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UNIVERSIDAD NACIONAL

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS


DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA
SEMINARIO: Wittgenstein
Profesor: Raúl Meléndez
Nombre: Ximena Constanza Pérez Valdés
Código: 0524375

EL LENGUAJE PRIVADO

Introducción

Para Wittgenstein, el lenguaje debe servir como medio de comunicación, para lo cual es
necesario que haya un acuerdo entre los usuarios en cuanto a lo que significan las palabras,
siendo este el requisito fundamental para que haya una correcta comunicación. El lenguaje
privado no es un lenguaje secreto, sino un lenguaje contrario al lenguaje público, que sólo
podría ser entendido por aquel que lo usa, ya que se refiere a las sensaciones internas de un
sujeto, por lo que no habría posibilidad de comunicación. Es un lenguaje individual.

El propósito de esta exposición es presentar el análisis que hace Wittgenstein sobre el


lenguaje privado entre los §§ 243 al 315 de las Investigaciones Filosóficas. Para esto, voy a
seguir la línea de argumentación que siguió Wittgenstein, mostrando las preguntas y los
experimentos mentales que él mismo plantea, con el fin de explicar a que está dirigida su
crítica.

¿Qué entiende Wittgenstein por Lenguaje Privado?

En el §243, Wittgenstein se imagina un grupo de hombres que se hablan a sí mismos.


Alguien que los observa y escucha no puede entender lo que dicen, sin embargo, su
lenguaje puede ser traducido al nuestro, siempre y cuando sus actividades estén
acompañadas de su monólogo. En el sentido estricto, no es un lenguaje completamente
privado. ¿Pero sería también imaginable un lenguaje en el que uno pudiera expresar sus
vivencias internas para su uso propio? Wittgenstein plantea que un lenguaje es privado
cuando sus palabras sólo pueden ser entendidas por el hablante, porque se refieren a sus
vivencias internas (sensaciones, percepciones). Más adelante, Wittgenstein señala que
“lenguaje privado” son todos aquellos sonidos que el hablante cree entender, pero que
ningún otro entiende.

¿Cómo se refieren las palabras a las sensaciones? Normalmente, nosotros expresamos


nuestras sensaciones mediante el lenguaje ordinario, reemplazando la expresión natural de
una sensación por una palabra, estableciendo así una conexión entre el nombre de la
sensación y la expresión de la sensación. Pero, ¿hasta qué punto son mis sensaciones
privadas? Mis sensaciones son privadas porque sólo yo las siento. Sólo yo siento dolor. El
que otro no pueda imaginarse mi dolor, no significa que no esté en la capacidad de
imaginarse mi dolor, sino que no está en la capacidad de imaginarse lo que yo llamo dolor.
Este problema surge porque se tiende a confundir proposiciones gramaticales, con
proposiciones empíricas. Esto significa que dos personas tienen el mismo dolor, hasta
donde puedan decir que tienen el mismo dolor. No es necesario hacerse una figura mental
del dolor de la otra persona o imaginarse el dolor de la otra persona para sentirlo. “Hasta
donde tenga sentido decir que mi dolor es el mismo que el suyo, hasta ahí podremos
también tener ambos el mismo dolor” §253 El criterio de identidad en este caso sería la
posibilidad de decir con sentido que ambos tenemos el mismo dolor.

Entonces, ¿Qué pasaría si los hombres no manifestaran su dolor? No habría manera de


enseñarle a un niño el significado de la palabra dolor. Pero es posible que el niño invente un
nombre para su sensación, nombre que no podría ser entendido por nadie más. ¿Puede
decirse entonces que él entiende el nombre, pero que no puede explicarle a nadie su
significado?

Wittgenstein propone el siguiente caso para explicar lo anterior: “Quiero llevar un diario
sobre la repetición de determinada sensación. Con ese fin la asocio con el signo “S” y en un
calendario escribo este signo por cada día que tengo la sensación –en primer lugar
observaré que no puede formularse una definición del signo. – ¡pero aún puedo darme a mí
mismo una especie de definición ostensiva! –¿Como?, ¿puedo señalar la sensación? –No en
el sentido ordinario. Pero hablo, o anoto el signo y a la vez concentro mi atención en la
sensación –como si la señalase internamente.–” § 258

¿Qué quiere decir Wittgenstein cuando dice que no es posible formularse una definición del
signo “S”? esto hace referencia a que no puede darse una definición verbal del signo, esto
es, que por medio de otras palabras, se defina el signo “S”. Pero dice que podría darse una
especie de definición ostensiva, ¿Cómo? Anotando el signo y concentrando su atención en
la sensación. Pero la definición ostensiva sólo sirve para explicar el significado de una
palabra, si ya está claro qué papel cumple esta palabra dentro del juego del lenguaje, ya que
la definición ostensiva no sirve para explicar el uso de la palabra. Esto quiere decir que
cuando un nombre es introducido en el lenguaje, se presupone cómo debe emplearse.

