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BANGLADESH

Una reciente inspección encontró más de 80 mil violaciones a las normas de seguridad
en fábricas de ropa en Bangladesh, donde el 85% de los trabajadores son mujeres.
Palizas a trabajadores, menores esclavizados y ninguna medida de seguridad contra
accidentes. Es la vergonzosa situación de muchas fábricas textiles en Bangladesh.
Jóvenes que reciben un manotazo en la cabeza de su supervisor y les dice que se
concentren en su trabajo. Chicas abofeteadas, a las que dan patadas o a las que
golpean con los pantalones que acaban de confeccionar. Les gritan por estar distraídas,
por no ser demasiado rápidas o incluso por moverse del puesto para rellenar una botella
de agua. Aquí no hay tiempo para descansar. Al maltrato físico y psíquico de
trabajadores, que en algunos casos no llegan a los 12 años, se une otra realidad. Puertas
de emergencia selladas, cadenas y candados en las salidas de incendios. Ninguna
seguridad ante una posible tragedia. Por cosas como éstas casi 1200 trabajadores
perecieron en el derrumbe de un gigantesco complejo textil de la capital de Bangladesh.

ESPAÑA

El problema de la baja productividad española es un lastre para la economía, del que en


muchas ocasiones hemos sido advertidos por multitud de organismo internacionales.
Son muchos los factores que determinan la productividad de un país pero entre ellos, sin
duda, se encuentra la productividad de los trabajadores.
Flexibilidad laboral, sueldos acordes con los trabajos realizados, incentivos a los
trabajadores, etcétera.
En España se dan circunstancias laborales, por término general, peculiares dentro del
seno de las empresas a la hora de remunerar a los trabajadores. Si la economía de la
empresa se encuentra en una situación boyante donde los beneficios son altos, el sueldo
del trabajador se mantendrá fijo, en el caso contrario, una situación económica
desfavorable (reducción de beneficios, pérdidas, etc.) repercutirá negativamente en el
sueldo del trabajador, en muchos casos reduciéndolo por el bien de su puesto de trabajo
o por el imperativo de la liquidez.
La cultura empresarial española aun se centra en más horas de trabajo, mayor sueldo
olvidándose de los incentivos al trabajador y la organización de las horas trabajadas, es
decir, se han de promover unos objetivos definidos orientados a aprovechar la jornada
laboral. No quien pasa más horas en la oficina trabaja más.
La flexibilidad laboral es otro de los problemas que inciden en la productividad de los
trabajadores y por tanto en la productividad total de la empresa.
Horarios más flexibles. Un trabajador satisfecho y con capacidad de decisión es mucho
más productivo que aquel que no se siente a gusto en su puesto. Permitir compatibilizar
el ocio, la familia, etc. con el trabajo mejora la calidad de vida del trabajador y su
rendimiento laboral.
De aquí se deriva la idea de rigidez empresarial española y la escasa estructuración de
los cuadros de mando, pérdidas de tiempo, etc.
La orientación de las empresas a aumentar su beneficios muy rápido en el corto plazo a
costa de salarios reducidos que desincentivan al trabajador. Licenciados o diplomados
que no cobran en función de sus conocimientos o estudios o trabajadores sin estudios
con sueldos cada día más erosionados por la inflación, “el impuesto de los pobres”.

REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

La realidad laboral de la época se caracterizaba por la ausencia total de


condiciones y garantías que hoy son comunes. No existían los contratos de trabajo, las
jornadas laborales se podían extender por doce o más horas, no había sistemas de
previsión y de salud ni de salarios mínimos. En general, ninguna normativa que velase
por los intereses de los trabajadores. Las huelgas eran ilegales, y cuando se producían
eran reprimidas con violencia. Muchos problemas, además, derivaban de la gran
concentración humana que vivía en las ciudades. El hacinamiento y las escasas
condiciones de higiene facilitaban la propagación de enfermedades.

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