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Existe una gran diversidad de teorías folk que, a partir de modelos culturales específicos,
pueden ofrecernos una explicación de los aspectos más sobresalientes de una cultura
determinada. No obstante, en ocasiones es necesario el planteamiento de cuestiones
antropológicas referidas a los seres humanos en general. La combinación de ambas
perspectivas puede ayudarnos a comprender con más profundidad los procesos
cognitivos. En esta misma línea, resulta igualmente de interés tomar en consideración la
influencia que, en relación con los cambios culturales, pueden tener las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación.
Por otra parte, el evolucionismo es responsable de haber considerado que las sociedades
humanas se encuentran en distintos estadios evolutivos, tipificando como estadio social y
mental el primitivo. Desde esta perspectiva, la idea de la mente primitiva, aunque apunte
hacia la tesis de la unidad psíquica de la humanidad, no deja de ser una construcción
elaborada desde una perspectiva evolucionista. Frente a ello, sólo desde el particularismo
y desde la aplicación estricta del principio del relativismo cultural, tal y como propugnaba
Boas, es posible reelaborar de forma positiva el concepto universalista de naturaleza
humana. Un ejemplo interesante de la utilidad práctica de esta concepción lo podemos ver
en la fundamentación de las reclamaciones de los derechos de los pueblos indígenas.
2. El rechazo de las premisas que son enunciados universales. Las tratan como si fueran
enunciados particulares.
Hamill señala que hay cierto tipo de conclusiones, válidas desde un punto de vista lógico,
que no son admitidas por miembros de diferentes culturas. Por ejemplo, en razonamientos
que parten de una premisa universal (“todos los…”) y acaban en una conclusión particular
(“algunos …”)
Ekman (1984) y sus colaboradores han llegado a tipificar las emociones universales de
los humanos: felicidad, sorpresa, miedo, enojo, asco y tristeza. Individuos de culturas
diferentes identifican unos mismos gestos y los refieren a las mismas emociones
correspondientes.
Lakoff considera que las emociones tienen una estructura conceptual muy compleja y no
pueden, por tanto, reducirse a un esquema tan limitado.
En todo caso, en el estudio del carácter universal de las emociones tendríamos que tomar
en consideración, no sólo los aspectos biológicos y psicológicos, sino sobre todo los
relacionados con las situaciones sociales y el significado existencial que se da a las
mismas en términos culturales. Aspectos esenciales de la cultura suelen presentarse a
sus miembros en términos emocionales antes que racionales. Este hecho no puede ser
ignorado por el investigador.
Estudios de Frake sobre la conducta religiosa de los subanun (pueblo que practica la
agricultura itinerante. Isla de Mindanao. Filipinas). Su interés se centró en:
Ejemplo: Las comidas. Las comidas ordinarias (se realizan con la familia nuclear. Se
consume cereal o raíces; no se consume vino de arroz ni carne) se distinguen de las
comidas festivas (se prepara un plato con carne que se acompaña con cereal, se
consume vino de arroz) y de las comidas (Kanu: ‘ofrendas’) que se producen sólo en
determinadas festividades y que los subanun consideran que cuentan con la presencia de
seres sobrenaturales, a los que se les ofrecen ofrendas. En estas últimas se utiliza carne,
arroz, huevos, vino de arroz preparado de forma ritual, nueces de betel y areca con hojas
de pimienta de betel. Estos alimentos se ofrecen primero a los seres sobrenaturales en un
altar y luego son consumidos en una fiesta. Los subanun consideran que los seres
sobrenaturales tan sólo consumen la esencia intangible (senaw). Lo más significativo de
una ofrenda es la utilización de la carne, pues exige el sacrificio del valioso ganado.
El estudio de Frake nos proporciona ciertas claves acerca de cómo debe enfocarse el
trabajo etnográfico. Podemos ver, en primer término, que el interés del investigador se
centra en estudiar de qué manera se programan las ceremonias y para ello realiza una
lista lo más completa posible de lo que sucede antes y después de las escenas religiosas.
Esta lista le permite establecer un marco o trama que a su vez le ayudará a distribuir el
conjunto de acontecimientos y representarlo. La descripción de un marco o trama
requiere:
Existen ceremonias programadas, que se relacionan con las actividades propias del ciclo
anual (tala y quema del bosque para preparar los cultivos, plantación, protección de las
plantas y cosecha). El objeto de la celebración de las ofrendas programadas es prevenir
la ocurrencia de desgracias y asegurar la buena marcha de los acontecimientos.
Seguir el guión.
