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PROCESOS DE APRENDIZAJE: DESARROLLO DE


LAS HABILIDADES COMUNICATIVAS (UAH)

TEMA 3: LA COMUNICACIÓN

PÉREZ JIMÉNEZ, ISABEL 15-16


Procesos de aprendizaje: desarrollo de habilidades comunicativas
Grado en Magisterio de Educación Primaria (Univ. de Alcalá)
Profs. Rocío Díaz Moreno, Xosé A. Álvarez Pérez e Isabel Pérez Jiménez. Curso 2015/2016

Tema 3. La comunicación

Esquema de contenidos
1. Introducción
2. La comunicación como actividad
3. La comunicación como proceso cognitivo
3.1.El esquema de Jakobson. El esquema clásico de la comunicación
3.2.Inadecuaciones del esquema clásico
3.2.1. El papel del código y del contexto
3.2.2. La relación emisor-receptor (o destinatario)
3.2.3. La intención comunicativa
3.2.4. La finalidad de la comunicación
3.2.5. El referente
3.2.6. El canal
3.2.7. Conclusión
3.3.Un nuevo modelo del proceso de comunicación
3.3.1. Emisor
3.3.2. Destinatario
3.3.3. Señal
3.3.4. Representaciones
3.3.5. Procesos
3.3.6. El nuevo modelo de la comunicación
3.3.7. Intención comunicativa
4. Bibliografía complementaria

1
1. Introducción
En los temas anteriores nos hemos detenido en la caracterización cognitiva
del lenguaje y de la lengua y hemos examinado la relación existente entre lengua y
comunicación.

 Por una parte, hemos intentado responder a la pregunta ¿Qué es el


lenguaje? Hemos mostrado que el lenguaje es una capacidad mental (=cognitiva)
innata de los miembros de la especie humana que permite que todo individuo
sano y expuesto a un sistema lingüístico de su entorno acabe adquiriendo ese
sistema lingüístico (= una lengua). Es una capacidad innata, universal y uniforme
en la especie, relativamente independiente de otras capacidades mentales, y cuyo
desarrollo (sin instrucción) está sujeto a un periodo crítico.

 Por otra parte, nos hemos preguntado ¿Qué es una lengua? Partiendo de la
definición de lenguaje que hemos manejado, una lengua es el estado final que
alcanza la facultad del lenguaje de un individuo, una vez que se ha expuesto a un
sistema lingüístico del entorno. Una lengua es, por tanto, un sistema de
conocimiento que se desarrolla en la mente de los seres humanos en virtud de
nacer con la facultad del lenguaje y de estar expuestos en los primeros años de
vida a un sistema lingüístico del entorno. Es muy importante recordar que cuando
hablamos de lengua nos referimos a la lengua oral/signada que los niños oyentes o
sordos desarrollan espontáneamente (y no a la lengua escrita).

 Además, hemos analizado la relación existente entre lengua y comunicación.


Aunque los dos conceptos no son equivalentes (hay comunicación sin usar la
lengua, y no todos los enunciados lingüísticos tienen finalidad comunicativa), sí
que es cierto que existe un amplio solapamiento. Además, como hemos visto, los
documentos oficiales que legislan la enseñanza de la lengua en la educación
primaria dan mucha importancia al concepto de competencia comunicativa,
entendida por la LOMCE, en sentido amplio (como macrocompetencia), como el
conjunto de conocimientos de distinta índole y de destrezas que permiten al
individuo comprender/expresarse/interactuar satisfactoriamente en cualquier
situación concreta de la vida. Así, se determina que el objetivo último de la
enseñanza de la lengua (primera lengua o lengua extranjera) es el logro de la
eficiencia comunicativa del alumnado.

⟹ La comunicación, por tanto, se entiende como una acción o actividad


(comprender/expresarse/interactuar) que el individuo lleva a cabo dentro
de un marco social concreto con un objetivo determinado.

