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Sesto: “Historia del capitalismo agrario pampeano- la vanguardia ganadera bonaerense (1856-1900)”

La inserción de arg en el mercado mundial de alimentos (cereales y carne de alta competitividad) convirtió a la producción
agropecuaria en el motor de crecimiento econ y social entre 1870 y 1914. Las carnes fueron centrales en el proceso, por la envergadura
de la operatoria y por el salto en cuanto a productividad (conjunción de rendimiento y calidad). En algunas interpretaciones los ganaderos
y terratenientes fueron vistos como el sector más beneficiado que obtuvo grandes ganancias con mínimas inversiones y un bajo nivel de
tecnología. El aprovechamiento de estas ventajas “naturales” fue porque se habían apropiado tempranamente de las tierras de mejor
calidad y localización donde cualquier compromiso productivo quedaba excluido. Esta interpretación se convirtió en hegemónica, a
pesar de haberse reconocido un desempeño empresarial en el comportamiento productivo de los ganaderos bonaerenses, el núcleo de la
interpretación no se ha tocado, se plantea una racionalidad determinada por el peso de los ingresos rentísticos y las ventajas naturales o
renta diferencial de los campos bonaerenses. Desde esta perspectiva, el incremento de la productividad y rentabilidad de tierras
excepcionales es el obj excluyente y se percibe a este sector como una clase homogénea y compacta.
Sin embargo esta interpretación encuentra limites en dos puntos:- el accionar de una vanguardia ganadera y terrateniente
bonaerense en el proceso de implantación y adaptación de una genética de carnes de alta productividad entre 1856 y 1900, que entre sus
obj priorizó la adecuación de las carnes vacunas a los parámetros selectivos internacionales, las exportaciones cárnicas eran el mejor
medio para apuntalar este proceso y agregar valor a la cadena genética. Esta genética en carnes fue encarada por una vanguardia que se
fue diferenciando del tronco terrateniente originario – a su vez, la implantación de esta tecnología destinada a aumentar la productividad
y la calidad de carnes vacunas exigió inversiones riesgosas en tecnología, puros de pedigrí, y en una infraestructura armada en torno al
control del proceso productivo y de análisis de riesgo, que permitió constatar el pasaje de “ventajas naturales a competitivas”.
Este trabajo representa una ruptura con las interpretaciones tradicionales. Por un lado toma como hilo conductor a la vanguardia
introductora de esta tecnología pecuaria y por otro la implantación de esta tecnología de alta productividad, el refinamiento del vacuno
en la prov de bs as entre 1856 y 1900.
La perspectiva tradicional: terratenientes rentistas y parasitarios (Oddone)
Esta interpretación explica la alta competitividad productiva de los ganaderos por ser grandes propietarios. Por tanto explora la
conformación del patrimonio territorial, los mecanismos de acceso, transmisión y reproducción del patrimonio y se prefigura el arquetipo
terrateniente con categorías extraecon: rentista y parasitario, aludiendo al aprovechamiento rentístico de sus extensos predios y a la
negativa incidencia de esta clase social en el curso de la econ. Sorprende la pervivencia y centralidad de este enfoque. A fines del XIX
se da la acumulación de grandes superficies en manos de unos pocos, lo cual se presenta como una anomalía que distorsiona la función
social del reg de tierras públicas, que consistía en fraccionarlas en pequeñas parcelas de trabajo personal y agrario.
La acumulación originaria capital es el punto de partida del sist capitalista en arg a diferencia de lo ocurrido en Europa, con el
ingreso al mercado mundial a mitad del XIX cuyo acceso requirió de un proceso de adecuación a los parámetros de esta demanda
selectiva. Entre estos requisitos, el cambio racial de vacunos fue solventado por un sector terrateniente poderoso desde el punto de vista
econ. Señalar esto no implica negar la incidencia de beneficios rentísticos, sino plantear un mecanismo diferente de enriquecimiento:
ganancias genuinamente empresariales provenientes de nuevas combinaciones productivas.
Según la autora, en las interpretaciones de la clase terrateniente subsistió intacto el componente extraecon del arquetipo rentista
y parasitario (considerado una interrupción en el progreso econ del país) donde tamaño y localización de predios determinan el
comportamiento productivo, ignorando el proceso de mejora en la competitividad de bienes exportables. La versión de una clase
terrateniente rentista y parasitaria favorecida por el crecimiento econ del país entre 1852 y 1914, con grandes ganancias y beneficios sin
ningún esfuerzo o compromiso productivo, es la caracterización más tradicional. Aún hoy sigue ocupando un lugar importante en la
historiografia rural pampeana, entre quienes encuentran en el reg de tenencia de la tierra, que es su razón de ser, la traba más imp para
un desarrollo autónomo y para la generalización de relaciones sociales de producción capitalistas.
Si se conecta la implantación de una tecnología pecuaria de alta productividad, como el refinamiento vacuno de la prov de bs
as entre 1856 y 1900, con la estrategia productiva de la elite ganadera que llevo la delantera, se ve que estaba formada sobre todo por
grandes terratenientes. Sin embargo, entre la vanguardia ganadera y otros miembros de la misma capa social aparecen diferencias que
cuestionan la homogeneidad de clase y tornan más pertinente reconocer la existencia de un sector vinculado a procesos productivos de
alta competitividad. La vanguardia formula una estrategia de largo plazo asociada a la implantación de esta genética en carnes. Sostener
esta especialización productiva a largo plazo implico la capitalización de estos excedentes de forma permanente, agregando además
obras de irrigación y desagüe y que son aportes hechos por los propietarios y no por los arrendatarios. La apuesta más alta fue en puros
de pedigrí y el resto de la cadena mejoradora y en segunda instancia en una estructura de alta complejidad.
Una perspectiva estructural: terratenientes-invernadores vinculados a la exportación (Ortiz)
Esta perspectiva enfatiza el paradigma rentista y parasitario de los hacendados-terratenientes entre 1954-70 introduciendo como
clave explicativa su act como invernadores cuya exclusividad y monopolización era por ser propietarios latifundistas. Este abordaje hace
referencia al frustrado desarrollo econ, del que se había tomado conciencia en esas décadas y atribuyó la responsabilidad a los
invernadores, por ser socios locales del imperialismo británico. Estas cuestiones son estudiadas a partir del proceso de incorporación al
mercado mundial como productores de bienes primarios entre 1852 y 1930, dando cuenta de la vía capitalista adoptada y de la
diferenciación entre dos sectores locales antagónicos, uno progresista vinculado al ovino refinado y otro retardatario ligado al vacuno
criollo. En cuanto al comportamiento parasitario de la clase terrateniente se remite a las ventajas naturales de las grandes unidades
productivas que con mínimos recursos, capital y mano de obra proporcionaban ganancias sin ningún esfuerzo productivo. La influencia
del imperialismo británico es observada (tratando de entender las insuficiencias de la industria manufacturera), por un lado en la
imposición de una especialización en bienes primarios, que en el caso del vacuno mejorado fue una raza mejoradora Shorthorn, y por
otro en las restricciones al mercado interno, en los términos establecidos por la división internacional del trabajo.
Esta perspectiva llego a conclusiones grales y globalizadoras, subsumiendo niveles y modalidades micro, confirmatorias de
teorías diseñadas en otro contexto histórico, usando datos cuantitativos (censos nacionales y prov) procesándolos con métodos
estadísticos, con carácter objetivo, asignándoles una validez indiscutida, que sin embargo, dejaron subsistir acríticamente insuficiencias
y limitaciones, lo cual llevo a conclusiones erróneas.
Esta perspectiva planteo un antagonismo entre criadores de ovinos (con fuerte componente británico, irlandés…), por un lado,
los cuales eran considerados progresistas (que introducen el cambio tecnológico), y por otro criadores de vacunos criollos que se
consideraban retardatarios (los grandes terratenientes). Se establecía una dicotomía entre los primeros como modernos y los segundos
como arcaicos. Este planteamiento, sin embargo, no cuenta con una base empírica sólida. El núcleo progresista surgió de hacendados
británicos, irlandeses o vascos especializados en ovinos, sin embargo a este grupo se suman ganaderos terratenientes a partir de 1852
cuando ya se han zanjado las posiciones políticas irreconciliables mantenidas hasta entonces, encarando simultáneamente el
mejoramiento de lanares y vacunos.
En esta perspectiva influye la interpretación tradicional que plantea la idea de un terrateniente rentista y parasitario, alejado de
cualquier compromiso productivo y considera que el patrimonio solo se concentra en el norte de la prov, que corresponde a las tierras
adquiridas en 1836. Esta suposición ha quedado erosionada, por un lado las propiedades estaban dispersas en toda la prov, por otro las
existencias de animales vacunos mestizos, puros por cruza y pedigrí detectados en zonas alejadas, en forma mayoritaria, son propiedad
de esta vanguardia ganadera terrateniente.
Entonces, se trata de una vanguardia, que encaró simultáneamente el refinamiento en lanares y vacunos, no había un
antagonismo entre una y otra especialización, al contrario se potenciaban una y otra. Por otro lado, esa vanguardia abarcaba todas las
act de manera complementaria y subsidiaria: cabaña, cría y engorde, que era una estrategia destinada a abaratar y a financiar el proceso
de refinamiento, permitiendo, además compatibilizar las diferentes calidades de sus predios.
La lectura de terratenientes devenidos invernadores que se apropian de ganancias extraordinarias (con mínimas inversiones y
bajo nivel de tecnología) fue un punto de referencia en la década de 1960 para explicar las deficiencias del desarrollo econ arg. Se
encuadró el comportamiento productivo en el modelo europeo, cuya señal distintiva era la optimización paretiana de los factores de
producción. Esta inadecuada comparación hizo que se descalifique a los terratenientes como empresarios, porque no maximizaban sus
ganancias con mayores dotaciones de capital o mano de obra. Por tanto se adoptó el esquema clásico que diferenciaba a empresarios y
terratenientes, caracterizando a los últimos con categorías supletorias: “cuasi feudales” o “cuasi capitalistas”. Por otro lado, se
consideraba a los arrendatarios como verdaderos empresarios que invertían, corrían riesgos, y hacían producir las tierras. También se
cuestionó la legitimidad de categorizar como capitalista al sist de producción arg ya que la acumulación no provenía del sector
manufacturero.
La temática del comportamiento productivo terrateniente-invernador es retomada en la década de 1970 en medio de un interés
por describir los efectos asimétricos de la gran propiedad desde posiciones teóricas e ideológicas distintas: la visión dependentista y la
del bien primario exportable. Estas aproximaciones comprenden la especifidad de los empresarios rurales en países nuevos, entendiendo
que la peculiar asignación de recursos (grandes extensiones de tierra con escaso capital y mano de obra) era la más óptima y conveniente
en un país cuyo bien más abundante y barato era la tierra. Entre estas conclusiones se confirmó la vigencia del sist capitalista con sus
especifidades: la fuente de acumulación de capital venia de la colocación de bienes primarios a escala mundial. Se coincidía en la
generalización de las relaciones de mercado, aunque el fundamento seguía siendo las ventajas naturales de las tierras pampeanas.
La fuerte incidencia del comportamiento rentístico en los ingresos de la clase terrateniente desde la óptica dependentista es la
clave explicativa para entender los problemas de acumulación del sist agropecuario y para conjugar la condición empresarial con una
baja composición orgánica de capital que no se puede determinar. A partir de la cobertura dada por la formulación de la renta diferencial
a escala internacional, sin ninguna evidencia empírica para validarla se determinó que la magnitud de los ingresos permitió a los
empresarios satisfacer la modesta dotación fija del sector agrario y quedarse con grandes excedentes que gastaban de forma improductiva
u ostentosa, excluyendo cualquier compromiso productivo de largo alcance o inversiones de riesgo. Es decir, no se canalizaban esos
excedentes en la reproducción ampliada de la empresa y en favorecer la acumulación de capital.
Para la autora, el refinamiento vacuno fue una nueva combinación productiva y una fuente de ganancias típicamente
empresariales.
Una perspectiva renovadora: la dinámica empresarial terrateniente
Los estudios renovadores de las últimas dos décadas del siglo XX encontraron la racionalidad empresarial del arquetipo
invernador-terrateniente, encuadrando en parámetros econ lo que antes se consideraban rasgos parasitarios y rentistas, como la baja tasa
de capitalización y la pervivencia de enormes unidades productivas. Esta lógica centrada en la maximización de la renta en tierra de
distinta calidad y minimización de riesgos buscaba en la combinación invernada y agricultura el desplazamiento entre act de similar
rentabilidad, para contrarrestar crisis cíclicas y variaciones en la demanda mundial, también variaciones climáticas. Aunque esta lógica
se sustenta en procesos decisorios en el nivel micro, igual se sigue usando como explicación para desentrañar problemas de crecimiento
econ en arg que aparecen a partir de la crisis de 1930.