A partir de los estudios sobre la inteligencia artificial, Shank y Abelson han desarrollado
un nuevo concepto de guión. Se refieren con él a la representación de una serie de
acontecimientos que se producen normalmente siguiendo cierto orden secuencial, de tal
modo que si se produce una acción ha de haberse producido la anterior en la serie. De
esta forma, un guión puede considerarse como una secuencia predeterminada y
estereotípica de acciones, que sirve para definir una situación bien conocida por el
investigador.
Utilizan también el concepto de escena, considerando que un guión puede ligar escenas
diferentes. Agar (1974), siguiendo estos postulados, realizó un estudio sobre el
comportamiento de los heroinómanos urbanos de EEUU. Este estudio (“Hablar sobre
hacer: léxico y acontecimiento”) se elaboró partiendo del argot específico de ese grupo
social.
Los esquemas engloban y redefinen planes, guiones y marcos o tramas. Sus rasgos
básicos fueron establecidos por Minsky (1975) y más tarde perfilados por Rumelhart
(1980), siguiendo las ideas originales de Bartlett.
Las ranuras incluyen condiciones que restringen los elementos que pueden ser ligados a
ellas o establecen condiciones sobre las interacciones de las variables que intervienen en
el esquema. Por otra parte, se asignan a las variables valores ‘por defecto’, que no
siempre corresponden a elementos que se hallan en el ambiente considerado. Una mejor
información permitirá asignar a las variables valores más ajustados.
Los esquemas nos proporcionan vías explicativas para la comprensión de las culturas.
Existen diversos tipos de esquemas: de acontecimiento, de orientación, narrativos,
proposicionales, de imagen, metafóricos, …
Esquemas de orientación.
a) Ambientes particulares.
c) rutas de movimiento.
Esquemas de imagen.
Son abstracciones perceptivas que nos permiten estructurar la experiencia. Son, por
tanto, inherentemente significativos. Estos esquemas responden a configuraciones
estructuradas y no son simples agregados de partes.
Esquemas de proposición.
Especifican conceptos y las relaciones que se establecen entre ellos. De acuerdo con la
teoría general de los esquemas de Rumelhart, podemos considerarlos como redes de
nodos y enlaces. Están compuestos de fragmentos formados por un nodo y sus
respectivos enlaces. Ejemplo: Dar sería un esquema simple de acción, que integra
subesquemas como hacer, causar y transferir. Los esquemas de proposición
proporcionan una forma simplificada de representar el significado. Uno de sus aspectos
más destacados es el encadenamiento que puede establecerse entre sus elementos,
siguiendo una secuencia lógica. También es interesante que puedan ser reconocidos y
utilizados por programas informáticos.
Como ilustraciones de los esquemas de proposición pueden servirnos los refranes
interrelacionados que sobre un mismo tema podemos encontrar en la tradición oral. Por
ejemplo: “El tiempo es oro”, “El tiempo todo lo cura”, “Hay que dar tiempo al tiempo”, “El
tiempo no pasa en balde”, etc. Todos estos refranes revelan un cierto modelo cultural para
pensar el tiempo. Más que esquemas deberíamos considerarlos como concreciones de un
mismo esquema, que podría expresarse como: “El tiempo es un agente activo”.
Propp esbozó una morfología de los cuentos como secuencia-patrón de funciones. Halló
en los cuentos populares rusos una serie limitada y relativamente constante de acciones
significativas, a las que denominó funciones, cuya sucesión y encadenamiento constituía
una trama dinamizada por personajes menores o elementos que ayudan a pasar de una
acción a otra, a los que denominó auxiliares. Denominó motivaciones a los fines que
persiguen los personajes. Greimas reformó esta morfología, tomando como base la
Gramática generativa. Greimas destaca la importancia de los roles desempeñados por los
personajes, aspecto que Propp había descuidado al disolverlos en las funciones. Por su
parte la Gramática del texto, desarrollada por Van Dijk ha redescubierto en las
narraciones las categorías (predicados y argumentos; posibilidad, probabilidad, negación,
hecho, tiempo y lugar) y reglas de definición, así como las relaciones que existen entre
ellas.
Rumelhardt y Ortony postulan dos esquemas que organizan de forma global los cuentos e
historias: Introducción (situación: ambiente, lugar, tiempo y personajes principales) y
Episodio (acontecimiento y reacción).
