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Ezequiel Zamora
Joaquín Crespo
A lo largo de su breve pero notoria carrera militar, Boves se transformó en un auténtico caudillo popular. Valiéndose
de los resentimientos sociales de las clases más bajas contra los abusos y explotación de que eran objeto por la
aristocracia criolla desencadenó una feroz ofensiva contra los ejércitos independentistas y se convirtió en un
auténtico peligro para la causa republicana de las élites venezolanas.
El liderazgo de Boves constituyó una causa fundamental para la caída de la Segunda República. Sin embargo, nunca
llegó a gobernar el país ya que, al mando de los realistas en la crucial batalla de Urica, perdió la vida.
José Antonio Páez nació el 3 de junio de 1790 en Curpa, actual estado Portuguesa. Sus padres fueron Juan Victorio
Páez y María Violante Herrera. Su familia fue numerosa, humilde y de origen canario. A los 8 años fue enviado por
su madre a estudiar en una pequeña escuela de Guama.En 1807 fue atacado por unos asaltantes y logró darle
muerte a uno. Sin embargo por temor a represalias huyó y se internó en los llanos de Apure. Allí obtuvo un empleo
como peón del hato La Calzada y aprendió todo lo relacionado con el oficio de llanero y ganadero. En 1809 se casó
con Dominga Ortiz y se dedicó al comercio vacuno;para entonces era un experto jinete diestro con la lanza.
Entre 1810 y 1813, con el inicio de la Guerra de Independencia, Páez luchó brevemente a favor de los realistas pero
luego se incorporó a las filas republicanas de su antiguo patrón, Manuel Antonio Pulido. Fue apresado en 1814 por
los españoles en Barinas pero logró escapar y volvió a los LLanos. De allí se incorporó a distintas unidades al mando
de diferentes generales, entre ellos Rafael Urdaneta, y para 1815 ayudó en la toma de Guasdualito. Ese mismo año
se le encargó el mando de un escuadrón de caballería triunfando en la batalla de Banco de Chire y en 1816 en la
batalla de Mata de la Miel. Por estos logros el gobierno de la Nueva Granada lo ascendió a teniente coronel. Para
ese momento su fama ya era manifiesta y se caracterizó por su carisma y su temeridad.
El 30 de enero de 1818, en el hato Cañafístola, se entrevistó el General de Brigada José Antonio Páez con el General
en Jefe Simón Bolívar, que venía de Angostura con el ejército que ejecutó la Campaña del Centro; este encuentro
marca el comienzo de la unión de ambos jefes para la prosecución de las operaciones contra el ejército del general
realista Pablo Morillo. En 1819 obtuvo uno de los triunfos bélicos más resonantes de su carrera al triunfar en la
Batalla de las Queseras del medio, empleando su famosa táctica de "Vuelvan Caras". Por su hazaña se le otorgó la
Cruz de los Libertadores. El 28 de abril de 1821 iniciaron los preparativos de la Campaña de Carabobo. Páez salió de
Achaguas el 10 de mayo, a la cabeza del ejército de Apure, para incorporarse en San Carlos (Edo. Cojedes) al Ejército
Libertador. El 24 de junio del mismo año se libró la Batalla de Carabobo, en la cual los realistas fueron derrotados.
Páez mandó en la primera división y la segunda división fue dirigida por el general Manuel Cedeño, que tuvo a su
cargo la acción principal de ataque. Ese día Páez fue ascendido a General en Jefe. Entre 1822 y 1823 triunfó en la
batalla de Naguanagua y liberó el castillo de Puerto Cabello barriendo así con los últimos reductos realistas.
En abril de 1826 se inició "La Cosiata", movimiento que lo tuvo como jefe indiscutible y que rompió relaciones con
el gobierno de Bogotá, a la cabeza del que se hallaba el vicepresidente Santander, planteando la separación de
Venezuela de la Gran Colombia. El regreso de Bolívar desde el Perú, quien asumió en Bogotá la presidencia de la
República, cortó por el momento el proceso separatista. Al salir Bolívar para Bogotá a mediados de 1827, Páez vio
reforzada su posición en Venezuela y, sin enfrentarse abiertamente al Libertador, fue aumentando el poder real que
ejercía. Renació entonces el sentimiento separatista, que finalmente en noviembre de 1829 desconoció la autoridad
de Bolívar y de los órganos de Bogotá, entregando el poder a Páez, consumándose de esta manera la separación de
Venezuela de la Gran Colombia. Cabe destacar que para esas fechas Bolívar ejerció una dictadura de dudosa
legitimidad y solo proclamada por la Municipalidad de Bogotá. Ejerció de 1822 hasta la sedición de Venezuela de
Colombia el cargo de Jefe Civil Militar del Departamento de Venezuela.
Presidencias
El 24 de marzo de 1831 Páez fue electo presidente constitucional de Venezuela por 136 votos de los 158 sufragantes
surgidos de las asambleas electorales. En este primer gobierno, llevó a cabo una labor organizadora del Estado, con
medidas administrativas en materia de impuestos, inmigración, liberalización del crédito, educación, orden público,
y asuntos internacionales. Durante este período, Páez enfrentó dos crisis: la resistencia a jurar la constitución por
parte del Arzobispo de Caracas, Ramón Ignacio Méndez, que terminó con la expulsión de éste, y el alzamiento de
los generales José Tadeo Monagas y José Gregorio Monagas (primero con el pretexto de restituir la Gran Colombia y
luego en favor de la autonomía de un Estado Oriental) que fue contenido militarmente y concluyó con un convenio
entre Páez y los jefes orientales.
En 1835 entregó el poder a su oponente José María Vargas. Ese mismo año aplacó la insurreción militar conocida
como la Revolución de las Reformas, colocándose del lado del gobierno constitucional y del derrocado presidente.
En 1838 fue electo para una segunda presidencia que asumió el 1 de febrero de 1839. En este nuevo mandato
siguió ocupándose de la educación, el crédito exterior, la deuda pública contraída por la antigua República de
Colombia y repatrió los restos mortales del Libertador. En enero de 1843, fue sustituido en la presidencia de la
república por el general Carlos Soublette.
Presidente Páez
En Calabozo, el 4 de febrero de 1848 inició Páez un movimiento armado contra el gobierno de José Tadeo Monagas.
