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Batalla de Puebla

En enero de 1862 las tropas francesas, españolas y británicas invadieron México en protesta por la
suspensión de los pagos de la deuda extranjera decretada por el Presidente Benito Juárez.

Los representantes de los gobiernos involucrados negociaron entre sí, logrando el mexicano que
españoles y británicos desalojaran el territorio nacional. Sin embargo el 17 de abril los franceses iniciaron
su avance en nuestro país. Aunque la deuda era un elemento importante, lo esencial en esta invasión era el
interés de Napoleón III en establecer un imperio americano que contuviera la expansión anglosajona.

El 5 de mayo los invasores franceses bajo el mando del general francés Charles Ferdinand Latrille, Conde
de Lorencez atacaron Puebla que era la última posibilidad de detener a los invasores antes de la Ciudad de
México y el control del país. Puebla estaba protegida por los fuertes de Loreto y Guadalupe en los que el
General Ignacio Zaragoza tenía casi 6 000 hombres con la orden de impedir el avance francés. El así
llamado “ejercito mexicano”, tenía sólo un tercio de militares entrenados, el resto eran reclutas y
voluntarios animados por el deseo de servir al país y no ser dominados por Francia; los generales Porfirio
Díaz y Zaragoza tenían sólo 32 años pero mucha experiencia en la Guerra de Reforma. Antes de entrar en
combate el General Zaragoza se dirigió a sus tropas diciendo:

“Soldados, os habéis portado como héroes combatiendo por la Reforma. Vuestros esfuerzos han sido
siempre coronados por el éxito. Hoy vais a pelear por un objeto sagrado, vais a pelear por la Patria y yo
os prometo que en la presente jornada conquistaréis un día de gloria. Vuestros enemigos son los
primeros soldados del mundo, pero vosotros sois los primeros hijos de México. Soldados, leo en vuestras
frentes la victoria y la fe. ¡Viva la independencia nacional! ¡Viva la patria!"

Tres veces los franceses asaltaron las posiciones mexicanas, sin lograr su objetivo y sufriendo numerosas
pérdidas. Los contingentes de los generales Porfirio Díaz, Miguel Negrete, Felipe Berriozábal y la
caballería del coronel Antonio Álvarez derrotaron al que en ese entonces era considerado el mejor ejército
del mundo. La soberbia y falta de visión de Lorencez que subestimó a su bien motivado enemigo fueron
determinantes en la derrota como también lo fueron la estrategia y el valor de los generales mexicanos.

El resultado de esta batalla alentó el ánimo de los mexicanos. Sin embargo, Napoleón III envió
30,000 soldados más, que finalmente lograron tomar la ciudad de Puebla al siguiente año, defendida por
el general Jesús González Ortega en sustitución de Zaragoza, que murió de tifo poco después de la gran
victoria.

El 5 de mayo es día de fiesta y solemne para la nación. La Bandera Nacional deberá izarse a toda asta.

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