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LA CIUDAD DE LOS CONTRASTES

La ciudad de Buenos Aires reconoce un parámetro común con el resto de las ciudades latinoamericanas:
una rápida urbanización a partir de alguna especialización económica y su inserción en el mercado mundial.
Ciudad Puerto que se extiende en una inmensa llanura arrebatando tierras a la pampa, sin accidente
geográficos que enerven su vocación expansiva.

La Argentina decimonónica fue testigo de una inmigración masiva fruto del éxito del modelo
agroexportador; se necesitaba mano de obra barata y ésta acudió rauda a la promesa de un futuro mejor.
Los sueños de acceso a la tierra propia pronta se vieron truncados porque ésta ya había sido acaparada por
la oligarquía locai tras la campaña contra los indios. Sin tierras, algunos decidieron retornar a sus patrias,
otros persistieron en su aventura.

Las familias que arribaban a la ciudad necesitaban acceder a un tipo de alojamiento accesible y cercano a
sus lugares de trabajo, siendo dos las alternativas posibles: el alquiler de cuartos en antiguas casas
disponibles en el centro y el asentamiento precario en zonas periféricas de la ciudad. Nace el "conventillo",
magisíralmente retratado por Vaccarezza, creador del sainete, verdadero documento de época que cuenta
del hacinamiento de las viviendas, las dificultades del idioma y la diversidad de culturas, sumado a la
incertidumbre del futuro.

Hacia el Centenario Buenos Aires ya se representaba como una ciudad europea, con sus calles espaciosas,
sus cafés, sus edificios, con el único "defecto", tantas veces mentado por visitantes e intelectuales, de su
trazado en damero, como un plano cuadriculado ganándole tierras a la llanura para ser ocupado. No
obstante, esta proliferación de manzanas calificadas de "odiosas" por el ensayista guatemalteco Ernesto
Gómez Carrillo, fueron el resultado de una política deliberada del gobierno roquista ante el fenómeno de la
inmigración masiva y tuvo un efecto democratizador o igualador en la composición morfológica y social de
la ciudad. "

La Gran Depresión aceleró en la Argentina el proceso de migración desde el interior hacia los grandes
centros urbanos, debido a la paralización del sector agropecuario. En un contexto mundial de creciente
proteccionismo, la Argentina, obligada por las circunstancias, se ve obligada a producir lo que antes
adquiría vía importaciones.

Se inicia, entonces, el período de "sustitución de importaciones" que modificará el paisaje urbano con el
nacimiento de las "villas miserias", construidas al ritmo de la migración Interna que arribaba a la ciudad, día
tras día, en busca de mejores oportunidades y único modo de subsistencia. Estos aglomeramíentos se
construían sin un trazo urbano previo y carecían de los servicios más elementales, en terrenos de
propiedad fiscai o privados, tanto en las proximidades de los centros urbanos como en la periferia de la
ciudad.

Vaccarezza ensaya una definición del sainete en su obra La comparsa se despide -1932-, cuando el personaje
Serpentina se lo explica a un turista norteamericano:
"Poca cosa: un patio de conventiyo, un italiano encargado, un yoyega retobado, unapercanta, un vivillo. Dos malevos
de cuchillo, un chamuyo, una pasión, choques, celos, discusión, desafio, puñalada, aspamento, disparada, auxilio, cana
y telón. Y debajo de lodo eso, tan sencillo al parecer, debe el sainete tener rellenando su armazón ¡a humanidad, la
emoción, la alegría, los donaire y el color de Buenos Aires metido en el corazón ".
2 "La cuadrícula resultó en pocas décadas la más exacta expresión urbana de la voluntad estatal por integrar una
sociedad conflictivay plural...". Gorelik, Adrián. Miradas sobre Buenos Aires. Historia cultural y crítica urbana, p.90.
En sólo diez años, entre 1930 y 1940, Buenos Aires completa su apariencia de ciudad moderna, con la Av.
Gral. Paz circunvalando su perímetro , la construcción del obelisco, el ensanchamiento de la Av. Corrientes,
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la red de subterráneos y la construcción de la "avenida más ancha" del mundo, la 9 de julio.

