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Febrero

10
Lección

06

Los bendecidos
permanecen bendecidos
 Spirit of Prophecy, tomo 1, pág. 320
1
Oyendo Balac que Balaam venía, salió
1 a recibirlo a la ciudad de Moab, que
está junto al límite de Arnón, que está
al extremo de su territorio. Y Balac dijo
a Balaam: ¿No envié yo a llamarte?
¿Por qué no has venido a mí? ¿No
puedo yo honrarte? Balaam respondió
a Balac: He aquí yo he venido a ti; mas
¿podré ahora hablar alguna cosa? La
palabra que Dios pusiere en mi boca,
esa hablaré.
El rey de Moab, informado de que
Balaam se acercaba, salió con un gran
séquito hasta los confines de su reino,
para recibirlo. Cuando expresó su
asombro por la tardanza de Balaam,
en vista de las ricas recompensas que le
esperaban, el profeta le dio esta
contestación: ‘Mira, ya he venido ante
ti; pero ¿podré ahora decir alguna
cosa? La palabra que Dios ponga en mi
boca, esa hablaré’. Balaam lamentaba
que se le hubiera impuesto esta
restricción; temía que sus fines no
pudieran cumplirse porque el poder
del Señor le dominaba.
Números 22:36-38; Patriarcas y profetas, pág. 420
2
Balaam dijo a Balac: Ponte junto a tu holocausto, y yo iré;
2 quizá Jehová me vendrá al encuentro, y cualquiera cosa
que me mostrare, te avisaré. Y se fue a un monte
descubierto. Vino Dios al encuentro de Balaam, y éste le
dijo: Siete altares he ordenado, y en cada altar he ofrecido
un becerro y un carnero. Y Jehová puso palabra en la boca
de Balaam: Vuelve a Balac, y dile así. Y volvió a él, y he aquí
estaba él junto a su holocausto, él y todos los príncipes de
Moab. Y dijo: De Aram me trajo Balac, Rey de Moab, de los
EL PRIMER INTENTO DE MALDECIR A ISRAEL

montes del oriente; Ven, maldíceme a Jacob, y ven, execra


a Israel. ¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y
por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado?
Con los nobles y los príncipes de Moab, el rey se quedó de
pie al lado del sacrificio, mientras que la multitud se
congregó alrededor de ellos, y todos esperaban el regreso
del profeta. Volvió, y el pueblo esperó oír las palabras en
contra de los odiados israelitas.
“Balaam confesó que había venido con el objeto de
maldecir a Israel; pero las palabras que pronunció
contradijeron rotundamente los sentimientos de su
corazón. Se lo obligó a pronunciar bendiciones.
Mientras Balaam miraba el campamento de Israel,
contempló con asombro la evidencia de su prosperidad.
Se lo habían pintado como una multitud ruda y
desorganizada que infestaba el país con grupos de
merodeadores que afligían y aterrorizaban; pero lo que veía
era todo lo contrario.
Números 23:3-8; Patriarcas y profetas, págs. 421, 422
3
Si Balaam hubiera estado dispuesto a
3 aceptar la luz que Dios le había dado,
habría cumplido su palabra; e
inmediatamente habría cortado toda
relación con Moab. No hubiera
presumido ya más de la misericordia de
Dios, sino que se habría vuelto hacia él
con profundo arrepentimiento. Pero
Balaam amaba el salario de iniquidad, y
EL PRIMER INTENTO DE MALDECIR A ISRAEL

estaba resuelto a obtenerlo a todo


trance.
“Balac había esperado confiadamente
que una maldición caería como plaga
fulminante sobre Israel; y al oír las
palabras del profeta exclamó
apasionadamente: ‘¿Qué me has hecho?
Te he traído para que maldigas a mis
enemigos, y tú has proferido bendijones’.
Balaam, procurando hacer de la
necesidad una virtud, aseveró que,
movido por un respeto concienzudo de la
voluntad de Dios, había pronunciado
palabras que habían sido impuestas a sus
labios por el poder divino. Su
contestación fue: ‘¿No debo cuidarme de
decir lo que Jehová ponga en mi boca?.
Números 23:11, 12; Patriarcas y profetas, pág. 423
4
Él tomó su parábola, y dijo: Balac,
4 levántate y oye; escucha mis palabras,
hijo de Zipor: Dios no es hombre, para
que mienta, ni hijo de hombre para
que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará?
Habló, ¿y no lo ejecutará? He aquí, he
recibido orden de bendecir; Él dio
bendición, y no podré revocarla. No
ha notado iniquidad en Jacob, ni ha
visto perversidad en Israel. Jehová su
Dios está con él, y júbilo de rey en él.
Embargado por el temor reverente
que le inspiraban estas revelaciones,
Balaam exclamó: ‘Porque contra Jacob
no vale agüero, ni adivinación contra
Israel. Conforme al deseo de los
moabitas, el gran mago había probado
EL SEGUNDO INTENTO