Partiendo de esta situación, nos vamos a plantear dos preguntas:


a) ¿De dónde surge la concepción de la comunicación como actividad?
b) Aunque la comunicación se entienda como una actividad social, es evidente
que el individuo que se comunica con otro (el emisor y el receptor) lleva a cabo
una serie de procesos cognitivos (mentales). ¿Cuáles son esos procesos? ¿en qué
consiste la comunicación desde el punto de vista cognitivo?

2
2. La comunicación como actividad. El Marco común europeo de referencia
para las lenguas: aprendizaje, enseñanza, evaluación (MCER) 1.

El MCER es un marco de referencia desarrollado por el Consejo de Europa


para unificar las directrices del aprendizaje y la enseñanza de lenguas en el
contexto europeo (aunque actualmente se usa más allá del viejo Continente), de
modo que exista una base común y coherente que guíe la legislación de la
enseñanza de lenguas, el diseño de materiales escolares y los sistemas de
evaluación de los conocimientos lingüísticos.
Según el propio MCER:
+ El documento describe de forma integradora lo que tienen que aprender a hacer
los estudiantes de lenguas con el fin de utilizar una lengua para comunicarse, así
como los conocimientos y destrezas que tienen que desarrollar para poder actuar de
manera eficaz. La descripción también comprende el contexto cultural donde se
sitúa la lengua. (cap. 1.1., el subrayado es nuestro),
+ El enfoque aquí adoptado, en sentido general, se centra en la acción en la medida
en que considera a los usuarios y alumnos que aprenden una lengua principalmente
como agentes sociales, es decir, como miembros de una sociedad que tiene tareas
(no sólo relacionadas con la lengua) que llevar a cabo en una serie determinada de
circunstancias, en un entorno específico y dentro de un campo de acción concreto.
(cap. 2.1., el subrayado es nuestro).

La comunicación se concibe por tanto como una actividad llevada a cabo por
agentes sociales en un contexto social y cultural concreto: Comunicación = uso de
la lengua = acción

El MCER define (cap. 2.1., negrita en el original) cualquier forma de uso y


aprendizaje de lenguas del siguiente modo:

El uso de la lengua —que incluye el aprendizaje— comprende las acciones que


realizan las personas que, como individuos y como agentes sociales, desarrollan
una serie de competencias, tanto generales como competencias comunicativas,
en particular.

Las personas utilizan las competencias que se encuentran a su disposición en


distintos contextos y bajo distintas condiciones y restricciones, con el fin de
realizar actividades de la lengua que conllevan procesos para producir y recibir
textos relacionados con temas en ámbitos específicos, poniendo en juego las
estrategias que parecen más apropiadas para llevar a cabo las tareas que han de
realizar.

http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/marco/cap_02.htm

Según define a continuación el propio documento,

Las competencias son la suma de conocimientos, destrezas y características individuales que


permiten a una persona realizar acciones.

1
En inglés, Common European Framework of Reference for Languages: Learning, Teaching, Assessment
(CEFR). Las webs oficiales son http://www.coe.int/t/dg4/linguistic/Cadre1_en.asp y
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/marco/
3
•Las competencias generales son las que no se relacionan directamente con la lengua, pero a
las que se puede recurrir para acciones de todo tipo, incluyendo las actividades lingüísticas.
•Las competencias comunicativas son las que posibilitan a una persona actuar uutilizando
específicamente medios lingüísticos.
•El contexto se refiere al conjunto de acontecimientos y de factores situacionales (físicos y de
otro tipo), tanto internos como externos a la persona, dentro del cual se producen los actos
de comunicación.
•Las actividades de lengua suponen el ejercicio de la competencia lingüística comunicativa
dentro de un ámbito específico a la hora de procesar (en forma de comprensión o de
expresión) uno o más textos con el fin de realizar una tarea.

Así, dentro de este punto de vista la competencia comunicativa es la suma de


conocimientos, destrezas y características individuales (tanto lingüísticas como
no estrictamente lingüísticas) que permiten a una persona comunicarse. La
competencia comunicativa se pone en funcionamiento con la realización de
actividades de lengua para cuya realización se activan determinados procesos
que implican ciertas destrezas y el desarrollo de determinadas estrategias.