Otro aspecto llamativo de este diseño empresarial, direccionado hacia el contexto internacional en cuanto generador de divisas
y formador de precios es que omite la producción de bienes de alta competitividad destinados exclusivamente a esa demanda selectiva,
que supone procesos de especialización productiva a largo plazo, como el caso de las carnes vacunas. Quizá podría entenderse mejor
esta omisión si se tomara en cuenta el modelo productivo en que se sustenta, basado en la combinación invernada y agricultura,
motorizado por la disponibilidad de extensas superficies de diferente calidad y localización y de capital líquido para aprovechar el costo
de oportunidad, pasando a la act que prometía más ganancias o estaba menos afectada por las contingencias climáticas. El costo de esta
flexibilidad, desde el enfoque dependentista se ve en el limitado alcance en inversiones fijas y en tecnología que desemboca en la baja
acumulación de capital y desencadena en la crisis de 1930. A estos aportes se les dio un gran valor gral y atemporal, no se examinaron
de forma crítica.
En 1er lugar, esta racionalidad empresarial centra la maximización de las ganancias solo en el uso de la tierra, ya que había un
prejuicio acerca de la capacidad empresarial para introducir y adaptar innovaciones tecnológicas, esto llevó a postergar esta problemática
en el debate académico. En 2do lugar, se busca dar respuesta a la permanencia del sist extensivo de producción y a la coincidencia de
agricultura y ganadería en las mismas tierras, para ello se tiene en cuenta el tamaño, localización y distribución de los predios, estas
variables se complementan con otras referidas al uso de las tierras y a las variaciones de precios relativos en invernada y cultivos. Pero
no son datos que se pueden constatar empíricamente, porque la información se sacó de grandes agregados censales, cuyas variables no
permiten identificar a los individuos ni la relación entre inversión, tipo de producción y extensión de las explotaciones, menos si se
producía una revolución en las técnicas tradicionales de la ganadería extensiva.
En síntesis, el comportamiento funcional y exitoso de los invernadores terratenientes era el más conservador y especulativo, y
desde la tradición dependentista ineficiente desde el punto de vista productivo, porque el uso intensivo de la tierra había inhibido la
adopción de tecnologías que incrementaran los costos en capital fijo. De ahí en más se propuso la vigencia de la combinación productiva:
invernada y agricultura para todos los productores. Este enfoque fue visto de forma acrítica. El interrogante que deja sin rta esta línea
interpretativa tiene que ver con la calidad y rendimientos de las carnes vacunas, siendo este un aspecto que da especifidad al periodo de
mayor crecimiento econ. El problema está en que de esta manera las ganancias temporales generadas por la adopción de nuevas
combinaciones productivas, como el incremento en la productividad del vacuno serian una mera expresión de la asignación del recurso
más barato disponible: la tierra.
Esta interpretación ve la racionalidad empresarial de la clase terrateniente, en términos de una racionalidad weberiana que solo
atiende a la productividad de la tierra e impide la comprensión de procesos productivos de alta competitividad, al no entender que existen
múltiples lógicas instrumentales en otras dimensiones como el caso de la implantación de tecnologías de alta productividad. Este modelo
da un gran peso a los beneficios rentísticos, ya que solo da cuenta de la asignación de recursos, de precios y cantidades de bienes,
productividad de la tierra, que remiten a la condición de propietario latifundista. Esto no quiere decir que no haya cambios pero estos
son pequeños y surgen del curso tradicional.
Sin embargo, la mejora en la competitividad del vacuno originada en la implantación de una tecnología pecuaria en la prov de
bs as entre 185-1900 provoco una ruptura y discontinuidad en la manera de producir: alta especialización y compromiso productivo,
métodos de producción modernizados, fuertes inversiones, rasgos específicos de las empresas capitalistas. La asociación entre
innovación tecnológica y comportamiento terrateniente es muy reciente: si bien los 1eros acercamientos son de 1980, no se instala como
una problemática en sí misma, sino en función de la peculiaridad del caso local, la manipulación racional del uso extensivo de tierras de
1era calidad. Neoclásicos y dependentistas siguen cuestionando el grado de eficiencia productiva de los terratenientes.
Una perspectiva diferente: vanguardia ganadera e implantación tecnológica
La autora aporta su propia perspectiva, se centra en una vanguardia ganadera (simultáneamente cabañeros, criadores e
invernadores) que tuvo un papel protagónico en la implantación y adaptación de una genética en carnes de alta productividad, con un
contexto formado por los mercados selectivos externo e interno, donde confluyeron las ganancias de ambos tipos de demanda. No se ha
tenido suficientemente en cuenta la problemática vinculada a vanguardias locales, en especial las que proceden del sector agropecuario.
Esto se debe al fuerte prejuicio que hay respecto de la incapacidad del sector empresarial para comprometerse con tecnologías intensivas,
con importantes inversiones y de gran volatilidad. Las indagaciones cuestionan dos elementos fundacionales de la historiografía rural
pampeana: por un lado, la baja tasa de capitalización, y por otro que los incrementos en materia de productividad fueron producto
exclusivo de las ventajas naturales de las tierras de la prov de bs as.
Según la autora no hay evidencias de que la obtención de vacunos mejorados ni el incremento en cuanto a productividad tuviera
como sustento el agregado de más y más tierras, como dijo por mucho tiempo, si se hubieran tomado en cuenta las modestas existencias
refinadas que se manejaban esta argumentación no hubiera tenido validez. Lo que socaba a esta argumentación es que los requerimientos
del refinamiento y el incremento en cuanto a productividad exigieron una infraestructura compleja que obligó a un uso más eficiente de
las tierras disponibles: estabilizando y ampliando la oferta forrajera con nuevas combinaciones y técnicas conservacionistas,
construyendo cabañas, potreros e instalaciones fijas y proveyendo agua.
Para la autora debe usarse el modelo schumpeteriano para entender la transformación productiva que se produjo. Éste asigna
un lugar preferencial a una vanguardia: considera la razón de ser de estos empresarios como portadores del cambio tecnológico y de la
función de liderazgo en la gestión econ, pone en evidencia una lógica empresarial donde la maximización de ganancias y el esfuerzo de
un mayor rendimiento productivo son compatibles.
Pretende presentar la estrategia de una vanguardia terrateniente mediante la superposición de la contribución teórica
schumpeteriana y la evidencia empírica obtenida del proceso de implantación de una tecnología pecuaria en la prov de bs as entre 1856
y 1900. El modelo de vanguardia schumpeteriano solo captura al sector ganadero portador de esta tecnología pecuaria cuando aún no se
cuenta con un mercado para los nuevos productos y en el tiempo que dura la implantación de esta tecnología pecuaria entre 1856 y 1900.
Dar cuenta de la interacción entre la genética en carnes vacunas y el sector social asociado al proyecto de la prov de bs as entre
185 y 1900 requirió dos operaciones analíticas distintas aunque conectadas:- definir el refinamiento vacuno como una tecnología de alta
productividad que tiene tres dimensiones asociadas entre sí: transformaciones en el sistema productivo, genética en carnes y actores
sociales.- señalar como clave la existencia de unos pocos ganaderos terratenientes que introducen el hito tecnológico, modernizan las
técnicas productivas y adm y comprometen fuertes inversiones de gran riesgo, muestran rasgos del sector terrateniente desconocidos
hasta entonces.
La autora los caracteriza como vanguardia recurriendo al modelo de “innovación tecnológica” de schumpeter- haggen porque
en esa conceptualización el impulso proviene de empresarios cuando aún no se cuenta con el incentivo de la demanda ampliada, y esta
es la cuestión central del proceso de implantación tecnológica que ocurrió en la prov de bs as entre 1856 y 95. En el tramo inicial, las
cuestiones específicas se originan en la imposición de un producto nuevo, alejado de lo que se hacía rutinariamente, que despierta
resistencias y presiones. Para schumpeter, el desafío de ir contra la corriente solo está en una pequeña fracción de la población llamada
vanguardia, empresarios que forman parte de un círculo de amigos. Este círculo se convierte en vanguardia porque introduce un producto
nuevo (Shorthorn, hereford, y Aberdeen Angus de pedigrí) y realiza las transformaciones creativas necesarias para la implantación de
esta tecnología pecuaria cuyo obj es el acceso a mercados selectivos, el de productores en el país y el de carnes en g Bretaña. La
vanguardia sabe que haber tomado la delantera en este periodo de implantación le permite apropiarse de las ganancias monopólicas y
temporarias generadas por esa nueva combinación productiva y que según schumpeter, son las específicas de la gestión empresarial.
La vanguardia implemento una formula exitosa, pero que le hizo ir contra lo establecido, asumir riesgos, incrementar la dotación
de capital fijo, capacitarse técnicamente, transformar los métodos de producción y tomar el desafío de realizar las adaptaciones creativas
necesarias para reducir la brecha tecnológica entre un país de avanzada y uno nuevo. La configuración de la vanguardia planteó que se
debían tener en cuenta aspectos diferentes de los tradicionales para determinar la inclusión y exclusión en ese conjunto y observar el
proceso de implantación tecnológica. No fueron definitorios ni el stock ganadero, ni el patrimonio territorial, ni una posición social
prominente asociada a una disponibilidad de tierras, y esto provocó una pérdida de importancia de los criterios tradicionales basados en
la condición de propietarios latifundistas y el estrato ocupacional, cabañero, criador, o invernador, cuya delimitación hoy despierta
controversias.
Sin embargo, la autora reconoce la importancia de la apropiación diferencial de tierras y la previa orientación en vacunos
criollos. Esta acumulación previa fue un paso importante, que adquirió gran peso cuando se trató de la sustentabilidad de la tecnología
pecuaria en el largo plazo. Los grandes terratenientes, afrontaron mejor los requerimientos económicos para el desenvolvimiento del
proyecto y salieron airosos de las crisis que afectaron el proceso de implantación, en cambio no ocurrió lo mismo con los que tenían
gran capacidad de gestión y adaptativa, pero sin sostén econ.
Lo que interesa es el uso con fines diferentes, de los tradicionales, de manera distinta, más apropiada y ventajosa, de los medios
de producción existentes en su negocio estático: vacunos criollos, personal, instalaciones y tierras. A partir de allí van formando la nueva
combinación de puros de pedigrí, por cruza y mestizos, donde lo que importa es el incremento en la productividad de ese ganado
mejorado, más que el crecimiento cuantitativo. Las existencias refinadas con modestas en relación con el criollo.
El campo de análisis delimitado por el modelo de vanguardia schumpeteriano permitió ver como el sector portador de esta
tecnología pecuaria obtiene esta nueva combinación productiva fuera de la corriente circular, con la modernización de los métodos de
producción, la reorg de la mano de obra, el planteamiento de inversiones de riesgo, la transf de las instalaciones, la mecanización de la
operatoria, y el acceso a mercados selectivos con productos que antes no existían: puros de pedigrí y novillos Shorthorn, Hereford y
Aberdeen Angus. El liderazgo económico aparece como una 3era función de la producción.
Capítulo 1: “La vanguardia empresarial y la implantación del refinamiento vacuno (1856-1900)
Entre 1856 y 1900 se implantó en la prov de bs as una genética en carnes que consistió en la transformación racial del vacuno
criollo y el incremento en productividad y calidad carnicera del biotipo mejorado. Este sector fue visto tradicionalmente como refractario
a cualquier progreso o modificación. Sin embargo, se puede advertir el accionar de una “vanguardia ganadera”, compuesta sobre todo
por grandes propietarios. La autora se refiere a un grupo de 50 terratenientes que fue el agente social portador de esta genética en carnes
vacunas.
La identificación e inclusión en esta elite ganadera se hizo a partir del compromiso con la genética en carnes y en relación con
las 3 dimensiones que abarcaba la adaptación de esta tecnología británica: planteles de pedigrí y propagadores, transformaciones
productivas y acceso a mercados diferenciales. También se tuvieron en cuenta las características de los establecimientos como empresas
adaptadas a la implantación de esta genética y de una tecnología destinada a abaratar costos operativos, disminuyendo tiempo y mano
de obra por el tipo de org, distribución y edificación del espacio, instalaciones, edificios, servicios, la múltiple funcionalidad de las
maquinarias, el sistema de producción, procesamiento y almacenamiento de forrajes, localización y extensión de las propiedades.
Estos jóvenes hacendados siguieron el modelo británico en relación con las técnicas productivas adoptadas e instituciones. La
prov de bs as fue un centro productor de bienes primarios exportables, por lo que la relación de los mismos con el comercio internacional
se dará de forma estrecha. El sector del cual emergen estos jóvenes es de una próspera y selecta comunidad de grandes propietarios
bonaerenses especializados en la act comercial, y de un ámbito de sociabilidad y un clima de ideas impactado por la presencia de
hacendados británicos y por los contactos con las sociedades avanzadas. La constitución de la vanguardia ganadera tuvo dos tópicos: -
el proceso de implantación de la tecnología pecuaria desde que se inicia con la incorporación del hito tecnológico Shorthorn y Hereford
de pedigrí, hasta que culmina con la producción de novillos para la exportación – la dinámica interna de esta elite en cuanto hacendados
comprometidos con una empresa de alta especialización productiva a largo plazo.
