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“...Por fin, Verónica consiguió salir del su tributo y con ello quedaba doblemente
pantano, aunque agotada por el esfuerzo, aplacado, no sólo porque la inmolación
y reposó un momento sobre la tierra en consiguiese saciar su brutal apetito, sino
brazos de Pablo. El gruñido rabioso de porque, además, la víctima era tan suya,
los perros ensañados con la carne y la nacida de sus entrañas y alimentada por
sangre de Vélez todavía se escuchaba co- sus mismas raíces.
mo terrorífica música de fondo. Pablo Pablo se refugió asustado en su interior.
echó una ojeada a lo que estaba ocu- Oculto en uno de ecos rincones de la con-
rriendo y trató de ocultarle a Verónica ciencia que se mantienen suspendidos al
con su cuerpo la vista de tan macabro margen del tiempo, un recuerdo vino a é1
panorama. Agachado sobre su amiga, con toda nitidez: la efigie de los peones
se sintió infinitamente pequeño frente junto al fuego en una noche de fínales de
al cañaveral inmenso y se acurrucó estío, como ésa. Juan y é1 estaban tirados
contra ella con todas sus fuerzas. Por sobre el pasto y, mientras veían pasar el
un momento, el bramido de los ani- mate de mano en mano, escuchaban la his-
males llegó a ensordecerlo y le pa- toria de los perros cimarrones, de cómo ha-
reció que no eran ellos sino el bos- ce muchos años la matanza indiscriminada
que entero el que rugía, con un de las reses, para quitarles el cuero, las as- "Peinadoras coyas" por Alda Armagtni
grito inhumano en el que, sin em- tas o el sebo, y el posterior abandono de
bargo, convergían todas las voces su carne en los campos, hizo que los pe-
que lo habían habitado: las alima- rros embravecieran por estas zonas y huye- El poeta jujeño Raúl Galán fue, junto a Manuel J.
ñas, los belicosos querandíes, los ran de las casas formando jaurías inmensas. Castilla, Nicandro Pereyra, Raúl Aráoz Anzoátegui, José
pequeños salvajes en su viaje de Retrocediendo en el grado de su evolución, Fernández Molina, Julio Ardiles Gray y Víctor Massuh, entre
iniciación, los trasnochados con- constituyeron auténticas manadas de chaca- otr os, el fundador y animador principal del grupo
quistadores, los gauchos, los les que vivían en cuevas escarbadas bajo la
militares guerreando contra el tierra llana y se convirtieron en enemigos tucumano La Carpa, aquella legendaria formación poético-
malón, los contrabandistas, los feroces de hombres y animales, hasta el intelectual que en 1944, alr ededor de un fir me y
peones, sus propios abuelos, punto en que hubo que organizar expedi- contundente manifiesto, sentó las bases iniciales para una
sus padres ... ellos mismos..., ciones militares para aniquilarlos. Imbuido renovación no solo de la poesía tucumana sino de toda la
un grito que se alzó clamoro- en sus recuerdos, alcanzó a decir: poesía del Noroeste argentino. Nuestro recuerdo con estos
so horadando el silencio de — Sacale los animales de encima,
la noche, un grito de terror que lo van a dejar en los huesos...” poemas.
y complacencia. Anhelante,
el tacuaral se estaba cobrando Fragmento de El Tacuaral- Pág 123-124
OTRA SIEMBRA
- Una tarde enterré con pena y llanto
Germán Walter Choquevilca, el poeta de Tilcara, Jujuy (1940-1987) supo cantar a su tierra, el cuerpo de mi madre, esa caliente
a los héroes de la independencia. A continuación dos de sus poemas con esta temática semilla del amor que duele tanto.
A 20 AÑOS DE SU FALLECIMIENTO
SILVINA BULLRICH, UNA SEMBLANZA
- Escribió unos cincuenta libros. La mayoría nove- tal como lo anhelaron los creadores de esta institu- nara su libertad. “Me gusta el dinero y las cosas que
las. Fue habitual que sus títulos resultaran best se- ción y dejaron plasmado en su estatuto fundacional. da el dinero, pero no soy capaz de sacrificar por él
llers. “Los burgueses” vendió 60.000 ejemplares. “Te Hizo traducciones importantes, como las de Gra- un ápice de mi independencia.” Eso lo supieron los
acordarás de Taormina” - quizás su novela más auto- ham Greene y Simone de Beauvoir. Ella misma fue hombres que la amaron.