La comunicación se entiende como un proceso, que se lleva a cabo con un


propósito concreto, entre unos interlocutores concretos, en una situación
concreta. Por consiguiente, no basta con que los alumnos que estudian lengua
asimilen un cúmulo de datos –vocabulario, reglas, funciones...–; es
imprescindible, además, que aprendan a utilizar esos conocimientos en
situaciones de interacción. Para ello deben participar en tareas reales, en las que
la lengua sea un medio para alcanzar un fin, no un fin en sí mismo.
A este modo de entender la enseñanza de la lengua se le denomina
‘enfoque comunicativo’. Cassany (1994: 87) reproduce algunos rasgos generales
de la forma de trabajar en clase que propone esta perspectiva:

4
[las 4 habilidades lingüísticas de la comunicación son hablar / escuchar / leer / escribir. Nos detendremos
en ellas con más calma más adelante]

Para saber más sobre el enfoque comunicativo:

-Briz Villanueva, Ezequiel. (2011): “El enfoque comunicativo”. En: A. Mendoza


Fillola (coord.) Didáctica de la lengua y la literatura. Madrid: Pearson Education, § 3,
págs. 79-125.
- Cenoz Iragui, Jasone: “El concepto de competencia comunicativa”
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/antologia_didactica/enfoque_co
municativo/ cenoz01.htm

3. La comunicación como proceso cognitivo.


Con independencia de la consideración de la comunicación como una actividad
social donde el individuo interactúa con otros para llevar a cabo tareas concretas, al
comunicarse, emisor y receptor llevan a cabo un proceso cognitivo individual. En
esta sección se explica cómo se ha pasado del modelo clásico de la comunicación
(modelo de Jakobson), al modelo actual.

3.1. El esquema clásico de la comunicación

 ¿Cómo se organiza la comunicación?

Esquema de la comunicación desarrollado dentro de la propuesta teórica


conocida como Teoría de la información o Teoría matemática de la comunicación,
que empezó a establecerse a finales de la década de 40 del siglo XX con la intención
de examinar el mecanismo de procesamiento y transmisión de información y
establecer modelos para el intercambio de información entre dispositivos
mecánicos.
Estos modelos teóricos han sido fundamentales para el desarrollo de redes
de comunicación como Internet y la comunicación móvil, de sistemas de cifrado, de
mecanismos de compresión sin pérdida de datos (.mp3, .zip, .jpg,...). Entre muchas
otras disciplinas (neurobiología, astrofísica,...), también la lingüística se ha
acercado a este esquema, por su tremendo interés para, entre otras, las escuelas
funcionalistas, cuyo centro de interés orbita en torno a la lengua como sistema de
comunicación.
Uno de los lingüistas que se ocuparon de este esquema fue el lingüista ruso
Roman Jakobson (1896-1982), que lo usó como base para su enumeración de las
funciones del lenguaje 2.

2
JAKOBSON, R. (1960). "Linguistics and Poetics", en T. Sebeok (ed.), Style in Language. Cambridge,
Mass.: MIT Press, 350-377. Una breve presentación de las funciones del lenguaje:
https://en.wikipedia.org/wiki/Jakobson's_functions_of_language y, con más detalle,
http://www.signosemio.com/jakobson/functions-of-language.asp

5
 Elementos de la comunicación:

- Código: un sistema convencional de señales (una lengua es un código complejo:


un conjunto estructurado de signos integrados por elementos discretos que se
combinan entre sí por medio de un patrón de reglas estables: sistema simbólico).
- Mensaje: el resultado de la codificación, que porta la información o conjunto de
informaciones que se transmiten.
- Emisor: quien codifica el mensaje.
- Referente: la realidad extralingüística a la que alude el mensaje codificado por la
señal.
- Receptor: quien descodifica el mensaje.
- Canal: el medio físico por el que circula la señal.
- Contexto: el conjunto de circunstancias que rodean el acto de comunicación.

