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ORACIONES

Acto de Consagración

¡Oh Señora mía, oh Madre mía!,


yo me entrego del todo a Ti,
y en prueba de mi filial afecto,
te consagro en este día
mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón,
en una palabra, todo mi ser,
ya que soy todo tuyo,
¡oh Madre de bondad!,
guárdame y protégeme como hijo tuyo. Amén.

Acto de Contricción (Pesame)

Pésame, Dios mío,


y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido.

Pésame por el Infierno que merecí y por el Cielo que perdí;


pero mucho más me pesa,
porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Vos.

Antes querría haber muerto que haberos ofendido,


y propongo firmemente no pecar más,
y evitar todas las ocasiones próximas de pecado.

Amén.

Alma de Cristo

Alma de Cristo, santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame.

Sangre de Cristo, embriágame.

Agua del costado de Cristo, lávame.

Pasión de Cristo, confórtame.

¡Oh, buen Jesús!, óyeme.

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Dentro de tus llagas, escóndeme.

No permitas que me aparte de Ti.

Del maligno enemigo, defiéndeme.

En la hora de mi muerte, llámame.

Y mándame ir a Ti.

Para que con tus santos te alabe.

Por los siglos de los siglos.

Amén.

Ave María

Dios te salve María


llena eres de gracia
el Señor es contigo;
bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén

Credo de Nicea - Constantinopla (Credo Largo)

"Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,


Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo,


Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,

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y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo,


Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.


Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.

El Ángelus

Monitor: El ángel del Señor anunció a María.


Audiencia: Y ella concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tú eres entre
todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Monitor: He aquí la esclava del Señor.


Audiencia: Hágase en mí según tu palabra. Dios te salve María

... Santa María, Madre de Dios ...

Monitor: Y el Verbo de Dios se hizo carne.


Audiencia: Y habitó entre nosotros. Dios te salve María ,

... Santa María, Madre de Dios ...

Monitor: Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.


Audiencia: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro
Señor Jesucristo. Amén.

Oración:
Infunde, Señor tu gracia en nuestros corazones para que cuantos, por el anuncio del

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ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su pasión y su cruz
lleguemos a la gloria de su resurrección.
Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

El Credo - Iglesia Católica

Creo en Dios, Padre Todopoderoso,

Creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,

que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,

nació de Santa María Virgen,

padeció bajo el poder de Poncio Pilato

fue crucificado, muerto y sepultado,

descendió a los infiernos,

al tercer día resucitó de entre los muertos,

subió a los cielos

y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.

Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo,

la santa Iglesia católica,

la comunión de los santos,

el perdón de los pecados,

la resurrección de la carne

y la vida eterna.

Amén.

Credo de Nicea - Constantinopla (Credo Largo)

Creo en un solo Dios,


Padre todopoderoso,

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Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo,


Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación
bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo,


Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.

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Gloria

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu


Santo. Como era en el principio, ahora
y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén

Gloria (Misa)

Gloria a Dios en el cielo,


y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

Por tu inmensa gloria te alabamos,


te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso Señor,
Hijo único, Jesucristo.

Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;


tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.

La Salve

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,


vida, dulzura y esperanza nuestra.

Dios te salve.

A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva,


a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,


vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,

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y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.

Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,


para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Amén

La Señal de la Cruz

Por la señal de la santa cruz +


de nuestros enemigos +
líbranos, Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo +

Amén.

Magnificat

(Lc 1, 46-55)

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;


porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho


obras grandes por mí:su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de
generación en generación.

El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a
los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los
ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a


nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre.

Oración de la mañana

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Señor, en el silencio de este día que nace,
vengo a pedirte paz, sabiduría y fuerza.

Hoy quiero mirar al mundo con ojos llenos de amor.


Ser paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno.

Ver a tus hijos detrás de las apariencias,


como los ves tu mismo,
para así poder apreciar la bondad de cada uno.

Cierra mis oídos a toda murmuración.


Guarda mi lengua de toda maledicencia.
Que sólo los pensamientos que bendigan permanezcan en mi.

Quiero ser tan bienintencionado y bueno


que todos los que se acerquen a mi sientan tu presencia.

Revísteme de tu bondad señor


y haz que en este día yo te refleje.

Amén.

Padre Nuestro

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;


perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Amén

Regina Coeli o Reina del Cielo, en español

G: Reina del cielo, alégrate, aleluya.


T: Porque el Señor, a quien has llevado en tu vientre, aleluya.

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G: Ha resucitado según su palabra, aleluya.
T: Ruega al Señor por nosotros, aleluya.

G: Goza y alégrate Virgen María, aleluya.


T: Porque en verdad ha resucitado el Señor, aleluya.

Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, has llenado el
mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a
los gozos eternos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre por
los siglos de los siglos. Amen. (tres veces)

Benedicto XIV estableció, en 1742, que durante el tiempo Pascual (desde la


Resurrección del Señor hasta el día de Pentecostés) se sustituyera el rezo del Ángelus
por la antífona "Regina Coeli".

Señor mío Jesucristo

Señor mío, Jesucristo,


Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío,
por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberos ofendido;
propongo firmemente nunca más pecar,
apartarme de todas las ocasiones de ofenderos,
confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos,


en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra
bondad y misericordia infinita,
que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y
me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio,
hasta el fin de mi vida.

Amén.

Via Crucis

1ª Estación: Jesús sentenciado a muerte

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.