Quinn y Holland concluyen que los modelos específicamente culturales están asentados
en mundos simplificados. Por una parte, estructuran la experiencia de modo metonímico o
sinecdótico, tomando con frecuencia una parte por el todo, como sucede cuando se
establecen estereotipos o tipos ideales. Por otro lado, el uso de modelos culturales
supone una simplificación de la experiencia, que tiene la ventaja de hacerla más accesible
a la memoria, más comprensible y fácil de ser compartida. La cultura puede presentarse
como una extensiva y heterogénea colección de modelos. Los modelos culturales tienen
la doble dimensión de ser artefactos públicos que existen en el mundo y constructos
cognitivos que están en la mente de los miembros de una comunidad.
La base cultural de esquemas y modelos.
Otra línea de discusión es el debate entre Lakoff y Johnson, por una parte, y Quinn, por
la otra. La base experiencial sobre la que los primeros sitúan los esquemas de imagen es
la experiencia corporal en relación al mundo. Utilizan la metáfora de los contenedores,
que está basada en la experiencia de entrar y salir en espacios determinados. Esto
parece sugerir que la experiencia corporal del mundo debería ser análoga en todas las
culturas. En consecuencia, la metáfora del contenedor debería ser universalmente
compartida. Frente a esto, Quinn sostiene que las metáforas tienen una base cultural y se
seleccionan en función de su adecuación a los modelos socialmente compartidos.
Categorías
De los modelos lingüísticos a los modelos psicológicos.
Como consecuencia de la revisión crítica, el análisis componencial ha ido siendo abandonado. Por
su parte, las taxonomías han sido reformuladas como sistemas de clasificación e ilustraciones de
procesos de categorización.
Es ilustrativo en este sentido el balance crítico a propósito de los resultados del análisis
etnosemántico, concluyendo que lo que ha hecho éste es tomarlo como una organización de sonidos
que simplemente es objeto de contraste en un solo plano, cuando en realidad es una estructura
compleja de la cual no se han asimilado algunas de sus características fundamentales:
Tyler: Partiendo de un mismo conjunto de datos, pueden ofrecerse varios esquemas explicativos del
mismo proceso o factor cultural, todos ellos completos y consistentes. Entonces se planteará la
cuestión de determinar cuál de esas explicaciones se ajusta al modelo nativo.
Este planteamiento prejuzga que existe un único modelo adecuado, cuando bien puede suceder que
existan varios en la mente de los nativos, tal como puede haber también varios en la mente de los
investigadores.
Por lo demás, Burling mostró que es posible realizar infinitos análisis componeneciales distintos
partiendo del mismo conjunto de elementos. Así que, o sólo uno de ellos es válido o lo son todos.
Burling se decantó por la segunda opción. Su posición es pesimista: “Suena mucho mejor decir que
estamos descubriendo ‘los sistemas cognitivos de la gente’ que admitir que en realidad nos
dedicamos a perder el tiempo con un conjunto de reglas que nos permiten usar los términos de la
forma que otros lo hacen. Pero en mi opinión esto último es realista, lo primero no lo es”.
Wallace piensa que se puede salir de esa aporía utilizando otras técnicas, como complemento del
análisis componencial. Así lo hizo en sus estudios sobre el parentesco, empleando técnicas para
identificar las dimensiones de la clasificación y las operaciones lógicas reales realizadas por los
nativos. Otras técnicas le servían para demostrar que una dimensión de una clasificación o una
operación lógica determinada, aunque hayan sido empleadas por el antropólogo, no son usadas por
los nativos.
Categorías y prototipos.
Fue en el dominio del color donde primero se advirtió la importancia de los modelos psicológicos
cognitivos y, dentro de estos, la conveniencia de estudiar las categorías. Rosch considera que el
dominio del color era ideal para someter a prueba los modelos whorfianos porque en él pueden
hacerse medidas independientes de la cognición lingüística y porque se pueden obtener medidas de
operaciones específicamente cognitivas como la percepción y la memoria. El estudio de Berlin y
Kay proporcionó, aparte de la secuencia de estadios en la terminología del color, evidencias acerca
de que existía entre los hablantes de distintas lenguas gran variación en los límites de los términos,
pero una enorme coincidencia en los puntos focales de cada uno de ellos. Estos puntos focales se
propusieron como explicación más convincente para mostrar que la codificabilidad y la memoria
eran resultado de la saliencia. Lo que Rosch mostró con sus estudios transculturales y evolutivos fue
que los colores focales perceptualmente salientes eran prototipos naturales, puntos desde los que se
estructuran las categorías de color. El concepto de “tipo ideal” sirvió para fundamentar los
prototipos de color como puntos de referencia en relación a los cuales se perciben y evalúan otros
elementos del dominio.
