Sei sulla pagina 1di 39

INP

Seminario - Mesa Redonda:

■SK»
"La Obesidad en México:
U n i v e r s id a d
Hacia un enfoque racional del problema."
IBEROAMERICANA
t IL DAD U t M b X K O

Organizado por ILSI de México, A.C.

©

c e

México, D.F. 9 de abril de 2003.

Cortesía de S lim - F a st

Instituto Nacional
de Salud Pública
ILSI de México, A.C.
Seminario - Mesa Redonda

“La Obesidad en México. Hacia un enfoque


racional del problema.”

México, D.F., el 9 de abril de 2003

PROGRAMA
8:30 Registro

9:00 Inauguración, a cargo del Dr. Roberto Tapia Conyer, Subsecretario de


Prevención y Protección de la Salud / SSA

9:20 La especie humana, un mosaico de estructuras corporales. - Dr. Luis


Alberto Vargas / UNAM

10:00 Análisis de la Encuesta Nacional de Nutrición 1999 (SSA), referidos a la


obesidad. - Dr. Juan Rivera Dommarco / Instituto Nacional de Salud Pública

10:40 Prevención de obesidad y los retos de la epidemia de inactividad. -


Dr. Enrique Jacoby / Organización Panamericana de la Salud

11:20 Receso
11:40 Mitos y realidades de las dietas. - Dra. Sara Valdés Martínez / UNAM

12:10 Obesidad. Problema de salud pública en México. - Dr. Jorge González


Barranco / Departamento de Endocrinología y Metabolismo - INCNNSZ

12:50 La actividad física en el combate a la obesidad. - L.N. Norma Romero


Gudiño / UIA

13:40 Comida

15:00 Mesa Redonda

17:00 Comentarios y conclusiones. - Dr. Silvestre Frenk / Instituto


Nacional de Pediatría

ILSI

■<&,•

International
LifeSaenoes
I NSTI TUTE
ILSI

International
Life Sciences
I N S T I T U T E

ILSI

El International Life Sciences Institute (ILSI) es una organización científica, no


lucrativa, establecida en 1978 para avanzar en el conocimiento de temas científicos
relativos a la nutrición, calidad sanitaria de los alimentos, toxicología, evaluación
de riesgos y la seguridad ambiental.

Mediante el trabajo cooperativo y la interacción de los científicos de la Academia,


el Gobierno, la Industria y el público en general, ILSI promueve el entendimiento
hacia la resolución de problemas de interés común para el bienestar de la
población.

ILSI está afiliado a la Organización Mundial de la Salud como institución no


gubernamental y mantiene un reconocimiento como ente consultivo especializado
ante la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO).

Su sede se ubica en Washington, D.C., E.U.A., pero también cuenta con oficinas
en África del Norte y Región del Golfo, África del Sur, Argentina, Brasil, Corea,
China, Europa, la India, Japón, México, Norteamérica, Región del Sudeste
Asiático, Región Norandina, Región Surandina, y el Instituto de Ciencias de la
Salud y Ambientales; además de la Fundación ILSI de Investigación (compuesta
del Instituto ILSI de Nutrición Humana y del Instituto ILSI de Ciencias del
Riesgo), así como del Centro ILSI para la Promoción de la Salud. Es a través de
todas estas entidades que ILSI realiza su labor y se ven reflejados sus logros. ILSI
recibe apoyo financiero de los sectores industrial y gubernamental, al igual que de
fundaciones.

ISBN 1-57881-089-2
979157881089400000
I

International Life Sciences Institute (ILSI)


International'
Ufe Sciences

DECLARACIÓN DE IMPARCIALIDAD

Las oficinas e institutos de ILSI, incluyendo sus respectivos Consejos


de Administración, Patronatos, Consejeros Científicos, Directores,
Miembros, Comités, Subcomités, Grupos de Trabajo y Grupos
de Tarea, se reúnen con el fin de promover la comprensión y
resolución de temas significativos de salud, nutrición y seguridad que
confrontan el público, la industria y el gobierno. Con esta meta en
mente, las reuniones de ILSI deberán ser eventos en que los
representantes de sus miembros y otros participantes invitados:

1. Discutan las soluciones científicas a problemas que afectan la


salud, nutrición y seguridad de la población.

2. Desarrollen medios para contribuir al adecuado análisis de


los temas de salud pública, nutrición y seguridad, por los
cuerpos regulatorios (de control gubernamental).

3. Revisen actividades y problemas industriales que pudieran tener


implicaciones para la salud, nutrición y seguridad de la
población, y revisar los nuevos desarrollos científicos.

4. Apoyen y promuevan programas educativos e investigaciones para


resaltar la salud, la adecuada nutrición y la seguridad de la
población.

5. Desarrollen normas industriales objetivas y voluntarias que


promuevan la salud y seguridad, así como el cumplimiento con los
requerimientos regulatorios (de control gubernamental).

1
Las reuniones de ILSI no serán ocasión para que los representantes
de sus miembros y otros participantes invitados:

1. Discutan precios o políticas de precios, o políticas comerciales de


cualquier naturaleza, con un efecto directo o indirecto sobre precios
u otros términos de venta.

2. Conferencien o interactúen sobre establecimiento o delimitaciones


de territorios de ventas o clientes.

3. Establezcan listas negras o bloqueo de proveedores, compradores


o competidores.

4. Presionen a sus miembros hacia la implementación de programas o


políticas particulares.

5. Resuelvan problemas que afecten sólo a un miembro o a un


pequeño y selecto grupo de miembros.

6. Intercambien o difundan información relativa a costos de


producción, distribución o comercialización.

ILSI de México, A.C.

2
La obesidad en México: Hacia un enfoque
racional del problema

Resúmenes de ponencias
La especie humana, un mosaico de
estructuras corporales
Dr. Luis Alberto Vargas
Instituto de Investigaciones Antropológicas y
Facultad de Medicina
Universidad Nacional Autónoma de México
Dr. Luis Alberto Vargas
Investigador en el Instituto de Investigaciones
Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma
de México

El Dr. Luis Alberto Vargas es médico cirujano por la UNAM, antropólogo


físico por la Escuela Nacional de Antropología e Historia y doctor en
biología, especializado en antropología por la Universidad de París.

Actualmente es investigador titular C en el Instituto de Investigaciones


Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México y
Vicepresidente de la Unión Internacional de Ciencias Antropológicas y
Etnológicas.

Su experiencia dentro del ámbito académico es basta: imparte materias


del área de antropología en la UNAM y en la Universidad Autónoma de
San Luis Potosí. Ha sido profesor en la State University of New York en
Albany, EEUU y participado en seminarios en las universidades
españolas Autónoma de Madrid, de Granada, de Córdoba, y de
Zaragoza, las italianas de Perugia, Bolonia, y la boliviana de Potosí.

Fue Asesor en Nutrición de la Organización Panamericana de la Salud.


Sus áreas de trabajo son la antropología física, en la que ha realizado
estudios sobre crecimiento y desarrollo humano y osteología;
antropología aplicada al estudio del proceso alimentación-nutrición, en
los campos de evaluación antropométrica del estado de nutrición y el
papel de la cultura en la alimentación; antropología del trabajo, en
particular en el campo de la ergonomía; antropología del proceso salud-
enfermedad; así como el estudio antropológico del proceso de
envejecimiento.

Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, la Academia


Mexicana de Ciencias, la Academia Nacional de Medicina, así como de 17
sociedades científicas. Actualmente es miembro de los comités
editoriales de Cuadernos de nutrición, ¿Cómo ves?, Estudios de
Antropología Biológica, Antropología Física Latinoamericana, Etnobiología
y otras.

Cuenta con 10 publicaciones recientes entre las que destacan: ¿Qué está
ocurriendo con el estado de nutrición de los niños mexicanos?
Resultados de una evaluación antropométrica en México D.F. y Nutrición
y salud: el impacto de la globalización.
La especie humana, un mosaico de
estructuras corporales
Dr. Luis Alberto Vargas
Instituto de Investigaciones Antropológicas y Facultad de Medicina
Universidad Nacional Autónom a de México

Es muy sencillo definir a la obesidad humana como el exceso de grasa en el


cuerpo. Para cuantificarla se cuenta con técnicas, desde sencillas hasta
sofisticadas. Lo que se torna complicado es determ inar los límites de lo que
llamamos exceso de grasa en el cuerpo y lo hemos tratado de solucionar
mediante estimaciones estadísticas sobre el riesgo para la salud que
representan determinados porcentajes de grasa corporal o midiendo la
influencia de algunos indicadores -como el índice de la masa corporal- sobre
la morbilidad y la mortalidad. Pero rara vez reflexionamos sobre las
características biológicas del cuerpo de los humanos, su evolución y -sobre
todo- acerca de su variabilidad biológica.

La moda tanto en lo relativo a la manera de vestirnos o de vernos y la que se


presenta como justificación para obtener la salud, la longevidad o
supuestamente conservar la juventud nos conminan para considerar como
deseables determinadas formas y proporciones corporales.

Cabe preguntarse ¿cuál es el rango de la variedad de las formas corporales


en la humanidad y cuáles son las razones biológicas y culturales para ello?
Parte de la respuesta la brinda la antropología.

Para comenzar propondremos reflexionar sobre aquellos ejes capaces de


modular la estructura de nuestro cuerpo: la interacción entre nuestra
dotación genética personal y su interacción con el ambiente, principiando por
el intrauterino y seguido por aquel vivido a lo largo de nuestra biografía. Esta
interacción la ubicaremos en el marco de la evolución biológica de la que
nuestro cuerpo es producto.

En este aspecto, la antropología ha demostrado que nuestra estructura física


no se ha modificado de manera significativa desde hace poco más de un
millón de años y ello implica un largo período durante el que los humanos
hicimos frente a condiciones am bientales muy diferentes a las que supone la
vida actual en pueblos o ciudades, usando ropa y empleando apoyos
mecánicos simples o sofisticados para desarrollar nuestro trabajo.

No debemos perder de vista que los primeros asentamientos humanos que


dieron origen a nuestra vida actual datan apenas de unos 10,000 años, lo
que es insignificante con respecto al tiempo transcurrido desde la aparición
de nuestros primeros ancestros con postura erecta hace más de tres millones
de años. Por lo tanto nos enfrentamos a situaciones nuevas con cuerpos con
"carrocerías" antiguas que no han podido actualizarse.
Un segundo aspecto por considerar es la natural variabilidad de nuestra
especie en cuanto a sus form as corporales, también bien analizadas por la
antropología, debiendo recordar que la cultura y la selección sexual son dos
elementos capaces de m odificar la selección natura!. Así el tipo de trabajo
exigido por determ inadas condiciones del medio natural y el creado por la
cultura, influye para favorecer determ inadas morfologías, por ejemplo: entre
el cuerpo de quienes utilizan como arma de cacería la lanza en contraste con
quienes emplean el arco y la flecha.

Tampoco debemos olvidar los factores que influyen sobre la selección de


pareja reproductiva, por ejemplo, los colores menos obscuros de la piel son
favorecidos en algunas sociedades, pero de igual manera la acumulación de
grasa puede ser considerada garantía de fertilidad o testimonio de buena
situación económica.

Con el caso de los indios pima de México y Arizona ejem plificarem os dos
elementos básicos por considerar: los llamados genes frugales y el efecto del
estilo de vida sobre la acumulación de grasa corporal.

Dr. Luis Alberto Vargas Universidad Nacional Autónoma de México


Magnitud y tendencias del sobrepeso y
obesidad en México
Dr. Juan Rivera Dommarco
Instituto Nacional de Salud Pública
Dr. Juan Ángel Rivera Dommarco
Director del Centro de Nutrición y Salud del
Instituto Nacional de Salud Pública

Reconocido a nivel nacional e internacional como especialista en


nutrición, el Lic. Juan Ángel Rivera Dommarco cursó estudios de
Licenciatura en Nutrición en la Universidad Iberoamericana, y
Maestría y Doctorado en Nutrición y Epidemiología en la Universidad
de Cornell en Nueva York.

Actualmente, es Director del Centro de Nutrición y Salud del Instituto


Nacional de Salud Pública y Vicepresidente del Grupo Internacional
de expertos en zinc: The Internacional Zinc Nutrition Consultative
Group (IZINCG), creado en el año 2000 por el Programa de Nutrición
de la Universidad de las Naciones Unidas y la Unión Internacional de
Científicos de la Nutrición.

Fue Director de Nutrición y Salud del Instituto de Nutrición de


Centroamérica y Panamá.

A lo largo de su carrera también ha desempaño un papel importante


en el ámbito académico. Es Profesor de Epidemiología de la Nutrición
en la Escuela de Salud Pública de México; Profesor Visitante de la
División de Nutrición de la Universidad de Cornell en Nueva York,
EEUU y Profesor Adjunto de la Escuela de Salud Pública de la
Universidad de Emory en Atlanta, EEUU.

Es miembro activo del Comité Asesor de Nutrición de la Organización


Panamericana de la Salud desde 1995; el Sistema Nacional de
Investigadores desde 1993; el Consejo Directivo de la Unión
Internacional de Científicos de la Nutrición (IUNS) y del Consejo del
Programa Alianza Global en Contra de la Nutrición (GAIN), financiado
principalmente por la Fundación GATES.

Ha publicado alrededor de 85 trabajos en revistas científicas con


arbitraje de pares y en libros, y ha hecho 150 presentaciones en
congresos nacionales e internacionales.
Magnitud y tendencias del sobrepeso y
obesidad en México.
Juan Angel Rivera D om m arco, Sim ón Barquera y
Teresita G onzález de Cossío
Instituto Nacional de Salud Pública

En 1988 la Secretaría de Salud realizó la primera encuesta nacional


probabilística de nutrición en México. En 1999 el Instituto Nacional de Salud
Pública realizó una segunda encuesta (ENN-99) que por tener un diseño
similar a la anterior permite hacer comparaciones sobre la magnitud de los
problemas de mala nutrición en el transcurso de los 11 años que separan a
ambas encuestas.

