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LINGUISTICA DESCRIPTIVA Y DIDACTICA

DE LA LENGUA INGLESA.
MODO Y MODALIDAD
Luis Quereda Rodríguez-Navarro
Universidad de Granada
1. Introducción.
El fin último de la lingüística descriptiva es tratar de describir de la manera más simple y fiel posible el
funcionamiento (= la gramática) de una lengua en toda su extensión. El fin último de la didáctica de una lengua es indicar
la metodología que se debe utilizar para que el alumno aprenda de la manera más fácil, más rápida y más adecuada el
dominio práctico de dicha lengua. Quede desde un principio claro, pues, que el objetivo de ambas disciplinas es
claramente distinto. Sin embargo, parece obvio que la didáctica de una lengua debe de basarse en gran manera en la
información que la lingüística descriptiva proporciona sobre la lengua en cuestión. Sin embargo, la relación que existe
entre ambas disciplinas no es lo suficientemente estrecha que debería ser. La lingüística descriptiva y la didáctica, aunque
deberían de caminar más unidas, marchan bastante alejadas la una de la otra, ya que los logros y avances que se producen
en la lingüística descriptiva no son siempre asumidos fácilmente por las personas que se dedican a la enseñanza de
lenguas.
Existen, por desgracia, muchos ejemplos con los que poder demostrar esta divergencia de caminos. Sin embargo,
en este artículo nos vamos a limitar a constatar la divergencia que existe entre el tratamiento que actualmente se da en la
lingüística descriptiva de la lengua inglesa a la categoría de modo en el mal llamado futuro inglés (I will work), así como a
la categoría de aspecto en las formas verbales del presente simple (I work) y del presente progresivo (I am working) y el
tratamiento que estas formas reciben en la mayoría de los métodos dedicados a la enseñanza de la lengua inglesa para
extranjeros. Nuestro interés, además se va a reducir al tratamiento de estos puntos en lo que podríamos llamar la antesala
de la clase. Aunque los métodos son elementos muy importantes que van a condicionar en gran manera el proceso de
aprendizaje del alumno, no vamos a referirnos aquí a cuál es o cuál puede ser la actitud específica de cada profesor ante la
información que los métodos les proporcionan. No debemos olvidar que cada profesor hace su propia interpretación del
método, dependiendo no sólo de como entiende cada uno el proceso de la enseñanza sino también de cuales son sus
objetivos fundamentales.

2. La categoría verbal de modo.


La descripción del funcionamiento de la frase verbal en inglés ha experimentado grandes avances, ya que ésta ha
sido últimamente muy estudiada. Sin embargo, el resultado de estas investigaciones no se ha visto reflejado en los libros
de texto en los distintos niveles de la enseñanza del inglés. Así, por ejemplo, la distinción entre tiempo verbal (tense) y
tiempo real (time) es, hoy en día, un hecho claramente aceptado en la lingüística descriptiva del inglés. Aunque
tradicionalmente se acepta la división tripartita de la noción de tiempo real en pasado, presente y futuro, la lingüística
descriptiva sólo reconoce en la lengua inglesa una distinción bipartita en cuanto a tiempo verbal se refiere. La lengua
inglesa sólo presenta un contraste entre tiempo verbal de pasado (past tense) y tiempo verbal de presente (non-past tense).
No existe ninguna forma de futuro en inglés. La forma will + infinitivo, que tradicionalmente se ha identificado con el
futuro, es una forma modal caracterizada por la categoría verbal de modo (mood o modality) y que es presente (non-past)
en relación con el tiempo verbal.
A pesar de esto, la mayoría de los métodos de inglés siguen identificando la forma de will + infinitivo como una
forma de futuro. Sin embargo, la idea de futuro es un concepto que está más claramente relacionada con la modalidad que
con la temporalidad. La modalidad es aquella categoría gramatical que normalmente refleja la distinción entre hecho real y
hecho potencial. Cualquier hecho que se presente con referencia futura es un hecho claramente potencial, ya que es algo
que todavía no ha ocurrido. Toda referencia futura está siempre basada en las opiniones, predicciones, intenciones,
resoluciones, deseos u obligaciones del hablante o del interlocutor. Lyons (1977:816) resume el valor de la idea de futuro
de la siguiente manera:
Whereas the past represents already realized experience and the present current experience, the future is always
subject to the uncertainties of potential events. The past and the present have, therefore, the stamp of certainty that the
future cannot have.
Estamos completamente convencidos de que, si se presentara la forma will + infinitivo como modal y no como
temporal, se evitarían grandes problemas al estudiante de inglés a la hora de comprender no sólo los usos de will, sino
también los usos de otras formas modales como can, could, must, should, etc., así como también otros usos de otras
formas verbales como el presente simple o progresivo, que están claramente relacionadas con will.
Al igual que la mayoría de métodos, Swan y Walter relacionan a will con la idea de futuro, con lo que el alumno
asocia, directa o indirectamente, a esta forma con la idea de tiempo. Sin embargo, a lo largo del método de Swan y Walter
se utilizan muchas otras fórmulas para expresar futuro que se pueden resumir fundamentalmente en el presente simple y
progresivo, por un lado, y las formas modales por otro. Paradójicamente, sin embargo, como suele pasar con la mayoría de
los métodos, sólo se asocian aquí directamente con la idea de futuro a las formas de presente, pero no a las formas
modales, a pesar de que, como veremos, éstas se usan con una referencia clara de futuro con la misma o, incluso aún, con
mucho mayor frecuencia que las mismas formas de presente.
Este planteamiento general tiene claras consecuencias negativas para el alumno. Quisiéramos destacar dos de
ellas. La primera es que el alumno tendrá problemas para internalizar cuál es la verdadera función tanto de la forma con
will como de la formas de presente. Con este planteamiento habremos de decirle al alumno, si queremos ser coherentes
con nuestro propio planteamiento, no sólo que el presente simple puede referirse a expresiones con referencia de futuro,
sino también que el futuro, la forma will + infinitivo, puede referirse también a expresiones con referencia de presente, lo
cual, evidentemente, creará en el estudiante un sentimiento de inseguridad y de frustración: de frustración, porque este tipo
de reglas favorecen en gran manera a dar la impresión de que la lengua inglesa carece de todo sistema, y de inseguridad,
porque al alumno no se le facilita una norma clara y precisa para el uso de estas dos formas verbales. A la hora de explicar
el uso del presente indicando futuro, Swan y Walter (1984:78), por ejemplo, explican que éste se usa para hablar sobre
hechos futuros que han sido ya decididos en el presente. Pensamos que este tipo de reglas no son muy operativas, ya que la
consideración de si un hecho que se va a llevar a cabo en un futuro ha sido o no decidido de antemano es, como mínimo,
algo muy subjetivo y arbitrario. Con este tipo de reglas, el alumno, además de no contar con una regla precisa en cuanto al
uso de las formas en cuestión, no llega nunca a entender realmente la diferencia que existe entre unas formas y otras.
La segunda consecuencia negativa de este planteamiento está relacionada con el uso de otras formas modales tales
como should, can, could, ya que, aunque éstas están tan relacionadas con la idea de futuro como will, sin embargo, al
alumno no se le ofrece directamente esta información e incluso en muchos casos se le trata de ocultar. La unidad 19D de
Swan y Walter es un claro ejemplo de este tipo de proceder. En esta unidad se intenta familiarizar al alumno con las
formas con las que la lengua inglesa expresa normalmente sugerencias, por lo que se introducen oraciones con modales y
oraciones con imperativo. Sin embargo, como el interés central es que el alumno identifique estas formas con la función
comunicativa de sugerir algo, en ningún momento se hace la menor alusión al hecho de que estas formas aparecen con
gran frecuencia en contextos con referencia de futuro. De hecho, todos y cada uno de los ejemplos que aparecen en el
texto tienen una clara referencia de futuro]. No podemos olvidar que siempre que se sugiere que se haga algo, ese algo está
siempre por hacer. Constátense, por ejemplo, frases como: Let's go there tomorrow, Go there tomorrow, Would you go
there tomorrow, You should go there tomorrow o Shall we go there tomorrow?
Es por todo esto por lo que pensamos que es un error incluir la idea de futuro como una característica
esencialmente temporal, al menos en lo que concierne a la lengua inglesa. Por el contrario, si relacionamos la noción de
futuro a la esfera de la modalidad en vez de a la de temporalidad no sólo se podrán explicar de una manera más fácil
contrastes como:
a) He will / may / must / can / has to / should / might / could / would come back tomorrow.
Let's come back tomorrow.
Come back tomorrow.
sino también la relación de éstos tanto con ejemplos como:
b) I'm coming back tomorrow.
I come back tomorrow.
así como con ejemplos tales como:
c) You will / may / must / can / have to / should / might / could / would come back now.
Let's come back now.
Come back now.
d) I'm coming back now.
La única diferencia que existe entre estos ejemplos no es otra que la de que los ejemplos en (b) y (d), al ser formas
no modales, presentan los hechos como algo real, mientras que los ejemplos en (a) y en (c), al ser formas modales,
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presentan los hechos como algo potencial; en (b) y (d) se trata de puras afirmaciones: el hablante presenta el hecho como
algo real. Evidentemente son las expresiones adverbiales tomorrow y now las que se encargan de definir cuál es la
verdadera referencia temporal de dichos contextos; en (a) y en (c), por el contrario, nos encontramos ante meras
predicciones o sugerencias: el hablante presenta el hecho como algo que puede ser así o que él quiere que sea así, pero no
lo presenta como algo real, sino como algo probable, seguro, deseable o necesario, sin que la referencia temporal - de
nuevo especificada en la expresiones adverbiales, tengan nada que ver en esta manera de presentar las diferentes acciones.
El alumno debe de tener claro que lo importante en (a) y (c) no es que los ejemplos tengan referencia de futuro o de
presente, sino que estas formas presentan la acción con una connotación claramente modal tanto en un caso como el otro.
Es precisamente esta manera de presentar la acción lo que realmente las diferencia de los ejemplos en donde se utilizan las
formas de presente, que, al igual que las formas modales, no sólo pueden tener referencia de presente o de futuro, sino
incluso también de pasado.

