Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
1. ICONOS E HIPOICONOS
Pero no es así, pues una gran propiedad distintiva del icono es que por su
observación directa pueden descubrirse más verdades relativas a su objeto que
aquellas que bastan para determinar su construcción. De este modo, por medio de
dos fotografías puede trazarse un mapa, etc. Dado un signo convencional u otro
signo general de un objeto, para deducir alguna verdad distinta a aquella que
significa explícitamente, es necesario, en todos los casos, reemplazar ese signo por
un icono. Esa capacidad de revelar la verdad inesperada es precisamente aquello en
lo que consiste la utilidad de las fórmulas algebraicas, de modo que el carácter
icónico es el que prevalece.
2.280 Que los iconos de clase algebraica, aunque normalmente muy simples,
existen en todas las proposiciones gramaticales ordinarias es una de las verdades
filosóficas que la lógica booleana saca a la luz. En toda escritura primitiva, como los
jeroglíficos egipcios, hay iconos de clase no-lógica, los ideogramas. En la forma de
habla más temprana, había probablemente un gran elemento de imitación. Pero en
todas las lenguas conocidas, tales representaciones han sido reemplazadas por
signos auditivos convencionales. Estos, sin embargo, son tales que solo pueden
explicarse mediante iconos. Pero en la sintaxis de cada lengua hay iconos lógicos de
los que son ayudados por reglas convencionales.
La cuestión planteada se responde de este modo casi con certeza, porque tiene
que ver con cómo será afectado el artista mismo. Se encontrará que el razonamiento
de los matemáticos gira principalmente sobre el uso de los parecidos, que son las
bisagras mismas de las puertas de su ciencia. La utilidad de los parecidos para los
matemáticos consiste en que sugieren de una forma muy precisa nuevos aspectos
de supuestos estados de cosas…
Signos:
• Iconos
• Índices
• Símbolos
Este es un icono en tanto que hace que parezcan semejantes las cantidades
que están en relaciones análogas con el problema. De hecho, toda ecuación
algebraica es un icono en tanto que exhibe por medio de los signos algebraicos (que
en sí mismos no son iconos), las relaciones de las cantidades implicadas.
Puede cuestionarse si todos los iconos son semejanzas o no. Por ejemplo, si se
exhibe un hombre bebido para mostrar, por contraste, la excelencia de la templaza,
eso es ciertamente un icono, pero puede dudarse si es o no una semejanza. La
cuestión parece algo trivial.
2.286 Un barómetro bajo con un aire húmedo es un índice de lluvia. Esto es,
suponemos que las fuerzas de la naturaleza establecen una conexión probable entre
el barómetro bajo con aire húmedo y la lluvia que viene. Una veleta es un índice de
la dirección del viento porque en primer lugar toma realmente la misma dirección que
el viento, de modo que hay una conexión real entre ellos y, en segundo lugar,
estamos constituidos de tal modo que, cuando vemos una veleta señalando en una
cierta dirección, nuestra atención se centra en esa dirección y, cuando vemos la
veleta girando con el viento, somos forzados por la ley de la mente a pensar que esa
dirección está conectada con el viento.
La estrella polar es un índice, o un dedo que señala, que nos muestra cuál es el
norte. Un nivel de aire, o una fluctuación del plomo es un índice de la dirección
vertical. Una vara para medir una yarda podría parecer a primera vista un icono de
una yarda, y así sería si simplemente se pretendiera mostrar una yarda tanto como
puede verse y estimarse que es una yarda. Pero el propósito mismo de una vara de
una yarda es mostrar una yarda más allá de lo que puede estimarse por su
apariencia. Eso lo hace como consecuencia de una comparación mecánica exacta
hecha con la barra que está en Londres y que se denomina la yarda. De este modo,
es una conexión real la que da a la barra de una yarda su valor como
representamen, y por lo tanto es un índice y no un mero icono.