Las dos encuestas tienen diseño probabilística polietápico y por


conglomerados y son representativas del ámbito nacionaly de cuatro
grandes regiones: norte, centro, Ciudad de México y sur. La encuesta de
1999 es además representativa de zonas urbanas y rurales. Los tamaños de
muerta fueron 13,236 y 17,716 hogares en 1988 y 1999,
respectivamente. La encuesta de 1988 obtuvo mediciones antropométricas
y datos sobre dieta de niños menores de 5 años y mujeres en edad fértil
(12 a 49 años). La encuesta de 1999 obtuvo información en esos mismos
grupos, pero incluyó además a niños en edad escolar (6-11 años). El
principal foco de atención en la presentación serán las mujeres en edad
fértil. Los tamaños de muestra para este grupo fueron 19,278 y 18,311
mujeres en 1988 y 1999, respectivamente.

El propósito de la presentación será mostrar las prevalencias de sobrepeso y


obesidad en niños menores de 12 años y mujeres en México en 1999, así
como algunos de los factores determinantes del sobrepeso y la obesidad y
los cambios ocurridos en el transcurso de 11 años en las prevalencias de
sobrepeso y obesidad en las mujeres.
En 1999 la prevalencia de sobrepeso en menores de 5 años (peso para la
talla > +2 desviaciones estándar del patrón de referencia recomendado por
la Organización Mundial de la Salud (NCHS/CDC)) fue de 5.4% en el ámbito
nacional, con prevalencias similares en las regiones sur y ciudad de México
(alrededor de 5.4%), mayores en el norte (7.2%) y ligeramente menores
en el centro (4.3%).

La prevalencia de sobrepeso más obesidad en niños en edad escolar en


1999 (Indice de masa Corporal por edad > +2 desviaciones estándar de la
distribución de la población Francesa estudiada por Rolland-Cachera (1991))
fue de 18.8%, con prevalencias mayores en el norte y ciudad de México
(entre 25% y 26%) que en el Centro (casi 18%) y el sur (poco más del
13%). Utilizando los criterios de Must que utilizan como punto de corte >
del percentil 85 de la población de referencia de Estados Unidos para
clasificar a los niños como con sobrepeso y obesidad, el 27.2% de los niños
en edad escolar en el ámbito nacional tienen sobrepeso u obesidad.
La prevalencia de sobrepeso más obesidad en mujeres de 18-49 años en
1999 (índice de Masa Corporal > 25) fue de 33%. La prevalencia de
sobrepeso (índice de Masa Corporal de 25 a 29.9) fue de 24% mientras que
la de obesidad índice de Masa Corporal > 30) fue de 9%.

En el transcurso de tan solo 11 años la prevalencia de sobrepeso más


obesidad en mujeres de 18 a 49 años aumentó de 33% a 59%, un aumento
de 26 puntos porcentuales (2.4% anual) o casi 80% en relación a la
prevalencia de 1988. La prevalencia de sobrepeso pasó de 24% a 35% (11
puntos porcentuales o 46% en relación a la prevalencia de 1988) y la de
obesidad de 9% a 24% (15 puntos porcentuales o 167% en relación a la
prevalencia de 1988).

Al examinar los aumentos en las prevalences de sobrepeso y obesidad por


región, por nivel socioeconómico y por edad se observan aumentos muy
similares en las cuatro regiones, en los niveles socioeconómicos alto, medio
y bajo y en todas las edades, indicando que la epidemia de sobrepeso y
obesidad en México se ha generalizado a todas las regiones geográficas, a
todos los estratos socioeconómicos y que se presenta desde edades
tempranas. Más aún, la suma de prevalencia de sobrepeso y obesidad es ya
ligeramente superior en el tercil medio que en el tercil alto de nivelo
socioeconómico y es más alta en mujeres de baja educación que en las
mujeres más educadas.

Datos de la Encuesta Nacional de Salud 2000, realizada por el Instituto


Nacional de Salud Pública en más de 24,000 adultos mayores de 20 años de
ambos sexos encuentra prevalencias de sobrepeso y obesidad similares a
las encontradas por la ENN-99 y prevalencias sumamente altas también en
hombres, aunque ligeramente inferiores a las encontradas en las mujeres,
lo que indica que las elevadas prevalencias de sobrepeso y obesidad no son
privativas de las mujeres. Ambas encuestas muestran prevalencias elevadas
de sobrepeso más obesidad en zonas rurales, aunque menores que en
zonas urbanas.

Existe evidencia de cambios dietéticos en el transcurso de los últimos 11


años que indican el consumo de una dieta con mayor densidad energética.
Por ejemplo, el consumo de grasas aumentó entre 1988 y 1999. Mientras
que en 1988 las grasas aportaban en promedio 23.5% de la energía total de
la dieta en mujeres adultas, en 1999 el porcentaje aumentó a 30.3%.
Existe también evidencia de mayor consumo de azúcares y carbohidratos
refinados. Por ejemplo, datos de las Encuestas Nacionales de Ingreso y
Gasto (ENIG) del INEGI de 1984 a 1998 muestran aumentos en las compras
de carbohidratos refinados y refrescos por adulto equivalente. Los mismos
datos muestran disminución en las compras de frutas y verduras por adulto
equivalente durante el mismo período. Datos de la ENN-99 muestran que el
consumo de frutas y verduras en escolares representa tan solo el 3.8% de
la energía total de la dieta; muy por debajo de las recomendación del
Instituto Americano de Cáncer de al menos 14% del total de la energía de
la dieta proveniente de frutas y verduras.
Existe también evidencia de que la población Mexicana tiene una actividad
física inferior a la deseable, lo que puede estar contribuyendo a las elevadas
prevalencias de sobrepeso y obesidad. Por ejemplo, análisis recientes de la
última ENIG por nuestro grupo señalan que solamente el 14.6% de la
población de más de 15 años practican deporte, con una proporción muy
superior en hombres (23%) que en mujeres (7%) y una gran disminución
con la edad (27% de 15 a 19 años y solo 6% de 45-59 años).

En resumen, México experimenta una verdadera epidemia de sobrepeso y


obesidad que afecta a todas las regiones, los distintos sectores
socioeconómicos, hombres y mujeres, zonas urbanas y rurales y todas las
edades. Este aumento en sobrepeso y obesidad es paralelo al aumento en
mortalidad por diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares y se
asocia con aumentos en la densidad energética de la dieta y en el consumo
de carbohidratos refinados y azúcares en una población cuya actividad física
es menor a la deseable.

Urgen acciones del gobierno y la sociedad civil para controlar y revertir las
tendencias en sobrepeso y obesidad.

Dr. Juan Rivera Dommarco Instituto Nacional de Salud Pública


Obesity prevention and the challenges of
the sedentary life-styles epidemic
Dr. Enrique Jacoby
Organización Panamericana de la Salud
Dr. Enrique R. Jacoby
Consejero Regional del Programa de Alimentación y
Nutrición de la Organización Panamericana
de la Salud

Reconocido a nivel nacional e internacional en el ámbito de la nutrición


y en el desarrollo de programas de alimentación, el Dr. Enrique R.
Jacoby cuenta con una maestría en Salud Pública por la Universidad de
John Hopkins, Baltimore, EEUU.

Actualmente es Consejero Regional del Programa de Alimentación y


Nutrición de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en
Washington D.C.