3. La categoría gramatical de aspecto.


La categoría gramatical de aspecto es responsable en inglés del contraste entre las llamadas formas progresivas y
formas simples. En relación con esta categoría, el error fundamental de los métodos de inglés es el de no tratar de hacer
una presentación que intente sacar a la luz cuál es su función específica dentro de la frase verbal inglesa. En el análisis de
cualquier libro de texto nos encontramos al menos con dos tipos de situaciones derivadas más de un planteamiento propio
de la gramática tradicional que de las orientaciones descriptivas actuales. Por un lado, se presentan a todas las formas
verbales (presente simple, pasado progresivo, presente perfecto, etc.) como algo relacionado primordialmente con el
tiempo. Normalmente no se tiene en cuenta que las formas verbales son el resultado de una combinación de categorías
(tiempo gramatical, aspecto, modo y voz) y que, por tanto, el valor de cada forma verbal no puede ser otro que el de la
combinación de los valores de las categorías que dicha forma tiene. De esta manera, los métodos lo único que hacen es
presentar, más o menos acertadamente, los distintos usos del presente simple comparados con los del presente progresivo,
pero normalmente nunca tratan de explicar, por ejemplo, el paralelismo que pueda existir entre el presente y el pasado
progresivo o entre el presente y el pasado simple.
Por otro lado, y debido fundamentalmente a este planteamiento tradicional, que ignora cual es el verdadero valor
de la categoría de aspecto, se les asignan, directa o indirectamente, a las formas verbales valores que no tienen nada que
ver con ellas y que son claramente imputables a otras expresiones lingüísticas con las que frecuentemente se combinan.
Estos dos tipos de errores perjudican en gran manera la posibilidad del estudiante de internalizar la verdadera función de
las formas progresivas en contraste con la de las formas simples.
La presentación que de las formas aspectuales se hace en los métodos de inglés se reduce normalmente a tratar de
identificar a la forma simple del presente con la idea de acontecimiento habitual y a la forma progresiva del presente con la
idea de acción en pleno desarrollo, con el fin de hacer ver claramente al alumno que debe usar el presente progresivo para
aquellas acciones que están teniendo lugar en el momento del habla (como He is playing very well), mientras que debe
usar el presente simple para acciones que no ocurren ahora, sino que se repiten de una manera habitual (como He plays
football everyday). El método de Swan y Walter es un claro ejemplo de esta tendencia. El hecho de que la unidad en la que
se introduce el presente simple se llame Habits (U6), mientras que la unidad dedicada a la introducción del presente
progresivo se llame The present (U18) parece de por sí sintomático. Evidentemente esta presentación es claramente
errónea en tanto en cuanto no se ajusta al funcionamiento real de la lengua inglesa. En inglés, el presente progresivo puede
usarse perfectamente en contextos con referencia habitual (John is always giving Mary very expensive presents), de la
misma manera que el presente simple se usa en contextos con referencia de tiempo presente (I now declare this meeting
open)
La identificación del presente simple con la idea de acción habitual y la del progresivo con acción que ocurre en el
momento del habla es como mínimo una simplificación, sino algo totalmente erróneo. En la mayoría de los casos, la idea
de hábito, por ejemplo, no se debe a la forma verbal en sí, sino o bien a factores contextuales (como puede ser el hecho de
expresar nociones que culturalmente tienen un valor permanente, como The sun rises in the east o Two and two makes
four) o bien a las formas adverbiales (como usually, on Mondays, every day, etc.) que frecuentemente aparecen en este
tipo de ejemplos. La única manera de presentar de un modo coherente el uso del presente simple y del presente progresivo
tendrá que ser necesariamente intentando explicar cuál es el verdadero valor de las categorías verbales que las
caracterizan. La verdadera función de la modificación de aspecto en inglés es la de posibilitar al hablante dos maneras
distintas de presentar una acción. Mientras que las formas progresivas, que son las formas marcadas por la categoría de

