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QUIÉN FUNDÓ TU IGLESIA

El principal problema que nos divide a los católicos con otras denominaciones cristianas no son
las imágenes, ni el Papa, ni la Virgen María, sino el tema de la Iglesia.

Si Cristo mismo fundó una Iglesia, ¿por qué aquellos que se llaman cristianos se niegan a
pertenecer a Ella? Y formar parte de la Iglesia de Cristo. Más aún, como se atreven a llamarse
cristianos cuando rechazan, insultan y desprecian a la Iglesia que Cristo su único salvador fundó.
Rechazan la Iglesia de Cristo y se van tras iglesias fundadas por hombres que no pueden salvar.

Para explicar éste hecho increíble hay que ir a la Historia y ver qué sucedió. Si tú lees cualquier
enciclopedia lo que dice sobre el cristianismo, no importa si lo escribió un ateo o un cristiano de
la sola Biblia, todos, absolutamente todos afirman que el cristianismo evangélico, que rechaza a
la Iglesia de Cristo comenzó a existir en 1517 con Martín Lutero. 1517 años sin iglesias
evangélicas. Lutero llamó Evangélica a su iglesia, pero ¿Cuál fue la justificación para fundarla?

No fueron las indulgencias como suponen, no fueron argumentos bíblicos. Su argumento para
separarse era que la Iglesia se había corrompido. Que el clero era corrupto, que el Papa era el
Anticristo y que lo que quería era quitarles la limosna a los príncipes alemanes para enriquecer
sus tesoros. Esta es la razón por la que se dividen y se convierten en protestantes. Muchas
iglesias protestantes no puede sobrevivir si no atacan y acusa a la Iglesia Católica de engañadora,
estafadora, violenta, criminal, llena de corrupción y pecado. Es decir, están tan entretenidos en
atacar a la Iglesia católica y probar que Ella está equivocada que no se dan cuenta de que la
iglesia o agrupación cristiana que ellos pertenecen no tiene ningún fundamento. Y si algún día
dejaran de atacar a la Iglesia católica y se pusieran a estudiar historia, los orígenes de su propia
iglesia y de su pastor se darían cuenta de que toda su doctrina está fundada sobre arena.

Por eso, lo primero que tenemos que hacer en un diálogo con los evangélicos es pedirles que
nos hablen de su iglesia y de su fundador, de cuál es el origen de ellos, de cómo comenzaron, y
si puedes, baja del internet la historia de sus fundadores y verás cómo no quieren hablar de
ellos. ¿Les da vergüenza? Porque sabe que si lo hacen se dan cuenta inmediatamente de que
ellos no siguen a Cristo, sino a un pastor, a un hombre. Muy sabio, muy inteligente, muy
conocedor de la Biblia, pero un hombre.

Por eso, cuando llegue el hermano separado, después de orar, como siempre se recomienda y
con la Biblia en la mano, déjalo que hable, que diga todo lo que quiera decir, no le discutas, y
cuando termine le dices: “sabes qué hermano, tú eres muy inteligente, tú sabes mucho de Biblia,
yo la verdad sé muy poco, y no sé qué responder a todo lo que me dijiste. ¿Pero qué pasaría si
yo acepto y creo todo lo que tú me dices? ¿qué tengo que hacer? Dejar mi Iglesia e irme a la
tuya ¿verdad? Entonces el objetivo de tu visita, el objetivo final es que yo deje la Iglesia Católica
y me vaya a la tuya, ¿no es así?

Bueno entonces de lo que deberíamos hablar no es de la idolatría, del Papa, de la Virgen María,
del culto a las imágenes, del nombre de Jehová. De lo que hay que hablar es de tu objetivo, de
la Iglesia. Porque eso es lo que quieres, que yo deje la Iglesia Católica y me pase a la tuya,
entonces vamos a hablar de la Iglesia. Y aquí hay que ver si Cristo fundó una Iglesia, y las
conclusiones son solo dos: si Cristo fundó una Iglesia entonces, una sola es la verdadera, y todos
debemos perteneces a la Iglesia que Cristo fundó. Pero si Cristo no fundó ninguna Iglesia,
entonces todas las iglesias son falsas, la tuya es falsa y la mía también. Entonces a qué vienes a
invitarme a una iglesia que es falsa, déjame en la mía.
Es probable que él diga: no, no la Iglesia no es importante, basta la fe, basta aceptar a Cristo
como único salvador.

Bueno, entonces como ya dije, si la Iglesia no es importante, para qué vienes a invitarme a tu
iglesia, para qué te tomaste la molestia de venir a mi casa.

No, no, lo que quise decir es que da lo mismo estar en una que en otra.