El círculo informal de amigos pasó a vanguardia entre 1874 y 1895 cuando solo se abocaron a la genética vacuna en carnes e
ingresaron con novillos especiales para exportar al mercado británico. El aspecto más innovador proviene de la capacidad para elaborar
el propio diseño productivo empresarial según el modelo de los países generadores de tecnología (Gran Bretaña, Francia, Alemania)
donde habían incorporado nuevas ideas.
La conformación fue en 4 momentos:- surgió de un círculo de amigos que pertenecían a un mismo ámbito social en la década
de 1850, que tomó los valores de una ganadería especializada introducida por los británicos.- adquirió sustento institucional y de
adaptación tecnológica a mediados de 1866 con la creación de la Sociedad Rural.- se definió un perfil propio como vanguardia al
formular una estrategia productiva a mediados de la década de 1870, combinando bovinos y ovinos mejorados para contar con otro bien
exportable para paliar las variaciones en lanares y tener una fuente de ganancias más lucrativa que los vacunos criollos.- alcanzo el
cumplimiento de esta estrategia en 1900, con una genética en carnes con sello propio y con biotipos en reproductores y en novillos cuya
calidad y rendimientos estaban en el mismo nivel de los selectos británicos y norteamericanos.
Un círculo de amigos: genética en carnes y cambio tecnológico
El periodo de conformación de la vanguardia comenzó con la llegada de los 1eros núcleos de puros de pedigrí Shorthorn y
Hereford entre 1856-66 y finalizo en 1873 cuando se comenzó a asociar vacunos y lanares refinados. La vanguardia criolla empezó a
formarse como un círculo de amigos hacia 1850, dejaron de lado sus diferencias políticas del pasado y encontraron puntos de acuerdo
al discutir el porvenir económico del país, y su papel en él. También había una defensa de bs as, la cual estaba enfrentada a la
confederación. A partir de 1866 la defensa fue más necesaria por la guerra contra Paraguay. Este círculo de amigos fue enviado por sus
padres a Europa para adquirir conocimientos, su preocupación no solo se centró en la act de la ganadería mejorada, sino que se extendió
a la producción fabril: los métodos de la división del trabajo que observaron los usaran en sus campos.
Las ganancias que dejaban los vacunos criollos eran modestas y ni siquiera se veía la posibilidad de acceder al mercado
internacional, que justificara una buena inversión. Luego se demostrará que aun el más rustico grado de mejoramiento abría las puertas
a precios más altos en el mercado local. Además, se advertían los resultados del cambio genético en lanares que mostraba ductilidad
para capturar precios diferenciales en tiempos de bonanza como los de las faenas saladeriles y la posibilidad de contrarrestar las
tendencias bajistas con la mejora del otro componente del ingreso: el rendimiento. La inversión en reproductores importados fue el único
mayor gasto realizado al comienzo, ya que la producción mejorada se intentó casi sin provocar cambios en el sistema productivo.
Los 1eros pasos en el proceso de implantación de la genética en carnes tuvieron un gran valor: hacer que ese pequeño grupo de
ganaderos se identificara con un perfil propio, diferenciándose de la capa social a la que pertenecían y seguirían perteneciendo, los
terratenientes bonaerenses. El sector de grandes propietarios había surgido con la expansión del vacuno y la apropiación de tierras
públicas, sobre todo en el sur de bs as, en un proceso que se extendió desde el periodo revolucionario hasta más allá de mediados del
siglo XIX. Entre estos grandes terratenientes se generó un tipo de liderazgo, según Halperin el papel de estanciero se entremezclaba con
el de jefe militar y político, en un contexto marcado por las luchas civiles del periodo rosista y las posteriores entre bs as y la
confederación.
A medida que implantaban la tecnología pecuaria la elite ganadera se distanció de las concepciones productivas de los más
poderosos y tradicionales hacendados (como Anchorena) que monopolizaban el abasto urbano y criaban vacunos desde el periodo
colonial. El sector especializado en el abasto urbano no mostrara interés por la genética en carnes hasta comienzos del XX cuando vieron
que la nueva combinación productiva era una salida lucrativa. La elite ganadera pudo advertir sus posibilidades por su vinculación con
los precursores británicos especializados en el lanar mejorado.
El liderazgo económico de la vanguardia: la impronta de los pioneros británicos
El liderazgo econ de la vanguardia durante la implantación de la tecnología pecuaria entre 1856 y 1900, cuyos rasgos se
cristalizan a principios del XX se fueron construyendo a medida que introducían un nuevo tipo de producción y lograban salidas
alternativas que optimizaban las ganancias de acuerdo con las diversas calidades del producto, animándose a actuar fuera de la rutina, a
resolver las dificultades y contratiempos y a vencer la resistencia de la mayoría de los hacendados. Esta vanguardia interactuó con los
británicos introductores de lanares refinados entre 1852 y 1865. Con la implantación de nueva tecnología corrieron grandes riesgos (pero
con la recompensa de las ganancias de la monopolización del hito tecnológico) y ofrecieron el modelo a probables seguidores,
imprescindibles para el desarrollo de este negocio.
Esta experiencia dejo una huella en su matriz organizativa, centrada en los negocios del cambio racial, funcionando mediante
determinadas reglas: org en grupo ejecutivo, capacitarse en los centros formadores de tecnología pecuaria, y adoptar una cosmovisión
modernizadora del sector agropecuario. El círculo de amigos comprendió que para asumir las responsabilidades y vencer los obstáculos
(restricciones de insumos, de recursos humanos, acceso a cred, oposición de terratenientes tradicionales) era mejor actuar de forma
mancomunada y tomar sus decisiones de forma consensuada. El código de honor de los pioneros era que cada innovación, la forma de
usarla, sus costos y beneficios se analizarían y discutirían con otros integrantes, sin adjudicarse primacías totales ni retener información
o esconder los resultados obtenidos.
La incorporación del hito tecnológico puros de pedigrí fue entre 1856 y 65, cuando el círculo de amigos aún tenía una modesta
experiencia organizativa y la operatoria era de escasa complejidad. Esto se resolvió aprovechando la infraestructura disponible para
carneros, optimizando recursos disponibles sin tener que hacer tempranamente los gastos edilicios, de adquisición de maquinaria o
especialización de mano de obra, que la hubieran tornado onerosa y gravosa.
La relación entre la vanguardia ganadera y los precursores británicos era ambivalente: por un lado los criollos buscaban
mostrarse como continuadores de los británicos, por otro querían encontrar un camino propio. Sabían de su deuda con los ingleses,
habían aprendido de ellos la especialización en el negocio del cambio racial y el hecho de agruparse, también que ese círculo de
pertenencia informal era importante para superar los contratiempos y obstáculos de la adaptación, difusión, y sustentabilidad de esta
tecnología pecuaria británica. La individualidad competitiva debía resignar ciertos beneficios pasajeros para obtener otros mayores que
les podía dar la solidaridad interna en el grupo. Emprender el refinamiento vacuno era ir contra lo establecido, ello despertaba
resistencias, desconfianzas y resentimientos que solo podrían afrontarse mancomunadamente.
El ejemplo de los británicos mostraba que la producción de vacunos mejorados era una act lucrativa, dada la experiencia
acumulada como hacendados y la disponibilidad de rodeos criollos. No se quería solo llegar al producto para la exportación, sino que la
hacienda mejorada podía emplearse para el abastecimiento local y los padres y planteles de cría podían ser vendidos a otros hacendados
que quisieran integrarse a la operatoria con menor grado de compromiso. Los miembros de la vanguardia habían visto la ventaja de los
ingleses al implementar el refinamiento de los lanares, estos tenían el monopolio del mismo. La elite criolla había tenido que comprar
reproductores ovinos a los precios impuestos por los británicos, ya que importarlos era mas caro.
Además de la intuición y el ejemplo, emprender el refinamiento de vacunos requería recursos. Los integrantes de la vanguardia
los tenían, habían logrado riqueza y prosperidad con la exportación de cueros y tasajos y en ese momento la consolidaban con la
exportación de lanas. No todos los hacendados adoptaron la nueva tecnología, solo lo hicieron los que tuvieron la capacidad de reacción
para captar oportunidades econ excepcionales que no se materializaban de inmediato.
La vanguardia ganadera aprendió una lección respecto de la adaptación de la genética de carnes en el plano local: las
innovaciones que iban introduciendo se encadenaban unas con otras aun cuando parecieran diversas. La genética en carnes las integraba
en una dirección unitaria y con un nexo continuo que terminaba relacionando áreas productivas en apariencia diferentes entre sí. El
alambrado (innovación aportada por Newton) había encadenado sus efectos a distintos aspectos vinculados a la ganadería mejorada. El
1er alambrado (1845) se usó para evitar que entraran animales en los pequeños cultivos, luego para proteger montes, luego para cercar
el perímetro externo de los establecimientos. La necesidad del pequeño cultivo y del monte también se relaciona con la importación de
carneros finos que requerían una alimentación particular y barreras protectoras contra las sudestadas.
La vanguardia era consciente de que individualmente no podrían resolver las restricciones de insumos, de recursos humanos y
financieros. Buscaron la cooperación mutua. Otro elemento que fortaleció al círculo de amigos fue las ideas que compartían gracias a
los ámbitos de sociabilidad y a las experiencias compartidas en el exterior. Debatían sobre el porvenir económico del país, sosteniendo
que era necesario imitar el modelo y las practicas de los países más avanzados para lograr la prosperidad. Consideraban importante
introducir tecnología pecuaria, para lo cual necesitaban asesoramiento científico. Comprendieron que debían conocer sobre zootecnia,
de modos de cría y mantenimiento de ese tipo de ejemplares mejorados, de razas y flias animales porque allí estaban los secretos que
posibilitarían la adaptación local de la tecnología importada. En el nuevo sistema productivo tendrían un papel central los veterinarios,
químicos, agrónomos, etc. Esto implicaba romper con prejuicios contra la teoría, los expertos y los especialistas.
Otro elemento de identificación de la vanguardia ganadera es el compromiso productivo que implico la especialización en la
genética en carnes, que llevo a homogeneizar y concentrar sus bienes en el sector rural más dinámico, abandonando act heterogéneas en
el ámbito del comercio o las finanzas, heterogeneidad que había distinguido a los estancieros en el periodo colonial.
Hasta mediados de la década de 1860 el liderazgo aun lo ejercía un tipo de hacendado progresista que intentaba imponer en sus
establecimientos reformas generadas similares a las de Gran Bretaña, pero que debía resignarse a que se act fuera interrumpida por su
condición de militar que debía intervenir en las luchas fratricidas de su tiempo (Ej. Miguel Martínez de Hoz) esta vieja generación fue
reemplazada por una nueva, eran dirigentes que daban a la vanguardia las características que tendría hasta fines del siglo, un elemento
que los diferenciaba de sus predecesores era que repudiaban el conflicto bélico, y se alejaron del estanciero, héroe militar (Ej. Leonardo
Pereyra, Eduardo Olivera). La nueva generación se había preparado en establecimientos e instituciones europeas, había crecido con la
expansión de la línea de frontera, con la introducción del ferrocarril, y con la 1era incorporación al mercado mundial mediante la
exportación de un bien primario. A diferencia de sus antecesores pensaban más en términos económicos.
La joven vanguardia ganadera llevo a cabo la aplicación de conocimientos científicos, e imitaba a los precursores ingleses para
lograr mejores resultados. La vanguardia asumió un liderazgo entre 1866 y 1873, desarrollo un programa de acción diferenciada con la
combinación de vacunos y lanares mejorados, respaldado por la actuación institucionalizada en diversas expresiones corporativas, el
control de los recursos de información y el asesoramiento de expertos extranjeros. Se convirtieron en herederos y continuadores de los
británicos.
Lo tecnológico se complicaba por cuestiones políticas como la Guerra del Paraguay, la vanguardia estaba en contra de la misma
porque el tipo de producción especializada que habían emprendido era imposible sin un país en orden y sin una mínima oferta de mano
de obra. Renunciaron a participar de las luchas fratricidas y las antiguas divisiones que los habían distraído de las act lucrativas. Eran
hombres pacíficos que solo recurrían a la acción política para obtener beneficios. Dejaban la acción militar a los profesionales de guerra,
querían que los litigios fueran resueltos por la justicia y la policía, su proyecto empresarial era ambicioso, de largo plazo, y requería
concentración de intereses. Al problema de la guerra se sumó la crisis de 1866 y 73 que tomaron desprevenida a la vanguardia, porque
realizaron una inversión que no pudieron reasegurar. Las crisis les sirvieron para comprender que las prácticas productivas criollas, en
las que no se medía el tiempo ni la cantidad de hombres utilizados, solo aumentaban los costos, por lo que debían erradicarlas. A partir
de 1866 se empezó a analizar la estructura de costos y a importarse métodos de org desde Europa (G Bretaña, Francia, etc.). A raíz de
la crisis se erradico del mix productivo al vacuno criollo, sobre todo aquellos cuyos establecimientos estaban en el norte de la prov de
bs as, como ocurría al núcleo de la vanguardia, debido al incremento del precio de la tierra. La espiral de esa zona ya no se podía sostener
con el lanar como único bien exportable, por más lucrativo que fuera. Para afrontar las variaciones de precios del mercado internacional
debían sostener estrategias complementarias, no hubo un acuerdo unánime sobre la estrategia más eficaz: combinación de lanar con
agricultura, combinación de lanar y carne ovina, combinación de lanar y carne vacuna, el ultimo será el más acertado. A partir de esta
combinación se quería abaratar los costos de producción y evitar las funestas consecuencias de la crisis. Los integrantes de la vanguardia
comprobaron que el mestizon, por grosero que fuera su mejoramiento dejaba ganancias superiores a las del criollo, pese a tener los
mismos gastos de producción. Ahora salían al mercado con nuevos productos, como los puros por cruza que se amortizaban rápidamente.
