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DE LA LENGUA INGLESA.
MODO Y MODALIDAD
Luis Quereda Rodríguez-Navarro
Universidad de Granada
1. Introducción.
El fin último de la lingüística descriptiva es tratar de describir de la manera más simple y fiel posible el
funcionamiento (= la gramática) de una lengua en toda su extensión. El fin último de la didáctica de una lengua es indicar
la metodología que se debe utilizar para que el alumno aprenda de la manera más fácil, más rápida y más adecuada el
dominio práctico de dicha lengua. Quede desde un principio claro, pues, que el objetivo de ambas disciplinas es
claramente distinto. Sin embargo, parece obvio que la didáctica de una lengua debe de basarse en gran manera en la
información que la lingüística descriptiva proporciona sobre la lengua en cuestión. Sin embargo, la relación que existe
entre ambas disciplinas no es lo suficientemente estrecha que debería ser. La lingüística descriptiva y la didáctica, aunque
deberían de caminar más unidas, marchan bastante alejadas la una de la otra, ya que los logros y avances que se producen
en la lingüística descriptiva no son siempre asumidos fácilmente por las personas que se dedican a la enseñanza de
lenguas.
Existen, por desgracia, muchos ejemplos con los que poder demostrar esta divergencia de caminos. Sin embargo,
en este artículo nos vamos a limitar a constatar la divergencia que existe entre el tratamiento que actualmente se da en la
lingüística descriptiva de la lengua inglesa a la categoría de modo en el mal llamado futuro inglés (I will work), así como a
la categoría de aspecto en las formas verbales del presente simple (I work) y del presente progresivo (I am working) y el
tratamiento que estas formas reciben en la mayoría de los métodos dedicados a la enseñanza de la lengua inglesa para
extranjeros. Nuestro interés, además se va a reducir al tratamiento de estos puntos en lo que podríamos llamar la antesala
de la clase. Aunque los métodos son elementos muy importantes que van a condicionar en gran manera el proceso de
aprendizaje del alumno, no vamos a referirnos aquí a cuál es o cuál puede ser la actitud específica de cada profesor ante la
información que los métodos les proporcionan. No debemos olvidar que cada profesor hace su propia interpretación del
método, dependiendo no sólo de como entiende cada uno el proceso de la enseñanza sino también de cuales son sus
objetivos fundamentales.
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aspecto, presentan la acción como si estuviera en el medio del proceso, las formas simples presentan la acción en su
totalidad. Las formas progresivas enfatizan el proceso interno de la acción, centrándose, por ejemplo, en el inicio del
proceso (The train is arriving), en el medio del proceso (The man is working) o en la repetición continuada del proceso
(The boy was jumping for joy). Las formas simples, por el contrario, presentan el proceso como un hecho global. Cuando
el hablante usa una forma simple (The train arrives, the man works, the boy jumped for joy), es porque, en ese momento,
no le interesa ningún punto en concreto del proceso en cuestión, ni su inicio, ni su continuación, ni si la acción se repite
una o varias veces; cuando el hablante usa las formas simples, a éste sólo le interesa la acción en sí, el proceso completo,
como un todo. Un ejemplo claro para explicar cuál es el verdadero valor del contraste entre forma simple y forma
progresiva podría ser:
(a) Sabatini serves.
(b) Sabatini is serving.