biográfica e íntima - agotó 37.000 ejemplares en un traducida a varios idiomas. En 1961 obtuvo el primer Aunque pareciera dicho hoy, lo cierto es que Bull-
año. Sumado el conjunto, superó el millón de ejem- Premio Municipal por “Un momento muy largo” y “El rich expresaba hace cuarenta años: “Esto está cada
plares vendidos. Entre los sesenta y ochenta del siglo hechicero.” En 1972 el segundo Premio Nacional a la vez peor, estamos al borde del caos, espero que al-
pasado, sus lectores esperaban, ávidos, ‘el nuevo li- prosa imaginativa del trienio 1969-1971. En 1982 reci- guien se atreva a decirlo... El caos, no hay otra pala-
bro’ sobre el cual solía dejar caer algunos datos en bió de Francia - país al que visitara reiteradamente bra, yo por si acaso, se lo digo confidencialmente, he
las entrevistas que con frecuencia le hacían. Gráfica, desde niña - las “Palmas Académicas”. De acuerdo a mandado a EE.UU. toda mi fortuna, lo poco que ten-
radio y televisión no le fueron ajenas. Asombraba. Es- sus declaraciones, dedicaba ocho horas diarias al tra- go, claro está... Por eso yo ni un peso coloco en el
cribió, por ejemplo, una novela que transcurre ínte- bajo de escritor siguiendo un plan que le permitía país”.
gra mientras un novel periodista se empeña en hacer publicar un título cada año. La Nación, La Prensa y La Empero su generosidad siempre fue manifiesta. Un
funcionar el grabador portátil (“a casette”) para con- Gaceta la tuvieron como colaboradora. Con 30 años ejemplo es el dinero que donó a la Sociedad Argenti-
cretar el diálogo con su entrevistado; a la sazón un de su edad trabajó junto a Jorge Luis Borges en una na de Escritores (SADE) para un premio de novela re-
escritor. Los lectores, una y otra vez, entreveían en antología: “El Compadrito.” servado sólo a mujeres escritoras. También expresó:
esas novelas referencias directas a las vivencias - sen- Sus libros aparecían hacia fin de año. Eran lectura “Cada vez me siento mejor en estas tierras y menos a
timientos y pensamientos - de la autora quien, junto a obligada en vacaciones. Igual que Beatriz Guido, es- gusto en el extranjero. Me duele demasiado que nos
Marta Lynch y Beatriz Guido, irrumpió en la literatura cribía sobre situaciones de vida de la alta burguesía ignoren, que nos menosprecien, que nos juzguen, sin
argentina cuando era un territorio reservado a varo- exhibiendo las dolorosas, tristes y fragmentadas for- siquiera darnos la oportunidad de defendernos... Mi
nes. mas en que ésta se rompía y disolvía dando lugar a ciudad, sus casas, el cementerio de la Recoleta... So-
Frontal, concreta, precisa, nunca le importó ser nuevas conformaciones. bre todo esto está cimentada mi vida y mi obra. Por
“políticamente correcta.” Así fue Silvina Bullrich. Na- Fue una de las primeras mujeres que ejerció la es- Buenos Aires y para Buenos Aires escribo mis memo-
cida el 4 de octubre de 1915. De adolescente, la re- critura como profesión; esto es: tuvo en claro que por rias. Para toda la Argentina quizás...”
vista Atlántida publicó algunos de sus poemas. su trabajo debían pagarle con dinero. No con elogios, “Hay escritores - afirmó - para una elite, otros para Silvina Bullrich
Entabló una gran amistad con Manuel Mujica Lái- ni ramos de flores, ni invitaciones a comer. Derechos escritores y otros para la posteridad. Yo he sido una
nez quien la relacionó con Borges, Bioy Casares, Es- de autor por sus libros, pagos por columnas periodís- escritora para mis lectores contemporáneos. Sé que
tela Canto, Victoria y Silvina Ocampo. Trabajó de ma- ticas y honorarios por conferencias eran sus fuentes no voy a perdurar en la literatura, mi éxito es un éxi- Antonio Las Heras, doctor en Psicología Social. Ensa-
nera activa en la Sociedad Argentina de Escritores de ingresos. Cuando advirtió que aumentaban las so- to del presente.” yista. Preside el Instituto Humanístico de Buenos Aires y la Asocia-
(SADE) integrando algunas de sus comisiones directi- licitudes para que accediera a diálogos periodísticos, Falleció en el Hospital Cantonal de Ginebra (Suiza) ción Junguiana Argentina. (AJA) Integra la Comisión Directiva SADE
vas. Estaba convencida de la condición profesional no tuvo empacho en fijar un cachet. Pero siempre el 2 de julio de 1990. El mismo donde agonizó Bor- y de la Fundación El Libro.
del escritor y que la SADE debía ser el brazo gremial, hubo un límite en su vida. Nada aceptaba que cerce- ges. especial para Pregón