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Los niños de la talidomida

A través de los últimos años, el hombre ha ido innovando su manera de desarrollar


medicamentos más efectivos para el tratamiento de diversas enfermedades.
Propiamente esta parte de la ciencia es denominada química farmacéutica, la cual
tiene como objetivo la obtención de fármacos que brinden un bienestar en las
sociedades. Ha sido de gran importancia a lo largo de la historia, ya que gracias a
esta rama se ha permitido prolongar el tiempo promedio de vida de las personas,
mejorar la calidad en la salud y prevenir futuras afecciones que en periodos anteriores
han sido mortales. Se trata de una rama muy profunda dentro de la química y con alta
complejidad, ya que requiere conocimientos de otras ramas afines, tales como la
bioquímica, química orgánica, química combinatoria, bioinformática, etc. Por la
relación estrecha que se presenta entre la Química farmacéutica y el sector de la
salud, es evidente su gran importancia y el papel que juega en la actualidad; por tanto,
los profesionales a cargo deben estar capacitados y ser conscientes de la actividad
que se está desempeñando, los químicos farmacéuticos deben obedecer a ciertas
responsabilidades asociadas en el oficio de ejercer la ya mencionada profesión, por
tanto, cabe mencionar algunas de estas responsabilidades:
1)Optimizar los procesos en síntesis de fármacos; es decir, el profesional debe
garantizar que cada proceso realizado a nivel industrial sea altamente eficiente y
genere el mayor beneficio para las partes implicadas: propietarios-consumidores.
2)Cumplir todas las normas inmersas en el sector; respecto a los estatutos que se
deben seguir, se mencionan las normas técnicas y éticas, las primeras hacen
referencia al manejo de reactivos y personal, manipulación y tratamiento de equipos
e instrumentación, seguimiento de los parámetros científicos y demás temas
relacionados en el sector. Mientras las normas éticas remiten directamente a la moral
profesional, ya que, debido al gran acceso y manejo de conocimiento, este pudiese
ser aprovechado de manera inadecuado, por tanto, los químicos farmaceutas deben
estar ceñidos a un código que indica que es permitido dentro del campo, y que
prácticas deben ser evitadas.
3)Garantizar productos de alta calidad; los consumidores finales de los compuestos
sintetizados depositan su confianza en los profesionales que están capacitados para
brindar fármacos de excelente calidad, y por tanto ejemplificando; si se encuentra
rotulado un jarabe con un principio activo a una concentración, ésta debe realmente
ser la que está reportada y no inferior, con el fin de minimizar gastos internamente.
4)Participar activamente en investigación, esto es de gran importancia en el sector de
la farmacéutica, ya que el profesional debe estar en la constante búsqueda e
innovación de compuestos de interés los cuales brinden mayor efectividad y menos
efectos secundarios a largo plazo. Se tiene por ejemplo los ya mencionados y
difundidos casos de resistencia bacteriana y viral que se presentan en la actualidad,
entonces es necesario optar por nuevos compuestos bactericidas o bacteriostáticos
que permitan solucionar o mejorar el problema.
5)Manejar adecuadamente los residuos generados; en la actualidad, se sabe que el
problema de contaminación es de interés para todos los países, ya que, debido a
tantos años de descuido en el tema ambiental, esto ha repercutido de manera
irreversible en ecosistemas, por tanto, en todas las formas de vida y recursos allí
inmersos. En las industrias farmacéuticas se generan grandes cantidades de
desechos peligrosos, tales como ácidos y bases fuertes, compuestos cancerígenos,
metales pesados, entre otros. Por tanto, el químico farmaceuta debe realizar los
manejos y tratamientos adecuados para estos residuos con el fin de generar de
generar el mínimo impacto ambiental.
Después de mencionar algunas de las responsabilidades que implican el oficio de la
química farmacéutica se dimensiona la importancia, nivel de conocimientos,
capacidad de análisis y habilidad en resolución de problemas que deben tener los
profesionales que ejercen esta rama de la química, y que en algún momento deben
ser aplicadas con el fin de dar respuesta a casos reales y que ocurren en la
cotidianidad. Es pertinente puntualizar entonces un caso en el cual el químico tenga
responsabilidad; en el surgimiento, tratamiento o solución de una problemática afín.
En la década de los 90, la población de Kassel, una localidad mediana en el centro
de la república alemana, contaba con una industria en la cual se sintetizaban los
excipientes para la producción de fármacos, los cuales eran distribuidos a nivel
nacional. Para ese entonces, no se encontraba una regulación establecida en cuanto
al manejo de residuos y temas ambientales, entonces, dicha industria, próxima a una
fuente hídrica, realizaba un vertimiento masivos a las aguas de ácido clorhídrico,
necesario en algunos procesos de síntesis, y también; vertimientos menos periódicos
de Hidróxido de sodio, ambos compuestos mencionados, generaban cambios
