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Las facultades de medicina desde hace diez siglos han seguido una
continuidad del saber médico y la medicina actual se enfoca cada vez más en
aspectos filosóficos, históricos, éticos y culturales. En las especialidades médicas
se está tomando en cuenta a la historia, porque como decía el filósofo George
Santayana “Los que no pueden recordar el pasado están condenados a
repetirlo” y no basta con ser un gran médico; hay además que ser un hombre
culto. La filosofía médica, la historia de la medicina, la antropología y la
bioética, pueden dar al estudiante esta parte culta.
Los primeros griegos pertenecían a un pueblo ario que emigró a las estepas del
otro lado de Danubio. Hombres vigorosos y bárbaros, con caballos, carros de
guerra y armas de bronce sometieron a los hombres a la edad de piedra,
tuvieron lazos con culturas orientales a través de Creta. El dios de los pueblos
del norte era Cronos, derrotado por uno de sus hijos, Zeus, quien repartió el
mundo entre él y sus hermanos: a Zeus le tocó el cielo, a Poseidón el mar y a
Hades las tinieblas bajo la tierra. Los pueblos de la costa adoraban a la diosa
de la Tierra Deméter, entonces la desposaron con Zeus y de su unión nació
Perséfone o Ceres.
Homero. Heródoto refiere que Homero vivió 400 años antes que él,
Homerohabría nacido a mediados del siglo IX a.C. Hijo de Kretéis quien lo parió
en Meles y por lo tanto su verdadero nombre es Melesígenes. Su madre casó
con Femio, quien se ocupó de su educación y poesía pues le heredó su
escuela poética quien renunció para conocer mundo y aprovechando la
invitación de un comerciante llamado Mentes, se lanzó a la aventura. Perdió la
vista y regresó a Esmira dedicándose a la poesía. Conocido como Homero, un
alías debido a su desgracia “que no ve”. Testórida le robó la Pequeña Ilíada y
la Foceidal que después recitaría como propios. Homero escribió Kércopes, la
Psaromaquia, la Cabra siete veces trasquilada, la Batracomiomaquia y el
Canto del mirlo. Homero se casó y tuvo dos hijas y perfeccionó la Ilíada y la
Odísea. Su popularidad fue grande y quiso ir a Atenas, pero se detuvo en
Samos para escibir El Horno y la Canción del mendigo. Murió en primavera sin
alcanzar sus objetivos y sus amigos lo enterraron.
Homero poderó a Macaón (extrae flechas y cura heridas) y Podaleiro, hijos del
famoso médico Asclepio, como guerreros heroicos y hábiles médicos. Homero
representa dos maneras de curar: quirúrgica (Macaón) y la médica (Podaleiro),
permanecen unidas hasta el año 200 a.C. y formaron dos profesiones distintas:
el médico y el cirujano.
El cuerpo humano fue conocido por los griegos mediante tres formas: su
observación directa, la experiencia de las heridas en el campo de batalla y los
cadáveres abandonados. Especificaron con exactitud y en gran cantidad de
partes, órganos y detalles estructurales del cuero humano.
Higyeia la hija de Asclepio, entre los romanos Salus, deriva de ella el nombre
Higiene y Salud.
CAPÍTULO 4: MEDICINA GRECORROMANA
Etapa hipocrática. A partir del año 500 a.C., médicos de distintas escuelas,
Cnido, Cos y Crotona, fueron construyendo una medicina temática, fundada
sobre la physiología o ciencia natural de los presocráticos. La figura de
Hipócrates de Cos concurre como la más relevante
Etapa entre los hipocráticos y los alejandrinos. En los siglos IV y III a.C. se crearon
escritos del Corpus Hipocrático.
Uno de los escritos de Colección, probablemente del siglo IV a. C., por lo tanto,
uno de los más recientes, se ocupa de la embriología. Es en La naturaleza del
niño, en donde además de compararse el desarrollo del feto con la
germinación de las plantas, se describe por primera vez la experiencia de la
observación sistemática del interior de los huevos de gallina durante la
incubación.
Otros textos hipocráticos: Sin lugar a duda los Aforismos son otro de los
documentos hipocráticos tan conocido como el Juramento. Contiene más de
400 preceptos importantes y fáciles de recordar. El primer aforismo el más
recordado, finaliza con “el médico no ha de estar solamente dispuesto a
cumplir su tarea; debe asegurar la colaboración del paciente, de sus auxiliares
y del ambiente.
La salvación
La salud
El alivio
El decoro
Las cualidades de los humores eran: sangre caliente y húmeda, flema fría
y húmeda, bilis amarilla caliente y seca, y bilis negra fría y seca.
Decían que “lo que escapaba a la vista de los ojos, puede ser conocido
con la vista de la mente” y así explicaban como creían que era el cuerpo
detrás de la piel: una masa sólida llamada carne, cañerías que llevan sangre,
las venas. Así la carne, las venas o la sangre podían fallar.
Las vénulas podían verter hacia afuera su sangre por fatiga o por espasmo
en sí mismas
Se creía que el calor era amigo y el frío enemigo, así se entendía que
mantener tibia una herida era importante, pero se tenía el error de creer que
todas las heridas dibujan su inflamación e hinchazón de las partes
circundantes, y que la sangre fluye hacía ellas.
La palabra hélkos tiene dos traducciones diferentes: herida por Littré y úlcera
por Adams, ambas son correctas al referirse a una zona tisular. En la actualidad
asociamos la segunda por la cicatrización retardada.
Al pus se le consideraba bueno cuando era inodoro, fluía puro y blanco y
malo cuando era turbio y apestoso, al que llamaron Ichor, pepsis o coction.
Terminaron denominando al pus bueno como apóstasis o absceso.
LA SANGRIA
Heródoto dijo que todo lo que él había dicho, era producto de sus
observaciones y que era difícil recordar lo que otras personas le habían
contado, pero lo tomaba en cunta, en cambio; Tucídides solo estaba
comprometido con la escritura conceptual.
Janófanes decía que para saber es necesario haber visto, y por tal describía
tan a detalle el proceso de embalsamamiento.
Akribes era el nombre de una armadura bien adaptada al cuerpo, por lo tanto,
la cribia es asegurar la adecuación entre el relato y lo real, así Tucídides decía
que los hechos hablaban por sí mismos.
Cochrane considera que las historias de Tucídides representan una tentativa de
aplicar al estudio de la vida social, los métodos empleados por Hipócrates en el
ars Médico.
18. Las experiencias que no son prácticas tienen valor. No toda experiencia
cuando se pone en práctica produce buenos resultados, pero tiene valor
para el aprendizaje.
19. La falta de experiencia en la exploración física. La experiencia nos
conduce a una correcta exploración física para un diagnóstico correcto.
Galeno. Sobre las facultades naturales. Las facultades del alma siguen los
temperamentos del cuerpo. Editorial Gredos.
Hay profesionales excelentes y muy malos, pero esto es parte del arte, en el
que se ha adquirido experiencia. Los profesionales difieren en su destreza
manual y su inteligencia.
Es fundamental que el que habla del arte de la medicina diga cosas inteligibles
para los profanos, ya que no le compete ni investigar ni hablar de algo distinto
a las dolencias que ellos mismos padecen o sufren.
Todas las causas de los males nos llevan a lo mismo. Los elementos
excesivamente fuertes y dominantes dañan al hombre, tanto al que está sano
como al enfermo.
El médico intentó suprimir aquellos alimentos que una naturaleza sana no podía
asimilar, por su brutalidad y estado puro; por su parte, el practicante suprimía lo
que un hombre no puede soportar.
Los profanos no advierten sus errores; pero cuando tienen que enfrentarse con
una enfermedad virulenta y peligrosa, entonces sus fallos u su ignorancia
resultan obvios a todos.
Estas constituciones que acusan mucho y rápidamente los errores, son más
débiles que las demás; el más parecido a un hombre de condición débil es el
enfermo y éste es más débil aún y con más motivo tiene que padecer por
apartarse de lo que es oportuno.
Hay en cada cosa grandes principios activos muy distintos entre sí. El que no se
da cuenta de esto o no lo hace objeto de conocimiento al observarlo ¿Cómo
podrá siquiera conocer algo de los padecimientos del hombre?
Dicen algunos médicos y sabios que no sería posible saber medicina sin saber
qué es el hombre; que, por el contrario, eso es algo que debe aprender el que
quiera curarlo correctamente.
En cuanto a los principios activos de los humores, hay que investigar que
influencias tiene cada uno de ellos en el organismo, ya también la relación que
guardan unos con otros.
CAPÍTULO 9: SOBRE EL MÉDICO
Hipócrates
El inteligente no solo debe ser callado, sino también ordenado en su vivir, con
carácter de una persona de bien, mostrándose serio y afectuoso.
Que tenga una presencia con cierto aire de superioridad, pues esto es
apreciado.
En el porte, preocupado por su rostro, sin ser demasiado gracioso, ser justo
siempre y estar dispuesto en alma y cuerpo.
Los asientos deben ser planos y de igual altura para atender bien.
No se debe emplear nada de bronce, solo los instrumentos, para evitar parecer
ser pretencioso.
Para enjuagarse haya que usar tejidos limpios y blandos, paños para los ojos y
esponjas en las heridas.
Hay que vigilar los ligamentos en las venas de los brazos para evitar lesionar el
recubrimiento y formar pus.
Las direcciones de las heridas son cuatro: Hacia el interior, hacia arriba, en
anchura y la del cierre al cicatrizar.
1. La sabiduría es útil para muchas cosas, sabiduría que sirve para la vida.
La mayoría de las ciencias parecen haberse engendrado como
pasatiempo; refiriéndonos a las que no tienen ninguna aplicación útil
para los temas de los que hablan.