¿Qué ocurriría entonces en el lenguaje privado? ¿Cómo designo mis sensaciones con
palabras? Si se hace del mismo modo en que se hace ordinariamente, entonces, este
lenguaje ya no sería privado, cualquiera podría entenderlo. Pero si el hablante no tiene
ninguna manifestación natural de la sensación. ¿Bastaría con una definición ostensiva
interna para otorgarle significado al nombre?

En este mismo parágrafo, Wittgenstein sostiene que una definición sirve para establecer el
significado de un signo y que este proceso sirve para que más adelante uno se acuerde de la
conexión correcta. Pero, en el lenguaje privado no existe un criterio de corrección. Lo que
quiere mostrar Wittgenstein con este ejemplo es que si en el futuro él necesita llamar a algo
“S”, ¿cómo hace para saber cual es el significado correcto de ese signo? Esto es, ¿como
sabe el hablante cuál es la sensación que le corresponde a tal signo? Todo esto le sirve a
Wittgenstein para mostrar que la definición ostensiva no es suficiente para distinguir cuáles
son los usos correctos o incorrectos de tal signo.
Para que un nombre tenga sentido dentro del lenguaje, es necesario que haya una
preparación previa de este. Las palabras sólo adquieren significado cuando están inmersas
en un juego del lenguaje determinado, por lo tanto, cualquier signo, nombre o expresión
inventada de una sensación, es un “signo”, “nombre” o “expresión” si pertenece a un juego
del lenguaje.

Ahora bien “Imaginémonos una tabla que existiese sólo en nuestra imaginación algo así
como un diccionario. Mediante un diccionario se puede justificar la traducción de una
palabra X por un a palabra Y. ¿Pero debemos también decir que se trata de una justificación
cuando esta tabla solo se consulta en la imaginación?- “Bueno, entonces es precisamente
una justificación subjetiva.”-Pero la justificación consiste, por cierto, en apelar a una
instancia independiente.- ”Pero seguramente que yo puedo también apelar de un recuerdo a
otro. Yo no se (por ejemplo) si he retenido correctamente la hora de la salida del tren, y para
controlarla hago memoria de la figura de la pagina del horario de trenes. ¿No tenemos aquí
el mismo caso?” –No; pues este proceso tiene que provocar realmente el recuerdo correcto.
Si la figura mental del horario de trenes no pudiera comprobarse ella misma en cuanto a su
corrección, ¿Cómo podría confirmar la corrección del primer recuerdo? (como si alguien
comprase varios ejemplares del periódico de hoy para cerciorarse de la verdad de lo
escrito.) §265

Wittgenstein utiliza este experimento mental para mostrar que no puedo saber cuál es el
significado de un signo, apelando a lo que tenemos en nuestra imaginación. Pues, esto seria
como justificar la correlación del signo “S” con una sensación, apelando a su recuerdo de la
correlación del signo “S” con una sensación, lo que lleva a pensar que no se puede saber
entonces cuál es el significado del signo “S”, porque necesitaría evocar el recuerdo exacto,
correcto, para saber realmente si el signo “S” se corresponde con la sensación.

¿A que está dirigida su crítica con el rechazo al lenguaje privado?

Wittgenstein con su crítica al lenguaje privado, pretende desmontar la concepción según la


cual las palabras que se refieren a sensaciones, adquieren significado cuando se asocian con
una sensación privada, lo que indica que uno aprende el significado de una palabra a partir
de su propia experiencia. Para Wittgenstein el lenguaje de las sensaciones no debe
funcionar de esta manera y esto lo deja ver con el siguiente ejemplo que propone:

“Supongamos que cada uno tuviera una caja y dentro hubiera algo que llamamos
“escarabajo”. Nadie puede mirar en la caja de otro; y cada uno dice que él sabe lo que es un
escarabajo sólo por la vista de su escarabajo. –Aquí podría muy bien ser que cada uno
tuviese una cosa distinta en su caja. Sí, se podría imaginar que una cosa así cambiase
continuamente. - ¿Pero y si ahora la palabra “escarabajo” de estas personas tuviese un uso?
–Entonces no sería el de la designación de una cosa. La cosa que hay en la caja no
pertenece en absoluto al juego del lenguaje; ni siquiera como un algo; pues la caja podría
incluso estar vacía. –No, se puede ‘cortar por lo sano’ por la cosa que hay en la caja; se
neutraliza, sea lo que fuere.” §293
Con este pasaje, Wittgenstein pretende mostrar cómo funcionaría el lenguaje si la conexión
entre palabra y sensación depende de la experiencia privada de cada persona, pues para él,
la experiencia privada no es necesaria para otorgarle significado a una palabra. Según
Wittgenstein, la conexión entre la palabra que designa una sensación y la sensación se
establece por medio de la manifestación o expresión natural de la sensación. Lo que hace
una palabra que designa una sensación, es reemplazar la expresión natural, pero no la
describe: “Un niño se ha lastimado y grita; luego los adultos le hablan y le enseñan
exclamaciones y mas tarde oraciones. Ellos le enseñan al niño una conducta de dolor” §
244

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