La combinación de Shorthorn, Hereford, y Aberdeen Angus con lanares refinados se impuso por su mayor adecuación a la
realidad. Se sabía que las carnes vacunas tenían una colocación más segura en el mercado internacional, mejores cotizaciones y de plazo
más largo que los ovinos, dado que existía una franja insatisfecha en el mercado británico. A la vez, era la combinación más lucrativa
porque tenía la capacidad de generar un margen de ganancias amplio como para paliar las súbitas oscilaciones del precio internacional
de lanares. La estrategia consistió en convocar a los ganaderos en torno de los pedigrís de planteles puros, adoptar este procedimiento
para regular la operatoria en la instancia privada, teniendo en cuenta en los apareamientos flias y variedades y asegurarse la constancia
para transmitir la especialización a su progenie para contar así con mayor poder de negociación en las transacciones en vacunos. Sabían
que los puros de pedigrí podían comercializarse a un alto valor que superaba a reproductores de similar categoría pero carecían de este
documento, la propuesta daba valor y seguridad a los productores.
El liderazgo partió de nuevas premisas entre 1874 y 1895, vinculadas a la mayor capacidad de la vanguardia para dirigir el
proceso por la formación científica y tecnológica adquirida, colocándola a la altura de G Bretaña, Francia, etc. Entre las premisas resalta
la supremacía de una ingeniería informativa, de un sistema gerencial, de personal profesional, destinado a resolver las exigencias de
planificación, coordinación, y gestión de las secuencias más complejas de la implantación tecnológica y de la creación de una demanda
local muy selectiva y de fuerte poder adquisitivo, para asegurarse un cierto grado de sustentabilidad.
La información circulaba en diarios y revistas, sobre todo Anales de la Sociedad Rural, tenía una función propagandística
destinada a atraer clientes y darle coherencia y uniformidad a la operatoria del círculo de amigos, debatiendo temas conflictivos,
publicando experiencias, adopción de métodos modernos, entrenamiento de mano de obra, disciplinamiento y especialización del
personal, servicios de reparación y mantenimiento de maquinaria edilicia, adaptación de diseños, modificación de los criterios de
inversión.
A mediados de la década de 1870 el grupo comenzó a ampliarse, ya no solo estaba formado por individuos de la zona norte,
sino también de la central y de la zona sur. Había hacendados que tenían explotaciones repartidas en las distintas zonas. El liderazgo
alcanzó el cenit cuando el modelo tecnológico logró éxito entre 1896 y 1900 y se convirtió en el modelo a seguir por un número cada
vez mayor de adeptos. Cuando se generalizó hubo una reorganización que llevo este negocio a la corriente circular y se perdieron las
ganancias monopólicas de la innovación. La tecnología pecuaria, ya era un modelo estandarizado de acuerdo con el control de calidad
y la tipificación exigida por el mercado británico, un proceso productivo diferenciado y especializado que incluía instalaciones, técnicas
y maquinaria de última generación, que brindaban precisión y dominio de esos complejos procesos, factibles por el acceso al mercado
internacional y además porque la vanguardia había aumentado la capacidad de dirección y gestión adm.
La institucionalización del círculo de amigos: la creación de la sociedad rural
Esta nueva generación de la vanguardia más el agregado de unos viejos fundo en 1866 la Sociedad Rural Arg. Esta fundación
reafirmo el carácter de vanguardia del grupo y configuro su perfil diferenciado como portador de cambio tecnológico, sobre todo de la
tecnología pecuaria del refinamiento vacuno. Allí se discutían las adaptaciones creativas requeridas por la tecnología pecuaria. Fue un
desafío abrir una institución de carácter pacífico y progresista, que solo se ocupara de la utilidad econ del sector rural. No se creó una
unión inexistente hasta entonces sino que se institucionalizo el vínculo creado a través del círculo de amigos. Los socios debían ocuparse
del adelanto de los intereses materiales sin ser instrumentos de una facción política ni consumirse en las empresas militares.
Al institucionalizarse la vanguardia se dotaba de un órgano que le permitía una relación igualitaria con sus pares en el exterior
y lograba un consenso social generalizado en cuanto a que se trataba de la institución que representaba los intereses del campo en la
política nacional. Les permitió ejercer una presión institucional favorable en cuestiones impositivas y crediticias. Los proyectos se
consensuaron en esta institución, allí se informaban, debatían para realizar elecciones correctas, y evitar posibles riesgos. Los miembros
se preocupaban por cuestiones prácticas: beneficios y desventajas, costos reales y nuevas aclaraciones que surgían del aprendizaje
empírico. La experiencia se mezclaba con conocimientos basados en la ciencia. Aunque la información teórico práctica, se dirigía en
1er lugar a los miembros de la vanguardia, tenía también un aspecto de bien público, llegaban a hacendados que aún no pertenecían a la
vanguardia. Más que bien público era propaganda, con la que la vanguardia iba extendiendo su modelo productivo del vacuno mejorado.
En cuanto a la formación de la opinión pública buscaban defender sus intereses frente al estado, sobre todo en el aspecto
impositivo, y la creación de un clima favorable para su acción como grupo de presión. Uno de los principales objetivos era construir
una demanda interna segura, de alto poder adquisitivo, que les permitiera explotar los beneficios econ de la innovación y darles un uso
más extensivo. Se quería convencer a los compradores locales de sus productos de que la única salida para la crisis terminal del vacuno
criollo era adoptar la tecnología pecuaria del refinamiento. Contando con esos compradores la espera para acceder al mercado
internacional se hacía más llevadera. En la década de 1870 ya se había comprendido que la adopción de esta tecnología era inseparable
de la difusión, no existía sin ella.
La vanguardia y la implantación de la genética vacuna en carnes
El proceso de implantación tecnológica comenzó de la manera más simple: la incorporación de puros de pedigrí que no
requeriría una completa transformación productiva y que, por otro lado, no estaba en condiciones de abordarse porque resultaba muy
caro. Aun cuando el producto de esta aplicación tecnológica era de baja calidad, allí se inició el proceso, porque se constituyó la base
para las incorporaciones de diseño, maquinaria y reformas de todo el régimen de producción de carnes.
Lograr la eficiencia productiva implicaba superar las dificultades surgidas de la falta de personal capacitado, infraestructura,
suministro de materiales, servicios de mantenimiento, existencias de ganados mejorados aptos para las cruzas. Estas dificultades
pudieron ser vencidas por la vanguardia gracias a la aplicación de conocimientos científicos. Pretendían maximizar la eficiencia técnica
y apoderarse monopólicamente del producto de esta incorporación tecnológica.
La estrategia que se mantuvo durante todo el periodo y condiciono el desarrollo de las transformaciones productivas, fue hacer
compatible la nueva tecnología con el régimen extensivo de producción vigente para el ganado criollo que permitía operar a gran escala
y “a campo”. Un sist productivo adaptado a las nuevas condiciones sustituiría al arcaico pero se mantendría el tamaño de las
explotaciones, ya que así disminuían los costos, aumentaba la rentabilidad y se sostenía la dinámica de implantación de la tecnología a
largo plazo. La experiencia del cambio racial en lanares, daba pruebas de lo efectivo que sería adoptar este modelo con vacunos criollos,
aunque debían realizar ajustes para adecuarlo a las exigencias de animales productores de carne, teniendo en cuenta rendimientos y
calidad. Fueron consideradas las situaciones de riesgo en el proceso productivo: hubo que resolver los problemas derivados del tamaño
de la explotación, la extensión de la operatoria y las complicaciones para hacerla efectiva y controlarla, dadas las enormes distancias.
Esta estrategia fue la adaptación creativa más significativa de la vanguardia.
La autora distingue 4 momentos para la instrumentación de las transformaciones productivas en un régimen extensivo: 1- entre
1856 y 73, las modificaciones más importantes fueron, la reproducción local de vacunos mejorados, correlativamente se perfilo un sist
intensivo en pequeña escala alrededor de puros de pedigrí, con la formación de personal especializado. 2- entre 1874-87, se dio la
inclusión de un paquete tecnológico de avanzada para la adopción y sustitución de métodos cada vez más eficaces de cambio racial, de
manutención y cuidados, con la adaptación de un nuevo sist de alambrados y norias, y la división del trabajo en tareas cada vez más
específicas y rutinarias.3- entre 1888-94, se introdujeron cambios en la cadena productiva destinada a la maduración del programa de
cambio racial y de terminaciones especiales para exportación, ahorrando tiempo y trabajadores con la ampliación de los alfalfares y la
combinación de pastos tiernos, la vinculación de las poblaciones centrales con los potreros, la org jerárquica de la mano de obra y la
nueva distribución de las áreas de trabajo. 4- entre 1895 y 1900, se alcanzó máxima eficiencia por los cambios realizados previamente
y la funcionalidad que imprimía el sistema de adm gerencial, además de la incorporación de maquinaria de última generación y el cambio
de escala del personal permanente.
El ritmo de las transformaciones productivas se aceleró en la 2da secuencia y estallo el cambio tecnológico. El proceso fue
facilitado por la apertura de la econ y la mayor vinculación de los mercados locales con los internacionales, que se reflejaba en la
creación de una demanda de alto poder adquisitivo, tanto en el mercado de reproductores como de consumo urbano.
La secuencia material
Empezaron a realizarse las principales ejecuciones de creaciones adaptativas, hasta entonces los emprendimientos se limitaban
a traer los núcleos mejorados. Al intentar multiplicarlos localmente los hacendados enfrentaran los riesgos por los problemas de
aclimatación y adaptación de esas razas especializadas a un reg productivo arcaico. La estrategia para operar extensivamente fue tomada
de la aplicada con el lanar, corregida a partir de las experiencias con los pocos vacunos mestizos que se podían conseguir. Así,
comenzaron a formarse nuevas camadas de puros por cruza y a la vez fueron surgiendo los mestizones, fruto de la práctica de echar
puros en los rodeos grales. La temprana adecuación del cambio racial en vacunos era la más compatible con la extensividad del sistema
productivo. La nueva generación empresarial ya conocía la combinación que se había mostrado más efectiva en la experiencia previa
en la que se veían dos niveles: un sist intensivo revolucionario para los reproductores de alto precio, de pedigrí, puros por cruza o de
alta mestización y un sist extensivo para la hacienda mestiza.
El trabajo intensivo, se basaba en una nueva concepción productiva derivada de la capacitación tecnológica y de las normas
técnicas establecidas para puros de pedigrí y puros por cruza, algo complejo. La elite ganadera también introdujo un sist de señales que
permitía individualizar los ejemplares desde la procreación, con lo que facilitaba el sist de control y seguimiento y un sist de registros
propios. El proceso fue adquiriendo la complejidad que le imponían las normas internacionales. (Pereyra y Olivera fueron los principales
innovadores).
En esta secuencia la vanguardia tuvo en cuenta los riesgos que corría el cambio racial en un reg “a campo” en relación con la
oferta de pasturas y sequias. No concebían un sist productivo que no tuviera en cuenta esos factores y se estableciera un resguardo,
minimizando los riesgos productivos. Fue por 1era vez analizada y medida la probabilidad de recurrencia de fenómenos. Para
concentrarse en los riesgos mayores, establecieron prioridades que fueron cambiando y focalizaron las medidas preventivas en lo
consensuado como lo más importante, lo que exigió un alto grado de capacitación y conciencia.
El mayor riesgo provino de la inestabilidad de la oferta de forrajes por sobrepastoreo y sequias, lo que afecto la supervivencia
de los animales mejorados y el índice de preñez. Además, hubo un alto índice de mortalidad. Lo primero que hizo la vanguardia fue
aceptar estos fenómenos como problemas estructurales y no coyunturales e impredecibles. La estabilización de la oferta de pasturas se
obtuvo mediante el control del tapiz vegetal que le dio mayor permanencia productiva, lo que implicó una ruptura con el manejo
tradicional. En este marco surgió una innovación de enorme impacto: tomar en cuenta la disponibilidad de pastos tiernos para tener una
noción de los forrajes con los que se contaría a futuro, la cantidad que se consumía y los déficit estacionales por sequias o sobrepastoreo.