A lo largo de su carrera ha participado activamente en el diseño,


implementación y evaluación de programas e intervenciones de salud
pública.

Parte de su vida profesional há estado enfocada a la investigación en


el ámbito de la salud maternal y la nutrición infantil. Sus esfuerzos se
relacionan con la evaluación del impacto de los programas de
alimentación, calidad del servicio médico y epidemiología de la
obesidad.

Fue investigador durante 15 años en el Instituto de Investigación


Nutricional (IIN) en Lima, Perú. Fungió como consultor en la Oficina
de Epidemiología e Investigación de la Universidad Nacional Federico
Villarreal en Perú.

Sus investigaciones y actividades las ha desarrollado de la mano de


instituciones como la Organización Mundial de la Salud, el Ministerio de
la Salud de Perú, la OPS, la UNICEF, la Fundación Interamericana, La
Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por
sus siglas en inglés), entre otras.

Entre sus publicaciones recientes se encuentran: "Viejos problemas y


nuevas epidemias: La Transición de Salud en Perú" y "Salud, Equidad,
Pobreza en el Perú: Teoría y nuevas evidencias".
Obesity prevention and the challenges of the
sedentary life-styles epidemic
Dr. Enrique Jacoby
Organización Panam ericana de la Salud, Unidad de Nutrición

Introduction

The prevalence of overweight and obesity is increasing worldwide at an


alarming rate. Both developed and developing countries are affected.
Moreover, the problem appears to be increasing rapidly in children as well as
in adults. Nowhere is the problem of obesity more apparent than the Region
of the Americas. The obesity epidemic in the Americas transcends
socioeconomic boundaries, afflicting both the rich and poor, and affects
individuals across all age groups (Figure 1).

Figure 1. Tendencias de la obesidad en mujeres de edad fértil en países


seleccionados (tasas, %)

Studies to estimate the cost of obesity are scarce but the existing ones
provide critical input to health care providers and policy makers. As a whole,
the main conclusion one can draw is that treatm ent approaches for obesity
are impractical in the developed world. This evidence couple with effective
preventive strategies has lent support to the notion that the most important
ammunition at hand is public health prevention of obesity.
Studies reported by WHO (2000) in France, Netherlands, Australia and USA,
point to a 2-7% of national health care cost associated to treatm ent and
control of overweight and obesity; the highest cost was incurred in the USA
with a total of $ 46,000 million. More recent estimates from the Medical
Expenditure Panel Survey in USA (2001) indicated that costs for inpatient
and ambulatory care increased by $395 per year per obese individual, while
smoking represents a $230 increase and aging a $225 increase. In relative
terms, obesity increases health care cost by 36% and medication costs by
77% as compared to a normal weight individual.

Rough estimates of the cost of obesity treatment in Peru suggest that if


drugs were hypothetically used as the key public health measure, the effort
would cost approximately 50% of the current national health budget. In the
U.S., estimates from CDC (2000) suggest that treating obesity in the U.S.,
also through medical treatment, would sum more than half the amount
currently expended in treating major chronic conditions (approxim ately $55
billion) .

Prevention and Control of Obesity in Populations: Making Healthy


Choices Easier Choices

Prevention strategies tend to be favored today on both technical and financial


grounds. The number of overweight (BMI >25kg/m2) individuals affected in
the Americas is too great, nearly one in two adults. Also, there is increasing
realization that preventive interventions work, and treatm ent costs are
beyond the financial capacity of individuals and the public health systems in
most middle- and poor-income countries.

Experiences in public health interventions at the comm unity and national


levels have shown to work, specifically in reducing the health consequences
of obesity. It is important to stress the fact that most interventions were
effective in reversing indicators of chronic disease, e.g. cholesterol levels and
hypertension, more than reducing obesity rates. Such is the case of the
studies in Singapore, North Karelia and Mauritius. In North Karelia, 20-year
preventive interventions succeeded in reducing fat intake, improving blood
lipid profiles and eventually reducing rates of coronary heart disease,
although obesity rates remained the same. Similar results occurred in
Finland through national dietary interventions.

The above suggests that obesity prevention at the population level may be
difficult to achieve in the short run and the promotion of healthy diet and
physical activity should not exclusively focus on obesity prevention/control.
The convergence of interventions in NCD and obesity prevention is highly
recommended.
Promotion of Physical Activity

The New Paradigm in Physical Activity Prom otion: Active Living

Sedentary lifestyles are not only a matter of individual choice and education.
While this should not undermine the fact that there is considerable room for
more and better education, counseling and comm unication, there are other
factors that also need to be addressed. Customarily, studies on determinants
of physical inactivity have emphasized individually assessed variables (e.g.
gender, cultural factors, age, perceived barriers, etc). However, it is
increasingly evident that these variables explain only a small portion of the
variance in physical inactivity. New research shows that environmental
factors, such as accessibility to recreational spaces, opportunities for physical
activity, aesthetic factors, climatic conditions and safety, provide better
explanations to physical inactivity patterns.

We now have a clearer and broader picture of the problem. Contemporary


cities are designed for motorized transport, and technology constantly
introduces new mechanized equipment and labor-saving devices both in the
home and at work, freeing people from physically arduous task and resulting
in less physical activity than in the past. In addition, most neighborhoods
lack supportive environments for public recreation and physical activity,
which presents a major constraint for engaging in outdoor activities on a
regular basis. The lack of sidewalks, parks and open spaces for exercise;
limited access to recreational areas; heavy traffic; air pollution; and safety
concerns are only some of the environmental barriers that prevent people
from living physically active lifestyles.

Urban planners, environmentalists, and transit and sport authorities are, in


many cases, already inadvertently converging in their work to create a
"better place to live," providing a prime opportunity for the development of
broad and inclusive public coalitions to promote physical activity as an
everyday lifestyle.

The approach to physical activity interventions in stressing more walking and


biking at the general population level is in good sync with evidence from
epidemiological and clinical studies. (While this is not necessarily the ideal
approach to lose weight, it is a good starting point to improving health and
initiating a more physically active lifestyle.). The physical and mental health
benefits of moderate and regular physical activity (e.g. walking and biking)
are similar to the benefits for a more structured approach to physical activity
(e.g. aerobics or practicing sports). Furthermore, lifestyle interventions,
such as brisk walking, biking and taking the stairs can be easily integrated
into daily life (especially for adults) and also help people to adopt and adhere
to physical activity more firmly than to other forms of vigorous exercise.
Lifestyle interventions at the population level result in positive health
outcomes. For example, an interesting association between obesity rates
and non-motorized transportation can be observed in Figure 3. In the
Netherlands and Sweden, where the rates of pedestrian walking and biking
are highest, obesity is less of a problem than in the other car-bound
societies.

Figure 2. Percentage of non-m otorized travel (walking and biking)


and obesity rates in select countries

□ Non-motorized transport ■ Obesity

60 -i
50 -

II..
40 -
% 30-
20 -

10 -

0 -I i i , t--------
Netherlands Sweden Canada UK USA

In this era of the behavioral change approach, public health needs to draw
inspiration from its original approach to addressing societal and
environmental influences to health and look beyond individual behavior and
lifestyle modification strategies. Mounting evidence suggests that
environmental and policy approaches aimed at increasing physical activity at
the population level is a much needed strategy.