2. Todo arte que no lleve en sí el afán de lucro y falta de compromiso es
hermoso si desarrolla su actividad en un método científico; pero si no, se
vuelve vergonzosamente popular
3. En cuanto al atuendo, que gata en el decoro y sencillez, no hecho para
lucir, sino con vistas a la buena reputación, a la reflexión e introspección,
además de adecuado para caminar. Los que se ajustan a todo este
esquema son así: reconcentrados sencillos, agudos a las controversias,
oportunos en las respuestas, tenaces frente a las obligaciones,
bienintencionados, ágiles y receptivos a la oportunidad
4. Lo que está en primera línea de todas las cosas ya dichas es la
disposición natural. Tanto en la ciencia como en el arte, lo conveniente
es algo que no pueda ser enseñado; antes de cualquier enseñanza viene
después a hacer objeto de conocimiento lo realizado por la propia
naturaleza
5. Hay que conducir la sabiduría a la medicina y la medicina a la sabiduría.
Pues el medico filosofo es semejante a un dios, ya que no hay mucha
diferencia entre ambas cosas. En la medicina están todas las cosas que
se dan en la sabiduría: desprendimiento, modestia, pundonor, dignidad,
prestigio, juicio, calma, capacidad de réplica, integridad, lenguaje
sentencioso, conocimiento de lo que es útil y necesario para la vida,
rechazo de la impureza, alejamiento de toda superstición, excelencia
adivina.
6. En la mente del médico el conocimiento del mundo de los dioses está
estrechamente vinculado a la medicina; pues en las afecciones en
general, y especialmente en los accidentes, la medicina se encuentra en
una posición a favor por parte de los dioses
7. El médico debe hacer patente una cierta vivacidad; debe estar muy
pendiente de sí mismo sin exhibir demasiado su persona ni dar a los
profanos más explicaciones que las estrictamente necesarias, pues eso
suele ser forzosamente una incitación a enjuiciar el tratamiento.
8. En medicina hay que ocuparse con todo cuidado de lo siguiente: de la
agilidad de las manos para la exploración, las fricciones y los lavatorios;
de las hilas, compresas, vendaje y la ventilación, de los medicamentos
para la heridas y problemas oculares y de todo lo que debe ir clasificado,
para que tengas preparado de antemano instrumentos, aparatos, bisturí,
etc. Además, ten un segundo botiquín de viaje, más sencillo y de mano
9. Lleva bien aprendidos los medicamentos y sus propiedades simples y
compuestas
10. Ten preparados además emolientes, preparaciones eficaces, purgativos
de lugares convenientes; unos previstos para aguantar cierto tiempo y
otros frescos para usar en el momento.
11. Cuando entres junto al enfermo, con todo preparado para no verte en
apuros, debes explicar de antemano lo que va a suceder, valiéndote de
tu experiencia, ya que eso da prestigio y es fácil de entender
12. En la visita ten presente la forma de sentarte, la compostura, el atuendo,
el porte de autoridad, la parquedad de las palabras, la actitud serena, la
atención constante, la dedicación, el dominio de ti mismo antes las
dificultades que surjan
13. Haz frecuentes visitas; sé muy cuidadoso con la exploración, la
inestabilidad es característica de los humores, fácilmente alterados por la
naturaleza. De modo que lo que pasa desapercibido en el momento
favorable de la actuación toma la delantera y mata al enfermo
14. Hay que vigilar también los errores de los enfermos pues estos lo llevan a
la muerte. Y por su parte, no se inclinan a reconocer lo que han hecho,
sino que es al médico al que culpan.
15. Hay que examinar también lo que se refiere a las camas, según la
estación del año y el tipo de enfermedad
16. Haz todo esto con calma y orden, ocultando al enfermo, durante tu
actuación, la mayoría de las cosas, dale las órdenes oportunas con
amabilidad y dulzura, y distrae su atención; repréndele a veces estricta y
severamente, pero otras, anímale con solicitud y habilidad
17. Deja a uno de tus discípulos junto al enfermo para que este no utilice mal
tus prescripciones y lo ordenado por ti cumpla su función.
18. Por consiguiente, siendo éstas las indicaciones que se refieren a la
reputación y buena conducta, tanto la sabiduría como en la medicina y
el resto de las artes, es preciso que el médico, distinguiendo esas clases
de las que hablamos, se revista de la segunda totalmente, y
observándola la guarde y transmitiéndola la cumpla.
CAPÍTULO 11: AFORISMOS
11. En las enfermedades que adquieren pronto todo su vigor, se debe también
prescribir sin pérdida de tiempo un régimen severo; pero en las que llegan más
tarde a aquel estado, deberá AFORISMOS Y SENTENCIAS 11 disminuirse la
alimentación, cuando esto suceda o un poco antes; entonces, para que el
enfermo conserve todas sus fuerzas, deberá ser más -abundante la
alimentación del paciente.
14. Los viejos llevarán fácilmente la abstinencia; después de ellos siguen los que
se hallan en la edad adulta; los adolescentes no pueden tolerarla y
HIPÓCRATES 12 mucho menos los niños y, entre ellos principalmente los que son
muy vivos.
15. Tienen los que crecen mucho calor innato y así necesitan una alimentación
copiosa; de no ser así, se consumirá su cuerpo. Los viejos tienen poco calor; y
así los basta con poco para conservarle; demasiada alimentación les
extinguiría. Por eso son en ellos las fiebres menos agudas, pues que está frío su
cuerpo.
16. En invierno y primavera el sueño es más largo y tienen mayor actividad los
órganos de la digestión. Por tanto, en estas épocas, alimentación más
abundante. De ello nos presentan ejemplo ciertas enfermedades, los jóvenes y
los atletas.
18. Muchas personas necesitan alimentarse una vez al día y nada más; otras
dos veces y algunos muchas o pocas veces y aun dividiendo el alimento en
porciones pequeñas. Hay que considerar además el hábito, la estación, la
edad y el clima.
19. Es la digestión difícil en verano y otoño, muy fácil en invierno y no tanto en
primavera. AFORISMOS Y SENTENCIAS 13
22. Lo que conviene evacuar debe ser dirigido por lugar conveniente.
23. Es menester purgar y remover los humores, cuando están cocidos, mas no
en estado de crudeza, ni al principio de las enfermedades; a menos que haya
urgencia, lo cual ocurre rara vez.
24. No se debe juzgar de las evacuaciones por su cantidad, sino que es preciso
atender a si tienen las cualidades necesarias, y si las sobrelleva bien el enfermo.
Y si fuera preciso llevarlas hasta el desmayo, hágase, siempre que el paciente
pueda soportarlas.
25. En las enfermedades agudas y, sobre todo, al iniciarse, rara vez están
indicados los purgantes y, cuando lo están, es con la mayor circunspección y
medida.
33. Si en la convalecencia comen con apetito los enfermos y, sin embargo, sus
fuerzas no se reparan, esto claramente indica que toman demasiado alimento;
pero, si ocurre esto mismo y no tienen apetito, será necesario purgarles.
34. Conviene hacer fácil y movido aquel cuerpo que se quiera purgar.
35. Cuantas más nutras a los cuerpos impuros, más les dañarás.
37. Las impurezas que quedan en las enfermedades después de las crisis, suelen
producir recaídas.
10. Debe evitarse tantos lujos de los pañuelos de cabeza para procurarse
clientela, como el perfume muy elaborado. Por una extravagancia excesiva te
ganarás una calumnia pero por una pequeña conseguirás fama de buen
gusto.
13. Es necesaria una disposición de ánimo que este libre del aprendizaje tardío,
pues se produce una incompetencia que afrontar cualquier cosa,
acompañada de violencia juvenil, despreocupa del decoro. Por tanto la
inteligencia propia de un saber decoroso en esos individuos encuentra dispersa
por ello aconsejo prestarles atención mientras hablan pero oponerse a ellos
cuando actúan.
14. Cuando se ha restringido la dieta, no se reprima por largo tiempo un deseo
duradero del enfermo. En caso de afección crónica, es una concesión que se
levante, como prestar la atención debida a un ciego. A causa de que la
simpatía motivada por la pena produce molestias, algunos sienten molestias
por la simpatía hacia el otro
CAPÍTULO 13: El PRONÓSTICO.
2. En las enfermedades agudas primero hay que mirar el rostro del paciente si
es parecido al de las personas sanas, puede presentar: nariz afilada, ojos
hundidos, si bien es deprimidas, orejas Frías y contraídas, y los lóbulos de las
orejas desviados, la piel de la frente dura, tensa y reseca, y la tez de todo el
rostro amarillenta oscura.
Hay que observar también los resquicios de los ojos durante el sueño. Pues sí se
deja ver algo del blanco por debajo de los párpados cerrados, no siendo por
efecto de una diarrea o de una purga o que se acostumbre del paciente en
dormir así y, el síntoma es maligno y bastante mortal.
Sí se ponen curvo o lívidos los párpados, o los labios, nariz, junto con alguno de
los demás síntomas, hay que saber qué se avecina la muerte, también es
indicio de muerte entender los labios entreabiertos, colgantes, fríos, y muy
blanquecinos.
Sí se encuentra con los pies desnudos y que no está muy calientes, y los brazos
y las piernas en posiciones violentas es indicio de agitación.
Es indicio de muerte que adornan con la boca abierta siempre, y que estando
echado de espaldas tenga sus piernas fuertemente apretadas o muy
separadas.
Rechinar los dientes en los accesos de fiebre entre quienes no tienen esa
costumbre desde niños, es señal de delirio y de muerte.
5. Una respiración apresurada señala que hay dolor o inflamación en las partes
de más arriba del diafragma.
6. Los sudores mejores en todas las enfermedades agudas son aquellos que
sobreviven en los días críticos y que eliminan por completo la fiebre.
7. En el hipocondrio lo mejor es que esté sin dolor, blando y terso tanto por el
lado derecho como por el izquierdo.
9. Que la cabeza las manos y los pies estén fríos cuando está caliente el pecho
y el vientre es malo pero es muy bueno que todo el cuerpo esté cálido y
blando por igual.
14. En todas las afecciones del pulmón y los costados es conveniente que el
esputo se expectore fácil y rápidamente, y que lo amarillo aparezca
fuertemente mezclado con el esputo.
16. Hay que prestar atención al comienzo del absceso, calculando lo a partir
del día que el enfermo que empezó a tener fiebre o que en el que tuvo
escalofríos y en el que puede declarar que en el lugar donde sentía dolencia,
experimento pesadez en lugar de dolor.