Otro problema fue la falta de agua, los animales más afectados por la misma eran los mejorados. El fenómeno natural no se podía
controlar pero si prever. El estudio emprendido por la vanguardia permitió comprender mejor las caract del reg de lluvias bonaerense.
La apropiación del diseño
Las transformaciones respondieron a una estrategia gral, se adoptaron nuevas instalaciones y maquinarias: brete, bomba de
agua, arados. Destinados a mejorar la eficiencia de los métodos de cambio racial y del sist de manutención de la hacienda mejorada,
produjeron ahorro de tiempo, mano de obra y costos operativos. La adopción de métodos productivos más eficientes que mejoraban la
productividad del ganado y hacían disminuir los costos, estabilizaban las especificaciones técnicas y regulatorias de la innovación
tecnológica, permitían solucionar los problemas del reg extensivo. Los miembros de la vanguardia adaptaron el diseño de las
instalaciones a los trabajos en escala y aminoraron los riesgos de expansión financiera, ya que estos métodos les permitían recuperar las
sumas invertidas a corto plazo: 2 o 3 años.
La vanguardia reemplazo métodos tradicionales por otros más eficaces, esto requería fuertes desembolsos de capital a corto
plazo. Se implantaron métodos que dieron más velocidad, regularización y estricto control al cambio racial, como la mestización y el
cruzamiento absorbente cuyo cumplimiento se basaba en la generalización de los apotreramientos. Estos métodos sustituyeron al
zanjeado, al cerco vivo más caro e ineficiente, o a los rodeos, en los que no se podía mantener la estricta división y separación de los
lotes homogéneos según clase y grado de mestización. El sistema de pastoreo dirigido se apoyó en la división de potreros y cercos
interiores. Ya se sabía que el reg extensivo no era un obstáculo para el funcionamiento de los segmentos de esta tecnología. Su
interrelación se daba a partir de un reordenamiento del espacio, una redistribución de las instalaciones y edificios y una reorg de la mano
de obra. Se daba a las cabañas, galpones, bañaderos y potreros una org espacial que facilitaba las tareas y el control.
La capacitación de mano de obra se guio por esta estrategia: una relación funcional de supervisión y disciplina en la distribución
y org del trabajo. Se aprovechó la calificación de los trabajadores inmigrantes para la preparación de sus reemplazantes criollos mediante
un sist de maestro/aprendiz. A la vez, se entrenó a los peones para el manejo con animales mejorados y se le quito autonomía a su
operatoria, para preservar el estado de la hacienda y hacer los trabajos de forma más fácil y rápida. Se adoptaron instalaciones como el
torno y el brete, que sustituyeron las formas arcaicas de hacer los trabajos al galope y con lazo. En este contexto fue indispensable el
concurso de ambos tipos de trabajadores, para lo cual se implementó un programa de atracción, retención y moralización que perseguía
un compromiso personal en la búsqueda de éxito de esos empresarios como si fuera propio.
La nueva estrategia implicaba un cambio en la consideración de las inversiones y su riesgo, allí se ve el salto introducido por
la vanguardia, solo así podía estallar el cambio tecnológico. La inversión en las instalaciones fijas creció, aunque el grueso del capital
se dirigió al ganado mejorado. La estrategia planteaba la recuperación de esas inversiones en plazos no mayores a 3 años. Los fondos
provenían de cred personales dados por el Banco Prov y a partir de 1873 de cred dados por el Banco Hipotecario, con la integración de
esta última institución los plazos se hicieron más largos, con lo que la vanguardia pudo emprender la renovación edilicia, la incorporación
de maquinarias o los costosos trabajos de canalización y desagüe.
Aunque la operatoria se basó en el mercado local, la vanguardia busco contactos con futuros consumidores europeos para
contar con el respaldo de una demanda ampliada. Fue una tarea realizada por representantes comerciales de las embajadas arg, que
promocionaron productos arg y reunieron información estadística sobre los mercados. La vanguardia pretendía llegar a Europa con el
nuevo bien exportable que estaba comenzando a producir.
La sustentabilidad tecnológica y la adecuación al mercado interno
La conjunción de elementos necesarios para la adaptación tecnológica de la genética en carnes vacunas, con asesoramiento
profesional, precauciones sanitarias, manutención y cuidados, abastecimiento de agua, y una mecanización de la operatoria diaria y
estacional ya estaba dando resultados. A fines de la década de 1880 se estaban produciendo ejemplares puros de pedigrí de calidad
similar a la británica, en cuanto a precocidad y calidad reproductiva.
La reconversión productiva de novillos para consumo urbano, con el agregado de mayor valor por la cruza con padres puros y
la complementación con raciones extras de forrajes, ya estaba dando resultados en mestizos y mestizones que daban entre 400 y 450
kilos superando los promedios de la hacienda criolla (280-350 kilos). La incorporación de tecnología de manejo y conservación de
pastos tiernos, la combinación de estas pasturas de primera con alfalfar y el progreso en los métodos de henificación de reservas forrajeras
muestran que la vanguardia estaba logrando hacer coincidir distintos segmentos tecnológicos de la genética en carnes.
La producción de puros de pedigrí fue sirvió como sostén econ de la nueva tecnología. Había registros genealógicos sobre los
animales y documentos que servían para confirmarlo. Estos eran instrumentos comerciales que permitían testificar la calidad del
reproductor y su flia y se usaban para determinar el precio de esos ejemplares de primera. La vanguardia tomo la delantera y controlo
monopólicamente el hito tecnológico puros de pedigrí e influyo en los precios por su reputación en la act y por las ventajas técnicas que
presentaban sus animales adaptados y aclimatados “a campo”.
Se formó un mercado donde se introdujeron prácticas y sistemas de venta de Gran Bretaña y Francia. La vanguardia uso los
órganos de prensa el cual funciono como sistema propagandístico de su producción. La tecnología de alta especialización determino un
nuevo sist productivo basado en la redefinición de funciones y responsabilidades de los participantes, que requirió una dirección y
coordinación diferenciadas con el fin de manejar un numeroso personal permanente. También se dio una adaptación de los cambios
introducidos en el régimen “a campo”: líneas de pasturas, cadena alimentaria de gramíneas y leguminosas, y procesamiento de forrajes
verdes. La combinación de estos recursos buscaba, una dieta de mayor densidad energética y terminación de los animales a mayor
velocidad. Estas modificaciones dieron un alto grado de sustentabilidad a la tecnología pecuaria hacia 1894, junto con sistemas de
reaseguro sanitario y manutención. En los nuevos establecimientos la distribución espacial había cambiado radicalmente con respecto a
la estancia tradicional. En la nueva estructura se quería lograr un sistema de vigilancia y control eficaz.
La readecuación al mercado internacional
El cambio tecnológico para aumentar la competitividad de la genética en carnes exigida en mercados selectivos como el
británico se alcanzó entre 1895 y 1900 y se sustentó en la producción de biotipos selectos, puros por cruza o alta mestización terminados
de acuerdo con el modelo de Gran Bretaña o Francia. La vanguardia contaba con experiencia: aunque en pequeña escala se ajustaba a
las normas internacionales en la producción de pedigrí. La vanguardia se adaptó a las exigencias del mercado británico: producía en
gran escala lotes homogéneos y preparados especialmente, y creo con sus amigos una red de oferentes continua y permanente, de la que
participaron también los grandes invernadores.
A fines del XIX la vanguardia alcanzo un alto nivel de productividad. En pequeña escala lograron también producir animales
de tipificación similar a la británica. La eficacia productiva se apoyaba en el esquema de adm moderno, lo que llevaba a esta vanguardia
a aplicar los principios de cooperación, centralización e integración. Con ello vencieron los obstáculos de la extensividad del sist
productivo, en gran medida resuelto por el nuevo ordenamiento del espacio. Los potreros ahora dependían, en 1er lugar, de la adm que
centralizaba la información sobre el estado de los lotes distribuidos en cuadros homogéneos, después de los capataces que transmitían
las ordenes a peones encargados del manejo directo, convertidos en agentes sin capacidad de decisión propia. Las superficies de los
potreros se redujeron (de 2000 a 200). Aunque era costoso, este sistema permitía una clasificación del ganado y una vigilancia eficaz y
fácil, con econ de personal, uno de los mayores gastos permanentes.
La empresa agropecuaria se componía por diversos establecimientos, de distintos tipos de calidad y localización, pero
org como una empresa única de acuerdo con los principios de centralización y concentración del esquema de adm. Las explotaciones se
org de acuerdo a la división de las tareas productivas, en función de calidad del suelo y clima. La vanguardia dio el salto de una org
interna por establecimiento a la gral de una compañía unificada. Para 1910 los establecimientos del núcleo de la vanguardia (Pereyra,
Cobo, Martínez de Hoz) eran el sector punta en la producción agropecuaria.
Dinámica interna de la vanguardia ganadera: núcleo, seguidores, rezagados.
Los integrantes del círculo de amigos que tomaron la iniciativa de importar los 1eros reproductores de Shorthorn a partir de
1856 eran no más de 6 ganaderos (Pereyra, Martínez de Hoz, Cobo, de Elia…). Luego se sumaron algunos hacendados, otros siguieron
otras estrategias (lanar/carne de ovino, lanar/agricultura) y otros se interesaron tardíamente. La llamada “vanguardia ampliada” era un
grupo de 50 miembros. Llama la atención la permanencia del núcleo inicial a lo largo del proceso de adopción de la tecnología británica,
aunque junto a ellos aparecen miembros que van quedando rezagados o desaparecen. Eran nombres significativos (Frías, Irigoyen,
Newton) destacados por sus innovaciones y el entusiasmo con el que emprendieron el refinamiento vacuno, probablemente mayor al
que ponían los grandes latifundistas que integraban el núcleo. La estabilidad y permanencia de estos empresarios, más modestos estuvo
siempre amenazada por las crisis, ya que les faltaba acumulación previa para sostener esta dinámica a largo plazo en un contexto de
incertidumbre. Una consideración objetiva del proceso nos hace verlos como trabajadores para los más grandes que no dudaron en
absorber el perfeccionamiento logrado por los más pequeños. En otros casos, aunque no desaparecieran como hacendados, diversos
productores medianos y pequeños quedaron fuera del ritmo que imponían los que iniciaron el proceso de refinamiento. La sustentabilidad
de la genética en carnes requería no solo decisión e inventiva, sino también escala en extensas unidades productivas y mucho dinero,
aunque las inversiones más importantes se solventaran con cred de instituciones públicas. La vanguardia tenía conexiones con
representantes de estas instituciones e incluso algunos de ellos desempeñaban esas funciones. Quienes solicitaban cred y quienes los
otorgaban eran las mismas personas.
Entonces, el liderazgo y la estrategia productiva, fue sostenida por unos pocos ganaderos de punta y grandes terratenientes, los
cuales estaban en una muy buena posición econ, ya que participar del proceso de refinamiento requirió mucho dinero. El origen de los
miembros de la vanguardia y la acumulación de capital realizada previamente era variada: proveedores del estado, comerciantes,
saladeristas, hacendados. La vanguardia ampliada surgió del círculo de amigos que se ensancho por la incorporación de miembros que
habían acumulado capital en otros ámbitos, entre los nuevos miembros había muchos grandes comerciantes. Pero, el origen más común
del grupo selecto, era la herencia de los comerciantes coloniales, criadores de ovinos mejorados, consignatarios e invernadores.
Luego de 1895 con la tecnología ya consumada, y después de 1900 cuando la exp en pie la había probado en gran escala, el
acceso se hizo muy dificultoso, lo cual vedo el acceso a ganaderos con poco capital y sin posibilidades de acceder a cred fácil y barato.
La cuestión fue más fácil para los ganaderos que habían elegido estrategias alternativas para salir de la crisis de 1873 como la de
combinar lanares con agricultura. En otros casos el acceso era directo para los herederos de los integrantes del 1er círculo de amigos.
Un modelo de alta especialización productiva (1895-1900)
Para 1895 se impuso la estrategia del núcleo central, los adherentes ya estaban integrados y los rezagados se esforzaban por
alcanzar a los más eficientes, lo cual les tomará tiempo. Había terratenientes, que seguían siendo refractarios a la adopción de la
tecnología del refinamiento vacuno. La vanguardia presentaba un perfil especializado y con gran compromiso productivo., todos
combinaban vacunos, lanares y caballares mejorados, mostrando una gran concentración de stocks de puros y mestizos. Por otro lado,
aún no se había emprendido el cultivo del alfalfares en gran escala. El núcleo de la vanguardia se ubicaba mayormente en el norte de bs
as, el resto estaba en la zona central y en el sur. También había algunos que tenían establecimientos distribuidos por diferentes zonas.
Este núcleo controlaba prácticamente el total de las existencias.