En la batalla de Los Araguatos (10.3.1848) fue derrotado por José Cornelio Muñoz, emigrando a Nueva Granada,
siguiendo a Santa Marta y de allí a Curazao. El 2 de julio de 1849 invadió Venezuela por la Vela de Coro; ofensiva
que concluyó con su captura en Macapo (Edo. Cojedes) por parte del general José Laurencio Silva, quien lo remitió a
Caracas. Monagas lo encarceló en el castillo de San Antonio de la Eminencia de Cumaná, donde lo visitaron su
esposa Dominga Ortiz y su hija; de allí salió el 23 de mayo de 1850 al destierro.
Dictadura
Volvió a Venezuela el 18 de diciembre de 1858 a solicitud del presidente Julián Castro y de la Convención de
Valencia, para que se encargue del ejército y de la pacificación del país, convulsionado por el alzamiento de los
promonaguistas, liberales y federalistas. Cuando estos últimos proclaman la Federación el 20 de febrero de 1859 en
Coro (Guerra Federal), el gobierno central lo nombró jefe de operaciones en la Provincia de Carabobo; pero al no
obtener las amplias facultades que exigió, renunció en abril, y optó por regresar a los Estados Unidos, país en el que
había estado durante su destierro. A su regreso, fuerzas conservadoras leales a él derrocaron al presidente
constitucional, Pedro Gual, y Páez lo sustituyó como Jefe Supremo de la República, el 10 de septiembre de 1861. Las
consecuencias de este golpe de Estado repercutieron hondamente desde entonces en la historia del país ya que por
primera vez alguien recurría exitosamente a la dictadura violentado la constitución y las instituciones republicanas
por motivos meramente personalistas. Esta acción sentó un claro precedente de cómo alguien, con suficiente poder
y evocando supuestas razones superiores a la ley, podía pasar por encima de los poderes constituidos sin problema
alguno;un legado que no tardó en ser practicado por otros caudillos venezolanos. Todo el año 1862 y parte de 1863,
condujo El Centauro de los LLanos la guerra contra los federalistas encabezados por Juan Crisóstomo Falcón.
Finalmente el Tratado de Coche pone fin a las hostilidades en abril de ese año. Páez gobernó nominalmente en
Caracas hasta mediados de junio; el 13 de agosto salió de Venezuela por tercera y última vez, estableciendo su
residencia en los Estados Unidos.
Presidente Páez
En su exilio se dedicó a viajar y escribió su autobiografía. El 13 de julio de 1867, el gobierno de Venezuela le expidió
el diploma que lo acreditaba como Ilustre Prócer de la Independencia Suramericana. El 6 de mayo de 1873 murió en
Nueva York. Sus restos fueron repatriados y sepultados en el Panteón Nacional, el 19 de abril de 1888.
José Tadeo Monagas nació en Maturín, estado Monagas, el 28 de octubre de 1784, siendo militar se destaco en la
política ocupando el cargo de presidente de la República en los períodos de (1847-1851; 1855-1858; 1868). Sus
padres fueron José Monagas y Perfecta Burgos quienes lo bautizaron como Judas Tadeo con el tiempo las personas
le conocieron como José Tadeo.
Inició su vida militar con el cargo de alférez de caballería, en el ejército patriota del general Santiago Mariño y
siendo su primer combate en las Bocas del Pao en 1813.
José Tadeo participo en múltiples combates como: El 11 de septiembre de 1813 se enfrentó en Cachipo; el 3 de
febrero de 1814 participó en el Sitio de La Puerta; el 31 de marzo de 1814 estuvo en la Batalla de Bocachica, el Sitio
de Arao el 16 abril, en la primera Batalla de Carabobo el 28 de mayo donde es ascendido a Coronel, en la batalla
librada en Aragua de Barcelona el 17 agosto, en la Batalla de Maturín del 14 octubre, en la Batalla de Urica del 5
diciembre y en la Batalla de Maturín del 11 diciembre. Pero es en 1820 cuando es nombrado por el Libertador como
General de División por su participación en el ataque a las Trincheras de Quiamare del 2 de noviembre.
Fue nombrado gobernador civil y militar de Barcelona y comandante del departamento del Orinoco en 1822.
En 1834 José María Vargas es electo como presidente de Venezuela, la reacción militar contra el poder civil no se
dejó esperar, y Monagas dirige desde oriente la insurrección armada que lleva el nombre de Revolución de las
Reformas.
En 1846, Monagas es postulado como candidato a la presidencia para el período 1847-1851, las cual ganó .Fue
confirmado por el Congreso el 20 de enero de 1847 y tomó posesión en Caracas el 1 de marzo.
Su segundo período de gobierno fue de 1855 a 1859. Existía mucho descontento por esta reelección, ante el
alzamiento promovido desde Valencia por el general Julián Castro, Monagas renunció a la presidencia el 15 de
marzo de 1858, se asiló en la Legación de Francia en Caracas y partió al exilio pocas semanas después.
Pero seis más tarde en (1858-1864) regresó a Venezuela a los 83 años de edad encabezó la llamada Revolución Azul
que derrocó a Manuel Ezequiel Bruzual, sucesor interino de Falcón, y ocupó a Caracas mediante un reñido combate
en junio de 1868.
El 27 de junio de 1868, José Tadeo Monagas, en su carácter de general en jefe de los ejércitos de la revolución, dictó
un decreto reorganizando la administración ejecutiva general y el 30 dicta un nuevo decreto declarando vigente la
Constitución Federal de 1864. Se convocaron elecciones para designar al nuevo presidente de la República, en la
que su candidatura se veía favorecida. Sin embargo, no presenció el final del proceso electoral ya que murió a los
pocos meses de una pulmonía en Caracas el 18 de noviembre de 1868.
Fue sucedido en el poder por su hijo, José Ruperto Monagas pero por muy poco tiempo.
Ezequiel Zamora
Nace en Cúa (Edo. Miranda) el 1 de febrero de 1817
Líder de destacada participación en la Guerra Federal o Guerra Larga (1859-1863) como defensor de la idea de la
Federación. Su vida se caracterizó por estar teñida del espíritu romántico de los personajes liberales de su tiempo.