3.2. Inadecuaciones del esquema clásico

El esquema tradicional de la comunicación es demasiado simplista desde la


perspectiva de la lingüística y de la semántica, ya que está demasiado condicionado
por su contexto original (la teoría matemática y la ciencia computacional), que no
reflexionaba sobre algunos aspectos que son cruciales para entender cuándo hay
comunicación y qué es la comunicación, tales como la existencia de una intención
comunicativa o el papel del contexto para el éxito de la comunicación. Otros
aspectos tienen una importancia excesiva desde nuestro punto de vista, como la
necesidad de que exista un código para que haya comunicación.
En los siguientes apartados se examinarán las inadecuaciones del esquema
clásico.

3.2.1. El papel del código y del contexto

I. El papel del código es central en el esquema tradicional. Pero… conocer el código


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no es suficiente para recuperar toda la información transmitida en un acto de
comunicación y dar cuenta de la interpretación de un mensaje. El contexto
comunicativo es crucial para:

a) seleccionar el significado de una palabra:


Tendrás que limpiar el casco.
(¿Qué significado de casco se activa en un contexto comunicativo concreto? Casco
de la moto, casco de la embarcación, casco de la botella,...)

b) identificar referentes:
Colócala encima de la mesa.
(¿Cuál es el referente de la y de la mesa en un contexto comunicativo concreto?)

c) concretar el significado de expresiones vagas:


El mío es más rápido.
(El significado de rápido varía dependiendo de si hablamos de un ordenador, de
un coche, de un pegamento…)

d) identificar la intención comunicativa del emisor:


Cuesta doce veces más hacer un nuevo cliente que conservar a uno antiguo.
(Puede ser una constatación de un hecho económico, una advertencia, una
amenaza de un cliente enfadado, etc.)

La interpretación de un mensaje, por tanto, no consiste solo en descodificar su


contenido gracias al conocimiento de un código, sino en completarlo
adecuadamente con otros conocimientos que el hablante posee y que provienen
del contexto comunicativo o de nuestro conocimiento del mundo. A la hora de
interpretar, tomamos decisiones acerca de cuáles son las entidades a las que se
refiere el mensaje, resolvemos casos de ambigüedad, enriquecemos algunas
formulaciones vagas, y, crucialmente, avanzamos hipótesis sobre las intenciones
comunicativas del interlocutor y sobre sus actitudes ante el mensaje transmitido.

II. Existe comunicación sin uso del código lingüístico: la utilización de un código no
es un requisito para la comunicación. Nos hemos referido ya a esto en el tema 2 al
hablar de que el solapamiento entre lengua y comunicación no es total.

Imagina que encuentras a un amigo y este saca unas llaves del bolsillo y te las
muestra:

¿Qué trata de hacerte entender tu amigo? Que olvidaste las llaves en su


casa, que te puedes quedar en su casa, que le acaban de entregar el piso que
ha comprado, que antes de que os marchéis no te olvides de coger las llaves,
como siempre haces; puede ser una invitación a cenar….
Es innegable que esta persona intenta transmitirte un mensaje. El suyo,
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pues, es un comportamiento comunicativo orientado a un objetivo. Sin embargo,
no ha mediado el uso de un código: no hay ninguna convención establecida de
ningún tipo según la cual sacar unas llaves del bolsillo y mostrarlas signifique
ninguna de las cosas que hemos señalado más arriba. Esto demuestra que
podemos comunicarnos eficazmente sin utilizar señales convencionales, esto es,
sin utilizar un código.

3.2.2. La relación emisor-receptor (o destinatario)

También la relación entre los hablantes también es crucial para determinar la


interpretación de un mensaje, incluso si no se utiliza un código. ¿Cuál de las
interpretaciones extraídas en el ejemplo anterior te parece que podría ser
adecuada en el ejemplo siguiente?