Sentenciado y no por un tribunal, sino por todos. Condenado por los mismos que le

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habían aclamado poco antes. Y El calla... Nosotros huímos de ser reprochados. Y
saltamos inmediatamente...

Dame, Señor, imitarte, uniéndome a Ti por el Silencio cuando alguien me haga sufrir.
Yo lo merezco. ¡Ayúdame! Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

2ª Estación: Jesús cargado con la cruz

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.


Que yo comprenda, Señor, el valor de la cruz, de mis pequeñas cruces de cada día,
de mis achaques, de mis dolencias, de mi soledad.

Dame convertir en ofrenda amorosa, en reparación por mi vida y en apostolado por


mis hermanos, mi cruz de cada día. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

3ª Estación: Jesús cae, por primera vez, bajo el paso de la cruz

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Tú


caes, Señor, para redimirme. Para ayudarme a levantarme en mis caídas diarias,
cuando después de haberme propuesto ser fiel, vuelvo a reincidir en mis defectos
cotidianos. ¡Ayúdame a levantarme siempre y a seguir mi camino hacia Ti! Señor,
pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

4ª Estación: Encuentro con la Virgen

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.


Haz Señor, que me encuentre al lado de tu Madre en todos los momentos de mi vida.

Con ella, apoyándome en su cariño maternal, tengo la seguridad de llegar a Ti en el


último día de mi existencia. ¡Ayúdame Madre! Señor, pequé, ten piedad y misericordia
de mí.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

5ª Estación: el Cirineo ayuda al Señor a llevar la Cruz

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.


Cada uno de nosotros tenemos nuestra vocación, hemos venido al mundo para algo
concreto, para realizarnos de una manera particular.

¿Cuál es la mía y cómo la llevo a cabo? Pero hay algo, Señor, que es misión mía y de
todos: la de ser Cirineo de los demás, la de ayudar a todos. ¿Cómo llevo adelante la
realización de mi misión de Cirineo? Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

6ª Estación: la Verónica enjuga el rostro de Jesús

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Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Es
la mujer valiente, decidida, que se acerca a Ti cuando todos te abandonan. Yo, Señor,
te abandono cuando me dejo llevar por el "qúe dirán", del respeto humano, cuando
no me atrevo a defender al prójimo ausente, cuando no me atrevo a replicar una
broma que ridiculiza a los que tratan de acercarse a Ti.

Y en tantas otras ocasiones. Ayúdame a no dejarme llevar por el respeto humano, por
el "qué dirán". Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

7ª Estación: Segunda caída en el camino de la Cruz

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.


Caes, Señor, por segunda vez. El Via Crucis nos señala tres caídas en tu caminar hacia
el Calvario. Tal vez fueran más.

Caes delante de todos... ¿Cuándo aprenderé yo a no temer el quedar mál ante los
demás, por un error, por una equivocación?. ¿Cuándo aprenderé que también eso se
puede convertir en ofrenda? Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

8ª Estación: Jesús consuela a las hijas de Jerusalén

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.


Muchas veces, tendría yo que analizar la causa de mis lágrimas. Al menos, de mis
pesares, de mis preocupaciones. Tal vez hay en ellos un fondo de orgullo, de amor
propio mal entendido, de egoismo, de envidia.

Debería llorar por mi falta de correspondencia a tus innumerables beneficios de cada


día, que me manifiestan, Señor, cuánto me quieres. Dame profunda gratitud y
correspondencia a tu misericordia. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

9ª Estación: Jesús cae por tercera vez

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.


Tercera caída. Más cerca de la Cruz. Más agotado, más falto de fuerzas. Caes
desfallecido, Señor.

Yo digo que me pesan los años, que no soy el de antes, que me siento incapaz. Dame,
Señor, imitarte en esta tercera caída y haz que mi desfallecimiento sea beneficioso
para otros, porque te lo doy a Ti para ellos. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de
mí.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

10ª Estación: Jesús despojado de sus vestiduras

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.


Arrancan tus vestiduras, adheridas a Ti por la sangre de tus heridas. A infinita distancia

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de tu dolor, yo he sentido, a veces, cómo algo se arrancaba dolorosamente de mí por
la pérdida de mis seres queridos.

Que yo sepa ofrecerte el recuerdo de las separaciones que me desgarraron,


uniéndome a tu pasión y esforzándome en consolar a los que sufren, huyendo de mi
propio egoismo. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

11ª Estación: Jesús es clavado en la Cruz

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.


Señor, que yo disminuya mis limitaciones con mi esfuerzo y así pueda ayudar a mis
hermanos. Y que cuando mi esfuerzo no consiga disminuirlas, me esfuerce en
ofrecértelas también por ellos. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

12ª Estación: Jesús muere en la Cruz

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Te


adoro, mi Señor, muerto en la Cruz por Salvarme. Te adoro y beso tus llagas, las heridas
de los clavos, la lanzada del costado... ¡Gracias, Señor, gracias! Has muerto por
salvarme, por salvarnos.

Dame responder a tu amor con amor, cumplir tu Voluntad, trabajar por mi salvación,
ayudado de tu gracia. Y dame trabajar con ahínco por la salvación de mis hermanos.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria...

13ª Estación: Jesús en brazos de su madre

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.


Déjame estar a tu lado, Madre, especialmente en estos momen

Yo Confieso...

Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes
hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.

Amén.

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