La única diferencia real que se puede establecer al contrastar (a) y (b) es la de que en (a) la acción se presenta en
su totalidad, ya que el hablante ha elegido la forma simple, mientras que en (b) la acción se presenta como si estuviera en
el medio de su proceso, ya que la forma elegida ha sido la progresiva. Contextualmente los dos ejemplos son claramente
ambiguos. Podríamos interpretar que (a) se ha usado para narrar el momento mismo del saque, ya que se trata de una
acción rápida, instantánea, con lo que tendríamos al presente simple en un contexto con referencia de presente. Por otro
lado, podríamos entender que (b) se ha usado para expresar una realidad que la podríamos clasificar como habitual, como
es la de expresar que la tenista va a disponer del servicio durante todo el juego, interpretando la forma progresiva como
una repetición de una acción puntual durante un período concreto. Pero podríamos del mismo modo interpretar estos
ejemplos de la manera inversa. El ejemplo (b) se podría haber usado para enfatizar el proceso del saque puntual que
Sabatini se prepara a ejecutar, queriendo el locutor de esta manera enfatizar la idea de que el saque no es un hecho puntual,
sino todo un proceso que requiere una preparación: fase inicial de concentración en la que se bota la bola varias veces,
lanzamiento hacia arriba de la bola acompañado de la elevación de la raqueta para terminar con el impacto de la raqueta
con la bola. Al decir Sabatini is serving, el locutor puede estar haciendo referencia a que la jugadora está en el medio de
dicho proceso. Por otro lado, (a) puede perfectamente hacer referencia al hecho de que Sabatini dispone del servicio
durante todo el juego sin necesidad de que se encuentre sirviendo en el momento mismo del comentario. Es por esto por lo
que pensamos que identificar forma simple con uso habitual y forma progresiva con uso con referencia de presente es
claramente un error. Otra cosa es, por supuesto, explicar que cuando nos referimos a acciones habituales no nos interesa
generalmente para nada presentar la acción en medio de su proceso. Cuando queremos expresar, por ejemplo, que nosotros
cenamos todos los días a las ocho, lo normal es que nos interese destacar el proceso de la cena en su totalidad: es la
globalidad del proceso lo que se repite una y otra vez. En consecuencia, lo normal es que los usos habituales se expresen
con formas simples. De igual manera, cuando queremos expresar acciones que se están desarrollando ahora mismo, lo
normal es presentarlas utilizando formas progresivas, ya que la acción está incompleta y en el medio de su desarrollo
(Espérate que estamos cenando). Pero decir esto no es identificar formas progresivas con acciones en desarrollo y formas
simples con acciones habituales. Hay muchos otros condicionamientos que influyen en la elección de una u otra forma.
Estos condicionamientos pueden ser tanto de carácter semántico (como, por ejemplo, verbos que por su semantismo no
pueden o no suelen presentarse en el medio de su desarrollo), como de carácter pragmático (como la necesidad de usar
formas muy directas, poco complejas en ciertos registros de la lengua como en el mundo de la publicidad, en los medios
de comunicación, etc.). Desgraciadamente, no podemos detenernos a considerarlos ahora.
Por el contrario, sí queremos destacar que, al igual que pasa con las demás categorías verbales, el hablante tiene
en la mayoría de los casos, al contrario que el alumno de inglés, opción a la hora de presentar la acción,
independientemente de cual sea la estructura real de la misma. El siguiente ejemplo es altamente iluminador en este
sentido:
The sun burned brightly through the window as he was getting up.
Es obvio que las dos acciones que se expresan en este ejemplo son paralelas y tienen la misma constitución interna. Al
mismo tiempo que se está levantando el personaje de la acción, el sol está brillando. Sin embargo, el hablante ha preferido
presentar la acción del personaje levantándose en el medio de su desarrollo, probablemente para darle más prominencia,
mientras que la acción del sol brillando la ha presentado sin hacer ningún énfasis en su proceso, probablemente como una
referencia puntual al proceso del personaje mismo. Naturalmente, el hablante podría haber optado por cualquiera de las
otras soluciones
Queda claro, pues, que la identificación de forma progresiva con acción en medio de su desarrollo y la de forma
simple con acción entendida en su globalidad facilita al alumno la comprensión de la mayoría de los ejemplos que se
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presentan, incorrectamente, como excepciones, pero que, en el fondo, no son nada más que una lógica consecuencia de
como funciona el sistema verbal inglés. Así, por ejemplo, el alumno podrá entender más fácilmente el por qué los verbos
de estado en oraciones como:
I see. You want money to buy a house. (U3)
An orange costs 20p. (U7)
no aparecen generalmente en forma progresiva. Al alumno se le puede explicar que existen conceptos, como la idea de
entendimiento, de deseo o de identidad, que normalmente no pueden por sus implicaciones semánticas presentarse en el
medio de su proceso. Lo normal es que uno quiera o no quiera una cosa, que entienda o no entienda algo, que valga o no
valga tanto. Estos son conceptos que se entienden necesariamente en su totalidad, por lo que se expresan generalmente con
formas simples. Ahora bien, siempre que exista una posibilidad semántica de entender el proceso en el medio de su
desarrollo, habrá en inglés una posibilidad de expresar el verbo en forma progresiva. Si el alumno se encuentra con
ejemplos como:
I'm wanting an ice cream.