La identidad social de los interlocutores constituye una de las bases sobre las
que se asienta la adecuación de los enunciados/textos y determina en muchos
casos las elecciones lingüísticas que hacemos.
+ Hemos hablado, al referirnos a la competencia sociolingüística, de cuestiones
como la selección de tú/usted en el español peninsular, que depende en buena
medida de la posición “social” de los interlocutores.
+ Imagina, recuperando el ejemplo anterior, que has perdido unas llaves y que
aparecen en tu domicilio para devolvértelas: a) un amigo, b) un policía municipal,
c) la Decana de la Facultad de Educación. ¿Cómo darías las gracias a cada una de
ellas?

3.2.3. La intención comunicativa

El esquema tradicional no tiene en cuenta un parámetro importantísimo para


entender qué es la comunicación: la intención comunicativa. La intención es
fundamental porque establece una diferencia decisiva entre los actos voluntarios
y los involuntarios: los primeros son formas de comportamiento; los
s e g un d os , no. Precisamente, el estudio de la comunicación humana tiene
interés porque constituye una variedad específica y compleja de comportamiento
humano.

Veamos un ejemplo:

Sabes que una amiga tiene problemas en su relación sentimental.


a) A la vuelta de vacaciones, notas que tu amiga no lleva el anillo de compromiso /
la alianza.
¿Qué información extraes? ¿Te ha sido comunicada? (⟹ no, la has inferido a partir
de ciertos indicios)

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b) A la vuelta de vacaciones, tu amiga te muestra la mano, resaltando el dedo sin
anillo. ¿Qué información extraes? ¿Te ha sido comunicada? (⟹ sí, porque ha habido
una intención manifiesta por parte del emisor de producir un gesto visible para
que, a partir de ese gesto, puedas inferir los contenidos que él pretende
transmitirte).

Solo se puede hablar de comunicación cuando hay intención comunicativa. Una


información que no se transmite intencionalmente no es una información
comunicada.

3.2.4. La finalidad de la comunicación

En el enfoque habitual, comunicar se ha identificado muchas veces con


transmitir información, entendida como un conjunto de datos nuevos que el
receptor desconoce. Pero si esto fuera siempre así, el siguiente enunciado sería
totalmente superfluo:

[Ana abre la puerta y entra en su casa; Pedro, que está dentro, le dice:]
-¡Anda, ya estás aquí!

El anterior enunciado no transmite ningún contenido nuevo que el


receptor no conozca (lógicamente, Ana sabe que está entrando en casa). La
finalidad del intercambio de mensajes es, en este caso, transmitir un saludo o
comunicar la sorpresa ante el hecho de que Ana haya llegado. Elementos
paralingüísticos como la entonación informarían además sobre el estado de ánimo
del emisor ante el evento que acaba de suceder (alegre, triste,...)
Este ejemplo muestra que la transmisión de información (datos nuevos) es
solo una de las finalidades de la comunicación humana, pero no la única, ni,
posiblemente, la más importante. La comunicación nos permite influir en los
demás, manifestar pensamientos, sentimientos y emociones, y realizar acciones
específicas como saludar, pedir, agradecer, sugerir, insultar,… Date cuenta de
que una misma expresión lingüística puede utilizarse con finalidades
comunicativas distintas: ¡Cómetelo todo! (sugerencia, consejo, orden, reto,
amenaza…).
Un modelo adecuado de comunicación debe acoger todos estos
distintos objetivos comunicativos. La finalidad es importante porque guía al
emisor a usar los medios (lingüísticos, en el caso de la comunicación verbal) que
considera más adecuados para alcanzar sus fines. Así, la finalidad es decisiva
tanto en la producción de la señal, como también en su interpretación:
interpretar adecuadamente una señal pasa necesariamente por ser capaz de
reconocer la intención comunicativa con que se emitió.

3.2.5. El referente (la realidad externa y su representación interna)

En el esquema tradicional de la comunicación aparece la noción de


referente. El referente se define como la realidad extralingüística a la que se
alude por medio del mensaje. Sin embargo, la noción de referente, así
entendida, no parece adecuada: en muchos casos de comunicación no hay alusión
a un referente externo. Así ocurre cuando el lenguaje se utiliza para llevar a cabo
acciones verbales como saludar o prohibir, o cuando el referente es interior,
como cuando se habla de una emoción o sentimiento.
9
Para que alguna noción semejante a la de referente resulte adecuada
dentro de un modelo general de la comunicación, deberíamos manejar, más
bien, el concepto de representación interna. Una representación interna es una
imagen mental, personal y privada, que un individuo se hace de una entidad o
un estado de cosas (ya sean estos externos o internos). Nos formamos
representaciones internas de todo aquello que nos rodea, y también de nuestra
propia realidad interna (deseos, estados de ánimo, pensamientos…), e incluso
somos capaces de representarnos los estados internos de los demás.