Respecto a la existencia de prototipos en otros dominios, Rosca encontró que las formas
geométricas y las expresiones faciales de emoción están estructuradas de manera similar (Estudios
de Rosch con los Dani y los Fore de Nueva Guinea). En ambos dominios sus estudios apuntan a la
universalidad de los prototipos. A su juicio, la noción de prototipo cuestiona la concepción
aristotélica de las categorías, entendidas como conjuntos lógicos de atributos criteriales con límites
definidos y poseídas por igual. Las propiedades físicas no son discretas sino de variación continua.
La noción de prototipo.
Estudios realizados por Rosch y otros investigadores relativos a las categorías perceptuales (forma,
color, etc.), a categorías de objetos naturales (pájaros, árboles, peces, etc.) y sobre categorías de
objetos artificiales (herramientas, muebles, etc.), ofrecen un buen soporte empírico de la noción de
prototipo. Existe, por tanto, cierto consenso en lo que se refiere al funcionamiento por prototipos y
al gradiente entre los miembros de las categorías semánticas en relación a cómo reflejan la idea o
imagen del significado. La estructura interna de las categorías tiene un efecto directo en la
condición. Esto se hace evidente por:
- Los ejemplares más prototípicos son mencionados los primeros y con mayor frecuencia cuando
pedimos a un informante que enumere los miembros de una categoría.
- Las representaciones mentales generadas por los nombres de las categorías semánticas afectan
a la percepción.
- Cuando se pide la sustitución de unos prototipos por otros en frases determinadas, ésta se
produce con mucha más facilidad con los ejemplares buenos que con los malos.
- En cuanto al desarrollo, los niños pueden definir inicialmente una categoría por medio de casos
claros concretos más que en términos de atributos criteriales abstractos.
Desde la perspectiva de la teoría de los prototipos, las categorías tienen las propiedades
siguientes:
La cuestión esencial consiste en determinar cómo y por qué los seres humanos ordenan su entorno,
utilizando para ello esquemas categoriales y otras formas de clasificación. Se trata también de
establecer el valor de las diferenciaciones, niveles y rasgos establecidos, así como sus relaciones
con factores psicológicos.
Los rangos.
Los trabajos de Berlin y otros sobre la clasificación de plantas tzeltal, ampliados más tarde a otras
culturas, mostraron que la clasificación folk de las plantas aparecen cinco o seis niveles o rangos.
Les dieron las siguientes denominaciones, ordenándolos según el grado de inclusión de los mismos:
inicial único, formas de vida (planta o animal), géneros (Conklin los denomina categorías básicas),
específicos y variedades. Frente a ésta, la clasificación de la Biología moderna alude al menos a
doce: reino, subreino, phylum, subphylum, clase, subclase, superorden, orden, familia, subfamila,
género y especie.
Las categorías son reconocibles por medio de las claves del lenguaje. Boas y Sapir consideraban
que la categorización reflejaba en el lenguaje es en gran medida inconsciente. Algunas formas de
reconocer las categorizaciones: maneras de referirse (flor, pájaro, …), congruencia gramatical,
estructura morfológica, uso de frases, léxico. En todo caso, el desvelamiento de las categorías
debería ser resultado de análisis de contextos etnográficos, no tan sólo resultado de la aplicación de
test o del registro de lexemas y expresiones lingüísticas.
Problemas: universalidad o generalidad, diversidad (al menos cinco rangos) y carácter sistemático.
Una taxonomía folk puede ser resultado de un proceso inducido por el sistema de preguntas-
respuestas, en lugar de responder a diferenciaciones propias de la mente nativa. Por otra parte, en
ocasiones cuenta, más que la información contenida en las categorías, la cue validity (saliencia,
validez o eficacia de la señal). Esta noción enlaza con la organización interna y externa de las
categorías. En cuanto a la primera, son los prototipos los que muestran la cue validity más elevada.
Por lo que respecta a la segunda, son las categorías del nivel de base las que lo hacen. Esto nos hace
pensar que los sistemas de categorías no reúnen atributos de manera arbitraria, sino que existen
correlaciones internas entre los atributos agrupados.
La perspectiva relativista da especial importancia a los niveles inferiores de las taxonomías, también
a los géneros, aunque principalmente a los específicos y las variedades (trabajos de Conklin y
Frake).
Desde una perspectiva universalista (Berlin) se admite también un cierto relativismo al constatar
que las categorías específicas y de variedades son numerosas en las distintas sociedades, con
relación a las plantas que tienen relevancia en esas culturas. Berlin constató que la cultura Aguaruna
tenía específicos para el 39 % de las plantas cultivadas, el 31% de las protegidas, el 20 % de las
significativas y el 6 % de las no importantes. Encontró porcentajes similares en la cultura Tzeltal.
