pequetia propiedad ganadera aguella que sea nevesaria para sostener a ‘500 cabezas de ganado, propicia la recon- ‘centraciGn de tierras en neclatifundios de ‘hasta 20 025 mil hectadreas, En contraste, la mayorfa de los campesinos de este pais slo cuentan con 1 hectérea para cultivar. La ganaderfa extensiva, por un lado, €s un serio problema ecoldgico que des- truye sistemas naturales y desperdicia cecenas de especies utiles que podrian aprovecharse. Por el otro, genera un im- portante problema social y_profundiza las desigualdades de los productores del campo. Se conocen tecnologias alternativas a esta ganaderfa extensiva yse han probado con éxito en otras partes, a nivel experi- mental o en pequefia escala. La alimen- tacién dei ganado con forrajes naturales con los esquilmos agricolas que se pro- ducen anvalmente por toneladas (bagazo de cafia, mafz, cascarila de artoz, etc.) permiten el establecimiento de una ge- naderfa semi-intensiva, que no requiere de grandes inversiones ni de tecnologtas, ependientes, ni sofisticadas. La instrv- 16 CIENCIAS © revstade difise © 1088 ‘mentaci6n de ésto, sin embargo, debe it acompafiada de una profunda reforma dal sistema pecuario del pats, particular- ‘mente lo que se refiere a la propiedad de latierra. Ello implica la voluntad ¢e en- frentara poderosos grupos de ganaderos, pero no parece ser el interés de los go- biernos que se han sucedido en la histo- Flo reciente det pa(s, El legado det gene- ral Cardenas con respectoa laafectacion {de 10s latifundios fue rapidamente modi ficado por Miguel Aleman, al reformar el arifeulo 27 consttucional y defini la pe- ‘quetia propiedad ganadera en los térmi: ‘nos ya mencionados. (tra actividad que impactade manera importante el estado de ios evosisiemas, naturales es la actividad forestal. La ex= traceidn anual de maderaes aproximads- ‘mente de 95 millones de metros cibices cen rollo, los cuales se destinan principal ‘mente para productes de aserrio y en se- ‘gundo lérmino ela exlulosa, 1 £0%6 de le madera proviene de la explotacién de las distinias especies de pino, extraflos de Durango, Chihuahua, Michoacdny Jalisco. Basir Ia producci6n maderable s6lo cen el pino ha sido causa de un deteriora de las zonas templacas, Esta sobreexplo- tasi6n de les bosques de pinos contrasta con el desperdicio de recursos maders- bles de las zonas tropicales. En las se'- ‘vag, a pesarde que se tumban sentenares {de hecidreas para convertirse primero.en campos agricolas y después en potreros, Ja madera no es utiizada mas que para elautoconsamo,el resto generalmente se quema, ‘Soto tas maderas preciosas tropicales tienen demanda y un mercado extable- cido, Durante décadas han sido extrafdas sin preocuparse de ss capacidad regene- rativa. Por ello casi se han agotado, afec~ tando n0 s6l0 el habitat que ocupan, sino Inintrincada cadena tr6fiea dea cual for= ‘man parte. Tal es el caso de lacaoba, que fon Ia eelva lacandona constitufa un re curso abundante en el pasado, ira forma de explotacién forestal es Jade productos no maderables com tas resinas,fibras, rizoms, ocras, gomas en- tre otros. La mayorfade éstos se exportan ‘camo materias primas. La falia de regu- lacion en la explotacion de los recursos no maderables, ha ocasionado también dafis a los ecosistemas en donde habi- tan, Un ejemplo conocido es el tréfico que esiste con fa pulma Chamaedorea, ‘componente del gotebosque de las celvas tropicales, que por millares es vendida diariamente en el clandestinaje. Estas actividades agropecuarias y fo- restales no estén coordinadas entre si, ai tienen incorporadas en sus programas de desarrollo las elementos ambicataes. Por ello en su ejercicio provocan seve- 10s canos a la naturateza. Se han des- tinado aproximadanente 20 nillones de nectdreasa la agricultura, entce 80 y 100 millones ala ganaderfa, se estimaque en- ite 400 y 800 mil hectéreas se desfores- tan envalmente. Més do 60 millones de hectéreasestén seriamente erosicnadasy ‘tr08 70 millones con erosién modereda y' casi un 15% de la flora mexicana se ha ‘eclarado en peligio de extincion. Ante esta situaci6n resulta preozu- pante el faturo de los ecosistemas natu ralesdel pais yde sa flora y fauna. Sélo el 0.80% de! terrtorio se enicuentra prete- gido en alguno de los diferentes tipos de arques nacionales, reservas de 1a bios- fera, reservas ecoldgieas, parques urba- nos y monumentos naturales. Peor ain, 1 509% de estas Areas con jurisdiesién de proteccidn, también estan deteriora das por la tal, sobrepastorco, crasién y Por carecsr de recursos financieros sufi- slentes. Ademits, larepresentacicn dels Aistintos ecosistemas es muy despropor- cionada e absolutamente insuficiente. El 87% corresponde a zonas templadas, el 3% a las éridas, 9% a tropicales y el 1% son insulares. EL PETROLEO Y LOS RECURSOS {OVABI Otra actividad productiva que ha sido causa de destrucsion de los ecosistemas cs la petrolera, La exploraciin de las reservas, Ia extraccicn de peiroleo, 1a transformacién de éste en las refinerfas y petrogufmicas y los accidentes y falas, hhan perurbsdo profundamente el agua, suelo y la atmésfera de ecosistemas terrestres y acuiticos y esto a su vez ha afeciado a otras actividades como la ‘pesca, la agricultura y la genaderta, y ala Salud humana (Carabias y Batis, 1985), El tr6pico himedoes laregién que ha sido més alterada. En ella se encuentran las mayores reservas de petrdleo, con- ccentrddose, ademés de los pozos, la in-

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