Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
William Ospina2
1
Cristian A. Sepúlveda Ardila, Cód (6001410256), Diego F. Bermúdez Linares (Cód. 6001411478), Contexto Nacional y
Global, grupo: 110D.
2
William Ospina. (2013). Pa que se acabe la vaina. 11/08/2017, de ESPA EBOOK Sitio web:
https://institucionelporvenir.files.wordpress.com/2017/02/pa_que_se_acabe_la_vaina_-_william_ospina.pdf
n. Las leyes son para los de ruana.
o. Elp aís más mestizo y más discriminante es el país que vive de apariencias y esconde
sus dolencias.
p. Estado como un formalista y no garantista.
q. Desde la literatura (la maria y la vorágine).Aporte global al texto.
2. ¿Cuáles son los valores y antivalores como nación? “los que nos hacen así”.
3. ¿Cuáles son los retos de los colombianos a mediano y largo plazo para que nos
dejemos de vainas?.
14. ¿Desde qué año las mujeres son sujetos de aplicabilidad en razón derecho al sufragio?.
RTA: 1957.
Referencias bibliográficas:
1. William Ospina. (2013). Pa que se acabe la vaina. 11/08/2017, de ESPA EBOOK Sitio
web: https://institucionelporvenir.files.wordpress.com/2017/02/pa_que_se_acabe_la_vaina_-
_william_ospina.pdf
2.William Ospina. (2013). Pa que sea acabe la vaina. Bogotá D. C.: Planeta Colombiana S.A.
3. masbono.com. (4/diciembre/2013). "Pa que se acabe la vaina" de William Ospina.
18/agosto/2017, de masbono.com Sitio web:
https://www.youtube.com/watch?v=8Xd_UGt_Z
DESARROLLO EXPOSICIÓN
2. Valores y Antivalores.
4. Didactica
ALEGRIA (Párr 2, pág 60) Esa típica frase del realismo mágico podría ser
algo más, podría ser el símbolo de algo grabado
en lo profundo de la conciencia de los
colombianos. A lo mejor es verdad que en esa
plaza, un día de 1928, se acabó un mundo: la
confianza que los colombianos habían puesto en
las instituciones de la república conservadora,
porque nadie ignora que a partir de ese
momento aquella república empezó a
desmoronarse, y con ella una época de la
sociedad colombiana, la época de la arcadia
campesina, de la aldea piadosa, hospitalaria y
confiada, donde se podía pescar de noche,
donde se podía saludar con alegría al que se
encontraba por el camino, donde no se tenía
miedo de los desconocidos. Pero la paz que
comenzó en 1902 no había durado treinta años,
y ya empezaban las tensiones y la violencia
fanática contra los liberales que denunciaría
Gañán en sus discursos famosos.
Amor (Párr 1, pág. 142) Aquí hay sabidurías milenarias. Aquí hubo
amor por esta tierra desde siempre. Nos hemos
deleitado recordando esas canciones, esos
libros, esas obras de arte. Nos hemos
conmovido recordando cómo hubo un tiempo
en que todo parecía empezar, en que el final de
una guerra nos dejó jóvenes y alegres, soñando
un país posible. Acaso el final de esta guerra sea
por fin el comienzo de ese país nuevo que tanto
hemos esperado. Las jóvenes generaciones
tienen que empeñarse en que eso ocurra, porque
Colombia no puede perder otros cincuenta años
en una guerra estéril, y trágicamente es verdad
lo que dijo García Márquez: que los seres
humanos, las estirpes condenadas a cien años de
soledad, no tendrán “una segunda oportunidad
sobre la Tierra”.
Fe (Párr 4, pág 12) Hay quien dice que uno de los primeros pasos
en esa dirección lo dio nuestro propio padre,
Simón Bolívar, quien en un momento dramático
de las guerras de Independencia renunció a
enfrentarse a las potestades de la Iglesia
católica, y por motivos que alguien nos
explicará algún día, permitió que la educación
clerical se abriera camino en la joven república.
(Párr, 3, pág 43) El mundo moderno puede embelesarse por un
tiempo en el sueño de una lengua internacional,
carente de matices locales, incolora y más bien
insípida, pero el sabor local, unido por supuesto
a una extraordinaria carga de humanidad y de
fuerza expresiva, no ha impedido que Homero
sea uno de los autores más vivos que circulan
hoy por el mundo, no ha impedido que un libro
tan tribal como la Biblia siga siendo, para
asombro de unos e impaciencia de otros, el libro
de Occidente, el que le dio forma a la lengua
alemana, el que inspiró las visiones de
Hölderlin, el que le enseñó a escribir a William
Shakespeare.
esclavitud (Párr 4, pág 10) Podría pensarse que nos unían el clima y el
ámbito geográfico al que pertenecemos, pero
ésta es la región donde la geografía se disgrega
y los climas se multiplican, donde los elementos
de la diversidad étnica y cultural se dispersan,
buscando cada uno su nicho más favorable. Por
algo los grupos de mayor contenido indígena
tendieron a buscar siempre la naturaleza y las
orillas de los ríos; por algo los esclavos
emancipados de sus amos (pero no de la
pobreza ni de la segregación) buscaron los
litorales apartados y formaron allí comunidades
marcadas a la vez por la pobreza, la solidaridad
y la refinada creatividad cultural; por algo los
blancos y los mestizos más europeos buscaron
siempre las áreas urbanas o los minifundios
igualitarios.
irrespeto (Párr 5, pág 59). A lo largo del siglo no hubo concesión política
hecha por el poder que no fuera negada
violentamente por fuerzas oscuras en las calles.