I'm understanding now.
se le podrá explicar, sin necesidad de calificar a estos ejemplos como excepciones, que el hablante está aquí interesado en
presentar el proceso en su desarrollo inicial y no en su totalidad, ya que quiere dejar claro no que quiere un helado o que
ya ha entendido todo el asunto, sino que está empezando a tener ganas de tomar un helado o que está empezando a
entenderlo todo.
En la metodología tradicional existe la tendencia de contrastar dos o varias formas (presente simple frente a
presente progresivo, uso de futuro frente a uso de presente, etc.), pero normalmente nunca se intenta explicar cuál es el
verdadero valor de las formas en cuestión y el por qué de su uso en tal o en cual contexto. Esta metodología hace que el
alumno vaya adquiriendo consciente o inconscientemente reglas que van de alguna manera en contra del uso natural de la
lengua. Parece evidente que la presentación, directa o indirecta, de un material con el fin de explicar una norma que es
sólo válida para los contextos que en ese momento se practican es algo perjudicial y negativo para el alumno. Si al
alumno, una vez que ha aprendido o internalizado una regla, se le presentan una serie de excepciones a la misma, lo único
que se conseguirá es ir minando poco a poco su confianza en la posibilidad de internalizar el funcionamiento de dicha
lengua. Y no es que pensemos que un método deba identificarse plenamente a una gramática o que el profesor deba en
todos los casos decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, sino que creemos que lo poco o lo mucho que se
diga debe de tener algo que ver con el funcionamiento real de la lengua. En este sentido, estamos convencidos de que la
didáctica de la lengua inglesa se podría beneficiar grandemente si tuviera más en cuenta los logros que en relación con la
descripción del funcionamiento de la lengua inglesa ha venido haciendo la lingüística descriptiva a lo largo de estos
últimos años.
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veces, su comportamiento entra en clara contradicción con los mecanismos que actualmente operan en el nuevo sistema
verbal del inglés. Veamos cuales son algunas de estas contradicciones.
Desde un punto de vista formal, en inglés contemporáneo solamente se puede hablar realmente de verdaderas
formas subjuntivas en un sólo elemento léxico, el verbo to be. En el verbo to be podemos hablar de dos formas claramente
subjuntivas, la forma be y la forma were.
Al contrario de lo que sucede con el verbo to be, las distinciones formales entre las llamadas formas de indicativo
y subjuntivo de presente y de pasado en los demás verbos ingleses son escasísimas, ya que la característica fundamental de
estas supuestas formas subjuntivas inglesas es precisamente la ausencia de cualquier marca formal, es decir, que se forman
con lo que normalmente denominamos forma base (come, play, work). En este sentido, estas formas son homomorfas no
sólo con las formas de infinitivo e imperativo, como sucede con el verbo be, sino también con todas las formas del
presente simple, con la excepción de la forma en 's.
Naturalmente, el problema de la homonimia en el subjuntivo inglés plantea un grave problema teórico, ya que,
aunque nadie duda de que se debe distinguir entre subjuntivo e indicativo en ejemplos como:
(a) - If God be for us, who can be against us?
(b) - Don't worry. God is with us.
(a) - One always asked for water if one were a woman, and for brandy if one were a man.
(b) - He asked for brandy because he is/was a man.
(a) - Some parents demand that the doctor try to correct a problem before it is wise to do so.
(b) - Some parents say that the doctor tries to correct a problem before it is wise to do so.
sin embargo, no está tan claro que dicha distinción haya que mantenerla en ejemplos como:
Si aceptamos que tanto los ejemplos en (a) como los ejemplos en (a'), simplemente por el hecho de que estas
oraciones expresan todas un hecho irreal, potencial o hipotético, son casos de subjuntivo, tendremos que aceptar la
existencia en inglés moderno de toda una conjugación subjuntiva homomórfica a la del indicativo. Esta postura presenta
graves problemas, el más grave de los cuales quizás sea el de que no existe ningún criterio objetivo para poder delimitar
hasta qué punto una forma verbal expresa una idea irreal o una real.
Aceptar la diferencia de significado como criterio para distinguir entre forma de indicativo y forma de subjuntivo
trae como consecuencia inmediata el hecho de tener que aceptar como formas de subjuntivo formas que, en un principio,
no nos gustaría considerar como tales. Así, por ejemplo, si aceptamos que came es una forma de subjuntivo en:
- If Peter came tomorrow, I would go to see him.
tendríamos que aceptar por la misma razón que comes es una forma de subjuntivo en el siguiente ejemplo:
- If Peter comes tomorrow, I will go to see him.