Ninguna realidad tiene existencia para nosotros si no la hemos interiorizado; hablamos de


las cosas tal y como nos las representamos, y no necesariamente tal y como son en
realidad. Dicho de otro modo, a efectos cognitivos, lo que cuenta no son las personas, las
cosas, las situaciones o las relaciones tal como existen en el mundo exterior, sino las
representaciones mentales que nos hemos formulado de ellas.
[Escandell 2005: 21]

Desde esta perspectiva, tanto las entidades, como el contexto, como las
relaciones sociales entre los hablantes se entienden desde un punto de vista
‘interno’. Lo importante para la comunicación es la representación mental que
emisor y destinatario hacen de esas entidades, contexto o relaciones sociales. Por
ejemplo, si dos amigos mantienen una conversación sobre el presidente del
gobierno, de lo que cada uno de ellos está hablando es de la ‘representación
mental del presidente del gobierno’ que cada uno posee; podemos decir que
cada uno de los dos amigos posee una “ficha mental” del presidente del
gobierno que contiene cierta información sobre él, información que será
modificada (añadiendo, modificando o borrando cosas) como resultado de la
conversación.
En la comunicación, por tanto, el emisor consigue crear / eliminar /
modificar las representaciones mentales que el receptor posee.

3.2.6. El canal

En el enfoque clásico, el canal es el medio físico por el que circula la señal. Así,
desde este punto de vista, la lengua oral y la escrita solo difieren en el canal
empleado. Sin embargo, hoy sabemos que la lengua oral y escrita imponen
convenciones relacionadas con el grado de formalidad y el grado de
planificación del discurso (que deben ser adecuados a la situación comunicativa).
Profundizaremos en esta cuestión en el tema siguiente.

3.2.7. Conclusión

- Es cierto que la comunicación puede servirse del código lingüístico, pero una
lengua no es ni condición necesaria ni suficiente para que haya comunicación.
- La comunicación humana es una actividad intencional: desde la perspectiva del
emisor, ha de haber intención comunicativa; desde la del destinatario, la
interpretación requiere el reconocimiento de la intención del emisor.
- Tanto el referente como el contexto como la relación entre emisor y receptor
deben entenderse de forma interna, como representaciones mentales que
poseen emisor y destinatario.
- Comunicarse supone originar un conjunto de representaciones en la
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mente de otro individuo.

Todo lo anteriormente dicho indica que es necesario refinar la caracterización de


los elementos básicos que se incluyen en el esquema clásico de la comunicación.

3.3. Un nuevo modelo del proceso de comunicación

La nueva visión de la actividad comunicativa podría resumirse en esta


secuencia-tipo:

1. El emisor es el individuo que tiene una intención comunicativa: el emisor


posee un conjunto de representaciones internas que quiere transmitir.
2. Teniendo en cuenta el resto de representaciones que le resultan
accesibles (en particular, las relativas al destinatario, a la situación comunicativa, al
medio, al conocimiento lingüístico y a otros conocimientos extralingüísticos
relacionados), selecciona el tipo de señal que, dadas las circunstancias concretas de
ese intercambio, le parece más adecuada para lograr sus objetivos: una señal en
la que, típicamente, solo una parte de las representaciones que quiere transmitir
aparecen codificadas por medios lingüísticos.
3 . El destinatario, a su vez, somete la señal recibida a un doble
procesamiento, de descodificación e inferencial, por el que combina la información
obtenida a través de la descodificación lingüística con otras representaciones
accesibles (entre ellas, las relativas al emisor, a la situación y el medio, etc.); así,
forma en su mente un nuevo conjunto de representaciones, semejante (pero no
necesariamente idéntico) al que quiso transmitirle el emisor.