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aspecto, presentan la acción como si estuviera en el medio del proceso, las formas simples presentan la acción en su
totalidad. Las formas progresivas enfatizan el proceso interno de la acción, centrándose, por ejemplo, en el inicio del
proceso (The train is arriving), en el medio del proceso (The man is working) o en la repetición continuada del proceso
(The boy was jumping for joy). Las formas simples, por el contrario, presentan el proceso como un hecho global. Cuando
el hablante usa una forma simple (The train arrives, the man works, the boy jumped for joy), es porque, en ese momento,
no le interesa ningún punto en concreto del proceso en cuestión, ni su inicio, ni su continuación, ni si la acción se repite
una o varias veces; cuando el hablante usa las formas simples, a éste sólo le interesa la acción en sí, el proceso completo,
como un todo. Un ejemplo claro para explicar cuál es el verdadero valor del contraste entre forma simple y forma
progresiva podría ser:
(a) Sabatini serves.
(b) Sabatini is serving.
La única diferencia real que se puede establecer al contrastar (a) y (b) es la de que en (a) la acción se presenta en
su totalidad, ya que el hablante ha elegido la forma simple, mientras que en (b) la acción se presenta como si estuviera en
el medio de su proceso, ya que la forma elegida ha sido la progresiva. Contextualmente los dos ejemplos son claramente
ambiguos. Podríamos interpretar que (a) se ha usado para narrar el momento mismo del saque, ya que se trata de una
acción rápida, instantánea, con lo que tendríamos al presente simple en un contexto con referencia de presente. Por otro
lado, podríamos entender que (b) se ha usado para expresar una realidad que la podríamos clasificar como habitual, como
es la de expresar que la tenista va a disponer del servicio durante todo el juego, interpretando la forma progresiva como
una repetición de una acción puntual durante un período concreto. Pero podríamos del mismo modo interpretar estos
ejemplos de la manera inversa. El ejemplo (b) se podría haber usado para enfatizar el proceso del saque puntual que
Sabatini se prepara a ejecutar, queriendo el locutor de esta manera enfatizar la idea de que el saque no es un hecho puntual,
sino todo un proceso que requiere una preparación: fase inicial de concentración en la que se bota la bola varias veces,
lanzamiento hacia arriba de la bola acompañado de la elevación de la raqueta para terminar con el impacto de la raqueta
con la bola. Al decir Sabatini is serving, el locutor puede estar haciendo referencia a que la jugadora está en el medio de
dicho proceso. Por otro lado, (a) puede perfectamente hacer referencia al hecho de que Sabatini dispone del servicio
durante todo el juego sin necesidad de que se encuentre sirviendo en el momento mismo del comentario. Es por esto por lo
que pensamos que identificar forma simple con uso habitual y forma progresiva con uso con referencia de presente es
claramente un error. Otra cosa es, por supuesto, explicar que cuando nos referimos a acciones habituales no nos interesa
generalmente para nada presentar la acción en medio de su proceso. Cuando queremos expresar, por ejemplo, que nosotros
cenamos todos los días a las ocho, lo normal es que nos interese destacar el proceso de la cena en su totalidad: es la
globalidad del proceso lo que se repite una y otra vez. En consecuencia, lo normal es que los usos habituales se expresen
con formas simples. De igual manera, cuando queremos expresar acciones que se están desarrollando ahora mismo, lo
normal es presentarlas utilizando formas progresivas, ya que la acción está incompleta y en el medio de su desarrollo
(Espérate que estamos cenando). Pero decir esto no es identificar formas progresivas con acciones en desarrollo y formas
simples con acciones habituales. Hay muchos otros condicionamientos que influyen en la elección de una u otra forma.
Estos condicionamientos pueden ser tanto de carácter semántico (como, por ejemplo, verbos que por su semantismo no
pueden o no suelen presentarse en el medio de su desarrollo), como de carácter pragmático (como la necesidad de usar
formas muy directas, poco complejas en ciertos registros de la lengua como en el mundo de la publicidad, en los medios
de comunicación, etc.). Desgraciadamente, no podemos detenernos a considerarlos ahora.
Por el contrario, sí queremos destacar que, al igual que pasa con las demás categorías verbales, el hablante tiene
en la mayoría de los casos, al contrario que el alumno de inglés, opción a la hora de presentar la acción,
independientemente de cual sea la estructura real de la misma. El siguiente ejemplo es altamente iluminador en este
sentido:
The sun burned brightly through the window as he was getting up.
Es obvio que las dos acciones que se expresan en este ejemplo son paralelas y tienen la misma constitución interna. Al
mismo tiempo que se está levantando el personaje de la acción, el sol está brillando. Sin embargo, el hablante ha preferido
presentar la acción del personaje levantándose en el medio de su desarrollo, probablemente para darle más prominencia,
mientras que la acción del sol brillando la ha presentado sin hacer ningún énfasis en su proceso, probablemente como una
referencia puntual al proceso del personaje mismo. Naturalmente, el hablante podría haber optado por cualquiera de las
otras soluciones
Queda claro, pues, que la identificación de forma progresiva con acción en medio de su desarrollo y la de forma
simple con acción entendida en su globalidad facilita al alumno la comprensión de la mayoría de los ejemplos que se
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presentan, incorrectamente, como excepciones, pero que, en el fondo, no son nada más que una lógica consecuencia de
como funciona el sistema verbal inglés. Así, por ejemplo, el alumno podrá entender más fácilmente el por qué los verbos
de estado en oraciones como:
I see. You want money to buy a house. (U3)
An orange costs 20p. (U7)
no aparecen generalmente en forma progresiva. Al alumno se le puede explicar que existen conceptos, como la idea de
entendimiento, de deseo o de identidad, que normalmente no pueden por sus implicaciones semánticas presentarse en el
medio de su proceso. Lo normal es que uno quiera o no quiera una cosa, que entienda o no entienda algo, que valga o no
valga tanto. Estos son conceptos que se entienden necesariamente en su totalidad, por lo que se expresan generalmente con
formas simples. Ahora bien, siempre que exista una posibilidad semántica de entender el proceso en el medio de su
desarrollo, habrá en inglés una posibilidad de expresar el verbo en forma progresiva. Si el alumno se encuentra con
ejemplos como:
I'm wanting an ice cream.
I'm understanding now.
se le podrá explicar, sin necesidad de calificar a estos ejemplos como excepciones, que el hablante está aquí interesado en
presentar el proceso en su desarrollo inicial y no en su totalidad, ya que quiere dejar claro no que quiere un helado o que
ya ha entendido todo el asunto, sino que está empezando a tener ganas de tomar un helado o que está empezando a
entenderlo todo.
En la metodología tradicional existe la tendencia de contrastar dos o varias formas (presente simple frente a
presente progresivo, uso de futuro frente a uso de presente, etc.), pero normalmente nunca se intenta explicar cuál es el
verdadero valor de las formas en cuestión y el por qué de su uso en tal o en cual contexto. Esta metodología hace que el
alumno vaya adquiriendo consciente o inconscientemente reglas que van de alguna manera en contra del uso natural de la
lengua. Parece evidente que la presentación, directa o indirecta, de un material con el fin de explicar una norma que es
sólo válida para los contextos que en ese momento se practican es algo perjudicial y negativo para el alumno. Si al
alumno, una vez que ha aprendido o internalizado una regla, se le presentan una serie de excepciones a la misma, lo único
que se conseguirá es ir minando poco a poco su confianza en la posibilidad de internalizar el funcionamiento de dicha
lengua. Y no es que pensemos que un método deba identificarse plenamente a una gramática o que el profesor deba en
todos los casos decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, sino que creemos que lo poco o lo mucho que se
diga debe de tener algo que ver con el funcionamiento real de la lengua. En este sentido, estamos convencidos de que la
didáctica de la lengua inglesa se podría beneficiar grandemente si tuviera más en cuenta los logros que en relación con la
descripción del funcionamiento de la lengua inglesa ha venido haciendo la lingüística descriptiva a lo largo de estos
últimos años.