Sin embargo, si aceptamos que comes en contextos como éste es una forma subjuntiva, incurriríamos en una
nueva incongruencia: la de tener que aceptar la existencia de dos formas distintas de subjuntivo, una forma que habría que
considerar arcaica (come) y otra más propia del inglés contemporáneo (comes). De la misma manera, siguiendo este tipo
de argumentación, tendríamos que aceptar también dos formas de pasado de subjuntivo, una were y otra was. Y no sólo
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esto. Deberíamos aceptar que formas como is ...-ing, are ...-ing, have been ...-ing, etc., pueden ser también formas de
subjuntivo, puesto que si consideramos que knew en
- Suppose he knew it.
es una forma subjuntiva al encontrarse en un contexto hipotético, del mismo modo tendremos que considerar que son
formas de subjuntivo las formas verbales is playing, has been playing, was playing, etc. cuando aparecen en contextos
como:
- Suppose he is playing football.
- Suppose he has been playing football all the morning.
- Suppose he was playing football.
Queda claro, pues, que no podemos basarnos en consideraciones semánticas para defender la existencia de formas
indicativas y formas subjuntivas. En la lengua inglesa existen muchísimos contextos en los que el hablante utiliza la
llamada "forma de indicativo", que no es sino una forma no marcada o neutra, para expresar acciones claramente
potenciales o hipotéticas y la usa porque los contextos en los que ésta aparece son lo suficientemente poco ambiguos como
para no necesitar otro tipo de formas formalmente más marcadas.
Por tanto, nosotros defendemos que sólo se puede hablar de formas subjuntivas en aquellos casos en los que exista
una oposición formal entre indicativo y subjuntivo: sólo se puede hablar de contraste entre subjuntivo e indicativo en
aquellos ejemplos en los que exista una clara distinción formal entre las formas verbales. Por el contrario, en los ejemplos
en los que no existe ninguna diferencia formal, debemos de hablar de una única forma con distintos usos.
De todos modos, esta postura tampoco está libre de contradicciones teóricas, aunque, de alguna manera, refleja
más fielmente cual es la situación real de estas estructuras en el sistema verbal del inglés contemporáneo, ya que estamos
convencidos de que, cuando el hablante inglés utiliza una forma verbal formalmente no marcada, la mayoría de las veces,
no ha barajado ni siquiera la posibilidad de que el uso de dicha forma implica dos opciones semántica y sintácticamente
diferentes.
Pero, como acabamos de decir, aceptar que en aquellos casos en los que sólo exista una única forma sólo se debe
de hablar de una forma con distintos usos y no de dos formas homónimas presenta también algunos problemas teóricos.
Dos ejemplos claros de estos problemas son:
(a) Por un lado, reconocemos que were en If I were rich, ... es una forma subjuntiva, pues contrasta con la forma
no marcada en When I was rich, mientras que was es una forma no marcada o neutra en el mismo contexto: If I was
rich, ..., ya que no existe ninguna diferencia formal con When I was rich, ... Por otro, mientras que reconocemos que were
es subjuntivo en aquellos casos en los que va con sujetos de 10 y 30 per. sg., no aceptamos que es subjuntivo en ejemplos
como If you were rich, ..., o If they were rich, ..., ya que en estos casos no existe ninguna diferencia formal con When you
were rich, ... o con When they were rich, ...
(b) Si sólo aceptamos como formas subjuntivas aquellas que formalmente lo sean, tendremos que aceptar que en
inglés contemporáneo se puede dar la coordinación de una forma de subjuntivo con otra de indicativo. Desde el punto de
vista teórico, esto parece algo claramente anómalo. Sin embargo, si analizamos un ejemplo como:
- I think that if I were there and did what was expected of me, everything would come off all right.
nos encontramos que were es aquí formalmente subjuntivo, pues contrasta con la forma de indicativo was. Sin embargo,
did no tiene ninguna marca formal de subjuntivo y, por tanto, no deberíamos de considerarlo como tal. Pero si were es
subjuntivo y did es indicativo )cómo es que pueden ir los dos coordinados mediante la conjunción and?