El otro mira a su alrededor y descubre una casa con persianas verdes y una
galería que tiene una chimenea humeando. Camina unas pocas millas y encuentra a
un segundo viajero. Como un Simón Simple le dice, "la chimenea de esa casa está
encendida". "¿Qué casa?", le pregunta el otro. "¡Oh!, una casa con persianas verdes
y una veranda", replica el simple. "¿Dónde está la casa?", pregunta el extraño.
Desea algún índice que conecte su comprensión con la casa significada. Las
palabras solas no pueden hacer eso. Los pronombres demostrativos "esto" y "eso"
son índices, pues invitan al oyente a usar sus poderes de observación y a establecer
así una conexión real entre su mente y el objeto; y si el pronombre demostrativo
hace eso —sin lo cual no se comprende su significado— va a establecer tal
conexión y por lo tanto es un índice.
(A)
(de A) (A)
(su hermano (de B)) era más injusto consigo mismo, (B) que con su
(de A)
(de C)
Las terminaciones que en cualquier lenguaje declinativo se añaden a las
palabras "gobernadas" por otras palabras, y que sirven para mostrar cuál es la
palabra que gobierna repitiendo lo que se expresa en algún otro lugar de la misma
manera, son de esa manera índices del mismo carácter que el pronombre relativo.
Cualquier fragmento de poesía latina ilustra esto, como por ejemplo la frase de doce
líneas que comienza "Jam satis terris". Tanto en esas terminaciones como en A, B y
C se confía en una semejanza para dirigir la atención al objeto correcto.
2.289 Junto con tales instrucciones indéxicas de qué hacer para encontrar el
objeto significado, deberían clasificarse esos pronombres que se denominarían
pronombres selectivos [o cuantificadores] porque informan al oyente de cómo ha de
elegir uno de los objetos propuestos, pero que los gramáticos denominan con la tan
indefinida designación de pronombres indefinidos. Dos variedades de estos son
particularmente importantes en lógica, los selectivos universales tales como quivis,
quilibet, quisquam, ullus, nullus, nemo, quisque, uterque, y en castellano algún,
cada, todo, no, ningún, cualquier cosa, cualquiera, todo, alguien, nadie.
Estos significan que el oyente tiene libertad para elegir cualquier caso que
quiera dentro de los límites expresados o comprendidos, y la afirmación ha de
aplicarse a ese caso. La otra variedad lógicamente importante consiste en los
selectivos particulares, quis, quispiam, nescio, quis, aliquis, quidam y en castellano
algo, alguno, alguien, un, cierto, uno u otro, adecuado, uno.
Junto con los pronombres anteriores están expresiones tales como todos menos
uno, uno o dos, unos pocos, casi todos, todos los demás, etc. Junto con los
pronombres han de clasificarse los adverbios de lugar y tiempo, etc.
No muy diferentes a estos son el primero, el último, el séptimo, dos tercios de,
miles de, etc.
Dejemos entonces que la frase sea "Ezequiel amó a Hulda". Ezequiel y Hulda,
entonces, deben ser o contener índices, pues sin índices es imposible designar
aquello de lo que uno está hablando. Cualquier mera descripción dejaría incierto si
serían meros personajes de una canción. Pero lo sean o no, los índices pueden
designarlos. Ahora bien, el efecto de la palabra "amó" es que el par de objetos
denotados por el par de índices Ezequiel y Hulda es representado por el icono o por
la imagen que tenemos en nuestras mentes de un amante y su amado.
2.297 La palabra Símbolo tiene tantos significados que sería un perjuicio para el
lenguaje añadir uno nuevo. No creo que la significación que le otorgo, la de un signo
convencional, o uno que depende del hábito (adquirido o innato), sea tanto un nuevo
significado como una vuelta al significado original. Etimológicamente debería
significar una cosa unida, así como émbolo (embolum) es una cosa que entra en
algo, y parábola (parabolum) es una cosa arrojada, seguridad colateral, e hipóbolo
(hypobolum) es una cosa arrojada debajo, un regalo prenupcial. Se dice usualmente
que en la palabra símbolo el unirse debe entenderse en el sentido de "conjeturar";
pero si ese fuera el caso encontraríamos que, por lo menos a veces, significa una
conjetura, un significado que puede buscarse en vano en toda la literatura.
