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capítulo 1

Lenguaje en uso
Enfoque sociolingüístico

Alejandro Raiter

Editado originalmente por Editorial A-Z. Buenos Aires, 1005

Este documento no está editado

CAP.I

Presentación y definición
La sociolingüística estudia las variaciones que sufre el
lenguaje en cada uno de los contextos en que es usado.

¿Qué significa lo que acabamos de afirmar? ¿Existe


acaso un lenguaje no usado que pueda ser estudiado?
¿Qué clase de lenguaje sería uno que nadie utilizase? ¿Qué
sentido tendría entonces estudiarlo? ¿Los hablantes ejercen
determinado tipo de acción sobre el lenguaje que hace que
éste "sufra"?

Estas son algunas de las preguntas que puede


sugerirnos la definición presentada de sociolingüística; pero
son también algunas de las preguntas que diariamente nos
surgen cuando nos enfrentamos con enunciados como los
siguientes:

1) -El director tiene un lenguaje muy (o muy poco)


cuidado-.

2) -¡Cuidá tu lenguaje!-.

3) -Usemos un lenguaje apropiado para el aula-.

4) -José dice muchas malas palabras-.

5) -A veces es difícil entender el lenguaje de los


adolescentes-.

El lenguaje nunca es propiedad de un individuo, ya que


de lo contrario éste nunca podría entenderse con sus
semejantes, por lo que el enunciado 1) no parece una
expresión feliz; por otra parte resulta muy difícil poder
individualmente cuidar lo que es social, al menos en una

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situación comunicativa particular, por lo que el pedido de 2)


no es pertinente; no está muy claro el motivo por el cual en
3) expresamos que un lenguaje que entendemos todos, lo
escuchamos en casa o en la calle, no resultaría apropiado
para un aula, que requeriría, entonces, otro lenguaje
diferente; tampoco quedaría muy claro qué lenguaje se
enseña en el colegio:¿uno que solo es apropiado para usar
dentro de sus límites?

No es claro tampoco el motivo por el cual en 4) se


afirma que las palabras -que forman parte del lenguaje por
definición- podrían en sí mismas ser malas o buenas. Si
fuera difícil, por otra parte, entender el lenguaje de los
adolescente, como se dice en 5), tendríamos que poder
explicarnos cómo puede ser que a partir de estímulos
lingüísticos producidos por adultos en su casa, en la escuela
o en los medios de difusión, pudieron los adolescentes
desarrollar un lenguaje diferente o que nos cuesta
comprender, como si hubieran estado estimulados en su
niñez por un extraterrestre o un extranjero.

Sin embargo, no sirve que simplemente impugnemos,


por mal formuladas, las expresiones 1) a 5) cuando
sabemos que son expresiones habituales, que quizás
nosotros hemos utilizado o escuchado en más de una
ocasión.

Homogeneidad y diferencias

Cuando comenzamos a pensar en nuestro español, en


nuestra tarea de enseñarlo, de enseñar a leer y escribir, de
enseñar a utilizarlo adecuadamente y de comprender su
funcionamiento, sufrimos la tensión de pensarlo lo
suficientemente homogéneo como para comprendernos
entre los que vivimos desde el sur del Río Grande en México
hasta Ushuaia, desde los Andes y costas occidentales del
pacífico a los Pirineos españoles, desde los nietos a los
abuelos y desde el Cantar de Mio Cid a nuestros días, a
Borges, Cortázar, Soriano y Clarín y Canal 9 al tiempo que
no podemos dejar de pensar en los cambios que se han

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producido a lo largo de su historia, y las diferencias que


percibimos en su rica distribución geográfica.

Mientras en general todas las ramas de la lingüística y


los estudios del lenguaje (gramática, semántica,
psicolingüística, gramática textual, pragmática, etc.) tienden
a trabajar con lo homogéneo y constante del lenguaje y las
lenguas, la sociolingüística trabajará con las diferencias;
tratará de responder a las paradojas que recién planteamos
junto con todas las que surgen del estudio de la lengua en
uso.

Estudiando las diferencias

Para poder estudiar las diferencias, debemos entender


qué es lo que varía, lo que puede establecer diferencias, y
volvemos para ello a la definición de lenguaje. Definir
lenguaje es una tarea muy difícil dada la enorme cantidad de
aspectos que intervienen. Sin pretender agotar la discusión
teórica, tomaremos la definición de Sapir, lingüista y
antropólogo norteamericano, quien lo define como "un
método exclusivamente humano, y no instintivo, de
comunicar ideas, emociones y deseos por medio de un
sistema de símbolos producidos de manera deliberada". El
problema consiste -si aceptamos esta definición- en decidir
si los gestos, el volumen de voz, etc., deben ser incluidos y
estudiados dentro del lenguaje.

