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DIRECCIÓN DE POSTGRADO
TUTOR: AUTORA:
DESCRIPCIÓN DE LA PROBLEMÁTICA
Desde la aparición de los primeros textos escritos, la historia y la literatura han estado
en constante interrelación; muchos han sido los relatos de sucesos históricos contados
a través de la narrativa literaria. Hazañas de los grandes héroes de la antigüedad y la
era medieval, fueron contadas, o más bien “cantados” a través de poesías como las
Homero en la Ilíada y la Odisea, que si bien por su perfecta composición se muestran
como abras de arte literario, exponen situaciones históricas de los héroes griegos; la
prosa presente en los escritos de Herodoto y Tucídides presentaron relatos de las
batallas de la sociedad griega, que si bien, llevan una intención primeramente
histórica, esos escritos pertenecían a una especie de “categoría y género literario”
(Moradielos, 2001, p.100); también versos, cuentos, novelas y otros géneros literarios
dieron cuenta de la historia de esos héroes y sus pueblos.
Con el paso del tiempo y en medio del proceso de evolución de la humanidad, ambas
disciplinas fueron tomando posiciones más independientes una de la otra; pero,
siempre trabajando en función del hombre como fuente de inspiración, cuestión que,
hasta nuestros días las mantiene vinculadas.
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Por su parte, la historia tomó posición independiente al asumir el método científico
como forma de estudio, apostando a la descripción neta de los hechos como la forma
más acertada de darlos a conocer; tanto, que se presentan postulados como el de
Ranke, cuya premisa apunta a “reconstruir una imagen real y verdadera, objetiva, del
pasado tal y como realmente sucedió” (Moradielos, 2001, p.155). Luego, ya para
finales del siglo XX comienza a percibirse un nuevo acercamiento entre la historia y
la literatura, todo esto en la medida en que los estudios históricos empiezan a verse
como hechos sociales, que deben ser contextualizados para analizarlos y explicarlos;
a decir de Bloch (1952), la historia se convirtió en una ciencia social que estudia,
verifica y explica las acciones de los hombres en sus relaciones con lo que le rodea.
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del discurso, conocer el contexto social que los autores reflejaron en cada una de
ellas.
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de Carabobo, que según Núñez (1983) fue fundada en el año 1732, y para esa época
pertenecía al Cabildo de Nirgua; del que se separa en 1835 cuando adquiere la
categoría de Cantón (subdivisión territorial que se daba a las provincias) y adopta
como parroquias a Bejuma, Canoabo y Miranda; merecer esta condición polítca le
costó infinidades de pugnas y dificultades con las autoridades de Nirgua y Valencia.
Pero, a decir de Acuña (2004) valió la pena, porque esa categoría le permite a
Montalbán adquirir gran prosperidad económica y un desarrollo cultural y social
capaz de disputarle a Puerto Cabello el segundo lugar como ciudad del Estado. Entre
los logros que refleja la autora, están: la construcción del primer acueducto que va a
surtir de agua a los pobladores, la creación de la escuela primaria y el progreso en el
cultivo a las artes, la música y la espiritualidad.
Las tierras fértiles de los Valles Altos de Carabobo han permitido que sea la
agricultura el fuerte económico de la región; el procesamiento y cultivo de añil es
considerada la primera fuente de riqueza de Montalbán, para finales del siglo XVIII
se construye una de “las mejores instalaciones de la Provincia para el proceso del añil
que entonces era el cultivo principal.” (Núñez, 1983, p.162), pero, esta actividad duró
aproximadamente unos diez años, dando paso a otros cultivos importantes.
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minera cuyo elemento central dinámico económico se enmarcó en la producción
petrolera.(p.49)”; considerándose el éxodo hacia esas zonas de producción petrolera
otro de los factores que contribuyó a la decadencia de la producción de café en
Montalbán; que más tarde, por incentivos de políticas de Estado fue sustituida por el
cultivo y procesamiento de la caña de azúcar.
El desarrollo económico durante los siglos XVIII y XIX favoreció el progreso social
y cultural de Montalbán, autores que han estudiado la historia local, coinciden en que
las actividades culturales, educativas y religiosas fueron referencia en la región por el
alto grado de desarrollo que alcanzaron, sobre esto aporta Acuña (2004) que “…se
vio florecer en aquellos años, no solo la literatura, sino la historia, la música, las
ciencias y las artes, las cuales eran proyectadas y divulgadas por sus órganos de
prensa local…”(p.87), y que también la Banda Municipal y otros grupos musicales
difundían las obras de los compositores locales en intercambios con otras
comunidades cercanas.
