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La más reciente encuesta de Datum revela que existe una percepción de la gente sobre la
división de dos de los partidos políticos más estables en el país: El Apra y Fuerza Popular.
El quiebre de estos partidos, desde sus bancadas congresales se produjo tras la frustrada
vacancia a Pedro Pablo Kuczynski, y que terminó con 10 votos fujimoristas que salvaron al
mandatario (a cambio de un indulto negociado para el ex dictador) y con un enfrentamiento
público entre dos figuras notorias del aprismo.
Luego de ello, el grupo de congresistas que lidera Kenji Fujimori, ha sido objeto de una
serie de sanciones al interior de su bancada. El menor de los Fujimori, con su padre en
libertad, anunció que no habría renuncias en Fuerza Popular pero sí pedía una serie de
cambios al interior de dicho movimiento, sin embargo, el comité central del partido decidió
hacer caso omiso.
Más bien, lo que se produjo en los últimos días fue un proceso disciplinario a los 9
congresistas que acompañaron a Kenji la noche de la vacancia, por desobedecer la consigna
partidaria de apoyar la salida de Kuczynski, además Bienvenido Ramírez y Maritza García
fueron separados de la Comisión Permanente, a pedido de la bancada naranja.
¿Disciplina, compañeros?
En el Apra, la situación, aparentemente, es más complicada. Tras la designación de Abel
Salinas y Javier Barreda como ministros de Salud y Trabajo, respectivamente, la Comisión
Política del partido de la estrella decidió expulsar a ambos militantes de la agrupación. En el
caso de Barreda Jara, calificaron la actitud de asumir la cartera ministerial como una
“felonía” de parte del ex dirigente.
Barreda es un militante de vieja data. Fue viceministro de promoción del empleo en el
segundo gobierno aprista, además en su juventud fue asistente personal de Agustín
Mantilla, uno de los personajes más allegados a Alan García. En el caso de Salinas, su
militancia también responde a una tradición familiar, al ser hijo del exministro de Economía
del primer régimen aprista, Abel Salinas.
Esta situación, sumada al enfrentamiento entre Mauricio Mulder y Jorge Del Castillo el día
de la votación de la vacancia, además de la presencia de este último en una reunión con
médicos apristas, saludando la designación de Salinas en la cartera de Salud, alimenta la
teoría de un quiebre que ya tiene años.
Fuentes del aprismo, aseguran que existe una corriente que está en contra de la posición
tomada en el partido tras la figura de Alan García. Esta corriente se manifestó en el último
congreso aprista donde Del Castillo, junto a Luciana León y otros partidarios, estuvieron en
contra del proceso de elección que designó al ex mandatario como presidente del partido, a
pesar que él anunció su retiro tras el fracaso electoral del 2016.
Las mismas fuentes, aseguran que existe una tendencia por buscar una renovación del
partido, lo que incluye un alejamiento de la figura de García Pérez y de la relación tácita
con el fujimorismo, representada por la corriente Mulder – Velásquez Quesquén, que
respondería a los designios políticos de AGP.