17. Conviene advertir todos los abscesos por eso síntomas: en primer lugar la
fiebre no remite, sino que se mantienen más ligera de día y más intensa por la
noche; se presentan sudores abundantes; tienen ansias de toser y no
expectoran apenas nada; y los ojos se les quedan fundidos; y las mejillas
presentando rojeces, y las uñas de las manos se curvan y los dedos se ponen
calientes, sobre todo las puntas y; le salen hinchazones en los pies y pústulas por
el cuerpo, y no tienen apetito.
Los abscesos en las piernas en los casos de pulmonía grave y peligrosa son
todos favorables, y los mejores son los que se producen cuando ya está
modificandose el esputo.
20. Las fiebres tienen sus crisis en los mismos días en cuanto a su número, tanto
las que permiten recobrarse a los pacientes, como las que son mortales.
El dolor agudo del oído con fiebre continua y fuerte es malo, hay peligro de
que el paciente caiga en delirios y de que muera.
23. La garganta ulcera a, con fiebre, mal signo. Las anginas son muy terribles y
mortíferas, causando un tremendo dolor y ahogo respiratorio.
Es peligroso seccionar hubo operar la campanilla, cuando está enrojecida y
grande, pues se producen inflamaciones y hemorragias.
24. En los casos en que se hacen las fiebres sin presentarse síntomas de mejoría
ni en los días críticos, hay que esperar una recaída en ellas. Cuando alguien
con una fiebre no mortal confiesa quedó de la cabeza y que se le presenta
ante los ojos una mancha sombría, y a eso se añade una opresión en la boca
del estómago, pronto se presentará un vomito de bilis.
25. Aquel que hará el pronóstico de quién morirá y quién vivirá debe saber
juzgar después de haber sabido todos los síntomas reflexionando las influencias
de uno frente a otros, tal como se ha expuesto en el caso de los esputos y las
orinas común de los demás, y cuando a la vez va a expectorarse el pus y la
bilis.
En fin, conviene saber que no es nada asombroso que en unos mismos lugares
se alcance el éxito en la mayoría de los casos, siempre que uno, habiendo
hecho su aprendizaje, sepa juzgarlos y considerarlos correctamente
CAPÍTULO 14: SOBRE LA DIETA EN LAS ENFERMEDADES AGUDAS.
4.- Los enfermos con malestar e insomnio emiten orina sin color y con materias
negras, es signo de desvario, y los transudores es signo de frenitis.
26.- Los desvaríos coléricos que duran poco tiempo, son feroces.
36.- Los dolores con palpitaciones en rededor del hombligo hacen que la
mente desvarie y hacia la crisis en estos casos se elimina, con dolor, aire
abundante, en masa
41.- Intestino retenido que emite con esfuerzo heces pequeñas, negras y con
estos signos su nariz rompe a sangrar violentamente, es pernicioso.
46,47 y 48.- Ojos obscurecidos, vista fija y con neblina, voz aguda, rechinar los
dientes es muy pernicioso.
51.- Las condiciones fatales que se alivian sin ninguna señal, señalan muerte
segura.
55.- Lass afonías resultantes del Dolor del dolor traen mala suerte.
58.- Sudor abundante que surge al mismo tiempo que las fiebres en
enfermedades agudas es maligno.
67.- Los escalofríos intensos que se acompañan de coma son casi fatales.
79.- Los vómitos biliosos. Si la nariz gotea sangre en estos casos es fatal.
80.- A las mujeres que, después de un parto, tienen flujo blanco, al cesar esté se
les presenta sordera con fiebre y dolor agudo en el costado. Signo fatal.
81.- Fiebres de tipo causón con leve enfriamiento general, heces biliosas y
acuosas, es signo pernicioso, sobre todo si los pacientes entran en estado
cataléptico.
82.- Los ataques repentinos de apoplejía, con fiebre suave, son fatales.
83.- Las pacientes que sufren una ascensión de dolor desde la zona lumbar,
hasta el corazón, signo de fiebre y de escalofríos.
91.- A quiénes les desaparece la voz al tiempo que experimentan fiebre, sin
alcanzar la crisis, mueren con temblores y coma.
99.- La tensión del vientre que emite forzada mente heces fluidas y se hincha
rápidamente, es posible indicio de espasmos.
113.- Los enfriamientos intensos del cuello y de la espalda que parecen ser, de
todo el cuerpo. La orina purulenta, el oscurecimiento de los ojos señalan
proximidad del espasmo.
117.- En las enfermedades agudas las ganas de vomitar son mala cosa.
118.- Los dolores que desde la región lumbar ascienden al cuello y la cabeza
producen una parálisis de tipo hemiplejico.
119.- Los Espasmos en mujeres histéricas sin fiebre son fáciles de tratar.
120.- La vejiga retenida, sobre todo con cefalgia, puede producir espasmo.
123.- Los desvaríos se colérico sé que duran poco tiempo son melancólicos. Si se
derivan de la menstruación ñ, son feroces.
124.- Aquellos cuyos ojos aparecen brillantes y fijos al sufrir Espasmos, no son
dueños de si y de su enfermedad será larga.
139.- En los casos en que desde la región lumbar se experimenta una ascensión
de dolor hacia la cabeza y los pacientes sufren entumecimiento de las manos.
Las mentes se perturban la mayoría de veces.
145.- La hemorragia nasal impetuosa que fluye abundante y violenta, hay casos
en que provoca Espasmos; la flebotomía lo evita.
147.- Tensión del hipódromo con pesadez de cabeza y sordera, molestia ante la
luz; anuncian hemorragia.
157.- A los enfermos con náuseas se les producen, sobre todo, afecciones de la
región próxima al oído.
SECCIÓN II
SECCIÓN III
1.- En el solsticio de verano. El invierno había sido suave, lluvioso, la
primavera y el verano muy secos. En verano presentaron Muchas fiebres
de tipo causón; se producían sin vómitos y desarreglos intestinales con
heces de poca consistencia, acuosas, no biliosas, espumosas y
abundantes. Respiración alta, orina de poca densidad y escasa, pero en
otro aspecto, no exenta de color. No se produjeron hemorragias nasales.
No se inflamo el bazo, ni el hipocondrio derecho. El coma, la
somnolencia se mantuvieron durante el verano y Hasta el paso de las
playas desde y después hubo más bien insomnio a las solteras y a las
casadas que se les presenta retrasada y también a las que no se les
presenta dentro de lo habitual o como es debido, y después se ponen
muy pálidas.
2.- Conocemos las clases de enfermedades medicamentos purgante se
a partir de los cuales se producen ciertas clases de efectos.
3.- A Zoológico consecuentemente a una tos madura le sobre vinieron
fiebre aguda, enrojecimiento del rostro, y vientre estreñido, salvo forzado.
Dolor intenso del costado izquierdo y dolor intenso del oído del mismo
lado y de cabeza. La crisis se produjo sin acceso de escalofríos intensos;
su dólores mucho por la cabeza este.
4.- A Empedotima le sobrevino Muchas calor y dolor de costado izquierdo
en la parte superior al mismo tiempo que el oído y en especial el
omóplato. Tenia una expectoración abundante. El vientre estuvo
estreñido Hasta el noveno día. El dolor desapareció el octavo día y se
produjo una pequeña sudoración. Las afecciones que desaparecen sin
señales, son de crisis difícil, como la erisipela en la criada de polémarco.
5.- las fiebres que sobrevienen con las glándulas inflamadas, mal signo,
excepto las fiebres efímeras.
6.- La flatulencia en los hipódromos. En caso de que haya flatulencia, se
elimina sin crisis por medio de calor, pero si esto no resulta, tiende a un
absceso interno.
7.- Actos respiratorios: son frecuentes, pequeños, grandes, intermitentes,
espiración grande y pequeña. En el mismo lado del cuerpo se produce
tensión dolorosa en de los costados tensiones en los hipocondrios,
hinchazón del brazo, en caso de que no acabe en las articulaciones o se
produzca hemorragia.
9.- Las hemorragias en el cuarto día son crisis difícil.
11.- A Es copas, después de corazas brillos así e inflamación de faringe, y
habiendo llevado una mala dieta, el vientre se estriño, le sobrevino una
fiebre continua, la lengua se le puso de color vivo y estuvo insomne.
Tenía dolor en el hipocondrio al respirar y al volverse y sin tos, se aplicaron
no fueron de utilidad, pero emitió una orina espesa y turbia.
El décimo día salió un poco de sangre aguada de la nariz izquierda y la
orina tenia sedimento, se produjo la crisis, sin fiebre y el día undécimo una
evacuación de materia un poco viscosa alrededor de ella había un
fluido bilioso.
El undécimo día se evacuaron heces; por ser escasas fueron viscosas y
semejantes al estiércol, turbias. fue critica.
14.- En las hemorragias que tienen pulsación violenta hay que encontrar
posturas y, en general, si está completamente hacia abajo, poner hacia
arriba. Por consiguiente, las ataduras en las flebotomías aceleran la
sangre, pero las que son fuertes, las detienen.
16.- los accesos de escalofríos intensos, en las mujeres, se inician mas bien
desde la región lumbar en los varones, más bien en la parte posterior que
en las regiones exteriores del cuerpo.
17.- después de la menstruación el cuello de la matriz está abierto en su
parte derecha. El que se mueve y se formas más temprano, crecerá más
despacio, durante más tiempo. Lo que hay que tener en cuenta en
relación al parto de siete meses: si los nueve meses han de contarse a
partir de las menstruaciones o a partir de la concepción; si los meses
griegos transcurren en doscientos setenta días y si se añade algo a esos; y
si eso algo produce lo mismo en los varones que en las hembras o lo
contrario. La debilidad de las partes de la cabeza produce también
hinchazones por gases. La leche antes del parto: si el periodo de ocho
meses está completo, y si el alimento cambia de naturaleza la leche es
hermana de la menstruación. Si la leche se produce cuando la mujer va
hacia los diez meses es malo.
18.- Si existiendo heridas importantes, no se presenta hinchazón, muy
mala señal; las hinchazones flojas buena señal. Quienes tienen
hinchazones en las ulceras, no sufren fácilmente convulsiones, ni
enloquecen. Pero si estas hinchazones en las ulceras, no sufren
fácilmente convulsiones, ni enloquecen. Pero si est6as hinchazones
desaparecen de repente: les sobrevienen convulsiones con dolores.
