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CERCA

de Eduardo Pavlovsky
FIN DEL COMIENZO

Personajes: El
Ella

EL: Le digo que me cuente que me engaña. (Pausa.) Jugar con las figuras del engaño.
(Pausa.) Mundo de figuras - que me cuente cómo son. (Pausa.) Conocerlas. Sí, eso;
conocerlas.
ELLA: Me pide que lo engañe - que juegue con las figuras del engaño. No juego con las figuras
que él quiere que juegue - Juego con otras figuras.
Me gusta que él me pida que lo engañe - y que crea que no lo engaño cuando le cuento
cómo fue que lo engañé -; se desespera si no le cuento que lo engaño - quiere que juegue
con las figuras de su engaño. (Pausa.)
EL: Tuve deseos de preguntarle - pero sabía que era un juego: cualquier contestación estaba
trucada, porque no se podía preguntar nada fuera del juego - todas las preguntas estaban
incluidas en el juego - (Pausa.) De todos modos... no sabía qué quería que me dijera: la
excitación era la pregunta - el instante de nuestras miradas - el instante de su respuesta.
Cuando ella me decía que no me engañaba yo sabía que me mentía - que estaba jugando.
Yo quería que me dijese que me engañaba - sabía que de todos modos me mentía. Ese
era el juego. Que nunca pudiese saber la verdad. Yo preguntaba para que ella me
ocultara. Sabía que me mentía de todos modos. - Yo quería de ella exactamente eso que
ella hacía - sólo que yo no sabía qué era exactamente lo que ella hacía. Había un acuerdo
en el juego. La despreciaba cuando decía que no me engañaba, cuando quería que dijera
que me engañaba. (Pausa.) Ella no me engañaba cuando jugaba al juego que yo le
proponía, y yo sólo le proponía eso que ella hacía conmigo.
ELLA: Me pide que juguemos. Creo que no puede vivir sin jugar.
Lo que más le gusta de mí es que sabe que nadie jugará mejor al juego que me propone.
Por eso me lo pide a MI. (Pausa.)
Me pide que juegue a que lo engañe - me pide que le cuente cómo juego a que lo engaño.
(Pausa.) Yo le cuento cómo lo engaño - juego al juego que él quiere que juegue cuando le
cuento cómo lo engaño. (Pausa.) Me pide que le cuente - Después quiere que le diga que
todo era un juego - eso es otra norma del juego; que le diga que todo es un juego - cuando
le digo cómo lo engaño. Yo le digo entonces que todo es un juego.
No le miento. (Pausa.) Porque cuando lo engaño estoy jugando al juego que me pide que
juegue. Es parte del juego.
Yo no lo engaño. Yo juego al juego que él quiere que juegue. (Pausa.)
Me pide que juegue al juego de que le cuente cómo lo engaño, y yo lo engaño para jugar al
juego que él quiere que juegue. Son las reglas del juego. No lo puedo dejar de engañar
porque no podría jugar. (Pausa Larga.)
Hay una ingenuidad masculina. El no sabe que el juego que él me propone, cuando me
pregunta cómo lo engaño, es un juego inventado por mí - para que él juegue al juego de
proponer que yo lo engañe y yo juegue al juego de engañarlo. (Pausa.) Son puntos de
vista.
EL: (a Ella). ¿Me engañás? (Ella no contesta.)
EL: Lo que me extrañaba era su sombrero, una mezcla de gorro y de galera. Ibamos todos
caminando. El iba delante mío - yo no podía dejar de mirarlo - creo que le quedaba bien -
pero no podía dejar de mirarlo de todos modos - creo que era un gorro o una galera.
(Pausa.)
Era azul - creo que la primera vez que te conté te dije que era negro - pero ahora me doy
cuenta que era azul.
En realidad la forma era lo que más me llamaba la atención. Como esos flacos barrigones
que uno no puede saber sin son flacos o gordos.
Cuando entramos, la sala estaba repleta. Parecía que el sombrero estuviera hecho a su
medida porque, pese a todos los movimientos que hacía, el sombrero permanecía siempre
como inamovible – como si cabeza y sombrero siempre hubiesen estado juntos – quiero
decir que no era un simple sombrero encima de una cabeza que uno hubiera imaginado
alguna vez despojada - era como si esa cabeza y ese sombrero siempre hubiesen estado
juntos. (Pausa.)
Sí, en verdad, era eso lo que me atraía... la armonía... el fenómeno estético - había algo
magnífico en las proporciones... algo difícil de describir o de expresar. Sólo con vos puedo
expresarme con tanta libertad. Porque sé que siempre entendés el sentido último de mis
impresiones. (Pausa.)
El se sentó delante mío - mejor dicho, yo esperé que él se sentara para sentarme detrás.
Es que desde la posición posterior era donde la armonía alcanzaba su máxima intensidad -
donde cabeza y sombrero alcanzaban su máxima plenitud. De improviso alguien gritó:
¡Ché Sombrero! la voz había partido de un punto que yo ubicaba hacia mi derecha atrás
mío. Hubo unos instantes que me parecieron eternos. Tuve miedo que pensara que
hubiera sido yo - porque en realidad yo mismo podía haber gritado la misma frase - como
si alguien hubiese leído el curso de mis pensamientos, pensé, y me hubiera jugado una
mala pasada.
De improviso giró bruscamente su cabeza (Pausa.) hacia el punto de donde había partido
el grito - y creí visualizar una extraña sonrisa que se dirigió hacia mí, o hacia El otro.
Confieso que por unos instantes sentí celos -quiero decir una extraña sensación de
Exclusión al no poder discriminar si la sonrisa estaba dedicada a mí o al otro. Incluso tuve
la sensación de haberme ruborizado - pero la única posibilidad de resolver el dilema era
intentar visualizar al otro es decir que girara yo también mí cabeza hacía atrás y hacia mi
derecha. Pero sentía una enorme vergüenza - como si hubiera sido descubierto. (Pausa.)
Una extraña vergüenza... de modo que permanecí inmóvil -esperando que la incómoda
sensación se fuese disipando. (Pausa.)
Recién cuando tuve la absoluta seguridad de que mi rubor había desaparecido me levanté
sigilosamente y me fui. Pero me volví a ruborizar cuando caminaba solo por la calle.
Es difícil explicarse estas cosas... (Pausa ) y a veces siento que sólo vos en el mundo me
podés entender-. Sí, eso; - que sólo vos me podés entender -. (Pausa.) Extraño
sentimiento de vergüenza... de soledad...
ELLA: Lo veía a veces de vez en cuando - él me miraba - casi no me tocaba - quiero decir que
lo que yo sentía más importante era su mirada. Nunca se lo dije porque no lo hubiera
entendido. No hablábamos - nunca hablábamos - apenas nos tocábamos - lo importante
para mí era su mirada - su mirada era dulce - como la de un niño que hubiera cometido
una travesura - tenía miedo de mí - como de decir algo que pudiera no agradarme, y era
eso precisamente lo que más me gustaba - porque no hubiera sabido de qué hablar con él
- lo que me gustaba era esa mirada de temor que expresaba su imposibilidad de hablar. El
no sabía que era eso lo que más me gustaba - nunca se lo hubiera dicho (Pausa.), porque
tal vez hubiera entonces hablado - y yo no hubiera sabido qué decirle, porque sólo quería
que me mirase - porque no quería hablar con él - solo quería que me mirase...
EL: La primera vez - fue tan sorprendente.