Y bueno, si da lo mismo, entonces por qué tu no vienes a la Iglesia Católica. No me acabas de


decir que da lo mismo?

Usted no quiere escucharme, ya me voy…

No señor, no te vas, porque me parece de muy mal gusto esto de que andes predicando y cuando
te encuentras uno que te sabe responder vayas a buscar unos más ignorantes que tú, eso no es
honrado. Yo ya te estuve escuchando 15 minutos, ahora por educación tú tienes que
escucharme. Si después que yo te de mi explicación con la Biblia no te convence entonces te
puedes ir.

Vuelvo a la pregunta inicial: ¿fundó Cristo una Iglesia? Por supuesto que sí. Él mismo lo dice:
“Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16, 18) El hermano evangélico va a querer desviar la
conversación hacia Pedro o la piedra, no te dejes desviar, siempre céntrate en Cristo, la
apologética tiene que ser cristocéntrica. A cualquier cosa que te diga dile: eso no es importante,
el único importante es Cristo, y si Cristo dijo que iba a fundar su Iglesia entonces ya no es lícito
irte a iglesias fundadas por hombres, porque entonces estas dejando a Cristo y te estas yendo
con la competencia. Vuelvo a insistir, ¿cómo se llama tu fundador? ¿cómo se llama tu pastor?
Tu pastor puede ser muy inteligente pero yo no voy a dejar la Iglesia de Cristo para seguir a
ningún hombre. Si tú eres cristiano debes pertenecer a la Iglesia de Cristo y no a la iglesia de la
competencia.

Si te dice, es que Cristo es la Roca, tú nada más dices: Amén, Amén, Cristo es la Roca, claro que
sí, y por eso como su Iglesia está edificada sobre rosa su Iglesia no se puede desbaratar, tú me
estás dando la razón, porque si Cristo es la Roca de la Iglesia, su Iglesia no se puede corromper
ni puede ser vencida por el pecado, ni por el mundo, ni por el demonio, entonces Lutero, todos
los evangélicos y los que los siguen están equivocados.

El problema es que no entienden lo que es la Iglesia. Piensan que la Iglesia es una institución, el
Papa, el Vaticano, pero eso no es la Iglesia, y me extraña que siendo tan bíblicos no sepan lo que
es la Iglesia. La Iglesia hermano es el Cuerpo de Cristo (Col 1, 24) “Ahora me gozo de lo que
padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta a la pasión de Cristo por su Cuerpo que
es la Iglesia”.

Pero pon atención a otra cosa, Cristo cuando dice que sobre esta piedra edificaré mi Iglesia está
hablando en futuro. Cristo encomienda a Pedro la Iglesia pero la Iglesia no la funda Pedro sino
Cristo, la Iglesia no la construye Pedro, sino Cristo, la Iglesia no es de Pedro, es de Cristo. ¿Y qué
significa esto? Pues nada más que todas las iglesias fundadas por hombres son falsas y no
pueden salvar. Sabiendo que el que salva es Cristo, pero nunca se negó a usar mediaciones,
como barro y saliva para curar a un ciego; ir a presentarse a un sacerdote para corroborar su
curación, etc. La Iglesia, según el Concilio Vaticano II es Sacramento de Salvación, es decir, el
medio por el cual Cristo ha querido salvarnos. Hay que diferenciar el concepto de Redención (el
acto meritorio de Cristo en la cruz que nos ganó a precio de sangre) y salvación que es recibir
esa redención con todos sus frutos y efectos. La Iglesia por tanto es el signo visible, tangible y
presente en la historia por medio de la cual Dios actúa por medio de su Hijo y el Espíritu Santo
llamando a su Pueblo en un solo rebaño. La Iglesia no salva pero los el Señor ha querido
depositar en ella todos los medios de salvación que son los sacramentos y la sobreabundancia
de la gracia.

Si tu vas a Roma, veras que a la entrada hay dos estatuas ubicadas del lado izquierdo. Del lado
izquierdo está Pedro con las llaves y del lado derecho está Pablo con la espada, porque Pedro y
Pablo murieron mártires, y sobre la fe de Pedro y Pablo que dieron su sangre en Roma se
construyó la Iglesia de Cristo. La Iglesia católica es Apostólica, por eso yo estoy en esa Iglesia. No
estoy por Pedro, ni estoy por Pablo, sino porque ellos fueron apóstoles de Cristo, y como Cristo
dijo a sus Apóstoles: “yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo yo quiero
estar en esa Iglesia, en la Iglesia de los Apóstoles, en la Iglesia de Pedro y Pablo, porque Cristo
prometió estar con ellos.