Las hinchazones que desaparecerán rápidamente, son de condición
bastante mala.
SECCION IV
SOBRE LAS VENAS
SECCION V
FISIONOMIA
1.-Los que son pelirrojos, de nariz puntiaguda, los ojos pequeños, son malvados.
Son pelirrojos, chatos, los ojos grandes, son buenos. Los que tiene los ojos de
color ámbar, son pelirrojos de nariz puntiaguda, son proclives a la hidroplesia.
2.- a los que farfullan, si no dominan sus labios, forzosamente, al curarse, se les
forman empiemas.
4.- en caso de que el hueso de la cabeza se rompa, dar a beber leche y vino a
partes iguales.
6.- el flujo detenerlo untando con un medicamento que tome leche, dos partes
de agua y cuatro de leche.
7.- quienes sin fiebre de repente se queden sin voz: hacer flebotomía.
8.- flujo catarral de pituita: los ojos lo arrastran de las tetillas y se produce un flujo
por las narices hacia el pulmón.
9.- los casos de tos seca no se curan a menos que sobrevenga un dolor intenso
en las caderas, en las piernas o en el testículo.
12.- En caso de que la zona del rostro de uno que tiene fiebre se deshinche en
un dia fértil, la curación al día siguiente.
16.- en el que la vena del codo tiene pulsación sufre accesos de locura
irascible.
19.- para eliminar el vómito dar a beber agua caliente y que vomite.
SECCION VI
FISIONOMIA
2.- con convulsiones si la voz ser recupera en un día fértil, el enfermo se ve libre
de la gran enfermedad.
3.- a una mujer puérpera con fiebre y dolor, derramarle agua y darle tres veces
al día gachas de cebada espesas calientes.
5.- en caso de que las venas tengan pulsaciones en las manos, el rostro
saludable y los hipocondrios no estén flojos, la enfermedad resulta crónica.
10.- todo lo que muere lo hace necesariamente ene un día fértil y en un año
fértil.
11.- del número de días el tercero es el más intenso,
13.- si están heridas las partes inferiores, la respiración hacia abajo por la herida
sin que se note y se vacía el pecho. Así que darles vino y leche a partes iguales.
16.- el flujo menstrual en las mujeres para detenerlo aplicar una ventosa muy
grande en la mama.
17.- el feto de tres meses tiene todas las partes diferenciadas y la madre tiene
por entonces leche.
29.- para que una mujer conciba: asar pulpos sobre la llama del fuego dárselos
a comer a medio asar, muy calientes, hacer pequeños presarios y aplicar en la
zona genital.
30.- en caso de que duela la cabeza por una borrachera beber vino puro, pero
si duele la cabeza por otra causa comer pan lo más caliente posible, mojado
en vino puro.
CAPÍTULO 18: SOBRE LAS ENFERMEDADES
5.- Los momentos oportunos de una sola vez, en esta disciplina son muchos o
variados. Hay momentos oportunos, los más agudos en los que se debe prestar
alguna ayuda a los que están sin conocimiento o a los que se ahogan. Hay
algunas enfermedades que no conducen a la muerte, pero son de
consideración y en ellas hacen presencia de dolores y si uno aplica rectamente
los cuidados, son susceptibles a curarse.
6.- No es correcto que tratándose de una enfermedad se diga que es otra, que
siendo de importancia, se diga que es leve; que siendo leve se diga que es
importante, si un enfermo va a sobrevivir, afirmar que no sobrevivirá y si va a
morir decir que no morirá. En cuanto a logros está el reconocer las
enfermedades no solo cuales son sino también de donde proceden, así como
sin son largas o cortas, son mortales o inmortales, las que se trasforman en otras.
8.- Los beneficios cuando administran un purgante para arriba, limpian por
arriba y por abajo a quien padece una litiasis, hacen avanzar la piedra. Y al
que tiene pus es un absceso en la cavidad torácica, le han dado un purgante
para arriba que le purifica del flegma, a consecuencia de ello vomita el pus y
se cura. Se puede causar mala suerte por administrar un purgante de bilis y
flegma, producen la ruptura de una vena en el pecho.
9.- no existe un principio demostrado del tratamiento médico, que con razón
sea principio de la disciplina en su conjunto; ni tampoco en un segundo punto,
ni un medio, ni un final. Comenzamos nuestro oficio unas veces hablando tras
actuando y otras el oficio una veces armando
Un fuerte dolor de cabeza, indica una impureza. Los fuertes dolores de cabeza
afectan por completo la cabeza, el enfermo delira y muere al séptimo día y no
podrá escapar de ello a no ser que el pus haga erupción por los oídos, de esta
manera cesa el dolor y recobra la razón. El pus es abundante e inodoro
Angina las personas se ahogan, garganta con una manzana, no pueden tragar
saliva y otra cosa, ojos dolidos, está excitado y da frecuente saltos, rostro y
garganta le arden, hacerle una flebotomía, hay que purgarle por abajo con un
evacuante, hacer una fumigación con hisopo sillico con azufre y asfalto, hacer
un corte en las venas que están bajo la lengua y sacar sangre, no tomar vino,
tomar caldo de cocción de cebada mondada, una vez que la enfermedad
remita purgar le totalmente con el zumo de pepino fresco
4.las fracturas del hueso del cráneo son variadas, tienden a extender la
contusión alrededor de la fractura y a los huesos vecinos a la fractura, las
fracturas pueden ser finas y no perceptibles, o gruesas, anchas y atravesar el
hueso de lado a lado
11.si se cae de una gran altura, o alguien más fuerte hiere a alguien más débil,
o se utiliza un arma pesada, roma t da un golpe perpendicular al hueso, es
posible que exista alguna fractura, las armas que rozan en sentido oblicuo, solo
laceran la carne y las que tienen filo, pueden dejar la carne desnuda, además
de la exploración física, es necesario preguntar a la persona, como se hizo la
lesión
15.para trepanar hay que observar si el huso no tiene algún daño, y si es que no
supura, hay que secar bien las heridas, tanto las de la piel que recubre el
hueso, así como la membrana que esta debajo de este, esto previene la
inflamación y que la carne se pudra,
16.Si es necesario deprender algún hueso que haya sido herido por algún
proyectil o dardo, lo recomendable es esperar hasta que este seco y la sangre
que tenga también lo este, ya sea por causa natural o por la acción de algún
fármaco, es más fácil desprender una parte que ya este seca
17.Si el hueso está completamente roto o tiene una fractura demasiado ancha
no existe mayor preocupación si es que la membrana esta ilesa, si esta lo está,
con el tiempo crecerá carne debajo de los fragmentos y estos saldrán
consecutivamente, no es necesario trepanar
18.El hueso de los menores es más delgado, menos duro, más esponjoso y
supura más rápido y por más tiempo que el de un mayor, tienden a morir por
heridas que no lo ocasionarían en un mayor, para tratar las heridas, es
necesario inspeccionar la herida y hacerla supurar lo antes posible para
hacerla secar, después se puede realizar una extracción de sangra a través de
una trepanación, cuidando que su cráneo es más delgado que el de un mayor
19.Si por alguna razón no se puede curar o tratar al herido o se realiza una mala
práctica los signos de que la persona va a morir, son la fiebre que aparece de 7
a 14 días después de que se hace la herida, esta se vuelve evidente con un
color parecido al del pescado sazonado, también el hueso se vuelve blanco o
amarillento y comienza a supurar, después el enfermo empieza con delirios y
convulsiones hasta su muerte
8. (Bien vendado) tiene dos aspectos sobre la parte vendada: por un lado,
el de la fuerza, o bien por presión o bien por número de vendas. Por un
lado, en efecto, el vendaje tiene efectos curativos, y, por otro, ayuda a
los agentes curativos. Y precisa mente para esto he aquí la normativa;
entre las siguientes cosas están también las más importantes sobre el
vendaje: la presión, de modo que las vendas no queden flojas ni estén
muy apretadas, sino que queden justas, pero sin apretar, por cierto,
menos, en las partes que están lejos de la lesión, y menos aún en las
partes centrales. Nudo y costura, distribuidos no hacia abajo sino hacia
arriba, en la posición en que el paciente presenta la parte al médico, en
la postura, en el vendaje y en la presión. Aplicar los cabos de la venda no
sobre la herida, sino allí donde va el nudo. Y en el nudo, ni en lugar de
fricción ni en lugar de movimiento, y tampoco donde no haga falta, de
modo que no estará puesto inútilmente. Nudo y costura, suaves, sin ser
de gran tamaño.
9. Bien está saber que todo vendaje se suelta junto a las partes en declive y
en disminución, como la parte de arriba de la cabeza y la parte de
debajo de la pierna. Véndese la parte derecha hacia la izquierda, y la
parte izquierda hacia la derecha, excepto la cabeza; ésa, vendarla
verticalmente. Las partes con caras opuestas, con vendas de dos cabos;
si es de uno solo, procédase de forma similar hacia la parte en que la
venda quede sujeta, como por ejemplo la mitad de la cabeza, o
cualquier otro similar. En cuanto a las partes que se mueven, como las
articulaciones, allí donde se contraen, rodéense con muy pocas vendas y
muy estrechas, como por ejemplo en la corva; y allí donde se distienden,
vendas simples como por ejemplo en la rótula. Dar vueltas adicionales
para mantener lo que está situado alrededor de estas partes y para
sujetar el vendaje en su totalidad por las partes del cuerpo que no se
mueven y que son más planas, como lo de arriba /lo de debajo de la
rodilla. En el caso del hombro' está indicada la vuelta alrededor de la
axila opuesta; en el de la ingle, la vuelta alrededor del flanco contrario, y,
en el caso de la pierna, la vuelta por encima de la pantorrilla. En aquellos
lugares donde el vendaje se suelta por arriba, hay que apretarlo por
abajo, y viceversa, En los sitios como la cabeza, donde es imposible
hacer las sujeciones del vendaje en la parte más nivelada, usar lo menos
posible el vendaje oblicuo, en la idea de que la última vuelta, la más fija,
sujeta las anteriores que son menos estables. En las partes donde no es
fácil conseguir una buena fijación o buen apoyo para los lienzos, hacer
soportes por medio de costuras por la envoltura exterior o por ja juntura.