La explicación propuesta sugiere que las culturas dan más atención a las plantas que son más
importantes para ellas y por eso las diferencian con mayor detalle. Comparando la formación de
específicos y variedades por un lado y de géneros por otro, habría que concluir que la naturaleza de
las categorías no es homogéna. Tres tipos de rasgos: rasgos parte (de gran eficacia comunicativa,
correlacionan forma o apariencia con función. Por ej.: aletas de los peces, alas de los pájaros o de
los aviones, etc.), funcionales y mixtos.
¿Hasta qué punto la imposición de la realidad se consigue entre otras técnicas por medio de
categorías y clasificaciones, proponiendo un orden y dándole fundamento hasta hacer que se acepte
como natural? Siguiendo a Foucault podría decirse que este es uno de las formas más eficaces de
ejercicio del poder.
En el ámbito social, las categorías y clasificaciones son de una importancia básica. Determinan
posiciones, privilegios, límites a las interacciones, etc. (Ej.: sistema de castas hindú o categorías
raciales desarrolladas en la América colonial desde el XVI).
En las sociedades modernas las instituciones las instituciones ponen en práctica con frecuencia el
juego de las categorías. A modo de ejemplo puede citarse el estudio de Yanow sobre el uso de
categorías raciales y étnicas usadas en los censos de EEUU. En el de 1790: seis categorías
relacionadas con la raza, cinco de ellas para “personas libres” y una para esclavos. En el de 1820 se
añaden “extranjeros no naturalizados” y “personas de color libres”. En el de 1830 aparecen
“blancos libres”, “esclavos y personas de color libres” y “sordomudos”. En el de 1850 existen dos
categorías: libres y esclavos. Se dividen en cada una de ellas en cinco subcategorías: edad, sexo,
color, sordomudos o ciegos y dementes o bobos. En el de 1870 aparecen las categorías de raza
(blanco, de color, chino e indio), que se irá ampliando en censos posteriores. En el censo de 1950 se
introduce la categoría de “lengua materna”. Yakow concluye que las categorías del censo tenían
propósitos instrumentales. En sus orígenes, el censo servía como instrumento para la recaudación de
impuestos, el servicio militar, el trabajo y el conocimiento de la masa de votantes potenciales.
Categorías para jugar.
En todas las culturas se encuentran modos de jugar con las categorías. Como ejemplos podemos
citar los acertijos o adivinanzas. Estas prácticas sirven a distintos fines sociales, además de ser
utilizadas como instrumento para el aprendizaje. En tales juegos es esencial el conocimiento de
descripciones y definiciones formadas mediante el enunciado de ciertos rasgos. A propósito de ello
cabe destacar que:
Nociones primeras: lexema y dominio. Dado un conjunto limitado de unidades lexicales (lexemas)
que comparten algún rasgo de siginificado, se trata de establecer si este conjunto de lexemas forman
un dominio y de descubrir la pauta formal de los significados que subyacen a este dominio.
Otras nociones básicas: análisis componencial, paradigma, taxonomía, llave, árbol, dimensión de
significado, rasgo de significado, inclusión de referencia, nivel de contraste, parrilla etic y
conjunto de contraste.
2. Para cada par de rasgos de una dimensión dispone de un par correlativo de lexemas.
Una llave es una estructura de ramificación cuyo primer nodo indica la raíz de dominio y cada nodo
siguiente representa la selección de un solo rasgo particular. Las taxonomías, paradigmas y árboles
son tipos de estructura semántica, mientras que la llave es un tipo de representación de una
estructura semántica.
Un segregado (denotata) es una clase de objetos referidos por medio de un lexema. Dos segregados
están en una relación de contraste sólo cuando la diferencia entre ellos es significativa. Una serie de
segregados contrastantes forman un conjunto de contraste.
Los atributos son las propiedades que comparten los objetos de un segregado o taxón. Un rasgo
semántico (rasgo distintivo) corresponde a un atributo criterial de los objetos de un segregado.
El campo de aplicación fundamental del análisis componencial fue el parentesco, que quedó así
desvelado como un dominio o conjunto de lexemas. Las relaciones de parentesco designan
relaciones establecidas desde una posición, la del que habla. Se utiliza la expresión EGO para
denotar la posición relativa en los análisis de parentesco.
El parentesco, para el conjunto de las sociedades humanas, constituye la base de muchos sistemas
de agrupación de personas, sistemas de organización social, sistemas de asignación de roles,
sistemas para la formación de alianzas, sistemas para garantizar la reproducción social, etc. No
obstante, se presupone que su comprensión como sistema terminológico puede ser reveladora de
muchos de esos aspectos o al menos ayudar a su comprensión.