Sus padres fueron Alejandro Zamora y Paula Correa, modestos propietarios pertenecientes al estrato de los
"blancos de orilla". Durante los primeros años de su niñez recibe la rudimentaria instrucción que podía brindarle
una zona rural todavía convulsionada por las luchas independentistas. Posteriormente, se traslada a Caracas donde
prosigue estudios primarios en la escuela lancasteriana, siendo la única educación formal que conoce. Sin embargo,
gracias a la influencia de su cuñado Juan Caspers, adquiere información sobre la situación política y los movimientos
revolucionarios de Europa, los cuales llaman poderosamente su atención. En este tiempo, completa su formación
gracias a la relación de amistad que establece con el abogado José Manuel García, quien le explica Filosofía
Moderna y fundamentos de Derecho Romano, hablándole también de los "principios de la igualdad" y de la
necesidad de su implementación en Venezuela.
En 1846, como miembro del Partido Liberal, se presenta a las elecciones de ese año, como candidato a "elector"
para el cantón de Villa de Cura, pero su nominación fue objetada por los conservadores, mediante procedimientos
que él y sus partidarios consideraron como compulsivos e ilegales. Este fue el reflejo de la tensa situación entre
Liberales y Conservadores a escala nacional, cuyo cruento desenlace pretende evitarse por medio de una entrevista
entre José Antonio Páez y Antonio Leocadio Guzmán. No obstante, la reunión de los dos líderes es frustrada por
alzamientos espontáneos de campesinos en la región central. Zamora llama inmediatamente a "hacer la guerra a los
godos" en beneficio de los pobres, mientras Páez es nombrado Jefe del Ejército. En definitiva, Zamora se levanta en
armas el 7 de septiembre de 1846, en la localidad de Guambra; "tierra y hombres libres", "respeto al campesino",
"desaparición de los godos", son las consignas esenciales de quien la gente comenzó a llamar "General del Pueblo
Soberano". Tras librar las acciones victoriosas de Los Bagres y Los Leones, es derrotado y capturado el 26 de marzo
de 1847. Es condenado a muerte por los tribunales de Villa de Cura el 27 de julio del mismo año, pero José Tadeo
Monagas le conmuta la pena.
Joaquín Crespo
Caudillo militar, político y 2 veces presidente de la República, entre otros apodos fue conocido como el "Tigre de
Santa Inés" y "El Taita". Hijo de Leandro Crespo y de María Aquilina Torres. Vivió su juventud en Parapara, pueblo
llanero del Guárico, donde aprendió a leer y a escribir. Su carrera en las armas la inició en marzo de 1858 como
soldado raso en el Guárico bajo las órdenes del coronel José de Jesús, el agachado, Donato Rodríguez y Zoilo
Medrano; ascendiendo ya para el 17 de marzo de 1864 a general de brigada. El 18 de septiembre del mismo año se
casó en Parapara, con Jacinta Parejo, viuda de Ramón Silva. Su comienzo en la vida política formal la inicio como
Diputado a la Asamblea Legislativa del estado Guárico (1864), siendo diputado principal por el mismo estado en el
Congreso Nacional (1865-1868). Al término de su gestión como diputado vuelve a tomar las armas en contra de la
Revolución Azul (1868-1870) y se destaca como uno de los principales seguidores del presidente Antonio Guzmán
Blanco, quien lo asciende al grado de general en jefe de los Ejércitos de Venezuela (4.12.1871). Se puede decir que a
partir de su vinculación con Guzmán Blanco, su carrera política experimenta un vertiginoso ascenso que en poco
tiempo lo llevará a la cumbre del poder. En tal sentido, tenemos que en 1871 fue jefe civil y militar del Guárico;
segundo designado de la Presidencia de la República (16.4.1873) y Presidente del estado Guárico en 1874; ministro
de Guerra y Marina (14.8-9.1876 y 9.12.1876-4.1.1877); encargándose además del Poder Ejecutivo en dos
oportunidades (9.12.1876-14.12.1876 y 10.4.1877-20.4.1877).
Años después fue una de las figuras claves del movimiento Reivindicador que propugnó el retorno de Guzmán
Blanco al poder (1879), siendo nombrado jefe civil y militar del territorio federal Maracay (1880) y presidente del
estado Guzmán Blanco (1882). Postulado como candidato presidencial para suceder en el poder a Guzmán Blanco,
Crespo es elegido por el Consejo Federal para la Primera Magistratura (14.4.1884), de acuerdo con el artículo 62 de
la Constitución de 1881. El 27 de abril, prestó juramento ante el Congreso, correspondiéndole ser Presidente de la
República hasta 1886, fecha en que una vez cumplidas las formalidades entrega de nuevo el poder al mismo
Guzmán Blanco, a través de su representante Manuel Antonio Diez. En tal sentido, el Congreso premió su lealtad
con el título de Héroe del Deber Cumplido, el 29 de abril de 1886. En 1888, ante la política de reacción
antiguzmancista propiciada por el nuevo presidente Juan Pablo Rojas Paúl, Crespo decide viajar a Trinidad donde
prepara un alzamiento. No obstante, la intentona fracasa y junto con sus seguidores, es arrestado a bordo de la
goleta Ana Jacinta (2.12.1888) y trasladado a La Rotunda (Caracas), de donde sale a los pocos días, rumbo al exilio
(1889-1890).
Senador por el estado Guárico (1890-1892), se opuso al movimiento continuista del presidente Raimundo Andueza
Palacio, liderando la llamada Revolución Legalista (marzo-octubre 1892). Una vez triunfante este movimiento
insurreccional, ocupa Caracas el 7 de octubre del mismo año y se encarga del Poder Ejecutivo Nacional. El 16 de
junio de 1893, pone ejecútese a una nueva Constitución que establecerá en su artículo 63, la votación directa y
secreta, además de períodos de 4 años (artículo 71). En febrero de 1894, al obtener 349.447 a su favor es electo
Presidente de la República juramentándose el 14 de marzo, gobernando hasta el 20 de febrero de 1898. Sobrio,
abstemio, cojo de la pierna derecha por herida de guerra, fiel a Misia Jacinta, no muy escrupuloso en el manejo del
erario nacional, Crespo se convirtió luego del retiro del escenario político venezolano de Guzmán Blanco, en el jefe
supremo del Partido Liberal Amarillo y dominó la vida política de Venezuela en la última década del siglo XIX. En
1897, apoya la candidatura del general Ignacio Andrade para las elecciones presidenciales a realizarse en
septiembre de ese año. No obstante, la victoria de Andrade en unos comicios electorales tildados de fraudulentos,
provoca la irrupción del movimiento armado liderado por el general José Manuel Hernández, el Mocho, conocido
como la Revolución de Queipa. Por tal motivo, Crespo en su rol de caudillo mayor decide ser el mismo el que ponga
fin a dicho alzamiento, encontrando la muerte en el sitio de La Mata Carmelera (Edo. Cojedes) a manos de un
tirador apostado en un árbol. Aunque siempre se ha dicho que la bala que mató a Crespo provino del rifle de uno
de los partidarios del Mocho Hernández, sin embargo, un rumor no confirmado a través de la historia asoma la
posibilidad de que el proyectil que cegó la vida del "Tigre de Santa Inés", hubiese sido disparado por un enemigo
político infiltrado dentro de sus propias filas. Como último aspecto relacionado con la vida de Crespo, tenemos que
al igual que muchos personajes importantes de la Historia venezolana, estuvo vinculado a la masonería, siendo
masón en grado 33 y Gran Maestro del Gran Oriente. Sus restos reposan en el Cementerio General del Sur en
Caracas, desde el 24 de abril de 1898.