Evidentemente, estos hechos nos parecen de alguna manera incongruentes. Ahora bien, creemos, y eso es lo que
queremos dejar aquí claro, que la incongruencia no está en el análisis en sí. La anomalía radica en el hecho de que ahora
mismo perviven en inglés dos sistemas modales claramente diferentes: por un lado, un sistema que obedece a las normas
por las que se rige el sistema verbal inglés contemporáneo, en donde la dicotomía sintagma verbal modal / sintagma verbal
no modal se hace mediante la utilización o no utilización de unos verbos modales concretos (can, could, shall, should,
will, would, etc.), y que es el procedimiento que actualmente es operativo. Por otro lado, otro sistema, en donde esta
dicotomía se hacía mediante distintas formas flexivas, que obedecen a normas no vigentes en el sistema verbal del inglés
contemporáneo, por lo que ya no es operativo y sólo se mantiene como reliquia del antiguo sistema en algunos contextos
determinados.
El subjuntivo no es nada más que una opción, mínima y muy poco operativa, que tiene hoy en día el hablante
inglés. Mínima porque queda reducida no sólo a un número muy limitado de contextos sino también a ciertos elementos
léxicos. Y muy poco operativa debido a la carencia de elementos formales que identifiquen esta forma. El inglés
contemporáneo, como lengua poco flexiva, no dispone ahora mismo de recursos para poder establecer de una manera
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precisa la distinción semántica hecho real / hecho potencial mediante el contraste indicativo / subjuntivo. El hablante
inglés considera que el uso de los verbos modales es formal, funcional y semánticamente más significativo que el uso de
unas formas subjuntivas formalmente poco específicas.
No es nada extraño, en este sentido, que la forma más usada del subjuntivo en inglés contemporáneo, tanto en
inglés británico como en inglés americano, sea la forma marcada con be, ya que ésta es la única forma que no es ambigua
en ninguno de sus contextos. De aquí que el hablante inglés pueda aún reconocer en ella un valor funcional claramente
modal. Este hecho no es sino un dato más que confirma que el hablante inglés utiliza el subjuntivo solamente cuando su
uso es realmente eficaz. Cuando hay diferencia formal, el hablante puede usarlo, fundamentalmente como una opción
estilística de cierto prestigio que se puede dar en ciertos registros de lengua formales y cultos.
Queda claro pues que sólo si recurrimos a su origen se puede explicar el por qué de la existencia de ciertos usos en
el sistema. Pero ¿qué sucede con los verbos modales, el otro medio por excelencia para expresar modo o modalidad en
inglés?
Pues bien, con los verbos modales ingleses pasa algo parecido. La situación de los verbos modales dentro del
nuevo sistema de la lengua inglesa es anómala, ya que, por una parte, parece que son elementos eminentemente
gramaticales integrados en el sistema auxiliar del verbo inglés, y por otra, presentan usos que no pueden explicarse sino
recurrimos al carácter léxico de dichas construcciones. De aquí que tanto su clasificación como verbos auxiliares,
defendida principalmente por la gramática tradicional, como la categorización de los mismos por los lingüistas
transformacionales como verbos plenos sean dos posturas con el mismo grado de fiabilidad, ya que ambas pueden
justificarse lingüísticamente. Tratar de explicar el doble carácter de verbo auxiliar y verbo pleno de los verbos modales en
un ejercicio de lingüística descriptiva pura es una empresa bastante difícil. Sólo si recurrimos a una explicación detallada
de la evolución de estas estructuras podremos comprender su situación actual dentro del sistema. La razón que explica esta
doble posibilidad no es otra que el hecho de que el proceso de auxiliarización que han sufrido los verbos modales no ha
sido un proceso completo, un proceso perfecto, y de aquí que su situación actual en el sistema del inglés contemporáneo
tenga que explicarse, al igual que pasaba con el subjuntivo, con continuas referencias a períodos anteriores de la lengua.
Detengámosnos pues a ver cuál ha sido esta evolución.
Los llamados verbos modales ingleses eran originariamente, tanto semántica como sintácticamente, verbos léxicos
plenos. Desde el punto de vista sintáctico, por ejemplo, no sólo podían llevar complementación verbal, sino que aceptaban
complementación nominal e incluso complementación clausal con el complementador that. La complementación nominal
de estos verbos es frecuente en los períodos del inglés antiguo y del inglés medio, y no es en absoluto extraña en el siglo
XVI. En el siglo XVII parece perder vigencia, aunque tanto Shakespeare como Ben Jonson todavía la usan. Es sólo a
partir del siglo XVIII cuando pierde vigencia y adquiere un claro valor de arcaicismo.