The Importance o f Cities in Physical Activity Promotion

As previously noted, daily activities such as walking and biking have a great
impact on health, and the physical environment can play a crucial role in
encouraging them. Many comm unities and local governm ents in the Latin
American and Caribbean countries are already engaged in creating healthy
environments and devoting local resources to promote exercise and physical
activity in their communities. Take for example the words of Mr. Enrique
Peñaloza, the form er mayor of Bogotá, Colombia:
'W e had to build a city not for businesses or automobiles, but
for children and thus for people. Instead o f building highways,
we restricted car use... we invested in high-quality sidewalks,
pedestrian streets, parks, bicycle paths, libraries; we got rid o f
thousands o f cluttering commercial signs and planted trees... A ll
our everyday efforts have one objective: H appiness." April,
2002

Municipal and local governm ents play a key role in fostering the public health
agenda of physical activity promotion for the following reasons:

• Local governm ents are already involved in improving public spaces and
promoting physical activity and sports, in contrast to the often limited
health promotion agenda in the public health sector;

• City authorities have decision-making power over the physical


environment, transportation system and public safety; develop related
policies; and have influence over the legislative process.

• City governm ents can bring together different partners to build coalitions
around the agenda of physical activity promotion, including the private
sector, the media, NGOs, and the public sector; and

• In most cities, there is already an important demand from the public for
actions on issues related to public transportation, environmental health,
crime control, and public spaces for physical activity.

Elements of a Multi-Prong Approach

• Reallocation of public health resources to improve funding of preventive


programs;

• More and better data to demonstrate that obesity is a problem at the


state level, that has public health, social and economic consequences;
Building a public health leadership on a new paradigm of health and
. nutrition throughout the lifecycle;

• Emphasis on creating environmental conditions conducive to the


improvement of people's diet and physical activity patterns;

• Development of evidence-based preventive interventions and programs,


both feasible to implement and cost-effective;

• Good control measures that can improve the outcomes of current medical
approaches to obesity and its co-morbidities;

• Integration of public health areas that relate to NCDs, obesity and health
promotion;
• Creation of new alliances and partnership with key non-public health
sectors.

Priority Actions

Priorities actions in the agenda of promoting physical activity are:

• Physical activity as an everyday lifestyle. The cornerstone for a mass


effort to reverse current physical inactivity trends need is to promote
active living in everyday life, based primarily on walking and biking as
complementary modes of transportation. The promotion of physical
education and sports should be stressed among children and
adolescents, particularly with attention on the inclusion of girls, and
suggested as good practice for adults of all ages;

• Environm ental and policy approach to behavioral change. New policies


and regulations at the global, national and local levels are necessary if
we are to expect significant and important population changes. The
most critical areas of improvement are those related to the physical
environment of our cities and the institutional approach at the school
and worksite level;

• Developm ent o f sound program m atic approaches. Very little research


has been conducted so far in the countries of the Americas to test
effective, feasible and cost-effective interventions on the promotion of
physical activity; and

• Need for expanded partnership. The successful promotion of physical


activity rests on a broad spectrum of stakeholders and partners that
are not always linked to the health sector. Key sectors that will need
to be involved are education, sports, transportation, and local
governments as well as the private sector.
Mitos y realidades de las dietas
Dra. Sara Valdés Martínez
Universidad Nacional Autónoma de México
Dra. Sara Valdés Martínez
Presiente académico del International
Life Sciences Institute
La doctora Sara Valdés Martínez es Químico Fármaco Bióloga egresada
de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM) y cuenta con un doctorado en Análisis de Alimentos por
la Universidad de Strathclyde, Escocia.

Desde enero de 1999 es presidente académico del International Life


Sciences Institute (ILSI). Actualmente es Profesor Titular C de tiempo
completo de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM.
Su labor académico administrativa dentro de dicha institución inició en
1989 donde fungió como Jefe de Sección desde enero de 1989 hasta
mayo de 1990, a partir de entonces fungió como Coordinadora de
Investigación estando a su cargo la implementación del programa de
cátedras y desde mayo de 1991 hasta Febrero de 1998 tuvo a su cargo
la Secretaría Académica de la FES-Cuautitlán.

Ha dictado múltiples cursos y conferencias en diversas universidades,


congresos y eventos tanto nacionales como internacionales dirigidos a
profesionales de su área. Cuenta con diversos artículos publicados en
revistas indexadas nacionales e internacionales

Su experiencia dentro del área de los alimentos y la nutrición, le han


permitido fungir como asesora de la industria alimentaria, que incluyen
a compañías como Productos de Maíz, Spectrum de México,
Tlapanochestli, Bimbo, Dos Pinos, entre otras.

Fue presidente de la Asociación Nacional de Tecnólogos en Alimentos de


México (ATAM), de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Ciencia
y Tecnología de los Alimentos.

Es miembro activo del Comité Técnico del Consejo de Acreditación de la


Enseñanza de la Ingeniería A.C. (CASEI).
Mitos y realidades de las dietas
Dr. Sara E. Valdés M artínez
Universidad Nacional Autónoma de México

En los últimos años hemos escuchado y visto mucha información


relacionada con los problemas de sobrepeso que se presenta en el mundo.
La información es verdaderamente alarmante, el saber que la obesidad se
encuentra considerada actualmente como una de las causas de muerte en
el mundo, por la Organización Mundial de la Salud, nos debe hacer
reevaluar el sobrepeso, ante todo debido a las múltiples enfermedades que
son resultado del mismo.

El saber que hay un billón de personas en el mundo con sobrepeso y que de


éstas medio millón fallecerá durante el 2003 por enfermedades relacionadas
con el sobrepeso, que por otra parte hay 170 millones de niños con bajo
peso en el mundo y que de éstos 3 millones fallecerán durante el 2003 de
hambre, debe hacer que nos sentemos a evaluar nuestra situación personal.

Es preocupante enterarse que el sobrepeso está siendo un problema de


salud en el mundo, en países no desarrollados el sobrepeso como problema
de salud es más del 50% de la población con bajo peso, que en países en
transición las personas con sobrepeso rebasan en mucho a las personas con
bajo peso y que en países desarrollados donde existen personas de bajo
peso, entre otras causas por problemas de alimentación, hay alrededor de
125 millones de personas con sobrepeso.

Cada día surgen más programas enfocados a resolver los problemas que
una mala alimentación provocan en la salud, aunadas a que el estilo de vida
que llevamos en la actualidad sobre todo en zonas urbanas nos ha hecho
sedentarios, que decir de los niños que en vez de jugar fútbol y gastar
energía pasan horas frente a la televisión ejercitando los dedos con el
control del Nintendo. Esta alternativa aunada a la inseguridad que se sufre
en zonas urbanas hace que las amas de casa tomen ésta opción con gusto
con tal de tener a los niños callados en casa, por lo mismo nos subimos a!
coche para ir a la tienda de la esquina etc.

