Sei sulla pagina 1di 3

Mitos y realidad de la adolescencia (Dr.

Tomas Silber)

Los adolescentes, chicos y chicas, son encajonados con frecuencia en categorías


negativas, como si la adolescencia fuese una enfermedad o un problema. Estos
fenómenos de estereotipación condescendiente van más allá de ser un simple error
o una 'mentira' y prefiero definirlos como mitos acerca de la adolescencia.

El propósito de este comentario es el de alertar sobre la presencia de mitos


anticuados, destructivos y persistentes acerca de los adolescentes; mitos que
contribuyen a crear obstáculos a una relación de guía cordial y honesta.

Escogemos para nuestro análisis los cinco mitos más comunes:

Primer mito: 'El desarrollo del adolescente normal es turbulento.'

El origen de esta aseveración, razonable en apariencia, es sin duda el hecho de la


aparición clara y evidente de conductas delictivas y enfermedades mentales
durante la adolescencia (si bien una observación más profunda tanto de los
adolescentes enfermos como de los delincuentes podría haber detectado
dificultades tempranas durante la infancia). Desafortunadamente, muchos
especialistas que sólo trabaja con poblaciones de adolescentes con trastornos
psiquiátricos llegaron, sin fundamento, a la conclusión de que si un adolescente no
pasa por un período turbulento, por una crisis de identidad, estará destinado a ser
un adulto perturbado.

No hay, por supuesto, ningún estudio que confirme dicha creencia. Está claramente
demostrado que el 80% de los adolescentes no pasan por un período tumultuoso,
se llevan bien con sus padres y sus familiares, les gusta estudiar y trabajar, y se
interesan por los valores sociales y culturales circundantes.

Segundo mito: 'La adolescencia es un período de gran emotividad'

Los estudios que se han realizado no han demostrado diferencia alguna entre la
emotividad de los niños y la de los adolescentes. Estos hallazgos sugieren que el
comienzo de la adolescencia no se asocia con diferencias apreciables en la variedad
de los estados emocionales experimentados en la vida cotidiana. Lo que sí hay es
una relación lineal entre la edad y los estados emocionales: cuanto mayor es el
adolescente, más negativo es el estado de ánimo. Y probable que esto se deba a
que las creciente obligaciones y responsabilidades escolares y/o laborales
contemporáneas han creado más estrés e infelicidad.
Tercer mito: 'La pubertad es un suceso negativo para los adolescentes'

Durante muchos años se ha creído que los cambios puberales resultan penosos y
amenazantes para los adolescentes.

La realidad es que la influencia hormonal sobre la emotividad ni es particularmente


potente, ni es persistente. En cambio, lo que se entiende por culturalmente
deseable sí que tiene un gran impacto sobre el desarrollo adolescente. Como es,
por ejemplo, el aumento de peso, normal para la chica púber, y que es un factor
importante en la disconformidad femenina con el propio cuerpo. Otra consideración
a tener en cuenta es si el proceso puberal lo encuentra el chico en coincidencia o
desfasado con respecto a sus compañeros.

Cuarto mito: 'La adolescencia es un período con alto riesgo de suicidio'

La recopilación de datos demográficos ha demostrado que, excluyendo la infancia,


la adolescencia es el período de la vida en el que se da menor proporción de gente
que se suicida. Lo que sí han descubierto los autores estudiosos del tema es que
hay una clara relación entre la insatisfacción por la autoimagen de los adolescentes
y la conducta suicida.

Quinto mito: 'El pensamiento de los adolescentes es irracional e infantil'

Las observaciones de Piaget (psicólogo suizo especializado en el desarrollo del


pensamiento) establecieron la adolescencia como el período de la vida en que
surgen las operaciones mentales formales, comienzan a formularse hipótesis y
pueden establecerse conclusiones. Los adolescentes adquieren la capacidad de
'ponerse en los zapatos de otro' y, especialmente en el sexo femenino, desarrollan
la capacidad de sentir empatía y practicar el altruismo. Las nuevas habilidades del
pensamiento permiten al joven reconstruir su niñez y verla bajo una luz muy
diferente de como la percibía cuando era niño...Y así podríamos seguir señalando
características diferenciales y de madurez del pensamiento adolescente.

Conclusiones prácticas.

¿Por qué es importante denunciar estos mitos acerca del desarrollo adolescente?

En primer lugar para alertar a padres, maestros y pediatras de que, aún hoy en día,
grandes sectores profesionales mantienen un punto de vista inapropiado acerca de
la adolescencia, considerándola una fase en la que se espera la conducta anormal.
De no reconocer este mito de 'la anormalidad adolescente' se corre el alto riesgo de
no identificar a tiempo lo que es patológico y realmente peligroso. Es decir: si se
pierde la oportunidad del diagnóstico precoz y la intervención temprana, el curso,
por ejemplo, de un trastorno mental podrá hacerse más severo y crónico.

No hay que olvidar que muchas de las descripciones tradicionales de los


adolescentes están meramente basadas en creencias y convicciones, a menudo
originadas en conceptos psicoanalíticos, y no en investigaciones contrastadas.

Así pues, del análisis de los estudios modernos de prevalencia de perturbaciones


psicoemocionales en la población adolescente puede concluirse que:

- La inmensa mayoría de los jóvenes no tienen un adolescencia turbulenta.

- No pasan por un período de gran emotividad (en comparación con su niñez).

- La adolescencia no es un período de alto riesgo de suicidio.

- El pensamiento adolescente es distinto del infantil, pudiendo destacarse por su


nivel de racionalidad y capacidad de elaboración.

Dr. Tomas Silber

Children´s National Medical Center

Washington (USA)

Potrebbero piacerti anche