MODO Y MODALIDAD EN INGLÉS:


UN PROBLEMA DESCRIPTIVO EN INGLÉS CONTEMPORÁNEO
Universidad de Granada
En esta conferencia inaugural de las Primeras Jornadas Inglesas de la Universidad de Jaén vamos a intentar hacer
un ejercicio de lingüística descriptiva no habitual. Y decimos no habitual porque la definición de lingüística descriptiva
implica normalmente una explicación precisa, sistemática y objetiva de los distintos usos de una lengua en un momento
determinado. En este sentido, la lingüística descriptiva no sólo se opone claramente a la llamada gramática prescriptiva,
en donde se pretende analizar la lengua no como es sino como el gramático piensa que debe de ser, sino también a la
llamada lingüística histórica, ya que, mientras la lingüística descriptiva se centra en la descripción de un período concreto
de la lengua, la lingüística histórica trata de estudiar el cambio lingüístico que se ha producido a lo largo de las varias
etapas de dicha lengua.
Pues bien, esta mañana queremos intentar demostrar que, en contra de lo que es la norma, a la hora de hacer
lingüística descriptiva inglesa, es en ocasiones necesario no sólo considerar el período de lengua que uno está estudiando,
sino también otros períodos anteriores, ya que, únicamente teniendo en cuenta su evolución, podremos explicar la
situación que dentro del nuevo sistema ocupan ciertas construcciones de la lengua inglesa.
No se debe olvidar que la evolución de la lengua inglesa ha sido bastante drástica y dramática, ya que de una
lengua altamente flexionada, con un carácter claramente sintético se ha pasado a una lengua muy analítica, sin apenas
flexión alguna. Y para poder demostrar esta tesis, vamos a utilizar el campo del modo y de la modalidad.
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Debe quedar claro desde el principio que cuando hablamos de modalidad nos referimos a todos aquellos aspectos
léxicos, es decir, no gramaticales, que tienen que ver con la dualidad realidad objetiva en oposición a idea eventual e
hipotética. Por el contrario, cuando hablamos de modo nos referimos a aquellos aspectos gramaticales que reflejan dicha
dualidad. En la oración quizás es demasiado pronto la idea de posibilidad está reflejada léxicamente a través del uso del
adverbio quizás. Por el contrario, en la oración quizás sea demasiado pronto esta idea no sólo está marcada léxicamente
por el uso del adverbio quizás sino también gramaticalmente por la utilización de la forma de subjuntivo sea.
Pero nuestro objetivo en esta conferencia no es el español, sino la lengua inglesa, y por lo tanto debemos
preguntarnos cómo se expresa la dicotomía hecho real / hecho hipotético en los distintos períodos del inglés en general y
en inglés contemporáneo en particular.
De una manera global se puede decir que existe un contraste total entre las posibilidades expresivas del inglés
antiguo frente a las del inglés contemporáneo. En inglés antiguo, al igual que sucede en el español actual, existía la
posibilidad gramatical de expresar la dualidad hecho real / hecho hipotético con el contraste formal modo indicativo /
modo subjuntivo. El inglés antiguo, como lengua flexionada que es, permite el contraste entre formas de indicativo y
formas de subjuntivo. Por otra parte, el inglés antiguo también podía expresar esta misma idea de una manera léxica por
medio de perífrasis con los llamados verbos modales. Mediante la combinación de "verbos como shall, will, should, may,
can, etc. más un infinitivo" se podía expresar un hecho como algo posible, probable, deseado, o aconsejable. Los verbos
modales en inglés antiguo, como veremos a continuación, no pueden considerarse verbos auxiliares, sino verbos
plenamente léxicos que jugaban un papel similar al de ciertos verbos catenativos en inglés contemporáneo.
Con el desarrollo de la lengua, estos dos recursos han evolucionado en sentido inverso, y mientras el contraste
indicativo / subjuntivo ha perdido prácticamente toda su vigencia en inglés contemporáneo, debido a la nivelación de las
distintas terminaciones verbales que se produjo principalmente durante el período del inglés medio, los verbos modales
han venido sufriendo un proceso de gramaticalización que poco a poco les ha convertido en verbos auxiliares, o lo que es
lo mismo, en elementos gramaticales dentro del sistema verbal inglés. Con la nivelación de las flexiones verbales, el verbo
inglés se quedó sin la posibilidad de expresar esta categoría. Para compensar esta pérdida, el sistema comenzó la
gramaticalización de los verbos modales para tal distinción.
Sin embargo, ni la nivelación de las flexiones fue perfecta, ni la gramaticalización de los verbos modales
completa. Es este hecho lo que ha originado, como vamos a ver a continuación, unas estructuras que desde el punto de
vista descriptivo son claramente incoherentes si no se tiene en cuenta su origen, ya que nos encontramos dentro del
sistema del inglés contemporáneo al mismo tiempo distinciones formales arcaicas, reflejo del antiguo sistema, y formas
claramente gramaticalizadas que tienen en muchas ocasiones un comportamiento léxico evidente.
El proceso de cambio de un sistema de lengua a otro produjo, pues, contradicciones descriptivas en la
conformación del nuevo sistema. Vamos ahora a estudiar en que consisten estas contradicciones. Empezaremos analizando
el problema del subjuntivo, para luego terminar con el de los verbos modales.
Normalmente, la mayoría de las descripciones de las gramáticas actuales de inglés contemporáneo distinguen dos
formas de subjuntivo, llamadas forma de presente y forma de pasado. Dos son los usos que normalmente se le asignan a la
llamada forma de presente. Siguiendo la terminología de Quirk et al. (1985), éstos son: (a) el llamado mandative
subjunctive, en el que nos encontramos el subjuntivo en oraciones subordinadas introducidas por that, que dependen de
verbos como insist, demand, propose, como, por ejemplo, en I insist that she come immediately, y (b) el llamado
formulaic subjunctive, en el que nos encontramos el subjuntivo en algunas oraciones independientes de carácter
desiderativo y claramente idiomáticas, como, por ejemplo, en God bless you. A la forma de pasado, por su parte, se le
asigna normalmente un sólo uso, relacionado primordialmente con contextos hipotéticos, aunque, mientras unos autores
hablan aquí sólo de la forma subjuntiva were - en clara oposición a la forma indicativa was, como puede verse en
contrastes como When I was young, ... frente a If I were young, ... -, otros admiten la existencia de otras formas además de
la de were, ya que aceptan la posibilidad de homonimia entre la forma de indicativo (When he came yesterday, ...) y la
llamada forma de subjuntivo (If he came tomorrow, ...).
Este tipo de descripción, que en términos generales puede considerarse correcta, ofrece, no obstante, ciertas
lagunas e inconsistencias, que dificultan la comprensión de la posición del subjuntivo en el sistema verbal del inglés
contemporáneo. El problema más grave que este tipo de descripción plantea es que parece describir el subjuntivo como
una estructura no sólo operativa sino también propia del sistema verbal del inglés contemporáneo. Sin embargo, pensamos
que la única manera de explicar las anomalías del subjuntivo en inglés contemporáneo es poniendo de relieve el hecho de
que el subjuntivo es una estructura típica del antiguo sistema verbal inglés y que es por esto por lo que, la mayoría de las