Queda claro en la definición que el método debe ser el


mismo para todos los seres humanos, al menos para los que
pueden transmitirse entre sí "... ideas, emociones y
deseos...”.

En realidad, dejando de lado el problema de los


diferentes idiomas hablados por la humanidad en diferentes
países o regiones, tendemos a suponer en nuestra vida
diaria la uniformidad esencial de las formas utilizadas en el
lenguaje: no podemos explicarnos cómo alguien no nos
entiende, aceptamos el habla de los niños como un estado
transitorio dentro de un proceso destinado a que lo hagan
como nosotros, los adultos; la enseñanza de la lengua
también tiende a uniformar.
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Sin embargo, es un hecho que podemos fácilmente


comprobar, que los diferentes usuarios, los hablantes de una
lengua como el español, no utilizamos todos y en todo
momento y lugar las mismas formas, el lenguaje utilizado
varía entre un hablante y otro, y también de acuerdo con las
diferentes situaciones. La sociolingüística va a estudiar
entonces las diferencias que podemos observar en el uso
del lenguaje, y determinará por qué se producen.

¿Qué sentido tiene estudiar sociolingüística?, es decir


¿qué sentido tiene estudiar las diferencias?

En primer lugar tenemos un interés teórico: queremos


saber qué es el lenguaje y cómo funciona. En segundo lugar
tenemos un interés práctico para poder actuar allí donde
encontremos que estas diferencias causan un problema que
pueda y deba ser atacado y comprendido lingüísticamente.

Definición de lengua

Vayamos por partes:

como dijimos, gran parte de la información que tenemos


sobre el lenguaje, y gran parte de la investigación lingüística
estaba fundada y orientada en estudiar las regularidades del
lenguaje, su uniformidad con vistas a comprender lo
constante en todas las lenguas, idiomas y dialectos: lo
universal. Ya Ferdinand de Saussure, en la edición realizada
por sus alumnos, en 1916, preocupado por la complicación
que suponía abarcar el estudio del"... conjunto heteróclito de
hechos que componen el lenguaje...” -fenómenos psíquicos
y físicos, estudios sobre el presente y el pasado de los
dialectos, problemas individuales y sociales, etc...- proponía
para la lingüística un objeto de estudio definido, concreto y
homogéneo: la lengua; es decir que del conjunto heteróclito
de fenómenos, él proponía descartar todo lo que no fuera
homogéneo para estudiar un único aspecto homogéneo del
lenguaje. Definía la lengua como "... un sistema de signos
que expresan ideas...”, en el que...” solo es esencial la unión
del concepto con la imagen acústica, y donde las dos

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partes del signo son igualmente psíquicas". La lengua es


social por excelencia, sólo se la encuentra completa en las
acuñaciones cerebrales de cada uno de los miembros de
una comunidad lingüística; y funciona como un todo único.
Las expresiones individuales u originales pertenecen como
tales al habla, no forman parte del estudio de la lengua.

El estructuralismo tomó como punto de partida el


estudio de las regularidades y de las uniformidades,
pensaba que estudiar en cada una de las lenguas
nacionales o regionales lo que fuera realmente constante,
daría finalmente como resultado estudiar lo que realmente
fuera universal, propio de todas y cada una de las lenguas.

La sociolingüística parte de un lugar diferente: si hay


algo realmente constante en todas las lenguas es que éstas
ofrecen diferencias: varían con el tiempo, varían de un
sujeto a otro, varían de un grupo social a otro, varían de un
grupo generacional a otro, varían de una situación
comunicativa a otra, etc. Es el estudio de esta variación
lingüística, entonces, lo que nos permitirá saber algo más
del lenguaje, de su único funcionamiento posible: el
funcionamiento social.

Por otra parte la sociolingüística -entendida en sentido


amplio- además de describir y explicar esas variaciones, nos
permite actuar científicamente sobre los problemas
lingüísticos derivados del uso de un dialecto, como
explicaremos más adelante, y ampliar notoriamente el
campo de estudio.