El análisis del comportamiento productivo de esta vanguardia ganadera aporta elementos para la comprensión de una fracción
del sector terrateniente bonaerense que desentona con la visión tradicional: la imag parasitaria y rentística atribuida por Oddone y
reafirmada por Sábato no parece sostenerse. Casi se pensaría que son distintos agentes sociales, pero cuando se analizan los nombres
aparecen coincidencias que, sin embargo, no son totales. En gral puede decirse que la vanguardia ganadera que implantó la genética en
carnes estuvo integrada por la mitad de los más grandes terratenientes de la prov. Se puede verificar el enriquecimiento logrado por la
capitalización de existencias acumuladas en el periodo, pero es más imp señalar que las ganancias de la vanguardia se fueron concretando
en plazos más cortos, tanto por las transacciones de reproductores puros como por los mejores precios obtenidos en el mercado de
abasto. Si bien esos precios no eran muy superiores a los obtenidos por los criollos, se lograban con la misma estructura productiva y de
costos. Luego las ganancias se irían acrecentando. En palabras de Schumpeter, cuando los réditos comenzaron a hacerse visibles no solo
significaron un triunfo para la vanguardia, sino que fue un ejemplo para los demás, se creó un modelo que otros irán copiando.
Conclusiones
La autora analizó la conformación de la vanguardia ganadera y el liderazgo que ocupo en relación con la implantación de esta
tecnología pecuaria, el refinamiento vacuno en la prov de bs as entre 1856 y 1900. Estos aspectos se relacionaron con las
transformaciones que se produjeron por la inserción al mercado mundial, donde bs as se vio favorecida, así como las condiciones que
favorecieron la formación de este grupo de punta en vacunos, que tomó el desafío de llevar adelante la implantación de una tecnología
de alta productividad.
Era un número pequeño de hacendados, no más de 50 hacia 1895, con grandes explotaciones que aprovechaban la econ
de escala y usaban innovaciones muy costosas en capital. Este sector conocía la aplicación de dicha tecnología, se había comprometido
con la genética de lanares, tenía contactos directos y negocios con empresarios extranjeros, carecía de restricciones de capital y se
beneficiaba con la ampliación de ganancias provenientes del mercado europeo.
En síntesis, la vanguardia tenía las siguientes características: surgió alrededor de la labor desarrollada por precursores británicos
con lanares refinados, de ellos aprendió que el cambio racial era un negocio que, al apostar simultáneamente a mercados internacionales
y nacionales de diferente especialización y calidad, aseguraba una ampliación del margen de ganancias, adquirió un perfil propio a
mediados de la década de 1870 al formular una estrategia productiva de largo alcance, cuyo punto clave era la adopción de nueva
tecnología. La adaptación creativa más específica fue la modificación del reg. Podían adoptar con facilidad la nueva tecnología: 1-
porque el nuevo producto era compatible con la orientación productiva ya establecida (que disponía de extensos rodeos criollos) 2,
porque con antelación o paralelamente, este grupo había reasignado al mejoramiento del lanar recursos en capacitación, entrenamiento
del personal, y reorg del establecimiento. Para convertirse en innovadora la vanguardia ya contaba con la libre disponibilidad de tierras,
riqueza obtenida en otras act, ideas de los países avanzados, adquiridas mediante los contactos y la permanencia en esos centros
generadores de nueva tecnología.
En el aspecto empresarial hizo una redistribución de la inversión y una revisión del concepto de riesgo. Inmovilizó capital en
animales, instalaciones y maquinarias, aplico métodos eficaces en cuanto a la producción y abaratamiento de los costos, realizo
inversiones en capacitación del personal y reorg productiva y desarrollo la capacidad de aprender a prever y sostener el curso de esa
innovación tecnológica. Inicio la difusión de innovaciones tecnológicas apenas adoptada. Para ello uso dos mecanismos: uno tradicional,
la venta de sus productos mejorados a otros hacendados y uno novedoso, la creación de una estructura de información tecnológica en
revistas especializadas.
La vanguardia ejerció un liderazgo econ, durante la implantación de esta tecnología pecuaria entre 1856 y 1900, fue la condición
sine qua non para imponer un nuevo producto, los vacunos mejorados, y conseguir una demanda apropiada, operando fuera de la rutina,
resolviendo dificultades y contratiempos y venciendo las resistencias del resto de los hacendados. El liderazgo se consolido desde dos
vertientes:- continuando la herencia modernizadora de los pioneros británicos – delineando un estilo singular, cuyo campo de intereses
y acciones giraba en torno al refinamiento vacuno. Aprendieron de los ingleses la especialización en el negocio de cambio racial y el
hecho de agruparse, también la idea de que esa forma de nucleamiento era importante para tener un funcionamiento en conjunto, ante
el cual la individualidad competitiva debía resignar ciertos beneficios pasajeros en función de obtener otros mayores que podía otorgar
la solidaridad del grupo. La fundación de la Sociedad Rural Arg en 1866 fue un ámbito para la adaptación tecnológica, una institución
de carácter pacífico y progresista que se ocupó de la utilidad econ del sector rural. Con la creación de la misma, se institucionalizo un
vínculo que ya existía.
La vanguardia se consustancio con las responsabilidades del liderazgo econ entre 1852 y 65, en la interacción con los británicos
introductores de lanares refinados. La máxima responsabilidad fue encabezar la implantación tecnológica corriendo riesgos e
incertidumbres que se verían recompensados por las ganancias de la monopolización del hito tecnológico y por el ofrecimiento del
modelo aplicado y exitoso a probables adherentes y seguidores. Esa experiencia dejo una huella en su matriz organizativa. Se centró en
los negocios de cambio racial y funciono según determinadas reglas: organizarse en grupo ejecutivo, capacitarse en los centros
formadores de esta tecnología pecuaria y adoptar una cosmovisión modernizadora del sector agropecuario. Por otro lado, la
experimentación sirvió para aprender a usar y adaptar esta tecnología achicando la brecha tecnológica entre los países industrializados
y el nuestro, a encadenar las adaptaciones e innovaciones para multiplicar sus efectos (como paso con el alambrado).
Este grupo ejecutivo (círculo de amigos) advirtió que las responsabilidades podían asumirse más fácilmente de forma
mancomunada, a partir del reconocimiento mutuo y renovado entre sus miembros, alcanzando decisiones consensuadas y que se
concretaban mediante soluciones colectivas. La cooperación será central para vencer obstáculos y resistencias. La incorporación del hito
tecnológico de puros de pedigrí quedo enmarcado en este tipo de liderazgo entre 1856 y 65, acorde con la modesta experiencia del
círculo de amigos y la aun escasa complejidad de la operatoria. Esto se resolvió haciendo uso de la infraestructura disponible.
La estrategia de combinar Shorthorn, Hereford, Aberdeen Angus con lanares refinados se impuso por su mayor adecuación a
la realidad: se sabía que las carnes vacunas tenían una colocación más segura en el mercado internacional, mejores cotizaciones y de
plazo más largo que los ovinos, ya que existía una franja insatisfecha en el mercado británico. Resultaba la combinación más lucrativa
de su mix productivo, provocando el desplazamiento de los criollos porque podía generar un margen de ganancias amplio como para
paliar las oscilaciones del precio internacional de lanares.
El liderazgo partió de nuevas premisas entre 1874 y 95 vinculadas a la mayor capacidad de la vanguardia para dirigir el proceso,
por la formación científica y tecnológica adquirida que la colocaba a la par de los países europeos. Entre las premisas resaltaba la
supremacía de una ingeniería formativa, de un sist gerencial, de personal profesional destinado a resolver las exigencias de la creación
de una demanda local altamente selectiva, y de planificación, coordinación y gestión de las secuencias más complejas de la implantación
tecnológica, para asegurarse cierto grado de sustentabilidad.
La info que circulaba a través de diarios y revistas tenía una función propagandística destinada a atraer clientes, pero también
a darle coherencia y uniformidad a la operatoria del círculo de amigos, debatiendo temas conflictivos, publicando experiencias y
situaciones vinculadas a la reproducción del hito tecnológico, la adopción de métodos modernos, el entrenamiento de mano de obra, el
disciplinamiento y especialización del personal, los servicios de reparación y mantenimiento de maquinaria y edificios, la adaptación de
diseños y la modificación en los criterios de inversión.
El liderazgo de la vanguardia alcanzó el cenit cuando el modelo tecnológico logró éxito entre 1895-1900 y se convirtió en un
modelo a seguir. Cuando se generalizo se produjo una reorg que llevo a este negocio a la corriente circular y se perdieron las ganancias
monopólicas de la innovación. Esta tecnología pecuaria ya era un modelo estandarizado de acuerdo con el control de calidad y la
tipificación exigida por el mercado británico, y un proceso productivo diferenciado y especializado que incluía, instalaciones, técnicas
y maquinarias de última generación, que daban precisión y dominio de esos complejos procesos, factibles no solo por el acceso al
mercado internacional, sino porque la vanguardia aumento su capacidad de dirección y gestión adm.
En cuanto al comportamiento productivo de la vanguardia, la autora muestra una imag distinta de la versión generalmente
aceptada. Advierte empresarios muy comprometidos con la producción pecuaria de máxima especialización, como la implantación de
tecnología de alta productividad, cuyo sostén requirió una gran dotación de capital e inversiones de riesgo en ganado mejorado. El
proceso de especialización y compromiso productivo se fue dando entre mediados de la década de 1870 y 1890. Esta especialización
fue impuesta por la naturaleza misma del negocio del cambio racial y determinó que el grueso de las sumas capitalizadas se destinara a
la hacienda mejorada, y luego a instalaciones, edificios y maquinarias. Otro rasgo de este sistema productivo de alta especialización
procede de la incorporación de conocimiento científico (veterinarios, químicos, agrónomos). La minimización de riesgos implícitos en
un modelo de alta especialización productiva es otro de los aspectos innovadores de la vanguardia. Estos empresarios, acostumbrados a
manejarse en contextos variables, cuando hacían inversiones de alto riesgo las protegían con métodos de producción cada vez más
eficientes en cuanto a ahorro de los costos operativos, lo que aumentaba rendimientos y productividad en la hacienda mejorada y
preservaba la asistencia y sanidad de ese ganado. Además incorporaron prácticas productivas de probada solvencia en el sentido señalado
en los países más adelantados o como el nuestro, que debían resolver los problemas derivados de la extensividad del sistema.
El logro de la eficiencia productiva implicaba superar las dificultades surgidas de la falta de personal capacitad, infraestructura,
suministro de materiales, servicios de mantenimiento, exigencias de ganados mejorados aptos para las cruzas. Dificultades que solo se
podían salvar mediante creaciones adaptativas realizadas por la vanguardia, cuya aplicación demostraba la búsqueda de: maximizar la
eficiencia técnica y apoderarse monopólicamente del producto de esta incorporación tecnológica.
Sin embargo, la estrategia de la vanguardia que se mantiene condicionando el desarrollo de esas transformaciones productivas
fue la adecuación y compatibilización de esta tecnología con el reg extensivo de producción vigente para los criollos, que les permitía
operar a gran escala y “a campo”. Esta elección estratégica fue quizá la adaptación creativa más imp de la vanguardia, porque al objetivo
de incrementar la productividad del vacuno se sumaron problemas derivados del tamaño de la explotación, la extensividad que debían
darle a la operatoria, y las complicaciones para efectivizarla y controlarla, dadas las enormes distancias a salvar. El arcaico sist
productivo será sustituido por otro adaptado a las nuevas condiciones, pero lo que permaneció intacto fue el tamaño de las explotaciones.
Se había comprobado que para funcionar con rentabilidad esta tecnología debía operar en escala, pues los costos operativos disminuían.
Podría cuestionarse porque la vanguardia no preservó la capacidad de innovar. Se hizo una gran apuesta al cambio racial y no
sopeso adecuadamente la duración limitada de los beneficios que reportaría monopolizar el hito tecnológico. Perdieron estos beneficios
hacia 1914 como había ocurrido con el lanar. Esta pérdida permite entender mejor los enfrentamientos intersectoriales entre 1922 y
1930, vistos solo como antagonismos entre criadores e invernadores.
Conclusiones Generales
La autora muestra la presencia de una vanguardia ganadera terrateniente cuyo diseño empresarial es inseparable del proceso de
implantación de una genética en carnes de alta productividad: el refinamiento del vacuno en la prov de bs as entre 1856 y 1900. Esta
elite ganadera ingresó con sus carnes vacunas al círculo de proveedores confiables del mercado mundial, mostrando pragmatismo,
capacidad de gestión, y liderazgo para llevar adelante la genética de alta productividad,, modificar el reg de manutención y engorde “a
campo” y abrir nuevos mercados de gran selectividad. La tecnología pecuaria implico dos beneficios: asegurarse altos niveles de
productividad en forma sostenida bajando costos para mantener la competitividad y apuntando a sostener la rentabilidad a largo plazo.