Hijo de Antonio Leocadio Guzmán, fundador del Partido Liberal, y de Carlota Blanco Jerez de Aristiguieta, pariente
cercano de la familia Bolívar. Inició sus estudios en Caracas en el colegio Independencia de Feliciano Montenegro y
Colón. A penas con 19 años de edad, hacia agosto-septiembre de 1848, desempeñó su primer cargo público, como
jefe de sección en la Secretaria de Relaciones Exteriores. En la Universidad Central de Venezuela cursó la carrera de
derecho, al tiempo que ejerció funciones en el mencionado despacho. El 1 de marzo de 1856 obtuvo el título de
licenciado en derecho civil, y el 14 de abril siguiente recibió el título de abogado. Hacia esta época cortejó a Luisa
Teresa Giuseppi, nieta del general José Tadeo Monagas, presidente de la República por segunda vez y quien
desaprobaba esos amores. Es probable que por tal motivo, Guzmán Blanco haya sido nombrado cónsul de
Venezuela en Filadelfia, de donde pasó con el mismo cargo a Nueva York y luego como secretario de la Legación de
nuestro país a Washington.
En agosto de 1858, al poco tiempo de su regreso a Venezuela, Guzmán Blanco es acusado de participar en un
movimiento conspirativo contra el gobierno de Julián Castro llamado La "Galipanada" y fue arrestado, tras lo cual
sometido a juicio resultó absuelto, lo que no evitó que al poco tiempo, el 18 de septiembre de 1858, Castro haya
dispuesto su salida del país. No obstante, logró evadir a las autoridades y protestar por escrito ante las autoridades
judiciales y la Convención Nacional de Valencia, alegando que habiendo sido declarado inocente por los tribunales,
no era legal su expulsión. Finalmente, fue capturado y desterrado el 8 de enero de 1859 a las Antillas, lugar donde
se unió a los líderes revolucionarios Ezequiel Zamora y Juan Crisóstomo Falcón, estableciendo una mayor afinidad
ideológica con el segundo. Por otra parte, aunque Guzmán no participó de manera directa en la proclamación de la
Federación en Coro el 20 de febrero de 1859 por parte del comandante Tirso Salaverría, ni en el desembarco de
Ezequiel Zamora en La Vela de Coro; viajó desde las Antillas a la región coriana para incorporarse a la lucha. Sin
embargo, el 15 de marzo de 1859, la goleta inglesa en la que viajó fue interceptada en La Vela de Coro por un buque
de guerra del Gobierno central. Posteriormente, como parte de un proceso de amnistía política concebido por
Julián Castro, éste envió a Guzmán Blanco con la misión de establecer un diálogo con los jefes federalistas, en
especial con Falcón. Pese a los esfuerzos de Guzmán, la decisión de las fuerzas revolucionarias fue continuar las
hostilidades tomando Barquisimeto el 3 de septiembre de 1859. Ascendido a Coronel actuó en la batalla de Santa
Inés (10 de diciembre de 1859), la primera gran victoria de la Federación. El 10 de enero de 1860, se halló en el sitio
de San Carlos donde vio caer muerto, cerca de él, al general Zamora.
Batalla de Coplé
Derrotados los federalistas en la batalla de Coplé (17.12.1860), donde actuó ya como secretario general del ejército
mandado por Falcón, marchó con éste a la Nueva Granada (Colombia). Durante un año, Guzmán Blanco acompañó
a su jefe en Saint Thomas, Curazao, Haití, Aruba y otros lugares en busca de recursos para organizar otra expedición.
A comienzos de julio de 1861, desembarcaron en la región coriana con lo cual la revolución cobró un nuevo
impulso. Meses después, el general José Antonio Páez (quien había asumido la dictadura en Caracas), propuso una
entrevista con Falcón, para poner fin a las hostilidades. Al fracasar estas conversaciones, el conflicto se reinició en
1862 con una activa participación de Guzmán Blanco, ya con el grado de general. El 16 de agosto de 1863, Falcón lo
nombró jefe de todas las fuerzas federalistas de la región central, tras lo cual emprendió una campaña militar que
llevó a su ejército a las cercanías de Caracas, sosteniendo varios combates entre el 14 y 17 de abril, con los
centralistas de San Antonio y de San Pedro. Cuando ya se dispuso a atacar la capital, recibió proposiciones de paz
que derivaron el 23 de abril del mismo año en la firma del Tratado de Coche, que definitivamente puso fin a la
Guerra Federal, el 22 de mayo de 1863. Poco tiempo después las fuerzas federalistas del centro entraron a Caracas
con Guzmán Blanco a la cabeza.