Pero los griegos usaron "unir" (symballein) muy frecuentemente para significar
el hacer un contrato o convenio. Ahora bien, con frecuencia encontramos símbolo
(symbolon) usado para significar un contrato o convenio. Aristóteles llama al nombre
un "símbolo", esto es, un signo convencional. En griego, la fogata que se enciende
para avisar es un "símbolo", esto es, una señal sobre la que se está de acuerdo; una
bandera o estandarte es un "símbolo"; un santo y seña es un "símbolo"; un distintivo
es un "símbolo"; el credo de una iglesia se llama "símbolo" porque sirve como
distintivo o dogma; una entrada de teatro se llama "símbolo"; cualquier vale o cheque
que le autoriza a uno a recibir algo es un "símbolo". Más aún, cualquier expresión de
sentimiento se llama un "símbolo". Esos eran los principales significados de la
palabra en el lenguaje original. El lector juzgará si son suficientes para sostener mi
afirmación de que no estoy distorsionando seriamente la palabra al emplearla como
me propongo hacer.
2.299 En los tres órdenes de signos, Icono, Índice, Símbolo, puede señalarse
una progresión regular de uno, dos, tres. El icono no tiene conexión dinámica con el
objeto que representa; simplemente sucede que sus cualidades se parecen a las de
ese objeto, y provocan sensaciones análogas en la mente para la que es una
semejanza. Pero realmente permanece sin conexión con ellas. El índice está
conectado físicamente con su objeto; hacen un par orgánico, pero la mente que lo
interpreta no tiene nada que ver con esa conexión, excepto señalarla una vez
establecida. El símbolo se conecta con su objeto en virtud de la idea de la mente
que usa símbolos, sin la que no existiría ninguna conexión.
2.300 Toda fuerza física reacciona entre un par de partículas, cada una de las
cuales puede servir como índice de la otra. Por otra parte, encontraremos que cada
operación intelectual implica una triada de símbolos.
2.301 Un símbolo, como hemos visto, no puede indicar ninguna cosa particular,
denota una clase de cosas. No sólo eso, sino que es en sí mismo una clase y no una
cosa singular. Puedes escribir la palabra "estrella", pero eso no te convierte en
creador de la palabra, ni tampoco si la borras has destruido la palabra. La palabra
vive en las mentes de aquellos que la usan. Incluso si están todos dormidos, existe
en su memoria. De modo que podemos admitir, si existe razón para hacerlo, que los
generales son meras palabras, sin decir en absoluto, como Ockham suponía, que
son realmente individuos.
2.302 Los símbolos crecen. Llegan a ser por desarrollo a partir de otros signos,
particularmente de los iconos, o de signos mixtos que participan de la naturaleza de
los iconos y de los símbolos. Pensamos sólo en signos. Esos signos mentales son
de naturaleza mixta. Sus partes simbólicas se llaman conceptos. Si un hombre hace
un nuevo símbolo, es a través de pensamientos que envuelven conceptos. De modo
que un nuevo símbolo puede crecer sólo a partir de símbolos. Omne symbolum de
symbolo. Un símbolo, una vez que es, se extiende entre las gentes. En el uso y en la
experiencia, su significado crece. Palabras tales como fuerza, ley, riqueza,
matrimonio, tienen para nosotros significados muy diferentes de aquellos que tenían
para nuestros bárbaros antepasados. El símbolo puede decirle al hombre, como la
esfinge de Emerson:
4. SIGNO:
2.303 Algo que hace que alguna otra cosa (su interpretante) se refiera a un
objeto al que él mismo se refiere (su objeto) de la misma manera, el interpretante
llegando a ser a su vez un signo, y así hasta el infinito. Sin duda, la consciencia
inteligente debe entrar en la serie. Si la serie de interpretantes sucesivos llega a un
final, el signo es por eso considerado al menos como imperfecto. Si una idea
interpretante, habiendo sido determinada en una consciencia individual, no
determina ningún signo exterior, sino que esa consciencia llega a ser aniquilada o
pierde de otra manera toda memoria u otro efecto significante del signo, llegará a ser
absolutamente imposible descubrir que alguna vez hubo tal idea en esa consciencia;
y en ese caso es difícil ver cómo podría tener algún significado decir que esa
consciencia tuvo alguna vez la idea, puesto que el decirlo sería un interpretante de
esa idea.