El liderazgo de este grupo proviene, mas allá de su condición de gran propietario, de la capacidad innovadora en tanto lógica instrumental
que coexiste con otras y expresada en termino de minimización de riesgos y maximización de la renta de tierras de diferentes calidades.
La perspectiva de la autora representa, entonces, una ruptura con los trabajos tradicionales que no tienen en cuenta la
racionalidad empresarial del sector ganadero. En estos, dio un rol central al arquetipo invernador/terratenientes, cuyo comportamiento
productivo se caracteriza por una baja tasa de inversión, escasa utilización de mano de obra y explotación de grandes unidades
productivas. Esta interpretación dio el protagonismo al recurso de mayor calidad y abundancia, la tierra, y se atribuyó un rol central a
las ventajas naturales o renta diferencial de los predios bonaerenses. Aún subsiste la carga negativa que categoriza a la elite ganadera
como rentista, parasitaria, y dilapidadora del bien común por excelencia: la tierra.
La racionalidad empresarial introducida en la historiografía rural pampeana en las últimas décadas del siglo XX buscó explicitar
en términos económicos las constantes del comportamiento productivo de la elite invernador/terrateniente y es un avance en relación
con el arquetipo rentista/parasitario que utiliza una valorización ética o moral. Esta racionalidad centrada en la combinación de invernada
y agricultura en extensas unidades productivas tendía a minimizar los riesgos productivos y de mercado y a maximizar la renta de tierras
de distinta calidad y localización. Esto, hace recaer la potencialidad del sector en la pervivencia de enormes explotaciones que no
requieren la reproducción ampliada de la empresa ni la especialización productiva.
Para la autora, es indiscutible que la estrecha relación entre la tecnología dura de genética en carnes y la vanguardia ganadera
abre un nuevo panorama respecto de la competitividad internacional de las carnes bovinas exportables y del diseño empresarial de este
sector comprometido en la gestión de productos.
El salto en la competitividad que resulta de la genética en carnes de alta productividad fue sintetizada en el cambio racial sin
atender al incremento en la producción que conjugó rendimientos y calidad carnicera del biotipo exportador. El salto en la productividad
sigue siendo atribuido a las ventajas comparativas naturales o renta diferencial de las tierras bonaerenses, un factor favorable pero que
necesito de un ritmo constante de adaptación, sustentabilidad y difusión, inversiones y conocimientos de última generación, inversiones
de gran riesgo y volatilidad, que generaron un gran incremento en la productividad, alcanzando estándares de competitividad
internacionales en los productos más genuinos, puros de pedigrí, puros por cruza y novillos para exp. Esta intervención de la vanguardia
en la ganadería vacuna transformó una act retardataria y rutinaria en una de las más dinámicas del sector agropecuario, colocando las
carnes arg en los 1eros lugares del mundo y transformándolas en uno de los mayores potenciales del crecimiento arg.
La autora abordó la constitución de la vanguardia ganadera terrateniente a partir de las elecciones estratégicas en relación con
la implantación de esta genética de alta productividad que en 1era instancia se concentró en el cambio racial y luego en el incremento
en rendimientos de calidad carnicera. Posteriormente atendió el diseño empresarial de estos ganaderos, caracterizado por la
incorporación de una tecnología integrada al proceso productivo que permitía controlar, corregir, e intervenir en cualquier momento
para minimizar riesgos y darle más eficiencia a la operatoria diaria y estacional, con ahorro de tiempo y mano de obra. La autora se
concentró en la conformación de la vanguardia ganadera terrateniente, la adopción de una genética en carnes británica, la adaptación de
los biotipos mejorados al reg “a campo” y el acceso a mercados de gran selectividad, de reproductores selectos en bs as y de novillos
especiales en G Bretaña.
La vanguardia ganadera surgió de entre los grandes terratenientes bonaerenses y se diferenció de esta capa social por la
capacidad de adaptación e innovación tecnológica, planificación y seguimiento en la gestión productiva y apropiación de conocimientos
de última generación.
En cuanto al comportamiento productivo de la vanguardia, adquirió una imag distinta de la versión que se acepta gralmente.
La intervención de la vanguardia en esta tecnología y en los procesos de agregar competitividad a vacunos mejorados muestra caract
singulares. Fue un sector dedicado de lleno a una producción pecuaria de máxima especialización, capaz de realizar inversiones a largo
plazo y alto riesgo orientadas a incrementar la productividad del vacuno mejorado. En el terreno empresarial tuvo una actitud abierta a
la capacitación teórico-práctica apropiándose de conocimientos zootécnicos, de econ rural y agrarios de última generación, a pesar de
que el estado precario de la ciencia no permitía resolver adecuadamente gran parte de los problemas planteados.
Un hecho al que no se le presta suficiente atención es que una tecnología pecuaria con razas especializadas en la producción de
carnes no pudo transferirse por completo ni automáticamente desde un país industrializado como G Bretaña a uno nuevo como arg,
donde debía comenzarse desde el principio y había una enorme brecha. Para achicar la brecha todos los segmentos tecnológicos debían
adaptarse, complementarse y coincidir, conformando una tecnología, para lo cual hizo falta un agente social modernizador: la vanguardia
terrateniente, cuyo accionar muestra una lógica diferente a la rentista y parasitaria que tradicionalmente se le atribuye.
El cambio tecnológico debió iniciarse con la secuencia más simple para aumentar la productividad: la incorporación de puros
de pedigrí que no requería una completa transf productiva, la cual no estaban en condiciones de abordar porque era muy oneroso. Aun
cuando el producto de esta aplicación tecnológica era de baja calidad, allí se inició el proceso, esta fue la base para posteriores
incorporaciones de diseño y maquinaria y reformas del reg de producción de carnes. El agente social protagonista fue la vanguardia,
que fue aumentando su capacidad de dirección, adquiriendo experiencia técnica, apropiándose de conocimientos científicos que
intercambio entre sus miembros y con sus pares en Europa. Vio en la nueva combinación productiva una fuente de ganancias. Para
lograr la eficiencia productiva había que superar las dificultades por la falta de personal capacitado, infraestructura, suministro de
materiales, existencias de ganados mejorados para las cruzas, dificultades que solo se vencieron con las creaciones adaptativas realizadas
por este sector, así se conformó como vanguardia.
La vanguardia se planteó la implantación de la genética en carnes entre 1856 y 66 cuando todavía no tenía bien delineada una
estrategia gral, como un sector capitalista cuyo obj era tener los beneficios de la innovación y usufructuar la ampliación de ganancias
que generaba la nueva combinación. Al principio no se advirtieron metas claras respecto de las transformaciones productivas que debían
implementar para que este tecnología pecuaria alcanzara rendimientos similares a los británicos, el ritmo y la dirección de las transf
responderán a los incentivos que les proporcionaba el mercado interno de reproductores y consumo y, en forma diferida, a la demanda
internacional. Esto es, producir en tiempo, calidad y volumen lo que exigen los clientes, sobre todo los de alto poder adquisitivo.
El proceso empezó cuando iban contra la corriente introduciendo el hito tecnológico puros de pedigrí entre 1856 y 73, con un
sist intensivo de pequeña escala y la formación de personal especializado. Se enfrentaban con riesgos, derivados de problemas de
aclimatación y adaptación de esas razas especializadas a un reg productivo arcaico. El refinamiento vacuno se condiciono a un modelo
extensivo “a campo”, con los mismos costos de producción que el criollo, en pastos duros, escasa dotación de hombres y capital, para
asegurarse un negocio lucrativo aun con las modestas cotizaciones dadas por los saladeros y el abasto urbano.
Continúo con la diferenciación y especialización funcional de un sist intensivo para puros de pedigrí y mixto “a campo” para
planteles propagadores, puros por cruza y alta mestización entre 1874-86, en relación con la act más rentable, la producción y venta de
reproductores de 1era clase, cuyos precios diferenciales compensaron los excedentes capitalizados en redistribución y org del sist edilicio
e instalaciones fijas de acuerdo con los principios de la econ rural y división del trab, modernización de los métodos de producción e
imposición de una nueva lógica del trab, a una planta permanente numerosa y diferenciada con diversos grados de especialización.
La urgencia en darle sustentabilidad al programa de genética en carnes y cumplimentar los parámetros internacionales para
ingresar en el mercado mundial entre 1887 y 95 llevo a integrar cría y engorde en la cadena alimentaria, revirtiendo la ecuación
costo/beneficio con fuertes desembolsos, cuando la operatoria con el mercado externo garantizó el margen de ganancias capaces de
sufragar los gastos realizados, con cotizaciones en pesos oro, que triplicaban o cuadruplicaban el nivel de precios internos. Finalmente
alcanzó su cenit cuando la tecnología pecuaria se convirtió en el modelo a seguir por muchos adeptos entre 1896 y 1900, y hasta que el
negocio entrara en la corriente circular y se perdieran las ganancias monopólicas de la innovación.
La autora evidencio la capacidad de la elite ganadera de formular un proyecto productivo de largo plazo, con la aplicación de
técnicas e insumos que mostro la capacidad de aprendizaje y adaptación en materia tecnológica no solo en el plano de la ciencia aplicada,
sino también en la generación de conocimiento apropiables para la dirección y org de sus empresas de alta especialización productiva,
contando con mecanismos de auditoría contable transparentes y rigurosos.
La adopción de una genética en carnes británica resultaba de najo riesgo por la eficacia, las herramientas y el campo de
experimentación que ofrecía, con datos sobre performance, instituciones legitimadas, procedimientos científicos y zootécnicos, es decir,
un programa ordenado y planificado. Sin embargo, la implantación de esta genética en carnes en un país nuevo, donde debían
reproducirse los eslabones previos, puros por cruza, alta mestización y mestizos, exigió un prolongado lapso para crear dichos eslabones
y la introducción de una infraestructura, personal y medios tecnológicos, que implicaron costos y compromiso a largo plazo de los que
no se podía volver atrás rápidamente.
Hacia 1856, las consideraciones que llevaron a concebir rentable la producción de vacunos con mayor volumen, centradas en
la introducción de una tecnología pecuaria de origen británico en el sector más postergado, retrasado, y con los más bajos rendimientos,
fueron más allá de las cotizaciones especiales ofrecidas por los saladeristas y tuvieron que ver con el impacto de la genética mejoradora
en lanares. La genética había mostrado ductilidad para capturar buenos precios en épocas de bonanza y la posibilidad de contrarrestar
las tendencias bajistas con el otro componente de ingreso: la elevación del rendimiento.
El desafío de llevar adelante una ganadería de carnes de alta productividad que exigía ser mantenida en el tiempo con insumos
y técnicas modernas fue tomado por este cuadro fuerte y distinguido de ganaderos y terratenientes con una importante potencialidad
empresarial.
Hubo un consenso respecto del potencial que proporcionaría la adopción de la genética en carnes británica, en cuanto a
incremento en la productividad vacuna para la demanda interna y externa, además del valor que agregaría la exp a la cadena genética y
de manutención. Esta tecnología que permitió mejorar la productividad del vacuno tuvo dos aspectos imp: el cambio racial y el sist de
manutención “a campo”, lo que fue un dato clave para la ganadería en gral y para alcanzar los parámetros internacionales en carnes
vacunas, en particular.
En arg debieron vencerse dos obstáculos: la inexistencia del hito tecnológico, puros de pedigrí, y de manera inversa un gran
caudal de hacienda criolla. Resolver estas cuestiones demando, por un lado, importar, adaptar y reproducir los planteles base de pedigrí,
puros por cruza, y alta mestización, y por el otro escalonar la sustitución del criollo con padres de desigual grado de sangre pura y sin
ningún control zootécnico. Este modelo sui generis se configuro en relación con la demanda de saladeros y abasto urbano entre 1856 y
1888, en cuanto a raza y prototipo y requería de un acondicionamiento para alcanzar los parámetros exigidos en el mercado internacional
entre 1889 y 1900 modificando el prototipo y llegando a puros por cruza.
Para la interpretación tradicional el refinamiento del vacuno seria visto como una tecnología extensiva de cambio racial, donde
la alta competitividad de las carnes arg provenía del agregado de tierras, con una escasa o mínima capitalización de excedentes, así como
de la supervivencia de una estructura econ previa que privilegiaba dos factores como explicación: la demanda ampliada internacional,
y las ventajas naturales de las tierras pampeanas, su calidad y localización. Esta argumentación pervivió por mucho tiempo, quizás
porque su visión estática que ni siquiera plantea una lógica empresarial o un análisis del costo del refinamiento vacuno, era funcional
con prejuicios y a priori de larga data en el campo historiográfico. Su visión estática, sin embargo no alcanza para justificar los vaivenes
del refinamiento vacuno: una situación de alta competitividad y elevados rendimientos productivos. El problema está en que no se
advirtió que se trataba de una tecnología importada en el periodo de implantación, cuya demora en expandirse excedía la lógica del
mercado, ya que exigió la formación de una cadena genética inexistente y la adaptación de un sist productivo arcaico. El aparente
estancamiento, evidencia las dificultades del temprano refinamiento, que se desarrolló lentamente por las complicaciones inherentes a
la adopción y la reproducción local del hito tecnológico puros de pedigrí y la formación de una cadena inexistente de puros por cruza,
alta mestización, mestizos y mestizones que permitió la transformación genética del vacuno criollo. Por tanto, solo con la maduración
de esta cadena genética fue posible la explosión de la mestización, cuya puesta a punto insumió 30 años con transformaciones
productivas.