ELLA: Lo importante eran esos momentos.
EL: Caminamos juntos un largo trecho sin hablarnos.
ELLA: No necesitábamos hablarnos..
EL: Fue un largo recorrido - creo que caminamos como dos horas tomados de la mano... como
dos niños perdidos.
Recuerdo que luego de caminar un largo trecho juntos - me preguntaste por qué habíamos
tomado ese camino, y yo te respondí que creía que estaba siendo guiado por vos.
Recuerdo que nos reímos y dijiste que es más fácil que el otro siempre sea el responsable
de la dirección o algo así.
ELLA: Nunca sabíamos si nos volveríamos a ver otra vez. Cada vez era la última - siempre la
última.
EL: Tenía miedo de no volvernos a ver.. .
ELLA: Cada vez que nos separábamos...
EL. Me parecía que era la última.
ELLA: Siempre la última.
EL: Por eso era tan intenso.
ELLA. Porque cada instante era despedirse.
EL: Imposible decirse adiós.
ELLA: Callábamos lo que los dos sabíamos - porque él no sabía si nos volveríamos a ver y yo
en cambio jugaba al juego de la "última vez" - pero sabía que todo volvería a recomenzar -
como siempre - como fue siempre - como será siempre.
EL: Me resultaba difícil expresarte que se me hacía imposible vivir hasta la próxima... y prefería
callar (Pausa.) Y sólo podía mirarte - (Pausa.) sólo podía mirarte en esos momentos.
ELLA: Lo que más me gustaba era su mirada - casi no nos tocábamos - tenía miedo de
decirme algo que me molestase y era precisamente eso lo que más me gustaba - esa
mirada de temor permanente que expresaba su imposibilidad de hablar...
EL: Prefería callar... porque te tenía miedo - y eso me hacía sentirme cobarde... Por eso sólo
podía mirarte - sólo mirarte...
EL: Cuando caminábamos por la calle, muchas veces me preguntaban si era mi hija: (Pausa.)
yo esperaba que ella respondiese - me parecía que era natural que ella contestase en mi
lugar:
¡No, "él no es mi padre" o “yo no soy su hija" pero ella callaba y me miraba con una mirada
cómplice que sabía que me turbaba y entonces se producía un silencio largo y penoso que
me obligaba a aclarar el malentendido rápidamente. Generalmente yo respondía: No tengo
hijos. Lo que habitualmente provocaba un nuevo malentendido porque el interlocutor
muchas veces interpretaba la palabra hijos en el sentido masculino del término. - Entonces
ella decía algo así como:
"A papá le gusta caminar conmigo" pero esta nueva contestación no aclaraba nada -
porque era una respuesta ambigua que podía hacer pensar que yo era su padre que le
gustaba caminar con ella - o simplemente que al padre de ella le gustaba caminar con ella,
pero la frase dicha en ese contexto parecía aludir a la primera posibilidad - es decir que yo
era su padre que me gustaba caminar con ella.
Ese tipo de ambigüedades le fascinaba -como si tomara todas las frases- y jugara con
ellas como piezas de un gran rompecabezas. (Pausa).
No sabía si era eso lo que gustaba...
Una permanente sensación de algo prohibido...
Tenía la virtud de convertir los gestos en...
Tenía la virtud de convertir los gestos en límites de la trasgresión.
Muchas veces esto se convertía en algo verdaderamente ridículo o penoso.
Se tenía la sensación de que se estaba cerca de algo parecido al límite -pero ella muchas
veces me enseñaba que los límites eran palabras inventadas.
Lo que más me fascinaba era la profesionalidad de sus gestos - no había movimientos
espontáneos - corno un felino que conociera cada uno de sus movimientos.
ELLA: Me llevaste a comer y te pusiste a llorar sin decirme nada. Yo recuerdo que apenas te
conocía. Tenías el menú en la mano y llorabas. No parabas de llorar. El mozo te miraba
sorprendido esperando el pedido.
Yo no sabía qué hacer. Me reprochaba de antemano todos los gestos que imaginaba
realizar.
Me reprochaba decirle al mozo que se retirara...
Me reprochaba intentar acariciarte la mano.
Me reprochaba retirarte el menú.
Me reprochaba iniciar el pedido sin consultarte -
Me reprochaba estar en silencio sin saber decir nada -
Me reprochaba levantarme de la mesa y dejarte solo -.
El mozo entonces comentó: ¿le pasa algo a su papá?, ¿quiere que llame a un médico? No
me pareció importante aclarar que no eras mi padre. Sólo le respondí: "No - no le pasa
nada, muchas gracias. Está emocionado porque se murió nuestra gatita ahogada en la
bañera". Esto último lo dije automáticamente - como si fuera un juego. Siempre digo algo
insólito frente a lo inevitable. El mozo respondió: "Hay cosas peores en este mundo"; y se
retiró.
Te levantaste de la silla y me dijiste: Por favor - vamos. (Pausa). Afuera llovía. Caminamos
juntos de la mano - como dos horas. Yo apenas te conocía. Sabía que estabas llorando.
Oía algunos sollozos. Pero no sabía qué decirte. Algo me decía que lo mejor era caminar
de la mano - mojándonos con la lluvia - pero sin hablar.
De repente me preguntaste: por qué no le dijiste al mozo que no eras mi hija y yo te
respondía otra vez automáticamente: porque esperaba que le dijeras que no eras mi
papá... (Pausa).
Me miraste - y seguimos caminando sin hablar: de repente me preguntaste por dónde te
llevaba y yo te respondí que pensaba que eras vos el que me guiaba -. Habíamos
caminado como tres horas... casi sin hablar, mojándonos en la lluvia - los dos de la mano.
ELLA: Tuve miedo de que no quisieras seguir. Estaba dispuesta a caminar toda la noche bajo
la lluvia acompañándote.
EL: Pensaba que mi generación era demasiado abrumadora -tenía miedo de aburrirla con mis
depresiones.
ELLA: Cada instante - cada momento - me parecía sorprendente -. Nunca podía haber
imaginado la poesía de aquella tarde caminando los dos bajo la lluvia torrencial en silencio.
EL: Creo que le dije que a veces los cuarentones aburrimos -(Pausa). Ella no me contestó y
tomé su silencio como afirmativo. Sentí una angustia insoportable - como que me
desplomaba. Creo que la lluvia torrencial impidió que gritase. (Pausa).
De repente descubrí que a nada le tenía tanto miedo como aburrir a alguien. - La sola idea
de imaginar que alguien se estaba aburriendo conmigo me resultaba terrorífico.
ELLA: Cuando me preguntabas cosas importantes yo no sabía qué responderte... prefería
callar. Sabía de tu ironía permanente frente a la tontería de la gente, tenía horror que
pensaras que era una nena tonta -. Por eso no te contestaba cuando me preguntabas.
EL: Cuando nos detuvimos en el café tuve miedo a preguntarle si quería pasar la noche
conmigo.
Pensé que estaba pensando: - "por hoy bastante" -, y yo no hubiera aguantado otra
frustración.
ELLA: Cuando me dijiste si quería que me acompañaras a mi casa - sentí que todo era
tremendamente doloroso, que mi silencio - te había resultado - como siempre - pensé
-abrumador y que preferías estar solo con... tus silencios... y ... sin... los míos.
EL: Cuando bajó del coche sentía que no nos volveríamos a ver - que nunca más me llamaría.
ELLA: Cuando bajé del coche sentí que no nos volveríamos a ver... que nunca más me
llamarías.
(Pausa larga)