drásticos de pH en el agua, y al pasar el tiempo, afectó de manera significativa las
formas de vida allí inscritas. Posteriormente, cuando empezó a regir una normativa
que regulaba las industrias y su efecto ambiental, identificó la situación allí ocurrida.
Se impusieron una serie de multas y condiciones para seguir ejerciendo actividad, se
obligaba a realizar un tratamiento adecuado y efectivo de residuos. Para ello, se
realizó la contratación de químicos, con experiencia en farmacéutica, los cuales
debían ejercer su responsabilidad y dar una correcta solución del conflicto allí
generado. Para ello, se recolectaron todas las cantidades de ácidos y bases, y
conociendo su concentración, se logró realizar su posterior neutralización y formación
de sales inertes, las cuales generaban un impacto ambiental mínimo. De allí se logra
recalcar el papel del químico y la importancia en cuanto a las responsabilidades que
se tienen en el oficio de la química farmacéutica.
Como ya se mencionó, el fin de la farmacéutica es lograr la obtención de compuestos
que beneficien la sociedad, con la menor cantidad de efectos secundarios, pero no
todos los fármacos son la excepción, a mitades del siglo XX en Alemania se sintetizó
la talidomida que, sin duda, cambiaría la vida de muchas personas y de toda una
generación.
En el verano del año 1957, la compañía Grünenthal GmbH llegó al descubrimiento
de un fármaco que podría disminuir el estrés y actuaría como sedante en mujeres de
uno a tres meses de gestación y de esta forma, las mujeres podrían vivir un embarazo
más tranquilo. Pero de un momento a otro se empezaron a ver repercusiones en la
ingesta del medicamento, pues empezó a surgir la focomelia en los infantes recién
nacidos, y esto fue motivo de preocupación para los químicos orgánicos y
farmacéuticos. Empezaron a surgir malformaciones en los fetos y aún no se
encontraba respuesta a este anti efecto, así que se tenía que llegar al fondo del
problema, y allí empezaron tanto en España como en Alemania y los países bajos
estudios sobre este medicamento.
Inicialmente se sospechó de una posible epidemia, la cual estaría generando dichas
afecciones, pero para el periodo en el cual esto ocurrió, la química instrumental no se
encontraba lo suficientemente desarrollada, como para identificar de forma sencilla y
efectiva la composición orgánica en fármacos. Después de muchos exámenes y
procesos hechos al compuesto comercializado, se dedujo que misteriosamente
existían dos talidomidas, una de interés, y una contraria, que generaba efectos
adversos, así que los químicos orgánicos empezaron a tener en cuenta la
estereoquímica, ya que esta podría determinar si la talidomida que se daba al usuario,
era la apropiada. Así pues, se instauró el término de configuración R o S de una
molécula, sólo si ésta giraba la luz polarizada de un instrumento llamado polarímetro.
La talidomida en efecto, giró el plano de la luz polarizada y se determinó que podría
tener dos configuraciones, una S que giraba hacia la izquierda y la R que giraba en
sentido de las manecillas del reloj. A pesar de que la fórmula química de las dos fuera
la misma, se encontró quiralidad en algunos carbonos y se llegó a la conclusión de
que la talidomida era un medicamento muy particular.
El tiempo que llevó descubrir que la talidomida contaba con enantiómeros1 ya habría
traído repercusiones a la humanidad, pues ya se encontraban en todos los hospitales
de España miles de casos de focomelia y era de vital importancia detener el expendio
del medicamento. Muchos médicos y químicos orgánicos empezaron a separar las
dos moléculas y así suspender la (S)-talidomida, trabajo que costó muchísimo más
dinero del que se invirtió para la sola sintetización del fármaco. Hoy en día no se tiene
registro sobre existencia del (S)-talidomida, fue totalmente suspendido y controlado
por las entidades farmacéuticas del mundo.
En nuestros días, los efectos de la talidomida han dejado una huella imborrable en
muchas personas que nacieron en aquella época, pues las dificultades para
incorporarse a la sociedad han sido un impedimento para su desarrollo laboral y
cultural. Sus extremidades no se pudieron desarrollar gracias a que este es un efecto
de la focomelia y la adaptación a un mundo laboral era la mayor de las dificultades.
Pero el punto positivo es que en su totalidad el fármaco ha sido detenido en todo el
mundo para el tratamiento de las mujeres en embarazo, y se utiliza como medicina
para la lepra en países como Etiopía y Brasil.
Entonces, la identificación y remoción del enantiómero por parte de los químicos,
permitió que la problemática fuera detenida y no se permitiera generar más
infortunios.
Considerando el conflicto allí ocurrido y el papel que desempeñó el químico, se puede
establecer y reflexionar alrededor de varios aspectos; En la obtención del fármaco, el
cual se distribuyó, se buscaba generar un beneficio en la población gestante, que
como se sabe, han de tener un trato particular y especial. En el papel de los
profesionales como técnicos, los cuales aplican el conocimiento, se puede eximir