La autora puntualiza las falencias de esta argumentación: hay una confusión respecto de la participación de los frigoríficos en
el despegue del cambio racial. Estas empresas no compraron vacunos en dicho lapso y solo empezaron a hacerlo en escala a partir del
1900, cuando ya se habían alcanzado los parámetros internacionales en el proceso de refinamiento vacuno. La elección tecnológica se
inclinó por un modelo sui generis cuya solvencia había sido probada en el refinamiento de lanares en la prov de bs as. En este campo de
experimentación se encontró la manera de amortizar el impacto de una situación nueva que carecía del respaldo de los procesos creados
y desarrollados en el país, donde las secuencias se fueron encadenando unas a otras en el tiempo. A partir de allí se diseñó una estrategia
de desarrollo dual con 2 niveles de diferente complejidad, compromiso productivo y escala, cuya optimización dependía de la
complementación entre los dos niveles a través de la circulación permanente entre las secuencias superiores de alta mestización y puros
por cruza, y las inferiores de mestizones y mestizos. En síntesis, los niveles que integraban la estrategia dual eran: 1- un sist intensivo
de punta inspirado en el modelo británico, que reproducía localmente puros de pedigrí y formaba las secuencias superiores de puros por
cruza y mestización absorbente con altos costos fijos e inversiones de gran volatilidad 2- un sist extensivo basado en el incremento
gradual de sangre mejorada del criollo con mestizones, resultado del libre apareamiento de criollos con padres de muy desigual grado
de pureza racial, que permitía mantener el mismo sist productivo que con los criollos: mínimas erogaciones y bajos costos de producción.
Este modelo sui generis que garantizaba el obj econ de incrementar ganancias y rendimientos a bajo costo no pudo aplicarse por entero
desde el principio, sino que lo fue haciendo gradualmente con los menores gastos posibles y de manera sustentable, de modo que cada
secuencia debía generar excedentes para su propio crecimiento y para la aparición de la siguiente.
Por tanto el curso seguido fue muy complejo, ya que debieron resolverse diferentes cuellos de botella cuya magnitud y
relevancia caracterizan las secuencias de la implantación genética. La formación de la cadena genética, la regularización y control de
oferta de pasturas, logística a infraestructura de última generación, cabañas, potreros, bretes, personal org de manera jerárquica y
diferenciada, una red de servicios y asistencia especializada, y por último, una redistribución y org del espacio, un sector profesional y
adm, maquinaria con múltiple funcionalidad y de vapor, nuevas técnicas para la producción y conservación de forrajes, que actuaron
unos sobre otros en diversas direcciones. En esta complicada situación es muy difícil reconocer como único factor determinante la
demanda del mercado.
El máximo aprovechamiento de esta tecnología de alta productividad en carnes implico atraer y entrenar al personal de baja
capacitación, para que pudieran realizar el traspaso del producto mejorado de uno a otro lote en tiempo y forma, calibrar bien la carga
animal, ajustar los servicios y frecuencias de los recorridos en el menor tiempo y con la mayor eficacia posible. El obj de mejorar la
productividad y expandir el cambio racial tuvo como soporte una infraestructura de última generación, compuesta por diversos sist,
como apotreramiento de rotación alternada en lotes de distinto tamaño, que atendían el estado de la hacienda y de las pasturas, la red de
abastecimiento de agua y asistencia sanitaria.
Este modelo sui generis fue recompensado con los dos beneficios centrales de esta tecnología: incremento de los precios y
aumento de la productividad, aunque con diferentes resultados en uno y otro caso. Estos resultados deben ser encuadrados en el modelo
de desarrollo dual: con los distintos ritmos, logros y metas productivas, y donde los ingresos serian apropiados diferencialmente por
estos pocos hacendados que monopolizaban el hito tecnológico de puros de pedigrí.
En relación con el hito tecnológico de los puros de pedigrí de marca propia e importados, que resultaba el insumo más costoso
y escaso, se org una institucionalidad: registros genealógicos y asociaciones de criadores de Shorthorn, Hereford y Aberdeen Angus.
Esto fue una innovación en materia de regulación y ordenamiento productivo sobre la base de normas estandarizadas, que también
incidía en la transparencia y formación de precios en las transacciones con esos reproductores. Este sist de certificación y anotación de
los planteles puros era un sist de info que permitía rastrear la pureza de sangre del animal, a efectos de constatar un dato que era esencial
para transmitir la potencia genética a los biotipos refinados. Este control fue eficaz ya que dio a la operatoria credibilidad y transparencia,
con una estrategia explicita respecto de la identificación de infracciones, aplicación de medidas correctivas y sanciones.
Desde el comienzo, la adopción de esta genética en carnes fue condicionada por la vanguardia a que el biotipo mejorado debía
adecuarse a la cría y engorde a campo dándole una rusticidad apropiada, y entre las innovaciones tecnológicas de procesos más
destacables están el manejo de pastizales naturales de 1era calidad, pastos tiernos, la complementación con forrajes artificiales y
estrategias de suplementación. Sin embargo, la adaptación, difusión y sustentabilidad de esta genética en carnes a un reg “a campo” en
gran escala exigió de un esfuerzo especial que es el aspecto más complejo y creativo de la elite ganadera.
El mayor problema surgió en el proceso de aclimatación y adaptación “a campo” del producto mejorado, aun de gran rusticidad,
pues esta especialización artificial en la obtención de carnes había sido realizada en sist intensivos y a estabulación, que en la prov de
bs as, era inaplicable desde el punto de vista de la rentabilidad del negocio. Entonces, la selección genética en carnes se enfrentó con un
dilema: adaptaban al producto refinado al reg “a campo” o lo sustituían por modalidades de diverso grado de intensividad, con elevados
insumos y costos o combinaban el modelo extensivo con otros intensivos, de acuerdo con el marco de ganancias con que operaban.
No hay duda de que se partió de la base de que sólo para puros de pedigrí convenía la estabulación, copiando la infraestructura
utilizada en el viejo mundo. Algo similar ocurrió con los planteles propagadores de alta calidad, puros por cruza y alta mestización
cuyos precios solventaban la introducción de diversas modalidades mixtas, en potreros de pastos tiernos y suplementación de forrajes
artificiales, que estuvo acompañada de un progreso y una transformación constante de la tecnología en manejo de pasturas naturales y
artificiales, con grandes desembolsos en el sist de apotreramiento y servicios. En cambio, los mestizones y mestizos, resultado de la
transformación racial del vacuno, se mantuvieron con la hacienda criolla, o en el ciclo largo de cría. Entonces, llevo años definir la
genética en carnes en el ámbito local y volver a definirla en función de nuevos obj productivos. A través de ensayo y error se fue
modelando un biotipo local rustico en relación con las necesidades de la transformación racial, centrado en levantar en pocas cruzas el
raquitismo de la hacienda criolla y de las exigencias productivas del mercado interno, únicamente de mayor volumen sin tomar en cuenta
rendimientos y calidad carnicera. La reorientación productiva impuesta por el consumo británico que estipulaba, entre otras cosas una
erradicación del sist criollo, en cuanto a programa de cambio racial, tipo de reproductor y de terminaciones especiales solo beneficio a
una estrecha franja de biotipos.
La estrategia para colocar vacunos mejorados en el mercado mundial de carnes formaba parte de los intereses de la elite
ganadera, aunque alcanzar esa meta e introducir un proceso de diferenciación del proceso destinado al consumo interno, demando más
de 30 años. En este rubro se contaba con un mercado amplio y en expansión, se comprobó que en muy pocas ocasiones estas empresas
podían exportar por si mismas porque la operatoria se concentraba en pocas manos, todas grandes pools británicos y norteamericanos.
La trayectoria en el mercado internacional quedo deslindada de las estrategias de las elites locales en el debate historiográfico,
quizás porque los aspectos más negativos no podían atribuirse solo al manejo extensivo de tierras, el núcleo argumental de más amplio
consenso académico. Estas cuestiones ponen en el centro del debate problemas referidos a los parámetros operativos de los mercados
de gran selectividad, que exigieron la maduración del programa de cambio racial, y la adaptación de la tecnología en terminaciones
propia del viejo continente. Pasaje que fue para satisfacer las exigencias del mercado británico entre 1895 y 1900. Este interrogante fue
excluido de la versión tradicional, ya que los sostenedores de la misma partían del a priori de que la transf racial del vacuno se gestó en
función de dicha demanda ampliada, sin considerar las exigencias tradicionales en materia de productividad. También se excluyeron
otros interrogantes referidos a la capitalización que acompaño la implantación tecnológica, la estrategia empresarial del sector social
portador de esta tecnología pecuaria y la apropiación diferencial de los beneficios de una implantación con altos costos, graves riesgos,
y amplio margen de ganancias.
La continuidad y el volumen de los lotes ofrecidos por la vanguardia entre 1892 y 1900, no la habilitaron para monopolizar la
oferta, ni para ingresar directamente en el mercado inglés, ni para capturar los excedentes en la cadena de comercialización internacional,
así como el temprano acaparamiento del hito tecnológico garantizó a los productos de la vanguardia un lugar de privilegio en la plaza
interna, pero no la habilitó para monopolizar la oferta. No porque aceptaran el papel de socios menores del capital inglés como se ha
pensado, sino porque no estaban en condiciones de competir en materia de recursos, experiencia, relaciones y conocimientos con los
gigantes del comercio de carnes, que además monopolizaban el acceso al mercado. Las dificultades para operar en el mercado mundial
de carnes entre 1889 y 1900 muestran los límites de la estrategia de este sector, vinculados a procesos macroeconómicos y de
monopolización de las transacciones que no podían controlar ni revertir a su favor. Esto muestra los límites de la interpretación
tradicional. Además debe tenerse en cuenta el peso de desventajas macroeconómicas que afectaron el desarrollo de la nueva act: paridad
cambiaria desfavorable, alto costo de la comercialización, restricciones en cred externos y monopolización del mercado británico por
grandes corporaciones, todos fenómenos que estrecharon incluso hasta hacer desaparecer el margen de ganancias esperado.
El perfil de la vanguardia se transformó, la cual adquirió otras capacidades en 4 aspectos: la calidad del gerenciamiento, la
adopción de la tipificación, el aumento de la competitividad de lotes especiales, y mayor integración con otros agentes en la cadena de
producción y comercialización. Estos cambios se dieron a gran velocidad desmintiendo que la breve duración de las operaciones fuera
un factor limitante, ya que los beneficios y oportunidades que estas generaron transf la naturaleza de los negocios en vacunos y la manera
de hacerlos.
Ciertos factores se conjugaron en el circuito de transacciones en pie: fue el 1ero que integraba a las empresas británicas, a los
oferentes locales, al sist de comercialización y al de transp, es decir, unía producción y comercialización en los términos y en los plazos
del salto en la competitividad inherente a una demanda de gran selectividad. La demanda pudo arraigarse porque previamente se había
puesto en marcha una mejora en la eficiencia de gestión del vacuno, que fue más allá del cambio racial, recogiendo el esfuerzo hecho
por la vanguardia.
Lo mismo pasó con el posterior desarrollo de este circuito, cuya sustentabilidad se mantuvo en el tiempo con un continuo
incremento en la productividad de quienes tenían el conoc y el capital necesario para avanzar en el cambio tecnológico. Tal es el caso
de la vanguardia y otros invernadores y criadores. En síntesis, esta operatoria de alta selectividad pudo encararse con éxito por oferentes
profesionales. No había lugar para aficionados. Pero esa profesionalización no fue suficiente para ingresar directamente como exp a G
Bretaña, y por tanto los excedentes generados en la comercialización externa quedaron en manos de empresas inglesas. Sin embargo,
esta elite econ sentó las bases para la moderna especialización del vacuno en carnes de 1era categoría, quedando asociada a la
introducción de genética de última generación, cuya adaptación a las condiciones locales impuso una constante innovación tecnológica,
desmintiendo el supuesto desinterés por esta materia hasta que se alcanzó la frontera de tierras disponibles. La elevada competitividad
alcanzada por las carnes vacunas arg hacia 1900, que aún perdura, dio la posibilidad de capturar excedentes en mercados diferenciales
mundiales y en el país. Con la plaza londinense se estableció una alianza estratégica con diversos operadores y sectores involucrados en
este tipo de transacciones.
Esta fórmula de gran impacto y compromiso productivo fue el motor, junto con la agricultura, de modelo agroexportador que
definió la sustentabilidad de arg en el periodo de mayor expansión econ, y tamb resulto la fuente principal de divisas al que se recurrió
para solventar las crisis que vivió nuestro país en el siglo XIX.

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