EL: ¡BASTA! ¡BASTA! ¡Me voy! ¡No aguanto más! (Pausa).


ELLA: ¿Adónde?
(Pausa larga)

EL: Me quedo.
ELLA: Claro.
EL: Es increíble que me pase ahora.
ELLA: No te pongas nervioso.
EL: Pero cómo no me voy a poner nervioso.
ELLA: Si te ponés nervioso es peor.
EL: Disculpame.
ELLA: No tenés nada de qué disculparte.
EL: Tomé mucho. Si esperamos un ratito se me pasa.
ELLA: Esperemos el tiempo que quieras.
EL: Me pongo nervioso y es peor.
ELLA: Claro.
(Pausa larga)
EL: Ya está - me doy un baño y vuelvo.
ELLA: ¿Un qué?
EL: Un baño - así me relajo.
ELLA: Bueno.
EL: ¿Querés que me vaya? Total para lo que te sirvo.
ELLA: Yo quiero que te quedes.
EL: No puedo quedarme así.
ELLA: ¿Cómo?
EL: Así.
ELLA: Bueno - ni que fuera la primera vez.
EL: ¿Qué querés decir? ¿Que siempre me pasa lo mismo?
ELLA: No - yo quiero decir que otras veces lo tomás con más humor.
EL: Me voy a dar un baño.
(Pausa larga)
ELLA: Tengo miedo.
EL: Estoy cerca.
(Pausa)
ELLA: Tengo miedo
EL: Siempre a tu lado
(Pausa)
ELLA: Tengo miedo
EL: Abrazándote
ELLA: Tengo miedo
EL: Acunándote
ELLA: Tengo miedo
EL: Acariciándote
ELLA: Tengo miedo
EL: Protegiéndote
ELLA: Tengo miedo
EL: A tu lado
ELLA: Tengo miedo (Pausa.)
EL: Tengo miedo
ELLA: A tu lado.
(Pausa larga)
EL: No aguanto más. Estoy desesperado.
ELLA: ¿De qué?
EL: De vivir.

ELLA: Siempre decía lo mismo todas las mañanas (Pausa.)