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El principal interés es el de desarrollar un trabajo investigativo que permita verificar
el contenido histórico que se presenta en la trama de la novela antes mencionada, para
así dejar ver que los hechos pasados de los pueblos se puede expresar a través de
medios menos rigurosos que los del quehacer histórico – científico.
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JUSTIFICACIÓN
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OBJETIVOS
Objetivo General
Objetivos Específicos
Valorar a partir del análisis del contenido de la novela la relación entre los contornos
sociales ficcionalizados y la realidad social.
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SECCIÓN II
FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA
Desarrollar una investigación histórica amerita revisar fuentes que permitan orientarla
y darle sustento; a este espacio de la investigación se le conoce como marco
referencial teórico, que es donde se ilustra al lector sobre las investigaciones previas a
la temática estudiada, el contexto histórico en el cual se enmarca y los parámetros
teóricos desde los cuales se comprende el problema en sus múltiples facetas.
(Ramírez, 2006: p.60).
En atención a esta postura, se tiene que, María de Castro Zumeta (2003) en su libro
“`Política Feminista`: Economía y Sociedad de Valencia (1899 – 1908)” realizó un
análisis de la obra del escritor venezolano José Rafael Pocaterra, titulada“Política
Feminista o el Doctor Bebé” donde pudo determinar las características de la sociedad
valenciana entre los años 1899 y 1908, las cuales fueron plasmadas por Pocaterra en
su novela, pero estaban envueltas en lo ficticio que todo género literario de corte
narrativo debe tener y se le dio validez histórica con el trabajo hecho por De Castro
Zumeta.
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titulada “Historia y Mito en la novela `La Capa Roja` de Mercedes Franco”, a través
del análisis del discurso literario, estableció la relación entre la realidad histórica de la
vida del fundador de Mérida, Juan Rodríguez Suárez y la ficción inyectada por
Franco como elemento esencial de la novela.
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modelo de Scott, las novelas que podían considerarse históricas debían cumplir con la
presencia de ciertos elementos meramente scottianos que el autor antes mencionado,
en su obra “Historia y Ficción en la Novela Venezolana”, esquematizó de la siguiente
manera:
Este esquema, a decir del propio Alexis Márquez Rodríguez comienza a evolucionar;
la evolución se hace expresiva cuando se comienzan a trabajar hechos muy antiguos
al presente del novelista, cuestión que rompe con uno de los cánones del modelo de
Scott, expresa también que aparecen novelas donde los episodios narrados son de
países y culturas lejanas al escritor. Otro cambio visible se muestra en la gran
significación que se da a los personajes importantes que forman parte del hecho,
haciendo con ellos la acción principal, dejando lo ficticio y los personajes menores en
un segundo plano; el autor afirma que éstos y otros cambios, sin proponérselo, llevan
a la reformulación del concepto de novela histórica, y que es la literatura
hispanoamericana la que hace significativo aporte, con obras como La Gloria de Don
Ramiro (1908) del argentino Enrique Lareta(1875-1961), que aunque mantiene casi
toda la estructura scottiana, incluye la novedad del modernismo literario. Agrega que
otra novedad es la aparición del nacionalismo en las novelas históricas, que tiene sus
primeras expresiones en novelistas como Mariano Azuela (1873-1952) y Martín Luis
Guzmán (1887-1977) entre otros, que empezaron a tratar temas en los cuales fueron
actuantes y testigos directos (la Revolución Mejicana).
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Siguiendo la línea de los rigurosos estudios de Márquez Rodríguez, tenemos que el
venezolano Arturo Uslar Pietri (1906-2001) también colabora en la renovación del
género; ya que, en su novela Las Lanzas Coloradas (1930) relata sucesos de la guerra
de independencia venezolana y en la narración hace converger “de manera magistral
lo ficticio en lo histórico, sin que deje ver suturas en el texto” (p.45).
El hecho de que las situaciones reales ocupen casi la totalidad del texto, forma parte
fundamental de la evolución de la novela histórica; de introducir tal característica se
responsabiliza también a Uslar Pietri con El Camino del Dorado (1947) y al cubano
Alejo Carpentier (1904-1980) con El Reino de este Mundo (1949) donde la narración
de los hechos es tan cargada de realidad, que lo ficticio es casi inapreciable. Ya con
esto, dice Márquez Rodríguez se rompe definitivamente y para siempre con el
esquema europeo de la novela histórica. Pero se considera que a pesar de tales
cambios, se sigue manteniendo en la esencia de su composición, el suceso real y la
ficción.
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REFERENCIAS
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