Como disponían de formas no-finitas, era posible encontrarnos dos verbos modales juntos. Construcciones del
tipo he shall may go, he shall will (to) do it, o he may will (to) do it eran relativamente frecuentes en inglés medio y no
desaparecen hasta mediados del siglo XVI. Como vemos en estos ejemplos, tampoco era raro encontrar los verbos
modales seguidos de un infinitivo con to y ocasionalmente pueden incluso aparecer seguidos tanto por participios en
-ende como en -ing.
Desde el punto de vista formal no podían considerarse verbos defectivos, ya que no sólo tenían forma de presente
y de pasado, como sucede actualmente, sino que disponían de distintas formas para la distinción de primera, segunda,
tercera persona, distintas formas para la distinción entre indicativo y subjuntivo e incluso distintas formas para el infinitivo
y el participio, tanto presente como pasado.
Con la perdida de la distinción entre subjuntivo e indicativo debido a la nivelación flexional que se produce en
inglés, estos verbos empiezan a adquirir una relevancia gramatical que no tenían en el sistema antiguo, de aquí que
comience un proceso que podemos llamar de gramaticalización o de auxiliarización de dichas estructuras. El cambio de
verbo pleno a verbo auxiliar, que era ya patente a finales del período del inglés antiguo, es un proceso muy lento, del que
se puede afirmar que aún no se ha acabado. De todos modos, todos los gramáticos más importantes de la lengua inglesa
del siglo XVII y XVIII clasifican ya a estas estructuras como verbos auxiliares y la mayoría de ellos conciben los verbos
modales como parte de la conjugación modal del inglés. Según estos gramáticos la característica principal de los verbos
auxiliares es que normalmente van seguidos de otros verbos. La idea de verbo auxiliar está pues conectada con la idea de
ir seguido de otro verbo en infinitivo, sin otras posibilidades sintácticas. Sin embargo, y a pesar de que es ésta su principal
característica, no existe ningún gramático que incluya como verbos auxiliares a ningún verbo catenativo, con lo que,
aunque no siempre se reconoce, es el hecho de que 'ayuden' en la conjugación del verbo a formar los distintas formas
verbales el hecho prioritario para dicha clasificación.
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Pero, ¿por qué se consideran los verbos modales como signos o marcas gramaticales que ayudan a la
configuración de la conjugación verbal inglesa?
Una respuesta inicial evidente es la influencia de la tradición latina en los gramáticos ingleses. Como las
categorías gramaticales de tiempo y modo se consideraban categorías universales, éstas tenían que tener algún reflejo
en la lengua inglesa. Y el reflejo más fidedigno para cubrir la categoría de modo eran los verbos modales. La pregunta
del millón de pesetas que hay que hacerse en este momento es ¿sería lo mismo la descripción del inglés si ésta se
hubiera hecho sin tener en cuenta los modelos latinos? ¿Hubieran los gramáticos ingleses del XVI, XVII y XVIII
considerado los verbos modales como verbos auxiliares si el latín no hubiera dispuesto de un contraste morfológico
subjuntivo / indicativo y el campo del deseo, de la irrealidad, y de lo hipotético se hubiera expresado de un manera
léxica?
Aunque pensamos que la respuesta a mis anteriores preguntas sería negativa, debemos de reconocer que algo
tenían que tener los verbos modales para que los gramáticos eligieran a estos verbos y no a otros como marcas
gramaticales de la conjugación inglesa. Ese algo es la ya apuntada gramaticalización que los verbos modales empezaron a
sufrir a finales del período del inglés antiguo. El signo más evidente de dicho proceso de auxiliarización es la pérdida
gradual de su capacidad de complementación nominal. Aunque hoy en día la clasificación de los verbos modales como
verbos auxiliares se debe fundamentalmente al hecho de que no necesitan al auxiliar do en los procesos sintácticos que la
gramática inglesa conoce como los NICE contexts (Negación, Interrogación, Código y Énfasis), esta característica no se
puede utilizar inicialmente para explicar la gramaticalización de los verbos modales, ya que el uso del do como auxiliar de
los verbos léxicos en estos procesos es un desarrollo tardío de la lengua inglesa. La oraciones interrogativas y negativas
con do no aparecen hasta el siglo XIV, y las construcciones con do y sin do se utilizan durante el período del inglés
moderno de un modo alternativo. Parece ser que la norma que regula su uso está relacionada no con cuestiones sintácticas
sino más bien con cuestiones meramente de ritmo o con aspectos estilísticos. Durante el siglo XVIII se aprecia un
descenso en el uso de las construcciones sin do, convirtiéndose la construcción con do en la más habitual. Es sólo a finales
del XIX cuando se puede afirmar que la formación de las oraciones interrogativas, negativas e interrogativas-negativas
siguen las pautas que actualmente conocemos en inglés contemporáneo.