Lengua, dialecto y sociolecto

Dentro un país o región, que se reconoce como usuaria


de una misma lengua, encontramos múltiples diferencias; en
nuestro país un porteño descubre, cuando viaja al interior,
por ejemplo, que en determinadas regiones escucha una
tonada diferente, que cambia la pronunciación de algunas
palabras, que no son idénticas las formas de tratamiento
entre hablantes. Una diferencia aun mayor puede observar
si se desplaza dentro de otros países de habla hispana,
hasta el punto en que puede dificultársele seriamente la
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comprensión, sobre todo en algunas situaciones. ¿Por qué


decimos entonces que hablamos todos español? Volvemos
a lo que decíamos más arriba: pretendemos homogeneidad
donde no es posible hallarla.

Simplificaremos mucho las cosas si afirmamos que en


realidad, los miembros de una comunidad lingüística
comparten un dialecto; la lengua, como vimos, es un objeto
definido, no tiene existencia real en el uso de los hablantes.
Los idiomas, como también veremos, son objetos virtuales;
los seres humanos utilizan dialectos para comunicarse.

Llamamos dialecto al conjunto (ordenado) de formas


lingüísticas que utilizan, en forma ideal, todos los miembros
de una comunidad lingüística para comunicarse entre sí.

Existen diferentes tipos de comunidad lingüística;


tenemos comunidades lingüísticas que hablan varios
dialectos (como en zonas fronterizas de Misiones) y
comunidades que hablan uno solo. Algunas comunidades
tienen muy pocos hablantes (como las mapuche parlantes
existentes en Neuquén) y comunidades con muchísimos
hablantes. Llamamos comunidad lingüística al conjunto de
hablantes de un mismo dialecto, que ocupan alguna
delimitada región geográfica. Por el momento, dadas las
dificultades que iremos presentando a lo largo de este
trabajo, no podemos ser más precisos.

Llamamos sociolecto al conjunto (ordenado) de formas


que una parte de la comunidad lingüística, diferenciada
socialmente del resto, utiliza para comunicarse entre sí, y
que contiene diferencias identificables con el dialecto de una
comunidad, como aclararemos en el siguiente capítulo.

Dialecto, norma y lengua estándar

Lengua estándar (o dialecto estándar) es un dialecto


que ha sido elegido por cuestiones políticas como la lengua
oficial de una nación, o como una de las lenguas oficiales.
No existe ningún motivo lingüístico para preferir un dialecto
a otro, son cuestiones históricas o políticas las que
determinan la elección de un conjunto ordenado de formas y

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no otro. Por ejemplo, en España, el castellano se impuso


sobre otros dialectos (catalán, gallego, asturleonés y
muchos otros) por ser el dialecto de los reyes guerreros de
la reconquista cristiana; en el Canadá están reconocidos
como estándar el inglés y el francés (quebequois) pero
ninguna de las lenguas indígenas existentes.

Ningún dialecto es inferior a otro, todos son igualmente


aptos para su principal función: ser el instrumento de
comunicación de una comunidad. Parámetros como la
existencia de un código lectoescrito, o de una literatura
"nacional" pueden hablarnos de la cultura de un pueblo o
comunidad, pero no de la riqueza lingüística de su dialecto.

El concepto de norma lingüística está íntimamente


asociado a la noción de estándar, constituye un intento de
fijar las formas consideradas convenientes de un dialecto,
las que utiliza determinado grupo social, generalmente
reconocido como culto o dirigente, y fijarlas en el tiempo, y
aún ser difundidas en el espacio. Son las formas que se
usarán para la educación, la administración y la justicia.
Estas normas indican qué formas deben respetarse y qué
formas desecharse por "vulgares" o "extrañas". Son las
formas elegidas para el buen hablar y también el buen
escribir. Del vasto conjunto de formas utilizadas solo algunas
son elegidas, y el resto rechazadas.

No siempre son las Academias o gobiernos los que


establecen las normas, existen otras posibilidades como el
caso de los EEUU donde son normalmente organismos
privados los que las fijan. El concepto de norma culta, por
otra parte, se refiere a las pautas utilizadas por determinado
grupo social, las de los que han adquirido determinado nivel
de educación, aquellas formas que prefieren sus escritores u
otros referentes y que son reconocidas como válidos por
toda la comunidad.

El concepto de norma de prestigio, en cambio,


remonta a las formas que una importante porción de
hablantes de una comunidad reconoce como correctas,
independientemente de que las use, o sean las oficialmente

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reconocidas o las consideradas cultas. El concepto de


norma de prestigio está íntimamente relacionado con la
noción de sociolecto, como veremos.

