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Tomas Silber)
No hay, por supuesto, ningún estudio que confirme dicha creencia. Está claramente
demostrado que el 80% de los adolescentes no pasan por un período tumultuoso,
se llevan bien con sus padres y sus familiares, les gusta estudiar y trabajar, y se
interesan por los valores sociales y culturales circundantes.
Los estudios que se han realizado no han demostrado diferencia alguna entre la
emotividad de los niños y la de los adolescentes. Estos hallazgos sugieren que el
comienzo de la adolescencia no se asocia con diferencias apreciables en la variedad
de los estados emocionales experimentados en la vida cotidiana. Lo que sí hay es
una relación lineal entre la edad y los estados emocionales: cuanto mayor es el
adolescente, más negativo es el estado de ánimo. Y probable que esto se deba a
que las creciente obligaciones y responsabilidades escolares y/o laborales
contemporáneas han creado más estrés e infelicidad.
Tercer mito: 'La pubertad es un suceso negativo para los adolescentes'
Durante muchos años se ha creído que los cambios puberales resultan penosos y
amenazantes para los adolescentes.
Conclusiones prácticas.
¿Por qué es importante denunciar estos mitos acerca del desarrollo adolescente?
En primer lugar para alertar a padres, maestros y pediatras de que, aún hoy en día,
grandes sectores profesionales mantienen un punto de vista inapropiado acerca de
la adolescencia, considerándola una fase en la que se espera la conducta anormal.
De no reconocer este mito de 'la anormalidad adolescente' se corre el alto riesgo de
no identificar a tiempo lo que es patológico y realmente peligroso. Es decir: si se
pierde la oportunidad del diagnóstico precoz y la intervención temprana, el curso,
por ejemplo, de un trastorno mental podrá hacerse más severo y crónico.
Washington (USA)