Sin embargo, hay un hecho que no queremos dejar pasar por alto, ya que éste puede probar que en aquellos
momentos los verbos modales se consideraban auxiliares por los hablantes de la lengua inglesa. Este hecho es la inclusión
del auxiliar do en las oraciones interrogativas y negativas con el verbo have cuando éste no es un verbo auxiliar. El uso de
do en las oraciones interrogativas y negativas del tipo did you have a good time?, I didn't have a good time es realmente
tardío, ya que no se da hasta finales del XIX. La explicación a este fenómeno está relacionada con la asociación que los
hablantes hacen del verbo have con los verbos auxiliares en ejemplos del tipo have you seen him? La asociación have /
verbo auxiliar consigue retrasar el uso del do en ejemplos donde have tiene un claro valor léxico, pero al final no lo
impide. Sin embargo, la imposibilidad de asociar el auxiliar do con los verbos modales en inglés contemporáneo es un
claro signo del carácter auxiliar de los verbos modales.
El comportamiento morfosintáctico de los verbos modales en inglés contemporáneo evidentemente ofrece muchas
razones para que se les pueda categorizar como verbos auxiliares. Quizás las más obvias sean dos. El hecho de que no
sean sintácticamente independientes y de que siempre necesiten la presencia de un verbo léxico, al que, como mínimo,
modifican semánticamente y el hecho de funcionar ellos mismos como marcadores gramaticales (operators) de los verbos
léxicos en los procesos sintácticos de la interrogación y negación (Should we go there? frente a Did we go there?). A estas
características se les pueden añadir otras como la imposibilidad sintáctica de complementación que existe entre ellos (*he
will must go frente a he will have to go), la posibilidad sintáctica de que normalmente precedan a cierto tipo de adverbios
(We can always do it tomorrow), la capacidad morfológica de aceptar formas negativas enclíticas como mustn't o
shouldn't, o la imposibilidad de aceptar la inflexión de 30 persona singular (*musts, *mays, etc.). Todas estas
peculiaridades morfosintácticas de los verbos modales ingleses tienen que ser necesariamente explicadas como un
resultado del proceso de gramaticalización que los mismos han venido sufriendo desde finales del período del inglés
antiguo.
Sin embargo, y como dijimos anteriormente, el proceso de gramaticalización de los verbos modales no se produce
totalmente, y es por esto por lo que nos encontramos usos de los verbos modales que son difícilmente explicables sino se
categorizan como verbos catenativos o verbos plenos. Estos usos están relacionados con el proceso sintáctico de la
negación, y fundamentalmente con la categoría verbal de tiempo.
Veamos, por ejemplo, que sucede con los verbos modales y la categoría gramatical de tiempo. Si queremos
entender la categoría gramatical de tiempo en los verbos modales tendremos que recurrir a la distinción de dos elementos
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en las oraciones que contengan un verbo modal: la modalidad y la proposición. La modalidad está expresada por el verbo
modal, y la proposición por todos los demás constituyentes de la oración. Así en un ejemplo como:
My brother must have done it
la modalidad, la idea de certeza con que se presenta la proposición (It is quite likely that, I am sure that ...) se expresa en
el verbo modal must, mientras que todos los demás elementos (My brother ... have done it) expresan la proposición.
