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Jueves 17 de Mayo, 2007

Gobiernos de la región enfrentan apreciación de monedas

(Dow Jones Newswires) En una región mejor conocida por la emisión de nuevas monedas y las
devaluaciones, las monedas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México se han apreciado
significativamente frente al dólar y algunas han alcanzado máximos de varios años.

Sin embargo, mientras los gobiernos latinoamericanos se están esforzando por mantener su
compromiso con un tipo de cambio flotante, los exportadores están cada vez más presionados y
cualquier intento por manejar las monedas de manera más proactiva podría resultar inútil.

El auge de la demanda mundial por muchos de los principales productos latinoamericanos, desde
la soja al café y el hierro, el acero y los textiles, ha impulsado los precios y los volúmenes de las
exportaciones a niveles récord. Al mismo tiempo, el crecimiento económico relativamente estable y
sostenido, ha atraído numerosas inversiones directas y de cartera.

Aunque la apreciación refleja el crecimiento observado recientemente, podría socavar la


competitividad, amenazando los empleos en sectores con mano de obra intensiva como los de la
producción de flores en Colombia o del café en Brasil. No sólo los exportadores se han visto
perjudicados por la apreciación de sus monedas, sino que también los productores nacionales para
el mercado local, debido a que las importaciones se tornan más accesibles.

El presidente colombiano, Álvaro Uribe, ha sido el más enérgico en exigir cambios a las políticas
para restringir el ingreso de capitales, y el banco central del país ha impuesto algunas restricciones.
Sin embargo, la moneda local cerró ayer a 1.987 pesos colombianos por dólar para establecer un
nuevo máximo de siete años. En lo que va del año, la moneda se ha apreciado un 13%.

Alberto Bernal, economista del banco de inversión Bear Stearns en Nueva York, sugirió el lunes
que se podrían incluir nuevas medidas como pagar anticipadamente la deuda externa, volver a
introducir controles más estrictos sobre el ingreso de capitales y "en el peor escenario, imponer un
tipo de cambio fijo".
Por su parte, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva aseguró este martes que el gobierno
ofrecerá varias formas de ayuda económica para los exportadores y fabricantes nacionales
perjudicados por la abrupta apreciación del real frente al dólar.

"Tenemos la intención de ofrecer asistencia a aquellos perjudicados por el fortalecimiento de la


moneda, como dicen algunos, o por la competencia de China, como reclaman otros", dijo el
mandatario brasileño, quien descartó además la posibilidad de que Brasil “vuelva a un tipo de
cambio fijo".

“No hay una fórmula mágica para ayudar a aquellos que están en el extremo perdedor del
mercado", advirtió Lula.

Junto al fuerte aumento de los ingresos proveniente de las exportaciones, los flujos de cartera
están sumándose a las presiones de apreciación que pesan sobre las monedas regionales. Los
principales atractivos son las altas tasas de interés y las alzas que ha registrado los mercados
bursátiles locales -los principales índices de Brasil y México, entre otros, han establecido máximos
históricos-.

"Ya que el próximo movimiento de la Reserva Federal de Estados Unidos probablemente será una
reducción en su tasa de interés de referencia, los inversionistas globales buscan con más
confianza oportunidades que ofrezcan rendimientos atractivos y de larga duración", dijo BBVA en
una nota de investigación. "En un mundo en el cual las tasas de interés seguirán bajando, extender
la duración ha significado invertir tanto en acciones como en bonos en moneda local con
vencimientos más largos".

Entre las principales economías, Venezuela es el único país que escapa a la tendencia y mantiene
la vieja costumbre de fijar una tasa para la moneda. El gobierno ha fijado la moneda en 2.150
bolívares por dólar, pero una economía inundada por petrodólares provenientes del exterior ha
llevado la cotización del dólar en el mercado negro a cerca de 4.000 bolívares.

En el corto plazo, algunos encargados de las políticas monetarias tienen esperanzas de que se
registre una oleada de aversión al riesgo a nivel mundial que aplaque el apetito por las monedas
locales. Pero las recientes correcciones han durado demasiado y las monedas latinoamericanas
parecen estar listas para seguir apreciándose, pese a los esfuerzos de los gobiernos para
moderarlas.

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