La disciplina que estudia la comunicación así entendida es la Pragmática. La nueva


visión de la actividad comunicativa incluye:

3.3.1. Emisor
Es la entidad que produce una señal con intención de comunicarse. El
comportamiento comunicativo está inducido por un objetivo concreto, que puede
concebirse en términos generales como un deseo de originar un determinado
conjunto de representaciones en la mente del destinatario (tanto el objetivo
comunicativo como el destinatario imponen restricciones en la forma y el
contenido de la actividad lingüística).

3.3.2. Destinatario
Es la entidad con la que el emisor quiere comunicarse por medio de la señal.

3.3.3. Señal
Es una modificación perceptible del entorno producida para comunicar. En
ocasiones hay una asociación convencional entre una señal y un contenido.
Cuando la señal es de tipo lingüístico recibe la denominación de enunciado/texto
[dependiendo de la tradición gramatical que use el término] 3. El enunciado/texto

3
Aunque normalmente asociemos texto con el soporte escrito, no es necesariamente así. El DRAE define
texto como “Enunciado o conjunto coherente de enunciados orales o escritos” y enunciado como
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es la unidad mínima de comunicación.

3.3.4. Representaciones
Son las representaciones internas que los individuos hacen de su entorno
(externo: del destinatario, de la situación comunicativa; e interno: de sus propias
intenciones, deseos y creencias). Las representaciones internas forman un
conjunto en parte individual y en parte compartido con los otros individuos de su
cultura (lo que garantiza el éxito de la comunicación 4). Las representaciones son
dinámicas, se ven reforzadas, ampliadas, debilitadas y sustituidas con otras según
avanza la interacción comunicativa.

El contexto, en este modelo, es una etiqueta conveniente para referir a un conjunto


flexible de representaciones, que comprende:
a) la idea que cada individuo se ha formado respecto al entorno: i.e., respecto
a la distancia social entre los interlocutores –determinada por la edad, el
sexo, la clase social, etc.–, a la situación –su grado de institucionalización,
que determina el registro empleado–, respecto al medio –oral o escrito,
que también impone restricciones a la actividad comunicativa–.

b) el conocimiento del mundo que cada individuo posee.

En este modelo, lo que se pretende comunicar es también una representación. Lo


que el emisor “entiende” como resultado de un acto de comunicación es también
una representación mental.

3.3.5. Procesos
Sobre las representaciones se efectúan dos tipos de procesos u operaciones. Para
ilustrar lo que es un proceso nos centraremos en qué sucede cuando el receptor
recibe la señal.

A) En primer lugar se produce un proceso de descodificación, que empareja la


señal lingüística recibida con una representación mental.

B) En segundo lugar se produce un proceso de inferencia, que consiste en la


interpretación de vínculos causales entre representaciones, y que liga las
representaciones formadas durante el curso de la descodificación con otras
representaciones que el individuo posee.

Los procesos inferenciales son de dos tipos. Consideremos la interpretación del


texto: Hoy aquí hace calor.

o Procesos primarios: en la representación lingüística de ese enunciado


hay algunos elementos que requieren especificaciones ulteriores para
poder ser entendidos propiamente (hoy, aquí, en el ejemplo). Los

“Secuencia con valor comunicativo, sentido completo y entonación propia”.


4
No solo se comparten ciertas representaciones sino también los criterios que sirven para
formarlas. Tanto el conocimiento compartido como la utilización de un mismo conjunto de criterios para
conceptualizar la realidad dependen de manera decisiva de la socialización del individuo: al formar
parte de un mismo grupo social, aprendemos a percibir las cosas, a entenderlas y a conceptualizarlas
como lo hacen los demás miembros de nuestro grupo.