10. Las vendas (que sean) limpias, ligeras, suaves, delgadas. Enrollar con
ambas manos a la vez, y ejercitarse también con cada una por
separado. Usar ja que Sea indicada juzgando por la anchura y espesor
de las partes en cuestión, Las cabezas del rollo de venda deben ser
resistentes, regulares y sin arrugas. Lo que está ya a ponto de
desprenderse, está bien cuando se desprende pronto, Y lo dicho: que no
aprieten ni se caigan.
11. Se sigue sobre qué vendaje aplicar: el que va sobre una compresa
(epídesis), el que va por debajo de la compresa (hypódesis), o ambos; el
que va bajo la compresa sirve para acercar lo que está separado, para
juntar los bordes abiertos de dentro a amera de las heridas, para separar
los bordes de lo que se ha juntado, para enderezar lo que se ha partido,
y viceversa. La preparación es la siguiente: vendas ligeras, delgadas,
suaves, limpias, anchas, que no tengan costuras ni bordes, en buenas
condiciones como para soportar una tensión y ofrecer incluso un poco
más resistencia; no en seo, sino humedecidas con el líquido que
convenga en cada caso, En cuanto a lo que se haya separado, juntar
hasta que las paredes toquen el fondo, pero sin apretar; empezar por la
parte sana y terminar por el lugar donde esté la abertura, de modo que
el líquido que está por debajo sea expulsado y no se acumule encima
otra vez. Vendar las heridas verticales en sentido vertical, y las oblicuas
en el oblicuo, en posición indolora en que no haya ni compresión ni
laxitud alguna, con cuyo cambio de posición, sea para poner el miembro
en cabestrillo o para una fijación, los musculosa, vasos, ligamentos y
huesos no cambien de sitio, sino que mantengan su posición normal (con
la que están mejor dispuestos y conformados). Dejar la parte, puesta en
cabestrillo o bien en reposo, en posición indolora y natural; donde haya
sinos en formación, al contrario; donde haya una herida abierta, acercar
los bordes, igual que en los otros casos; es necesario comenzar la juntura
a una buena distancia, y ejercer presión gradual' al principio menos,
incrementándola después, siendo su límite principalmente la toma de
contacto; en los casos en que haya que Separar lo que esta adherido, si
hay inflamación hacer lo contrario; si no la hubiera, utilizar el mismo
sistema, pero con la venda en sentido contrario, para poner derecho lo
que esta actuar de la misma manera; pues lo que está vuelto hacia
afuera hay que remeterlo [y lo que esté vuelto hacia dentro hay que
sacarlo] por medio del vendaje, de substancias aglutinantes, de la
suspensión, de la posición; en cuanto a las lesiones de signo contrario,
actuar al revés.
13. Temperatura del agua, cantidad: sobre la temperatura, verter (un poco
de líquido) en la propia mano, y sobre la cantidad lo mejor es echar
abundantemente, sea para relajar o para disminuir el volumen; para
formar carne o para ablandarla, usar (agua) con moderación; la medida
de la irrigación es hacerla cesar cuando aún la zona se está levantando,
antes de que vuelva a bajar; pues al principio se hincha y después
disminuye de volumen.
14. Posición: relajada, regular, recostada hacia arriba para las partes del
cuerpo que sean prominentes, como el talón o la cadera, de modo que
ni se doble hacia atrás (ni se curve), ni se distorsione; el entablillado, sobre
la pierna completa mejor que a la mitad. Con vistas a la afección,
conviene considerar también las desventajas que por lo demás implica
este método.
16. La extensión debe ser del tipo más fuerte en las partes más grandes y
más anchas, y cuando las dos partes están rotas; menos fuerte cuando
es el hueso inferior el que se ha roto, y menos aun cuando es el superior.
Más allá de la medida resulta nocivo, excepto en los niños; poner la
parte ligeramente hacia arriba. Como modelo de rectificación correcta
(tómese) lo homónimo, lo correspondiente, lo similar, la parte sana.
17. Una friega puede relajar, fundir, encarnecer, adelgazar; una fricción seca
funde las carnes, una fricción suave relaja, una fricción frecuente
adelgaza, una fricción moderada espesa.
18. Primera aplicación del vendaje: el paciente que diga que siente presión
especialmente en el sinus, y menos en los extremos; que queda bien
ajustado, sin que quede apretado, por la cantidad de vendas, no por la
fuerza ejercida. Durante ese día y su correspondiente noche, que vaya a
más la compresión, y durante el día siguiente a menos; al tercer día, flojo,
Que en el transcurso del segundo día se produzca una inflamación
blanda en los extremos que en el tercero, levantado el vendaje, la parte
vendada haya disminuido de volumen, y esto debe ser así en todos los
vendajes. Con la segunda aplicación del vendaje hay que deducir si
parece estar correctamente aplicado; a partir de ahí, ir comprimiendo
más y con más vendas; el tercer día lo mismo, al séptimo día del primer
vendaje, que se encuentren disueltas las tumefacciones y que se puedan
mover los huesos. Para poner las tablillas, si las partes están sin
inflamación, sin irritación y sin úlcera, dejar pasar veinte días desde el
accidente; pero, si hay alguna sospecha, quitar el aparejo en el intervalo.
Afianzar las tablillas cada tres días.
21. La presión (que sea) por la cantidad de vendas, no por la fuerza ejercida.
22. En las partes en que se produzca una enquimosis, magulladuras o
hinchazones sin inflamación, la sangre mana de la herida (en estos casos,
aplicar el vendaje) sobre todo hacia la parte alta del cuerpo, poco
hacia abajo; sin tener la mano hacia abajo, o la pierna; poner el cabo
de la venda en la zona del golpe, y hacer allí más presión, menos presión
en los extremos y de mediana intensidad en las partes intermedias; el
final, llevarlo hacia la parte superior del cuerpo, con vendaje, con
compresión, y eso también con mayor cantidad de vendas que por
fuerza ejercida. Sobre todo en esos casos, que las vendas sean finas,
ligeras, suaves, blandas, limpias, anchas, higiénicas, como si se fueran a
poner sin tablillas. Y hacer uso de una copiosa irrigación.
24. En las partes atrofiadas, vendar abarcando gran parte de lo sano, para
que lo consumido reciba por el aflujo de sangre más de lo que ha
perdido espontáneamente, Y para que, cambiando a otro modo de
vendaje, se propicie el aumento y la reproducción de las carnes.
También es mejor vendar las partes de arriba, como el muslo en la pierna,
y el otro miembro inferior opuesto vendarlo junto con el sano, para que la
similitud sea mayor y el reposo similar, y que la devolución o la absorción
del alimento tengan lugar de la misma forma. Usa la acumulación de
vendas, no la presión, aflojando primero lo que más lo necesite,
haciendo uso de la fricción, que forma carne, y de la irrigación; sin
tablillas.
25. Los soportes que van unidos o por separado, como los del pecho, las
costillas, la cabeza y esas otras partes, son ésos: unos se usan a causa de
los movimientos compulsivos, para que no resulte con daño la parte
afectada; otros, a causa del distanciamiento en las suturas de los huesos
del cráneo, para mantenerlos; también en los casos de tos, de estornudo
o de movimientos de otro tipo, son a modo de soportes por separado en
la zona del pecho y de la cabeza. Los tipos de vendaje indicados en
todos estos casos son los mismos: en efecto, allí donde se encuentren los
sinus debe existir la máxima compresión de vendas; por lo tanto, hay que
poner por debajo algo blando que convenga a la lesión: vendar sin
apretar tanto como para que llegue a doler por causa de movimientos
compulsivos, lo justo para que los extremos de las suturas separadas
lleguen a juntarse uno con otro, sin impedirlo toses o estornudos, sino que
los soportes sirvan para que no haya separaciones violentas ni se cause
dolor.
CAPÍTULO 22: SOBRE LAS ARTICULACIONES
10. La dislocación del brazo hay que conocerla por los siguientes rasgos:
al ser simétrico el cuerpo humano, los mismos brazos que las piernas,
hay que tomar como modelo de referencia la articulación sana
respecto a la enferma y la enferma respecto a la sana, pero no las
articulaciones ajenas —pues por naturaleza unos tienen más
articulaciones salientes que otros— sino las del propio enfermo y ver si
la articulación sana no está igual que la enferma. Esto se dice con
fundamento pero conlleva mucho malentendido porque no basta
saber la técnica solo en teoría, sino tener relación directa con la
práctica, pues muchos, por dolor u otro motivo previo, sin existir
dislocación, no pueden, sin embargo, mantenerse en las formas en
que se manifiesta y se constituye un cuerpo sano. Por tanto, es
necesario convenir en tal planteamiento y tenerlo presente. En el
hombro dislocado, la cabeza del hueso del brazo aparece mucho
más tendida que en el hombro sano, y también, desde arriba, en el
saliente, el lugar parece hueco y el hueso del extremo del hombro
parece dislocado al estar hundida la articulación. Ciertamente,
también en esto hay una cierta confusión sobre la cual se escribirá
más adelante, pues merece la pena. El codo de un brazo dislocado
está más separado de los costados que del otro brazo; si alguien le
forzase, se colocaría pero con mucho dolor. Estos pacientes, con el
codo extendido, no pueden prácticamente subir la mano derecha
junto al oído como hacen con el brazo sano ni tampoco moverla en
todos los sentidos. Tales son, pues, los signos de un hombro dislocado,
y descritos quedan los sistemas de reducirlo y sus tratamientos.
11. Merece la pena saber cómo hay que tratar las dislocaciones
frecuentes de hombros, pues muchos, en las prácticas deportivas de
lucha, han quedado impedidos de ahí por esta desgracia, aunque
perfectamente útiles por los demás y muchos, en situaciones bélicas,
han quedado inútiles y han muerto por ello. Precisamente esto es
digno de saberse porque no conozco a ningún médico que aplique el
tratamiento adecuado: unos ni siquiera lo practican y otros, Creyendo
hacerlo, hacen lo contrario de lo debido. Muchos médicos han
cauterizado hombros dislocados en el punto más alto, por delante,
donde sobresale la cabeza del hueso y por detrás un poco lejos de
ella; tales cauterizaciones serían adecuadas si el brazo se dislocase
hacia arriba, hacia adelante o hacia atrás; pero ahora, al ser las
dislocaciones hacia abajo, tales cauterizaciones contribuyen más a
dislocarlas que a prevenirlas, pues privan al hueso del brazo del
amplio espacio superior.
