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TEMA 12
LA PINTURA RENACENTISTA ITALIANA
Características Generales.
Principal representante:
MASACCIO (1401 – 1428):
Tributo a la moneda
II.- EL “CINQUECENTO”: CLASICISMO.
Características generales.
Principales representantes:
LEONARDO DA VINCI (1452 – 1519):
La Virgen de las rocas
La Gioconda
RAFAEL SANZIO DEL URBINO (1483 – 1520):
Virgen del Jilguero
Escuela de Atenas
MIGUEL ÁNGEL BUONARROTI (1475 – 1564):
Frescos de la Capilla Sixtina (ver comentario en el tema de Miguel Ángel)
III.- LA PINTURA VENECIANA
Características generales
Principal representante:
TIZIANO (1490 –1576).
Amor sacro y profano
Carlos V en la batalla de Mülbher
Características Generales:
La pintura se independiza de la arquitectura: el cuadro se convierte en una obra en sí misma,
considerada independiente de un marco arquitectónico.
Los artistas gozan de gran libertad.
En la pintura queda reflejado el amor renacentista por el hombre y la naturaleza.
Anacronismo: El vestuario y los ambientes que se representan son del siglo XV, aunque la temática
sea de otra época.
Todas las figuras mantiene una posición de contrapposto y se relacionan entre si con absoluta
naturalidad por gestos y miradas, formando un círculo en el centro de la composición.
Los rostros no están todavía individualizados repitiéndose algunos de ellos entre los apóstoles,
como es lógico en un fresco hecho con bocetos.
Es una composición cerrada por medio de San Pedro y el mar por un lado y por el otro el
recaudador y el edificio.
Historia del Arte – Sofía Lanchas Pintura Renacentista Italiana – Pág-: 4
Los colores son vivos, utilizando los cálidos rojos, naranjas etc. En contraposición de los fríos
azules, verdes etc., que junto con la luz dan un equilibrio compositivo a la representación.
Las figuras se disponen formando un triángulo casi equilátero atravesado por el sutil zig-zag que
marcan las manos cuya gesticulación, como sucede en la mayoría de los cuadros de Leonardo, es de
capital importancia (el audaz escorzo de la mano izquierda de María fue luego muy imitado).
A) ICONOGRAFÍA
Suele decirse que a Leonardo sólo le
interesaba de las mujeres el rostro y las
manos y buena parte de esta afirmación está
basada en el enigma del rostro de este retrato
femenino, uno de los más famosos y fascinantes de la historia de la pintura. Su mirada ubicua y su
enigmática sonrisa (¿alegre o melancólica?) Siguen dando que hablar a estudiosos y aficionados
desconcertados por su misterio, un misterio que comienza con la identidad de la retratada.
El historiador del Arte florentino del siglo XVI Giorgio Vasari, afirma en sus Vidas de los
pintores que se trata de Monna Lisa, la mujer del mercader florentino Francesco de Giocondo, y de ahí el
título que se le ha dado al cuadro. Sin embargo, tal atribución plantea algunos problemas cronológicos por
lo que se han propuesto, sin mayores pruebas, infinidad de identificaciones. Freud veía en ella un retrato
de su madre e incluso se ha afirmado que podría ser un autorretrato en el que Leonardo se representase
travestido y ocultando las huellas de la edad.
La composición es de tipo triangular, con la figura dispuesta en tres cuartos en primer plano
recortada de medio cuerpo sobre un paisaje húmedo y lejano con el que no llega a unirse de una manera
convincente (es probable que en el paisaje del fondo hayan intervenido miembros del taller de Leonardo
lo que explicaría las disimetrías entre ambos lados y las diferencias de mano).
La Gioconda no está pintada desde fuera, sino que, como ocurre con el paisaje del fondo, está
concebida desde dentro. El punto donde convergen todas las mirada es la cara y después sus manos.
Para acentuar este aire de misterio, Leonardo recurrió a un recurso que sólo un gran pintor podría
haber utilizado con éxito: los dos lados del cuadro no coinciden exactamente ni en la cara ni en el paisaje
de fondo.
De su etapa en Roma, donde es llamado por el Papa Julio II, va a pintar los frescos en las estancias
vaticanas (Escuela de Atenas, El triunfo de la Eucaristía, Incendio del Borgo...). En esta ciudad ve las
pinturas que Miguel Ángel está haciendo en la Capilla Sixtina y queda tan impresionado que a partir de
ese momento su arte cambia por unas figuras monumentales, grandiosas, mucho más movidas, con
grandes escorzos, llenos de dramatismo y composiciones más complicadas.
Un punto de fuga situado entre las cabezas de Platón y Aristóteles sirve de vértice del "cono de
visión" que organiza las líneas ortogonales. El interior arquitectónico, grandioso y monumental como las
arquitecturas de Bramante, está magníficamente construido aunque sorprende la utilización de arcos y
bóvedas de casetones a la romana en una escena de ambiente griego.
El estilo de las figuras muestra el cambio que la influencia de Miguel Ángel produjo en la obra de
Rafael. Son figuras monumentales, escultóricas, con una musculatura mucho más marcada que en su
etapa florentina. En ellas abandona la dulzura y suavidad leonardescas y las sustituye por la fuerza y la
rotundidad de Miguel Ángel. La composición, en la que predominan las horizontales, es serena y
equilibrada, dentro de las pautas habituales del clasicismo renacentista. Sin embargo, en otras estancias
decoradas poco después (Sala del Incendio del Borgo, 1514) aparecen ya acentos manieristas, anatomías
Historia del Arte – Sofía Lanchas Pintura Renacentista Italiana – Pág-: 10
tensas, disimetrías en la composición, y un dinamismo que muestra el influjo de Giulio Romano y de la
última etapa de Miguel Ángel.
Como modelos para los retratos, Rafael utilizó los rostros de conocidos artistas contemporáneos y
amigos suyos (Leonardo como Platón, Bramante como Euclides, Miguel Ángel como Heráclito...)
Incluso es probable que él mismo se autorretratase en el rostro que en la esquina inferior derecha
mira hacia el espectador desentendiéndose de la escena y como orgulloso de su obra (lo mismo harán más
tarde El Greco en el Entierro del señor de Orgaz y Velázquez en Las Meninas).
Principal maestro veneciano del s. XVI. Fue el pintor más estimado por Carlos V.
Gran colorista. Para él, es el color el elemento esencial del cuadro, por ello, utiliza muchos tonos
del mismo color
Su dilatada y larga vida hizo que evolucionase mucho en su pintura: al principio su centro de
interés lo constituyó el color y los contrastes lumínicos; posteriormente, pasó a interesarse por el
movimiento, la perspectiva y los contrastes de luces y sombras.
También evolucionó en el modo de aplicar la pincelada. Pasó de la pincelada uniforme a la
pincelada pastosa y gruesa, con lo que las manchas parecen deshacer las formas.
Al final de su vida la aplica de forma casi “impresionista”, muy suelta. El color y la luz eliminan el
dibujo (esto se aprecia sobre todo en sus Danaes.)
Idealiza las figuras. Gusta de los cuerpos de formas blandas y redondas, sobre todo en los desnudos
femeninos
Reproduce un mundo de esplendor y opulencia.
Composiciones: Utiliza un ritmo de líneas ondulantes, también usa las diagonales en
profundidad y la figura “serpentinata” (giro helicoidal de los cuerpos)
Temas: religiosos, retratos (Carlos V, Felipe II etc), mitológicos (El amor sacro y el amor
profano, La Dannae, La bacanal....) etc.