También como un reflejo de nuestra sociedad, se nos convence que la


hermosura está en ser delgados, la belleza tipo Rubens ha pasado de moda,
como resultado encontramos en revistas, en programas de televisión y
radio, dietas mágicas que nos harán perder peso en unos cuantos días, eso
si, sin garantía de no recuperar el peso y en casos extremos de no
presentar problemas de salud así múltiples productos que al ser ingeridos
antes de comer nuestros alimentos harán que no se suba de peso, sin decir
la verdad y es que su consumo está aundado a una dieta baja en calorías
que es la que nos va a hacer bajar de peso. Existen también otros
productos bien elaborados que aunados a una dieta baja en calorías nos
pueden apoyar en bajar de peso, al estar elaborados con gomas y productos
no digeribles que absorben grandes cantidades de agua y por ende hacen
sentir que nuestro estómago está lleno y no tenemos hambre, pudiendo al
ser consumidas adecuadamente, de gran ayuda en la pérdida de peso.
Es un hecho que la obesidad es un problema de actualidad que hay que
resolver desde la raíz. El consumidor promedio está poco educado en
cuestiones de nutrición y puede seguir dietas recomendadas por un amigo,
por una revista y en raras ocasiones calculada por un médico. Las
anécdotas y experiencias de la gente han dado como resultado muchos
mitos sobre las dietas que en la mayoría de las ocasiones nos hacen tomar
decisiones erróneas.

En la presente plática se abordaran algunos de los mitos más comunes


relacionados con las dietas entre estos:

v' Los carbohidratos son malos porque engordan


v' Las pastas y los panes engordan
■/ Para hacer dieta hay evitar pan, tortilla y productos hechos con
harinas refinadas.

Estos 3 mitos están relacionados entre si, ya que se refieren a la ingesta de


carbohidratos en la dieta, los carbohidratos aportan al organismo la misma
cantidad de calorías que las proteínas, como es bien sabido el exceso en la
ingesta energética la que provoca la acumulación de esa energía en forma
de grasa y no los carbohidratos, el eliminarlos de la dieta no garantiza una
ingesta energética menor en la dieta.

v' La culpa del sobrepeso la tienen los alimentos ricos en grasa, por eso
hay que eliminarlos de la dieta.

Lo que aumenta el peso en las personas es el consumo global de energía en


la dieta, el cual se eleva considerablemente cuando la ingesta de grasa en
la dieta es alta, esto debido a que lg de grasa proporciona más del doble
que un gramo de proteína o carbohidratos. Sin embargo no hay que olvidar
jamás que la grasa aporta a la dieta ácidos grasos esenciales y es también
vehículo de vitaminas liposolubles que son esenciales para la vida.

< La cocina mexicana no nutre, sólo engorda.

La cocina mexicana es de las más variadas y combinadas que existen, de


hecho está considerada como una de las tres mejores del mundo por su
diversidad en ingredientes, sabores, métodos de cocción y preparación.
Dentro de los ingredientes empleados se encuentran alimentos de los
diferentes grupos, pudiéndose obtener una dieta bien balanceada. El
cuidado que hay que tener al consumir la comida mexicana que tanto nos
gusta, está en la cantidad que consumimos.

v' Los alimentos light no engordan

Existe la creencia que los alimentos light no engordan, sin embargo no son
libres de calorías, en la elaboración de alimentos light, al eliminar grasa o
carbohidratos de una formulación, hay que sustituir estos ingredientes con
algún otro que no aporte menor carga energética y que pueda sustituir la
propiedad funcional que tiene en el alimento. Por definición un alimento
light es aquel que presenta una reducción energética del 25% o más que el
alimento sin modificar.
v' No se debe hacer ejercicio cuando se hace una dieta

Otra idea errónea es que cuando se hace una dieta no se puede hacer
ejercicio, debido a que la ingesta calórica de la dieta es baja, ésta idea
surge de que la mayor parte de las dietas no son diseñadas para la persona
que va a realizar la dieta, sino es una dieta reducida en calorías genérica.
De hecho si se hace ejercicio cuando se realiza una dieta, se incrementa el
gasto energético y se puede bajar más rápidamente de peso. Para lograr
ese efecto, la dieta debe ser diseñada acorde a la actividad de la persona
que va a seguirla.

^ Para bajar de peso, evite cenar.

Existe la idea errónea que dejando de cenar o ayunando se baja de peso,


sin embargo como protección contra la falta del alimento el organismo baja
el gasto energético y dejando de comer se tiene más hambre, por lo cual se
tiende a comer más después de ayunar, consumiendo más alimento que en
condiciones normales. Por otra parte el estómago continúa liberando ácidos
gástricos en ayunas, lo cual puede provocar a la larga problemas
gastrointestinales.

^ Los productos que se anuncian en televisión funcionan

Existe la creencia por parte de los consumidores de que todo lo que sale en
televisión funciona, desgraciadamente se venden el la televisión un sin
número de productos mágicos que no funcionan en lo absoluto.

Los productos "mágicos" que se venden por televisión y los mitos lógicos
que circulan entre los consumidores funcionan básicamente porque los
consumidores desean CREER que hay un producto mágico que les va a
permitir bajar de peso y medidas y así adquirir las características de la
persona hermosa en la sociedad.

Como se desea CREER se cae en errores terribles, ya que si el sobrepeso


que tenemos lo acumulamos a lo largo de varios años, no vamos a poder
perder ese peso en un período de tiempo corto, para bajar de peso
eficientemente no se recomienda bajar más de V2 kg por semana, o sea un
promedio de 2 a 3 kg por mes.

Revisar las propuestas de los diferentes países en lo referente a


recomendaciones de consumo de alimentos en la obtención de una dieta
balanceada nos muestra propuestas similares en un formato distinto, la
pirámide de alimentación, el plato, etc. Les invito a revisar éstas
propuestas donde se recomienda consumir alimentos de todos los grupos de
alimentos en forma moderada, acompañados de ejercicio.

No se necesita una dieta mágica y fantástica, necesitamos modificar


nuestros hábitos alimenticios, que es más difícil, por requerir un mayor
esfuerzo de nuestra parte en preparar los alimentos en casa y no
únicamente irnos por las alternativas de comida rápida, tan cómodas para
nosotros.
Obesidad: Problema de Salud Pública
en México
Dr. Jorge González Barranco
Instituto Nacional de Ciencias Médicas y
Nutrición Salvador Zubirán
Dr. Jorge González Barranco
Investigador de la Clínica de Obesidad del
Instituto Nacional de Ciencias Médicas y
Nutrición Salvador Zubirán

El doctor González Barranco ha dedicado su vida profesional a la


constante investigación en obesidad. Es médico internista con
especialidad en Endocrinología. Desde 1960, es miembro de la
Asociación de Médicos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y
Nutrición Salvador Zubirán.

Ha sido Presidente del Consejo Mexicano de Endocrinología, de la


Sociedad Mexicana de Ateroesclerosis y de la Asociación Norteamericana
para el Estudio de Obesidad.

Es miembro activo del Consenso Mexicano de Obesidad, de la Sociedad


Mexicana de Nutrición y Endocrinología desde 1970, de la Sociedad
Mexicana de Cardiología desde 1990, de la Asociación de Médicos del
Hospital Ángeles del Pedregal desde 1976, así como de la Asociación
Internacional para el Estudio de la Obesidad.