Hay que cauterizar de la siguiente forma: coger la piel de la axila con
los dedos y levantarla en el sentido en que la cabeza del hueso está
dislocada. Una vez que se haya retirado así la piel, hay que cauterizar
atravesando hasta el otro lado y hacerlo con cauterios ni gruesos ni
excesivamente lisos y redondeados sino alargados -son más rápidos—
y hacer presión con la mano. La cauterización debe hacerse con
hierros muy calientes para que pasen lo antes posible pues los hierros
gruesos, al pasar, provocan aberturas bastante anchas de las escaras
y se correría el peligro de que las cicatrices se desgarrasen y no habría
nada peor, más impropio ni menos profesional. Cuando se ha
cauterizado llegando hasta el otro extremo basta, con la mayoría de
los casos, con que esas escaras queden en el lado de abajo. Si no hay
riesgo manifiesto de que las cicatrices se abran, sino que hay mucho
espacio entre ellas, hay que meter, con la piel aún levantada, pues
no podría hacerse de otro modo, una espátula delgada en los
agujeros cauterizados. Una vez hecho esto, poner la piel, hacer con
un hierro delgado otra escara entre las otras dos y cauterizar hasta
llegar a la espátula. La cantidad de piel que hay que retirar de la axila
ha de calcularse por los siguientes datos: bajo la axila y en otras partes
del cuerpo existen glándulas de menor o mayor tamaño; en otro
tratado se hablará sobre las glándulas en todos sus aspectos: que son,
en donde se manifiestan y sus funciones. Pues bien, con la piel no hay
que coger glándulas ni ninguna parte interna de ellas pues es
peligroso al estar próximas a tendones importantísimos. En cambio,
hay que coger lo más posible de lo externo a ellas, pues no hay
peligro.
Hay que saber también que si un brazo se estira hacia arriba no se
puede coger nada apreciable de piel bajo la axila, pues se estira en
la tensión ascendente. Los tendones, que en modo alguno hay que
herir, quedan, en esta posición, accesibles y extendidos hacia abajo,
pero si se levanta un poco el brazo se puede coger mucha piel y los
tendones, a los que hay que preservar, quedan fuera y lejos de donde
se está maniobrando. ¿No hay que procurar, en todo el arte médico,
encontrar las formas más adecuadas a cada caso? Por lo que
respecta a las axilas esta forma de tomar la piel es suficiente si las
escaras están bien situadas. Fuera de la axila, hay dos lugares donde
se podrían colocar las escaras para atacar la dolencia: uno delante,
entre la cabeza del hueso y el tendón de la axila, ahí hay que
cauterizar del todo pero no con demasiada profundidad pues hay
cerca una vena gruesa y nervios y no hay que hacer llegar calor a
ninguno de los dos. El otro, detrás, un poco más arriba del tendón de
la axila, pero un poco más abajo que la cabeza del hueso. Hay que
cauterizar la piel del todo, pero no muy profundamente pues el fuego
es opuesto a los nervios. Las yagas hay que curarlas durante todo el
tratamiento, nunca con el brazo fuertemente tensado hacia arriba,
sino moderadamente extendido, lo que requiere el cuidado de las
heridas, pues se secarían menos.
Es útil que, para su adecuado tratamiento, todas las cauterizaciones
estén protegidas -se abrirían menos y se producirían menos espasmos-.
Cuando la herida esté limpia y vaya cicatrizando, entonces hay que
mantener el brazo completamente sujeto a los costados,
constantemente de día y de noche; y cuando la herida sane hay que
tenerlo también así mucho tiempo pues de ese modo cicatrizaría y se
aislaría el espacio sobre el que el hueso del brazo está más dislocado.
12. A cuantos les falló la reducción del hombro, si están todavía en época
de crecimiento, este brazo no va a crecer como el brazo sano,
crecerá algo, pero queda más corto que el otro. Los denominados,
de nacimiento, <codos de comadreja> es por dos circunstancias
distintas: si les ocurre una dislocación tal en el vientre materno, o por
otra circunstancia sobre la que se hablará más tarde. Tienen también
brazos de este tipo todos los que de pequeños tienen supuraciones
profundas que sumergen la cabeza del hueso del brazo y quedan así
aunque se les haga un corte, se les cauterice o el pus fluya
espontáneamente; son, sin embargo; muy hábiles en el manejo de las
manos, aunque ciertamente no pueden subir el brazo junto a la oreja
extendiendo el codo, sino son bastante más diestros que con el brazo
sano. A un individuo ya adulto al que no se le ha colocado el hombro,
el saliente le pierde músculo y le queda delgado en ese lado. Cuando
cesan los dolores, ningún esfuerzo que suponga levantar el codo
oblicuamente a los costados puede hacerlo; en cambio sí pueden
ejecutar cualquier movimiento que sea llevar el brazo hacia adelante
o hacia atrás de los costados: manejar un trépano, una sierra, un
hacha, una asada sin levantar el brazo fuertemente hacia arriba y
cualquier actividad que se ejecute en esas posiciones.
14. Una clavícula rota es de más fácil curación si la fractura es recta; pero
si es sesgada es más difícil de curar. Cabría pensar lo contrario en
estos casos, pues una fractura recta se podría forzar a colocarse más
en su posición natural y, tomando las previsiones adecuadas, se
adaptaría la parte superior a la inferior ajustándolas en la posición
conveniente mediante vendajes; pero si no se coloca
completamente, la protuberancia del hueso no queda, desde luego,
muy puntiaguda.
En los casos en los que la fractura del hueso es sesgada, la situación es
semejante a la de los huesos desgajados sobre los que ya ha
quedado escrito antes, pues el hueso, por sí mismo, apenas tiene a
colocarse y la protuberancia se agudiza. Concluyendo, hay que saber
que ningún perjuicio se deriva para el hombro ni para otra parte del
cuerpo por la rotura de clavícula, excepto una necrosis superficial,
pero esto pocas veces. En las roturas de la clavícula sobrevienen,
desde luego, deformaciones, al principio muy marcadas pero luego
se van reduciendo. La clavícula y todos los huesos esponjosos unen
rápidamente, pues su constitución genera callosidad en seguida.
Cuando la rotura es reciente, los pacientes la toman con interés,
creyendo que la gravedad es mayor de lo que es y los médicos, por
su parte, se interesan en aplicar el tratamiento correcto, pero, si pasa
el tiempo, los enfermos, como ni tienen dolores ni dificultades para
desplazarse o comer, se despreocupan; los médicos, por su parte,
como no pueden conseguir que esa parte no se deforme, se van
desentendiendo poco a poco y no les molesta el desinterés del
paciente; la callosidad avanza rápidamente en ese tiempo. El
método de vendaje establece el tratamiento con cera, compresas y
vendas suaves, como en la mayoría de las fracturas. Hay que aplicar
también un tratamiento suplementario y tener un especial cuidado al
manejarlo: se requiere poner muchísimas compresas sobre la
protuberancia y oprimir muy fuerte ese punto con vendas muy
numerosas. Algunos han ingeniado poner sobre la protuberancia -
para forzarla— un trocito pesado de plomo; los que aplican
simplemente vendas quizás no tengan especiales conocimientos,
pero, sin embargo, ese sistema no es adecuado para una fractura de
clavícula, pues es imposible hacer sobre el saliente ninguna presión
que merezca la pena. Hay otros que, como saben que las vendas se
mueven, desajustan y no hacen volver a su posición natural la parte
que sobresale, vendan a los pacientes aplicándoles compresas y
vendajes como los demás pero ajustándoles un cinturón por donde
más sujetos queden, y, así, colocan compresas sobre el saliente
fracturado, recargando sobre todo la protuberancia y atan por
delante el extremo del vendaje al cinturón y lo ajustan a la clavícula
por detrás en dirección recta. Después de pasar el vendaje por el
cinturón lo llevan hacia adelante y luego hacia atrás. Otros no lo
meten por el cinturón sino por el perineo y la propia cadera y acaban
de dar la vuelta por la espina dorsal para oprimir la fractura; a un
inexperto que oiga esto le parece que es algo próximo a lo natural
pero a quien lo está poniendo en práctica le parece inútil, pues el
vendaje apenas permanece tiempo estable ni siquiera aunque el
paciente esté tumbado, aunque así sí se le mantendría más, pero, aún
echado, doblaría la pierna, o se doblaría el mismo, y todo el vendaje
se le movería. Además, el vendaje es enojoso pues tiene cogida la
cadera y está todo junto en una zona de poco espacio; a su vez, los
vendajes que van a través de un cinturón no están fuertemente
sujetos como para impedir que el cinturón vaya hacia arriba y de esta
manera es forzoso que el vendaje se desajuste. Puede pensarse que
se actúa muy acertadamente -aunque no mucho- si se meten por el
cinturón unas cuantas vendas y se atan la mayoría con el sistema
antiguo, pues así la mayor parte de las vendas quedarían estables y se
sujetarían unas a otras.
Queda dicho lo más reseñable de cuanto atañe a las fracturas de
clavícula, Es necesario saber también que la clavícula se fractura -por
lo general- de la siguiente manera: el hueso que sale naturalmente del
pecho se levanta y el del extremo del hombro está en la parte baja.