Los rebeldes reinsertados fueron muchas veces
eliminados después de haber confiado en las
instituciones, y finalmente ya ni siquiera se
esperó a que los insurrectos entregaran las
armas. A partir de 1986, los miembros pacifistas
de la Unión Patriótica, el partido político que
había sido fundado para que la guerrilla de las
FARC se reintegrara a la sociedad, fueron
asesinados por miles antes de que la guerrilla se
desmovilizara. Sus verdugos los acusaban de ser
guerrilleros, pero si fue posible exterminarlos a
mansalva en las calles es porque eran
ciudadanos inermes.
intolerancia (Párr 3, pág 43) Esa misma región antioqueña produjo la obra de
Porfirio Barba Jacob. La aldea clerical en que se
había convertido Colombia en la primera mitad
del siglo XX era asfixiante para todo el que
quisiera vivir y soñar. Barba Jacob padeció
todas las opresiones del país clerical: la
intolerancia, el desprecio por las gentes del
campo, la dictadura estética de la casta mestiza
que dominaba el país, la homofobia de la aldea.
desigualdad
deshonestidad
(Párr 4, pág 55) Pero no fue sólo eso sino que a partir de cierto
momento en Colombia no se movió una ficha
del tablero sin que el hermano poderoso del
norte lo supiera y lo aceptara. Decisiones que se
toman en los Estados Unidos determinan si los
campesinos de nuestras cordilleras siembran
maíz o café, si los empresarios de nuestros
valles producen azúcar, arroz o algodón, si los
fabricantes de muebles de Itagüí prosperarán o
fracasarán en su industria. Si en Colombia
avanza un proceso de paz, será porque los
Estados Unidos aceptaron las condiciones; si en
Colombia parece lejano un golpe militar, es
porque por ahora no forma parte de la estrategia
de los Estados Unidos apoyar cuartelazos, como
a mediados del siglo pasado.
injusticia
avaricia
imitación (Párr 4, pág 50) ¿Se proponían realmente hacerlo, o todo era un
arrebato de imitación y de simulación como el
que en otros tiempos los llevaba a despreciar la
música popular y a venerar la música sinfónica,
pero no a fundar una sola orquesta sinfónica ni a
ofrecerle a un solo niño la posibilidad de
acceder a un violín o un piano? Lo cierto es que
hoy, un siglo después de la invención del
automóvil, y más de cincuenta años después del
momento en que Colombia abandonó el trazado
de los ferrocarriles, la red de carreteras del país
da lástima comparada con la de muchas
naciones del continente. Los Estados Unidos, el
país al que siempre miraron nuestros
gobernantes, tiene cuatro millones de
kilómetros de carreteras; Colombia, a
comienzos del siglo XXI, tiene treinta mil
kilómetros de vías asfaltadas y apenas unos mil
kilómetros de vías de doble calzada. Su
dirigencia,
indiferencia
soberbia (Párr 3, pág 121) Es posible que nadie pudiera saber en ese
entonces la magnitud que tales cosas llegarían a
tener en nuestra sociedad, pero elegimos a
nuestros gobernantes porque pensamos que
entienden más que el resto de la gente lo que
está ocurriendo, y tienen muchos más
instrumentos que los demás para descifrar lo
que pasa
Divisionismo
Guerra (Párr 5, pág 59). A lo largo del siglo no hubo concesión política
hecha por el poder que no fuera negada
violentamente por fuerzas oscuras en las calles.
Los rebeldes reinsertados fueron muchas veces
eliminados después de haber confiado en las
instituciones, y finalmente ya ni siquiera se
esperó a que los insurrectos entregaran las
armas. A partir de 1986, los miembros pacifistas
de la Unión Patriótica, el partido político que
había sido fundado para que la guerrilla de las
FARC se reintegrara a la sociedad, fueron
asesinados por miles antes de que la guerrilla se
desmovilizara. Sus verdugos los acusaban de ser
guerrilleros, pero si fue posible exterminarlos a
mansalva en las calles es porque eran
ciudadanos inermes.
violencia (Párr 5, pág 59). A lo largo del siglo no hubo concesión política
hecha por el poder que no fuera negada
violentamente por fuerzas oscuras en las calles.
Los rebeldes reinsertados fueron muchas veces
eliminados después de haber confiado en las
instituciones, y finalmente ya ni siquiera se
esperó a que los insurrectos entregaran las
armas. A partir de 1986, los miembros pacifistas
de la Unión Patriótica, el partido político que
había sido fundado para que la guerrilla de las
FARC se reintegrara a la sociedad, fueron
asesinados por miles antes de que la guerrilla se
desmovilizara. Sus verdugos los acusaban de ser
guerrilleros, pero si fue posible exterminarlos a
mansalva en las calles es porque eran
ciudadanos inermes.