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veces, su comportamiento entra en clara contradicción con los mecanismos que actualmente operan en el nuevo sistema
verbal del inglés. Veamos cuales son algunas de estas contradicciones.
Desde un punto de vista formal, en inglés contemporáneo solamente se puede hablar realmente de verdaderas
formas subjuntivas en un sólo elemento léxico, el verbo to be. En el verbo to be podemos hablar de dos formas claramente
subjuntivas, la forma be y la forma were.
Al contrario de lo que sucede con el verbo to be, las distinciones formales entre las llamadas formas de indicativo
y subjuntivo de presente y de pasado en los demás verbos ingleses son escasísimas, ya que la característica fundamental de
estas supuestas formas subjuntivas inglesas es precisamente la ausencia de cualquier marca formal, es decir, que se forman
con lo que normalmente denominamos forma base (come, play, work). En este sentido, estas formas son homomorfas no
sólo con las formas de infinitivo e imperativo, como sucede con el verbo be, sino también con todas las formas del
presente simple, con la excepción de la forma en 's.
Naturalmente, el problema de la homonimia en el subjuntivo inglés plantea un grave problema teórico, ya que,
aunque nadie duda de que se debe distinguir entre subjuntivo e indicativo en ejemplos como:
(a) - If God be for us, who can be against us?
(b) - Don't worry. God is with us.

(a) - One always asked for water if one were a woman, and for brandy if one were a man.
(b) - He asked for brandy because he is/was a man.

(a) - Some parents demand that the doctor try to correct a problem before it is wise to do so.
(b) - Some parents say that the doctor tries to correct a problem before it is wise to do so.

sin embargo, no está tan claro que dicha distinción haya que mantenerla en ejemplos como:

(a') - If he is here at 10, we will go to the cinema.


(b') - He is here, so let's go to the cinema.

(a') - If all my children were happy, I would not complain.


(b') - All my children were happy. I didn't have anything to complain about.

(a') - He insisted that we needed to be quieter.


(b') - We needed to be quieter. They were looking for us.

(a') - The teacher recommends that students work harder.


(b') - Students here work very hard.

Si aceptamos que tanto los ejemplos en (a) como los ejemplos en (a'), simplemente por el hecho de que estas
oraciones expresan todas un hecho irreal, potencial o hipotético, son casos de subjuntivo, tendremos que aceptar la
existencia en inglés moderno de toda una conjugación subjuntiva homomórfica a la del indicativo. Esta postura presenta
graves problemas, el más grave de los cuales quizás sea el de que no existe ningún criterio objetivo para poder delimitar
hasta qué punto una forma verbal expresa una idea irreal o una real.
Aceptar la diferencia de significado como criterio para distinguir entre forma de indicativo y forma de subjuntivo
trae como consecuencia inmediata el hecho de tener que aceptar como formas de subjuntivo formas que, en un principio,
no nos gustaría considerar como tales. Así, por ejemplo, si aceptamos que came es una forma de subjuntivo en:
- If Peter came tomorrow, I would go to see him.
tendríamos que aceptar por la misma razón que comes es una forma de subjuntivo en el siguiente ejemplo:
- If Peter comes tomorrow, I will go to see him.
Sin embargo, si aceptamos que comes en contextos como éste es una forma subjuntiva, incurriríamos en una
nueva incongruencia: la de tener que aceptar la existencia de dos formas distintas de subjuntivo, una forma que habría que
considerar arcaica (come) y otra más propia del inglés contemporáneo (comes). De la misma manera, siguiendo este tipo
de argumentación, tendríamos que aceptar también dos formas de pasado de subjuntivo, una were y otra was. Y no sólo