1
Utilizado frecuente en la química orgánica para denominar una molécula con carbonos quirales y
que posee una imagen especular.
tanto de culpabilidad como del incumplimiento de las responsabilidades que se tienen
al ser químico farmacéutico, debido a que para el periodo en el cual ocurrió la
problemática, no se contaba con las herramientas ni los métodos efectivos, por lo
tanto, no se conocía amplia y profundamente respecto al tema de la enantiomería,
entonces, no fue un tema de descuido o mala ejecución de los procesos, influenció
principalmente, que solo se contaba en su mayoría con pruebas clásicas. El fin de
beneficiar se vio afectado por la compleja y desconocida actividad óptica que allí
ocurrió. Mientras que, al informarse de los casos, se logró investigar y en los primeros
pasos de las técnicas instrumentales se pudo identificar la raíz del problema, y por la
obtención del conocimiento recién plasmado por científicos, entonces en el papel de
ejecutores de la teoría (técnicos) se llevó a cabo empleando el polarímetro la correcta
eliminación de los enantiómeros ya existentes, para así evitar la distribución del
mismo. Entonces, se logró integrar las habilidades del conocimiento científico y la
habilidad de ejecución de los profesionales en química, para cerrar un capítulo el cual
generó una cantidad considerable de afectados.
El caso mencionado anteriormente permite ver el papel del químico y cómo fue su
acción a la hora de enfrentar una problemática real, que podría presentarse a
cualquier profesional de la rama.
Es entonces oportuno considerar la opinión de químicos con algún tipo de vinculación
en alguna de las ramas inmersas en la farmacéutica, respecto al tema de la
talidomida, para ello se hizo un par de entrevistas, con preguntas directas, las cuales
no tuvieron previo aviso para los entrevistados.
Según lo planteado por el Doctor en Química Jorge Eliecer Alba Mendoza, el
descubrimiento del enantiómero nocivo se dio de manera tardía, cuando ya se
hicieron evidentes las manifestaciones perjudiciales que se presentaron,
mencionando que esto sucedió por las pocas herramientas y equipos que se contaban
para el oficio de investigación en farmacia, también hizo referencia a la dificultad en
la obtención de un fármaco completamente conocido y confiable para ese entonces.
Por otro lado, el Químico Industrial y Magister en ingeniería sanitaria Felipe Arcila
Zambrano declara que después del descubrimiento del enantiómero, lo más
primordial hubiese sido recoger todas las cajas del medicamento que fue
comercializado, así se hubiese evitado más personas afectadas por este peligroso
compuesto. Además, afirmó que para la época hubiese sido imposible saber antes de
lanzar al mercado este producto la existencia del ya mencionado enantiómero, debido
al minúsculo adelante científico y tecnológico que se tenía en materia de
estereoquímica aplicada.
Reconociendo que gracias a la investigación y trabajo de los científicos se ha
avanzado enormemente en el tema de síntesis orgánica y todo lo que ello implica, se
logra y con ayuda de un polarímetro remover trazas de S-Talidomida, obteniéndose
un compuesto completamente puro en su enantiómero R, por ello el fármaco se
encuentra disponible para tratar una enfermedad tan severa como la lepra en Brasil y
algunos países africanos, siendo altamente eficiente. Entonces se preguntó a ambos
profesionales entrevistados, respecto a su opinión en el uso actual de la Talidomida,
obteniéndose una respuesta bastante similar y ya esperada, afirmaron que, gracias
al estudio de la enantiomería, se es posible purificar compuestos para obtener
simplemente el de interés, como en el pertinente caso, por lo tanto, garantizan la
seguridad en el uso del fármaco vigente en la actualidad.
Si se comparan las respuestas obtenidas, se puede decir que inicialmente, el
infortunio sucedido con el fármaco se salió de las manos de los químicos farmaceutas
del laboratorio en el cual se diseñó y sintetizó éste, debido a las herramientas y pocos
procedimientos que se tenían en cuanto al campo, y, por tanto, según manifestaron,
inicialmente la culpabilidad de lo acontecido no se atribuyó a los profesionales, sino a
los pocos avances que se tenían. De lo reportado a través de las preguntes, cabe
mencionar, que se resalta el desempeño y papel del químico en cuanto a la posterior
y extenuante identificación del enantiómero, en la que además participaron médicos
y microbiólogos identificando y descartando posibilidades como epidemias debido a
la incertidumbre que se mantuvo frente a los casos reportados. Después de
comprobar la existencia de las trazas del enantiómero, presentes en el fármaco, los
profesionales se vieron en la labor de informar con material probativo y sustento
científico a la industria farmacéutica lo acontecido, para la posterior recolección de
todos los lotes distribuidos, además remover dicho compuesto del medicamento el
cual aún era posible obtener, a forma de investigación y prevención con posibles
conflictos similares que se pudiesen presentar en el sector de la farmacología.