Variación

El concepto de variación, que es central para la


sociolingüística, remite precisamente a una diferencia de
formas frente a las estándar o de prestigio. Tomemos como
ejemplo la palabra examen. Reconoceremos que la norma
de prestigio, que en este caso coincide con la norma
estándar, indica que debemos pronunciar

EKSáMEN,

es decir marcando el llamado grupo culto formado por


la K (que escribimos como C) y la S, que están en la
pronunciación de lo que escribimos como X. Sin embargo, si
prestamos atención, notaremos que muchos de nosotros la
pronunciamos debilitando la K delante de la S y emitimos:

EGSáMEN

o aún haciendo desaparecer totalmente el sonido de la


K:

ESáMEN

Todos reconoceremos sin embargo la forma "correcta" y


"prestigiosa".

Las variaciones se pueden hallar 1) en el nivel de la


pronunciación (fonológico), 2) en la preferencia por el uso de
determinadas formas: la forma manta frente a frazada, la
forma tuviera frente a tendría (morfológico) o por 3) un
orden diferente al formar una oración (sintaxis), por ejemplo
en Buenos Aires decimos:

¿Qué tenés (vos) que decir (vos) de los planes de


estudio?

Un cubano en cambio dirá:

¿Qué tú tienes que decir de los planes de estudio?

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La sociolingüística importa el estudio sistemático de la


variación.

Hasta el momento hemos ejemplificado con algunas de


las diferencias o variaciones que encontramos en los
dialectos (supuestamente) homogéneos. En el siguiente
capítulo explicitaremos concretamente qué variaciones son
importantes para estudiar, por qué y para qué.

CAP II

Comunidad lingüística y funcionamiento


dialectal
Hablar de una comunidad lingüística es hablar de un
conjunto de individuos que se comunican entre sí con
fluidez, sin restricciones. Por este motivo -además de los
problemas teóricos expuestos en el capítulo anterior-
siempre se supuso homogéneo al dialecto propio de la
comunidad, y a cada uno de los dialectos particulares. Sin
embargo, veremos que esto no es cierto, y que esta
suposición trae innumerables problemas.

Dentro de una comunidad tenemos profundas


diferencias entre sus integrantes, de acuerdo con el tipo de
comunidad de que se trate: diferencias de sexo, de edad, de
roles sociales, de jerarquías, etc.; el lenguaje -como dijimos-
es un método para comunicar "...ideas, emociones y
deseos..." en cualquier situación. Tendremos dentro de
cualquier comunidad lingüística, diferentes situaciones de
comunicación: ocasiones en que los hablantes tendrán
mayor o menor confianza entre sí, o en las que la diferente
jerarquía social entre hablantes puede ser muy marcada,
ocasiones en que se comunican dos o más hablantes con
poca familiaridad en situación informal, ocasiones en que un
padre reta a un hijo, etc... Sería realmente muy curioso que
el lenguaje, social por excelencia, en todas estas diferentes
situaciones, no importara diferencias en su uso.

Si bien es muy difícil hallar dos personas que utilicen de


idéntico modo su dialecto -llamamos ideolecto al dialecto
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particular de un individuo- no todas las diferencias que se


producen dentro de un dialecto serán de la misma
importancia; no todas podrán arrojar luz sobre el
funcionamiento del lenguaje.

Al estudiar un sociedad cualquiera, nos encontraremos


con diferencias que socialmente son más significativas que
otras, por diferentes motivos, al tiempo que su análisis
puede revelar mejor que otras el funcionamiento de aquélla.
Si bien no podemos extendernos en este punto, un ejemplo
nos servirá de explicación para lo que estamos exponiendo.

Dentro de todas las diferencias que encontramos en


una comunidad como la de Buenos Aires, podríamos
clasificar a sus habitantes en dos grandes tipos: los que
usan bigote y los que no, o los que tienen ojos claros y los
que tienen ojos oscuros. Cualquiera de estos intentos de
clasificar tiene evidentes ventajas: son fácilmente
identificables, y las muestras pueden tomarse con gran
rapidez. Sin embargo cuando comenzamos a sistematizar
las informaciones que nos reportan estos grupos diferentes
nos daremos cuenta de que se trata de una diferenciación
muy poco productiva para Buenos Aires, ya que los
parámetros tomados cruzan otras importantes diferencias
como edad, sexo, nivel de ingresos, ocupación, etc. sin
explicarnos absolutamente nada acerca de ellas.

Cuando tratamos con diferencias lingüísticas la


situación es similar, debemos buscar las que sean
productivas.