La causa es que el hueso del pecho no se mueve mucho ni hacia
arriba ni hacia abajo, pues el movimiento articulatorio es escaso en el
pecho y éste está en constante contacto con la espina dorsal. La
clavícula, próxima a la articulación del hombro, es muy movible y
forzosamente, por el contacto del acromion, está en permanente
movimiento y cuando está herida será hacia la parte superior que
está en contacto con el pecho y no es fácil de forzar a que baje pues
es por naturaleza ligera y hay más espacio arriba que abajo, el
hombro, el antebrazo y las articulaciones adyacentes tienen holgura
respecto a los costados y el pecho y, por ello, se las puede hacer subir
y bajar; al fracturarse una clavícula el hueso ajustado al hombro se
hunde pues, con el hombro y el antebrazo, enseguida va hacia abajo
más que hacia arriba. Cuando esta situación se presenta, los faltos de
inteligencia creen que van a poder obligar a bajar a la protuberancia
del hueso; está claro que la parte de abajo se puede levantar por
tener movimiento y estar fuera de su lugar natural; también es
especial_ mente evidente que no se puede forzar en absoluto -pues
los vendajes no unen más que separan- excepto si se obliga al brazo,
pegado a los costados, a subir lo más arriba posible para que el
hombro aparezca puntiagudo y marcadísimo; así queda claro que la
clavícula se uniría a su lugar natural: el hueso del pecho del que se
desprendió.
Si alguien recurre el a tratamiento habitual de vendajes por su rapidez
curativa, consideraría que todo es vano respecto a lo descrito,
pensaría certeramente y conseguiría curar muy rápido y bien. Hay no
obstante, una gran diferencia entre en que el paciente esté tumbado
o no: cuarenta días son insuficientes si permanece inmóvil y veinte
bastarían.
15. Si se fractura una clavícula de forma contraria a esta -lo que ocurre
pocas veces-, hundiéndose el hueso del pecho, sobresaliendo el del
acromion y montándose sobre el otro, no requiere una curación
especial, pues el propio hombro separado y el brazo harían
ensamblarse los huesos; bastaría un ligero vendaje y en pocos días
haría callosidad.
17. Si la articulación del codo está desviada o sufre una ligera luxación
hacia adentro o hacia afuera quedando el saliente en el hueco del
brazo, estirar directamente y empujar el saliente hacia atrás y de lado.
18. En las dislocaciones totales, hacia un lado u otro hay que estirar y
alargar el codo en el sentido en que se venda un brazo fracturado,
pues así la curvatura del codo no dificulta; la dislocación más
frecuente es hacia el costado. Para su colocación correcta hay que
separar ambos huesos lo más posible para evitar que la cabeza tome
contacto con la apófisis, levantarlo con movimientos circulares y
doblarlo sin violencia; presionar sobre ambos huesos en sentido
contrario y ponerlos en su sitio; en estos casos, las torsiones de codo
hacia arriba o hacia abajo ayudarían; otro tratamiento de ejercicio
de movimiento: mantener la mano levantado bastante más arriba
que el codo con el brazo pegado a los costados; de este modo se
consigue que el miembro quede suspendido y colocado; es un
ejercicio fácil, natural y útil por lo general si no existe callosidad nociva
que no avanza rápidamente. El tratamiento es habitual en las
articulaciones, con vendas e incluyendo en el vendaje el saliente del
codo.
El texto comienza por describir los huesos, primero los huesos de la mano y
después los huesos del pie. Asimismo, hace mención de las articulaciones que
podemos diferenciar entre estas dos estructuras. Poco a poco, Hipócrates fue
estudiando sus componentes; comienza por describir estructuras anatómicas
que se encuentran hacia abajo para posteriormente ir subiendo en el recorrido
del cuerpo humano en posición anatómica.
Al no existir todos los instrumentos que hoy en día conocemos, Hipócrates nos
describe el procedimiento para tratar una mandíbula dislocada. Este consiste
en una terapia física para el acomodamiento de la mandíbula. Explica el
porqué de este evento y usa la anatomía para su mejor entendimiento.
Prosigue a explicar lesiones muy similares, todas de la cintura escapular:
Dislocación de hombro, acromion y codo. Entonces, resalta la importancia de
la posición en la que se encuentren las estructuras anatómicas para poder
tratarlas de la mejor manera. Incluso, se menciona en un apartado lo grave
que puede llegar a ser una dislocación de hombre si no se tratara.
Los griegos las dividen en dos clases: agudas y crónicas, algunos más las
clasificaron de distinta manera; por lo que se deduce claramente que hay más
de dos clases: algunas son breves y agudas, otras son prolongadas y dilatan la
recuperación o muerte del enfermo; una tercera comprende aquellas que a
veces son agudas y a veces crónicas
Las dividiremos a todas en dos grandes grupos: las que afectan a todo el
cuerpo y las que se presentan en regiones u órganos determinados.
Las fiebres cuartanas son más sencillas, empiezan con temblores, luego
sobreviene calor pasado el paroxismo, el paciente está bien por dos días
volviendo la fiebre al cuarto día. De las terciarias existen dos clases: una que
empieza y termina como la cuartana, con la única diferencia de que solo hay
un día intermedio, volviendo la fiebre al tercer día; la otra es mucho más grave:
también vuelve al tercer día, pero de las 48 horas, 36 corresponden al acceso y
la fiebre no cesa por completo el día de la remisión, sino que sólo se mitiga. Las
fiebres cotidianas son diversas y diferentes en sus aspectos. Pues algunas de
ellas empiezan con calor, otras con frío y otras con temblores; hay otras que
van acompañadas de gran calor, y otras, de un calor más tolerable
Dice Asclepíades que es deber del médico realizar una curación rápido y sin
peligros ni molestias para el paciente.
Cayo Plinio Segundo escribe el Libro VII que trata, en primera instancia, sobre
las figuras admirables en pacientes. Esto abarca temas como nacimientos
“anormales”, como los de trillizos y hermafroditas. Aquí notamos la importancia
de la historia oral, ya que se saben de estos casos por que se llegó a contar
acerca de ellos.
Prosigue Cayo a describir muchas patologías que hoy sabemos cómo tratar.
Sorprendentemente, muchos de los tratamientos tienen amplio uso y muestran
efectividad. Todos sus tratamientos estaban a su alcance y dentro de lo que
ellos conocían, desde vino a flores medicinales.
CAPÍTULO 26: DE MATERIA MÉDICA
En este libro (tercero) trataremos de las raíces, de las raíces de los zumos, de las
hierbas y de las semillas, tanto de las de naturaleza medicinal como los afínes.
El ruibarbo
La genciana
Encontrada por primera vez por Gentis, rey de los ilirios. Su raíz tiene virtud
calorífica, estíptica.
Bebida la cantidad de dos dracmas, con pimienta, ruda y vino, socorre a los
mordidos por fieras venenosas. Bebida con agua, es útil para los enfermos de
hígado y de estómago
El pánace de Heracles
Metido en las caries, quita el dolor de dientes y es untura ocular que agudiza la
vista. La raíz raída y aplicada a la matriz, provoca el parto.
El pánace de Asclepio
La flor y el fruto, majados y aplicados con miel, tienen virtud útil contra llagas,
diviesos, úlceras fagedénicas; se beben con vino y se aplican con aceite
contra las serpientes
El pánace de Quirón
Nace principalmente en el monte Pelión. La raíz, bebida, tiene virtud contra las
serpientes. Y la cabellera, aplicada como emplasto, es eficaz contra las mismas
cosas
El anís
La manzanilla
Hay tres especies de manzanilla, que se diferencian solo por la flor. Las raíces,
las flores y la planta tienen virtud calorífica y adelgazante. Bebidas o
administradas en baños de asiento, provocan los menstruos, los partos, los
cálculos y la orina. Se beben también contra las flatulencias y cólicos de íleo.
Eliminan la ictericia y curan las afecciones hepáticas.
CAPÍTULO 27: SOBRE LA INTERROGACIÓN DEL PACIENTE
Creo yo, sin embargo, que aunque uno pueda por sí mismo darse cuenta de
muchas cosas acerca de la enfermedad, mejor y de manera más segura lo
hará preguntando al paciente, pues si el resultado de su interrogatorio
concuerda con los síntomas observados, es más fácil conocer el estado del
enfermo.
También hay que averiguar cuánto dolor causa la enfermedad. Es cierto que
hay otras formas de saber si una persona le duele algo; por sus gemidos y
quejas, su inquietud, su aturdimiento, la postura del cuerpo o la crispación de
sus manos. Pero también es posible reconocer el sufrimiento de un paciente
aparte de estos signos: haciéndole preguntas.
Así, pues, estas y otras preguntas similares don las que debemos hacer con
respecto a las enfermedades ordinarias y especialmente febriles. En cuanto a
las heridas las abordaremos de la siguiente manera: Respecto a las heridas o
mordeduras causadas por animales fieros, es conveniente saber de qué
animales se trata y así podremos curar las heridas más fácilmente aplicando el
tratamiento adecuado para los síntomas solos, sin ninguna información de la
víctima, más en el caso de mordedura de perro es imposible juzgar antes de
que el mal se manifieste. Respecto a las heridas de guerra causadas por
venablos o lanzas, el médico puede reconocer fácilmente, a simple vista o por
el tacto, las armas que atraviesan el cuerpo de un lado a otro y las que
permanecen dentro de él; sin embargo, cuando una arma ha penetrado
profundamente y ha sido ya extraída por alguien, debemos preguntar a éste si
sacó también la punta o únicamente el hasta, pues incluso a las personas con
gran experiencia se les hace difícil comprobar si la punta ha quedado dentro
de la herida. También en las heridas de la cabeza deben hacerse
indagaciones similares, observando si no hay fractura del hueso, si el herido no
puede hablar, si vomita primeramente comida o moco, y luego bilis y le
acomete después mucha fiebre y delirio; en este caso existe el peligro de que
el hueso esté fracturado, ya sea en el lugar de la herida o en otro.
En el caso de las heridas de cráneo, también hay que interrogar sobre la forma,
tamaño y consistencia del arma arrojadiza; pues entre armas más o menos
parecidas, las que son redondas, grandes y duras suelen ocasionar fracturas,
mientras que las puntiagudas causan sólo heridas. También nos conviene
concierto la fortaleza del hombre que arrojó el arma, y la energía con que lo
hizo, así como si ésta vino desde arriba, rebotada, etc. Finalmente, uno debe
interrogar sobre los síntomas subsiguientes al golpe.
El autor logra destacar factores que afectarían el corazón y con este, el pulso.
Hace mención de las palpitaciones que llegamos a sentir en diferentes partes
del cuerpo, enfatizando en no dejar a un lado estructuras anatómicas y sus
“pulsos” por hacer caso a la definición poco concreta y cuadrada de lo que es
el pulso.
