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En espíritu y en verdad

“Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren”.
(Juan 4.23)

Contrario a lo que casi todos los cristianos pensamos, la adoración es muchísimas cosas antes de ser
expresada en música. Es una sencilla lista de requisitos que, como cristianos/hijos de Dios, debemos
cumplir, claro, siempre y cuando queramos ser verdaderos adoradores, o sea, adoradores en
espíritu y en verdad.

Lastimosamente, solemos pensar que un buen grupo, buen equipado, que toque la música que a mí
me gusta es verdadera adoración, pero no necesariamente nuestros pensamientos coinciden con
los de Dios (Isaías 55.8), recordemos que nosotros sólo vemos lo que tenemos frente a nuestros
ojos, lo que Dios desecha, pero Dios siempre mira el corazón (1* de Samuel 16.7)

¿Cómo puede entonces un cristiano convertirse en un adorador en espíritu y en verdad?


No es nada del otro mundo, al contrario, es de lo más simple y sencillo del mundo, claro,
siempre y cuando se tenga a Dios bien presente en nuestro corazón.
1.- Actitud (Lucas 18.9-14)
El pensamiento del fariseo era bastante altivo: “Yo, por esforzarme en no pecar, soy mejor
que todos los que me rodean, no tengo necesidad de pedir jamás perdón, pues no lo
necesito, soy tan santo que orino agua bendita y debo caminar sobre niños porque no puedo
pisar la tierra corrompida”. Por el contrario, el pensamiento del publicano era muchísimo
muy humilde: “Señor, no merezco ni siquiera estar aquí, por eso no quiero alzar ni la mirada,
no soy digno de ver tu templo, pero si tú quieres, puedes limpiarme de mi inmundicia”
Hoy en día hay miles, tal vez millones de “cristianos” con ese pensamiento. Gente que
“merece” el sol, la luna, las estrellas y le quedas a deber. Cuando hay un pensamiento así
en nuestras vidas, no podemos ser verdaderos adoradores.
2.- Coherencia (Salmo 34.1)
Es sencillo ser un adorador en buenos tiempos, es fácil ver motivos para alabar a Dios en
abundancia. Pero es todo lo contrario en tiempos de prueba y necesidad. Necesitamos ser
coherentes con este Salmo, de verdad en todo tiempo.
Job es una excelente muestra de este versículo bíblico (Job 13.15) Pues Job estaba seguro
que en medio de todo, Dios siempre tiene el control.
3.- Debe ser antes en espíritu, luego en verdad, no al revés (1* de Samuel 16.7)
Al ver cualquier cosa a primera vista, es fácil cometer errores. Nuestra capacidad humana
de notar detalles está muy subdesarrollada, salvo por algunas personas muy específicas.
Por el contrario, Dios es especialista en detalles, y Él siempre mira, por sobre todas las
cosas, el corazón.

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