Funcionario diplomático
El 25 de julio de 1863 fue nombrado ministro de Relaciones Exteriores y de Hacienda en el primer gabinete del
régimen federal triunfante y, el 8 de agosto de 1863, se embarcó en La Guaira hacia Europa, con la misión de
contratar un empréstito que negoció en Londres por el mes de septiembre. El 23 de noviembre de 1863 regresó a
Caracas y el 24 presidió la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente. El 21 de enero de 1864 se encargó de
nuevo del ministerio Hacienda y de Relaciones Exteriores, aunque por poco tiempo ya que el 6 de febrero del año
siguiente fue nombrado ministro plenipotenciario ante las cortes de París, Londres y Madrid. En la primera de estas
ciudades observó con atención los progresos materiales que se llevaron a cabo: el establecimiento de institutos de
crédito, sociedades científicas y en especial la política ferrocarrilera de Napoleón III. A partir de este momento
concibió la idea de hacer de Caracas una copia en pequeño, del París que tanto le impresionó. A mediados de
octubre de 1864 emprendió el regreso, desembarcando el 3 de noviembre en La Guaira. De allí pasó a Puerto
Cabello, donde Falcón lo designó presidente encargado de la República. El 18 de marzo de 1865 el Congreso
Nacional eligió al mariscal Falcón presidente constitucional de la República de los Estados Unidos de Venezuela y el
13 de mayo al general Guzmán Blanco primer designado. Durante los lapsos en que ocupó interinamente la
presidencia, dictó medidas para reorganizar la Hacienda Pública, reglamentar la ley de crédito público y promover la
construcción de ferrocarriles.
El 25 de mayo de 1866 Guzmán Blanco salió de nuevo hacia Europa como ministro plenipotenciario, instalándose al
poco tiempo en París donde realizó negociaciones con los gobiernos de Francia, Inglaterra, Dinamarca e Italia.
Durante su permanencia en dicho continente, el Gobierno de Venezuela decidió suspender el pago de la deuda
externa, lo cual motivó una protesta pública de Guzmán Blanco. A comienzos de 1867 volvió a Venezuela, siendo
elegido ese mismo año presidente del Senado y en mayo comandante de armas del Distrito Federal. El 13 de junio
de 1867 contrajo nupcias con Ana Teresa Ibarra en la catedral de Caracas. Posteriormente, en septiembre y octubre
de ese año fue nombrado por Falcón como jefe del ejército encargado de enfrentar la revolución denominada "La
Genuina", que dirigieron los generales Luciano y Natividad Mendoza; a quienes derrotó después de algunos
combates. El 4 de diciembre de 1867, luego de ciertas divergencias con Falcón acerca de su posible reelección para
el período presidencial de 1868, se embarcó como ministro plenipotenciario con destino a París; ciudad desde la
cual observó con atención los sucesos políticos de Venezuela, donde más tarde estalló la "La Revolución Azul".
Triunfante ésta, exiliado Falcón y nuevamente en el poder José Tadeo Monagas, Guzmán Blanco regresó al país el 1
de septiembre de 1868.
Una vez en Venezuela Guzmán Blanco inició durante ese año con su padre, una estrategia destinada a crear una
base propia de poder político, organizando la sociedad denominada Unión Liberal y financiando el periódico del
mismo nombre. No obstante, sus planes se frustraron el 14 de agosto de 1869, cuando una multitud azuzada por los
gobernantes azules terminó a pedradas una recepción que él y su esposa ofrecían esa noche. Ante lo peligroso de la
situación decidió buscar asilo en la Legación de Estados Unidos, mientras su padre lo hizo en la de Brasil; tras lo cual
salieron del país. Estando en Curazao, organizó un movimiento revolucionario que logró el apoyo de numerosos
caudillos de las filas federalistas ( Joaquín Crespo, Francisco Linares Alcántara), con los cuales desembarcó el 14 de
febrero de 1870 en Curamichate (Edo. Falcón), pasando luego a San Carlos y San Felipe, incorporando a su ejército
numerosos contingentes comandados por importantes líderes de la Federación, con los que tomó Caracas el 27 de
abril de 1870, fecha genésica de lo que Guzmán y sus partidarios llamaron la "Revolución de Abril", y que además
marcó el inicio del período guzmancista que, con algunas interrupciones, se prolongó hasta 1888.
Los tres períodos en los que gobernó Guzmán Blanco son conocidos como el Septenio (1870-1877), el Quinquenio
(1879-1884) y el Bienio (1886-1888), aunque éste último no lo completó. Durante los 18 años que Guzmán se
mantuvo en el poder, se implementaron importantes medidas orientadas a hacer de Venezuela un moderno Estado
Nacional para así ponerle fin a los incesantes alzamientos de caudillos que solo traían ruina y atraso. En tal sentido,
entre las principales obras de gobierno del guzmancismo tendientes a fortalecer al poder central y cohesionar la
identidad nacional figuraron: la creación del bolívar de plata como unidad monetaria nacional (31 de marzo de
1879); la declaratoria oficial del Gloria al Bravo Pueblo como himno nacional (1881); la realización del II Censo
Nacional; la inauguración del ferrocarril Caracas-La Guaira (1883); la instalación de la Academia Venezolana de la
Lengua (1883); y la introducción del servicio telefónico en la línea Caracas-La Guaira así como la extensión de las
líneas telegráficas. Otras grandes obras de su gobierno fueron la construcción de El Capitolio en 1873 y el Teatro
Municipal en 1881.
En el aspecto eclesiástico impulsó políticas de carácter secular en su lucha por la sumisión de la Iglesia Católica
frente al Estado. Entre las medidas que adoptó destacan la creación del registro civil y el establecimiento del
matrimonio civil. Adicionalmente en 1870 promulgó el Decreto de Instrucción Pública con el cual el Estado pasaba a
garantizar la educación libre y gratuita a los ciudadanos del país. También cerró varios templos católicos y
monasterios al tiempo que confiscó varios bienes de la Iglesia y los traspasó al control secular. En la esfera política
concentró sus esfuerzos en centralizar el poder del Estado. Por ello inició reformas a la constitución en 1874 y 1881
con importantes innovaciones; una de ellas fue la instauración del voto público y firmado. De esa manera se
intimidaba al electorado de votar en contra del gobierno. “La Suiza”, como se conoció la Constitución de 1881 por
su parecido con la de ese país, fortaleció la posición del poder central al reducir el número de estados en Venezuela
y de ese modo disminuyó la cantidad de caudillos a los que mantener leales. Además se creó el Consejo Federal,
instancia de gobierno donde se agruparon las figuras políticas de mayor peso en conjunto con el Presidente. Así “El
Ilustre Americano” limitó las posibilidades de divergencias o resistencia a su gobierno al formar, con este organismo,
una especie de alianza con los caudillos más importantes del momento.