Para realizar el análisis de las relaciones de parentesco se utiliza un conjunto de signos, en principio
abreviaturas de los términos básicos de parentesco en inglés: F (father), M (mother), B (brother), Z
(sister), S (son), D (daughter). Combinando estos seis signos se dispone de código estándar con el
que registrar la posición de cualquier individuo en relación a EGO. Este sistema de signos es parte
de un procedimiento etic.
Lounsbury, a propósito de los sistemas de parentesco en los Cuervo, estableció tres reglas:
1. Regla del sesgo: el hermano de una mujer, como pariente de conexión, es equivalente al hijo
de ésta, como pariente de conexión.
1.1. Corolario: cualquier varón en conexión con la hermana del pariente será equivalente al
varón en conexión con la madre del pariente.
2. Regla de fusión: cualquier hermano/a de una persona que sea del mismo sexo que ella, en
cuanto pariente de conexión, es equivalente a ella.
2.1. Corolario: cualquier hermano/a de alguien del mismo sexo que él (ella) será equivalente a él
(ella) como objeto de referencia.
3. Regla de los medio-hermanos: cualquiera de los hijos/as de uno de los padres es hermano de
los otros.
La tercera de estas reglas es prácticamente universal, la segunda está muy difundida y la primera es
restringida.
En cualquier conjunto de términos de parentesco de cualquier sociedad humana aparece una lógica,
es decir, forma una estructura, un sistema.
b. Regla de los recíprocos: pueden ser reducidos a la misma expresión los recíprocos.
Por ejemplo, el hijo/a del hermano de EGO y el hermano/a de su padre.
Aplicación del sistema terminológico estándar al sistema de parentesco en castellano, con objeto de
exponer la mecánica del uso del mismo.
Influencia de los modelos lingüísticos (Jakobson) Conklin los empleó en su intento de análisis de
los pronombres Hanunóo (paradigma imperfecto). Foley ha mostrado que el sistema de pronombres
tagalo puede ser cartografiado según un paradigma perfecto, si se ordena con las dimensiones de
“hablante incluido”, “hablante excluido”, “oyente incluido” y “oyente excluido”.
El mundo de objetos.
Otro campo de aplicación del análisis componencial es el mundo de objetos (artefactos). Sobre este
aspecto son frecuentes las clasificaciones nativas que pueden ser objeto de análisis (Ej.: aplicación
del análisis semántico de rasgos a los objetos que se usan para sentarse).
Taxonomías Folk.
Comparación de las taxonomías de plantas y animales con las taxonomías de la Biología. Los
sistemas de clasificación folk no siguen las mismas pautas que los sistemas científicos. Sin embargo
son sistemas de clasificación sistemáticos.
- En otros casos se daba una correspondencia biunívoca entre los términos tzeltal y los
botánicos.
En conclusión puede afirmarse que los sistemas de clasificación son diferentes en las distintas
lenguas y que el sistema de clasificación establecido por la Botánica constituye un lenguaje más. En
todo caso, el sistema de la Botánica tiende a hacerse cada vez más generalista, mientras que la
taxonomía folk tiende a la especialización.
Como ilustración de todo ello podemos ver algunas ideas de Goodenough, expresadas en su obra
Introduction to Cultural Anthropology.
“Considerando la tipología y sus problemas concomitantes queda claro que las clasificaciones
elaboradas para el estudio comparativo están a un nivel conceptual distinto –es decir, sirven a otros
propósitos diferentes-, que las distinciones establecidas en forma de categorías, las cuales
proporcionan un significado más apropiado de los fenómenos dentro de una sociedad concreta. Las
primeras deben ser por regla general aplicables a todas las sociedades y las últimas deben permitir
exponer con mayor economía las leyes que determinan los acontecimientos del comportamiento
dentro de una sociedad tomada como un universo en sí misma”.
“Mediante el contraste sistemático de los conjuntos denotativos de las palabras de una lengua es
posible, por tanto, llegar a una hipótesis referente a qué criterios discriminarán mejor entre los
conjuntos. Estas hipótesis pueden ser fácilmente validadas registrando el uso real de las palabras”.
“Muchos de los desacuerdos existentes entre las escuelas antropológicas del pensamiento en el
pasado han reflejado las consecuencias de haber hecho un énfasis diferente en uno u otro de estos
órdenes distintos. Uno es el orden fenomenológico de los acontecimientos y las regularidades que
exhiben. Una comunidad humana, como cualquier otro universo natural en estado próximo al
equilibrio, exhibe pautas estadísticas características de los sistemas internamente estables, como la
homeostasis de un organismo vivo”.
a. Distinción etic/emic.
b. La etnografía como procedimiento de validación teórica, más allá de una mera descripción.
c. La lingüística como punto de apoyo fiable para la Antropología.
d. Análisis de conjuntos contrastantes.
e. La semántica etnográfica como primer campo de aplicación.
f. Definición de la cultura como sistema de normas que están relacionadas con pautas de
conocimiento.
g. Distinción entre orden ideacional y orden fenomenológico.