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esto. Deberíamos aceptar que formas como is ...-ing, are ...-ing, have been ...-ing, etc., pueden ser también formas de
subjuntivo, puesto que si consideramos que knew en
- Suppose he knew it.
es una forma subjuntiva al encontrarse en un contexto hipotético, del mismo modo tendremos que considerar que son
formas de subjuntivo las formas verbales is playing, has been playing, was playing, etc. cuando aparecen en contextos
como:
- Suppose he is playing football.
- Suppose he has been playing football all the morning.
- Suppose he was playing football.
Queda claro, pues, que no podemos basarnos en consideraciones semánticas para defender la existencia de formas
indicativas y formas subjuntivas. En la lengua inglesa existen muchísimos contextos en los que el hablante utiliza la
llamada "forma de indicativo", que no es sino una forma no marcada o neutra, para expresar acciones claramente
potenciales o hipotéticas y la usa porque los contextos en los que ésta aparece son lo suficientemente poco ambiguos como
para no necesitar otro tipo de formas formalmente más marcadas.
Por tanto, nosotros defendemos que sólo se puede hablar de formas subjuntivas en aquellos casos en los que exista
una oposición formal entre indicativo y subjuntivo: sólo se puede hablar de contraste entre subjuntivo e indicativo en
aquellos ejemplos en los que exista una clara distinción formal entre las formas verbales. Por el contrario, en los ejemplos
en los que no existe ninguna diferencia formal, debemos de hablar de una única forma con distintos usos.
De todos modos, esta postura tampoco está libre de contradicciones teóricas, aunque, de alguna manera, refleja
más fielmente cual es la situación real de estas estructuras en el sistema verbal del inglés contemporáneo, ya que estamos
convencidos de que, cuando el hablante inglés utiliza una forma verbal formalmente no marcada, la mayoría de las veces,
no ha barajado ni siquiera la posibilidad de que el uso de dicha forma implica dos opciones semántica y sintácticamente
diferentes.
Pero, como acabamos de decir, aceptar que en aquellos casos en los que sólo exista una única forma sólo se debe
de hablar de una forma con distintos usos y no de dos formas homónimas presenta también algunos problemas teóricos.
Dos ejemplos claros de estos problemas son:
(a) Por un lado, reconocemos que were en If I were rich, ... es una forma subjuntiva, pues contrasta con la forma
no marcada en When I was rich, mientras que was es una forma no marcada o neutra en el mismo contexto: If I was
rich, ..., ya que no existe ninguna diferencia formal con When I was rich, ... Por otro, mientras que reconocemos que were
es subjuntivo en aquellos casos en los que va con sujetos de 10 y 30 per. sg., no aceptamos que es subjuntivo en ejemplos
como If you were rich, ..., o If they were rich, ..., ya que en estos casos no existe ninguna diferencia formal con When you
were rich, ... o con When they were rich, ...
(b) Si sólo aceptamos como formas subjuntivas aquellas que formalmente lo sean, tendremos que aceptar que en
inglés contemporáneo se puede dar la coordinación de una forma de subjuntivo con otra de indicativo. Desde el punto de
vista teórico, esto parece algo claramente anómalo. Sin embargo, si analizamos un ejemplo como:
- I think that if I were there and did what was expected of me, everything would come off all right.
nos encontramos que were es aquí formalmente subjuntivo, pues contrasta con la forma de indicativo was. Sin embargo,
did no tiene ninguna marca formal de subjuntivo y, por tanto, no deberíamos de considerarlo como tal. Pero si were es
subjuntivo y did es indicativo )cómo es que pueden ir los dos coordinados mediante la conjunción and?
Evidentemente, estos hechos nos parecen de alguna manera incongruentes. Ahora bien, creemos, y eso es lo que
queremos dejar aquí claro, que la incongruencia no está en el análisis en sí. La anomalía radica en el hecho de que ahora
mismo perviven en inglés dos sistemas modales claramente diferentes: por un lado, un sistema que obedece a las normas
por las que se rige el sistema verbal inglés contemporáneo, en donde la dicotomía sintagma verbal modal / sintagma verbal
no modal se hace mediante la utilización o no utilización de unos verbos modales concretos (can, could, shall, should,
will, would, etc.), y que es el procedimiento que actualmente es operativo. Por otro lado, otro sistema, en donde esta
dicotomía se hacía mediante distintas formas flexivas, que obedecen a normas no vigentes en el sistema verbal del inglés
contemporáneo, por lo que ya no es operativo y sólo se mantiene como reliquia del antiguo sistema en algunos contextos
determinados.
El subjuntivo no es nada más que una opción, mínima y muy poco operativa, que tiene hoy en día el hablante
inglés. Mínima porque queda reducida no sólo a un número muy limitado de contextos sino también a ciertos elementos
léxicos. Y muy poco operativa debido a la carencia de elementos formales que identifiquen esta forma. El inglés
contemporáneo, como lengua poco flexiva, no dispone ahora mismo de recursos para poder establecer de una manera
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precisa la distinción semántica hecho real / hecho potencial mediante el contraste indicativo / subjuntivo. El hablante
inglés considera que el uso de los verbos modales es formal, funcional y semánticamente más significativo que el uso de
unas formas subjuntivas formalmente poco específicas.
No es nada extraño, en este sentido, que la forma más usada del subjuntivo en inglés contemporáneo, tanto en
inglés británico como en inglés americano, sea la forma marcada con be, ya que ésta es la única forma que no es ambigua
en ninguno de sus contextos. De aquí que el hablante inglés pueda aún reconocer en ella un valor funcional claramente
modal. Este hecho no es sino un dato más que confirma que el hablante inglés utiliza el subjuntivo solamente cuando su
uso es realmente eficaz. Cuando hay diferencia formal, el hablante puede usarlo, fundamentalmente como una opción
estilística de cierto prestigio que se puede dar en ciertos registros de lengua formales y cultos.
Queda claro pues que sólo si recurrimos a su origen se puede explicar el por qué de la existencia de ciertos usos en
el sistema. Pero ¿qué sucede con los verbos modales, el otro medio por excelencia para expresar modo o modalidad en
inglés?
Pues bien, con los verbos modales ingleses pasa algo parecido. La situación de los verbos modales dentro del
nuevo sistema de la lengua inglesa es anómala, ya que, por una parte, parece que son elementos eminentemente
gramaticales integrados en el sistema auxiliar del verbo inglés, y por otra, presentan usos que no pueden explicarse sino
recurrimos al carácter léxico de dichas construcciones. De aquí que tanto su clasificación como verbos auxiliares,
defendida principalmente por la gramática tradicional, como la categorización de los mismos por los lingüistas
transformacionales como verbos plenos sean dos posturas con el mismo grado de fiabilidad, ya que ambas pueden
justificarse lingüísticamente. Tratar de explicar el doble carácter de verbo auxiliar y verbo pleno de los verbos modales en
un ejercicio de lingüística descriptiva pura es una empresa bastante difícil. Sólo si recurrimos a una explicación detallada
de la evolución de estas estructuras podremos comprender su situación actual dentro del sistema. La razón que explica esta
doble posibilidad no es otra que el hecho de que el proceso de auxiliarización que han sufrido los verbos modales no ha
sido un proceso completo, un proceso perfecto, y de aquí que su situación actual en el sistema del inglés contemporáneo
tenga que explicarse, al igual que pasaba con el subjuntivo, con continuas referencias a períodos anteriores de la lengua.
Detengámosnos pues a ver cuál ha sido esta evolución.
Los llamados verbos modales ingleses eran originariamente, tanto semántica como sintácticamente, verbos léxicos
plenos. Desde el punto de vista sintáctico, por ejemplo, no sólo podían llevar complementación verbal, sino que aceptaban
complementación nominal e incluso complementación clausal con el complementador that. La complementación nominal
de estos verbos es frecuente en los períodos del inglés antiguo y del inglés medio, y no es en absoluto extraña en el siglo
XVI. En el siglo XVII parece perder vigencia, aunque tanto Shakespeare como Ben Jonson todavía la usan. Es sólo a
partir del siglo XVIII cuando pierde vigencia y adquiere un claro valor de arcaicismo.
Como disponían de formas no-finitas, era posible encontrarnos dos verbos modales juntos. Construcciones del
tipo he shall may go, he shall will (to) do it, o he may will (to) do it eran relativamente frecuentes en inglés medio y no
desaparecen hasta mediados del siglo XVI. Como vemos en estos ejemplos, tampoco era raro encontrar los verbos
modales seguidos de un infinitivo con to y ocasionalmente pueden incluso aparecer seguidos tanto por participios en
-ende como en -ing.
Desde el punto de vista formal no podían considerarse verbos defectivos, ya que no sólo tenían forma de presente
y de pasado, como sucede actualmente, sino que disponían de distintas formas para la distinción de primera, segunda,
tercera persona, distintas formas para la distinción entre indicativo y subjuntivo e incluso distintas formas para el infinitivo
y el participio, tanto presente como pasado.
Con la perdida de la distinción entre subjuntivo e indicativo debido a la nivelación flexional que se produce en
inglés, estos verbos empiezan a adquirir una relevancia gramatical que no tenían en el sistema antiguo, de aquí que
comience un proceso que podemos llamar de gramaticalización o de auxiliarización de dichas estructuras. El cambio de
verbo pleno a verbo auxiliar, que era ya patente a finales del período del inglés antiguo, es un proceso muy lento, del que
se puede afirmar que aún no se ha acabado. De todos modos, todos los gramáticos más importantes de la lengua inglesa
del siglo XVII y XVIII clasifican ya a estas estructuras como verbos auxiliares y la mayoría de ellos conciben los verbos
modales como parte de la conjugación modal del inglés. Según estos gramáticos la característica principal de los verbos
auxiliares es que normalmente van seguidos de otros verbos. La idea de verbo auxiliar está pues conectada con la idea de
ir seguido de otro verbo en infinitivo, sin otras posibilidades sintácticas. Sin embargo, y a pesar de que es ésta su principal
característica, no existe ningún gramático que incluya como verbos auxiliares a ningún verbo catenativo, con lo que,
aunque no siempre se reconoce, es el hecho de que 'ayuden' en la conjugación del verbo a formar los distintas formas
verbales el hecho prioritario para dicha clasificación.
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Pero, ¿por qué se consideran los verbos modales como signos o marcas gramaticales que ayudan a la
configuración de la conjugación verbal inglesa?