Llamamos sociolecto, como dijimos, al conjunto de las


variaciones sistemáticas que presenta el dialecto al ser
empleado por grupos sociales diferentes. Por ejemplo los
trabajadores manuales pueden tener formas que les son
propias, diferentes de las de los docentes, quienes a su vez
se diferencian de las trabajadoras domésticas. Los
adolescentes -hablantes entre 12 y 19 años- utilizan formas
diferentes a los adultos de más de 50 años; los que han
pasado por más de 10 años de educación formal utilizan
diferentes formas que los que han pasado por menos de 5.

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Cuando un sociolingüista habla de sociolecto es porque


ha podido correlacionar un conjunto de variables
lingüísticas (variación utilizada regularmente por un grupo de
hablantes), con variables extralingüísticas, con variables
sociales que sean en lo posible representativas del
funcionamiento de una comunidad.

Sin entrar en una discusión sociológica podemos decir


que los adolescentes se diferencian socialmente de los
adultos (de los niños, los ancianos) por la responsabilidad
ante los ingresos y egresos de una familia, por su presente y
futura situación laboral, por su situación familiar, por el tipo
de actividad de recreación que realizan, etc. Características
que son propias de los adolescentes y que no comparten
con el resto de la población, y que solo perderán cuando
dejen de serlo. Otro tanto podríamos decir de las
trabajadoras domésticas.

Llamamos tecnolecto al conjunto de variaciones que


son propias de una profesión, ya sea debido a su formación
o al lugar u objeto de su trabajo. Aun dentro de una
comunidad lingüística los abogados utilizan formas
diferentes a las que utilizan los médicos para hablar entre
ellos o con sus clientes y pacientes; los docentes y/o los
mecánicos utilizan formas para comunicarse entre sí que no
comparten con otras profesiones. Este es uno de los
motivos por el que nos parecen extrañas las formas que
utilizan los empleados cuando concurrimos para realizar un
trámite municipal, cuando leemos un manual de
instrucciones de una computadora, e incluso a veces
cuando un médico nos da indicaciones. La lectura de un
decreto presidencial o una ley votada por el parlamento,
parece para iniciados pues contienen palabras,
construcciones gramaticales y giros que nos son extraños.
No los colocamos junto con los sociolectos pues no son
sectores sociales en sentido estricto; los odontólogos no se
diferencian socialmente de los médicos, los mecánicos no lo
hacen de los metalúrgicos, salvo por su lugar y objeto de
trabajo.

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Tendremos que precisar mejor operativamente el


término variación, ya que podemos afirmar con toda justicia
que probablemente nos cueste trabajo (a los adultos)
entender a un adolescente de nuestro barrio, pero con toda
seguridad nos cuesta menos que entender a un adolescente
de Londres. Tenemos que aclarar una vez más que las
variaciones se producen dentro de un dialecto.

Presentamos más arriba ejemplos de grupos sociales


que pueden presentar diferencias con respecto a otros en su
actitud ante determinadas normas de pronunciación;
también habíamos presentado como ejemplo una palabra
(morfema) que puede presentar diferencias en su
pronunciación al ser emitida por hablantes de diferentes
grupos.

Podemos hablar de variación porque -como vimos en el


ejemplo- cualquiera de los grupos mencionados asociará
correctamente con su referente cualquiera de las tres
pronunciaciones que escuche del morfema /examen/,
independientemente de qué pronunciación o
pronunciaciones considere correctas ante una pregunta
específica.

La variación aparecerá en la producción de formas


lingüísticas: no todos los grupos elegirán la misma forma al
pronunciar; pero será una diferencia de grado, porque será
-como veremos- una diferencia cuantitativa.

¿Qué es una diferencia lingüística?

Supongamos que leemos la siguiente información en un


atlas lingüístico de América hispana:

"Los niños y adolescentes hasta los 25 años


prefieren - al pronunciar el 'grupo culto' [X] la
forma en que desaparece completamente la velar
sorda [K] o la velar sonora [G], y pronuncian
/ESáMEN/ en lugar de /EKSáMEN/ o /EGSáMEN/".

¿Qué significa esta afirmación? ¿El ciento por ciento de


los menores de 25 años pronuncia /ESáMEN/ en el ciento
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por ciento de los casos? Evidentemente no. Si un grupo


social mantuviera una forma determinada en el ciento por
ciento de los casos y otro grupo la desechara en el mismo
porcentaje de casos, no estaríamos ante una variación
dialectal, estaríamos en presencia de diferentes dialectos,
ya que no podría existir mutua comprensión, como en el
caso de los hispanohablantes, quienes decimos /vaca/ en el
ciento por ciento de los casos, frente a los angloparlantes,
quienes dicen /Káu/.