Su participación en libros y artículos supera las 150 publicaciones. Ha


participado como expositor en más de 65 conferencias y más de 81
congresos nacionales e internacionales.
Obesidad: Problema de Salud Pública en México
Dr. Jorge G onzález-Barranco
Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán

La obesidad es la enfermedad más importante de la nutrición y sin lugar a dudas, se


ha convertido en una pandemia, dado que el aumento de la frecuencia no solamente
en México, Estados Unidos, Gran Bretaña, Europa, así como en otros países tan
diversos como Australia, Brasil, China, Mauricio y Samoa Oeste que han sido
reportados en la literatura.

El uso de diferentes definiciones de sobrepeso y obesidad ha dificultado la


comparación de encuestas de diferentes estudios y de diferentes países.

En el año de 1985, el consenso de los Institutos de Salud, propuso el uso del Indice
de Masa Corporal (IMC): peso (kg), altura (m) al cuadrado y observaron que la
percentila 85 de IMC de la segunda encuesta (NHANES II) para hombres y mujeres de
20-29 años correspondía bastante bien con aproximadamente 20% de sobrepeso de
acuerdo con las tablas de Metropolitan Life. El estándar de sobrepeso fue definido
como un IMC> 27.8 para hombres y 27.3 para mujeres.

Determinar a que nivel de IMC se debe establecer el diagnóstico de obesidad,


fundamentalmente esta dado por la relación o incremento de enfermedades asociadas
a la obesidad.

Para explicar los cambios en el peso corporal deben suponer que existen presiones
constantes para llevar al ser humano a tener un balance energético positivo, aumento
de peso y mayor cantidad de tejido adiposo.

Entre otras causas del incremento en la frecuencia de obesidad no solo esta implicada
la industria alimentaria, también la industria que promueve inactividad física,
autoridades, medios de transporte, escaleras eléctricas, bandas de transportación,
uso del automóvil, falta de instalaciones para desarrollar actividades deportivas e
inseguridad en las ciudades.

Es indispensable desarrollar estrategias de salud pública, tales como educacionales,


legislativas, ambientales y ocupacionales, así mismo intensificar los esfuerzos para
llamar la atención de que la obesidad es una amenaza a la salud y a la calidad de
vida.
Ejercicio como tratamiento de la obesidad
Lic. Nut. Norma Elena Romero Gudiño
Universidad Iberoamericana
Lic. Norma Elena Romero Gudiño
Coordinadora del Área de Ciencias Aplicadas al
Deporte y Promoción a la Salud de la
Universidad Iberoamericana

La Lic. Norma Elena Romero Gudiño es egresada de la carrera de


Nutrición y Ciencia de los Alimentos de la Universidad Iberoamericana.
Actualmente es Coordinadora del Área de Ciencias Aplicadas al Deporte
y Promoción a la Salud, Coordinadora y profesora titular de los
Diplomados Universitarios de Nutrición y Antropometría Aplicada al
Deporte y del Diplomado de Fundamentos de Nutrición y Alimentos de la
Universidad Iberoamericana.

Asimismo, funge como Coordinadora y profesora titular del Curso de


Nutrición y Salud Familiar y de la cátedra de Educación en Nutrición en
la mencionada institución educativa.

Tuvo una destacada participación como responsable del área de


Nutrición de la Dirección de Actividades Deportivas y Recreativas de la
UNAM.

Ha sido directora de tesis de licenciatura y posgrado de la Facultad de


Medicina de la UNAM y cabe destacar que dirigió la Tesis del Premio
Nacional de Ciencias del Deporte otorgado por el Instituto Nacional de
Investigación Científica de Gatorade.

Ha sido asesora en nutrición de la Selección Nacional Femenil de Fútbol,


de los equipos representativos de la Universidad Iberoamericana, así
como en control de peso y supervisión del Servicio de Alimentos de la
Academia de Tenis Lemaitre.

Su amplia experiencia en la nutrición, la actividad física y el deporte la


ha llevado a participar en diversos foros nacionales e internacionales.
Ejercicio como tratamiento de la obesidad
Lic. Nut. Norma Elena Romero Gudiño
Universidad Iberoamericana

El sedentarlsmo es un elemento determinante del estilo de vida moderno y un factor


de riesgo en enferm edades crónicas entre ellas se encuentra la obesidad.

Sin duda una de las consecuencias de la civilización occidental y con ella de la alta
tecnología, es una vida mucho más sedentaria. Tanto para transportarnos como para
realizar cualquier actividad doméstica o laboral, la actividad física ha disminuido de
manera muy importante. Además, la televisión y en general las actividades
recreativas de la sociedad moderna son pasivas y sedentarias.
Cada vez hay más evidencias de la manera determ inante en que el estilo de vida
sedentario, especialm ente en las poblaciones urbanas, pero de manera preocupante
cada vez más también en las rurales, contribuye al aumento de peso y a la
disminución en el metabolismo.

Los datos sobre actividad física son más difíciles de obtener que los de ingesta de
alimentos, pero el nivel medio de actividad física tiene que haber disminuido de
forma significativa para explicar los patrones divergentes de un incremento en la
obesidad y la reciente disminución en la ingesta de grasas y calorías que se ha
observado en Estados Unidos en los últimos años. Sería ilógico pensar que los
factores genéticos por si solos fueran los causantes de un incremento de la alta
incidencia de obesidad.

En el pasado se aceptaba que la obesidad era consecuencia sólo de un consumo


excesivo de energía. Sin embargo, las investigaciones sobre patrones de
alimentación y actividad física de personas obesas señalan consistentemente que
una actividad sedentaria contribuye a la ganancia de peso.

El ejercicio es una parte muy importante de un programa de control de peso. Al


aumentar la masa corporal magra en proporción a la grasa, ayuda a equilibrar la
pérdida de esta masa corporal magra y la reducción en la tasa metabólica en reposo
que inevitablemente acompaña incluso a un programa de reducción de peso bien
manejado. Al dism inuir las reservas de glicógeno el ejercicio aeróbico favorece el uso
de la grasa para combustible.

Numerosos efectos secundarios positivos incluye el fortalecim iento de la integridad


vascular así como el aumento de la sensibilidad a la insulina. Posiblemente las
contribuciones mas valiosas del ejercicio son el alivio del tedio, un mayor sentido del
control y una mejor sensación de bienestar. Es optima una combinación de ejercicio
aeróbico y de resistencia. El entrenamiento de resistencia aumenta la masa corporal
magra elevando la tasa metabólica en reposo y la capacidad para utilizar una
mayor proporción del consumo de energía. El entrenamiento de resistencia también
incrementa la densidad mineral ósea, lo que es muy importante principalmente para
las mujeres.
El aumento en el ejercicio originara un déficit de energía incluso sin dieta, y cabe
esperar que el ejercicio por si solo reduzca el peso alrededor de 2 a 3 Kg.
dependiendo de la intensidad, duración y tipo de ejercicio (Blair, 1993 ). Las
personas con obesidad hipertrófica que se someten a dietas pierden mas grasa
durante un programa de ejercicio que los individuos con obesidad hiperplasica.