Una respuesta inicial evidente es la influencia de la tradición latina en los gramáticos ingleses. Como las
categorías gramaticales de tiempo y modo se consideraban categorías universales, éstas tenían que tener algún reflejo
en la lengua inglesa. Y el reflejo más fidedigno para cubrir la categoría de modo eran los verbos modales. La pregunta
del millón de pesetas que hay que hacerse en este momento es ¿sería lo mismo la descripción del inglés si ésta se
hubiera hecho sin tener en cuenta los modelos latinos? ¿Hubieran los gramáticos ingleses del XVI, XVII y XVIII
considerado los verbos modales como verbos auxiliares si el latín no hubiera dispuesto de un contraste morfológico
subjuntivo / indicativo y el campo del deseo, de la irrealidad, y de lo hipotético se hubiera expresado de un manera
léxica?
Aunque pensamos que la respuesta a mis anteriores preguntas sería negativa, debemos de reconocer que algo
tenían que tener los verbos modales para que los gramáticos eligieran a estos verbos y no a otros como marcas
gramaticales de la conjugación inglesa. Ese algo es la ya apuntada gramaticalización que los verbos modales empezaron a
sufrir a finales del período del inglés antiguo. El signo más evidente de dicho proceso de auxiliarización es la pérdida
gradual de su capacidad de complementación nominal. Aunque hoy en día la clasificación de los verbos modales como
verbos auxiliares se debe fundamentalmente al hecho de que no necesitan al auxiliar do en los procesos sintácticos que la
gramática inglesa conoce como los NICE contexts (Negación, Interrogación, Código y Énfasis), esta característica no se
puede utilizar inicialmente para explicar la gramaticalización de los verbos modales, ya que el uso del do como auxiliar de
los verbos léxicos en estos procesos es un desarrollo tardío de la lengua inglesa. La oraciones interrogativas y negativas
con do no aparecen hasta el siglo XIV, y las construcciones con do y sin do se utilizan durante el período del inglés
moderno de un modo alternativo. Parece ser que la norma que regula su uso está relacionada no con cuestiones sintácticas
sino más bien con cuestiones meramente de ritmo o con aspectos estilísticos. Durante el siglo XVIII se aprecia un
descenso en el uso de las construcciones sin do, convirtiéndose la construcción con do en la más habitual. Es sólo a finales
del XIX cuando se puede afirmar que la formación de las oraciones interrogativas, negativas e interrogativas-negativas
siguen las pautas que actualmente conocemos en inglés contemporáneo.
Sin embargo, hay un hecho que no queremos dejar pasar por alto, ya que éste puede probar que en aquellos
momentos los verbos modales se consideraban auxiliares por los hablantes de la lengua inglesa. Este hecho es la inclusión
del auxiliar do en las oraciones interrogativas y negativas con el verbo have cuando éste no es un verbo auxiliar. El uso de
do en las oraciones interrogativas y negativas del tipo did you have a good time?, I didn't have a good time es realmente
tardío, ya que no se da hasta finales del XIX. La explicación a este fenómeno está relacionada con la asociación que los
hablantes hacen del verbo have con los verbos auxiliares en ejemplos del tipo have you seen him? La asociación have /
verbo auxiliar consigue retrasar el uso del do en ejemplos donde have tiene un claro valor léxico, pero al final no lo
impide. Sin embargo, la imposibilidad de asociar el auxiliar do con los verbos modales en inglés contemporáneo es un
claro signo del carácter auxiliar de los verbos modales.
El comportamiento morfosintáctico de los verbos modales en inglés contemporáneo evidentemente ofrece muchas
razones para que se les pueda categorizar como verbos auxiliares. Quizás las más obvias sean dos. El hecho de que no
sean sintácticamente independientes y de que siempre necesiten la presencia de un verbo léxico, al que, como mínimo,
modifican semánticamente y el hecho de funcionar ellos mismos como marcadores gramaticales (operators) de los verbos
léxicos en los procesos sintácticos de la interrogación y negación (Should we go there? frente a Did we go there?). A estas
características se les pueden añadir otras como la imposibilidad sintáctica de complementación que existe entre ellos (*he
will must go frente a he will have to go), la posibilidad sintáctica de que normalmente precedan a cierto tipo de adverbios
(We can always do it tomorrow), la capacidad morfológica de aceptar formas negativas enclíticas como mustn't o
shouldn't, o la imposibilidad de aceptar la inflexión de 30 persona singular (*musts, *mays, etc.). Todas estas
peculiaridades morfosintácticas de los verbos modales ingleses tienen que ser necesariamente explicadas como un
resultado del proceso de gramaticalización que los mismos han venido sufriendo desde finales del período del inglés
antiguo.
Sin embargo, y como dijimos anteriormente, el proceso de gramaticalización de los verbos modales no se produce
totalmente, y es por esto por lo que nos encontramos usos de los verbos modales que son difícilmente explicables sino se
categorizan como verbos catenativos o verbos plenos. Estos usos están relacionados con el proceso sintáctico de la
negación, y fundamentalmente con la categoría verbal de tiempo.
Veamos, por ejemplo, que sucede con los verbos modales y la categoría gramatical de tiempo. Si queremos
entender la categoría gramatical de tiempo en los verbos modales tendremos que recurrir a la distinción de dos elementos
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en las oraciones que contengan un verbo modal: la modalidad y la proposición. La modalidad está expresada por el verbo
modal, y la proposición por todos los demás constituyentes de la oración. Así en un ejemplo como:
My brother must have done it
la modalidad, la idea de certeza con que se presenta la proposición (It is quite likely that, I am sure that ...) se expresa en
el verbo modal must, mientras que todos los demás elementos (My brother ... have done it) expresan la proposición.
Puesto que tenemos dos elementos, las relaciones temporales pueden afectar a los dos elementos. Un ejemplo como:
Danny may have gone there yesterday
se puede parafrasear como "estoy haciendo una predicción ahora", "estoy pensando ahora" que "Danny se fue allí
ayer". Como vemos, la relación temporal de la modalidad en este ejemplo es diferente de la de la proposición. Del mismo
modo, en una oración como:
He will fly there tomorrow
la modalidad tiene una referencia de tiempo presente ("Tiene ahora, en estos momentos la intención de ..."), mientras que
la proposición tiene una referencia temporal de futuro ("Va a ir allí mañana). Así pues, en las oraciones con verbos
modales, las relaciones temporales no afectan a un solo elemento de la oración, sino a dos. En este sentido, las oraciones
con verbo modal contrastan con las oraciones sin verbo modal como:
He went there yesterday
He flies there tomorrow
en donde sólo hay explícita una referencia temporal que afecta al único elemento de la oración (la proposición): "fue allí
ayer", "vuela allí mañana".
Los verbos catenativos ingleses, por el contrario, tienen un comportamiento bastante similar al de los verbos
modales. En una oración como:
Danny denies having gone there yesterday
tenemos también dos elementos: la modalidad, expresada por el verbo catenativo deny con una referencia temporal de
presente, y la proposición que se niega, "Danny fue allí ayer", con una referencia temporal de pasado. Lo mismo
podríamos decir de:
They wanted to go there tomorrow
en donde la modalidad, la idea de deseo, tiene una referencia de pasado, mientras que la proposición, el hecho de ir allí
mañana, tiene una clara idea de futuro.
Si comparamos ahora el comportamiento de los verbos modales en estos ejemplos con la idea de auxiliarización,
empezamos a encontrar contradicciones teóricas. En el análisis tradicional de todos estos ejemplos, en las oraciones sin
verbo modal tenemos una oración y una referencia temporal; en las oraciones con verbo catenativo tenemos dos
claúsulas (una finite y otra non-finite) y la posibilidad de tener dos relaciones temporales diferentes, mientras que en la
oraciones con verbos modales tenemos una oración y la posibilidad de tener dos relaciones temporales diferentes. Por lo
tanto, mientras que en las otras oraciones existe un paralelismo entre número de claúsulas y número de referencias
temporales (en las oraciones no modales, una referencia temporal - una oración; en las oraciones con verbo catenativo,
dos referencias temporales - dos claúsulas), en las oraciones con verbo modal no existe aparentemente tal paralelismo ya
que nos encontramos con dos referencias temporales y sólo una oración. Esta contradicción fue una de las razones que
animó a los lingüistas transformacionales a la consideración de los verbos modales como verbos plenos.
Por otra parte, los verbos modales también se asemejan bastante a los verbos catenativos en su comportamiento
con las oraciones negativas. Aunque no muy frecuentemente, existe la posibilidad de encontrarnos oraciones con verbos
modales (normalmente can) con doble negación:
We cannot simply not go
E incluso en aquellos casos en que sólo tenemos una negación, el foco de la misma puede recaer o bien en la modalidad o
bien en la proposición: Así, un ejemplo como:
He may not be playing tennis
se parafrasearía "It is possible that he is not playing tennis", por lo que se deduce que el foco recae en la proposición.
Por el contrario, un ejemplo como:
He cannot be playing tennis
se parafrasearía "It is impossible that he is playing tennis", por lo que es evidente que el foco recae en la modalidad. Si
comparamos el comportamiento de las oraciones negativas con verbos modales con el de las oraciones con verbos
catenativos, vemos que se pueden establecer ciertos paralelismos, ya que éstas también pueden tener el foco en la
proposición:
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He tried not to be seen
John decided not to come
o pueden tenerlo en la modalidad:
He did not try to be seen
He did not decide to come
Estas posibilidades sintácticas de los verbos modales favorecen la consideración de los verbos modales como
verbos plenos. Sin embargo, y como una consecuencia más del proceso de gramaticalización sufrido por los verbos
modales, existe una gran diferencia entre los verbos catenativos y los verbos modales en este aspecto. La diferencia
consiste en que, aunque el foco de la negación afecte desde el punto de vista semántico a la proposición, desde el punto
de vista sintáctico es siempre el verbo modal el que aparece negado. En un ejemplo como:
John mustn't come
el foco de la negación no recae en must sino en come, ya que el significado del mismo es "Juan debe no venir", "Juan
tiene la obligación de no venir". Sin embargo, es el verbo modal must y no la proposición el que va negado
sintácticamente, como puede verse en el uso de la question tag o en su coordinación con neither:
John wasn't there, was he?
John mustn't come, must he?

