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Cuestionario

Un compañero o compañera lee la pregunta de este cuestionario y


otro compañero o compañera va leyendo el capítulo 3 “Patología
del hombre caído”, inciso b) “El mal como invención. Nacimiento
de un conocimiento fantasmático. La percepción delirante de la
realidad por el hombre caído”; cuando encuentren la respuesta en
el libro la escriben bajo la pregunta correspondiente.

17.¿Quién inventó el mal?


R. Satán.

18.¿Quién hace el mal, además de Satán?


R. El hombre o ser humano.

19.¿Cuál es la esencia del mal?


R. Es puro no-ser. Destrucción del ser.

20.“Al apartarse de Dios, el hombre viene a considerar las


criaturas en sí mismas, independientemente de su Creador, ya
que cree que el universo existe por sí mismo (…) Habiendo
perdido el sentido de la relación de los seres con Dios, y por
lo tanto su carácter relativo, el hombre inevitablemente los
hace absolutos, y entonces ocupan en su espíritu el lugar que
ha negado a Dios. El culto de las criaturas reemplaza así, en
el hombre caído, la adoración del Creador”. Da tres ejemplos
de adoración a las criaturas.
Adorar al cónyuge, adorar a los hijos y adorar la vida cómoda.

21.Definición de idolatría: es “aquella actitud del hombre que


consiste en tomar a un ser como fin y atribuirle un sentido y
un valor en sí mismo, en lugar de reconocérselo en Dios; y
también en toda actividad y todo esfuerzo que se consagran a
un ser tomado en sí mismo, en lugar de consagrarse a Dios a
través de él. Hay una actitud idolátrica respecto a un ser
cada vez que este deja de transparentar a Dios, de revelarlo;
dicho de otro modo, cada vez que el hombre deja de percibir
sus “razones espirituales”, de “leer” las energías divinas
presentes en él y que definen su verdadera
naturaleza” (Larchet, p. 55).
22.Dice Orígenes: “Los pecadores no ven con los ojos buenos”,
entonces, ¿con cuáles ojos ven los pecadores?
R. “Los pecadores no ven con los ojos buenos, sino con aquellos
que se denominan “inteligencia de la carne” (Col
2,8)” [Orígenes, Homilía sobre los Números, XVII], y por los
cuales el hombre aunque cree ver en realidad está ciego (Is
6,9-10; Jn 9,39; 2 Por 4,4). [Larchet, p. 57).

23.¿Cómo juzga las cosas el hombre caído? Es decir, ¿cómo ve las


cosas el hombre caído?
R. Larchet explica: “Como hemos dicho, el hombre caído, por
medio de su conocimiento, que se ha vuelto carnal, juzga las
cosas solo según su apariencia sensible, ignorando lo que son en
sí mismas, en su esencia inteligible. Delante de su inteligencia
hay como un velo que le impide captar lo que está más allá de
los fenómenos, es decir, más allá de las cosas tal como aparecen
ante los sentidos, y ese velo lo sume constantemente en la
ilusión”. “El velo –apunta san Máximo– es la ilusión producida
por los sentidos, que fija la atención del alma en las
apariencias superficiales de los objetos sensibles y cierra el
paso a los inteligibles” (Ambigua a Juan, 10; en Larchet, p.
57).

24.Los conocimientos del hombre caído colman el vacío


intelectual dejado por la pérdida del conocimiento espiritual.
Pero, también, esos conocimientos del hombre caído satisfacen
necesidades que son dominadas por las pasiones. ¿Qué dice san
Isaac del conocimiento que secunda el deseo de la carne?
R. Explica Larchet: “Los conocimientos del hombre caído se
constituyen no sólo para colmar el vacío intelectual dejado por
la pérdida del conocimiento espiritual, sino también con el
objetivo de satisfacer unas necesidades la mayoría de las veces
materiales y que en su mayor parte son definidas por las
pasiones mismas” (p. 59). San Isaac de Nínive escribe: “Cuando
el conocimiento secunda al deseo de la carne, carga con la
riqueza, la vanagloria, el adorno, el bienestar del cuerpo; se
ata a la sabiduría racional que se adapta al gobierno del mundo
y no cesa de inventar, de renovar las técnicas y las ciencias;
produce todo lo que corona el cuerpo en este mundo
visible” (Discursos ascéticos, 63).

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