La afirmación anterior de nuestro supuesto atlas debe


entenderse como una relación de frecuencia: dentro de un
grupo social, la mayoría de sus hablantes, en la mayoría de
los casos prefiere una forma a otras. Circunstancias
contextuales, como a quién se dirige o en qué ocasión; en
definitiva, el grado de atención que pone al emitir su
mensaje, hace que los hablantes varíen cuantitativamente
su preferencia por determinadas formas, porque preferirán
utilizar la norma de prestigio al dirigirse a un profesor o
superior jerárquico, y una norma diferente para dirigirse a un
amigo en una situación no formal.

La relación es de frecuencia en la producción, como


vimos, porque la comprensión nunca se ve comprometida.
La sociolingüística, entonces, no solo presta atención a las
variaciones, sino a las regularidades con que éstas se
producen.

Diferencia y variación

Han pasado varios párrafos desde que nombramos por


primera vez la palabra sistemática; con ella nos queremos
referir al tipo de variación que estudia la sociolingüística; en
efecto, no podemos caminar por la calle y detectar allí una
forma lingüística cualquiera y establecer una hipótesis de
variación.

Una variación es una diferencia que se produce


siempre que aparezcan determinados condicionamientos;
podemos estar convencidos de su postulación después de
estudiar un número significativo de casos.

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Por ejemplo, sabemos que la mayoría de las mujeres


emite su mensaje en unos tonos más agudos que la mayoría
de los hombres; ¿detectamos esta diferencia y comenzamos
inmediatamente a estudiarla,¿para qué? Si es para
demostrar que los hombres y las mujeres somos diferentes
podremos ahorrarnos el trabajo: disponemos de métodos
mucho más rápidos y efectivos para demostrarlo; por otra
parte dudo que fuera necesario hacerlo ya que cualquier
miembro de la comunidad diferencia con precisión ambos
sexos.

Otro ejemplo: un hablante cualquiera nasaliza de


diferente modo sus vocales cuando está resfriado: ésta
tampoco parece ser una variación importante para ser
estudiada, pues la medicina moderna posee métodos de
diagnóstico del resfrío eficaces, y no está esperando que un
estudioso del lenguaje la ayude.

Es importante además poder correlacionar variación


lingüística con diferencias sociales, ya que, como vimos, el
lenguaje es social (cultural y aprendido) por definición. Si en
el ejemplo anterior, el de las tres pronunciaciones diferentes
de la palabra examen, pudiéramos correlacionarlas
cuantitativamente con variables sociales, variables
existentes en la comunidad, la situación sería diferente al de
los casos de resfrío o de sexo antes expuestos.

Por ejemplo, a partir de 100 muestras, supongamos que


tuviéramos los siguientes datos:

/EKSáMEN/ fue pronunciada por el 30% más de 10 años de


de los hablantes con instrucción formal

15% de hablantes de menos de 20 años

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/EGSáMEN/ fue pronunciada por el 55% de 10 años de instrucción


de los hablantes con más formal

35% de hablantes de menos de 20 años

/ESáMEN/ fue pronunciada por el de 10 años de


25% de los hablantes con instrucción formal
más

50% de hablantes de menos de 20 años

Podríamos concluir que estamos en presencia de una


variable sociolingüística, porque una variación que se ha
demostrado regular y sistemática en el dialecto, ha sido
correlacionada con variables sociales. El grupo culto [KS]
constituye una variable sociolingüística de la
cual /KS/, /, /GS/ y /S/ son sus variantes.

Aclaremos que el cuadro que hemos presentado es


incompleto, ya que no hemos dicho nada de los contextos,
pero lo podemos completar diciendo que aumentan en 5%
cada una de las formas con presencia de cualquier velar en
desmedro de la forma que no la contiene en contextos
formales, es decir en contextos en que el hablante presta
atención, como dijimos, a su dialecto.

Significado referencial, significado estilístico

Habíamos dicho que los hablantes de la comunidad no


tienen dificultades al identificar estas formas, cualquiera de
los tres significantes estará asociado al significado de
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/situación de prueba con calificación/ para constituir un


signo lingüístico.

Las tres formas significan exactamente lo mismo, tienen


el mismo significado. ¿Es indiferente cuál se utilice? ¿Qué
sentido tiene estudiar estas formas que no aportan ningún
significado? Lo que sucede es que no aportan significado
referencial, pero sí aportan significado social y/o estilístico.