Una vez apartado del gobierno, desde mediados de 1887 hasta julio de 1889, concentró Guzmán sus esfuerzos
diplomáticos en la solución del conflicto de Venezuela con Inglaterra por los límites de la colonia guayanesa,
planteando al Gobierno británico que la frontera se fijará en el río Esequibo. En julio de 1889, después de un
conflicto con el gobierno de Juan Pablo Rojas Paúl, renunció a sus cargos diplomáticos. Una vez alejado de
Venezuela y del poder, se dedicó a escribir sus memorias y, entre 1890 y 1896, publicó varios folletos sobre la
cuestión de límites, especialmente los de Guayana. En 1894 son publicados en París sus libros "En Defensa de la
Causa liberal" y "Muerte del general Ezequiel Zamora". Sus últimos años transcurrieron en París donde murió en
julio de 1899. Tras un siglo de reposo de sus restos en Francia, su cuerpo regresó finalmente al país el 7 de agosto
de 1999 siendo depositado en el Panteón Nacional.
(La Mulera, 1859 - Maracay, 1935) Político y militar venezolano, presidente de Venezuela entre 1908 y 1935. Nació
en el seno de una importante familia de hacendados andinos que habitaban en la finca La Mulera, en el estado
Táchira. Hombre robusto, de temperamento recio y vernáculo, como lo fuera también su compadre Cipriano Castro,
con quien inaugurara para Venezuela la saga de los "Andinos en el Poder", creció con las astucias y los privilegios de
primogénito de una pródiga familia de 12 hermanos (Indalecia, Juan Crisóstomo, Regina, entre otros), de quienes al
morir el padre se haría cargo, además de su madre Hermenegilda Chacón Alarcón, Pedro Cornelio Gómez, también
hacendado y traficante de ganado, en 1883.
La trayectoria vital de Juan Vicente Gómez hasta convertirse en el gobernante mítico de guantes blancos, astuto y
de pocas palabras estuvo signada evidentemente por las vicisitudes de una guerra civil eternizada en la nación bajo
la forma de revoluciones políticas que se sucedían unas a otras entre las múltiples fragmentaciones de los
tradicionales partidos Liberal y Conservador; y fue precisamente a raíz de una querella entre dos facciones del
liberalismo amarillo tachirense en la cual murió su compadre Evaristo Jaimes, cuando conoció a su gran compañero
de armas y amigo, al coronel Cipriano Castro. El fabulario de la relación que existió entre ambos roza por muchos
ángulos el costumbrismo de las grandes familias de la región andina.
Junto a este nuevo compadre, Juan Vicente Gómez se formó como estratega militar en tres importantes campañas,
hasta convertirse en el "Gran Pacificador de Venezuela", como ya lo reconociera la población en 1903. La primera de
ellas ocurrió en el contexto de la Revolución Legalista, encabezada por Joaquín Crespo en contra del presidente
Raimundo Andueza Palacio, en la cual Gómez ingresó en el Estado Mayor del ejército de Castro, entonces diputado
ante el Congreso por Táchira como coronel y encargado de la logística en la defensa de la región frente a los
revolucionarios.
El exilio hacia tierras de la frontera colombiana fue el destino que le tocó vivir a ambos; corría entonces el año 1892.
Casi rozando el cambio de siglo, el 23 de mayo de 1899, las circunstancias fueron propicias para que Juan Vicente
Gómez se animara a seguir a Castro, en calidad de general y segundo jefe expedicionario, en su fructífero intento de
tomar la plaza de Caracas bajo la bandera de la Revolución Liberal Restauradora. El trayecto, iniciado en Táchira,
atravesó Mérida, Trujillo, Lara, Yaracuy y Carabobo, y culminó el 22 de octubre en la ciudad capital.
A Gómez le tocó ejercer varios cargos de índole militar y administrativo, tanto en Caracas como en Táchira, hasta
que la Asamblea Constituyente propuesta por el nuevo gobierno Restaurador lo nombró, en febrero de 1901,
segundo vicepresidente de la República, siendo Cipriano Castro nombrado presidente y Ramón Ayala primer
vicepresidente. Fue, sin embargo, la astucia y tenacidad mostrada por Gómez en la campaña contra la terca
Revolución Libertadora lo que motivó que Castro lo "predestinara" a ser el pacificador de Venezuela.
Aquella "revolución" fue una lucha incesante que, durante tres años, mantuvo al gobierno en campaña, y en la cual
figuraron hombres como Luciano Mendoza, Juan Pablo Peñaloza, Gregorio Segundo Riera, Nicolás Rolando, Carlos
Rangel Garbiras y Amábile Solagnie en batallas como la de La Victoria (12 de octubre al 2 de noviembre de 1902) y
Ciudad Bolívar (entre el 19 y el 21 de julio de 1903). Durante esta contienda, Juan Vicente Gómez estuvo a la cabeza
de los ejércitos nacionales, y cuando le tocó hacerlo, ejerció de "Presidente encargado de la República de
Venezuela".
"Cosas del poder", podría denominarse a los acontecimientos que se suscitaron posteriormente y que
determinarían, en gran medida, la elevación de Juan Vicente Gómez a la posición de Benemérito de Venezuela. La
cultura política de la nación no dejaba de manifestarse; después de un vacío legal a propósito de una reforma
propuesta por Castro para prolongar su período presidencial, Gómez fue nombrado definitivamente primer
vicepresidente de la República para el período 1905-1911.
Ya para esa fecha, el llamado "gobierno restaurador" se encontraba dividido en camarillas organizadas en torno a la
figura de los dos líderes, "gomistas" por un lado y "castristas" por el otro. De las intrigas entre ambos bandos
resultarían "La Aclamación" y "La Conjura" al presidente Castro, de lo cual Juan Vicente Gómez sacaría provecho en
procura de la limpieza de su imagen: se mantuvo impávido ante las sospechas de Castro respecto a su supuesta
conspiración y esperaría el momento preciso para dar la estocada que lo llevaría al poder.
En noviembre de 1908 el general Castro debió abandonar el país por razones de salud y Gómez se quedó en
ejercicio de la presidencia provisional. El 19 de diciembre del mismo año, Juan Vicente Gómez, junto a sus aliados
de la restauración, ganaderos y comerciantes, y bajo pretexto de un supuesto atentado que quisieran hacerle los
aliados de Castro a su instancia, llevó a cabo un golpe de Estado.
Las medidas de primer orden estuvieron orientadas a contener la posible sublevación de las fuerzas opositoras. Así,
decretó la libertad de prensa y otorgó el mismo derecho a los presos políticos, convocó a todos los exiliados a
retornar al país y conformó un Consejo de Gobierno integrado por jefes militares de "La Conjura" y de la antigua
Revolución Libertadora (Francisco Linares Alcántara, Roberto Vargas, Rafael María Carabaño, Juan Pablo Peñaloza).