Al mismo tiempo que se consolida la forma europea de Buenos Aires, se va expandiendo una nueva franja
metropolitana, el Gran Buenos Aires, con migrantes del interior y de los países limítrofes. En 1938, el área
metropolitana contaba con poco más de tres millones y medio de habitantes, de los cuales dos millones y
medio vivían dentro de la capital.

El derrocamiento por la fuerza del gobierno constitucional de Yrigoyen, el contexto de crisis económica, el
fraude electoral denominado cínicamente "patriótico", la corrupción generalizada y las prácticas
fraudulentas en los negocios públicos, la ostentación más desenfadada ante la pobreza y marginalidad de
las mayorías, el avance del fascismo y del corporativísimo, el militarismo creciente y el descreimiento
progresivo de la sociedad en los valores de la democracia, entre otros cosas, provocaron un estado de
ánimo, un "mal d'esprit", un desgarramiento en los espíritus que se refleja de manera particular en la
producción literaria de la época.

Scalabrini Ortiz escribe "El hombre que está solo y espera", verdadera biblia porteña, en donde interpreta
esa Buenos Aires cambiante, bulliciosa y moderna de su tiempo, a través de su prototipo característico, "el
Hombre de Corrientes y Esmeralda", que es uno y muchedumbre a la vez . Al mismo tiempo, ensaya la
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etopeya del hombre porteño quien, ante una realidad adversa, ha trocado sus ilusiones en desencanto".

En la misma tónica, Discépolo compone una serle de tangos llamados "sociales", "Yira, yira", "Qué sapa,
Señor", "Que vachaché", y "Cambalache", que describen un mundo en que los valores éticos han sido
subvertidos y "un panorama interior que conjugaba el fraude electoral con las ollas populares y una miseria
cada vez más extendida" . 6

Ciertamente la creciente urbanización, la industrialización y el proceso inmigratorio habían alterado la


fisonomía de la ciudad, evidenciando la contundencia de un proceso irreversible. En este aspecto, como
contrapartida de ese crecimiento y como una resultante de la situación de crisis económica y social, surgen
las denominadas "villas miserias", emplazamientos precarios habitados por migrantes internos o locales sin
trabajo así como las primeras ollas populares. Estos caseríos nacen durante la década del treinta (en 1936,
contaban con una población de 26.000 personas), pero crecerán de manera exponencial entre 1956 y'1970,
a un ritmo anual del 8% (500.000 personas, en 1966). Pese a los intentos de integración operados durante
el intervalo democrático de Frondizi (1958-1962) a través del inicio de trabajos de pavimentación y de la
instalación de los servicios básicos, a partir de 1955, los sucesivos gobiernos de facto comenzaron a
considerar a las villas como un "problema" y a diseñar planes de erradicación, a lo que se opondrán las
primeras organizaciones barriales. Estos planes serán llevados a la práctica por el Intendente Cacciatore, de
manera impune y escandalosa, durante los años del terror.

La obra comenzó el 8 de junio de 1937 y se inauguró el 5 de julio de 1941.


4 "El hombre porteño tiene una muchedumbre en el alma". Scalabrini Ortiz, R. "El hombre que está solo y espera".
Buenos Aires. Ed. Biblos. 2005. p.53.
5 "Su experiencia iba talando, apresuradamente, todas las mentiras convencionales de la cultura europea. Le habían
dicho que el trabajo es virtud en sí misma, y que todas las virtudes se encarecen, y él veía a la virtud escarnecida... Ve
al camandulero recolectar sumisos amaneramientos, y al virtuoso rejoneado y corrido por la miseria. Ve al descarado de
gran enjundia merodear impune, y afrentarse el más pequeño desliz del hombre honrado. Ve que se agasaja el triunfo, la
consecución, y no la labor honesta, la contracción, el esfuerzo en sí la humildad.
Scalabrini Ortiz, R. Ibidem. p.95/96.
6 Conde, Oscar (comp.). "Poéticas del Tango". Marcelo Héctor Oliveri Editor. Buenos Aires. 2003. p. 84.

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