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¿Qué significa, en una república orgullosa de sus ascendientes, demócrata de convicción, fuerte y

viril como ninguna otra de sus antiguas hermanas de América, qué significa esa sucesión dinástica
del poder público en una familia de hombres que no poseen el monopolio de la superioridad
intelectual, ni mucho menos?

¿Qué significa? No otra cosa que esto: abatimiento moral y logrerismo político. P. 11. La
democracia en peligro Justo Zárate. Imprenta y Encuadernación Universitaria.

Además:

¿Qué otra cosa sabe de él el país? Que es un señor feudal de toda una provincia, Curicó, que tiene
centenares de ganados y que hubo un día en que él mismo se proclamó candidato, diciendo que
era el mayor enemigo de su propia candidatura. Y ya lo veis, cómo abraza en sus sueños la banda!

¿Cuáles son los servicios que ha prestado a su Patria? Respondan sus amigos y sus cofrades. Lo
que es yo no le conozco ni uno solo, fuera de éste que ahora va a prestarle: hacer de pisadera para
la ascensión del hombre que ya toda la República ha aclamado como salvador, como regenerador
de la podredumbre que nos asfixia, como el único capaz de poner en jaque a tanto odioso
mercader político.

“Camarillas” Alessandri, Orrego Luco, Puga Borne

Justo Zárate: “No pueden Uds., los de la Alianza liberal haber hecho un disparate más solemne que
la candidatura y proclamación de Germán”. “Ya lo verán ustedes; y les faltará tiempo para
arrepentirse si llega a triunfar”. Un hombre débil, lo quería como cuñado y hermano, “Germán es
un hombre débil, sin energías para nada, no entiende la política ni conoce a los hombres; harán de
él un juguete los partidos y el país pagará al final los platos rotos”

II.- El pueblo y los candidatos, 1906. Imprenta y Encuadernación Universitaria.

Y bien; un hombre que, al lado de su ardua labor parlamentaria, de sus atenciones filantrópicas,
del ejercicio constante y persistente de su profesión de abogado, única fuente de vida de que
dispone con honradez sin tacha; un hombre que, en medio de tantos quehaceres se da tiempo aún
para dedicar una parte de sus días a servir un cargo puramente honorífico como el de consejero de
instrucción, y que consigue distinguirse en él por su ilustrada laboriosidad; un hombre de estas
condiciones, ¿puede decirse, sin odiosa obcecación, que no ha servido jamás a su pueblo, que en
nada lo ha beneficiado, que nada ha hecho por su bienestar? P. 39

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