EL: Es la última vez que volvés tan tarde.
ELLA: ¿Qué tienen que ver los afectos con los horarios? (Pausa.)
EL: ¿Cómo son?
ELLA: ¿Quiénes?
EL: Los otros.
ELLA: Diferentes.
(Pausa)
ELLA: ¿Cómo son?
EL: ¿Quiénes?
ELLA: Las otras.
EL: Diferentes. (Pausa.)

EL: ¿Me querés?


ELLA: No. (Pausa.)

ELLA: ¿Me querés?


EL: No. (Pausa.)

EL: ¿Me quéres?


ELLA: Sí. (Pausa.)

ELLA: ¿Me querés?


EL: Sí. (Pausa.)

EL: Lo que más me fascina es su misterio.


ELLA: Lo que más me fascina es que ya no tiene misterio.
(Pausa.)
EL: ¿Hasta cuándo?
ELLA: Hasta siempre. (Pausa.)

EL: Adiós
ELLA: ¿A dónde vas?
EL: A la cocina (Pausa.)
ELLA: Me voy
EL: No quiero que te vayas
ELLA: No quiero que te vayas
EL: Me voy (Pausa.)

EL: Tu irresponsabilidad me harta


ELLA: Tu responsabilidad me harta (Pausa.)

ELLA: ¿Por qué la mirabas?


EL: ¿A quién?
ELLA: A ella
EL: ¿Cómo sabés que la miraba?
ELLA: Porque sonreía (Pausa.)

EL: Estoy harto


ELLA: Estoy harta de que estés harto. (Pausa.)

EL: Tengo miedo


ELLA: Todas las mañanas decís lo mismo (Pausa.)

EL: Lo que me gusta de las mujeres es que tengan cara de inocentes. Las otras me asustan.
ELLA: Le asustan todas las mujeres. Las que tienen cara de inocentes le asustan un poco
menos. (Pausa.)

ELLA: Lo que más me gusta de los hombres es que son inocentes. (Pausa.)
EL: Tengo miedo
ELLA: Todas las mañanas decís lo mismo

ELLA: Tengo miedo


EL: Tengo miedo
ELLA: Tengo miedo
EL: Estoy a tu lado. (Pausa.)

EL: Quiero que me inventes una historia de hombres.


ELLA: Una vez conocía un hombre que...
EL: ¿Me engañás? (Pausa.)

EL: No me gusta competir. (Ella se ríe.) (Pausa.)

EL: ¿Era muy potente?


ELLA: Sí
EL: ¿Muy, pero muy potente?
ELLA: Sí
EL: ¿Su nombre?
ELLA: Nunca me acuerdo los nombres de los hombres muy potentes. (Pausa.)

EL: ¿Te gusto?


ELLA: ¿Cómo? (Pausa.)

ELLA: ¿Te gusto?


EL: ¿Cómo?

EL: Lo de la edad es una cosa sin importancia. Lo importante es la comunicación. (Ella tose. El
la mira). (Pausa.)

EL: Lo más importante entre nosotros es el sexo.


ELLA: ¿A cuál te referís? (Pausa.)

EL: El día que me vaya te vas a enterar antes.


ELLA: El día que me vaya no se va enterar antes. (Pausa.)

EL: ¿Y si nos arrepintiéramos?


ELLA: Ya es tarde. (Pausa.)

EL: ¿Y si recomenzáramos?
ELLA: Todo será igual - siempre igual.
EL: Creo que siempre es mejor hablar.
ELLA: Creo que lo mejor es no hablar nunca. (Pausa).
EL: ¿Quién nos acecha?
ELLA: El tiempo. (Pausa.)

ELLA: ¿Tenés miedo a la muerte?


EL: Estoy muerto. (Pausa.)

EL: Un poco de juego nunca viene mal.


ELLA: Y... si... a... vos... te... pa-re-ce... (Pausa.)

EL: ¿Soy reemplazable?


ELLA: Sólo a veces. (Pausa.)
EL: Hay una manera de alcanza la felicidad. (Ella tose. Pausa.)

ELLA: Tengo miedo.


EL: Estoy cerca. (Pausa)

EL: Tengo miedo.


ELLA: Todas las mañanas decís lo mismo. (Pausa.)

EL: ¿Adónde iremos?


ELLA: Donde nos dejen. (Pausa.)

EL: Lo mejores callarse.


ELLA: Es tarde. HABLASTE demasiado.
EL: El silencio como coro de voces
ELLA: El silencio como mil abortos
EL: El silencio cobarde
ELLA: El silencio heroico
EL: El silencio suicida
ELLA: El silencio ignorante
EL: El silencio místico
ELLA: El silencio arrogante. (Pausa.)

EL: Silencio
ELLA: Silencio
EL: El silencio como desaparición.
ELLA: El silencio como presencia.
EL: Silenciándonos.
ELLA: Silenciándonos.
EL: Todo el tiempo.
ELLA: Todo el tiempo. (Pausa.)
EL: ¿Qué somos?
ELLA: Una pareja.
EL: ¿Por qué?
ELLA: No lo sé. (Pausa.)

ELLA: ¿Qué somos?


EL: Una pareja.
ELLA: ¿Por qué?
EL: Tengo miedo.
ELLA: Todas las mañanas decís lo mismo.
EL: Miedo voraz.
ELLA: Miedo sin límites.
EL: Miedo hueco.
ELLA: Miedo plano. (Pausa.)

EL: Cosas simplemente cosas se decía juego de palabras infames que No resolvían sus
problemas fundamentales. Un juego de preguntas corresponden al mito y otros juegos de
preguntas corresponden al misterio.
ELLA: Comé que se enfría.
(Pausa larga)
ELLA: ¿Qué es tu angustia?
EL: No le era fácil - intentaba - repetía –
daba vueltas - se enroscaba - a medias
giraba sobre sí mismo
volvía sobre sí mismo
(Pausa)
ELLA: ¿No tenés ninguna esperanza?
EL: Este año no.

EL: ¿Y lo justo?
ELLA: ¡¿Cómo?! (Pausa.)

EL: Porque decía sentirse feliz.


Porque decía sentirse humillado.
¿Adónde lo llevaban todas estas cosas?
(Pausa larga)
EL: Un día tuvo un infarto. Me habló de un inmenso pudor de morir en la calle.
ELLA: ¿Pudor?
EL: Pudor de que los demás lo mirasen tirado en el zaguán.
ELLA: ¿Pudor?
EL: Pudor de que los demás le abriesen el cuello de la camisa.
ELLA: ¿Pudor?
EL: Pudor de no poder decir que no.
ELLA: ¿Pudor?
EL: Pudor de su impotencia.
ELLA: ¿Pudor?
EL: Pudor del desamparo.

ELLA: ¿Pudor?
EL: Pudor de la soledad.
ELLA. ¿Pudor?
EL: Pudor de las manos que lo arrastraban.
(Pausa larga)
ELLA: Sólo entiende del amor entre hombres.
EL: Sólo entiende del amor entre mujeres.
(Pausa)
EL: ¿Y si recomenzáramos?
ELLA: Siempre será igual - todo igual.
EL: Lo mejores callarse.
ELLA: Es tarde. Hablaste demasiado.
EL: ¿Qué somos?
ELLA: Una pareja.
EL: ¿Por qué?
ELLA: No lo sé.
ELLA: Tengo miedo.
EL: Ya es tarde.
ELLA: ¿Tenés esperanza?
EL: Estoy muerto.
ELLA: ¿Me querés?
EL: ¿Cómo?

EL: ¿Me querés?


ELLA: ¿Cómo?
(Pausa larga)
EL: Creo que deberíamos visitarle.
ELLA: No es prudente. Perdimos demasiado tiempo.
EL: Siempre fuimos bien recibidos.
ELLA: Hace mucho tiempo. No nos reconocerá. Vos llevabas
EL: Siempre fue un gran fisonomista. Nunca olvida las caras.

ELLA: No sabemos si vive todavía. (Pausa.)


EL: Nos perdonaría.
ELLA: Eran otros tiempos - otros circunstancias.
EL: ¿Pretendes que haya modificado sus valores - su manera de pensar?
ELLA: Eran tiempos de paz.
EL: Pero El no ha cambiado, siempre es el mismo.
ELLA: No nos perdonaría.
EL: Habría que explicarle los detalles - las circunstancias -los hechos - llevar pruebas de
nuestra inocencia.
ELLA: No tendríamos tiempo.
EL: Llevaríamos fotos - documentos - pruebas - le diríamos que no tuvimos responsabilidad.
ELLA: Nos pediría rectificaciones -. Rectificaciones de todos los procederes de estos años.
EL: Podríamos juntar firmas de personalidades influyentes - de los poderosos.
ELLA: Jamás lee los papeles de los que se han desviado.
EL: Tendríamos argumentos a nuestro favor. (Pausa.)
ELLA: No nos perdonaría.
EL: ¿Y si nos arrepintiésemos - si firmáramos nuestro arrpentimiento – si le jurásemos desde
hoy la total e incondicional fidelidad a sus normas y principios?
ELLA: Es tarde. Hablaste demasiado.
EL: Podríamos jurarle arrodillados, o tal vez... besarle... los pies - si fuera necesario.
ELLA: No nos creería, es muy sagaz. (Pausa.)
EL: Es cierto - descubriría que volveríamos a mentirle.
ELLA: Una y mil veces como siempre.
EL: Tengo miedo.
ELLA: Tengo miedo.
EL: Es tarde, hablamos demasiado.
ELLA: ¿Y si nos arrepintiésemos?
EL: Es muy sagaz - no nos creería. (Pausa.)

EL: Levantémonos.
ELLA: Basta.
EL: Lavémonos.
ELLA: Basta. (Pausa.)

ELLA: Besémonos.
EL: Basta.
ELLA: Desayunémonos.
EL: Basta (Pausa.)

EL: Despidámonos.
ELLA: Basta.
EL: Separémonos.
ELLA: Basta. (Pausa.)

ELLA: Regresémonos.
EL: (Pausa.)
EL: Reprochémonos.
ELLA: Basta.
EL: Gritémonos.
ELLA: Basta. (Pausa.)

ELLA: Reconciliémonos,
EL: Basta.
ELLA: Besémonos.
EL: Basta. (Pausa.)

EL: Comámonos.
ELLA: Basta.
EL: Mirémonos.
ELLA: Basta. (Pausa.)

ELLA: Planeémonos.
EL: Basta.
ELLA: Ilusionémonos.
EL: Basta. (Pausa.)

EL: Orémonos.
ELLA: Basta.
EL: Amémonos.
ELLA: Basta. (Pausa.)

ELLA: Besémonos.
EL: Basta.
ELLA: Jurémonos.
EL: Basta. (El realiza un chasquido de beso.)
ELLA: Basta. (Ella realiza un chasquido de beso.)
EL: Basta.
ELLA: Basta.
EL: ¿Si volviéramos a empezar?
ELLA: Todo será igual -. Exactamente igual.
EL: Estoy desesperado.
ELLA: Todas las mañanas decís lo mismo.
EL: Estoy harto.
ELLA: Estoy harta de que estés harto.

EL: Tal vez no le cuidamos demasiado.


ELLA. Eran épocas difíciles - no hubiera resistido de todos modos.
EL: Pero pudimos tal vez haberlo arropado - abrigado. Eran noches de invierno.
ELLA: Sus manos siempre permanecían calientes.
EL: Pensábamos que era por su fiebre.
ELLA: Recuerdo aquellos ojos que nos miraban. Tan bellos. No conocían el miedo.
EL: Parecía desconocer el peligro que acechaba.
ELLA: No se quejaba.
EL: No pedía.
ELLA: No exigía.
EL: No lloraba.
ELLA: No gritaba.
EL: No imploraba.

(Pausa larga)

ELLA: Recuerdo el día que tocó con sus manos mi cabello. Hacía horas que estábamos
agazapados - sin ropas - sin alimentos. Yo me di vuelta para mirarlo y entonces vi que
sonreía; sólo sonreía.
EL: El desconocimiento de otras circunstancias... tal vez si hubiera alguna vez vivido otros
momentos menos rigurosos.
Pienso que tal vez si le hubiera tocado vivir otra época
...más feliz, hubiera aprendido a llorar o a quejarse o tal vez a gemir ... por contraste.
Tomaba como cotidiano aquello que para nosotros era lo terrorífico.
ELLA: Tal vez pensaba que la VIDA era ESO. Un peregrinar sin rumbo fijo, siempre huyendo.
EL: Durmiendo a la intemperie.
ELLA: Con la llovizna golpeando nuestras caras.
EL: Aguantando todo tipo de golpes y sinsabores.
ELLA: Tal vez pensaba que la humillaci6n era un estado... natural o habitual...
EL: Desconocía la posibilidad de rebelarse
ELLA: De gritar
EL: De golpear
ELLA: De decir basta
EL: De ponerse de pie
ELLA: De arrancar la piel y los ojos con las uñas.
EL: De arrojar golpes por doquier.
ELLA: De llorar a los muertos.
EL: De enterrar a los seres queridos.
ELLA: De suicidarse al menos.
EL: Tal vez pensara que la cobardía era una virtud.
ELLA: Deberíamos haberle prevenido de todos esos males. De explicarle de otros momentos,
de otras circunstancias, de otras esperanzas. De tiempos de excepción.
EL: No hubiera entendido. El terror le parecía obvio. Estaba acostumbrado.

(Pausa)

ELLA: Tal vez se hubiera asustado si le hubiéramos hablado de otras posibilidades.


EL: De otro mundo
ELLA: Sin golpes
EL: Sin lamentos.
ELLA: Sin hambre
EL: Sin muertes y violencia.
ELLA: Sin débiles ni poderosos. (Pausa.)

EL: No hubiera comprendido, nos hubiera tomado por locos - por extravagantes, por
excéntricos.
ELLA: Hubiera pensado que delirábamos por la fiebre. (Pausa.)
EL: Tal vez estaba orgulloso de su época. (Pausa.) Tal vez la amaba en secreto.
(Pausa)
ELLA. Entonces tal vez estaba orgulloso de nuestras mentiras.
EL: Entonces tal vez estaba orgulloso de nuestras hipocresías .
ELLA: Entonces tal vez estaba orgulloso de nuestras desesperanzas.
(Pausa)
EL: Entonces tal vez estaba orgulloso de nosotros
ELLA: Tal vez nos admiraba en silencio

