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Espacio Abierto

ISSN: 1315-0006
eabierto@cantv.net
Universidad del Zulia
Venezuela

Salazar, César E.
Reseña de "El valor de elegir" de Fernando Sabater
Espacio Abierto, vol. 16, núm. 4, octubre-diciembre, 2007, pp. 872-876
Universidad del Zulia
Maracaibo, Venezuela

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=12216411

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872 / espacio abierto vol. 16 nº 4 (octubre-diciembre 2007)

Sabater, Fernando (2003). El valor


de elegir. Editorial Ariel, S.A.

Tal vez la idea de revertir a un


lenguaje más sencillo el pensamien-
to tan complejo y hasta abstruso de
los grandes filósofos de la historia
de la humanidad, sea una de la ge-
nialidades del autor. Máxima aun
cuando casi todas sus afirmaciones
–sin eclecticismo- se apuntalan so-
bre tales fundamentos.
Su genialidad se prolonga en ¿En que medida disfrutamos
sus obras cuando a través de esa de ese bien supuestamente inalie-
claridad y sencillez hace accesible nable?
al lector más profano la posibilidad
¿Existe la libertad como ejer-
cierta de una aproximación –hasta
cicio? O por el contrario ¿Estamos…
cierta complicidad- con estos gran-
constreñidos o “condenados” a vivir
des pensadores y se continúa en la
en libertad?
certeza de llegar a comprender los
intríngulis de sus ideas, mediante el Estas son algunas interrogan-
uso práctico que les asigna el autor, tes por las cuales transita el autor
bien cuando las refiere al entrama- que considera el tema tan crucial
do social o cuando apuntan hacia la que confiesa haber diferido su trata-
conformación de la personalidad. miento en la esperanza de que el
discurrir del tiempo le irian dando
“El valor de elegir” es una obra
respuestas. Aunque confiesa haber
que se inscribe en esta tónica.
obtenido solo “respuestas tentati-
El tema de la libertad y sus vas”; pero confiando en el valor de
condicionamientos ha sido motivo la filosofia emprende la búsqueda
permanente de largas y hasta estéri- no con el animo de lograr “certezas
les disquisiciones. absolutas” sino para ir desempe-
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ñando algunas respuesta que –se- Como tal la acción origina al


gún su decir- le permitan vivir con ser humano, pero siguiendo a Aris-
dignidad inteligente, y nos invita a tóteles coincide en que “la praxis es
no cerrar ningún capitulo y mas autopoiética: la principal industria
bien “continuar pensando y repen- del hombre es inventarse y darse
sando” en esta búsqueda. forma a si mismo”.
Cuando la libertad se condi- Avanzando en su análisis an-
ciona deja de ser. Aun cuando se tropológico: si estamos obligados a
aludan razones axiológicas, políti- actuar.
cas, teleológicas o religiosas. ¿Cómo actuamos?
El Actuar es lo genuinamente Ahora nos ubica –Cap. II– ante
“humano” y se convierte en acto la incertidumbre y la fatalidad. No
como ejercicio de libertad. Acto de obstante colocándonos ante un
fe, de conciencia y confianza en el abanico de ofertas averiguadas o in-
tiempo en sí mismo. A pesar del atur- ventadas –infundadas o no– el hom-
dimiento, desasosiego y el temor bre opta entre las diferentes alterna-
que nos deparan la fatalidad y la in- tivas y lo hace como acto voluntario
certidumbre es necesario actuar y de elegir, “y elegir consiste en conju-
optar por un modo de acción. Hasta gar adecuadamente conocimiento,
el dejar pasar o establecer las pau- imaginación y decisión en el campo
sas que nos impone la reflexión; la de lo posible”.
búsqueda de una oportunidad propi-
Nuestra acciones se ven limita-
cia; el desenlace de una <situación>;
das por la fuerza de las circunstan-
en fin, la solución de un conflicto;
cias, como actos de voluntad forza-
son acciones que proceden de nues-
das, razones de fuerza mayor, elec-
tra propia deliberación y como tales
ción del mal menor, etc. (elecciones).
constituyen actos voluntarios.
Por tanto, optamos para afron-
En la primera parte del libro
tar la fatalidad y bajo el acecho
que titula Antropología de la Liber-
constante de lo impredecible y pe-
tad nos coloca ante la propia defini-
netramos en el intrincado juego del
ción de lo humano. De acuerdo con
azar que se encarga de “malear la
el filósofo Gehlen nos apunta que
voluntariedad de nuestros actos
la característica definitoria es que
hasta hacerla a veces irreconocible:
“es un ser práxico, es decir un ser
convierte –en parte o del todo– la
que actúa”. Entendiendo tal acción
acción en “accidente”.
“una intervención en lo real que se-
lecciona, planea e innova”; inten- El Cáp. II nos coloca ante nue-
tando actuar con previsión ante lo vas disyuntivas que implican el ac-
imprevisto y contando siempre con cionar humano y son el ¿Para qué y
su incertidumbre. el por qué?
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Aquí categóricamente afirma: En Cáp. IV aborda el tema