El 27 de abril de 1910, el Congreso Nacional lo designó presidente constitucional para el período 1910-1914. Hasta
1913, puede decirse que Juan Vicente Gómez se dedicó a constituir un gobierno de contención en el que, aparte de
lo necesario para controlar la oposición, dispuso por decreto, en 1910, la creación de la Academia Militar como
base de un ejército nacional, que a la postre pondría término definitivo al sistema de ejércitos privados controlados
por los caudillos regionales.
A partir de 1913, cuando Gómez decidió prolongar el período presidencial a siete años, desconocer las elecciones y
expulsar a todos los antiguos líderes del Consejo de Gobierno bajo supuesta amenaza de invasión por parte de
Cipriano Castro, se inició el verdadero proceso que caracterizó la época gomecista. Su permanencia en el poder se
prolongó hasta 1935, dividida en tres períodos constitucionales: 1915-1921, 1922-1929 y 1931-1935.
En ellos gobernó desde la figura de presidente de la República, atribuyéndose la figura de jefe supremo de los
ejércitos de Venezuela. En varias oportunidades nombró presidentes encargados, entre los que figuraron José Gil
Fortoul, Victorino Márquez Bustillos y Juan Bautista Pérez. Se rodeó entonces de asesores pertenecientes a la última
generación de pensadores positivistas, conocido como el "Gabinete Lírico" (José Gil Fortoul, Laureano Vallenilla
Lanz), quienes contribuyeron en el proceso de legitimación del régimen de la misma forma como lo hicieron los
profesionales de las armas que se graduaban de aquella Academia Militar a cargo, por cierto período, del chileno
Samuel McGill y del venezolano Félix Galavís. Su numerosa familia, pródiga en hermanos, hijos y mujeres (Dionisia
Bello y Dolores Amelia Núñez de Cáceres), formó parte igualmente de su apoyo político. Ese año de 1913 también
fue el de la clausura de la Universidad Central por un período de casi diez años.
Los hitos de este régimen coinciden, sin duda, con un cambio radical en la estructura política y económica del país.
A partir de 1914, tras el descubrimiento del pozo petrolero de Mene Grande, comienza la transformación de
Venezuela en nación petrolera. Se promulgaron leyes y pronunciaron los primeros reglamentos para la explotación
de esa fuente energética, que la nación solo podía comprender como "Riqueza".
Otro hito de entonces fue la construcción de carreteras que permitieron la comunicación terrestre del país y
facilitaron la creación de una conciencia nacional. La Ley sobre Hidrocarburos, la creación del Banco Obrero y del
Banco Agrícola y Pecuario, y la promulgación de la primera Ley del Trabajo, son elementos paradigmáticos del
régimen. El interrogante, sin embargo, se sigue planteando cada vez que la nación recuerda aquella generación de
estudiantes que, a propósito de una celebración de Carnaval, se manifestó adversa contra el absolutismo del
Benemérito, y de la cual por cierto surgieron los líderes e intelectuales que luego se encargarían de conducir los
destinos de la nación. La voz de aquella época y, por tanto, de la paradoja era aquel famoso "sacalapatalajá,
sacalapatalajá, ¡sacalapatalajá!".
Juan Vicente Gómez escogió por casa de gobierno la ciudad de Maracay y desde ahí supo tejer los hilos de un
absolutismo inédito para la nación. Supo gerenciar, con metáfora de hacienda, las vidas de los venezolanos que,
tanto por el terror como por las dádivas, nunca olvidarían al Benemérito. Juan Vicente Gómez murió de una
enfermedad en la próstata el 17 de diciembre de 1935. Todavía anciano quería seguir gobernando, pero, mal que
bien, el país ya era otro.
La cuestión que encierra la tesis del "gendarme necesario" encuentra en la figura de Juan Vicente Gómez el
principio de una paradoja todavía irresoluble en la memoria política de los venezolanos: ¿cuál es el precio que debe
pagar un país por la consolidación de su unidad nacional? Esta pregunta sigue suscitando polémica, y muchas veces
discusión maniquea, cuando se intenta evaluar la labor del mentado "Benemérito". Sus tiempos fueron los de las
evocadas hazañas de la "pacificación nacional", la consolidación de una unidad politicoterritorial con sentido de
Estado-nación, la unificación del ejército y su profesionalización institucional, y también de otras más adjetivas,
pero asimismo más idealizadas por la memoria colectiva: el pago de la deuda externa en 1930 y la política de
construcción masiva de carreteras, que, mientras comunicaba todo el territorio nacional, condenaba a trabajos
forzosos a los presos políticos.
Todo esto ocurrió a comienzos del siglo XX, en el período comprendido entre 1908 y 1935, es decir, durante el
tiempo que demoró el mandato del dictador, y en el cual, por cierto, Venezuela dejó de ser una nación agraria para
convertirse en uno de los países con mayores reservas petroleras del mundo. Lo dicho, sin embargo, aconteció en
un clima de silencio político y estratagemas de concentración de poder en la figura de un solo hombre, con claras
políticas de abolición del disenso político; y, por tanto, también fueron tiempos del famoso "consejo de Gobierno",
de la incorporación de los líderes rebeldes y pensadores positivistas en las filas del Estado, de los exilios políticos, de
la cárcel llamada "La Rotunda" y del oscurantismo intelectual "de una Venezuela de la decadencia". Sus tiempos
fueron, así, los del primer ensayo exitoso de un régimen totalitario en Venezuela, que, al haberse identificado hasta
la saciedad con la figura del Gran Caudillo, se sigue confundiendo hoy en día con los hechos de su propia vida; por
ello, sus tiempos fueron, simplemente, "los tiempos de Juan Vicente Gómez".
Análisis del Convenio de Coche
El Tratado de Coche fue un acuerdo que estableció la culminación formal de la Guerra Federal en Venezuela.
Su nombre se debe a que fue concluido el 23 de abril de 1863 en la hacienda Coche, en esa época próxima a
Caracas (Hoy parte de la Parroquia Coche de Caracas), por Pedro José Rojas, secretario general del jefe supremo de
la República José Antonio Páez y Antonio Guzmán Blanco, secretario general del presidente provisional de la
Federación Juan Crisóstomo Falcón, y confirmado por ello mismos en Caracas (el 25 de mayo de 1863).