Evaluando el caso de la S-Talidomida, que como se ha tratado a lo largo de todo el


documento, está resuelto y en la actualidad no existe peligro alguno en el consumo y
distribución del compuesto activo del medicamento. Considerar posibles soluciones
para haber evitado la afección en la población a la cual fue éste distribuido es
complicado, porque técnicamente conocer la existencia del enantiómero en este
periodo cronológico se complicaría bastante, puesto que los recursos científicos y
tecnológicos no brindaban la eficiencia necesaria para lograr evidenciar las trazas en
el medicamento, éticamente hablando, distribuir un compuesto nuevo, el cual no se
conoce en su totalidad, ¿es adecuado? Probablemente desde la ética profesional no
pudo ser así, porque así mismo, como no existían las estrategias para verificar la
pureza total, no sería del todo correcto llegar a difundir un producto, pero entonces,
entraría a primar otro factor, la “intencionalidad” con la cual se llegó a obtener este
medicamento fue mejorar el inicio de los periodos de gestación en mujeres, que como
bien se sabe, en algunos casos llega a ser difícil. Entonces se estarían considerando
dos posturas, la intención de beneficio o la absoluta prevención en el tema de síntesis
de fármaco, se presta entonces para dejar a carta abierta ¿qué era lo más apropiado
entonces? Esto no es un problema que afecte en la actualidad, debido a los grandes
avances, es posible de manera sencilla y confiable conocer absolutamente cada
aspecto que involucra la obtención de productos de interés en farmacia, por tanto,
tomar una postura al respecto, en cuanto a la pregunta que se dejó planteada
anteriormente queda a modo de reflexivo.
La solución que se dio a la problemática fue la recolección de todos los fármacos de
Talidomida producidos por el laboratorio en cuestión, que en una primera instancia es
lo más adecuado, entonces compartir la posición de los químicos farmacéuticos es
apropiado, porque según se establece, a nivel industrial, si sucede un hecho similar,
es el primer paso a seguir; garantizar el aislamiento de los productos específicos de
los consumidores. Siendo esto una solución en primera instancia, y por tanto esto
desencadenó la investigación en estereoquímica y se pudo eliminar trazas del
enantiómero por medio de métodos instrumentales, lo que conllevó a la finalización
de este caso. Y de alguna forma, gracias a ello se logró un avance importante en
química farmacéutica.