“Sin intención no hay acción) y si- axiológico y ante la disyuntiva de lo
guiendo a Manuel Cruz: “la condición bueno y lo malo; partiendo de un su-
necesaria para que tenga sentido puesto “Arte de vivir”, que sólo pue-
considerar algo como una acción es de ser parcialmente aprendido, por-
la posibilidad de proponérselo o de que sus más excelsa manifestacio-
tener intención de hacerlo” (ibidem). nes se revelan únicamente como
Cuando respondemos a nuestras in- modelos en seres excepcionales
terrogantes iniciales ¿Para qué? ¿Por que se convierte en “clásicos”.
qué? Se determina a posteriori que el “Como cualquier otro arte, el
acto ha sido intencionado. de vivir consiste en discernir entre
“La intención apunta a lo que las diferentes formas de actuar y va-
se quiere efectivamente hacer, el lorarlas”. Así nos remite al campo
motivo o la causa por la que se elige de la axiología y la deontología.
hacer precisamente eso” Más adelante agrega:
“El motivo sólo se convierte en “Bueno” y Malo” son términos
causa eficaz de la acción gracias a la referidos a lo consciente, a aquello
voluntad que lo escoge y acepta”. que se opta, es decir a ese libre al-
Mediante la racionalidad se bedrío que constituye la forma más
evalúa lo real, se buscan las alterna- intima y problemática de la libertad.
tivas y se toman decisiones. Las tribulaciones del libre albe-
Entre los por qué causales mo- drío están contenidas en el Cáp. V.
tivadores de la acción más o menos Analiza el autor las perversio-
perentorios intenta una taxonomía nes acráticas y las obnubilaciones
y los ordena en: como la embriaguez, la cólera, el
• Necesidades miedo o la concuspicencia. Cuando
• Deleites el alma humana se deja arrebatar
por esas pasiones, nos convence de
• Compromisos
que “es inevitable aceptar que la
• Proyectos irracionalidad existe también como
• Experimentos una de nuestras posibilidades”.
De todos –piensa Sabater- que Finalmente, las instituciones
son los actos artísticos o poéticos de la libertad conforman el Cáp. VI.
(experimentos) “las más caracterís- Parafraseando a un poeta
ticas de las acciones humanas, por- dice: “No hay libertad sino pruebas
que depende de impulsos que no de libertad”.
surgen de nuestras naturalezas bio-
Tales pruebas son, además de
lógicas ni siquiera meramente de
nuestro testimonio personal, la nor-
nuestra condición social sino de
ma social, obra maestra de la liber-
nuestra personal idiosincracia sim-
tad. El hombre es más libre en la
bólica (Subrayado nuestro).
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ciudad aún cuando viva constreñi- cado se han rebelado los individuos
do por las leyes, puesto que “La aso- contra el malestar colectivista de
ciación basada en leyes y costum- sus culturas.
bres trata de configurar un ámbito Elegir la política es la tercera
en el que podemos desarrollar elec- opción porque una idea política es
ciones que no siempre sean a vida o una forma de hacer, no una forma
muerte”. de ser.
En la 2da. Parte de su obra, Sa- La motivación es que el inter-
bater nos invita a hacer nuestras venir políticamente tenemos una
propias elecciones orientándonos doble opción:
con reflexivos argumentos.
Someternos a ella con relativa
Así invita a elegir la verdad, no pasividad… o por el contrario pode-
porque podamos posesionarnos de mos aspirar a reformar por medio
verdades absolutas, sino porque de transformaciones instituciona-
modestamente podamos lograr les… En ambos casos estamos in-
ciertas coincidencias de nuestras terviniendo en la configuración polí-
aseveraciones o cogitaciones. Así tica del mundo.
nos dice: “La verdad es coinciden-
La siguiente elección es la edu-
cia, acierto: la posición de quien
cación cívica que no consiste en la
pretende saber que mejor se ade-
instrucción básica ni en la mera pre-
cua a lo que pretende sabido. Así
paración para desempeñar tareas la-
pues no hay verdad sólo en quien
borales, etc. Sino que se refiere a “la
conoce ni solo en lo conocido sino
preparación que faculta para vivir
en la debida correspondencia entre
políticamente con los demás en la
ambos…”
ciudad democrática, participando
Reconoce las limitaciones en la gestión paritaria de los asuntos
para profundizar en los diversos públicos y con capacidad para distin-
campos de la verdad y los tipos de guir lo justo y lo injusto.
realidad pues requerirá un doble
Elegir la humanidad es otra de
tratado de metafísica y epistemolo-
las opciones recomendadas. Las ra-
gía. No obstante aporta algunos
zones para tal elección parecen pro-
ejemplos.
ceder de las continuas crisis que vi-
La segunda elección que nos ven las sociedades encaminadas-
invita a hacer es que elijamos el pla- hacia un proceso de deshumaniza-
cer a pesar de los posibles repro- ción. Porque aun dentro de las posi-
ches puritanos. ciones encontradas de los capitalis-
Algunas de las razones que es- tas o de los ecologistas radicales y
grime para tal decisión es que en mas aun ante la ingeniería genetista
ninguna sociedad ha faltado el he- tenemos la opción de elegir la hu-
donismo. Nos dice “En el placer manidad porque la conducta huma-
nunca recomendado y siempre bus- na no tiene una programación gené-
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tica ni es producto de la evolución: “Al final la aspiración a lo bue-


“La naturaleza nos determina a ser no y lo bello son sólo caminos por
humanos, pero nos permite serlo a los que transitamos forzosamente
nuestro modo”. con inquietudes pero no sin armo-
La ultima elección que nos nía ¿Seremos capaces de leberar-
propone el autor es elegir lo contin- nos alegremente de la contamina-
gente. La razón mas sencilla que es- ción enfática?
grime es que: “nuestros actos, nues- Sabater nos obsequia una
tras instituciones, nuestros afectos obra para la reflexión, el pensa-
tienen evidentemente sentido pero miento critico y, con sentido prácti-
sólo un sentido contingente, como co nos encamina hacia diversas
nosotros mismo”. Ese sentido, con- elecciones para orientar nuestra
cedido por lo cotidiano que acepte- conducta hacia una vida mas plena,
mos y buscamos, se nos parece de- digna y satisfactoria.
masiado para resultarnos plena-
mente satisfactorio, y como colofón
nos regala esta reflexión. César E. Salazar
Ministerio de Educación
Puerto La Cruz, Venezuela

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