Y ahora vamos a lo más hermoso. Observa como Cristo habla en futuro, “edificaré mi Iglesia”.
Cristo prometió fundar su Iglesia, pero no lo hizo en ese momento, lo hizo después. ¿Sabes tú
en qué momento Cristo fundó su Iglesia? En Pentecostés. Pero fíjate lo que estamos diciendo.
¿Qué fue lo que pasó en Pentecostés? Bajó el Espíritu Santo sobre los apóstoles y la Virgen,
sobre su Iglesia. Es decir, que la Iglesia de Cristo está animada por el Espíritu Santo y si yo rechazo
a esa Iglesia ¿a quién estoy rechazando? Al Espíritu Santo.

La Iglesia no la inventó el Papa, la Iglesia no la fundó ningún hombre. La Iglesia la fundó Cristo y
la fundó enviando al Espíritu Santo. Si yo rechazo a esa Iglesia entonces estoy rechazando a
Cristo y al Espíritu Santo.

Si la Iglesia es el Cuerpo de Cristo, ofender y perseguir a esa Iglesia, insultarla es insultar, ofender
y herir el Cuerpo de Cristo. Es el problema que tienen muchos evangélicos y muchos católicos,
porque hoy también los católicos confunden la Iglesia con las estructuras, pero eso no es la
Iglesia. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo, la Esposa de Cristo.

Acabo de decir que Cristo dijo que sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, en futuro, y acabamos
de decir que en Pentecostés, pero no solo ahí. Su Iglesia fue engendrada en la Cruz. Cristo está
muerto en la Cruz, es el Adán dormido, y una lanza le atraviesa el costado y de ahí brota sangra
y agua. Todos los santos Padres y el mismo Juan, ven que en ese momento cuando brota sangre
y agua, la sangre de la Eucaristía y el agua del bautismo por el cual recibimos la fe, en ese
momento nació la Iglesia. Es decir, la Iglesia brota del corazón enamorado de Jesús. Un corazón
enamorado de la salvación de las almas. El corazón enamorado de Jesús que ya no aguanta más
y explota de amor, y ese espíritu de Amor es el que entrega a su Iglesia.

¿Te han explicado alguna vez esto en tu iglesia? Te han dicho que la Iglesia no es una estructura,
no es el Papa, no es el Anticristo, no es Roma, sino que la Iglesia es la Esposa de Jesucristo. Por
eso San Pablo dice: “Maridos amad a sus mujeres como Cristo amó a su Iglesia y se entregó a sí
mismo por ella” (Ef 5). Cristo amó a su Iglesia y se entregó por ella y tú te llamas cristiano y la
persigues; y eres católico y la criticas, la insultas y la desprecias o la ognoras y haces a un lado y
dices que eso no sirve de nada.

No hermano, te equivocas, el Cristo solo no existe. Eso es un invento de los evangélicos. Cristo
existe con sus apóstoles que envía a continuar su misión. Cristo existe con María su Madre que
nos la da como Madre también. Cristo existe con su Iglesia, su Esposa y él es el Esposo. Cristo
existe con Pedro, su representante a quien confió las llaves del Reino. ¿Tú desprecias a todos
ellos a quienes Cristo amó? Te parecería bien que yo dijera que tu mujer no sirve para nada, que
da lo mismo una que otra, ¿te estás dando cuenta de lo que estás diciendo? Estas diciendo que
el amor de Cristo y la entrega de Cristo fueron inútil. Por eso, la pregunta por si estoy o no en la
Iglesia de Cristo me lleva a evadir a toda costa todo tipo de relativismo que haga que todo de lo
mismo, y me impulse a buscar la verdad, no en el ámbito de la opinión, los gustos o emociones.
La Verdad es una sola y ha sido personificada en Jesucristo.

No es una pregunta por quién quisiera que tenga la verdad, sino el preguntar cuál fue la voluntad
original de nuestro Salvador. Y fue que haya un solo pastor y un solo rebaño, estar en el corazón
de Cristo. La pregunta sobre quién fundó tu iglesia me remite a darme cuenta si conservo lo que
la Tradición Apostólica recibió del mismo Jesús. La pregunta por quién fundó tu iglesia me remite
directamente al hecho de buscar a una Persona, que va más allá de la institución, Jesucristo,
pero que se entregó por su Iglesia y está tan unido a Ella que es su Esposa que donde está uno
está el otro. Y en la persona de Jesucristo encontramos el deseo de fundar UNA Iglesia, con el
fundamento de Pedro, los apóstoles, y animada por el Espíritu Santo fue enviada a los confines
de la Tierra, pero un solo bautismo, un solo Señor, un solo Dios y Padre. La Iglesia mandada a
enseñar (predicar) a las naciones y bautizar, aquella misma “Iglesia del Dios vivo, pilar y
fundamento de la Verdad” (1 Tm 3, 15).

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