La consecuencia de la Talidomida es un parámetro secuencial de la historia de


nuestra supervivencia, por lo tanto, cabe destacar que nuestro futuro es indisociable
de la preservación de los sistemas de sustentación de la vida en el planeta y de la
supervivencia de toda forma de vida existente. Sin embargo, el flujo indebido de la
sistematización de la ciencia provoca que el saber de todos los campos es consistente
a una influencia en donde se retoman necesidades de uso personal como colectivo,
este último cuando nos referimos a un ente o entidad capaz de procrear necesidades
básicas de consumo humano.
Por consiguiente la industrialización de los medicamentos es una parte estructural de
usos secuenciales, tal es el uso de la talidomida, por la cual se convirtió en la
provocación y en el uso socioeconómico fundamental de satisfacer necesidades
básicas de supervivencia humana, por lo tanto el la declaración de la UNESCO sobre
el saber científico ha implementado parámetros para convertir independientemente
de lo que pueda llegar hacer dicha innovación científica un marco general de acción
en donde se hace hincapié en las promesas y el dinamismo de las ciencias naturales,
así como en sus posibles efectos negativos y en la necesidad de dicha innovación
sus repercusiones en la sociedad y sus relaciones con ella misma, por lo que la
ciencia debe estar al servicio del conjunto de la humanidad.
Por lo que dicha declaración hace referencia a los principios fundamentales de
nuestra propia esencia como ser humano en convertir el saber en algo consiente en
donde se deje a un lado diferentes prejuicios subconscientes de nuestra forma de ser,
por lo que referente al químico ser independiente de nuestro sistema colectivo al cual
nos rodea y nos influencia de nuestra propia conciencia. Un parámetro estructural de
dicha declaración es convertir la ciencia para el servicio del desarrollo de la sociedad,
por lo cual las autoridades regionales reivindican a la empresa privada de sofisticar el
uso de la ciencia de una manera correcta y beneficioso implementado códigos
deontológicos en el uso del conocimiento y el saber independientemente del campo
científico en que se encuentre determinado dicho funcionamiento socioeconómico,
por lo tanto el uso de la talidomida a mediados del siglo XX en Europa es un clave
ejemplo de la implementación científica en el uso del saber por razones económicas
y no culturales y sociales de nuestra forma de supervivencia por lo cual se debe
concluir que dicha consecuencia es clave para la formación e iniciativa de dichos
parámetros establecidos por la UNESCO para evitar que diferentes formas de
pensamiento colectivo socioeconómico se expongan a dichas consecuencias, por lo
que en ella establece que las autoridades regionales deben establecer normas
planificadas a la ciencia como servicio del conocimiento y por consiguiente el
conocimiento como servicio de desarrollo y progreso, así pues concientizar y colocar
a la ciencia al servicio de la paz en una ciencia para la sociedad y para el uso
sistemático y apropiado de su saber.
Bibliografía:
- Farmacología Humana. J. Flórez, J.A. Armijo, A. Mediavilla.Ed. Masson. 3ª edición.
1997.
- Química orgánica. Carey, Francis. 3ª Edición, México, Ed. McGraw-Hill, 1999.
- Véase en: http://www.who.int/mediacentre/news/releases/pr81/es/

Elaborado por:
- Sebastián Restrepo.
- Jefferson Castro.
- Geraldine Perea.
- Cielo Stefanny García.
- Octavio Tamayo.

Entregado a:
- Felipe Martínez Quintero

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