Puesto que tenemos dos elementos, las relaciones temporales pueden afectar a los dos elementos. Un ejemplo como:
Danny may have gone there yesterday
se puede parafrasear como "estoy haciendo una predicción ahora", "estoy pensando ahora" que "Danny se fue allí
ayer". Como vemos, la relación temporal de la modalidad en este ejemplo es diferente de la de la proposición. Del mismo
modo, en una oración como:
He will fly there tomorrow
la modalidad tiene una referencia de tiempo presente ("Tiene ahora, en estos momentos la intención de ..."), mientras que
la proposición tiene una referencia temporal de futuro ("Va a ir allí mañana). Así pues, en las oraciones con verbos
modales, las relaciones temporales no afectan a un solo elemento de la oración, sino a dos. En este sentido, las oraciones
con verbo modal contrastan con las oraciones sin verbo modal como:
He went there yesterday
He flies there tomorrow
en donde sólo hay explícita una referencia temporal que afecta al único elemento de la oración (la proposición): "fue allí
ayer", "vuela allí mañana".
Los verbos catenativos ingleses, por el contrario, tienen un comportamiento bastante similar al de los verbos
modales. En una oración como:
Danny denies having gone there yesterday
tenemos también dos elementos: la modalidad, expresada por el verbo catenativo deny con una referencia temporal de
presente, y la proposición que se niega, "Danny fue allí ayer", con una referencia temporal de pasado. Lo mismo
podríamos decir de:
They wanted to go there tomorrow
en donde la modalidad, la idea de deseo, tiene una referencia de pasado, mientras que la proposición, el hecho de ir allí
mañana, tiene una clara idea de futuro.
Si comparamos ahora el comportamiento de los verbos modales en estos ejemplos con la idea de auxiliarización,
empezamos a encontrar contradicciones teóricas. En el análisis tradicional de todos estos ejemplos, en las oraciones sin
verbo modal tenemos una oración y una referencia temporal; en las oraciones con verbo catenativo tenemos dos
claúsulas (una finite y otra non-finite) y la posibilidad de tener dos relaciones temporales diferentes, mientras que en la
oraciones con verbos modales tenemos una oración y la posibilidad de tener dos relaciones temporales diferentes. Por lo
tanto, mientras que en las otras oraciones existe un paralelismo entre número de claúsulas y número de referencias
temporales (en las oraciones no modales, una referencia temporal - una oración; en las oraciones con verbo catenativo,
dos referencias temporales - dos claúsulas), en las oraciones con verbo modal no existe aparentemente tal paralelismo ya
que nos encontramos con dos referencias temporales y sólo una oración. Esta contradicción fue una de las razones que
animó a los lingüistas transformacionales a la consideración de los verbos modales como verbos plenos.
Por otra parte, los verbos modales también se asemejan bastante a los verbos catenativos en su comportamiento
con las oraciones negativas. Aunque no muy frecuentemente, existe la posibilidad de encontrarnos oraciones con verbos
modales (normalmente can) con doble negación:
We cannot simply not go
E incluso en aquellos casos en que sólo tenemos una negación, el foco de la misma puede recaer o bien en la modalidad o
bien en la proposición: Así, un ejemplo como:
He may not be playing tennis
se parafrasearía "It is possible that he is not playing tennis", por lo que se deduce que el foco recae en la proposición.
Por el contrario, un ejemplo como:
He cannot be playing tennis
se parafrasearía "It is impossible that he is playing tennis", por lo que es evidente que el foco recae en la modalidad. Si
comparamos el comportamiento de las oraciones negativas con verbos modales con el de las oraciones con verbos
catenativos, vemos que se pueden establecer ciertos paralelismos, ya que éstas también pueden tener el foco en la
proposición:
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He tried not to be seen
John decided not to come
o pueden tenerlo en la modalidad:
He did not try to be seen
He did not decide to come
Estas posibilidades sintácticas de los verbos modales favorecen la consideración de los verbos modales como
verbos plenos. Sin embargo, y como una consecuencia más del proceso de gramaticalización sufrido por los verbos
modales, existe una gran diferencia entre los verbos catenativos y los verbos modales en este aspecto. La diferencia
consiste en que, aunque el foco de la negación afecte desde el punto de vista semántico a la proposición, desde el punto
de vista sintáctico es siempre el verbo modal el que aparece negado. En un ejemplo como:
John mustn't come
el foco de la negación no recae en must sino en come, ya que el significado del mismo es "Juan debe no venir", "Juan
tiene la obligación de no venir". Sin embargo, es el verbo modal must y no la proposición el que va negado
sintácticamente, como puede verse en el uso de la question tag o en su coordinación con neither:
John wasn't there, was he?
John mustn't come, must he?
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