Frake en su obra, Notes on queries in ethnography, plantea que el conocimiento de una cultura no
se logra tanto tratando de conocer todas las respuestas, cuanto aprendiendo a formular las preguntas
pertinentes.
Si entendemos la cultura como sistema de conocimiento y como código de normas, el lugar donde
hay que explorarla es la mente de las personas. La lengua es un instrumento privilegiado para
acceder a ese lugar. En todo caso, aunque no todo lo que es relevante desde un punto de vista
cultural pueda ser captado de esta manera, sí lo es buena parte de ello puesto que cualquier acto,
objeto o acontecimiento está sujeto a interpretación ya que es la manifestación de un código.
Preguntas y respuestas.
Una serie de preguntas y respuestas constituyen un programa de búsqueda de información, que tiene
la cualidad de poder ser objeto de aplicación, réplica y comprobación por parte de terceros.
La unidad básica del mismo estaría integrada por un par de preguntas que enlazan proposiciones
que son respectivamente cuestiones y respuestas. Ejemplo: Estructura del cuestionario utilizado por
Frake al estudiar a los Subanum (Filipinas). “Gasi” (cerveza).
Modelos:
La adopción de modelos lingüísticos puede conllevar cierta confusión de grados, así como un uso
problemático de la analogía. No obstante, su empleo ha permitido la obtención de algunos
resultados importantes.
Fonético/ fonémico
El primero de esos modelos es la distinción Emic-etic. Se trata de un modelo del sistema
fonológico, extendido a la morfología y la sintaxis, antes de ser generalizado por Pike para la
conducta humana no verbal y todos los ámbitos de la cultura. La Lingüística se ocupó de determinar
el conjunto de descriptores o discriminadores aplicables al estudio descriptivo de los elementos
acústicos relacionados con el uso lingüístico del aparato de fonación. En base a sus resultados se
creó una tabla conocida como “alfabeto fonético internacional”. Los descriptores fonéticos pasaron
a ser considerados “rasgos distintivos”:
a. En una lengua determinada tales rasgos podrían ser comunes a un conjunto de fonemas.
b. Podrían ser tomados como atributos binarios, definidos por la presencia o ausencia de un
rasgo fonético determinado.
Estos rasgos distintivos son considerados por Goodenough como unidades mínimas de descripción,
aunque no se trate de categorías lingüísticas. En conjunto representan el contenido básico del
análisis fon-étic-o susceptible de ser aplicado a cualquier lengua.
Hay que subrayar que las caracterizaciones propias del análisis fonético no tienen por qué ser
significativas para los hablantes de esa lengua. Durante el aprendizaje de una lengua se produce una
interiorización de los procedimientos analíticos fon-émic-os, mediante los cuales los hablantes
producen y comprenden los mensajes producidos en su lengua. Así pues, el análisis fonémico gira
alrededor de la significación. Pike toma de aquí dos modelos complementarios de análisis que, a su
juicio, pueden aplicarse al análisis de toda cultura.
Todos estos rasgos giran alrededor de tres conceptos: diferencia, significatividad y sistema.
La Perspectiva Etic:
1. Proporciona entrenamiento y horizontes amplios desde los que contemplar las semejanzas y
diferencias entre los acontecimientos humanos.
2. Habilita técnicas para registrar fenómenos diferentes.
3. Es un camino de entrada porque no es posible comenzar el análisis de una cultura sino con
una descripción etic.
4. Al hacer comparaciones entre diferentes culturas, permite encarar asuntos relacionados con
la práctica investigadora.
La Perspectiva Emic:
1. Proporciona una comprensión sobre cómo está constituida una lengua o una cultura,
considerándolas como totalidades.
2. Ayuda a comprender a los individuos en su vida cotidiana, sus actitudes, motivos, intereses,
etc.
3. Es la única sobre la que una ciencia predictiva de la conducta puede hacer algún progreso,
precisamente cuando los estudios estadísticos son insuficientes.
En resumen, en el enfoque etic las descripciones y análisis vienen de fuera, se realizan con criterios
externos al sistema. Frente a esto, en el análisis emic los descriptores provienen del interior, se
realizan con criterios dentro del sistema. Ambas perspectivas tienen el mismo valor.