el poder de su encantamiento; pero


precisamente con respecto a esta
ocasión se iba a decir de los hijos de
Israel: ‘¡Lo que ha hecho Dios!’
Mientras estuvieran bajo la
protección divina, ningún pueblo o
nación, aunque sea auxiliado por todo
el poder de Satanás, podría prevalecer
contra ellos.

Números 23:18-21; Patriarcas y profetas, pág. 424


5
5

Entonces Balac dijo a


Balaam: Ya que no lo
maldices, tampoco lo
bendigas. Balaam
respondió y dijo a Balac:
¿No te he dicho que todo lo
que Jehová me diga, eso
tengo que hacer?
El rey de Moab,
desalentado y angustiado,
exclamó: ‘Ya que no lo
maldices, tampoco lo
EL SEGUNDO INTENTO

bendigas’. No obstante,
subsistía una débil
esperanza en su corazón, y
decidió hacer otra prueba.

Números 23:25, 26; Patriarcas y profetas, pág. 424


6
Y dijo Balac a Balaam: Te ruego que vengas, te llevaré a
6 otro lugar; por ventura parecerá bien a Dios que desde
allí me lo maldigas… ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh
Jacob, tus habitaciones, oh Israel! Como arroyos están
extendidas, como huertos junto al río, como áloes
plantados por Jehová, como cedros junto a las aguas. De
sus manos destilarán aguas, y su descendencia será en
muchas aguas; enaltecerá su rey más que Agag, y su reino
será engrandecido. Dios lo sacó de Egipto; tiene fuerzas
como de búfalo. Devorará a las naciones enemigas,
Desmenuzará sus huesos, y las traspasará con sus saetas.
Se encorvará para echarse como león, y leona; ¿quién lo
despertará? Benditos los que te bendijeren, y malditos
los que te maldijeren.
El mundo entero iba a maravillarse de la obra asombrosa
de Dios en favor de su pueblo, que un hombre
empeñado en seguir una conducta pecaminosa fuera de
tal manera dominado por el poder divino que se viera
EL ÚLTIMO INTENTO

obligado a pronunciar, en vez de imprecaciones, las más


ricas y las más preciosas promesas en el lenguaje sublime
y fogoso de la poesía.
Y el favor que en esa ocasión Dios concedió a Israel había
de ser garantía de su cuidado protector hacia sus hijos
obedientes y fieles en todas las edades. Cuando Satanás
indujera a los impíos a que calumniaran, maltrataran y
exterminaran al pueblo de Dios, este mismo suceso les
sería recordado y fortalecería su ánimo y fe en Dios.
Números 23:27; 24:5-9; Patriarcas y profetas, pág. 424
7
Se encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo sus
7 manos le dijo: Para maldecir a mis enemigos te he
llamado, y he aquí los has bendecido ya tres veces.
No salieron a recibir a los hijos de Israel con pan y agua,
sino que dieron dinero a Balaam para que los maldijera;
mas nuestro Dios volvió la maldición en bendición.
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros,
¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio
Hijo, lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará
también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los
escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que
condenará? Cristo es el que murió; más aún, también
resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que
también intercede por nosotros.
Nuestro gran Sumo Sacerdote está implorando por
nosotros ante el propiciatorio en favor de su pueblo
redimido. Siempre vive para hacer intercesión por
nosotros.
EL ÚLTIMO INTENTO

No olvidará a su iglesia que está en un mundo de


tentación. Contempla a su pueblo probado y sufriente, y
ruega por ellos… Sí, contempla a su pueblo en este mundo,
el cual es un mundo perseguidor, y todo está cauterizado y
dañado por la maldición, y sabe que necesitan todos los
recursos divinos de su simpatía y amor. Nuestro Antecesor
ha entrado velo adentro por nosotros, sin embargo, está
unido a su pueblo por la cadena dorada del amor y la
verdad en la más cercana simpatía.
Números 24:10, Nehemías 13:2, Romanos 8:31-34; Review and Herald, 15 de agosto de 1893

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