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procesos primarios toman en cuenta las representaciones que el
receptor posee el contexto las utiliza para rellenar las casillas de la
representación lingüística que requieren especificaciones ulteriores.
Este “completar” o “perfilar” el significado de algunas expresiones, da
lugar a una representación enriquecida: lo que se comunica
explícitamente (por ejemplo: el día 15 de octubre de 2015 en el aula
F12 de la Facultad de Educación a las 12:05 p.m. hace calor).

o Procesos secundarios: aquellos procesos de inferencia que


conectan lo que se comunica explícitamente con lo que se comunica
implícitamente (por ejemplo, el enunciado anterior se puede
interpretar como una petición para encender el aire acondicionado).

Para el destinatario, estos procesos tiene tres tipos de efectos: la adición de nuevas
representaciones que antes no poseía (es decir, la incorporación de información
nueva), la modificación de algunas de sus representaciones (por ejemplo,
reforzando o debilitando ideas que ya tenía antes), y la eliminación de algunas
representaciones (las que resultan ser falsas o equivocadas).

A continuación tienes dos gráficos que describen los procesos primarios y


procesos secundarios que tienen lugar en el receptor:

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3.3.6. Un nuevo modelo de la comunicación.
A continuación tienes un esquema de este nuevo modo de entender qué es la
comunicación [Escandell (2005: 41)]

[marcos, guiones] [procesos u operaciones]

[Representaciones: entidades mentales]


[Elementos: entidades físicas observables]

3.3.7. Intención comunicativa

Como se ha dicho antes, una de las representaciones que el emisor intenta


comunicar es su ‘intención comunicativa’. Del mismo modo, el receptor no habrá
entendido el mensaje si entre las representaciones que ha generado no está la de la
intención comunicativa del emisor.
Cuando se entiende la comunicación como una actividad, se pueden agrupar
las intenciones comunicativas en clases que se identifican por el “tipo de acción”
que el emisor pretende llevar a cabo; son los llamados actos de habla, término
acuñado por John Searle (1932 - ).
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- Asertivos: El emisor pretende reflejar un estado de cosas del mundo.
- Directivos: El emisor pretende que el destinatario lleve a cabo una
determinada acción.
- Compromisivos: El emisor manifiesta su compromiso de realizar una
determinada acción.
- Expresivos: El emisor manifiesta su estado de ánimo respecto a algo.
- Declarativos: El emisor produce cambios en el mundo en virtud de la
autoridad que le ha sido otorgada: bautizar, inaugurar, casar, dictar
sentencia, contratar.

Esta clasificación no es una clasificación gramatical de los


enunciados/textos, sino una clasificación de las intenciones comunicativas. La
fuerza ilocutiva del enunciado/texto (o sea, la intención comunicativa con que se
emite) surge como consecuencia del uso voluntario de una señal, pero no es una
propiedad de la señal misma, sino el resultado de su utilización en unas
circunstancias concretas. Un mismo enunciado puede emitirse con distintos
objetivos comunicativos en distintas situaciones:

Los alumnos llevan uniforme en este colegio.


Aquí no hay quien respire. El ambiente está cargadísimo.
Te vas a sentar sobre el mando a distancia.

4. Bibliografía
Escandell Vidal, M.ª Victoria (2005). La comunicación. Madrid: Gredos, Colección
Enseñanza y Lengua Española.
Escandell Vidal, Mª Victoria (2006). Introducción a la pragmática. Barcelona: Ariel.
Escandell Vidal, Mª Victoria: “La pragmática”. Descargable en Biblioteca Virtual
Cervantes:
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/antologia_didactica/descripcion_co
municativa/escandell05.htm
Searle, J. (1969), Actos de habla. Ensayo de filosofía del lenguaje, Madrid: Cátedra,
1986. [Traducción de Speech Acts: An Essay on the Philosophy of Language,
London: London University Press].
Searle (1975), "Una taxonomía de los actos ilocucionarios", en L. Valdés Villanueva
(ed.), La búsqueda del significado, Madrid: Tecnos, 1991; 449-76
Searle (1975 b), “Indirect Speech Acts”, en P. Cole y J. Morgan (eds.), Syntax and
Semantics: Speech Acts, New York: Academia Press; 59- 82.

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