EL: Cuando sentía la inutilidad y la impotencia


ELLA: Cuando sentía la desesperanza
EL: Cuando sentía el hastío
ELLA: Cuando sentía el aburrimiento
EL: Cuando sentía el sin sentido
ELLA: Cuando sentía el absurdo
EL: Cuando sentía el para qué.
ELLA: Cuando sentía el morir de todos los días
EL: Cuando sentía los gestos sin sentido.
ELLA: Cuando sentía la perplejidad de lo cotidiano
EL: Cuando sentía el miedo al vacío
ELLA: Cuando sentía el miedo al infinito
EL: Cuando sentía la absurdidad de la naturaleza humana.
ELLA: Entonces se daba cuenta que desconocía el miedo a la miseria.
EL: Entonces se daba cuenta que desconocía el miedo a morir de hambre.
ELLA: Y entonces dudaba
EL: Y entonces dudaba
ELLA: Y dudaba
EL: Y dudaba
ELLA: La gran duda de la compensación
EL: Amén.
(Pausa larga)
EL: Odiaba ese nivel de conciencia... si conciencia se podía
decir de ese gesto de...
Si pudiera al menos dejar....
ordenación...
semiordenación...
preciso...
quiere decir...
si piensa
otra vez cautelosamente
Juntar
algo de eso...
Juntar...
algo de eso... (Bis.)
algo así como romper tabiques.
No es ésta, lo que... lo que... a veces pensaba... lo atormentaban las imágenes, porque a
veces se les presentaban como simples imágenes visuales y otras imágenes le remitían
ideas... imagen sin idea. Imagen con idea.
Una simple sensación asco-vergüenza; el miedo le inspiraba una imagen que a su vez le
remitía una idea.
Deduce que y a pesar suyo el acto le lleva a una comprensión de una idea... de algo,
seamos cautos de su existencia, experiencia de su transcurrir... que es experiencia.
Como incluir la vanidad, o la lucha en este tipo de razonamiento. No le era fácil la pausa, el
tener tanta recopilación de datos que a veces le parecían verdaderos torbellinos...
Sucesión...
No se atrevía a las preguntas fundamentales porque temía a un miedo que no soportaba...
la caída al abismo le decía a ese tipo de miedos... que paradójicamente le resultaban más
intensos que todos los otros temores...
Muchas veces se reprochaba de cobarde al no intentar formular esas preguntas
fundamentales... aunque la palabra cobardía le parecía demasiado teórica en relación a su
estadía experiencia.. De lo que se deduce que el miedo no era algo de lo que podía tan
fácilmente acostumbrarse...
Las circunstancias a veces le hacían pensar que podría haber adquirido con el tiempo una
especie de entrenamiento para sus miedos.
Miedo voraz.
Si hubiera habido algún antecedente
Algún momento inicial...
Algo parecido a un comienzo...
Tal vez un nacimiento...
Deducía de su EXPERIENCIA que se podría llegar al acostumbramiento o tal vez para
decirlo de una manera más precisa a un entrenamiento de... de...
No le era fácil.
Intentaba...
Repetía...
Se enroscaba (a medias)
giraba (sobre sí)
volvía sobre sí mismo.
(Pausa larga)
EL: Quisiera que me dijeras si soy el mismo de antes. Si he cambiado. Si mis palabras tienen
para vos el mismo sentido que cuando las pronunciaba en los mejores tiempos... que me
dijeras si mis miedos fueron siempre los mismos o si el avance inexorable del tiempo los
ha aumentado. Quisiera que me dijeras si mis discursos y mis teorías son sólo largas
excusas - infinitas excusas - interminables excusas - indescifrables excusas -
atormentadas excusas (Pausa.) frente a... mi... co... bar... día...
ELLA: No escucho sus palabras... escucho sólo el ritmo de sus palabras. Su ritmo me
acompaña siempre... en las largas noches de agonía (Pausa.)
Me he acostumbrado con los años a estudiar el ritmo de sus discursos. A veces hace una
pausa luego de una larga oración... inspira... y vuelve a acometer con otra larga oración.
Otras veces pareciera que su discurso es desordenado o caótico - pero una observación
minuciosa nos ayudaría a detectar una música muy particular - como una especie de
convulsión intensa a la que sigue una relajación lenta.
Por ejemplo cuando dice: (Todo esto dicho a gran velocidad.) Las mujeres adolescentes
rubias de flequillos me enloquecen hace exactamente 30 años. Jadeo profundo1 y nada
más me puede atraer tanto, como una fuerza incontenible que no puedo controlar, aunque
a veces también la dulzura de alguna morocha con ojos tristes me parece... Pequeña
pausa imperceptible que puede reemplazar ese impulso... lo que parece imposible de
superar es una mezcla de cara inocente de nena ingenua con cuerpo de mujer de curvas
acentuadas pausa para respirar lo que da al conjunto una mezcla de dos fuerzas que se
contradicen pero que qué - qué - qué - qué - qué - esta repetición sólo es registrable con
alta fidelidad, da a la estructura total un atractivo... pausa por la ausencia de objetivación
de un objetivo mm, mm, mm, atractivo, Repetición atractivo, Repetición inconsciente,
imagen que parece resurgir de viejas ideas aplastadas que resurgieron chasquido de
lengua lentitud del discurso de otras épocas.
Sería algo así como una cara de nena bebota pausa.
Con unas tetas y un culo sensacional risa sabia, y bueno esa risa zonza pausa esa es mi
perversión aquí hace una pausa larga de hombre sabio y generalmente cuenta una
anécdota tonta que él cree excepcional. Ríe solo, lo miro, dos risas profundas y una risita,
pausa larga, risotada como diciendo me las sé todas y me mira tremendamente inseguro
como temiendo haber hecho el idiota.
Ahora había de que pertenecemos a distintas épocas y se queda callado esperando que le
diga algo. Yo me voy del cuarto y él me sigue como un chico, me toma de los hombros y
me dice:
¿vos me querés?

EL: TE EXTRAÑE Y TE CELE Y ME VACIASTE CON TU AUSENCIA

1
Lo subrayado es lo marcado por Ella como alteraciones del rimo de El.

Y CLAMABA VENGANZAS - GRANDES ODISEAS Y CUANDO EL ODIO ERA INFINITO


PERCIBI QUE SOLO HABIA EN MI UN HOMBRE PERDIDAMENTE ENAMORADO.

ELLA: TODOS LOS FINES DE SEMANA VOLVES A ENAMORARTE.

EL: Cuando tengo celos me siento un burgués prejuicioso Cuando no tengo celos me siento un
burgués reventado
(Pausa.)
No me decido ...
ELLA: El amor cumple un ciclo - como los postres ricos - Enamorarse es eso - comerse una
torta de chocolate con ganas. Después se te pasan las ganas y la torta se acabó. El amor
se acaba también.
Si tenés muchos miedo - podés cortar la torta en pedacitos y comer un trozo por año. Claro
que no es lo mismo - se come con menos ganas; pero dura más - (Pausa.) Aunque se
endurezca y no sea rica. Pero puede durar toda la vida si la cortás en pedacitos chicos.

(Pausa larga)

