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Allison, Graham T. (1969).

“Modelos conceptuales y la crisis de los misiles


cubanos” The American Political Science Review, LXIII, No 3, pp.689-718.
Traducción al español de Margarita Bojalil.

Los acontecimientos que tienen lugar en la arena política internacional, como por ejemplo
las transformaciones que sufre la política exterior de los Estados, atraen a los estudiosos de
las relaciones internacionales (RR.II), los líderes de opinión y los demás actores
gubernamentales que hacen parte del sistema internacional. El estudio que estos analistas
hacen de las políticas exteriores, les permite predecir los cambios estructurales de la
identidad de los actores.

Con base a este planteamiento, los diferentes teóricos de las RR.II han postulado diferentes
modelos para entender la realidad internacional, para que de esta manera se llegue a una
mejor comprensión de los acontecimientos. Los diferentes modelos han surgido por la
incapacidad misma del modelo predominante para explicar lo que acontece en un contexto
específico. De ahí que Graham T. Allison en su texto Modelos conceptuales y la crisis de
los misiles cubanos (1969), se preguntará por el comportamiento de los Estados y en qué
medida éstos influyen en las decisiones de política exterior. En su texto, Allison se propone
a explorar los supuestos fundamentales que son usados por los analistas para estudiar los
problemas de conducta gubernamental en el ámbito internacional para asuntos en específico
(Seguridad nacional, temas sociales y económicos, entre otros). El autor ejemplifica sus
enfoques teóricos con una situación en particular, la amenaza latente de guerra nuclear
entre la URSS y USA que en su momento pone a temblar a la humanidad (1962). De aquí
se desprende la relevancia que tiene el texto, puesto que éste nos presenta la forma en la
que un gobierno y los actores gubernamentales toman decisiones que involucran a la
sociedad en general.

Allison propone tres modelos organizados esquemáticamente para profundizar el estudio de


la toma de decisiones. Se puede inferir que la preguntas que tiene en cuenta Graham T. para
plantearse estos modelos son: qué tipo de acciones motiva a los Estados y qué atrae
potencialmente su atención para estudiar el problema a partir de determinado marco
teórico. Para Allison es claro que sus modelos no son necesariamente excluyentes entre sí,
él postula que para efectos de un mejor análisis, es posible entrelazar los diferentes modelos
y lograr una compresión total de la decisión final en determinada situación. En este
apartado, se distingue la epistemología del autor, el enfoque eclético es el que predomina en
su análisis. De acuerdo a su argumento central: “los modelos conceptuales son las redes que
permite explicar una acción o decisión particular del proceso político determinado” y su
caso de estudio, las decisiones tomadas por Estados Unidos, comprueban la veracidad de su
postulado ya que evidencia que es necesario introducir los tres paradigmas (sistémico,
gubernamental e individual) para explicar el cambio de la política exterior americana en la
crisis de los misiles.

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De acuerdo con el autor, el Modelo I: Política Racional intenta entender los
acontecimientos internacionales como si fueran actos mas o menos intencionales de
gobiernos nacionales –actores racionales unificados-. El Estado debe realizar una especie
de test (costos vs beneficios)) para así solucionar los problemas estratégicos que deben
estar afines con las metas del gobierno. Este paradigma, básicamente se concentra en la
lógica de la acción racional del cuerpo burocrático (en cabeza de un líder), en pro de las
mejores ventajas que pueda obtener en la resolución de un problema estratégico. Se puede
ejemplificar con la acción de los soviéticos de instalar los misiles en Cuba, esto responde
exclusivamente a ciertos objetivos estratégicos de la política soviética. El vacío que tiene
este modelo es suponer que goza de información completa para realizar el análisis, aspecto
que es falso, puesto que si bien tienen información, es inexacta y su procesamiento de
información es lento para la toma de decisiones.

En el Modelo II o proceso organizacional, el actor racional unificado son las


organizaciones existentes dentro del gobierno, estas organizaciones están unidas pero con
un alto nivel de autonomía para realizar sus funciones. Bajo este modelo, las
organizaciones son las encargadas de atender los problemas específicos de su área de
trabajo, monitorear información y coordinar posibles respuestas para ultimar la situación;
este proceso se materializa de acuerdo a patrones, rutinas o procedimientos establecidos.
Este modelo, para el autor, tiene una virtud rescatable, al ser una distribución jerarquizada y
con patrones de conducta regular, en muchos casos optimizan el tiempo para que los
problemas estratégicos sean resueltos de una manera segura y eficaz. Sin embargo, también
tiene insuficiencias, en primer lugar, la información que ellos rotan a la cúpula central se
puede encontrar sesgada de acuerdo a cómo ellos ven los problemas (qué consideran
problemas y qué no, qué información omitir y qué otra no, etc.) Otra dificultad se da a raíz
de la autonomía de las organizaciones, la falta de coordinación de esfuerzos orientados
hacia una misma meta porque simplemente no pueden compartir la misma, el cual
entorpece la postulación de alternativas.
Por ultimo, el tercer modelo o Política burocrática dirige la atención hacia la política de
gobierno, pero desde la mirada individual de los actores. La política exterior es explicada
por la negociación burocrática. El autor asemeja esta situación a un juego el cual trabaja
con dos pilares, el poder y la experiencia, que son utilizados para persuadir a un actor ajeno
a que realice lo que un individuo en particular quiere realizar –los resultados depende de las
habilidades que tengan los negociadores-. Las decisiones se adoptan por los intereses
políticos que se dan en un proceso (el estira y afloja de la política). La atención se centra en
las percepciones, motivaciones, posiciones, poder y maniobra de los actores, para lograr
identificar claramente estas características que pueden ser determinantes a la hora de
estimar el grado de sensibilidad que tendrá el actor hacia un problema, y como fin último
lograr influir en alguna etapa de decisión. Se debe recordar que bajo este modelo, si el
gobierno sale triunfante de una situación en concreto, es una acción directamente implicada

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a un grupo o individuo, pues son éstos los encargados de los aspectos estratégicos del
Estado.

Con lo anterior, se puede observar una constante transversal en todo el texto: la toma de
decisiones como variable dependiente y los enfoques teóricos como la variable
independiente. La comprensión de la acción del gobierno depende de qué modelo se piensa
abordar. Esto representa la ontología que el autor utiliza para desarrollar su texto.

A modo de conclusión, Graham Allison se puede considerar de la corriente post-positivista


por dos razones fundamentales, la primera, nos presenta un análisis de toma de decisiones
centradas en el estudio del comportamiento gubernamental que proviene no solo de un
impulso sino de varios, es decir, la toma de decisiones se da de manera simultánea con
distintos jugadores y propósitos. En segundo lugar, la identidad de los actores en la política
exterior es cambiante, por lo tanto también cambian las decisiones, lo que permite y motiva
interpretar la realidad desde diferentes puntos de vista.

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