Decimos que las tres formas tienen el mismo significado


referencial porque refieren al mismo objeto; cuando tenemos
formas diferentes que refieren al mismo significado y esta
variación de formas puede ser correlacionada con variables
sociales -es decir que se trata de una variación
sociolingüística-podemos afirmar que las formas aportan
significado social o estilístico. Significado social porque
nos informa sobre la pertenencia del hablante a
determinado grupo social dentro de la comunidad lingüística
(grado de instrucción y/o edad en nuestro ejemplo),
significado estilístico porque conociendo la pertenencia
social diferenciadora del hablante podemos establecer el
grado de atención que puso al emitir su mensaje.

La sociolingüística, tal cual la presentó Labov, no se


limita a describir fenómenos sino que los explica. Una vez
establecida la variable sociolingüística podemos deducir la o
las reglas variables que la producen, dentro de una
gramática del dialecto. Las reglas variables son, entonces,
no solo descriptivas sino también predictivas, porque nos
permiten saber qué porcentaje de una u otra/s forma/s
producirá un hablante identificado de una comunidad
lingüística. Esta variación, esta aparente alteración de
formas no es azarosa, es tan sistemática como cualquier
otra regla gramatical -la concordancia, por ejemplo- y está
también predeterminada para los hablantes individuales.

Dentro de una comunidad, la existencia de una norma


culta no significa necesariamente que el conjunto de los
hablantes tienda a reproducirla; existen otros factores, como
la autoidentificación como miembro de un grupo, que hacen
que no solo no sea imitada la norma culta, sino también que

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sea rechazada. Esto es lo que sucede en nuestra


comunidad con el habla de los adolescentes, por ejemplo,
en la que -conociendo la norma- cuidan celosamente no
utilizarla en algunas expresiones o situaciones, sobre todo
cuando hablan entre ellos. El significado social transmitido
es el de pertenencia o autoidentificación de grupo, es
decir, algo así como "soy adolescente". En otros términos, la
norma de prestigio del grupo no coincide con la norma culta
de la comunidad.

Tiempo aparente

Es una noción central en sociolingüística, importante


por su carácter predictivo y porque -como veremos- nos
lleva del concepto de variación al concepto de cambio.

Mencionamos en el primer capítulo la tensión que


supone considerar homogéneo al lenguaje (a un dialecto,
podemos decir ahora) frente a la evidencia cotidiana de que
en realidad no lo es. Entre esas evidencias observamos que
el dialecto utilizado en El cantar de Mio Cid no es idéntico al
de El Matadero o al que utilizamos ahora cotidianamente o
al que utilizan actualmente nuestros escritores: el dialecto ha
sufrido cambios a lo largo de su historia. Estos cambios son
estudiados por la filología, e importan la modificación, el
reemplazo total o parcial de algunas formas por otras a lo
largo de su historia, es el estudio diacrónico del lenguaje.
La sociolingüística -como explicaremos a continuación- nos
permite predecir los cambios que pueden ocurrir en el futuro.

Volvamos a nuestro anterior ejemplo de /examen/:

los datos nos muestran que, independientemente del


nivel de instrucción, cuanto más jóvenes son los hablantes
más clara es la tendencia de la forma /EKSáMEN/ a
desaparecer, en beneficio de una frecuencia mayor de las
otras dos formas. De esta evidencia podemos predecir que
de no mediar de otro proceso que interfiera en los actuales,
en el futuro, cuando desaparezcan los hablantes mayores,
los actualmente jóvenes y adolescentes impondrán su modo
de pronunciar.

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Una ley natural nos indica que los hablantes adultos


fallecerán antes que los más jóvenes; cuando estos sucedan
cambiará la frecuencia total dentro de la comunidad; este
proceso en marcha impone que la pronunciación [KS]
desaparecerá.

Hablamos entonces de tiempo aparente porque


tenemos en un estudio sincrónico que solo toma datos del
tiempo presente, sin preocuparse por su origen, una
evidencia diacrónica, de un cambio que se producirá con el
tiempo.

Contexto y Registro

Además de los ejemplos de variación relacionados con


grupos sociales que mostramos, la sociolingüística debe
hacerse cargo de otras diferencias. Las relaciones de
frecuencia de aparición de determinadas formas en
diferentes grupos sociales no se mantienen constantes en
cualquier situación de comunicación.

Cuando hablamos del estudio del lenguaje en su


contexto de uso, debemos aclarar que entendemos por
contexto de uso todo lo que "rodea" al dialecto en el
momento del evento comunicativo. La noción de contexto
está muy empleada, pero a veces insuficientemente
comprendida.