Procedimientos anatómicos
La sustancia de los huesos es para los seres vivos lo que son los muros para las
casas y los llamados “palos para las tiendas de acampada: se homologan por
naturaleza a ella y con ella también otras partes.
En primer lugar debes adquirir una experiencia exacta de los huesos humanos,
no observándolos de forma superficial ni a base de leer de un solo libro. Sino
como en Alejandría, aquella tierra donde los médicos imparten su enseñanza a
sus discípulos mediante observación directa. Si solo te fías de los huesos, sin
haberte familiarizado previamente con la observación de los mismos, al ver de
pronto un esqueleto humano, no lo comprenderías con exactitud ni podrás
recordarlo. Es menester, examinar con cuidado la naturaleza de todos los
huesos, ya sobre un cuerpo humano, ya sobre el de simios y si es mejor sobre
ambos.
Disección de músculos
Aplaudo a Marino quien los escribió, para sí mismo o para otros, desde
niños se ejercitaban en hacer disecciones como en leer y escribir. En
cuanto se perdió el aprendizaje desde la niñez, el aprendizaje
necesariamente se deterioró. Anteriormente no se había sentido
necesidad ni de procedimientos anatómicos ni tampoco de escritos de
este tipo.
Lo más útil de la anatomía esta en edad cosas, cuya precisión han
descuidado precisamente los expertos de anatomía, sino conocer
debido a la acción de qué músculos se extiende el brazo, el codo, el
carpo, el musculo, la pierna y el pie, y por cuales se flexiona y qué
músculos rotan lateralmente, se las puede decir a los discípulos sentado
en lo alto de la catedra pero no se las puede enseñar desde la práctica
misma de la medicina, pues él es el primero que desconoce todas las
partes de los órganos mencionados del ser vivo. Por ellos yo invito a los
jóvenes a dejar por el momento las disecciones del cerebro, del corazón
de lengua pulmón hígado, bazo, riñones, estómago y de la laringe, de los
fetos y de la matriz.
Los jóvenes deben dedicarse en primer lugar a lo más urgente a los que
presta mayor utilidad al arte de la medicina. Antes de conocer con
exactitud los músculos no es posible.
Discurso sobre la naturaleza, que se forman cuando se mezcla hueso,
nervio y piel, carne. Constituidas con todo lo dicho, pero es imposible ver
sustancia se derive de ello. Tal brote parecen ser los nervios de la
sustancia del cerebro. La uña no es un brote similar de la última falange
que es otra especia de sustancia. Las combinan unas con otras y hacen
un todo único, ciertas sustancias que las unen como arcilla, cola, clavos,
estacas y cuerdas.
Se discute la disección de músculos.
CAPÍTULO 31: PROCEDIMIENTOS ANATÓMICOS LIBRO III
Las afecciones del bazo y su relación con las del hígado, son fáciles de
identificar al tacto a causa de su dureza, el cómo de todo el cuerpo se
obscurece cuando es bazo está afectado de atonía, su función consiste
en atraer sangre melancólica desde el hígado, si el bazo padece de un
escirro, se produce una hidropesía cuando el hígado está afectado por
simpatías, observan ictericias de color más negro que de costumbre,
como si la bilis amarilla se hubiera mezclado con hollín. Al tratar sobre el
bazo, que sobreviven tristezas melancólicas cuando esta parte envía
algún desecho de tipo melancólico a la boca del estómago.
La disentería, El tenesmo. Diferencias entre afecciones del colon y de
riñones. La superior, después de la boca de la cavidad y revestida de
numerosos nervios sensibles. Síntomas comunes entre si y también con
todo el intestino. En disentería se produce una evacuando de bilis,
seguida de costras de los intestinos, grasa con ellas, pues eso sería ulcera
de los intestinos gruesos, si hay ulcera en la parte alta de los intestinos y si
se va encima en la inferior. Así se expulsa una falsa membrana; la de los
superiores se alivia con medicamentos bebibles y de los inferiores
mediante enemas. En ulceras intestinales no ocurre lo mismo, no se
producen de una vez ni en largos de tiempo. Las del intestino grueso
llamadas tenesmos, producen violentas tensiones y fuertes ganas de
evacuar, pero lo expulsado es escaso.
La iscuria, la estranguria y oras afecciones urinarias, la estranguria que es
producida por las orinas acres, pero no una afección de la vejiga ligada
a ulcera o atonía nace con una afección de riñón. La debilidad de la
vejiga se produce a veces no solo por afecciones orgánicas por otros
desequilibrios y en los enfriamientos, en este caso da la sensación de
estar llena, aunque contenga poco líquido. La iscuria sobreviene a la
vejiga como órgano de micción unas veces al no poder contraer con la
fuerza suficiente lo contenido ella para su expulsión y otras veces al
obstruirse el orificio inferior.
El paso del alimento desde el estómago al yeyuno es, en efecto, una
acción completamente natural, totalmente voluntario el de extensión e
inflexión de cada miembro y de cada dedo. El transporte desde el
estómago hasta el yeyuno y de éste al intestino delgado se produce solo
por una facultad física; pero la defecación y la micción se lleva como
facultad propia.
El útero o matriz sus afecciones y causas. Algunos llaman sofocación
histérica o apnea, mujeres histéricas las han llamado ante las parteras
que hayan pido el nombre. De ello deduzco que las diferencias de las
afecciones histéricas son numerosas. La raíz de los síntomas llamados
histéricos esta lógicamente en la matriz aparece solo en las viudas y en
aquellas mujeres cuyas reglas están reprimidas.
Ulceración del pene, la gonorrea y el priapismo. La erección y la
eyaculación. En el priapismo el propio pene es afectado por la
ulceración, la evacuación urinaria de algunas materias inherentes a la
ulcera, estas producen un continuo escozor durante la micción. La
gonorrea es una expulsión involuntaria de esperma, sin dilatación del
pene. El priapismo es un incremento del pene en extensión y grosor son
excitación erótica ni calor añadido. La gonorrea es una afección de
órganos espermáticos.
CAPÍTULO 36: BIOGRAFÍAS
Hipócrates.
Herófilo de Calcedonia
Fundador de la anatomía, estudio el cerebro y describió por primera vez
en sus líneas fundamentales. Situó la morada del cuerpo en el cuarto
ventrículo, los nervios son portadores o transmisores de impulsos o
sensaciones. Siguió las investigaciones de Praxágoras sobre las arterias
que son de paredes mas gruesas 6 veces que las venas. Estudio la
anatomía del ojo, dio al duodeno (12 dedos), descubrió los vasos
quilíferos, clínico eminente, la muerte repentina por paralización del
corazón. Las drogas son virtudes curativas como manos del os dioses.
Erasístrato de Ceos
Asclepiades
Sorano de Éfeso
Escuela metódica máximo representante, estudio en Alejandría, ejerció
en tiempos de Trajano y Adriano. Se percato de la importancia del
diagnóstico diferencia. Ginecología De arte obsterica morbisque
mulierum para atención de partos, uso el espejo vaginal para revisión
ginecológica.
Aulo Cornelio Celso
Escribio De Artibus, Re Medica, la primera perdida, la segunda
encontrada por papa Nicolas 5 en 1450, primera obra multiplicada Re
Medica recopila el conocimiento y práctica de medicina a comienzo del
imperio romano. Tradujo el léxico de la medicina helenística al latín.
Importancia al pneuma y su descomposición como nueva causa. El arte
medica debe descansar sobre base científica, apoyada en causas
manifiestas. Habla sobre la higiene romana, práctica de cultura fisica,
alimentación, vinos, reglas sobre relaciones sexuales en su primer libro, en
el segundo sobre el diagnostico y pronostico general, explica sangrías,
ventosas, purgas, vómitos y sudoración. Masajes. Cuarto libro sobre
nociones anatómicas. 5 y 6 describe medicamentos y sus efectos. 7 y 8
sobre intervenciones quirúrgicas, condiciones del cirujano, manos rápidas
y firmes, edad adulta, dominio de ambas manos. Enuncia los cuatro
signos de la inflamación. Rubor, Dolor, Calor y Tumor.
Cayo Plinio Secundo (Plinio el viejo)
Historia natural de 37 libros de geografía, etnografía, botánica, zoología,
minerales, artes, piedras preciosas, menos de medicina.
Rufo de Éfeso
Medico cirujano anatomista grecoromano estudio en Alejandría,
seguidor de escuela hipocrática, experto en fisiología, clínica, cirugía y
tratamiento. Nomenclatura de partes del cuerpo, enfermedades
articulares, interrogatorio, Artis Medicae Principes y De vesicae renunque
affectibus, distingue cerebro cerebelo, describe cuerpo calloso, 3 y 4
ventrículos, entrecruzamiento de nervios ópticos. Nervios neumogástricos
, peritoneo, arteria y vena espermática. Intervención quirúrgica,
torniquetes, preguntas entrevista medico paciente. Calidad, cantidad
consistencia y color de orina heces y saliva según enfermedad.
Pedanio Discórides Anazarbeo
Medico militar, Plantas y remedios medicinales. Contemporaneo de
Plinio. Describe plantas con dibujos complementarios, influjo de patología
humoral, medicamentos de origen mineral, animal o vegetal, que
producen un efecto de sequedad, humedad, frio o calor.
Galeno
Cuido a su propia familia, vivió mas de 85 años. Su padre Nikon tuvo
intención de volverlo filosofo no medico. Para estudiar medicina viajo
desde pergamo, luego a grecia, cicilia, fenicia, palestina, creta y Cyprus.
En Alejandría siguió. Estudio con esqueletos humanos. 5 años en Alex.
Rereso a practicar a Pergamo. Curo gladiadores, observo huesos rotos y
cráneos, ningunoo de sus paciente murió, escribió, estudio y dio clases.
Curo a un paciente de Eudamus que había sido golpeado en el cuello
contra una piedra, con parálisis en 3 y 4 dedo, galeno atribuyo al cuello.
Medico de Marco Aurelio, Commudus, Septimus Severus, Disecciono
simios, cerdos e hizo deducciones ingeniosas. Distinguió entre nervios que
llevaban sentidos y aquellos que controlaban movimientos. Variaciones
de pulso. “Hay una conexión entre mente y cuerpo”