John wasn't there and neither was Bill


John mustn't come and neither must Bill
Así que tendremos que afirmar que sintácticamente es el auxiliar el que va negado, independientemente del
posible foco semántico de la negación. Esto, sin embargo, no ocurre con los verbos catenativos, cuya question tag será
afirmativa o negativa y su coordinación con neither o so, dependiendo de si el foco recae en la proposición o si recae en la
modalidad. Es por esto por lo que en un ejemplo como:
John decided not to come
sólo los dos primeros sean correctos:
John decided not to come, didn't he?
John decided not to come, and so did Bill
???John decided not to come, did he?
*John decided not to come, and neither did Bill
A pesar de esto, la consideración de los verbos modales como verbos plenos clarifica mejor su comportamiento en
estos usos que su consideración como verbos auxiliares. Sin embargo, la consideración de los verbos modales como
verbos plenos difícilmente puede explicar todas las características que los verbos modales tienen como elementos
auxiliarizados y que antes hemos estudiado. Así que, mientras una postura realza unos aspectos concretos de los verbos
modales, la otra destaca los contrarios. Pero, de todos modos, ninguna consigue destacar el comportamiento
morfosintáctico de los verbos modales en su totalidad. Y no lo consigue porque es imposible hacerlo, ya que en los verbos
modales del inglés contemporáneo conviven, como hemos visto, características de dos períodos diferentes; unas
características relacionadas con el período en el que los verbos modales tenían un carácter claramente de verbo léxico, y
otras que tienen que ver con un período más reciente en el que los verbos modales, tras sufrir un proceso de
gramaticalización, se convierten en verbos auxiliares. Como el proceso no ha sido perfecto y aún no ha sido completado,
ambas facetas se mantienen aún vigentes.
Esperamos, para terminar, que haya quedado claro que en el ámbito de la modalidad nos encontramos con dos
estructuras que no encajan perfectamente en el nuevo sistema del inglés contemporáneo. Por un lado, tenemos ciertas
flexiones que no son nada más que restos del viejo sistema flexional inglés. Por otro, existen unos verbos modales que
forman ya parte del nuevo sistema verbal de la lengua inglesa, pero cuyo proceso de gramaticalización no se ha aún
concluido, ya que la desemantización que todo proceso de gramaticalización conlleva no se ha producido con todas sus
consecuencias. Cualquier descripción de la categoría modal en inglés tiene que tener estos hechos en cuenta. Ignorar estos
hechos sólo nos puede conducir a descripciones o artificialmente convencionales o a descripciones claramente
distorsionadas, y es por esto por lo que queremos concluir afirmando que la explicación de todas estas idiosincrasias sólo
se puede hacer si se contempla la idea de la conflagración de sistemas antagónicos y contrapuestos. Si se contemplan
desde un sistema único y uniforme, las contradicciones teóricas harán su descripción difícilmente verosímil.

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