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EXISTENCIA NEGATIVA*

Hay un Universo absoluto y un Universo relativo. En medio de ellos yacen los velos de
la existencia negativa. El absoluto se encuentra más allá de la Eternidad. Es temporal,
carece de forma, de sustancia; está más allá de la existencia. Es la nada y el todo. Es
inmutable y, sin embargo, no permanece sin cambio, simplemente ES.

El Universo Relativo es la manifestación de la Creación, el desenvolvimiento de un


impulso Divino, un lecho de semillas que habrán de florecer y dar su fruto, hasta que el
fruto entre en decadencia después de su consumación, muera y regrese a su fuente
listo para renacer.

Dentro de ese gran complejo todo tiene su tiempo y su lugar y, aunque algunos rasgos
y funciones se muestren en escalas distintas de tamaño y duración de vida, cada cosa
encaja con precisión dentro de un todo, así como nuestro Sol queda comprendido
dentro de la Vía Láctea o la célula hepática está relacionada con nuestro cuerpo.
Superficialmente, las sustancias del Universo parecen ser iguales, pero, digamos, el
agua del mar no es la misma que la del estanque ni puede albergar las mismas formas
de vida. Es la posición relativa la que altera su función. En la misma línea, una gota de
agua pasa por varios estados. Primero es vapor contenido en una nube. Luego,
rodeando un núcleo de polvo se convierte en una gota entre millones que forman un
charco que se filtrará en la tierra antes de ser absorbida por una planta. Por algún
tiempo quedará fija en la estructura orgánica formando parte de los fluidos que, a su
vez, algunos animales extraerán de las fibras de la planta. Más tarde, circulará en el
torrente sanguíneo de la criatura hasta que quizás el animal sea sacrificado y comido
por el hombre. Aquí de nuevo la gota pasa por experiencias diversas en el cuerpo
humano hasta que es excretada. Después, tendrá que pasar por los distintos procesos
mecánicos, químicos y orgánicos del drenaje antes de ser liberada a un río donde
fluirá junto con millones de gotas de agua, cada una con una historia distinta, hasta
desembocar de regreso al mar. Ahí puede pasarse varios siglos en las profundidades
antes de que suba a la superficie y otra vez se evapore hacia la nube. Esta es una
versión en miniatura del mundo relativo.

En el Universo Relativo solo importa el tiempo y la posición. El Sol es un adulto joven


en comparación con la mayor parte de las estrellas, y la Tierra es todavía una
adolescente cuya cara apenas empieza a cubrirse de bozo. De acuerdo con esta
conducta la Humanidad está probablemente en su infancia, si la juzgamos por sus
periódicos berrinches que la hacen romper sus juguetes. Todo es relativo y cada Nivel
está supeditado al Superior y contenido al Inferior; el Todo forma un gran diseño que va
desde la energía más alta y poderosa hasta lo más denso de los elementos. Aquí
tenemos la parte más alta del Árbol de la Vida. Kether ---la Corona--- y la parte más
baja, Malkut, el Reino.

El Árbol de la Vida define al Universo Relativo en todos los niveles. Es el patrón


prototípico. Sin embargo, por encima de él, más allá de Kether ---la Corona Hueca a
través de la cual el Creador se manifiesta--- yace lo oculto de la Existencia Negativa.
La existencia negativa es la zona intermedia entre D-s y su Creación. Es la pausa que
precede a la música, el silencio detrás de cada nota, el lienzo en blanco detrás de la
capa de pintura y el espacio vacío, listo para ser llenado. Sin esta existencia inexistente
nada llegaría a Ser. Es un vacío y, sin embargo, sin él y su potencial encerrado, el
Universo Relativo jamás podría manifestarse.

La Existencia Negativa está siempre presente en todos los Niveles de la


Creación. Yace detrás del tiempo y del espacio. Sin ella no habría galaxias ni
seres humanos. Contiene, al igual que el espacio presente en una habitación, el
vacío que habitamos. El vacío es el fondo fijo contra el cuál se mueve el tiempo.
La Existencia Negativa permite a un hombre ser quién es. Espejo entre los
espejos, la existencia negativa y su no interferencia permiten el reflejo más
perfecto de la Creación.

El Velo más cercano al Universo Relativo es Ain Soph Aur ---la Luz Ilimitada--- es decir,
la que está en todas partes y penetra incluso la materia más densa, al igual que lo
hacen algunos rayos cósmicos que, tan finos, pueden atravesar limpiamente nuestro
Planeta, así como la luz física atraviesa el vidrio.

El segundo Velo, que conocemos menos todavía, es Ain Soph ---el Ilimitado---. Este es
el primer paso hacia la manifestación del Creador. Es el punto en que Ain, el vacío final,
comienza a enfocarse desde la nada hacia lo ilimitado o infinito, en donde hay algo que
es, por lo menos, infinito.
Más allá de este sitio está la Nada, y más allá de ella, el Absoluto. Estos tres estados
forman una condensación, una cristalización del Ser que inunda la totalidad del Todo, lo
cual ocurre en el punto central de una esfera de circunferencia incalculable. Esta
destilación, este punto, carece de dimensiones temporales o espaciales y, sin embargo,
contiene todos los mundos, desde el Reino más Alto, que desciende por la escalera de
la Creación, hasta el punto más bajo, compuesto de espacio, gas, nebulosas, galaxias,
estrellas, planetas, vida orgánica, hombres, órganos, células, moléculas, átomos y
reinos subatómicos, hasta llegar a esa zona en la cual la materia deja de ser sólida y se
vuelve, primero energía, para después, convertirse otra vez en una nada ilusoria.
Este punto que todo lo incluye, se llama Primera Corona, la primera indicación del
Absoluto, mejor conocido como Yo Soy, que es el primero de los muchos nombres de
D-s.

A partir de esta Corona Suprema fluyen todos los Seres que han sido, son y serán. En
la Existencia Negativa que está más allá, hay millones de posibilidades contenidas. El
Hombre ve tan sólo una pequeña sección de esta dimensión siempre presente. En él
están todos sus hijos y todos los hijos de sus hijos. De Adán salieron todos los
hombres. Habrá adivinado Abraham las implicaciones que tendría su semilla y que ésta
se convertiría en una Nación? Quizás sólo los más sabios pueden percibir lo que está
más allá de ellos, lo que tenemos en el presente como forma negativa, lista para
manifestarse mañana o dentro de un millón de años.
Esta es la Existencia Negativa, aquello que está ahí sin estar, aquello que por
naturaleza es lo que está más cerca y, sin embargo, es lo más difícil de ver. Aquí el
Absoluto se encuentra separado de su Creación y, sin embargo, siempre permanece
presente en ella.

* Z’ Ben Shimon Halevi El árbol de la vida; pp 24-34

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