El verdadero amor es así - se acaba - como los postres ricos cuando se comen con ganar,
Después la gente sigue junta por la soledad y la muerte. Pero eso es otra cosa.
EL: ¿Y los hijos?
ELLA: Los hijos no tienen nada que ver con todo esto.
Vos hablás de la culpa. No de los hijos. Yo hablo de la torta. ¿Entendés?
EL: Al principio creo que fue por celos. Ahora lo dudo (Pausa.) Largas caminatas... largas
noches de frío esperando la imagen de la confirmación.
ELLA: Me seguís. Siempre me has seguido. Presiento tu mirada detrás mío.
EL: Caminando por calles estrechas - buscando siempre algún bar que me permita visualizar la
puerta por donde la vi... entrar.
Necesito emborracharme. Perderme. La imagino saliendo por la puerta riendo a carcajadas
- con esa soltura que le conozco cuando no está a mi lado.
ELLA: Sé que me esperás. No sé donde pero sé que me esperás. Lo excitante es saberte "por
mí" en algún lado... vigilándome... (Pausa.) Sé como eres capaz de acechar...
Todo perdería sentido sin tu dolor...
Todo perdería sentido sin saberte tan cerca...
Todo perdería sentido sin...
EL: Me horroriza saber que pueda verme. Elijo el lugar estratégico para que pueda ver la
puerta de salida sin ser visto (Pausa.)
Siento pudor de pensar que alguien... en el bar... pueda percibir el acecho...
No tolero la mirada de nadie. (Pausa.) Un cigarrillo tras otro. Horas esperando la salida sin
distraerme un sólo instante. (Pausa.) Una momentánea distracción podría ser fatal.
La sé rápida - felina - ágil - capaz de atravesar la puerta en pocos instantes y desaparecer
- lo que a veces me impide levantarme de la silla para ir a orinar... A veces aguanto hasta
límites insospechados... pero el tiempo que transcurre vuelve la espera más excitante...
más atroz...
ELLA: Cuando después te encuentro y sé de tu... dolor, quisiera acercarme y hablarte... pero
sé que es en vano - que los dos necesitamos de la ceremonia... para continuar... PARA
continuar siempre... Así...
EL: He llegado a familiarizarme con los porteros... Siempre merodean las puertas del acecho...
apareciendo y desapareciendo... como si fueran actores de un drama, e intervinieran para
dar más realismo a la escena...
A veces algún niño que pasa por la puerta me sorprende - (Pausa.)
No es lugar para niños pienso, sin comprender demasiado...
Como si esa puerta hubiese sido construida sólo para el Acecho.
Pero cuando no hay siluetas en la puerta - vuelvo a sentirla aparecer de golpe con sus
risas...
Satisfecha...
Y Espero.. .
ELLA: ¿Dónde estarás hoy? ¿Qué largas horas de agonía te esperan?
EL: Es difícil marcharse del lugar porque sé que podría aparecer justo en el momento de la
retirada.
Pago rápidamente - evitando la mirada del mozo al que imagino conocedor de todo y me
dirijo entonces a la esquina más cercana a la puerta.
Pero me siento seguro en la intemperie...
Temo encontrarme con alguien que pregunte los motivos de mi presencia a esas horas por
esos lugares... Intento a veces marcharme - pero nunca lo consigo - porque tengo miedo
de quedar de espaldas a la puerta... y ser visto de atrás por ella en mi retirada...
reconocido... huyendo... avergonzado...
Sólo un presentimiento me suele arrancar del lugar... La idea de que ella estuviera en ese
momento llegando a casa acompañada. Preveo su descenso del coche, sus últimos
saludos... la despedida... y entonces busco desesperadamente un taxi...
hasta llegar a nuestra casa
y finalmente saber...
que está allí...
sonriendo...
y mirándome...
sin decir nada... (Pausa.)
sabiendo todo.
ELLA: Cuando enloquezco de celos te comprendo - pero sólo un instante - porque el odio me
envuelve hasta desear tu muerte y entonces olvido tus noches de insomnio y de tormento.
(Pausa.)

EL: ¿Y si nos fuéramos? (Pausa.)


EL: ¿Me quéres?
ELLA: No
EL: Hace cinco minutos me dijiste que me querías.
ELLA: Pero ahora te odio. (Pausa.)

ELLA: No me importa que te acuestes con ella - lo que no tolero es que la festejes. (Pausa.)
EL: Te siento más vieja
ELLA: Y vos sos prehistórico (Pausa.)
EL: ¿Me sentís realmente prehistórico?
ELLA: Sí, pero de vanguardia.
EL: El día que te conocí... (Pausa.)
ELLA: ¿Cómo?
EL: Nada - ya me aburrí... (Pausa.)
ELLA: ¿Y si jugáramos para pasar el rato? (Pausa.)
EL: No - me siento culpable
ELLA: (Distraída.) ¿Cuántos años llevamos juntos?
EL: Creo que 10 u 11 ¿no?
ELLA: (Rápido.) 9 y 6 meses, el 22 de agosto.
(Ella golpea con un dedo su rodilla. El golpea con un pie el piso.
Ella golpea con dos dedos en la rodilla. El golpea con dos pies el piso.
Ella golpea con dos pies el piso. El golpea con las dos manos la silla.
Ella saca la lengua y hace juegos. El saca la lengua y hace juegos.
Ella se para en la silla. El se arrodilla en el piso.
Ella sale de escena corriendo. El grita. Ella reaparece.
Los dos jadean largo rato. (Pausa.) Vuelven a jadear.
(Pausa.)
EL: Viejos tiempos
ELLA: Olvidados
EL: ¿Y ahora qué hacemos?
ELLA: Jugamos.
EL: No puedo, me siento culpable.

ELLA: ¿Y nuestros recuerdos? ¿Y nuestros sentimientos? ¿Qué haremos con ellos?


EL: Deberíamos enterrarlos.
ELLA: No hay más espacio. Todo está LLENO.
EL: ¿De qué?
ELLA: De LLENO.
EL: ¿Y si pidiéramos alguna ayuda u orientación?
ELLA: Tendríamos que perdonar y tampoco sabemos perdonar.

EL: Nos estamos ahogando.


ELLA: Nos estamos deshaciendo.
EL: Nos estamos matando.
ELLA: Nos estamos triturando.

EL: ¿Por qué?


ELLA: ¿Por qué? (Pausa larga.)

EL: Tal vez tiene que ser así.


ELLA. Tal vez... tiene... que... ser... así... (Pausa.)

EL: ¿Por qué?


ELLA: ¿Por qué?
(PAUSA LARGA. Se miran EXTRAÑADOS.)
EL: ¿Quién soy?
ELLA: ¿quién sos?
ELLA: ¿Quién soy?
EL: ¿Quién sos?
COMIENZO DEL FIN

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