5. ÍNDICE:
Ningún hecho concreto puede afirmarse sin el uso de algún signo que sirva
como índice. Si A le dice a B, "hay fuego", B preguntará, "¿dónde?". Por lo tanto A
está obligado a recurrir a un índice, incluso aunque sólo se esté refiriendo a algún
lugar en el universo real, pasado y futuro. De otro modo, sólo ha dicho que hay una
idea tal como el fuego, lo que no proporcionaría ninguna información, pues a menos
que fuera ya conocida, la palabra "fuego" sería ininteligible. Si A señala con su dedo
el fuego, su dedo está conectado dinámicamente con el fuego, tanto como si una
alarma de incendios automática lo hubiera vuelto directamente en esa dirección,
mientras que también fuerza a los ojos de B a volverse en esa dirección, a que
ponga su atención en eso y a que su entendimiento reconozca que su pregunta ha
sido respondida. Si la respuesta de A es "a mil yardas de aquí", la palabra "aquí" es
un índice, pues tiene exactamente la misma fuerza que si hubiera señalado
enérgicamente al suelo entre B y él.
Más aún, la palabra "yarda", aunque está por un objeto de clase general, es
indirectamente indéxica, ya que los mismos palos para medir una yarda son signos
del modelo parlamentario, y eso no porque tengan cualidades similares, pues todas
las propiedades pertinentes de una barra pequeña son, hasta donde podemos
percibir, las mismas de una grande, sino porque cada una de ellas ha sido real o
virtualmente llevada hasta el prototipo y sujeta a ciertas operaciones dinámicas,
mientras que la fuerza asociativa trae a nuestras mentes, cuando vemos una de
ellas, varias experiencias, y nos lleva a considerarlas como relacionadas con una
longitud fija, aunque puede que no hayamos reflexionado acerca de que ese modelo
es una barra material.
Las consideraciones anteriores pueden llevar al lector a suponer que los índices
hacen referencia exclusiva a objetos de experiencia, y que no habría uso para ellos
en la matemática pura, tratando, como hacen, con creaciones ideales, sin considerar
si se realizan en algún lugar o no. Pero las construcciones imaginarias del
matemático, e incluso los sueños, se aproximan tanto a la realidad como para tener
un cierto grado de fijeza, y como consecuencia de él pueden ser reconocidos e
identificados como individuos. En resumen, hay una forma degenerada de
observación que se dirige a las creaciones de nuestras propias mentes, usando la
palabra observación en su sentido pleno, es decir, implicando algún grado de fijeza y
quasi-realidad en el objeto al que tratan de conformarse.
Las letras usadas así son meros pronombres relativos mejorados. De este
modo, mientras que los pronombres demostrativos y personales son, tal y como se
usan ordinariamente, "índices genuinos", los pronombres relativos son "índices
degenerados", pues aunque pueden referirse accidental e indirectamente a cosas
existentes, se refieren directamente, y sólo necesitan referirse, a las imágenes en la
mente que las palabras previas han creado.
6. SÍMBOLO:
Pero el thema de Burgersdicius parece ser un signo que, como una palabra,
está conectado con su objeto por una convención de que se entenderá así, o
también por un instinto natural o acto intelectual que lo toma como representativo de
su objeto sin que tenga lugar necesariamente ninguna acción que pudiera establecer
una conexión fáctica entre signo y objeto. Si éste era el significado de Burgersdicius,
su thema es lo mismo que el "símbolo" del presente escritor.