Algunos estudios y programas en los que se combinan dietas y ejercicio han


demostrado que si bien no hay un aumento en la pérdida de peso en el grupo que
se ejercita, respecto a la dieta sola, si se presenta una m ayor pérdida de grasa
corporal. Una disminución en la masa corporal no necesariamente significa una
disminución del peso corporal. Al principio, el ejercicio físico aumenta la masa
muscular, y en virtud de que la masa m uscular magra es mas densa que la grasa
que reemplaza, no se modifica el peso corporal.

Con la continuación del ejercicio, la capacidad limitada de la masa muscular para


aumentar es superada por la disminución de grasa, lo que conlleva a una reducción
neta en el peso corporal, se requiere un mínimo de dos meses para obtener alguna
reducción del tejido adiposo con los programas de entrenamiento.

La tasa metabólica en reposo aumenta durante el ejercicio aeróbico. Ésta se


restablece a los niveles de reposo al cabo de una hora, más o menos, después del
ejercicio moderado. El gasto de energía durante este periodo representa reposición
de glucógeno muscular así como los efectos de cam bios hormonales y el aumento en
el procesamiento metabólico de las reservas de combustible. No se ha resuelto si el
ejercicio afecta o no al efecto termogénico de los alimentos. Los incrementos en la
masa corporal magra originan consumos diarios de energía de 8 a 14% mas altos
de varones moderadamente y muy activos en comparación con los sedentarios.

Contrario a la creencia popular, la reducción localizada, es decir, reducir la grasa en


una región del cuerpo, no es posible con el ejercicio; la grasa se quema en las zonas
de mayor concentración de tejidos adiposos. Otro concepto erróneo es que el
ejercicio es contraproducente en virtud de que aumenta el deseo de comer. Si bien
los individuos delgados por lo general compensan la energía gastada en actividad
física, incrementando su consumo de alimentos, esto no sucede con los obesos
posiblemente porque el nivel del ejercicio es menos agobiante (Pi-Sunyer, 1988).

La constancia es el factor clave para lograr los beneficios del ejercicio. Las
recomendaciones de ejercicio previas por lo general señalaban 20 a 60 minutos de
ejercicio de resistencia de moderada a alta intensidad, realizándolo de 2 a 3 veces a
la semana. En la actualidad se piensa que la mayor parte de los beneficios
saludables se logran con una actividad física de intensidad moderada, acumulada en
sesiones breves intermitentes. La recomendación es que cada adulto debe acumular
30 minutos o más de actividad física de intensidad moderada en la mayor parte de
los días de la semana o de preferencia diario (Pate et al, 1995).
Cualquiera que sea el ejercicio que se seleccione deberá fácilm ente disponible, ser
placentero, accesible desde el punto de vista económico y fácil de realizar. El
ejercicio contribuye al bienestar y la autoestima aun cuando se logre la perdida de
peso. También ayuda al individuo a m antener la reducción de peso. Se ha
demostrado que la recuperación de peso tiene mucho menos posibilidad de
presentarse cuando la actividad física se combine con algún otro método de
reducción de peso.
Más complejo todavía es el abordaje de la obesidad desde la salud pública, pues
cuando un Individuo adquiere la conciencia y la motivación para bajar de peso y
mantenerse, tiene muchas más posibilidades de lograrlo, pero cuando se pretenden
tomar medidas a nivel poblacional los obstáculos se vuelven mayores. Por ello, el
enfoque fundamental desde el punto de vista sanitario debe ser la prevención y no el
tratamiento del problema una vez que éste ya se ha instalado.

Entre las recomendaciones más importantes para la atención a nivel individual de


quienes padecen obesidad, se encuentran los siguientes:
• Realizar actividad física moderada de manera cotidiana
• Reducir la ingesta energética de manera equilibrada y no solo a expensas de
las grasas.
• Plantear el tratam iento en etapas.
• Dirigir el tratam iento a reducir un 10% de peso corporal como punto de
partida, y luego intentar seguir bajando lentamente, a razón de 500 g por
semana o menos; un tiempo razonable para la primera etapa son seis meses.
• Mantener el peso alcanzado debe ser la prioridad.
• Tratar a los pacientes por lo menos durante seis mesas con terapia de cambio
de estilo de vida, antes de utilizar medicamentos.
• La cirugía para perder peso es una opción únicamente para ciertos pacientes.
En la siguiente tabla se muestran los beneficios que se han observado con una
pérdida de 10 Kg. de peso corporal.

BENEFICIO DE UNA PÉRDIDA DE 10 KG'

Mortalidad 20-25% de reducción total

30-40% de reducción en muertes relacionadas con

diabetes

40-50% de reducción en muertes relacionadas con


cáncer y obesidad

Presión Arterial Reducción de » 10 mmHg en la sistólica y la


diastólica

Diabetes Reducción del 50% de riesgo de desarrollar

diabetes

30-50% de reducción en la glicemia en ayuno

15% de reducción en Hemoglobina-glucocilada

Lípidos 10% de reducción en el colesterol total

15% de reducción en lipoproteínas de baja

densidad (LDL)

30% de reducción en triglicéridos

8% de aumento en lipoproteínas de alta densidad

(HDL)

‘ World Health Organization, Obesity: Preventing and Managing the Global Epidemic.
Geneva, WHO, 1999.

Es necesario que se pongan en marcha programas que incluyan, además de


campañas informativas, la disponibilidad de espacios e instalaciones adecuadas en
escuelas y parques públicos. Dado que la actividad física debe adquirirse como
hábito, es necesario que se modifiquen y se mejoren los programas de educación
física escolar y estatal o gubernamental, además que se les de mayor prioridad en
sector de Salud Publica.

Lic. Nut. Norma Elena Romero Gudiño Universidad Iberoamericana


Dr. Silvestre Félix Frenk y Freund
Investigador en la Unidad Genética de la Nutrición del
Instituto Nacional de Pediatría

El Dr. Silvestre Félix Frenk y Freund es médico cirujano por la Escuela


Nacional de Medicina y cursó una especialidad en ciencias metabólicas
en la Jefferson Medical School de Philadelphia y en el Children's Medical
Center de la Universidad Flarvard, en Boston. Obtuvo la Maestría en
Salud Pública en la Escuela de Salubridad de México.

Su actividad hospitalaria, de investigación y docente la desarrolló en el


en el área de Nutrición y el departamento de Endocrinología del Hospital
Infantil de México; en el área directiva del Hospital de Pediatría del
Centro Médico Nacional del IMSS; en el Departamento de Investigación
Clínica y la Dirección de la Unidad de Investigación Biomédica del
propio IMSS; en la Subdirección General de Investigación y la Dirección
General del Instituto Nacional de Pediatría, en el que actualmente
desempeña el cargo de Investigador Titular en la Unidad de Genética de
la Nutrición.

Es miembro honorario y fue presidente de la Academia Nacional de


Medicina; también presidió a la Academia Mexicana de Pediatría, la
Sociedad Mexicana de Pediatría, la Asociación de Investigación
Pediátrica, la Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología, y el
Consejo Mexicano de Certificación en Pediatría. Fue uno de los
fundadores de la Sociedad Mexicana de Bioquímica.

Ha tenido una destacada labor como promotor, editor y administrador, y


dirigido numerosos trabajos metabólicos, endocrinólogos y
bromatológicos.

Potrebbero piacerti anche