La causa principal que llevó al gobierno de Páez a establecer un diálogo con los líderes de la Federaciòn, fue la
precaria situación política y económica en que se encontraba desde 1862. El tal sentido, el partido conservador
estaba seriamente dividido y sus principales representantes, Manuel Felipe de Tovar, Pedro Gual, Ángel Quintero y
Pedro José Rojas, encabezaban fracciones antagónicas. Por otra parte, no existían recursos económicos suficientes
para el mantenimiento de un presupuesto regular ni para la organización de un Ejército capacitado. En un esfuerzo
desesperado por conseguir recursos económicos para superar su difícil situación fiscal, Páez buscó empréstitos en
Inglaterra, pero bajo condiciones de franca desventaja para el país y manejados sin escrúpulos por representantes y
comisionados; lo que terminó desacreditando todavía más a su régimen e hicieron inminente su derrocamiento.
En contraste, la situación de los federalistas era diferente, en virtud que sus fuerzas aumentaban día a día por la
deserción de importantes contingentes «godos» y por la afortunada actuación de sus principales líderes: Juan
Crisóstomo Falcón, José Tadeo Monagas, José Eusebio Acosta, Juan António Sotillo, León Colina, Jorge Sutherland y
Francisco Linares Alcántara. Otro factor favorable a la causa de los revolucionarios, fue la incorporación de Antonio
Guzmán Blanco a la dirección de la guerra, en su rol de jefe de operaciones del centro y como coordinador de los
caudillos, lo que dio mayor cohesión al movimiento, hasta el punto de convertirlo en una fuerza marcadamente
dominante en todo el país. No obstante, cuando todo parecía anunciar la victoria de las fuerzas de la Federación,
luego de 5 años de guerra y desolación, surgió el acuerdo de Coche con la participación de los representantes de
Falcón y Páez, a puertas cerradas.
En dicho tratado se estableció la paz y se convocó a la organización de una Asamblea Nacional, la cual estaría
conformada por 80 miembros, elegidos la mitad por el jefe supremo y la otra mitad por el presidente Provisional de
la Federación, ante quienes renunciaría Páez y quienes nombrarían un Ejecutivo transitorio. Dispuso también el
tratado el cese definitivo de las hostilidades, la prohibición de nuevos reclutamientos y la formación de brigadas de
orden público destinadas a impedir cualquier brote de violencia. No obstante, de acuerdo con los comentaristas de
la época, el Tratado de Coche no sólo implicó los aspectos antes señalados, sino que produjo importantes ganancias
materiales a sus signatarios, Guzmán Blanco y Rojas, quienes se repartieron el remanente del último empréstito
contratado por el gobierno de Londres.
El discurso de Angostura es la intervención que hizo Simón Bolívar en la provincia de Guayana, en el recién creado
Congreso de Angostura en el contexto de la independencia de Venezuela y Colombia. El discurso fue publicado en el
Correo del Orinoco, números 19, 20, 21 y 22 del 20 de febrero al 13 de marzo de 1819.
En el discurso pronunciado durante casi una hora ante el Congreso de Angostura, el Libertador analizó de manera
profunda la realidad de su tiempo, señalando la conveniencia de que las instituciones que surgieran en sur América
a raíz de la Independencia, debían responder a las necesidades y posibilidades de estas sociedades, sin copiar
modelos de tierras extrañas. Aunque se reconoce en este documento lo favorable del régimen federal para otras
naciones; se sostiene que en el caso de Venezuela es preferible un centralismo, basado en un Poder Público
distribuido en las clásicas ramas: Ejecutivo, Legislativo y Judicial; resaltando la fortaleza del Ejecutivo. Sugiere
también Bolívar que a estos tres poderes se agregue una cuarta instancia denominada Poder Moral, destinado a
exaltar el imperio de la virtud y enseñar a los políticos a ser probos e ilustrados. Asimismo, concebía la idea de una
cámara alta hereditaria, para mantener en ella la tradición edificante de los «padres de la patria». Esto no encajó
muy bien con la letra del Poder Moral. En una demostración de gran ilustración el Libertador hace reminiscencias de
Grecia y Roma y examina las instituciones políticas de Gran Bretaña y Estados Unidos, citando para esto a filósofos y
políticos de la Enciclopedia y de la Revolución Francesa, para desembocar en la necesidad de instaurar un sistema
republicano-democrático, con proscripción de la nobleza, los fueros y privilegios, así como de la abolición de la
esclavitud. Otro aspecto al que dedicó una importancia fundamental en el proceso de consolidación de las
repúblicas latinoamericanas, fue a la educación. En este sentido, para él educar era tan importante como libertar.
Después de desarrollar otros tópicos relacionados con una visión sobre la grandeza y el poderío de la América libre
y unida, cierra Bolívar su discurso con la siguiente exhortación al Congreso: "Señor, empezad vuestras funciones: yo
he terminado las mías". Tras esto hizo entrega de un proyecto de Constitución así como del Poder Moral, a fin de
que fueran estudiados por los diputados, añadiendo: "El Congreso de Colombia está instalado; en él reside, desde
este momento, la Soberanía Nacional. Mi espada y las de mis ínclitos compañeros de armas están siempre prontas a
sostener su augusta autoridad. ¡Viva el Congreso de Colombia!".
Luego de pronunciar su discurso, Bolívar tomó juramento a los diputados y luego puso en manos del presidente del
Congreso, Francisco Antonio Zea, su bastón de mando, renunciando con esto a su cargo de jefe supremo; lo que no
fue aceptado por el poder legislativo, que por unanimidad se lo devolvió. El discurso efectuado por Bolívar ante el
Congreso de Angostura, fue publicado (aunque incompleto) los días 20 y 27 de febrero y 6 y 13 de marzo en las
columnas del Correo de Orinoco. También fue traducido al inglés por James Hamilton e impreso en los talleres de
Andrés Roderick, en Angostura. En abril de 1820, circuló en Bogotá un folleto con el texto en español revisado por el
propio Bolívar. Por mucho tiempo estuvo extraviado el manuscrito original que leyó el Libertador ante el Congreso
de Angostura, hasta que en 1975 los miembros de la familia británica Hamilton-Grierson, descendientes de James
Hamilton (quien lo había conservado en su poder) lo devolvieron a la nación venezolana.1