Feuer quien, desde una perspectiva materialista, acusó a Sapir y Whorf de mentalistas.
Advirtió además sobre las diferencias entre estilo literal y estilo metafórico. Por otra parte,
puesto que las únicas pruebas aportadas por Whorf de las diferencias entre las
percepciones y visiones del mundo eran lingüísticas, Lenneberg subrayó la posibilidad y
necesidad de acceder por separado a los hechos lingüísticos y no lingüísticos, para poder
luego relacionarlos. Los dos ámbitos no pueden ser esclarecidos sólo con medios
lingüísticos. Si fuera así, la relatividad lingüística se convertiría en un principio circular o
tautológico.
Frente a la idea de que las lenguas incorporan “sistemas lingüísticos de fondo”, Max
Black centró sus críticas en los criptotipos, negando que sean categorías significativas
para un hablante. Para él son una muestra de la “falacia del lingüista”, que consiste en
imputar sus propias y sofisticadas apreciaciones a los hablantes. Un criptotipo es algo
inverificable. Por otra parte, rechazó también la tesis whorfiana que afirma que “el
hablante nativo de un idioma posee un sistema conceptual peculiar para organizar la
experiencia”. Black se refiere al vocabulario de los colores como caso más favorable a
esa tesis, pero insiste en que no hay pruebas fehacientes de ello. Tampoco le parece
aceptable la idea de una metafísica implícita en el lenguaje. Considera que Whorf ha
proyectado esa metafísica en su análisis de la lengua hopi. Por último, rechaza
igualmente las conclusiones que Whorf extraía de su idea de la realidad como “un flujo
caleidoscópico de impresiones”.
Boas inició la campaña para tratar de disolver las correlaciones establecidas entre los
conceptos de raza, lengua y cultura.
Levi-Strauss: “Se puede considerar el lenguaje como una condición de la cultura, y ello
en un doble sentido: diacrónico, puesto que el individuo adquiere la cultura de un grupo
principalmente por medio del lenguaje; (…) Desde un punto de vista más teórico, el
lenguaje aparece también como condición de la cultura en la media en que ésta posee
una arquitectura similar a la del lenguaje. Una y otra se edifican por medio de oposiciones
y correlaciones, es decir, de relaciones lógicas”. “El error de Whorf y de sus discípulos ha
consistido en comparar datos lingüísticos muy elaborados que son el resultado de un
análisis previo, con observaciones etnográficas correspondientes a un nivel empírico o al
nivel del análisis ideológico, lo que implica un corte arbitrario en la realidad social.
Comparan de esta manera objetos de análisis que no son de la misma naturaleza y corren
el riesgo de llegar a lugares comunes o a hipótesis frágiles”.
Dado que el vocabulario referido al color es muy diferente en las distintas lenguas y
siendo el dominio del color técnicamente susceptible de ser presentado como un
continuum, parecía adecuado para someter a comprobación empírica el principio de
relatividad.
La universalidad no radica en que todas las lenguas dispongan de los mismos términos,
sino en los llamados “universales implicacionales” (Ej.: “Todas las lenguas que disponen
de un término para rosa, púrpura, naranja o gris, disponen también de términos para
marrón, azul, verde, amarillo, rojo, blanco, negro”. “Todas las lenguas que disponen de un
término para marrón, disponen también de términos para azul, verde, amarillo, rojo,
blanco, negro”, etc.)
Puntos focales
Rosch realizó una serie de pruebas entre los Dugum Dani que corroboraban las
conclusiones de de Berlin y Kay sobre los puntos focales. Los Dani sólo disponían de dos
términos referidos al color, pero Rosch comprobó que su memoria de reconocimiento del
color era mejor con las tarjetas que correspondían a los puntos focales de los colores
básicos. Denominó sapiencia perceptual a la cualidad que hacía posible ese efecto y
consideró que ésta es universal e influye de forma decisiva en la codificabilidad y la
precisión de la comunicación.
Relativismo lingüístico/relativismo cultural. Éste último afirma que cada grupo humano
ordena la objetividad de su experiencia como precipitado de una lógica diferencial y
significativa. La percepción humana del mundo no es inmutable, está sujeta a
determinaciones culturales y evolución histórica. Sahlins asume con Cassirer que, “el
lenguaje no entra en un mundo de percepciones objetivas alcanzadas para añadir
simplemente signos exteriores y arbitrarios a objetos determinados, sino que es él mismo
un mediador por excelencia, el instrumento más importante y más precioso para la
conquista y la construcción de un verdadero mundo de objetos”.
Silverstein: