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Las diferencias entre la visión del cuerpo en Occidente y en China han sido estudiadas por Francis
Kuriyama, Joseph Needham y Nathan Sivin, entre otros. Ver bibliografía
2
En realidad, no existe “sólo” una medicina clásica china, puesto que nunca ha sido un conocimiento
monolítico o unitario, sino que ha ido evolucionando y cambiando a lo largo de su historia, como ha
demostrado Paul Unschuld. Hablar de una “medicina china” auténtica frente a otras falsas, es, a todas
luces, una aberración histórica.
Universo basada en un complejo sistema de correspondencias, excluye cualquier
creencia espiritista. Podríamos llegar a decir, incluso, que las técnicas médico-daoístas
de los Han descansan en una concepción quasi-materialista del Universo. El primer
capítulo del Clásico Interior dice que para poder vivir mucho tiempo, hay que
adaptarse a los ritmos alternantes de yin y yang. Vale la pena reproducir aquí un
fragmento completo del mismo:
<<El Emperador Amarillo vivió en la antigüedad. Su nacimiento fue sobrenatural; de
muy pequeño ya era capaz de hablar, y siendo niño, podía discutir sobre todo aquello
que lo rodeaba. Cuando se hizo mayor fue alguien humilde, pero penetrante, y
finalmente, cuando alcanzó la consecución, ascendió a los Cielos.
Una vez le preguntó a su Maestro Celestial3:
- He oído decir que las personas de la más alta antigüedad, aún alcanzando los cien
años de edad, exhibían movimientos carentes de vacilación. Las personas de nuestro
tiempo, cuando aún no han llegado a la mitad de estos cien años, ya empiezan a
moverse con dificultad. ¿Esto es debido a alguna falla debida al paso del tiempo o a
algún problema de las personas actuales?
‘[El Maestro] Qi Bo 岐伯 respondió:
- Las personas de la más alta antigüedad conocían el Dao, se ceñían a las leyes del yin y
el yang, y vivían en armonía con los ciclos numéricos (shushu 數術)4; regulaban su
alimentación, eran constantes en los ritmos al acostarse y levantarse, y se abstenían de
trabajar en exceso. Por este motivo, su apariencia física y el estado de su shen, se
sucedían de acuerdo con su edad, y podían llegar al límite del tiempo que la Naturaleza
otorga, que es de cien años.
Las personas de nuestro tiempo no actúan de la misma manera: beben alcohol como si
fuese una necesidad vital, sin mesura; tienen relaciones sexuales bajo los efectos de la
embriaguez, deseando perder su esencia seminal (jing), y disipan todo aquello que
tienen de perfecto (zhen 真). No saben cómo mantener la plenitud, ni cuándo
preservar su shen. Se dejan llevar fácilmente por sus deseos, yendo en contra de lo
que debería ser una vida normal y feliz, no seguían ninguna regularidad en el momento
de acostarse ni de levantarse; por esto, cuando llegan a los cincuenta, ya están
declinando.
Los sabios de la más alta antigüedad instruían a sus subordinados en maneras de evitar
las insuficiencias, así como los funestos efectos de las energías patógenas como el
viento, a permanecer vacíos de pasión, en la vacuidad y la nada, de acuerdo con su
energía verdadera (zhenqi); a custodiar internamente su esencia espiritual, seguros de
que las enfermedades no los iban a afectar. De esta manera, sus voluntades eran
libres, y tenían pocos deseos, sus corazones estaban en paz y no conocían el miedo;
realizaban tareas físicas sin llegar a agotarse, en acuerdo con su propia energía, y las
llevaban a cabo de buen grado. Así, cualquier alimento les parecía atractivo, estaban
3
“Maestro Celestial” es un título empleado en el Daoísmo, lo que permitiría establecer un nexo entre
los orígenes de la medicina y la religión daoísta.
4
Arte esotérico relacionado con cómputos numerológicos para calcular lo que hoy llamaríamos
“biorritmos”.
satisfechos con sus ropajes, se contentaban en su normalidad, sin hacer diferencias
entre ricos y humildes: esto es lo que el pueblo llamaba “simplicidad” (pu 朴)>>5
En principio, esta idea comparte un fondo común con las creencias daoístas. En el
Clásico, el cuerpo aparece descrito como un conjunto de materias/energías/qi) de
cualidades diversas.
En el corpus de la medicina china, las energías más groseras, ligadas a las materias
terrestres, forman los huesos y la carne; las energías más sutiles, de esencia celeste,
están representadas por la sangre y el psiquismo. Los cinco órganos se corresponden
con los cinco elementos, que a su vez presentan resonancia con los cinco orientes (los
cuatro puntos cardinales más el centro), los cinco colores, las cinco notas musicales, las
cinco estaciones, los cinco sabores, etc.
En la ilustración del Neijing tu, el lenguaje médico se hace patente: la relación de los
riñones con el elemento agua aparece en la base de la figura, como ingrediente
principal de la inversión energética. En relación con este concepto, la actividad del
punto mingmen (la Puerta de la Vida) en la zona lumbar, correspondiente al quinto
punto de acupuntura del Vaso Dumai, del que hablaremos en el siguiente párrafo, es
un elemento esencial en la teoría médica china. La intensa llamarada dibujada en esta
zona del Neijing tu apunta a la importancia de elevar la temperatura interna del
cuerpo para poder alcanzar el calor adecuado capaz de transmutar las energías
intrínsecas.
El contorno de la figura, por otra parte, aparece esbozada a través de dos de los
grandes vasos energéticos del cuerpo: Dumai (el vaso gobernador), vía principal de
todas las energías yang de nuestro cuerpo, aparece descrito por su nombre en la parte
superior de la imagen, junto a su pareja, el vaso Renmai (vaso de la concepción), vía
por las que todas las energías de polaridad yin deben pasar. Estos dos vasos forman
parte del grupo genéricamente denominado Ocho Vasos Extraordinarios (qijing
bamai).
Estos vasos se definen en la filosofía médica china como depósitos capaces de regular
el flujo de energía por todos los meridianos regulares, aumentando su cantidad en
5
Huangdi neijing suwen 黄帝内經素問 (Clásico esotérico del Emperador Amarillo: parte Preguntas
Informales), cap. 1
caso de insuficiencia y absorbiendo el exceso en casos de plenitud. Respecto a las
funciones de los mismos, el famoso médico Li Shizhen 李时珍 escribió6: <<Los ocho
vasos extraordinarios no están subordinados a los doce meridianos regulares y carecen
de la relación exterior-interior que estos muestran: de ahí que se los denomine
“extraordinarios” (qi 奇). Los vasos extraordinarios son como lagos o pantanos,
mientras que los meridianos regulares son como canales de irrigación. Cuando los
vasos de los meridianos regulares están repletos, se vuelcan para llenar los vasos
extraordinarios. Por eso, Qin Yueren7 los comparó al agua de lluvia que “cuando cae
del cielo, hace rebosar los canales; cuando las inundaciones corren imparables, fluye
hacia los lagos y los pantanos”. He aquí la revelación del concepto secreto que no se
explica en los libros del [Eje] Mágico ni en las [Preguntas] Informales8>>.
6
Li Shizhen李時珍 (1518-1593) en Qijing bamai kao 奇經八脈考 (Investigando los Ocho Vasos
Extraordinarios). Texto incluido en Neigong tushuo 內功圖說 , (Ejercicios internos con ilustraciones),
parte xia.
7
8
Qin Yueren 秦越人 , nombre propio del médico semi-mítico conocido por Bianque 扁䳍 (s. II a.C.)
Referencia a las dos partes en las que se divide el Clásico Interior del Emperador Amarillo.
<<[La información sobre] los ocho vasos extraordinarios se halla esparcida entre una
gran cantidad de textos, si bien de manera parcial e incompleta. Si un médico no es
consciente de ellos, seguirán apareciendo tan abstrusos como las causas de las
enfermedades. Si un [seguidor de las doctrinas para llegar a ser] inmortal daoísta no es
consciente de ellos, hallará grandes dificultades para dominar el horno y el atanor.
[Aunque yo, Li] Shizhen, no soy muy inteligente, he ponderado cuidadosamente las
distintas afirmaciones y las he recopilado para que los estudiantes de los métodos de
inmortalidad y de medicina, puedan atrapar sus útiles palabras>>9.
La familiaridad con la nomenclatura de la medicina incluida en el Neijing tu permite
una identificación rápida de distintas funciones energético-fisiológicas que facilitan la
comprensión de las distintas fases del trabajo meditativo, así como la visualización de
la ruta correcta que la energía interna deberá seguir durante la práctica.
Dumai, el Vaso Gobernador, el canal dorsal que controla el yang y Renmai, el Vaso de
la Concepción, canal frontal que regula el yin.
9
Li Shizhen, op. cit.