Tomemos por ejemplo, una oración ambigua como

"El burro de Juan es desobediente"

donde es imposible determinar si el supuesto hablante


quiso comunicarnos que Juan tiene un burro o si Juan
(figuradamente) lo es, decimos que podemos decidirnos por
una u otra interpretación "por el contexto". Obviamente esta
afirmación es correcta, y decimos que el contexto forma
parte de la interpretación de la oración. Sin embargo no
podemos tomar el concepto en forma indiscriminada y
pensar que absolutamente todo lo que rodea al mensaje
lingüístico tiene la misma importancia para su interpretación;
es difícil, por ejemplo, que el color de las baldosas en las
que el hablante está parado constituya alguna señal que el
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oyente deba interpretar para averiguar quién es


desobediente en este caso.

De modo que clasificaremos el entorno del evento


comunicativo en cuatro tipos de contexto, de acuerdo al
lugar de dónde deben extraerse los elementos a interpretar:

Contexto lingüístico: lo dicho con


anterioridad al mensaje que se interpreta, las emisiones
lingüísticas aun presentes en la memoria de corto plazo de
los participantes de un evento comunicativo, por ejemplo:
preguntas que no se han contestado todavía, respuestas
a afirmaciones previas, etc.

Contexto situacional: en que las señales


deben extraerse de acuerdo a la situación de
comunicación; por ejemplo, situación de clase en la escuela,
conversación en un café, en un baile, etc.

. Contexto relacional: las señales son


extraídas de la relación que une a los participantes, como
amigos, padre e hijo, docente y alumno, jefe y
subordinado, etc.

Contexto semántico: son las señales


determinadas por el tema del cual se habla; por ejemplo
hablar de una enfermedad, de una nueva amistad, de un
tema laboral.

El mensaje en su contexto

Ya hemos mencionado las diferencias que ocurren


cuando el hablante presta diferente atención a su mensaje
(estilo); ahora mencionaremos diferencias de estilo
vinculadas con diferentes situaciones comunicativas.

Utilizamos diferentes frecuencias de formas al hablar


con un amigo que con un empleado en el banco, al dar
lección o exponer en una clase, que al confesarle nuestro
amor a otra persona, al contar una película o al comentar el
manual de instrucciones de un lavarropas, etc. Las formas
se adecuan a los diferentes contextos. Registro es la

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adaptación del dialecto (del sociolecto) a nuestro


interlocutor, al tema y a la situación, es decir al contexto.

Por supuesto que éste es un tema conocido y que


aparentemente no requiere de mayor explicación: como
tantos otros fenómenos lingüísticos, los hablantes no
necesitan de un teórico que los oriente para usarlos; sólo
para pensarlos teóricamente.

Los hablantes de un dialecto comparten el conocimiento


de que las frecuencias de formas utilizadas deben variar de
acuerdo al contexto.

En las preguntas iniciales del capítulo anterior


habíamos mencionado la afirmación, de "sentido común":

3)-Usemos un lenguaje apropiado para el aula-.

que afirma que el aula es un lugar en particular, donde


lo que se dice, desde el "-Buenos días, alumnos-, que sirve
de contexto lingüístico y relacional, y cómo se lo pronuncia,
está predeterminado, porque no sólo están determinados los
temas que pueden ser hablados sino también los que solo
pueden ser hablados en ese lugar.

Sabemos que no es apropiado dirigirnos a las


autoridades y a los alumnos del mismo modo: cambiamos
las formas al tiempo que también los "contenidos" cambian,
lo que conversamos con unos u otros. Dentro del aula
utilizamos registros especiales, diferentes a los que
podemos utilizar en una fiesta familiar.

Sin embargo, este concepto tan fácil de comprender


teóricamente y que como hablantes no tenemos dificultad
alguna en utilizar, produciendo y comprendiendo en registros
diferentes, es difícil de aprehender en determinadas
ocasiones.

Las formas que varían de acuerdo a los contextos, es


decir el registro, debemos insistir, pertenece a un
sociolecto, no a una abstracción del sistema. El docente
adecua su sociolecto particular a la situación de clase, al
tiempo que los alumnos adecuan el propio: es éste uno de
los grandes problemas que afectan la comprensión
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capítulo 1

lingüística, y que puede llegar a inhibir la producción. No es


correcto afirmar que los alumnos "...se comportan en clase
del mismo modo que en la calle...” porque las formas
lingüísticas utilizadas nos parezcan extrañas; los alumnos
utilizan diferentes registros de su sociolecto, que bien puede
no ser un sociolecto idéntico al de sus maestros. Identificar
un problema es comenzar a hallar una solución, aceptar la
existencia de diferencias lingüísticas es un muy buen
comienzo.

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